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Vigilar y castigar Foucoult

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Vigilar y castigar nacimiento de la prisión 
Michel Foucoult Ed. Siglo XXI.2002 
Fichas de cátedra Prof. Carlos Amoroso 
Pág. 32 en nuestras sociedades hay que situar los sistemas punitivos en cierta economía 
política del cuerpo: incluso si no apelan a castigos violentos o sangrientos, incluso 
cuando utilizan los métodos suaves que encierran o corrigen, siempre es del cuerpo del 
que se trata(del cuerpo y de sus fuerzas, de su utilidad y de su docilidad, de su 
distribución y de su sumisión. Es legítimo hacer una historia de los castigos que tenga 
por fondo las ideas morales o las estructuras jurídicas. 
La historia del cuerpo los historiadores han estudiado el cuerpo desde la demografía o 
de una patología histórica, lo han considerado como el asiento de necesidades y apetitos 
fisiológicos y de metabolismos, como blanco de ataques microbianos y virales; han 
demostrado hasta que punto estaban implicados los procesos históricos en lo que podía 
pasar en el zócalo puramente biológico de la existencia. Pero el cuerpo está inmerso en 
el campo político; las relaciones de poder operan sobre el una presa inmediata; lo 
cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo fuerzan a unos trabajos, lo 
obligan a unas ceremonias, exigen de él unos signos. Este cerco del cuerpo va unido, de 
acuerdo con unas relaciones complejas y recíprocas, a la utilización económica del 
cuerpo, en buena medida está imbuido en las relaciones de poder y dominación, como 
fuerza de producción. 
Pág. 33 el cuerpo solo se convierte en fuerza útil cuando es a la vez cuerpo productivo y 
sometido. Pero este sometimiento no se obtiene por los únicos instrumentos ya sean de 
la violencia, ya sea de la ideología; puede muy bien ser directo, físico, emplear la fuerza 
contra la fuerza, obrar sobre elementos materiales, y a pesar de todo esto noser violento; 
puede ser calculado, organizado, técnicamente reflexivo, puede ser sutil, sin hacer uso 
de las armas ni del terror. 
Este poder sobre el cuerpo suele llamarse tecnología política del cuerpo. Esta tecnología 
indudablemente es difusa formulada en discursos continuos y sistemáticos. 
Se trata en cierto modo de una microfísica del poder que los aparatos y las instituciones 
ponen en juego. 
El estudio de esa microfísica supone que el poder que en ella se ejerce no se conciba 
como una propiedad sino como una estrategia donde sus efectos de dominación son 
atribuidos a disposiciones, maniobras, tácticas, técnicas. 
Pág. 35 se trataría del cuerpo político como conjunto de los elementos materiales y de 
las técnicas que les sirven de armas, de relevos, de vías de comunicación y de puntos de 
apoyo a las relaciones de poder y saber que cercan los cuerpos humanos y los dominan 
haciendo de ellos los objetos de saber. 
Pág. 55 La violencia corporal….. el aparato de los suplicios .Nada debía de quedar 
oculto del triunfo de la ley: desfiles, altos en las cruces de las calles, detención a las 
puertas de las Iglesias, lectura pública de la sentencia, genuflexión, declaraciones en voz 
alta de los arrepentimientos hecha a Dios y al rey. 
Todas esta razones hacen de la ejecución pública mas que una obra de la justicia una 
manifestación de fuerza. 
Pág. 139 DISCIPLINA 
Los cuerpos dóciles: he aquí la figura ideal del soldado tal como se describía aún a 
comienzos del siglo XII. Lleva en sí unos signos naturales de su vigor y su valentía, las 
marcas de su altivez; su cuerpo es el blasón de su fuerza y de su ánimo. 
Los signos para reconocer a los más idóneos en este oficio son los ojos vivos y 
despiertos, la cabeza erguida, el estomago levantado, los hombros anchos, los brazos 
largos, los dedos fuertes, el vientre hundido, los muslos gruesos, las piernas flacas y los 
pies secos; por que el hombre de tales proporciones no dejará de ser ágil y fuerte. 
