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Ana Pampliega de Quiroga - Enfoques y perspectivas en psicología social-Ediciones Cinco (1990)

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OQUES Y SP CTIVAS 
PSICO OGI SOCIAL 
A AP.deQUI OGA 
. S. I<. 
EDICIONES CINCO 
© 1 º edición, 1986, by Ediciones Cinco 
© 2º edición, 1987, by Ediciones Cinco 
© 3° edición, 1990, by Ediciones Cinco 
Florida 165 ª SºPiso ª Of. 505 
Buenos Aires-- Argentina 
Hecho el depósito que marca la íey 11.723 
Printed en Argentina 
ISBN - 950-9693-03-0 
A mi maestro� Enrique Pichon-Riuiere 
CENTRO 
lJ. 
LA CONCEPCION DEL SUJETO EN EL PENSAMIENTO 
DE ENRIQUE PICHONcRIVIERE* 
FUNDAMENTOS PARA UNA PSICOLOGIA 
DEFINIDA COMO SOCIAL 
"El hombre es un ser de necesidades que sólo se satisfa­
cen socialmente, en relaciones que lo determinan ... ". 
Dr. E. Pichon-Riviere, 1973. 
"Entiendo al hombre como configurándose en una activi­
dad transformadora, en una relación dialéctica mutuamente 
modificante con el mundo, relación que tiene su motor en la 
necesidad ... 
La elaboración de un criterio de salud al que nosotros 
llamamos adaptación activa, significa el análisis de las formas 
que reviste la relación del sujeto con el mundo, de las formas 
que reviste esa relación constitutiva del hombre como tal ... ". 
Dr. E. Pichon-Riviere, 1973 
"El sujeto es ·sano en tanto aprehende la realidad en una 
*Artículo publicado. en la Revista de la A.P.A. (Asociación 
Psicoanalítica Argentina) N° 3, 1978, y en Clínica y Análisis "Grupal 
Nº 24, España, 1980. 
· ' 
9 
.... ··· 
perspectiva integradora, y tiene capacidad para transformar esa 
realidad, transformándose a la vez el mismo ... 
Está activamente adaptado en la medida que mantiene un 
interjuego dialéctico con el medio ... ". 
Dr. E. Pichon-Riviere, H170. 
A toda reflexión científica, y particularmente a la refle­
xión psicológica -dada la índole de su objeto- subyace 
una concepción del hombre. Una� hipótesis acerca de la 
esencia y el origen de ese conjunto de procesos que consti­
tuyen, más allá del orden animal, una nueva instancia: el 
orden histórico-social, lo específicamente humano. 
Esta concepción del hombre nos remite, en tanto se 
inscribe en ella, a una Weltanschaung, un sistema de repre­
sentaciones latentes, no necesariamente explicitado en el 
discurso y que refleja como sistema representacional, las 
distintas prácticas de los hombres. 
Decimos subyace, hablamos de su condición no necesa-
1riamente explícita. Queda por plantear, que aún desde esa 
latencia determina la problemática. Esto es: la concepción 
del hombre, de la naturaleza, del orden social e histórico y 
de sus faterrelaciones se constituye como lugar teórico, 
explícito o implícito desde ·donde se plantea el problema 
del sujeto Y. su comportamient9. 
Se constituye como lugar teórico· en tanto es ese siste­
ma de representaciones, esa Weltanschaung la que orienta la 
formúlac1ón ·.de la pregunta por el sujeto. A su vez la 
pregunta establece líneas, perspectivas, en la elaboración 
sistemática de uña respuesta. 
A partir de la práctica y desde ese "lugar teórico" se da 
de hecho la enunciación de leyes que darían cuenta de los 
procesos del sector de lo real a conocer y transformar. 
¿Desde dónde se interroga un investigador? ¿Qué orien­
ta la pertinencia de sus preguntas? Desde la práctica, desde 
10 
los hechos mismosº Pero S?. sitúa� en tanto ser social, en esa 
práctica, desd_e el interior de un sistema social de represen­
taciones, que tiene sus condiciones de prnducción5 de emer­
gencia, en el complejo de relaciones sociales, culturales, 
económicas que constituyen el escenario (contexto) de su 
tarea. 
Quien investiga en el campo de los procesos psíquicos, 
indaga sus leyes a partir de su práctica concreta, pero se 
sitúa frente a esa práctica y la interpreta desde su concep­
ción del orden natural, del orden social e histórico y su 
convergencia en el hombre. Esa concepción opera como 
óptica, como perspectiva de abordaje y comprensión. Está 
presente en el salto de cálidad que implica el pasaje de la 
experiencia clínica a la interpretación y conceptualización 
de esa experiencia. Se manifiesta como concepción del 
sujeto. Emerge en las hipótesis acerca de los determinantes 
en última instancia, de los procesos a investigar. 
Pero a su vez, esta concepción orientadora, este lugar 
teórico, no permanece necesariamente estático en esa con­
frontación con la práctica en un sector de lo real. Es 
susceptible de desarrollos, rectificaciones y ratificaciones. El 
sostener una determinación social de la práctica desde los 
sistemas representacionales que operan en una sociedad, no 
significa negar la dialéctica del conocer. 
Ante lo expuesto ,puede surgir una pregunta. ¿Esta 
presencia fundante de la concepción del mundo5 de la 
Weltanschaung en la elaboración de una práctica, no impli­
caría una posición escéptica en cuanto a la posibilidad de 
un conocimiento científico? ¿Cómo opera un sistema so­
cial de representaciones, una concepción de la naturaleza 
humana en la elaboración de una psicología científica? ¿Se 
trata siempre de un "a priori imagLnario", con que se hace 
necesario. establecer una ruptura? ¿Se constituye como 
obstáculo epistemológico? 
El tema remite a un actual debate: las relaciones entre 
ciencia e ideología, problema que fue objeto de un sistemá­
tico estudio de nuestra Escuela de Psicología Social', parti-
11 
cularmente a partir de la tarea de reflexión epistemológica 
que realizáramos el Dr. E. Pichon-Riviere y yo. 
Hemos preferido redefinir los términos de dicho debate, 
rescatando la inclusión de un tercer factor, la base social, 
los intereses sociales objetivos que expresa cada concepción 
de lo real, cada We.ltanschaung, como reflejo de las prácti­
cas de los hombres·, articulados en una sociedad determi­
nada. 
Queda eludido así el falso dilema de naturaleza solapa­
damente idealista en la que quedó atrapada la epistemología 
francesa: Ciencia o Ideología. 
:-,. La relación se plantea entonces entre: 1 ) Concepción 
del mundo5 del hombre y la historia. 2) Base social obje­
tiva, intereses sociales que esa concepción expresa. 3) Cono­
cimiento objetivo. 
Esta línea orientadora en el análisis del valor cognosciti­
vo de cada Weltanschaung como sistema de ideas, en la 
crítica de las concepciones del hombre y la historia recono­
ce antiguos antecedentes en la historia de la filosofía. Es 
John Locke, en el "Ensayo sobre el entendimiento huma­
no", en el que refuta la postura idealista acerca del innatis­
mo de las ideas, quien en primer término elabora esta 
hipótesis. Para Locke las ideas emergen de la experiencia, y 
el interés social -no el individual- determina los juicios de 
los hombres en el dominio de la vida social. 
� La posibilidad de que la concepción del hombre opere 
como obstáculo epistemológico en la elaboración de una 
psicología científica no depende de su relación con un nivel 
"ideológico",· de su pertenencfa a una Weltan.schaung, de su 
menor o mayor grado de formalización, sino de las caracte0 
rísticas de los intereses sociales que expresa. De allí deven­
drá ,su carácter de sistema de representaciones ocultantes, 
distorsionantes, de pseudo conocimiento o su condición de 
conocimiento objetivo, desocultante, desmitificador. 
� ¿Esto qué implica? La existencia, en un mismo contex­
to social, de más de una ideología, de más de un sistema 
representacional. 
12 
� El proceso de conocimiento humano tiene su fundamen­
to en necesidades materiaies que los hombres resuelven a 
partir del establecimiento de relaciones socieJes. En conse­
cuencia, la realidad social, realidad compleja y contradictoria, 
opera como factor determinante en el desarrollo del cono­
cimiento.· Lo complejo, lo contradictorio de esas relaciones, 
la diversidad de intereses operantes .en esa estructura5 deter­
minan a su vez formas del pensamiento, de la representa­
ción5 del conocimiento. Emergen desde allí diversas modali­
dades de interp:¡_·etación de lo real . Esto explica la diversidad 
e incluso la contradicción entre las concepciones del mun­
do, del hombre, de la cultura que disputan la hegemoníaen 
el interior de ese sistema social, ya que estas diversas 
construcciones teóiico-ideológicas expresru! distintos secto­
res concretos de la misma estructura. 
'" El <;c::>vocimiento humano, los sistemas sociales de repre­
sentación de lo real tienen ·una historia que no es otra que 
la historia social, la historia de las· relaciones establecidas 
entre los hombres para abordar la naturaleza en la intención 
de resolver las inaplazables exigencias de la subsistencia. 
De allí que ningiln sistema de representaciones pueda 
ser. analizado ni comprendido fuera del análisis y de la 
comprensión de esa .. Nstoria q�e. 19 determina� sin que ese 
procedimiento no concluya en el establecimiento de una 
ruptura entre el objeto a estudiar y sus condiciones de 
producción. Desde la coherencia con esta proposición queda 
invalidado el planteo de una &'teoría de la. Ideología';� tanto 
como el falso dilema Ciencia o Ideología, concepción del 
mundo o conocimiento objetivo. 
Al elaborar hipótesis; como lo hace Althusser, acerca de 
la Ideología en general, definiéndola 'Como la H:tepresenta­
ción de las relaciones imaginarias que los hombres guardan 
con sus condiciones de existencia", se produce un desliza­
miento al idealismo, en el sentido de la fragmentación del 
objeto de conocimiento. 
1 El planteo althusseriano acerca de la Ideología, como 
forma del desconocimiento , reduce de ·hechos el complejo 
13 
problema de los sistemas sociales de representaciÓn7 como 
formas sociales de conocimiento, al pseudo problema de la 
ideología, omnipresente, inmutable, transhistórica, eterna, 
realizando una abstracción que no permite el abordaje de 
realidad alguna, ya que remite a un vacío. 
Las ideologías, los sistemas representacionales que inter­
pretan lo real aparecen en el pensamiento althusseriano, que 
tanta vigencia alcanzara en nuestro medio, metamorfoseados 
en un fetiche: La Ideología. 
