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• J21 Silvia Elena Tendlarz I Carlos Dante Garcfa Ante !a negativa de "Junior" a recibir a sus padres, otra de las inter- pretaciones atribuy6 unC) causa conflictiva a la familia, a partir del rumor de que eran elias quienes se negaban. a visitarlo. El desapego afectivo de rechazo es desplazado asf de Junior a sus padres. A la frase: "no me di cuenta, se me nubl6 la vista (o los ojos)", la· acompafia un silencio consecutivo. Se presenta, de ·este modo, una rup~ tura en la· cadena intencional, qile da cuenta de su estado de perp~eji dad. La falta de subjetivaci6n de su acci6n lo'lleva a disparar, sin repa- rar que el resultado de sus detonaciones conlleva la muerte de sus obje- tivos. No hay un Otro; a nadie se dirige; pues el sujeto esta con su obje- to. Por ella, decimos que aquf no se manifiesta una intencionalidad de matar, donde pueda hallarse un culpable. Su acci6n no se dirige hacia nadie en particular; no existe otro objetivo mas que el de disparar hacia otros en forma generalizada. _ Otro analisis del caso lo situa como un acting out, un pedido ayuda, es deci1~ le adjudica una intencionalidad (en realidad, si se lo vacfa de ella solo queda !a pulsion, sin un sujeto que dirija la accion). En to::lo caso, podrfa argumentarse que la angustia no lo afect6 pues ella qued6 dellado del Otro: alumnos y padres en duelo, psic6logos y periodistas esforzandose por entender lo ocurrido, y la opinion pti conmocionada por el acontecimiento imprevisto. En este caso como en otros, verificarhos la existencia de un pasaje acto vaciado de significaci6n. Despues de efectuado su acto, el nada puede decir- acerca de Io ocurrido, mas bien queda perplejo las consecuencia·s de su acci6n. De esta manera se abre el interrog acerca de si acaso asistimos a la presencia de un deliria en acto, que cierra sobre sf mismo una vez llevado a cabo. Las interpretaciones scicia!es o aquellas exportadas del saber nitario no alcanzan entonces para valorar la magnitud de un crimen sus consecuencias sabre el sujeto. El silencio de "Junior" nos · y nos deja a la espera de una respuesta imposible. Todos y cada uno de los casos examinados en este apartado algunos crfmenes contemporaneos dan cuenta de la l6gica del pasaje acto en !a psicosis, explicado desde la extracci6n del objeto a .. No ten pues, como lo supone Legendre, crimenes por representaci6n, rencia o sustituci6n de la figura paterna. La causa debera entonces, en la relaci6n del sujeto con su goce invaso'r; mas alia p adre y del esfuerzo denodado -en algunos casos- por salvarlo, decir, par hacerlo existir. · Serial killer .. .;:. Psycho-Killer, qu'est-ce que c'est? (Estribillo del tema "Psycho-Killer", del grupo Talking Heads). La fascinaci6n ptlblica por los asesinos en serie ha 11evado a la pro- . 6n de novelas y peliculas sabre sus vidas: entre ellas se destaca Psycho, de Bret Easton Ellis y, especialmente, The Silence of the bs (El silencio de los inocentes), de Thomas Harris, con su celebre pro- Hannibal Lecter, interpretado par Anthony Hopkins. El per- John Doe, de la pelicula Se7en (Los siete pecados capitales) es otro asesino serial de ficci6n, como asi tambien Mr. Brooks in terpre- por Kevin Costner. En cuanto al genero femenino, y casi a tftulo de Kcepci6n, se ·encuentra la pelfcula Monsters, que ilustra el recorrido de asesina serial. Estas peliculas, entre otras, reflejan asf el espfritu de y sus nuevas temores cbtidianos. · nuevo termino para viejos honzicidios termino "asesino serial" (serial killer) fue acunado en los ai'i.os '70 el agente del FBI (Federal Bureau of Investigation) Robert Ressler, del libra Dentro del monstruo. Ressler trabaj6 durante 20 afios en volviendose el especialista y pionero en la elaboraci6n psicol6gicos de criminales, luego de eni:revistar a mas de un de elias. Esta experiencia hizo que lo convocaran como asesor El silencio de los inocentes, y tambien de Dragon rojo, y de television como Los expedientes X. comenzo· a usar este termino c;on la finalidad de lograr una comprension del accionar de los asesinos multiples. El plantea, a ,. ___ de otros especialistas, que el asesinato en serie como fen6meno solamente 125 afios de antiguedad y forma parte de una ola que viene incrementandose desde mediados del siglo xrx. 1103 Silvia Elena Tc11dlarz I Carlos Dante Garda Antes de que Ressler aportara el concepto de asesino serial, estos crf- _nenes eran nombrados como "asesinatos cometidos por desconoci- Jos", los cuales eran llevados a cabo por los Jlamados asesinos mt"ilti- les (ejemplo de este tipo de asesino an6nimo es "Jackel Destripador", ::ruien durante el transcurso de 1888 despedaz6, segun dicen, los cuer- ::JOS de cuatro a seis prostitutas en Londres, desconociendose el niime- _·o exacto de estas victimas). Esta distinci6n fue hecha para diferenciar- os de los crfmet1es cometidos por sujetos "conocidos", tal el caso de 3arba Azul, celebre par haber matado una tras otra a sus distintas y ;ucesivas esposas. Con el cambia de denominaci6n se produce un des- JlazcuTtiento: del que pone el enfasis en el grado de conocimiento de Ia · tfctima al concepto de serie en sf mismo. Pero la palabra "serie" no ~specifica en que consiste el asesinato y el por que de esta serie. Segtm el FBI, los asesinos seriales son personas que matan par lo nenos en tres ocasiones con un intervalo entre cada asesinato. Los crf- nenes cometidos son resultado de una compulsion, que puede tener us orfgenes en la juventud o en desajustes psicopatol6gicos del asesi- 10; estos casas se contraponen a aquellos que estan movidos por ganan- ias monetarias (por ejemplo, los asesinos a sueldo), 0 los que tienen notivaciones ideol6gicas o polfticas. Los tenninos "serie" y "serial" son utilizados en la cm1ceptualiza- i6n que nos ocupa a partir del tercer asesinato, independizandolos asi lel usa matematico del termino. Habitualmente, la serie se define como .n conjunto de cosas que van, estan u ocurren una despues de otra. En 1atematica remite a una sucesi6n de cantidades que se deri;van una de tra segtm una ley fija. Por otro !ado, podemos se1l.alar que "serial" es n neologismo no incluido en el Diccionario de Ia Lengua Espm'iola, de la ~eal Academia. La denominaci6n "asesino serial" se instal6 en el lenguaje popular n gran parte debido a la publicidad que se le dio -en los EE.UU. a lediados de los '70- a los crfmenes de Ted Bundy y David Berkowitz, ;te tdtimo mas conocido como "el hijo de Sam". Si bien existen nume- )SOS libros sobre los mas famosos qsesinos, recien a partir de 1985 se )mienzan a publicar estudios sobre el tema. A diferencia de Ressler y el FBI, y con la intenci6n y el interes de ~velar los motivos que se ocultan detras de estos actos criminales, lliot Leyton, en su libro Cazadores de hummws, en el capitulo "Un repa- J hist6rico", intenta mostrar que dichos motivos estan arraigados en el ~den y en el proceso social. En esa busqueda retoma las elaboraciones ~I psiquiatra Donald T. Lunde, el primero en hacer la distinci6n clasi- =atoria entre asesino unico y multiple, ya que el primero mata a una l ""£ ... ,-~_ ,:A quicn mala cl ascsino.? que conoce y el segundo, a desconocidos. El acento esta pues- , to en la interrogaci6n acerca de si el asesino c.onoce q no a su victima. ' f:sto en sf mismo constituye un problema porque no es examinada la namada relaci6n de "conocimiento": un asesino puede no "conocer" a _ su victima en el sentido del trato personal, frecuente o cotidiano, en la ad y sin· embargo, "conocerla" en su deliria y llevar a cabo el ase- t>H""o de un desconocido en el fen6meno manifiesto, pero en verdad la conoce por el iugar que ocupa en su delirio. En este caso, nos encontra- frente a alguien que mata a una sola persona que no conoce "e!1 realidad", pero que si la conoce en su delirio, de Ia misma maiiera , sucede con un asesino en masa, que puede llegar a matar a quienes conoce en el sentido de pertenecera un grupo o clase religiosa, ideol6- gica o polftica. -Pod ria pensarse que · el "asesino de desconocidos" siempre existi6 entre nosotros, del mismo modo que los llamados "asesinos multiples". En teorfa, el asesinato linico y el m{lltiple hacen referencia a fen6menos 'con caracterfsticas completamente diferentes. Segun punh1aliza el so- ci6logo Stuart Palmer, en las sociedades llamadas primitivas practica- mente no existfan asesinos en masa. Este tipo de criminales ser.ia carac- terfstico de las sociedades modernas e industrializadas. Las denomina~iones s~ multiplican: asesinos m{Iltiples, unicos, ase- sinos en serie o seriales, de desconocidos, de conocidos, asesinos en masa. Como se aprecia, la multiplicidad de nombres indica - por lo menos en lo fenomenico- que hay algo, un siii.toma, en el intento de cla- sificaci6n, que no llega a nombrarse. Nuestra hip6tesis: lo que no llega a ser nombrado es a quien -o que cosa- mata el asesino. El asesinato llamado mt1ltiple ha sido estudiado por diferentes auto- res.-Algunas de estas obras y autores son: Asesinato par Iuera, del crimi- n6logo Bolitho; Maestros del crimen, de Guy Logan; El nsesinato por mlme- ros, de , Grierson Dickson; El ni6vil principal del asesinato, de Philip Lindsay; Asesinato y locura, de Donald Lunde; Dentro del monstnw, de Robert K. Ressler; Cazndores de humanos, de Elliot Leyton, y Mi vida con los asesinos en serie, de Helen Morrison y Harold Goldberg. Cada uno de estos estudios realiza una contribuci6n diferente sobre el tema y acentua diversos aspectos. Leyton, en sus estudios antropol6- gicos, enfatiza el significado social del crimen. Bolitho afinna que en el crimen se persigue un lucro. Dickson introduce la idea de perversion en relaci6n a estos criminales. Todos ellos coinciden en sostener el origen desgraciado de los asesinos o !a influencia de sus padres, pero ninguno ,puede definir con claridad la causa de estos crfmenes. Dentro de este grupo de autores encontramos a Philip Lindsay, que no es crimin6logo •. 1105 qilpia £hma '[endlnr:.: I Carlos Dante Garcra ; ' '<tor de novelas policiales; este afirma que el .sfn ', ~~no moderno que se debe al industrial is- H:!~~~} siglo xvrrr. Su hipotesis pian tea que lo que ~--del asesino de masas no fue la inseguridad eco- . personal y espiritual. ;l que este ti~o de as:sinos puede padece~ ~e esquizo- , ·a parano1de o bien de una perversiOn llamada , pues encuentra alguna de estas tres patologfas en . ·En los casas de psicosis; puntua la presenCia de aludnado- o delirios de grandeza o de persecud6n. Con respecto a las si bien admite no conocer su causa exacta, sostiene que no son un producto de su epoca. Ademas, presta especial interes al placer sexual que los asesinos sienten asesinando y mutilando, como tambien a la necesidad de poner en escena sus fantasfas. Leyton se opone a esta concepcion y afirma que los i'lSesinos seriales son un producto de los tiempos que corren: "El asesino ;mt"dtiple no est a loco yen buena medida es producto de su tiempo". Ademas, manifies- ta que este surge a la par de las modernas ciudades industriales del siglo XIX, basando su teorfa en la premisa de que el asesinato contra extrafios es inexistente en las sociedades llamadas primitivas. A su entender, los asesinos seriales son personas alienadas, desinteresadas por completo de l<;l aburrida vida en sociedad de la que se sienten pri- sioneros. Criados en el seno de una civilizacion que legitima la violen- cia como media para combatir la frustraci6n, de ·una