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HAMBRICK, Brad Matrimonio Centrado en el Evangelio Comunicacion

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MATRIMONIO CENTRADO EN EL EVANGELIO 
Comunicación 
Presentación por: 
Brad Hambrick, M.Div., Th.M. Pastor de Consejería, The Summit Church 
Traducido con permiso del Autor por 
www.proyectocoramdeo.com 
INSTAGRAM @ALESURA 
Agradecimientos especiales a los colaboradores de traducción: 
 
Yerania Poliné, Dominique Barros, Karen Durán, Yeraldine Gil Castaño, Andres Porras, Ma. Augusta 
Mosquera, Vivian Juárez, Haydeé Moya, Diana Barrios, Gabriela Pineda, Kelly Pérez. 
 
 
 
 
 
 
Table	of	Contents	
Capítulo 1 Lo que tenemos aquí es un error para 
comunicarnos las cosas obvias y no tan obvias que afectan 
la comunicación ................................................................ 4 
Capítulo 2 Escuchar: la clave olvidada para la 
comunicación marital ..................................................... 23 
Capítulo 3 La comunicación diaria es el combustible en el 
motor del matrimonio .................................................... 36 
Capítulo 4 La resolución del conflicto caminando a través 
de las diferencias sin crear divisiones .............................. 29 
Capítulo 5 Arrepintiéndose con excelencia: cambiando la 
inercia de tu matrimonio ................................................ 52 
Apéndice A Citas del manual «Matrimonio centrado en el 
evangelio: «comunicación» ............................................ 62 
Apéndice B Preguntas de rendición de cuentas en grupos 
pequeños del manual «Comunicación» ........................... 65 
Apéndice C ¿Qué hago ahora? ........................................ 67 
 
 
 
 
 
Capítulo 1 
Lo que tenemos aquí es un error para comunicarnos las 
cosas obvias y no tan obvias que afectan la comunicación 
 
 
Principios clave: No olvides las siguientes ideas, ya que son los conceptos esenciales de este 
capítulo. 
 
Ø La gran mayoría de los problemas de comunicación son problemas en la escucha, no 
en la expresión. 
Ø Si no sabes qué decir, haz más preguntas. 
Ø Antes de ser una habilidad, la comunicación es una disposición de gracia y humildad. 
Ø Muy a menudo, lo que oímos habla tanto de nosotros como de la persona que está 
hablando. 
 
Memoriza: Santiago 3:2-5 (NBLA) «Porque todos fallamos de muchas maneras. Si alguien no 
falla en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz de refrenar también todo el cuerpo. Ahora 
bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dirigimos 
también todo su cuerpo. Miren también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por 
fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la 
voluntad del piloto quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se 
jacta de grandes cosas. ¡Pues qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!» 
A medida que memorizas este pasaje, reflexiona acerca de estos puntos clave: 
 
• «Todos fallamos» ̶ Santiago no está dándonos una excusa para pecar, sino un final a 
la negación y a echarse la culpa uno al otro. 
• «Perfecto» ̶ Si nuestras palabras revelan nuestro corazón (Lucas 6:45), entonces las 
palabras puras revelarán un corazón puro. 
• «Todo el cuerpo» ̶ Las palabras median en la vida. Aprender a comunicarse 
saludablemente bendecirá todo tu matrimonio. 
• «Freno… timón» ̶ Nuestras palabras determinan la dirección de nuestras vidas. 
• «Pequeño… grandes» ̶ Santiago está atrayendo nuestra atención a cómo tendemos 
a ignorar las cosas de gran importancia. 
 
Notas de enseñanza 
 
«La comunicación auténtica es más que sólo hablar. Es entender y ser entendido (p.148).» 
Dennis Rainey (editor) en Preparing for Marriage (traducido como «Preparándose para el 
matrimonio») 
 
 
 
«Las palabras no expresan primordialmente nuestra cultura, o nuestra crianza o nuestra 
bioquímica, sino nuestras almas. Cuando nuestras palabras son crueles o ingratas, no hay 
nadie más a quien culpar. Esa clase de palabras vienen de nuestro interior. (p. 137).» John 
Henderson en Catching Foxes (traducido como «Cazando zorras») 
 
«Si minimizas la lucha del corazón que ambos han traído al matrimonio, esto es lo que va a 
pasar: tenderán a convertir los momentos de ministración en momentos de ira… Esto lleva a 
la segunda cosa que va a pasar: la razón por la cual convertimos los momentos de 
ministración en momentos de ira es porque tendemos a personalizar lo que no es personal.» 
Paul Tripp en ¿Qué estabas esperando? 
 
«Estamos tentados a modificar tanto a Jesús como al amor, de acuerdo a la imagen de 
nuestros propios deseos (p.40)… Empecé a meditar en esta paradoja: Jesús ama a la gente y, 
sin embargo, están decepcionados de él (p. 42)… Mi deber es amarla a ella, no ser perfecto. 
De hecho, a veces amarla podrá decepcionarla… A veces sufrimos en nuestros matrimonios 
porque nos esforzamos bajo entendimientos erróneos del amor construidos sobre los 
fundamentos de nuestros propios deseos y temores (p. 45).» Winston Smith en Marriage 
Matters (traducido como «El Matrimonio Importa») 
 
«La actitud de merecer el amor es desastroso en los matrimonios pues lleva al enojo y la 
inseguridad. Los cónyuges que creen que se han ganado o que merecen el amor, lo 
demandan airadamente o se esfuerzan ansiosamente para evitar usarlo (p. 48)… El principio 
encerrado en la frase ‘el conocimiento envanece, pero el amor edifica’ (1 Corintios 8:1b) nos 
dice que, en el conflicto, estar en lo correcto y hacer lo correcto no son siempre la misma 
cosa (p.158).» Winston Smith en Marriage Matters (traducido como «El Matrimonio 
Importa») 
 
«En una relación saludable el bienestar de la otra persona es importante para nosotros 
incluso cuando estamos enojados, cansados, u ocupados.» Leslie Vernick en The Emotionally 
Destructive Relationship (traducido como «La relación emocionalmente destructiva») 
 
Aplicación personal 
 
¿Quién no quiere mejorar su habilidad para comunicarse? Las pocas personas que creen que 
no necesitan crecer en esta área, tienen cónyuges que creen lo contrario. Más allá de los 
retos normales de comunicación, la cercanía y la longevidad de una relación matrimonial 
introduce nuevos retos. 
 
Comenzaremos nuestro viaje hacia el entendimiento de la comunicación centrada en el 
evangelio con un repaso rápido de los tres elementos básicos de la comunicación. La mayoría 
de nosotros tenemos una visión truncada de la comunicación. Queremos aprender cómo 
volvernos más convincentes para que las personas «compren» nuestras opiniones. 
Queremos un curso de argumentación o publicidad, más que aprender de comunicación. 
 
 
 
1. Emisor ̶ Esta es la persona que manda el mensaje (verbal o no verbal). Tú y tu 
cónyuge se alternarán en este rol (ojalá que no sea interrumpiéndose el uno al otro). 
Somos emisores defectuosos y debemos permanecer humildes acerca de si lo que 
comunicamos fue tan claro como pensamos que fue. Somos también emisores con 
una historia, es decir, nuestros esfuerzos pasados al mandar mensajes impactan 
cómo nuestros mensajes son recibidos e interpretados en el presente. 
2. Mensaje ̶ Este es el contenido que el emisor quiere que sea entendido, aceptado o 
respondido. El significado de todo mensaje reside en la intención del autor. Los 
receptores no son libres de asignarle significado a las palabras de otros, basados en 
su propia experiencia. Sin embargo, la importancia de un mensaje probablemente se 
verá afectada por la experiencia del receptor, y el emisor debe tratar de comprender 
cómo esto impacta su mensaje. 
3. Receptor ̶ Esta es la persona que recibe el mensaje. Debemos también darnos cuenta 
de que somos receptores defectuosos que escuchamos los mensajes a través del 
filtro de nuestros temores, preferencias, sueños y expectativas. Si el receptor es 
emocionalmente cercano al emisor/mensaje, entonces la influencia (para bien o para 
mal) de esos filtros será mayor. 
 
El arte de la comunicación es (a) tener dos personas maduras que (b) pacientemente se 
esfuerzan por entender el mensaje objetivo que fueenviado, y (c) aprecian la experiencia 
subjetiva que determina cómo el mensaje es recibido. La paciencia y la humildad son vitales 
porque la comunicación tiene elementos tanto objetivos como subjetivos. El orgullo, la 
impaciencia, y definir la comunicación como completamente objetiva (verdad) o 
completamente subjetiva (experiencia personal) son los rasgos centrales que llevan a la 
comunicación no saludable. 
 
Nuestra meta en Matrimonio centrado en el evangelio: comunicación, será aprender cómo 
transmitir los mensajes de ida y vuelta en una forma (a) que es libre de la distorsión que 
provoca la influencia de la exageración de las buenas intenciones ̶ pecado, (b) que honra las 
experiencias doloras que moldean la importancia de un mensaje ̶ sufrimiento, y (c) que 
fomenta la calidad de la relación matrimonial ̶ unidad. Esto no se logrará al dominar un 
sistema, sino al rendirse a y emulando a nuestro Salvador. La comunicación es una relación, 
no una receta; es más una cualidad del carácter que una habilidad. 
 
«Con esta declaración confesamos que nuestra lucha en la comunicación no es 
primeramente una lucha de técnica, sino una lucha del corazón. Nuestra guerra de 
palabras no es con otras personas; es una batalla en nuestro interior… Somos el 
elemento común en todos nuestros problemas de comunicación.» Paul Tripp en 
Guerra de palabras 
 
Básicamente, la buena comunicación es un acto de fe en el valor superior de Dios, hasta tal 
punto que estás dispuesto a arriesgarte a que no se cumplan tus preferencias con el fin de 
«amar a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39).» Al final, descubres que recibes ambos 
 
 
 ̶ Dios como tu tesoro y lo que quieres más del matrimonio (Lucas 9:24). Sin embargo, muy 
a menudo descubres, que, si pones primero lo que más quieres, no obtienes ninguno de los 
dos ̶ y estarás decepcionado de Dios y de tu matrimonio. 
 
