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Área de SWAP Para funcionar correctamente, un sistema informático necesita tener memoria RAM. Y cuantos más gigas, mejor. Esta memoria se utiliza para cargar todos los programas y recursos necesarios para que la PC funcione correctamente. De entrada, los sistemas operativos modernos (Windows, Linux, macOS) necesitan en torno a 2 GB mínimos para funcionar bien. Y cuantos más programas usemos, más memoria necesitamos. Sin embargo, ¿qué ocurre si nos quedamos sin memoria mientras usamos Linux? En- tonces se recurre a una técnica conocida como «Swap». Se conoce como «Swap» dentro de los sistemas Linux como a un determinado espa- cio del disco duro que, en caso de necesidad, se utiliza como memoria RAM. De esta forma, si nuestra PC se está quedando sin memoria RAM libre, se mueven datos de la misma al disco duro, se libera su espacio y, en caso de necesitarlos de nuevo más ade- lante, se accede a ellos desde dicho disco duro. En Windows, el Swap es lo que conocemos como «pagefile» o memoria virtual. Mientras que en Windows siempre ha sido un archivo (pagefile.sys), en Linux, hasta hace relativamente poco tiempo, teníamos que tener una partición dedicada (forma- teada y montada como swap) de la capacidad que nosotros quisiésemos para usarla para este fin. Las distribuciones más modernas de Linux ya utilizan un archivo para esta labor. Ventajas e inconvenientes del Swap Como todo, esta característica tiene sus propias ventajas e inconvenientes. Entre las principales ventajas podemos destacar que se trata de una solución «rápida y económica» a los problemas de memoria RAM. Sobre todo, cuando son problemas esporádicos. Además, el intercambio es necesario para poder usar algunas funciones de Linux, como, por ejemplo, hibernar el ordenador. Además, en este caso, necesitaremos tener una Swap de algunos gigas más del total de RAM que tengamos en el PC. Tener 8 GB de Swap no es, ni de lejos, lo mismo que tener 8 GB de memoria RAM. El Swap es mucho más lento que la memoria RAM, y enviar y recuperar información del disco duro lleva un tiempo, por lo que notaremos una importante pérdida de rendimiento. Si recurrimos a esto alguna vez no hay problema, pero si tenemos poca RAM es mejor ampliarla físicamente que depender del Swap. Además, si tienes un SSD, a la larga hacer uso de este intercambio puede dañarlo por la gran cantidad de ciclos de escritura que lleva. Además, la Swap es para Linux menos importante que la RAM. Esto significa que siempre va a estar en segundo plano, y es muy probable que en alguna ocasión algún programa, e incluso el sistema operativo completo, falle. ¿Debo usar Swap? La respuesta a esta pregunta es complicada. Depende del hardware que tenga nuestro ordenador, y de para qué lo utilizamos. Por ejemplo, si tenemos 4 GB de memoria RAM, sí deberíamos tener algunos gigas de intercambio preparados para que, en caso de necesitarlos, estén disponibles. Lo mismo ocurre si somos de los que solemos hibernar el ordenador a menudo. Si usamos aplicaciones que consumen cantidades ingentes de memoria, como Blender, un editor 4K de vídeo o editamos fotos muy grandes en GIMP, entonces también es recomendable tener este espacio disponible, aunque puede que no lleguemos a necesitarlo. Sin embargo, si tenemos un ordenador con una RAM moderada (16 GB, por ejemplo), y ni usamos la hibernación ni usamos los programas anteriores, entonces el Swap no será necesario, ya que nuestro Linux nunca usará toda esta memoria. Cómo activar la Swap en Linux Hay dos formas diferentes de activar el uso de Swap, dependiendo del tipo que usemos (partición o archivo). Podemos comprobar si nuestro Linux tiene Swap, y de qué tipo, ejecutando el siguiente comando en un terminal: sudo swapon --show Con él vamos a poder ver el nombre, o punto de montaje, el tipo y el tamaño. En el caso de que usemos la típica forma de la partición, entonces lo único que debemos hacer al instalar Linux es crear una partición, del tamaño que queramos (se recomienda 1.5 veces la RAM) formateada como Linux-SWAP. Además, también debemos asignarla el punto de montaje Swap para que el sistema operativo prepare dicha partición para usarla como intercambio. Si hacemos esto durante la instalación del sistema operativo no tendremos que hacer nada más. De lo contrario, si lo queremos añadir más adelante, debemos especificar dicho punto de montaje en el archivo /etc/fstab de nuestra distribución para que arranque automáticamente al encender. En caso de querer habilitar el uso de Swap mediante un archivo, lo que debemos hacer es ejecutar los siguientes comandos: Crear el archivo de intercambio (eligiendo