cultura queprovee violencia y pornograffa asf como los instrumel!tos necesarios para generarlas, estos individuos se vuelven vengadores y piratas de Ia modernidad. Actualmente el Estado de California es considerado cotno aquel con Ia mayor tasa de asesinatos seriales, en los EE.UU. Le siguen Texas, N neva York, Illinois y Florida. Hast a en Rusia surgi6 uno de los mas odiados asesinos y canfbales, en la persona de Andrei Chikatilo. Su cap- tura se demoro, entre otras causas, porque no se habfan efectuado las investigaciones adecuadas para dar con e! asesino: Ia policfa rusa no podia aceptar que existiera algo como un asesino serial dentro de las fronteras del bloque sovietico, pues se lo consideraba un crimen reser- vado a las naciones del mundo occidental. La multiplicacion de denominaciones tiene como cor.relato tma mul- tiplicidad de teorfas que intentan Iocalizar Ia o las causas de los crfme- nes; sin embargo, se pierde de vista que se trata de crfmenes. Y lo real no admite su interpretacion. 1 En Ia busqueda de las causas y los motivos de los crfmenes, se han 2A quicn matn cl asesi11o? constituido diferentes escuelas socio16gicas,- biol6gicas, pseudobio16gi- cas y psicol6gicas. Si bien existen muchos trabajos sobre los asesinos y sus motivos, ninguno de elias supera lo meramente descriptivo, a pesar de su mani- fiesta intenci6n. Estos textos brindan, sin embargo, un breve -aunque limitado- panorama hist6rico sobre el llamado asesino multiple, que nos sugiere que se trata de un fen6meno muy particular manifestado entre los afios '50 y '80; no obstante, destacamos que puede rastrearse a lo largo de la historia sus epis6dicas apariciones, desde el siglo xv en adelante. Uno de los problemas que mas preocupa a los especialistas es !a frecuencia de los aetas criminales pertenecientes a una serie, frecuen- cia que ha aumentado significativam.ente en los ultimos tiempos. Insistimos en que, si bien el fen6meno de los asesinos multiples es considerado en forma habitual como un product? contemporaneo, el mismc:i puede ser detectado a lei largo de !a historia, con cierta acotada precision. Entre esos antecedentes hist6ricos, hallamos: el de Sawney Bean, en Escocia, durante el siglo xv; el de la condesahungara-rumana Erzsebet Bathory, en el siglo xv, y los de Madame de Brinvilliers y Catherine 'Montvoisin, en Francia, durante el siglo XVIII. Durante el transcurso del siglo XIX los mas resonantes casas de este tipo de asesinatos fueron los llevados a cabo por Lizzie Borden, Charles Bravo, el profesor Webster, y los doctores: Pritchard, William Palmer, Thomas Cream y Marcel " Petiot. Durante algunos aftos de la primera mitad del siglo xv, uno de los hombres mas ricos de Francia, Gilles de Rais, secuestro, ~iol6 y asesin6. al menos a un centenar de muchachos. En el afto 1610 la arist6crata ht"mgara Erzsebet Bathory, fue arrestada y a::usada de torturar y matar hasta 600 jovencitas, habiendo dejado en su diario personal fehaciente constancia de todas estas muertes. Si bien ambos, De Rais y Bathory, fueron supuestamente sadicos y adictos a matar -segun refiere George Bataille en Las lagrimas de Eros- difieren de los asesinos seriales de la epoca actual en el hecho de que eran individuos ricos y poderosos. A fines del siglo XIX los asesinos m(dtiples comenzaron a tener una mayor "presencia" en los pafses del mundo occidental, pero de una manera muy particular y significativa en los llamados pafses industria- lizados: Inglaterra, Francia, Alemania y EE.UU. Entre ellos podemos mencionar a Georg Karl Grossman, Karl Denke, Harmann y Peter Kurten en Alemania, y Earle Nelson, Herman Mudgett y Albert Hamilton Fish, en los EE.UU. La mayor frecuencia de este fen6meno en 1107 los pafses mencionados aliment6 Ia hip6tesis de que la era indust6al Silvia Elena Tmdlnrz I Carlos Dante Garda crea y posibilita la emergencia de estos asesinos al generar un nuevo orden social..Para una gran cantidad de autores los efectos de Ia margi- naci6n social junt.o con su diversidad de manifestaciones, permiten interpretar y dar Ia clave de estos actos criminales. Dentro del conjunto de pafses nombrados, EE.UU. qued6 a Ia cabe- za, no solo por poseer la mayor cantidad de asesinos multiples, sino tambien a partir de una explicaci6n sociol6gica sabre la "cultura de Ia violencia" . En Seductions of Crimen, Jack Katz, afirma que, en Ia cultura moderna norteamericana,existe un atractivo moral y sensual de hacer el mal, a partir del cual, por ejemplo, un criminal, puede encarnarse en un carnicero justa o un reivindicador conveniente. Aun en los casas de los asesinatos pasionales se tiende a rescatar la esenCia moral de los mismos. De Ia lectura de La historia de Ia violerzcia en Estados Llnidos se desprende la idea de una cultura que glorifica la violencia, que ve un !ado positivo en ella. Nuestro modo de entender el fen6meno, no avala las explicaciones sociol6gicas del aumento del numero de los asesinos multiples en la era industrial: la mayor parte de los expertos en el tema estan de acuerdo en que asesinos multiples existieron siempre, y que si se registra un incremento en la Hamada era industrial esto es un efecto del modelo capitalista de producci6n y de las desigualdades sociales. En el ambito de Ia psiquiatrfa, Richard von Krafft-Ebing, en su famo- so libro Psychopathia Sexualis, de 1864, reeditado en 1923 por el Dr. Albert Moll, en una edici6n ampliada, se ocupa de los denominados "asesinatos por lubricidad" dentro del grupo vinculado al "sadismo" . Se trata de aquellos casas en los que el homicidio queda en concordan- :ia inmediata con la excitaci6n; entre ellos se encuentra el de Jackel des- tripador. Distintos crimin6logos y psiquiatras de la epoca examinaron 1lgunos