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Tincopa Dermatologia tomo 1 2a Ed 2019

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DERMATOLOGÍA
Oscar W. Tincopa Wong
AUTOR COMPILADOR
Tomo 1
Médico Dermatólogo, Excoordinador del Servicio de Dermatología. Hospital Víctor Lazarte 
Echegaray, EsSALUD, Trujillo, Perú. Miembro Titular de la Sociedad Peruana de Dermatología. 
Miembro Titular de la Sociedad Peruana de Medicina Interna. Exdocente de la Facultad de 
Medicina, Universidad Privada Antenor Orrego, Trujillo, Perú.
Fondo Editorial de la Universidad Privada Antenor Orrego
Historia de la dermatología
Piel y faneras: estructura y función
Inmunología básica de la piel
Semiología de la piel
Dermatosis por agentes vivos
Enfermedades de trasmisión sexual
Dermatitis
Dermatosis reaccionales
DERMATOLOGÍA - Tomo 1
© 2019 Oscar W. Tincopa Wong, autor y compilador
Editado por:
© UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
Av. América Sur N° 3145, 
Urb Monserrate Trujillo, Perú
Teléfono (51) 44 604444, anexo 2087
wwww.upao.edu.pe
Primera edición, diciembre 2011
Segunda edición, marzo 2019
Tiraje: 500 ejemplares
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2019 - 03986
ISBN N° 978-612-4257-84-1
Se terminó de imprimir en abril de 2019 en:
IMPRENTA EDITORIAL GRÁFICA REAL S.A.C.
Jr. Independencia 953, Trujillo - Perú
T. (51-44) 253324
ventas@graficareal.pe
5
En memoria de 
Víctor Raúl Lozano Ibáñez
y Oscar Alejandro Tincopa Urbina
7
DEDICATORIA 
Esta obra está dedicada a mi familia,
a mis profesores, a los alumnos de 
pregrado y postgrado de dermatología, 
porque ellos fueron el estímulo
para continuar.
9
DRA. YOLANDA PERALTA CHÁVEZ
Rectora de la Universidad Privada Antenor Orrego.
FONDO EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
Y A LOS COLABORADORES.
ESPECIALES AGRADECIMIENTOS A:
11
COLABORADORES
Leticia Acosta A.
Adjunto al Servicio de Dermatología. Hospital Luis 
Razetti, Barcelona. Estado Anzoátegui. Venezuela. 
Directora Unidad Dermatológica Dra. Leticia Acosta. 
Lechería. Anzoátegui. Venezuela.
Mónica Aguilar Vargas
Médica Dermatóloga. Dermatóloga Asistente 
del Centro de Salud “La Noria”, MINSA, Trujillo. 
Dermatóloga de la “Clínica Peruano Americana”, 
Trujillo, Perú.
Pepita Albarracín Lescano
Médico Dermatólogo Asistente. Servicio de 
Dermatología. Hospital Jorge Voto Bernales, EsSALUD, 
Lima. Dermatóloga de las Clínicas SANNA, La Molina 
y Maison Sante, Lima. Directora de Dermatic Centro 
Dermatológico LÁSER. Lima, Perú.
Asterio Albines Bernal
Médico Dermatólogo. Práctica privada. Piura, Perú.
Javier Araiza
Microbiólogo y Micólogo. Departamento de Micología, 
Servicio de Dermatología, Hospital General de México 
‘Dr. Eduardo Liceaga’, México, D.F., México.
Nacarid Aranzazu H.
Médico Dermatóloga. Jefe de Cátedra de Dermatología 
y Sifilografía. Escuela José María Vargas. Instituto de 
Biomedicina ‘Dr. Jacinto Convit’. Universidad Central 
de Venezuela. Venezuelaq.
Roberto Arenas Guzmán
Médico Dermatólogo, Jefe de La Sección de Micología, 
Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, 
México, D.F.México. Miembro Titular de La Academia 
Nacional de Medicina de México, México.
Jorge Arrese Estrada
Médico Dermatólogo Dermopatólogo, Servicio 
de Dermopatología y de Dermatología, Centro 
Hospitalario Universitario Sart Tilman, Liege, Bélgica.
Rosalía Ballona Chambergo
Médica Pediatra Dermatóloga, Jefe del Servicio de 
Dermatología, Instituto Nacional de Salud del Niño, 
MINSA, Lima. Coordinadora de la Residencia de 
Dermatología Pediátrica. Tutora del Residentes de 
Pediatría y Dermatología. MINSA. Lima, Perú.
Gustavo Beltrán Grados
Médico Dermatólogo. Jefe del Servicio de 
Dermatología, Hospital de la Marina, Ministerio de 
Defensa. Lima, Perú.
Lucía Bobbio Fujishima
Médica Dermatóloga, Jefe del Servicio de Dermatología, 
Hospital Nacional Dos de Mayo, MINSA, Lima, Perú.
Alexandro Bonifaz
Jefe del Departamento de Micología e Investigador 
Nacional, Servicio de Dermatología, Hospital General 
de México ‘Dr. Eduardo Liceaga’. México, D.F., 
México.
12
Marcela Bosian
Médica Dermatóloga Pediatra, Médica de Planta del 
Servicio de Dermatología del Hospital de Pediatría 
“Prof. Juan P. Garrahan”, Buenos Aires, Argentina.
Héctor Cáceres Ríos
Médico Dermatólogo Pediatra, Direcor de 
Dermatólogos Asociados, Lima Perú.
Luz Calderón
Microbióloga y Micóloga. Departamento de Micología. 
Servicio de Dermatología. Hospital General de México 
‘ Dr. Eduardo Liceaga’, México, D.F., México.
Ximena Calderón Castrat
Médico Residente del 4to año. Servicio de 
Dermatología. Hospital Universitario de Salamanca. 
Salamanca, España.
Gonzalo Calero Hidalgo
Médico Dermatólogo, Jefe del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Regional del IESS, Guayaquil. 
Ex-Jefe del Postgrado de Dermatología, Universidad 
de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador.
Josefina Carbajosa Martínez
Médico Dermatóloga, Cirujano Dermatóloga, Instituto 
Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador 
Zubirán”, México, D.F. Profesora de pregrado en 
Dermatologia, Facultad de Medicina, UNAM, México, 
D.F., México.
Carolina Carrera
Médico Residente del tercer año de Dermatología. 
Instituto de Biomedicina ‘Dr. Jacinto Convit’. 
Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela.
David Carrizales Ulloa
Médico Dermatólogo, Director de la “Clínica de la 
Piel”, Lima, Perú. Ex-Presidente de la Sociedad Peruana 
de Dermatología. 
Andrea Bettina Cervini
Médica Dermatóloga Pediatra, Docente Adscripto 
de Dermatología de La Universidad de Buenos Aires, 
Buenos Aires, Argentina. Médica de planta del Servicio 
de Dermatologia del Hospital de Pediatría “Prof. Dr. 
Juan P. Garrahan”, Buenos Aires, Argentina.
María Rosa Cordisco
Médica Dermatóloga Pediatra, Profesora de 
Dermatología y Pediatría. Escuela de Medicina y 
Odontología. Universidad de Rochester, Rochester, 
New York, EE.UU. Médico Consultor del Servicio de 
Dermatología Pediátrica del Hospital de Pediatría 
Profesor J.P. Garrahan, Buenos Aires, Argentina. 
Florencio Cortez Franco
Médico Dermatólogo, Jefe del Servicio de Dermatologia, 
Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión, MINSA, 
Callao, Perú. Profesor de Dermatología, Facultad de 
Medicina de San Fernando, UNMSM, Lima, Perú. 
Gladys Chanco Ramírez
Médico Residente de Dermatología. Hospital Militar 
Central. Ministerio de Defensa. Lima, Perú
Griselda De Anda
Médica Dermatóloga, Jefe del Centro Dermatológico 
de la Asociación Española. Médico Referente del 
Centro Asistencial del Sindicato Médico del Uruguay, 
Montevideo, Uruguay.
Soky Del Castillo Cabrera
Médico Dermatólogo. Asistente del Servicio de 
Dermatología. Red Lima Ciudad. Lima, Perú.
Jorge Raúl Delgado Reque
Médico Pediatra. Asistente del Servicio de Pediatría. 
Hospital Guillermo Kaelin De la Fuente. EsSALUD. 
Lima, Perú.
Marisol Díaz Lozano
Médico Dermatóloga, Dermatóloga de la práctica 
privada, Trujillo, Perú.
Juan Carlos Diez de Medina
Médico Dermatólogo, Jefe de enseñanza e investigación 
Fundación Piel Bolivia. Presidente del Comité Científico 
de la Sociedad Boliviana de Dermatología, La Paz, 
Bolivia.
Luis Felipe Elías Lazo
Médico Dermatólogo. Director del Hospital II Alberto 
Hurtado Obadía, EsSALUD, La Oroya, Junín, Perú.
13
Elena Escalante Jibaja
Médica Pediatra, Asistente del Servicio de Pediatria, 
Hospital Central Fuerza Aérea del Perú, Lima, Perú.
Emma Escalante Jibaja
Médica Dermatóloga, Asistente del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Central Fuerza Aérea del Perú, 
Lima, Perú. 
María Del Carmen Fuertes Anaya
Médica Dermatóloga, Asistente del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Nacional “Daniel A. Carrión”, 
MINSA, Callao, Perú.
Beatriz García de Acevedo Chávez
Médica Internista y Dermatóloga. Magister en Ciencias 
Médicas. Dermatóloga en la actividad privada, México 
D.F., México.
María Teresa García
Médica Residente de Dermatología del 3er año, 
Departamento de Dermatologia, Hospital General 
“Dr. Manuel Gea González”, México, D.F., México.
Angélica Victoria García Tello
Médico Internista, Asistente del Servicio de Medicina, 
Hospital Regional Docente de Trujillo, MINSA, 
Trujillo. Profesora Principal de Medicina,Facultad 
de Medicina, UNT, Trujillo. Directora del Instituto de 
Medicina Tropical e Infectología “Hernán Miranda 
Cueto”, Trujillo, Perú.
Elda Giansante
Médico Dermatóloga. Profesora del Postgrado de 
Dermatología. Hospital Universitario de Caracas. 
Universidad Central de Venezuela. Coordinadora de 
la Consulta de Enfermedades del tejido Conectivo y 
Laboratorio de Inmunofluorescencia. Caracas, Venezuela.
Antonio Guzmán Fawcett
Médico Dermatólogo, Leprólogo, Micólogo y, Cirujano 
Dermatólogo. Profesor adjunto de patología bucal, 
Facultad de Odontología Pierre Fauchard, Universidad 
Autónoma de Asunción, Asunción, Paraguay.
Juan Honeyman Mauro
Médico Dermatólogo, Profesor Titular de Dermatología 
de la Universidad de Chile y de la Pontificia Universidad 
Católica de Chile. Director del Departamento de 
Dermatología de La Universidad de Chile, Santiago, Chile.