el tamaño cambiando 1G por el valor que queramos darle): sudo fallocate -l 1G /swapfile A continuación, le damos permisos para que solo root pueda escribir en dicho archivo con: sudo chmod 600 /swapfile Damos al archivo una estructura para poder funcionar como archivo de intercambio con: sudo mkswap /swapfile Y, por último, lo activamos con: sudo swapon /swapfile Para que este archivo cargue al inicio de la distro por defecto debemos añadir su instrucción en el archivo /etc/fstab. Esta instrucción debe ser como un punto de montaje más, con lo siguiente: /swapfile swap swap defaults 0 0 Ya está listo. Reiniciamos Linux y podremos ver cómo la nueva partición de Swap está en funcionamiento. Si queremos, podemos volver a usar el comando «sudo swapon –show» para comprobar que, efectivamente, estamos usando un intercambio de archivo en lugar de una partición. Swappiness: elegir cuándo queremos que Linux use el Swap Por defecto, Ubuntu (y muchas distros Linux) tienen configurado un swappiness por defecto de 60. Esto significa que el Swap no se usa hasta que se use el 60% de la memoria RAM. A partir de ese umbral es cuando se empieza a usar la memoria de intercambio. Este valor podemos modificarlo editando el siguiente archivo con un editor con permisos de root: cat /proc/sys/vm/swappiness Podemos cambiar el umbral deseado modificando el valor por defecto por el que queramos. Por ejemplo, podemos ponerle un valor de «90», si queremos que solo se empiece a usar esto cuando tengamos el 90% de la RAM usada. Incluso más. Así aprovecharemos mejor la memoria física del ordenador, lo cual, a su vez, se traduce en un mejor rendimiento. Si no queremos modificar este valor, también podemos cambiar el swap temporalmente con la siguiente instrucción, aunque debemos tener en cuenta que, después de reiniciar, volverá al valor de swappiness por defecto. sudo sysctl vm.swappiness=10 El valor óptimo que debemos configurar depende de cada uno. Si tenemos RAM suficiente, cuanto más alto, mejor. Pero si queremos ir precavidos para evitar quedarnos sin memoria, el valor por defecto no está mal. Partición SWAP vs swapfile, ¿qué es mejor? Como hemos visto, Linux tiene dos tipos de intercambio. Por un lado, tenemos la posibilidad de dedicar una partición completa a intercambio, y por otro crear un archivo que se encargue de guardar la información del intercambio de memoria, como hace Windows. Ambas técnicas funcionan igual, y ninguna de ellas ha demostrado dar mejor o peor rendimiento. Sin embargo, el método original, el de la partición, es bastante más incómodo. Debemos tener siempre una partición en el disco duro de unos pocos gigas para usarla como memoria de intercambio. Y en caso de necesitar hacerla más grande, estaremos mucho más limitados, ya que si tenemos una partición contigua no podremos hacerla más grande. El uso del swapfile es mucho más cómodo. Este archivo podemos crearlo, darle el tamaño que queramos, y borrarlo con un simple comando. No dependemos de particiones ni puntos de montaje especiales, por lo que podemos jugar con el intercambio como menos nos venga en cada momento. Si nuestradistro Linux lo permite, nosotros preferimos usar el archivo de intercambio, swapfile. Mitos sobre SWAP Igual que ocurre con la paginación de Windows, hay muchos mitos y muchas leyendas que giran en torno al intercambio de Linux. Y uno de los más graves es, desde luego, gira en torno a su funcionamiento. Generalmente se asocia el intercambio a que, cuando se alcanza cierto umbral, se deja de usar la RAM y se empieza a usar este SWAP. Es un concepto erróneo que, como se ha extendido a lo largo de los años, se cree que es verdad. Pero está muy lejos de la realidad. Y menos si configuramos correctamente el Swapiness. Otro mito (a medias) es que perdemos rendimiento en el PC. Este, en el pasado, era cierto, ya que escribir en los discos duros era infinitamente más lento que hacerlo en la RAM. A día de hoy, con los SSD NVMe PCIe 4.0, aunque puede haber pérdida de rendimiento, esta es casi inapreciable. ¿Y qué pasa con que se rompen los discos duros y, sobre todo, los SSD? Los discos duros jamás se han roto por usar el intercambio. Las primeras unidades de SSD tenían ciclos de escritura muy cortos y limitados, y las escrituras del SWAP es cierto que podían llegar a resentirlos. Hoy en día, los ciclos de escritura y lectura los hacen casi eternos, por lo que no va a haber el menor problema en ese sentido. REFERENCIAS Velasco Rubén (2021): ¿Necesitas más memoria? Activa el intercambio, o Swap, en Linux Recuperado del sitio: https://www.softzone.es/programas/linux/activar-swap/
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