de estos casos -presentados por Krafft-Ebing a modo ilustrati- vo- : Philippe, que estran:gulaba prostitutas, fue examinado por Lombroso; Joseph Vacher, asesino en serie que entre los afios 1894 y 1897 mat6, y luego mutil6 y mantuvo relaciones sexuales con los cada- veres de 11 mujeres y nifios -luego recibi6 condena a muerte...:., fue estu- :hado par Lacassagne, Profesor de Medicina Legal de Lyon. Tambien ~sta el caso de Vincent Versen, que obtenfa placer bebiendo Ia sangre de a vfctima; Lombroso no encontr6 en este ningun rastro de sentido noral o arrepentimiento. Fue condenado a cadena perpetl'la en 1873. Marcel Petiot, quien vivi6 en Francia durante la ocupaci6n nazi, es Jtro caso que podrfa ser calificado de asesino serial. Se hacfa pasar :omo un miembro de Ia Resistencia fi:ancesa y atrafa con engafios a su :asa a judfos ricos, haciendoles creer que podia hacerlos salir clandesti- 1,1 , Vl 111 r• 1 r iA q11icn mata e/ nsesi11o? namente del pafs. En lugar de eso, los. asesinaba utilizando inyecciones Jetales que 1e~~ administraba con el pretexto de cumplir con las formali- dades sanitarias extranjeras; despues, los despojaba de todoel dinero y objetos de valor que posefan. Mat6 a 63 personas antes de ser finalmen- te atrapado. Fue llamado "El Dr. Muerte". El 11 de marzo de 1944 la policfa habfa acudido a la cas a del doctor · Petiot. alertada por los vecinos, que vefan salir de la chimenea una humareda negra y un hedor 1nsoportable. A traves del s6tano, los bom- beros logran entrar en Ia casa. All£ descubren que el combustible que alimentaba las llamas era un mont6n de cuerpos desmembrados. Momentos mas tarde acude la policfa, y el doctor Marcel Petiot les explica con orgullo que aquellos eran "sus" cadaveres, los restos de ale- manes y colaboracionistas pro-nazis que habfan sido asesinados por Ia Resistencia francesa y confiados a su custodia para que se deshiciera de ellos. Los agentes aceptan la explicaci6n y lo dejan ir, no sin antes feli- citarlo por su patriotismo. Cuando finalmente se constata que aquellas muertes no tenfan que ver con la ejecuci6n de colaboradores nazis, Petiot ya habfa logrado huir en su bicicleta. A partir de ese momenta se llev6 a cabo ui< minucioso registro de Ia casa. Ademas de los cadaveres despedazados, se encontraron casi 150 kilos de tejido corporal calcina- do y otros muchos cuerpos descomponiei1dose en un pozo del garaje que contenia cal viva. Al cabo de tm tiempo de anonimato, Petiot inici6, bajo otro nombre, una serie de correspondencias con el peri6dico ReE?istance -pero sin modificar su letra, lo que ayudarfa a su posterior identificaci6n-, manifestando que la Gestapo habfa sido la responsable de introducir en su· casa los cadaveres. El 2 de noviembre de 1944 fue finalmente detenido. Su juicio comenz6 en el Tribunal del Sena ellS de marzo de 1945. Par las evidencias halladas en su s6tano se lo acus6 de 27 asesinatos. Mientras se hallaba detenido a Ia espera del juicio, Petiot no perdfa ocasi6n de co men tar jocosamente a los guardianes de Ia prisi6n: "No dejen de acudir a mi juicio, va a ser maravilloso y se va a refr todo el mu'ndo". El 26 de mayo de 1946 fue declarado culpable y ejecutado en Ia guillotina. Gilles de Rais, el llamado Barba Azul En 1965 Georges Bataille publico un libra sobre Gilles de Rais, Elver- dade1:0 Barba-Azul (La tragedia de Gilles de Rais), yen 1972, Mario Vargas . Llosa, escribi6 el pr6logo para su edici6n en espanol. Vargas Llosa titu- 1109 la a su pr6logo: "Bataille o el rescate del mal". A su en tender, la idea del 1 ( mal presente en Bataille no niega sino que complementa la naturaleza human a, puesto que esta solo es posible gracias al concepto de libertad, aproximando de este modo la literatura y el mal a traves del examen de los poet as "malditos" . Esta es la orientaci6n considerada en el exame1'1 de Ia historia de Gilles de Rais. Para una mejor comprensi6n de sus crfmenes, Bataille considera que hay que tener en cuenta el contexto social y que estos crfmenes pertene- cen a! mundo en que fueron cometidos, caracterizado porIa tragedia de !a nobleza y la decadencia del feudalismo. A su entender, los combates junto a Juana de Arco lo fijaron en sus deseos de sangre y crimen, y los derechos que le otorgaba Ia nobleza -con su superioridad casi divina- le pennitieron materializar sus deseos sin que nadie interfiriera en ellos. Lo (m.ico que, sorprendente y finalmente, lo extravfa, son sus fas- tuosos gastos, que lo conducinln a Ia bancarrota. Presentado como un "criminal tnigico", indudablemente constituy6 como nadie un personaje de tragedia. En la region donde vivi6, su his to- ria fue confundida con Ia leyenda de Charles Perrault, Barba Azul -perso- naje al que se atribufan los castillos y crfmenes de Gilles de Rais-. Unser legendario se reencarna asf en un personaje real, diffcil de recordar por el horror que produce la memoria de sus actos criminales atroces. Volviendo a Gilles de Rais, frente a sus abusos con los niiios asesina- dos -le gustaba mandar a abrir los cuerpos, despedazarlos, cortarles el cuello, por el solo gusto de ver sangre, y todo esto producia su excita- ci6n sexual- , la respuesta que obtenfa era el silencio de los humildes padres de sus victimas, por el temor a sus represalias. La angustia fren- te a los caprichos de la nobleza caracterizaba al mundo feudal. La volup- tuosidad del Mariscal de Francia, vencedor de la batalla de Orleans junto con Juana de Arco en 1435, casino tenia lfmites. Yen medio de este escenario sangriento, tanto como sus vestiduras, se destaca la imagen que sobrepone a sus crfmenes: se presentaba ante las muchedumbres con el sequito de w1 rey, a caballo, con su-cortejo de doscientos hombres y trompetas que lo