Agustina Lanoel
Médico Dermatóloga Pediatra. Médico Principal del 
Servicio de Dermatología. Hospital de Pediatría Prof. 
J.P. Garrahan, Buenos Aires, Argentina.
Dayer Larrea Gallegos
Médico Residente de Dermatología. Hospital Arzobispo 
Loayza. MINSA. Lima, Perú.
Edgar Enrique La Rotta Higuera
Médico Dermatólogo-Dermopatólogo,”Clínica de La 
piel”, Caracas, Venezuela. Postgrado en Hospital das 
Clínicas de São Paulo, São Paulo, Brasil.
Alejandro Llanos Cuentas
Médico Infectólogo Tropicalista, Instituto de Medicina 
Tropical “Alexander Von Humboldt”, UPCH, Lima, Perú
Ciro Maguiña Vargas
Médico Especialista en Enfermedades Infecciosas, 
Tropicales y Dermatología. Doctor en Medicina. 
Profesor Principal de la UPCH. Director Asociado 
del Instituto de Medicina Tropical “Alexander Von 
Humboldt”, UPCH, Lima, Perú.
Griselda Montes de Oca
Médico Dermatóloga. Servicio de Dermatología. 
Hospital General de México ‘Dr. Eduardo Liceaga’, 
México, D.F., México.
Arnette Morán
Médico Dermatóloga. Servicio de Dermatología del 
Hospital Luis Vernaza. Guayaquil, Ecuador
Arjen F. Nikkels
Médico Dermatólogo, Servicio de Dermopatología y 
Dermatología. Centro Hospitalario Universitario Sart 
Tilman, Liege, Bélgica.
Lizandro Obregón Sevillano
Médico Dermatólogo, Ex-Jefe del Servicio de Dermatologia, 
Hospital Central Fuerza Aérea del Perú, Lima, Perú.
María Eugenia Ortega
Médico Dermatóloga. Instituto Médico La Floresta. 
Caracas, Venezuela.
14
Fernando Osores
Médico Cirujano. Magister en Enfermedades 
Infecciosas y Tropicales. Profesor de Medicina, 
Universidad Ricardo Palma, Lima, Perú.
Hernán Padilla Corcuera
Médico Dermatólogo, Jefe del Servicio de 
Dermatologia, Hospital “Víctor Lazarte Echegaray”, 
EsSALUD, Trujillo. Profesor de Dermatología, Facultad 
de Medicina, UPAO, Trujillo, Perú.
Antonio Paredes Arcos
Médico Dermatólogo, Asistente del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Nacional “Edgardo Rebagliatti 
Martins”, EsSALUD, Lima, Perú.
Patricia Patiño
Médico residente del Postgrado de Dermatología. 
Instituto de Biomedicina ‘Dr. Jacinto Convit’. 
Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela.
Amy Peralta
Médico Internista e Infectóloga. Egresada del Instituto 
Nacional de Oncología, México, D.F, México. 
Ricardo Pérez Alfonzo
Médico Dermatólogo, Director del Postgrado de 
Dermatología. Instituto de Biomedicina ‘Dr. Jacinto 
Convit’. Coordinador de la Consulta de Lupus 
Eritematoso. Universidad Central de Venezuela. 
Caracas, Venezuela.
Jaime Piquero Casals
Médico Dermatólogo, Encargado de la consulta de 
patologia de vulva, Servicio de Ginecología, Hospital 
Universitario de Caracas, Caracas, Venezuela. 
Postgrado en El Hospital das Clínicas de São Paulo, 
Universidad de São Paulo, Brasil. Especialista en vitiligo.
Vanesa Piquero Casals
Médica Dermatóloga, Especialista en Dermatología 
Estética, “Clínica de La piel”, Caracas, Venezuela. 
Postgrado en Hospital das Clínicas de SãoPaulo, 
Universidad de São Paulo, Brasil.
Jaime Piquero Martín
Médico Dermatólogo, Profesor Emeritus del Postgrado 
de Dermatología, Instituto de Biomedicina, Universidad 
Central de Venezuela, Caracas, Venezuela.
Rosa María Ponce
Médico Dermatóloga. Jefe del Servicio de Dermatología, 
HospitalGeneral de Mézxico ‘Dr. Eduardo Liceaga’, 
México, D.F., México.
Mario Ponce Álvarez
Médico Cirujano. Instituto de Medicina Tropical 
“Alexander Von Humboldt”, UPCH, Lima, Perú.
Reynaldo A. Pomar Morante
Médico Residente de Dermatología. Hospital Arzobispo 
Loayza. Ministerio de Salud. Lima, Perú.
Elsa Radas S.
Inmunoparasitólogo, PhD. Investigador Adjunto 
Sección Leprología. Instituto de Biomedicina ‘Dr. 
Jacinto Convit’. Caracas, Venezuela.
Mary Ann Robledo Prada
Médica Dermatóloga, Investigadora Asociada de 
la Sección Micologia de la CIB, Medellín, Colombia. 
Fellowship en Inmunodermatología Universidad de 
Johns Hopkins, Baltimore, Maryland, USA. Dermatóloga 
en actividad privada, Medellín, Colombia.
Orquídea Leonor Rodríguez
Investigadora, Laboratorio de Biología Celular, Instituto 
de Biomedicina, Universidad Central de Venezuela, 
Caracas, Venezuela.
Natilse Rondón Lárez
Médica Dermatóloga, Dermatóloga de la “Clínica 
Santa Sofía”, Caracas, Venezuela.
Antonio Rondón Lugo+
Médico Dermatólogo, Profesor Emeritus Instituto de 
Biomedicina. Coordinador del Comité de Bioética, 
Instituto de Biomedicina, Universidad Central de 
Venezuela, Caracas, Venezuela. Dermatólogo de la 
“Clínica Santa Sofía”, Caracas, Venezuela.
Percy Rojas Plasencia
Médico Dermatólogo, Asistente del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Regional Docente de Trujillo, 
MINSA, Trujillo. Magister en Educación. Profesor 
Auxiliar de Dermatología, Facultad de Medicina, UNT, 
Trujillo, Perú.
15
Marlene Rubio
Médico Dermatólogo y Médico Internista. Caracas, 
Venezuela.
Arturo Saettone León
Médico Dermatólogo, Dermatólogo de la Clínica 
“Maison de Sante”, Lima, Perú.
Gadwyn Sánchez Félix
Médico Dermatólogo, Ex-Jefe del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Nacional “Edgardo Rebagliatti 
Martins”, EsSALUD, Lima. Profesor Asociado de 
Dermatología, Facultad de Medicina de San Fernando, 
UNMSM, Lima. Miembro del Comité de Residentado 
en Dermatología, UNMSM, Lima, Perú.
Leonardo Sánchez Saldaña
Médico Dermatólogo. Profesor Invitado del Postgrado 
de Dermatología, Facultad de Medicina de San 
Fernando, UNMSM, Lima, Perú. 
José A. Seijo Cortés
Médico Cirujano Dermatólogo, Dermatólogo en la 
actividad privada, México, D.F., México.
Amado Saúl Cano+
Médico Dermatólogo. Profesor de Dermatología 
de Pre y Postgrado. Faculta de Medicina. UNAM 
y del Instituto Politécnico Nacional,, México, D.F.. 
Consultor Técnico del Servicio de Dermatología del 
Hospital General de México. México.D.F. Miembro 
de la Sociedad Mexicana de Dermatología y de la 
Asociación Mexciana de Acción contra la Lepra. 
Fundador del Consejo Mexicano de Dermatología, 
México, D.F., México.
Víctor A. Soto Cáceres
Médico Internista y Epidemiólogo. Magister en salud 
comunitaria y Doctor en Medicina. Profesor Principal 
de Medicina Humana, Universidad Nacional Pedro Ruiz 
Gallo, Lambayeque. Profesor Principal de La Facultad 
de Ciencias para la Salud, Universidad Particular de 
Chiclayo, Chiclayo, Perú.
Félix Jacobo Tapia
Jefe del Laboratorio de Biología Molecular, Instituto 
de Biomedicina, Universidad Central de Venezuela, 
Caracas, Venezuela.
Eva Tejada Espinoza
Médica Dermatóloga, Asistente del Servicio de 
Dermatología, Hospital Militar Central, Ministerio de 
Defensa, Lima, Perú.
Oscar W. Tincopa Wong 
Médico Dermatólogo, Ex Coordinador del Servicio 
de Dermatología, Hospital Víctor Lazarte Echegaray, 
EsSalud, Trujillo, Perú. Miembro Titular de la Sociedad 
Peruana de Dermatología. Miembro Titular de la 
Sociedad Peruana de Medicina Interna. Ex-Docente 
de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad 
Privada Antenor Orrego, Trujillo, Perú.
Enrique Uraga Pazmiño
Médico Dermatólogo. Jefe del Servicio de Dermatología. 
Hospital Luis Vernaza, Guayaquil, Ecuador. Jefe de la 
Unidad de Postgrado em Dermatología Univerisdad 
Católica de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador.
Luis F. Valdivia Blondet+
Médico Dermatólogoy Alergista. Doctor en Medicina. 
Profesor Principal de Dermatología, Facultad de 
Medicina de San Fernando, UNMSM, Lima. Presidente 
del Comité de la Especialidad de Dermatología, 
UNMSM, Lima, Perú.
Braulio Valencia Arroyo
Médico Especialista en Enfermedades Infecciosas, 
Tropicales y Dermatología. Instituto de Medicina 
Tropical “Alexander Von Humboldt”, UPCH, Lima, Perú.
Jenny Valverde López
Médica Dermatóloga, Jefe del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Regional Docente de Trujillo, 
MINSA, Trujillo. Profesora de Dermatología, Facultad 
de Medicina, UNT, Trujillo. Profesora Adscrita del 
Instituto de Medicina Tropical e Infectología “Hernán 
Miranda Cueto”, Trujillo, Perú.
Andrés Vásquez Mejía
Médico Dermatólogo. Práctica privada. Trujillo, Perú.
María Elena Vera Gordillo
Médica Dermatóloga, Hospital de La Universidad de 
Guayaquil, Guayaquil, Ecuador.
Augusto Vicuña Ríos
Médico Dermatólogo, Práctica Privada, Trujillo, Perú.
16
Dora L. Vicuña Ríos
Médica Dermatóloga, Asistente del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Regional Docente de Trujillo, 
MINSA, Trujillo. Profesora de Dermatología, Facultad 
de Medicina, UNT, Trujillo, Perú.
Gladys Vidarte Orrego
Médico Dermatóloga, Asistente del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Nacional “Arzobispo Loayza”, 
MINSA, Lima. Magister en Docencia e Investigación 
en Salud. Profesor de Dermatología, Universidad San 
Juan Bautista, Lima, Perú. Postgrado en Hopsital Das 
Clínicas, Universidad de São Paulo, São Paulo, Brasil.
