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La locura de la infidelidad - Ediana Patricia Marín (1)

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©	2011	por	Ediana	Marín	Ramírez
Todos	los	derechos	reservados
Registro	de	Propiedad	Intelectual	037153
ISBN	978-9942-13-939-9
Segunda	Edición.	Quito,	Ecuador	2014.
Primera	Edición	digital	2014.
	
Para	contactos	y	capacitaciones	escriba	a:
vinculosparaelcambio@live.com
www.vinculosparaelcambio.org
Facebook:	Vínculos	para	el	cambio
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Prohibido		todo	tipo	de	reproducción	total	o	parcial,	ya	sea	esta	por	medios	impresos,	fotocopiados,	digitales	u
otros,	sin	autorización	escrita	de	la	autora.
	
	
	
Contenido
Dedicatoria
Agradecimientos
La	locura	de	la	infidelidad
Cómo	Perdonar	y	Restaurar	la	Relación	después	de	una	Infidelidad
El	Problema	de	la	Infidelidad	en	la	Actualidad
CAPÍTULO	I
El	proceso	del	duelo	en	la	infidelidad
Mitos	acerca	de	la	infidelidad
MITO	1:	Todos	los	matrimonios	viven	una	infidelidad	en	algún	momento	de	su	vida.
MITO	2:	Una	aventura	sexual	ocasional	no	es	tan	grave.
MITO	3:	Una	traición	es	la	prueba	de	que	ya	no	hay	amor	en	el	matrimonio.
MITO	4:	“El	otro	o	la	otra”	debe	ser	más	sexy	o	guapa	que	el	cónyuge	engañado.
MITO	5:	Culpar	al	engañado	por	la	infidelidad
MITO	6:	“Lo	mejor	es	hacer	de	cuenta	como	que	nada	pasó”.
MITO	7:	Toda	infidelidad	tiene	que	terminar	en	divorcio.
CAPITULO	II
Tipos	de	infidelidades
La	infidelidad	accidental
La	aventura	romántica
Las	infidelidades	recurrentes
Infidelidades	con	consecuencias	extras
Las	infidelidades	cibernéticas	o	emocionales
Evaluar	cual	es	su	caso	y	decidir	que	hacer
CAPITULO	III
El	camino	de	perdonar
Primer	paso	del	perdón:	entrar		conscientemente		en		este		proceso
Ejercicio	1:	el	proceso	de	perdonar.
Segundo	paso	del	perdón:	renunciar	a	la	idea	de	venganza
Ejercicio	2:	desistir	de	la	venganza
Tercer	paso	del	perdón:	tomar	contacto	con	mi	dolor
Ejercicio	3:	viviendo	el	dolor
Cuarto	paso	del	perdón:	dividir	mi	dolor
Ejercicio	4:	con	quien	compartir	mi	dolor(	primera	parte)
Ejercicio	4:	compartir	mi	dolor	con	el	ofensor	(segunda	parte)
Quinto	paso	del	perdón:	¿qué	he	perdido?
Ejercicio	5:	identificar	la	herida	y	las	pérdidas
Trabajar	heridas	de	la	infancia
Sexto	paso	del	perdón:	desviar	los	pensamientos
Ejercicio	6:	desviando	los	pensamientos
Sugerencias	para	cuando	los	pensamientos	atacan
Séptimo	paso	del	perdón:	perdonarme	a	mi	mismo(a)
Ejercicio	7:	distancia	emocional	para	la	persona	engañada
Ejercicio	de	las	dos	sillas
Octavo	paso	del	perdón:	ponerse	en	el	lugar	del	que	cometió	la	infidelidad
Ejercicio	8:	la	empatía
Trate	por	un	momento	de	ponerse	en	el	lugar	de	su	cónyuge:
Noveno	paso	del	perdón:	otorgar	al	otro	el	regalo	del	perdón
EJERCICIO	9:	EL	REGALO	DEL	PERDÓN
Ritual	del	perdón
CAPITULO	IV
Primer	paso	para	ganar	la	confianza:	el	arrepentimiento
Ejercicio	1:valorar	las	consecuencias	y	daños
Segundo	paso	para	ganar	la	confianza:
Tercer	paso	para	ganar	la	confianza:	el	compromiso	con	la	verdad
Ejercicio	2:	mis	miedos	y	reacciones
Identifique	sus	reacciones
Cuarto	paso	para	ganar	la	confianza:	ir	un	paso	adelante	para	ganar	el	respeto
Otras	ideas	para	ir	un	paso	adelante
Quinto	paso	para	ganar	la	confianza:	sembrar	con	paciencia
Sexto	paso	para	ganar	la	confianza:	valorar	su	historia	personal	y	perdonarse
Ejercicio	3:	posibles	causas	de	la	infidelidad.
Séptimo	paso	para	ganar	la	confianza:	fomentar	la	intimidad	emocional
Ejercicio	4:la	distancia	emocional
Octavo	paso	para	ganar	la	confianza:	dividir	mi	dolor
Ejercicio	5:	dividir	mi	dolor
Noveno	paso	para	ganar	la	confianza:	prever	las	recaidas
Ejercicio	6:	ser	prevenido
Cuando	las	fuerzas	se	agotan
CAPITULO	V
El	proceso	de	la	infidelidad	y	cómo	prevenirla
Primer	paso:	estar	distanciado	emocionalmente	de	la	pareja
Segundo	paso:	conocer	a	alguien	que	nos	resulta	atractivo(a)
Tercer	paso:	“solo	es	un	cafecito”
Cuarto	paso:	caer	en	la	infidelidad	sexual.
Como	prevenir	la	infidelidad	y	cultivar	la	intimidad	emocional
Cuando	la	fidelidad	funciona	y	rinde	sus	frutos
Como	fomentar	la	intimidad	en	la	pareja
Anexo	a:		test	para	evalauar	las	situaciones	de	riesgo
Anexo	b:	test	para	valorar	el	peligro	potencial	en	el	ambiente	en	que	usted	se	desenvuelve
Bibliografía
	
Dedicatoria
	
	
A	Erik
Mi	compañero	de	vida,
Es	hermoso	saber	que	sólo	hemos	sido	dos,	tan	sólo	dos.
“No	le	llames	cobardía,	hay	cosas	que	en	la	vida
Sólo	son	parados,	tan	sólo	dos.
No	es	compatible	la	mentira,	con	algo	transparente,
Hermoso	y	frágil,	como	es,	el	amor”.
	
Canción	“Tentación”	de	José	Luis	Perales
Agradecimientos
	
No	puedo	dejar	de	agradecer	a	Dios	quien	me	da	las	fuerzas	para	pensar,	escribir
	y	crear.
A	 dos	 profesores	 de	 la	maestría	muy	 apreciados;	 la	Dra.	 Dorys	Ortiz	 y	 el	 Dr.
Giovanni	 Toscano,	 quienes	 durante	 mis	 años	 de	 instrucción	 académica	 fueron
generosos	con	sus	consejos	y	enseñanzas,	especialmente	en	las	temáticas	de	cómo
acompañar	a	las	parejas	en	los	casos	de		infidelidad.
Al	 hermoso	 grupo	 experimental	 que	 recibió	 parte	 del	 contenido	 de	 este	 libro
antes	 de	 ser	 publicado,	 sus	 ideas,	 aportes	 y	 preguntas	 lo	 han	 enriquecido
formidablemente.
A	 Carmen	 Gallego	 y	 Patricia	 Cuéllar	 quienes	 dedicaron	 horas	 a	 revisar	 la
primera	edición	del	libro	y	aportaron	con	sus	sugerencias	y	correcciones	que	están	
incluidas	en	esta		segunda	edición.
A	mis	lindos	hijos,	Salomé	y	Juan	Esteban	quienes	me	apoyaron,	este	último	me
dijo	una	tarde:	“Mami	he	sido	muy	paciente	mientras	escribías	tu	libro”.
Finalmente	a	Erik,	quien	con	mucha	paciencia	ha	revisado,	corregido	y	transcrito
de	nuevo	toda	esta	segunda	edición,	sin	su	ayuda	y	trabajo	éste	no	sería	posible.
	
	
	
La	locura	de	la	infidelidad
Cómo	Perdonar	y	Restaurar	la	Relación	después	de	una	Infidelidad
Este	 libro	 está	 escrito	 especialmente	 para	 todos	 aquellos	 y	 aquellas	 que	 han
tenido	 que	 enfrentar	 uno	 de	 los	 dolores	más	 grandes	 en	 la	 vida	 de	 pareja:	 haber
sido	engañado	o	haber	sido	infiel	y,	por	tal	razón	se	sienten	muy	confundidos	sin
saber	qué	hacer.
Han	considerado	varias	opciones,	desde	acabar	con	la	relación	(y	con	el	infiel	o
la	infiel,	lo	cual	no	es	recomendable)	o	darle	una	nueva	oportunidad	perdonándole.
¿Qué	 hacer?	 ¿Cómo	 hacerlo?	 ¿Qué	 es	 lo	 mejor	 para	 mis	 hijos?	 ¿Termino	 la
relación?	 ¿Sigo	 en	 la	 relación?	 ¿Podré	 perdonar?	 ¿Si	 le	 perdono,	 lo	 hará	 de
nuevo?	¿Por	qué	lo	hizo?	¿Cómo	lo	hizo?	Estas	son	algunas	de	las	preguntas	que
pueden	pasar	por	la	mente	de	la	persona	engañada.
El	objetivo	principal	de	este	libro,	es	ayudarles	en	esta	experiencia	tan	dolorosa
y	 difícil,	 permitiéndoles	 entender	 mejor	 el	 proceso	 de	 duelo	 por	 el	 cual	 están
pasando	y	 la	 necesidad	 de	 calmarse	 y	 analizar	 bien	 las	 cosas	 antes	 de	 tomar	 una
decisión,	ya	sea	la	decisión	de	perdonar	al	cónyuge	infiel	o	de	terminarla	relación.
Si	 la	 decisión	 es	 dar	 una	 nueva	 oportunidad	 a	 su	 cónyuge,	 encontrarán	 en	 estas
páginas,	todo	el	proceso	necesario	para	hacerlo	de	la	mejor	forma.	Recuerde,	que
una	infidelidad	no	es	un	simple	resfriado,	es	algo	muy	grave	y	debe	ser	trabajado	si
no	quiere	que	esto	se	repita	de	nuevo.
En	los	capítulos	de	este	manual	encontrarán	el	proceso	que	tanto	el	infiel	como
la	 persona	 engañada	 deben	 seguir	 para	 lograr	 restaurar	 la	 relación,	quien	 fue	 infiel
deberá	comprometerse	con	ganarla	credibilidad	y	el	respeto,	y	la	persona	que	fue
engañada	 deberá	 enfocarse	 en	 el	 camino	 del	 perdón,	 al	 mismo	 tiempo	 los	 dos
deberían	 construir	 una	 nueva	 relación	 trabajando	 todas	 aquellas	 cosas	 que	 no
estaban	resueltas	o	les	distanciaba	emocionalmente	antes	de	la	infidelidad.
Si	usted	ya	ha	tomado	la	decisión	de	terminar	su	relación,	le	invitamos	a	leer	con
calma	este	libo	y	evaluar	su	decisión,	si	sigue	firme	en	ella,	le	recomendamos	que
trabaje	 el	 capítulo	 del	 perdón,	 pues	 aunque	 usted	 no	 viva	 con	 esa	 persona,	 es
necesario	sanar	su	corazón	y	perdonarle,	por	su	bien	y	el	de	sus	hijos,	si	los	hay.
Si	 quien	 está	 leyendo	 este	 libro	 es	 la	 personainfiel,	 quizás	 significa	 que	 está
verdaderamente	 arrepentido	 y	 quiere	 buscar	 la	 forma	 de	 cómo	 recuperar	 su
relación	de	pareja,	si	este	es	su	caso,	este	libro	puede	serle	útil	para	caminar	en	el
proceso	de	ganar	la	confianza	de	su	esposa(o)	si	es	que	ella	o	él	está	dispuesto(a),
este	es	un	libro	diseñado	para	trabajar	en	pareja.	Hay	capítulos	que	son	para	que	los
dos	lo	lean	y	trabajen	juntos	y	otros	son	para	desarrollar	en	forma	individual	con
algunos	 ejercicios	 y	 tareas	 necesarias	 para	 trabajar	 en	 su	 propia	 vida	 y	 en	 la
relación	de	pareja.	Este	manual	termina	con	un	pequeño	capítulo	acerca	del	proceso
de	la	infidelidad	y	cómo	prevenirla,	algo	muy	importante	para	el	futuro.
El	Problema	de	la	Infidelidad	en	la	Actualidad
																	
