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© 2011 por Ediana Marín Ramírez Todos los derechos reservados Registro de Propiedad Intelectual 037153 ISBN 978-9942-13-939-9 Segunda Edición. Quito, Ecuador 2014. Primera Edición digital 2014. Para contactos y capacitaciones escriba a: vinculosparaelcambio@live.com www.vinculosparaelcambio.org Facebook: Vínculos para el cambio mailto:vinculosparaelcambio@live.com http://www.vinculosparaelcambio.org Prohibido todo tipo de reproducción total o parcial, ya sea esta por medios impresos, fotocopiados, digitales u otros, sin autorización escrita de la autora. Contenido Dedicatoria Agradecimientos La locura de la infidelidad Cómo Perdonar y Restaurar la Relación después de una Infidelidad El Problema de la Infidelidad en la Actualidad CAPÍTULO I El proceso del duelo en la infidelidad Mitos acerca de la infidelidad MITO 1: Todos los matrimonios viven una infidelidad en algún momento de su vida. MITO 2: Una aventura sexual ocasional no es tan grave. MITO 3: Una traición es la prueba de que ya no hay amor en el matrimonio. MITO 4: “El otro o la otra” debe ser más sexy o guapa que el cónyuge engañado. MITO 5: Culpar al engañado por la infidelidad MITO 6: “Lo mejor es hacer de cuenta como que nada pasó”. MITO 7: Toda infidelidad tiene que terminar en divorcio. CAPITULO II Tipos de infidelidades La infidelidad accidental La aventura romántica Las infidelidades recurrentes Infidelidades con consecuencias extras Las infidelidades cibernéticas o emocionales Evaluar cual es su caso y decidir que hacer CAPITULO III El camino de perdonar Primer paso del perdón: entrar conscientemente en este proceso Ejercicio 1: el proceso de perdonar. Segundo paso del perdón: renunciar a la idea de venganza Ejercicio 2: desistir de la venganza Tercer paso del perdón: tomar contacto con mi dolor Ejercicio 3: viviendo el dolor Cuarto paso del perdón: dividir mi dolor Ejercicio 4: con quien compartir mi dolor( primera parte) Ejercicio 4: compartir mi dolor con el ofensor (segunda parte) Quinto paso del perdón: ¿qué he perdido? Ejercicio 5: identificar la herida y las pérdidas Trabajar heridas de la infancia Sexto paso del perdón: desviar los pensamientos Ejercicio 6: desviando los pensamientos Sugerencias para cuando los pensamientos atacan Séptimo paso del perdón: perdonarme a mi mismo(a) Ejercicio 7: distancia emocional para la persona engañada Ejercicio de las dos sillas Octavo paso del perdón: ponerse en el lugar del que cometió la infidelidad Ejercicio 8: la empatía Trate por un momento de ponerse en el lugar de su cónyuge: Noveno paso del perdón: otorgar al otro el regalo del perdón EJERCICIO 9: EL REGALO DEL PERDÓN Ritual del perdón CAPITULO IV Primer paso para ganar la confianza: el arrepentimiento Ejercicio 1:valorar las consecuencias y daños Segundo paso para ganar la confianza: Tercer paso para ganar la confianza: el compromiso con la verdad Ejercicio 2: mis miedos y reacciones Identifique sus reacciones Cuarto paso para ganar la confianza: ir un paso adelante para ganar el respeto Otras ideas para ir un paso adelante Quinto paso para ganar la confianza: sembrar con paciencia Sexto paso para ganar la confianza: valorar su historia personal y perdonarse Ejercicio 3: posibles causas de la infidelidad. Séptimo paso para ganar la confianza: fomentar la intimidad emocional Ejercicio 4:la distancia emocional Octavo paso para ganar la confianza: dividir mi dolor Ejercicio 5: dividir mi dolor Noveno paso para ganar la confianza: prever las recaidas Ejercicio 6: ser prevenido Cuando las fuerzas se agotan CAPITULO V El proceso de la infidelidad y cómo prevenirla Primer paso: estar distanciado emocionalmente de la pareja Segundo paso: conocer a alguien que nos resulta atractivo(a) Tercer paso: “solo es un cafecito” Cuarto paso: caer en la infidelidad sexual. Como prevenir la infidelidad y cultivar la intimidad emocional Cuando la fidelidad funciona y rinde sus frutos Como fomentar la intimidad en la pareja Anexo a: test para evalauar las situaciones de riesgo Anexo b: test para valorar el peligro potencial en el ambiente en que usted se desenvuelve Bibliografía Dedicatoria A Erik Mi compañero de vida, Es hermoso saber que sólo hemos sido dos, tan sólo dos. “No le llames cobardía, hay cosas que en la vida Sólo son parados, tan sólo dos. No es compatible la mentira, con algo transparente, Hermoso y frágil, como es, el amor”. Canción “Tentación” de José Luis Perales Agradecimientos No puedo dejar de agradecer a Dios quien me da las fuerzas para pensar, escribir y crear. A dos profesores de la maestría muy apreciados; la Dra. Dorys Ortiz y el Dr. Giovanni Toscano, quienes durante mis años de instrucción académica fueron generosos con sus consejos y enseñanzas, especialmente en las temáticas de cómo acompañar a las parejas en los casos de infidelidad. Al hermoso grupo experimental que recibió parte del contenido de este libro antes de ser publicado, sus ideas, aportes y preguntas lo han enriquecido formidablemente. A Carmen Gallego y Patricia Cuéllar quienes dedicaron horas a revisar la primera edición del libro y aportaron con sus sugerencias y correcciones que están incluidas en esta segunda edición. A mis lindos hijos, Salomé y Juan Esteban quienes me apoyaron, este último me dijo una tarde: “Mami he sido muy paciente mientras escribías tu libro”. Finalmente a Erik, quien con mucha paciencia ha revisado, corregido y transcrito de nuevo toda esta segunda edición, sin su ayuda y trabajo éste no sería posible. La locura de la infidelidad Cómo Perdonar y Restaurar la Relación después de una Infidelidad Este libro está escrito especialmente para todos aquellos y aquellas que han tenido que enfrentar uno de los dolores más grandes en la vida de pareja: haber sido engañado o haber sido infiel y, por tal razón se sienten muy confundidos sin saber qué hacer. Han considerado varias opciones, desde acabar con la relación (y con el infiel o la infiel, lo cual no es recomendable) o darle una nueva oportunidad perdonándole. ¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo? ¿Qué es lo mejor para mis hijos? ¿Termino la relación? ¿Sigo en la relación? ¿Podré perdonar? ¿Si le perdono, lo hará de nuevo? ¿Por qué lo hizo? ¿Cómo lo hizo? Estas son algunas de las preguntas que pueden pasar por la mente de la persona engañada. El objetivo principal de este libro, es ayudarles en esta experiencia tan dolorosa y difícil, permitiéndoles entender mejor el proceso de duelo por el cual están pasando y la necesidad de calmarse y analizar bien las cosas antes de tomar una decisión, ya sea la decisión de perdonar al cónyuge infiel o de terminarla relación. Si la decisión es dar una nueva oportunidad a su cónyuge, encontrarán en estas páginas, todo el proceso necesario para hacerlo de la mejor forma. Recuerde, que una infidelidad no es un simple resfriado, es algo muy grave y debe ser trabajado si no quiere que esto se repita de nuevo. En los capítulos de este manual encontrarán el proceso que tanto el infiel como la persona engañada deben seguir para lograr restaurar la relación, quien fue infiel deberá comprometerse con ganarla credibilidad y el respeto, y la persona que fue engañada deberá enfocarse en el camino del perdón, al mismo tiempo los dos deberían construir una nueva relación trabajando todas aquellas cosas que no estaban resueltas o les distanciaba emocionalmente antes de la infidelidad. Si usted ya ha tomado la decisión de terminar su relación, le invitamos a leer con calma este libo y evaluar su decisión, si sigue firme en ella, le recomendamos que trabaje el capítulo del perdón, pues aunque usted no viva con esa persona, es necesario sanar su corazón y perdonarle, por su bien y el de sus hijos, si los hay. Si quien está leyendo este libro es la personainfiel, quizás significa que está verdaderamente arrepentido y quiere buscar la forma de cómo recuperar su relación de pareja, si este es su caso, este libro puede serle útil para caminar en el proceso de ganar la confianza de su esposa(o) si es que ella o él está dispuesto(a), este es un libro diseñado para trabajar en pareja. Hay capítulos que son para que los dos lo lean y trabajen juntos y otros son para desarrollar en forma individual con algunos ejercicios y tareas necesarias para trabajar en su propia vida y en la relación de pareja. Este manual termina con un pequeño capítulo acerca del proceso de la infidelidad y cómo prevenirla, algo muy importante para el futuro. El Problema de la Infidelidad en la Actualidad La infidelidad es un tema complejo y difícil de abordar que en la actualidad está tocando a la puerta de muchos hogares. No en vano se le considera como uno de los principales disociadores de la familia, las estadísticas acerca de este tema son alarmantes, estudios publicados en el 2008 en Journal of Couple & Relationship Therapy1muestran un aumento muy significativo en las estadísticas de infidelidad conyugal. Según esta revista, en 1998 un estudio de la Universidad de California reportaba que el 24% de los hombres y el 14% de las mujeres habían sido infieles, mientras que una década después, estas cifras habían tenido un salto alarmante; el 50% de las mujeres casadas y el 60% de los hombres casados habían tenido una relación extramarital. Uno de los factores que han influido en este aumento es el uso del internet y las redes sociales, en cada infidelidad podría estar involucrado un celular, algún correo electrónico o el