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Unidad II - Sociología Sistemática

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Sociología Sistemática
UNIDAD II
Estigma - Goffman:
Estigma e identidad social:
· Los griegos crearon el término estigma para referirse a signos corporales (cortes, quemaduras, que advertían que el portador era un esclavo, un criminal o un traidor) con los cuales se intentaba exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quién los presentaba.
· Los cristianos agregaron dos significados metafóricos: uno hacía alusión a signos corporales de la gracia divina; el otro a signos corporales de perturbación física.
· En la actualidad se utiliza en un sentido bastante parecido al original, pero con esta palabra se designa preferentemente al mal en sí mismo y no a sus manifestaciones corporales.
Concepciones preliminares:
· La sociedad establece los medios para categorizar a las personas. El medio social establece las categorías de personas que en él se pueden encontrar.
· El carácter que atribuimos al individuo es una caracterización en esencia, una identidad social virtual. En cambio, la categoría y los atributos que le pertenecen son su identidad social real. 
· Si un individuo posee un atributo que lo vuelve diferente de los demás, lo convierte en alguien menos apetecible. Se lo deja de ver como una persona total y corriente para reducirlo a un ser inficionado y menospreciado. Un atributo de esta naturaleza es un estigma, un descrédito amplio (también llamado defecto, falla o desventaja). Esto es una discrepancia especial entre la identidad social virtual y la identidad social real. 
· No todos los atributos indeseables son tema de discusión, sino únicamente aquellos que son incongruentes con nuestro estereotipo acerca de cómo debe ser determinada especie de individuos.
· Estigma será utilizado para hacer referencia a un atributo profundamente desacreditador. Un atributo que estigmatiza a un tipo de poseedor puede confirmar la normalidad de otro y por consiguiente, no es ni honroso ni ignominioso en sí mismo.
· Un estigma es una clase especial de relación entre atributo y estereotipo. Este término oculta una doble perspectiva: el individuo estigmatizado ¿supone que su calidad de diferente ya es conocida o resulta evidente en el acto que esta no es conocida por quienes lo rodean? En el primer caso se encuentra el desacreditado, en la segunda el desacreditable. Es común que el individuo estigmatizado haya experimentado ambas situaciones.
· Se pueden distinguir tres tipos de estigma:
-Las abominaciones del cuerpo (deformidades físicas).
-Los defectos del carácter del individuo como ser la falta de voluntad, pasiones antinaturales, creencias rígidas (infieren sobre perturbaciones mentales).
-Los estigmas tribales de la raza, la nación y la religión, susceptibles de ser trasmitidos por herencia.
En todos estos ejemplos, un individuo posee un rasgo que puede imponerse por la fuerza a nuestra atención y que nos lleva a alejarnos de él cuando lo encontramos, anulando el llamado que nos hacen sus restantes atributos. Este individuo posee un estigma.
· Normales son todos aquellos que no se apartan negativamente de las expectativas particulares. Estos creen que la persona que tiene un estigma no es totalmente humana, y valiéndose de esto se practican diversos tipos de discriminación. Se construye una teoría del estigma, una ideología para explicar su inferioridad y dar cuenta del peligro que representa esa persona. Basándose en el defecto original, se tiende a atribuirle un elevado número de imperfecciones y algunos atributos deseables, pero no deseados por el interesado. Aplican en el discurso cotidiano términos específicamente referidos al estigma tales como: inválido, bastardo y tarado, sin reparar por lo general en su significado real. 
· Los miembros de una categoría social sustentan sólidamente un modelo de opinión que según su parecer y el de otros sujetos, no les es directamente aplicable. La diferencia está entre llevar a cabo una norma y simplemente sustentarla. El problema del estigma no surge aquí, sino tan solo donde existe una expectativa difundida de que quienes pertenecen a una categoría dada deben no solo apoyar una norma particular sino también llevarla a cabo. 
También puede pasar que un individuo no consiga vivir de acuerdo con lo que los normales exigen de él y a pesar de ello, permanezca relativamente indiferente a su fracaso; aislado por su alienación, siente que es un ser humano maduro y normal y que los que no son del todo humanos son los normales. Lleva un estigma, pero no parece impresionado ni compungido por ello. Es posible que perciba, por lo general con bastante corrección, que cualesquiera que sean las declaraciones de los otros, estos no lo aceptan realmente ni están dispuestos a establecer un contacto con él en igualdad de condiciones.
Además, las pautas que ha incorporado de la sociedad más amplia lo habilitan para mantenerse íntimamente alerta frente a lo que los demás consideran como su defecto, hecho que lo lleva de modo inevitable, aunque solo sea esporádicamente, a aceptar que, por cierto, está muy lejos de ser como en realidad debería. La vergüenza se convierte en una posibilidad central, que se origina cuando el individuo percibe uno de sus atributos como una posesión impura de la que fácilmente puede imaginarse exento. 
· El rasgo central que caracteriza la situación del individuo estigmatizado está referido a lo que se denomina aceptación.
· ¿De qué modo la persona estigmatizada responde a esta situación?:
-En ciertos casos, le será posible intentar corregir directamente lo que considera el fundamento objetivo de su deficiencia; sería el caso de una persona físicamente deformada que se somete a una operación. (Cuando dicha reparación es posible, a menudo el resultado consiste, no en la adquisición de un status plenamente normal sino en la transformación del yo: alguien que tenía un defecto particular, se convierte en alguien que cuenta en su haber con el record de haber corregido un defecto particular). Hay una tendencia a la victimización, resultante del peligro para la persona estigmatizada de caer en manos de servidores fraudulentos que prometen ayudar a corregir su defecto, quedando demostrado hasta que extremos están dispuestas a llegar las personas estigmatizadas y, por consiguiente, lo doloroso de la situación que las conduce a tales extremos.
-En otros casos, el individuo estigmatizado puede también intentar corregir su condición en forma indirecta, dedicando un enorme esfuerzo personal al manejo de áreas de actividad que por razones físicas o incidentales se consideran, por lo común, inaccesibles para quien posea su defecto. (Un lisiado que aprende o re-aprende a nadar, cabalgar, jugar al tenis).
· Es probable que el individuo estigmatizado utilice su estigma para obtener beneficios secundarios, como una excusa por la falta de éxito que padece a causa de otras razones. (Labio leporino/cicatriz/nariz deforme; pueden ser ocultados si se realiza una cirugía).
· También puede pensar que las desgracias que ha sufrido son una secreta bendición, especialmente por aquello tan difundido de que el sufrimiento deja enseñanzas sobre la vida y las personas.
· Goffman plantea que las reacciones hasta aquí evaluadas suceden durante largos períodos de tiempo y cuando no existe un contacto corriente entre estigmatizados y normales. Lo que a él le interesa son los contactos mixtos, los momentos en que estigmatizados y normales se hallan en una misma situación social; cuando existe una presencia física inmediata de ambos. Es probable que esto tenga consecuencias mucho mayores para el estigmatizado, por ser él quien debe realizar el mayor esfuerzo de adaptación. Carente de la realimentación (feed-back) del intercambio social cotidiano con los demás, la persona que se aísla puede volverse desconfiada, depresiva, hostil, ansiosa y aturdida.
· Cuando normales y estigmatizados se encuentran frente a frente, especialmente cuando tratan de mantener un encuentro para dialogar juntos, tiene lugar una de las escenas primordiales de la sociología. El individuo estigmatizadopuede descubrir que se siente inseguro acerca del modo en que los normales van a identificarlo y a recibirlo. Para la persona estigmatizada, la inseguridad relativa al status, sumada a la inseguridad laboral, prevalece sobre una gran variedad de interacciones sociales. La incertidumbre del estigmatizado surge no solo porque ignora en qué categoría será ubicado, sino también, si la ubicación lo favorece, porque sabe que en su fuero interno los demás pueden definirlo en función de su estigma.