¿Por qué hablar de un proceso de fetichización? Por­
que esta metamorfosis de las ideologías en "La Ideología" 
ahistoriza el nivel representacional, lo despoja de sus con­
notaciones específicas, de su pertenencia, aislándolo de sus 
condiciones de producción: las prácticas de los hombres en 
relaciones sociales contradictorias. 
Las concepciones del mundo, del hombre, los sistemas 
de ideas que interpretan lo real queda_n, en tanto "Ideolo­
gía'' esencializados, como una inevitable y natural relación 
imaginaria de reconocimiento-desconocimiento, que la ubica 
casi en el nivel de las categorías kantianas de aprehensión 
de lo real. 
Introducir esta reflexión epistemológica sobre el valor 
cognoscitivo de las "concepciones del mundo", en este 
trabajo acerca de la concepción del sujeto en el pensamien­
to de E. Pichon-Riviere, me parece particularmente perti­
nente ya que mi intención es mostrar cómo Pichon-Riviere 
fundamenta una psicología y la define como social, a partir � 
:---ae su concepción del suj�to, como social e históricamente 
'determinado, como configurándose en un ínterjuego con un 
contexto que se le da siempre entretejido de vínculos y 
relaciones sociales .. Este interjuego tiene como fundamento 
una contradicción inherente al sujeto en tanto organismo 
viviente: contradicción entre necesidad y satisfacción. Es la 
situación de necesidad la que promueve la relación con el 
mundo externo; con el otro, en la búsqueda de la gratifica­
ción. Esa contradicción intrínseca es la que remite al inter­
juego sujeto-contexto en el que el sujeto se configura. 
14 
En la elaboración de esta concepción del sujeto se 
articularon, en un fecundo encuentro, una práctica clínica y 
una concepción del mundo que se constituye en conoci­
miento objetivo, en tanto da cuenta de la estructura de lo 
real al esclarecer las interconexiones existentes entre natura­
leza-hombre-sociedad. 
Dicha práctica, situada a partir de esa Weltanschaung, 
siguiendo el triple movimiento de experiencia-conceptuali-
:. zación-transfonnación que hacen a la esencia del proceso de 
conocimiento, y en una tarea de crítica y autocrítica, 
ratificación y rectificación, dio lugar al desarrollo de un 
sistema de conceptos, ECRO 1 , que ilumLna un sector de lo 
real e instrumenta -en tanto da cuenta de sus leyes inter­
nas- para operar sobre él. 
En síntesis, es desde la concepción de la Naturaleza 
humana social e históricamente determinada, desde el Hom­
bre entendido en cada aquí y ahora como punto de llegada 
de un pro.ceso histórico, como síntesis o centro de anuda­
miento de una complejísima red de relaciones sociales, y a 
partir de una práctica clínica que remite a una dialéctica 
entre mundo interno y mundo externo, entre el sujeto y su 
contexto vincular, que el problema del sujeto puede ser 
planteado en sus justos términos. 
· 
A partir de la concepción del hombre y el mundo de la 
tarea terapéutica que revelan la estructura dialéctica de la 
subjetividad, es que E. Pichon-Riviere plantea "una nueva .. 
problemática". 
Y es desde esa problemática del sujeto que, .soniú's �-�::?;!::(.'� 
referidos a la temática de la interacción, del vínculo-y '·de,. 
grupo, en la investigación de esa dialéctica funda11.te de l.a 
subjetividad. 
UNA NUEVA PROBLEMATICA: LA 
PSICOLOGIA DEFINIDA COMO SOClA.L 
La concepción pichoniana del sujeto lo define como 
1 ECRO: Esquema Conceptual, Refe:rencia1 y Operativo. 
15 
emerg�nte configurado en. un sistema vincular a partir del in� 
t�rjuego fundante entre necesidad y satisfacción1 interjuego 
que remite a su vez a una dialéctica intersubjetiva. Es decir, 
que esa dialéctica esencial constitutiva de lo subjetivo, tiene 
como sustancia la interpenetración de dos pares contradicto� 
ríos: a) necesidad/satisfacción; b) sujeto/contexto vincular­
social en el que emerge y se resuelve, en una relación con 
otro, esa contradicción básica entre la necesidad y la satis­
facción. 
Pichon-Rivie:re conceptualiza en términos de dialéctica 
entre necesidad y satisfacción, entre sujeto y trama vincular 
en las que las necesidades del sujeto cumplen su destino 
vincular de gratificación o frustración, el interjuego de cau­
sas internas y condiciones extemas que operan en la consti­
tución del sujeto. 
La ''tensión de necesidad'' sería, en principio, un elemen­
to de orden biológico, el que con mayor claridad remite a 
la base material, orgánica del comportamiento del sujeto. 
La tensión de necesidad tiene a su vez su fundamento en 
otra contradicción, ya que emerge del intercambio de mate­
ria de ese organismo con su medio. La necesidad es inheren­
te a la materia viva. 
La contradicción entre necesidad y su opuesto, la satis­
facción, se da en el interior del sujeto, pero en tanto la 
fuente de la gratificación le es exterior esta contradicción 
promueve la relación con el mundo externo, en la búsqueda 
de dicha fuente de gratificación. La necesidad aparece así 
como el fundamento motivacional de toda experiencia de 
contacto, de todo aprendizaje, de todo vínculo. La __ satisfac­
ción, a la que sólo se accede en la experiencia con el otro 
es eminentemente social, vincular. La necesidad remite al 
objeto, y a partir de las primeras experiencias y en el acto 
de satisfacerse, la necesidad se metamorfosea, se "objetiviza", 
. se somete a la determinación del objeto. Desde las primeras 
experiencias las necesidades del sujeto se transforman (y en 
consecuencia el �mjeto mismo), cambian de calidad a partir 
de la incorporación del sujeto. Joan Riviere sostiene que: 
16 
"'Desde el princ1p10 mismo la e:x:periencia proporciona un 
núcleo y un fundamento para la objetividad'\ Nosotros 
agregaríamos que esa expereincia no es sólo la base de la 
objetividad en tanto registro de lo externo, sino que por 
serlo resulta también fundamento de la subjetividad, ya que 
desde esa experiencia, en la que se resuelve la contradicción 
necesidad/ satisfacción, es que el objeto se inscribe en el 
sujeto, configurándo su interioridad. Lo constituye a partir 
de la determinación de aquello que apárecería como más"subjetivo": la necesidad misma. 
El objeto se inscribe en el sujeto a partir de la experien­
cia y desde la necesidad configurándolo. En la experiencia 
de satisfacción el objeto se transforma en un referente . \ interno (objeto interno) interpretando la necesidad, confor-
mándola. Lo que operaba hasta entonces como condición 
externa cambia de carácter para transformarse en elemento 
de la causalidad interna. 
Esta elaboración evoca sin duda parte de los desarrollos 
freudianos acerca de la "experiencia de satisfacción" y la 
emergencia del deseo. Cabría quizá preguntarse -como lo 
hiciera Lacan en 1969, en ocasión de su último encuentro 
en París- por qué Pichon-Riviere habla de Psicología Social 
y no de Psicoanálisis. . . . . . _ 
Desde una psicología definida como social, histó.r.iGá:;;Y·'�;/ ... Oí. ., .. ·. 
concreta podríamos interrogarnos por nuestra parte por)�Ú�:'.·X'.'?,,(\·: ,,*:� -�·· · · 
Freud abandona la persp�ctiva intersujetal que · esboz��·�n:� .f '::>,;:-­
El proyecto de una psicología para neurólogos.7Y: · -;°,•;�(.\�;-;: 
capítulo VII de La, interpretación de lo� ·· · · - - - · . · ·· . . 
desplÍega en la conceptualización del Edíp" . . . . _ _ - .. . . . . . . ... ·.· ducción de Psicología de las masas, y que··dé.h�tho)uíid3::.,,.·· :.:,'.�-.. 
menta a la técnica en tanto exploración de modalidadé-s·de· '.�;;: _ .. · .· ··� · 
vínculos, para legalizar desde las últimas formulaciones. de ... -�;;¿�,�\�>·· 
la Metaps_icología una perspectiva estrictamente intra:sujétaf>":�:·<<·· _·,_ 
Esta perspectiva intrasujetal parecería entrar en contra­
dicción con una creciente preocupación del pensamiento 
psicoanalítico acerca de la función del objeto en la consti­
tución del sujeto. Preocupación de la que es emergente el 
17 
desarrollo del concepto de relación de objeto y que se 
plantea a investigadores de corrientes tan diversas como M. 
Klein, Fairbain�, Lagache, Lacan5 Hesnard, Laing, la Escuela 
del Yo. Sin embargo el centramiento en lo intrasujetal 
vuelve a ser proclamado como la pertinencia, el territorio 
del Psicoanálisis por Laplanche y Pontalis, cuando afirman 
que uen la medida en que la noción de relación de objeto 
pone ei acento ?11 la vida relacional del sujeto, arriesga a 
conducir a ciertos autores a tener por determinantes las 
relaciones reales con el entorno. Es esta una desviación que 
rechazará todo psicoai13Jista, para quien la relación de obje­
to debe ser estudiada esencialmente a nivel fantasmático 
entendiendo que las fantasías pueden modificar la aprehen­
sión de lo real'i. 
Responder a los interrogantes planteados más arriba: 
por qué Psicología Social y no Psicoanálisis en E. Pichon­
Riviere, por qué la elección de u_na perspectiva intrasujetal 
desde Freud y el pensamiento psicoanalítico nos remitirá 
nuevamente a lo que resulta el principio organizador de este 
trabajo: la relación entre la problemática del sujeto y el 
modelo teórico que desde allí se desarrolla. 
Lo que denominamos "perspectiva intrasujetal"nos remi­
te en tanto coherente con ella a la concepción del sujeto 
que subyace al pensamiento freudiano y que como decía­
mos determina desde esa latencia la problemática del psico­
análisis. Concepción del sujeto que se hace explícita y se 
despliega, en tanto ningún observable clínico la contrasta, 
en los escritos sociales de Freud, escritos que revelan, como 
señala Pichon-Riviere "una Weltanschaung esencialista, idea­
lista, para la que la naturaleza humana se determinaría en 
última instancia desde impulsos instintivos que aparecen allí 
eternos e inmodificables en su esencia ... ". Se "naturaliza 
así la agresión, la rivalidad, la hostilidad entre los hombres. 