Facebook, etc. En consulta es fácil constatar lo que las investigaciones confirman; el internet está siendo usado por muchos para coquetear y es el mejor lugar para reencontrarse con los ex mejores amigos(as), y ex novios(as) del pasado. Dando lugar a que se inicien conversaciones informales, luego vienen los encuentros para tomar un cafecito y el resto es historia. Para muchos el tener conversaciones sexuales en línea y sexo cibernético no es considerado como algo malo o que dañe la relación, pero la realidad es que sí hace daño; más allá de lo que muchos quieren admitir. Otra fuente o espacio de infidelidad actual es con los compañeros de trabajo, la cercanía diaria, las conversaciones y la familiaridad crean el ambiente propicio para todas aquellas y aquellos que no saben poner límites en sus relaciones y fácilmente se encuentran de la noche a la mañana en medio de una relación demasiado cercana con alguien. Algunos no saben cómo parar esto, otros encantados siguen caminando en esta dirección a pesar del peligro que esto representa. Unido a todo esto, también está la cultura “light” de nuestra época, esa necesidad que hoy existe de tener y solucionar todas las cosas rápidamente y si es sin sacrificio alguno, mucho mejor. Esta filosofía de vida es fatal para la vida en familia, pues todo matrimonio implica un alto grado de problemas y dificultades que requieren de trabajo y esfuerzo para ser resueltos, sin buscar un escape al problema. Ilusoriamente algunos piensan que una aventura puede ser la solución a una vida matrimonial que se ha vuelto rutinaria, monótona o problemática, muchos infieles ni siquiera tienen un matrimonio malo, pero nuestra época estimula “el tener siempre lo más nuevo”, no se puede estar sin el nuevo y más moderno Iphone, computador, Ipod, etc. y desafortunadamente muchos están trasladando este deseo de novedad y nuevas experiencias al nivel de las relaciones y esto es un grave error que puede costar muy caro, dañar la relación de pareja que hasta ese momento era estable y porque no decirlo; también agradable. Los efectos de la infidelidad en el matrimonio son devastadores, bien lo expresa un proverbio muy antiguo: “El que comete adulterio le faltan sesos; El que así actúa se destruye a sí mismo.” Proverbios 6:32 Podemos decir que la infidelidad es una “locura temporal”, pues el infiel pierde toda su cordura, esto trae consecuencias devastadoras para él, su cónyuge, hijos, familias políticas y en algunos casos hasta puede perder el trabajo o la vida. No en vano la infidelidad es reconocida y aceptada ante la ley y ante algunas religión es como causal de divorcio. Un estudio realizado en Cuba en el 20062 con médicos y enfermeras que atendían casos de violencia intrafamiliar resultó ser muy revelador en cuanto a las consecuencias negativas de la infidelidad, la investigación apuntaba a identificar los factores que facilitaban la violencia doméstica, entre estos factores se encontraron, el alcoholismo, los celos, la infidelidad, el bajo nivel económico y un bajo nivel educacional, pero lo sorprendente de este estudio es que el factor de mayor influencia era la infidelidad, seguida del alcoholismo y de los celos. Es cierto que este estudio es de un país específico, pero no deja de mostrar la gravedad del tema, la infidelidad trae muchas consecuencias negativas al engañado, al infiel o la infiel, a los hijos, a la economía del hogar, a veces, hasta las familias políticas se ven afectadas, es decir sus efectos son devastadores, nadie sale ileso. Aun así, hoy en día, más hombres y mujeres caen en la infidelidad, porque en la actualidad no sólo los hombres son infieles. En mi trabajo continuamente debo hacer terapia familiar a decenas de parejas que han vivido este dolor profundo de enfrentar la traición de su cónyuge. Si hago una estadística en base a las atenciones terapéuticas que he atendido durante el año 2011, puedo comentar que de cada diez casos de infidelidades, cuatro son de mujeres. He visto el dolor, la culpa, el arrepentimiento verdadero, también el arrepentimiento falso, los celos, la confianza y el respeto perdidos, las furias y demonios desatados, las luchas por perdonar y restaurar el hogar y, en muchos casos, no en todos, he visto y me he gozado con procesos de perdón genuinos, reconciliaciones y nuevos comienzos que han dado fruto en relaciones más honestas y felices. En algunos de los casos he visto como no es posible la reconciliación ni la restauración de la relación conyugal, pero sí es posible el perdón para lograr ser libres, sanar y brindar a los hijos la mayor estabilidad que sea posible en estos casos. 1. Atwood,J.D.andSchwarz,L.Thenewaffairtreatmentconsiderations.JournalofCoupleandRelationshipTherapy 2. Dr.ValleLlagosteraJGdelyotros.Sobreviolenciaintrafamiliarcontralamujer[artículoenlínea].MEDISAN2008;12(2). <http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol12_2_08/san02208.htm>[consulta:fechadeacceso]. http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol12_2_08/ CAPÍTULO I El proceso del duelo en la infidelidad Los momentos más duros de la vida, pueden transformarse en los más preciosos. Lo primero que se debe decir a aquellos que han vivido o están viviendo una infidelidad, es que esta no se resuelve sólo “perdonando y haciendo como que nada pasó”, o huyendo inmediatamente y acabando con todo lo que les une. NO, la infidelidad es algo que debe ser abordado y trabajado, y casi siempre se necesita de un tercero que ayude, no alguien de la familia, pues esto muchas veces complica más las cosas. Se requiere de alguien con experiencia que pueda abordar y valorar la situación, a la vez que les acompañe en el proceso de explorar los caminos a seguir, y si los afectados, así lo deciden, restaurar la relación. Necesitan de una guía para vivir el proceso de ganar la confianza, el respeto perdido y les anime a transitar el largo caminodel perdón. Este es el objetivo principal de este libro. En el siguiente gráfico se tratará de explicar un poco el proceso que ocurre a la hora de vivir una infidelidad: En la parte superior está el número uno que señala la relación de pareja que se ha tenido hasta el momento, siguiendo el círculo hacia la derecha se puede ver el paso dos, el momento en el que se descubre o, se declara la infidelidad. Lo primero que ocurre es lo que se muestra en el paso tres; la negación, es un golpe tan duro que al momento de suceder cuesta mucho creerlo, y es normal tener pensamientos como “no puede ser”, “esto no es verdad”, “dime que estoy equivocada (do)”, pero la realidad y las evidencias pesan más. Sigue el paso cuatro, el de la Ira y el enojo, esta es la zona que se puede denominar la “Zona de peligro”, porque en esta etapa se viven muchas emociones intensas y dolorosas y se corre el peligro de tomar decisiones apresuradas sin pensar, guiadas por el dolor y no por la razón. Lo que muchas veces ocurre en esta etapa es que la persona engañada toma uno de estos caminos equivocados, el primero puede ser terminar con todo inmediatamente, cegado(a) por la ira y el orgullo herido toma la decisión inmediata de cortar toda relación y empezar los trámites de divorcio casi al mismo tiempo. Esto puede ser muy comprensible en medio del dolor, pero es necesario considerar varias cosas antes de tomar esta decisión. El otro camino muy peligroso y bastante común en muchas infidelidades es el otorgar un “perdón muy rápido y falso” que no restaura la relación porque no trabaja el problema. Lo que suele suceder es que la persona engañada con todo su dolor y amargura, empieza a cobrar esa deuda emocional día a día y la relación se puede tornar un infierno. En otros casos el infiel no está arrepentido y con un perdón tan fácil lo único que se logra es alimentar su comodidad y las probabilidades de que vuelva a hacerlo, sin tomarse ni siquiera la molestia de preguntarse qué es lo que está mal en él o ella, y que debe cambiar en su vida y dentro de la relación. Por esto, estos dos caminos, el del perdón falso o el de terminar la relación inmediatamente no son lo más recomendados. Cuando una persona está en medio de una crisis no conviene tomar decisiones apresuradas ya que se puede equivocar. Lo mejor es calmarse e ir al paso cinco. El paso cinco es la negociación, que implica calmarse y pensar antes de actuar, evaluando el tipo de infidelidad, esto lo podrá ver en el capítulo siguiente. También hay que valorar cual es la actitud del infiel y si es o no la primera infidelidad. Es importante escuchar al otro y saber qué es lo que quiere hacer ahora que la infidelidad ha sido puesta al descubierto. La persona engañada deberá decidir si quiere o no dar esa oportunidad al infiel, pero antes le recomendamos leer detenidamente el capítulo siguiente que trata de los tipos de infidelidades, esta lectura quizás le ayude a orientar su decisión. Si ambas partes están de acuerdo en intentar restaurar la relación se llega al paso seis. El paso seis señala el proceso en el cual ambas partes deben ingresar; es un camino que deben emprender juntos, pero que requiere de lecturas separadas, pues cada uno tiene sus tareas y ejercicios personales. Algunos de estos ejercicios deberán ser realizados en pareja pero usted encontrará las instrucciones en su momento. El proceso del perdón para la persona engañada se encuentra en el Capítulo III, y el camino para la persona que ha sido infiel, es ganar la credibilidad y el respeto, esto se encuentra en el capítulo IV. De esta