Ponlo en palabras 
¿Cuáles son tus preocupaciones, temores, o retos respecto a la comunicación? Así como no 
deberías hacer que tu cónyuge adivine que estás pensando o sintiendo, no empieces este 
manual dejando esas cosas sin definir. Puedes descubrir que este manual responde a tus 
preocupaciones directamente o puedes descubrir que te ayuda a plantear estas preguntas 
de una manera más efectiva. Definir tu objetivo te ayudará a asimilar lo que es enseñado. 
Resiste la urgencia de nada más esperar que tu pregunta sea respondida. Escucha cómo el 
evangelio te dirige a estas preguntas. 
Equilibrar el deseo de aprender información específica con permitir pacientemente que 
alguien (incluso Dios) te guíe a esa información, es una habilidad fundamental para la buena 
comunicación. Puedes empezar a pulir esa habilidad incluso en la manera en que te preparas 
para oír/leer este material. 
¿Qué esperas de la comunicación matrimonial? 
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________ 
¿Cuáles son tus temores acerca de cómo irá o ha ido la comunicación en tu 
matrimonio?_______________________________________________________________
_________________________________________________________________________ 
¿Cuáles son los grandes obstáculos que has enfrentado para comunicarte 
bien?_____________________________________________________________________
_________________________________________________________________________ 
 
20 cosas que dificultan la comunicación 
Muchas parejas que sinceramente intentan mejorar su comunicación fallan en obtener 
resultados proporcionales a su esfuerzo, y finalmente se sienten derrotados o se enojan. A 
partir de esto empiezan a culpar a la incompatibilidad o a su cónyuge. Periódicamente se 
sienten condenados y se comprometen a intentar con más ganas aquello que no les funcionó 
antes. 
 
 
El propósito de este capítulo es ayudarte a descubrir conceptos erróneos o equivocaciones 
comunes acerca de la comunicación que impiden que el esfuerzo sincero produzca la unidad 
marital. Estas son evaluaciones diagnósticas diseñadas para impedir que tus esfuerzos 
actuales (evidenciados al escuchar/leer este manual) se vuelvan ineficaces por las mismas 
falsas suposiciones o equivocaciones que socavaron tus esfuerzos previos. 
Cada punto es seguido por «preguntas para conversar en pareja». No se espera que tengan 
60 conversaciones (20 puntos multiplicados por tres preguntas por punto), pero sí que 
tengan una o dos conversaciones acerca de cada área que impacta significativamente su 
matrimonio. La habilidad de tener estas conversaciones sin estar a la defensiva o sin atacarse 
el uno al otro, es un distintivo de humildad, esencial para que implementen efectivamente 
las demás cosas que van a aprender. 
1. Aprendemos a comunicarnos antes que sepamos que estamos aprendiendo. 
Usualmente, un estudiante sabe cuándo está siendo enseñado. Sin embargo, la 
mayoría de lo que es enseñado en casa es muy informal. Es enseñado a través de lo 
que se considera «normal». El tono de voz, el nivel de honra en el desacuerdo, qué 
se puede o no se puede distinguir, qué cosas son importantes, cómo o cuándo se 
hacen las preguntas, si hay conflicto, y muchos otros aspectos de la comunicación 
están firmemente arraigados, pero raras veces se ponen en palabras (de ahí que sean 
más difíciles de evaluar). 
 Muy a menudo asumimos que estos hábitos aprendidos sólo son «lo que somos», 
«algo que no podemos cambiar» o «cosas que nuestro cónyuge tiene que aprender 
a aceptar» aun si es destructivo. Y aun cuando estos hábitos no sean destructivos, 
una implicación primordial del mandamiento «dejar (a su padre y a su madre) y unirse 
(a su mujer) (Génesis 2:24)» es que el esposo y la esposa decidan la clase de 
comunicación que tendrán en su matrimonio para honrar a Dios de la mejor manera 
y para bendecirse el uno al otro. 
 En esta área, debes resistir la tentación de culpar a tu pasado por las decisiones que 
haces como adulto. Eres una persona con instintos y hábitos, no una persona de 
instintos y hábitos. No vuelas al sur en invierno como los gansos. Dios te dio dominio 
sobre la creación (Génesis 1:28), incluyéndote a ti mismo. Esto se expresa a través de 
un nivel de autoconciencia que los animales no tienen. Puedes evaluar y pensar 
acerca de tus propias ideas y valores. No debes descuidar este don al fallar en 
examinar tu vida (incluyendo tus hábitos de comunicación) y someterla a Dios. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Cuáles son los hábitos/estilos de comunicación 
más marcados en ti y que provienen de tu familia de origen (buenos, malos y raros)? 
 
 
¿Cuáles son los hábitos/estilos de comunicación que quieres que tus hijos aprendan 
antes de que sepan que están aprendiendo? ¿Has tratado que tu cónyuge acepte 
aspectos no saludables de comunicación diciéndole que «así es como tú eres»? 
2. Hay muchos tipos de comunicación. Pregúntale a una pareja: ¿Se comunican bien? y 
ellos podrán responder con por lo menos una docena de maneras diferentes. Planear, 
ponerse al día, elogiarse, resolver conflictos, soñar, escuchar, procesar, verbal, no 
verbal, emocional, expositiva, hipotética… la lista de tipos de comunicación puede 
seguir y seguir. 
 Es fácil para una pareja responder la pregunta «¿Se comunican bien?» de la misma 
manera que responden a la pregunta «¿Son buenos atletas?» Los dos pueden 
responder «sí» pero estar hablando de dos cosas tan diferentes como el futbol y la 
natación. Ambos estarán en lo correcto y seguirán teniendo dificultades para «jugar 
juntos». Es importante recordar que la comunicación no es una habilidad sino una 
colección de diferentes habilidades que, en un matrimonio saludable, deben estar 
sincronizadas. 
 En la serie Matrimonio centrado en el evangelio vamos a hablar de la comunicación 
en tres áreas. En este manual vamos a tratar las habilidades fundamentales de la 
comunicación (escuchar, compartir día a día y resolución de conflictos). En el manualToma de decisiones hablaremos de las habilidades funcionales de la comunicación 
(planear, discernir en pareja la voluntad de Dios, crear expectativas comunes 
respecto al tiempo y a los roles domésticos). En el manual Intimidad hablaremos de 
la comunicación romántica. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Qué tipos de comunicación son más fuertes en 
su relación? ¿Qué tipos de comunicación necesitan mejorar? ¿Cómo ha generado 
conflicto en tu matrimonio o en otra relación, el no reconocer que hay varios tipos 
de comunicación? 
3. La comunicación no se rige por reglas. La comunicación es una interacción viva entre 
personas que cambian y crecen. Las reglas son una forma de disección. Por definición, 
cuando diseccionas algo, el paciente está muerto. Las reglas pueden ser recordatorios 
útiles de principios saludables de comunicación, pero no pueden dar vida a la 
relación. 
 A menudo las parejas se vuelven mecánicas al pre-pensar cada cosa que van a decir 
para asegurarse de que sea una declaración que se refiera a sí mismo en vez de una 
declaración que se refiera a la otra persona. O registran la proporción de sus 
declaraciones positivas y negativas para verificar que están siendo «buenos 
 
 
cónyuges». Otras parejas piensan que existe una colección de principios que 
desbloquearán la felicidad en la comunicación una vez que ellos los aprendan, pero 
mientras eso pasa, viven de una manera apocada y retraída. 
 Lo mejor que las reglas pueden hacer por la comunicación, es servir como un 
recordatorio de qué significa darle honra al otro. Lo peor que las reglas pueden hacer 
por la comunicación es tentarnos a creer que podemos (o deberíamos) volvernos 
comunicadores tan hábiles, que no necesitamos gracia para un matrimonio 
saludable. 
 La Biblia da una sola regla para comunicarte: «Habla la verdad en amor con un mayor 
interés en el bienestar de la otra persona que en tus preferencias personales 
(parafraseado de Efesios 4: 15, 29).» Si pierdes esto de vista, podrás comunicarte con 
excelente técnica, y aun así, seguir arruinando tu matrimonio (1 Corintios 13: 1-3). 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Eres más propenso a confiar en las reglas que 
a dar/recibir gracia para tener una comunicación saludable? ¿Has experimentado que 
la comunicación se vuelve mecánica porque te enfocaste solamente en seguir las 
reglas para comunicarse? ¿Has visto que las reglas de comunicación han ayudado a 
mantener la honra que se dan el uno al otro, cuando era más sencillo descuidar esa 
honra? 
4. Es probable que pensemos y procesemos la información de manera diferente. 
Pregúntense uno al otro: cuál es el factor más convincente al decidir qué auto 
comprar, cuál es la mejor técnica para relajarse, o si vale la pena tener un conflicto. 
Es probable que tengan diferentes respuestas. La manera en que pensamos 
(personalidad y valores) y cómo procesamos la información (cómo aprendemos y el 
ritmo en el que tomamos decisiones) impacta lo que nos parece convincente. 
 Estas diferencias han sido explicadas en diferentes metáforas (lenguajes del amor, 
estilos de aprendizaje, tipos de personalidad, temperamentos, etc…). Cada ejemplo 
de estas diferencias tiene su fortaleza y su debilidad. Cada ejemplo puede o no 
describir los retos que cada pareja enfrenta. 
 Lo principal es enfatizar la humildad y la paciencia más que el descubrimiento y la 
complejidad. Si eres suficientemente humilde para aceptar que tu cónyuge no tiene 
que pensar igual que tú, y lo suficientemente paciente para querer aprender (a) qué 
es importante para él/ella y (b) cómo él/ella toma decisiones, entonces descubrirás 
qué necesitas conocer acerca de tu cónyuge. 
 