Lilia Zapata Cárcamo
Médica Dermatóloga, Ex-Jefe del Servicio de 
Dermatologia, Hospital Nacional “Carlos Alberto 
Seguín Escobedo”, EsSALUD, Arequipa. Docente de 
Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad 
Católica Santa Maria, Arequipa, Perú. 
Chernan L. Zapata Granja
Médico Dermatólogo, Dermatólogo de la “Clínica 
Sánchez Ferrer”, Trujillo, Perú.
Olga Zerpa
Médico Dermatóloga. Instituto Médico La Floresta. 
Caracas. Editora de la Revista Dermatología 
Venezolana. Caracas, Venezuela. 
17
PIEL Y FANERAS
• Estructura y función.
Oscar W. Tincopa Wong
Jorge Arrese Estrada
• Inmunología básica y piel
Félix Jacobo Tapia 
Orquídea Leonor Rodríguez 
SEMIOLOGÍA DE LA PIEL
• Examen clínico, lesiones elementales
Oscar W. Tincopa Wong
CONTENIDO 
MEMORIA
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS
COLABORADORES
Prólogo de la primera edición
Prof. Dr. David Carrizales Ulloa
Presentación de la segunda edición
Oscar W. Tincopa Wong
Introducción e historia de la dermatología
Oscar W. Tincopa Wong
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
05
07
09
11
23
25
27
33
33
51
75
75
18
DERMATOSIS POR AGENTES VIVOS
• Bacterianas:
 - Piodermias
Leonardo Sánchez Saldaña
Soky Del Castillo Cabrera
Gladys Chanco Ramírez
Dayer Larrea Gallegos
Reynaldo A. Pomar Morante
 - Infecciones de tejidos blandos
Dora Vicuña Ríos
Augusto Vicuña Ríos
 - Tuberculosis cutánea
Oscar W. Tincopa Wong
Leonardo Sánchez Saldaña
 - Lepra
Nacarid Aranzazu H.
Leticia Acosta A.
Elsa Radas S. 
Amado Saúl Cano †
 - Micobacteriosis atípicas
María T. García Romero 
Roberto Arenas Guzmán 
 - Bartonelosis humana
Ciro Maguiña Vargas
Mario Ponce Alvarez 
• Virales:
 - Virus herpes simple
Jenny Valverde López
 - Herpes Zóster
Percy Rojas Plasencia
 - Papiloma virus humano
Lilia Zapata Cárcamo
 - Molusco Contagioso
Chernan L. Zapata Granja
 - Infección por retrovírus HTLV-I
 Florêncio Cortez Franco
 - Exantemas de la infância
Oscar W. Tincopa Wong
CAPÍTULO 3
87
89
89
119
129
147
169
179
185
185
191
197
203
207
217
19
• Parasitarias:
 - Escabiosis
Oscar W. Tincopa Wong
 - Pediculosis
Emma Esclante Jibaja
Elena Escalante Jibaja
Soky Del Castillo Cabrera
Jorge Raúl Delgado Reque
 - Larva migrans
Oscar W. Tincopa Wong
 - Leishmaniasis tegumentaria americana
Alejandro Llanos Cuentas
Braulio Valencia Arroyo
Ciro Maguiña Vargas
 - Leishmaniasis visceral
Olga Zerpa
María Eugenia Ortega
 - Miasis cutánea
Oscar W. Tincopa Wong
 - Gnathostomiasis: Paniculitis Nodular Migratoria 
Eosinofílica
Gonzalo Calero Hidalgo 
María Elena Vera Gordillo
 - Tungiasis
Chernan L. Zapata Granja
 - Loxoscelismo
Ciro Maguiña Vargas
Mario Ponce Álvarez
 - Amebiasis cutánea por amebas de vida libre
Oscar W. Tincopa Wong
Jenny Valverde López
Asterio Albines Bernal
 - Paederosis
Oscar W. Tincopa Wong 
241
241
273
287
295
307
319
337
343
347
353
361
20
 - Micosis superficiales
Leonardo Sánchez Saldaña
Gladys Chanco Ramírez
Soky Del Castillo Cabrera
Reynaldo Alberto Pomar Morante
Dayer Larrea Gallegos 
 - Micosis subcutáneas y profundas. 
Oscar W. Tincopa Wong
David Carrizales Ulloa
 - Micosis oportunistas
*Aspergilosis
Alexandro Bonifaz
Amy Peralta
Rosa María Ponce
*Criptococosis
Alexandro Bonifaz
Griselda Montes de Oca
Rosa María Ponce
*Geotricosis
Alexandro Bonifaz
Luz Calderón
Rosa María Ponce
*Mucormicosis
Alexandro Bonifaz
Javier Araiza
Rosa María Ponce
 - Ofidismo
Ciro Maguiña Vargas
Mario Ponce Álvarez
Fernando Osores
369
391
423
423
429
433
437
443
21
ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL 
 - Sífilis 
Oscar W. Tincopa Wong, 
David Carrizales Ulloa
 - Uretritis gonocócica y no gonocócica
Hernán Padilla Corcuera
 - Chancro Blando
Dora Vicuña Ríos
Augusto Vicuña Ríos
 - Linfogranuloma venéreo
Oscar W. Tincopa Wong
 - Donovanosis
Percy Rojas Plasencia
 - Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
Jenny Valverde López
Angélica Victoria García Tello
 - Epidemiología de las ITS
Victor A. Soto Cáceres
DERMATITIS
 - Dermatitis atópica
Andrea Bettina Cervini
Marcela Bosian 
 - Dermatitis numular
Jenny Valverde López 
• Dermatisis de contacto irritativa y alérgica
Leonardo Sánchez Saldaña
Reynaldo A. Pomar Morante
Dayer Larrea Gallegos
Soky Del Castillo Cabrera
Gladys Chanco Ramírez
• Dermatitis por estasis
Leonardo Sánchez Saldaña
Reynaldo A. Pomar Morante
Dayer Larrea Gallegos
Soky Del Castillo Cabrera
Gladys Chanco Ramírez
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
451
451
471
477
481
487
491
505
513
525
529
547
513
22
DERMATOSIS REACCIONALES:
 - Prurito y liquen simple crónico
Maria del Carmen Fuertes Anaya
 - Prúrigo
Marisol Díaz Lozano
 - Urticaria y Angioedema
Oscar W. Tincopa Wong
 - Farmacodermias
Arturo Saettone Leon 
 - Eritema nudoso
Mónica Aguilar Vargas 
 - Dishidrosis
Oscar W. Tincopa Wong
 - Eritemas figurados
Marisol Díaz Lozano
 - Dermatosis purpúricas pigmentadas
Oscar W. Tincopa Wong
 - Eritrodermia
Andrés Vasquez Mejía
 - Fotodermatosis
Oscar W. Tincopa Wong
 - Fotoprotección y Fotoeducación
Antonio Rondón Lugo †
Natilse Rondón Lárez
 - Psicodermatosis
Lilia Zapata Cárcamo
CAPÍTULO 6
555
563
563
571
599
613
617
623
629
635
641
667
679
23
PRÓLOGO DE LA 
PRIMERA EDICIÓN
“La semilla se sembró y creció un frondoso árbol con 
muchas fructificaciones”
Debemos de agradecer al profesor Dr. Oscar Tincopa Wong, la dirección de esta 
magnífica obra de dermatología, que viene a aumentar el empeño, en academizar 
cada vez más nuestra especialidad.
La piel, desde la creación del hombre, es el órgano que nos relaciona y nos 
defiende de todas las agresiones del medio ambiente, revelándose cada día 
como el órgano mas complejo de nuestro organismo, con sistemas inmunitarios, 
enzimáticos, metabólicos, cuyos componentes y funciones a nivel molecular, son 
necesarios conocerlos y comprenderlos para poder interpretar correctamente los 
cambios morfológicos macro, microscópicos y moleculares para así, poder ejercer 
una “terapia fisiopatológica”; cambios que se ejercen no solamente en los procesos 
patológicos de la piel, sino también en los fisiológicos como el envejecimiento 
cutáneo.
Los adelantos médicos, han hecho posible que la vida se prolongue más y 
más y el concepto de bienestar implique también el de belleza, es por ello que 
debemos de entender que la cosmiatría en su más extensa concepción, comprenda 
procedimientos invasivos, mínimamente invasivos y no invasivos, que mejoren el 
aspecto estético y deban de ser incorporados en la curricula de la formación del 
dermatólogo; el profesor Tincopa en suobra no ha descuidado ninguno de estos 
tópicos.
Somos testigos desde que comenzó su formación como dermatólogo, siendo el 
primer residente del programa académico de residentado en dermatología de la 
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con sede en el Hospital Militar Central 
(Lima), de su calidad académica y de su afán de superación constante. Durante 
los años de su formación, fueron innumerables las noches y madrugadas además 
de sus labores en el departamento de dermatología del Hospital Militar Central, 
que nos reuníamos para revisar los casos clínicos, las láminas de histopatología 
y el estudio de las novedades de las revistas científicas, demostrando su deseo 
de compenetrarse profundamente en los más modernos conocimientos. Estas 
cualidades han continuado acrecentándose en el profesor Tincopa, así siguió 
estudios en el extranjero, publicando numerosos trabajos científicos y con la edición 
de esta obra, corrobora la apreciación que tenemos de él.
24
El prestigio académico alcanzado por el profesor Tincopa, ha logrado en esta obra 
convocar a profesores nacionales y extranjeros de gran reputación internacional, 
junto con jóvenes valores de la dermatología local.
En la estructura temática de esta obra no ha descuidado ningún campo de la 
dermatología moderna y cada capítulo entregado a profesores muy buenos 
conocedores de los temas asignados han permitido expresar los conocimientos con 
un lenguaje claro, sencillo y a la vez con gran profundidad científica y profusamente 
ilustrado, lo que estamos seguros, estimulará nuevas producciones en estos campos, 
para beneplácito de los que llevamos en nuestros corazones el espíritu académico 
y docente.
Gracias profesor Tincopa.
Profesor Dr. David Carrizales Ulloa. 
25
PRESENTACIÓN DE LA 
SEGUNDA EDICIÓN
Han pasado 8 años de la primera edición del texto básico DERMATOLOGÍA. 
Concebido en especial para el alumno de pregrado, el médico general, y para el 
residente de dermatología que se inicia. Tiempo en que los avances de la ciencia 
han continuado y del que esta especialidad no es ajena. Los cambios se han 
operado en la inmunología, genética, bioquímica, y en la estética de la medicina. 
Muchos de estos avances nos han permitido comprender mejor la etiopatogenia de 
las dermatosis con logros significativos en la terapia. Pero, la revolución se viene 
dando en la medicina estética, que con el advenimiento de terapias novedosas con 
láser y otras técnicas, gozan en la actualidad cada vez más de la preferencia de los 
pacientes, quienes no sólo buscan alivio o curación de sus daños cutáneos, sino, 
desean mejorar su apariencia; en la que también se halla inmersa la dermatología.
