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Terapia física respiratoria REHABILITACIÓN PULMONAR FISIOTERAPIA PULMONAR El inicio de la rehabilitación pulmonar data desde fi - nales de 1940 y principios de 1950. En EUA, en par- ticular, se crean las primeras unidades especializadas dedicadas a la recuperación integral de pacientes con tuberculosis y poliomielitis. En 1974, la American College of Chest Physicians defi ne por primera vez la rehabilitación pulmonar como un arte de la práctica médica; en los últimos años esto se modifi ca de forma importante con base en evidencia científi ca de estudios bien diseñados. La rehabilitación pulmonar se defi ne hoy día por la American Thoracic Society y la European Respiratory Society como “una intervención integral basada en una minuciosa evaluación del paciente seguida de trata- mientos diseñados a medida, que incluyen, pero no se limitan, al entrenamiento muscular, la educación y los cambios en los hábitos de vida, con el fi n de mejorar la condición física y psicológica de las personas con en- fermedad respiratoria crónica y promover la adheren- cia a conductas para mejorar la salud a largo plazo”. Los benefi cios que ofrece la rehabilitación pulmo- nar son muchos. La medicina basada en evidencias re- conoce de forma clara una disminución de los síntomas, como disnea y fatiga; incremento en la capacidad para hacer ejercicio; mejoramiento en el de desempeño fun- cional y calidad de vida; así como un impacto en la baja de los costos de salud. Los afectados con EPOC constituyen el grueso de los enfermos remitidos a rehabilitación pulmonar; sin embargo, pacientes de otras patologías respiratorias crónicas sufren de comorbilidades y también son can- didatos a recibir manejo, como en el caso de proceso agudos, enfermedades neuromusculares, manejo qui- rúrgico, quienes permanecen en unidades de cuidados intensivos, o en situaciones clínicas en donde es nece- sario prevenir y/o tratar complicaciones. El manejo del paciente dentro de rehabilitación pul- monar es interdisciplinario. La evaluación y plantea- miento de objetivos a tratar es fundamental. Se debe considerar, además del manejo de fi sioterapia pulmonar y los programas de ejercicio, la educación para autocui- dado y apoyo psicosocial. Todo esto a partir de lo pos- tulado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que defi ne la atención integral como un concepto que reúne insumos, entrega, gestión y organización de los servicios relacionados con el diagnóstico, tratamiento, atención, rehabilitación y promoción de la salud. Un equipo de rehabilitación pulmonar deberá estar conformado por un doctor en medicina de rehabilita- ción, con alta especialidad en recuperación pulmonar; un médico neumólogo; un licenciado en terapia física y terapia ocupacional; personal de enfermería; trabajado- ra social, y psicólogo. Se recomienda una duración mínima de los progra- mas de 12 semanas o 36 sesiones, con una frecuencia de 2 a 5 sesiones por semana, aunque pueden realizarse esquemas más cortos. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 45)534 En el caso de la fi sioterapia pulmonar, se considera un componente importante de los programas de la re- habilitación pulmonar, y relevante en el tratamiento de enfermedades pulmonares crónicas y agudas. Hace re- ferencia a un conjunto de técnicas físicas y procedimien- tos que, basados en el conocimiento de la fi siopatología respiratoria, están encaminados a eliminar las secrecio- nes de la vía respiratoria y mejorar la ventilación pulmo- nar; sin embargo, tienen un grado de evidencia científi co bajo debido a la escasez de los estudios, y lo controver- tido de sus resultados, siendo la excepción, los pacien- tes con fi brosis quistica. Los primeros estudios científi cos que justifi can el uso de las técnicas se hicieron en el decenio de 1930, en pa- cientes posoperados de cirugía torácica en Londres, Ingla- terra. Después, los estudios