 
Preguntas para conversar en pareja: Cuando tu cónyuge procesa la información de 
una manera diferente a ti ¿eres más propenso al orgullo, la impaciencia, a la 
inseguridad, o a estar a la defensiva? ¿Cómo puedes ver estos momentos como una 
oportunidad para aprender y honrar a tu cónyuge? ¿Cómo puedes honrar estas 
diferencias en vez de permitir que se vuelvan evasiones, humor cortante, o conflicto? 
5. «Tú tienes que entender lo que yo quise decir…» (gracia) «Pero eso no es lo que 
dijiste…» (carácter literal). Este doble estándar es común. Cuando escuchas cómo 
alguien se ofendió por una mala interpretación de lo que dijiste, quieres que esa 
persona entienda lo que quisiste decir. No te gusta considerar que tus palabras, tono, 
historia, o lenguaje corporal pudieron traicionar lo que quisiste decir. Y cuando te 
ofendes por algo que alguien dijo, lo haces responsable por cada palabra que dijo y 
cómo la dijo. 
Experimentas tus palabras de una forma diferente a cómo experimentas las palabras 
de los demás. Si alguna vez te has escuchado en un mensaje de voz, sabes que suenas 
diferente a como tú crees que suenas. Cuando hablas, estás consciente de todo lo 
que explicas conforme hablas, y sientes muchas cosas conectadas con tus palabras 
que no verbalizas o no puedes verbalizar. Sabes que lo poco que verbalizas tiene un 
contexto más grande. Pero muy a menudo respondes como si lo que la otra persona 
dice es la totalidad de lo que necesitas entender. 
Esto pasa en el matrimonio tanto o más, que en cualquier otro contexto de 
comunicación. En el matrimonio, eres más propenso a asumir que conoces a tu 
cónyuge y lo que él/ella quiso decir. En el matrimonio, asumes que tu cónyuge te 
conoce lo suficiente y debería extenderte gracia, así como saber que lo que dijiste no 
es lo que quisiste decir. El matrimonio tiene gran necesidad del evangelio porque tus 
tendencias no saludables son más propensas a expresarse en donde más «bajas la 
guardia». 
Preguntas para conversar en pareja: ¿En qué ejemplos recientes puedes distinguir 
este patrón en tu matrimonio? ¿Con cuánta precisión crees que te escuchas a ti 
mismo cuando estás compartiendo asuntos que son importantes o que te molestan? 
¿Estás dispuesto a darle a tu cónyuge el beneficio de la duda cuando lo que él/ella 
quisieron decir no concuerda con lo que tú oíste? 
6. La buena comunicación requiere sana humildad. La comunicación saludable requiere 
más disposición que habilidad. A menudo, cuando te frustras por una mala 
comunicación pasas de sentir orgullo a sentir humildad no sana ̶ autocompasión, 
 
 
«¡Está bien! Si no sé de lo que estoy hablando, entonces ya no voy a decir nada. Tú 
habla y yo sólo escucharé.» 
 La humildad no saludable no es humildad. Es manipulación pasiva. Es una forma de 
falso arrepentimiento que toma a la relación como rehén a través del silencio y el 
berrinche. Castiga a la otra persona por querer decir la verdad en amor. 
Silenciosamente, demandas que la otra persona «lo arregle por ti» e insinúas que 
ellos piensan que eres estúpido por tu falsa humildad. 
 La sana humildad hace preguntas y escucha las respuestas en vez de cerrarse. La sana 
humildad confía en que tu cónyuge está en tu equipo y en que trabaja para el bien 
del matrimonio. La sana humildad pone lo bueno del matrimonio por delante de tu 
vergüenza. Sobre todo, la sana humildad quiere honrar a Dios y amar a la otra 
persona, tanto, que silencia tu tendencia de esconder tus debilidades. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Piensas que la humildad es un rasgo 
fundamental de una comunicación saludable en el matrimonio? ¿Cómo expresas tu 
orgullo o humildad no sana? ¿Cómo ambos pueden promover una sana humildad en 
su matrimonio? 
7. En el matrimonio, las cosas que no son importantes, pero que son importantes para 
ti, empiezan a sentirse moralmente importantes. Tu cónyuge tiene acceso más que 
nadie a las cosas que son importantes para ti (seguido de cerca por tus hijos). Esas 
cosas que no son importantes, pero que son importantes para ti, las preferencias que 
tienes y que quieres que en casa funcionen perfectamente. 
 El problema no es que tengas preferencias, sino que les asignes un peso moral y 
empieces a juzgar a los demás de acuerdo a ello. Sabes que estás haciendo estocuando te enojas (o te frustras, como prefieras llamarlo) y empiezas a menospreciar 
a aquellos que no cumplen con tus expectativas. Esto frecuentemente termina en 
una conversación esposo-esposa, pero con el tono de una conversación 
padre/madre-hijo/hija. 
 La manera en que una pareja maneja estas pequeñas cosas que pueden ocasionar 
gran molestia, refleja cómo manejarán la resolución de conflicto. La mayoría de las 
parejas que se meten en conflicto crónico no pueden recordar cómo empezaron la 
mayoría de sus discusiones. Esto revela cuán fácil es que la importancia de las 
preferencias se salga de balance en el matrimonio. Empiezas a lastimar a aquellos 
que amas más, por encima de las cosas que importan menos. 
 
 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Cuáles son las pequeñas cosas que les pueden 
ocasionar gran molestia? ¿Cuáles son sus preferencias? ¿Cómo tus reacciones (enojo 
o aislamiento) revelan que le estás dando demasiada importancia moral a esas cosas? 
¿Cómo ambos pueden honrar las preferencias del otro sin permitir que éstas se 
conviertan en el termostato emocional del hogar? 
8. El momento emocional moldea nuestra manera de escuchar y de hablar. No hablas y 
escuchas en un vacío. Lo que estás pensando justo antes de que alguien habla, 
moldea cómo escuchas lo que esa persona dice. El mismo mensaje se dice y se 
escucha diferente cuando tienes un mal día, que cuando tienes un buen día. Lo que 
oyes habla tanto acerca de ti como de la persona que está hablando. Lo que dices a 
menudo revela más acerca de ti que el contenido de tus palabras. 
 El momento emocional de una relación está definido por la confianza. Cuando no hay 
confianza, el momento emocional puede ocasionar que un halago sea recibido con 
recelo. Cuando hay confianza, una crítica puede darse y recibirse como algo bueno. 
(Proverbios 27:6). Cuando una pareja entiende esta dinámica, entenderá la 
importancia de no permitir que las ofensas persistan sin que haya pronto 
arrepentimiento y perdón (Efesios 4:26-27). 
 La comunicación marital no es meramente un punto de interacción en el tiempo; es 
más como la corriente de un río, que como una gota de lluvia. Sólo cuando una pareja 
fundamenta en el evangelio cómo responden a sus debilidades (sufrimiento) y a sus 
fallas (pecado), serán capaces de mantener la marea de su matrimonio moviéndose 
hacia la esperanza y la unidad. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Cuándo tiendes a perder de vista el momento 
emocional y a fijarte solamente en el problema? ¿Cómo has visto que la confianza 
influye la dirección que toman los mensajes dados y recibidos? ¿Cuáles son las cosas 
que dices y haces que te indican que tu comunicación ha sido dirigida por el momento 
emocional? 
9. Lo impersonal se vuelve personal. Cualquiera que haya dirigido un equipo o enseñado 
una clase en la que están sus hijos, conoce este efecto. Cuando un estudiante o 
jugador no se porta bien es menos personal que cuando tu hijo hace lo mismo. En 
ese momento no respondes a la acción, sino a lo que has invertido en la persona. 
 Dentro de un matrimonio, un gran porcentaje de tus preguntas retóricas revelan que 
estás personalizando lo que no es personal. Porque naturalmente estás pensando en 
ti mismo (aun cuando no estés siendo egoísta), asumes que otras personas están 
 
 
pensando en ti cuando toman decisiones que no te gustan y que intencionalmente 
quieren provocarte, descuidarte o insultarte. 
 Aun cuando las acciones de otros sean intencionalmente dolorosas, debes recordar 
que la ofensa primero es contra Dios, y la solución está primeramente en Dios; en 
segunda instancia, la ofensa es contra ti y se resuelve contigo. La ofensa es real, pero 
cuando insistes en la restauración humana antes de arrepentirte delante de Dios, te 
apartas de la fuente de donde procede un cambio genuino. Intercambias esperanza 
por alivio y al final te quedas sin ninguno de los dos (probablemente culpando al otro 
por este resultado). 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Ambos se arrepienten de su pecado delante de 
Dios antes de pedirle perdón a su cónyuge? ¿Pueden ver los momentos cuando se 
ofenden uno a otro como momentos en los que Dios los está llamando a ministrarse 
el uno al otro? ¿Cómo pueden hablar acerca de cosas que les molestan o les ofenden 
sin que los vean como ataques personales? 
10. Es difícil pensar y escuchar al mismo tiempo. Entre más piensas lo que quieres decir 
a continuación, menos escuchas lo que la otra persona está tratando de decir ahora. 
Es el equivalente a tratar de aspirar por tu nariz y espirar por tu boca al mismo tiempo 
(cuidado con ese experimento). La información no viaja simultáneamente en dos 
direcciones en una misma mente, tanto como el aire no puede viajar 
simultáneamente en dos direcciones en un mismo cuerpo. 
 Hay una gran cantidad de autocontrol involucrada en escuchar bien. Debes darle 
prioridad a lo que tu cónyuge está diciendo por encima de lo que quieres decir a 
continuación. Si es una discusión, tienes que ponerte a ti mismo en un lugar de 
desventaja. Si es una conversación ordinaria, eres llamado a poner los intereses del 
otro por encima de los tuyos (Filipenses 2:4). Es esta sensación de injusticia lo que a 
veces te impide ser buen escucha. 
 A menudo no te das cuenta de que ésta es la decisión que tienes que hacer para 
mejorar tu comunicación. Piensas que para mejorar tu comunicación necesitas 
volverte más claro en lo que quieres decir, cuando en verdad, esto requiere que te 
vuelvas más claro en entender lo que la otra persona está diciendo. Hasta que veas 
esta elección y comprendas su importancia, probablemente estarás «echándole 
muchas ganas», pero tus resultados se estancarán o disminuirán. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Qué porcentaje del tiempo durante el cual tu 
cónyuge está hablando, tú estás pensando en lo que quieres decir a continuación? 
¿Cómo el escuchar es un medio prioritario para honrarse uno al otro? ¿Cuándo te es 
 