· Aparece en el estigmatizado la sensación de no saber qué es lo que los demás piensan realmente de él. Es probable que durante los contactos mixtos el individuo estigmatizado se sienta en exhibición, debiendo llevar entonces su autoconciencia y su control sobre la impresión que produce, hasta extremos y áreas de conducta que supone que los demás no alcanzan.
· Cuando un normal fija la atención en el defecto de la persona estigmatizada (cuando no se trata de una persona desacreditable, sino desacreditada), es posible que ésta sienta que el estar presente entre los normales la expone a ver invadida su intimidad. Es así que, sabiendo lo que puede pasar en la situación social mixta, el individuo estigmatizado puede responder anticipadamente con un retraimiento defensivo. También puede intentar establecer contactos mixtos mediante baladronadas agresivas, pero esto puede provocar en los demás una serie de respuestas impertinentes. 
· Es probable que en las situaciones sociales en las que interviene un individuo cuyo estigma los normales conocen o perciben, se empleen categorizaciones inadecuadas y que, tanto el normal como el estigmatizado se sientan molestos. 
El igual y el sabio:
· Cuando la discrepancia entre la identidad virtual y la real de un individuo es conocida o manifiesta, ésta daña su identidad social; lo aísla de la sociedad y de sí mismo, de modo que pasa por ser una persona desacreditada frente a un mundo que no lo acepta. Existe gente sensible dispuesta a adoptar su punto de vista en el mundo y a compartir con él el sentimiento de que es humano y esencialmente normal. Existen dos categorías:
-Iguales: es el primer grupo de personas benévolas; aquellos que comparten su estigma. Conocedoras por experiencia propia de lo que se siente al poseer ese estigma en particular. Algunas de esas personas pueden enseñarles las mañas del oficio y ofrecerles un círculo de lamentos en el cuál refugiarse en busca de apoyo moral o del placer de sentirse aceptado como alguien que es realmente igual a cualquier otra persona normal. Entre sus iguales el individuo estigmatizado puede utilizar su desventaja como base para organizar su vida, pero para lograrlo deberá resignarse a vivir en un mundo incompleto. Dentro de una categoría de estigmatizados, algunos pueden actuar como representantes de la misma. Estos son personas estigmatizadas, que tienen mayores oportunidades de expresar su parecer, son un poco más conocidas o están más relacionadas que el resto de sus compañeros de infortunio. Cuando una persona con un estigma particular alcanza una posición ocupacional, política o financiera elevada, es posible que se le confíe una nueva carrera: la de representar a su categoría. Con respecto a esta profesionalización se pueden hacer dos observaciones: en primer lugar, los representantes convierten su estigma en una profesión, están obligados a tratar con líderes de otras categorías rompiendo así, con el círculo cerrado de sus iguales. En segundo lugar, aquellos que presentan profesionalmente el punto de vista de su categoría pueden introducir ciertas parcialidades sistemáticas de su exposición, por el simple motivo de que están demasiado implicados en el problema como para escribir sobre él. 
Cada vez que alguien con algún estigma particular alcanza notoriedad, aquellos que comparten el estigma de la persona célebre, automáticamente se vuelven accesibles para los normales que los rodean en forma más inmediata y son objeto de una ligera transferencia de crédito o descrédito.
-Sabios: es el segundo grupo de personas benévolas; aquellas personas normales cuya situación especial las lleva a estar íntimamente informadas acerca de la vida secreta de los individuos estigmatizados y a simpatizar con ellos. Las personas sabias son los hombres marginales ante quienes el individuo que tiene un defecto no necesita avergonzarse ni ejercer un autocontrol, porque sabe que a pesar de su imperfección, será considerado como una persona corriente. 
Antes de adoptar el punto de vista de quienes tienen un estigma particular, la persona normal que se convertirá en sabia deberá pasar primero por una experiencia personal de arrepentimiento. Y después que el simpatizante normal se pone a disposición de los estigmatizados, a menudo debe esperar a que estos legalicen su condición de miembro aceptado. Existen dos tipos de personas sabias: aquella cuya sabiduría proviene de sus actividades en un establecimiento, que satisface tanto las necesidades de quienes tienen un estigma particular como las medidas que la sociedad adopta respecto de estas personas (enfermeras/terapeutas). El otro tipo es aquella que se relaciona con un individuo estigmatizado a través de la estructura social; esta relación hace que en algunos aspectos el resto de la sociedad más amplia, considere a ambos como una sola persona (esposa fiel del enfermo mental/hija del ex presidiario/padre del inválido).
· Las personas que tienen un estigma aceptado suministran un modelo de normalización, mostrando hasta dónde pueden llegar los normales cuando tratan a un individuo estigmatizado como si no lo fuera. Esto difiere de la normificación, que es el esfuerzo que realiza el individuo estigmatizado para presentarse a sí mismo como una persona corriente, aunque no oculte necesariamente su defecto. 
· La persona que tiene un estigma aceptado puede colocar tanto al estigmatizado como al normal en una situación incómoda.
· En el estudio sociológico de las personas estigmatizadas, el interés se centra, por lo general, en el tipo de vida colectiva (cuando ésta existe) que llevan aquellos que pertenecen a una categoría particular. El termino categoría es perfectamente abstracto y puede ser aplicado a cualquier conjunto, en este caso a personas que poseen un estigma particular. Gran parte de los que se incluyen dentro de una determinada categoría de estigma bien pueden referirse a la totalidad de los miembros con el término grupo o un equivalente, tal como nosotros o nuestra gente. Sin embargo, es muy común en esos casos que el conjunto de todos los miembros no constituya un único grupo en sentido estricto, ya que no poseen ni una capacidad para la acción colectiva ni una pauta estable y totalizadora de interacción mutua. Lo que sí sabemos es que los integrantes de una categoría particular de estigma tienden a reunirse en pequeños grupos sociales, cuyos miembros derivan de una misma categoría; estos grupos están, a su vez, sujetos a organizaciones que los engloban en mayor o menor medida. De esto se desprende que una categoría puede funcionar para favorecer entre sus miembros el establecimiento de relaciones y formaciones grupales, lo cual no significa, sin embargo, que la totalidad de sus integrantes constituya un grupo. 
Los miembros de una categoría pueden disponer de una oficina donde promueven sus casos y el individuo que ponen al frente de la misma es en general un individuo igual a ellos, un nativo que está realmente al tanto de las cosas; una labor característica de estos representantes es la de convencer al público para que aplique un rótulo social más flexible a la categoría en cuestión. Otras de las tareas habituales es la de aparecer como oradores ante diversas audiencias de normales y estigmatizados.
La carrera moral:
· Las personas que tienen un estigma particular tienden a pasar por las mismas experiencias de aprendizaje relativas a su condición y por las mismas modificaciones en la concepción del yo; una carrera moral que es causa y efecto del compromiso con una secuencia semejantede ajustes personales. 
· Una fase de este proceso de socialización es aquella en la cual la persona estigmatizada aprende a incorporar el punto de vista de los normales, adquiriendo así las creencias relativas a la identidad propias del resto de la sociedad mayor, y una idea general de lo que significa poseer un estigma particular. Otra fase es aquella en la cual aprende que tiene un estigma particular y las consecuencias de poseerlo. La sincronización e interjuego de estas dos fases iniciales de la carrera moral crean pautas importantes:
-Una de las pautas involucra a los que poseen un estigma innato y son socializados dentro de su desventajosa situación, al mismo tiempo que aprenden e incorporan los estándares antes los cuales fracasan (el niño huérfano que crece sin padres y una vez grande aún puede sentir que sabe cómo ser padre para su hijo).
