Logo Studenta

Descubriendo_el_cerebro_y_la_mente_n74

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

P
ág
in
a1
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
 
Neurociencias y Neurosicoeducación: 
 Actividad física y salud cerebral. Pág. 3 
 La magia de ver. Pág. 6 
 Neuronas espejo o especulares. Pág. 9 
 ADHD: Viviendo sin frenos. Parte 1. Pág. 14 
 En busca de un nuevo equilibrio: neuroplasticidad. Pág. 19 
 El cerebro adolescente. Pág. 21 
 La importancia de la re-significación emocional. Pág. 33 
Neurociencias y Educación: 
 Comenzando la Escuela: adaptaciones positivas, modelando las 
emociones con los más pequeños. Pág. 38 
 Motivación 2.0 y Conductismo “pop”: ¿Castigados por las recompensas? 
Pág. 45 
 Para aprender, memorizar y hacer cambios, el cerebro debe ser capaz de 
olvidar. Pág. 56 
 La Maravilla de Educar para la Creatividad, el Liderazgo y la Plenitud... 
Pág. 61 
Neurociencias y Liderazgo: 
 Dopamina: un motor que influye según el área en la que actúa. Pág. 65 
Ilustración Neurociencias: 
 Tipos de sinapsis. Pág. 69 
Notas y artículos: 
Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner, Dr. Roberto Rosler, Nse. Marita Castro, Lic. 
Mariela Vestfrid, Prof. Nse. Alejandra del Fabro, Prof. Nse. Carlos Teisaire. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
 
Neurociencias y Neurosicoeducación 
Actividad física y salud cerebral. 
Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner 
LinkedIn: Clic aquí. 
Es bien sabido por todos que la actividad física es muy importante para la salud de nuestra 
UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) y varias investigaciones presentan el valor que 
tiene estar atento a dedicar tiempo a ponerse en movimiento. 
Uno de los más reconocidos expertos sobre la relación que existe entre el ejercicio y el 
funcionamiento cerebral es el neurocientífico Kirk Erickson, de la Universidad de 
Pittsburgh. El científico y su equipo realizaron una serie de trabajos y registraron durante 
años la actividad física y los patrones cognitivos de 300 adultos que se encontraban con 
una buena salud cognitiva al inicio del estudio. 
Luego de nueve años, examinaron el estado cognitivo de todos los participantes y se les 
realizó una resonancia magnética funcional de alta resolución para observar cómo se 
encontraban sus cerebros. Cuatro años más tarde se los volvió a estudiar y los resultados 
mostraron que más de un tercio había desarrollado deterioro cognitivo leve o demencia. 
Llegado este punto, los investigadores buscaron si existía alguna relación entre la salud 
cognitiva de los voluntarios, las imágenes obtenidas en los escáneres cerebrales y los 
patrones de caminatas que realizaban. De este modo pudieron observar que a mayor 
actividad física el riesgo de deterioro cognitivo disminuía. 
Específicamente, los científicos concluyeron que mientras más caminaba alguien (de 10 a 
14 kilómetros semanales), 
mayor cantidad de materia gris 
tendría una década más tarde 
en regiones del cerebro como 
el hipocampo, el giro inferior 
frontal y el área motora 
suplementaria, esenciales para 
la memoria y la cognición. 
http://www.asociacioneducar.com/conferencistas-neurociencias#logatt-grabner
http://ar.linkedin.com/in/carloslogatt
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a4
 
En otro de sus trabajos Erickson y sus colaboradores presentaron que cuando adultos 
sedentarios empiezan a ejercitarse incluso después de los 65 años, el cerebro se ve 
también beneficiado. En este caso formaron parte del estudio 120 personas mayores que 
no realizaban ninguna actividad, presentando algunos de ellos fallas leves en su memoria. 
Luego de estas conclusiones, a todos los participantes se los sumó a un programa de 
ejercicios de un año de duración, que podía ser aeróbico o de estiramiento. 
Transcurrido ese lapso de tiempo, los investigadores utilizaron resonancia magnética para 
escanear el cerebro y encontraron que después de un año de ejercicio, el grupo de 
caminantes mostró una mejoría en su memoria y aumentó de volumen en el hipocampo, 
región crucial para el procesamiento de la memoria, en comparación con aquellos que 
sólo realizaron movimientos de estiramiento. 
Lo que hallaron fue que el ejercicio aeróbico aumentó selectivamente el volumen del 
hipocampo anterior, pero tuvo un efecto mínimo en el volumen de la sección posterior. 
Las células en el hipocampo anteriores median en la adquisición de la memoria espacial y 
muestran más atrofia relacionada con la edad en comparación con la cola del hipocampo. 
Otro estudio muy interesante también fue el realizado por Hiroyuki Shimada del Centro 
Nacional de Geriátricos en Japón. Este trabajo se llevó a cabo con cuarenta y siete adultos 
mayores que habían sido diagnosticados con un deterioro cognitivo leve (problemas con 
el pensamiento y la memoria pueden ser signos de futura demencia o Alzheimer). 
Los participantes, con edades entre los 65 y 93 años, fueron divididos en dos grupos. Uno 
de ellos cumplía dos veces por semana con una rutina de ejercicios de 90 minutos cada 
uno que incluía actividad aeróbica, entrenamiento de fuerza y equilibrio; por su parte, el 
otro grupo sólo asistía a clases de educación para la salud. 
Luego de un tiempo de evaluación, los profesionales pudieron comprobar que quienes 
habían realizado las sesiones de actividad física tuvieron notorias mejoras en las 
habilidades del lenguaje y la memoria. 
Ponernos en movimiento aeróbico (caminar, correr, caminatas intensas, nadar, andar en 
bicicleta, etc.) al menos 30 minutos tres veces por semana nos permite: 
 Aumentar el nivel de bombeo de sangre oxígeno y glucosa hacia el cerebro. 
 Mejorar el funcionamiento cardiovascular. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a5
 
 Mejorar las capacidades cognitivo ejecutivas. 
 Fortalecer músculos y huesos. 
 Regular el apetito. 
 Cambiar positivamente el tipo de grasa sanguínea. 
 Mejorar el sistema inmunológico. 
 Protegernos del estrés oxidativo. 
 
Luego de lo observado, podemos llegar a la conclusión de que para lograr desarrollar y 
mantener las funciones más elevadas de nuestro cerebro y cuidar de su salud, la actividad 
física debe ser regular y una compañera en todas las etapas de nuestras vidas. Por ello es 
importante usar las siglas UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) para designarnos, pues 
nos muestra la interrelación que existe entre cuerpo, cerebro y mente. Por supuesto que 
al trabajo físico debemos sumarle una dieta equilibrada, desafíos mentales y una vida 
social activa. 
 
Bibliografía: 
 Erickson KI, Raji CA, Lopez OL, Becker JT, Rosano C, Newman AB, Gach HM, Thompson PM, Ho AJ, 
Kuller LH. Physical activity predicts gray matter volume in late adulthood: the Cardiovascular Health 
Study. Neurology. 2010 Oct 19;75(16):1415-22. doi: 10.1212/WNL.0b013e3181f88359. Epub 2010 
Oct 13. 
 Erickson KI, Voss MW, Prakash RS, Basak C, Szabo A, Chaddock L, Kim JS, Heo S, Alves H, White SM, 
Wojcicki TR, Mailey E, Vieira VJ, Martin SA, Pence BD, Woods JA, McAuley E, Kramer AF. Exercise 
training increases size of hippocampus and improves memory. Proc Natl Acad Sci U S A. 2011 Feb 
15;108(7):3017-22. doi: 10.1073/pnas.1015950108. Epub 2011 Jan 31. 
 Moser MB, Moser EI, Forrest E, Andersen P, Morris RG. Spatial learning with a minislab in the dorsal 
hippocampus. Proc Natl Acad Sci U S A. 1995 Oct 10;92(21):9697-701. 
 Creer DJ, Romberg C, Saksida LM, van Praag H, Bussey TJ. Running enhances spatial pattern 
separation in mice. Proc Natl Acad Sci U S A. 2010 Feb 2;107(5):2367-72. doi: 
10.1073/pnas.0911725107. Epub 2010 Jan 19. 
 van Praag H, Shubert T, Zhao C, Gage FH. Exercise enhances learning and hippocampal 
neurogenesis in aged mice. J Neurosci. 2005 Sep 21;25(38):8680-5. 
 Li Y, Luikart BW, Birnbaum S, Chen J, Kwon CH, Kernie SG, Bassel-Duby R, Parada LF. TrkB regulates 
hippocampal neurogenesis and governs sensitivity to antidepressive treatment. Neuron. 2008 Aug 
14;59(3):399-412. doi: 10.1016/j.neuron.2008.06.023. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a6
 
Neurociencias y NeurosicoeducaciónLa magia de ver. 
Prof. Nse. Carlos Teisaire 
“¡Es como yo te digo!” o “¡Lo vi con mis propios ojos!”: cuántas veces hemos dicho o 
escuchado decir estas expresiones, cerrando así la posibilidad a cualquier opinión distinta, 
ya sea nuestra o ajena. Confiamos ciegamente en lo que percibimos, sin ser conscientes 
de los hiperveloces y complejos procesos que atraviesa la información dentro de nuestro 
cerebro, desde que nuestro ojo se posa en algo hasta que realmente lo “vemos”. 
Mientras lees estas líneas, quizás te preguntes “¿con qué estoy viendo?” y consideres 
como respuesta obvia “con mis ojos”. Sin embargo, esta cuestión no es tan evidente como 
puedes llegar a creer. Quien realmente ve un suceso es el cerebro y el ojo sólo juega el 
papel de un intermediario encargado de enfocar y “traducir” la luz de las imágenes que 
capta al idioma del cerebro. Es decir, los impulsos electroquímicos. 
Esa luminosidad que partió desde el sol (o la fuente de luz que estés empleando) rebotó 
contra el objeto que mirabas, luego entró en tu ojo y en el fondo del mismo fue captada 
por células nerviosas fotorreceptoras especializadas en dicha traducción. A partir de ese 
momento se acabó la luz y nuestro cerebro trabaja a oscuras. No hay más imágenes 
circulando, sino impulsos eléctricos y reacciones químicas desplazándose a más de 300 
kilómetros por ahora, llevando información por las distintas áreas. 
A grandes rasgos el proceso es sencillo: estos impulsos de los que hablamos pasan 
primero por el tálamo que es como una minicomputadora que forma parte del sistema 
instintivo-emocional y también recibe información de todos nuestros sentidos. Éste 
reorganiza los datos y envía lo que considera más relevante a otras áreas que están en la 
parte posterior de nuestro cerebro. 
 