La	infidelidad	es	un	tema	complejo	y	difícil	de	abordar	que	en	la	actualidad	está
tocando	a	la	puerta	de	muchos	hogares.	No	en	vano	se	le	considera	como	uno	de
los	principales	disociadores	de	 la	familia,	 las	estadísticas	acerca	de	este	 tema	son
alarmantes,	estudios	publicados	en	el	2008	en	Journal	of	Couple	&	Relationship
Therapy1muestran	un	aumento	muy	significativo	en	las	estadísticas	de	infidelidad
conyugal.	Según	 esta	 revista,	 en	1998	un	 estudio	de	 la	Universidad	de	California
reportaba	que	el	24%	de	los	hombres	y	el	14%	de	las	mujeres	habían	sido	infieles,
mientras	que	una	década	después,	estas	cifras	habían	tenido	un	salto	alarmante;	el
50%	de	 las	mujeres	 casadas	y	 el	 60%	de	 los	 hombres	 casados	habían	 tenido	una
relación	extramarital.
Uno	de	los	factores	que	han	influido	en	este	aumento	es	el	uso	del	internet	y	las
redes	sociales,	en	cada	infidelidad	podría	estar	involucrado	un	celular,	algún	correo
electrónico	o	el	Facebook,	etc.
En	 consulta	 es	 fácil	 constatar	 lo	 que	 las	 investigaciones	 confirman;	 el	 internet
está	siendo	usado	por	muchos	para	coquetear	y	es	el	mejor	lugar	para	reencontrarse
con	los	ex	mejores	amigos(as),	y	ex	novios(as)	del	pasado.	Dando	lugar	a	que	se	inicien
conversaciones	informales,	luego	vienen	los	encuentros	para	tomar	un	cafecito	y	el
resto	 es	 historia.	 Para	 muchos	 el	 tener	 conversaciones	 sexuales	 en	 línea	 y	 sexo
cibernético	 no	 es	 considerado	 como	 algo	 malo	 o	 que	 dañe	 la	 relación,	 pero	 la
realidad	es	que	sí	hace	daño;	más	allá	de	lo	que	muchos	quieren	admitir.
Otra	fuente	o	espacio	de	infidelidad	actual	es	con	los	compañeros	de	trabajo,	la
cercanía	 diaria,	 las	 conversaciones	 y	 la	 familiaridad	 crean	 el	 ambiente	 propicio
para	 todas	 aquellas	 y	 aquellos	 que	 no	 saben	 poner	 límites	 en	 sus	 relaciones	 y
fácilmente	 se	 encuentran	 de	 la	 noche	 a	 la	 mañana	 en	 medio	 de	 una	 relación
demasiado	 cercana	 con	 alguien.	 Algunos	 no	 saben	 cómo	 parar	 esto,	 otros
encantados	 siguen	 caminando	 en	 esta	 dirección	 a	 pesar	 del	 peligro	 que	 esto
representa.
Unido	a	todo	esto,	también	está	la	cultura	“light”	de	nuestra	época,	esa	necesidad
que	 hoy	 existe	 de	 tener	 y	 solucionar	 todas	 las	 cosas	 rápidamente	 y	 si	 es	 sin
sacrificio	 alguno,	 mucho	 mejor.	 Esta	 filosofía	 de	 vida	 es	 fatal	 para	 la	 vida	 en
familia,	 pues	 todo	matrimonio	 implica	 un	 alto	 grado	de	 problemas	y	 dificultades
que	 requieren	 de	 trabajo	 y	 esfuerzo	 para	 ser	 resueltos,	 sin	 buscar	 un	 escape	 al
problema.	Ilusoriamente	algunos	piensan	que	una	aventura	puede	ser	la	solución	a
una	vida	matrimonial	que	se	ha	vuelto	rutinaria,	monótona	o	problemática,	muchos
infieles	 ni	 siquiera	 tienen	 un	 matrimonio	 malo,	 pero	 nuestra	 época	 estimula	 “el
tener	siempre	lo	más	nuevo”,	no	se	puede	estar	sin	el	nuevo	y	más	moderno	Iphone,
computador,	 Ipod,	 etc.	 y	 desafortunadamente	muchos	 están	 trasladando	 este	 deseo
de	novedad	y	nuevas	experiencias	al	nivel	de	las	relaciones	y	esto	es	un	grave	error
que	puede	costar	muy	caro,	dañar	la	relación	de	pareja	que	hasta	ese	momento	era
estable	y	porque	no	decirlo;	también	agradable.
Los	efectos	de	la	infidelidad	en	el	matrimonio	son	devastadores,	bien	lo	expresa
un	proverbio	muy	antiguo:
	
“El	que	comete	adulterio	le	faltan	sesos;
El		que	así	actúa	se	destruye	a	sí	mismo.”
Proverbios	6:32
Podemos	decir	que	la	infidelidad	es	una	“locura	temporal”,	pues	el	 infiel	pierde
toda	 su	 cordura,	 esto	 trae	 consecuencias	 devastadoras	 para	 él,	 su	 cónyuge,	 hijos,
familias	políticas	y	en	algunos	casos	hasta	puede	perder	el	trabajo	o	la	vida.	No	en
vano	la	 infidelidad	es	reconocida	y	aceptada	ante	 la	 ley	y	ante	algunas	religión	es
como	causal	de	divorcio.
Un	estudio	realizado	en	Cuba	en	el	20062	con	médicos	y	enfermeras	que	atendían
casos	 de	 violencia	 intrafamiliar	 resultó	 ser	 muy	 revelador	 en	 cuanto	 a	 las
consecuencias	negativas	de	la	infidelidad,	la	investigación	apuntaba	a	identificar	los
factores	que	facilitaban	la	violencia	doméstica,	entre	estos	factores	se	encontraron,
el	 alcoholismo,	 los	 celos,	 la	 infidelidad,	 el	 bajo	nivel	 económico	y	un	bajo	nivel
educacional,	 pero	 lo	 sorprendente	 de	 este	 estudio	 es	 que	 el	 factor	 de	 mayor
influencia	era	la	infidelidad,	seguida	del	alcoholismo	y	de	los	celos.	Es	cierto	que
este	estudio	es	de	un	país	específico,	pero	no	deja	de	mostrar	la	gravedad	del	tema,
la	infidelidad	trae	muchas	consecuencias	negativas	al	engañado,	al	infiel	o	la	infiel,
a	 los	 hijos,	 a	 la	 economía	 del	 hogar,	 a	 veces,	 hasta	 las	 familias	 políticas	 se	 ven
afectadas,	es	decir	sus	efectos	son	devastadores,	nadie	sale	ileso.
Aun	así,	hoy	en	día,	más	hombres	y	mujeres	caen	en	la	infidelidad,	porque	en	la
actualidad	 no	 sólo	 los	 hombres	 son	 infieles.	 En	 mi	 trabajo	 continuamente	 debo
hacer	 terapia	familiar	a	decenas	de	parejas	que	han	vivido	este	dolor	profundo	de
enfrentar	la	traición	de	su	cónyuge.
Si	 hago	 una	 estadística	 en	 base	 a	 las	 atenciones	 terapéuticas	 que	 he	 atendido
durante	el	año	2011,	puedo	comentar	que	de	cada	diez	casos	de	infidelidades,	cuatro
son	de	mujeres.
He	 visto	 el	 dolor,	 la	 culpa,	 el	 arrepentimiento	 verdadero,	 también	 el
arrepentimiento	 falso,	 los	 celos,	 la	 confianza	 y	 el	 respeto	 perdidos,	 las	 furias	 y
demonios	 desatados,	 las	 luchas	 por	 perdonar	 y	 restaurar	 el	 hogar	 y,	 en	 muchos
casos,	 no	 en	 todos,	 he	 visto	 y	 me	 he	 gozado	 con	 procesos	 de	 perdón	 genuinos,
reconciliaciones	 y	 nuevos	 comienzos	 que	 han	 dado	 fruto	 en	 relaciones	 más
honestas	y	felices.
En	 algunos	 de	 los	 casos	 he	 visto	 como	 no	 es	 posible	 la	 reconciliación	 ni	 la
restauración	de	 la	 relación	conyugal,	pero	sí	es	posible	el	perdón	para	 lograr	ser
libres,	 sanar	 y	 brindar	 a	 los	 hijos	 la	 mayor	 estabilidad	 que	 sea	 posible	 en	 estos
casos.
	
1.	 	 	 	 	 	
Atwood,J.D.andSchwarz,L.Thenewaffairtreatmentconsiderations.JournalofCoupleandRelationshipTherapy
2.	 	 	 	 	 	
Dr.ValleLlagosteraJGdelyotros.Sobreviolenciaintrafamiliarcontralamujer[artículoenlínea].MEDISAN2008;12(2).
<http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol12_2_08/san02208.htm>[consulta:fechadeacceso].
http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol12_2_08/
CAPÍTULO	I
El	proceso	del	duelo	en	la	infidelidad
	
Los	momentos	más	duros	de	la	vida,
pueden	transformarse	en	los	más	preciosos.
	