se dirigieron a sujetos con fi brosis quística y bronquitis, enfermedades respiratorias crónicas, donde el componente secretor constituye el pilar fundamental para la aplicación de la fi sioterapia pulmonar. Nace así una de las principales escuelas de fi sioterapia pul- monar, gran defensora de las técnicas de drenaje postural, vibración, percusión y técnicas de espiración forzada. La segunda gran escuela de fi sioterapia pulmonar en Europa tiene su origen en Francia (Nancy), denomi- nada escuela francófona, la cual cimienta su manejo en las variaciones en el fl ujo aéreo como el elemento de mayor importancia para la movilización de secreciones del tracto bronquial. Sus investigaciones, apoyadas en la fi siología y fi siopatología de la respiración, reposo y ejercicio, sustentan nuevas técnicas basadas en la mo- difi cación de fl ujos espiratorios e inspiratorios. Es así que dentro de la fi sioterapia pulmonar existe una variedad de técnicas, las cuales se englobarán en tres grupos: ejercicios respiratorios, técnicas de relaja- ción y técnicas de higiene bronquial. EJERCICIOS RESPIRATORIOS Esta serie de técnicas incluye respiración diafragmáti- ca y respiración con labios fruncidos, que tienen como objetivo mejorar la ventilación, intercambio gaseoso, función de los músculos respiratorios, disminución en la percepción de disnea, tolerancia al ejercicio y mejora de la calidad de vida. Respiración diafragmática Con frecuencia la resistencia y fuerza de los músculos respiratorios, en particular los inspiratorios, presentan una merma importante en la enfermedad pulmonar crónica y trastornos neuromusculares, contribuyendo al incremento de la disnea, limitación al ejercicio y, has- ta es probable, fracaso para el destete en los pacientes con ventilación mecánica. El objetivo de esta técnica consiste en el readiestra- miento del patrón ventilatorio, con un mayor volumen circulante y una menor frecuencia respiratoria, sin alte- rar la relación TI/TE, mejorando la función muscular res- piratoria. Está dirigido a aminorar la carga relativa en los músculos y, por lo tanto, puede contribuir a la merma de la disnea y aumento de la capacidad ventilatoria soste- nida y, en potencia, a la capacidad de ejercicio. Durante la respiración diafragmática, el paciente es instruido para mover la pared abdominal, de preferencia durante la inspiración, propiciando contracción y descen- so del diafragma, desplazando el contenido abdominal hacia abajo y afuera. A medida que el diafragma baja, disminuye la presión pleural de modo que el aire fl uye a los pulmones y se reduce el movimiento de la caja toráci- ca, atenuando además el uso de músculos accesorios de la respiración (fi gura 45-1). Figura 45―1. Ejercicios respiratorios, diafragmático y espiración con labios fruncidos. http://booksmedicos.org Terapia física respiratoria 535 A pesar de los benefi cios de la integración del pa- trón diafragmático, en el caso de pacientes con hipe- rinsufl ación este tipo de trabajo respiratorio puede ampliar la sensación de disnea, sobrecargar la muscu- latura inspiratoria y reducir la efi ciencia mecánica del acto ventilatorio. Respiración con labios fruncidos La respiración con labios fruncidos consiste en hacer inspiraciones nasales seguidas de espiraciones buca- les lentas con los labios fruncidos. El mecanismo de acción es desplazar el punto de igual presión hacia la parte proximal del árbol bronquial (menos colapsable), evitando así el desplome precoz de la vía aérea. Tiene como objetivo mejorar la fase de espiración activa y prolongada con los labios entreabiertos; el resultado es prevenir el colapso de la vía aérea pequeña, sobre todo a nivel bronquiolar como sucede en los pacientes con enfi sema centrilobulillar. En comparación con la respi- ración espontánea, la de labios fruncidos modera la hi- perinfl ación y disnea, al tiempo que mejora el volumen corriente e intercambio gaseoso (fi gura 45-1). Varios estudios han demostrado que esta técnica aplicada enlos pacientes con EPOC consigue aumen- tar el volumen circulante, disminuir la frecuencia respi- ratoria, y mejorar la PaO2 y la SaO2 en reposo; sin embargo, no existen análisis donde se demuestre que estos benefi cios se consigan también durante el ejerci- cio, a pesar de que los pacientes refi eren una mejor tolerancia al entrenamiento utilizando esta técnica. Del mismo modo, ciertas investigaciones indican que este procedimiento decrece la disnea en algunos pacientes. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN El objetivo de estas técnicas ―empleadas en particu- lar en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica― es disminuir la tensión muscular, en especial de los músculos accesorios de la respiración; tiene la fi nalidad de reducir el gasto de energía, así como res- tringir la ansiedad causada por la disnea y propiciar una sensación de bienestar generalizada. TÉCNICAS DE HIGIENE BRONQUIAL La hipersecreción y alteración de transporte mucociliar son importantes características fi siopatológicas de las enfermedades pulmonares obstructivas, incluyendo fi - brosis quística, síndrome de cilio inmóvil, bronquiecta- sias, bronquitis crónica y afecciones neuromusculares, al igual que en pacientes con patología pulmonar agu- da, como atelectasias y neumonía. La hipersecreción se asocia con una disminución de la función pulmonar e incremento de la morbimortalidad. Aunque una re- lación de causa-efecto no se ha demostrado en estas condiciones, la mejora de la limpieza de vías aéreas se considera un objetivo importante del tratamiento de tales enfermos. Las intervenciones farmacéuticas y de fi sioterapia son efi caces en el adelanto del transporte del moco por el avance de las propiedades reológicas de la capa de moco, y para estimular la acción ciliar o uso de mecanismos físicos compensatorios, como la gravedad, interacción gas líquido de dos fases, vibra- ción, oscilación o compresión de las vías respiratorias. La fi sioterapia pulmonar con drenaje bronquial es el tratamiento estándar para la movilización y eliminación de las secreciones de las vías respiratorias en muchos tipos de disfunción respiratoria. Ha demostrado ser efi - caz en el mantenimiento de la función pulmonar, y en la prevención o reducción de complicaciones respiratorias en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. Estas técnicas tienen como objetivo principal la permeabilización de la vía aérea en sujetos hipersecre- tores o con difi cultad para expectorar. Se pueden divi- dir en tres grupos: técnicas de fi sioterapia pulmonar tradicional, las cuales, además, incluyen las de onda de choque; técnicas manuales basadas en la modulación del fl ujo, y técnicas instrumentadas. FISIOTERAPIA CONVENCIONAL Conjunto de técnicas destinadas a movilizar las secre- ciones desde el árbol bronquial distal y transportarlas a la vía aérea central hasta su expulsión. La mayoría de ellas precisa de la participación de un fi sioterapeuta o adulto entrenado para llevarlas a cabo (percusión y vibración). Dichas técnicas incluyen: Drenaje postural En individuos sanos, el efecto de la gravedad sobre la eliminación del moco es insignifi cante. Esto cambia, sin embargo, cuando hay alteraciones, como falta de cilios en las generaciones distales del árbol traqueo- bronquial, propiedades viscoelásticas, función epitelio ciliado, cantidad de mucosidad y grosor de la capa pe- riciliar. Además, el mecanismo de la tos es efi caz en el aumento de las secreciones sólo desde los bronquios segmentarios y por encima de éstos. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 45)536 Las técnicas de drenaje postural utilizan la gravedad para fomentar el transporte del moco. En la práctica es esencial que la ubicación de la mucosidad sea apropiada, para colocar el segmento o bronquio a drenar lo más vertical posible, a fi n de favorecer el deslizamiento de las secreciones hacia las vías centrales y tráquea. Existen 12 posiciones básicas para el drenaje postural; se emplean en aquellas patologías que afectan todo el pulmón, como la fi brosis quística. Las posiciones en esta técnica por lo general son bien toleradas, incluso en pacientes con EPOC severo, pues algunos enfermos en posición de Trendelenburg experimentan disnea (fi gura 45-2). TÉCNICAS QUE UTILIZAN ONDAS DE CHOQUE Vibración manual La percusión y vibración manual se basan en la supo- sición de la transmisión de las fuerzas oscilatorias a los bronquios. Mecanismo de acción: vibración física causada a tra- vés de una contracción sostenida de una extremidad su- perior por parte del terapeuta, que se transmite a través de tórax al tejido pulmonar y al de las vías respiratorias a un segmento del pulmón en particular. Tales técnicas ac- túan transmitiendo ondas de energía que modifi can las propiedades reológicas del moco bronquial (viscoelasti- cidad y adhesividad), aumentan el movimiento de los ci- lios vibrátiles y favorecen el desplazamiento del moco hacia la luz bronquial. Estarían indicadas en afecciones que se acompañan de hipersecreción con gran viscosi- dad del moco bronquial. Esta técnica se aplica con fre- cuencia en combinación con drenaje postural. En sus comentarios, Hansen et al. y Thomas et al. (1995) resumen los mecanismos de acción de percusión y vibración como el movimiento resultante que puede reducir la viscosidad del moco, estimular la tos o, por un efecto de resonancia, reforzar movimiento ciliar. Percusión Técnica tradicional para movilizar las secreciones. Se aplica una fuerza rítmica con las manos en forma ahue- cada sobre el tórax del paciente, con el objetivo de despegar las secreciones en el segmento que se esté trabajando; tal técnica también se trabaja en combina- ción con drenaje postural. El mecanismo propuesto de acción es la transmi- sión de una onda de energía a través de la pared torá- cica hacia el pulmón. El movimiento resultante provoca el despegue de las secreciones de la pared bronquial y las desplaza de manera proximal, donde el movimiento ciliar y la tos pueden eliminarlos. La percusión puede realizarse tanto en inspiración como en espiración. La intensidad de la percusión varía, dependiendo de la in- tegridad del tórax del paciente a manejar, pues en gen- te de edad avanzada debe ser de forma gentil. La intensidad de la percusión varía dependiendo de la cantidad de tejidos blandos del tórax del paciente a manejar, puede ser entre 30 y 40 watts, y consideran- do que en gente de edad avanzada debe ser de forma gentil. La frecuencia de la persecución debe ser mayor de 15 hertz, ya que de lo contrario no es efi caz. Para tal objetivo puede ser de utilidad el uso de dispositivos percutores, su principal contraindicación es hemoptisis y broncoesmasmo. Ejercicios de expansión torácica Se llevan a cabo con inspiraciones máximas sostenidas mediante una apnea breve al fi nal de aquéllas, segui- das de una espiración lenta pasiva. En los niños más Figura 45―2. Algunas posiciones para drenaje postural. http://booksmedicos.org Terapia física respiratoria 537 pequeños se recurre a risa y llanto. En los pacientes ventilados se emplea la hiperinsufl ación manual. Esta técnica es específi ca para lograr la expansión de un segmento o lóbulo con presencia de atelectasia; puede ayudar a movilizar el aire en unidades alveolares dista- les de las vías aéreas obstruidas por tapones de moco o secreciones. Ello se logra por la ventilación colateral a través de los poros de Kohn (alvéolo a alvéolo) y los canales de Lambert (bronquiolos a alvéolos). Compresión torácica Facilita la espiración comprimiendo la caja torácica con las manos; el terapeuta aplica presión sobre las por- ciones inferiores y laterales del tórax. Esta técnica se usa con frecuencia después del ejercicio de expansión torácica, permitiendo así una mejoría en la saturación y movilización de las secreciones. TÉCNICAS MANUALES BASADAS EN