 
http://www.asociacioneducar.com/conferencistas-neurociencias#teisaire
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a7
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cada uno de estos sectores tiene información almacenada de todo lo que 
experimentamos y conocemos, guardando una sección para los colores, otra para 
información de una textura determinada o forma y así con cada uno de todos los detalles 
que determinan la identidad de algo o alguien. También existen otras áreas del cerebro 
―llamadas de asociación― que unen todos estos datos que tenemos a nuestra 
disposición para que podamos diferenciar todas las imágenes que el cerebro procesa. 
Cuando los datos ingresan desde el ojo coinciden con la información que tenemos 
guardada en las áreas asociativas… ¡Bingo! En ese momento reconocemos y sabemos lo 
que estamos viendo ya que nuestra conciencia (el darnos cuenta de lo que pasa) tiene 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a8
 
acceso a esta parte del cerebro (aunque pocas veces estamos conscientes de lo que 
estamos viendo ya que mayormente funcionamos en “automático”). 
En resumen: 
 Nuestro cerebro tiene guardado en su memoria los datos de cada cosa que 
conoció o experimentó. 
 Tiene grabado todo lo que aprendió sobre formas, colores, texturas, tamaños que 
determinan un objeto determinado. 
 El cerebro percibe y reconoce lo que captó el ojo, y le da un significado. 
 Re-conoce (vuelve a conocer lo que conocía, lo que ya tenía guardado). 
 Una vez que registramos, podemos darle a lo visto un significado y utilidad. 
 El cerebro sólo puede reparar en lo que ha conocido o experimentado 
previamente. Por esa razón nos hace interpretar lo que no conocemos. 
 Habiendo pasado por tantos filtros y asociaciones lo que el cerebro reconstruye no 
siempre es la fiel imagen de lo que se observa. 
Por eso, si tenemos en cuenta que: 
Sólo podemos observar la recreación que nuestro cerebro hizo de lo observado, esta 
creación no es fiel al reflejo de lo visto. Percibimos de acuerdo a nuestro nivel emocional 
del momento (cómo estamos) y a nuestra carga genética y aprendizajes. 
Cada individuo es único: percibe, reconstruye y observa de una forma única. 
Entonces podemos concluir que: 
Creernos 100% objetivos en nuestras observaciones es entonces una ILUSIÓN con la que 
deberemos siempre convivir, por lo que las palabras “estoy seguro” no deberían ser 
utilizadas. Basándonos en estos nuevos conocimientos, esta expresión ya no debería 
formar parte de nuestro vocabulario en el futuro, pues lo lógico sería siempre tener cierto 
grado de duda en lugar de la certeza absoluta. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a9
 
Neurociencias y Neurosicoeducación 
Neuronas espejo o especulares. 
Nse. Marita Castro 
LinkedIn: Clic aquí. 
Vamos caminando por la calle tranquilos, conversando con una persona amiga y de 
repente observamos una situación que capta nuestra atención: un auto casi atropella a un 
ciclista. Por un momento nos estremecemos como si fuéramos nosotros los que pasamos 
por esa situación. ¿Qué nos sucedió? Se puso de manifiesto nuestra capacidad de sentir 
como propia una experiencia ajena gracias a la existencia de las neuronas espejo, en las 
cuales se pueden encontrar los fundamentos neuronales de la empatía. 
Si bien en la actualidad se conocen este tipo de neuronas, el tratar de comprender cómo 
entendemos la mente de los demás ha sido siempre de interés. Ya hace muchos años, 
David Hume, filósofo empirista escocés S. XVII, expresaba que las mentes de los hombres 
son espejo unas de otras. 
Las neuronas espejo fueron descubiertas por el neurobiólogo Giacomo Rizzolatti 
(catedrático de Fisiología Humana en la Universidad de Parma y su equipo formado por 
Vittorio Gallese y Leonardo Fogassi) por casualidad, mientras buscaba el modo en que el 
cerebro de los mamíferos planifica los movimientos. 
La investigación se basaba en observar 
el modo en que se activaban las 
neuronas del cerebro de un macaco, en 
la zona inferior de la corteza 
premotora, encargada de planear y 
ejecutar acciones (zona que 
corresponde al área de Broca en el 
cerebro humano), cuando éste sostenía 
diferentes elementos, como frutas, juguetes, etc. 
Pero en un momento inesperado, el equipo que utilizaban para medir la actividad de las 
neuronas presentó que varias de ellas estaban en plena excitación sin que el animal 
tuviera ningún objeto. Lo que sucedía era que Fogassi tenía en su mano una fruta y 
http://www.asociacioneducar.com/conferencistas-neurociencias#castro
http://www.linkedin.com/in/maritacastro
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
0
 
cuando el macaco lo miraba, sus neuronas se activaban como si él estuviera llevando a 
cabo la acción. 
En su morfología, las neuronas especulares no se distinguen de las otras células nerviosas, 
pero sí lo hacen por la doble función que cumplen: se excitan ante determinadas acciones, 
las realice uno o las esté observando mientras las ejecutan otros. 
Los múltiples trabajos que se han hecho desde su descubrimiento demuestran que las 
implicaciones que tiene trascienden el campo de la neurofisiología pura, ya que el sistema 
de neuronas espejo permite hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los 
demás. 
Otro campo de estudio en el que las neuronas espejo entran en juego es en el lenguaje. 
Cuando hablamos siempre movemos nuestras manos; la gesticulación que hacemos con 
ellas es muy importante para la comunicación. Se sabe que las neuronas espejo son 
importantes para controlar las manos y decodificar los movimientos de las manos de las 
otras personas. La idea que hoy tienen los investigadores es que antes de que los seres 
humanos pudieran hablar, estas neuronas servían para la comunicación no verbal. 
Cuando hacemos ciertos movimientos y vemos a otros efectuarlos, se crea un canal de 
comunicación entre nosotros y la otra persona. Por ello se considera que estos gestos 
evolucionaron y ayudaron al desarrollo del habla. Investigaciones presentaron que las 
regiones cerebrales que se activan al hablar ―en el lóbulo frontal― también se estimulan 
al escuchar a otras personas. Así que 
estas regiones modernasque controlan 
la lengua y los labios al hablar entran 
en juego cuando se escucha conversar 
a otros, y están tan activas como si uno 
participara de la charla. 
Las neuronas en espejo pueden 
encontrarse en los lóbulos frontales, 
parietales posteriores, en los surcos 
temporales superiores, en las cortezas 
premotoras y en los lóbulos de la 
ínsula. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
1
 
La activación de éstas depende también de cuan familiar nos resulte lo que vemos. Por 
ejemplo, si vemos a alguien jugar un deporte que nunca practicamos, nuestras neuronas 
espejo se activarán pero no podrán imitar los movimientos de un modo preciso. 
El estudio realizado por la neuropsicóloga Beatriz Calvo-Merino, utilizando resonancia 
magnética funcional, presentó que la actividad cerebral es distinta según las personas que 
observen una acción. La investigación se realizó con bailarines de danza clásica, maestros 
de capoeira y personas con pocos conocimientos de estas disciplinas. Cuando se 
proyectaba ballet, quienes eran bailarines presentaban mayor grado de activación de 
neuronas espejo que el resto de los participantes. 
También el contexto juega un papel importante en la activación de estas neuronas, ya que 
justifica que algo tenga sentido o no. De hecho, cuando se observaban acciones motoras 
descontextualizadas se activan en menor medida. 
El experimento de la taza de té, realizado por Marco Iacoboni y su equipo, es una muestra 
de ello. A los participantes se les mostraba un video con una taza de té en escenarios 
diferentes, en donde una mano entra a escena y toma una taza. 
En el primer video, el movimiento de la mano y la taza se presentan sin contexto. Por su 
parte, en el segundo el contexto se exhibe una mesa sucia, con migas de galletitas y 
servilletas usadas, una clara muestra de una merienda que finalizó. Finalmente, en el 
tercero se presenta una mesa servida con bocadillos y ordenada que muestra que es el 
momento de tomar el té. 
Los investigadores pudieron observar que el grado de activación máximo de estas 
neuronas se alcanzó en el tercer escenario, algo que sugería la intención de ingerir la 
comida; en cambio, en el segundo escenario la activación fue menor dado que la intención 
era probablemente lavar la taza. Algo que demuestra que estas neuronas tienen en 
cuenta al contexto. 
Los resultados de las investigaciones sugieren que el sistema de neuronas espejo no se 
limita a duplicar internamente la ejecución del modelo, sino que participa activamente en 
el procesamiento (comprensión, imitación, aprendizaje, empatía, etc.) de la acción 
observada. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
2
 
Si vemos a alguien sonreír, estas neuronas lo simulan, crean una especie de imitación 
interna en nuestro cerebro del rostro de la otra persona, y luego envían estas señales al 
sistema emocional, que nos permite sentir lo que otro siente. 
Se sabe que las emociones son contagiosas: si alguien entra a un espacio en donde la 
gente está feliz y se incorpora al grupo, acabará sintiéndose más feliz, porque existe esta 
transmisión de emociones de una persona a otra. 
La percepción de un rostro moldea los músculos faciales de quien lo observa y también 
activa estructuras internas del sistema nervioso central como el área sensoriomotora. 
Un estudio realizado en el Colegio Universitario de Londres presentó qué sucede cuando 
en lugar de ver expresiones se utilizan estímulos auditivos. El trabajo consistió en hacer 
escuchar a un grupo de personas estímulos auditivos que eran vocalizaciones de 
emociones negativas como el miedo y el disgusto, y emociones positivas, como la 
diversión y el triunfo. Mientras oían los sonidos sus cerebros fueron monitoreados a 
través de resonancia magnética funcional. 
Las neuronas en espejo de los cerebros de todos los participantes se activaron ante la 
percepción de todos los estímulos, al igual que los músculos faciales que también tuvieron 
diferentes grados de movilización. Pero lo más interesante del estudio fue observar cómo 
las risas y voces triunfantes produjeron mayor respuesta. 
 