forma, cada uno viviendo su proceso irá poco a poco avanzando y luchando con sus propias dudas y pensamientos. Así se llega al paso siete del proceso; la lucha con los pensamientos, la depresión y quizás una vuelta atrás a la ira y el enojo, pero si ambas partes persisten en lo que quieren lograr con la meta de restaurar la relación, el engañado en dar el regalo del perdón y el infiel persiste en sembrar confianza, es muy posible que salgan adelante. Así podrán empezar a caminar juntos y terminar renovando la relación, permitiendo que esta sea más auténtica, cercana y madura. Puede pasar que en este recorrido, a pesar de intentar y persistir en todo el proceso, una de las partes no se siente listo(a) para retomar la relación, entonces es necesario el paso ocho, hacer de nuevo un alto para evaluar qué es lo que no está funcionando. Puede ser que la persona infiel realmente no está arrepentida y no muestra signos de querer hacerlo, ni cambia las cosas que deben ser cambiadas. También puede ocurrir que la persona que fue engañada por más que ha procesado toda la experiencia, sabe que la opción de vivir con esa persona después de la infidelidad sería para cobrarle el resto de su existencia, haciendo de su vida, la de él o ella un infierno, incluyendo a los hijos. Entonces quizás deba revalorar seriamente si vale la pena persistir, o si lo mejor es dejar ir al otro y vivir un proceso de perdón individual. Este es el proceso del duelo en una infidelidad, resumido brevemente. Pareciera ser algo que no es tan difícil, sin embargo es bueno decir la verdad en este momento, no es fácil elegir el camino de la recuperación, es decir, pasar a los pasos seis, siete y ocho, requiere de mucho valor, fuerza de voluntad y paciencia de ambas partes, pero si lo hacen y los dos quieren será una gran muestra de cuanto se valoran el uno al otro. Antes de tomar la decisión de restaurar la relación es bueno leer con calma el Capítulo II en el cual se aborda el tema de los diferentes tipos de infidelidades. Si después de eso deciden como pareja restaurar su relación, cada uno debe en forma individual ir al capítulo que le corresponde, tal como ya hemos mencionado antes, si Ud. ha sido la persona engañada vaya al Capítulo III, y si usted ha sido el o la infiel puede ir al Capítulo IV. Mitos acerca de la infidelidad He aquí algunos de los mitos que existen acerca de la infidelidad y que de alguna manera la promueven y en muchos casos la oculta. MITO 1: Todos los matrimonios viven una infidelidad en algún momento de su vida. Las personas que viven una infidelidad muchas veces encuentran consuelo al pensar que “todos lo hacen”, quizás muchos de ellos crecieron en hogares donde la infidelidad era algo común. Sin embargo, no todo el mundo es infiel, muchas de las parejas que toman una terapia lo hacen porque están buscando ayuda por algunos problemas con los hijos, suegros, dinero o con sus relaciones sexuales. Muchas parejas hoy día prefieren hablar y reclamar sobre su vida sexual que irse con otra(o). La fidelidad es posible, sigue siendo un valor apreciado y como se verá más adelante se puede prevenir caer en esta locura de la infidelidad. MITO 2: Una aventura sexual ocasional no es tan grave. Quienes piensan que este mito es verdad creen poder hacerlo sin que nadie se entere, o tienen una idea equivocada de lo que es la sexualidad y el compromiso dentro de una relación. El acto sexual no solo involucra el cuerpo, sino que también involucra la mente y el espíritu y, todo esto se integra y entiende mejor en el contexto del matrimonio. Como dice un dicho popular “todo se sabe”, una infidelidad arriesga todo lo construido en pareja, pues la confianza se rompe y nunca se puede saber cuál será la reacción de la persona engañada. Las aventuras amorosas causan mucho daño, el matrimonio puede recuperarse de ellas, pero a costa de arduosesfuerzos y sufrimientos. MITO 3: Una traición es la prueba de que ya no hay amor en el matrimonio. Esta es una queja muy comprensible de quien ha sido engañado(a) y la conclusión es “no me ama, por esto lo hizo”. Aún si esto fuera verdad, una infidelidad es la manera más complicada y absurda que el infiel puede elegir para hacerle saber a su cónyuge que ya no le ama. En consulta se ven muchos infieles arrepentidos de lo que han hecho y reconocen que es “una locura” y, que además ahora les puede costar el amor de su vida. Para entender esto es necesario aclarar lo que es el amor. Una infidelidad tiende más a ser un enamoramiento que un amor verdadero y está comprobado que el enamoramiento tiene más relación con los químicos del cerebro que con el amor, pues el verdadero amor involucra no solo los sentimientos sino también una decisión y compromiso. Esto también se analizará más a profundidad en el próximo capítulo. MITO 4: “El otro o la otra” debe ser más sexy o guapa que el cónyuge engañado. Las razones por las cuales se escoge al compañero de infidelidad son muy variadas, pero casi siempre se tiende a pensar que es por sus características sexuales. De ahí que quien ha sido engañado se empeña en saber detalles sobre las relaciones sexuales de los amantes lo que le conduce a vivir un infierno. En consulta es común comprobar que el sexo no es el principal motor para la infidelidad, en muchos casos es la búsqueda de lo que no se tiene en casa: intimidad emocional en el caso de las mujeres, y en los hombres el sentido de aprecio, valoración o admiración de una mujer. Quizás una de las características más importante de los compañeros de aventura es su disponibilidad inmediata a estar “ahí presentes” cuando se les necesita. Es por esto que no se puede centrar la atención sólo en lo sexual. Si ha experimentado una infidelidad debe ver más allá de su vida íntima con su cónyuge y evitar culpar al engañado por la infidelidad, lo cual nos introduce en el siguiente mito. MITO 5: Culpar al engañado por la infidelidad “Algo hace o no hace para que el otro tenga que buscar afuera” El mal de culpar está arraigado en el ser humano profundamente. La conocida historia de Adán y Eva en el paraíso después de pecar nos recuerda este hecho. Cuando Dios le reclama a Adán su falla, él se lava sus manos diciendo “La mujer que tú me diste me dio de comer”. Si bien es cierto que en muchos matrimonios las cosas no andaban muy bien antes de la infidelidad, esto no es una justificación para ir en busca de otro, el engañado también vive los problemas que hay en la pareja, pero no decide ser infiel. Entonces se puede afirmar que nadie obliga a nadie a ser infiel, la infidelidad es una decisión, pues siempre hay otras alternativas para solucionar cualquier problema que exista en la pareja. Por esto le diría a la persona engañada: usted no es culpable de la decisión que su cónyuge tomó, pero si es responsable de cambiar todo aquello de su carácter o actitudes que le han alejado de su pareja antes de que la infidelidad ocurriera. También diría a la persona infiel: usted es responsable 100% de su decisión de ser infiel, puede tratar de disculparse intentando culpar a su cónyuge, pero créalo, esto no le ayudará en nada, solo logrará que él o ella se enoje más. Cuando usted pueda aceptar su responsabilidad, usted podrá tener el control para decidir no hacerlo más. Es también un mito, creer que el matrimonio era de lo peor y por esto el infiel decidió serlo, esto no es siempre cierto, muchos matrimonios estaban marchando razonablemente bien, pero eventualmente ocurre por primera vez una infidelidad. Esta “primera infidelidad” tiene sus características particulares las cuales serán vistas más adelante en los tipos de infidelidades. MITO 6: “Lo mejor es hacer de cuenta como que nada pasó”. Muchas parejas, van a una terapia familiar después de 20 o 25 años de matrimonio con grandes problemas acumulados. Al abordar su historia, se puede encontrar en su pasado, una o varias infidelidades no trabajadas o resueltas a la ligera; frecuentemente la gente dice: “es que yo le perdoné” o simplemente “me hice como que nada pasaba cuando me era infiel hasta que se le pasaba la locura”. Nada más equivocado, pues una infidelidad no es como un resfriado que se cura fácilmente con limonada caliente. Se trata de algo que lastima el corazón, crea heridas y dolor, no solo físico sino también espiritual, es decir un “dolor del alma”. Así es como muchos se sienten después del engaño. La infidelidad genera una deuda muy grande, desata los sentimientos más poderosos de ira, dolor, venganza, tristeza, y además lacera la confianza y el respeto. ¿Cómo tapar algo así solo dejándolo pasar? Toda infidelidad debe ser trabajada. Hay tres caminos largos y dolorosos que recorrer: el camino del perdón verdadero, el de ganar la confianza y el de cambiar lo que estaba mal antes de la infidelidad. Si esto no se da, lo que pueden empezar a vivir como pareja es una relación más distante llena de ira escondida, reclamos, venganzas sutiles y quizás una nueva infidelidad. Este libro tratará de dar una guía para los que quieren recorrer un camino de restauración y perdón. MITO 7: Toda infidelidad tiene que terminar en divorcio. Es verdad que la infidelidad sacude fuertemente al matrimonio, también es un hecho que no toda infidelidad termina en divorcio como algo inevitable. Muchas parejas salen a flote y navegan por mares más tranquilos, apacibles y amorosos después de haber superado una infidelidad. Por supuesto, esto tiene un costo que debe ser pagado por ambos cónyuges, pues el