LA MODULACIÓN DEL FLUJO Se dividen en técnicasespiratorias lentas, utilizadas para drenar secreciones de vías aéreas centrales y dis- tales (espiración lenta total con glotis abierta en in- fralateral, ELTGOL); drenaje autógeno (DA); y técnicas espiratorias rápidas para secreciones proximales; téc- nicas de espiración forzada (TEF); tos provocada o di- rigida. Dentro de las técnicas inspiratorias se tienen las de modalidad lenta para drenar secreciones distales: ejercicios de débito inspiratorio controlado (EDIC). Las técnicas de fl ujo lento se basan en la aplicación activa o pasiva de fuerzas sobre el aparato respiratorio mediante la variación de la presión pleural o la presión transpulmonar, con el objetivo de generar una gradiente que permita hacer variar los fl ujos y volúmenes en el sis- tema respiratorio. Dependiendo del tipo de fl ujo que se genera, pueden clasifi carse las técnicas en inspiratorias lentas o espiratorias lentas; las segundas tienen como ob- jetivo la limpieza de la vía respiratoria, basándose en los efectos mecánicos relacionados con la desinsufl ación. Las técnicas espiratorias de fl ujo rápido, ya sean pasivas o activas, se caracterizan por la compresión di- námica de la vía aérea, causada por la aparición tem- prana del punto de igual presión (PIP). Este punto se genera en las espiraciones forzadas por un aumento brusco de la presión pleural sobre valores atmosféri- cos, produciendo un gradiente de presión en toda la vía aérea desde el alvéolo hasta la boca. La aplicación brusca de la compresión para ampliar la presión pleu- ral al inicio de la espiración o al fi nal de la inspiración alcanza valores cercanos a la presión atmosférica, y con ello la intensifi cación transitoria del fl ujo espiratorio. Es necesario destacar que la ubicación del PIP en la vía aérea depende del volumen pulmonar. Más proximal es la ubicación del PIP en la vía aérea; de manera contra- ria, el aumento de la presión pleural a bajos volúmenes pulmonares ubica al PIP en la vía aérea más distal. Las técnicas de espiración forzada se indican cuan- do se presentan secreciones en la vía aérea central, siempre y cuando no exista la tendencia al desarrollo de broncoespasmo. Técnicas de espiración lenta Espiración lenta total con glotis abierta en infralate- ral (ELTGOL). Consiste en una espiración lenta que ini- cia en la capacidad funcional residual y continúa hasta el volumen residual; el fi sioterapeuta toma la precaución de situar la región con la acumulación de secreciones, lo- calizada gracias a la detección de crujidos de frecuencia media durante la auscultación en el lado del plano de apoyo, es decir, en infralateral. La elección del decúbito lateral para su ejecución se debe a la búsqueda de la me- jor desinsufl ación que existe en el pulmón infralateral. Es una técnica activo pasiva o activa. El paciente se coloca en decúbito lateral y el fi sioterapeuta, situado detrás de él, ejerce presión abdominal en infralateral con una mano y una presión de contra-apoyo en el nivel de la parrilla costal supralateral con la otra. Dicha pre- sión, dirigida hacia el hombro contralateral, favorece una desinsufl ación lo más completa posible del pulmón infralateral (fi gura 45-3). Drenaje autógeno: En esta técnica el enfermo reali- za inspiraciones lentas y profundas a través de la nariz Figura 45―3. Técnica de drenaje postural y vibración manual. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 45)538 para humidifi car y calentar el aire, seguida de una apnea de 2 a 3 segundos; después lleva a cabo espiraciones for- zadas de manera moderada a fl ujos mantenidos con la glotis y la boca abiertas a diferentes volúmenes pulmo- nares, evitando la tos. Consta de tres fases: movilización periférica de las secreciones, acumulación de secreciones en las vías aéreas de mediano y gran calibre, y expulsión: ● Primera fase. El paciente en sedestación realizará inspiraciones y espiraciones lentas a bajo volu- men y, de ser posible, a volumen de reserva espi- ratorio. El objetivo es desprender las secreciones de las vías aéreas de pequeño diámetro. ● Segunda fase. El sujeto hará inspiraciones y espira- ciones más profundas a un fl ujo rápido, más o me- nos a volumen corriente. La meta es transportar las secreciones por las vías aéreas de mediano tamaño. ● Tercera fase. El enfermo llevará a cabo inspiraciones y espiraciones profundas a alto fl ujo, situadas a vo- lumen de reserva inspiratorio. Se busca evacuar las secreciones de las vías aéreas de gran diámetro. ● La duración de cada sesión es de 30 a 45 minutos. Técnica de espiración forzada Huffi ng. Técnica también denominada huffi ng o ciclo activo de técnicas respiratorias. Consta de una secuen- cia de 3 a 4 respiraciones diafragmáticas a volumen corriente, seguida de 3 o 4 movimientos de expansión torácica (inspiración lenta y profunda con espiración pasiva), repitiendo de nuevo los ejercicios de respi- ración controlada, y fi nalizando con 1 a 2 espiracio- nes forzadas con la glotis abierta (huffi ng) a volumen pulmonar medio o bajo. Se realiza en diferentes po- siciones (drenaje postural) o sentado. Requiere de la comprensión del paciente El huffi ng es buena manio- bra alternativa para la tos en los pacientes con EPOC, pues ayuda a estabilizar las vías respiratorias y previe- ne el colapso prematuro de la vía aérea. Técnicas de inspiración lenta Ejercicio de débito inspiratorio controlado (EDIC). Los ejercicios de débito inspiratorio controlado son maniobras inspiratorias lentas y profundas ejecutadas en decúbito lateral, situando la región que se debe tra- tar en supralateral. Esta posición aprovecha los efectos de expansión regional pasiva de los espacios aéreos periféricos, ob- tenida por la hiperinsufl ación relativa del pulmón su- pralateral y el aumento del diámetro transversal del tórax, logrado por la inspiración profunda. Consiste en colocar el segmento o la zona por dre- nar en posición superior, para conseguir un volumen pulmonar determinado; así, se pone el pulmón en infl a- ción para abrir espacios aéreos de forma pasiva. Se si- tuará al paciente en decúbito lateral, orientando la zona por drenar en supralateral. Se le pedirá una inspiración lenta y profunda, conduciendo el aire al área pulmonar superior. Se realizará una apnea en tres segundos y des- pués se volverá pedir que espire de forma lenta y, de ser posible, con los labios fruncidos. Esta técnica se indica en particular en procesos de atelectasias y neumonías. TÉCNICAS INSTRUMENTADAS Coadyuvantes de las técnicas manuales. Se trata de instrumentos mecánicos que permiten la permeabili- zación de las vías aéreas en los que al paciente se le difi culta eliminar las secreciones. PRESIÓN POSITIVA ESPIRATORIA Los sistemas de presión positiva espiratoria evitan el colapso de la vía aérea y disminuyen el asincronismo ventilatorio. El mecanismo de acción es provocar un aumento de presión intrabronquial, lo que permite un incremento de ventilación colateral y favorece la mo- vilización de las secreciones de las vías más periféricas. El dispositivo consiste de una mascarilla o boquilla con una doble válvula inspiratoria y espiratoria. Sobre esta última se aplica una resistencia (adaptador de tubo endotraqueal reductor de calibre) y un manómetro in- tercalado. Otros dispositivos combinan una cámara con sistema valvular con posibilidad de ajustar la resistencia que genere una presión durante la espiración. La resis- tencia se selecciona para que la presión espiratoria al- canzada oscile entre 10 y 20 cm H2O. El paciente se ajusta la mascarilla sobre la cara o la boquilla en la boca, y hace repetidas inspiraciones por encima del volumen corriente, seguidas de espiraciones activas no forzadas a capacidad funcional residual. La técnica permite ventilar áreas colapsadas por la mucosidad a través de vías cola- terales y facilita el arrastre proximal de las secreciones Se llevan a