Los homo sapiens sapiens debemos parte de nuestro éxito como especie a nuestro 
instinto gregario. Por ello las propiedades específicas del sistema de neuronas espejo 
pueden explicar la capacidad humana de aprender por imitación y de contagiar nuestros 
estados de ánimo a otros. Tal vez nuestra sociedades serían más trascendentes si 
pudieramos tener presente el valor que cada uno de nosotros tiene en el cerebro de los 
otros, en sus conductas y emociones. 
 
Cada mañana, al empezar el día, tal vez deberíamos preguntarnos ¿cómo deseo activar las 
neuronas espejo de las personas con las que voy a interactuar? De este modo, es posible 
que reflexionemos y nos demos cuenta que con una simple sonrisa ya estaremos haciendo 
un gran cambio. 
 
Bibliografía: 
 Annual Review of Neuroscience. www.annualreviews.org 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
3
 
 Buccino G, Binkofski F, Riggio L. The mirror neuron system and action recognition. Brain Lang. 2004 
May;89(2):370-6. 
 Calvo-Merino B, Glaser DE, Grèzes J, Passingham RE, Haggard P. Action observation and acquired 
motor skills: an FMRI study with expert dancers. Cereb Cortex. 2005 Aug;15(8):1243-9. Epub 2004 
Dec 22. 
 Gazzaniga MS. Human: The Science Behind What Makes Your Brain Unique. Publisher: Harper 
Perennial, 2009. ISBN: 978-0060892890 
 Shimada S. Modulation of motor area activity by the outcome for a player during observation of a 
baseball game. PLoS One. 2009 Nov 25;4(11):e8034. doi: 10.1371/journal.pone.0008034. 
 Fogassi L, Ferrari PF. Mirror Neurons and the Evolution of Embodied Language. doi: 10.1111/j.1467-
8721.2007.00491.x. Current Directions in Psychological Science June 2007 vol. 16 no. 3 136-141 
 Iacobani M. Las neuronas espejo. Ed. Katz, 2009. ISBN: 9788496859548 
 Iacoboni M, Dapretto M. The mirror neuron system and the consequences of its dysfunction. 
Nature Reviews Neuroscience 7, 942-951 (December 2006) | doi:10.1038/nrn2024 
--------------------------------------------------- 
 
Más información: Clic aquí. 
--------------------------------------------------- 
http://www.asociacioneducar.com/formacion-neurosicoeducacion
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
4
 
Neurociencias y Neurosicoeducación 
ADHD: Viviendo sin frenos. 
Parte 1. 
Dr. Roberto Rosler 
Blog: Clic aquí. 
 
La principal dificultad que tienen los niños con ADHD es que no pueden inhibir el 
momento presente lo suficiente como para considerar el futuro. 
 
No es que a Juan no le importe el futuro, sencillamente, para él pasado y futuro parecen 
no existir. 
 
El “iceberg” del ADHD: Más problemas de los esperados. 
 
Hemos estado fallando en el punto: 
 
“¡Juan es muy activo! Nunca deja de moverse. Se distrae ante el más mínimo ruido y tiene 
el período de atención de una pulga. A menudo actúa antes de pensar. Su hermana María 
con frecuencia vive en el medio de la niebla. A veces está tan perdida en el espacio que al 
llamarla le decimos: “Planeta Tierra comunicándose con María”. 
 
Esta viñeta es como típicamente se considera a los niños con el trastorno (¡qué fea 
palabra!) de déficit (¡otra palabra feísima!) de atención e hiperactividad (TDAH o ADHD). 
Pero muchas veces esto es solamente la punta del iceberg. Ésta es otra probable 
descripción del cuadro completo de un niño con ADHD: 
 
“Gritamos toda la mañana para poder salir de casa. Para hacer la tarea tarda horas y 
horas. Si uno no lo ayuda con su tarea, es tan desorganizado que nunca lo hará bien. Si 
uno lo ayuda, él me grita. Como nunca encuentra nada, todo el mundo piensa que no le 
importa nada. No importa cuánto le roguemos o castiguemos, él continúa haciendo las 
mismas cosas estúpidas una y otra vez. Nunca considera las consecuencias de sus acciones 
y parece no interesarle si estas acciones me lastiman. Es tan fácil para él sentirse 
agobiado. Él es tan inflexible y luego estalla por cualquier cosa”.http://www.asociacioneducar.com/conferencistas-neurociencias#rosler
http://filipides42-robi.blogspot.com.ar/
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
5
 
No es una coincidencia que los niños con ADHD a menudo manifiesten mucho más que la 
clásica triada de inatención, impulsividad e hiperactividad. Muchos problemas que 
experimentan estos niños y sus familias entran dentro del espectro de disfunciones 
ejecutivas (tales como un pobre autocontrol y previsión), enfermedades adicionales (que 
denomino la “mezcla de síndromes” ansiedad, depresión o trastornos de conducta) y 
estrés familiar. 
 
Creo que el ADHD debería ser redefinido, incluyendo el amplio rango de disfunciones 
ejecutivas. Estas disfunciones nacen de una incapacidad de inhibir la conducta presente, 
de manera tal que se puedan cumplir las demandas del futuro. 
 
¿Qué son las funciones ejecutivas? 
 
Cuando uno, inadvertidamente, pisa una serpiente ella responde picando. La serpiente no 
tiene ningún plan alternativo. Dentro del cerebro de la serpiente no ocurre ninguna 
discusión verbal (“¿lo pico o no lo pico?”). 
 
No existe un recuerdo si en el pasado picar funcionó adecuadamente. No hay 
pensamientos acerca de si esta acción de picar tendrá consecuencias en el futuro (como, 
por ejemplo, que el próximo ser humano sea más cruel con las serpientes). 
Afortunadamente, los seres humanos tenemos la opción de modular nuestras conductas. 
 
Los lóbulos prefrontales actúan como 
nuestros CEO (jefes ejecutivos). 
Orquestando las funciones de lenguaje y 
memoria de otras áreas del cerebro, los 
prefrontales consideran de dónde 
venimos, adónde queremos ir y cuán 
flexiblemente controlarnos para ejecutar 
este plan. A estas habilidades se las 
denomina “funciones ejecutivas”: 
 
Inhibición (frenando su conducta): Es la función ejecutiva clave. Para ejecutar con éxito un 
plan es fundamental que podamos frenar aquellas actividades que nos distraen. Estos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
6
 
frenos, cortesía de nuestros centros prefrontales inhibitorios, nos permiten el lujo de 
tener tiempo durante el cual podemos considerar nuestras opciones antes de reaccionar. 
 
La falta de inhibición es un doble problema para los niños con ADHD. Primero, sin estos 
frenos, ellos serán vistos como incapaces de inhibir en forma adecuada las distracciones 
(inatentos), incapaces de inhibir las reacciones instantáneas (impulsivos) o incapaces de 
inhibir sus respuestas físicas ante estos estímulos (hiperactivos). 
 
Segundo, los niños con ADHD no pueden inhibir su conducta el tiempo suficiente como 
para que otras funciones ejecutivas se puedan desarrollar en forma adecuada. 
 
Iniciación: Es la habilidad de comenzar. En algún momento uno debe dejar de sacarle 
punta al lápiz, debe dejar de ir al baño, y empezar con su tarea para el hogar. Postergar 
algo es una actividad natural. 
 
Ponerse realmente a trabajar (y no tan sólo planear hacerlo) requiere de la habilidad de 
inhibir todas las otras actividades posibles y es una tarea difícil para los niños con ADHD. 
 
Diálogo interior: Es la capacidad de hablarnos a nosotros mismos. 
 
Un mecanismo por el cual buscamos soluciones a nuestros problemas es utilizando 
palabras. Los niños con ADHD no inhiben sus reacciones el tiempo suficiente como para 
que esta capacidad se pueda desarrollar. Sin la capacidad de inhibir sus reacciones, o de 
utilizar el diálogo interior, no es una sorpresa que los niños con ADHD sean impulsivos 
(que significa actuar rápidamente y sin pensarlo). 
 
Memoria de trabajo: Se refiere a aquellas ideas que podemos mantener activas en 
nuestra mente en un momento dado. Por ejemplo, para aprender de los errores, debemos 
ser capaces no sólo de “hacer malabares” con la situación presente, sino también 
mantener en la mente los momentos del pasado cuando ciertas estrategias funcionaron o 
no. La memoria de trabajo también incluye mantener en mente los objetivos futuros. 
 
La memoria de trabajo nos permite desarmar las piezas de un problema y mantenerlas en 
la mente mientras las reorganizamos en una nueva solución. Sin la capacidad de inhibir, 
los niños con ADHD no pueden desarrollar un adecuado funcionamiento de su memoria 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
7
 
de trabajo. Por esto, las capacidades de planificación y resolución de problemas serán 
dañadas. 
 
Previsión: Predecir y planificar para el futuro. Esta función ejecutiva será deficiente 
cuando una memoria de trabajo deficiente se une a una pobre capacidad de inhibir las 
distracciones. 
 
Los niños con ADHD no pueden mantener el futuro en sus mentes. Son prisioneros del 
presente. El futuro los toma por sorpresa con la guardia baja. Sorprendentemente, una 
pobre previsión es probablemente una de las mayores dificultades en sus vidas. 
 
Retrospección: Recordar las experiencias pasadas. Esta función es muy necesaria si 
debemos ganar sabiduría de nuestras experiencias pasadas. Cuando abordamos una 
decisión, es útil recordar qué estrategias funcionaron y cuáles no. Una falta de 
retrospección es una de las razones por las que los niños con ADHD tienen una tendencia 
a no poder aprender de sus errores. 
 