En esta edición, se han actualizado, revisado, y ampliado capítulos, aunque algunos 
permanecen como en la primera edición, ya que no hay cambios sustantivos 
a lo descrito anteriormente. Mantenemos el mismo formato, sin descuidar la 
etiopatogenia, fisiopatología, la clínica, las complicaciones, y el tratamiento. Algunos 
colaboradores de la edición anterior ya no están, se retiraron o fallecieron, pero 
hay nuevos quienes han desarrollado otros nuevos capítulos. Se han adicionado 
cuadros como nueva iconografía, que es un rasgo importante a tener en cuenta en 
un libro en esta especialidad, ya que una imagen dice mucho más que las palabras.
Debo mencionar con honestidad, que en esta edición damos mayor atención a los 
daños cutáneos frecuentes con los que en el quehacer médico confrontan tanto el 
dermatólogo como el médico general. La medicina estética dermatológica, sólo 
es presentada en algunos aspectos, sin ahondar en esa rama de la medicina. La 
misma que puede ser hurgada en profundidad en libros de esa subespecialidad.
Pero, también es ineludible citar que la mayoría de nuestros colaboradores aceptaron 
actualizar sus capítulos, algo que nos satisface ya que demuestra confianza en esta 
obra que mantiene su concisión. Por ende, confío que esta edición sea útil como 
la anterior y preste ayuda en el entendimiento como en el reconocimiento de las 
dermatosis frecuentes en la práctica médica general. 
 
 Oscar W. Tincopa Wong
27
INTRODUCCIÓN
HISTORIA DE LA 
DERMATOLOGÍA 
Dermatología es definido en el Diccionario de la 
Lengua Española, en su 22a edición como “Rama 
de la medicina que trata de las enfermedades de 
la piel”. Pero, el dermatólogo no debe confinarse 
sólo a estudiar los daños cutáneos, sino también 
interesarse en la medicina interna como en los 
variados factores del medio ambiente y ocupacionales 
que frecuentemente originan problemas en la piel, 
ya que muchas de las enfermedades sistémicas 
eventualmente afectan la piel, sea directamente 
o como el resultado de una complicación de la 
enfermedad misma o de su tratamiento. Así mismo, 
también está obligado a poner atención al psiquis, 
pues los factores psicológicos juegan rol importante 
en la dermatología. La piel es de la mayor importancia 
para el ser humano, se constituye en la imagen 
corporal a presentar ante los demás. Igualmente está 
el hecho de que las enfermedades de la piel , para 
muchos, aun son referidas con cierta repugnancia por 
la población, lo que se suma al infortunio de quien 
padece una dermatosis, tanto, que los disturbios 
psicológicos inducidos por problemas cutáneos 
alcanzan significado médico importante. Algunas 
veces estos problemas psicológicos son exacerbados 
por reacciones de los familiares del paciente, de 
sus amigos y aún colegas de actividad profesional; 
en otras circunstancias es seguido por el sentimiento 
de culpa o desánimo, generado por la creencia 
que las enfermedades de la piel son el producto de 
la suciedad o inmundicia, por ende, las dermatosis 
generan angustia y depresión. Por otra parte, algunos 
pacientes refieren y muestran problemas en la piel 
que son imaginados o autoinfligidos, y la presentación 
ante el dermatólogo expresa “Un grito de ayuda” por 
disturbios personales, sociales y/o maritales. Y en 
otros, la consulta dermatológica sería la manifestación 
de una enfermedad psicológica subyacente como la 
depresión y esquizofrenia. 
La dermatología como especialidad nace en Europa en 
el siglo XVIII y se desarrolla, sobre todo, en el siglo XIX 
y XX, progresando desde sus inicios como una rama de 
la medicina interna. En sus albores, las enfermedades 
cutáneas estuvieron en la esfera del curanderismo 
y de los cirujanos; muchos de los textos de cirugía 
antiguos pusieron atención en los tratamientos de las 
enfermedades de la piel. A comienzos del siglo XVIII, 
sin embargo, grandes médicos de la época como 
Daniel Turner aconsejaron el uso de preparaciones 
aplicadas a la piel como terapia para enfermedades 
internas. Durante la última década del mismo siglo, se 
inicia el registro de las observaciones sobre procesos 
cutáneos y continuaron haciéndose a través de todo el 
siglo XIX, y hacia finales de este siglo, las dermatosis y 
en especial las causadas por infecciones crónicas como 
la sífilis y la tuberculosis, constituyeron parte importante 
de la práctica del médico general. Es recién a principios 
del siglo XX en que la especialidad de dermatología es 
tomada en cuenta por muchos médicos, tendencia que 
pervive a la fecha. En la primera mitad del siglo XX, el 
énfasis de la dermatología se puso en la descripción 
clínica, en la clasificación de los numerosos desórdenes 
cutáneos, y sólo fue disponible el tratamiento empírico; lo 
peor era que éste era inefectivo, sucio como maloliente; 
Oscar W. Tincopa Wong.
28
todo ello redundó en el atraso para la dermatología. 
En la segunda mitad; hubo una explosión en el saber 
dermatológico como resultado de la introducción de 
técnicas de investigación más sofisticadas, lo que no 
sólo logró una mejor comprensión de la patogénesis 
y del tratamiento de las dermatosis, sino que además, 
facilitó el desarrollo de muchas curaciones, aunándose 
a este fin, las técnicas de biología molecular. 
Es meritorio conocer quiénes fueron los líderes queescribieron la dermatología en el mundo desde sus 
comienzos a la fecha. Fueron varias escuelas las que 
sembraron esta rama de la medicina, así tenemos a 
la escuela inglesa, con representantes como Robert 
Willan (1757-1812) (Figura 1), brillante dermatólogo 
cuyo aporte estuvo en la definición de términos y 
nomenclatura, pues fue el primero en caracterizar los 
varios tipos de lesiones básicas de la piel, la mayoría 
de las cuales, todavía se pueden reconocer ahora por 
sus términos familiares(costra, escama, pápula, bula, 
caspa, exantema, mácula, tubérculo, vesícula, bula, 
pústula), además de establecer una clasificación de 
las enfermedades hacia 8 tipos, teniendo en cuenta 
su apariencia clínica morfológica. Su trabajo fue 
publicado más tarde por su discípulo y leal amigo 
Tomas Bateman (1778-1821), quien lo sucedió, y 
publicó tanto el trabajo de Willan como su experiencia 
personal en “Practical Sinopsis of cutaneous diseases”, 
más tarde, Bateman, escribe su segunda mayor obra 
en la que sumó material no publicado de Willan, 
titulado “ Delineations of cutaneous diseases”. 
De la escuela francesa destaca nítidamente su 
fundador Jean Louis Alibert (1768-1837) (Figura 2), su 
trabajo fue presentado en 1806 como “Description 
des maladies de la peu”, escrita y publicada en 
Francia. Constituido por grabados coloreados de 
gran calidad. El propuso una clasificación de las 
enfermedades de la piel, representado en el famoso 
“árbol de las dermatosis”, clasificación que era 
confusa y que cayó en descrédito más adelante. 
Es de enfatizar, que la escuela francesa tuvo como 
fuente el Hospital San Luis. Otras connotadas figuras 
se citan a Laurent Theodore Biett (1781-840) y a sus 
discípulos Pierre Louis Cazenave (1802-1877) y Henri 
Edouard Schedel(¿-1856), ambos, publicaron todas 
las enseñanzas y conferencias de Biett, lo compilaron 
en una obra “Abrégé pratique des maladies de la 
peau”(Sinopsis práctica de las enfermedades de la 
piel), libro que siguió en gran medida la doctrina de 
Willan, y que se constituyó en uno de los de mayor 
influencia en su época por 30 años, hasta que 
aparece el trabajo de Hebra. Hasta llegar al último 
alumno de Alibert y Biett, Ernest Bazin(1807-1898), 
quien describió y le dio nombre por primera vez al 
eritema indurado, y que es conocido ahora como 
enfermedad de Bazin. 
En Alemania también hubieron líderes que 
enriquecieron la historia de la dermatología, como 
Johan Lucas Schoenlein(1793-1864) quien en 1839 
descubrió el origen micótico del favus. Jacob Henle 
Figura 1. Robert Willan(1757-1812)
Figura 2. Jean Louis Alibert(1768-1837)
29
(1809-1885), descubridor del Demodex folliculorum. 
Con el rasgo saltante de que la escuela alemana 
le dio auge a la microparasitology. Otro exponente 
fue Gustav Simon (1824-1876), quien publicó en 
alemán el primer libro de dermatopatología “Die 
hautkrankheiten durch anatomische Untersuchungen 
erläutert” (Enfermedades de la piel explicadas por 
investigaciones anatómicas), en la que se describen 
de manera detallada sus estudios microscópicos de la 
anatomía y patología de la piel, hecho que redundó 
en un avance en la comprensión de la causa de las 
enfermedades de la piel, usando por primera vez la 
teoría celular de Rudolf Virchow. 
Pero, fue con la escuela de Viena que se inicia la 
dermatología moderna, y su fundador fue Ferdinand 
von Hebra (1816-1880) (Figura 3), quien en 1845 
publicó una nueva clasificación de enfermedades de 
la piel en base a la anatomía patológica de la misma, 
es el quien pone la primera piedra para una nueva 
ciencia, la dermatología. Así mismo, trasladó la zona 
de influencia francesa del Hospital San Luis a Viena, 
como centro de formación dermatológica; siendo 
por más de tres décadas uno de los más celebrados 
dermatólogos de Europa. Escribió dos textos; el 
primero, fue un atlas de enfermedades de la piel. 
La segunda obra, la más importante y que delinea 
sus teorías sobre la patología de la piel, aparece en 
1860 como el volumen 3 de Virchow “Handbuch 
der speciellen Pathologie und Therapie(Manual 
de patología y terapia especial) titulado “Acute 
Exantheme und Hautkrankheiten”(Exantemas agudos 
y enfermedades de la piel). Junto a Hebra, se 
menciona a Moritz Kaposi, alumno de Hebra y sucesor 
en la cátedra de dermatología en la Universidad de 
Viena después de la muerte de Hebra en 1880, y que 
continuó con la doctrina de su profesor por lo que es 
considerado también por muchos como cofundador 
de la dermatología moderna. 