 
más difícil enfocarte en escuchar (en un conflicto, cuando la tele está encendida, 
etc…)? 
11. Honrar a la gente en un conflicto se siente como decir que tienen la razón. Cuando 
señalas los elementos más fuertes de lo que alguien está diciendo y asumes que tenía 
buenos motivos para lo que está haciendo/diciendo, sientes que estás de acuerdo 
con esa persona. Cuando reafirmas la posición de alguien de una manera en que 
estarías de acuerdo con ella, renuncias a la oportunidad de comenzar 
prematuramente tu contra argumento al replantear negativamente lo que dijo. 
 Este tipo de deshonra es lo que compensa la mayoría de las discusiones políticas. El 
recelo se difunde y la gracia se evapora conforme ninguna de las partes quiere realzar 
(o ni siquiera reconocer) las fortalezas o buenas intenciones del otro lado. El resultado 
es un diálogo que produce tensión, enojo y división. 
 Lo mismo sucede en el matrimonio cuando un esposo y una esposa no están 
dispuestos a representar justamente al otro en un desacuerdo. Una manera de definir 
honra en el matrimonio, es una disposición de perder una discusión antes de 
tergiversar o denigrar lo que tu cónyuge está diciendo. Cuando haces este 
compromiso, descubrirás que es otro ejemplo del paradigma del evangelio: si estás 
dispuesto a perder tu vida, la salvarás (Lucas 9:23-24). 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Qué te tienta a desdeñar a tu cónyuge en un 
desacuerdo: la competitividad o una actitud defensiva? ¿Qué posiciones o acciones 
de tu cónyuge menosprecias con mayor facilidad? ¿Cómo el tipo de honra antes 
mencionado crea una atmósfera de confianza y paz en tu matrimonio? 
12. La comunicación marital requiere que mostremos interés en cosas que no nos 
emocionan de manera natural. En el matrimonio no puedes ser como el niño que le 
gusta pescar con su papá, pero que no le gusta cebar su anzuelo, quitar el pescado 
del gancho, o remar en el bote. No puedes elegir participar en las cosas que te 
interesan ynegarte a participar en todo lo demás. Así es como los niños abordan la 
vida; el matrimonio es para adultos. 
 Más bien, debes ser como la persona que disfruta Facebook y que está dispuesta a 
reaprender cómo usarlo cada vez que Zuckerberg decide «mejorarlo». Un mejor 
ejemplo sería escuchar a un amigo hablar acerca de un pasatiempo hasta que quieres 
practicarlo tú también. Valoras la relación y te comprometes con la conversación 
hasta el punto en que sus intereses se vuelven contagiosos y anhelas «atrapar» su 
entusiasmo. 
 
 
 Esto es esencial para una relación de toda la vida. Una gran parte de cualquier 
relación es el intercambio de ideas, eventos de la vida, pensamientos, sentimientos, 
y sueños. Si sólo muestras interés en tus temas preferidos, entonces ya no tendrás 
cosas de qué hablar y crearás un tono egocéntrico en tu matrimonio. Cuando estás 
dispuesto a invertir tu atención en los temas que no son de tu preferencia creas una 
atmósfera en la que piensas en el otro y fomentas el crecimiento personal y marital. 
 Preguntas para conversar en familia: ¿Qué has aprendido a disfrutar simplemente 
porque tu cónyuge lo disfruta? ¿Cómo estas cosas han bendecido tu matrimonio y te 
han hecho crecer personalmente? ¿Qué cosas les interesa aprender durante el 
próximo año? 
13. Comunicarnos nos obliga a enfrentar cosas de nosotros mismos que no nos gustan. 
Entre más cercana es una relación y más compartes la vida con una persona, más se 
revelan tus debilidades (habilidad y carácter). La comunicación no sólo es acerca de 
decir y escuchar las cosas correctamente. Los momentos más cruciales de la 
comunicación marital se dan cuando dices, escuchas o haces mal las cosas y cómo 
respondes a eso. 
 Al menos que te des cuenta de esto, culparás a tu cónyuge por ser crítico, cuando en 
realidad, una de las funciones diseñadas por Dios para el matrimonio es que uno sirva 
al otro como un espejo de su carácter. No puedes culpar a tu cónyuge por lo que es 
revelado de ti en el matrimonio, más de lo que puedes culpar al espejo por cómo se 
ve tu pelo y tu cara cuando recién despiertas. 
 No es simple poesía cuando en los votos de tu boda dijiste «para bien o para mal». 
Tu cónyuge verá tu peor lado. Debes tener la humildad de reconocer estas 
debilidades ̶ en vez de negarlas o culpar a tu cónyuge ̶ cada vez que éstas le afectan. 
Cuando las debilidades de tu cónyuge te afectan, debes tener la paciencia y la gracia 
para entender que estos son los mejores momentos de ministración en el 
matrimonio. Juntos, deben buscar y seguir a Cristo en sus debilidades. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Cuáles son las debilidades que te cuesta más 
reconocer? ¿Pones mayor énfasis en responder con humildad o en que tu cónyuge 
exprese sus preocupaciones de acuerdo con tus preferencias? ¿Cuáles son las frases 
que deberían alertarte cuando estás teniendo una actitud defensiva o de culpar al 
otro en el momento en que tus debilidades son reveladas? 
14. El perdón no es justo. La mayor parte de nuestro énfasis sobre las «reglas de 
comunicación» es tratar de prevenir cualquier injusticia. Eso es muy bueno, hasta que 
un cónyuge peca contra el oro. El pecado siempre introduce injusticia a la relación. 
 
 
En ese momento, sabes que deberías perdonar, pero a veces te resistes porque 
perdonar no es justo. 
 Aun cuando dices que perdonas porque has sido perdonado por Cristo (Efesios 4:32), 
sólo respondes con gracia cuando te dan gracia. No le has hecho justicia a la gracia. 
Solamente recuerdas que estás en el lado beneficioso de lo «injusto». 
 Con base en su historia personal y en su temperamento, esto será más difícil de 
aceptar para unas personas que para otras. Pero aun si es difícil, queda un concepto 
esencial para un matrimonio saludable entre dos personas imperfectas. Tropezar con 
esta verdad es lo que ocasiona que muchas parejas mantengan un «marcador». Sólo 
el evangelio puede librarte de esta peligrosa tentación. 
 «Sólo cuando aceptamos el amor de Dios como algo que no podemos merecer, 
podemos empezar a dar amor inmerecido a nuestro cónyuge. Es crítico que conozcas 
esta gracia como el fundamento del amor por tu cónyuge… Tus mejores esfuerzos 
serán guiados por un amor que da para recibir, que se queda corto con lo que Dios 
diseñó para el matrimonio (p.51).” Winston Smith en Marriage Matters (traducido 
como «El Matrimonio Importa») 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Cuánto te molesta que las cosas sean injustas? 
¿En un momento en que no eres el ofendido, qué clase de resistencia pones a esta 
verdad? ¿En un momento en que sí eres el ofendido, qué clase de resistencia pones 
a esta verdad? 
15. A menudo es difícil determinar qué es importante en un desacuerdo. Lo primero que 
necesita hacerse durante un conflicto (y que rara vez se hace) es determinar cuán 
importante es el asunto del conflicto. Si un esposo y una esposa no están de acuerdo 
en la importancia relativa de lo que están discutiendo, es probable que no estén de 
acuerdo en la solución o cuándo/cómo implementarla. 
 «Una de las cosas sobre la que los cristianos están en desacuerdo es la 
importancia de sus desacuerdos. Cuando dos cristianos de diferentes 
denominaciones empiezan a discutir, no suele pasar mucho tiempo antes de 
que uno de ellos pregunte si tal o cual punto de la discusión ‘importa 
realmente’, y el otro contesta: ‘¿Importar? ¡Es absolutamente esencial!’… El 
factor común más alto resulta ser algo positivo y estimulante, separado de 
todas las creencias no cristianas por un abismo con el cual las peores 
divisiones dentro del cristianismo no son comparables en absoluto.» C. S. 
Lewis en Mero Cristianismo 
 
 
 Un esposo y una esposa deben mantener la perspectiva a la que Lewis se adhiere 
para todos los cristianos ̶ que las cosas que los unen son más grandes que cualquier 
cosa que los hagan estar en desacuerdo en cierto momento. Cuando se pierde este 
sentido de proporción, habrá una discusión que más tarde se considerará tonta, pero 
el daño permanecerá. 
 Preguntas para conversar en pareja: En un desacuerdo ¿piensas que un asunto es 
más importante o menos importante de lo que tu cónyuge piensa? ¿Qué factores 
influyen cuando exageras o minimizas un asunto? ¿Cuáles son las cosas que les 
indican a ti y a tu cónyuge que están desacuerdo en un asunto o discusión? 
16. A los problemas de auto-control les llamamos problemas de comunicación. Rudeza, 
ira, abuso, falta de respeto, manipulación y otras faltas de autocontrol son problemas 
personales, no problemas relacionales. Concebirlos de otra manera implica que el 
ofensor culpa al otro o que el ofendido está en una relación de codependencia. 
 La Escritura es clara ̶ tus (singular) palabras, revelan tu (singular) corazón (Lucas 
6:45). No hay ninguna advertencia que diga: si tus preferencias no son satisfechas, o 
si alguien es grosero, entonces puedes culpar a otra persona por tu pecado. Una vez 
que una pareja empieza a explicar su pecado (agresivo o pasivo) por las acciones del 
otro, entonces el matrimonio está listo para deteriorarse rápidamente. 
 En el matrimonio, la confianza está construida en la expectativa de que ambos se 
harán responsables de su pecado, buscando a Dios en arrepentimiento, buscando al 
otro en confesión, y buscando santidad a través de fomentar un estilo de vida 
saludable. Un factor importante en la disminución de la confianza en los matrimonios 
modernos, es que cada vez se culpan más uno al otro por una falta de autocontrol 
emocional y voluntario en uno o ambos cónyuges. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿En qué áreas de la vida eres más propenso a 
perder el autocontrol? ¿Cuándo pierdes el autocontrol a quién o a qué culpas? 
¿Cómo puedes fortalecer tu carácter para reconocer estas faltas de autocontrol y de 
esa manera proteger tu matrimonio? 
17. La comunicación requiere tiempo y energía. La buena comunicación es como otras 
disciplinas de la vida (limpiar la casa,hacer un presupuesto, etc…). Si te niegas a darle 
tiempo te costará mucho más tiempo del que hubieras invertido en un principio. Si 
inviertes el esfuerzo necesario constantemente, lo que cosecharás excederá por 
mucho tu inversión inicial. 
 