Sentido del tiempo: Es un función ejecutiva extremadamente pobre en los niños con 
ADHD. La estimación del tiempo en los niños con ADHD es notoriamente mala, es tanto 
demasiado corta como demasiado larga. 
 
Organización: Los niños con ADHD, casi por definición, no son buenos en esta capacidad. 
Cinco de los nueve criterios de la categoría de inatención de ADHD son puramente 
organizacionales y, según el DSM, se requieren sólo encontrar seis de los criterios para el 
diagnóstico de ADHD. 
 
Flexibilidad: Es la capacidad de modificar los planes a mitad de camino si cambian las 
circunstancias. El mundo es un lugar impredecible y los planes rara vez se comportan tal 
como los imaginamos. Suceden cosas a lo largo del camino. Requerimos de la flexibilidad 
para reajustar nuestras acciones en el medio del camino. 
 
Cambiando de la agenda A a la agenda B por orden de otra persona: Es una tarea difícil 
que requiere de una buena función ejecutiva, esfuerzo y autocontrol. Esta incapacidad de 
cambiar de agenda (por ejemplo, dejar de hacer lo que estás haciendo e ir a cenar) es una 
causa frecuente de “ataques” en los niños con ADHD. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
8
 
Separar las emociones de los hechos: Esta capacidad requiere tiempo para reflexionar. 
Neurológicamente hablando cada evento en nuestras vidas tiene una realidad objetiva y 
una etiqueta emocional límbica adicional que le adjuntamos. 
 
Por ejemplo, podemos encontrar una multa en el parabrisas de nuestro auto. Nuestra 
reacción emocional será de indignación absoluta porque nos hicieron una multa. Sin 
embargo, el hecho objetivo es que la sanción es por sólo treinta pesos. Sin el don del 
tiempo nunca lograremos separar nuestro enorme sentimiento emocional de lo que en 
realidad es un pequeño problema. Pensamos que algo realmente malo nos ha sucedido 
cuando en realidad no es así. Esto nos lleva a una pobre capacidad de juzgar el significado 
de lo que está pasando. 
 
Agregarle emoción a los hechos: Es una parte importante de la motivación ya que es muy 
difícil estar motivado si no hay emociones unidas a la actividad que estamos 
desarrollando. 
 
La memoria de trabajo recuerda no sólo la realidad objetiva de las experiencias pasadas 
sino también la etiqueta emocional que quedó unida a dicha experiencia. 
 
Por ejemplo, cuando un niño con ADHD recuerda un castigo que recibió en el pasado 
tendrá problemas en recordar la desagradable sensación que acompañó dicha 
experiencia. Lo mismo le sucede cuando recuerda el momento en que se sacó una buena 
nota en la escuela: tendrá problemas en volver a experimentar la linda sensación que 
acompañó dicha nota. 
 
De esta manera, cuando los niños con ADHD tienen una pobre memoria de trabajo 
pueden no recordar las emociones que deberían surgir con los hechos y se sientenfrustrados, desconectados y desmotivados. 
 
Continuaré desarrollando estos conceptos en un próximo artículo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a1
9
 
Neurociencias y Neurosicoeducación 
En busca de un nuevo equilibrio: neuroplasticidad. 
Lic. Mariela Vestifrid 
La adolescencia es una etapa compleja, con manifestaciones que hoy podemos 
comprender mejor gracias a los avances de la neurociencia. Si bien esto parece ser una 
simplificación, se hace uso de una división 
funcional cuando se nombra al “cerebro 
emocional” y al “cerebro racional”, 
representados por el sistema límbico y la 
corteza cerebral, particularmente la del 
lóbulo frontal en su área prefrontal (o lóbulo 
prefrontal). 
Alcanzar un equilibrio entre estas dos funciones cerebrales es una cuestión de tiempo… 
pero ¿de cuánto tiempo hablamos? Del que la adolescencia demande. La consecuencia de 
esta falta aparente de equilibrio nos permite entender los cambios de carácter, la agresión 
y cómo es la toma de decisiones en los adolescentes, aún sin medir las consecuencias a 
largo plazo. Porque esta capacidad, ligada a la planificación, está dada por las funciones 
ejecutivas, cuyo sustrato biológico se relaciona con el área prefrontal que, como veremos, 
culmina su maduración estructural y, por ende funcional, con la llegada de la edad adulta. 
La plasticidad que reúne al conjunto de mecanismos subyacentes a la memoria y al 
aprendizaje en esta etapa de la vida es mediada principalmente por dos vías: 
La poda neuronal: que es la pérdida de conexiones neurales o sinapsis necesarias para 
dejar atrás ciertos aprendizajes que fueron útiles en la niñez. Durante este proceso se 
seleccionan positivamente aquellas sinapsis ubicadas en circuitos o redes empleados con 
mayor frecuencia y que, de esta manera, son estabilizados y preservados. 
http://www.asociacioneducar.com/cv/lic.mariela-vestfrid.pdf
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
0
 
Esta poda es lenta; se inicia una vez que se llega a un máximo de conexiones ―alrededor 
de los 2 años―, ya que un gran porcentaje de ellas son el resultado de la expresión 
genética. El ambiente es el encargado de definir cuáles enlaces sirven para adaptar el 
cerebro a un contexto particular al que está sujeto: “el medio es el verdadero agente de 
selección”, definió naturalista Charles Darwin. Tengamos presente que el medio no 
implica el ambiente físico solamente: para el hombre, el medio ambiente humano o 
antropogénico es el sociocultural; es el espacio en donde están “los otros”. 
La pérdida que conlleva la poda es normal e indica que los mecanismos de plasticidad 
están modelando ese cerebro, haciéndolo único. 
La otra vía es la mielinización del área prefrontal. Este proceso comienza en la quinta 
semana de gestación en la médula espinal, en el cerebro, a partir del noveno mes, y la 
última área en mielinizar, la prefrontal, marca el pasaje a la edad adulta. 
El concepto de adolescencia ha sido definido en los textos de Biología como una etapa del 
desarrollo caracterizada por cambios morfológicos que se deben al sistema endócrino a 
través de sus mediadores: las hormonas sexuales. Desde una perspectiva neurobiológica 
esta definición se ve ampliada al tener en cuenta a la neuroplasticidad y, si incorporamos 
la visión de sistemas, debemos considerar cambios psiconeuroendócrinos. 
El adolescente necesita transitar este camino para adaptarse a un mundo social nuevo, 
rico en estímulos, por medio de un cuerpo diferente y, fundamentalmente, con un 
cerebro distinto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
1
 
Neurociencias y Neurosicoeducación 
El cerebro adolescente. 
Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner 
LinkedIn: Clic aquí. 
Los adolescentes pueden convertirse en una especie de fuerte dolor de cabeza para sus 
padres, quienes suelen expresar que el hasta hace poco el niño cariñoso, calmo y amable, 
se transformó en un joven de un mal genio incontrolable. 
La adolescencia es una etapa de la vida que se caracteriza por presentar variaciones 
rápidas en los estados de ánimo y la exacerbación de la emotividad al máximo, tanto sea 
hacia la euforia como a la tristeza, lo que lo puede llevar a caer en situaciones de riesgo, 
drogas, alcohol, conducción imprudente, entre otras. 
Durante esta etapa, es decir en el periodo de tiempo que abarca de los 10 a los 20 años, 
ocurren en las estructuras cerebrales una serie de cambios con consecuencias 
importantes, por lo que se puede considerar que tienen un cerebro aún por terminar de 
desarrollarse. 
El conflicto generacional no es un tema actual, pues ya fue planteado hace miles de años 
atrás por Aristóteles, quien decía que “la naturaleza calienta a los jóvenes como el vino lo 
hace con los ebrios”. William Shakespeare también se ocupó del tema, pues en una de sus 
obras, uno de los personajes deseaba que la juventud durmiera entre los 10 y 23 años. 
Inclusive el mismo Freud pensaba que la adolescencia era la expresión de un conflicto 
sicosexual tormentoso, mientras que el psicólogo y pedagogo estadounidense Granville 
Stanley Hall creía que este periodo replicaba las etapas menos civilizadas de la historia 
humana. 
Pero no todo está en contra de los jóvenes, ya que hay una visión de esta realidad basada 
en los nuevos descubrimientos neurocientíficos y genéticos, que se ha denominado 
versión adaptativa del adolescente. Ésta lo muestra como un ser ultrasensible y adaptable 
http://www.asociacioneducar.com/conferencistas-neurociencias#logatt-grabner
http://ar.linkedin.com/in/carloslogatt
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
2
 
que debe asumir la difícil tarea de pasar de la seguridad del hogar paterno al difícil y 
agresivo mundo exterior, tarea nada sencilla para la UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) 
que aprecia la seguridad y trata de limitar al máximo la incertidumbre. 
Otro factor a favor de los adolescentes proviene de la teoría de la evolución, pues ésta, a 
través de la selección natural, es implacable con cualquier rasgo físico o mental que sea 
disfuncional. Por lo tanto, si sus cerebros sostienen rasgos tales como la ansiedad, el 
egoísmo, la impaciencia, la imprudencia, la promiscuidad y la tristeza en esta etapa de la 
vida debe ser porque las mismas son, de alguna manera, útiles para superar esta difícil y 
larga etapa. La realidad es que estos rasgos psicológicos no son los únicos que expresan 
los adolescentes, pero sí los que más resaltan debido a que son los que los padres más 
sufren y sienten que pueden ser peligrosos. 
El cerebro adolecente por dentro. 
Actualmente, gracias a la información que brindan los estudios bioquímicos y los 
escáneres cerebrales, es posible saber con un poco más de certeza qué es lo que sucede 
dentro del cerebro adolescente. Esta información es de suma utilidad para que tanto 
padres como hijos puedan entender qué acontece durante esta etapa tan importante de 
la vida de un ser humano y así conseguir comprenderse mucho mejor entre sí. 
Cosas esenciales que ambos deben conocer: 
1) Cuál es el interruptor que dispara la adolescencia. 
2) Cuáles son los cambios que la misma produce en el cerebro. 
1.- El interruptor que inicia la pubertad es la liberación de hormonas, que lleva a una 
cascada de cambios notables. 
Hace años se conoce que le cerebro es el encargado de dirigir el proceso madurativo 
conocido como pubertad. Sin embargo, nuevos estudios permitieron descubrir los 
mecanismos que dan lugar a este gran cambio en la vida de los seres humanos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
3
 