Mientras que en los EE.UU., en la primera mitad del 
siglo 19, prevaleció las escuelas europeas, sea la 
francesa o inglesa, posteriormente predomina en la 
segunda mitad la escuela de Viena hasta finales del 
siglo. Destacan líderes de esa época auroral, Noah 
Worcester(1812-1847), quien publica el primer libro 
sobre enfermedades de la piel en los EE.UU., fue jefe 
de patología general y enfermedades de la piel en 
el Colegio Médico de Cleveland. Treinta y un años 
después de la aparición del libro de Worcester, surgió 
la figura de Henry Granger Piffard(1842-1910), 
profesor de dermatología de la Universidad de Nueva 
York, y publica el segundo libro de dermatología en 
EE.UU. en 1876, titulado “Elementary treatise upon 
diseases of the skin…”(Tratado elemental sobre 
enfermedades de la piel), y es él quien también 
escribe el primer libro sobre dermatoterapia. Al 
mismo tiempo que Piffard, otra figura sobresale, 
Louis Adolphus Duhring(1845-1913), fue el 
primer dermatólogo en Philadelphia y profesor de 
dermatología en la Universidad de Pensilvania por 40 
años. En 1877 publicó el tercer libro dermatológico en 
Figura 3. Ferdinand von Hebra(1816-1880)
Figura 4. Raymond J. A. Sabouraud(1864-1938)
30
su país titulado “A practical treatise on disease of the 
skin”(Tratado práctico sobre enfermedades de lapiel), 
además, publicó un “Atlas of skin diseases”(Atlas 
de enfermedades de la piel), siendo este último, el 
primero de su clase en su región. Él es quien describe 
la dermatitis herpetiformes en 19 diferentes artículos 
durante 14 años, materia por lo que sería conocido 
en la medicina. 
A finales del siglo IX y comienzos del XX, la dermatología 
del viejo mundo continuaba floreciente mientras que 
en el nuevo mundo, se iba forjando una nueva escuela 
la que más adelante sería de las más avanzadas. 
En la escuela inglesa en esa época, sobresale 
nítidamente Henry Radcliffe Crocker(1845-1909), 
reconocido por su monumental obra “Diseases of 
the skin…” publicado en 1888. En Francia lo fueron 
Besnier y Adrien Doyon(1827-1907), sucesores de 
Bazin y Hardy en el Hospital San Luis, y otro de los 
más importantes líderes de esa escuela fue Raymond 
Jacques Adrien Sabouraud(1864-1938) (Figura 4), 
alumno de Besnier en el Hospital San Luis y discípulo 
del Instituto Pasteur, quien estudió de forma muy 
exhaustiva las micosis. Y de la escuela de Viena, fue 
significativa la presencia de Paul Gerson Unna(1850-
1929)(Figura 5), siendo la figura descollante en esta era, 
tanto que fue considerado por muchos dermatólogos 
de su tiempo como una de las más grandes figuras. 
Durante su vida publicó al menos 600 publicaciones, 
y de acuerdo a su traductor Sir Norman Walker, de su 
obra “Histopathologie”, el decía que “el fue el más 
conocido dermatólogo del mundo”. 
En el Perú, la dermatología como asignatura de 
Dermatología y Sifilografía en la Facultad de Medicina 
de San Fernando, de la Universidad Nacional Mayor 
de San Marcos (UNMSM), se inicia a finales del siglo 
XIX, en 1887, desarrollado por el Dr. Julián Arce y, 
como un servicio a la comunidad en 1937, por el Dr. 
Aurelio Loret de Mola, en el Servicio de Dermatología, 
del Hospital Arzobispo Loayza, Lima. En el norte del 
Perú, la dermatología principia a ser realizada en el 
Servicio de Piel y Enfermedades infectocontagiosas, 
del Hospital de la Caja Nacional del Seguro Social 
Obrero del Perú (hoy EsSALUD) en 1943, Chiclayo; 
siendo su primer dermatólogo y Jefe de Servicio,el Dr. 
Mario Bocanegra Espinoza, y como curso se comienza 
ha dictar desde 1964 en la Facultad de Medicina de 
la Universidad Nacional de Trujillo (UNT). 
La especialidad de Dermatología en nuestro país se 
apertura en 1980 en la forma escolarizada, como 
residentado, con el aval de la Unidad de Postgrado 
de la Facultad de Medicina de San Fernando de la 
Universidad Nacional Mayor de San Marcos(UNMSM) 
en Lima, en diferentes sedes hospitalarias, tanto 
del Ministerio de Salud, EsSALUD y de los Institutos 
Armados. Y tuvo como promotor y gestor a Don 
David Carrizales Ulloa (Figura 6); con un período de 
entrenamiento de 3 años. A partir de ese momento, su 
dedicación a la formación de dermatólogos fue en su 
sede hospitalaria, el Departamento de Dermatología 
Figura 5. Paul Gerson Unna(1854-1924)
Figura 6. David Carrizales Ulloa(1931-)
31
del Hospital Militar Central del Ministerio de Defensa, sin 
embargo, también fue pionero en forjar dermatólogos 
de manera Tutelar bajo su responsabilidad, a médicos 
que deseaban ser especialistas en dermatología. En 
este quehacer suyo de formar nuevas generaciones 
de dermatólogos, contó con la íntima colaboración 
de su esposa, doña Doris Carrizales, quien supo 
brindar no sólo consideración, sino especial aprecio 
por los futuros especialistas. Mientras que en el norte 
peruano, la especialidad en este rubro se lleva a 
efecto en Trujillo desde 1991, también con el aval de 
la Unidad de Postgrado de la Facultad de Medicina 
de la Universidad Nacional de Trujillo, con sede en el 
Hospital Regional Docente de Trujillo del Ministerio de 
Salud. Años más tarde, a fines del primer decenio del 
siglo XXI, se instaura la residencia de dermatología en 
los Hospitales Víctor Lazarte Echegaray de EsSALUD y 
en el Hospital de Belén del Ministerio de Salud, con el 
respaldo de la Unidad de Postgrado de la Facultad de 
Medicina de la Universidad Privada Antenor Orrego.
A pesar de lo que se describe, la dermatología se 
la sigue viendo con cierta indiferencia, y los daños 
cutáneos suman algo más de 2000 entidades a la 
fecha. Se suponen superficiales, de fácil tratamiento 
o no tienen cura y, se piensa que el dermatólogo es 
un especialista que estudia al paciente apuradamente, 
lo conoce escasamente y trata a todos con ungüentos 
o cremas. Hecho que demuestra el desconocimiento 
en el médico sobre lo que es la piel y sus funciones 
que desarrolla en el ser humano. Como órgano, la 
piel es muy compleja, es el órgano más extenso y 
pesado del cuerpo humano, con un doble origen 
embrionario que lo relaciona con todos los demás 
aparatos y sistemas de la economía humana, y con 
numerosas funciones relacionadas con la protección. 
En la actualidad es parte fundamental del sistema 
inmune. La pérdida de un 60% del tegumento cutáneo 
hace poco viable la vida. Además, está a la vista y 
participa de manera importante en las infecciones 
generales y enfermedades inmunológicas. Muchos de 
los efectos indeseables de los medicamentos tienen 
como órgano blanco a la piel antes que en otros 
órganos, la inmunología nació en la piel y sigue siendo 
esta el principal órgano de choque de muchas de las 
reacciones inmunológicas que sufre el ser humano.
Las diferentes condiciones cutáneas con las que 
confronta el dermatólogo son muy variadas, y 
afronta pacientes de cualquier edad y sexo. Lo 
cuadros clínicos son disímiles en severidad, van desde 
problemas meramente cosméticos como las arrugas 
o piel seca, hasta enfermedades crónicas que llegan 
a ser desfigurantes, pruriginosas o dolorosas pero 
raramente fatales, hasta dermatosis que ponen en 
riesgo la vida y que si no son tratados, ocasionarían 
la muerte en días, semanas, meses o años.
Como en ninguna otra rama de la medicina, el 
diagnóstico de una dermatosis está también a la 
vista, y el que tiene experiencia, puede hacerlo desde 
el ingreso del paciente a la consulta. Rasgo, que la 
diferencia de las otras disciplinas de la medicina, pero 
es ineludible el interrogatorio orientado que nos va ha 
confirmar o descartar nuestra presunción diagnóstica. 
Ahora, en la actualidad, la tendencia es a una creciente 
subespecialización dentro de la dermatología, como en 
áreas de cirugía dermatológica, láser, quimiocirugía, 
fotobiología, alergia de contacto, consejería genética, 
histopatología, etc. Tanto, que la era del dermatólogo 
clínico ve acortar su vigencia, dando espacio a las 
nuevas subespecialidades.
Los patrones de enfermedades de la piel difieren de un 
país a otro, inclusive en una misma región y ciudad. Por 
lo que la prevalencia de los daños cutáneos es variada 
en el mundo. Por ejemplo, se ha estimado que alrededor 
de 1 en 7 consultas de cuidado primario, se relacionan 
con problemas cutáneos en el sistema británico de 
salud. Hecho que es mayor en su área semirural 
(Cornwal, Inglaterra), en el que 21% corresponden a 
consultas por dolencias de la piel en un período de 5 
años. En los Estados Unidos, esta proporción cambia, 
se reporta que el 7% de los pacientes ambulatorios 
tienen dolencias dermatológicas, pero sólo 1/3 
de ellos son examinados por los dermatólogos. La 
mayoría son examinados por médicos de cuidado 
primario, los que realizan un pobre diagnóstico y 
tratamiento de las enfermedades cutáneas, por lo que, 
los facultativos del nivel de atención primaria deben 
recibir un mejor entrenamiento en dermatología o 
en su defecto, llamarse a los dermatólogos para la 
evaluación de estos pacientes, hecho que redunda en 
beneficio de las instituciones que brindan servicios en 
salud y del paciente, al disminuir costos innecesarios. 
En este mismo país, en las clínicas de práctica familiar 
del Colegio de Medicina de la Universidad del estado 
de Pensylvania, se halló que el 8,5% de las consultas 
fueron por dermatosis. En la práctica pediátrica esta 
frecuencia es mucho mayor, llegando a ser que el 30% 
de los niños presentan condiciones relacionadas con 
la piel. 
En el Reino Unido, cada dermatólogo es responsable 
de una población de alrededor de 200 000 personas, a 
pesar de que la Asociación Británica de Dermatólogos 
recomienda uno por 85-100 000 habitantes. En los 
Estados Unidos, con un sistema diferente de salud, 
la relación es de 3,3 dermatólogos por 100 000 
habitantes, existiendo variación ostensible entre los 
diferentes estados de la Unión Americana. 
En el Perú, esta relación se aproxima al de un 
dermatólogo por cada 60 000 habitantes, pero su 
distribución es muy desigual; los dermatólogos en 
nuestro país suman algo más de 500 a la fecha (2017) 
para una población de 30 millones de peruanos 
aproximadamente, pero se encuentran repartidos más 
del 70% en la capital del Perú, Lima, y sólo el 12% están 
dispersos en el norte peruano, con una población 
aproximada de más de 7 500 000 habitantes, para un 
total no menor de 60 dermatólogos, alcanzando una 
relación de 1 dermatólogo para algo más 125000 
pobladores.
32
La dermatología abarca a la dermatología clínica, 
dermatopatología, investigación clínica, medicina 
basada en evidencia, epidemiología, cuidados de 
la salud, dermatología preventiva, dermatocirugía, 
dermatociencia, y dermatología de la apariencia. 
Las prioridades en patología de la piel en el mundo 
industrializado son: cáncer, dermatitis, psoriasis, 
dermatitis atópica, enfermedades autoinmunes, 
infecciones, insuficiencia venosa crónica, cicatrización 
de heridas, y envejecimiento; en los países en 
desarrollo son: las heridas, infecciones, y cáncer 
y, en ambos mundos: el SIDA y las enfermedades 
trasmitidas sexualmente. 