 
 La buena comunicación requiere energía. Escuchar y compartir no son habilidades 
pasivas. No son como ver televisión o navegar por Internet. Requieren compromiso. 
Al menos que reconozcas esto, serás propenso a darle a tu cónyuge tus sobras 
mentales y emocionales. 
 Por estas razones, es muy difícil tener buena comunicación marital si tu vida está mal 
administrada. Fallas al darte cuenta de que son tus decisiones (un horario demasiado 
lleno, falta de sueño, etc…) a las que estás tratando de culpar por tus decisiones 
(rudeza, distancia, dificultad para poner atención, etc…). Entonces te enojas o te 
sientes insatisfecho con tu cónyuge cuando las cosas no funcionan como quisieras. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Qué tiempo apartas regularmente para la 
comunicación marital? ¿Cómo se aseguran de que están hablando constantemente 
acerca de los aspectos importantes de la vida? ¿Cómo se aseguran de que están 
guardando energía mental y emocional para los momentos cuando interactúan con 
su cónyuge? 
18. Una vida ocupada significa que amontonamos grandes asuntos en espacios 
pequeños. Cuando tratas de apachurrar una conversación de 30 minutos en un ratito 
de tres minutos, es como tapar el extremo de una manguera con tu pulgar ̶ salpica 
para todos lados. Una vida súper ocupada te pone en un lugar perfecto para la mala 
comunicación. 
 Es importante buscar un buen momento para las conversaciones relevantes o 
difíciles. Las vidas muy ocupadas crean distancia; contribuyen en que las 
conversaciones difíciles se conviertan en conversaciones hostiles. Por eso es esencial 
para un esposo y una esposa asegurar que se dan tiempo regularmente 
(preferentemente diario) para hablar. Si las conversaciones importantes tienen que 
apretarse en muy poco tiempo o tienen que esperar de 48 a 72 horas para encontrar 
un momento para llevarlas a cabo, entonces su matrimonio no es la prioridad que 
debería ser. 
 Después de que una pareja tiene hijos, la ubicación aumenta en importancia porque 
incluso dentro de la casa los lugares y tiempos viables disminuyen. Factores como la 
hora de dormir a los niños y no permitir que el trabajo se atrase hasta la noche, se 
vuelven importantes para protegerse contra perder su tiempo juntos. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Qué ocasiona frecuentemente que apresures o 
aceleres una conversación marital importante? ¿Confías en que tu cónyuge le dará 
prioridad a tener una conversación importante? ¿Qué aspectos de su vida necesitan 
administrar mejor para mantener un tiempo adecuado para la comunicación marital? 
 
 
19. Sentimos que entre más nos conocemos uno al otro, tenemos menos que decir. Es 
fácil comunicarte cuando estás saliendo o cuando estás de novio(a) porque todo es 
nuevo. La comunicación cuando eres recién casado es abundante porque hay mucho 
que decidir. Unos cuantos años en el matrimonio y la inconciencia que provee una 
rutina establecida, requiere un nivel adicional de intencionalidad para mantener una 
comunicación habitual y significativa. 
 En la medida en que pasan de ser novios al matrimonio y luego a una larga vida juntos, 
te convertirás (o por lo menos deberías) de un novato a un experto en tu cónyuge. 
Sin embargo, nadie se convierte en un experto de manera accidental. Hay una fase 
fundamental en este proceso, cuando la persona que tiene un conocimiento general 
acerca de un asunto comienza a sentirse insatisfecha con ese escaso conocimiento y 
quiere conocer todo lo que se tiene que conocer acerca del tema que le apasiona. 
 La mayoría de los matrimonios comienza con este nivel de interés (esa es la 
peculiaridad de estar enamorado; Filipenses 1:9), pero rechazas la disciplina de la 
«educación continua» que es requerida para llegar a ser un experto. Es la disciplina 
de permanecer actualizado en los desarrollos más recientes del tema que te apasiona 
(es decir, tu cónyuge) y anticipar los cambios próximos. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿En qué áreas de tu vida estás bien informado y 
te mantienes actualizado? ¿Cómo te motivas y disciplinas para este interés y 
aprendizaje continuos? ¿Cómo estos hábitos y patrones pueden usarse para facilitar 
la apreciación y un conocimiento cada vez más profundo de tu cónyuge? 
20. El matrimonio es una conversación de toda la vida que se construye en sí misma. La 
comunicación no es una tarea que terminas. Referirse al matrimonio como «una 
conversación de toda la vida» puede dar la impresión de que el matrimonio es puro 
hablar. Pero ese no es el punto. Todo lo que haces (palabras, silencio, acción, y no 
acción) comunica. El matrimonio es definido por los mensajes que enviamos de ida y 
de regreso. 
 Con esto en mente, te das cuenta de que la comunicación no es meramente algo que 
haces, sino la realidad en la que vives. Comunicarte es más como el envejecimiento, 
que como ponerse maquillaje o ejercitarse. Siempre avanza, pero algunas veces eres 
más consciente de él que otras. Está construido en sí mismo, ya sea con gracia, de 
una manera que confiere honor, o en un deterioro crónico. No hay atajos para 
envejecer bien o para una comunicación marital satisfactoria. 
 Es por eso que este manual no está diseñado primordialmente para enseñarte 
técnicas (cosas que a veces haces), sino en adoptar un estilo de vida. Las técnicas 
 
 
usualmente crean temporadas buenas en el matrimonio, especialmente en esas 
etapas donde estás muy consciente de las consecuencias que traería ser malo o 
descuidado. Pero los cambios en tu estilo de vida son más duraderos. 
 Enraizar en el evangelio estos cambios de estilo de vida, requiere que estés muy 
consciente tanto del adversario (Satanás), quien se aprovechará de tu carne (pecado) 
para destruir tu matrimonio, como del Abogado (Jesucristo) quien te dio el poder (el 
evangelio) para vencer, y el patrón (Escritura) que seguir, a fin de bendecir tu 
matrimonio. 
 Preguntas para conversar en pareja: ¿Ves la comunicación como una actividad o 
como un estilo de vida? ¿Cómo los ritmos y los patrones de tu comunicación marital 
te recuerdan las verdades centrales del evangelio? ¿Vigilas tus palabras como si 
fueran la herramienta que Satanás usa para destruir tu matrimonio y la herramienta 
que Dios usa para bendecir tu matrimonio? 
 ¿Qué puntos de esta lista de 20 retos llamaron más tu atención? 
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 ¿Qué aprendiste de ti y de tu matrimonio en este capítulo? 
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Conclusión 
 Respira profundo. Puede que para este punto te sientas abrumado. Descansa en el hecho de 
que este manual no te dará docenas de habilidades para aprender y dominar. Simplemente 
les pedirá a ti y a tu cónyuge adherirse a unos cuantos principios del evangelio. 
1. Entra al mundo de tu cónyuge como Jesús entró a nuestro mundo, 
comprometiéndote totalmente cuando tengas la oportunidad de escuchar. 
2. Muestra interés por tu cónyuge, que sea el reflejo del amor y el interés que Dios 
tiene por tu cónyuge. 
3. Moldea el ejemplo de sacrificio personal de Cristo como el camino hacia la 
libertad y el gozo durante los tiempos en los que tengan diferencias. 
 
 
Algunas habilidades serán añadidas a estos principios centrales, pero no permitas que esas 
habilidades te distraigan de lo principal ̶ ser como Cristo con tu cónyuge. Las habilidades 
son meros ejemplos yaplicaciones de tu llamado primordial en el matrimonio (y todas las 
demás relaciones). 
«Adoptar la actitud de Jesús en tu hogar disolverá la mayoría de las disputas antes de 
que verdaderamente empiecen (p.160).» John Henderson en Catching Foxes 
(traducido como «Cazando zorras») 
«La reconciliación del matrimonio debe ser un estilo de vida, no sólo la respuesta que 
tengas cuando las cosas van mal.» Paul Tripp en ¿Qué estabas esperando? 
En los siguientes capítulos, simplemente veremos diferentes facetas e implicaciones de estas 
verdades centrales del evangelio. El propósito de esos capítulos es prevenir que estas 
verdades centrales se conviertan en clichés o lugares comunes. Pero si te sientes abrumado 
por las aplicaciones prácticas, regresa a estas verdades centrales: (a) la comunicación 
saludable sólo es posible por lo que Cristo ya hizo, no por lo que nosotros debemos hacer, y 
(b) todos los detalles son simplemente implicaciones de tres verdades básicas. (Las tres 
expuestas en esta conclusión). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Capítulo 2 
Escuchar: la clave olvidada para la comunicación marital 
	
Principios	clave:	No	olvides	las	siguientes	ideas,	ya	que	son	los	conceptos	esenciales	
de	este	capítulo.		
Ø Sé	un	servidor-oyente:	busca	comprender	antes	de	ser	comprendido.	
Ø La	 gran	 mayoría	 de	 los	 problemas	 de	 comunicación	 se	 resuelven	 cuando	
escuchamos	mejor.	
Ø Escuchar	bien	es	simplemente	vivir	imitando	a	Dios.	
Ø Escuchar	es	una	habilidad	que	es	más	necesaria	cuando	es	más	difícil.	
Ø La	palabra	escuchar	tiene	mucho	que	ver	con	la	palabra	silencio.	
Memoriza: Santiago 1:19-21(LBLA), «Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno 
sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; pues la ira del hombre no obra la 
justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con 
humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas.» Al memorizar 
este pasaje reflexiona sobre estos puntos clave: 
• «Esto sabéis» – Santiago asume con humor que serías propenso a saltarte sus 
instrucciones acerca de escuchar. 
• «Pronto para oír» ̶ Serás rápido en una cosa y lento en la otra; escoge ̶ escuchar o 
hablar. 
• «Tardo para hablar... ira» ̶ Ser rápido para hablar tiene consecuencias emocionales; 
necesitas ver la causa y el efecto. 
• «Obra... desechando» ̶ La elección de escuchar bien es una elección para buscar el 
carácter piadoso y la unidad relacional. 
• «Recibid... la palabra implantada» ̶ La salvación comenzó con escuchar. El 
matrimonio también pasa de la muerte a la vida al escuchar. 
 
