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Qué es la Apatía

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¿Qué es la apatía?
La apatía es la falta de ánimos y motivación para la vida. Se manifiesta a través de un desinterés y una dejadez hacia asuntos tanto personales como laborales, pudiendo incluso abarcar en casos extremos la propia supervivencia. Las personas que atraviesan un estado de apatía se denominan apáticas.
El término “apatía” proviene del vocablo griego apatheia, que se puede traducir como “sin emoción” o “sin pasión” (ya que está formado por el prefijo a-, “sin”, y la voz pathos, “pasión” o “emoción”). Se trata de una palabra de mucha tradición en Occidente, que fue empleada por los pensadores cristianos para describir un estado de alejamiento radical de los asuntos mundanos, o sea, un desprendimiento místico del cuerpo y de los apetitos, en favor del alma. En esa tradición religiosa, la apatía era comprendida como un estado utópico, pero deseable.
La connotación actual de la palabra, en cambio, más vinculada con la psicología, la psiquiatría y los trastornos de la mente, surgió a partir del siglo XX, junto al estudio científico de la mente, en el contexto particular de los soldados sobrevivientes de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), quienes mostraban en los tiempos posteriores altos índices de apatía y desinterés para con la vida, debido al grave estrés postraumático que sufrían.
Hoy en día los psiquiatras entienden la apatía como síntoma de una depresión moderada o de algún otro problema de índole emocional o psicológico que subyace. No se trata de una forma de pereza o de simple desmotivación, sino de la ausencia de deseo vital, la total indiferencia ante el propio destino y el de los demás. Una forma muy específica de la apatía es la llamada apatía sexual, esto es, la falta prolongada de libido (deseo sexual) en una persona que normalmente la experimenta.
Del modo que sea, una persona apática no encuentra las ganas para llevar a cabo las tareas que regularmente cumple sin problema, o hacerlas le requiere un esfuerzo mucho más grande del que normalmente le toma. Esta condición en sí misma no puede ser tratada ni curada, pero se entiende como un indicador de otros problemas que sí pueden atenderse, ya sean de índole emocional y afectiva, o psiquiátrica y neurológica.
Por otro lado, en contextos diferentes al de la mente humana, la apatía se entiende como la ausencia de reacción ante un estímulo considerable. Por ejemplo, se acusa de apatía a las sociedades que responden pasivamente ante eventos políticos que las ponen abiertamente en peligro o que supondrán luego un problema mayor (como la instauración de una dictadura, por ejemplo).
Ejemplos de apatía en la vida cotidiana
Algunos ejemplos de condiciones apáticas en la vida cotidiana son los siguientes:
· La falta de apetito, que conduce a la persona a largos períodos de ayuno.
· La ausencia de deseo sexual, que se manifiesta en largos períodos de abstinencia o disfunción sexual.
· La falta de empuje para levantarse de la cama por las mañanas y para emprender la rutina de higiene personal acostumbrada.
· La indiferencia respecto al destino de la vida laboral.
· El desinterés por los temas que normalmente apasionan a la persona.
 Elimina la apatía
Acabar con la apatía o la pereza no es una cuestión directa de voluntad: no funciona únicamente decidiendo que ya no lo queremos en nuestra vida. Aunque el pensamiento inicial es el primer paso, debemos a continuación introducir pequeños cambios que sí consigan hacernos ganar en motivación.
¿Qué podemos hacer para acabar con la apatía?
1. Céntrate en la vida fuera de casa
Tanto el ocio en compañía como en solitario nos ayudan a movernos de la zona cómoda y ganar en bienestar. Aunque inicialmente cueste salir del sofá, una vez que estemos fuera seremos capaces de poder disfrutar.
Haz planes con amigos, visita exposiciones o viaja a pueblos cercanos. Aumentará tu interés por el mundo y reducirás la apatía.
2. Inspírate
Ya sea a través de un libro o una película, busca aquello que te llene de inspiración y te empuje hacia dónde quieres ir. Numerosas charlas TED o varios podcasts están encaminados a eso. Mira vídeos en el metro, lee antes de dormir o escucha música mientras conduces. Sube la motivación a través de llenar de inspiración tu vida.
3. Haz deporte
La actividad física es una de las actividades que más suele costar empezar. Sin embargo, tiene un efecto directo sobre la motivación, no solo por los procesos hormonales que se activan sino porque nos vemos más capaces de movernos y conseguir aquello que necesitamos.
4. Sé creativo
La creatividad es una de las fortalezas más relacionadas con los estados de apatía. Cuando hay desinterés, no somos capaces de generar ideas nuevas o diferentes, ya que vemos todo igual. Sin embargo, si buscamos formas de expresar nuestra creatividad, como con la pintura o la escritura, podremos ganar en motivación y acabar con la apatía.
5. Cuestiónate
¿Estás de verdad en el punto en el que quieres estar? ¿Cómo es la vida que quieres? Reformula lo que estás haciendo y traza unas metas concretas y un plan de acción futuro. Es lo mejor para la motivación, saber dónde queremos estar y empezar a movernos.

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