Pero, ante el avance de la ciencia en todas sus ramas 
de la medicina, la dermatología no es ajena a esta 
revolución, va con ella, pero paradójicamente se cierne 
sobre la misma, la posibilidad de su marginalización 
por injerencias tanto externas como internas. De las 
primeras, diremos que muchos daños cutáneos por el 
avance de la farmacología, el tratamiento se puede 
hacer con una medicación en forma simple, algo quehasta un médico general medianamente informado 
lo puede realizar, por lo que ya no será necesario 
la evaluación por un dermatólogo; producto de la 
injerencia del generalista que usa un armamento 
terapéutico de buena calidad. Algo parecido sucede 
con el uso de antifúngicos que hasta son usados 
indiscriminadamente por su amplio espectro de 
acción, pero que lleva a la cura de las micosis. En 
enfermedades cuyos mecanismos de enfermedad son 
inmunológicos, ahora están siendo reclamados por los 
inmunólogos, quienes desean evaluar y administrar la 
terapia, esto pone el caso de una dermatitis atópica, en 
la que hay una disregulación inmune, debiendo ceder 
el paciente a ellos para su manejo. O en pacientes 
con melanoma, en el que los oncólogos deniegan al 
dermatólogo la capacidad de manejar estos casos. En 
los segundos, con la dermatología del estilo de vida 
o medicina estética que es un campo de desarrollo 
de la dermatología, pero quienes llevan a efecto 
los tratamientos muchas veces no tienen formación 
dermatológica de años. Así, en la realización de 
determinados procedimientos como aplicación de 
láseres, sólo les toma un aprendizaje de pocos meses 
para ser eficiente en su manejo, o semanas y aun 
días para ser diestros en peeling o aplicar rellenos, 
y sólo horas para inyectar toxina botulínica. Todos 
estos procedimientos, sólo necesitan poco esfuerzo 
pero generan buenos o excelentes ingresos de dinero. 
Constituyen servicios en estilos de vida, algo que en 
la actualidad se expande su empleo, tanto, que ya se 
aprecia como parte de la comunidad dermatológica 
con formación de la especialidad, optan por realizar 
estos servicios, los que por ahora constituyen algo 
como el 25% de la práctica dermatológica, resultado 
revelado por una encuesta por Steinhauer en el 2001 
en los Estados Unidos. En ambos aspectos, la injerencia 
externa e interna, conducen a la marginalización de 
la dermatología, a su pérdida de reputación como 
especialidad médica, considerándola como trivial, 
superficial y que no necesita recursos para su desarrollo. 
Hecho que debe ser revertido, ya que la dermatología 
como rama de la medicina, debe recuperar su campo 
de actividad como en sus subespecialidades, para 
ello es necesario e imprescindible el esfuerzo por la 
excelencia, redescubrir el papel del internista de la piel 
y del dermatocirujano, y tomar con orgullo este rol, 
para defender más agresivamente nuestras acciones 
en esta especialidad.
En esta rama de la medicina como en otras, a pesar 
de lo mucho que conocemos, también es basto lo que 
desconocemos, pues, la dinámica del conocimiento es 
rápida y aunque conociéramos la naturaleza de todas 
las enfermedades, cada enfermo individualmente es 
diferente uno a otro, rasgo que es limitante cuando 
se desea hacer medicina por ordenador, este no es 
humano, algo que el paciente necesita y que lo solicita 
sin palabras pero que una máquina nunca podrá 
hacer es “…saber escuchar la dolencia del paciente”.
Aunque se han descrito miles de desórdenes cutáneos, 
sólo un grupo de ellas es la razón de la mayoría de 
consultas en los centros de atención médica. Por tal 
motivo, el objetivo primario de este texto básico 
de Dermatología, es familiarizar al lector con las 
dermatosis comunes o frecuentes; aquellos daños raros 
o infrecuentes no se describen en esta obra y pueden 
ser hurgados en otros tratados de dermatología de 
mayor envergadura. Culmino esta introducción, con 
una afirmación; que la dermatología como rama de la 
medicina que estudia a la piel, no es sencilla y mucho 
menos superficial como puede apreciarse, todo lo 
contrario, es intrincada e insondable, puesto que en 
ella se reflejan los daños que el ser humano padece.
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D.F.: Méndez Editores. 2001.
http://www.cmp.org.pe
33
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN
PIEL Y 
FANERAS 1
Oscar W. Tincopa Wong
Jorge Arrese Estrada
La piel es el órgano más grande del cuerpo 
humano, en promedio pesa 4 kg y cubre una 
superficie de casi 2 m2, su función básica es la de 
una barrera física que separa el cuerpo del medio 
exterior. Esta importancia se pone en evidencia por 
la elevada mortalidad asociada con su pérdida en 
los quemados. Así mismo, permite la interacción 
con el medio ambiente. Es mucho más que una 
barrera física, en las que intervienen células, 
tejidos y elementos de la matriz que median una 
variedad de funciones, como permeabilidad física, 
barrera contra agentes vivos, interviene en la 
termorregulación, en la percepción de sensaciones, 
en la protección de los rayos ultravioletas, en la 
regeneración y reparación de heridas y; en algo que 
es lo que nos identifica ante los demás, la apariencia 
física. Por lo descrito, esta barrera está constituida 
por varias capas; 1. La epidermis, 2. La dermis y 3. 
La hipodermis. Zonas interdependientes estructural 
y funcionalmente. Así, la epidermis es la capa más 
superficial que se apoya en la dermis vascularizada 
que da nutrición para la división de las células en 
la epidermis. Además, contiene nervios y apéndices 
cutáneos: glándulas ecrinas y apocrinas, folículos 
pilosos, glándulas sebáceas y uñas; mientras que 
la hipodermis es la más profunda, compuesta por 
tejido graso subcutáneo, Figura 1 A y B. 
EPIDERMIS
Está en continua renovación, su grosor varía de 0.4 
a 1.5 mm. La mayoría de células son queratinocitos 
organizados en 4 capas. Comienza en la unión 
dermal con las células basales hasta llegar a 
la superficie más externa, el estrato córneo. El 
lado dermal de la epidermis, es irregular con 
proyecciones a manera de dedos de guante, 
llamados crestas interpapilares que se corresponden 
con las proyecciones de la epidermis hacia la 
dermis a manera de formaciones cupuliformes 
denominadas papilas, esta configuración favorece 
para anclarse la dermis a la epidermis. Esta 
morfología es más pronunciado en zonas de 
máxima fricción: palmas y plantas. En la capa 
basal, integrada por queratinocitos derivados del 
ectodermo, son las células madres con capacidad 
para dividirse y proliferar, generando células hijas; 
que posteriormente se diferencian en queratinocitos, 
que forman el estrato córneo, avanzando hacia la 
parte más superior de la epidermis para conformar 
la capa córnea con células anucleadas. Intercalado 
entre los queratinocitos en diferentes niveles, 
se observan otras células inmigrantes como los 
melanocitos en la capa basal, las células de 
Langerhans y de Merkel en la porción espinosa. 
También se aprecian linfocitos, pero su número es 
escaso en una piel normal. 
34
ESTRUCTURA
Estrato basal o germinativo 
(capa de células basales)
Constituido por una capa de células derivadas del 
ectodermo, por ende, es el tipo primario de células 
en la epidermis, estimándose que el 80% de todas 
las células en esta capa son queratinocitos.
Se las califica como células madre de la epidermis, 
sonproliferantes e indiferenciadas, y las células 
hijas de estas son las que migran hacia la 
porción superior externa, iniciando el proceso de 
diferenciación. Hacemos énfasis, que la división 
celular no se da por encima de la capa de células 
basales. La diferenciación del queratinocito es una 
serie de cambios genéticamente programados, 
regulados, acompañados de cambios morfológicos 
y metabólicos, cuyo punto final es una célula muerta, 
llamado corneocito. Las células basales o estrato 
germinativo contienen células mitóticamente activas, 
tienen forma columnar o cilíndricas dispuestas 
perpendicularmente a la dermis, que se adhieren 
mediante filamentos a la zona de la membrana 
basal por hemidesmosomas y a las células que la 
rodean se une mediante los desmosomas. El estudio 
cinético ha demostrado que tienen vida prolongada. 
También es frecuente observar mitosis y constante 
reproducción, que demuestra su capacidad de 
división; comprobado mediante cultivo de células 
de esta índole para reconstituir suficiente epidermis 
en pacientes quemados. 
En los humanos, el tiempo del tránsito para que 
una célula basal desde el momento que deja la 
zona basal hasta llegar al estrato córneo sea de al 
menos 14 días, por añadidura, hasta la subsecuente 
descamación del estrato córneo requiere otros 14 
días más. Períodos de tiempo que se alteran en 
los estados hiperproliferativos o de detención del 
crecimiento. Estas células sintetizan queratina 
K5 y K14. Dispuestos entre las células basales se 
encuentran otras; con citoplasma claro, que son 
los melanocitos. Las células basales reciben tanto 
irrigación e inervación a partir de las papilas 
dérmicas, y el 50% de la población de células hijas 
producto de la división celular participan en el 
crecimiento de la epidermis, Figura2.
Estrato espinoso (capa espinosa)
Está formado por varias capas de células poliédricas 
que optan la forma de mosaico, integrado por 
queratinocitos diferenciados a partir de las células 
basales, situada por encima de la capa basal, Estas 
células producen queratina que es una proteína 
fibrosa, principal componente del estrato córneo. 
Deriva su nombre este estrato por las espinas o 
puentes intercelulares que unen a cada queratinocito 
y que son visibles a la microscopía de luz. 
Figura 1B. Piel normal. Estrato córneo, espinoso, dermis y, vasos 
sanguíneos.10X. 
PELO
CRESTA 
INTERPAPILAR
RECEPTORES 
SENSITIVOS
MÚSCULO 
PILOERECTOR
DERMIS
EPIDERMIS
GLANDULA 
SEBÁCEA
PAPILA 
DÉRMICA
CAPILAR 
DÉRMICO
GLÁNDULA 
SUDORÍPARA
BULBO PILOSO
HIPODERMIS
VASOS 
SANGUÍNEOS
Figura 1A. Estructura de la piel.