-Una segunda pauta deriva de la capacidad de una familia y en menor grado de una comunidad local, de constituirse en cápsula de su joven miembro. Esto puede realizarse mediante el control de la información. El momento crítico en la vida del individuo protegido, cuando el círculo familiar ya no puede seguir cobijándolo, variará según la clase social, el lugar de residencia y el tipo de estigma, pero, en cada uno de estos casos, su aparición dará lugar a una experiencia moral; el ingreso a la escuela se señala muchas veces como la ocasión para el aprendizaje del estigma. 
-Una tercera pauta se da cuando individuos en un momento tardío de la vida son víctimas de un estigma, o advierten que han sido siempre personas desacreditables. Son individuos que han realizado un concienzudo aprendizaje de lo normal y lo estigmatizado mucho tiempo antes de tener que considerarse a sí mismos como personas deficientes. 
-Una cuarta pauta está representada por aquellas personas socializadas inicialmente en una comunidad alienada, ya sea dentro o fuera de los límites geográficos de la sociedad normal, que deben luego aprender una segunda manera de ser: aquella que quienes la rodean sienten como la única real y valida. Cuando un individuo adquiere tardíamente un “yo” nuevo, estigmatizado, las dificultades que experimenta para entablar nuevas relaciones se puede extender a sus vínculos anteriores. Aquellos con los que se vincula después de adquirir el estigma pueden verlo simplemente como una persona que tiene un defecto.
· Es interesante abordar la fase de experiencia durante la cual el individuo estigmatizado aprende que es portador de un estigma, porque es probable que en ese momento establezca una nueva relación con otros estigmatizados. Cuando el individuo comprende por primera vez a quiénes debe ahora aceptar como sus iguales suele sentir cierta ambivalencia: esos otros no solo son portadores manifiestos de un estigma, distintos, por consiguientes, de la persona normal que él cree ser, sino que también pueden tener otros atributos con los que le resulta difícil asociar su caso.
Dada la ambivalencia que crea en el individuo la pertenencia a su categoría estigmatizada, es lógico que aparezcan oscilaciones en el apoyo, en las identificaciones y en la participación que tiene entre sus pares. Existen ciclos de afiliación mediante los cuales llega a aceptar las oportunidades especiales para una participación endogrupal, o rechazarlas luego después de haberlas aceptado previamente. Sus creencias sobre la naturaleza de su grupo de pertenencia y la naturaleza de los normales sufrirán oscilaciones. Las fases posteriores de la carrera moral del individuo habrán de encontrarse en estos cambios de participación y creencia.
· Al revisar su propia carrera moral, el individuo estigmatizado puede escoger y elaborar retrospectivamente las experiencias que le permiten explicar el origen de las creencias y de las prácticas que ahora tiene con respecto a sus iguales y a los normales. 
· Al reflexionar sobre el momento en que descubre que los que poseen su estigma son seres humanos como los demás, el estigmatizado puede llegar a tolerar que los amigos que tenía antes del estigma consideren inhumanos a los que para ese entonces, él aprendió a ver como personas tan cabales como él mismo.
El yo y el otro:
· Este ensayo se ocupa de la situación de la persona estigmatizada y de su respuesta a la situación en que se encuentra. 
Divergencias y normas:
· Sociológicamente, el problema fundamental relativo a estos grupos es su lugar en la estructura social; las eventualidades que enfrentan estas personas en la interacción cara a cara son sólo una parte del problema, y no pueden comprenderse totalmente sin una referencia a la historia, al desarrollo político y a las estrategias habituales del grupo.
· Para comprender nuestra diferencia no debemos mirar lo diferente, sino lo corriente. La cuestión de las normas sociales es fundamental, pero el interés debe centrarse menos en las divergencias poco habituales que se apartan de lo corriente que en las divergencias corrientes que se apartan de lo habitual. 
· Una de las condiciones necesarias para la vida social es que todos los participantes compartan un conjunto único de expectativas normativas (en parte las normas son sustentadas por haber sido incorporadas). Cuando se infringe una regla aparecen medidas restauradoras; agencias encargadas del control, o el mismo culpable, ponen punto final a la acción perjudicial y reparan el daño. Sin embargo las normas de las que nos ocupamos aquí son las que se refieren a la identidad o al ser, y pertenecen, por consiguiente, a un género especial. El éxito o el fracaso de estas normas tienen un efecto muy directo sobre la integridad psicológica del individuo. Al mismo tiempo el mero deseo de obrar de acuerdo con la norma no es suficiente, porque en algunos casos el individuo no tiene control inmediato del nivel en que se sustenta la norma.
· Mientras algunas de estas normas, tales como la visión y la capacidad para leer y escribir, pueden ser por lo general sustentadas con total adecuación por la mayoría de las personas en la sociedad, hay otras, tales como las relacionadas con la prestancia física, que adoptan la forma de ideales y constituyen estándares ante los cuales casi todo el mundo fracasa en algún momento de la vida.
· Lo implicado no son tan solo normas relativas a atributos de status algo estáticos. El problema no es simplemente la visibilidad sino la intrusión; esto significa que la imposibilidad de sustentar las numerosas normas menores, importantes en la etiqueta de la comunicación cara a cara, puede tener un efecto muy penetrante sobre la aceptabilidad del culpable en situaciones sociales. 
· Las normas de la identidad engendran tanto divergencias como ajustes. Hay dos soluciones generales para estas dificultades normativas: 
-Una consiste en que una categoría de personas debe sustentar la norma, pero debe ser definida por los demás como la categoría no relevante para hacerse cargo de la norma y ponerla en práctica personalmente. 
-La otra se dirige al individuo que no puede mantener una norma de identidad para separarse de la comunidad que apoya la norma o abstenerse de desarrollar un vínculo con la comunidad (solución costosa para la sociedad y para el individuo). 
· Están implicados el encubrimiento y el enmascaramiento; artes del manejo de la impresión. Mediante ellos, el individuo ejerce un control estratégico sobre su propia imagen y los productos recogidos por los demás
El desviado normal:
· El rol del normal y el rol del estigmatizado son partes del mismo complejo, recortes de una misma tela estándar. Las personas que poseen estigmas diferentes se encuentran en una situación bastante similar y responden de una manera parecida. El normal y el estigmatizado tienen las mismas características mentales y esto es lo corriente en nuestra sociedad; el que puede desempeñar uno de estos roles tiene entonces lo que se requiere para desempeñar el otro. La noción misma de diferencias vergonzosas supone una semejanza respecto de creencias decisivas: aquellas relacionadas con la identidad. Aun cuandoun individuo posea sentimientos y creencias bastantes anormales, es probable que sus intereses y las estrategias empleadas para ocultar estas anormalidades a los demás sean perfectamente normales. Por lo que, si se denomina desviada a la persona estigmatizada, convendría llamarla desviada normal, al menos en la medida que su situación se analice dentro del marco de referencia de psicología normal.
· Dado que el paso de un status estigmatizado a otro normal se produce presumiblemente en una dirección deseada, es comprensible que una vez producido el cambio pueda ser resistido psicológicamente por el individuo. Pero es muy difícil comprender como los individuos que sufren una repentina transformación de su vida, de normal a estigmatizada, pueden sobrevivir psicológicamente al cambio. El hecho de que se puedan resistir ambos tipos de transformaciones sugiere que las capacidades estándares y el entrenamiento corriente nos habilitan para manejar las dos posibilidades. Lo doloroso de una estigmatización repentina no surge de la confusión del individuo respecto de su identidad, sino del conocimiento exacto de su nueva situación. 