requisito para poder salir adelante es que ambos lo quieran, y se comprometan a hacer su parte en la restauración, que quieran su hogar, deseen permanecer al lado del otro y trabajar una mejor relación. Si alguno de los cónyuges, ya sea el infiel o el engañado no quieren seguir adelante, podría ser que lo más sano sea desistir de vivir juntos, pues podrían empezar a vivir el mito seis y experimentar un infierno por “los hijos”, por “el qué dirán”, por “el miedo a estar solo o sola”, por “la culpa”, por “el dinero”, por “la venganza”, etc. Entonces, después de revisar los mitos, es bueno hacer algunas afirmaciones acerca de la infidelidad mencionadas por un terapeuta acerca de este tema. (Pittman, 1987). · La infidelidad no es una conducta normal, sino el síntoma de algún problema, esto nos recuerda que no solo hay que trabajar la infidelidad sino todo aquello que antes de la infidelidad era un problema en la relación de pareja y especialmente en la vida personal del infiel. · Las aventuras son peligrosas; pueden arruinar el matrimonio de manera fácil e involuntaria, vivir una experiencia de estas sin aprender nada de ella es todo un desperdicio de sufrimiento, los matrimonios que sobreviven a la infidelidad saben lo que esto significa, es por esta razón que es importante conocer bien el proceso de la infidelidad y cómo prevenirla, esto será en el último capítulo del libro. · Las aventuras pueden ocurrir en matrimonios que hasta ese momento, han sido buenos, no siempre una infidelidad tiene que estar asociada a un matrimonio desastroso, la decisión es del que ha sido infiel en un 100% y esto debe ser tenido en cuenta durante todo el proceso, si por el contrario el matrimonio ha estado en medio de una crisis y a esto el infiel le aumenta una más, también es su responsabilidad, pues siempre hay más alternativas a elegir en vez de una aventura amorosa. · Las aventuras implican una relación sexual,pero esta no es su finalidad habitual, lo normal es pensar en la relación sexual como el fin, pero no siempre es así, alguien puede terminar involucrado más por una necesidad de aprobación, reconocimiento, por un ego elevado, por una carencia afectiva o un síndrome de salvador o salvadora, quedarse en lo físico muchas veces no resuelve el problema, es muy importante que la pareja evalúe cual es la “causa” de la infidelidad, entendiendo la palabra causa no como justificación de la infidelidad, sino como algo que señala una luz roja, algo que debe ser trabajado por la pareja. Recuérdese esto constantemente “Nadie puede obligar a nadie a ser infiel”. CAPITULO II Tipos de infidelidades Ser infiel como ser fiel es una decisión que se toma antes de serlo En este capítulo se verán los tipos de infidelidades. Hay muchas formas de clasificarlas, pero en este caso se ha elegido agruparles en cinco; las infidelidades accidentales, las aventuras románticas, las aventuras recurrentes, las infidelidades con consecuencias extras y las infidelidades cibernéticas o emocionales. Es muy importante hacer un análisis de cada uno de estos casos para que la persona que ha sido engañada pueda ver un poco a lo que se enfrenta y tome una decisión de lo que quiere hacer en cuanto a su relación con su cónyuge. Para la persona que ha sido infiel este capítulo puede serle muy útil si lo lee pensando en sí mismo, e identificando cuál es su caso. Si ambos cónyuges deciden darse una oportunidad para restaurar su relación, entonces ambas partes podrán entrar conscientemente en el proceso. La infidelidad accidental Al hablar de infidelidad accidental se hace referencia a la primera infidelidad. La mayoría de las personas no buscan ser infieles; al menos no la primera vez, esto es importante tenerlo claro. Cuando se habla de infidelidad accidental no se está diciendo que él o la infiel no son responsables de lo que han hecho. Lo que se quiere decir con esto es que la infidelidad no es algo habitual en la persona, “no es parte de su conducta”. Es como si estuviera un poco loco. En una primera infidelidad la persona no sabe en lo que se está metiendo; no es cien por ciento consciente del peligro que corre y de las consecuencias para él y su familia. Por lo regular el o la infiel no está enamorado de su compañera(o) de aventura, pero puede ocurrir que en medio de la locura de la infidelidad él o ella crean que lo está, y atribuya su infidelidad a un matrimonio desdichado, pero esto no es necesariamente cierto como se verá en el tema de las aventuras románticas. Allí se aclarará más este punto del enamoramiento y del amor. El infiel en esta categoría; después de que pasa esta locura temporal, o ha sido descubierto, se siente muy mal y muy avergonzado de lo que ha hecho. Por lo general no quiere abandonar su matrimonio, aunque esté atravesando alguna crisis, lo que es muy normal en todos los matrimonios, o quizás su relación conyugal sea algo tediosa o frustrante pero nunca al extremo de querer escapar o terminar con su matrimonio. En este tipo de infidelidad la persona puede ser un gran padre o madre e incluso un amoroso esposo o esposa antes de que llegara esa tercera persona, es decir, son personas normales y buenas. No son seres malvados, ni egoístas o pervertidos. Son personas que quizás cayeron en la infidelidad por ser demasiado curiosos(as), corteses, amables, complacientes o que estando en medio de una distancia emocional con su cónyuge, y en vez de buscar la solución en casa eligieron el camino más fácil (pero más doloroso): dejarse seducir o seducir a otra persona. Figura 1 Todas las personas o al menos la mayoría, se casan con la ilusión de ser felices, construir un lindo hogar, quizás el hogar que no se tuvo en su propia infancia. Se sueña en compartir y disfrutar una vida juntos. Es decir, que nadie en sus cabales se casa con la intención de dañar al otro o ser infeliz. Cuando se inicia el matrimonio, dos personas empiezan a recorrer un mismo camino, con subidas y bajadas como la Figura 1 lo representa. En el lado izquierdo se pude ver a esa pareja que emprende su proyecto de vida; al inicio son sólo dos, pero en el camino se hacen tres o cuatro con la llegada de los hijos. En ese camino hay momentos lindos de mucha alegría y entusiasmo pero también hay otros de angustia o dolor, pues cada etapa de la vida es una crisis que implica cambios y reacomodos; pueden venir tiempos de prosperidad y de adversidad, enfermedades, problemas económicos, pero la meta es vivirlos en familia. El sueño de la mayoría es seguir luchando y terminar al final del camino siendo dos, pues los hijos un día parten del nido y quienes quedan son los mismos que iniciaron ese recorrido tiempo atrás. Es importante ser unos buenos padres pero aún es más importante haber cultivado la relación de pareja a lo largo de ese camino. Una tentación frecuente en la vida conyugal es que cuando llegan los hijos se vive en función de ellos y se descuida la relación de pareja. Para llegar juntos al final del camino, es necesario mantener una relación de pareja viva, con una buena comunicación, actividades compartidas y con mucho amor y respeto. La Figura 2 trata de explicar lo que ocurre a lo largo de la relación de pareja3 Figura 2 Los dos corazones del lado izquierdo representan esas dos personas que han decidió unir sus vidas. Como toda pareja, es normal tener problemas y distanciarse un poco como lo indica el número uno, y también lo más sano y normal es resolver los conflictos y estar de nuevo juntos en armonía hasta que surge una nueva dificultad señalada por el punto dos y así sucesivamente. A veces se tiene la expectativa de que todo debe marchar sin problemas y tener el hogar perfecto. Esto es una fantasía que no tiene nada que ver con la realidad, pues en todos los hogares hay conflictos y dificultades y es bueno internalizar bien esta idea. El problema real está en que muchas veces aparecen las diferencias o dificultades y no se resuelven, ya que en vez de hablar y solucionar los problemas, se dejan ir acumulando más y más sin resolver. Ya sea porque se callan, se ignoran o se “resuelven” a través de gritos y más peleas. Entonces, lo que ocurre es que la distancia emocional empieza a echar raíces en la relación. El punto 3 y 4 señalan esta realidad; en vez de acercarse mutuamente para solucionar las diferencias, la pareja cada día está más distante el uno del otro, viven juntos, duermen juntos pero la comunicación puede ser pobre. Se hablan solo lo necesario, no hay ese trato amable y respetuoso, y puede haber muchos silencios, reclamos o quejas. Muchos son los problemas que a veces se dejan sin resolver desde el principio de la relación; desde el asunto del dinero, o problemas con los suegros o suegras, la intimidad sexual, los quehaceres de la casa, la disciplina de los hijos, el mal carácter de uno u otro, etc. Cuando estas cosas no se resuelven a tiempo, un día la pareja se encuentra en los puntos 3 y 4 del esquema, con una distancia emocional muy grande entre ellos, y es allí donde la relación ya está en peligro, pues en algún momento puede aparecer una persona que resulta atractiva, mas dispuesta o dispuesto para hablar, escuchar, sonreír, ser más amable y cariñosa o más atenta y servicial, etc. Es aquí donde puede ocurrir que él o ella sin mucha conciencia del hecho, resulte en medio de una cercanía emocional con otra persona, si esto sigue así, es muy probable terminar en una infidelidad sexual. Así que mirando atrás, la infidelidad no es el únicoproblema que tiene