Estos rasgos 'naturales' de 'lo humano' hablan de su esencia 
transhistórica que se expresa en las relaciones sociales y las 
determinan en su forma ... ". No se trata sólo de un feno­
méno de reduccionismo psicologista, sino que como afirma 
18 
Pichon-Riviere ·�esta concepción idealista, esencialista tiene 
como consecuencia una inversión en la que los efectos 
aparecen como causas y las causas como efectos . . . �'. 
Es esa concepción del sujeto, pese a la ambigüedad que 
reviste en el desarrollo del pensamiento psicoanalítico la 
que legitima la perspectiva intrasujetal, la jerarquización de 
lo pulsional -y desde allí lo fantasmático- corno principio 
interno, único interpretador de la experiencia y en conse­
cuencia estructurador de la subjetividad (Freud y su inter­
pretación de la cultura. Revista Crisis, 1976). Sin visualizar 
lo que más tarde revelara el abordaje del mundo interno de 
un sujeto en el contexto interaccional (familiar) que opera 
como el conjunto de sus condiciones de producción: que 
aun lo fantasmático manifiesta, remite, no sólo a la presen­
cia sino a la acción concreta del Otro, del objeto, que se 
mueve hacia la gratificación o la frustración. 
Desde la perspectiva intrasujetal, el sujeto aparece como 
relacional pero, se secundariza (aun cuando no se la niega 
totalmente) la dialéctica sujeto/objeto, dialéctica constitu­
tiva de lo subjetivo. 
Desde la óptica pichoniana, si la e.:iCperiencia con el 
objeto alcanza tal valor de determinación de la subjetividad, 
la "focalización" de la dialéctica entr�. s_uje_tos, de los proce­
sos vinculares, de interac�ión, ·se constituye en el ú.nico 
abor�laje · pertinente en tanto no fragl!l�nta la realidad a 
:investigar, permitiendo visualizar el interjuego entre causas. 
internas y condiciones externas en la producción de un 
fenómeno. De allí que lo intrasujetal no sería sino un 
aspecto de un proceso mucho más complejo, y la investiga­
ción centrada en los procesos internos no dáría cuenta de la 
totalidad de sus determinantes; produciéndose en conse­
cuencia un proceso de fetichización de lo subjet�vo. 
El abordaje interaccional, vincular que piantea P.idÍon­
Riviere al conceptualizar en términos de . interjuego entre 
necesidad / satisfacción� sujeto / ·contexto vincular-social� 
la dialéctica de la subjetividad, permite un acercamiento 
más totalizador a la multiplicidad de determinaciones que 
19 
operan en esa unidad biopsicosocial que es el sujeto. Esto 
se da porque los conceptos de necesidad y estructura vincu­
lar significan una primera aproximación al esclarecimiento 
del i11terjuego 'e interpenetración de lo biológico y lo social 
en ese orden específico de fenómenos que constituyen los 
procesos psíquicos. Es en el escenario vincular, en la rela­
ción con el otro, que el sujeto· de la necesidad, en la acción 
concreta de satisfacerla en una experiencia social, se trans­
forma en el sujeto de la repres�ntación (del objeto) y desde 
allí en el sujeto de las significacfones sociales, sujeto hu­
mano. Es en el interjuego entre necesidad / satisfacción que 
tiene su anclaje, su fundamento toda representación, toda 
norma, toda ideología, toda acción. . 
"DEL PSICOAN.ALISIS A LA PSICOLOGIA SOCIAL". 
DE LO INTRASUJETAL A LO INTERSUBJETIVO 
Hemos mencionado una práctica clínica a partir de la 
cual y desde una Weltanschaung E. Pichon-Riviere sintetiza 
un esquema conceptual, referencial y operativo. Cabe ahora 
preguntarse qué hechos de la realidad abordada en esa 
práctica determinaron en él el abandono de la perspectiva 
estrictamente intrasujetal, para centrar su análisis en la 
dialéctica entre sujetos, en el interjuego entre mundo inter­
no y mundo externo. 
En el prólogo de su -obra Del Psicoanálisis a la Psicolo­
gía Social, Pichon-Riviere señala: "en _el tratamiento de 
pacientes psicóticos realizados según la técnica analítica y 
por la indagación de sus procesos transferendales se hi�o 
para mí evidente la existencia de objetos internos, múltiples 
imªgo que se articulan en un mundo construido según un 
progresivo' proceso de intemalización". 
"Ese mundo interno se configura como escenario en el 
qlle es - posible reconocer el hecho dinámico de la intemali­
zaéión de objetos y relaciones. En este escenario interior se 
20 
intenta reconstruir la realidadexterior, pero los objetos y 
los vínculos aparecen con modalidades diferentes por el 
fantaseado pasaje del afuera hacia el ámbito intrasubjetivo, 
�l adentro. Es un proceso comparable al de la representa­
ción teatral, en el que no se trata de una siempre idéntica 
repetición del texto, sino que cada actor recrea, con una 
modalidad particular, la obra y el personaje". 
"La indagación analítica de ese m�1}go interno me llevó 
a ampliar el concepto de 'relación de objeto' formulando la , . 
noción de - vínculo, �l qu� defino como una estructura 
compleja, que incluye un sujeto, un objeto, su mutua inter­
reladón con procesos de comnnicacíón y aprendizaje. Estas 
relaciones intersubjetivas son direccionales y se establecen 
sobre la base de necesidades, fundamento motivacional del 
vínculo. Dichas necesidades tienen un matiz e intensidad 
particular, en los que interviene la fantasía inconsciente. 
( Todo vínculo así entendido ünplica un emisor, un receptor, 
una codificación y decodificación del mensaje. Por este 
proceso comunicacional se hace manifiesto el sentido de la 
.i_nclusión del ·objeto en el vínculo, el compromiso del obje­
"io- eii. una relación no linear sino dialéctica con el sujeto. 
Por eso insistimos que en toda �§.tIY.�t..Y:r..ª··-yjpgµl_ar y con el 
término estructura ya indicamos la interdepend_encia de los · 
elementos, el sujeto y el objeto interactúan,_rBalimentá,11do­
s? mutuamente. En ese interactuar se da la internalización 
de la estructura relacional, que adquiere una dimensión 
iiitrasubjetiva. El pasaje o in_ternalización tendrá característí� \ 
cas determinadas por el sentimiento de gratificación o frus­
tración que acompaña a la configuración inicial del vínculo, 
que será entonces un vín9ulo bueno o un vínculo malo". 
"Las ,;r.�laciQn�s !rttrª8"Q.bj�tiyas o �strn�turc:ts _ _ vi_nG1.J,lar��� 
tntemalizadas, articuladas en un m.undo interno, condiciona­
rán las características del aprendizaje de la realidad. Este 
aprendizaje será facilitado según que la confrontación entre 
el ámbito de lo intrasubjetivo y el ámbito de lo intersubje­
tivo resulte dialéctica o dilemática. Es decir, que el proceso 
de interacción funcione como un circuito abierto, de tra-
21 
yectoria en espiral5 o como un circuito cerradoi viciado por 
fa_ estereotipia5'. 
''El mundo interno se define como un sistema, en el 
que interactúan relaciones y objetos5 en una mutua reali­
mentación. En síntesis, la interrelación intrasist.éxnic_a es 
permanente5 a la vez que se ma...ntiene la interacción éon el 
medio. A partir de las cualidades de la interacción interna y 
externa, formularemos los criterios de -saIUd-y enfermedad". 
((Esta concepción del mundo interno y la sustitución de 
la noción de instinto por la de estructura vincular, enten­
diendo al vínculo como 1m protoaprendizaje, como el 
vínculo de las primeras experiencias sociales, constitutivas 
del sujeto como tal, con una ��ga_ctóndel nardsi$11J9 J?rima­
rio5 conducían necesariamenté a la definición de la psicolo­
gía, en un sentido estricto, como social". 
"Si bien estos planteos surgieron en una praxis y están 
sugeridos, en parte, en algunos trabajos de Freud, su formu­
lación implicaba romper con el pensamiento psicoanalítico 
ortodoxo ... ". 
He reproducido este largo párrafo del prólogo, porque 
en él, en un denso discurso, Pichon-Riviere fundamenta su 
itinerario: del Psicoanálisis a la Psicolog.ía Social, a la vez 
que señala los conceptos básicos, específicos del modelo 
que plantea: el _concepto de mundo interno como_recons­
tr.u_c_dó.11 de la trama vincular en la que e111erge el sujeto. El 
carácter interasciona1 grupal, la dialécti�a -intrasistémJGª de 
ese mund9 interno,, el interjuego entre mundo intem6,. y 
mundo externo como estructurante de lo subjetivo, el con­
c_epto de vínculo como aquél que da cuenta de la dialéctica 
entre sujetos, privilegiando la interacción, la experiencia 
conc;reta con el objeto, que actúa en relación al sujeto 
como elemento eíicaz en la consti.tución de la dimensión 
mtrasujet_o. Al plantear como constitutiva de la subjetividad 
esa--diaiéctica entre sujetos, ese interjuego entre lo intrasisté­
mico y lo intersistémico, lo intrasubjetivo y lo intersubjeti­
.vo, al hablar del sujeto como constituyéndose en un inter­
juego dialéctico con el mundo, -interjuego que tiene su-
22 
. motor en la contradicción interna entre necesidad y satis­
facción, Pichon-Riviere no considera sólo al carácter relacio­
nal del sujeto, carácter que podía compartir con �l psico­
análisis. Hace referenci0 al sujeto como 0ctor, productor, 
protagonista de su historia vincular y social. Jerarquiz� el 
problema de la acción, y desde allí se replantea la temática 
de la cura, definiendo la salud como adaptación activa, 
aprendizaje, transform�ción de sí y del medio. 
El _Q."!,ljªt.9 _ pic::hol}iano, si bien e111�rgente, configurado, 
_cl�te_r_!J.'!iJ:!:f!qO desge -1� vincular, no es sólo el sujeto SUb­
jectum de . la necesidad. Er! ta.µto es actor, sujeto de la 
acción destip�da. a S:atisfacerla, es sujeto del proyecto , de la 
g����i9_J}, de ·1a acción transformadora, es úfotalidad-tofali-
zante". 
LA GENESIS DE LOS CONCEPTOS 
Pichon-Riviere alude explícitamente a su práctica clínica 
en el campo de la psicosis como determinante de ese 
itinerario que él caracteriza como replanteo de su esquema 
conceptual, la que lo llevará a definir la pf;icologfa; en 
sentido estricto, cQ_ffiQ_ socia�_. 
