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Capítulo 99: Síndromes compresivos del miembro superior feRnAndo guedeS, mARiAno SocoLovSkY, giLdA di mASi, LuiS domitRovic, LeonARdo SvARzbein Generalidades de los síndromes compresivos Las compresiones nerviosas crónicas son un grupo de entidades que se caracterizan por una aparición lenta e insidiosa de sus síntomas. A diferencia de las lesiones traumáticas agudas, en las que la injuria ner- viosa se produce en forma inmediatamente posterior al trauma, en las compresiones crónicas se presenta un cambio gradual y paulatino de la función neurológica persistente en el tiempo. Estas lesiones suelen obser- varse en sitios anatómicos determinados en los que el nervio puede ser comprimido por tejidos circundantes duros como ligamentos (algunos de ellos anómalos anatómicamente), o estar sujeto a micro traumas como en la adyacencia a las articulaciones. De tal manera, no cualquier nervio se va a comprimir en cualquier sitio. A diferencia de las lesiones traumáticas ner- viosas agudas, en las que se observan innumerables casos diferentes uno de otro (por el sitio de la lesión, su grado, tamaño, etcétera), existe un número finito y determinado de síndromes lesionales en el hombre, tanto del miembro superior como del inferior, siendo más frecuentes en el primero. (Tabla 99.1) El presente capítulo describe en forma sucinta las compresiones crónicas más comunes del miembro superior, analizando su incidencia, fisiopatología, signo-sintomatología y tratamiento. En el hombre, los síndromes compresivos más frecuentes son el del túnel carpiano y el del nervio cubital en el codo, aunque esto puede ser variable. 18 Exceptuando al tunel carpiano, existen pocos estu- dios epidemiológicos sobre neuropatías compresivas. En un trabajo publicado en el año 2006, Latinovic et al. 23 estudiaron la epidemiología de los síndromes compresivos en el Reino Unido entre 1992 y el año 2000, hallando las siguientes incidencias (aparición de casos nuevos en un año) en orden decreciente: • Síndrome del túnel carpiano: hombres 87,8/100 000; mujeres 192,8/100 000 • Metatarsalgia de Morton (Neuroma de Morton): hombres 50,2/100 000; mujeres 87,5/100 000 • Neuropatía del nervio cubital: hombres 25,2/100 000; mujeres 18,9/100 000 • Meralgia parestética: hombres 10,7/100 000; mu- jeres 13,2/100 000 • Neuropatía del nervio radial: hombres 2,97/100 000; mujeres 1,42/100 000 El pico de incidencia es en promedio entre los 55 y 64 años, excepto para el túnel del carpo (45-54 años, mujeres) y la neuropatía radial (75-84 años, hom- bres). En general, la incidencia se incrementa desde la juventud hacia la edad media, disminuyendo luego poco a poco. Múltiples mecanismos de injuria nerviosa llevan al desarrollo de neuropatías por compresión clínica- mente aparentes. Las fuerzas físicas que actúan sobre el nervio y resultan en injuria, de forma individual o combinada, son presión, estiramiento, angulación y fricción. La cantidad, el tiempo, la frecuencia y la longitud del segmento en que esta fuerza se aplica son todas variables en la ecuación final para predecir la extensión de la injuria nerviosa. La edad y la presencia de enfermedades sistémicas subyacentes son también factores a considerar; los nervios que presentan una neuropatía (p. ej., neuropatía diabética) podrían ser más susceptibles a la injuria por compresión nerviosa, dada la afectación de la microvasculatura que genera la enfermedad. 13 Desde un punto de vista anatomopatológico, un ner- vio sometido a presiones constantes sufre en principio una desmielinización focal y luego una fibrosis peri y epineural, primero en los fascículos más externos y luego en los más internos. Esta fibrosis incrementa el volumen total del nervio, lo que empeora el cuadro y transforma al problema en un círculo vicioso que se retroalimenta en forma cada vez más grave y rápida. El diagnóstico de una neuropatía compresiva se efectúa mediante el examen clínico, estudios elec- tromiográficos y de imágenes, como el ultrasonido, la tomografía computarizada o la resonancia nuclear magnética. 18 Es característico que el examen físico cambie con el paso del tiempo, empeorando lenta- mente. 21 En relación a los estudios por imágenes, el ultrasonido muestra buena resolución, aunque su utilidad es limitada para evidenciar alteraciones pa- tológicas en los nervios (debido al poco contraste de los tejidos conectivos entre sí, si lo comparamos con la resonancia magnética), depende de la experiencia del operador y es poco útil cuando el sitio de compre- sión se localiza a nivel profundo. En cambio, la reso-
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