35
Las uniones entre los queratinocitos tienen función 
esencial en el mantenimiento de la integridad de la 
epidermis como en los mecanismos de comunicación 
intercelular y son de cuatro tipos: 1. Las brechas 
(gaps), son canales de abertura constituidas por 
proteínas especializadas denominadas conexinas, 
que facilitan el pasaje de información entre los 
citosoles de las células; 2. Los desmosomas, son 
las uniones de cohesión por excelencia, y están 
integradas por dos proteínas: desmoplaquina(I y 
II) y placagobina, cohesión que se consolida por 
las caderinas que conforman las moléculas de 
adhesión; son calcio dependientes y, las conocidas 
son: desmogleínas(1,2,3) y desmocolinas(1,2,3); 
así, la desmogleína 3 es el antígeno del pénfigo 
vulgar y la 1 lo es del pénfigo foliáceo y fogo 
selvagen, ubicándose superficialmente en la capa 
espinosa. La desmocolinas 1 y 2 son el antígeno 
de la dermatosis intrepidérmica neutrofílica por 
IgA, además, la molécula α6 β4 de la familia de 
las integrinas localizada en el polo inferior de los 
queratinocitos basales, se integra junto al antígeno 
del penfigoide ampollar en los hemidesmosomas 
de la unión dermoepidérmica. 3. Las uniones de 
adhesión, semejan a los desmosomas pero difieren 
bioquímica y funcionalmente, su reconocimiento 
se basa en la inmuno marcación de sus proteínas 
vinculina y actina. 4. Uniones ocluyentes, que se 
hallan en estado rudimentario y no funcional. A nivel 
de las células basales, existen los hemidesmosomas 
que forman parte de la zona de la membrana 
basal. En la capa córnea las células están unidas 
por los corneodesmosomas constituida por la 
corneodesmosina. Ultraestructuralmente se aprecian 
a los desmosomas, como extensiones de queratina 
entre los queratinocitos, formado de un material 
electrodenso que al condensarse forma los nódulos 
de Bissorero, cuyo significado es desconocido. Así, 
estos organelos funcionalmente se convierten en el 
sostén entre ellos; son los mediadores integrales de 
la adhesión intercelular, hecho que se demuestra 
en enfermedades en las que estas estructuras son 
interrumpidas, proceso conocido como acantolisis; 
es el caso de las enfermedades ampollares tipo 
pénfigo vulgar y foliáceo. Los queratinocitos a 
medida que avanzan hacia la porción superior optan 
la forma polihédricas con un núcleo redondeado, 
llegando a ser más planas, pero al mismo tiempo 
desarrollan organelos como los gránulos lamelares. 
También contienen grandes haces de filamentos 
de queratina organizados alrededor del núcleo 
e insertados en la periferia de los desmosomas. 
Sintetizan queratina K1 y K10, las que caracterizan 
a este estrato y, son referidas como las queratinas 
específicas de la queratinización. Las células 
espinosas se unen a las basales por desmosomas; 
Figura 2. Estructura de la epidermis.
36
y también contienen estructuras ovales, laminadas 
y con cubierta lipídica, denominados cuerpos de 
Odland constituidos por grandes cantidades de 
lípidos y enzimas hidrolíticas. Figura 3. 
Estrato granuloso (capa granulosa)
La diferenciación celular continua, alcanzando 
los queratinocitos a tener queratina adicional, 
llegando ser mucho más aplanados. Llamado 
así, por los gránulos basofílicos de queratohialina 
que son prominentes dentro de las células en este 
nivel. Gránulos oscuros fácilmente observados a 
la microscopía de luz que están constituidos por 
corpúsculos de material hematoxilínico llamado 
queratohialina; gránulos cuyo ADN procede de la 
cromatina nuclear. Se considera que es la materia 
precursora de queratina. La placa granulosa 
es el lugar de la generación de un número de 
componentes estructurales que más tarde formarán 
la barrera epidermal, incluyéndose un grupo 
de proteínas que procesas estos componentes. 
Así mismo, los gránulos de queratohialina están 
integrados primariamente de profilagrina, filamentos 
de filagrina y loricrina. Además, es en esta capa en 
la que se da inicio la formación de la cubierta de 
las células cornificadas. Para la liberación de la 
profilagrina de los gránulos de queratohialina es por 
escisión de la proteína polimérica de la profilagrina 
hacia monómeros de filagrina, estos últimos se 
agregan a la queratina y forman macrofilamentos. 
La loricrina es una proteína rica en cisteína que 
forma el mayor componente proteico de la cubierta 
cornificada, asegurando más del 70% de su masa. 
Una vez liberada de los gránulos de queratohialina 
se une a la estructura desmosomal. Junto a esta, 
están la involucrina, cistatina A que son pequeñas 
proteínas ricas en prolina, elafina y envoplaquina, 
todas ellas están ligadas cruzadamente a la 
membrana plasmática por transglutaminasas 
tisulares, formando la cubierta cornificada de la 
célula. Además, en su interior están los gránulos 
lamelares, cuya composición está conformada por 
polisacáridos, glicoproteínas y lípidos. Los que son 
expelidos al espacio intercelular y ayudan a formar 
el cemento que sostiene esta capa. Se suma a lo 
descrito, la presentación de enzimas degradativas 
al interior de las células granulosas, las que son 
responsables de la eventual destrucción de los 
núcleos y organelos intracitoplásmicos de los 
queratinocitos de este estrato. Lo que se denomina un 
mecanismo apoptópico programado, exceptuando 
material como los filamentos de queratina y matriz 
de filagrina.Estrato córneo (capa córnea)
La completa diferenciación de las células 
granulares dan como resultado una capa de células 
anucleadas, apiladas, planas, que constituyen el 
estrato córneo. Su espesor varía desde 0.02 mm 
a 5 mm en las plantas. Llenas de tonofibrillas 
PROLONGACIONES
MELANOSOMAS
Figura 4. Melanocito.
MEMBRANA 
CELULAR
DESMOGLEÍNAS
CITOPLASMA
FILAMENTOS 
INTERMEDIOS 
ANCLADOS A 
LA PLACA
DESMOPLAQUINA
Figura 3. Unión entre queratinocitos.
37
con elevada concentración de grupos disulfuro: 
queratina. Esta capa provee una protección 
mecánica a la pérdida de agua y a la permeación 
de sustancias solubles del medio ambiente. Por 
lo que, el estrato córneo es una barrera con dos 
compartimentos, caracterizados por corneocitos 
ricos en proteína y depletados de lípidos, rodeados 
de una matriz extracelular lipídica. Y, regulan la 
permeabilidad, la descamación, la actividad de 
los péptidos antimicrobianos, exclusión de toxinas 
y absorción química selectiva que son acciones 
primarias de la matriz lipídica extracelular. Así 
mismo, se distinguen dos partes, la más profunda o 
compacta que preserva a los desmosomas y; la otra 
que es más superficial, en los que los desmosomas 
se rompen y además se desprenden las células. Las 
células de esta capa están fuertemente adheridas 
unas a otras, configurando una membrana dura 
y a la vez flexible que preserva al organismo de 
la pérdida de fluidos y da integridad a la piel. El 
mecanismo de la queratinización es todavía no 
conocido. A nivel de las palmas y de las plantas, 
existe una quinta capa situada entre la granulosa y 
la córnea, denominada estrato lúcido, caracterizada 
por células de citoplasma claro que no se colorea 
y aparece homogénea y, cuya función se ignora a 
la fecha.
Células de la epidermis.
Además del queratinocito como célula fundamental 
de la epidermis, hay otras que se las encuentra 
dispersa en esta zona: el melanocito, la célula de 
Langerhans y la célula de Merkel.
Melanocito. Es una célula dendrítica, que elabora 
pigmento situadas en la capa de células basales. 
Derivadas del neuroectodermo que emigra a la capa 
basal de la epidermis. Pero, puede hallarse en otros 
órganos o sistemas, como en el sistema nervioso 
central, en la retina, en el aparato coclear y hasta 
en el aparato digestivo, pero predomina mucho 
más en la piel. La cantidad de los melanocitos suele 
ser constante en todas las razas, varían según las 
diferentes zonas de la economía corporal. Se las 
observa cada cierto número de células basales, con 
citoplasma claro, núcleo pequeño y oscuro, rodeado 
por gránulos de pigmento o melanosomas y que 
contienen pigmento que es la melanina, estructuras 
observada con microscopía electrónica, así mismo, 
carecen de tonofilamentos y desmosomas. 
Estas células son denominadas células claras de 
Masson dopa positivas. La melanina es distribuida 
a los queratinocitos mediante las prolongaciones 
dendríticas del melanocito, que se extienden hacia 
el estrato espinoso y, que sirve como conducto por 
el que los gránulos de pigmento son transferidos 
a los queratinocitos de la epidermis. Se calcula 
su proporción de un melanocito por cada 4 a 10 
queratinocitos basales, Figura 4. La diferencia de 
la pigmentación de la piel dependerá del número 
y tamaño de los melanosomas y, de su dispersión 
en la piel. Conocido es que la luz solar estimula al 
melanocito para que aumente su producción de 
pigmento y disperse ampliamente sus melanosomas. 
Figura 5.
Células de Langerhans. 
Son células dendríticas pero sin pigmento situadas 
entre los queratinocitos con función inmunológica. 
Son derivadas de la médula ósea y constituyen cerca 
del 5% de las células de la epidermis. Al examinarlas 
con microscopía electrónica muestra gránulos de 
aspecto característico en forma de “raqueta de 
tenis” llamados gránulos de Birbeck. Su núcleo 
es lobulado, citoplasma claro, con un aparato de 
Golgi y retículo endoplásmico bien desarrollados. 
Por su semejanza con los macrófagos, tienen la 
capacidad de presentar antígenos a los linfocitos 
con los que interactúan a través de receptores 
específicos de superficie: Fc-IgG y C3. Se les 
atribuye un papel importante en la hipersensibilidad 
retardada y en la reacción a cuerpo extraño, 
considerándose componentes importantes de la 
barrera inmunológica de la piel. Y es posible que 
participen en procesos cutáneos como la psoriasis, 
la ictiosis, el vitíligo e infecciones de la piel. Figura 
6 A y B.
Células de Merkel.
Son mecanoreceptores de adaptación lenta 
localizados en zonas de alta sensibilidad táctil. 
Están presentes en regiones del cuerpo como las 
áreas pilosas y de piel lampiña de los dedos, labios, 
cavidad oral, y vaina radicular externa del folículo 
piloso. Tienen citoplasma pálido a la tinción, núcleo 
lobulado y gránulos específicos. Se conectan con 
los queratinocitos por medio de desmosomas. Es 
marcada inmunohistoquímicamente con péptidos 
de queratina K8, K18, K19 y K20, este último está 
restringido para células de Merkel en la piel y es el 
más confiable. Ultraestructuralmente son fácilmente 
Figura 5. Queratinocito al lado de un melanocito con núcleo 
oscuro, ME, 2156X.
38
identificadas por los gránulos de núcleo denso unidos 
a la membrana, reunidos opuestamente al aparato 
de Golgi y proximal a una terminación nerviosa no 
mielinizada; los gránulos son similares a los gránulos 
neurosecretorios de las neuronas, que contienen 
sustancias como neurotrasmisores y marcadores 
de células neuroendocrinas: metencefalina, péptido 
intestinal vasoactivo, enolasa específico de neurona 
y sinaftofisina. Además, las células de Merkel se 
conectan con los queratinocitos por medio de 
desmosomas, y aun se describe que presentan un 
nervio asociado mielinizado, pensándose que estas 
células tienen funciones sensoriales. Figura 7 A y B.