cabo ciclos de 10 a 20 respiraciones, segui-das del retiro del dispositivo y una espiración forzada con la glotis abierta para expulsar secreciones. FLÚTER Dispositivo de pequeño tamaño en forma de pipa que contiene una bola de acero que oscila con el fl ujo espi- http://booksmedicos.org Terapia física respiratoria 539 ratorio, interrumpiéndolo de modo intermitente y provo- cando una vibración que se transmite desde la boca hasta las vías aéreas inferiores. El paciente realiza una inspira- ción profunda, seguida de una apnea de 2 a 3 segundos y luego una espiración a través del fl úter, generándose una presión espiratoria positiva de 5 a 35 cm H2O, por la re- sistencia que ofrece la bola de acero. Su movilización en el extremo de la pipa produce la oclusión espiratoria de forma intermitente y la transmisión de la vibración, cuya frecuencia el paciente puede variar. En esta forma de tra- tamiento, la dilatación de las vías respiratorias —causada por un aumento de la presión espiratoria y la vibración de las vías respiratorias— mejora el transporte del moco. ACAPELLA Combina también la PEP y vibración producida por una resistencia intermitente al fl ujo de aire espirado. Gene- ra un efecto de despegue y arrastre de la mucosidad alojada en la pared bronquial, acercándola a vías aé- reas más proximales y de mayor calibre. MÁQUINA DE TOS Se trata de un generador de presiones inspiratorias y espiratorias con una mascarilla colocada al sujeto. Oca- siona una insufl ación cuyas oscilaciones se encuentran entre 30 y 60 cm H2O, seguidas de inmediato por una exufl ación profunda, a una presión negativa de -40 a -60 cm H2O. Las presiones y tiempos de aplicación se pueden ajustar de manera independiente. Con un tiem- po inspiratorio de dos segundos y el espiratorio de tres segundos, existe una buena correlación entre la presión utilizada y el fl ujo obtenido, lo que permite el aumen- to el fl ujo espiratorio, facilitando así la movilización de secreciones de las vías distales a las proximales. Las pre- siones son toleradas por el paciente y se realizarán de 5 a 6 ciclos, con un periodo de respiración espontánea. Esta técnica se emplea en especial en aquellos in- dividuos con enfermedad neuromuscular, con compro- miso en la fuerza de los músculos respiratorios; está contraindicada en barotraumas, presencia de bulas, enfi sema, asma o hiperreactividad bronquial. VENTILACIÓN PERCUSIVA INTRAPULMONAR Dispositivo de desobstrucció n de las vías respiratorias que suministra de modo simultáneo aerosoles y percu- sión intratorácica. Este método, modalidad modifi cada de la ventilación positiva intermitente, provee un fl ujo de gas a alta frecuencia (50 a 550 ciclos/min), que actúa sobre la propia respiración del enfermo, lo que produce un efecto global de percusión interna en los pulmones y provoca la desobstrucció n del árbol bronquial perifé- rico. Las percusiones se generan de manera continua a través de un circuito respiratorio abierto, que funciona por aire comprimido; este circuito contiene un sistema de humidifi cación que favorece la nebulización de sus- tancias terapéuticas, optimando así su depósito, y mejo- rando la viscosidad y adherencia de las secreciones, y la apertura de canales colaterales por el sistema de presión espiratoria positiva. Los pulsos de gas a alta frecuencia expanden los pulmones, causan vibración y ensanchan las vías respiratorias, lo que permite la llegada de aire a las unidades pulmonares más distales, por detrás de las zonas donde hay acumulación de secreciones. Este sis- tema se puede realizar con boquilla, mascarilla, e incluso tubo endotraqueal y traqueotomía. Las principales contraindicaciones pueden ser he- morragia alveolar difusa, inestabilidad hemodinámica, hemoptisis activa o reciente, embolia pulmonar, enfi se- ma subcutáneo, fístula broncopleural, presencia de marcapaso, hipertensión intracraneal, lesión medular aguda, broncoespasmo, empiema y derrame pleural. RECOMENDACIONES