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Veccia y Calzada - Alcances y limitaciones del dibujo proyectivo

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Capítulo 2 
Alcances y limitaciones del Dibujo Proyectivo 
Método de recurrencias y convergencias para su interpretación 
TERESA ANA VECCIA JAVIER GONZALO 
CALZADA 
Alcances y limitaciones del Dibujo Proyectivo 
Los dibujos, proyectivos cumplen un papel importante en el psicodiagnóstico porque detectan, con 
bastante precisión, los niveles profundos de integración y estructuración de la personalidad. Sin 
embargo, creemos que no son en sí mismos sensibles para el diagnóstico diferencial, sino que deben 
ser complementados con pruebas proyectivas verbales, y de ser necesario, con pruebas objetivas de la 
personalidad. Sí es cierto que en ios gráficos pueden aparecer indicadores que alerten sobre la posible 
presencia de patología mental, retraso o déficit madurativo, entre otros. 
Ante la tarea gráfica, disminuyen el control intelectual y el ocultamiento consciente. Sin embargo, 
también sabemos que el sujeto adulto, a diferencia del niño, dibuja con una mayor intencionalidad 
consciente, en especial si el área de trabajo es forense o laboral. 
Las pruebas proyectivas gráficas constituyen medios privilegiados para la proyección de la imagen 
del cuerpo (Veccia, 1996, 1998), no sólo en el dibujo de la figura humana, sino también en distintas 
producciones: un árbol, un animal, una casa, etc. 
El tema del esquema y la imagen corporal fue ampliamente trabajado por distintos autores (Paul 
Schilder, Sami Ali, Francoise Dolto)1. Remitimos al lector interesado a consultar dichas fuentes. Aquí 
recordaremos sólo algunas cuestiones teóricas que fueron desarrolladas en dichos textos. Es necesario 
hacer la distinción entre Esquema del Cuerpo (EC) e Imagen del Cuerpo (IC). El EC depende del 
desarrollo de un esquema sensorio-motor e intelectual, cuya base es neurológica (concepción 
evolutiva). Es consciente-preconsciente. Se refiere al cuerpo actual en el espacio y el tiempo, a la 
experiencia inmediata. 
 
1 Consultar bibliografía al final del capítulo. 
La IC es puramente imaginaria, está fuera del espacio y el tiempo, es inconsciente, aunque puede 
tornarse en parte preconsciente cuando se asocia al lenguaje consciente usando, por ejemplo, metáforas 
para referirse a ella (“hacer de tripas corazón” “quedar sin aliento” “tener un nudo en el estómago”) 
La IC es un símbolo inconsciente del sujeto deseante y es soporte del narcisismo. Se entrecruza con el 
EC a partir del cual podemos entrar en comunicación con los otros. 
Las producciones gráficas tienen una configuración espacial y temporal, la hoja en blanco 
representa un espacio que puede ser “llenado” por el sujeto con sus objetos graficados. 
Gracias a esta configuración espacio-temporal de la hoja podemos acceder a la constitución del 
esquema corporal de un sujeto, en términos, por ejemplo, de verticalidad, lateralidad, perspectiva. Es 
decir, por medio de la proyección del EC en la hoja, conocemos cómo el cuerpo es usado como medio 
de acción en el espacio y sobre los objetos. Pero también podemos acceder al imaginario del sujeto 
respecto de su yo corporal. Ahora bien, para lograr tales acercamientos es preciso no sólo tomar el 
texto gráfico sino también las asociaciones verbales del sujeto, la situación total de entrevista donde 
se entrecruzan los aspectos transferenciales y contratransferenciales. El tema del EC y la IC en las 
técnicas gráficas es ilustrado a través del “Caso C”. 
Toda producción humana, como la expresión gráfica, tiene un sentido y está determinada por la 
idiosincrasia de quien lo produce, sus deseos, impulsos, fantasías, pensamientos, ideas, etc. Hammer 
(1969) sostiene que el contenido del dibujo estará determinado por la autopercepción consciente e 
inconsciente del sujeto y por las personas significativas del medio. 
Las técnicas gráficas pueden constituir valiosos medios de comunicación entre el entrevistador y 
el niño, para quien el dibujo constituye un modo de expresión natural y placentero; y para el psicólogo 
un medio privilegiado de exploración de su mundo interno. También en algunas ocasiones resulta una 
vía facilitadora en la comunicación con los adolescentes, ya que en general la información que 
transmiten en las entrevistas suele ser escasa, ya sea por inhibición, timidez u otros motivos. Sin 
embargo, en ciertos casos podemos encontrar que el hecho de solicitar al adolescente que dibuje no 
nos facilita la tarea sino todo lo contrario: aparecen resistencias, o cuestionamientos al pedido como 
expresión de rebeldía a la autoridad. Aquí entrará en juego la pericia del psicólogo que analizará cómo 
resolver tal situación. 
Siempre que sea posible conviene administrar pruebas gráficas con adolescentes ya que como a 
través de ellas se proyecta la representación psíquica del cuerpo, constituyen útiles medios para 
investigar la conformación y el desarrollo del concepto de sí mismo y de la identidad, temas que son 
cruciales en la adolescencia (Veccia, 1996, 1998) Un joven de 14 años dibuja en Figura Humana un 
personaje caricaturesco con características grotescas y afeado. Según comentó lo sacó de un comic; es 
un apasionado de ese tipo de lecturas y tiene aptitudes para el dibujo de historietas. Ante el pedido que 
dibuje otra persona, pero que esta vez no sea una caricatura, dibuja un hombre nuevamente afeado, 
desproporcionado en sus partes, robusto, rostro alargado, adusto, con cejas gruesas, boca y ojos 
grandes. En las asociaciones verbales dice que es él. Los dibujos nos muestran la proyección de la 
imagen que tenía de sí mismo. En las entrevistas decía, por ejemplo, “yo no puedo gustarle a M (chica 
que le gustaba), no tengo nada que pueda ofrecerle”; o cuando se le hizo notar su habilidad para dibujar, 
dijo “¿yo? si soy un bruto.” En la entrevista de devolución trabajamos en que él tenía talentos, cosas 
que sabía hacer y las hacía muy bien, pero que tenía una imagen de sí mismo tan empobrecida y se 
vivenciaba como tan limitado que todo lo que sabía hacer quedaba enterrado. 
En la tarea gráfica hay necesariamente una participación corporal a partir de la coordinación viso-
motriz. Por tal motivo, el psicólogo deberá evaluar si corresponde o no incluir un test gráfico en la 
estrategia psicodiagnóstica en el caso de que la persona evaluada presente un déficit psicomotriz. 
Dependerá la decisión de distintos factores, por ejemplo, el grado de dificultad en la motricidad que 
presente el sujeto, el nivel de tolerancia a la frustración y autoestima del sujeto evaluados en la 
entrevista, entre otros. 
Como en toda producción de la vida imaginativa, en el dibujo también ingresa la cultura, por ende, 
en el mismo no sólo se expresará la historia de las primeras relaciones objétales del sujeto sino también 
su situación actual, la particular construcción de género del sujeto, los elementos de su cultura, los 
valores y otras variables también importantes de ser tenidas en cuenta. Es por todo esto que 
recomendamos no perder de vista a la hora de interpretar el material, la variable situacional y la 
influencia de la cultura que inevitablemente se plasma en la hoja. 
Consideramos que es tan importante el dibujo como la verbalización a posteriori del dibujo, es 
decir, lo que el sujeto mismo pueda interpretar de su dibujo. Así, la producción gráfica constituye un 
estímulo disparador de asociaciones verbales, las cuales se darán en el contexto de entrevista donde se 
incluye la toma de tests. 
Mencionaremos que hace unos años venimos trabajando con el interrogatorio posterior a la toma 
de la técnica gráfica de la Casa-Árbol-Persona (HTP) que J. N. Buck (1995) ha sistematizado en su 
Manual. El plantea que las preguntas que figuran allí son una guía para el entrevistador, y que no 
constituyen algo rígido sino que debe adecuarse a la situación y al entrevistado. Podríamos decir que 
se homologaría a una entrevista semidirigida donde será necesario evaluar las respuestasdel sujeto en 
la situación de interacción con el psicólogo. En un anexo a este capítulo ampliaremos al respecto. 
Los tests gráficos tienen otra serie de ventajas que hacen a la practicidad que todo profesional busca 
en su trabajo cotidiano. Son económicos en tiempo y recursos, y fáciles de administrar. Por tal motivo 
en muchas instituciones donde apremia el tiempo son útiles complementos de las entrevistas. 
Asimismo, debemos advertir que una inadecuada formación del profesional en la especialidad del 
psicodiagnóstico (leer en este libro el capítulo “Consideraciones éticas en la práctica del 
psicodiagnóstico”), la tendencia a interpretar datos aislados sin integrarlos en la configuración de la 
totalidad de los mismos, y los prejuicios de ciertos profesionales respecto de cuán confiables y válidas 
son las técnicas gráficas, contrarrestan las ventajas que venimos mencionando. 
Por otro lado, los dibujos pueden ser utilizados no sólo en clínica sino también en otras áreas de 
incumbencia profesional, aunque como es de esperar se deben tomar las precauciones necesarias en 
relación a criterios de pertinencia y adecuación a contextos diversos, que conllevan distintos objetivos. 
En la práctica pericial (forense), por ejemplo, si lo que se pretende investigar es la existencia o no de 
daño psíquico a raíz de un accidente, suele incluirse el dibujo de la Figura Humana, el test de Persona 
bajo la lluvia, entre otros posibles. En orientación vocacional el test de la Familia Kinética Actual y 
Prospectiva lo utilizamos cuando queremos indagar, por ejemplo, las expectativas familiares puestas 
en la elección del entrevistado, el rol que tanto el sujeto como los demás integrantes (abuelos, padres, 
hermanos) ocupan en la familia (ejemplo: roles intelectuales, tareas manuales, etc.), los vínculos reales 
y fantaseados, así como la trama de identificaciones con los distintos miembros. El Caso L ilustra lo 
antedicho. También podemos utilizar el test de la Persona bajo la lluvia donde indagaremos cómo se 
defiende el sujeto frente a situaciones ambientales estresantes; así, podremos evaluar el grado de éxito 
en una carrera de larga duración, el nivel de tolerancia a la frustración, las defensas frente a una 
situación ansiógena, entre otras posibilidades. Para una aplicación del test de la Persona bajo la lluvia 
en orientación vocacional, se puede consultar el capítulo de este libro dedicado a defensas en las 
técnicas narrativas donde en el caso clínico que se incluye se menciona la utilización de este test, entre 
otros. 