	
Lo	 primero	 que	 se	 debe	 decir	 a	 aquellos	 que	 han	 vivido	 o	 están	 viviendo	 una
infidelidad,	es	que	esta	no	se	resuelve	sólo	“perdonando	y	haciendo	como	que	nada
pasó”,	 o	 huyendo	 inmediatamente	 y	 acabando	 con	 todo	 lo	 que	 les	 une.	 NO,	 la
infidelidad	es	algo	que	debe	ser	abordado	y	trabajado,	y	casi	siempre	se	necesita	de
un	 tercero	que	 ayude,	 no	 alguien	de	 la	 familia,	 pues	 esto	muchas	 veces	 complica
más	las	cosas.	Se	requiere	de	alguien	con	experiencia	que	pueda	abordar	y	valorar
la	 situación,	 a	 la	 vez	 que	 les	 acompañe	 en	 el	 proceso	 de	 explorar	 los	 caminos	 a
seguir,	y	si	los	afectados,	así	lo	deciden,	restaurar	la	relación.	Necesitan	de	una	guía
para	 vivir	 el	 proceso	 de	 ganar	 la	 confianza,	 el	 respeto	 perdido	 y	 les	 anime	 a
transitar	el	largo	caminodel	perdón.	Este	es	el	objetivo	principal	de	este	libro.
En	el	siguiente	gráfico	se	tratará	de	explicar	un	poco	el	proceso	que	ocurre	a	la
hora	de	vivir	una	infidelidad:
En	la	parte	superior	está	el	número	uno	que	señala	la	relación	de	pareja	que	se	ha
tenido	hasta	el	momento,	siguiendo	el	círculo	hacia	la	derecha	se	puede	ver	el	paso
dos,	el	momento	en	el	que	se	descubre	o,	se	declara	la	infidelidad.	Lo	primero	que
ocurre	es	lo	que	se	muestra	en	el	paso	tres;	la	negación,	es	un	golpe	tan	duro	que	al
momento	de	suceder	cuesta	mucho	creerlo,	y	es	normal	 tener	pensamientos	como
“no	 puede	 ser”,	 “esto	 no	 es	 verdad”,	 “dime	 que	 estoy	 equivocada	 (do)”,	 pero	 la
realidad	y	 las	evidencias	pesan	más.	Sigue	el	paso	cuatro,	el	de	 la	 Ira	y	el	enojo,
esta	es	la	zona	que	se	puede	denominar	la	“Zona	de	peligro”,	porque	en	esta	etapa	se
viven	 muchas	 emociones	 intensas	 y	 dolorosas	 y	 se	 corre	 el	 peligro	 de	 tomar
decisiones	apresuradas	sin	pensar,	guiadas	por	el	dolor	y	no	por	la	razón.	Lo	que
muchas	veces	ocurre	 en	esta	 etapa	es	que	 la	persona	engañada	 toma	uno	de	estos
caminos	 equivocados,	 el	 primero	 puede	 ser	 terminar	 con	 todo	 inmediatamente,
cegado(a)	 por	 la	 ira	 y	 el
orgullo	 herido	 toma	 la
decisión	inmediata	de	cortar
toda	relación	y	empezar	los
trámites	 de	 divorcio	 casi	 al
mismo	 tiempo.	 Esto	 puede
ser	 muy	 comprensible	 en
medio	 del	 dolor,	 pero	 es
necesario	 considerar	 varias
cosas	 antes	 de	 tomar	 esta
decisión.
El	 otro	 camino	 muy
peligroso	 y	 bastante	 común
en	 muchas	 infidelidades	 es	 el	 otorgar	 un	 “perdón	 muy	 rápido	 y	 falso”	 que	 no
restaura	la	relación	porque	no	trabaja	el	problema.	Lo	que	suele	suceder	es	que	la
persona	 engañada	 con	 todo	 su	 dolor	 y	 amargura,	 empieza	 a	 cobrar	 esa	 deuda
emocional	 día	 a	 día	 y	 la	 relación	 se	 puede	 tornar	 un	 infierno.	 En	 otros	 casos	 el
infiel	 no	 está	 arrepentido	 y	 con	 un	 perdón	 tan	 fácil	 lo	 único	 que	 se	 logra	 es
alimentar	su	comodidad	y	las	probabilidades	de	que	vuelva	a	hacerlo,	sin	tomarse	ni
siquiera	la	molestia	de	preguntarse	qué	es	lo	que	está	mal	en	él	o	ella,	y	que	debe
cambiar	 en	 su	 vida	 y	 dentro	 de	 la	 relación.	 Por	 esto,	 estos	 dos	 caminos,	 el	 del
perdón	 falso	 o	 el	 de	 terminar	 la	 relación	 inmediatamente	 no	 son	 lo	 más
recomendados.	Cuando	una	persona	está	en	medio	de	una	crisis	no	conviene	tomar
decisiones	 apresuradas	 ya	 que	 se	 puede	 equivocar.	 Lo	mejor	 es	 calmarse	 e	 ir	 al
paso	cinco.
El	paso	cinco	es	 la	negociación,	que	 implica	calmarse	y	pensar	antes	de	actuar,
evaluando	el	tipo	de	infidelidad,	esto	lo	podrá	ver	en	el	capítulo	siguiente.	También
hay	que	valorar	cual	es	 la	actitud	del	 infiel	y	si	es	o	no	la	primera	 infidelidad.	Es
importante	 escuchar	 al	 otro	 y	 saber	 qué	 es	 lo	 que	 quiere	 hacer	 ahora	 que	 la
infidelidad	 ha	 sido	 puesta	 al	 descubierto.	 La	 persona	 engañada	 deberá	 decidir	 si
quiere	 o	 no	 dar	 esa	 oportunidad	 al	 infiel,	 pero	 antes	 le	 recomendamos	 leer
detenidamente	 el	 capítulo	 siguiente	 que	 trata	 de	 los	 tipos	 de	 infidelidades,	 esta
lectura	quizás	le	ayude	a	orientar	su	decisión.	Si	ambas	partes	están	de	acuerdo	en
intentar	restaurar	la	relación	se	llega	al	paso	seis.
El	paso	 seis	 señala	 el	 proceso	 en	 el	 cual	 ambas	 partes	 deben	 ingresar;	 es	 un
camino	que	deben	emprender	juntos,	pero	que	requiere	de	lecturas	separadas,	pues
cada	 uno	 tiene	 sus	 tareas	 y	 ejercicios	 personales.	 Algunos	 de	 estos	 ejercicios
deberán	 ser	 realizados	 en	 pareja	 pero	 usted	 encontrará	 las	 instrucciones	 en	 su
momento.	 El	 proceso	 del	 perdón	 para	 la	 persona	 engañada	 se	 encuentra	 en	 el
Capítulo	III,	y	el	camino	para	la	persona	que	ha	sido	infiel,	es	ganar	la	credibilidad
y	el	respeto,	esto	se	encuentra	en	el	capítulo	IV.
De	 esta	 forma,	 cada	 uno	 viviendo	 su	 proceso	 irá	 poco	 a	 poco	 avanzando	 y
luchando	 con	 sus	 propias	 dudas	 y	 pensamientos.	 Así	 se	 llega	 al	 paso	 siete	 del
proceso;	la	lucha	con	los	pensamientos,	 la	depresión	y	quizás	una	vuelta	atrás	a	la
ira	y	el	enojo,	pero	si	ambas	partes	persisten	en	lo	que	quieren	lograr	con	la	meta
de	restaurar	la	relación,	el	engañado	en	dar	el	regalo	del	perdón	y	el	infiel	persiste
en	 sembrar	 confianza,	 es	muy	posible	que	 salgan	 adelante.	Así	podrán	 empezar	 a
caminar	 juntos	 y	 terminar	 renovando	 la	 relación,	 permitiendo	 que	 esta	 sea	 más
auténtica,	cercana	y	madura.
Puede	 pasar	 que	 en	 este	 recorrido,	 a	 pesar	 de	 intentar	 y	 persistir	 en	 todo	 el
proceso,	una	de	las	partes	no	se	siente	listo(a)	para	retomar	la	relación,	entonces	es
necesario	el	paso	ocho,	hacer	de	nuevo	un	alto	para	evaluar	qué	es	lo	que	no	está
funcionando.	 Puede	 ser	 que	 la	 persona	 infiel	 realmente	 no	 está	 arrepentida	 y	 no
muestra	 signos	 de	 querer	 hacerlo,	 ni	 cambia	 las	 cosas	 que	 deben	 ser	 cambiadas.
También	puede	ocurrir	que	la	persona	que	fue	engañada	por	más	que	ha	procesado
toda	 la	 experiencia,	 sabe	 que	 la	 opción	 de	 vivir	 con	 esa	 persona	 después	 de	 la
infidelidad	sería	para	cobrarle	el	resto	de	su	existencia,	haciendo	de	su	vida,	la	de	él
o	 ella	 un	 infierno,	 incluyendo	 a	 los	 hijos.	 Entonces	 quizás	 deba	 revalorar
seriamente	 si	 vale	 la	 pena	 persistir,	 o	 si	 lo	 mejor	 es	 dejar	 ir	 al	 otro	 y	 vivir	 un
proceso	de	perdón	individual.
Este	es	el	proceso	del	duelo	en	una	 infidelidad,	 resumido	brevemente.	Pareciera
ser	 algo	 que	 no	 es	 tan	 difícil,	 sin	 embargo	 es	 bueno	 decir	 la	 verdad	 en	 este
momento,	no	es	fácil	elegir	el	camino	de	la	recuperación,	es	decir,	pasar	a	los	pasos
seis,	siete	y	ocho,	requiere	de	mucho	valor,	fuerza	de	voluntad	y	paciencia	de	ambas
partes,	 pero	 si	 lo	 hacen	 y	 los	 dos	 quieren	 será	 una	 gran	 muestra	 de	 cuanto	 se
valoran	el	uno	al	otro.	Antes	de	tomar	la	decisión	de	restaurar	la	relación	es	bueno
leer	con	calma	el	Capítulo	II	en	el	cual	se	aborda	el	tema	de	los	diferentes	tipos	de
infidelidades.	Si	después	de	eso	deciden	como	pareja	restaurar	su	relación,	cada	uno
debe	 en	 forma	 individual	 ir	 al	 capítulo	 que	 le	 corresponde,	 tal	 como	 ya	 hemos
mencionado	antes,	si	Ud.	ha	sido	la	persona	engañada	vaya	al	Capítulo	III,	y	si	usted
ha	sido	el	o	la	infiel	puede	ir	al	Capítulo	IV.
Mitos	acerca	de	la	infidelidad
He	aquí	algunos	de	los	mitos	que	existen	acerca	de	la	infidelidad	y	que	de	alguna
manera	la	promueven	y	en	muchos	casos	la	oculta.
MITO	 1:	Todos	 los	matrimonios	 viven	 una	 infidelidad	 en	 algún	momento	 de	 su
vida.
Las	 personas	 que	 viven	 una	 infidelidad	 muchas	 veces	 encuentran	 consuelo	 al
pensar	que	“todos	lo	hacen”,	quizás	muchos	de	ellos	crecieron	en	hogares	donde	la
infidelidad	era	algo	común.	Sin	embargo,	no	todo	el	mundo	es	infiel,	muchas	de	las
parejas	que	 toman	una	 terapia	 lo	hacen	porque	están	buscando	ayuda	por	algunos
problemas	 con	 los	 hijos,	 suegros,	 dinero	 o	 con	 sus	 relaciones	 sexuales.	Muchas
parejas	 hoy	 día	 prefieren	 hablar	 y	 reclamar	 sobre	 su	 vida	 sexual	 que	 irse	 con
otra(o).	 La	 fidelidad	 es	 posible,	 sigue	 siendo	 un	 valor	 apreciado	 y	 como	 se	 verá
más	adelante	se	puede	prevenir	caer	en	esta	locura	de	la	infidelidad.
MITO	2:	Una	aventura	sexual	ocasional	no	es	tan	grave.
Quienes	 piensan	 que	 este	mito	 es	 verdad	 creen	 poder	 hacerlo	 sin	 que	 nadie	 se
entere,	 o	 tienen	una	 idea	 equivocada	 de	 lo	 que	 es	 la	 sexualidad	y	 el	 compromiso
dentro	de	una	relación.	El	acto	sexual	no	solo	involucra	el	cuerpo,	sino	que	también
involucra	 la	 mente	 y	 el	 espíritu	 y,	 todo	 esto	 se	 integra	 y	 entiende	 mejor	 en	 el
contexto	 del	 matrimonio.	 Como	 dice	 un	 dicho	 popular	 “todo	 se	 sabe”,	 una
infidelidad	 arriesga	 todo	 lo	 construido	 en	 pareja,	 pues	 la	 confianza	 se	 rompe	 y
nunca	se	puede	 saber	cuál	 será	 la	 reacción	de	 la	persona	engañada.	Las	aventuras
amorosas	 causan	mucho	 daño,	 el	matrimonio	 puede	 recuperarse	 de	 ellas,	 pero	 a
costa	de	arduosesfuerzos	y	sufrimientos.
MITO	3:	Una	traición	es	la	prueba	de	que	ya	no	hay	amor	en	el	matrimonio.
Esta	es	una	queja	muy	comprensible	de	quien	ha	sido	engañado(a)	y	la	conclusión
es	 “no	me	ama,	por	 esto	 lo	hizo”.	Aún	 si	 esto	 fuera	verdad,	una	 infidelidad	es	 la
manera	más	complicada	y	absurda	que	el	infiel	puede	elegir	para	hacerle	saber	a	su
cónyuge	que	ya	no	 le	ama.	En	consulta	 se	ven	muchos	 infieles	arrepentidos	de	 lo
que	 han	 hecho	 y	 reconocen	 que	 es	 “una	 locura”	 y,	 que	 además	 ahora	 les	 puede
costar	el	amor	de	su	vida.	Para	entender	esto	es	necesario	aclarar	lo	que	es	el	amor.
Una	infidelidad	tiende	más	a	ser	un	enamoramiento	que	un	amor	verdadero	y	está
comprobado	 que	 el	 enamoramiento	 tiene	 más	 relación	 con	 los	 químicos	 del
cerebro	 que	 con	 el	 amor,	 pues	 el	 verdadero	 amor	 involucra	 no	 solo	 los
sentimientos	 sino	 también	 una	 decisión	 y	 compromiso.	 Esto	 también	 se	 analizará
más	a	profundidad	en	el	próximo	capítulo.
MITO	4:	“El	otro	o	la	otra”	debe	ser	más	sexy	o	guapa	que	el	cónyuge	engañado.
Las	 razones	 por	 las	 cuales	 se	 escoge	 al	 compañero	 de	 infidelidad	 son	 muy
variadas,	 pero	 casi	 siempre	 se	 tiende	 a	 pensar	 que	 es	 por	 sus	 características
sexuales.	De	ahí	que	quien	ha	sido	engañado	se	empeña	en	saber	detalles	sobre	las
relaciones	 sexuales	 de	 los	 amantes	 lo	 que	 le	 conduce	 a	 vivir	 un	 infierno.	 En
consulta	 es	 común	 comprobar	 que	 el	 sexo	 no	 es	 el	 principal	 motor	 para	 la
infidelidad,	en	muchos	casos	es	la	búsqueda	de	lo	que	no	se	tiene	en	casa:	intimidad
emocional	 en	 el	 caso	 de	 las	 mujeres,	 y	 en	 los	 hombres	 el	 sentido	 de	 aprecio,
valoración	o	admiración	de	una	mujer.
Quizás	una	de	las	características	más	importante	de	los	compañeros	de	aventura
es	su	disponibilidad	inmediata	a	estar	“ahí	presentes”	cuando	se	les	necesita.	Es	por
esto	que	no	se	puede	centrar	la	atención	sólo	en	lo	sexual.	Si	ha	experimentado	una
infidelidad	debe	ver	más	allá	de	 su	vida	 íntima	con	 su	cónyuge	y	evitar	 culpar	al
engañado	por	la	infidelidad,	lo	cual	nos	introduce	en	el	siguiente	mito.
MITO	5:	Culpar	al	engañado	por	la	infidelidad
“Algo	hace	o	no	hace	para	que	el	otro	tenga	que	buscar	afuera”	El	mal	de	culpar
está	arraigado	en	el	ser	humano	profundamente.	La	conocida	historia	de	Adán	y	Eva
en	el	paraíso	después	de	pecar	nos	recuerda	este	hecho.	Cuando	Dios	le	reclama	a
Adán	su	falla,	él	se	lava	sus	manos	diciendo	“La	mujer	que	tú	me	diste	me	dio	de
comer”.	 Si	 bien	 es	 cierto	 que	 en	muchos	matrimonios	 las	 cosas	 no	 andaban	muy
bien	antes	de	la	infidelidad,	esto	no	es	una	justificación	para	ir	en	busca	de	otro,	el
engañado	 también	 vive	 los	 problemas	 que	 hay	 en	 la	 pareja,	 pero	 no	 decide	 ser
infiel.	Entonces	se	puede	afirmar	que	nadie	obliga	a	nadie	a	ser	infiel,	la	infidelidad
es	 una	 decisión,	 pues	 siempre	 hay	 otras	 alternativas	 para	 solucionar	 cualquier
problema	que	exista	en	la	pareja.	Por	esto	le	diría	a	la	persona	engañada:	usted	no	es
culpable	de	la	decisión	que	su	cónyuge	tomó,	pero	si	es	responsable	de	cambiar	todo
aquello	de	su	carácter	o	actitudes	que	le	han	alejado	de	su	pareja	antes	de	que	la
infidelidad	ocurriera.	También	diría	a	la	persona	infiel:	usted	es	responsable	100%
de	 su	 decisión	 de	 ser	 infiel,	 puede	 tratar	 de	 disculparse	 intentando	 culpar	 a	 su
cónyuge,	pero	créalo,	esto	no	le	ayudará	en	nada,	solo	logrará	que	él	o	ella	se	enoje
más.	Cuando	usted	pueda	aceptar	 su	responsabilidad,	usted	podrá	 tener	el	control
para	decidir	no	hacerlo	más.
Es	también	un	mito,	creer	que	el	matrimonio	era	de	lo	peor	y	por	esto	el	 infiel
decidió	 serlo,	esto	no	es	 siempre	cierto,	muchos	matrimonios	estaban	marchando
razonablemente	bien,	 pero	 eventualmente	ocurre	por	primera	vez	una	 infidelidad.
Esta	 “primera	 infidelidad”	 tiene	 sus	 características	 particulares	 las	 cuales	 serán
vistas	más	adelante	en	los	tipos	de	infidelidades.
MITO	6:	“Lo	mejor	es	hacer	de	cuenta	como	que	nada	pasó”.
Muchas	 parejas,	 van	 a	 una	 terapia	 familiar	 después	 de	 20	 o	 25	 años	 de
matrimonio	 con	grandes	problemas	 acumulados.	Al	 abordar	 su	historia,	 se	puede
encontrar	 en	 su	 pasado,	 una	 o	 varias	 infidelidades	 no	 trabajadas	 o	 resueltas	 a	 la
ligera;	 frecuentemente	 la	 gente	 dice:	 “es	 que	 yo	 le	 perdoné”	 o	 simplemente	 “me
hice	como	que	nada	pasaba	cuando	me	era	infiel	hasta	que	se	le	pasaba	la	locura”.
Nada	más	 equivocado,	 pues	 una	 infidelidad	 no	 es	 como	un	 resfriado	 que	 se	 cura
fácilmente	 con	 limonada	 caliente.	 Se	 trata	 de	 algo	 que	 lastima	 el	 corazón,	 crea
	 heridas	 y	 dolor,	 no	 solo	 físico	 sino	 también	 espiritual,	 es	 decir	 un	 “dolor	 del
alma”.	Así	 es	 como	muchos	 se	 sienten	después	del	 engaño.	La	 infidelidad	genera
una	 deuda	 muy	 grande,	 desata	 los	 sentimientos	 más	 poderosos	 de	 ira,	 dolor,
venganza,	tristeza,	y	además	lacera	la	confianza	y	el	respeto.	¿Cómo	tapar	algo	así
solo	dejándolo	pasar?
Toda	 infidelidad	 debe	 ser	 trabajada.	 Hay	 tres	 caminos	 largos	 y	 dolorosos	 que
recorrer:	el	camino	del	perdón	verdadero,	el	de	ganar	la	confianza	y	el	de	cambiar
lo	que	estaba	mal	antes	de	la	infidelidad.	Si	esto	no	se	da,	lo	que	pueden	empezar	a
vivir	 como	 pareja	 es	 una	 relación	más	 distante	 llena	 de	 ira	 escondida,	 reclamos,
venganzas	sutiles	y	quizás	una	nueva	infidelidad.	Este	libro	tratará	de	dar	una	guía
para	los	que	quieren	recorrer	un	camino	de	restauración	y	perdón.
	