esta pareja, esta es solo un síntoma. Quizás es el más grave y urgente, pero hay más cosas que tienen que resolver y trabajar si quieren restaurar su relación. Si ha ocurrido esta primera infidelidad, la pareja debe decidir qué hacer luego de responder algunas preguntas: ¿Hay un verdadero arrepentimiento del que fue infiel? ¿La persona engañada valora tanto su matrimonio y está dispuesta a perdonar?, ¿Ambos quieren restaurar su relación y resolver no solo la infidelidad sino todo aquello que les separaba emocionalmente? Si ambas partes lo quieren hacer se puede lograr una restauración de la relación, acortar esa distancia emocional y empezar a caminar juntos. Pero esto requiere de un proceso largo y difícil. Por lo tanto, abordar la primera infidelidad es vital. En consulta es común encontrar parejas con 15 o 20 años de matrimonio con más de una infidelidad, algunas en los primeros años de matrimonio, pero cuando se investiga qué hicieron cuando pasó la primera vez y se les pregunta ¿Cómo lo abordaron? la respuesta más común es: “bueno le perdoné y seguimos adelante”. La mayoría lo hace sin buscar ayuda para trabajar el tema del perdón y como recuperar la confianza. Una infidelidad es algo muy serio que afecta mucho la vida de pareja y debe ser tratado y trabajado a profundidad. Como ya se ha dicho, son dos los caminos a seguir. El que ha sido infiel y quiere restaurar su relación debe comprometerse en ganar el respeto y la credibilidad del otro mientras el engañado o la engañada debe entrar en el proceso de perdonar. Al mismo tiempo los dos deben trabajar en todo aquello que les separaba emocionalmente antes de la infidelidad. Si la primera infidelidad se trabaja bien, puede generar un matrimonio mucho más sano, que sabe enfrentar sus problemas de una forma más adecuada. Las reconciliaciones y restauraciones son posibles si ambas partes la quieren y trabajan duro en los siguientes aspectos: EL o LA INFIEL EL o LAENGAÑADA (O) Arrepentimiento verdadero. Renunciar a la relación extramarital y todo aquello que le conecte con esa persona. Compromiso con la verdad Decisión y compromiso a entrar en el proceso del perdón verdadero. Compromiso a cambiar hábitos y actitudes que le distancian de su cónyuge. Compromiso a c a m b i a r hábitos y actitudes que le distancian de su cónyuge. Decisión de ganar la confianza y el respeto. Colaborar en la recuperación emocional de su cónyuge. Colaborar en su propia recuperación, asumiendo un papel activo y luchar por no quedar atrapada(o) en un rol de víctima. La aventura romántica En este tipo de infidelidad la persona infiel está bastante confundida, pues vive la locura temporal del enamoramiento y este, la mayoría de las veces tiene poca relación con el amor auténtico. Es algo más relacionado con el romance o el enamoramiento, por esto es necesario explorar un poco el tema del amor. La Dra. Helen Fisher4, antropóloga, se ha dedicado a estudiar por varios años a personas locamente enamoradas y sus descubrimientos son muy interesantes, lo que ella ha corroborado es quizás algo que el sentido común sugiere; el amor y el enamoramiento son dos cosas muy diferentes. Al estudiar a las personas locamente enamoradas se puede observar que una parte del cerebro, aquella parte relacionada con la recompensa y el placer se activa solo con pensar en el ser amado y libera varias sustancias químicas que generan estados emocionales alterados. Uno de estos químicos es la dopamina, un neurotransmisor que está asociado al placer y a las adicciones. En las cantidades correctas la dopamina produce energía intensa y mucho entusiasmo, es por esto que en la etapa de enamoramiento dos personas difícilmente se cansan de hablar y estar juntas. Es en esta etapa que es posible hacer todo por el otro y fácilmente se renuncia a muchas cosas con tal de agradarle. Se pueden viajar largas distancias tan sólo para ver al ser amado o pasar todo un día caminando juntos, y hasta permanecer despiertos toda una noche hablando por teléfono. En esta etapa las personas tienden a no ver ningún defecto en el otro, pues todo les parece perfecto e ideal. Esto ocurre porque las áreas encargadas de realizar los juicios sociales, como ver lo malo de la otra persona también están afectadas en este período. Así que se puede decir que en verdad el “amor es ciego” o mejor dicho “el enamoramiento es ciego”. Otro químico involucrado en el enamoramiento es la serotonina, lo interesante de ésta es que fue encontrada en un 40% menos en las personas locamente enamoradas y en los que sufren de un trastorno emocional llamado TOC (Trastorno Obsesivo compulsivo). Todo esto llevó a los científicos a comparar el estado de locamente enamorado con un trastorno mental, es decir que cuando alguien está enamorado también está “un poco loco”. Así que gracias a Dios el estado de “locamente enamorado” termina luego de un tiempo, ya que el cerebro no aguantaría por mucho tiempo este desequilibrio químico. Si el enamoramiento no terminara “todos estaríamos enfermos de alguna forma”. Lo cierto es que este estado termina en algún momento dentro del matrimonio y aún dentro de una infidelidad. Por esto, cuando el enamoramiento se acaba las dos personas empiezan a darse cuenta de cosas que antes no veían y empiezan a percibir con más claridad los defectos y malos hábitos que antes parecían no existir. Muchos matrimonios al experimentar el declive del enamoramiento, tienden a pensar que el amor se acabó y que no queda nada entre ellos, entran en crisis y muchos pueden hasta divorciarse en esta etapa. Toda esta forma de pensar es una idea errada y muy occidental acerca del amor, y esto se analizará más adelante. En el caso de las infidelidades románticas, después de que el infiel pasa esta etapa de “locamente enamorado”, termina estrellándose con la realidad de que esa otra persona tan ideal ya no lo es tanto; las emociones ya no son tan fuertes y pueden empezar las peleas y reclamos. Es común que muchos infieles, exceptuando a los infieles recurrentes, después de vivir su aventura se dan cuenta del grave error que han cometido y de todo lo que pueden perder o han perdido, entonces quieren regresar con su esposa o esposo y es allí donde ambos tienen que valorar lo que quieren hacer. Se deben contestar muy honestamente las siguientes preguntas: ¿Está realmente arrepentido el infiel?¿Quiere en verdad reconstruir su hogar? ¿Puede la persona engañada lidiar con el tema del enamoramiento del otro? ¿Puede perdonarle esta locura? ¿Cuánto duró esta relación y que consecuencias ha traído? Todas estas cosas deben ser valoradas por los dos, pero antes de continuar con el tema de la infidelidad romántica es importante profundizar sobre otra cuestión, qué es el amor y en qué se diferencia del enamoramiento, tanto el infiel como el engañado deben tomar conciencia de esto si quieren restaurar su relación después de la infidelidad, deben aprender a amarse, respetarse y construir algo mucho más sólido que se fundamenta en una decisión. Para profundizar en el tema del amor es necesario tomar distancia del concepto de amor que se tiene en occidente, para esto vamos a ir a un idioma muy antiguo, el griego en el cual fue escrito parte de la Biblia, porque en este idioma existen muchos verbos para traducir la palabra amor como nosotros la conocemos. Los griegos tenían más de diez verbos para el amor. Uno de estos es el “erao” (εραω) que es un amor erótico. De esta raíz proviene la palabra erótico y se refiere al amor pasional o sexual. Luego está el “fileo”(φιλεω) que es un amor sentimental y tiene que ver con las emociones, es el deseo de estar con el otro y disfrutar de él o ella. Si observamos bien éstas definiciones se puede decir que estas coinciden con el amor romántico de occidente, o enamoramiento, pues cuando dos personas sienten todo esto es cuando afirman amar al otro y dicen; “estoy profundamente enamorado de él o ella”, sin embargo, el problema con estos dos amores es que dependen de las circunstancias y de los sentimientos, es decir, son variables o inestables. Son como una onda que sube y baja, si estas circunstancias son favorables, puede estar en su nivel más alto, pero cuando vienen las enfermedades, problemas y crisis pueden llegar a tocar fondo, es en ese momento cuando las personas piensan que el amor se acabó. Pero en el griego existe otro verbo para amar, el agapao (αγαπαω), y éste es muy distinto al amor eros y filos, este amor no depende de las circunstancias ni de las emociones, es un amor que involucra la voluntad. Según Bonilla, en griego este verbo está compuesto por dos raíces αγ (ag) que significa YO y el απαω (apao) que significa MUERO(2002, p. 8), así que este amor conlleva el significado de “sacrificar al yo”, “desacomodar el yo”, “dejar de ser” por el bien del otro, por esto es que es también conocido como el amor de Dios. Este amor es estable, no varía, no es como una onda que sube y baja. Podemos decir que es un amor que permanece en el tiempo porque depende de una decisión y de la voluntad de la persona. Lo interesante es que en el griego del Nuevo Testamento, esta clase de amor es la que se pide a los esposos que deben tener hacia sus esposas. Lograr tener el amor ágape en la relación de pareja es pues, tener un amor más estable que involucra la decisión de compartir la vida con alguien, y ser capaz de morir a todo aquello que hace daño a la relación. Implica cambiar todo aquello del carácter o actitudes que dañan al otro, conlleva