Un grupo reducido de moléculas intervienen 
en el proceso, siendo una de las principales 
el factor liberador de gonadotrofinas (GnRH), 
una neurohormonas liberadas por el 
hipotálamo y que induce a la hipófisis a que 
segregue gonadotrofinas (hormona 
luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH) 
que, a su vez, activarán a los ovarios o 
testículos. De este modose aumentará la 
tasa de estrógenos o testosterona circulante, ambos factores fundamentales para 
desencadenar el inicio de la pubertad. 
Sin embargo, es importante resaltar que este circuito no es la primera vez que entra en 
acción. De hecho, ya actúo durante la vida intrauterina, guiando el desarrollo del feto, 
para luego quedar en estado stand-by durante toda la primera infancia. 
En el año 2003, dos equipos científicos lograron descubrir la señal que era responsable de 
despertar a este circuito de su largo letargo. El primer hallazgo fue el de un receptor en las 
neuronas hipotalámicas encargadas de generar la hormona liberadora de gonadotrofinas 
(GnRH). Éste era el responsable de activar el proceso al unirse a una molécula que luego 
fue identificada por Allan Horbison, del centro de neuroendocrinología de la Universidad 
de Otago, en Nueva Zelanda, como la Kisspeptina. 
Esta sustancia ya era conocida desde 1996, año en que el equipo de Danny Welch de la 
universidad de Hershey la descubrió cuando buscaba sustancias que fueran capaces de 
detener el crecimiento tumoral. El curioso nombre que se le dio a esta proteína hace 
referencia a los bombones de chocolate marca Hersheys kisses (besos de Hershey), 
denominación que fue muy apropiada, pues sin quererlo, es una buena metáfora de la 
acción que ejerce esta molécula a nivel cerebral. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
4
 
En el 2005, otro grupo a cargo de Robert Steiner, de la Universidad de Washington, en 
Seatle, comprueba que la kisspeptina era liberada por unas neuronas también situadas en 
el hipotálamo, en cercanías de las secretoras de GnRH. 
Sin embargo, aún faltaba encontrar un importante eslabón de la cadena que era saber 
cuál señal activaba a las neuronas productoras de kisspeptina. Se sospechaba que las 
mismas deberían ser sensibles a los estrógenos y andrógenos algo que tiene lógica al 
descubrirse un sensor de estrógenos: el receptor ER alfa. Este sensor parece que frena la 
síntesis de kisspeptina hasta que los ovarios han crecido lo suficiente como para que 
aumente el nivel de estrógenos circulante. Pero no sólo los estrógenos constituyen la 
única señal activadora, pues el cerebro también tiene en cuenta al nivel de glucosa, 
insulina y leptina. Estas moléculas le sirven para saber si el organismo posee suficientes 
reservas de energía y grasas como para activar el mecanismo desencadenante de la 
pubertad. Esta es una de las razones por la que las deportistas de alto nivel competitivo 
presentan con frecuencia retraso en el comienzo de su periodo menstrual, pues tienen en 
su cuerpo pocas reservas de grasa. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
5
 
2.- Los cambios que se producen en el cerebro. 
En los cerebros adolescentes se está produciendo una gran remodelación que afecta a la 
mayoría de los componentes del mismo y es importante destacar que en esta fase 
aumenta la vulnerabilidad a la aparición de anomalías, entre las que se puede nombrar a 
la depresión. 
En los jóvenes se producen cambios que son positivos, pero como se desencadenan de 
forma paulatina en las primeras etapas del proceso los mismos son imperfectos e 
incompletos, lo que favorece la aparición de inconvenientes conductuales. Además, 
durante este periodo el cerebro es más sensible a la falta de sueño, estrés y mala 
alimentación, algo que contribuye a poner en mayor evidencia su falta de maduración, 
puntos que los adolescentes no suelen tener en cuenta en cuanto a sus hábitos. 
Otra de las modificaciones se produce a nivel 
de los axones, que son las vías a través de la 
cual las neuronas transmiten los impulsos 
nerviosos. Estas estructuras se van cubriendo 
paulatinamente de mielina (una sustancia 
que cumple una función aislante), que les 
permite aumentar su velocidad de 
conducción hasta 100 veces. A su vez, en las 
otras arborescencias neuronales, llamadas 
dendritas, se produce un aumento notable 
de las ramificaciones. Sin embargo, estos 
cambios son selectivos y progresivos, pues 
el cerebro experimenta una poda neuronal 
que es una especie de reajuste en el número 
de neuronas que lo componen, así como de 
su cableado neuronal, eliminando aquellas 
conexiones que no utiliza, a la vez que 
refuerza las que le son útiles para la supervivencia presente y del futuro. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
6
 
Este proceso de maduración y modelación se prolongará a lo largo de toda la adolescencia 
y se caracterizará por comenzar desde las partes posteriores del cerebro (las más 
antiguas) hacia los lóbulos prefrontales ―estos son los últimos en desarrollarse― y en los 
lóbulos temporales, en donde se producirá la mayor pérdida de neuronas (poda 
neuronal). Los lóbulos prefrontales 
son el área más evolucionada del 
cerebro y el asiento de las 
capacidades ejecutivas, aquellas que 
nos permiten atender y desarrollar 
un plan, monitorearlo, hacer ajustes 
y cumplirlo entre otras cosas. 
En el cuerpo calloso, una estructura que 
comunica a los dos hemisferios cerebrales, 
también se observan cambios de magnitud. 
Aquí producirá un engrosamiento paulatino, 
algo que permitirá mejorar, progresivamente, la 
comunicación interhemisferica. 
También en el hipocampo, una estructura 
relacionada con el traspaso de la memoria de 
corto a largo plazo, se establecen conexiones 
cada vez más fuertes con áreas 
específicas de los lóbulos prefrontales 
que se encargan de establecer metas y 
controlar los impulsos. Esto irá 
permitiendo que la persona esté mejor 
capacitada para poder integrar las 
experiencias del pasado y los planes del 
futuro a las decisiones del presente, 
además de desarrollar una capacidad de retardo de la gratificación que le facultará a ser 
perseverante en la obtención de sus objetivos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
7
 
Por ejemplo, los jóvenes suelen buscar y disfrutar las situaciones de riesgo en las que la 
adrenalina se libera en niveles muy altos. Esto se produce debido a que el cerebro está 
ávido de experiencias inusuales, novedosas e inesperadas, ya son las que les permitirán 
seleccionar de todos los estímulos que los rodean, aquellos que les interesen más. Pero en 
contra de lo que se podría presuponer, el psicólogo del desarrollo especializado en la 
adolescencia, Laurence Steinberg, de la Universidad Temple, observó que incluso los 
jóvenes de 14 a 17 años (los más proclives al riesgo) emplean las mismas estrategias 
cognitivas básicas que los adultos y, por lo general, resuelven sus problemas razonando 
con la misma habilidad que lo hacen los mayores. Además, al contrario de lo que se suele 
creer, son plenamente conscientes de que son mortales. Y, del mismo modo que los 
adultos, declaró Steinberg, «los adolescentes realmente sobrevaloran el riesgo». 
Así pues, si piensan igual de bien que los adultos y reconocen el riesgo como ellos, ¿por 
qué arriesgan más? En este aspecto, como en otros, el problema no está en lo que 
carecen en comparación con los adultos, sino en lo que tienen de sobra. No es que no 
reconozcan el peligro, sino que aprecian mucho más la recompensa. En situaciones en las 
que el riesgo puede reportarles algo que desean, valoran el premio mucho más que los 
adultos: de ahí que estén dispuestos a correr el riesgo. 
Un videojuego que Steinberg utiliza en sus estudios lo ilustra a la perfección. En el juego, 
hay que atravesar una ciudad en el menor tiempo posible. Por el camino hay varios 
semáforos que, a veces, pasan del verde al amarillo cuando se acerca un coche y obligan al 
jugador a tomar una decisión rápida: parar o seguir. El jugador ahorra tiempo (y hace más 
puntos) si pasa antes de que la luz se ponga roja. Pero si intenta pasar y no lo consigue, 
pierde más tiempo que si se hubiera parado desde el principio. El juego premia a los que 
asumen un cierto riesgo, pero castiga a los que se arriesgan demasiado.Cuando los adolescentes hacen solos el recorrido, en lo que Steinberg llama la situación 
emocionalmente «fría» de una sala vacía, corren más o menos los mismos riesgos que los 
adultos. Sin embargo, si hay algo más en juego, la situación cambia. En este caso, 
Steinberg añade la presencia de amigos. Cuando el investigador lleva a la sala amigos del 
sujeto para que lo vean jugar, éste corre el doble de riesgos e intenta pasar semáforos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
8
 