El Dibujo Libre: 
Cuando solicitamos al entrevistado que dibuje lo que quiera (así es la consigna), el dibujo que 
estamos proponiendo adquiere la modalidad de ser libre ya que no se le propone un tema determinado 
como, por ejemplo, en el caso del dibujo de la Figura Humana. 
Por medio del dibujo libre tratamos de acercarnos al dibujo espontáneo aunque no sean sinónimos 
ya que lo que caracteriza al dibujo espontáneo es que no media consigna alguna. 
En sentido estricto, hablamos de técnica del dibujo libre y no de test debido a que por sus 
características resulta de difícil estandarización. Al no solicitar una temática definida, la cantidad de 
variables intervinientes variará en función de cada producción. Lo que sí es posible —y necesario— 
interpretar son las pautas formales que se plasmarán en todos los casos, como por ejemplo: calidad de 
la línea, tamaño, emplazamiento, etc. (García Arzeno, 1993). 
El dibujo libre lo consideraremos como una autopresentación del sujeto (Veccia. 1996), y como 
tal, resultará valioso correlacionarlo con la presentación que el sujeto hace de sí mismo en la entrevista 
(Ver Caso G) y con la primera lámina ( Al ) del Test de Relaciones Objétales, si es que, claro está, se 
ha decidido incluir dicha técnica en la estrategia psicodiagnóstica del psicólogo. 
Por otro lado, M. E. García Arzeno (op. cit.) afirma que el dibujo libre proporciona datos, a través 
de la representación gráfica, sobre fantasías ligadas al motivo de consulta y las fantasías de salud y 
enfermedad del entrevistado. (Ver en especial Caso L) También la parte verbal que acompañe al texto 
gráfico nos dará datos de importancia siendo de utilidad correlacionar lo gráfico con lo verbal. 
El sujeto posee mayor libertad de representación que cuando la temática es definida: la elección 
del tema y la forma que elija para dibujarlo estará determinado por sus expectativas, sus intereses, 
valores, motivaciones, sus problemas, lo que le preocupa, etc. La representación estará mediatizada 
por la cultura, por los códigos comunes que comparten los individuos de un grupo cultural; estos se 
entrelazarán y negociarán con la individualidad dando como resultado una producción única expresiva 
del grado de integración y organización de la personalidad de quien dibuja y de las posibilidades de 
comunicación simbólica con el otro. 
El Dibujo Libre puede ser la primera técnica proyectiva de la batería y debe incluirse siempre 
después de haber tenido las primeras entrevistas donde se hubiera generado un buen vínculo con el 
psicólogo. 
Para el análisis e interpretación del dibujo libre nos basaremos principalmente en los aspectos 
formales o expresivos del mismo. Más adelante reseñaremos los aportes de Wolff, Hammer y P. Elkish. 
Aspectos técnicos en la administración de los tests gráficos 
El material necesario para llevar a cabo la tarea gráfica debe ser prevista por el psicólogo con 
antelación a la llegada del entrevistado. El material puede variar de acuerdo al teh que se decida tomar, 
sin embargo los siguientes son comunes a todos: 
• Lápices negros N° 2 y/o lápices de colores o crayones si la propuesta del dibujo es cromática. 
• Goma de borrar. 
• Hojas blancas sin renglones. 
Algunos autores sugieren que el tamaño de la hoja sea 21 x 28 cm., es decir, tipo carta, pero, se 
elija tamaño carta, A4 u oficio (a veces, no podemos elegir y dependemos de los recursos de la 
institución donde trabajamos), lo importante es utilizar siempre el mismo tamaño de papel dado que 
de esa manera le ofreceremos al entrevistado el mismo espacio psicológico para organizarse (García 
Arzeno, op. cit.). Por otro lado, también es importante para nuestra interpretación, ya que por 
ejemplo, si un dibujo lo hace en tamaño carta y el siguiente en hoja oficio ¿cómo interpretaremos el 
tamaño del concepto graficado? Si el sujeto dibuja figuras más grandes y le dimos hojas más grandes, 
no podremos interpretar esa diferencia de tamaño como significativa. Esto conlleva un aspecto muy 
importante y que no debemos perder de vista: la correcto interpretación comienza con una adecuada 
administración. 
La forma de presentar las hojas dependerá del test que se trate, así en el dibujo libre es conveniente 
entregar la hoja en forma apaisada, en el dibujo de la Casa-Arbol-Persona se entrega en forma apaisada 
para el dibujo de la casa, pero en forma vertical para el árbol y la persona. 
Las consignas también varían, como es de esperar, según el test. Sin embargo, vale la pena aclarar 
la siguiente cuestión técnica: el entrevistador debe ser respetuoso de las consignas establecidas por el 
autor del test, las cuales responden muchas veces a la fundamentación teórica del instrumento; de lo 
contrario, se pueden cometer luego errores de interpretación. Esto no quita la flexibilidad y plasticidad 
que el psicólogo debe poseer en su ejercicio profesional, considerando siempre quién es el sujeto que 
nos ha consultado y cómo se encuentra al momento de la toma, qué actitud toma frente a determinada 
prueba o hacia el psicodiagnóstico en general. 
En el adulto en particular, es probable que una vez dada la consigna surjan preguntas que nos 
indicarán el monto inicial de ansiedad que despierta esta situación nueva y poco estructurada. Es 
esperable la aparición de signos de ansiedad y hasta incomodidad y temor ante una situación atípicaen la vida de una persona adulta. Contrariamente no serían acordes a la situación conductas muy 
adaptadas donde exista un excesivo control de la ansiedad (Grassano, 1984) Las preguntas deben ser 
respondidas lo más abiertamente posible para no inducir. por ejemplo: “Como Ud. quiera” o “Como 
Ud. lo prefiera”. 
Es esperable que la ansiedad vaya disminuyendo, es decir, que vaya organizándose la conducta, de 
lo contrario, puede ser índice de shock y fracaso en tanto el sujeto no pueda dibujar. 
Conviene registrar el tiempo de reacción y tiempo total, los comentarios y preguntas que formule 
el sujeto, la secuencia (donde tendremos en cuenta cambios de conducta, zonas reforzadas, borradas, 
interrupciones que pueden ser indicadores de represión o de confusión o desorganización) y las 
asociaciones verbales que se produzcan posteriormente a la producción gráfica. Si posterior a la tarea 
gráfica se ha decidido en la estrategia, o se cree conveniente en el momento, que el sujeto asocie 
verbalmente respecto de su dibujo, podremos preguntar de las siguientes maneras: “Hábleme de su 
dibujo” o “¿Qué podría interpretar de su dibujo?” o “¿Qué se le ocurre a partir de su dibujo?”. 
Siempre es importante preguntar por todo aquello que no entendamos y/o nos parezca significativo, 
además de formular las preguntas que nos parezcan pertinentes a partir de las asociaciones del sujeto. 
Si el tiempo con el que contamos es acotado porque trabajamos en una institución donde nos dan 
poco tiempo de dedicación por paciente, podemos optar por solicitarle al sujeto que arme una historia 
acerca de su dibujo y le coloque un título, o tener preparadas una serie de preguntas que se irán 
ajustando de acuerdo a las respuestas del sujeto. Si en nuestra estrategia diagnóstica pensamos incluir 
por ejemplo al Test de Relaciones Objétales (TRO) o el Test de Apercepción temática de Murray 
(TAT), no sería necesario solicitar una elaboración narrativa a partir del gráfico ya que lo hará 
posteriormente cuando se le presenten las láminas del TRO o del TAT y deba armar historias. 
Los adolescentes y adultos pueden presentar resistencias ante el pedido de dibujar, por 
considerarlo “cosa de chicos.” Despertarán autocríticas (“no sé dibujar”, “soy un desastre dibujando”, 
“para esto no sirvo”, “nunca me salieron bien”, “se va a reír de mis dibujos”, “no se los muestre a nadie 
por favor”). Ante tal situación conviene tranquilizar al sujeto, diciendo por ejemplo, que no se trata de 
evaluar si dibuja bien o mal, que todo lo que haga nos interesa y nos es de utilidad para conocerlo más 
y comprender mejor lo que le está sucediendo. En definitiva, se trata de generar un clima de confianza 
para que pueda desarrollar la mejor producción posible. Estas autocríticas son producto de censuras 
que han sido internalizadas y que se ponen en juego al solicitar esta tarea que los invita a ser chicos 
otra vez, reflotando inhibiciones y censuras (Veccia, 1996). 
Las autocríticas deben ser diferenciadas de una actitud negativa a realizar el test. En este último 
caso, el sujeto no critica su habilidad para el dibujo o su producción, sino que se niega a dibujar. Si a 
pesar de nuestros intentos donde le explicaremos la importancia que tiene para nosotros contar con su 
colaboración, el entrevistado no cede, podemos intentar algunos caminos posibles: 
Iniciar la secuencia con un test gráfico con temática definida como el HTP y no con el Dibujo 
Libre, ya que puede ser postergada su toma, por ejemplo, al finalizar el Cuestionario Desiderativo. 
Si la resistencia continúa y es generalizada hacia la tarea gráfica, M. E. García Arzeno (op. cit.) 
recomienda decirle al entrevistado que comenzaremos con una técnica verbal aclarándole que luego 
dibujará porque necesitamos comparar todo. Este fracaso de no poder dibujar nos podría estar 
mostrando —sostiene G. Arzeno—poca flexibilidad y fortaleza del Yo. Por nuestra parte, agregamos 
que también puede indicar inhibición de asumir una tarea nueva o poco usual, un estado de ansiedad 
propio de la situación o un rasgo de ansiedad de la personalidad (en cuyo caso se puede incluir un test 
objetivo para evaluar la ansiedad estado/rasgo), un déficit psicomotor, o una negativa a la colaboración 
(en tal caso, se procederá a hacer un señalamiento y/o confrontación para que el sujeto pueda expresar 
que no está dispuesto a responder a tal pedido.) 