morir al egoísmo y al deseo de la satisfacción personal a costa de la de los demás, es desacomodarse para dar al otro bienestar y valor. Cuando esto está presente en una relación y es bilateral, el amor ágape hace que el amor eros y filos se mantenga o renazcan para que permanezcan en el tiempo. Como lo muestra la siguiente pirámide, todos estos amores deben estar presentes en el matrimonio, pero el que está en la base – agapao - es el más importante porque es el que sostiene a los otros dos. En la película clásica “El violinista en el tejado”, ambientada al inicio del siglo XX y en una pequeña comunidad judía en Rusia, se describe muy bien este amor. Hay una escena muy particular en la que se narra el diálogo de un esposo con su esposa, después de 25 años de matrimonio. Él le pregunta a ella si lo ama, ella se siente sorprendida e incómoda con la pregunta y evade dar una respuesta, él insiste y ella le responde evasivamente argumentándole que los años convividos y las experiencias buenas y malas compartidas son la evidencia del amor. Él le recuerda a ella que se conocieron el día de la boda y que ambos estaban nerviosos y asustados, pero sus padres les dieron un consejo ese día:“que aprendieran a amarse”. Este es un concepto difícil de entender desde la perspectiva occidental, pues está muy interiorizado que el amor es algo que se siente, no que se aprende. El amor ágape es el amor que se aprende, se cultiva y se disfruta porque alimenta a los otros amores: la pasión y el sentimiento. Todo matrimonio que quiere permanecer en el tiempo debe tener presente este amor, debe cultivarlo y estar conscientes de que ambos cónyuges se han elegido libremente. Es una decisión permanecer juntos y construir mutuamente una vida con amor, respeto y valoración. Cuando una infidelidad o aventura romántica es descubierta pueden pasar muchas cosas; una es que el infiel o la infiel declare su “amor” por el otro(a) y se vaya de casa, pero cuando se le pase la etapa de “locamente enamorado”, la mayoría quieren regresar con su cónyuge y restaurar la relación. Como se dijo antes, pueden estar realmente arrepentidos de lo que han hecho y harían cualquier cosa por restaurar su matrimonio y recuperar el amor de su cónyuge. En estos casos si la persona engañada está dispuesta a darle una oportunidad, debe evaluar si puede perdonar y distinguir entre el enamoramiento y el amor autentico que pueden construir juntos. Si da esta oportunidad se requiere de todos los pasos que fueron ya descritos en la infidelidad accidental y que veremos más adelante en todo su proceso. Si la persona infiel no muestra arrepentimiento es probable que se quede con la persona con la que fue infiel y quizás más adelante repita la misma historia con otra persona que toque a su corazón y le “haga sentir que su corazón palpita de nuevo por el amor”. Muchas personas piensan y viven así, creyendo solo en el enamoramiento y no en el amor verdadero. Si este es el caso, difícilmente se pude lograr una reconciliación, pues estas personas andan buscando algo que no existe. Quizás tienen una adicción a los químicos que el enamoramiento produce, pero como ya se explicó, este siempre llega a su fin. Como dice el dicho popular:“las vacas siempre ven el pasto más verde del otro lado de la cerca”. El problema es que cuando están del otro lado ven lo mismo y desean regresar o irse para otro lado, esto es muestra de inmadurez y egoísmo, así que quien convive con una persona así, debe pensar muy bien si esto es lo que desea para el resto de su vida. Sugerimos a la pareja hacer juntos el siguiente ejercicio, que les ayudará a valorar como están en relación de su amor: De uno a diez califique estos amores en su matrimonio, siendo 1 muy mal y 10 muy bien. ¿Qué pueden ver al hacer este ejercicio? Quizás el “eros” y el “filos” estén en niveles muy bajos, pero el que realmente cuenta en el deseo de restaurar la relación es el “ágape”. Recuerde el amor ágape es la decisión de permanecer con esa persona y luchar por construir una buena y sana relación y para aprender a amarla o amarlo, cambiando todo lo que tienen que cambiar y muriendo a todo lo que tengan que morir por el bien del otro y de su hogar. El valor que ambos le den determina la posibilidad de la restauración. Si el resultado en el ágape, está entre el 6 y el 10, está mostrando que tiene el deseo y la decisión de trabajar duro por reconstruir la relación. Las infidelidades recurrentes Estas quizás son las más difíciles y complicadas pues han pasado más de una vez, casi siempre sin un proceso de restauración. Lo que ha ocurrido es que el engañado o engañada ha dado su “perdón y olvido” del incidente sin trabajar en él, luego ocurre una vez tras otra, y lo más seguro es que no se ha trabajado la primera infidelidad, ni la segunda, ni la tercera. Así se pueden encontrar parejas en terapia familiar con 20 años de casados pero llenos de resentimientos, enojos y enfrentando una infidelidad más. Aquí tenemos una gran luz roja que nos indica peligro, pues estos infieles son conquistadores empedernidos y generalmente son hombres, pocas mujeres son infieles recurrentes pero siempre es posible encontrar algunos casos de mujeres que traicionan reiteradamente a sus cónyuges. Los infieles recurrentes pueden creer que es una locura desperdiciar una oportunidad cuando hay una persona disponible y que gusta de ellos. También pueden necesitar el ser conquistadores para alimentar su ego y su autoestima. Generalmente las emociones no están involucradas en estas infidelidades, pues lo que importa es lograr la satisfacción de conquistar o serconquistado y el placer de la relación sexual. Se puede decir que estamos ante un comportamiento cien por ciento machista, pues conquistar es un hábito; algo de machos. Estos infieles tienen la necesidad de sentir que son ellos los que dominan la relación de pareja y por esto no les parece en nada raro que su esposa deba aguantar estas infidelidades recurrentes. Algunos pueden hasta sentirse sorprendidos de que sus esposas les reclamen su estilo de vida, pues piensan que “todos los hombres lo hacen”. Según ellos, dejar de ser infieles para estos amantes recurrentes es como someterse a la voluntad de una mujer, y esto resulta ser algo inaceptable desde sus perspectivas machistas. Otros conquistadores recurrentes pueden ser menos descarados en su forma de pensar, quizás pueden mostrarse arrepentidos después de ser “pillados” y prometer el cielo y la tierra, jurando no volverlo a hacer nunca más. Es posible que muchos de ellos en verdad no desean hacerlo más, pero sus convicciones e ideas frente a la fidelidad son muy frágiles como para lograr un cambio, además han aprendido de su esposa que es fácil obtener el perdón y el olvido, al menos hasta la próxima infidelidad. Es muy difícil que un conquistador cambie, pues el arrepentimiento no es algo serio en ellos, es percibido más como un dolor por haber sido descubiertos y todo el malestar que esto le implica a él más que a su esposa e hijos. La mayoría no son conscientes del dolor que causan o lo ignoran con gran facilidad. Es por esto que en estos casos hay que hablar de una luz roja, pues un conquistador está acostumbrado a ser perdonado fácilmente y seguir adelante. Se puede decir que en estos casos hay una responsabilidad compartida con el cónyuge engañado, pues éste no ha podido poner un alto, ni límites sanos cuando perdonó por primera vez, la mayoría de las veces el conquistador empedernido no valora ni aprecia un perdón otorgado tan fácilmente. En estos casos, la esperanza de cambio existe más en la persona engañada que en el infiel, ya que es esta quien debe tomar decisiones muy serias y radicales si no quiere seguir más en este patrón de vida que involucra las infidelidades recurrentes; debe ponerse firme y decir ¡basta, ya no más! Al hacer esto, hay dos posibilidades para las cuales la persona engañada debe estar bien preparada. La primera opción no es tan buena, puede ocurrir que el infiel se vaya y le deje argumentando que está cansado de que usted sea una loca celosa y controladora. Esta posibilidad es quizás una de las más altas; pero si usted está firme y en verdad está cansada(o) de esta vida debe prepararse para planificar su vida sola o solo, dejarle ir a vivir sus aventuras sin fin y que sea otra u otro el que aguante este sufrimiento. Una segunda opción, más escasa, es que la persona infiel al ver la firmeza de su cónyuge y todo lo que puede perder, decida revalorar su vida y cambiar. Quizás se vaya de casa pero regrese arrepentido, pero quizás esto lo ha hecho muchas veces antes ¿Cómo creerle? El error de la mayoría de las mujeres es recibirles inmediatamente, dejándose convencer con sus lindas palabras (recuerde que un conquistador sabe que decir) pero usted debe tener claro que regresar con él sin comprobar su cambio es un grave error. El infiel debe primero ir a buscar ayuda, él tiene un problema grave, podemos decir que necesita de algo así como “infieles anónimos” para vencer su adicción a las conquistas o relaciones extramaritales. Una persona así debe indagar qué es lo que en su forma de pensar está mal y debe ser cambiado urgentemente, sin embargo, se requiere de alguien que le ayude, así que este tipo de personas deben ir con un consejero, psicólogo o terapeuta familiar para poder cambiar sus hábitos, formas de pensar y actuar, reconocerse a sí mismo e identificar cuáles son los valores y prioridades que rigen su