MITO	7:	Toda	infidelidad	tiene	que	terminar	en	divorcio.
Es	 verdad	 que	 la	 infidelidad	 sacude	 fuertemente	 al	 matrimonio,	 también	 es	 un
hecho	 	que	no	 toda	 infidelidad	 termina	en	divorcio	como	algo	 inevitable.	Muchas
parejas	 salen	 a	 flote	 y	 navegan	 por	mares	más	 tranquilos,	 apacibles	 y	 amorosos
después	 de	 haber	 superado	 una	 infidelidad.	 Por	 supuesto,	 esto	 tiene	 un	 costo	 que
debe	ser	pagado	por	ambos	cónyuges,	pues	el	requisito	para	poder	salir	adelante	es
que	ambos	 lo	quieran,	y	 se	comprometan	a	hacer	 su	parte	en	 la	 restauración,	que
	quieran	su	hogar,	deseen	permanecer	al	lado	del	otro	y	trabajar	una	mejor	relación.
Si	alguno	de	los	cónyuges,	ya	sea	el	infiel	o	el	engañado	no	quieren	seguir	adelante,
podría	 ser	 que	 	 lo	más	 sano	 sea	 desistir	 de	 vivir	 juntos,	 pues	 podrían	 empezar	 a
vivir	el	mito	seis	y	experimentar	un	infierno	por	“los	hijos”,	por	“el	qué	dirán”,	por
“el	miedo	a	estar	solo	o	sola”,	por	“la	culpa”,	por	“el	dinero”,	por	“la	venganza”,
etc.
Entonces,	 después	 de	 revisar	 los	 mitos,	 es	 bueno	 	 hacer	 algunas	 afirmaciones
acerca	de	la	infidelidad	mencionadas	por	un	terapeuta	acerca	de	este	tema.	(Pittman,
1987).
·									La	infidelidad	no	es	una	conducta	normal,	sino	el	síntoma	de	algún	problema,
esto	nos	recuerda	que	no	solo	hay	que	trabajar	 la	 infidelidad	sino	todo	aquello
que	 antes	 de	 la	 infidelidad	 era	 un	 problema	 en	 la	 relación	 de	 pareja	 y
especialmente	en	la	vida	personal	del	infiel.
	
·									Las	aventuras	son	peligrosas;	pueden	arruinar	el	matrimonio	de	manera	fácil	e
involuntaria,	vivir	una	experiencia	de	estas	sin	aprender	nada	de	ella	es	todo	un
desperdicio	 de	 sufrimiento,	 los	 matrimonios	 que	 sobreviven	 a	 la	 infidelidad
saben	lo	que	esto	significa,	es	por	esta	razón	que	es	importante	conocer	bien	el
proceso	de	la	infidelidad	y	cómo	prevenirla,	esto	será	en	el	último	capítulo	del
libro.
	
·									Las	aventuras	pueden	ocurrir	en	matrimonios	que	hasta	ese	momento,	han	sido
buenos,	 no	 siempre	 una	 infidelidad	 tiene	 que	 estar	 asociada	 a	 un	 matrimonio
desastroso,	la	decisión	es	del	que	ha	sido	infiel	en	un	100%	y	esto	debe	ser	tenido
en	cuenta	durante	todo	el	proceso,	si	por	el	contrario	el	matrimonio	ha	estado	en
medio	 de	 una	 crisis	 y	 a	 esto	 el	 infiel	 le	 aumenta	 una	 más,	 también	 es	 su
responsabilidad,	 pues	 siempre	 hay	 más	 alternativas	 a	 elegir	 en	 vez	 de	 una
aventura	amorosa.
	
·	 	 	 	 	 	 	 	 	Las	 aventuras	 implican	 una	 relación	 sexual,pero	 esta	 no	 es	 su	 finalidad
habitual,	lo	normal	es	pensar	en	la	relación	sexual	como	el	fin,	pero	no	siempre
es	así,	alguien	puede	terminar	involucrado	más	por	una	necesidad	de	aprobación,
reconocimiento,	por	un	ego	elevado,	por	una	carencia	afectiva	o	un	síndrome	de
salvador	 o	 salvadora,	 quedarse	 en	 lo	 físico	 muchas	 veces	 no	 resuelve	 el
problema,	 es	 muy	 importante	 que	 la	 pareja	 evalúe	 cual	 es	 la	 “causa”	 de	 la
infidelidad,	entendiendo	la	palabra	causa	no	como	justificación	de	la	infidelidad,
sino	 como	 algo	 que	 señala	 una	 luz	 roja,	 algo	 que	 debe	 ser	 trabajado	 por	 la
pareja.	 Recuérdese	 esto	 constantemente	 “Nadie	 puede	 obligar	 a	 nadie	 a	 ser
infiel”.
	
CAPITULO	II
	
Tipos	de	infidelidades
Ser	infiel	como	ser	fiel	es	una	decisión
que	se	toma	antes	de	serlo
	
En	 este	 capítulo	 se	 verán	 los	 tipos	 de	 infidelidades.	 Hay	 muchas	 formas	 de
clasificarlas,	pero	en	este	caso	se	ha	elegido	agruparles	en	cinco;	las	 infidelidades
accidentales,	las	aventuras	románticas,	las	aventuras	recurrentes,	las	infidelidades
con	 consecuencias	 extras	 y	 las	 infidelidades	 cibernéticas	 o	 emocionales.	Es	muy
importante	hacer	un	análisis	de	cada	uno	de	estos	casos	para	que	la	persona	que	ha
sido	engañada	pueda	ver	un	poco	a	lo	que	se	enfrenta	y	tome	una	decisión	de	lo	que
quiere	hacer	en	cuanto	a	su	relación	con	su	cónyuge.	Para	 la	persona	que	ha	sido
infiel	 este	 capítulo	 puede	 serle	 muy	 útil	 si	 lo	 lee	 pensando	 en	 sí	 mismo,	 e
identificando	 cuál	 es	 su	 caso.	 Si	 ambos	 cónyuges	 deciden	 darse	 una	 oportunidad
para	restaurar	su	relación,	entonces	ambas	partes	podrán	entrar	conscientemente	en
el	proceso.
	
La	infidelidad	accidental
Al	hablar	de	infidelidad	accidental	se	hace	referencia	a	la	primera	infidelidad.	La
mayoría	de	las	personas	no	buscan	ser	infieles;	al	menos	no	la	primera	vez,	esto	es
importante	 tenerlo	 claro.	 Cuando	 se	 habla	 de	 infidelidad	 accidental	 no	 se	 está
diciendo	 que	 él	 o	 la	 infiel	 no	 son	 responsables	 de	 lo	 que	 han	 hecho.	 Lo	 que	 se
quiere	decir	con	esto	es	que	la	infidelidad	no	es	algo	habitual	en	la	persona,	“no	es
parte	 de	 su	 conducta”.	 Es	 como	 si	 estuviera	 un	 poco	 loco.	 En	 una	 primera
infidelidad	 la	 persona	 no	 sabe	 en	 lo	 que	 se	 está	metiendo;	 no	 es	 cien	 por	 ciento
consciente	del	peligro	que	corre	y	de	las	consecuencias	para	él	y	su	familia.	Por	lo
regular	 el	 o	 la	 infiel	 no	 está	 enamorado	 de	 su	 compañera(o)	 de	 aventura,	 pero
puede	ocurrir	que	en	medio	de	la	locura	de	la	infidelidad	él	o	ella	crean	que	lo	está,
y	 atribuya	 su	 infidelidad	 a	 un	 matrimonio	 desdichado,	 pero	 esto	 no	 es
necesariamente	cierto	como	se	verá	en	el	tema	de	las	aventuras	románticas.	Allí	se
aclarará	más	este	punto	del	enamoramiento	y	del	amor.
El	 infiel	 en	 esta	 categoría;	 después	 de	 que	 pasa	 esta	 locura	 temporal,	 o	 ha	 sido
descubierto,	 se	 siente	 muy	 mal	 y	 muy	 avergonzado	 de	 lo	 que	 ha	 hecho.	 Por	 lo
general	no	quiere	abandonar	su	matrimonio,	aunque	esté	atravesando	alguna	crisis,
lo	que	es	muy	normal	en	todos	los	matrimonios,	o	quizás	su	relación	conyugal	sea
algo	tediosa	o	frustrante	pero	nunca	al	extremo	de	querer	escapar	o	terminar	con	su
matrimonio.	En	este	tipo	de	infidelidad	la	persona	puede	ser	un	gran	padre	o	madre
e	incluso	un	amoroso	esposo	o	esposa	antes	de	que	llegara	esa	tercera	persona,	es
decir,	 son	 personas	 normales	 y	 buenas.	 No	 son	 seres	 malvados,	 ni	 egoístas	 o
pervertidos.	Son	personas	que	quizás	cayeron	en	 la	 infidelidad	por	ser	demasiado
curiosos(as),	 corteses,	 amables,	 complacientes	 o	 que	 estando	 en	 medio	 de	 una
distancia	 emocional	 con	 su	 cónyuge,	 y	 en	 vez	 de	 buscar	 la	 solución	 en	 casa
eligieron	el	camino	más	fácil	(pero	más	doloroso):	dejarse	seducir	o	seducir	a	otra
persona.
Figura	1
Todas	 las	 personas	 o	 al
menos	 la	 mayoría,	 se	 casan
con	 la	 ilusión	 de	 ser	 felices,
construir	 un	 lindo	 hogar,
quizás	el	hogar	que	no	se	tuvo
en	 su	 propia	 infancia.	 Se
sueña	en	compartir	y	disfrutar
una	vida	 juntos.	Es	decir,	que
nadie	 en	 sus	 cabales	 se	 casa
con	 la	 intención	 de	 dañar	 al
otro	 o	 ser	 infeliz.	 Cuando	 se	 inicia	 el	 matrimonio,	 dos	 personas	 empiezan	 a
recorrer	un	mismo	camino,	con	subidas	y	bajadas	como	la	Figura	1	lo	representa.
En	el	lado	izquierdo	se	pude	ver	a	esa	pareja	que	emprende	su	proyecto	de	vida;	al
inicio	son	sólo	dos,	pero	en	el	camino	se	hacen	tres	o	cuatro	con	la	llegada	de	los
hijos.
En	ese	camino	hay	momentos	lindos	de	mucha	alegría	y	entusiasmo	pero	también
hay	otros	de	angustia	o	dolor,	pues	cada	etapa	de	la	vida	es	una	crisis	que	implica
cambios	 y	 reacomodos;	 pueden	 venir	 tiempos	 de	 prosperidad	 y	 de	 adversidad,
enfermedades,	problemas	económicos,	pero	la	meta	es	vivirlos	en	familia.	El	sueño
de	la	mayoría	es	seguir	luchando	y	terminar	al	final	del	camino	siendo	dos,	pues	los
hijos	 un	 día	 parten	 del	 nido	 y	 quienes	 quedan	 son	 los	mismos	 que	 iniciaron	 ese
recorrido	 tiempo	 atrás.	 Es	 importante	 ser	 unos	 buenos	 padres	 pero	 aún	 es	 más
importante	 haber	 cultivado	 la	 relación	 de	 pareja	 a	 lo	 largo	 de	 ese	 camino.	 Una
tentación	 frecuente	 en	 la	vida	 conyugal	 es	que	 cuando	 llegan	 los	hijos	 se	vive	 en
función	de	ellos	y	se	descuida	la	relación	de	pareja.	Para	llegar	juntos	al	final	del
camino,	 es	 necesario	 mantener	 una	 relación	 de	 pareja	 viva,	 con	 una	 buena
comunicación,	actividades	compartidas	y	con	mucho	amor	y	respeto.	La	Figura	2
trata	de	explicar	lo	que	ocurre	a	lo	largo	de	la	relación	de	pareja3
Figura	2
	
