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Parasitosis 669 de ceguera. 58 casos (58%) se presentaron en el hos- pital dentro de los primeros 6 meses luego del inicio de los síntomas, aunque el rango varió entre los 19 días y los 8 años. En las lesiones orbitarias, el signo más observado fue proptosis indolora unilateral lentamente progresi- va, no reducible, pulsátil ni fluctuante. Este hallazgo clínico, sobre todo en un niño habitante de zonas endémicas para hidatidosis, debe generar fuertes sos- pechas de la enfermedad. 1, 3, 11 Imágenes Todos los pacientes fueron estudiados mediante TAC, con y sin contraste de cerebro, radiografía de tórax y ecografía abdominal en busca de localizaciones visce- rales. RNM de cráneo con y sin contraste fue realizada en 32 casos, cuya apariencia tomográfica generó dudas diagnósticas. Dichos estudios evidenciaron en 79 ca- sos la imagen típica de un quiste único, redondo, sin edema perilesional ni refuerzo con el contraste. En 13 casos fueron observados quistes múltiples, 13 lesiones fueron heterogéneas, y 2 presentaron calcificaciones parciales de la pared. (Figuras 63.3, 63.4 y 63.5) 85 casos fueron supratentoriales, 40 de ellos parietales, 8 occipitales, 7 frontales y 1 intracavernoso. 4 estaban localizados en la fosa posterior y 11 eran puramente orbitarios. La hidatidosis cerebral se asoció con otra localización visceral en 17 casos, siendo pulmón en 7, hígado en 5, riñón en 2 y bazo en 1. En 2 casos apareció afectación multiorgánica. En la hidatidosis quística, tanto la TAC como la RNM mostraron una imagen esférica, bien definida, con pared homogénea, un contenido líquido similar al LCR, con o sin calcificaciones o septos. 1, 17, 21, 37, 40 Como se ha dicho, los quistes pueden ser únicos o múltiples, uni o multiloculados. Signos más específi- cos incluyen la visualización de la pared calcificada, la presencia de quistes hijos, y desprendimientos de la membrana. 2, 8, 17, 21 En la TAC con contraste, la pared del quiste era isodensa o hiperdensa con res- pecto al parénquima cerebral, y en la RNM mostraba usualmente un anillo periférico de baja intensidad, tanto en T1 como en T2. 7, 8, 18 En la mayoría de los casos, fue evidente la compresión de estructuras de línea media y ventrículos; sin embargo, en los casos no complicados, no había edema perilesional ni refuerzo con el contraste. 7, 21, 45 En ocasiones, la pared se refor- zaba luego del contraste; esto se debía, probablemente, al engrosamiento de la adventicia, producto de una hiperactividad localizada de la capa germinal. 8, 17, 29 (Figuras 63.2 y 63.3) Se observa refuerzo importante en las lesiones secundarias que, por lo general, son estériles. 21 La apariencia de la equinococosis alveolar en la TAC y la RNM rara vez ha sido reportada. Las lesiones aparecen sólidas, semisólidas o multilobuladas (en racimo) con márgenes bien definidos. Son comunes calcificaciones y edema perilesional, y el refuerzo se verifica luego de la administración de contraste, dentro de la región de reacción inflamatoria alrededor de los quistes. 1, 8, 58 La equinococosis alveolar se localiza a menudo en el cerebro a nivel frontal. En nuestra serie no tuvimos ningún caso de equinococosis alveolar. Entre los diagnósticos diferenciales de la hidati- dosis cerebral se incluyen los quistes porencefálicos, aracnoideos, tumores quísticos y abscesos piógenos. 17, 18, 58 El diagnóstico se sospecha ante la presencia de un foco primario hepático, una historia clínica cuidadosa, que incluya antecedentes epidemiológicos, y estudios de laboratorio. 56 Las imágenes de RNM por difusión se han trans- formado en un estudio muy valioso ya que pueden ayudar sustancialmente a diferenciar a la equinococo- sis de otras lesiones como neoplasias, enfermedades desmielinizantes, etcétera. 8, 17 En la espectroscopia por RNM, la elevación leve de colina, el descenso de N-acetil-aspartato, y un importante pico de lactato, piruvato y acetato sugieren el diagnóstico de hida- tidosis. 8 Biología Los tests serológicos también son de suma utilidad diagnóstica. Los más utilizados son los tests de anti- cuerpos monoclonales, ELISA e inmunoaglutinación indirecta. Una reacción intradérmica (Test de Casoni) suele ser útil, aunque si la lesión no posee una cápsula verdadera el resultado puede ser un falso negativo. En suma, los estudios serológicos poseen una sen- sibilidad de 80-100%, y una especificidad de 88-96% para los quistes hepáticos, 50-56% para los quistes pulmonares, y sólo 25% en otras localizaciones, in- cluyendo al cerebro. En algunos casos, los tests sero- lógicos serán negativos por un largo período durante el curso clínico de la enfermedad. Algunos autores sugieren que esto se debe a la estimulación que pro- duce el líquido del quiste a la producción de IgG4, y que podría actuar como un anticuerpo bloqueante de la anafilaxis. Figura 63.2: TAC cerebral que muestra una masa paraventricular derecha, que refuerza con contraste, efecto de masa y gran edema. Una biopsia estereotáctica confirmó el diagnóstico de toxoplasmosis.
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