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Introducción a los Fundamentos de Semiosis Social Dra. Marta Gerez Ambertín El texto que Ustedes trabajaran -Semiosis Social: Fundamentos- plantea un conjunto de hipótesis que confluyen en resaltar la relación del sujeto, del sujeto del inconsciente freudiano, con el lenguaje. Este texto puede generar, en algunos momentos, ciertas dificultades en su lectura. En primer lugar porque se deslizan algunos conceptos nuevos los que, posiblemente, ustedes no hayan trabajado demasiado hasta ahora, y en segundo lugar porque la manera de articular los conceptos y categorías los hará desembocar en una nueva concepción del sujeto de la enunciación y, por ende, de la subjetividad toda. Pero entendemos que el esfuerzo de articulación vale la pena, porque, por un lado el hombre no preexiste al lenguaje ni filo ni ontogenéticamente. Nunca topamos con ese estado en que el hombre estaría separado del lenguaje, y elaboraría este último para «expresar» lo que pasa en su interior: es el lenguaje el que enseña cómo definir al hombre, y no al contrario. Por otro lado si el sujeto está enlazado al campo del lenguaje, será necesario dar cuenta de ese enlace no sólo al nivel de lo que el sujeto dice y deja de decir, sino también de aquello que no puede decir, de ese saber no sabido que bosqueja el despuntar del sujeto del inconsciente freudiano y da cuenta de la opacidad de ese sujeto, de su decir, de su hacer, de su corporeidad y de su sexualidad. El discurso no es simplemente lo que manifiesta (o encubre) el deseo; es también lo que es el objeto del deseo. El discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse. La Semiosis Social indaga la cuestión de la subjetividad en el lazo social y por ello se incluye dentro de las llamadas “Ciencias Sociales”, o como el Dr. Néstor Braunstein prefiere llamar, entre las “Ciencias del Signo”, esto es, todas aquellas producciones textuales que dan cuenta de la relación del sujeto con el lenguaje. Así, la Semiosis Social se ocupa del sujeto y de la producción del cuerpo humano, es decir, de un cuerpo erógeno y sexuado atrapado dentro de la trama del lenguaje y del saber inconsciente del Otro. Sujeto atravesado por las leyes del lenguaje y las leyes que presiden las relaciones de parentesco. Desde estas premisas, y dejando los fundamentos claros para avanzar hacia una semiosis social de lo cotidiano, iremos despejando las incógnitas que permitirán entender que: * Si el inconsciente está estructurado como un lenguaje, hay un tope a la comunicación social * Si el sexo está estructurado como un lenguaje, hay un tope en el encuentro sexual * Si el cuerpo está estructurado como un lenguaje, hay un tope en la distribución del placer ya que se trata de cuerpos sexuados y psiques sexualizadas: un gran campo de opacidad del lenguaje. La cátedra sostiene que la praxis de estas teorías brota en todos lados. Allí donde haya un sujeto hablante será un campo propicio para demostrar que las hipótesis se constatan e incluso abren nuevos horizontes. Los temas a trabajar se anudarán, hacia el final del programa, con la cuestión de la significancia, la no relación sexual y la diferencia de los sexos, lo que posibilitará recorrer por temas de actualidad como el debate sobre el lazo amoroso y la culpa, las clandestinidades del amor, la diferencia sexual y la cuestión del género. Para realizar ese recorrido precisamos articular estos fundamentos, para que nuestro saber y nuestras afirmaciones vayan más allá de las opiniones trilladas, de las intuiciones básicas, de las frases hechas que pretenden explicarlo todo. Pretendemos avanzar contra esa doxa que declara que “hablar” de lo que supuestamente estaría destinado a la prohibición, a la inexistencia, al mutismo (el sexo, el cuerpo, el placer, las luchas políticas, etc.) es colocarse fuera del poder, hacer tambalear la ley. Esta doxa sólo ve los rechazos, los bloqueos, las descalificaciones pero ignora las incitaciones. Para esa doxa el poder es sólo represivo, prohibitivo, ajeno, siempre está “afuera”; en consecuencia, no puede sino ignorar a través de qué canales, deslizándose a lo largo de qué discursos llega el poder a las conductas más individuales, qué caminos le permiten alcanzar las formas infrecuentes o apenas perceptibles del deseo, cómo infiltra y controla el placer cotidiano. Lo que pretendemos es analizar esas formaciones discursivas, esa “puesta en discurso” sobre el sexo, la familia, el cuerpo, el género que lejos de sufrir restricciones ha estado y está sometida a un proceso de incitación discursiva creciente y donde el “control” no se ejerce a través de prohibiciones o imposición de silencios sino en la producción permanente de palabrerío, de “opiniones bien fundamentadas”, de generalizaciones, de ese derroche de imágenes pintoresco, concreto, natural, fácil, el cual basta describir y maravillarse para “comprender”, para acceder a su “verdad”. Pero la verdad no está fuera del poder, es de este mundo. Cada sociedad tiene su régimen de verdad, es decir, los tipos de discursos que ella acoge y hace funcionar como verdaderos, en cada sociedad hay encargados de decir qué es lo que funciona como verdadero. Y es lo que queremos interrogar. Dra. Marta Gerez Ambertín Abril 2001.
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