Los	 dos	 corazones	 del	 lado	 izquierdo	 representan	 esas	 dos	 personas	 que	 han
decidió	unir	sus	vidas.	Como	toda	pareja,	es	normal	tener	problemas	y	distanciarse
un	poco	como	lo	indica	el	número	uno,	y	también	lo	más	sano	y	normal	es	resolver
los	 conflictos	 y	 estar	 de	 nuevo	 juntos	 en	 armonía	 hasta	 que	 surge	 una	 nueva
dificultad	 señalada	 por	 el	 punto	 dos	 y	 así	 sucesivamente.	 A	 veces	 se	 tiene	 la
expectativa	de	que	todo	debe	marchar	sin	problemas	y	tener	el	hogar	perfecto.	Esto
es	una	fantasía	que	no	tiene	nada	que	ver	con	la	realidad,	pues	en	todos	los	hogares
hay	conflictos	y	dificultades	y	es	bueno	internalizar	bien	esta	idea.
El	problema	real	está	en	que	muchas	veces	aparecen	las	diferencias	o	dificultades
y	no	se	resuelven,	ya	que	en	vez	de	hablar	y	solucionar	los	problemas,	se	dejan	ir
acumulando	 más	 y	 más	 sin	 resolver.	 Ya	 sea	 porque	 se	 callan,	 se	 ignoran	 o	 se
“resuelven”	 a	 través	 de	 gritos	 y	 más	 peleas.	 Entonces,	 lo	 que	 ocurre	 es	 que	 la
distancia	emocional	empieza	a	echar	 raíces	en	 la	 relación.	El	punto	3	y	4	 señalan
esta	 realidad;	 en	 vez	 de	 acercarse	mutuamente	 para	 solucionar	 las	 diferencias,	 la
pareja	cada	día	está	más	distante	el	uno	del	otro,	viven	juntos,	duermen	juntos	pero
la	 comunicación	 puede	 ser	 pobre.	 Se	 hablan	 solo	 lo	 necesario,	 no	 hay	 ese	 trato
amable	y	respetuoso,	y	puede	haber	muchos	silencios,	reclamos	o	quejas.
Muchos	son	los	problemas	que	a	veces	se	dejan	sin	resolver	desde	el	principio	de
la	relación;	desde	el	asunto	del	dinero,	o	problemas	con	los	suegros	o	suegras,	la
intimidad	sexual,	los	quehaceres	de	la	casa,	la	disciplina	de	los	hijos,	el	mal	carácter
de	uno	u	otro,	etc.	Cuando	estas	cosas	no	se	resuelven	a	tiempo,	un	día	la	pareja	se
encuentra	en	los	puntos	3	y	4	del	esquema,	con	una	distancia	emocional	muy	grande
entre	ellos,	y	es	allí	donde	 la	relación	ya	está	en	peligro,	pues	en	algún	momento
puede	 aparecer	 una	 persona	 que	 resulta	 atractiva,	mas	 dispuesta	 o	 dispuesto	 para
hablar,	escuchar,	sonreír,	ser	más	amable	y	cariñosa	o	más	atenta	y	servicial,	etc.
Es	aquí	donde	puede	ocurrir	que	él	o	ella	sin	mucha	conciencia	del	hecho,	resulte
en	medio	 de	 una	 cercanía	 emocional	 con	 otra	 persona,	 si	 esto	 sigue	 así,	 es	muy
probable	 terminar	en	una	 infidelidad	 sexual.	Así	que	mirando	atrás,	 la	 infidelidad
no	es	el	únicoproblema	que	tiene	esta	pareja,	esta	es	solo	un	síntoma.	Quizás	es	el
más	 grave	 y	 urgente,	 pero	 hay	 más	 cosas	 que	 tienen	 que	 resolver	 y	 trabajar	 si
quieren	restaurar	su	relación.
Si	ha	ocurrido	esta	primera	infidelidad,	la	pareja	debe	decidir	qué	hacer	luego	de
responder	algunas	preguntas:	¿Hay	un	verdadero	arrepentimiento	del	que	fue	infiel?
¿La	 persona	 engañada	 valora	 tanto	 su	 matrimonio	 y	 está	 dispuesta	 a	 perdonar?,
¿Ambos	quieren	 restaurar	 su	 relación	y	 resolver	 no	 solo	 la	 infidelidad	 sino	 todo
aquello	que	les	separaba	emocionalmente?
Si	ambas	partes	lo	quieren	hacer	se	puede	lograr	una	restauración	de	la	relación,
acortar	esa	distancia	emocional	y	empezar	a	caminar	juntos.	Pero	esto	requiere	de
un	proceso	largo	y	difícil.	Por	lo	tanto,	abordar	la	primera	infidelidad	es	vital.	En
consulta	es	común	encontrar	parejas	con	15	o	20	años	de	matrimonio	con	más	de
una	 infidelidad,	 algunas	 en	 los	 primeros	 años	 de	 matrimonio,	 pero	 cuando	 se
investiga	 qué	 hicieron	 cuando	 pasó	 la	 primera	 vez	 y	 se	 les	 pregunta	 ¿Cómo	 lo
abordaron?	la	respuesta	más	común	es:	“bueno	le	perdoné	y	seguimos	adelante”.	La
mayoría	 lo	 hace	 sin	 buscar	 ayuda	 para	 trabajar	 el	 tema	 del	 perdón	 y	 como
recuperar	la	confianza.
Una	infidelidad	es	algo	muy	serio	que	afecta	mucho	la	vida	de	pareja	y	debe	ser
tratado	 y	 trabajado	 a	 profundidad.	 Como	 ya	 se	 ha	 dicho,	 son	 dos	 los	 caminos	 a
seguir.	El	que	ha	sido	infiel	y	quiere	restaurar	su	relación	debe	comprometerse	en
ganar	el	respeto	y	la	credibilidad	del	otro	mientras	el	engañado	o	la	engañada	debe
entrar	en	el	proceso	de	perdonar.	Al	mismo	tiempo	los	dos	deben	trabajar	en	todo
aquello	 que	 les	 separaba	 emocionalmente	 antes	 de	 la	 infidelidad.	 Si	 la	 primera
infidelidad	se	trabaja	bien,	puede	generar	un	matrimonio	mucho	más	sano,	que	sabe
enfrentar	 sus	 problemas	 de	 una	 forma	 más	 adecuada.	 Las	 reconciliaciones	 y
restauraciones	 son	 posibles	 si	 ambas	 partes	 la	 quieren	 y	 trabajan	 duro	 en	 los
siguientes	aspectos:
EL	o	LA	INFIEL EL	o	LAENGAÑADA	(O)
Arrepentimiento
verdadero.
Renunciar	 a	 la	relación
extramarital	y	todo	aquello
que	 le	 conecte	 con	 esa
persona.
Compromiso	 con	 la
verdad
Decisión	 y
compromiso	a	entrar	en	el
proceso	 del	 perdón
verdadero.
Compromiso	a	cambiar
hábitos	 y	 actitudes	 que	 le
distancian	de	su	cónyuge.
Compromiso	 a
c a m b i a r	hábitos	 y
actitudes	que	le	distancian
de	su	cónyuge.
Decisión	 de	 ganar	 la
confianza	y	el	respeto.
Colaborar	 en	 la
recuperación	 emocional
de	su	cónyuge.
Colaborar	 en	 su	propia
recuperación,	 asumiendo
un	 papel	 activo	 y	 luchar
por	no	quedar	atrapada(o)
en	un	rol	de	víctima.
	
	
La	aventura	romántica
En	este	tipo	de	infidelidad	la	persona	infiel	está	bastante	confundida,	pues	vive	la
locura	 temporal	 del	 enamoramiento	 y	 este,	 la	 mayoría	 de	 las	 veces	 tiene	 poca
relación	 con	 el	 amor	 auténtico.	 Es	 algo	 más	 relacionado	 con	 el	 romance	 o	 el
enamoramiento,	por	esto	es	necesario	explorar	un	poco	el	tema	del	amor.	La	Dra.
Helen	Fisher4,	 antropóloga,	 se	ha	dedicado	a	 estudiar	por	varios	 años	 a	personas
locamente	 enamoradas	 y	 sus	 descubrimientos	 son	muy	 interesantes,	 lo	 	 que	 ella	 ha
corroborado	es	 quizás	 algo	 que	 el	 sentido	 común	 sugiere;	 el	 amor	 y	 el
enamoramiento	son	dos	cosas	muy	diferentes.	Al	estudiar	a	las	personas	locamente
enamoradas	se	puede	observar	que	una	parte	del	cerebro,	aquella	parte	relacionada
con	 la	 recompensa	y	el	placer	 se	activa	 solo	con	pensar	en	el	 ser	amado	y	 libera
varias	sustancias	químicas	que	generan	estados	emocionales	alterados.
Uno	de	estos	químicos		es	la	dopamina,	un	neurotransmisor	que	está	asociado	al
placer	y	a	las	adicciones.	En	las	cantidades	correctas	la	dopamina	produce	energía
intensa	 y	 mucho	 entusiasmo,	 es	 por	 esto	 que	 en	 la	 etapa	 de	 enamoramiento	 dos
personas	 difícilmente	 se	 cansan	 de	 hablar	 y	 estar	 juntas.	 Es	 en	 esta	 etapa	 que	 	 es
posible		hacer	todo	por	el	otro	y	fácilmente	se	renuncia	a	muchas	cosas	con	tal	de
agradarle.	Se	pueden	viajar	largas	distancias	tan	sólo	para	ver	al	ser	amado	o	pasar
todo	 un	 día	 caminando	 juntos,	 y	 hasta	 permanecer	 despiertos	 toda	 una	 noche
hablando	por	teléfono.	En	esta	etapa	las	personas	tienden	a	no	ver	ningún	defecto	en
el	otro,	pues	todo	les	parece	perfecto	e	ideal.
Esto	 ocurre	 porque	 las	 áreas	 encargadas	 de	 realizar	 los	 juicios	 sociales,	 como
ver	lo	malo	de	la	otra	persona	también	están	afectadas	en	este	período.	Así	que	se
puede	decir	que	en	verdad	el	“amor	es	ciego”	o	mejor	dicho	“el	enamoramiento	es
ciego”.
Otro	químico	involucrado	en	el	enamoramiento	es	la	serotonina,	lo	interesante	de
ésta	es	que	fue	encontrada	en	un	40%	menos	en	las	personas	locamente	enamoradas
y	en	los	que	sufren	de	un	trastorno	emocional	llamado	TOC		(Trastorno	Obsesivo
compulsivo).	Todo	 esto	 llevó	 a	 los	 científicos	 a	 comparar	 el	 estado	de	 locamente
enamorado	 con	un	 trastorno	mental,	 es	 decir	 que	 cuando	 alguien	 está	 enamorado
también	 está	 “un	 poco	 loco”.	 Así	 que	 gracias	 a	 Dios	 el	 estado	 de	 “locamente
enamorado”	 termina	 luego	 de	 un	 tiempo,	 ya	 que	 el	 cerebro	 no	 aguantaría	 por
mucho	tiempo	este	desequilibrio	químico.	Si	el	enamoramiento	no	terminara	“todos
estaríamos	 enfermos	 de	 alguna	 forma”.	 Lo	 cierto	 es	 que	 este	 estado	 termina	 en
algún	momento	 dentro	 del	matrimonio	 y	 aún	dentro	 de	 una	 infidelidad.	 Por	 esto,
cuando	 el	 enamoramiento	 se	 acaba	 las	 dos	 personas	 empiezan	 a	 darse	 cuenta	 de
cosas	 que	 antes	 no	 veían	 y	 empiezan	 a	 percibir	 con	más	 claridad	 los	 defectos	 y
malos	hábitos	que	antes	parecían	no	existir.
Muchos	 matrimonios	 al	 experimentar	 el	 declive	 del	 enamoramiento,	 tienden	 a
pensar	 que	 el	 amor	 se	 acabó	 y	 que	 no	 queda	 nada	 entre	 ellos,	 entran	 en	 crisis	 y
muchos	pueden	hasta	divorciarse	 en	 esta	 etapa.	Toda	esta	 forma	de	pensar	 es	una
idea	errada	y	muy	occidental	acerca	del	amor,	y	esto	se	analizará	más	adelante.
En	el	caso	de	las	infidelidades	románticas,	después	de	que	el	infiel	pasa	esta	etapa
de	 “locamente	 enamorado”,	 termina	 estrellándose	 con	 la	 realidad	de	 que	 esa	 otra
persona	 tan	 ideal	ya	no	 lo	es	 tanto;	 las	emociones	ya	no	son	 tan	 fuertes	y	pueden
empezar	 las	peleas	y	 reclamos.	Es	común	que	muchos	 infieles,	 exceptuando	a	 los
infieles	recurrentes,	después	de	vivir	su	aventura	se	dan	cuenta	del	grave	error	que
han	 cometido	 y	 de	 todo	 lo	 que	 pueden	 perder	 o	 han	 perdido,	 entonces	 quieren
regresar	con	su	esposa	o	esposo	y	es	allí	donde	ambos	 tienen	que	valorar	 lo	que
quieren	hacer.	Se	deben	contestar	muy	honestamente	las	siguientes	preguntas:	¿Está
realmente	arrepentido	el	 infiel?¿Quiere	en	verdad	reconstruir	su	hogar?	¿Puede	la
persona	engañada	lidiar	con	el	tema	del	enamoramiento	del	otro?	¿Puede	perdonarle
esta	locura?	¿Cuánto	duró	esta	relación	y	que	consecuencias	ha	traído?
	Todas	estas	cosas	deben	ser	valoradas	por	los	dos,	pero	antes	de	continuar	con	el
tema	de	la	infidelidad	romántica	es	importante	profundizar	sobre	otra	cuestión,	qué
es	 el	 amor	 y	 en	 qué	 se	 diferencia	 del	 enamoramiento,	 tanto	 el	 infiel	 como	 el
engañado	deben	tomar	conciencia	de	esto	si	quieren	restaurar	su	relación	después
de	la	infidelidad,	deben	aprender	a	amarse,	respetarse	y	construir	algo	mucho	más
sólido	que	se	fundamenta	en	una	decisión.
Para	profundizar	en	el	tema	del	amor	es	necesario		tomar	distancia	del	concepto
de	amor	que	se	tiene	en	occidente,	para	esto	vamos	a	ir	a	un	idioma	muy	antiguo,	el
griego	 	 en	 el	 cual	 fue	 escrito	 parte	 de	 la	 Biblia,	 porque	 en	 este	 idioma	 existen
muchos	 verbos	 para	 traducir	 la	 palabra	amor	 como	 nosotros	 la	 conocemos.	 Los
griegos	tenían	más	de	diez	verbos	para	el	amor.	Uno	de	estos	es	el	“erao”	 (εραω)
que	es	un	amor	erótico.	De	esta	raíz	proviene	la	palabra	erótico	y	se	refiere	al	amor
pasional	o	sexual.	Luego	está	el	“fileo”(φιλεω)	que	es	un	amor	sentimental	y	tiene
que	ver	con	las	emociones,	es	el	deseo	de	estar	con	el	otro	y	disfrutar	de	él	o	ella.	Si
observamos	bien	éstas	definiciones	se	puede	decir	que	estas	coinciden	con	el	amor
romántico	de	occidente,	o	enamoramiento,	pues	cuando	dos	personas	sienten	todo
esto	es	cuando	afirman	amar	al	otro	y	dicen;	“estoy	profundamente	enamorado	de
él	o	ella”,	sin	embargo,	el	problema	con	estos	dos	amores	es	que	dependen	de	las
circunstancias	y	de	los	sentimientos,	es	decir,	son	variables	o	inestables.		Son	como
una	onda	que	sube	y	baja,	si	estas	circunstancias	son	favorables,	puede	estar	en	su
nivel	más	 alto,	 pero	 cuando	 vienen	 las	 enfermedades,	 problemas	 y	 crisis	 pueden
llegar	a	tocar	fondo,	es	en	ese	momento	cuando	las	personas	piensan	que	el	amor	se
acabó.
Pero	en	el	griego	existe	otro	verbo	para	amar,	el	agapao	(αγαπαω),	y	éste	es	muy
distinto	al	amor	eros	y	filos,	este	amor	no	depende	de	 las	circunstancias	ni	de	 las
emociones,	 es	 un	 amor	 que	 involucra	 la	 voluntad.	 Según	Bonilla,	 en	 griego	 este
verbo	está		compuesto		por		dos		raíces		αγ	(ag)	que	significa	YO	y	el	απαω	(apao)
que	 significa	 MUERO(2002,	 p.	 8),	 así	 que	 este	 amor	 conlleva	 el	 significado	 de
“sacrificar	al	yo”,	“desacomodar	el	yo”,	“dejar	de	ser”	por	el	bien	del	otro,	por	esto
es	que	es	también	conocido	como	el	amor	de	Dios.	Este	amor	es	estable,	no	varía,
no	 es	 como	 una	 onda	 que	 sube	 y	 baja.	 Podemos	 decir	 que	 es	 un	 amor	 que
permanece	 en	 el	 tiempo	 porque	 depende	 de	 una	 decisión	 y	 de	 la	 voluntad	 de	 la
persona.
Lo	interesante	es	que	en	el	griego	del	Nuevo	Testamento,	esta	clase	de	amor	es	la
que	se	pide		a	los	esposos	que	deben	tener	hacia	sus	esposas.	Lograr	tener	el	amor
ágape	en	la	relación	de	pareja	es	pues,	tener	un	amor	más	estable	que	involucra	la
decisión	de	compartir	la	vida	con	alguien,	y	ser	capaz	de	morir	a	todo	aquello	que
hace	daño	a	 la	relación.	 Implica	cambiar	 todo	aquello	del	carácter	o	actitudes	que
dañan	al	otro,	conlleva	morir	al	egoísmo	y	al	deseo	de	 la	 satisfacción	personal	a
costa	 de	 la	 de	 los	 demás,	 es	 desacomodarse	 para	 dar	 al	 otro	 bienestar	 y	 valor.
Cuando	esto	está	presente	en	una	relación	y	es	bilateral,	el	amor	ágape	hace	que	el
amor	eros	y	filos	se	mantenga	o	renazcan	para	que	permanezcan	en	el	tiempo.
Como	lo	muestra	la	siguiente	pirámide,	todos	estos	amores	deben	estar	presentes
en	 el	 matrimonio,	 pero	 el	 que	 está	 en	 la	 base	 –	 agapao	 -	 es	 el	 más	 importante
porque	es	el	que	sostiene	a	los	otros	dos.
En	la	película	clásica	“El	violinista	en	el	 tejado”,	ambientada	al	 inicio	del	siglo
XX	y	en	una	pequeña	comunidad	 judía	en	Rusia,	se	describe	muy	bien	este	amor.	
Hay	una	escena	muy	particular	en	 la	que	se	narra	el	diálogo	de	un	esposo	con	su
esposa,	después	de	25	años	de	matrimonio.	Él	 le	pregunta	a	ella	si	 lo	ama,	ella	se
siente	sorprendida	e	incómoda	con	la	pregunta	y	evade	dar	una	respuesta,	él	insiste
y	 ella	 le	 responde	 evasivamente	 argumentándole	 que	 los	 años	 convividos	 y	 las
experiencias	buenas	y	malas	compartidas	son	la	evidencia	del	amor.	Él	le	recuerda	a
ella	que	se	conocieron	el	día	de	la	boda	y	que	ambos	estaban	nerviosos	y	asustados,
pero	sus	padres	les	dieron	un	consejo	ese	día:“que	aprendieran	a	amarse”.	Este	es
un	 concepto	 difícil	 de	 entender	 desde	 la	 perspectiva	 occidental,	 pues	 está	 muy
interiorizado	que	el	amor	es	algo	que	se	siente,	no	que	se	aprende.
El	amor	ágape	es	el	amor	que	se	aprende,	se	cultiva	y	se	disfruta	porque	alimenta
a	 los	 otros	 amores:	 la	 pasión	 y	 el	 sentimiento.	 Todo	 matrimonio	 que	 quiere
permanecer	 en	 el	 tiempo	 debe	 tener	 presente	 este	 amor,	 debe	 cultivarlo	 y	 estar
conscientes	 de	 	 que	 ambos	 cónyuges	 se	 han	 elegido	 libremente.	 Es	 una	 decisión
permanecer	juntos	y	construir	mutuamente	una	vida	con	amor,	respeto	y	valoración.
Cuando	una	infidelidad	o	aventura	romántica	es	descubierta	pueden	pasar	muchas
cosas;	una	es	que	el	infiel	o	la	infiel	declare	su	“amor”	por	el	otro(a)	y	se	vaya	de
casa,	 pero	 cuando	 se	 le	 pase	 la	 etapa	 de	 “locamente	 enamorado”,	 la	 mayoría
	 quieren	 regresar	 con	 su	 cónyuge	 y	 restaurar	 la	 relación.	 Como	 se	 dijo	 antes,
pueden	 estar	 realmente	 arrepentidos	 de	 lo	 que	 han	 hecho	 y	 harían	 cualquier	 cosa
por	restaurar	su	matrimonio	y	recuperar	el	amor	de	su	cónyuge.	En	estos	casos	si	la
persona	 engañada	 está	 dispuesta	 a	 darle	 una	 oportunidad,	 debe	 evaluar	 si	 puede
perdonar	 y	 distinguir	 entre	 el	 enamoramiento	 y	 el	 amor	 autentico	 que	 pueden
construir	juntos.	Si	da	esta	oportunidad	se	requiere	de	todos	los	pasos	que	fueron	ya
descritos	 en	 la	 infidelidad	 accidental	 y	 que	 veremos	 más	 adelante	 en	 todo	 su
proceso.
Si	la	persona	infiel	no	muestra	arrepentimiento	es	probable	que	se	quede	con	la
persona	con	la	que	fue	infiel	y	quizás	más	adelante	repita	la	misma	historia	con	otra
persona	que	toque	a	su	corazón	y	le	“haga	sentir	que	su	corazón	palpita	de	nuevo
por	 el	 amor”.	 	 Muchas	 personas	 piensan	 y	 viven	 así,	 creyendo	 solo	 en	 el
enamoramiento	y	no	en	el	amor	verdadero.	Si	este	es	el	caso,	difícilmente	se	pude
lograr	una	reconciliación,	pues	estas	personas	andan	buscando	algo	que	no	existe.
Quizás	 tienen	 una	 adicción	 a	 los	 químicos	 que	 el	 enamoramiento	 produce,	 pero
como	ya	 se	 explicó,	 este	 siempre	 llega	a	 su	 fin.	Como	dice	 el	dicho	popular:“las
vacas	siempre	ven	el	pasto	más	verde	del	otro	lado	de	la	cerca”.	El	problema	es
que	 cuando	 están	 del	 otro	 lado	 ven	 lo	mismo	 y	 desean	 regresar	 o	 irse	 para	 otro
lado,	 esto	 es	 muestra	 de	 inmadurez	 y	 egoísmo,	 así	 que	 quien	 convive	 con	 una
persona	así,	debe	pensar	muy	bien	si	esto	es	lo	que	desea	para	el	resto	de	su	vida.
Sugerimos	 a	 la	 pareja	 hacer	 juntos	 el	 siguiente	 ejercicio,	 que	 les	 ayudará	 a
valorar	como	están	en	relación	de	su	amor:
De	uno	a	diez	califique	estos	amores	en	su	matrimonio,	siendo	1	muy	mal	y	10
muy	bien.
¿Qué	pueden	ver	 al	 hacer	 este	 ejercicio?	Quizás	 el	 “eros”	y	 el	 “filos”	 estén	 en
niveles	muy	bajos,	pero	el	que	realmente	cuenta	en	el	deseo	de	restaurar	la	relación
es	 el	 “ágape”.	 Recuerde	 el	 amor	 ágape	 es	 la	 decisión	 de	 permanecer	 con	 esa
persona	y	luchar	por	construir	una	buena	y	sana	relación	y	para	aprender	a	amarla
o	 amarlo,	 cambiando	 todo	 lo	 que	 tienen	 que	 cambiar	 y	 muriendo	 a	 todo	 lo	 que
tengan	 que	morir	 por	 el	 bien	 del	 otro	 y	 de	 su	 hogar.	 El	 valor	 que	 ambos	 le	 den
determina	la	posibilidad	de	la	restauración.	Si	el	resultado	en	el	ágape,	está	entre	el
6	 y	 el	 10,	 está	 mostrando	 que	 tiene	 el	 deseo	 y	 la	 decisión	 de	 trabajar	 duro	 por
reconstruir	la	relación.
	