frente a los cuales antes había parado. Los adultos, por su parte, no varían su forma de 
conducir aunque delante tengan amigos. 
Según Steinberg, esto podría demostrar que la propensión a correr riesgos no deriva de un 
pensamiento torpe, sino de un mayor interés en la recompensa: «No corren más riesgos 
porque de pronto dejen de reconocer el peligro, sino porque dan más importancia a una 
recompensa», tal como impresionar a los amigos, no quedando dudas de que los más 
jóvenes reaccionan con intensidad frente a las recompensas sociales. 
Como indica el videojuego, los más jóvenes reaccionan con intensidad frente a las 
recompensas sociales. Tanto la fisiología como la teoría evolutiva ofrecen explicaciones 
para esa tendencia. Fisiológicamente, la adolescencia se caracteriza por una sensibilidad 
máxima del cerebro a la dopamina, un neurotransmisor que al parecer activa los circuitos 
de gratificación e de pautas y en la toma de decisiones. Esto contribuye a explicar la 
rapidez de aprendizaje de los jóvenes y su extraordinaria receptividad a la recompensa, así 
como sus reacciones intensas y a veces melodramáticas ante la victoria y la derrota. 
Steinberg, Casey y otros investigadores creen que optar por el riesgo tras valorar costes y 
beneficios está propiciado por la selección natural. Porque, a lo largo de la evolución 
humana, la propensión a asumir riesgos durante esa fase de la vida ha demostrado tener 
un valor adaptativo. Para tener éxito, a menudo hay que marcharse de casa y afrontar 
situaciones menos seguras. Esa sensibilidad a la recompensa funciona, por lo tanto, como 
un deseo de nuevas sensaciones, que saca a los adolescentes del hogar y los impulsa a 
nuevos lugares. 
El cerebro adolescente también es sensible a la oxitócina, otra hormona 
neurotransmisora, que entre otras cosas hace más gratificantes las relaciones sociales. Las 
redes y dinámicas neuronales asociadas con las recompensas en general y con las 
interacciones sociales están muy relacionadas entre sí. Si una de esas redes entra en 
juego, a menudo también se pone en marcha la otra. 
Esto podría explicar otro rasgo característico de este período: los adolescentes prefieren la 
compañía de sus coetáneos más que en ninguna otra época de su vida. Por un lado, esa 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a2
9
 
pasión por los compañeros de la misma edad es la expresión en el ámbito social de la 
atracción que los jóvenes sienten por todo lo novedoso: los chicos de la misma edad les 
ofrecen más novedades que el ya conocido ambiente familiar. 
Pero la atracción por los pares tiene otra razón más poderosa: invertir en el futuro más 
que en el pasado. Vivimos la mayor parte de nuestra existencia y prosperamos (o no) en 
un mundo dirigido y reconstruido por gente de nuestra edad. Conocer, comprender y 
trabar relaciones con ellos es muy importante para nuestro éxito. Por ejemplo, las ratas o 
los monos socialmente más hábiles suelen conseguir las mejores madrigueras y mejores 
territorios, mayor cantidad de comida y de agua, más aliados y más posibilidades de 
reproducirse. Y ninguna especie es tan compleja ni tan social como la nuestra. 
Esta última característica es la que lleva a que las relaciones más importantes sean las que 
se establecen con gente de la misma edad. Varias investigaciones presentan cómo nos 
afecta la exclusión o no formar parte de un grupo. Una de ellas es la realizada por 
Matthew Lieberman, de la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA). Quienes 
padecen estas situaciones experimentan la situación como un fuerte golpe, no solo al ego, 
sino al cerebro, produciendo una activación neuronal que genera un intenso dolor, para 
despertar aquel antiguo instinto de seguir buscando pertenecer al grupo. 
Una de las áreas implicadas es la 
corteza cingular anterior, zona en 
donde se percibe no solo el dolor físico, 
sino también el emocional. Imaginemos 
cuánto más debe activarse este sistema 
de alarma en los jóvenes. 
Los antropólogos han observado que en 
casi todas las culturas humanas se reconoce a la adolescencia como un período durante el 
cual los jóvenes eligen situaciones emocionales movilizantes, novedosas y en compañía de 
sus coetáneos. Este reconocimiento casi universal desmiente la idea de que se trata de un 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
0
 
concepto cultural. Por el contrario, si se analiza más profundamente, es como un rasgo de 
mayor flexibilidad y adaptabilidad, algo importante para la especie. 
Todos estos cambios ayudan a dejar un hogar seguro y pasar a una vida nueva llena de 
incertidumbre. Por ello, muchos consideran que la tendencia a la novedad contribuye a la 
capacidad de adaptación que se considera mayor en la adolescencia. 
Si somos sinceros con nosotros mismos, los adultos y quienes somos padres, también 
muchas veces actuamos torpemente, e incluso nos sucede esto cuando deseamos ayudar 
a nuestros hijos adolescentes. 
Sin embargo, si aprendemos qué sucede en el cerebro y los cambios por los que éste pasa, 
podemos ser una excelente compañía y guía para nuestros hijos. Espacios de sano vínculo 
y sincera comunicación son fundamentales para que los circuitos de alarma no se 
enciendan sino que, por el contrario, padres e hijos puedan aprender uno de otros de esta 
etapa tan crucial en la vida de todo ser humano. 
Los adolescentes pueden reconocer y valorar que los padres han pasado por la misma 
situación, angustias y emociones que ellos y, por ello, pueden compartir ciertos 
conocimientos que tal vez les convenga saber. 
Los padres debemos descubrir la función trascendente de serlo, y recordar que la 
característica distintiva del cerebro del adolescente es la que nos permite entender, por 
un lado, las tendencias que nos preocupan y, por el otro, su maravillosa adaptabilidad que 
se debe a la plasticidad de las áreas prefrontales, que maduran lentamente. Como 
señalábamos más arriba, esas áreas son las últimas en adquirir el aislamiento de mielina 
que acelera la transmisión de información. 
Ante ciertas situaciones, la rapidez de respuesta es importante pero cuando la transmisión 
es más rápida se inhibe el crecimiento de nuevas ramificaciones. Para Douglas Fields, 
neurocientífico del Instituto Nacional de Salud (entidad que estudia hace años el 
mecanismo molecular que regulan la estructura y función del sistema nervioso en relación 
con el aprendizaje, la memoria, y las interacciones entre las neuronas y la glía) esta 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
1
 
característica hace que el lapso de tiempo durante el cual un área del cerebro adquiere 
mielina sea crucial para el aprendizaje, ya que el cableado se está actualizando, pero una 
vez terminada la reforma, es mucho más difícil generar cambios. 
Es alrededor de los 25 años que este lento desarrollo ―al parecer una adaptación 
exclusiva de nuestra especie― cumple su ciclo. Tal vez parezca un contrasentido que los 
humanos no nos hagamos más sensatos un poco más pronto en la vida, pero si así fuera, 
nuestras posibilidades de ser más listos serían mucho menores. 
Como padres, si tenemos presente la existencia de las neuronas espejo o especulares 
―aquellas que como seres sociales nos permiten aprender por imitación―, claramente 
parte de nuestra tarea sería la de mostrar conductas equilibradas, valores y respeto, algo 
que podemos lograr si comprendemos a nuestros hijos y los cambios por los cuales pasan 
todaslas UCCM (unidad cuerpo cerebro mente). 
El largo pero extraordinario tiempo de la adolescencia es una etapa maravillosa para dejar 
huella en los cerebros de los jóvenes que durará en su memoria y será una guía para el 
resto de sus vidas. Etapa difícil, tal vez, pero única si la sabemos valorar nosotros y 
nuestros hijos. 
Bibliografía: 
 Wake H, Lee PR, Fields RD. Control of local protein synthesis and initial events in myelination by 
action potentials. Science. 2011 Sep 16;333(6049):1647-51. doi: 10.1126/science.1206998. Epub 
2011 Aug 4. 
 Defelipe J, Fields RD, Hof PR, Hoistad M, Kostovic I, Meyer G, Rockland KS. Cortical white matter: 
beyond the pale remarks, main conclusions and discussion. Front Neuroanat. 2010 Mar 24;4:4. doi: 
10.3389/neuro.05.004.2010. eCollection 2010. 
 Douglas Fields R. Change in the Brain's White Matter. Science 5 November 2010: Vol. 330 no. 6005 
pp. 768-769 DOI: 10.1126/science.1199139 
 Revista Mente y Cerebro, nº 32, pp. 22-29. www.investigacionyciencia.es 
 Fogassi L, Ferrari P. Mirror systems. Wiley Interdisciplinary Reviews: Cognitive Science. 2011; 2:22-
38. 
 Mayer C, Acosta-Martinez M, Dubois SL, Wolfe A, Radovich S, Boehm U, Levine JE. Timing and 
completion of puberty in female mice depend on estrogen receptor alpha-signaling in kisspeptin 
neurons. Proc Natl Acad Sci U S A. 2010 Dec 28;107(52):22693-8. doi: 10.1073/pnas.1012406108. 
Epub 2010 Dec 13. 
http://www.investigacionyciencia.es/
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
2
 
 Mayer C, Boehm U. Female reproductive maturation in the absence of kisspeptin/gpr54 signaling. 
Nat Neurosci. 2011 Jun;14(6):704-10. doi: 10.1038/nn.2818. Epub 2011 Apr 24. 
 Iacoboni M. Las neuronas espejo. Empatía, neuropolítica, autismo, imitación o de cómo 
entendemos a los otros. Madrid, España; Katz editores (2009). 
--------------------------------------------------- 
 
Más información: Clic aquí. 
--------------------------------------------------- 
 
 
 
 
 
 
 
http://www.asociacioneducar.com/curso-neurobiologia
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
3
 
Neurociencias y Neurosicoeducación 
La importancia de la re-significación emocional. 
Nse. Marita Castro 
LinkedIn: Clic aquí. 
 
