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Qué es el Autismo

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Autismo
¿Qué es el autismo?
Se conoce con el nombre de autismo a una de las alteraciones neurológicas ubicadas en el complejo “trastornos del espectro autista”, los que a su vez se ubican en el grupo de los “trastornos generalizados del desarrollo”, más frecuentemente conocidos como TGD.
El autismo genera dificultades para establecer relaciones sociales, pues se altera la capacidad de comunicación y de interacción. En el autismo suelen existir conductas estereotipadas, a menudo repetitivas.
Es importante saber que el autismo es una alteración de por vida; sin embargo, con un abordaje precoz bajo la guía de profesionales idóneos es posible mitigar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente y de su familia.
Características del autismo:
Diagnóstico
Los expertos consideran que el autismo se puede diagnosticar a partir de los 3 años de edad, aunque nuevas evidencias apoyan la idea de que se podría diagnosticar incluso bastante antes (alrededor de los 6 meses). El diagnóstico no es sencillo, uno de los síntomas clásicos del niño autista es la ausencia de la llamada “sonrisa social” al cabo de los 4 meses de vida. A menudo son los padres y los cuidadores o maestros quienes advierten las primeras señales que orientan a los profesionales hacia el diagnóstico del autismo.
Tratamiento
Lamentablemente el autismo es una entidad no prevenible y que tampoco se puede curar. Por eso es muy importante realizar una intervención tan pronto como sea posible. Los esfuerzos deben enfocarse en el desarrollo de las capacidades de comunicación, de socialización y cognitivas, que pueden mejorar considerablemente mediante el trabajo constante. En este sentido, se ha demostrado que se pueden lograr grandes avances con terapias novedosas, como las terapias asistidas con animales, sobre todo con perros y caballos.
Frecuencia
Se estima la frecuencia del autismo estadísticamente es de entre 4 y 20 cada 10.000 niños de la población general y, curiosamente, es 4 veces más frecuente entre los niños que entre las niñas. Se cree que esto podría relacionarse con alguna anomalía en el cromosoma X. Se puede presentar en cualquier grupo étnico y ha demostrado ser independientemente del nivel socioeconómico, de la ubicación geográfica y de otros factores.
Causas
Las causas del autismo no se conocen con exactitud. Se suelen reconocer componentes genéticos (dado que en familias con antecedentes aumenta la frecuencia), neurológicos (lesiones en áreas cerebrales implicadas en el aprendizaje), bioquímicos (niveles de neurotransmisores) e infecciosos en la etiología del autismo. Aunque se han identificado varios genes que tendrían vinculación con el autismo, hay consenso acerca de que el autismo sería el resultado de eventos genéticos y ambientales durante la gestación.
Trastornos TGD
El autismo se ubica junto con los otros cuatro trastornos generalizados del desarrollo (TGD) que actualmente reconoce el Manual Estadístico y Diagnóstico de Trastornos Mentales DSM-IV editado por la American Psychiatric Association, que son el síndrome de Asperger, el síndrome de Rett, el trastorno de desintegración infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
Síntomas generales
El niño con autismo (autismo infantil) tiende a aislarse y a evitar el contacto visual con otros individuos, tiene dificultades para comunicarse, ya sea verbalmente o mediante el lenguaje corporal. No puede comprender las emociones ajenas (es decir, carece de empatía), al ser incapaz de internalizar las pautas sociales convencionales, como los tonos de voz y las expresiones del rostro.
A veces se suman a estos otros síntomas, como los trastornos del sueño, las convulsiones, los tics. Les resulta sumamente difícil registrar los cambios en el entorno, cuando lo hacen esto les produce enorme angustia.
Retraso en la adquisición del lenguaje
Este es otro de los síntomas característicos del autismo y el que motiva en gran parte el problema de comunicación que padecen estos niños.
Imposibilidad de intervenir en el juego social
A raíz de la dificultad de comunicación, los niños autistas no logran participar de juegos con otros niños. Asimismo, poseen una capacidad imaginativa muy acotada, lo que les impide intervenir en los típicos juegos de simulación de la infancia.
Conductas compulsivas
Es muy común en el niño autista la alineación de los objetos que lo rodean; se aboca a estas tareas con un afán excesivo, desinteresándose por casi todo lo demás.
Movimientos estereotipados y repetitivos
A la constelación de síntomas descriptos se suman movimientos fijos repetitivos (mecerse, girar), los que a veces resultan autolesivos.

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