anunciaban; se dedicaba a costear festines con gran- des representaciones teatrales, al punto de llegar ..:..en este esfuerzo por deslumbrar a las multitudes- a derrochar toda su fortuna. Georges Bataille establece luego ui1a comparaci6n entre -los sacrifi- cios aztecas y los crfmenes de Gilles de Rais, producidos ambos en la misma epoca hist6rica: los aztecas los realizaban en Ia cim,a de sus pira- mides, frente a! sol, mientras que el Mariscat por el contrario, consu- maba sus crfmenes en el interior de su fortaleza, y luego se pavoneaba con Ia ostentaci6n de los cuerpos a plena luz del dfa. Concluye enton- ces: "En el crimen se da siempre, esencialmente, una posibilidad teatral ,:A quicn mala el asesino? que exige que el criminal sea desenmascarado, por lo que el criminal no goza hasta que, por fin, queda desenmascarado". Durante el interrogatorio quese le realiza luego de ser apresado, confiesa que su nece9idad de matar no tertia ninguna raz6n ni explica- ci6n: "En verdad, no habfa otra causa, fin, ni intenci6n que la que os he dicho", afirma. Segun Bataille, la monstruosidad de estos cr1menes despierta, extra- ii.amente, t ierta fascinaci6n, que se explica como el enfrentamiento a un hecho que escapa al orden necesario . Los padres de Gilles de Rais murieron j6venes, y a los 11 aiios qued6 a! cuidado de su abuelo materna, de Rais, cuya herencia y nornbre per- tenecian a uno de los nobles mas ricos e influyentes de la sociedad feu- dal de su epoca. Con la muerte de Jean de Croan, su abuelo paterna, en 1432, teniendo el joven de Rais 28 aiios -pocos aiios despues de ser nombrado Mariscal-, comienza a perpetrar los crfmenes de nifios. La desaparici6n de esta presencia fuerte y brutal de su abuelo paterna con- tribuy6 posiblemente a liberarlo y desmantelar su psiquis. Sin embargo, Bataille se pregunta si acaso su placer por derran1ar sangre nose encontraba ya satisfecho en de. Rais desde su primera cam- pai'ia, en la guerra misma, y que despues simplemente continuara con esas practicas, por cierta fijaci6n a esa modalidad de goce. Ahara bien, en este caso, no se trata solo de asesinatos, sino de la particular crueldad que manifestaba el individuo hacia las vfctimas. Experimentaba placer en el tormento yasesinato de los niiios. Luego elegfa las cabezas mas hermosas y las exponfa; tambien se deleitaba con !a vision de los 6rganos internos de los pequeiios. Tanto Bataille como el criado de de Rais - de nombre Henriet, tambien partfcipe de estos crfmenes- , no pasan por alto el aspecto delirante de todo este emprendimiento. El intercambio con los alquimistas en busca de la transformaci6n del oro tanto como las invocaciones al diablo formaron parte de los aspectos confesados ante el Tribcnal de la Inquisici6n. En realidad, el mismo de Rais produce su detend6n a! enfrentarse con los poderes de la Iglesia por no entregar al tesorero de Bretaiia -luego de . su venta, y en un intento por echarse atras-, la posesi6n dell"lltimo cas- tillo que le quedaba, en su busqueda infructuosa de fondos para soste- ner su parada. Bataille afirma entonces que el episodio de asalto a mano armada de Saint-Etienne desencadena el mecanismo judicial que "todavfa durante mucho tiempo hubiera podido seguir sin inmutarse exageradamente, porque un gran senor estrangulase a pequei'ios muertos de hambre". 1111 El espec_taculo que de Rais monta culmina con su suplicio y tortura, Silvia Elena Tendlarz I Carlos Dante Garda en manos de la Inquisici6n. El exhibicionismo de la tonfesi6n del crimi~ nal compensa su disimulo. Sus atrocidades develadas en medio del llanto conmovieron al auditorio, generando su compa$i6n. En 1440 es condenado a morir en Ia hoguera. ;.Nuevas asesinos? Las clasificaciones constituyen un sfntoma de nuestra modernidad; Ia pro!iferaci6n de las clasificaciones de los asesinos tampoco son una excepci6n. Cada una de elias se basa en criterios estadfsticos que inten- tan da:des un tinte cientffico a los resultados que de ellas se extraen, velando asf el principia l6gico propio de toda clasificaci6n: la posibili- dad de oposici6n de terminos destacados y construidos para tm orde- namiento de la clase. En los casos donde no se pretenda dar un tinte cientffico, la clasificaci6n no ira mas alia de la descripci6n del fen6me- no, debiendo estar presente dicho principia l6gico. En Ia actualidad nos enfrentamos a un empuje a la clasificaci6n, que nos vuelve a to9-os clasificables, es deck todo asesino es plausible de sei" situado dentro de una clasificaci6n que con temple su crimen y le a tor- gue una significaci6n. En este sentido -y dentro de estas diversas estruc- turas clasificatorias-, el motivo, Ia clase y Ia causa se vuelven confusos, mostrando de este modo, el fracaso de la captaci6n del real involucrado. Por otra parte, debe notarse que estos ordenamientos de los asesinos varfan de acuerdo a los distintos momentos hist6ricos. Los discursos de cada epoca, surgidos de la oposici6n espedfica que se establece entre el orden social y el crimen, generanlos nombres y respectivas clasificacio- nes para los asesinos. En "El ruisef\or de Lacan", Jacques-Alain Miller subraya que estos ordenamientos no se construyen solamente a nivel te6rico sino que se refieren a una practica efectiva, a una pragmatica. Sin embargo, el arti- ficialismo de las clases, el semblante de las clases -en tanto respuesta a un nominalismo-, implica, a su vez, Ia via de acceso de ihdividuos que, a! mismo tiempo, se apartan de elias y las descompletan. El individuo siempre es la excepci6n a la clase y a la clasificaci6n, nos conduce asf a la noci6n de sujeto. El abordaje teorico de los asesinos·serialcs observa d1stintas caracte- risticas: la distinci6n entre este tipo de crimen y