Notas de enseñanza 
«Si quieres desarrollar una relación matrimonial íntima, harías bien en hablar menos y 
escuchar más. La persona que habla menos está más dispuesta a dejar de lado su propio 
egocentrismo y a construir la unidad en el matrimonio. Es más capaz de comprender otro 
punto de vista. Y está dispuesto a buscar lo mejor para su pareja (p. 154)». Dennis Rainey 
(editor)	 en	 Preparing	 for	 Marriage	 (traducido	 como	 «Preparándose	 para	 el	
matrimonio») 
«De todos los principios que intervienen en la comunicación efectiva, ninguno es más 
importante que la buena escucha» Wayne Mack en Fortaleciendo el matrimonio. 
 
 
«Rara vez estaremos de acuerdo en todos los temas del matrimonio. Rara vez estaremos de 
acuerdo en el uso correcto del dinero, o en la cantidad exacta de intimidad sexual, o la 
manera exacta y apropiada de encargarse de los hijos. Dios no diseñó a todos para que 
estuvieran de acuerdo exactamente en todas estas cuestiones. Más bien, Dios redime y 
capacita a los esposos y esposas para que reflejen a Cristo y a la iglesia en medio de sus 
desacuerdos, y para que crezcan en el amor mutuo bajo cualquier circunstancia. Este amor 
tiende a expresarse en la palabra amable, en escuchar humildemente, en el deseo de servir 
y en el anhelo de que Cristo sea engrandecido en nuestros matrimonios (p.164).» John 
Henderson en Catching Foxes (traducido como «Cazando zorras») 
«Los ídolos que adoras filtran y eliminan la información que no coincide con las expectativas. 
Los ídolos también amplifican otros mensajes a los que eres sensible. Aborda todos los temas 
con humildad, con la voluntad de aprender algo nuevo y corregir los errores de comprensión. 
Comunica una humildad que permita obtener más información o una perspectiva diferente 
(p. 109).» Winston Smith en Marriage Matters (traducido como «El matrimonio importa») 
«No tiene sentido pasar a la siguiente idea o responder a lo que has oído si tu cónyuge no 
cree que has entendido lo que se ha dicho (p. 133) ... ¿De qué manera suele sentirse tu 
cónyuge incomprendido por ti? Si no lo sabes, entonces pregúntale (p. 135)». Winston Smith 
en Marriage Matters (traducido como «El matrimonio importa») 
 
Aplicación personal 
A menudo nos perdemos el poder de las cosas comunes. Estar en un juego de las ligas 
pequeñas no parece gran cosa hasta que escuchas el lamento de un adulto: «Mi padre nunca 
fue a ninguno de mis juegos». A menudo sólo apreciamos plenamente el significado de las 
pequeñas cosas que nuestro cónyuge hace después de su fallecimiento porque «la vida se 
siente tan vacía ahora». Cuando miras hacia atrás y recuerdas a las personas que más 
moldearon tu vida, generalmente es por su presencia y cuidado en momentos ordinarios 
más que por grandes acciones o palabras profundas. 
Escuchar es otra cosa común que a menudo tiene un poder del que pocas personas se dan 
cuenta. Considera el poder de escuchar representado en esta cita acerca de la humildad. 
«No imagines que, si conoces a un hombre realmente humilde, será lo que la mayoría 
de la gente llama 'humilde' hoy en día: él no será el tipo de persona desagradable, 
falsa, que siempre te dice que, por supuesto, no es nadie. Probablemente todos 
ustedes lo que pensarán de él es que parecía un tipo alegre e inteligente que se 
interesó mucho en lo que le dijeron. Si no te agrada, será porque sientes un poco de 
envidia de cualquiera que parezca disfrutar de la vida con tanta facilidad. Él no estará 
pensando en la humildad: él no estará pensando en sí mismo en absoluto.» C. S. Lewis 
en Mero cristianismo 
 
 
Debido a que todo lo que podemos hacer cuando somos bebés y niños (o eso parecía en ese 
momento) es «escuchar a las personas grandes», tendemos a pensar que hablar es la parte 
madura, poderosa y significativa de la comunicación. Creemos que escuchar es para la 
persona débil o inmadura que carece de influencia en la capacidad de contribuir. Si aplicamos 
esta misma lógica a la nutrición, pensaríamos que comer frutas y verduras es un signo de 
debilidad. 
Al devaluar el acto de escuchar, pasamos por alto cómo pensamos acerca de la oración. 
Cuando tienes una visión pobre de la escucha, calificas a Dios basado en cómo responde a tu 
solicitud, y te pierdes el gran honor de que el Creador está omni-disponible para tus 
pensamientos e inquietudes momento a momento. Sí, Dios responde la oración, pero no 
pases por alto la realidad de que nunca estás solo y de que siempre eres entendido. De 
manera similar, responde a lo que dice tu cónyuge (con palabras y acciones), pero nunca 
minimices el poder de escuchar para recordarle que estás con él/ella «en las buenas y en las 
malas» esforzándote por comprender/compartir sus alegrías y tristezas. 
En este capítulo buscaremos que eleves tu habilidad para escuchar y aumente tu capacidad 
para desatar su poder y así enriquecer tu matrimonio. Haremos esto en tres secciones: (1) 
Cómo no escuchar, (2) Tipos de escucha y (3) Cómo escuchar. 
Lee Proverbios 1:5 y 15:28. ¿Cómo el libro de la Biblia que aborda notablemente el tema de 
la sabiduría introduce el famoso versículo que dice: «el temor del Señor es el principio de la 
sabiduría (1:7 LBLA)»? Con un llamado a una alta visión de la escucha. Nunca serás sabio a 
menos que valores adecuadamente la escucha. Hasta que entiendas esto, fracasarás en la 
aplicaciónde todo lo que aprendas acerca de cómo crear un buen matrimonio. Cuando no 
escuchas bien, tu boca «derrama malas cosas (15:28 RVR1960)». Esto puede deberse a una 
de dos causas: (a) te enojas antes de entender, o (b) ofreces «buenos consejos» que no se 
ajustan a la situación. De cualquier manera, tus palabras desaniman y provocan el deterioro 
de la relación. No olvides que la sabiduría (y las bendiciones matrimoniales que la sabiduría 
trae) comienza con lo que entiendes (escuchando bien) no con lo que dices (discurso 
convincente y preciso). 
 
Cómo no escuchar 
Estar en silencio, no significa que estás escuchando. No todas las preguntas invitan, o incluso 
quieren, una respuesta. Existe la mala escucha. La manera que escuchas puede influir 
negativamente en lo que se dice y distorsionar lo que escuchas. Necesitas ser consciente de 
cómo tu escucha afecta la comunicación o tu auto rectitud acusará y desaprobará a tu 
cónyuge en momentos en que tu mala escucha los puso en esa situación. 
Vamos a ver ocho maneras de no escuchar. Al leer cada una, considera el hábito involucrado, 
los valores revelados y el mensaje comunicado. Las malas habilidades para escuchar son los 
tres (hábito, valores y mensaje). Para mejorar como oyente debes participar y cambiar en los 
 
 
tres niveles. Convertirse en un mejor oyente comienza con la voluntad de escuchar lo que es 
incorrecto. 
1. Interrumpir: Interrumpir dice que tus pensamientos son más importantes que los 
pensamientos del otro; o que prefieres arriesgar a que el otro olvide lo que intenta 
decir, a tú olvidar lo que quieres decir. Interrumpir implica que sabes lo que el otro 
está a punto de decir y necesita ser cambiado. Si tienes el hábito de interrumpir, 
memoriza Filipenses 2:1-5 y repítelo cada vez que interrumpes a tu cónyuge. Úsalo 
como base de tu confesión y enfócate en que escuchar es una manera relevante de 
amar a tu cónyuge como Cristo ama a la iglesia (Efesios 5:25). 
«Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor ... 
con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más 
importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino 
más bien los intereses de los demás. Haya, pues, en vosotros esta actitud que 
hubo también en Cristo Jesús.» Filipenses 2: 1-5 (LBLA) 
2. Consejo prematuro: Dar un consejo prematuro comunica que tu cónyuge es un 
problema que debe resolverse en lugar de una persona que debe ser escuchada. Dar 
un consejo prematuro revela que estás escuchando para responder 
(egocéntricamente) en vez de escuchar conscientemente para comprender al otro. 
Un consejo prematuro insinúa que tu cónyuge está en una relación debido a lo que 
él/ella puede recibir de ti (consejo o ayuda) en lugar de estar contigo por amor y 
devoción. Como regla general, espera a dar consejos hasta que se te haga una 
pregunta directa para recibir orientación. 
3. Intelectualizar: Cuando despersonalizas una conversación centrándote en las ideas 
en lugar de en la persona, no estás escuchando bien. Por ejemplo, si uno de ustedes 
está molesto por un problema (es decir, algo que dijo o hizo el otro cónyuge) y el otro 
cónyuge pregunta sobre el «contrato» detrás de la emoción (es decir, «¿No crees que 
tengo derecho a ...?»), entonces la persona y su experiencia pasaron a un segundo 
plano por debajo de una idea (es decir, una discusión sobre cómo el matrimonio 
debería influir en las libertades de cada cónyuge). A menudo es beneficioso participar 
en estas discusiones más amplias, pero sólo después de que esté claro que quieren 
escucharse, no debatir. Un signo seguro de intelectualización es si intentas hacer que 
las conversaciones emocionales sean lógicas para tu propia comodidad. Hasta que no 
te unas a tu cónyuge donde él/ella está, la conversación no va a ser productiva. 
4. Minimizar: Esto es una mala escucha por falsa comodidad. Incluso si tu cónyuge 
está exagerando, debes acompañarlo a este descubrimiento escuchando con calma 
y haciendo buenas preguntas, en vez de intentar generar este cambio con unas pocas 
frases. Cuando alguien está exagerando, los cambios rápidos rara vez coinciden con 
respuestas agradables. A menudo, sin embargo, tu cónyuge no estará exagerando. 
Simplemente, no conoces la situación lo suficientemente bien como para 
comprender su respuesta. En estos casos minimizar es insultante, despectivo y 
 