Pensamos que una alternativa posible puede ser la siguiente: en lugar de iniciar con una técnica 
verbal, podemos hacer el intento de comenzar con el Test Gestáltico Visomotor de L. Bender, donde 
también tiene que expresarse por medio de una hoja y un lápiz, pero la tarea implica la copia de 
modelos. Por otro lado, este test permite una aplicación posterior que es de naturaleza proyectiva. 
Recomendamos al lector consultar la Adaptación de Hutt al Test de Bender (1975) donde a la fase de 
copia le sigue una fase de elaboración de figuras por parte del sujeto quien es libre de modificar el 
estímulo original, y una fase de asociación tanto de los estímulos originales como los elaborados por 
el sujeto. Este camino puede ir logrando que el sujeto se vaya conectando con su imaginación 
facilitando la posterior toma de los tests gráficos. 
Podemos encontrarnos con la situación de que el sujeto se niega a colaborar en la toma no sólo de 
tests gráficos sino de otros también. Esto puede ocurrir cuando el sujeto es obligado a realizar un 
psicodiagnóstico, por ejemplo, por pedido de la Justicia. En tal caso podemos hacer el siguiente 
señalamiento: “Veo que a Ud. le disgusta hacer estas actividades que le propongo. Podría ser que Ud. 
colabore conmigo en estas actividades porque son importantes para poder responder al pedido que X 
ha formulado.” 
Siempre hay que aclarar en el encuadre que las pruebas son instrumentos que utilizamos para 
comprender mejor a la persona y para poder ayudarlos, y que esperamos su colaboración. 
Hay casos en que la negativa a realizar las pruebas se debe a que el sujeto tiene mucha necesidad 
de hablar. En tal caso, podemos agregar al señalamiento anterior: “El hacer estas actividades para las 
que solicito su colaboración no implica que no lo/la escuche y que después podamos seguir hablando.” 
La colaboración, a veces, puede encubrir una actitud negativa. En este caso no lo explicita sino 
que lo expresa a través de una pobre producción, gráficos incompletos, dibujos realizados rápidamente 
sin ningún cuidado por su tratamiento. El ejemplo claro es cuando dibuja una figura humana tipo 
“palito” (figuras esquemáticas) o incompleta. En tales casos, le solicitaremos —entregándole otra 
hoja— que dibuje ahora otra persona pero lo más completa posible. Tal tipo de producción, sostiene 
E. Grassano (1984), nos informa sobre la presencia de una conducta defensiva para evitar el 
compromiso emocional que implica la tarea. 
Dado el encuadre acotado del proceso psicodiagnóstico y para evitar redundancias que cansarían 
al sujeto, trataremos de no repetir las temáticas, así por ejemplo, si en el Dibujo Libre el sujeto elige 
dibujar una casa y un árbol, tal vez convenga no tomar el HTP, aunque sí el dibujo de la Figura Humana 
según K. Machover; o bien, el Test de las Dos Personas según J. Bernstein. Distinto sería el caso que 
el psicólogo decidiera administrar igualmente el HTP para evaluar cómo es la misma producción del 
sujeto bajo consignas más libres y bajo otras más dirigidas, o para evaluar nivel de frustración, entre 
otras posibilidades. 
Análisis e Interpretación de los dibujos proyectivos 
Tomaremos aportes de distintos autores (E. Hammer, J. N. Buck, M. E. García Arzeno, R. Caride, 
R. Frank de Verthelyi, E. Grassano) como así también los propios. 
Comenzaremos el análisis con una aproximación más general: 
Si se adecuó o no a la situación de entrevista. 
Si se adecuó o no a la consigna (la acepta, la rechaza). 
Esto corresponde a qué hace un sujetoen una determinada situación. Nos habla de su conducta 
cidaptativa entendiendo aquí por ella si acepta las normas impuestas por el entorno, la conducta 
pertinente y adecuada en un momento dado. 
Luego, atenderemos a los aspectos formales: 
Como se adapta a la consigna. 
Como maneja los materiales. 
Como plasma en la hoja su producción. 
Para poder dar cuenta de la conducta adaptativa del sujeto, así como de la conducta expresiva, es 
fundamental la observación atenta del psicólogo y el registro sistemático del comportamiento antes, 
durante y una vez finalizado el dibujo. Mediante la observación y registro podemos inferir sobre el 
nivel y calidad de la ansiedad, y en qué momentos se produce, por ejemplo, nerviosidad de los dedos, 
tensión muscular, cambios posturales constantes, etc. Podremos hacer inferencias de cómo enfrenta 
nuevas situaciones, por ejemplo, si tarda demasiado en iniciar la tarea, si es impulsivo, si necesita una 
guía en forma constante, si después de las aclaraciones que le hace el entrevistador a sus preguntas hay 
comprensión y aprendizaje logrando el inicio de la actividad, o la ansiedad es tal que se bloquea. 
También, veremos cuál es el grado de cooperación que ofrece el sujeto, si es básica, superficial, 
evasiva, si hay negativismo explícito o es encubierto, por ejemplo, haciendo una producción desganada 
finalizando rápidamente. Estas son sólo algunas ejemplificaciones del por qué es necesaria la 
observación mientras se realiza la tarea. Hay situaciones, como en el caso de investigación, o en 
algunos casos de selección masiva de personal, en que esta no es posible y se debe tener presente 
entonces el grado de incidencia de tal desventaja en la interpretación de los resultados. 
Por otro lado, tendremos en cuenta el contenido, que se relaciona con la interpretación que el sujeto 
hace del material a partir de la asociación de ideas, imágenes, sentimientos, actitudes, recuerdos, que 
son plasmados en el papel, unido a lo que pueda decir sobre su producción. Esta constituye su conducta 
provectiva. También aquí es fundamental la observación y el registro. 
Podemos sintetizar que los pasos para el análisis de una producción proyectiva gráfica son: 
El primer paso resulta inevitable: observar el gráfico en su totalidad para obtener lo que llamamos 
una Impresión gestáltica, es decir, cuál es el primer impacto global que nos despierta el dibujo: 
¿Qué detalle nos llama más la atención? 
¿Es armónico o grotesco? 
¿Integrado o desintegrado? 
¿Estático o con movimiento? 
¿Pobre o rico en detalles? 
¿Es adecuado para su edad? 
La impresión gestáltica: 
• sintetiza e integra los otros niveles de interpretación ya que en ella confluyen los niveles 
formales y de contenido. 
• nos permite captar el concepto que el sujeto tiene de sí mismo, de su integridad, organización, 
vitalidad, flexibilidad o rigidez, si responde a su edad evolutiva, la riqueza o pobreza de detalles, 
su capacidad de anticipar y planificar, entre otros. 
• nos permite una primera diferenciación entre neurosis y psicosis. 
Las producciones psicóticas se caracterizan por ser una producción desordenada, con síntesis 
defectuosa, donde puede haber mucho sombreado, borroneado, mezcla de varios medios como 
palabras, números y dibujos, producciones extrañas, fantásticas. Vemos que a partir de la 
desintegración, la falta de unidad temática (o síntesis), hay un Yo que no está comandando el 
psiquismo; no habría una integración yoica. 
En las producciones neuróticas, en cambio, la gestalt está conservada, también los límites. Los 
conflictos neuróticos se expresan a través de distintos indicadores como en el énfasis o exageración de 
partes, tamaños, sombreados o borrones, omisiones, zonas confusas poco delimitadas (aunque estas 
zonas se encuentran dentro de una totalidad organizada) (Grassano, E. 1984;Veccia, 1998). 
Creemos pertinente aclarar: 
1La impresión gestáltica constituye un primer nivel de análisis que, si bien es útil tenerlo en cuenta 
en la consideración del material, de ninguna manera puede ser la única base de nuestras hipótesis 
diagnósticas. 
2Siempre debemos tener presente la edad del entrevistado, con el fin de interpretar los dibujos de 
acuerdo a los patrones evolutivos esperables de acuerdo a la edad del sujeto. 
Ejemplo: dibujo de figuras desnudas. Sabemos que el niño recién hacia los 5 años comienza a 
colorear y rellenar las partes de las figuras como un primer intento de vestimenta. Hacia los 6 
años con el inicio de la escolaridad hay una mayor adaptación a la realidad y las figuras dibujadas 
aparecen con un mayor grado de diferenciación sexual y vestidas. En el caso de los adolescentes, 
es común encontrar dibujos de figuras desnudas o acentuadas las partes genitales, debido a una 
problemática propia de la etapa vital que corresponde a la reelaboración de la imagen de sí, del 
esquema del cuerpo \ la búsqueda de la identidad sexual (Veccia, 1996, 1998) En un adulto, en 
cambio, no sería una respuesta esperable el dibujo de figuras desnudas. Habrá que atender en 
cada caso cuál es la interpretación que le otorgamos ya que puede ser indicador narcisismo 
patológico, exhibicionismo, o producto de una crisis de identidad, entre otros. 
3 No debemos olvidar cuál es el medio sociocultural del sujeto, y también su nivel intelectual. 
Ejemplo: tanto en niños como en adolescentes son comunes las producciones fantásticas 
producto de la etapa vital y de la presencia de la cultura y sus productos (dibujos animados, 
personajes de películas o de series televisivas, etc.). 
El paso siguiente (entiéndase que tal secuencia de pasos responde a nuestro interés de proveer una 
adecuada transmisión al lector de la temática que estamos tratando, pero que no se da rígidamente en 
la práctica), consiste en analizar las pautas formales (Wolff) o rasgos expresivos (Hammer). Se definen 
como la sistematización del aspecto gráfico a partir del cual pueden recrearse los movimientos y las 
características de personalidad del sujeto independientemente del tipo de dibujo de que se trate. La 
hipótesis subyacente es que los movimientos expresivos están en íntima conexión con las 
características y organización de la personalidad. Por ejemplo: si una persona hace un gráfico pequeño 
en un rincón de la hoja podemos inferir un posible comportamiento tímido en las relaciones 
interpersonales del sujeto. 