vida. Las personas infieles recurrentes tienen mucho que perder cuando deciden cambiar su patrón de vida. Para que la transformación sea posible, ellos deben cambiar de amigos, lugares frecuentados y situaciones que los hacen vulnerables, es por esto que muchos de ellos no están dispuestos a cambiar. Estos conquistadores necesitan urgentemente de una persona a quien rendirle cuentas, a quien llamar cuando la tentación de la infidelidad les acecha. Esta debe ser una persona madura que le conozca y le respete, pero que también sea firme con él en esto de la infidelidad y que no comparta su idea de que ser infiel es normal. Necesita de alguien que tenga en gran estima la fidelidad y le pueda animar a seguir adelante en dejar sus malos hábitos. Puede ser un amigo, quizás una persona cristiana que ha dejado este estilo de vida. En consultas terapéuticas se ha podido ver que funciona muy bien la idea de “un mentor o hermano mayor”. Cuando una esposa(o) de un(a) infiel recurrente decide decir no más, debe estar consciente de lo que puede pasar, y preguntarse si está preparada(o) para ello. Lo más seguro es que usted como cónyuge engañado necesita también ayuda terapéutica, pues hay que trabajar su problema de límites: ¿Por qué no ha podido decir basta a esta relación dañina? ¿Qué es lo que le impide vivir su vida y valorarse más? Se sugiere meditar en el siguiente poema: “El amor que tú sientes por mí, depende totalmente del amor que yo siento por mí”5 ¿Cómo interpreta usted este poema? Lo que esta persona quiere decir es que los otros nos aman, valoran y respetan en la medida que nosotros nos amamos, valoramos y respetamos; por decir algo, en una escala de uno a cien; ¿Cuánto se ama, valora y respeta usted misma(o)? teniendo en mente que amarse y valorarse implica cuidarse, tratarse bien, y no permitir que otros nos hagan daño, maltraten o insulten. Sentirse bien consigo mismo(a)y ser capaz de hacer las cosas bien. Si usted se autoevalúa en esta escala y dice, bueno yo creo que me amo un diez, es probable que su esposo le amará en esa medida también, si alguien dice yo me valoro en un noventa, es probable que su cónyuge también lo hará a ese nivel. “Lo que experimentamos y creemos de nosotros mismos influye en como los otros nos ven o tratan”. Si su cónyuge le ha sido infiel reiteradamente usted es parte del problema. Tal vez, usted no puede decir “NO”, lo cual es un problema de límites y de dependencia emocional que involucra a su autoestima y valoración. Esto implica que usted también debe trabajar su parte, debe aprender a vivir con usted misma(o). Muchas veces se confunde el perdón con el hecho de convivir con la persona o restaurar la relación a como estaba antes, es necesario decir que el perdón no siempre equivale a vivir con la persona infiel, se puede perdonar para ser libre de una relación enferma, estar libre, dejarle ir y poder vivir en paz, sin tener que estar al lado de esa persona que no valora lo que es una relación de pareja estable. “Perdone, pero proteja su corazón hasta ver un cambio permanente y prolongado”6 es un buen consejo de un libro que recomiendo leer para todos aquellos y aquellas que están involucrados con conquistadores. En estos casos se sugiere al cónyuge del infiel, mirar hacia el futuro y hacerse las siguientes preguntas: - ¿Cuántos más años de su vida le quiere dedicar a esta persona que no quiere cambiar su estilo de vida? - ¿Qué es lo que más le impide salir de una relación que le hace daño? - ¿Qué otras personas más se ven afectadas con su falta de firmeza y el no saber poner límites? - ¿Qué cosas ha perdido en todos estos años de aguantar infidelidades? - ¿De seguir así, como será su vida en unos cinco o diez años más? Si usted decide decir ¡basta,no más! y arriesgarse a la posibilidad de perder a su cónyuge, le animamos a vivir el proceso del perdón que se encuentra en este mismo libro, pero hágalo pensando en usted y en la necesidad de ser libre, no pensando en ganar o conquistar al conquistador. Debe dejarle libre para que elija la vida que quiera tener, recuerde nadie cambia a nadie, “solo podemos cambiarnos a nosotros mismos”. Es recomendable que usted busque la ayuda de un especialista o consejero que le ayude a trabajar varias cosas como: su historia personal y analizar por qué no puede poner límite a un abusador. Trabajar su autoestima y crecer como persona, y aprender a vivir sin la dependencia de una relación de manera que pueda manejar la soledad. Si usted siente que no puede decir no a su cónyuge, también sería bueno buscar ayuda profesional, pues pueden existir muchas razones por las cuales usted no quiere, o no puede poner límites a su esposo o esposa. Es bueno que usted tome conciencia de ellas, una de las razones más fuertes es el miedo a la soledad, pero vivir con un conquistador es vivir en soledad, ya que es difícil tener una comunicación íntima con alguien que tiene que estar ocultando cosas y que piensa en él y sus necesidades primero que en las de su familia. Usted decide lo que quiere hacer, si decide seguir con el infiel recurrente debe entender que no es una víctima, porque usted decide quedarse dentro de esa relación; y debe también tener en cuenta que su cónyuge sabe de su dependencia emocional y puede llegar a abusar de esta. En cierta forma esto le asegura a él o ella la libertad de poder hacer lo que quiera porque siempre tendrá a alguien que le espere en casa. Por lo tanto, si su decisión es permanecer al lado del conquistador, usted debe asumir esa responsabilidad y las consecuencias de esta decisión, tanto en usted como en la vida de los que le rodean. Infidelidades con consecuencias extras Las infidelidades con consecuencias extras son las más complejas emocionalmente hablando. Estas ocurren cuando a raíz de la infidelidad hay un hijo de por medio o la infidelidad ha ocurrido con un familiar de la persona engañada, por ejemplo con una hermana(o) o una prima(o), un cuñado(a) lo que hace que las cosas se compliquen aún más. Una cosa es superar un engaño del pasado que no tiene una consecuencia como un hijo y otra es tratar de perdonar un engaño que tiene una consecuencia visible y que no va a desaparecer con el tiempo. Cuando hay un hijo a raíz de la infidelidad, se generan muchos sentimientos y angustias que tratar, pues siendo verdad que el bebé no es responsable de lo que los adultos decidieron, está en medio de un mar de culpas y sufrimiento. La persona engañada deberá considerar todo esto, pues a partir del nacimiento del hijo quedará establecido un vínculo de por vida. ¿En qué grado será este vínculo? Dependerá de muchos factores y lealtades, pues cada caso es único. Por esto en situaciones así, se hace necesario más que nunca el asesoramiento de un profesional, quien sea un medio para aclarar emociones, pensamientos y decisiones. Si la decisión es seguir adelante, la pareja deberá negociar como se llevará a cabo la relación con el nuevo hijo y la forma de acercamiento a la madre o padre de éste. Las cosas pueden empeorar mucho más si la pareja no tiene hijos y el niño(a) de la infidelidad es el primer hijo del infiel o la infiel. Por otro lado, cuando las infidelidades ocurren con personas muy cercanas a la persona engañada, el dolor es mucho más grande pues la traición es doble, la del cónyuge y la del familiar cercano y muchas veces muy querido. Estas situaciones son unas de las más complejas, ponen al engañado entre la espada y la pared, ya que sus lealtades quedan divididas, el camino del perdón se hace más complejo y doloroso. ¿Qué hacer en estos casos? Como no hay recetas para los otros tipos de infidelidad, cada caso es único y depende de lo que las personas quieran y decidan hacer, tampoco hay una receta para estas situaciones tan complejas. En estos casos es necesario la intervención de un profesional que ayude tanto al infiel como al engañado a aclarar sus pensamientos y sentimientos a fin de poder decidir qué es lo mejor para sus vidas. Las infidelidades cibernéticas o emocionales Estas son las infidelidades en las cuales no ha habido una relación sexual física, pero sí, una relación emocional a través del internet o de charlas presenciales y ocasionales con la persona. En estos casos se puede hablar de una infidelidad emocional, pues se comparte con esa persona pensamientos muy íntimos, algunos solo son información acerca de las cosas cotidianas, preocupaciones, o de los problemas que se tienen en el matrimonio y otros son frases o acciones implícitas o explícitas que llevan a la excitación sexual. Cuando esto pasa, la persona involucrada empieza a ocultar información a su cónyuge, por ejemplo no dirá que almorzó con esa persona, saldrá de la ventana del internet cuando uno de sus hijos o esposa(o) entre a la oficina y dedicará más y más tiempo a la computadora. La infidelidad emocional puede ser muy devastadora para un matrimonio, pues esto les aleja como pareja. Se da la deshonestidad y cuando esto sale a la luz igual crea un problema muy grave: la perdida de la confianza y el dolor de no saberse único y suficiente en la vida del otro. Cuando este tipo de infidelidad emocional se da, la persona que ha estado coqueteando le cuesta aceptar que esto también es ser en cierta forma infiel, pues cuando la intimidad emocional y la confianza, es más compartida con otra persona que con el respectivo cónyuge, se está siendo infiel. Si el de la aventura comprende el peligro en el cual ha puesto su hogar, pone un alto y se