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NeuRociRugíA / Basso976 N er vi os crecer a través de una maraña de células de Schwann y colágeno, con la consiguiente formación de un neu- roma bulbar, con axones dispuestos aleatoriamente. La mayoría de las secciones completas es ocasionada por instrumentos de superficies romas, por lo que el trauma no está restringido a la superficie de contacto, sino que se acompaña de contusiones e inflamacio- nes de los tejidos adyacentes al nervio seccionado. La resolución de este proceso y la definición exacta del área de lesión demora algún tiempo, por lo que siempre que un elemento contuso se identifique en la inspección intraoperatoria de la lesión, la reparación del nervio debe ser diferida dos o tres semanas. Antes de realizar la reconstrucción quirúrgica, es necesaria la regularización de ambos cabos nerviosos mediante la resección de neuromas y del área cicatrizal adyacente, con cortes limpios seriados cada 1 a 2 mm, realizados con una hoja de bisturí, hasta que fascículos sanos puedan ser identificados en ambos cabos. (Figura 94.2) Este procedimiento también es utilizado para la resección de los neuromas en continuidad cuando no se registra transmisión de potenciales de acción translesional. 19, 25 Fase de restablecimiento de la continuidad Luego de la resección de las áreas comprometidas, se prosigue con el restablecimiento de la continuidad del nervio, mediante la aproximación de ambos cabos, la realización de una sutura directa término-terminal, o mediante la interposición de injertos. Aproximación de los cabos nerviosos La aproximación de ambos cabos ya regularizados y la realización de una sutura termino-terminal es la técnica de reparación ideal, dado que en este caso los axones deben cruzar sólo una línea de sutura, al contrario de la interposición de injertos, donde se- rán dos las líneas que deban atravesar los axones en crecimiento, en su viaje hasta las placas terminales neuromusculares. Sin embargo, si la distancia entre los cabos es muy extensa, para su correcta coaptación se requerirá de un grado variable de tensión a nivel de la sutura, con el consecuente aumento de formación de tejido fibrocicatrizal, compresión de los axones en regeneración y reducción de la microvascularización local. 14, 41 La existencia de tensión, por lo tanto, debe ser evitada a cualquier costo. 29, 41 Es lamentable que no exista una regla establecida para identificar la tensión en la aproximación de los cabos de sutura. La distancia crítica para que sea posible aproximar los cabos sin tensión es demasiado variable, de indi- viduo en individuo y de nervio en nervio, aunque por lo general se sitúa entre dos a tres centímetros. (Figura 94.4) 30 Una regla práctica sugiere que si hay necesidad de una sutura más fuerte que una de calibre 7-0, para unir ambos cabos sin que exista ruptura del epineuro, es probable que sea necesario el empleo de injertos para restablecer la continuidad axonal sin tensión. Una serie de procedimientos pueden emplearse para intentar la aproximación de los cabos sin tensión. 41 La propia neurolisis externa, por la liberación de las adherencias del nervio con los tejidos vecinos, per- mite un cierto grado de movilización de los cabos. La flexión moderada de las articulaciones con el mismo objetivo es un procedimiento poco utilizado en la ac- tualidad, por considerarse poco exitoso. Disposiciones anatómicas particulares de cada nervio en relación a las articulaciones posibilitan también la reducción de la tensión a través de la transposición del nervio, como es el caso del nervio cubital en el codo, o la resección de partes óseas, como en las lesiones del nervio ciático poplíteo externo en la cabeza del pe- roné. En algunos casos, estos procedimientos pueden ser suficientes para la realización de una coaptación directa sin tensión, cuya tasa de éxito es superior a cualquier tipo de reconstrucción mediante injertos interpuestos. Mantención de la coaptación Técnicas tradicionales Aunque en los últimos años se ha descrito una serie de nuevas técnicas para mantener la coaptación, la gran mayoría de las lesiones nerviosas se tratan mediante el uso de técnicas microquirúrgicas clásicas, empleando sutura directa término-terminal o mediante injertos. La técnica más utilizada es la neurorrafia con puntos separados de nylon monofilamento calibre 9-0 ó 10-0, con aguja atraumática. Los puntos pueden colocarse a nivel epineural, perineural (fascicular) o entre grupos de fascículos. 18 La técnica epineural aproxima los cabos nerviosos utilizando puntos de referencia epineurales, cuyo ali- neamiento es orientado mediante la correspondencia entre los vasos sanguíneos de ambos cabos. (Figura 94.4) 18 Las principales ventajas de este tipo de repa- ración son su rapidez y la ausencia de manipulación interna del nervio. Por otro lado, el alineamiento entre fascículos es menos eficaz en comparación al que se obtiene mediante una sutura fascicular. 13 En la técnica perineural o fascicular, la sutura es realizada uniendo fascículos a través de puntos más profundos que el epineuro. El alineamiento es más eficiente en compa- ración con la técnica epineural, aunque este objetivo sólo puede ser obtenido a costa de una gran disección intraneural, lo que conlleva un mayor riesgo de lesión vascular o de producción de tejido cicatrizal. 37, 42 Otra desventaja de este tipo de reparación es que la perma- nencia de sutura en el interior del nervio conllevaría a una mayor tendencia a la fibrosis local. 14 No hay
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