Nuestras emociones siempre son útiles; si sentimos miedo, nuestra UCCM (unidad cuerpo 
cerebro mente) se prepara para huir o enfrentar un peligro en pocos milisegundos. Claro 
que luego del acontecimiento que nos haya generado esa sensación, lentamente, el 
organismo vuelve a su equilibrio. 
Sin embargo, a veces nos sucede que nos quedamos dando vueltas en nuestra mente con 
emociones y pensamientos que nos invaden. En dichos casos, las estrategias que suelen 
usarse es la re-significación y el desvío atencional. 
Imaginemos que nos encontramos esperando a que nuestro dentista nos atienda para 
sacarnos una muela. Mientras esperamos, es posible que nos pongamos a leer una revista 
para distraernos y hasta hagamos comentarios sobre algún personaje de la farándula de 
turno. Otra posibilidad es que nos hablemos a nosotros mismos diciéndonos que todo va a 
salir bien y que en breve pasará el mal rato. 
Para comprender este proceso por el cual transitamos, un grupo Investigadores de la 
Universidad de Groningen decidió estudiar las dos vías más usadas por las personas para 
modular las emociones. 
En trabajos previos, se le pedía a las personas que usaran estas estrategias y se examinaba 
el efecto de las mismas. Sin embargo, en esta nueva investigación, en cambio, los 
científicos deseaban ver cuáles actividades elegían las personas en ciertas circunstancias. 
Para ello diseñaron tres experimentos con el fin crear contextos emocionales que variaban 
en intensidad, utilizando imágenes emocionales (experimentos 1 y 2). Por ejemplo, se 
mostraba una víbora serpenteando en el suelo (baja intensidad) con otra en donde se la 
veía con la boca abierta preparada a atacar (mayor intensidad). Por su parte, en el 
http://www.asociacioneducar.com/conferencistas-neurociencias#castro
http://www.linkedin.com/in/maritacastro
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
4
 
experimento tres, se les daba a los participantes una descarga eléctrica impredecible, pero 
se informaba si sería de alta o baja intensidad. En respuesta a estos contextos 
emocionales, la gente optaba por la variable a utilizar. 
Lo que pudieron observar los científicos es que en situaciones en donde la emoción 
negativa era de baja intensidad, las personas tendían a escoger reevaluar la situación, o 
sea, a pensar en la misma y calmarse. No obstante, cuando las emociones eran de alta 
intensidad, la preferencia era dejar de pensar en la ella, desviando la atención. 
Los autores del estudio, entre los que se encuentran Gal Sheppes, Gaurav Suri y James J. 
Gross de la Universidad de Stanford, consideran que es útil saber qué estrategias eligen 
las personas sanas para regular sus emociones en diferentes contextos, para así poder 
enseñarle a aplicar las mismas a personas que no pueden hacerlo. 
La capacidad de re-evaluar, re-significar y desviar la atención es muy útil. De hecho, 
estudios realizados en personas mayores presentaron que reportan niveles 
sorprendentemente altos de bienestar cuando pueden reducir la tendencia a lamentarse. 
Estos resultados ponen de relieve el papel de la regulación emocional incluso en el buen 
envejecimiento. 
Otro estudio liderado por Philippe Goldin y James Gross, en la Universidad de Standford, 
permitió también demostrar la importancia que tiene la manera en que interpretamos las 
situaciones dolorosas, para disminuir o aumentar el efecto emocional que producen. 
En este trabajo estudiaron la represión afectiva y la reconsideración cognitiva. La primera 
estrategia consiste en la capacidad de poder pensar sobre algo que está sucediendo de un 
modo más positivo, mientras que la segunda radica en tratar de evitar que se note lo que 
se está sintiendo. 
A 17 voluntarias se les estudiaba la actividad cerebral con equipos de resonancia 
magnética funcional (lFMR), mientras veían videos de dos tipos: unos mostraban 
estímulos neutros (paisajes) y otros muy desagradables (operaciones quirúrgicas). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
5
 
Los escáneres permitieron observar que, independientemente de la estrategia utilizada, 
dos áreas cerebrales estaban relacionadas con la activación emocional: la amígdala y la 
ínsula. Pero el grado de respuesta y el tiempo de duración de la misma variaban según la 
estrategia utilizada. 
 
 
 
 
 
Las emociones juegan un papel muy importante en nuestras vidas y entender su origen y 
función ayuda a que podamos lograr posicionarlas a nuestro favor, desarrollando 
estrategias que nos permitan modelarlas, si es necesario, en congruencia con nuestro 
bienestar. 
Cuando estamos comprometidos emocionalmente, o no podemos pensar con claridad, 
llevar la atención de manera consciente a recuerdos agradables, cantar o escuchar una 
canción; leer un poema motivador, o uno propio escrito de sueños, contribuye 
notablemente. También sirve llevarla hacia estímulos neutros. Por ejemplo, hacer un 
relato descriptivo de cómo llegar a un lugar o cómo es una habitación de nuestro hogar, 
etc. 
En lo posible, es importante tener presente lo esencial que es aplicar una estrategia 
regulatoria antes de que una emoción aumente notablemente su intensidad y resulte más 
difícil poder modelarla. 
La idea no es reprimir las emociones, sino disminuir su intensidad si están siendo 
intrusivas, para luego, con un estado emocional más equilibrado, hacer uso pleno de 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
6
 
nuestras capacidades ejecutivas para re-significar un evento, ver posibles soluciones y 
planes de acción, siempre acompañado de una visión positiva. 
Posibles propuestas de trabajos 
Desvío atencional: 
Neutro: 
 Realizar una descripción de cómo llega a su lugar de trabajo. 
 Describa su oficina. 
 Pienseen un lugar que haya ido el fin de semana y realice un dibujo del mismo. 
Placer: 
 Piense en sus mejores vacaciones. 
 Escriba la letra de una canción que le guste. 
 Haga una lista de palabras placenteras que le gustaría escuchar. 
Una vez modelada la respuesta emocional: 
 Describa el evento de forma clara y concisa. 
 ¿Qué cosas positivas tiene para aprender de él? 
 ¿Cómo lo interpretaría una persona con una visión positiva? 
 Háblese a Ud. mismo para darse calma y seguridad o escríbalo. 
 Interprételo con una visión empática (si la situación tiene que ver con otra 
persona). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
7
 
Estos, por supuesto, son sólo unos pasos en nuestra transformación y autogestión 
emocional. Lo ideal es conocer y comprender a nuestra UCCM (unidad cuerpo cerebro 
mente) y neurosicoeducarnos para, día a día, generar contextos que estén a favor de la 
misma. 
Bibliografía: 
 Suri G, Gross JJ. Emotion regulation and successful aging. Department of Psychology, Stanford 
University, Stanford, CA, USA. Trends in Cognitive Sciences, Volume 16, Issue 8, 409-410, 26 June 
2012. 
 Goldin PR, McRae K, Ramel W, Gross JJ. The Neural Bases of Emotion Regulation: Reappraisal and 
Suppression of Negative Emotion. Biological Psychiatry Vol. 63, Issue 6, Pages 577-586. 
 Formación en Neurosicoeducación - Asociación Educar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
8
 
Neurociencias y Educación 
 
Comenzando la Escuela: adaptaciones positivas, 
modelando las emociones con los más pequeños. 
 
Prof. Nse. Alejandra del Fabro 
LinkedIn: Clic aquí. 
 
Navidad, la celebración del Año Nuevo, Los Reyes Magos y enero ya pasaron. En la 
Argentina, el mes de Febrero es sinónimo de finalizar las vacaciones ―merecido 
descanso― y de comenzar a pensar en el inicio del ciclo lectivo. 
 
Compartiendo experiencias de madre, docente y conocimientos de neurociencias con 
familias de niños que comienzan una nueva aventura ―inician o retoman jardín de 
infantes y los primeros grados de la escuela primaria― concluyo que, sin dudas, el éxito 
en esta adaptación depende de muchos factores y también de las pautas que sigan 
padres, docentes e instituciones educativas para hacerles más efectivo el ingreso o la 
vuelta al colegio. 
 
Para las familias de los niños que se inician en Jardín de Infantes, las primeras semanas 
implicarán hacer lucir las mejores de nuestras sonrisas y dar apoyo en ese momento de 
transición en sus pequeñas vidas. Las familias más “expertas”, en cambio, se sentirán más 
relajadas. 
 
En estos días los niños requerirán de toda la comprensión y apoyo de los adultos. Algunos 
precisarán más besos, abrazos y mimos que otros. Necesitan seguridad y saber que el 
adulto responsable está ahí para llevarlos de la mano. El paso de los días, unido a los 
cálidos mimos, les harán entender que esta nueva etapa que emprenden es fantástica, y 
está llena de desafíos, crecimientos, aprendizajes: cosas maravillosas. 
 
http://www.asociacioneducar.com/conferencistas-neurociencias#del-fabro
http://ar.linkedin.com/pub/alejandra-del-fabro/25/135/336
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a3
9
 
Los niños que comienzan en un centro educativo vivirán una experiencia cargada de 
emociones. El colegio es para ellos un lugar totalmente desconocido y es importante 
seguir determinadas pautas para que puedan asociar la escuela con lo positivo y se 
sientan felices allí. 
 
El cerebro necesita sentirse seguro para ser feliz y aprender mejor. 
 
Es por esto que es recomendable una adaptación progresiva (en casi todos los centros 
educativos se realiza una adaptación al colegio paulatina, en la que se va aumentando 
poco a poco el número de horas que el niño permanece en el centro escolar sin sus 
padres). En estos primeros días es importante respetar los tiempos y las necesidades de 
cada niño en particular. No todas las personas necesitamos de los mismos tiempos, y por 
eso es fundamental entender el de cada uno. 
 
Los niños más pequeños suelen tener un objeto preferido (mantita, osito, pañuelo…) que 
adoran y que los calma cuando están solos. Estos son preciosos tesoros cuando se tienen 
que enfrentar a situaciones que les resulten estresantes como, por ejemplo, ir al colegio o 
a la guardería. Los Jardines de Infantes suelen permitir que los niños lleven sus objetos de 
apego en sus mochilas. 
 
Otra buena idea es el narrar cuentos o historias, puesto que ayuda a poner en contexto 
diferentes situaciones, identificar emociones, elaborar posibles consecuencias o 
resultados alternativos. En este caso, se puede contar cuentos sobre el inicio al colegio de 
niños para que se sientan identificados con ellos y expresen emociones, adelantándose a 
lo que será en la compañía del adulto en el que él confía. 
 
Al igual que los cuentos, jugar con él representando una situación similar a la que van a 
vivir cuando vayan al colegio por primera vez los ayudará a identificar y resolver 
emociones. Además, vivir esas situaciones hipotéticas días antes les hará ganar seguridad 
y vivir la adaptación al colegio positivamente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a4
0
 
También es una muy buena alternativa, en el caso de los niños que ya fueron al jardín de 
infantes o escuela el año anterior, contarles los aspectos positivos de la experiencia. Se los 
puede ayudar a recordar las cosas que le gustan del colegio, el nombre de sus amigos, de 
los maestros, excursiones que hayan hecho, actividades, etc. 
 
Es fundamental que los adultos mostremos interés por su faceta escolar: los niños deben 
sentir que nos interesan las cosas que hace en la escuela y que estamos en contacto con el 
maestro/a. 
 