· -
Esa práctica se desarroila; en un comienzo, desde el 
marco referencial analítico y a partir del trabajo del vínculo 
transferencial, en tanto entiende que hay siempre, en el 
paciente esquizofrénico o en ei melancól�co, - un momento, 
una posibilidad para el diálogo terttpéutico ... 
· Esto significa desde ya la negación de un hipotético 
período anobjetal, modelo de la regresi6n
. 
ñarcisística de la 
psicosis. En esta regresión, el objeto, el vínculo aun meta­
morfoseado, escamoteado se conserva. El , narcisismo no 
significa para Pichon-RiViere, la desintegración del mundo 
interno, el vaciamiento vincular, sino una modalidad pecu­
liar de. preservación de los vínculos internos. 
-. _ La psicosis, derrumbe del Yo� implica para E. Pichon� 
Riviere · tin·a viv�ncia d� pérdiqª, por parte del self, del 
23 
control de los objetos· internos. La dialéctica interna adquie­
re una cualidad particular, a la vez que tiende a congelarse 
la relación con el mundo externo. 
Pero la existencia del fenómeno trap.sferencial, caracteri­
zado por Pichon-Riviere ---coill_o_ -"'ia-·adfudfcaci6n de roles 
inscriptos en el mµndo interno'', la proyección en el aquí- -
aJiora-conmigo de estructuras vinculares internalizadas, mo­
dalidades relacionales inscriptas en la interioridad del sujeto, 
revela que ese mundo se ha metamorfoseado, deteriorado, 
pero no está destruido. 
El proceso transferencial, como a.QQ_ntecer jntersubjetivo, 
revela la estructura del Itll.:!JVJQ jn�t?:tJJO, com() _ 11µ(1 _ t�arp.a, 
argumento o escena que articula los objetos internos. Mani­
fiesta la estructura de los vínculos intemalizados, la dimen­
sión intrasubjetiva. 
Es la estructura de ese mundo interno la que se investi­
ga en el abordaje terapéutico. En esa indagación E. Pichon­
Riviere se pregunta por. las leyes o principios organizadores 
de esa estructura, de ese mundo. 
Se interroga acerca de los mecanismos de su configura­
ción, sus determinantes. Se pregunta en síntesis por la 
relación entre la dimensión intrasubjetiva y el acontecer 
intersubjetiva. 
Como ya señaláramos, hasta allí su marcQ. :ref�r.en.cial se 
elabora particularmente desde la teoría psicoanalítica, sien­
do visible en &ou pensamiento la influencia de la escuela 
inglesa, particularmente. Fairbaim y Melanie Klein. 
Sin embargo ciertos hechos de la práctica clínica lo 
llevarán a una reflexión más sistemática sobre los procesos 
de Lnteracción y sus efectos. Uno de estos observables. 
clínicos era la movilidad de síntomas, la movilidad de 
. estructuras quese daba en muchos pacientes en el contacto· 
con distintos terapeutas. Lo que lo llevó a una hip.ótesis 
inicial: la del carácter inte!_?-�i;ic.>:t1aj. del síntoma, carácter · 
qµe se articu,laría con su causa, sentido y finalidad. 
Esta hipótesis se transformará luego en la afirmació1i. 
24 
. _ _A 
acerca del carácter direccion(Jl y vinc;�l_(lrm�pte significativo 
de toda condll.ct(l (sµ_ cªrácter_ de emergente). 
Pero según él mismo relata, fue su experiencia múltiple 
como médico interno en diversas clínicas psiquiátricas, 
como jefe de servicio de admisión del Hospicio de las 
IV!ercedes y como jefe del servicio de adolescentes del mis­
mo hospital9 lo que lo sitúa en el terreno de un descubri­
miento: la enfermedad es emergente de una modalidad de 
interacción familiar� que en ese momento resulta patogené­
tica. 
Esa práctica terapéutica, en el campo de la psicosis y en 
el momento de la "v_rgencia", lo contactaban de hecho no 
sólo con el paciente sino con su contexto grupal inmediato, 
particularmente con su grupo familiar. Y en este grupo la 
sit.1�w�i_611 d�. c:r_i§is, la emergencia de la enfermedad pone de 
manifiesto con toda crudeza los mecanismos de la interac­
ción. 
Es entonces cuando Pichon-Riviere se esclarece acerca 
de la eficacia de la dialéctica entre sujetos. Se patentiza el 
rol configurador, estructurante de la eí[p_eriencia con el 
o.bjefo-;er·q_u_-e se mueve, de hecho, hacia la gratificación o 
hacia la frustración. Desde la comprensión de la eficacia de 
la interacción, de los procesos comunicacionales, aparece 
redimensionado el rol de las relaciones reales que dejan de 
ser consideradas con el mismo valor que un resto diurno, 
para ser entendidas como elemento configuracional, dentro 
de la policausalidad que rige la constitución del mundo 
interno. 
En adelante adquiere una pertinencia particular su pre­
gunta acerca de los principios organizadores del mundo 
intemo, en tanto mantiene una "dialéctica permanente 
con el externo". Desde el descubrimiento de la eficacia de la 
interacción, del carácter. configuracional, determinante de 
las relaciones reales, de la acción concreta del objeto el 
concepto de mundo interno de Pichon-Riviere ya no coinci­
de con la concepción kleiniana, si bien se inspira en ella. El 
mundo interno como grupo interno aparece entonces como 
25 
1 
¡;. 
la ��reconstrucción))" de la trama relacional, del sistema vincu­
lar en el que el sujeto emerge. En esa reconstrucción por 
internalización constituye su dhnensión intrasubjetiva. Esta 
reconstrucción es fantaseada, pero en la dialéctica entre lo 
interno y lo externo es factible un ajuste progresivo, lo que 
implica comunicación y aprendizaje. Lectura de la realidad. 
En este momento de su elaboración teórica, y en el 
desarrollo del concepto de mundo h"1temo estructurado 
como grupo interno, Pichon-Riviere se apoyará no sólo en 
los conceptos kleinianos, sino también en los aportes de 
George Herbert Mead. 
Esta jerarquización de las relaciones reales, de la acción 
del objeto co:mo uno de los principios interpretadores de la 
experiencia y desde allí configurante del mundo interno, io 
conduce a la focalización de la dialéctica entre sujetos, a la 
perspectiva intersubjetiva. Esto, sin descuidar la dimensión 
intrasujetal, abordada desde el concepto de mundo interno. 
Este cambio de perspectiva, la nueva focalización señala 
como insuficiente -en tanto parcializadora de una realidad 
más compleja- la noción de "relación de objeto". Se elabora 
entonces el concepto de "\!Ínculo. "Estructura compleja que 
incluye ... " . 
Hablar de eíicacia, configuración, emergente, principios 
organizadores es hablar de causalidad. Se replantea entonces 
la preglli''Üa: ¿qué relación existe entre mundo interno y 
mundo externo? ¿A partir de qué hechos se hace manifies­
ta esa relación? �. 
La realidad que se aborda en la enfermedad mental es la 
de un sujeto cuyo mundo interno ha adquirido una deter­
minada estructuración y que guarda con una :realidad exter­
na una relación empobrecida, rígida, estereotipada. 
, El contacto espontáneo, no encuadrado como instru­
mento terapéutico, que se da con el contexto familiar 
permite sin embargo establecer ciertas correspondencias, al­
gunas hipótesis acerca de una relación de causalidad, no 
lineal, no especular, no mecánica, entre el acontecer del 
sujeto y el acontecer del grupo, Una investigación sistemáti-
26 
ca de esas relaciones manifiesta de qué ma..nera se pueden 
esto.blecer nexos entre ese sistema interno {grupo interno 
del portavoz-paciente ) y la interacción familiar, las formas 
concretas de relación, destino vincular de la necesidad del 
suj eto , procesos vinculares de aprendizaje y modalidades de 
comlmicación. 
Esa misma investigación sistemática, realizada ya en el 
abordaje familiar del proceso del enfermarse revela rélacio­
nes de causalidad dialéctica, de determinación recíproca 
entre la mutua representación interna que articula a los 
integrantes del grupo familiar, la estructura de fantasías o 
argumento inconsciente que sostiene la Lnteracción en ese 
grupo familiar y la estructura del mundo interno del porta­
voz. Así el emergente de la enfermedad, en la que ese 
mundo interno pareciera romper con el externo , que mues­
tra una fisura, un congelamiento de la relación, remite 
como signo a un proceso i.nteraccional e histórico, que ha 
operado como c ondiciones de producción de esa estructura 
y de esa quiebra de la dialéctica. Es en el contexto grupal 
familiar que emerge la enfermedad como relación dilemática 
entre mundo i.ntemo y mundo externo, y es sólo en ese 
contexto interaccional donde esa conducta revista significa­
tividad. Aparece como direccional y con sentido . 
D e allí que Pichon-Riviere e n sus últimas formulaciones 
caracterice al grupo familiar, en tanto contexto en el que se 
hace decodificable todo comportamiento, como " unidad de 
análisis de procesos psicopatológicos", lo que no es lo 
mismo que " unidad psicopatológica" , que implicaría la hi­
pótesis de una mente de grupo . 
El sistema de representaciones, de fantasías que recorre 
un sistema vincular determina formas concretas de relación, 
determina el destino de- las necesidades en el vínculo, la 
administración de la gratificación o de la frustración, lo que 
a su vez realimenta esa estructura de fantasías, Se ve enton­
ces un interjuego entre lo real y lo faritasmático, entre 
acción concreta y fantasía inconsciente, interjuego que nos 
27 
permite hablar de una policausalidad de factores operantes 
en la constitución del mundo interno 1 • 
En tanto Pichon-Riviere sostiene esa policausalidad, 
dada entre relaciones reales y necesidades escenificadas en 
la fantasía, en tanto enfatiza la significación de la acción 
concreta del objeto, que aparecería como uno de los deter­
minantes en la interpretación de la experiencia, de la valenº 
cía positiva o negativa del objeto y del vínculo, se planteará 
necesariamente una polémica con el instintivismo. 
Según Pichon-Riviere� la concepción instintivista freu-
1 Fue particularmente, revelador para mí, en una coterapia de 
grupo familiar que realizáramos con E. Pichon-Riviere, visualizar la 
operatividad de esta hipótesis en la indagación de la génesis de una 
anorexia. 