otros; el establecimiento de rasgos diferenciales que permitirfan aislar un perfil de detecci6n del criminal -cantidad de vfctimas, ritmo, armas li.tilizadas, organizaci6n y particularidades de las vfctimas-; asf como la b{Isqueda de motivos y sig- li_· · · tJ·~-t1 l1 fj e r 0 {j ~ (j ~ r_. lj LA quicn mata el asesino? nificaciones que permitan explicar estos actos. Estos abordajes te6ricos surgen como respuesta a una pragmatica o pr;.ktica del discurso. Para abordar esta problematica -que guarda un lazo estrecho con el interes social, la seguridad y Ia justicia- debemos detenernos en algu- nos desarrollos pertinentes sobre el tema, a fin de intentar captar algo relativo a las singularidades involucradas. En relaci6n a la variedad de fen6menos de violencia que habitan nuestro mundo contemporaneo, se destacan -dentro de lo que los psi- quiatras forenses nom bran como asesinos-: los asesinos en mas a, los· asesinos seriales y~ mencionados y, los llamados spree killers. Como veremos, esta clasificacion se basa en la descripci6n del modo en que se asesina, a quienes y como culmina su crimen. · Los primeros son aquellos que llegan a los lugares publicos y comienzan a matar a varias personas; a veces se suicidan y generalmen- te no tienen planeado su escape. Son los predecesores de los actuales kamikaze de los ateritados suicidas terroristas. Los asesinos seriales He- van a cabo una serie de asesinatos; los spree killers son similares a estos ultimos, pero con la diferencia de que matan subitamente a muchas personas yen periodos de tiempo muy cortos; el serial, por el contrario, toma su tiempo para cometer cada asesinato. Se estima que un 75% del total de los asesinos seriales reside en los Estados Unidos, mientras que los demas se reparten en el resto del mundo. Del estudio de las estadisticas actuales se desprende que la mayor parte de los asesinos seriales son hombres. Por otro lado, segl'm la cantidad de victimas que cada asesino tenga en su ha]:)er, se puede establecer un ranking por pafses y tambien por estados. Por ejemplo, si aplicamos este criteria a otros pafses, l-lallamos que el asesino mas des- tacado en Alemania es Bruno Ludke, que cuenta con 85 vfctimas; en Rusia, Andrei Chikatilo, con 52, y en Sudafrica, Moses Sithole con 38. Resulta interesante pensar como son construidas estas tipologias clasificatorias puesto que todas ellas se asientan en lo conductual. Dicha construc.ci6n se cimienta en el in teres por la prevenci6n y la segu- ridad; por ello, nos permifimos dudar acerca de la eficacia de estas tipo- logfas. ·, Respecto de las caracteristicas acerca del comportamiento, la infor- macion existente es abundante por tratarse de un tema de in teres social, al estar relacionado con la tematica de la seguridad .. Desde esta pers- pectiva, que la conducta sea tomada como centro de Ia cuesti6n resulta definitorio: esto posibilita que sean dejadas de lado las ra;ones subjeti- vas del crimen que. permitirfan descubrir la verdadera 16gica operante en todos ellos. [j [j l1 ~ ~ L\ l.\ l'J 1113 SilviaElena Tc11 dlnrz I Carlos Dante Garda Por Io general, el asesino en masa es presentado como un hombre de unos 25 a 40 ail.os de· edad, del que se refiere que muy probablemente padezca de alg(m problema mental. Desde un punta de vista descripti- vo, estos sujetos disponen en su hagar de un arsenal, con varios tipos de armas, frecuentemente acompaiiadas de explosivos, y conocen el mane)o de dicho armamento. Nos los presentan como sujetos inmersos en un ambiente de violencia por el hecho de haber estado en contacto o de haber sido rechazados por parte de alguna instituci6n militar o poli- daca. Hay que destacar que el lugar del ataque -por lo generat un Iugar ptlblico como un restaurante, una escuela, etc.- es un sitio en el que se ejerci6 un rechazo hacia ese sujeto; esto es, el hombre fue recha- zado por una mujer o por una instituci6n. Los expertos manifiestan que estan unidos allugar por una cierta fijaci6n. Suelen llegar armadas hasta los dientes, enfundados en trajes mili- tares o de camuflaje. Comienzan su ataque con armas, automaticas. Matan a todos aquellos que se interponen en su camino, sin importar de quienes se trate, aunque la mayoria de las veces se trata de indivi- duos que personifican la causa de su furia; algunos comienzan matan- do a su propia fc.milia. El atentado tendni una duraci6n acorde al nivel de estres del sujeto, el cual podra elevarse a grados tales que lo.conduz- can al suicidio, si no es anteriormente tiroteado por la policia. Todo esto puede ocurrir en un lapso de escasos minutos o hasta de varias horas, depende de las circunstancias. Ningun asesino en masa pretende o . piensa en escapar de la carniceria que ha iniciado. En esta clasificaci6n podemos incluir tam bien los ataques terroristas, aunque su caracterfsti- ca principal es que estan mas enlazados a un ideal, lo que no los vuel- ve por ella menos suicidas. Este tipo de crimen fue ilustrado en el film Dtas de furia, protagonizado por Michael Douglas. Esta clasificaci6n, centrada en el comportamiento, no especifica su rasgo principal, el de constituir un asesinato simb6lico. AI asesinar a muchas personas, de las que no cabe ninguna duda de que se trata de victimas en cuanto tal, puede inferirse que el asesino -o los asesinos- en masa esta tratando de alcanzar algo mas, que tambien incluye a las victimas mas lejanas d~ sus motivaciones. Por su parte, el spree killer representa a un asesino de tipo mixto. Se asemeja al asesino serial, pero su accionar es muy veloz -porque mata a muchos en un breve periodo de tiempo-, y sus motivcfciones no po- seen un caracter sexual. Se lo podrfa considerar como un asesino en masa, pero mas Iento er\ su despliegue. De