Es importante mencionar que todo paciente candidato a un manejo de fi sioterapia pulmonar requiere ser va- lorado de primera instancia por un médico especialista en rehabilitación pulmonar, pues cada una de las téc- nicas tiene indicaciones y contraindicaciones absolutas y relativas para su aplicación, y por tanto el terapista físico encargado de aplicar las técnicas deberá tener un entrenamiento especializado. TERAPIA FÍSICA En este apartado se hará énfasis en aquellos enfermos hospitalizados, pues la poca o nula movilidad que tie- nen debid o a condiciones generadas por patología de fondo, genera un síndrome de reposo prolongado, el cual se contempla como el estado en el que una per- sona está experimentando o se encuentra en riesgo de deterioro de los sistemas y su función, como conse- cuencia de la inactividad musculoesquelé tica prescrita o inevitable. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 45)540 En el nivel del sistema musculoesquelético, la in- movilización produce debilidad muscular y atrofi a por desuso. En el paciente crítico, estas complicaciones pueden involucrar estructuras anatómicas, como arti- culaciones, generando contracturas, tejidos blandos peri articulares y/o músculos, propiciando puntos de presión y, con el tiempo, desarrollo de escaras. La de- bilidad y atrofi a muscular aparecen como consecuen- cia directa de la inmovilización, con compromiso de la fuerza y tamaño del músculo, asociándose esto con un desacondicionamiento cardiovascular. Cuando un indi- viduo está en completo reposo durante una semana, el músculo pierde entre 10 y 15% de su fuerza, además hay un défi cit en su capacidad oxidativa, ocasionando disminución de la resistencia muscular. Los pacientes muy enfermos son a menudo vistos como “demasiado enfermo para tolerar la actividad fí- sica en la primera fase de su enfermedad y su inmovi- lización es frecuentemente ‘inevitable’ y prolongada”. Esto empeorará el desacondicionamiento y podría complicar aún más el curso clínico. Hace 30 años se demostró que la movilización temprana en esos pacientes puede reducir el tiempo para dejar de depender de la asistencia respiratoria mecánica; es la base para la recuperación funcional. De forma reciente se ha prestado más atención a la actividad física como una intervención segura y fac- tible después de la estabilización hemodinámica y neurológica. La prescripción de ejercicio se basa en el estado clínico, respuesta al tratamiento y reducción de la masa muscular (o incluso del movimiento pasivo o estimula- ción eléctrica del músculo). La duración del ejercicio y/o número de repeticiones dará lugar a demandas metabólicas más bajas. Los pacientes con inestabilidad hemodinámica, o aquellos con alta FiO2 y altos niveles de apoyo ventilatorio no son candidatos para moviliza- ción agresiva. Los riesgos de mover a un paciente en fase crítica deben sopesarse frente a los peligros que entraña la inmovilidad. El manejo de estos enfermos dentro de terapia física implica evitar secuelas de reposo prolongado, por lo que algunas medidas a tomar son las siguien- tes: lubricación de la piel, alineación de segmentos corporales en posición anatómica y protección de sa- lientes óseas. En la medida de lo posible, se debe des- plazar al paciente en cama, generar cambios de posición de decúbito dorsal y lateral de lado izquier- do y derecho, así como hacer movilizaciones pasivas y luego asistidas de las cuatro extremidades (si la evolución del paciente lo permite), para que progrese en agilidad, fuerza y resistencia. DeLisa J, Bach J: Rehabilitation of the patient with respiratory dysfunction. Rehabilitation Medicine: Principles and Prac- tice, 2nd ed. USA: JB Lippincott, 1993:952-72. Spruit MA, Singh SJ, Garvey C et al.: An Offi cial American Thoracic Society/European Respiratory Society State- ment: key concepts and advances in pulmonary rehabili- tation. 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