Dado que dan cuenta de los aspectos más estables de la personalidad (carácter), resultan ser de gran 
utilidad para efectuar el diagnóstico y el pronóstico. 
Wolff (1947) sistematizó las pautas formales reuniéndolas en diferentes grupos (en García Arzeno, 
1993), donde cada uno cuenta con distintas pautas y su significación psicológica. Mencionamos de 
cada grupo algunas pautas como ejemplos: 
- Cualidad de los trazos: una presión fuerte significaría fuerza, vitalidad; las líneas rectas 
indicarían rapidez y decisión, a diferencia de las líneas interrumpidas que señalarían indecisión; 
las curvas y líneas circulares indicarían ritmo; los movimientos grandes y amplios: expansión; 
y los limitados: constricción. 
- Cualidades de la forma: las formas consistentes indicarían decisión; formas diferenciadas: 
capacidad de adaptación; preferencia por grandes formas: tendencias a la expansión; preferencia 
por formas pequeñas: tendencia a la restricción; formas imaginarias: predominio del mundo 
interior. 
- Comparación de los trazos: las líneas dentadas significarían irritación; las líneas nítidamente 
definidas: decisión y determinación; las formas vagas y restringidas: inhibiciones, miedos; las 
interrupciones: inflexibilidad, negativismo. 
- Dirección de los trazos: la preferencia por los movimientos circulares indicarían oscilación, 
cambios de humor; por los movimientos verticales: acción, determinación: por los movimientos 
horizontales: tranquilidad, perseverancia; la dirección precisa implica determinación yseguridad; la dirección de arriba hacia abajo: introversión, ansiedad: de abajo hacia arriba: 
extraversión, dominio, agresión; de derecha a izquierda: introversión, autodeterminación, 
aislamiento; de izquierda a derecha: extraversión, tendencia al mando, conducción. 
Valor tipológico de las pautas gráficas: puede dividirse en tipo realista y tipo abstracto. Tipo 
realista: la exactitud significaría observación; la presión ancha: agresividad; la exageración de 
detalles: ausencia de integración. 
Tipo abstracto: la falta de exactitud indicaría alguien más soñador; los movimientos 
esquematizados: rigidez; la preferencia por las sombras: ensoñación. 
Hammer (1969) toma aportes de varios autores que se dedicaron a investigar sobre el tema del 
movimiento expresivo, entre ellos, Alschuler y Hattwick, Wolff, Buck y P. Elkish, y enuncia lo que 
denomina los aspectos o componentes expresivos de los dibujos proyectivos. Dice Hammer que “la 
fase estructural o expresiva del dibujo abarca el tamaño de éste, la presión y calidad de la línea, el 
emplazamiento en la hoja de papel, la exactitud, grado y áreas de completamiento y detalles, la 
simetría, perspectiva, proporciones, sombreado, reforzamiento y el borrado.” (p. 51). Remitimos al 
lector interesado en la ampliación del tema al capítulo 3 de Tests Proyectivos Gráficos (E. Hammer, 
1969) editado en Buenos Aires por Paidós. 
Por su parte, Paula Elkish (1970) realizó otra sistematización (en García Arzeno, 1993; y en Frank 
de Verthelyi, 1996) sobre las pautas expresivas, los indicadores y sus diferentes significaciones 
psicológicas. Presenta las pautas en forma de cinco pares o dimensiones que se infieren a partir de 
distintos indicadores: 
 
La autora pone énfasis en la fortaleza yoica que se expresaría en la riqueza, flexibilidad y 
adaptación de recursos presentados en el grafismo. Lo esperable es que no se encuentren exacerbadas 
las pautas que propone (las cuales constituyen un continuum). Cada pauta tiene aspectos adaptativos 
 
y conflictivos, dependiendo de su equilibrio o exacerbación. 
 
 
 
 
 
El adecuado equilibrio entre ambas pautas indica que el sujeto tiene la capacidad de respetar la 
realidad y, a su vez, enriquecerlo con sus fantasías. Nos hablan de un Yo fuerte con capacidad 
creativa. 
El siguiente paso consiste en analizar las pautas de contenido que se refieren a la particular 
manera en que cada sujeto aborda la temática en su dibujo, cómo el sujeto trata las diferentes partes 
del mismo. Lo que enfatiza, omite, borra, nos habla de sus conflictos, de las defensas, de cómo se 
siente consigo mismo y con los demás. 
Ejemplo: un sujeto dibuja una persona sin brazos indicando posibles sentimientos de 
inadecuación, o que siente que no puede hacer cambios, que se siente impotente, etc. Otro sujeto, en 
cambio, dibuja brazos gruesos acompañado de hombros cuadrados implicando posibles actitudes 
hostiles y sobrecompensatorias. 
Respecto del tema de los mecanismos defensivos diremos que si bien son procesos psíquicos 
inconscientes, poseen un aspecto manifiesto y uno latente que puede ser explorado a través de las 
respuestas gráficas. Utilizando el método de recurrencias y convergencias de datos (ver el siguiente 
apartado) intentaremos establecer qué mecanismos defensivos predominan, ante qué se defiende, cuál 
es el grado de éxito alcanzado, si corresponden o no a la etapa evolutiva y si son plásticos, rígidos, si 
hay variabilidad o predomina uno solo. 
Para el estudio de las defensas en un material gráfico el lector puede consultar el libro de E. 
Grassano (1984) “Indicadores psicopatológicos en técnicas proyectivas.” Asimismo, en los casos que 
presentaremos como ejemplos se hace mención a los mecanismos defensivos. 
En síntesis, cada sujeto tendrá un estilo diferente, único, para abordar el tema del dibujo y ese 
estilo dependerá de sus características y de la organización de su personalidad que se proyectan ante 
el estímulo, de la situación actual del sujeto, del contexto sociocultural y de su historia. 
 
Método de Recurrencias y Convergencias para la interpretación del Dibujo Proyectivo 
A partir de los datos obtenidos por las distintas pautas, se harán inferencias sobre el posible 
significado psicológico de las mismas en el sujeto que nos consulta. 
Para que nuestras hipótesis interpretativas sean confiables, es decir, que den cuenta lo más 
acertadamente posible acerca de la personalidad del sujeto, debemos realizar un trabajo sistemático 
de análisis e integración del material. Utilizaremos para la interpretación de los datos el método de 
recurrencias y convergencias del material basándonos en la sistematización realizada por la Dra. 
Renata Frank de Verthelyi (op. cit.). 
La recurrencia es la reiteración de un mismo indicador en varias zonas de un mismo gráfico o en 
gráficos diversos. Por ejemplo: un sujeto dibuja tanto la Figura Humana como los miembros de su 
Familia apoyados en el margen izquierdo de la hoja indicando regresión. Esta es una recurrencia 
intertest (entre tests distintos). 
 
La recurrencia no sólo puede darse en cuanto a pautas formales sino también en cuanto a pautas de 
contenido. Por ejemplo, puede reiterarse la omisión de ojos en las dos figuras del Test de las Dos 
Personas; puede recurrir la asignación de tareas intelectuales a las figuras masculinas del test de la 
Familia Kinética. Estas son recurrencias intratest (en distintas zonas dentro del mismo test). 
La convergencia se refiere a la reiteración de una secuencia dinámica (impulso y defensa) pero que 
se expresa a través de indicadores disímiles, a veces opuestos, pero que sin embargo expresan una 
misma conflictiva. Ejemplos: 
Las dificultades en el logro de la identidad y la actitud sobrecompensatoria de resaltar la apariencia 
exterior, buscando en elementos externos lo que aún no está consolidado internamente, puede 
expresarse gráficamente a través del dibujo de una Figura Humana carente de rasgos faciales con 
exagerada preocupación por la vestimenta y accesorios. Esta es una convergencia intratest a partir de 
dos pautas de contenido distintas. 
La preocupación de un sujeto por controlar sus fantasías por temor a desorganizarse, que lo llevan 
a aferrarse a la realidad objetiva, comportándose de manera formal y sobreadaptada, puede ser 
expresada gráficamente a través del dibujo de una casa en la parte superior de la hoja, como volando 
(tendencia al fantaseo) y un árbol emplazado en la parte inferior con grandes raíces (control y ligazón 
exacerbada a la realidad.) Esta es una convergencia intratest a partir de pautas formales contrarias 
(ubicación), a lo que se suma una pauta de contenido (grandes raíces). 
Estas son sólo algunas muestras de cómo el material puede interpretarse de acuerdo al método de 
buscar recurrencias y convergencias. Es un método que nos permitirá integrar y jerarquizar el material 
dentro del cuadro total de la personalidad del sujeto. 
En síntesis, el dibujo.como toda producción simbólica subjetiva tiene un sentido que hay que 
descifrar, y está sobredeterminado, es decir, varias secuencias dinámicas confluyen en el dibujo 
(condensación). Para lograr interpretarlas buscaremos repeticiones e insistencias de indicadores 
(recurrencias) y aquellos indicadores que son disímiles y/u opuestos pero que conducen a la misma 
secuencia dinámica (convergencias) (Veccia, 1996). 
Ejemplificación a través de material clínico 
A continuación presentamos a modo de ilustración el análisis e interpretación de tres casos: el 
primero corresponde a una adolescente de 17 años que consulta por orientación vocacional (Caso L). 
El segundo, es de un joven de 20 años que es derivado por el médico neurólogo (Caso C), donde se 
hará especial hincapié en mostrar cómo el esquema e imagen del cuerpo, y la identidad, pueden ser 
estudiados a través de los gráficos. 