estos asesinos se c~:moce poco, pero hay que saber que existen. Tambien se trata de hombres cuya edad oscila entre los 20 y: los 30 anos. Este tipo de criminal tirotea a la . ,:A quicn mata cl ascsino? gente al igual que el asesino en masa, pero -a diferencia de este- trata de pasar desapercibido, huyendo tanto del ptlblico como de Ia autori- dad. Se sabe que en algunos casos atacan acompaiiados de alguien, con quien tambien escapan. Este asesinogeneralmente act(la como franco~ tirad01~ pasando inadvertido tanto para el pl'1blico como para la au tori- dad; sus crfmenes deben ser incluidos dentro de Ia categorfa de los ase- sinatos simb6licos. Por supuesto, esto no exduye Ia dimension subjeti- va de los mismos, pero lo que se constata es que fueron realizados fun- damentalmente dentro de una dimension simb61ica. Generalmente estos sujetos son destinatarios de apodos. El asesino serial tambien puede ser definido a partir de un compor- tamiento tipo, caracterizado por matar un mfnimo de 3 a 5 personas, en un periodo de tiempo de mas de un dfa entre un crimen y el siguiente. El asesino no tiene relaci6n previa con las victimas; aparentemente, el crimen ocurre al azar o sin conexi6n con los otros. Los asesinatos impre- sionan por Ia manifestaci6n de un sadismo extrema, acompaiiado de la necesidad de tomar el control de la victima. Raramente el asesino obtie- ne una ganancia material; el motivo siempre obedece mas a un arden psicol6gico. Las vfctimas poseen un valor para el asesino; esto se expli- ca a! descubrir que presentan un metoda especffico para matar. En este caso, el valor simb6lico es diferente al examinado en psicoanalisis. Mas alla de este valor, las victimas presentan objetivamente rasgos de vul- nerabilidad, por lo menos, esto es lo que se deduce, al ser sus vfctimas frecuentes mujeres y niiios. Estos criminales, a diferencia de los ase.si- nos en masa, no planean ni entregarse ni realizar ataques suicidas. A partir de diferentes estudios sobre el tema, fue -propuesta la siguiente tipologfa. El asesino serial promedio esta representado por un hombre que proviene de la clase social media-baja, generalmente, de 20 a 30 anos, que sufri6 abuso ffsico, mental, o ambos, en su ninez. Algunos de ellos son personas muy inteligentes, que generaron gran- des expectativas entre sus familiares. Tambien se sabe que muchos de ellos tienen fijaci6n por Ia policfa y otras figuras de autoridad -algunos trataron de ser incorporados a Ia instituci6n policial pero fueron recha- zados-; otros sirvieron en el ejercito. Con el fin de lograr un acerca- miento a sus vfctimas, suelen hacerse pasar por agentes del orden. El asesinq organiiado y el desorganizado Los especialistas en asesinatos seriales han establecido una caracte- 1115 ristica fundamental en Ia forma de cometer el asesinato, que justifica la Silv ia Elena Tendlnrz I Carlos Dante Gnrc(n necesidad de discriminar entre dos tipos de asesino: el organizado y el desorganizado. La mayorfa de los asesinos son del tipo orgar1izado, por to menos las tres cuartas partes del total de los casas. Se considera que esto se debe a que usualmente su inteligencia esta por encima del pro- media. El resto, los del tipo desorganizado, son criminales extremada- mente solifarios, evidenciando sus crfmenes una irreprimible frustra- ci6n. Se da por supuesto que tienen un bajo nivel intelectual e incluso, que padecen algun desorden mental. . El metoda del asesino organizado - por ejemplo, en los casas de Gacy y Bundy- es el siguiente: se dirige ala escena del crimen en un auto nuevo, el mismo que usara para despues transportar a Ia vfctima viva o muerta. Planea detalladamente el crimen, incorporando rapida- mente su dinc:hnica. Lleva consigo el instrumental para matar, cuerda, esposas, cloroformo, etc. La violaci6n y tortura ocurren antes del asesi- nato, para su gratificaci6n. El crimen se produce como el resultado de un largo proceso, con el prop6sito previa de realizar su fantasia. Dado que el criminal es conciente de que el asesinato deja evidencia de sus acciones, trata de esconder o destruir las posibles pistas. Para evitar o demorar su posible captura, esconde, entierra o destruye el cuerpo de Ia vfctima. Tiempo despues, este asesino puede interesarse en el ~rimen por el mismo cometido, participando en las pesquisas de la polida 0 lla- mando a las hot-lines dispues tas para los familiares de las vfctimas. Por el contrario, el asesino desorganizado - los casas de Berkowitz y Chase- usualmente llega y se va de la escena del crimen caminando, aunque tambien puede llegar en un auto, pero en mal est<!do. El asesi- nato ocurre en el calor del momenta. No' realiza previamente una pla- nificaci6n exhaustiva del crimen. Tampoco !leva el clasico kit de herra- mientas para matar: tal vez use sus manos, un arma punzo-cortante o una pistola. No tiene contacto con la vfctima hasta el moniento del cri- men; su ataque es furioso y decisivo. La vfctima recibe rapidas heridas mortales. Este tipo de asesino no se interesa por la evidencia que queda en el escenario del crimen, simplemente se marcha 'dellugar sin mayores consideraciones . Tampoco se preocupa por esconder el cuer- po de Ia vfctima, a quien deja en ellugar donde finalmente encontrara la muerte. Esteasesino puede llegar a cometer canibalismo con el cada- ver, e incluso, tamar souvenirs fetichistas, tal como se muestra en la pelfcula Se7en (Los siete pecados capitnles). Tiene en com tin 'con el crimen de tipo organizado Ia satisfacci6n producida por la muerte del otro. Despues del asesinato, pierde interes por el crimen e intenta olvidar el incidente. De acuerdo a las caracterfsticas anteriores, y a partir del estudio caso /'C an:!.