 
erosiona la confianza en tu juicio. Da el beneficio de la duda hasta que haya una fuerte 
evidencia de lo contrario. Este beneficio de la duda es una aplicación bíblica y directa 
del amor: «(el amor) todo lo cree (I Corintios 13:7 RVR1960).» 
5. Asociación libre: Las palabras de tu cónyuge no deben usarse como trampolín hacia 
temas de mayor interés personal (conversación general) o ventaja personal (en un 
desacuerdo). Responde a lo que te hayan preguntado. No uses una pregunta como 
ejercicio de libre asociación. Esta es una forma de escuchar muy egocéntrica. Si esto 
genera un conflicto, probablemente parezca manipulador (porque lo es). Honra a tu 
cónyuge respondiendo su pregunta o pidiendo una aclaración. Si lo que te vino a la 
mente es lo suficientemente importante como para recordarlo después de abordar 
lo que tu cónyuge ha dicho o preguntado, entonces luego plantea el tema para 
extender (en vez de reemplazar) la conversación inicial. 
6. Filtrando lo que escuchas desde el temor: Tiendes a escuchar/ver primero lo que 
más temes. Esto impacta radicalmente la forma en que escuchas, especialmente en 
conversaciones difíciles. Si le temes a las serpientes, cuando caminas por el bosque, 
cada palo torcido es una serpiente hasta que demuestra lo contrario. Si le temes al 
fracaso, el rechazo, la falta de respeto u otra cosa, entonces será lo que escucharás 
naturalmente durante un conflicto o cuando se habla de temas delicados. Esta es la 
razón principal por la que personalizas lo que no es personal. Se hablará más sobre 
cómo contrarrestar esto en el capítulo cuatro, pero por ahora tómate un tiempo para 
reflexionar acerca de las implicaciones de esto en cómo entiendes Proverbios 1:7 
(LBLA), «el temor del Señor es el principio de la sabiduría.» 
«Las emociones juegan un papel importante en la honestidad… La ira y el 
miedo son emociones que requieren un cuidado especial. Ambos pueden 
tentarnos a cubrir en vez de revelar nuestro ser (p. 107).» Winston Smith en 
Marriage Matters (traducido como «El matrimonio importa») 
7. Malas preguntas: Sí, hay tal cosa como una mala pregunta. Puedes hacer preguntas 
para que la gente se sienta estúpida/infantil (por ejemplo: ¿qué te hizo pensar que 
eso era una buena idea?), para atrapar a las personas/hacer que se sientan malas 
(por ejemplo: ¿crees que hago esto [refiriéndonos a un pecado o una elección necia] 
porque creo que es divertido?), o para terminar una discusión (por ejemplo: ¿por qué 
pensarías algo diferente?). Este tipo de malas preguntas dan la apariencia de 
escuchar; después de todo, las preguntas significan que quiero escuchar ¿cierto? Las 
malas preguntas son peores que la escucha ineficaz, son una forma primaria de 
manipulación. Si eres culpable de esta forma de mala escucha, entonces tómalo muy 
en serio. Estás pecando contra tu cónyuge de una manera que le silencia a él/ella y 
debilita la confianza que es esencial para un matrimonio saludable. 
8. Dominante emocionalmente: Tu cónyuge nunca debería evitar una conversación 
porque piensa que no puede hablar contigo acerca de eso, ya que sufrirías un colapso 
nervioso o te saldrías de tus casillas. Está mal usar la ira, el miedo, la autocompasión 
 
 
o la desesperación para protegerte de conversaciones desagradables con tu cónyuge. 
Cuando haces esto, antepones tu comodidad a la integridad del matrimonio; tus 
preferencias comienzan a triunfar sobre la realidad. Entrenas a quienes te rodean 
para que vean la realidad a través del lente de tus emociones. Ya no importa lo que 
sea cierto; sólo importa si estás dispuestoa escuchar. Este fracaso en escuchar bien 
da como resultado una disfunción familiar crónica que puede durar generaciones. Si 
eres propenso a este tipo de dominación emocional, entonces te recomiendo 
encarecidamente buscar consejería de manera formal. Como forma de auto 
intervención, memoriza y medita en Juan 8:32 cuando te sientas tentado a usar tus 
emociones como un escudo en la tarea de escuchar bien. 
«y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres (Juan 8:32 NBLA)». 
A partir de estos ejemplos de mala escucha, debes darte cuenta de que se necesita humildad 
y valor para escuchar bien. Escuchar bien requiere aceptar que tú no tienes el control de la 
conversación, que es posible que no sepas cómo responder, que hay cosas importantes que 
no sabes, que vale la pena escuchar a otras personas y que tus pensamientos son secundarios 
por un periodo de tiempo. Se necesita una persona de carácter elevado para escuchar bien. 
«Se necesita gracia para estar listo para escuchar y dispuesto a escuchar.» Paul 
Tripp en ¿Qué estabas esperando? 
 
Tipos de escucha 
«¿Eres bueno escuchando?» es una pregunta como «¿eres un buen estudiante?» La 
respuesta suele ser: «Depende». En la escuela a menudo depende de la materia. Con la 
escucha depende del tipo de escucha requerida. Algunas carreras nos permiten 
especializarnos en una o dos formas de escuchar y sobresalir con esas habilidades. El 
matrimonio, sin embargo, es una relación que requiere voluntad de participar en todo tipo 
de escucha para que la relación florezca. 
Examinaremos cinco tipos de escucha. Se proporciona una pregunta central que enmarca 
cada tipo de escucha antes de la explicación. La comprensión es fundamental para toda 
escucha efectiva. Apreciar y empatizar son formas de escuchar principalmente con el 
propósito de unir. Discernir y evaluar son formas de escuchar que se utilizan principalmente 
durante la resolución de problemas. 
1. Comprender ̶ ¿Qué se dice? Esta es la pregunta que no se debe dejar pasar en la escucha. 
Pero es sorprendente la frecuencia con la que se pasa por alto la necesidad de 
comprender. Tomarte el tiempo para asegurarte de que entiendes lo que se ha dicho es 
la esencia de ser «pronto para oír» y «tardo para hablar» (Santiago 1:19 LBLA). Hay 
muchas habilidades de escucha reflexiva y repetición para ayudar a la comprensión, pero 
básicamente se reducen a dos preguntas: (1) ¿ves el valor de la comprensión antes de 
 
 
hablar? (2) ¿estás dispuesto a pasar parte de tu «tiempo aire» asegurándote de que has 
comprendido? 
«Es el amor propio lo que te hace más comprometido con lo que entiendes que con 
entender a tu cónyuge.» Paul Tripp en ¿Qué estabas esperando? 
Da ejemplos recientes de cuando este tipo de escucha ha bendecido o habría bendecido 
su matrimonio: _________________________________________________________ 
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2. Apreciar ̶ ¿Qué tiene de bueno el hablante o el mensaje? Esto es lo que alimenta la 
paciencia al escuchar. Escuchar a alguien debe afirmar el valor que le das a la relación. 
Una de las formas en que entrenas tus pensamientos y los pensamientos de los demás 
en centrarse en las cosas que son verdaderas, honorables, justas, puras, hermosas, 
admirables, excelentes y dignas de alabanza es la forma en que escuchas. Si escuchas a 
través del filtro de «lo que está mal o necesita corrección» tendrás dificultades en llevar 
una vida de acuerdo a lo que dice Filipenses 4:8. Mientras escuchas, debes buscar cosas 
para afirmar. La escucha apreciativa debe ser verbalizada en forma de una afirmación 
que anima a la persona o que expresa gratitud hacia su mensaje. 
 
Da ejemplos recientes de cuando este tipo de escucha ha bendecido o habría bendecido 
su matrimonio: _________________________________________________________ 
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3. Empatizar ̶ ¿Cuál es la emoción en el hablante o en el mensaje? Este es el aspecto de la 
escucha que crea más unión. Muestra la voluntad de entrar en el mundo de tu cónyuge. 
Observa cómo Pablo se comprometía relacionalmente con la gente, «teniendo así un 
gran afecto por ustedes, nos hemos complacido en impartirles no sólo el evangelio de 
Dios, sino también nuestras propias vidas, pues llegaron a ser muy amados para nosotros. 
(1 Tesalonicenses 2:8 NBLA).» Esto captura la escucha empática. En otra parte, Pablo 
dice: «gócense con los que se gozan y lloren con los que lloran (Romanos 12:15 NBLA).» 
Escuchar las alegrías y las tristezas de tu cónyuge no debe dejarte indiferente. Si la 
experiencia de estar en un cuerpo (la iglesia) debe tener esta respuesta entre hermanos 
cristianos, entonces la escucha empática debería estar aún más presente en la relación 
de una sola carne entre marido y mujer. 
 
Da ejemplos recientes de cuando este tipo de escucha ha bendecido o habría bendecido 
su matrimonio: _________________________________________________________ 
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4. Discernir ̶ ¿Qué es lo más preciso o lo más importante en lo que se dice? Esta forma de 
escucha se aleja emocionalmente del hablante y del mensaje para así poder obtener una 
 
 
perspectiva más objetiva. Este desapego asume que el mensaje es tendencioso o está 
mal filtrado en la información más relevante. La cautela también asume que lo que es 
importante para el hablante puede no ser lo más importante para el oyente. Por estas 
razones, en el matrimonio, la escucha con discernimiento debe ir precedida la mayoría 
de las veces de una escucha apreciativa o empática, eso es lo que significa «dar el 
beneficio de la duda». Sin las formas de unión en la escucha, escuchar con discernimiento 
crea o perpetúa la distancia. Recurrir constantemente a escuchar con discernimiento es 
un indicador de que el matrimonio carece de una base sólida de valores compartidos, 
propósito o confianza. 
 
