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CAPÍTULO 1: ESTUDIO GENERAL DE LA CÉLULA 23 VIRUS Y VIROIDES En 1892, Ivanowsky demostró la existencia de unos or- ganismos infecciosos tan pequeños que atravesaban fil- tros de porcelana con poros menores de un micróme- tro. Estos microorganismos son los virus, que ocupan el nivel inferior de organización de los seres vivos. Los vi- rus no son propiamente células. Se ha discutido si real- mente son seres vivos, pues dependen de otras células para su reproducción, así como para la síntesis de ma- cromoléculas y otras muchas actividades. No tienen ninguno de los orgánulos que estudiaremos al tratar de la célula y, en cierto sentido, carecen de metabolismo. Para su duplicación dependen de su capacidad de pene- trar en células de organismos vivos y de modificar el metabolismo de éstas, reemplazando algunas funcio- nes del DNA celular por las regidas por su propio ácido nucleico. Las funciones de la célula huésped pueden desviarse por completo hacia la producción de nuevos componentes del virus, en cuyo caso el ácido nucleico vírico es el modelo de producción. Se conocen muchos virus diferentes, desde el tama- ño de un ribosoma (30 nm) hasta 100-300 nm. Esencial- mente constan de un nucleoide envuelto por una cápsu- la proteica (cápside) que lo protege (Fig. 1.15). El nucleoide es un ácido nucleico que puede ser DNA o RNA, pero nunca ambos. Tanto en los virus DNA como en los RNA, el ácido nucleico forma una hélice doble o simple, con disposición lineal o, más rara vez, circular (Tabla 1.2). La capacidad del ácido nucleico vírico es muy variable. Algunos virus, como el del mosaico del tabaco, poseen más de 6000 bases (unos 2 µm de longitud) en un solo filamento de RNA, que únicamente pueden fabri- car tres o cuatro proteínas diferentes. Otros virus, como el bacteriófago T4, llegan a tener hasta 200 000 pares de bases (unos 65 µm) de doble helicoide de DNA y pueden producir unas 300 proteínas diferentes. La cápsula proteica que envuelve al nucleoide com- prende desde 60 hasta miles de moléculas. Los virus más complejos pueden tener, además, una envuelta con fosfolípidos y glucoproteínas recubriendo la cápsula. Las unidades proteicas (capsómeras) muestran general- mente configuraciones geométricas poliédricas. Los com- ponentes de la cápsula son proteínas específicas que sólo se producen bajo la influencia del genoma del vi- rus. Algunos virus tienen una estructura más compleja, como el bacteriófago T4, con cabeza (DNA más envuelta proteica), pieza intermedia, cola y fibras caudales. La cola está provista de una placa terminal con la que el vi- rus se fija a la superficie de la bacteria. En ella hay enzi- mas que lisan esta superficie para inyectar el ácido nu- cleico en la bacteria. El resto del bacteriófago queda fuera (Fig. 1.15). Los virus penetran también en la célula por vesicula- ción (endocitosis). La liberación del virus puede ocurrir al romperse la célula infectada cuando es muy grande el número de virus, o por exocitosis (Fig. 1.16). La replicación vírica depende del tipo de nucleoide. Los virus DNA (Fig. 1.17) pierden la cápsula al entrar en la célula, donde el DNA se replica originando muchas copias que formarán los nucleoides de los descendien- tes del virus original. Para formar la cápsula de esos nu- cleoides, el DNA vírico se transcribe (utilizando las enzi- mas de la célula) en el RNA mensajero que codifica la síntesis de las proteínas capsulares. Esta síntesis se rea- liza también utilizando enzimas y ribosomas de la célu- la. El último paso es el montaje de cada cápsula con su nucleoide y así los nuevos virus quedan finalizados. Algunos virus RNA replican su RNA a expensas de la célula, pero utilizando como modelo su propio RNA víri- co, ya que carecen de DNA (Fig. 1.18). Éste es el caso del virus de la gripe y del virus de la estomatitis vesicu- lar, que constituyen un sistema extraordinario en Biolo- gía, pues en ningún otro ser se puede sintetizar RNA a partir de RNA. Ello implica la inducción de nuevas enzi- mas, como las capaces de emplear moldes de RNA. Los ribosomas y otros componentes de la célula se utilizan para las funciones víricas. Lo primero que hace el RNA vírico es actuar como mensajero y emplear los riboso- mas para fabricar la enzima RNA replicasa y otras pro- teínas. Esto permite que el RNA vírico forme múltiples copias de sí mismo, las cuales servirán de modelos pa- ra obtener aún más copias de ese RNA. El RNA vírico actúa también como RNA mensajero para la síntesis de las proteínas capsulares que se ensamblarán con las múltiples copias obtenidas del RNA. Nucleoide Cadenas Configuración Tipo de virus DNA 2 Circular SV40, virus polioma DNA 2 Lineal Poxvirus DNA 1 Circular Bacteriófagos M13 y Φ174 DNA 1 Lineal Papovavirus RNA 2 Lineal Reovirus RNA 1 Lineal Virus del mosaico del tabaco, virus de la polio, bacteriófago R17 TABLA 1.2. Características del nucleoide de diferentes virus 01 PANIAGUA BIOLOGIA 3 01 29/11/06 12:39 Página 23
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