<- L...._; I ." II, ,:A quien mata c/ ascsino? por caso de los asesinos, se han l<(grado establecer las siguientes corres- pondencias. 1. Ascsino orgnnizado: Su padre tenia un empleo es table y adecuado. El asesino no era una persona disciplinada; posefa un comportamiento desconcertante que mostraba su enojo, enfado y .miedo. Considerado un chico malo o nifi.o-proble1na, era buena para la escuela o el trabajo, sin embargo, no lograba finalizar la escuela ni permanecer sostenida- mente en un trabajo. Solfa tratarse de alguien muy inteligente. 2. Asesino desorganiztido: Su padre no tenfa un trabajo estable. El ase- sino se caracterizaba por una muy mala disciplina. Su familia se encon- traba atravesando serios problemas a causa del consumo desmedido de alcohol o drogas, o por padecimiento de alguna enfermedad cr6nica . . Este tipo de criminal solfa exhibir una conducta silenciosa, escondien- do su furia, enfado y miedo. • Sei'i.alaremos a continuaci6n otras caracterfsticas. EJ asesino organi- zado es de apariencia normal, incluso atractiva. Posee antecedentes policiales a causa de su conducta delictiva. Duefto de un trabajo decen- tc, que le permite vivir correctamente, sin embargo, suele perderlo debido a su conducta extravagante. Se siente superior al resto de las personas; piensa que es alguien muy listo y posee una gran autoestima. Tiene buena habilidad para comunicarse y hablar. El asesinato es pro- vocado por causas que le generan enorme estres. Esencialmente esta enojado con las mujeres o con la sociedad. $e interesa por el crimen y presta gran atenci6n a la cobertura que del mismo hagan los medios de comunicaci6n. En su gran mayorfa son violadores y I o m!s6ginos. Aunque puedan ser buenos en sus pe1jqrmances sexuales, no son capa- ces de establecer relaciones afectivas duraderas. Muchos han intentado ingresar al ejercito, y si bien algunos Jo logran, sue len ser retirados tras fracasar en la conducta que de ellos se espera. Aman sentirse fuertes y con autoridad. A diferencia del anterior, el asesino desorganizado posee una apa-- riencia poco atractiva, con una imagen pobre de sf mismo; se siente excluido e inferior al res to. Es solitario e incapaz de relacionarse con los demas, tanto en el aspecto social como en el sexual. Algunos conviven con sus padres a pesar de estar en condiciones de desarrollar una vida aut6noma. Tienen empleos humildes y no logran llevarse bien con sus . compafteros. Su desventaja mental puede ser Ia causante del asesinato. Su casa y sus cosas demuestran escaso arden y mucha suciedad. En general, man_ifiestan odio a las mujeres. 1117 ;:,Iivia Elc11a Tcwtlarz I Carlos Dante Garci'a Todas estas caracterfsticas tienen su importancia para prevenir, anti- cipar, predecir o capturar-a un asesino determinado, pero Lacaso indi- can alga respecto de Ia estructura subjetiva del asesino? A nuestro entender~ las conductas y sus tipologfas nada dicen acerca de la singu- laridad del sujeto y su particular tratamiento del goce. Lacan i1o exclufa todo aquello que pudiera extraerse del comportamiento de una perso- na, en tanto resultara tHil a los fines del psicoanalisis. Las conductas y el comportamiento no hablan, en cambio, del texto de los testimonios, si puede deducirse un sujeto. Nos vemos conducidos asf a interrogarnos acerca de como un suje- to se vuelve un asesino serial y cual es su estructura psfquica, vale decir~ si se trata siempre de sujetos psic6ticos, si estos asesinos pueden ser ubicados en el contexto de otras patolog!as -como por ejemplo, la per- version-, o eventualmente, si deban revisarse las estructuras clasifica- torias. Diagn6sticos de asesinos seriales Cuando nos ocupamos de los casos referidos a asesinos seriales, una cuestion se presenta como crucial: Lentiende el criminal la diferencia entre el bien y el mal? El caso del celebre asesino serial Dennis Pilsen ejemplifica lo que le ocurre a muchos de estos criminates: nunca comprenden cabalmente la magnitud del mal qtie conlleva el asesinar a tantos hombres. Esta clase de testimonio ha llevado a los expertos a considerar que un asesino serial carece de algun tipo de instancia moral que le impida detener el impulso de matar. Si un asesino huye de la escena del crimen en un intento por ocultar su acto, podrfa pensarse entonces qtte comprende perfectamente el valor de este; en realidad, la 16gica del crimen no puede evaluarse solo _ a_ partir del hecho de la huida. Esta perspectiva -Ia de centrar en Ia huida la comprensi6n de un acto criminal- apunta a minimizar la pre- sencia de una estructura psic6tica, y as{ evitar que los inculp.ados hagan uso del regimen de inimputabilidad del C6digo Civil relativo a los actos producidos bajo estado de demencia. De allf que quienes sostie- nen esta postura suelen afinnar que pocos asesinos seriales han podido acreditar dicho estado de demencia. Estos plantean Ia hipotesis de que a veces el asesino serial fabrica un alter ego. Esto consiste eri que el suje- to "finge" poseer una doble personalidad, que usualmente tom a el con- tro-l de la situaci6n en aquellos momentos en que el sujeto comete sus crfmenes. La conducta sera finalmente explicada por el hecho de que el asesino intenta por todos los medias evitar sentir culpa y de ese modo, rehuir a la responsabilidad por sus aetas. Algunos alter ego de famosos asesinos seriales son: Edward Hatch -el de Henq Howard Holmes-; George Murman -el de William Heirens-; Jack Hanley -el de John Gacy-; Steve Walker -el de Kenneth Bianchi-. Volvemos entonces a toparnos con el problema de la simulaci6n. 111 g Estos individuos, (_tienen un alter ego, lo fingen, o es que aun fingiendo estan de cualquier modo locos? Debe notarse que esta simulaci6n se
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