· El individuo es capaz de representar ambas partes del drama normal-estigmatizado; por más que esté encajado en un breve momento social, el individuo puede ser capaz de desempeñar ambas funciones, revelando una capacidad general no solo para llevar a cabo los dos roles, sino también el aprendizaje y el dominio necesarios para ejecutar en forma corriente la conducta del rol requerida. Esto se ve facilitado por el hecho de que los roles de estigmatizado y normal no son meramente complementarios, sino que presentan ciertos paralelos y semejanzas notables. Otra fuente de pruebas es el psicodrama, donde los estigmatizados pueden cambiar los papeles y representar el rol de normal frente a otro que en ese momento representa el de estigmatizado (teatralización). Una tercera fuente de pruebas de que el individuo puede desempeñar simultáneamente ambos roles proviene de las burlas en privado. 
Estigma y realidad:
· El estigmatizado y el normal son parte el uno del otro; si uno demuestra ser vulnerable debe esperarse que el otro también lo sea. 
· El estigma implica no tanto un conjunto de individuos concretos separables en dos grupos, los estigmatizados y los normales, como un penetrante proceso social de dos roles en el cual cada individuo participa en ambos roles, al menos en ciertos contextos y en algunas fases de la vida. El normal y el estigmatizado no son personas, sino más bien, perspectivas. Éstas se generan en situaciones sociales durante contactos mixtos, en virtud de normas no verificadas que probablemente juegan en el encuentro. Los atributos duraderos de un individuo en particular pueden convertirlo en un estereotipo. 
· Las discrepancias entre la identidad virtual y la real se producirán siempre y siempre darán lugar a un necesario manejo de la tensión (con respecto al desacreditado) y de la información (con respecto al desacreditable). 
Las divergencias y la desviación:
· A partir de un grupo de individuos que comparten ciertos valores y adhieren a un conjunto de normas sociales relativas a la conducta y a los atributos personales, se puede dar el nombre de divergente (deviator/desviado) a todo miembro individual que no adhiere a las normas, y de divergencia (deviation/desviación) a su peculiaridad.
· El desviado endogrupal se desvía respecto de un grupo concreto, no simplemente de las normas, y su inclusión en el grupo lo distingue de otra clase divergente; el aislado grupal, que se halla constantemente en situaciones sociales con el grupo pero que no forma parte de él. 
· Hay distintos tipos de divergentes:
-Desafiliados: individuos que rechazan voluntaria y abiertamente el lugar social que se les concede, y que actúan de manera irregular y rebelde ante las instituciones básicas: familia, el sistema de clasificación escolar por edades, las estereotipada división de roles entre los sexos.
-Excéntricos: aquellos que adoptan la posición de los desafiliados a título individual y por su cuenta. 
-Cultistas: aquellos individuos cuya actividad es colectiva y se centra dentro de ciertos edificios o lugares. 
-Desviados sociales: individuos que se reúnen en una subcomunidad o medio y su vida colectiva se denomina comunidad desviada. 
· Si hablamos de desviación, quiénes constituyen el núcleo a investigar son los desviados sociales. Ellos representan fracasos en los esquemas motivacionales de la sociedad. Rechazan su lugar con ostentación. Los desviados sociales suministran modelos de existencia a los normales rebeldes, obteniendo no solo simpatías sino también reclutas. 
· Una comunidad desviada podría llegar a desempeñar, para la sociedad en general, algunas de las mismas funciones que lleva a cabo un desviado endogrupal para su grupo. 
· Además de los dos tipos de divergentes, los endogrupales y los sociales; hay dos clases conexas de categorías sociales: 
-Los grupos étnicos y raciales minoritarios: individuos que tienen una historia y una cultura común.
-Miembros de la clase baja que en forma bastante perceptible llevan la marca de su status en su lenguaje, su apariencia y sus modales y resultan ser ciudadanos de segunda clase. 
· Los desviados endogrupales, los desviados sociales, los miembros de grupos minoritarios y las personas de clase baja pueden funcionar en ciertas ocasiones como individuos estigmatizados. 
· Además de las cuatro categorías mencionadas, existen personas que poseen ciertas desventajas y que no por ello están estigmatizadas (individuo casado con una persona mezquina y egoísta/alguien que no goza de una posición acomodada y debe criar a cuatro hijos).
La presentación de la persona en la vida cotidiana - Goffman:
Introducción:
· Cuando un individuo llega a la presencia de otros, estos tratan por lo común de adquirir información acerca de él o de poner en juego la que ya poseen. 
· Aunque esta información parece ser buscada casi como un fin en sí, hay por lo general razones muy prácticas para adquirirla. La información acerca del individuo ayuda a definir la situación, permitiendo a los otros saber de antemano lo que él espera de ellos y lo que ellos pueden esperar de él. Así informados, los otros sabrán cómo actuar a fin de obtener de él una respuesta determinada. 
· Hay muchas fuentes de información disponible. Si los otros no están familiarizados con el individuo, pueden recoger indicios de su conducta y aspecto que les permitirán aplicar su experiencia previa con individuos aproximadamente similares al que tienen delante, aplicar estereotipos que aún no han sido aprobados, etc. Si conocen al individuo o saben de él en virtud de experiencias previas de la interacción, pueden confiar en suposiciones sobre la persistencia y generalidad de rasgos psicológicos como medio para predecir su conducta presente y futura.
· Durante el período en que el individuo se encuentra en la inmediata presencia de otros, pueden tener lugar pocos acontecimientos que proporcionen a los otros la información concluyente que necesitarán si han de dirigir su actividad sensatamente. Muchos hechos decisivos se encuentran más allá del tiempo y el lugar de la interacción o yacen ocultos en ella. 
· La expresividad del individuo involucra dos tipos distintos de actividad significante: 
-La expresión que da: incluye símbolos verbales que usa el individuo con el único propósito de transmitir la información que él y los otros atribuyen a estos símbolos. Son las palabras y expresiones que el individuo da con el objetivo de influir en los otros.
-La expresión que emana de él: comprende un amplio rango de acciones que los otros pueden tratar como sintomáticas del actor, considerando probable que hayan sido realizadas por razones ajenas a la información transmitida en esta forma. Es el conjunto de palabras y expresiones sobre las cuales el individuo puede no tener control o manejarlas de una forma intencional.
· El individuo transmite intencionalmente información errónea por mediode ambos tipos de comunicación; el primero involucra engaño, el segundo, fingimiento. 
· El individuo cuando se encuentra en presencia inmediata de otros, su actividad tendrá un carácter promisorio.
· Independientemente del objetivo particular que persigue el individuo y el motivo que dicta su objetivo, este siempre tendrá el interés de controlar la conducta de los otros, en especial el trato con que le corresponden. Este control se logra, en gran parte, influyendo en la definición de la situación que los otros formulan y él puede influir en esta definición expresándose de un modo tal de darles una impresión que los lleve a actuar voluntariamente de acuerdo con su propio plan. 
· Cuando un individuo aparece ante otros, sus acciones influirán en la definición de la situación que ellos llegarán a tener. A veces el individuo actuará con un criterio calculador expresándose de determinada manera con el único fin de dar a los otros la clase de impresión que evocará en ellos la respuesta específica que a él le interesa obtener. A veces el individuo será calculador en su actividad pero relativamente ignorante de ello. A veces se expresará intencional y conscientemente de un modo particular, pero sobre todo porque la tradición de su grupo o status social requiere ese tipo de expresión y no a causa de ninguna respuesta particular. A veces las tradiciones propias del rol de un individuo lo llevarán a dar una determinada impresión bien calculada.