El análisis del juego vincular de fantasías permitió d escubrir de 
qué manera la ambivalencia materna ante el nacimiento de su hija, 
expresada en fantasías de dañar, temor a administrar leche envenena­
da, ser vaciada o destruida, se articuló con las fantasías voraces d el 
bebé. Se inicia así un juego interacciona!, un estilo de relación, una 
modalidad de interpretación recorrido por un sistema vincular de 
significaciones cuyo argumento central sería : desprendimiento-muerte. 
Manifestándose en lo concreto en actitudes de indiscriminación, so­
breprotección y abandono. Este estilo vincular, recorrido por una 
intensa contradicción amor /odio se constituye en el punto disposicio­
nal de la enfermedadque afectará a la hija a partir de su ingreso a la 
adolescencia. La paciente presenta entre otros síntomas, inhibición en 
la incorporación y trastornos del esquema corporal y la enfermedad 
se manifiesta poc6' después de una operación de la madre, en la que 
sufre la extirpación de un pecho. 
Visualizamos así cómo · en esa dialéctica entre sujetos la estructu­
ración del mundo interno estaba determinada desde las relaciones 
reales, no sólo desde las fantasías en tanto correlato d el instinto. Aun 
en el nivel fantasmático en el que se escenificaba la necesidad, se 
había llegado a incorporar el sistema de significaciones que orientaba 
la acción concreta del otro, d el objeto. ; 
Lo que se internaliza no es sólo un objeto. Es un estructura de i 
relación recorrida por sistemas de significaciones, vincular y social. 
Desde allí es que sostenemos que el sujeto de la necesidad, a partir de 
la experiencia con el objeto se transforma en el sujeto de la represen­
tación, de la norma, de las significaciones. 
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28 
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di&'la, particularmente la que corresponde a la formulación 
de la segu..nda tópica se constituye como obstáculo episte­
mológico en la comprensión de la función de la dialéctica 
sujeto-mundo en la constitución de la dimensión intrasu­
jeto , 
La teoría instintivista, conduce a sostener el innatismo 
de ciertas fantasías ( originarias) . Es decir, un principio de 
interpretación de lo real pre-experienciaL Se trataría de 
plantear una rudimentaria actividad psíquica originaria, pre­
vincular, a_11terior a la experiencia con el obj eto, negando 
que dicha experiencia con el objeto es una de las condicio­
nes de emergencia de io psíquico , La transmisión filogenéti­
ca de esas fantasías originarias no sustituyen esta condición, 
requerida también desde la ontogénesis de los procesos 
ps íquicos. 
Si bien Pichon-Riviere menciona específicamente a 
Freud en esta polémica, el otro interlocutor aludido es sin 
duda la Escuela Inglesa, particularmente Melanie Klein y 
Susan Isaacs. La conceptualización de la fantasía inconscien­
te como correlato mental de los instintos tiende a absoluti­
zar un principio interno, puramente pulsional, pre-experien­
cial : instinto de vida, instinto de muerte, como interpreta­
dor de ia experiencia y estructurante en última instancia del 
objeto interno . (Este desarrollo kleiniano no fue unilateral, 
sino contradictorio ya que pocos aportaron como ella al 
concepto de relación de objeto) . 
E n e l contexto d e esta polémica deben · ser entendidas 
las dos formulaciones pichonianas del vínculo, que en pri­
mer término aparece como u_n.a experiencia básica en la que 
se determina, desde la relación con el objet.o , la emergencia 
de sentimientos hostiles o amorosos, 
Pichon-Riviere intenta demostrar desde el concepto de 
vínculo , que opone al de instinto , que no existe un innatis­
mo de la hostilidad o del amor. Ya que emergen en una 
relación con otro y a partir del destino, de gratificación o 
frustración que cumpien las necesidades del sujeto. 
En los últimos años retrabaja el concepto de vínculo, y 
29 
elabora particularmente: lo que toca a su fundamento moti­
vacional : el interjuego necesidad/satisfacción� contradicción 
inherente al sujeto en tanto materia viva, y que opera como 
causa interna de su desarrollo. 
En la tarea de revisar sus formulaciones previas en torno 
de los conceptos de necesidad y vínculo avanza en su 
conceptualización de la dialéctica fundante de la subje­
tividad. 
Es desde esta concepción del sujeto que E. Pichon­
Riviere fundamenta una Psicología Social y que plantea, al 
mismo tiempo, una metodología de abordaje del sujeto y su 
comportamiento en los sistemas interaccionales, las redes 
vinculares y grupales en las que este suj eto emerge y se 
constituye. 
30 
'" ¡ FUNDAIVlENTOS DE UI'IA PSICOLOGKA SOCIAL * 
Este trabajo, en tanto intento de fundamentar una Psi­
cología Social, histórica y concreta, retoma casi puntual­
mente muchos de los desarrollos del artículo "La, concep­
ción del sujeto en el pensamien to de Enrique Pichon-Rivie­
re, p ublicado en 1 978. 
Sin embargo explicitaremos y profundizaremos a q u í la 
concepción del hom bre, del conocimiento y del orden so­
cial histórico, que desde el materialismo histórico y dialécti­
co sostiene nuestra propuesta en psicología. Esta explicita­
ción resulta ba imposible en el período en que fuera ela bora­
do el primer art ículo� por las condiciones -de represión 
existentes. 
A su vez . este trabajo incluye hipótesis sobre la dialécti­
ca mundo interno - mundo externo no desarrolladas en el 
citado art ículo. 
* Intervención pronunciada en 
- ·
el Encuentro Internacional de Psico.: 
drama y Psicoterapia de Grupo, realizado en Buenos Aires en Agosto 
de 1 9 8 5. 
3í 
CONCEPCION DEL HOMBRE Y CIENCIAS SOCIALES 
" El hombre es un ser de necesidades que sólo se satisfa­
�en socialmente ) en relaciones que lo determinan. Nada hay 
en él que no sea resultante de la interacción entre indivi­
duos, grupos y clases" , "Entiendo al hombre como configu­
rándose en una actividad transformadora, en una relación 
dialéctica5 mutuarnente modific?Tite con el mundo, que se 
da siempre a su experiencia como mundo social, es decir, 
entretejido de vínculos y relaciones sociales. Esa relación 
dialéctica tiene su motor en la necesidad". " . . . la elabora­
ción de un criterio de salud, al que nosotros llamamos de 
adaptación activa o aprendizaje, significa el análisis de las 
formas que reviste la relación del sujeto con el mundo, la 
indagación de las formas de esa relación constitutiva de la 
subjetividad. El suJetQ es SaJJO en tanto aprehende la reali­
dad en una perspectiva integradora y tiene capacidad para 
transformar esa realidad, transformándose a su vez él mis­
mo . Está 'activamente adaptado' en la me�ida en · que man­
tiene un interjuego dialéctico con el medio��- · 
He introducido aquí, a través de frases de Enrique 
Pichon-Riviere, dos elementos teóricos de distinto grado de 
generalización, pero íntimamente ligados entre sí, ya que 
uno se elabora a partir . dªLotro._ pno es unq éonce:p�iém dei 
hombre, el otro un )irlterio de salucCdesde ef cuaf se orienta 
y da sentido & la op�raC:í6n psfoófÓgica. Est9: _ inclusión y el 
establecimiento de relaciones entre ambos éonceptos apunta 
a una de las tesis centrales de este trabajo acerca de los 
fundamentos de una Psicología Sodal, histórica y concreta. 
Esta tesis es que a toda reflexión en el campo de las 
ciencias sociales. dada la índole de su objeto, subyace una 
concepción -del hombre, una hipótesis acerca de la esencia y 
el origen de ese conjunto de . procesos que instituyen más 
allá del orden animal, una nueva instancia : el orden históri­
co social, el orden de la cultura, orden simbólico, específi-
. camente humano. 
Esta concepción del hombre nos remite, en tanto está 
32 
inscripta en ella, a una concepción del mundo o 
schaung, sistema social de representaciones, no ne<.. 
mente explicitado en el discurso científico , y que ref1 
da cuenta, en tanto ideología, de las distintas prácticas 
los hombres . 
. Decimos subyace, hablamos de su condición no necesaJ 
riamente explícita. Queda por plantear que aun desde esa 
latencia, fundamenta y · determina la problemática de esa 
ciencia. Referidos ya al campo concreto de nuestro hacer; 
la práctica en el campo de la psicología, la concepción del 
hombre, de la naturaleza, del orden social-histórico y sus 
interrelaciones, se constituye como "lugar teórico", explí� 
cito o implícito, desde donde se plantea el problema del 
sujeto y su comportamiento. Se constituye como Hlugar 
teórico" en tanto esa visión del mundo, esa concepción de 
las relaciones entre hombre, naturaleza y sociedad orienta la 
formulación de la pregunta por el sujeto y su comporta­
miento, por la génesis y el desarrollo de los procesos psíqui­
cos. Esta pregunta será más o menos abarcativa, abordará o 
no al sujeto en la complejidad desus determinaciones, 
según el grado de riqueza y objetividad de esta concepción 
fundante. Desde la Weltanschaung se define el qué pregun­
tar y el cómo de la pregunta, qué fenómenos y relaciones · 
analizar. A su vez la pregunta establece líneas, perspectivas 
en la elaboración sistemática de la respuesta. 
A partir de la práctica y desde ese " lugar teórico" se da 
de · hecho la enunciac.ión de leyes que darían cuenta de Jos 
procesos del sector de lo real a conocer y transformar. 
¿Desde dfmde . se interroga un investigadorT ¿Qué orieµta la 
pertinencia de sus . preguntas? La práctica, los hechos 
mismos. · La pregunta por las condiciones de producción de 
los procesos psíquicos · no es especulativa ni tiene como 
punto de partida la teoría. Como hemos dicho, surge de la 
práctica. � Es la práctica la que interroga a los hechos y en el 
procesamiento de . esa práctica emerge la teoría como res­
puesta progresivamente abarcativa y sistemática� que intenta 
dar cuenta de los fenómenos en la complejidad de sus 
33 
. . . """' l . J . d .¡.. t relaciones y determmac1ones, Pero e ' :mvesc1ga or� en van o 
ser social� se sitúa en su práctica desde el interio:r de un 
sistema social de representaciones que tiene sus condiciones 
de producción en el complejo de relaciones sociales que 
constituyen el contexto de su tarea. Quien investiga en el 
campo de los procesos psíquicos indaga sus leyes a partir de 
su práctica concreta, pero se sitúa en ella y la interpreta 
desde su concepción de los órdenes . natural, social e históri­
co que convergen en el hombre/ Esta concepción opera 
como óptica, como perspectiva de abordaje y comprensión. 