Finalmente, nada como un momento para compartir o hablar con ellos. Tener una 
conversación tranquila y relajada de lo que les supone la vuelta al colegio, para que 
puedan expresar las emociones que sienten (alegría, miedo, preocupación, nerviosismo…). 
Deben lograr identificar sus sensaciones y ponerles un nombre. Nunca dejemos solo a un 
niño con una emoción negativa, no sabrá qué hacer con ésta y se sentirá desamparado y 
más asustado. 
 
Para tener en cuenta y ayudar a adaptarse (o readaptarse) a la rutina escolar: 
 
En vacaciones las familias manejamos horarios y actividades flexibles. Es importante, unas 
semanas previas al inicio de las clases, retomar los horarios de sueño y de las comidas de 
manera paulatina para andar sin prisas: hay que tener tiempo suficiente para que puedan 
desayunar tranquilamente, e ir relajados al colegio. 
 
Levantarse temprano, preparar la mochila y hacer tarea son algunas de las obligaciones 
que los niños deben retomar para comenzar las clases. Si bien parecen rutinas simples, es 
normal que en los primeros días generen cierta ansiedad (y hasta enojo) en algunos 
menores. El adulto preparado y prevenido puede ayudar al niño a sobrellevar este 
momento estresante de forma positiva, con mucha empatía. 
 
El hecho de que los niños participen en la preparación de materiales y del uniforme son 
algunos detalles que ayudarán a tener mejores resultados en la vuelta al colegio. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a4
1
 
Compartir las compras de los útiles escolares: se los puede invitar a que elijan ellos lo que 
más les gusta (cuadernos, mochila, cartuchera…). También se puede convertir en una 
actividad divertida y familiar la preparación de los elementos (marcar con su nombre, 
forrar los libros…). 
 
Cada uno, dependiendo de su edad y su posibilidad, podría participar en la preparación de 
los útiles y ropa que utilizará en el colegio. De esa forma se establecerán las 
responsabilidades que les cabe en el proceso educativo y las normas que van a regir sus 
deberes y derechos claramente y con firmeza desde este periodo. El hecho de dar opción 
de elección hace que automáticamente el niño se sienta involucrado,participe y sea 
responsable de su proceso de aprendizaje. 
 
Es importante que los adultos recuerden que cada día y en cada momento están 
educando las emociones de sus hijos: la vuelta al cole también es uno de ellos. Es 
fundamental que los adultos puedan poner los límites necesarios en cada situación ya que 
a la mayoría de los niños (y a los adultos también) les gana la ansiedad e inmediatez por 
conseguir los que se quiere. La vuelta al cole es una buena oportunidad para educar este 
aspecto, lo que se denomina “retardo en la gratificación” (saber esperar para obtener lo 
que queremos, dominar la ansiedad y no enojarse). En este caso, quizás el niño quiera 
una nueva mochila. Entonces, el adulto responsable explicará al niño que éste no es el 
momento para poder comprarla, que limpiarán juntos la mochila del año anterior o, de ser 
necesario, la llevarán a reparar y, llegado el momento, comprarán una nueva. 
 
El cerebro necesita combustible para funcionar bien en la escuela 
 
Al comenzar con las obligaciones de estudio es fundamental tener una buena 
alimentación que proporcionen la energía necesaria para rendir durante toda la jornada. 
Es importante una comida sana y balanceada. Se deben consumir alimentos proteicos con 
bajo aporte de grasa en cantidad suficiente para obtener la energía que se requiere para 
un buen aprendizaje. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a4
2
 
También es fundamental desarrollar una buena rutina de estudios, que equilibre las horas 
dedicadas al colegio, la recreación y el ejercicio físico. Aunque nos parezca un poco “loco” 
la actividad física es esencial: aumenta la actividad cerebral y da energía al cerebro 
favoreciendo así los aprendizajes. 
 
Los cerebros de los papás 
El hecho de que nuestro hijo comience una nueva etapa de su vida, significa que también 
comienza una nueva en la nuestra como padres. Estas situaciones suelen estar colmadas 
de sentimientos y emociones positivas y negativas. Aparecen sentimientos ambivalentes. 
“¿Y si me extraña? ¿Cómo lo van a entender si no sabe hablar? ¿Lo van a cuidar bien? 
¿Qué van a hacer si se pelea con los nenes?, ¿Lo van a retar? ¿Y si la maestra es muy 
exigente? ¿Lo van a dejar ir solo al baño? ¿Y si se lastima? Es muy importante que los 
padres vivan esta nueva etapa como un crecimiento, una situación positiva que los llenará 
de aprendizajes. Quizás, también se trata de afrontar el crecimiento del niño y aceptar 
que ya no somos "tan imprescindibles". 
 
Los padres que llevan a sus hijos por primera vez al jardín o al colegio no deberían 
dramatizar la situación pero tampoco restarle importancia. Los niños, aunque aún sean 
pequeños, ya están formando su personalidad con mucha información que recibieron de 
los padres. No sólo genética sino que valores y pautas culturales, de sus cuidadores. Es por 
esto que ellos quieren responder a las expectativas de los papás, por lo tanto, este 
proceso se facilita cuando los padres lo enfrentan de manera positiva y controlan 
adecuadamente sus emociones. No olvidemos el rol del Sistema Neuronas Espejo de 
nuestro cerebro: este sistema de copia o imitación es el responsable, entre otros, del 
contagio emocional. Es decir padres ansiosos contagiarán ansiedad, mientras que padres 
entusiastas, entusiasmo en sus hijos. 
 
Normalmente, en pocos días los niños se adaptan exitosamente al colegio. Sin embargo, 
hay que estar atentos a todos los cambios de comportamiento que no cesen en el tiempo, 
como rabietas continuas, poco apetito, dificultades para dormir, falta de concentración, 
llanto, etc. Si esto ocurre, es muy importante consultarlo con el maestro/a, autoridades 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a4
3
 
de la escuela y, eventualmente, el pediatra y comprobar a qué se deben esos síntomas 
para poder ayudarlo cuanto antes. 
 
Recomendaciones para los padres 
 
Quienes tenemos hijos sabemos que no hay un manual perfecto para padres, pero sí unas 
pautas adecuadas para poder hacer más fácil esta vuelta al colegio. Sobre todo, una 
actitud positiva por parte de los padres. 
 
Quizás encabecen el Top Ten “El Cariño y La Escucha”. Hay que saber escuchar a los niños, 
que verbalicen lo que les pasa y que puedan expresar sus emociones y acompañarlos. 
 
Una vez iniciado el curso escolar, todavía podemos disfrutar de un buen clima, hay 
muchos días con temperaturas agradables. Por ello, los expertos recomiendan seguir 
realizando las actividades de parque o piscina durante unos días. Con esta simple 
actividad, reduciremos el estrés de la familia y positivamente colaboraremos en la 
adaptación al nuevo curso. 
 
Algo muy importante es que los adultos estén seguros de los profesionales. Es importante 
que los padres tengan confianza en la institución educativa y en los maestros, pues son los 
que se van a responsabilizar de su hijo. Y sobre todo, que estén tranquilos, son personas 
experimentadas en el tema y, seguramente, nos darán más que una mano cuando lo 
necesitemos. 
 
10 consejos: 
 
1. Explicar al niño que irá a un colegio. Es recomendable que lo vea antes del 
comienzo de curso y se familiarice con el lugar. Le ayuda a tranquilizarse. 
2. Las despedidas deben de ser cortas para no alargar el momento de angustia de 
separación con los padres. Debemos mostrarnos tranquilos y seguros e informarles 
que luego volvemos a por ellos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a4
4
 
3. Cuando los recojamos dediquémosle toda nuestra atención y mimos. No mostrar 
en ningún momento sensación de culpa o abandono porque puede influir 
negativamente en el proceso de adaptación. 
4. Prestar atención pero no dramatizar. Es normal que algunos niños nos manipulen 
durante la adaptación diciendo que los compañeros le pegan o intentando 
ponernos en contra del profesor para buscar nuestra atención. 
5. Comencemos a mantener rutinas y horarios adecuados de sueño para mantenerlos 
atentos y seguros en su aprendizaje. 
6. Propongámonos que nuestro hijo/a duerma al menos 8 horas. Preparemos un 
desayuno saludable para que su cerebro tenga la energía necesaria para afrontar 
el día emocional e intelectualmente y, consecuentemente, rinda mejor. Es 
importante considerar los lácteos, frutas y cereales en cantidades adecuadas, 
percatándonos de no sobrealimentarlos. 
7. Anotemos el horario de clases, los nombres de sus profesores y/o de los 
conductores del trasporte escolar y cualquier otro dato que estimemos necesario 
para tener a mano, reduciendo así el estrés de tener la mente preocupada. 
8. Enseñemos a organizar y preparar cada noche lo que va a necesitar al día 
siguiente, tanto la mochila como la ropa que se necesitará. 
9. Llevemos al niño a control médico para chequear su vista, desarrollo óseo, talla, 
peso, etc. No olvidemos, también visitar al dentista. 
10. Finalmente, recordarle que cada inicio es una oportunidad. Una chance de hacer 
nuevas amistades, de aprender, de crecer… Todas ellas nos harán personas más 
sabias e inteligentes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
P
ág
in
a4
5
 
Neurociencias y Educación 
 
Motivación 2.0 y Conductismo “pop”: ¿Castigados 
por las recompensas? 
Dr. Roberto Rosler 
Blog: Clic aquí. 
Paradoja: Nos quejamos de los problemas escolares pero una de las 
estrategias para resolverlos es responsable de estos problemas. 
La estrategia es que la mejor forma de que algo se haga es darle a 
una persona una recompensa cuando actúa como queremos. 
Esta estrategia proviene de B.F. Skinner que puede ser descripto 
como alguien que realizó la mayoría de sus experimentos en ratas y 
palomas y escribió la mayoría de sus libros sobre personas. 
Para inducir a los estudiantes a aprender les ponemos notas. Si las notas son lo 
suficientemente buenas algunos padres les regalan bicicletas, autitos, etc. ¡De esta 
manera les están ofreciendo recompensas por las recompensas! 
Lo que se debe enfatizar es que

Continuar navegando