· Los otros, a su vez, pueden resultar impresionados de manera adecuada por los esfuerzos del individuo para transmitir algo, o pueden interpretar erróneamente la situación y llegar a conclusiones que no están avaladas ni por la intención del individuo ni por los hechos.
· Lo que los otros presencian, lo pueden dividir en dos partes: una parte que al individuo le es relativamente fácil manejar a voluntad (aseveraciones verbales) y otra sobre la cual parece tener poco interés o control (expresiones). Los otros pueden usar los aspectos ingobernables de su conducta expresiva para controlar la validez de lo transmitido por los aspectos gobernables. Esto demuestra una asimetría fundamental en el proceso de comunicación; en el cual el individuo sólo tiene conciencia de una corriente de su comunicación, y los testigos, de esta corriente y otra más. 
· Dado el hecho de que es probable que los otros verifiquen los aspectos más controlables de la conducta por medio de los menos controlables, se puede esperar que a veces el individuo trate de explotar esta misma posibilidad, guiando la impresión que comunica mediante la conducta que él considera informativa y digna de confianza. Este tipo de control sobre la parte del individuo restablece la simetría del proceso de comunicación, y prepara la escena para una especie de juego de información (un ciclo infinito de secreto, descubrimiento, falsa revelación y redescubrimiento). 
· Los otros pueden sentir que el individuo está manejando los aspectos presumiblemente espontáneos de su conducta, y buscar en este mismo acto de manipulación algún matiz de conducta que el individuo no haya podido controlar. Se restablece nuevamente la asimetría del proceso de comunicación. 
· Independientemente del número de pasos existentes en el juego de la información, es probable que el testigo tenga ventaja sobre el actor, y que se conserve así la asimetría inicial del proceso de comunicación.
· Al mismo tiempo que el individuo proyecta una definición de la situación al presentarse ante otros, hay que tener en cuenta que los otros también proyectarán una definición de la situación en virtud de su respuesta al individuo y de cualquier línea de acción que inicien hacia él. Por lo general las definiciones de la situación proyectada por los diferentes participantes armonizan entre sí como para que no se produzca una abierta contradicción. Este tipo de armonía es un ideal optimista y no necesario para el funcionamiento sin tropiezos de la sociedad. 
· El mantenimiento de esta apariencia de acuerdo, esta fachada de consenso, se ve facilitado por el hecho de que cada participante encubre sus propias necesidades tras aseveraciones que expresan valores que todos los presentes se sienten obligados a apoyar de palabra. Hay por lo general en la formulación de definiciones una especie de división del trabajo. En conjunto, los participantes contribuyen a una sola definición total de la situación, que implica no tanto un acuerdo real respecto de lo que existe, sino más bien un acuerdo real sobre cuáles serán las demandas temporariamente aceptadas. Esto es denominado consenso de trabajo. 
· La información que el individuo posee inicialmente o adquiere sobre sus coparticipantes es de una importancia decisiva, porque sobre la base de esta información inicial el individuo comienza a definir la situación e inicia líneas correspondientes de acción. A medida que avanza la interacción entre los participantes, tendrán lugar adiciones y modificaciones de este estado de información inicial. 
· Cualquier definición proyectada de la situación tiene también un carácter moral particular. Cuando un individuo proyecta una definición de la situación y con ello hace una demanda implícita o explícita de ser una persona de determinado tipo, automáticamente presenta una exigencia moral a los otros, obligándolos a valorarlo y tratarlo de la manera que tienen derecho a esperar las personas de su tipo. 
· El sujeto emplea estrategias y tácticas para proteger sus propias proyecciones; prácticas defensivas. Cuando emplea las mismas para salvar la definición de la situación proyectada por otro, se habla de prácticas protectivas. En conjunto, las prácticas protectivas y defensivas comprenden las técnicas empleadas para salvaguardar la impresión fomentada por un individuo durante su presencia ante otros. 
· Cuando un individuo se presenta ante otros tendrá muchos motivos para tratar de controlar la impresión que ellos reciban de la situación. Goffman se ocupa de los problemas de índole dramática del participante en cuanto hace a la presentación de su actividad ante los otros. 
· La interacción (interacción cara a cara) es la influencia recíproca de un individuo sobre las acciones del otro cuando se encuentran ambos en presencia física inmediata. 
· La actuación es la actividad total de un participante dado en una ocasión dada que sirve para influir de algún modo sobre los otros participantes. 
· Si se toma como punto de referencia un determinado participante y su actuación; aquellos que contribuyen con otras actuaciones conforman la audiencia, observadores o coparticipantes. 
· El papel es la pauta de acción preestablecida que se desarrolla durante una actuación y que puede ser presentada o actuada en otras ocasiones. 
· Cuando un individuo o actuante representa el mismo papel para la misma audiencia en diferentes ocasiones, se desarrolla una relación social. 
· El rol social es la promulgación de los derechos y deberes atribuidos a un status dado. Éste implica uno o más papeles, los cuáles pueden ser presentados por el actuante en una serie de ocasiones ante los mismos tipos de audiencia o ante una audiencia compuesta por las mismas personas. 
Actuaciones:
Confianza en el papel que desempeña el individuo:
· Cuando un individuo desempeña un papel, solicita implícitamente a sus observadores que tomen en serio la impresión promovida ante ellos. El actuante puede creer por completo en sus propios actos o puede no engañarse con su propia rutina. Ninguno se encuentra en mejor lugar de observación para ver el juego que la persona que lo desempeña. 
· Hay dos tipos de actuantes: 
-Cínico: aquél individuo no deposita confianza en sus actos ni le interesan las creencias de su público. El actuante puede querer guiar la convicción de su público solo como un medio para otros fines, sin un interés fundamental en la concepción que de él o de la situación tiene este. El individuo es escéptico de sus propios actos. No se da por sentado que todos los actuantes cínicos tienen interés en engañar a su auditoriomovidos por el interés por sí mismo; sino que puede engañar a su público en bien de este, o de la comunidad. 
-Sincero: aquél individuo que cree en la impresión que fomenta su actuación; cree en sus propios actos. 
Estos extremos colocan al sujeto en una posición que tiene sus propias seguridades y defensas particulares.
· El significado original de la palabra persona es máscara. Siempre y por doquier, el individuo desempeña un rol, y es en estos donde cada uno se conoce mutuamente y a sí mismo. En cierto sentido, y en la medida que esta máscara representa el concepto que se ha formado de sí mismo, esta máscara es el sí mismo más verdadero, el yo que se aspira a ser. 
· El rol es una segunda naturaleza y parte integrante de la personalidad. 
· Si bien se puede encontrar un movimiento de vaivén entre el cinismo y la sinceridad, no se debe descartar el tipo de punto de transición susceptible de ser sostenido con la fuerza de un pequeño autoengaño. El individuo puede intentar inducir al público a juzgarlo, a él y a la situación, de un modo particular, solicitar este juicio como un fin en sí mismo y, sin embargo no creer completamente que merece la valoración del yo buscada o que la impresión de la realidad que fomenta sea válida.
Fachada:
· La actuación es toda actividad de un individuo que tiene lugar durante un período señalado por su presencia continua ante un conjunto particular de observadores y posee cierta influencia sobre ellos. 