Está presente en el salto de calidad que implica el pasaje de 
la experiencia clínica o de laboratorio a la interpretación y 
conceptualización de esa experiencia. Se manifiesta como 
concepción del sujeto. Emerge como hipótesis acerca de 
qué determina, en última instancia, la existencia y la forma 
de los procesos investigados. 
Pero a su vez, esta concepción global, orientadora, este 
lugar teórico no permanece estático en esa confrontación 
con la práctica en un sect or de lo real. Es susceptible de 
rectificaciones, ratificaciones y desarrollos . Sostener, como 
se hace aquí, una determinación social de la práctica desde 
los sistemas de representación vigentes en una sociedad no 
significa negar la dialéctica del conocer. 
RELACION:ri's ENTRE CIENCIA E IDEOLOGIA 
Ante io expuesto puede surgir una pregunta : ¿esta pre­
sencia fundante de la concepción del m1mdo o Weltan­
schaung en la elaboración de una teoría, no implicaría una 
posición escéptica respecto a la posibilidad de un conoci­
miento objetivo , científico ? ¿Cómo opera una concepción 
del mundo y de la naturaleza humana en la elaboración de 
tma psicología científica? ¿Es esta concepción, en tanto 
idéologfa� un "a priori" imaginario con el que se hace 
nE;cesario establecer una ruptura:? ¿Se constituye como un 
obstáculo epistemológico? El tema remite a un debate que 
34 
1 
1 ( 
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1 1 9 � � 
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no pierde actualidad : el de las relaciones entre ciencia e 
ideología. Sobre este problema desarrollamos con Enrique 
Pichon-Riviere un trabajo sistemático de reflexión epistemo­
lógica.· A partir de esta tarea hemos intentado redefinir los 
términos de este debate , rescatando la presencia de un 
tercer factor, fundante y muchas veces escamotead o : la 
base social, los intereses sociales objetivos que expresa cada 
concepción del mundo , como reflejo de las prácticas de los 
hombres articulados en una sociedad determinada. Entende­
mos que queda eludido el falso dilema5 de naturaleza sola­
padamente idealista en el que quedó atrapada la epistemolo­
gía francesa : ciencia o ideología. 
La relación se plantea entonces entre : 1) concepción del 
mundo, del hombre y la historia, 2 ) base social objetiva, 
intereses que esa c oncepción expresa, 3) conocimiento obje­
tivo. 
El conocimiento hum&10 tiene su fundamento en nece­
sidades mateliales que los hombres resuelven a partir del 
establecimiento de relaciones s ociales . En consecuencia, la 
práctica social, compleja y contradictoria, opera como fac­
tor determinante en el desarrollo del conocim1ento. Lo 
complejo y lo contradictorio de esas relaciones sociales, la 
diversidad de intereses operantes en esa estructura, determi­
nan a su vez formas del pensamiento , de la representación, 
del conocimiento. Emergen desde allí diversas modalidades 
de interpretación de lo real. Todas las formas de ideología 
son reflejo de la existencia social. En una sociedad dividida 
en clases, las· ideologías tienen también carácter de clase . 
Una exgresa los intereses de un sector dominante en la 
sociedad y desde allí comprometido a perpetuar un deter­
minado ordenamiento social, c onsolidando u..na organiza­
ción, un sistema{ . Desde estos intereses y este compromiso, 
la ideología de los sectores dominantes· será consecuente­
mente encubridora y distorsionadora de la realidad, en 
tanto tiende a legitimar, desde las formas de conciencia 
social, esa dominación; aun al precio de 'escamotear lo real, 
negando o manteniendo ocultos hechos y relaciones . Su 
35 
discurso se caracterizará entonces por "naturalizar lo so­
�ialn � "eternizar lo histórico"; Huniversalizar lo particular�' , 
fragmentar y disociar lo que constituye una totalidad . . .Otras 
clases sociales, en lucha con las dominantes ven, por el 
contrario, comprometido su destino con el descubrimiento, 
la desocultación de las relaciones entre naturaleza, hombre 
y sociedad. Sus intereses objetivos coinciden con el desarro­
llo del conocimiento científico . 
De esto se desprende que la posibilidad de que la 
concepción del hombre opere como obstáculo epistemológi­
co en la elaboración de una psicología científica no depen­
de de su relación con un nivel ideológico; de su �enencia 
a uJia Weltanschaung, de su mayor o menor grado de for­
malización, sino de las características de los intereses socia­
les que expresa y del momento del desarrollo histórico 
social en que ha sido elaborada . . De allí devendrá su carác­
ter de sistema de representaciones ocultante, distorsionante 
o su condición de conocimiento objetivo , desocultante, des­
mitificador. A nuestro entender, desde la coherencia con 
esta proposición, quedaría invalidado tanto el planteo abs­
tracto de una "teoría de la ideología" como el falso dilema 
ciencia o ideología, concepción del mundo o conocimiento 
objetivo. 
CONCEPCION DEL HOMBRE Y PSICOLOGIA SOCIAL 
Introducir esta reflexión epistemológica sobre el valor 
cognoscitivo de las concepciones del mundo en este trabajo 
sobre fundame.ntos de la Psicología Social planteada por 
Enrique Pichon-Riviere, me parece particularmente perti­
nente, ya que mi intención es mostrar cómo este autor 
. . fundamenta una psicología y la define como social, a partir 
de una concepción del sujeto como social e históricam·ente 
determinado, configurándose en un interjuego con un con-
texto que se da a su experiencia siempre interpenetrado de & 
vínculos y relaciones sociales. · Este interjuego tiene como 
36 
fundamento una contradicción inherente al sujeto en tanto 
organismo vivo : contradicción entre necesidad y satisfac­
ción-. - Es la necesidad la que promueve la relación activa con 
el mundo externo� con el otro, en la búsqueda de la fuente 
de gratificación/ Esa contradicción intrínseca es la que remi­
te a la dialéctica sujeto-contexto, en la que el sujeto se 
,configura.' 
En la elaboración de esta concepción del sujeto se 
articularon, en un fecundo encuentro, una práctica clínica y 
una , concepción del _mundo que se constituye como conoci­
miento objetivo en tanto da cuenta de la estructura de lo 
real, al esclarecer las relaciones entre naturaleza, hombre y 
sociedad.- Según esta concepción, ei hombre, en fÚnción de 
su particular organización biológica es productor de su vida 
material en uma doble relación: con la naturaleza y con los 
otroshombres. El hombre es naturaleza pero emerge de ella 
transformándola y transformándose a partir del trabajo y en 
la producción qe los bienes necesarios para su subsistencia, 
en la que se apropia de la naturaleza modificándola en vista 
a sus necesidades.'/Este proceso sólo puede cumplirse en 
relaciones necesarias con otros hombres.- En esta doble 
relación el hombre no es sólo productor, protagonista de la 
praxis, de la historia�: ·'Es también producido, determinado. 
Se constituye en el desarrollo de esas relaciones materiales 
y necesarias. Las rel_aciones de producción instauran y sos­
tienen -en tanto estructura- el orden social e histórico� 
específicamente humano. <En el seno de estas relaciones 
emerge el psiqti�ªl?lQ, como tnt�ri,orización de las mismas, 
como instancia y función representacional que dará luego 
lugar al surgimiento del pensamiento, el lenguaje y las 
distintas formas de simbolización:> Ellas fundamentan las 
formas de la conciencia social, el orden jurídico políti�o, 
las significaciones sociales. De allí la afirmación de qu�\ la 
naturaleza humana no es una esencia presocial y ahistórica, 
sfoo social e históricamente determinada. Las relaciones 
sociales ,al organizar y determinar, según sus fines,- la expem 
rienda de los sujetos que las establecen, determinan en 
37 
forma y contenido los vínculos interpersonales, la otga11i­
zac10n familiar, las instituciones. Gobiernan el proceso de 
constitución de la subjetividad� ya que todo sistema social 
gesta el tipo de sujeto que desde sus formas de sensibilidad, 
pensamiento y acción, desde sus modelos internos de apren­
dizaje y vínculo, pueda r.nantenerlas y desarrollarlas. · De 
esta complejidad de relaciones el su.jeto es síntesis activa. 
Esta complejidad constituye sus condiciones concretas de 
existencia en las que la reflexión psicológica debe abordarlo 
para comprenderlo, no en forma unilateral y abstracta, sino 
concreta, es decir, multilateral, en la riqueza de sus múlti­
ples determinaciones. 
La práctica , situada desde esta Weitanschaung, siguiendo 
el triple movimiento de experiencia, conceptualización, 
tra1isformación, que hace a la esencia del conocimiento, dio 
lugar a un sistema de conceptos, ECRO , que hace referencia 
a un sector de lo real e instrumenta, en tanto da cuenta de 
sus leyes internas, para operar sobre él/f.En s íntesis, es desde 
la concepción de la naturaleza humana, social e histórica­
mente determinada, desde el hombre entendido en cada 
aquí y ahora como el punto de llegada de un proceso 
histórico , síntesis o centro de anudamiento de una comple­
j ísima red de relaciones sociales, y � partir de una práctica 
clínica que remite a una dialéctica entre mundo interno y 
mundo externo, entre el sujeto y su contexto vincular, que 
el problema del sujeto puede ser planteado en sus j ustos 
términos.�1A partir de la concepción del hombre y el mundo 
y de la tarea terapéutica que revela la estructura dialéctica 
de la subjetividad, es que Enrique Pichon-Riviere plantea 
una "nueva problemática " . 
E s desde esa problemática del sujeto que somos referi­
dos a la temática de la interacción, del vínculo, del grupo y 
las instituciones, en la investigación de la dialéctica fundan­
te de la subjetividad. 
38 
LA CONSTITUCION DE LO SUBJETIVO. 