El tercer caso que presentamos corresponde a un adultode 29 años (Caso G) cuya administración 
fue hecha por un alumno en el marco de la cursada de la materia. En este último caso se podrá observar 
el interrogatorio posterior al HTP de J. N. Buck, que tal como dijimos, se trata de que el mismo sea 
adaptado por el entrevistador a ese momento particular de interacción con el entrevistado, de manera 
que no se transforme en un interrogatorio rígido con preguntas dirigidas. Las correcciones realizadas 
al alumno respecto del modo de llevar a cabo el cuestionario se han incluido entre paréntesis. Antecede 
a este caso una breve revisión de la administración del HTP de J. N. Buck. 
Los análisis se realizaron empleando el método de recurrencias y convergencias señalando en cada 
caso los indicadores, la interpretación y la integración del material. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Caso L: Una adolescente de 17 años que consulta por 
orientación vocacional 
TERESA ANA VECCIA 
L consulta porque está terminando el quinto año de su escuela secundaria y no puede decidirse a 
seguir una carrera universitaria. La madre la está presionando porque no desea que L termine, como 
ella, “de empleada”. L pensó en Abogacía y se imagina haciendo Derecho Penal, pero no se decide. 
Dibujo Libre 
Observamos que responde a la consigna dibujando edificios, árboles y una persona con un perro. 
Recurre a conceptos que le son muy familiares y que representan los temas favoritos de la niñez. El 
dibujo impresiona por su carácter infantil, y por su rigidez y estereotipia, tanto en sus pautas formales 
como de contenido. 
L maneja el espacio en blanco ofrecido de dos formas: primero, busca su mayor comodidad rotando 
la hoja varias veces hasta asegurarse una amplia expansión a lo largo del eje horizontal; segundo, sus 
dibujos se aferran al borde inferior usándolo como plano de apoyo. A pesar de eso, un grupo de 
edificios se cae y de esta manera parece evidente la endeblez del piso como la de los “ambiciosos” 
edificios. Estos aspectos contrapuestos (convergencia) nos sugieren deseos de autoafirmación 
frustrados, junto a la expresión de conductas compensatorias en reacción a ellos. Veremos si nuestra 
hipótesis se corrobora más adelante. 
Es una producción reglada con objetos agrupados por categorías: casas, árboles, seres vivos. Como 
resabio de los primeros juegos clasificatorios infantiles. Las líneas rectas predominan, así como 
aparece ausente la consideración de distintos planos en el espacio: todo está en un mismo renglón y en 
un mismo plano. La organización del pensamiento hasta aquí reproduce formas esperables en etapas 
anteriores, junto a contenidos e intereses también desencontrados con la etapa vital de L. 
¿Por qué se presenta más chiquita de lo que es?; ¿Es esta una característica oscilación adolescente?, 
o bien, ¿Los indicadores recogidos están alertando sobre aspectos de inmadurez intelectual y afectiva 
que en este momento hacen sufrir a L quien tiene que responder a mayores exigencias familiares y 
ambientales? 
Continuando la lectura, observamos que dos de los grandes bloques dibujados en primer término 
amenazan con “caerse” y buscan apoyo en un tercero, que es más pequeño y confuso. Hay 
desproporción en el tamaño de la ventana y descuido en la peculiar ubicación relativa de las mismas 
en uno de los edificios. Este presenta además una significativa incompletud, ya que queda abierto en 
uno de los extremos. Lo mismo ocurre en los árboles contiguos: abiertos en su extremo inferior, sin 
base, y notoriamente distintos. Uno de ellos con marcadas saliencias en punta, “agresivo”, en el otro, 
un tronco pequeño se dispersa en “brazos” o “lazos” contenidos dentro de una copa envolvente. 
Si reconsideramos el tipo de casas graficado: “casas-fachada”, poco elaboradas, sin techo, 
incompletas, entendemos que aparece insinuada una convergencia entre intentos de mostrar apariencia 
de fortaleza y adecuación, junto a otros indicios que revelan inmadurez y fragilidad. 
En la “zona de los seres vivos” aparece un “autorretrato” de la autora junto a la figura de un perro. 
Aquí recurre la desproporción del tamaño en relación a los árboles y edificios. L nos auxilia en la 
formulación de nuestras hipótesis cuando dice de sus dibujos en la etapa de “post-drawing”: “este 
representa la ciudad, que a veces me da miedo, volver tarde,... porque a mi me gustaría viajar, conocer 
... me parece que soy egocéntrica... acá el perrito que siempre quise tener y mamá siempre me negó...” 
Los miedos, las inseguridades, el ideal de independencia junto a los viejos reproches a la mamá 
aparecen “sabiamente” representados en su dibujo libre y sugieren también que a partir de todo ello L 
viene a pedir ayuda. 
Volvamos al dibujo de la figura humana y el animal: aquí uno depende del otro. La “niñita-mujer” 
aparece identificada en su rol de escolar, los detalles de la vestimenta sobresalen tanto que superan en 
tratamiento y elaboración a la expresión facial casi inexistente. ¿Cómo define L en esta etapa su 
“búsqueda de identidad”? 
Nos detenemos en la figura humana: hay ausencia de rasgos sexuales secundarios, fallas en la 
simetría (un brazo es más largo que el otro), áreas excesivamente remarcadas en el escote y la cintura, 
las partes no están netamente diferenciadas. No dibuja manos, pero aparecen dos objetos sostenidos, 
uno indiferenciado, el otro, la correa que no llega a unirla al perro. El animal está nombrado con 
mayúsculas. Su cabeza se asemeja a un rostro humano y el rellenado del cuerpo es una maraña de 
líneas apenas contenidas por el borde. Parece una figura donde se han condensado y desplazado 
distintos significados. Responde a un anhelo no satisfecho por la madre. ¿Se trataría de un “doble” o 
un objeto acompañante? 
Aspectos expresivos más rígidos y controlados (edificios, tablones del delantal) convergen con 
otros más impulsivos. 
La organización defensiva muestra un predominio de defensas del grupo obsesivo: 
- aislamiento, por la pobreza, rigidez y frialdad general del gráfico. Aquí podríamos agregar que 
la ausencia de manos, las ventanas como agujeros sin detalles, vacías, las bocas apenas sugeridas 
por puntos, como los ojos, son pautas de contenido que recurren en señalar el área del contacto 
y las relaciones interpersonales muy dificultadas para L. En este sentido, el reforzamiento de la 
represión a través del aislamiento del afecto, debe contribuir en esta dificultad. 
- Como formación reactiva, dibuja temáticas convencionales, “prolijita”, una nena que va al 
colegio, pero por otro lado aparecen pautas hostiles en el árbol, la antena reforzada y puntiaguda 
del edificio, la presión agresiva en el trazo del delantal. 
- Control, se expresa en todo el gráfico y predominantemente en el tratamiento del delantal, donde 
se detiene en el detalle de las tablas, el cuello de la figura humana y el collar del perro. 
L presenta en su primer dibujo, una imagen de sí misma, y una representación de su esquema 
corporal endebles, constrictivas, y en evidente falta de correspondencia con su edad cronológica. En 
el dibujo es una chiquita asustada y en la verbalización, en cambio, hay mayor cercanía y contacto con 
sus propios conflictos. 
Parece más bien la representación gráfica del anhelo de volver atrás, al orden infantil de la latencia, 
y escapar de las nuevas exigencias y conflictos emanados de su momento vital. 
Test de las Dos Personas 
Encontramos aquí varias recurrencias en el tratamiento de la figura humana. Siguen omitidos los 
caracteres sexuales secundarios. Los personajes recuerdan las representaciones de los comienzos de la 
pubertad. La figura humana se presenta desexualizada, con mayor control de los detalles de la 
vestimenta (cuello de la camisa marcado, botones, cinturón) y un significativo cuello alargado, 
revelando probablemente inquietud por el control de los impulsos. 
Estas características se reiteran en el personaje masculino, dibujado en primer término yalgo más 
pequeño, en el que se agrega la omisión de los pies. Si en el dibujo anterior el borde de la hoja intentó 
ser usado como base de sustentación de las figuras, aquí sólo la escritura de nombres y edades parece 
cumplir esa función, aunque sin éxito: los personajes comienzan a inclinarse nuevamente hacia la 
derecha perdiendo verticalidad, quedan “en el aire”. El tamaño es pequeño y su aspecto general rígido 
y estático. El emplazamiento vuelve a buscar la mitad inferior de la hoja. 
En este nuevo aporte de evidencias, pensamos que el contacto con la realidad y la satisfacción de 
las necesidades instintivas entran en contradicción. Es difícil “tener los pies en la tierra”. La adición 
de detalles (paleta, gorra con visera, cartera) busca el camino de la diferenciación entre las dos figuras, 
pero no lo logra acabadamente. Los “cuerpos tubos’’ y los hombros agrandados expresan una 
representación más masculina que femenina de sí misma. 
Desde otro punto de vista, considerando la historia en sus indicadores formales vemos que el 
emplazamiento dividido en dos partes, delata falla en la planificación. La pareja queda “contenida y 
enmarcada” entre las dos partes escritas. Desde lo formal, el relato presenta un inicio, un desarrollo y 
un desenlace, con tiempos de verbos en ocasiones confusos, y un “final feliz” que sugiere varias ideas: 
una intención manifiesta de “arrepentimiento” en la que la hostilidad y desvalorización se convierten 
en buen trato y valorización, debido a la amenaza de perder o arruinar el vínculo. Precisamente la 
conjugación del verbo “tener” en la última frase de la historia aparece confusa e interrumpida. 
Algunos datos de la Entrevista son aquí actualizados: “Flavio” es el novio de L, y “Florencia” es 
una de sus amigas... la historia es autorreferencial y parece expresar la fantasía de quedar excluida del 
vínculo por una rival más competente: hay “otra” en su lugar. Cuántos “miedos” y deseos 
contradictorios entonces para L. Cuántos conflictos y cuántas exigencias para el Yo en la tramitación 
de los mismos... ¿Qué lugar ocupará en la cabeza de L la presión de la mamá para que se decida por 
una carrera universitaria? 
Test de la Familia Kinética Actual 
Vemos aquí la presentación de una familia completa con la inclusión de una abuela (paterna que 
no convive con el núcleo familiar pero los visita asiduamente), presentada además en su rol social. Los 
integrantes no comparten un escenario sino que cada uno “está en la suya” sin disponibilidad para la 
interacción o el contacto interpersonal. L ha dicho en el “postdrawing” que ella “sabe muy bien lo que 
hace cada uno.” 