En la segunda mitad del siglo XVIII el soldado se ha convertido en algo que se fabrica. 
Pág. 140 En el curso de la edad clásica todo descubrimiento del cuerpo como objeto y 
blanco de poder. Al cuerpo que se da forma que se educa, que se manipula. El gran libro 
del hombre máquina ha sido escrito simultáneamente sobre dos registros: el anátomo 
metafísico, del que descartes había compuesto las primeras páginas y que los médicos y 
los filósofos continuaron, y el técnico político, que estuvo constituido por todo un 
conjunto de reglamentos militares, escolares, hospitalarios, y por procedimientos 
empíricos y reflexivos para controlar y corregir las operaciones del cuerpo. Dos 
registros muy distintos ya que se trataba así de sumisión y de utilización, allá de 
funcionamiento y de explicación: cuerpo útil, cuerpo inteligible. 
A estos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo que 
garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad 
utilidad, es a lo que se puede llamar disciplinas. 
Muchos procedimientos disciplinarios existían desde largo tiempo atrás en los 
conventos, en los ejércitos y también en los talleres. Formas distintas de dominación 
diferentes de la esclavitud. 
Pág. 144 La minucia de los reglamentos, la mirada puntillosa de las inspecciones, la 
sujeción a control de las menores partículas de la vida y del cuerpo darán pronto, dentro 
del marco de la escuela, del cuartel, del hospital o del taller, un contenido laicizado, una 
racionalidad económica o técnica a esta cálculo místico de lo ínfimo y lo infinito. 
Pág. 145 El gran encierro de los vagabundos y de los indigentes. En los colegios el 
modelo del internado se impone poco a poco. 
Pág. 146 El espacio disciplinario tiende a dividirse en tantas parcelas como cuerpos o 
elementos que repartir. Es preciso anular los efectos de las distribuciones indecisas. 
Pág. 150 el modelo romano con una disposición espacial, inspirad en la legión con 
rango, jerarquía y vigilancia piramidal bajo su apariencia republicana ha desempeñado 
el esquema ideal de disciplina. 
El rango en el siglo XVIII comienza a definir la gran distribución de los individuos en 
el orden escolar: hilera de alumnos, los pasillos y los estudios. 
Pág. 151 Al asignar lugares individuales, ha hecho posible el control de cada cual. Ha 
hecho funcionar el espacio escolar como una máquina de aprender (La Salle) Los 
escolares mas adelantados estarían sentados adelante. 
Pág 153 El hémelo del tiempo es una vieja herencia. Las comunidades monásticas 
habían sin duda sugerido un modelo estricto. A las nuevas disciplinas no les ha costado 
rabajo alojarse en el interior de los viejos esquemas; las casa de educación y los 
establecimientos de asistencia prolongaban la vida de los conventos. 
Pág. 155 El tiempo medido y pagado debe ser un tiempo sin impureza ni defectos, un 
tiempo de buena calidad a lo largo del cual el cuerpo permanece aplicado al ejercicio. 
Pág. 162 Dividir la sucesión en segmentos, sucesivos o paralelos, cada uno e los cuales 
debe llegar al término especificado ª enseñar la posición, luego la marcha, el manejo de 
las armas, tras ello el tiro ª y no pasar a otra hasta que la precedente no esté dominada 
(siglo XVI). 
Pág. 170 del siglo XVIII al XIX el método Lancaster. 
Del campamento militar se toman los observatorios como modo de control 
desarrollándose una arquitectura que responde a es te legado tanto en escuelas como 
hospitales. 
Pág. 223 Para extraer de los cuerpos el máximo de tiempo y de fuerzas, esos métodos de 
conjunto que son los empleos del tiempo, las educaciones colectivas, los ejercicios, la 
vigilancia a vez global y detallada. 
Pág. 227 El hospital primero, después la escuela y más tarde el taller han llegado a ser el 
instrumento de sometimiento, y todo sustento de poder da lugar a unos conocimientos 
posibles; a partir e ese vínculo es como han podido formarse en el elemento 
disciplinario la medicina clínica, la psiquiatría, la psicología del niño, la 
psicopedagogía, la racionalización del trabajo.

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