UNIÓN DERMOEPIDERMAL
Es una zona de la membrana basal que forma 
la interfase entre la epidermis y la dermis. Su 
principal función es la de adherir a la epidermis 
y dermis a cada lado y, otorgar resistencia contra 
las fuerzas de deslizamiento. Estructura extracelular 
compleja y especializada de 100 nm de espesor, 
situada debajo de la epidermis que la separa del 
estroma conectivo subyacente. Los queratinocitos 
basales sintetizan y secretan sus componentes. 
Con microscopía óptica se la visualiza empleando 
la técnica de PAS (mucopolisacáridos neutros), 
como una delgada banda de color magenta, 
DENDRITAS
GRÁNULOS DE 
BIRBECK
NÚCLEO
Figura 6 A. Célula de Langerhans.
PROLONGACIONES
DESMOSOMAS
AXÓN
GRANULOS 
NEUROSECRETORIOS
Figura 7 A. Célula de Merkel.
Figura 6 B. Células de Langerhans, identificado con anticuerpo 
anti CD1a.
Figura 7 B. Célula de Merkel(célula violácea), tinción con 
anticuerpo anti NSE, 40X.
39
inmediatamente por debajo de los queratinocitos 
basales. Si se usa la impregnación argéntica, revela 
debajo de ella fibras argirófilas (antiguamente de 
reticulina) orientadas perpendicularmente en la 
dermis papilar. Pero, para estudiar mejor sus rasgos 
es necesario la microscopía electrónica, medio que 
nos permite distinguir tres zonas diferentes: 1. Una 
clara a los electrones: la lámina lúcida integrada 
por los hemidesmosomas de las células basales; 2. 
Una densa a los electrones: la lámina densa, y 3. 
La sublámina densa, que se continua con la porción 
superior de la dermis papilar. La complejidad 
también es química, a la fecha se han identificado 
algo más de treinta compuestos. Figura 8.
La lámina lúcida (30 a 54 nm) es la porción más 
débil de la unión dermoepidérmica. Separable 
con facilidad por calor, succión, solución salina, 
enzimas proteolíticas y en ciertas enfermedades. Es 
atravesada por delgados filamentos de anclaje, que 
se concentran en los hemidesmosomas y sirven para 
asegurar las células epiteliales a la lámina densa 
donde se insertan. Se ha identificado diferentes 
glucoproteínas: laminina con sus isoformasniceína 
(kalinina o epiligrina) y la K-laminina. En el nivel de 
los hemidesmosomas se encuentran componentes 
proteicos del antígeno del penfigoide ampollar en sus 
diferentes tipos, Estas proteínas son componentes de 
los hemidesmosomas intracelulares: PB Ag1, mayor 
de 230 kDa y mínimamente extracelulares: PB Ag2 de 
180 kDA, y el del penfigoide cicatrizal es extracelular 
exclusivamente en la epiligrina(laminina5) que 
corresponde a una proteína de 180 kDa que se 
la puede detectar en el penfigoide ampollar, así 
también, el BP Ag2 transmembranoso de 180 kDa 
es el antígeno del herpes gestationis, forma clínica 
vista sólo en el embarazo; mientras que en la zona 
de las filamentos de anclaje, como consecuencia de 
mutaciones en los genes que los codifican generan 
alteraciones estructurales, que explica la formación 
de ampollas en la lámina lúcida, hecho que tiene 
mucho que ver con la epidermólisis juntural o de 
unión en sus variadas formas. A esta zona también 
se la denomina complejo filamento de anclaje-
hemidesmosoma.
La lámina densa (50-80 nm) está integrada 
por una red de colágeno tipo IV cuyas mallas 
son ocupadas por laminina 1 o clásica, por los 
proteoglicanos (heparán sulfato y condroitín sulfato), 
y el nidógeno-entactina (glucoproteína sulfatada 
también presente en la lámina lúcida). Asociado a la 
membrana basal están la fibronectina, el colágeno 
tipo V y otros componentes proteicos de menor 
importancia. Esta región es conocida también como 
membrana basal simplemente.
DESMOSOMAS
HEMIDESMOSOMAS
SUBLÁMINA 
LÚCIDA
SUBLÁMINA 
DENSA
LÁMINA 
DENSA
ZMB
DERMIS
Figura. 8. Célula basal y unión dermoepidermal.
Sublámina densa, su estructura básica son los 
filamentos de anclaje constituidos por colágeno 
tipo VII (el más grueso de todos los colágenos) 
que unen firmemente la lámina densa con fibras 
de colágeno (tipos I y III) de la dermis papilar. El 
papel fundamental de estas fibrillas de anclaje en 
la adhesión dermoepidérmica, está demostrado por 
su intervención en la patogenia de enfermedades 
ampollares genéticas y adquiridas: epidermólisis 
ampollares hereditarias distróficas y, adquiridas en 
las que el colágeno VII es el autoantígeno. Segmento 
conocido como de los filamentos de anclaje.
El rol crítico de esta región, la unión dermoepidermal, 
en mantener la integridad estructural de la piel, 
se pone de manifiesto por el gran número de 
mutaciones en los componentes de su estructura que 
originan enfermedades ampollares de severidad 
variable. Dermatosis agrupadas de acuerdo al nivel 
de escisión en la unión dermoepidérmica, así, las 
más superficiales como la epidermólisis simple 
involucra a los queratinocitos basales. La forma 
juncional o de unión ocurre dentro de la lámina 
lúcida y lámina densa. La forma distrófica está en 
el nivel más profundo de la sublámina densa y los 
filamentos de anclaje.
40
fibras elásticas están primariamente localizadas 
en esta porción de la dermis, son delgadas y más 
laxamente ordenadas que las de colágeno, Figura9A. 
La sustancia fundamental llena los espacios entre 
las fibras, es un material no fibroso integrado 
por diferentes moléculas polisacáridos llamados 
proteoglucanos o glicosaminoglicanos. Le da a la 
dermis una consistencia más líquida, facilita los 
movimientos de los fluidos, moléculas y células 
inflamatorias. En conjunto, las fibras y la sustancia 
fundamental dan resistencia, cohesión y elasticidad 
a la piel. La porción más baja de la dermis reticular es 
definida por la transición de tejido fibroso conectivo 
a tejido conectivo adiposo de la hipodermis.
Las células presentes en la dermis son escasas, 
involucran a los fibroblastos de núcleo fusiforme y 
son las responsables de la síntesis de las fibras de 
colágeno, fibras reticulares, la sustancia intersticial 
y posiblemente las fibras elásticas. Se encuentran, 
mayormente, alrededor de la zona papilar y 
rodeando los vasos del plexo subpapilar, y en la 
dermis reticular en el intersticio entre los haces 
de las fibras de colágeno. Células que derivan 
del mesénquima y migran por el tejido y, es 
responsable de la síntesis y degradación de tejido 
conectivo fibroso y no fibroso como de un número 
de factores solubles; Los monocitos, macrófagos, y 
dendrocitos dermales, integran el sistema fagocítico 
mononuclear de la piel, que corresponden a los 
monocitos tisulares con capacidad fagocitaria, 
derivados de la médula ósea, diferenciándose al 
llegar a la circulación como monocitos, más tarde 
migra a la dermis como histiocito. 
Estas células procesan y presentan antígeno 
a células linfoides inmunocompetentes, con 
capacidad microbicida, tumoricida, secretoria 
y hematopoyética, estando implicadas en la 
aterogénesis, coagulación, cicatrización de heridas 
y remodelación tisular. Y los mastocitos o células 
cebadas, basófilas y sintetizan granulaciones 
en su citoplasma compuestos de histamina, 
heparina, triptasa, quimasa, carboxipetidasa, factor 
quimiotáctico del neutrófilo y factor quimiotáctico 
eosinofílico de la anafilaxis. Células localizadas 
en mayor densidad en la dermis papilar, próximo 
a la unión dermoepidermal, en las vainas de de 
los apéndices cutáneos y, alrededor de los vasos 
sanguíneos y de los nervios del plexo subpapilar. El 
dendrocito dermal, de forma estrellada, fagocítica, 
fija a las células del tejido conectivo en la dermis 
de piel normal, son un subgrupo de macrófagos 
que presentan antígenos cuyo origen también es la 
médula ósea. Por este origen expresan factor XIIIa 
y CD45, y carecen de los típicos marcadores de los 
fibroblastos, Figura 9B. Estas células son abundantes 
en dermis papilar y en la zona superior de la dermis 
reticular, como en la proximidad a los vasos del plexo 
subpapilar. Además de las células nombradas, 
están las provenientes del torrente sanguíneo con 
Figura 9 A. Fibras elásticas. Tinción de orseína, 40X.
Figura 9 B. Dendrocito dermal tipo 1, tinción con anticuerpo anti 
Factor XIIIa, 20X.
DERMIS
La dermis es una estructura de apoyo elástico pero 
firme, que contiene vasos sanguíneos, nervios, 
linfáticos y apéndices cutáneos. Su grosor es 
variable, desde 1 a 4 mm, es mayor que la epidermis. 
La matriz dermal está constituida por fibras de 
colágeno, fibras elásticas, y sustancia fundamental, 
todos ellos sintetizado por los fibroblastos. Ambas 
fibras, son proteínas fibrosas que conforman un 
armazón fuerte matricial. En la porción superior de 
la dermis (dermis papilar), las fibras de colágeno 
son finas y difusamente ordenadas. En el resto de 
la dermis (dermis reticular), estas son gruesas y 
empaquetadas. Formada por una escleroproteína 
compleja en cuya formación participan la 
hidroxiprolina e hidrolisina. Así mismo, el colágeno 
está formado por diferentes subtipos genéticos 
del I al VII; en la dermis predomina el tipo I. Las 
41
el rasgo que son escasas en condiciones normales, 
entre ellas, los polimorfonucleares, eosinófilos, 
plasmocitos y linfocitos. Figura10.
VASOS SANGUÍNEOS
Los vasos sanguíneos y linfáticos están integrando 
plexos: subcutáneo, subdérmico y subpapilar, 
además de arteriolas y vénulas, pero la mayor 
parte de los vasos de la dermis son capilares con 
la salvedad importante, que la epidermis carece 
de vasos. Proveen nutrición, temperatura y, regulan 
la presión sanguínea, la reparación de heridas 
y numerosos eventos inmunológicos. También 
suple irrigación al tejido conectivo y estructuras 
de los apéndices cutáneos. La vasculatura de la 
piel está constituida en dos plexos horizontales 
que se interconectan. El plexo superficial situado 
en el borde inferior de la dermis papilar, el plexo 
profundo hállase en la dermis reticular. Del plexo 
subpapilar parten capilares arteriales que llegan 
al fondo de las papilas, lugar donde se convierten 
en venosos y es a partir de estos capilares que se 
realiza la nutrición de la epidermis. Esta anastomosis 
arteriovenoso a nivel de las papilas, en la punta de 
los dedos y en el lecho ungueal,

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