Observamos con detenimiento lo que ha ocurrido en este gráfico: en primer lugar nos interesan los 
aspectos formales: los tamaños son semejantes y anulan las diferencias generacionales, los roles 
parentales no han sido discriminados, aquí parecen todos niñitos. La representación del cuerpo en la 
figura humana ha perdido organización, diferenciación y armonía (pérdida de la completud y 
complejidad como logros evolutivos importantes). La representación sigue aquí un camino regresivo. 
Hay falta en los límites, apéndices que sobresalen, miembros que se omiten, o quedan desencajados. 
La organización del espacio se toma bidimensional. Las acciones se dirigen todas al exterior y aparece 
francamente la necesidad de comunicarse en L, que se representa “hablando por teléfono”. A lo largo 
de la secuencia hemos observado reiteradamente cómo ella dibuja figuritas sin órganos de contacto, a 
la vez que adiciona objetos para dar cuenta de los roles o las acciones ejercidas. 
En cuanto a los roles asignados, observamos que el hermano se queda con un rol intelectual y ella 
no. La madre queda en el centro, en un rol totalmente pasivo, en actitud de autoabastecimiento, 
despreocupada del resto, digamos que aquí “el sol brilla para la mamá”. 
Ella se adjudica la misma acción que el padre. ¿Hay aquí una línea de identificación representada? 
También observamos que “hablando por radio” parece diferenciarse sutilmente del “trabajando” 
adjudicado a la abuela. Sabemos por las entrevistas que el padre trabaja como periodista radial, ¿Cuál 
será la valoración familiar de su trabajo? ¿Qué ordena la figura de la abuela en este retrato familiar? ... 
¿Por qué queda ella con la posesión del rol más marcadamente activo y reproductivo, y con la facultad 
de “asistir”, mientras otro apenas esbozado “es asistido”? 
Test de la Familia Kinética Prospectiva 
En esta técnica pedimos, siguiendo la aplicación hecha por Dra. Renata Frank en la Argentina, que 
el sujeto imagine y dibuje a su familia haciendo algo “dentro de 5 años”. 
En este caso los personajes son los mismos: hijos, padres, abuela, con algunos cambios en los roles 
y escenarios que acompañan a tres de ellos, pero con una distribución espacial semejante, a excepción 
de la abuela que queda separada y en un emplazamiento superior, conservando así el control sobre los 
demás y la jerarquía dentro de la familia. Su actividad no cambia a pesar del paso del tiempo, por lo 
que suponemos que para L representa un personaje idealizado, con características de fortaleza y 
actividad, junto a rasgos de control y poder dentro del grupo familiar. 
Resulta muy significativa la representación gráfica que ha hecho L de la madre: en ambas técnicas 
aparece desarrollando actividades superficiales, de autoabastecimiento. En ambos dibujos además 
ocupa el centro de la escena, un lugar destacado, y es la única figura que posee atributos femeninos, 
en relación al resto: lleva cartera y está vestida con falda. 
No queda así registrado un rol nutricio, protector, sino competitivo y rival. Desde el punto de vista 
formal se mantienen las características regresivas infantiles del material acentuándose las mismas en 
las dos últimas figuras que representan a L y su hermano. 
En la figura de “gerardo”, escrito con minúscula y efectivamente convertido en minúsculo en la 
representación gráfica, aparecen transparencias (inclusiones recíprocas-bidimensión), pérdida de la 
integración, armonía y humanización de la figura. Digamos que es el personaje “más maltratado” en 
la producción así como la mamá resulta la más “cuidada”. 
Un buen ejemplo de convergencia entre indicadores disímiles resulta aquí de la consideración de 
la estructura gráfica desarmada y desvalorizada del dibujo del hermano y la atribución al mismo del 
rol de “Juez” con un diploma y una especie de bonete que otorga características bizarras a la figura, 
lleva al extremo las fallas lógicas a la vez que muestra la invasión del proceso primario en una 
producción gráfica en la que la ejecución del Yo va mostrando signos de debilidad. 
Así este último par de representaciones: “Gerardo-Juez” y “Yo-Actriz” parece indicamos cómo los 
sentimientos de hostilidad, rivalidad, competencia, interfieren en la producción de L oscureciéndola y 
confundiéndola, seguramente algo de esto le ocurre también en su desarrollo intelectual y emocional, 
y en su vida de relación. 
Las “luces del teatro” no alcanzan para disimular la importancia del personaje representado con el 
cuerpo geometrizado característico de los niños de menor edad, el rostro confundido en sus límites, 
falta de rasgos, boca, nariz, y las manos transformadas en apéndices puntiagudas, falta de “encaje” 
entre las piernas y el tronco. 
¿Queda establecida la “ficción de un personaje”? 
Sabemos, por la Entrevista, que el rol de “actriz” está asociado desde el discurso manifiesto a toda 
una línea de estímulos paternos: el padre asociado indirectamente al mundo “del espectáculo” a través 
de su trabajo, ha llevado a L a ver teatro y la ha vinculado con docentes de teatro. L intentó, pero 
terminó abandonando los grupos de teatro, debido a inhibiciones y decaimiento del interés. “Empiezo 
las cosas y después las abandono”, se había quejado en la primera entrevista. De modo que “Yo actriz”representa a la vez un deseo y un fracaso. ¿Deseo de acercarse al padre, de complacerlo? La posibilidad 
fantaseada de “ser actriz” no la aleja de los impedimentos que sufre en el estudio (siempre le costó 
mucho estudiar), de la competencia con el hermano, pero también del deseo de la madre de ver lograda 
en L la carrera universitaria que ella no pudo o no quiso tener. Conflicto de identificaciones que 
vuelven sintomático el momento de elección vocacional. 
Agregamos algunas consideraciones acerca de la lectura de aspectos cualitativos en el Test de 
Bender. El Test visomotor fue aquí administrado como el último de la secuencia gráfica: su consigna 
es directiva y el examinado realiza los dibujos con los modelos a la vista. 
Aquí si bien continúa la tendencia micrográfica en ciertas figuras (4, 5, 8), observamos una 
adecuada planificación del espacio, y cuidado en el logro de las formas y tamaños relativos. 
Los modelos presentados permiten a L un desarrollo más controlado. Las figuras de puntitos le han 
resultado de más fácil ejecución, en cambio, fueron más difíciles para ella las que requerían 
continuidad del trazo (A, 8). La ansiedad y el temor a equivocarse le juegan una mala pasada. Por 
ejemplo, en A, nos parece que la figura anulada era mejor que su corrección final, donde tanto el 
círculo como el cuadrado han sido deformados. La exigencia y los autorreproches no la llevan a un 
mejor desempeño, sino que más bien arruinan lo logrado: “Siempre estoy de mal humor... me llevo 
mal con todos... en el colegio soy re-asquerosa... las cosas difíciles me gustan pero después las dejo... 
si me enseñaran a estudiar bien... etc.” ¿A quién y qué le reprocha? 
Miedos, conflictos, deseos y exigencias. La crucial pregunta adolescente respecto de la identidad: 
¿Quién soy? ¿Cómo debo ser? ¿Cómo quiero ser y cómo quieren que sea?, aparece aquí claramente 
desplegada en los distintos momentos de esta secuencia gráfica y a través de los diversos indicadores 
que como las piedritas de Pulgarcito, nos sirven de huellas privilegiadas, nos abren los caminos para 
intentar la comprensión de quien nos consulta. 
Por último, mostraremos cómo los datos aportados por la entrevista y los gráficos, y las hipótesis 
planteadas, se refuerzan a través de distintos indicadores en el Cuestionario Desiderativo (técnica 
proyectiva verbal). 
1+ 3” “Un perro porque lo cuidan, lo quieren, le dan de comer, lo sacan a pasear. A otro animal no le 
dan tanta importancia como al perro.” 
2+ 4” “Un auto ...(?) porque iría a todos lados, me llevarían a todos lados. 
3+ a) “¿Cómo objeto?” “¡Una cama así me la paso todo el día durmiendo!” 
b) “Una planta” ... (?) “el helécho” (?) “porque es linda y porque está viva”. 
1- 5” “Un sapo” (?) “porque me tendrían miedo”. 
2- 7” “Un libro” (?) porque es siempre aburrido (?) “Un libro como los del colegio”. 
3- 1” “Un cactus porque así de las plantas es el más feo”. 
(?) “Cuando buscaba qué planta pensé en esa que tenés ahí. A mamá le encantan, pero me 
equivoqué, esa no es un helécho” ... “Los sapos siempre me dieron asco (asco-miedo). De chica cuando 
iba a “La Reja” había un montón de sapos. Mamá era amiga de muchas mujeres que llevaban los hijos. 
Del Club Eccleston.” ... “Tenía una gran amiga, era como mi prima, nos criamos juntas, después no la 
vi más.” (?) “No sé ... y lo del libro ... bueno a mamá le gustan mucho, se lee todo”. 
Una apreciación global del protocolo nos vuelve a dejar la impresión de un mundo de intereses 
limitado en L, y aspectos de pasividad y dependencia extremos. Pero sabemos también que la pregunta 
del Desiderativo cae en un mal momento (crisis vital). Sin embargo, el lenguaje y el “paisaje” general 
del protocolo refuerzan las hipótesis hechas en los gráficos. Aquí hay una imposibilidad de 
desprenderse de fantasías vinculadas a necesidades orales frustradas: mamá nutricia que cuida, 
alimenta, la lleva a pasear, etc. Teñidas de ansiedad y “urgencia”, L emite las respuestas sin dejarse 
tiempo para el contacto con las ideas, más bien se deshace rápidamente del pedido que parece obligarla 
a un esfuerzo tan grande. 
Sin embargo al interpretar sus propios dibujos ella ya había dicho: “Qué egocéntrica” ... ¿Quién lo 
dice? 