Da ejemplos recientes de cuando este tipo de escucha ha bendecido o habría bendecido 
su matrimonio: _________________________________________________________ 
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5. Evaluar ̶ ¿Cuál es la respuesta adecuada al hablante o al mensaje? Este tipo de escucha 
se centra más en la acción que en la comprensión. Este tipo de escucha a menudo tiene 
una mala reputación debido a que los maridos son propensos a usar exclusivamente esta 
mentalidad de «arreglar» al escuchar. La evaluación es la etapa final apropiada para 
escuchar en muchas (no todas) las conversaciones. La evaluación prematura es una 
forma de orgullo (creer que sabes todo lo que necesitas saber), lo cual devalúa la relación. 
La ausencia de considerar la respuesta adecuada es una forma de pasividad (ya sea 
pereza o desprecio) que devalúa la relación. La tendencia a pensar que evaluar es el estilo 
apropiado de escuchar en la mayoría de las conversaciones suele ser una pausa, un 
cambio de compartir a preguntar o expresar una decisión que debe tomarse. Si estas 
tendencias comunicativas no están claras en su matrimonio, sería prudente discutir cómo 
ustedes dos exteriorizan que las conversaciones están listas para pasar de comprensión 
a evaluación. 
 
Da ejemplos recientes de cuando este tipo de escucha ha bendecido o habría bendecido 
su matrimonio: _________________________________________________________ 
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Cómo escuchar 
A menudo somos malos oyentes porque pensamos en escuchar como simplemente oír y 
retener información. En un díade sobrecarga de información, es fácil pasar por alto la 
importancia de escuchar. Considera esta definición ampliada de escuchar: escuchar es cómo 
entras en el mundo de otra persona. 
En las relaciones, los «internos» y los «externos» están determinados por lo que compartes 
y lo que estás dispuesto a escuchar. Cuando hablas con alguien de tus pensamientos privados 
 
 
lo conviertes en un «interno». Cuando no hablas con alguien de tus pensamientos privados, 
lo conviertes en un «externo». Cuando estás disponible para escuchar, estás demostrando 
tu voluntad de convertirte en parte del mundo de tu cónyuge, que es más que compartir el 
mismo espacio (casa). 
Lee Efesios 5:25 a la luz de Juan 1: 14-18. ¿Cómo amaba Jesús a su esposa, la iglesia? Jesús 
entró completamente en su mundo para entender sus desafíos únicos y su experiencia ante 
esos desafíos (Hebreos 2:17-18). ¿Cómo aplicas la profunda verdad teológica de la 
encarnación de Jesús en tu matrimonio? Escuchas a tu cónyuge hasta que se sienta 
comprendido. De la misma manera que la encarnación de Jesús te da la seguridad de que Él 
comprende todos los aspectos de tu vida (Hebreos 4: 15-16), tu escucha le asegura a tu 
cónyuge que estás para/con él/ella en medio de las alegrías y luchas de la vida. 
Esta realidad es convincente. Te das cuenta de que has descuidado una de las formas más 
simples, significativas y fundamentales en que Dios te llama a amar a tu cónyuge. Pero la 
convicción sin instrucción da como resultado culpa sin esperanza. El evangelio siempre da 
esperanza en igual (o mayor) medida que las convicciones. Entonces, a continuación, 
brindaremos muchas habilidades y perspectivas destinadas a mejorar tu capacidad de 
escucha. 
Ninguna instrucción puede crear o reemplazar el deseo. La principal habilidad para ser un 
buen oyente es querer ser un buen oyente. El núcleo de la escucha es dar suficiente valor a 
la otra persona y lo que está diciendo para que dejes de colocar tus pensamientos (mental o 
verbalmente) sobre los de esa persona. Cuando comiences a hacer esto, encontrarás que tus 
respuestas y lenguaje corporal casi siempre hacen que la otra persona responda de una 
manera menos reservada. Las siguientes habilidades son simplemente ejemplos de 
conductas que dan valor a la otra persona. 
1. Muestra y mantén el interés: Algunas conversaciones son interesantes por su tema. Esto 
hace la escucha efectiva mucho más natural. Sin embargo, hay ocasiones en las que 
nuestro interés se da por el valor que damos a la relación en lugar de al tema. Cuando, 
en el matrimonio sólo escuchas bien a los temas de interés, obligas a tu cónyuge a actuar 
(creando matices de presión/rechazo) para tu atención o a descuidar áreas importantes 
de la vida (creando sistemas familiares que inevitablemente fallarán). 
 
2. Honra a través del lenguaje corporal: La mayoría de los indicadores de interés son no 
verbales: contacto visual, expresiones de rostro agradables, asentir con la cabeza, 
inclinarse hacia adelante, mirar al hablante, relajar los hombros, no estar de brazos 
cruzados y retirar distracciones (por ejemplo: revisar tu teléfono o trabajar en un 
proyecto). Cuando no honras a tu cónyuge a través del lenguaje corporal le generas la 
tentación de incrementar la «fuerza» de su habla para llamar tu atención. Honrar el 
lenguaje corporal disminuye la tentación hacia una comunicación ineficaz. 
 
3. Analizar el propósito antes que el contenido: Las palabras tienen un propósito. Si tu 
cónyuge tiene miedo y tú debates la exactitud de sus argumentos, entonces te estás 
 
 
perdiendo el propósito del contenido, lo que probablemente aumentará su miedo, lo 
cual expresará como ira. Para escuchar mejor comienza con la pregunta: «¿Por qué está 
hablando mi cónyuge?» en lugar de «¿Qué está diciendo mi cónyuge?» Una vez que sepas 
la razón de tu cónyuge al hablar, podrás utilizar el tipo de escucha apropiado de la lista 
anterior. 
 
4. Ten cuidado con los filtros: Debes estar dispuesto a escuchar un mensaje de la manera 
en que se pretendió transmitir, no como lo percibiste o experimentaste. Mira la lista de 
«filtros» a continuación y considera cómo su influencia afectaría tu capacidad para 
escuchar adecuadamente a tu cónyuge. 
 
 
 
Las diferencias que existen en la personalidad, la historia y las aspiraciones de un esposo 
y una esposa requieren que seas consciente del impacto de estos filtros si quieres tener 
«la misma conversación» al hablar de un tema determinado. Si no eres consciente de tus 
filtros, cambiarás el significado de las palabras de tu cónyuge y lo harás responsable de 
tu reacción. Esta es una receta infalible para apagar la comunicación. 
 
5. Aclara los puntos confusos: A menudo, expresar confusión o inclinar la cabeza es 
suficiente para solicitar una aclaración sin interrumpir. Las buenas preguntas aclaratorias 
suponen que hay una buena respuesta para lo que todavía no tiene sentido. Por ejemplo, 
es mejor preguntar: «¿Cómo se conectan [suponer que hay una explicación] esos dos 
puntos?» que «¿Cómo es posible que [expresar escepticismo de que hay una explicación] 
esos dos puntos puedan conectarse?» Los tiempos de confusión tienden a ser coyunturas 
críticas donde la gracia desparece de la comunicación. Por esta razón, las parejas deben 
darse cuenta de que la gracia y la paciencia necesitan aumentar durante las aclaraciones. 
 
6. Resume la información: Resume los puntos clave o las experiencias que tu cónyuge ha 
compartido antes de dar una respuesta. Esto revela que estás escuchando y te aseguras 
de que lo que captaste coincide con lo que tu cónyuge estaba compartiendo. Más allá de 
asegurar eso, estás respondiendo a lo que tu cónyuge estaba tratando de decir, esto 
tiene otro beneficio. También te permite aclarar si tu respuesta es una parte o todo lo 
que dijo tu cónyuge. Cuando no resumes lo que has escuchado, es común que las 
perspectivas/sugerencias parciales aparezcan como generalizaciones/correcciones 
totales. Cada vez que los roles de hablar-escuchar se alternan en una conversación, habrá 
un momento en el que se gana o se pierde la confianza. Por eso las interrupciones son 
tan malas para la comunicación. Un resumen de 30 segundos en estos intercambios a 
menudo ahorra muchas discusiones de 30 minutos (o más). 
 
Miedos Experiencias pasadas Valores Creencias 
Expectativas Sueños futuros Prejuicios Suposiciones 
Intereses Eventos recientes Inseguridades Otro: _________ 
 
 
7. Escucha para afirmar/honrar: Es muy fácil solamente escuchar lo que necesita ser 
diferente, cambiado o corregido. Después de todo, es ahí donde se producirá el progreso, 
el crecimiento o el cambio como resultado de la comunicación. Cuando sucumbes a esta 
tentación, escuchar se convierte en un ejercicio muy negativo. Frecuentemente, esto se 
hace para evitar lastimar los sentimientos de alguien que es sensible. Cuando enmarcas 
escuchar-para-afirmar de esta manera, te pierdes de cómo eso da forma a tu carácter y 
actitud. Si quieres ser un oyente que se parece a Cristo, debes disciplinarte (hasta que se 
convierta en algo que disfrutas naturalmente) para así encontrar en las palabras de tu 
cónyuge, aspectos que afirmar, celebrar o alentar. 
 
8. Posponer evaluaciones: Hay un momento para el pensamiento evaluativo en la 
comunicación marital. Suele estar cerca del final de un intercambio de comunicación (a 
menos que sea una interacción solamente para resolución de problemas/toma de 
decisiones). La voluntad de suspender el pensamiento crítico durante una conversación 
informal es una forma de comunicar confianza y demostrar que la relación tiene valor 
más allá de lo que logra en sí misma. Por eso la conversación casual (próximo capítulo) 
es tan importante para el matrimonio; es una oportunidad primordial donde el 
matrimonio es honrado y tu cónyuge es apreciado simplemente por lo que es. 
 
9. Escucha como si estuvieras recibiendo una petición de oración: A menudo se hace la 
pregunta: «¿Cómo sé

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