· La fachada es la parte de la actuación del individuo que funciona regularmente de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan dicha actuación. La fachada es la dotación expresiva de tipo corriente empleada intencional o inconscientemente por el individuo durante su actuación. Ésta cuenta con dos partes:
-Medio: son las partes escénicas de la dotación expresiva; incluye el mobiliario, el decorado, los equipos y otros elementos propios del trasfondo escénico, que proporcionan el escenario y utilería para el flujo de la acción humana que se desarrolla ante, dentro o sobre él. El medio tiende a pertenecer fijo, de manera que los que usan un medio determinado como parte de su actuación no pueden comenzar a actuar hasta haber llegado al lugar y deben terminar su actuación cuando lo abandonan. Solo en circunstancias excepcionales el medio se traslada con los actuantes.
-Personal: son los otros elementos de la dotación expresiva, aquellos que se identifican íntimamente con el actuante mismo y que lo siguen dondequiera que vaya. Incluye las insignias del cargo o rango, el vestido, el sexo, la edad y las características raciales, el tamaño y aspecto, el porte, las pautas de lenguaje, las expresiones faciales, los gestos corporales y otras características semejantes. Los vehículos transmisores de signos pueden ser fijos (durante un período de tiempo no varían de una situación a otra) o móviles (pueden variar durante una actuación de un momento a otro). A su vez la fachada personal se divide según los estímulos que la componen:
-Apariencia: son aquellos estímulos que funcionan en el momento de informar acerca del status social del actuante. Estos estímulos también informan sobre el estado ritual temporario del individuo.
-Modales: son aquellos estímulos que funcionan en el momento de advertir acerca del rol de interacción que el actuante esperará desempeñar en la situación que se avecina. 
Se espera una coherencia entre la apariencia y los modales, pero es evidente que pueden tender a contradecirse mutuamente. Además de la compatibilidad entre apariencia y modales se espera también cierta coherencia entre medio, apariencia y modales. Dicha coherencia representa un tipo ideal que proporciona una forma de estimular la atención respecto de las excepciones. 
· La información transmitida por la fachada posee un rasgo significativo; es abstracta y general.
· Cuando un actor adopta un rol social establecido, descubre que ya se le ha asignado una fachada particular. Las fachadas suelen ser seleccionadas, no creadas. 
· La fachada social se divide en partes tradicionales tales como medio, apariencia y modales y a causa de que se pueden presentar rutinas diferentes tras una misma fachada, el carácter específico de una actuación tal vez no se ajuste perfectamente a la apariencia general socializada con la cual se nos presenta. 
Realización dramática:
· Mientras se encuentra en presencia de otros el individuo dota a su actividad de signos que destacan y pintan hechos confirmativos que de otro modo podrían permanecer inadvertidos. Si la actividad del individuo ha de llegar a ser significante para otros, debe movilizarla de manera que exprese durante la interacción lo que él desea transmitir. 
· En el caso de algunos status la dramatización no presenta problema alguno, ya que ciertos actos para llevar a cabo la tarea del status están muy bien adaptados, desde el punto de vista de la comunicación, como medio para transmitir las cualidades y atributos que alega el actuante.
· En otros muchos casos, la dramatización del propio trabajo constituye un problema. Este problema significa más que el mero hecho de hacer visibles los costos invisibles. Los individuos se enfrentan al dilema de expresión versus acción. 
Idealización:
· Dentro del proceso de socialización los actuantes tienen la tendencia de ofrecer a sus observadores una impresión idealizada de diversas maneras. Cuando el individuo se presenta ante otros, su actuación tenderá a incorporar y ejemplificar los valores oficialmente acreditados de la sociedad, tanto más, en realidad, de lo que lo hace su conducta general.
· En la medida en que una actuación destaca los valores oficiales corrientes de la sociedad en la cual tiene lugar, se puede considerar como una ceremonia, un expresivo rejuvenecimiento y reafirmación de los valores morales de la comunidad. 
· En la mayoría de las sociedades parece haber un sistema fundamental o general de estratificación, y en la mayoría de las sociedades estratificadas existe una idealización de los estratos superiores y cierta aspiración a ascender hasta ellos por parte de los que se encuentran en situación inferior. 
· La movilidad ascendente importa la presentación de actuaciones correctas. Los esfuerzos por ascender y por no descender se expresan en términos de sacrificios realizados para mantener una fachada. 
· Si un individuo ha de expresar estándares ideales durante su actuación, tendrá que abstenerse de la acción que no es compatible con ellos o encubrirla. 
· Cuando un individuo ofrece una actuación encubre por lo general algo más que placeres y economías inadecuadas; hay discrepancias entre la realidad y las apariencias:
-En primer lugar, además de los placeres y ahorros secretos, el actuante puede estar comprometido en una forma provechosa de actividad que se oculta a su público y que es incompatible con la visión de la actividad que espera que se obtenga de él. 
-En segundo lugar, los errores y las equivocaciones se corrigen con frecuencia antes de que tenga lugar la actuación, y los signos delatores de que se han cometido y corregido son encubiertos.
-En tercer lugar, en esas interacciones donde el individuo presenta un producto a otros, tenderá a mostrarles solo el producto final, y estos lo juzgarán sobre la base de algo que ha sido terminado, pulido y empaquetado. 
-En cuarto lugar, muchas actuaciones no podrían haber sido presentadas si no se hubieran realizado tareas que son físicamente sucias, semiclandestinas, crueles y degradantes. Se tiende a encubrir al auditorio toda evidencia de trabajo sucio. 
-En quinto lugar, si la actividad de un individuo ha de sintetizar estándares ideales, y si se ha de hacer una buena exhibición, es probable que algunos de estos estándares sean conservados en público a expensas del sacrificio privado de otros. 
-En sexto lugar, se encuentran actuantes que con frecuencia fomentan la impresión de que tienen motivos ideales para adquirir el rol que cumplen, que poseen una capacidad ideal para desempeñarlo,y que no deben sufrir indignidades, insultos o humillaciones para obtenerlo. 
· El que actúa produce a menudo, en los miembros de su auditorio, la creencia de que está relacionado con ellos de un modo más ideal de lo que en realidad lo está. 
· Puede ocurrir que los individuos fomenten con frecuencia la impresión de que la rutina que realizan en el momento es su única rutina, o por lo menos la más importante. El individuo tiene tantos sí mismos como grupos distintos de personas hay cuya opinión le interesa. Por lo general, muestra una diferente fase de sí mismo a cada uno de estos grupos. Puede producirse la segregación de auditorios; merced a la cual se asegura el sujeto de que aquellos ante quienes representa uno de sus papeles no sean los mismos individuos ante quienes representa un papel diferente en otro medio. 
· También puede suceder que los actuantes tiendan a fomentar la impresión de que la actuación corriente de su rutina y su relación con su auditorio habitual tienen algo especial y único. Se oculta el carácter rutinario de la actuación y se acentúan los aspectos espontáneos de la situación. 
El mantenimiento del control expresivo: 
· En virtud de la tendencia a aceptar signos, el auditorio puede entender erróneamente el significado que debía ser transmitido por la sugerencia, o puede ver un significado molesto en gestos no destinados por el actuante a tener significado alguno. 
· Cuando el público es escéptico de la realidad que se le impone tienen una tendencia a saltar sobre insignificantes imperfecciones como señal de que toda la actuación es falsa.
· Algunos gestos impensados se producen en una variedad tan grande de actuaciones y transmiten impresiones que son por lo general tan incompatibles con las que se fomentan, que estos hechos inoportunos han adquirido un status simbólico colectivo. Se los puede agrupar en tres categorías generales:
-En primer lugar, un actuante puede transmitir de manera accidental incapacidad, incorrección o falta de respeto al perder momentáneamente control muscular de sí mismo.
-En segundo lugar, puede actuar de modo de transmitir la impresión de que está demasiado ansioso por la interacción o desinteresado de ella.