ROL DE LAS NECESIDADESe 
©'- La concepción pichoniana del sujeto lo define como 
emergente, configurado en un sistema vincular-social q. pai> 
tir del interjuego fundante entre necesidad y satisfacción, 
interjuego que remite a su vez a una dialéctica intersubjeti­
va. Es decir que la dialéctica esencial, constitutiva de lo 
subjetivo, tiene como sustancia la interpenetración de dos 
pares . contradictorios: a) necesidad y satisfacción; b) sujeto 
y conte:xto vinculaN;ocial en el que emerge y se resuelve� 
en una relación con otro, esa contradicción básica entre la 
necesidad y Ja satisfacción. Enrique Pichon-Riviere concep­
foaiiza· en términos de diaiéctica entre necesidad y satisfa�­
ción, entre sujeto y trama vincular en la que las necesidades 
cumplen su destino social de gratificación o frustración, el 
interjuego de causas internas y c01�diciones externas que 
operan en la constitución del sujeto�<, La necesidad sería, en 
principio aunque no exclusivamente; . un elemento de orden 
biológico , el que con mayor claridad remite a:---fa .hª�e 
material� orgá.nica del comportamiento del sujeto.�:/Esa nece­
·sldad a su vez tiene su fundamento en otra contradicción, 
ya que emerge del intercambio de materia de ese organismo 
con su medio. La necesidad es inherente al ser vivo .' 
La contradicción entre· la necesidad y su opuesto, la 
satisfacción� se da en el interior del sujeto5 pero en tanto la 
fuente de gratificación le es exterior5 esta contradicción 
promueve la relación con el mundo externo, en la búsqueda 
de la fuente de gratificación. La . . necesida(laparece así como 
fundamento motivacional de toda experiencia de contacto, 
de todo aprendizaje, de todo vínculo;·:[La satisfacción, a la 
-que sólo se accede en la -experiencia con el otro, es eminen­
temente social, vincular. 1a necesidad remite al objeto y a 
partir de las primeras experiencias y en el acto de satisfacer· 
se, la necesidad se metamorfosea, se so:mete a la detern1ina­
ción del objeto, se '" objetaliza� ' , lleva la huella del objeto. 
Desde l(ls primeras experiencias las necesidades del sujeto se 
39 
transforman, y en consecuencia también · lo hace _el sujeto. 
Cambian de calidad a partir de la incorporación del objeto. 
Esa experiencia no es sólo base de la objetividad en tanto 
registro primario de fo externo, sino que por serlo, resulta 
también fundamento de la subjetividad. ¿Por qué? Porque 
en esa experiencia, en la que se resuelve la contradicción 
:hecesidad0satisfacción, el objeto se inscribe en el süjeto, 
configurando su interioridad. , 
Lo- constituye a partir de la determinación de aquello 
que aparecería como lo más "subjetivo", la necesidad mis­
ma. El objeto se inscribe en el sujeto a partir de la expe­
riencia y desde la necesidad , configurándolo. En la expe­
riencia de satisfacción el objeto se transforma en un refe­
rente interno (objeto interno) interpenetrando la necesidad, 
conformándola:: �- Lo que operaba hasta entonces como con­
dición externa cambia de carác�er, para transformarse en un 
elemento de causalidad interna. > 
Desde la óptica pichoniana,
· 
si la experiencia con el otro 
alcanza tal valor de determinación de la subjetividad, la 
focalización, en el análisis de la dialéctica entre sujetos, de 
los procesos vinculares, de la interacción, se constituye en 
el abordaje pertinente. ¿Y esto por qué? En tanto no 
fragmenta la realidad a investigar permitiendo visualizar el 
interjuego entr:e causas internas y condiciones externas en la 
producción de<.; un fenómeno. De allí que lo intrasujetal no 
sería sino un aspecto de un proceso mucho más complejo. 
De allí que una investigación exclusivamente centrada en 
lbs procesos internos; en las relaciones fantasmáticas que no 
tuviera en cuenta la dialéctica mundo interno-mundo ex.ter­
no no daría cuenta de la totalidad de determinaciones 
operantes en la génesis y desarrollo de esos procesos inter­
nos, produciéndose en consecuencia una fetichización de lo 
subjetivo. 
El abordaje interaccional, vincular que plantea Enrique 
Pichon-Riviere al conceptualizar en términos de interjuego 
entre necesidad y satisfacción, sujeto y contexto vincular­
soCial la dialéctica de la subjetividad, permite un acerca-
40 
miento más totaiizador a la multiplicidad de determinacio­
nes que operan en esa unidad biopsicosodal que es el 
sujeto;/ Entendemos que los conceptos de necesidad y es­
tructúra vincular significan una primera aproximación al 
esclarecimiento del interjuego e interpenetración de lo bio­
lógico y lo social en ese orden espe�ífico de fenómenos que 
constituyen los procesos psíquicos.<:Es en el escenario vincu­
lar, en la relación con el otro , d onde elsujeto de la 
necesidad, en la acción de satisfacerla en una experiencia 
social, se transforma en sujeto de la representación , de las 
significaciones sociales, sujeto humano/Es en el interjuego 
necesidad-satisfacción donde tiene su anclaje, su fundamen­
to, toda representación, toda norma, toda ideología, toda 
acción. ') 
Hemos mencionado una práctica clínica a partir de la 
cual, y desde una Weltanschaung, Enrique. Pichon-Riviere 
sistematiza un Esquema Conceptual Referencial y Operati­
vo. Cabe ahora preguntarse qué hechos de la realidad abor­
dada en esa práctica determinaron el abandono de una 
perspectiva estrictamente intrasujetal, para centrar su análi­
sis en la dialéctica entre sujetos, en el interjuego entre 
mundo interno y mundo externo . 
EL MUNDO INTERNO. GENESIS DE LOS CONCEPTOS 
El análisis del proceso transferencial, al que caracteriza­
mos como la adjudicación de roles inscriptos en el mundo 
interno, actualización en el aquí y ahora _de la relación de 
modelos vinculares intemalizados, revela la estructura de 
una dimensión intrasubjetiva en la que se articulan objetos 
y relaciones en una mutua realimentaciónJ El mundo inter­
no, en función de la interdependencia de sus elementos 
constitutivos, de las múltiples imagos que en él interactúan, 
puede ser definido como sistema. Pero ese sistema reviste la 
forma de una dramática, de una trama argumental desde la 
cual el sujeto interpreta la realidad y orienta su acción en el 
41 
mundo externo, La existencia de ese sisterna intern.05 de esa 
dimensión intrasujeto y las formas que reviste , �bre un 
interrogante fundamental: ¿ cuáles son los principios de cau­
sadón, configurantes de esa dimensión intrasujeto? ¿A par­
tir de qué procesos surge esa dramática5 ese sistema de roles 
que en el espacio transicional de la transferencia se intenta_ 
actualizar, poner en escena? Es sin duda, en tanto estructu­
ra de fantasías, una producción del sujeto . Pero , ¿qué 
materia prima ha procesado? ¿Qué lugar o cupan en su ela­
boración las necesidades y las experiencias vividas, en las 
que esas necesidades han encontrado su dest�no de g-ratifica­
ción o frustración? 
Si esa pregunta se plantea desde una práctica en el 
campo de la "urgencia psiquiátrica" 9 que permite- el c ontac� 
to con el paciente en crisis y su contexto grupal inme diato , 
las circunstancias mismas de esa práctica adelantan algunos 
eiementos de respuesta. En ese grupo la situación de crisis, 
de emergencia de la enfermedad ponen de manifiesto , con 
toda transparencia, los mecanismos · de la interacción. El 
discurso de los integrantes, el juego de roles, las alternativas 
de presencia y ausencia, las formas comunicacionales reve­
lan uná semántica familiar y la con ducta y el discurso del 
paciente se muestran, en relación a ese contexto , como un 
intento de respuesta coherente dentro del sistema interac­
cional , en el que adquiere intencionalidad y significatividad . 
La conducta, aun la aparentemente más aislada, revela así 
su carácter esencialmente relacional. El sujeto se comporta 
en y hacia un contexto ·que es horizonte de su experiencia. 
La éonducta aparece como c omprensible, decodificable y en 
consecuencia transformable en tanto se la aborde en la 
interioridad de la complejísima trama de vínculos y .relacio­
nes sociales que operan como el conjunto de sus condicio­
nes de producción . 
A partir de 1a constatación sistemática de este tipo de 
fenómenos, es posible establecer relaciones de causalidad 
dialéctica, no especular o mecánica, entre la estmctura y 
dinámica del mundo interno del paciente -desde entonces 
42 
denornin.ado portavoz- y la estructura y dinámica de la trama 
relacional en Ja que está inmerso . El descubrimiento de e sas 
telaciones de causalidad, la calidad de emergente que reviste· 
el acontecer del paciente , echa luz sobre el carácter deter­
minante, eficaz, de los procesos de ix1teracción . Estos se 
muestran así como ",dialéctica enti·e sujetos; ' , es decir un 
proceso q.e determinación . y transfonnación recíproca. Se 
patentiza en él el carácter configurador � estructuran te de la 
experiencia con el otro . Un otro que no sólo opera por 
presencia, sino que tiene una acción sig1iificéLnte de . esa 
experiencia, ya ·que · se -mueve en ella hacia la gratificación o 
la frustración. Otro · que no permanece trascendente a esa 
relación sino que desde su propia necesidad reconoce o 
desconoce la necesidad del sujeto , la g-ratifica o la descalifi­
c:a y la frustra, El otro desde su acción y sus significaciones, 
que no son sólo individuales sino también sociales, significa 
a su vez la experiencia del sujeto , c ontribuyendo a (Jeiermi ­
nar -siempre en una ,policausalidad- calidades de los o bje-
--fos internos y formas de interpretación de la realidad . 
Esta función constitutiva de la subjetividad que cumple 
la presencia y la acción significante del otro tiene su para­
digma en el protov ínculo, en la función y oica de continen-: 
cia o función materna, estudiada por Bion, Winnicott , 
Bowlby y otros . Desde e sa ' �función portadora del orden 
social, se sostiene la e structuración del psiquismo . 
A partir de la comprensión de la eficacia de la interac­
ción , de los procesos comunicacionales� se redimensiona el 
rol de las relaciones reales , ' - que dejan de ser consideradas 
como resto diurno , para ser entendidas como un elemento 
configuracional, en p1imer términ o , dentro de la articula­
ción de factores que rigen la c onstitución de la subjetividad. 
No sólo la práctica clínica, el análisis de los procesos 
transferenciales en pacientes psicóticos y neuróticos, la in­
dagación de la estructura vincular transferida y el abordaje 
grupé:il familiar de la enfermedad echan luz sobre la estruc­
tura dramática, escénica, interaccion2J del mundo o grupo 
interno . También el análisis de la producción alucinatoria, 
43 
de los mecanismos de juego infantil , la investigación de los 
procesos grupales y las formas de articulación de los sujetos 
en grupos e instituciones muestran a esa dimensión intrapsí -
quica como escenario habitado por personajes ligados entre 
sí por una trama argumental. 