Aquí el objeto está presente pero la respuesta implica sólo a necesidades de sí misma (reforzamiento 
de la libido narcisista) reactivadas en este momento crítico. 
El “helécho” está inserto dentro de una vía asociativa en la que aparece el marco transferencial: 
busca responderle a la entrevistadora (satisfacer) con un objeto que le agrade, como el helécho le 
agrada a la mamá, le “ofrece” el mismo objeto simbólico en respuesta. Pero sabe que no es lo mismo. 
Más adelante rechaza al “libro mamá” por aburrido. Porque es aburrido permanecer en esta diada 
que agota, ahoga y no deja salir. 
La agresión aparece simbolizada en las espinas del cactus que rechaza por lo feo. ¿Será este un 
recurso para poder tomar distancia y no quedar sometida e indiscriminada? 
Caso C: Un joven de 20 años derivado por el médico neurólogo 
TERESA ANA VECCIA 
C llega a consulta enviado por un médico neurólogo. La madre es la primera en entablar la 
comunicación telefónica solicitando la entrevista para su hijo. Dice que su hijo no pudo llamar desde 
el trabajo por dificultad en las líneas telefónicas. En esta primera presentación la madre habla por C 
Se le pide que C intente comunicarse fuera de los horarios de trabajo, a su vez, se le facilita el teléfono 
particular. Al día siguiente C llama. Parecía trabado al hablar, se tragaba palabras, se lo notaba muy 
ansioso y costaba entenderle. Surgía allí la pregunta de si padecería algún trastorno neurológico 
relacionado con la función del habla, el lenguaje. Pedía un turno porque lo mandaba el “doctor” y 
rápidamente se arregló un horario. La presentación de la madre en el lugar del hijo haciéndose cargo 
del pedido de consulta abre una serie de hipótesis: 1) una inhibición del Yo; 2) aspectos yoicos 
vinculados a la prevención y el cuidado depositados en la madre; 3) la madre y el médico demandando 
lo que C no demandaba; 4) dificultades del habla debidas a trastorno neurológico. 
C llega a la primera entrevista con un recetario del médico en la mano donde consta que no tiene 
ningún trastorno neurológico y que se recomienda “psicodiagnóstico y psicoterapia.” Efectivamente C 
dice que fue a ver al médico para que le recetara “remedios para los nervios” pues tiene insomnio y 
siente mucho cansancio. “Tengo muchos nervios, no duermo, pienso y pienso lo que tengo que hacer 
mañana.” 
Es un muchacho alto y desgarbado, muy pálido, que viste con ropa negra y borceguíes, con un 
estilo “punk.” Parece torpe, tímido, y al hablar se come las palabras. Después explica que siempre le 
pasó y que es peor cuando se pone nervioso. Abandonó el industrial en tercer año, se llevaba tres 
materias, rindió los exámenes pero “pensó” que lo habían bochado en todas y no apareció más por el 
Colegio. Sin embargo, el año pasado volvió a buscar un certificado y allí se dio cuenta que había 
aprobado algún examen y podría haber seguido cursando como alumno regular: C dio por perdido lo 
que había logrado. 
En el discurso durante la primera entrevista presenta a la madre como ama de casa, modista, de “45 
a 46 años” de edad y al padre como comerciante de 45 años con un negocio en una localidad del Gran 
Buenos Aires. La familia es judía y religiosa, respetando los ritos y prohibiciones del fin de semana y 
la comida tradicional. W, su hermano mayor de 23 años es quien se encarga en la familia de hacer 
cumplir los preceptos. Los demás, “sobre todo C". se encargan de transgredirlos. Además de W, tiene 
una hermana menor de 19 años de quien sólo dice “nunca está.” W y C duermen en la misma habitación 
y no se hablan desde hace tres años a raíz de una pelea entre ambos por el uso de un grabador, regalo 
del padre al hermano, y objeto de disputa.Ambos usan a la madre como intermediaria en los mensajes. 
Si están juntos en la cocina, por ejemplo, se dirigen a la madre para que ella le pregunte u ordene algo 
al otro. “Mi mamá se banca cada cosa...” dice C quien siente que es su favorito y comparte con ella los 
mates y las charlas de la tarde. La figura del padre, en cambio, es desdibujada cada vez más en el relato 
o bien es objeto de un persistente reproche: “si él me hubiera abierto camino en la vida a mí me hubiera 
sido todo más fácil.” C trata a su padre de “perdedor”, y dice de su madre que es “la que corta y pincha” 
condensando con humor el trabajo de su madre y las fantasías edípicas reactualizadas en relación a 
una madre fálica. En este caso es el humor el que metaforiza el discurso y provee de la distancia 
simbólica entre lo representado y sus representantes. Frecuentemente en el transcurso de la primera 
entrevista dice “soy un desastre” y sonríe. Según C tendrían que venir sus padres al tratamiento y se lo 
tendrían que pagar: él es un niño que no puede, la consecuencia “desastrosa” del acoplamiento de una 
pareja que él “no entiende” por qué no se separa. 
Todo esfuerzo es casi insoportable para C quien termina perdiendo sus trabajos pues no puede 
llegar a horario o falta mucho, o se pelea con el patrón, lo mismo que en la escuela. Aquel “pincha y 
corta” de la madre fálica parece mostrar su efecto... 
En su casa C se siente un “marginal”, es muy impulsivo, peleador, en la familia le dicen “el loco”, 
“vos estás para el Borda.” El quisiera una confirmación por parte de los Psicólogos: “te tendrían que 
decir a vos te pasa esto o aquello”, ¿una confirmación de que es distinto, marginal, loco? Algo que 
alivie la angustia producto de la incertidumbre. Me pide que le diga “vos sos esto o lo otro.” 
Hacia el final de la segunda entrevista habla de un amigo que estudia Sociología y a quien va a 
visitar después de cada encuentro conmigo, y dice “no vaya a ser que a mí me pase lo de ese rey con 
un hijo maricón ¿Cómo se llamaba? ... esa cosa medio asquerosa, ¡ah! Sí, complejo de Edipo.” Parece 
que por el momento es mejor parecer “loco” que “maricón’, este es el motor de la consulta, el origen 
inconsciente de la demanda dirigida primero al médico, tal vez con la fantasía de que le saque esas 
cosas de la cabeza. 
A pesar de su edad cronológica, C presenta problemáticas de etapas anteriores. La queja parece 
centrada en un padre que no le dijo “cómo” ganarse la vida pero que por otro lado aparece ante C como 
imposibilitado de hacerlo, perdedor, dominado por la madre. La madre que “pinchó y cortó.” El 
resentimiento contra el padre aumenta la vivencia de abandono, los celos rabiosos contra el hermano 
a quien supone que el padre sí le dio, y el refugio (por regresión) en la panza-casa de la que es tan 
difícil salir. 
Con las mujeres se siente tímido, torpe y vergonzoso. Ha tenido relaciones sexuales con prostitutas, 
que últimamente interrumpió “porque era muy feo” y temía que en el barrio su madre se enterara 
(frecuentaba un bar cerca de la casa). Abordar a las chicas lo molesta mucho, "a mí esas transas no me 
salen”, y termina por ser indiferente a ellas, no ir a bailar o dejarlas plantadas, si hace cita con alguna. 
No se puede concentrar y su memoria es muy frágil desde niño. Olvida párrafos enteros de novelas 
que está leyendo. La madre lo llevó a varios tratamientos con Psicólogas y Psicopedagogas en 
hospitales y por recomendación de la escuela, pero quedaron siempre truncos. De chico se peleaba 
mucho con los compañeros, no toleró la escuela hebrea a la que los padres lo mandaron durante un 
tiempo. Cuando “explota” de bronca en la casa, los padres le dicen que “se le transfigura la cara y que 
se pone azul de rabia.” El examen médico de la conscripción reveló una disritmia cardíaca atribuida a 
un soplo congénito que ya había sido diagnosticada antes con opiniones encontradas de los médicos 
acerca de si era necesario o no la operación. Alrededor de los dos años de edad sufre una afección 
hepática que obliga a la madre a llevarlo de urgencia a la Casa Cuna y allí permanece unos días bastante 
grave hasta que se recupera. C cree que a partir de este hecho la mamá le está más encima. Podría 
formularse el interrogante acerca de lo intolerable que puede haber resultado para la diada mamá-C 
estas primeras separaciones que F. Dolto categoriza como “castraciones simbolígenas” que inciden en 
la humanización y acceso al orden simbólico, o sea, a las adquisiciones de la marcha y el habla a las 
que el sujeto accede entre los 12 y los 24 meses. 
La respuesta a todas las consignas de las Técnicas Gráficas es adecuada: C comprende con rapidez 
y mantiene una actitud de colaboración aunque los comentarios posteriores sobre sus dibujos sean casi 
siempre autocríticos y quejosos respecto de dibujar “sin un modelo” (aquí tampoco se le muestra 
“cómo”...). 
Dibujo Libre: Dibuja primero un avión emplazado centralmente y dirigido hacia el margen 
izquierdo. Dibuja con actitud concentrada y cuidado en los detalles, sin usar la goma. Hace una línea 
a la derecha que queda como intento inconcluso y después vuelve sobre el ángulo inferior izquierdo 
para dibujar un escenario con luces y dos instrumentos que pertenecen a los “Beatles” pero sin dibujar 
las personas: esta omisión es sugerente puesto que está todo preparado pero los protagonistas no han 
“salido a escena.” Esta representación nos muestra la fantasía inconsciente de C referida al motivo 
latente de la consulta. 
Como producto final el gráfico muestra dos representaciones disociadas del sujeto, pero por efecto 
de la ubicación el avión aparece sobrevolando amenazadoramente el escenario musical, lo que sugiere 
alguna conjetura en el sentido de los aspectos autodestructivos del sujeto y deja planteada una amenaza. 
Las asociaciones verbales amplían y dan sentido a la representación gráfica: “parece un avión... es 
un desastre esto: yo iba a Dibujo Técnico pero nada que ver... es un avión de guerra. Un 
cazabombarderos... ¿qué le falta? No puede ser que sea tan bobo, la bomba qué lástima que no se puede 
copiar: así saldría perfecto... estos son los cohetes, de chico hacía Aeromodelismo, acá justamente 
estaba viendo en una revista una foto (me la muestra.) Esto sí que es un avión: yo sólo de la cabeza no 
puedo... y esto de acá es porque me gustan los Beatles, tengo todos los casetes, se me ocurrió esto... 
nada más.” 