Las	infidelidades	recurrentes
Estas	quizás	son	las	más	difíciles	y	complicadas	pues	han	pasado	más	de	una	vez,
casi	siempre	sin	un	proceso	de	restauración.	Lo	que	ha	ocurrido	es	que	el	engañado
o	 engañada	 ha	 dado	 su	 “perdón	 y	 olvido”	 del	 incidente	 sin	 trabajar	 en	 él,	 luego
ocurre	 una	 vez	 tras	 otra,	 y	 lo	 más	 seguro	 es	 que	 no	 se	 ha	 trabajado	 la	 primera
infidelidad,	ni	la	segunda,	ni	la	tercera.
Así	se	pueden	encontrar	parejas	en	terapia	familiar	con	20	años	de	casados	pero
llenos	de	 resentimientos,	enojos	y	enfrentando	una	 infidelidad	más.	Aquí	 tenemos
una	 gran	 luz	 roja	 que	 nos	 indica	 peligro,	 pues	 estos	 infieles	 son	 conquistadores
empedernidos	y	generalmente	son	hombres,	pocas	mujeres	son	infieles	recurrentes
pero	 siempre	 es	 posible	 encontrar	 algunos	 casos	 de	 mujeres	 que	 traicionan
reiteradamente	a	sus	cónyuges.
Los	 infieles	 recurrentes	 pueden	 creer	 que	 es	 una	 locura	 desperdiciar	 una
oportunidad	 cuando	 hay	 una	 persona	 disponible	 y	 que	 gusta	 de	 ellos.	 También
pueden	necesitar	el	ser	conquistadores	para	alimentar	su	ego	y	su	autoestima.
Generalmente	las	emociones	no	están	involucradas	en	estas	infidelidades,	pues	lo
que	importa	es	lograr	la	satisfacción	de	conquistar	o	serconquistado	y	el	placer	de
la	 relación	 sexual.	 Se	 puede	 decir	 que	 estamos	 ante	 un	 comportamiento	 cien	 por
ciento	machista,	pues	conquistar	es	un	hábito;	algo	de	machos.	Estos	infieles	tienen
la	necesidad	de	sentir	que	son	ellos	los	que	dominan	la	relación	de	pareja	y	por	esto
no	 les	 parece	 en	 nada	 raro	 que	 su	 esposa	 deba	 aguantar	 estas	 infidelidades
recurrentes.
Algunos	pueden	hasta	sentirse	sorprendidos	de	que	sus	esposas	 les	 reclamen	su
estilo	de	vida,	pues	piensan	que	“todos	los	hombres	lo	hacen”.	Según	ellos,	dejar	de
ser	infieles	para	estos	amantes	recurrentes	es	como	someterse	a	la	voluntad	de	una
mujer,	y	esto	resulta	ser	algo	inaceptable	desde	sus	perspectivas	machistas.
Otros	 conquistadores	 recurrentes	pueden	 ser	menos	descarados	 en	 su	 forma	de
pensar,	quizás		pueden	mostrarse	arrepentidos	después	de	ser	“pillados”	y	prometer
el	cielo	y	la	tierra,	jurando	no	volverlo	a	hacer	nunca	más.	Es	posible	que	muchos
de	ellos	en	verdad	no	desean	hacerlo	más,	pero	sus	convicciones	e	ideas	frente	a	la
fidelidad	son	muy	frágiles	como	para	lograr	un	cambio,	además	han	aprendido	de
su	 esposa	 que	 es	 fácil	 obtener	 el	 perdón	 y	 el	 olvido,	 al	menos	 hasta	 la	 próxima
infidelidad.
Es	muy	difícil	 que	un	 conquistador	 cambie,	 pues	 el	 arrepentimiento	no	 es	 algo
serio	en	ellos,	es	percibido	más	como	un	dolor	por	haber	sido	descubiertos	y	todo
el	malestar	que	esto	le	implica	a	él	más	que	a	su	esposa	e	hijos.	La	mayoría	no	son
conscientes	del	dolor	que	causan	o	lo	ignoran	con	gran	facilidad.	Es	por	esto	que	en
estos	casos	hay	que	hablar	de	una	luz	roja,	pues	un	conquistador	está	acostumbrado
a	ser	perdonado	fácilmente	y	seguir	adelante.	Se	puede	decir	que	en	estos	casos	hay
una	responsabilidad	compartida	con	el	cónyuge	engañado,	pues	éste	no	ha	podido
poner	un	alto,	ni	límites	sanos	cuando	perdonó	por	primera	vez,	la	mayoría	de	las
veces	 el	 conquistador	 empedernido	 no	 valora	 ni	 aprecia	 un	 perdón	 otorgado	 tan
fácilmente.
En	estos	casos,	la	esperanza	de	cambio	existe	más	en	la	persona	engañada	que	en
el	 infiel,	 ya	que	 es	 esta	quien	debe	 tomar	decisiones	muy	 serias	y	 radicales	 si	 no
quiere	seguir	más	en	este	patrón	de	vida	que	involucra	las	infidelidades	recurrentes;
debe	ponerse	firme	y	decir	¡basta,	ya	no	más!	Al	hacer	esto,	hay	dos	posibilidades
para	 las	cuales	 la	persona	engañada	debe	estar	bien	preparada.	La	primera	opción
no	es	tan	buena,	puede	ocurrir	que	el	infiel	se	vaya	y	le	deje	argumentando	que	está
cansado	de	que	usted	sea	una	loca	celosa	y	controladora.	Esta	posibilidad	es	quizás
una	de	 las	más	 altas;	 pero	 si	 usted	 está	 firme	y	 en	verdad	 está	 cansada(o)	de	 esta
vida	 debe	 prepararse	 para	 planificar	 su	 vida	 sola	 o	 solo,	 dejarle	 ir	 a	 vivir	 sus
aventuras	sin	fin	y	que	sea	otra	u	otro	el	que	aguante	este	sufrimiento.
Una	segunda	opción,	más	escasa,	es	que	la	persona	infiel	al	ver	la	firmeza	de	su
cónyuge		y	todo	lo	que	puede	perder,	decida	revalorar	su	vida	y	cambiar.	Quizás	se
vaya	de	casa	pero	regrese	arrepentido,	pero	quizás	esto	lo	ha	hecho	muchas	veces
antes	 ¿Cómo	 creerle?	 El	 error	 de	 la	 mayoría	 de	 las	 mujeres	 es	 recibirles
inmediatamente,	 dejándose	 convencer	 con	 sus	 lindas	 palabras	 (recuerde	 que	 un
conquistador	 sabe	 que	 decir)	 pero	 usted	 debe	 tener	 claro	 que	 regresar	 con	 él	 sin
comprobar	su	cambio	es	un	grave	error.	El	infiel	debe	primero	ir	a	buscar	ayuda,	él
tiene	 un	 problema	 grave,	 podemos	 decir	 que	 necesita	 de	 algo	 así	 como	 “infieles
anónimos”	para	vencer	su	adicción	a	las	conquistas	o	relaciones	extramaritales.	Una
persona	así	debe	indagar	qué	es	lo	que	en	su	forma	de	pensar	está	mal	y	debe	ser
cambiado	urgentemente,	sin	embargo,	se	requiere	de	alguien	que	le	ayude,	así	que
este	tipo	de	personas	deben	ir	con	un	consejero,	psicólogo	o	terapeuta	familiar	para
poder	 cambiar	 sus	 hábitos,	 formas	 de	 pensar	 y	 actuar,	 reconocerse	 a	 sí	mismo	 e
identificar	cuáles	son	los	valores	y	prioridades	que	rigen	su	vida.
Las	 personas	 infieles	 recurrentes	 tienen	 mucho	 que	 perder	 cuando	 deciden
cambiar	 su	 patrón	 de	 vida.	 	 Para	 que	 la	 transformación	 sea	 posible,	 ellos	 deben
cambiar		de	amigos,	lugares	frecuentados	y	situaciones	que	los	hacen	vulnerables,
es	por	esto	que	muchos	de	ellos	no	están	dispuestos	a	cambiar.	Estos	conquistadores
necesitan	 urgentemente	 de	 una	 persona	 a	 quien	 rendirle	 cuentas,	 a	 quien	 llamar
cuando	la	tentación	de	la	infidelidad	les	acecha.	Esta	debe	ser	una	persona	madura
que	 le	 conozca	 y	 le	 respete,	 pero	 que	 también	 sea	 firme	 con	 él	 en	 esto	 de	 la
infidelidad	 y	 que	 no	 comparta	 su	 idea	 de	 que	 ser	 infiel	 es	 normal.	 Necesita	 de
alguien	que	tenga	en	gran	estima	la	fidelidad	y	le	pueda	animar	a	seguir	adelante	en
dejar	 sus	malos	hábitos.	Puede	 ser	un	amigo,	quizás	una	persona	cristiana	que	ha
dejado	este	estilo	de	vida.	En	consultas	terapéuticas	se	ha	podido	ver	que	funciona
muy	bien	la	idea	de	“un	mentor	o	hermano	mayor”.
Cuando	una	esposa(o)	de	un(a)	infiel	recurrente	decide	decir	no	más,	debe	estar
consciente	de	 lo	que	puede	pasar,	y	preguntarse	si	está	preparada(o)	para	ello.	Lo
más	 seguro	 es	 que	 usted	 como	 cónyuge	 	 engañado	 necesita	 también	 ayuda
terapéutica,	 pues	hay	que	 trabajar	 su	problema	de	 límites:	 ¿Por	qué	no	ha	podido
decir	 basta	 a	 esta	 relación	 dañina?	 ¿Qué	 es	 lo	 que	 le	 impide	 vivir	 su	 vida	 y
valorarse	más?	Se	sugiere	meditar	en	el	siguiente	poema:
	