arrepiente es necesario trabajar en pareja todo aquello que sea necesario para recobrar la confianza, perdonar y en especial hacer una evaluación de la relación de pareja y todo aquello que les ha estado distanciando emocionalmente. Están a tiempo de hacer los cambios necesarios en la relación de pareja y en la forma de ser de cada uno para cultivar una relación más cercana y profunda. Deben ver este acontecimiento como una llamada de atención o luz roja sobre su matrimonio, para cuidarlo y cultivarlo. Evaluar cual es su caso y decidir que hacer ¿Cuál es la situación a la que usted se enfrenta? ¿Quizás usted ha sido el infiel, y puede identificar qué tipo de infidelidad es la que usted cometió? Y lo que es más importante ¿Qué quiere hacer? Si Ud. ha sido infiel y su deseo es restaurar su matrimonio le sugerimos ir al capítulo de ganar la confianza y la credibilidad. Allí usted encontrará una serie de pasos que le ayudarán a direccionar este proceso. No será fácil, pero si usted se compromete a cambiar, y su cónyuge ha decidido darle una oportunidad, las posibilidades de restaurar su matrimonio son muy altas. Si usted ha sido la persona engañada igual debe valorar la situación actual después de ver los tipos de infidelidades. ¿Cuál es su caso? ¿Muestra su cónyuge un arrepentimiento que parece honesto? ¿Quiere darle una oportunidad? Si es así, le animamos a compartir con él o ella este libro, usted debe ir al capítulo de perdonar y su cónyuge al capítulo de ganar la confianza. Cualquiera sea su decisión le recomendamos vivir el proceso del perdón sea con su cónyuge o no. Usted merece estar sano(a) y perdonar algo que de lo contrario le afectará su vida emocional y física. No se quede anclada o anclado en el pasado, tome la decisión de seguir adelante y vivir de una mejor manera. 3. Esquema descrito por el Dr. Giovanni Toscano en la Maestría en Intervención, Asesoramiento y TerapiaFamiliar Sistémica. 4. National Geographic. Febrero 2006. Últimos hallazgos sobre la química del amor. 5. Poema del libro “Amate a ti mismo” de Walter Trobisch. 6. Dres. Herry Cloud y John Townsend. Límites. Ed. Vida. CAPITULO III El camino de perdonar y sanar “¿Queréis ser felices un instante? Vengaos, ¿Queréis ser felices siempre? Perdonad” Henri Lacordaire Antes de entrar a ver los pasos del perdón es muy importante aclarar varias cosas acerca de éste, pues hay muchas ideas erróneas acerca de este tema. También es importante explorar sobre las deudas emocionales, que son las heridas más profundas y las que más requieren del perdón. Una herida del alma es aquella que genera un dolor muy profundo. Se le puede catalogar como un dolor espiritual porque toca lo más íntimo del ser, ataca la dignidad y la identidad, pone a prueba todas las creencias, sueños y anhelos de una persona. Una infidelidad es una herida del alma y toda herida del alma genera una deuda emocional. ¿Qué es una deuda emocional? Es una deuda impagable, como su nombre lo dice, no se puede pagar porque no tiene un precio. ¿Cuánto puede valer una infidelidad? ¿Qué precio puede tener el hecho de que le rompan a uno el corazón? Cuando se tiene una deuda de dinero, se sabe cuánto se debe. Por ejemplo, si la deuda es de diez mil dólares, tendría una persona que le recuerda constantemente su deuda y la tendrá allí cada mes cobrándole, pero cuando usted solo le deba los últimos mil dólares y se los pague, usted estará libre, puede tomar ese recibo que dice “cancelada la deuda”; ya no habrá más una persona recordándole lo que le debe y cobrándole; ya no hay más reclamos, está libre y en paz. Pero con las deudas “impagables”, tanto el deudor como el cobrador tienen un problema. ¿Cómo sabrán que ya es suficiente? Cómo el deudor puede saber ¿Qué ha pagado todo y que está libre? y el cobrador ¿Cuándo estará satisfecho(a)? No pueden saberlo porque no hay un precio determinado y pueden pasarse el resto de sus vidas tratando de pagar o cobrar. Ante una deuda que es “impagable” solo quedan dos caminos posibles para el ofendido: uno es cobrar la deuda toda la vida; cada día, andar detrás del otro recordándole lo que debe. Esto es lo que hacen muchas parejas después de una infidelidad, se la pasan cobrando lo sucedido y en ese camino viven un “infierno”, la persona engañada puede llegar hasta creerse la historia de que es muy bueno o buena por seguir con el otro a pesar de la infidelidad. Van por el mundo mandando mensajes como; miren “soy tan buena persona o buen cristiano que a pesar de todo lo que me hizo vivo con él o con ella” pero esto es un desastre de vida, es como vivir el infierno en la tierra. La herida continúa abierta, el resentimiento ha echado raíces y el infiel sigue allí, muchas veces solo por expiar su falta y esperando que algún día antes de su muerte el otro se digne decirle ¡¿Sabes qué? te perdono de verdad! Pero esto a veces sucede después de haber arruinado o malgastado toda la vida entre gritos, celos, reclamos o indiferencias. El otro camino para el cobrador es perdonar de verdad, esto es cancelar la deuda y no cobrarle más su error para vivir en paz, pero esto no se logra inmediatamente. Se requiere de un proceso que ayude al engañado a sacar su dolor y rabia para poder otorgar un auténtico perdón. Para algunas personas es más fácil perdonar que para otras y esto es normal, pues cada uno tiene su propia historia y experiencias personales que les marcan y hacen ver las cosas de diferente manera. Todo esto tiene que ver con la forma cómo acostumbramos a enfrentar las grandes heridas. Hay dos formas de hacerles frente, como si fueran una cárcel o una escuela. La visión de cárcel es cuando se ve el pasado y las heridas que se han tenido como experiencias que atrapan. El que hizo daño está allí prisionero en una celda fría, pero a su lado también está encerrada la persona que no puede perdonarle ni dejarle libre. Así ambos son prisioneros de lo que pasó .Los resentimientos no disminuyen sino que tienden a aumentar y las relaciones se tornan cada día más difíciles o distantes; es como morir un poco cada día. La otra opción o visión es la de escuela, consiste en ver el pasado y las experiencias dolorosas como un aprendizaje. Pero puede costar porque requiere de esfuerzo, sin embargo, al final se aprenden muchas cosas, se tiene otra visión muy diferente del dolor y de las adversidades. La persona puede decir: “esto que me ha pasado es muy malo y doloroso, pero voy a aprender de todo eso, para que este dolor no sea en vano, voy a crecer para ser una mejor persona, un mejor padre, madre o esposo o esposa”, así que para quienes ven sus heridas del pasado como una escuela les es más fácil perdonar. Cada vez más, el perdón es estudiado desde la psicología por todos los efectos beneficiosos que tiene sobre la salud emocional y física de una persona. Lo contrario también es verdad, cuando alguien vive sin perdonar y el resentimiento echa raíces en su corazón, no solo afecta su estado emocional y anímico, sino que también le afecta físicamente, pues el ser humano es un ser integral, no se puede dividir por áreas. Lo que pasa en su cuerpo afecta su mente y viceversa. Cuando no se perdona, la persona tiende a pensar más y más en la situación que le causó tanto dolor, pero lo que no sabe, es que para el cerebro no existe una diferencia entre lo que se está viviendo en el momento o lo que se está recordando. Así cada vez que se piensa en un mal acontecimiento el cerebro dispara los mismos químicos que fueron disparados cuando el suceso ocurrió por primera vez. Por esto es común ponerse triste, de mal humor o enojado cada vez que recordamos un mal acontecimiento. Esto le resta fuerza y vitalidad al diario vivir porque se vive en un estado de constante estrés y esto además baja las defensas del cuerpo que se hace más vulnerable a enfermedades; tales como migrañas, úlceras y colon irritable. El perdón es usado también en tratamientos con personas que sufren de cáncer para disminuir el estrés que sufren y así poder hacerle frente a la enfermedad con mejores resultados.7 Quien logra perdonar se abre a un mundo de posibilidades, puede dejar el pasado atrás, para soñar con un futuro mejor y lo más importante, disfrutar del presente con los que ama. Un libro que aborda el tema del perdón a profundidad dice: “Perdonar para sanar. Sanar para perdonar”8y este lema es muy real. Se perdona para sanar, pero al mismo tiempo hay muchas cosas que sanar en el camino para poder perdonar al otro, este es el único camino y proceso saludable donde todos salen beneficiados, especialmente quien otorga el perdón, porque este puede sacar afuera todo el resentimiento y el dolor. Antes de entrar al tema del perdón, es importante recordar que hay un momento del ciclo del duelo, el del enojo y la rabia, en la que la persona engañada puede otorgar un perdón falso, como un rito mágico, sin llegar al fondo del asunto, el perdón no es eso, es un proceso largo y doloroso. El perdón falso puede ocurrir y es muy peligroso, pues el dolor y la rabia salen en algún momento. Como se ha dicho antes, la persona engañada empieza a cobrar esta deuda y se siente con derecho de tratar mal a su pareja, esto no es perdón, esto es venganza disfrazada de perdón. El perdón no es olvidar: una creencia muy común es querer olvidar para perdonar, pero esto no es cierto. El cerebro es como una computadora y todo queda almacenado en ella, un ingeniero en sistemas decía que
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