-En tercer lugar, el actuante puede permitir que su presentación adolezca de una inadecuada dirección dramática. 
· Las actuaciones difieren en el grado de cuidado expresivo que se requiere que apliquen a cada elemento.
· La impresión de realidad fomentada por una actuación es algo delicado, frágil y puede ser destruido por accidentes muy pequeños
· La coherencia expresiva requerida para toda actuación señala una discrepancia fundamental entre el sí mismo humanizado y el sí mismo socializado. Como seres humanos se tienen impulsos variables, con humores y energías que cambian de un momento a otro. En cuanto caracteres para ser presentados ante un público, no se debe estar sometidos a estos altibajos.
· El retrato que se exhibe como la verdadera persona, puede estar hecho según un gran estilo, pero si este estilo es innato y el arte vital, cuanto más transmute a su modelo, más profundo y verdadero será el arte. Los hábitos animales son transmutados por la conciencia en lealtades y deberes, y se transforman en personas o máscaras. Por lo tanto, mediante la disciplina social se puede mantener con firmeza una máscara. 
Tergiversación:
· Si bien la tendencia del auditorio a aceptar los signos coloca al actuante en la situación de ser interpretado equivocadamente y lo obliga a hacer uso de un cuidado expresivo en relación con todo lo que hace cuando se encuentra ante su auditorio, así también esta tendencia a la aceptación de signos coloca al auditorio en la situación de ser engañado y conducido a conclusiones erróneas. Muchos actuantes tienen una gran capacidad y motivo para tergiversar los hechos.
· El auditorio siente si la impresión que el actuante da es verdadera o falsa, y es por eso que prestan especial atención a rasgos distintivos de la actuación que no pueden ser manejados fácilmente por el actuante, permitiéndose así juzgar la confiabilidad de las sugestiones más tergiversables de la actuación. 
· La tergiversación se da por una discrepancia entre las apariencias fomentadas y la realidad. El actuante, al tergiversar la actuación, se coloca en una posición precaria. 
· La tergiversación se puede definir como mentira manifiesta, categórica o descarada, en la que puede haber pruebas irrefutables de que el autor sabía que mentía y que así lo hizo premeditadamente. Aquellos que son sorprendidos en el acto de mentir descaradamente, no solo se desprestigian durante la interacción, sino que pueden perder para siempre su prestigio porque muchos auditores sienten que, si un individuo es capaz de decir tal mentira, nunca más se deberá confiar totalmente en él.
· Hay muchas mentiras piadosas dichas por médicos, posibles huéspedes y otros, para no herir los sentimientos del auditorio al que se miente, y este tipo de falsedad no se considera horrendo.
· Cuanto mayor sea el número de asuntos y mayor el número de partes actuables comprendidas en el campo del rol o de la relación, parecería mayor la probabilidad de que existan puntos secretos. 
· Una falsa impresión mantenida por un individuo en cualquiera de sus rutinas puede constituir una amenaza para toda la relación o rol. 
· En general, la representación de una actividad se alejará en cierto grado de la actividad en sí y la tergiversará inevitablemente. Y como al individuo se le exigirá valerse de signos para construir una representación de su actividad, la imagen que construya, por fiel que sea a los hechos, estará sujeta a todas las disrupciones a que están sujetas las impresiones. 
· Si bien la actuación ofrecida por impostores y mentirosos es flagrantemente falsa y difiere de las actuaciones ordinarias, ambas son similares en el cuidado que deben ejercer los actuantes a fin de mantener la impresión que se fomenta. 
· Características generales de la actuación:
-La actividad orientada hacia tareas laborales tiende a ser convertida en actividad hacia la comunicación.
-Es probable que la fachada tras la cual se presenta la rutina sea también adecuada para otras rutinas algo diferentes.
-Se ejerce un autocontrol suficiente como para mantener un consenso de trabajo.
-Se ofrece una impresión idealizada acentuando ciertos hechos y ocultando otros.
-El actuante mantiene la coherencia expresiva poniendo mayor cuidado en protegerse de faltas menores de armonía que el que el público podría imaginar teniendo en cuenta el propósito manifiesto de la actuación.
Mistificación:
· Temor y la distancia tanto hacia actuantes de status igual e inferior, como hacia actuantes de status superior. Los asuntos con los que el auditorio no se mete, debido a su atemorizado respeto hacia el actuante, son quizás aquellos que avergonzarían a este último en caso de ser revelados. 
· El auditorio percibe misterios y poderes secretos detrás de la actuación, y el actuante percibe que sus principales secretos son insignificantes. 
Realidad y artificio:
· Existen dos modelos basados en el sentido común, de acuerdo con los cuales se formulan las concepciones de la conducta:
-La actuación real, sincera u honesta.
-La actuación falsa, que consumados embusteros montan para nosotros.
· Se tiende a ver las actuaciones reales como algo que no ha sido construido expresamente, como producto involuntario de la respuesta espontánea a los hechos en su situación. Y se tiende a ver las actuaciones ideadas como algo industriosamente armado, con un detalle falso tras otro. 
· Hay que tener en cuenta que existen muchos individuos que creen sinceramente que la definición de la situación que acostumbran proyectar es la realidad real. Si una actuación ha de tener efecto, será bueno que los testigos puedan creer en todo sentido que los actuantes son sinceros; esta es la posición estructural de la sinceridad.
· Si bien las personas son por lo general lo que aparentan ser, dichas apariencias podrían haber sido dirigidas. Hay una relación estadísticaentre las apariencias y la realidad, que no es ni intrínseca ni necesaria. Algunas actuaciones son llevadas a cabo exitosamente con completa deshonestidad, otras con completa honestidad; pero ninguno de estos dos extremos es esencial para las actuaciones en general y ninguno de los dos es aconsejable desde el punto de vista dramático. 
· El trato social ordinario se coordina por el intercambio de acciones, oposiciones y respuestas terminantes dramáticamente infladas. El mundo entero no es un escenario, pero no es fácil especificar los aspectos fundamentales que establecen la diferencia.
· Lo que se le exige al individuo es el aprendizaje de suficientes formas de expresión para poder rellenar y manejar, con mayor o menor corrección, todo papel que se le pueda dar. 
· Ser un tipo dado de persona no significa simplemente poseer los atributos requeridos, sino también mantener las normas de conducta y apariencia que atribuye el grupo social al que se pertenece. 
· Un status, una posición, un lugar social no es algo material para ser poseído y luego exhibido; es una pauta de conducta apropiada, coherente, embellecida y bien articulada. 
Conclusiones:
El marco de referencia:
· Un establecimiento social es todo lugar rodeado de barreras establecidas para la percepción, en el cual se desarrolla de modo regular un tipo determinado de actividad. Dentro de los muros de este establecimiento social se encuentra un equipo de actuantes que cooperan para presentar al auditorio una definición dada de la situación. Este establecimiento cuenta con dos partes:
-La región posterior, donde se prepara la actuación de una rutina.
-La región anterior, donde se ofrece la actuación.
El acceso a estas regiones se halla controlado a fin de impedir que el auditorio pueda divisar el trasfondo escénico y que los extraños puedan asistir a una representación que no les está destinada.
· Entre los actuantes y el auditorio se establece un convenio tácito para actuar como si existiese entre ambos equipos un grado determinado de oposición y de acuerdo.
· El consenso de trabajo resultante tiende a ser contradicho por la actitud que asumen los actuantes hacia el auditorio cuando este se halla ausente, y por la comunicación impropia cuidadosamente controlada, que los actuantes transmiten mientras el auditorio está presente; se ponen de manifiesto roles discrepantes.
