Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
El compromiso del sistema nervioso central... 649 una terapia efectiva. En pacientes inmunocompetentes, Ferreri et al.81 señalan que el mejor régimen terapéutico es la combinación de quimioterapia primaria seguida de radioterapia. Los resultados de este tratamiento sólo han demostrado un modesto incremento en la supervivencia de los pacientes que, en ocasiones, so- breviven más de un año. 60 La radioterapia, en dosis de 4 000 a 5 000 cGy durante tres semanas, prolonga la sobrevida en algunos pacientes con enfermedad HIV/ SIDA avanzada. 82 Se trata de tumores radiosensibles pero cuya tasa de recurrencia es alta. 59 Los corticoi- des asocian su efecto linfocitolítico con su actividad antiedematosa y pueden resultar de utilidad para el control de las manifestaciones clínicas. Corales et al.83, en un reporte preliminar, presentan dos casos de LPSNC en pacientes con SIDA que sólo recibieron TARGA con resolución de la neoplasia y recuperación de la función neurológica en ambos casos. De todas maneras, se podría predecir un eventual incremento en la incidencia de estos tumores en re- lación con la mayor supervivencia y la reconstitución inmunológica que alcanzan algunos pacientes. 84, 85 Miscelánea La presencia de gliomas es por lo general señalada como casual en pacientes con SIDA, ya que los tumo- res del SNC diferentes de los linfomas no son reco- nocidos como enfermedades oncológicas marcadoras del SIDA. 86 Sin embargo, la presencia de gliomas ha sido señalada en diversas publicaciones desde la aparición de la pandemia de la enfermedad HIV- SIDA87,88 y diversos artículos sugieren la existencia de una fuerte influencia oncogénica del HIV sobre las células gliales. 89, 90 La infección de las células neuroectodérmicas por el virus está establecida en estudios in vitro. 89, 90 La entrada del HIV en las cé- lulas gliales es independiente del nivel de linfocitos T CD4+. La resistencia relativa de las células gliales al virus y la persistencia del virus en el hospede- ro podría iniciar el proceso de transformación, que llevaría al desarrollo de gliomas. El HIV induce la producción de interleucinas 1,6 y 8 y de factor alfa de necrosis tumoral, los que contribuirían con la inmunosupresión y el desarrollo de la neoplasia. 91 Las neuroimágenes son importantes en el diagnóstico de los tumores primarios del SNC. La RM evidencia lesiones intraaxiales heterogéneas que captan el ga- dolinio en forma periférica y con marcada necrosis central. El patrón espectroscópico en la RM muestra elevados picos de lípidos, lactato, colina y mioinositol con disminución de la señal de N-acetil aspartato. 92 El diagnóstico se basa en las características his- tológicas del tejido. La biopsia estereotáctica precoz es imprescindible para establecer el diagnóstico de certeza y proponer el tratamiento. De acuerdo a la diferenciación histológica y su topografía, el trata- miento consistirá en la exéresis quirúrgica seguida de radioterapia y/o quimioterapia adyuvante. En algunas series se reporta una incidencia de glio- mas de un 6%, en pacientes con lesiones cerebrales asociadas al SIDA 87, 88; sin embargo, estas series in- cluyen pocos pacientes. En nuestra serie personal, sobre 273 pacientes encontramos una incidencia de 3,7% de tumores neuroepiteliales del SNC. 93, 94 Otras neoplasias no marcadoras del SNC en estos pacientes son los linfomas de Hodgkin, los meningio- mas, los adenomas pituitarios y lesiones secundarias de tumores de otras localizaciones. Conclusiones La epidemia del HIV originó una nueva instancia de actuación para el neurocirujano. La elevada fre- cuencia de compromiso del SNC, debido al neuro- Figura 61.12: Linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC): RMN cerebral corte axial T1 con gadolinio, que evidencia múltiples lesiones subcorticales con captación heterogénea de contraste Figura 61.13: Linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC): RMN cerebral corte sagital T1 con gadolinio, con lesión paraventricular, con captación periférica de contraste. Es importante señalar el marcado refuerzo subependimario.
Compartir