La representación de sí mismo a través de ese avión implica a la vez (condensa) el ideal de potencia, 
como poder destructivo de las heces (bombas que se desprenden del cuerpo del avión) y la angustia 
por lo que le falta y lo torna “imperfecto.” Efectivamente, la cola del avión aparece “tronchada”, hay 
una prolongación que falta y que es la que imprime dirección al objeto sin la cual se perdería errático. 
Por otro lado, también en la representación de la escena musical, queda planteado que “faltan” los 
músicos, los protagonistas. La queja manifiesta dice que no se es (completo) a menos que se copie la 
forma de un modelo, y ese copiado augurará la perfección, si “salió mal” es porque salió de su cabeza 
¿Quién salió “mal copiado”? y ¿Cuál es el modelo a copiar? ¿La madre que “pincha y corta”? ¿El 
padre "perdedor” que come y mira TV mientras se queda dormido? ... “Yo sólo (de la cabeza) no 
puedo” parece también formar parte del reproche al padre en tanto “no le abrió el camino”, que lo 
separa de la madre. 
HTP (integrado): Nos muestra a C representado en tres conceptos: casa-árbol-persona. La casa 
ocupa la casi totalidad de la hoja y el protagonismo del relato: “Esta casa la compré en 1998 a 450 mil 
dólares para Mamá y Papá. Está en la costa, más exactamente en la ciudad de Miramar donde mi mamá 
pasará sus vacaciones. Tiene 12 habitaciones, comedor, living, garage, 7 baños.” 
En la primera entrevista C había mencionado una “casita” que su padre estaba terminandode 
construir en esa misma ciudad y se mostraba quejoso del dinero que el padre invertía allí y de qüe él y 
los hermanos tenían que dormir en la misma habitación porque era muy chiquita. Coincide el relato y 
el gráfico en la grandiosidad de lo conseguido para superar al padre y ofrecer a la madre, eliminando 
al primero pues es la madre quien allí pasará sus vacaciones. La defensa se fractura cuando la fantasía 
desiderativa (la fantasía del deseo) muestra la confusión entre pasado y futuro (compré pasará): “ya sé 
lo di” por “desearía dárselo.” Es una ofrenda de amor a una mujer ya no “madre” sino “Emilia” en el 
gráfico que roza lo prohibido condensado en la señal de “prohibido estacionar” que aparece en el 
garage. 
El ideal fálico de potencia aparece en la fantasía de dar activamente a la madre algo 
desmesuradamente grande donde heces y dinero parecen equivaler.,Las líneas muestran a la vez la 
necesidad de autoafirmación y la endeblez yoica: se desdibujan las bases de sustentación o desaparecen 
por completo en el gráfico del árbol, quedando así una gran estructura casi en el aire, con el costado 
derecho abierto, sin límite, y un techo enorme totalmente enrejado, tal vez para controlar las fantasías 
que aparecen igual, como diría Freud, al estilo de las marcas delatoras del origen en un mestizo. ¿El 
resultado será ese árbol débil, longilíneo? C dice que sus hojas caen por el otoño, empequeñecido y 
desprovisto. La mujer aparece también sin piernas, ¿aludirá a la falta representada como incompletud, 
mutilación? 
Test de las Dos Personas: Los cuerpos carecen de un brazo, faltan las piernas que quedan 
seccionadas, y una mano se esconde en el bolsillo. C recurre al símbolo religioso para ponerse a salvo, 
y a la defensa que obsesivamente cuenta los botoncitos del saco (como antes las tejas del techo), pero 
la expresión facial delata el pánico. La bragueta, demasiado corta, aparece en el lugar del pene, y falta 
en la figura del “ídolo.” Evidentemente, si está o no está, preocupa. Las narices muy marcadas podrían 
ser también el efecto del desplazamiento de esta preocupación. 
¿Por qué las figuras aparecen mutiladas?, en ambas falta por ejemplo el brazo derecho. El ritmo de 
un gráfico suele reproducir el curso de un relato hablado: cuando alguien va a continuar con una idea 
olvida una parte, un dato, un nombre y luego le vuelve a pasar lo mismo, esa laguna se debe al efecto 
de la represión, y esa representación sucumbe porque pertenece a una cadena que eslabona la 
representación prohibida. 
De todas maneras parece importante recordar la secuencia gráfica: pues el deseo que prohíbe la 
“señal” del dibujo anterior, sucede éste donde las mutilaciones parecerían dar cuenta de la amenaza 
resultante del Complejo de Castración, y remite nuevamente al subrayado de lo que falta como en la 
presentación del Dibujo Libre. 
Si está “prohibido estacionar” es que está prohibido tomar el lugar que pertenece a otro. Y 
si deseó hacerlo sobrevendrá el castigo... “ese rey que tenía un hijo medio maricón”, dijo C. 
La amenaza de castración aparece en la vida cotidiana de C como imposibilidad de lograr y tener 
por sus propios medios, limita y extingue toda posibilidad de placer; Freud planteaba que la amenaza 
de castración está detrás de la angustia por la finitud de la existencia (muerte). 
C dice que su partenaire elegido alcanzó la fama, se casó con una extranjera o extraña, se separa 
del grupo, y queda “solista” hasta que lo matan. En realidad ambos personajes son “solistas” o están 
“solistas.” La diferencia es el triunfo de C sobre la muerte a cambio de “ser nada, no tener nada”. 
Test de la Familia Kinética Actual: Cada miembro de la familia aparece ubicado en su 
propio.espacio y concentrado en su propia acción, sin ningún tipo de comunicación con el resto. La 
representación del hermano ocupa el lugar central (recuérdese que es quien transmite e intenta hacer 
cumplir los preceptos religiosos, tratando de ordenar al resto; en este momento tiene planes de casarse 
e irse de la casa), pero C “lo saca rápido del medio” en una frase explícita: “sale de mi casa.” C parece 
apurado por sentirse único (recordemos que de la hermana dice “nunca está”), la casa es ya su casa. El 
padre, dibujado de espaldas a la madre presenta una actitud muy pasiva: come y mira TV, igual que C 
quien termina la secuencia gráfica “acostado en la cama”, “planchando”, tal vez porque todo este 
“trabajo” fue muy duro. 
Las dos mujeres, la madre y la hermana, son las que muestran acciones más definidas acompañadas 
de un escenario acorde: la madre cose (pincha y corta), la hermana lava. El trazo aumenta la presión y 
se vuelve decididamente agresivo en la figura y rostro de la hermana absolutamente deformado. 
El espacio de la hoja es pues poblador de escenas significativas para el sujeto, escenas de un “grupo 
de familia en un interior” pues todo ocurre “adentro” y sólo el hermano está en la frontera capacitado 
para salir. 
El padre como el hijo, o viceversa, termina viendo televisión y recibiendo los recursos nutricios de 
la madre. C, ya sabemos, se las “arregla solo” acostado y mirando tele. La visión “a vuelo de pájaro” 
que cambia la perspectiva en la representación de C podría pensarse como un distanciamiento 
omnipotente frente a la angustia, donde una parte del Yo se agranda (triunfo maníaco, identificación 
con el ideal) y observa a la otra parte empequeñecida. El cuerpo está aquí completo pero inerte, como 
si lograra completarse a cambio de “no ser nada”, de no desear nada salvo la imagen que amamanta 
artificialmente, en un camino claramente autoerótico. El rostro desaparece y los brazos se alargan hasta 
terminar en una especie de “muñones” inservibles para el contacto prensil. El resultado es una figura 
sin volumen, estampada sobre una cama, bidimensional, sin iniciativa ni movimiento... “y si a uno no 
lo dibujo qué pasa... por ejemplo, mi papá no puede hacer nada en casa más que mirar TV... este soy 
yo mirando TV... Buah, lo voy a hacer cenando, su costumbre, come mirando la tele.” 
Retomamos aquí el tema del aporte de los gráficos al estudio del Esquema del Cuerpo como 
concepto que da cuenta de los aspectos evolutivos y madurativos del sujeto, y el de la Imagen del 
Cuerpo en tanto aspectos inconscientes ligados a la libidinización del cuerpo propio. Vemos en este 
caso un Esquema del Cuerpo incompleto que parece corresponderse con una Imagen Corporal lisiada, 
mutilada, a medias. Esto quiere mostrar C a través de los gráficos y a través del vínculo transferencial. 
Es este tal vez el verdadero motivo por el cual continuó con las entrevistas, para saber si “le pasa esto 
o lo otro”, para que le ayuden a saber quién es. 
Caso G: 29 años 
JAVIER GONZALO CALZADA 
G. es llamado a colaborar en un proceso psicodiagnóstico llevado a cabo por un estudiante de la 
materia. Es decir, en este caso no media motivo de consulta, lo cual ya es un dato importante a la hora 
del análisis e interpretación del material. 
Cuando se lo llamó por teléfono se lo notó dispuesto a colaborar y ansioso por empezar las 
entrevistas. 
Síntesis de la Entrevista 
G es de contextura delgada, estatura alta y cabello corto. A las entrevistas se presentó vestido 
informalmente, aunque prolijo y cuidado. 
Está casado desde hace 10 años, y tiene una hija (D) de 2 años y 3 meses. Al momento de la primer 
entrevista, hacía 20 días que se había separado de su mujer, y mudado a la casa de un primo. 
Tiene secundario completo y trabaja como mozo en una confitería. 
En la tercer entrevista se produce otro cambio en la vida de G. Cuenta que su esposa estaba 
embarazada y que habían vuelto a convivir. 
Comienza la entrevista hablando de su familia de origen. El padre fue taxista y ahora está 
desocupado y muy enfermo. La madre es profesora de danzas españolas. Están separados. El hermano 
mayor de 31 está desempleado, tiene cuatro hijos (tres con

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