A partir de estos hechos adquiere una particular perti­
nencia la pregunta por la génesis de ese mundo interno , por 
sus principios organizadores. 
Desde el descubrimiento de la eficacia de la interacción , 
del carácter instituyente de las relaciones reales, de la ac­
ción concreta y significante del otto , el mundo interno e s 
entendido como reconstrucción d e la trama relacional, del 
sistema vincular en el que el sujeto emerge y en el que 
como horizonte de su experiencia, cumplen sus necesidades 
su destino social de gratificación o frustración. 
El mund o interno se constituye por intemalización, 
pasaje fantaseado de un sistema de relaciones externo a una 
dimensión interna, y como una reinterpretación de la .expe­
riencia del sujeto, como inscripción y procesamiento de una 
trayectoria vincular. 
- El mundo o -grupo interno :· es un sistema abierto sobre 
ia realidad, sobre el mundo externo, c on el que mantiene 
una relación dialéctica. Podemos entonces interrogarnos 
acerca de los factores operantes en esa dialéctica, por los 
elementos que se articulan en la emergencia de esa recons­
trucción o interpretación subjetiva de la experiencia. 
El sujeto Lnterpreta su experiencia desde su necesidad, 
escenificada en una fantasía inconsciente, que implica una 
estrategia, también inconsciente, de satisfacción. En el con­
tacto con el otto, incluido en la relación desde sus necesida­
des y fantasías, es decir, desde su propia estrategia, recibe 
el sujeto el impacto de una presencia y una acción signifi­
cante. A la vez ese sistema interaccional está sostenido en 
un orden social y recorrido por determinaciones y represen­
taciones emergentes de las relaciones sociales, de las que 
cada sujeto es portador. Como hemos dicho, cada organiza­
ción social, en función de sus fines, organizamaterialmente 
44 
la experiencia de los sujetos. Esto implica que encodifica 
sus necesidades reconociendo algunas, descalificando otras, 
ofreciendo metas socialmente disponibles y determinando 
formas de acceso a la gratificación. Esa organización mate­
rial de la experiencia, esa significación social del sujeto y 
sus necesidades, esas formas socialmente propuestas de satis- · 
facerlas se actualizan en cada vínculo5 en cada sistema 
interacciona!, dando forma a esa dialéctica entre sujetos, y a 
que e n ella tienden a :reproducirse las formas d ominantes en 
las relaciones sociales. La integración de estos factores que 
acabamos de mencionar configuran el vínculo en su d oble 
dimensión: intersubjetiva e intrasubjetiva. 
Esa organización social material de la experiencia y el 
conjunto de representaciones y fantasías que recorre el 
sistema interaccional, determina formas concretas de rela­
ción, determina el destino de las necesidades en el vínculo , 
la administración de la gratificac.ión o la frustración . Esto a 
su vez , realimenta la estructura de fantasías . Se produce 
entonces un interjuego entre lo real y lo fantasmático , entre 
acción concreta · y fantasía inconsciente . Este interjueg0 
dialéctico n os permite hablar de una policausalidad en la 
configuración del mundo interno. 
En tanto Enrique Pichon-Riviere sostiene esa p olicausali­
dad, dada por la articulación - de relaciones reales y necesida­
des escenificadas en las fantasías, en tanto enfatiza la efica­
cia determinante del orden social y de la experiencia y la 
significación de ésta desde la acción del o tro , factores todos 
estos operantes en la interpretación de la experiencia, en la 
adjudicación de una valencia positiva o negativa al objeto y 
al vínculo , se planteará necesariamente una polémica con 
toda forma de innatismo . 
Para finalizar sostenemos que la :Psicología Social c onsis­
te en el desarrollo sistemático de una respuesta a la pregun­
til por el sujeto, y se plantea el análisis de las relaciones 
entre estructura social y configuración del psiquismo, lo 
que implica focalizar como unidad de indagación la dialécti­
ca entre sujetos, e investigar en su estructura y función ' las 
45 
distintas unidades interaccioni:11es que operan con10 media­
ciones entre las relaciones sociales fundantes del psiquismo 
y la subj etividad . El estudio de estas mediaciones, . ·escena­
rios de la experiencia del sujeto , echa luz sobre la organiza­
ción material de la experiencia y sus efectos en la constitu­
ción de lo subjetivo . Desde allí la Psicología Social se 
define corno una crítica de la vJda cotidiana. 
-
46 
EL SUJETO EN EL PROCESO DE CONOCIMIENTO 
(MODELOS INTERNOS O rviATRICES · DE APRENDIZAJE ) * 
La Psicología Social planteada por Enrique Pichon-Ri­
Viere implica y se fundamenta en una concepción del suje­
to� el que es entendido como ser_ es_encialmente social. Es 
decirs sm_ergente, configurado en- una complejísima trama 
de vínculos y relaciones sociales . Para Enrique Pichon-Rivie­
re el hombre se configura en u11a praxis, en una actividad 
transformadora, en una relación dialéctica� mutuamente mo­
dificante con el mundo. Relación destinada a satisfacer sus 
necesidades. El carácter flmdante de esta relación de trans­
formación recíproca define al sujeto de la praxis como 
sujeto esencialmente cognoscente y sitúa en primer plano el 
análisis de los procesos de aprendizaje. Estos son caracteri­
zados por Enrique Pichon-Riviere como "apxopiación instru­
mental de la realidad para transformarla' ' � . y son identifica­
go_s -en tant<) . forma- de la relación sujeto0mundo- con 
la salud - mental. 
Si el aprendizaje es función esencial, constitutiva de 
* N otas para el semin ari o "Proceso educativo en Paulo Freh·e y 
E. �iehon�Riviere ,', a cargo d e Paulo Freire y Ana P. de Quiroga, rea­
lizado en San Pablos B:rasi1 , el 21 y 22 de septiembre de 1 9 8 5 . 
47 
nuestra subjetividad, podemos afirmar que no sólo somos 
en cada aquí y ahora el punto de llegada, la síntesis de una 
historia vincular y social. Somos también el "punto de lle­
gada" de una trayectoria de apr§pdizajes. Trayectoria en la 
que hemos ido construyendo un modelo interno o matriz 
de encuentro con lo real. · Historia en la que hemos ido 
"aprendiendo a aprender" . 
En tanto proceso, el aprendizaje tiene una historicidad, 
con continuidades y discontinuidades. Esto quiere decir que 
existe una relación, no lineal sino dialéctica, entre las for­
mas como aprendimos a respirar, a mamar, a discriminar 
yo-no yo, a jugar, a trabajar, cómo aprendimos la ciencia, la 
historia, etcétera. Esta relación estaría dada por el hecho de 
que ante cada contacto con el objeto de conocimiento, ante 
cada exigencia adaptativa, hemos ido elaborando, afianzan­
do o modificando un modelo� una act,itud .de encuentro con 
el objeto, un estilo de aprendizaje que se constituye como 
·nuestra modalidad cotidiana de relación con la realidad, con 
nosotros mismos y con los otros. 
En cada experiencia hay un aprendizaje explícito que se 
objetiva y condensa en un contenido o en una habilidad ; 
aprendemos la fecha de la Independencia, a multiplicar, a 
andar en bicicleta. Pero la experiencia en la qPe se desarro-
. lla ese aprendizaje deja tma huella, se inscribe en nosotros 
afianzando o inaugurando una modalidad de ser-en-el-mun-
, · '\do, de interpretar lo real, de ser-el-mundo para nosotros. 
!Este es un aprendizaje implícito, profundo, estructurante. 
l;l.Jn "aprender a aprender" como forma de cori.stituirnos en 
sujetos de conocimiento . . . . . ,, · . . - ---
Cuando decimos que h1:Pr���erríós a apr�!1_9:_e%":' estamos 
señalando que aprendemos a [�Qrga�iz�r ;y··signif��qr._'_'. nuestras 
experiencias, . sensaciones, e;rwc.io�;s�-· -p:�nsa:rñ.(entos:-·- c�i-lS:.,., 
truimos . ·:asr,,7üiiJltas·--a:it7ij)rendizaje, mañeras -· de.-perdbir 
sec-Ü.encias de--con•(fuCia:•Yca'Cia�acto de conocimiento es el 
eslab6n de una cadena, fase- de un proceso en el que vamos 
configurando una actitud de aprendizaje, es decir, modalida­
des relativamente estables y organizadas de pensamiento, 
48 
sentimiento y acción frente al objeto de conocimiento y al 
acto de aprender. 
El �lJ!lc!º. �� JlO$ presenta C011l(:) multipli<;��ad de obje­
tos y estímulos, como ,ffi:pµna secu,e��iª· : ininterrumpida ·de 
experiencias y .ac·ofitecirruentos. Pero el sujeto introduce 
una organi,zadón _e11 es� mt!lt!pli�id�d. Se ·íncluy_� en · ·-esa 
se�:Uenda/y - �� . orienta . en ella de determmádá. mane�á�-cüñ 
esto afirmamos que · ei CQilOt?imiento E}S.tá -��_trl;lcturª-do, . tiene 
en el sujeto una g�tefmiñad:a 0-rgalliza_cifm. · La-represerit�­
ción . del mundo, el prisma .. . cogriltivo es una estructuración 
elaborada e incorporada implícitamente en el proceso de 
aprendizaje. Es, a la vez, su efecto y su condición de 
posibilidad . Ese JP,Og�lQ interno es una organización perso­
nal y social. De él resulta que los hechos de la realidad, 
múltiples y heterogéneos, sean 1 ) s�ieccionados, 2) percibi­
dos, 3) articulados y 4) interpretados de determinada forma 
por el sujeto . Definimos como matriz o modelo interno de 
aprendizaje a la modalidad con la que cada sujeto organiza 
y significa el universo de su experiencia, su universo de 
conocimiento. Esta matriz o modelo es una estructura com­
pleja y contradictoria con una)nfraestructura biológica: Está 
socialmente determinada e induye no sólo aspectos concep­
tuales, sino tam bién emoCionales, afectivos y esquemas de 
acción. Este modelo, construido en nuestra trayectoria de 
aprendizajes, sin.teiiza en cada agu í y (lhqra nuestras poten­
ctaÍidades y n�--¡;�tros .. obstacitios. Estas matrices no constitu­
yen una estructura ·cerrada, sino una gestalt-gestaltung, una 
estructura en movimiento, susceptible de modificación, a 
excepción de los más extremos. grados de patología. 
Sin embargo, esa matriz subyacente seg(ln la cual orga­
nizamos y encodificamos nuestra experiencia, no consiste

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