“El	amor	que	tú	sientes	por	mí,	depende	totalmente	del	amor	que	yo	siento	por
mí”5
	
	
¿Cómo	interpreta	usted	este	poema?	Lo	que	esta	persona	quiere	decir	es	que	los
otros	 nos	 aman,	 valoran	 y	 respetan	 en	 la	 medida	 que	 nosotros	 nos	 amamos,
valoramos	y	 respetamos;	por	decir	algo,	en	una	escala	de	uno	a	cien;	¿Cuánto	 se
ama,	valora	y	 respeta	usted	misma(o)?	 teniendo	en	mente	que	amarse	y	valorarse
implica	cuidarse,	tratarse	bien,	y	no	permitir	que	otros	nos	hagan	daño,	maltraten	o
insulten.	Sentirse	bien	consigo	mismo(a)y	ser	capaz	de	hacer	las	cosas	bien.	Si	usted
se	autoevalúa	en	esta	escala	y	dice,	bueno	yo	creo	que	me	amo	un	diez,	es	probable
que	su	esposo	le	amará	en	esa	medida	también,	si	alguien	dice	yo	me	valoro	en	un
noventa,	es	probable	que	su	cónyuge	también	lo	hará	a	ese	nivel.
“Lo	que	experimentamos	y	 creemos	de	nosotros	mismos	 influye	en	como	 los
otros	nos	ven	o	 tratan”.	 Si	 su	 cónyuge	 le	 ha	 sido	 infiel	 reiteradamente	usted	 es
parte	del	problema.	Tal	vez,	usted	no	puede	decir	“NO”,	lo	cual	es	un	problema	de
límites	 y	 de	 dependencia	 emocional	 que	 involucra	 a	 su	 autoestima	 y	 valoración.
Esto	 implica	 que	 usted	 también	 debe	 trabajar	 su	 parte,	 debe	 aprender	 a	 vivir	 con
usted	misma(o).	Muchas	veces	se	confunde	el	perdón	con	el	hecho	de	convivir	con
la	 persona	 o	 restaurar	 la	 relación	 a	 como	 estaba	 antes,	 es	 necesario	 decir	 que	 el
perdón	no	siempre	equivale	a	vivir	 con	 la	persona	 infiel,	 se	puede	perdonar	para
ser	 libre	de	una	 relación	 enferma,	 estar	 libre,	 dejarle	 ir	 y	poder	vivir	 en	paz,	 sin
tener	que	estar	al	lado	de	esa	persona	que	no	valora	lo	que	es	una	relación	de	pareja
estable.	“Perdone,	pero	proteja	 su	corazón	hasta	ver	un	cambio	permanente	y
prolongado”6	 es	 un	 buen	 consejo	 de	 un	 libro	 que	 recomiendo	 leer	 para	 todos
aquellos	y	aquellas	que	están	involucrados	con	conquistadores.
En	estos	casos	se	sugiere	al	cónyuge	del	infiel,	mirar	hacia	el	futuro	y	hacerse	las
siguientes	preguntas:
	
-	 	 	 	 	 	 	 	 	 	¿Cuántos	más	años	de	su	vida	le	quiere	dedicar	a	esta	persona	que	no	quiere
cambiar	su	estilo	de	vida?
-										¿Qué	es	lo	que	más	le	impide	salir	de	una	relación	que	le	hace	daño?
-										¿Qué	otras	personas	más	se	ven	afectadas	con	su	falta	de	firmeza	y	el	no	saber
poner	límites?
-										¿Qué	cosas	ha	perdido	en	todos	estos	años	de	aguantar	infidelidades?
-										¿De	seguir	así,	como	será	su	vida	en	unos	cinco	o	diez	años	más?
	
Si	usted	decide	decir	 ¡basta,no	más!	y	arriesgarse	a	 la	 posibilidad	 de	 perder	 a	 su
cónyuge,	le	animamos	a	vivir	el	proceso	del	perdón	que	se	encuentra	en	este	mismo
libro,	pero	hágalo	pensando	en	usted	y	en	la	necesidad	de	ser	libre,	no	pensando	en
ganar	 o	 conquistar	 al	 conquistador.	 Debe	 dejarle	 libre	 para	 que	 elija	 la	 vida	 que
quiera	tener,	recuerde	nadie	cambia	a	nadie,	“solo	podemos	cambiarnos	a	nosotros
mismos”.	Es	recomendable	que	usted	busque	la	ayuda	de	un	especialista	o	consejero
que	le	ayude	a	trabajar	varias	cosas	como:	su	historia	personal	y	analizar	por	qué
no	 puede	 poner	 límite	 a	 un	 abusador.	 Trabajar	 su	 autoestima	 y	 crecer	 como
persona,	y	aprender	a	vivir	sin	la	dependencia	de	una	relación	de	manera	que	pueda
manejar	la	soledad.
Si	usted	siente	que	no	puede	decir	no	a	su	cónyuge,	 también	sería	bueno	buscar
ayuda	 profesional,	 pues	 pueden	 existir	 muchas	 razones	 por	 las	 cuales	 usted	 no
quiere,	 o	 no	 puede	 poner	 límites	 a	 su	 esposo	 o	 esposa.	Es	 bueno	 que	 usted	 tome
conciencia	de	ellas,	una	de	 las	razones	más	fuertes	es	el	miedo	a	 la	soledad,	pero
vivir	 con	 un	 conquistador	 es	 vivir	 en	 soledad,	 ya	 que	 es	 difícil	 tener	 una
comunicación	íntima	con	alguien	que	tiene	que	estar	ocultando	cosas	y	que	piensa
en	él	y	sus	necesidades	primero	que	en	las	de	su	familia.	Usted	decide	lo	que	quiere
hacer,	si	decide	seguir	con	el	infiel	recurrente	debe	entender	que	no	es	una	víctima,
porque	usted	decide	quedarse	dentro	de	esa	relación;	y	debe	también	tener	en	cuenta
que	su	cónyuge	sabe	de	su	dependencia	emocional	y	puede	llegar	a	abusar	de	esta.
En	cierta	forma	esto	le	asegura	a	él	o	ella	la	libertad	de	poder	hacer	lo	que	quiera
porque	siempre	tendrá	a	alguien	que	le	espere	en	casa.	Por	lo	tanto,	si	su	decisión	es
permanecer	 al	 lado	del	 conquistador,	 usted	debe	 asumir	 esa	 responsabilidad	y	 las
consecuencias	de	esta	decisión,	tanto	en	usted	como	en	la	vida	de	los	que	le	rodean.
Infidelidades	con	consecuencias	extras
Las	 infidelidades	 con	 consecuencias	 extras	 son	 las	 más	 complejas
emocionalmente	hablando.	Estas	ocurren	cuando	a	raíz	de	la	infidelidad	hay	un	hijo
de	por	medio	o	la	infidelidad	ha	ocurrido	con	un	familiar	de	la	persona	engañada,
por	ejemplo	con	una	hermana(o)	o	una	prima(o),	un	cuñado(a)	lo	que	hace	que	las
cosas	se	compliquen	aún	más.
Una	cosa	es	superar	un	engaño	del	pasado	que	no	tiene	una	consecuencia	como
un	hijo	y	otra	es	tratar	de	perdonar	un	engaño	que	tiene	una	consecuencia	visible	y
que	no	va	a	desaparecer	con	el	tiempo.	Cuando	hay	un	hijo	a	raíz	de	la	infidelidad,
se	generan	muchos	 sentimientos	y	angustias	que	 tratar,	pues	 siendo	verdad	que	el
bebé	no	es	responsable	de	lo	que	los	adultos	decidieron,	está	en	medio	de	un	mar	de
culpas	 y	 sufrimiento.	 La	 persona	 engañada	 deberá	 considerar	 todo	 esto,	 pues	 a
partir	del	nacimiento	del	hijo	quedará	establecido	un	vínculo	de	por	vida.	¿En	qué
grado	será	este	vínculo?	Dependerá	de	muchos	factores	y	lealtades,	pues	cada	caso
es	 único.	 Por	 esto	 en	 situaciones	 así,	 se	 hace	 necesario	 más	 que	 nunca	 el
asesoramiento	 de	 un	 profesional,	 quien	 	 sea	 un	 medio	 para	 aclarar	 emociones,
pensamientos	 y	 decisiones.	 Si	 la	 decisión	 es	 seguir	 adelante,	 la	 pareja	 deberá
negociar	 como	 se	 llevará	 a	 cabo	 la	 relación	 con	 el	 nuevo	 hijo	 y	 la	 forma	 de
acercamiento	a	la	madre	o	padre	de	éste.	Las	cosas	pueden	empeorar	mucho	más	si
la	pareja	no	tiene	hijos	y	el	niño(a)	de	la	infidelidad	es	el	primer	hijo	del	infiel	o	la
infiel.
Por	otro	lado,	cuando	las	infidelidades	ocurren	con	personas	muy	cercanas	a	la
persona	engañada,	el	dolor	es	mucho	más	grande	pues	 la	 traición	es	doble,	 la	del
cónyuge	y	 la	del	 familiar	cercano	y	muchas	veces	muy	querido.	Estas	 situaciones
son	unas	de	las	más	complejas,	ponen	al	engañado	entre	la	espada	y	la	pared,	ya	que
sus	 lealtades	 quedan	 divididas,	 el	 camino	 del	 perdón	 se	 hace	 más	 complejo	 y
doloroso.
¿Qué	hacer	en	estos	casos?	Como	no	hay	recetas	para	los	otros	tipos	de	infidelidad,
cada	caso	es	único	y	depende	de	lo	que	las	personas	quieran	y	decidan	hacer,	tampoco
hay	 una	 receta	 para	 estas	 situaciones	 tan	 complejas.	 En	 estos	 casos	 es	 necesario	 la
intervención	de	un	profesional	que	ayude	tanto	al	infiel	como	al	engañado	a	aclarar	sus
pensamientos	y	sentimientos	a	fin	de	poder	decidir	qué	es	lo	mejor	para	sus	vidas.
Las	infidelidades	cibernéticas	o	emocionales
Estas	son	las	infidelidades	en	las	cuales	no	ha	habido	una	relación	sexual	física,
pero	 sí,	 una	 relación	 emocional	 a	 través	 del	 internet	 o	 de	 charlas	 presenciales	 y
ocasionales	 con	 la	 persona.	 En	 estos	 casos	 se	 puede	 hablar	 de	 una	 infidelidad
emocional,	pues	se	comparte	con	esa	persona	pensamientos	muy	íntimos,	algunos
solo	 son	 información	 acerca	 de	 las	 cosas	 cotidianas,	 preocupaciones,	 o	 de	 los
problemas	que	se	tienen	en	el	matrimonio	y	otros	son	frases	o	acciones	implícitas	o
explícitas	que	llevan	a	la	excitación	sexual.
Cuando	esto	pasa,	la	persona	involucrada		empieza		a		ocultar	información		a		su	
cónyuge,	 	por	ejemplo	no	dirá	que	almorzó	con	esa	persona,	saldrá	de	 la	ventana
del	internet	cuando	uno	de	sus	hijos	o	esposa(o)	entre	a	la	oficina	y	dedicará	más	y
más	tiempo	a	la	computadora.	La	infidelidad	emocional	puede	ser	muy	devastadora
para	 un	 matrimonio,	 pues	 esto	 les	 aleja	 como	 pareja.	 Se	 da	 la	 deshonestidad	 y
cuando	 esto	 sale	 a	 la	 luz	 igual	 crea	 un	 problema	 muy	 grave:	 la	 perdida	 de	 la
confianza	y	el	dolor	de	no	saberse	único	y	suficiente	en	la	vida	del	otro.
Cuando	 este	 tipo	 de	 infidelidad	 emocional	 se	 da,	 la	 persona	 que	 ha	 estado
coqueteando	 le	cuesta	aceptar	que	esto	 también	es	 ser	en	cierta	 forma	 infiel,	pues
cuando	la	intimidad	emocional	y	la	confianza,	es	más	compartida	con	otra	persona
que	con	el	respectivo	cónyuge,	se	está	siendo	infiel.
Si	el	de	la	aventura	comprende	el	peligro	en	el	cual	ha	puesto	su	hogar,	pone	un
alto	y	se	arrepiente	es	necesario	 trabajar	en	pareja	 todo	aquello	que	sea	necesario
para	 recobrar	 la	 confianza,	 perdonar	 y	 en	 especial	 hacer	 una
evaluación	de	 la	 relación	de	 pareja	 y	 todo	 aquello	 que	 les	 ha
estado	 distanciando	 emocionalmente.	 Están	 a	 tiempo	 de	 hacer
los	cambios	necesarios	en	la	relación	de	pareja	y	en	la	forma
de	 ser	 de	 cada	 uno	 para	 cultivar	 una	 relación	más	 cercana	 y
profunda.	Deben	ver	este	acontecimiento	como	una	llamada	de
atención	 o	 luz	 roja	 sobre	 su	 matrimonio,	 para	 cuidarlo	 y
cultivarlo.
Evaluar	cual	es	su	caso	y	decidir	que	hacer
¿Cuál	es	la	situación	a	la	que	usted	se	enfrenta?	¿Quizás	usted	ha	sido	el	infiel,	y
puede	identificar	qué	tipo	de	infidelidad	es	la	que	usted	cometió?	Y	lo	que	es	más
importante	 ¿Qué	 quiere	 hacer?	 Si	 Ud.	 ha	 sido	 infiel	 y	 su	 deseo	 es	 restaurar	 su
matrimonio	le	sugerimos	ir	al	capítulo	de	ganar	la	confianza	y	la	credibilidad.	Allí
usted	encontrará	una	serie	de	pasos	que	le	ayudarán	a	direccionar	este	proceso.	No
será	fácil,	pero	si	usted	se	compromete	a	cambiar,	y	su	cónyuge	ha	decidido	darle
una	oportunidad,	las	posibilidades	de	restaurar	su	matrimonio	son	muy	altas.
Si	 usted	 ha	 sido	 la	 persona	 engañada	 igual	 debe	 valorar	 la	 situación	 actual
después	de	ver	los	tipos	de	infidelidades.	¿Cuál	es	su	caso?	¿Muestra	su	cónyuge	un
arrepentimiento	que	parece	honesto?	 ¿Quiere	darle	una	oportunidad?	Si	 es	 así,	 le
animamos	a	compartir	con	él	o	ella	este	libro,	usted	debe	ir	al	capítulo	de	perdonar
y	 su	 cónyuge	 al	 capítulo	 de	 ganar	 la	 confianza.	 Cualquiera	 sea	 su	 decisión	 le
recomendamos	vivir	el	proceso	del	perdón	sea	con	su	cónyuge	o	no.	Usted	merece
estar	sano(a)	y	perdonar	algo	que	de	 lo	contrario	 le	afectará	su	vida	emocional	y
física.	 No	 se	 quede	 anclada	 o	 anclado	 en	 el	 pasado,	 tome	 la	 decisión	 de	 seguir
adelante	y	vivir	de	una	mejor	manera.
	
3.							Esquema	descrito	por	el	Dr.	Giovanni	Toscano	en	la	Maestría	en	Intervención,
Asesoramiento	y	TerapiaFamiliar	Sistémica.
4.	 	 	 	 	 	 	National	Geographic.	Febrero	2006.	Últimos	hallazgos	sobre	la	química	del
amor.
5.							Poema	del	libro	“Amate	a	ti	mismo”	de	Walter	Trobisch.
6.							Dres.	Herry	Cloud	y	John	Townsend.	Límites.	Ed.	Vida.
	
	
CAPITULO	III
	
El	camino	de	perdonar
y	sanar
	
“¿Queréis	ser	felices	un	instante?	Vengaos,
¿Queréis	ser	felices	siempre?	Perdonad”
Henri	Lacordaire
	
Antes	de	entrar	a	ver	los	pasos	del	perdón	es	muy	importante	aclarar	varias	cosas
acerca	 de	 éste,	 pues	 hay	muchas	 ideas	 erróneas	 acerca	 de	 este	 tema.	 También	 es
importante	 explorar	 sobre	 las	 deudas	 emocionales,	 que	 son	 las	 heridas	 más
profundas	y	las	que	más	requieren	del	perdón.	Una	herida	del	alma	es	aquella	que
genera	 un	 dolor	 muy	 profundo.	 Se	 le	 puede	 catalogar	 como	 un	 dolor	 espiritual
porque	 toca	 lo	más	 íntimo	del	ser,	ataca	 la	dignidad	y	 la	 identidad,	pone	a	prueba
todas	las	creencias,	sueños	y	anhelos	de	una	persona.
Una	infidelidad	es	una	herida	del	alma	y	toda	herida	del	alma	genera	una	deuda
emocional.	 ¿Qué	 es	 una	 deuda	 emocional?	 Es	 una	 deuda	 impagable,	 como	 su
nombre	lo	dice,	no	se	puede	pagar	porque	no	tiene	un	precio.	¿Cuánto	puede	valer
una	 infidelidad?	 ¿Qué	 precio	 puede	 tener	 el	 hecho	 de	 que	 le	 rompan	 a	 uno	 el
corazón?	Cuando	se	tiene	una	deuda	de	dinero,	se	sabe	cuánto	se	debe.	Por	ejemplo,
si	 la	 deuda	 es	 de	 diez	 mil	 dólares,	 tendría	 una	 persona	 que	 le	 recuerda
constantemente	 su	 deuda	 y	 la	 tendrá	 allí	 cada	mes	 cobrándole,	 pero	 cuando	usted
solo	le	deba	los	últimos	mil	dólares	y	se	los	pague,	usted	estará	libre,	puede	tomar
ese	 recibo	 que	 dice	 “cancelada	 la	 deuda”;	 ya	 no	 habrá	 más	 una	 persona
recordándole	lo	que	le	debe	y	cobrándole;	ya	no	hay	más	reclamos,	está	libre	y	en
paz.
Pero	con	 las	deudas	“impagables”,	 tanto	el	deudor	 como	el	 cobrador	 tienen	un
problema.	¿Cómo	sabrán	que	ya	es	suficiente?	Cómo	el	deudor	puede	saber	¿Qué
ha	pagado	 todo	y	 que	 está	 libre?	 y	 el	 cobrador	 ¿Cuándo	 estará	 satisfecho(a)?	No
pueden	saberlo	porque	no	hay	un	precio	determinado	y	pueden	pasarse	el	resto	de
sus	vidas	tratando	de	pagar	o	cobrar.
Ante	 una	 deuda	 que	 es	“impagable”	 solo	 quedan	 dos	 caminos	 posibles	 para	 el
ofendido:	 uno	 es	 cobrar	 la	 deuda	 toda	 la	 vida;	 cada	 día,	 andar	 detrás	 del	 otro
recordándole	 lo	 que	 debe.	 Esto	 es	 lo	 que	 hacen	 muchas	 parejas	 después	 de	 una
infidelidad,	se	la	pasan	cobrando	lo	sucedido	y	en	ese	camino	viven	un	“infierno”,
la	persona	engañada	puede	 llegar	hasta	creerse	 la	historia	de	que	es	muy	bueno	o
buena	por	seguir	con	el	otro	a	pesar	de	la	infidelidad.	Van	por	el	mundo	mandando
mensajes	como;	miren	“soy	tan	buena	persona	o	buen	cristiano	que	a	pesar	de	todo
lo	que	me	hizo	 vivo	 con	él	 o	 con	ella”	pero	 esto	 es	 un	desastre	 de	vida,	 es	 como
vivir	el	infierno	en	la	tierra.	La	herida	continúa	abierta,	el	resentimiento	ha	echado
raíces	y	el	infiel	sigue	allí,	muchas	veces	solo	por	expiar	su	falta	y	esperando	que
algún	día	 antes	 de	 su	muerte	 el	 otro	 se	 digne	 decirle	 ¡¿Sabes	 qué?	 te	 perdono	de
verdad!	Pero	esto	a	veces	sucede	después	de	haber	arruinado	o	malgastado	toda	la
vida	entre	gritos,	celos,	reclamos	o	indiferencias.
El	 otro	 camino	 para	 el	 cobrador	 es	 perdonar	 de
verdad,	esto	es	cancelar	la	deuda	y	no	cobrarle	más	su
error	 para	 vivir	 en	 paz,	 pero	 esto	 no	 se	 logra
inmediatamente.	Se	requiere	de	un	proceso	que	ayude
al	 engañado	 a	 sacar	 su	 dolor	 y	 rabia	 para	 poder
otorgar	un	auténtico	perdón.	Para	algunas	personas
es	 más	 fácil	 perdonar	 que	 para	 otras	 y	 esto	 es
normal,	 pues	 cada	 uno	 tiene	 su	 propia	 historia	 y
experiencias	personales	que	les	marcan	y	hacen	ver	las	cosas	de	diferente	manera.
Todo	 esto	 tiene	 que	 ver	 con	 la	 forma	 cómo	 acostumbramos	 a	 enfrentar	 las
grandes	 heridas.	Hay	dos	 formas	de	 hacerles	 frente,	 como	 si	 fueran	una	 cárcel	 o
una	escuela.	La	visión	de	cárcel	es	cuando	se	ve	el	pasado	y	las	heridas	que	se	han
tenido	como	experiencias	que	atrapan.	El	que	hizo	daño	está	allí	prisionero	en	una
celda	 fría,	 pero	 a	 su	 lado	 también	 está	 encerrada	 la	 persona	 que	 no	 puede
perdonarle	 ni	 dejarle	 libre.	 Así	 ambos	 son	 prisioneros	 de	 lo	 que	 pasó	 .Los
resentimientos	no	disminuyen	sino	que	tienden	a	aumentar	y	las	relaciones	se	tornan
cada	día	más	difíciles	o	distantes;	es	como	morir	un	poco	cada	día.
La	 otra	 opción	 o	 visión	 es	 la	 de	 escuela,	 consiste	 en	 ver	 el	 pasado	 y	 las
experiencias	dolorosas	como	un	aprendizaje.	Pero	puede	costar	porque	requiere	de
esfuerzo,	sin	embargo,		al	final	se	aprenden	muchas	cosas,	se	tiene	otra	visión	muy
diferente	del	dolor	y	de	las	adversidades.	La	persona	puede	decir:	“esto	que	me	ha
pasado	es	muy	malo	y	doloroso,	pero	voy	a	aprender	de	todo	eso,	para	que	este	dolor
no	sea	en	vano,	voy	a	crecer	para	ser	una	mejor	persona,	un	mejor	padre,	madre	o
esposo	o	esposa”,	así	que	para	quienes	ven	sus	heridas	del	pasado	como	una	escuela
les	es	más	fácil	perdonar.
Cada	vez	más,	el	perdón	es	estudiado	desde	 la	psicología	por	 todos	 los	efectos
beneficiosos	 que	 tiene	 sobre	 la	 salud	 emocional	 y	 física	 de	 una	 persona.	 Lo
contrario	 también	es	verdad,	 cuando	alguien	vive	 sin	perdonar	y	 el	 resentimiento
echa	raíces	en	su	corazón,	no	solo	afecta	su	estado	emocional	y	anímico,	sino	que
también	 le	 afecta	 físicamente,	 pues	 el	 ser	 humano	 es	 un	 ser	 integral,	 no	 se	 puede
dividir	por	áreas.	Lo	que	pasa	en	su	cuerpo	afecta	su	mente	y	viceversa.	Cuando	no
se	perdona,	la	persona	tiende	a	pensar	más	y	más	en	la	situación	que	le	causó	tanto
dolor,	pero	lo	que	no	sabe,	es	que	para	el	cerebro	no	existe	una	diferencia	entre	lo
que	se	está	viviendo	en	el	momento	o	lo	que	se	está	recordando.	Así	cada	vez	que	se
piensa	 en	 un	 mal	 acontecimiento	 el	 cerebro	 dispara	 los	 mismos	 químicos	 que
fueron	 disparados	 cuando	 el	 suceso	 ocurrió	 por	 primera	 vez.	 Por	 esto	 es	 común
ponerse	 triste,	 de	 mal	 humor	 o	 enojado	 cada	 vez	 que	 recordamos	 un	 mal
acontecimiento.	Esto	le	resta	fuerza	y	vitalidad	al	diario	vivir	porque	se	vive	en	un
estado	de	constante	estrés	y	esto	además	baja	 las	defensas	del	 cuerpo	que	 se	hace
más	vulnerable	a	enfermedades;	tales	como	migrañas,	úlceras	y	colon	irritable.	El
perdón	 es	 usado	 también	 en	 tratamientos	 con	personas	 que	 sufren	 de	 cáncer	 para
disminuir	 el	 estrés	 que	 sufren	 y	 así	 poder	 hacerle	 frente	 a	 la	 enfermedad	 con
mejores	resultados.7
Quien	logra	perdonar	se	abre	a	un	mundo	de	posibilidades,	puede	dejar	el	pasado
atrás,	 para	 soñar	 con	un	 futuro	mejor	y	 lo	más	 importante,	 disfrutar	 del	 presente
con	 los	 que	 ama.	 Un	 libro	 que	 aborda	 el	 tema	 del	 perdón	 a	 profundidad	 dice:
“Perdonar	para	sanar.	Sanar	para	perdonar”8y	este	lema	es	muy	real.	Se	perdona
para	 sanar,	pero	al	mismo	 tiempo	hay	muchas	cosas	que	 sanar	en	el	 camino	para
poder	perdonar	 al	 otro,	 este	 es	 el	 único	camino	y	proceso	 saludable	donde	 todos
salen	beneficiados,	especialmente	quien	otorga	el	perdón,	porque	este	puede	sacar
afuera	todo	el	resentimiento	y	el	dolor.
Antes	de	entrar	al	tema	del	perdón,	es	importante	recordar	que	hay	un	momento
del	 ciclo	 del	 duelo,	 el	 del	 enojo	 y	 la	 rabia,	 en	 la	 que	 la	 persona	 engañada	 puede
otorgar	 un	 perdón	 falso,	 como	un	 rito	mágico,	 sin	 llegar	 al	 fondo	del	 asunto,	 el
perdón	no	es	eso,	es	un	proceso	largo	y	doloroso.	El	perdón	falso	puede	ocurrir	y
es	muy	peligroso,	 pues	 el	 dolor	 y	 la	 rabia	 salen	 en	 algún	momento.	Como	 se	 ha
dicho	 antes,	 la	 persona	 engañada	 empieza	 a	 cobrar	 esta	 deuda	 y	 se	 siente	 con
derecho	de	tratar	mal	a	su	pareja,	esto	no	es	perdón,	esto	es	venganza	disfrazada	de
perdón.
El	 perdón	 no	 es	 olvidar:	 una	 creencia	 muy	 común	 es	 querer	 olvidar	 para
perdonar,	pero	esto	no	es	cierto.	El	cerebro	es	como	una	computadora	y	todo	queda
almacenado	en	ella,	un	ingeniero	en	sistemas	decía	que

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