· Esto constituye el marco de referencia característico de la interacción social que se desarrolla en los medios naturales de nuestra sociedad angloamericana. Este marco es formal y abstracto; no es una mera clasificación estática. 
El contexto analítico:
· En este informe se estudia a los establecimientos sociales como sistemas relativamente cerrados. Se sugiere de modo exploratorio cuatro enfoques para considerar al establecimiento social:
-Desde el punto de vista técnico, en función de su eficacia e ineficacia como sistema de actividad intencionalmente organizado para el logro de objetivos predefinidos. 
-Desde el punto de vista político, en función de las acciones que cada participante puede exigir de otros participantes.
-Desde el punto de vista estructural, en función de las divisiones de status horizontales y verticales y de los tipos de relaciones sociales que vinculan mutuamente a estos diversos grupos.
-Desde el punto de vista cultural, en función de los valores morales que influyen sobre la actividad del establecimiento, costumbres y cuestiones de gusto. 
· Todos los hechos que es posible averiguar acerca de un establecimiento social son relevantes para cada una de las cuatro perspectivas, pero cada perspectiva confiere su propia prioridad y su propio orden a estos hechos. 
· Goffman propone una quinta perspectiva; el enfoque dramático, que podría sumarse a las perspectivas técnica, política, estructural y cultural. La perspectiva dramática puede ser empleada como punto final del análisis, como medio final para el ordenamiento fáctico. 
-El punto de intersección más claro de las perspectivas técnica y dramática está constituido por los estándares de trabajo.
-Las perspectivas política y dramática se intersectan con respecto a la capacidad de un individuo para dirigir las actividades de otro. 
-Las perspectivas estructural y dramática parecen intersectarse con mayor claridad respecto de la distancia social.
-Las perspectivas cultural y dramática se intersectan más claramente con respecto al mantenimiento de las normas morales. 
Personalidad - Interacción - Sociedad:
· Cuando un individuo aparece ante otros, proyecta consciente e inconscientemente una definición de la situación en la cual el concepto de sí mismo constituye una parte esencial. 
· Cuando tiene lugar un hecho que es incompatible con la impresión suscitada por el actuante, pueden producirse consecuencias significativas que son sentidas en tres niveles de la realidad social, cada uno de los cuales implica un punto de referencia y un orden fáctico distintos:
-La interacción social puede llegar a una interrupción confusa y embarazosa: la situación cesa de estar definida, las posiciones previas se vuelven insostenibles, y los participantes se encuentran sin un curso de acción claramente trazado. 
-Desde el punto de vista de la estructura social, las disrupciones de la actuación pueden tener secuelas de mayor alcance. Los auditorios suelen aceptar el sí mismo proyectado durante toda actuación corriente por el actuante individual como representante responsable de su grupo de colegas, de su equipo y de su establecimiento social. Estas unidades sociales más amplias (equipos, establecimientos sociales, etc.) se ven comprometidas cada vez que el individuo representa su rutina; en cada actuación tiende a ser sometida a prueba su legitimidad y puesta en juego su reputación permanente. 
-Desde el punto de vista de la personalidad individual, cuando se produce una disrupción, se advierte que pueden llegar a desacreditarse las imágenes de sí mismo en torno de las cuales se forjó su personalidad.
· Por lo tanto, las disrupciones de la actuación repercuten en tres niveles de abstracción: la personalidad, la interacción y la estructura social. No hay ninguna interacción en la cual los participantes no tengan una manifiesta probabilidad de sentirse ligeramente molestos o una leve probabilidad de sentirse profundamente humillados. La vida puede no ser un juego, pero la interacción si lo es. 
Comparaciones y estudio:
· Una vez que se empieza una actuación, se tiende a terminarla. El actuante es sensible a las notas discordantes que pueden producirse en su transcurso. 
· Si bien en nuestra sociedad los equipos están por lo general obligados a reprimir su ira detrás de un consenso de trabajo, en ciertas ocasiones se ven obligados a suprimir la apariencia de oposición serena y desapasionada para ofrecer una demostración de sentimientos ultrajados. 
· Se da una movilidad colectiva, a través de la cual los individuos de un status dado tratan de modificar el conjunto de tareas que desempeñan de suerte que no se vean obligados a realizar ningún acto que sea expresivamente incompatible con la imagen que intentan crear para sí mismos. Dentro de un establecimiento social se puede observar un proceso paralelo, actividad del rol, por medio del cual un miembro particular no se esfuerza tanto por ocupar una posición superior ya establecida como por crear para sí una nueva posición, que implique deberes y obligaciones que expresen adecuadamente atributos con los que congenia y simpatiza. 
La expresión cumple el papel de transmitir las impresiones del sí mismo:
· El componente expresivo de la vida social es una fuente de impresiones dadas a otros, o recibidas por otros. La impresión es una fuente de información acerca de hechos no manifiestos y como un medio a través del cual los receptores pueden orientar sus respuestas al informante sin tener que esperar que se hagan sentir todas las consecuencias de las acciones de este último. La expresión fue considerada en función del papel comunicativo que desempeña en la interacción socialy no en función del papel de consumación o de liberación de tensiones que podría tener para el sujeto que la pone de manifiesto. 
· Cuando un individuo se encuentra con otros, quiere descubrir los hechos característicos de la situación. Si tuviera esta información podría saber y tener en cuenta qué es lo que ocurrirá, y estaría en condiciones de dar a conocer al resto de los presentes el debido cupo de información compatible con su propio interés. Para poner plenamente al descubierto la naturaleza fáctica de la situación sería necesario que el individuo conociera todos los datos sociales pertinentes acerca de los otros. Sería necesario que conociera el resultado real o el producto final de la actividad de las demás personas durante la interacción, así como sus sentimientos más íntimos respecto de su propia persona. A falta de ella, el individuo tiende a emplear sustitutos (señales, tanteos, insinuaciones, gestos expresivos, símbolos de status, etc.) como medios de predicción. El individuo debe confiar en las apariencias, y cuanto más se interesa el individuo por la realidad que no es accesible a la percepción, tanto más deberá concentrar su atención en las apariencias.
· El individuo tiende a tratar a las otras personas presentes sobre la base de la impresión que dan acerca del pasado y el futuro. Es aquí donde los actos comunicativos se transforman en actos morales. 
· Hay un camino más corto y más eficaz a través del cual el observado puede influir sobre el observador. En vez de dejar que la impresión que suscita su actividad surja como un derivado incidental de esta, puede reorientar su marco de referencia y dedicar sus esfuerzos a la creación de las impresiones deseadas. Siempre es posible manipular la impresión que el observador usa como sustituto de la realidad. La necesidad que tiene el observador de confiar en las representaciones de las cosas crea al posibilidad de la tergiversación. 
· En su calidad de actuantes, los individuos se preocuparán por mantener la impresión de que actúan de conformidad con las innumerables normas por las cuales son juzgados ellos y sus productos. La actividad del actuante atañe a cuestiones de índole moral, pero como actuantes no tienen una preocupación moral por ellas; como actuantes son mercaderes de la moralidad.
La puesta en escena y el sí mismo:
· La propia estructura del sí mismo puede concebirse en función de la forma en que se disponen esas actuaciones en la sociedad angloamericana. 
· El individuo se divide en conformidad con dos papeles básicos:
-Como actuante, un inquieto forjador de impresiones, empeñado en la humana tarea de poner en escena una actuación. El individuo como actuante tiene capacidad para aprender, y la ejercita en la tarea de prepararse para desempeñar un papel. Es propenso a dejarse llevar por fantasías y sueños. Dichos atributos son de naturaleza psicobiológica y parecen surgir de la interacción íntima con las contingencias de la puesta en escena de las actuaciones.
-Como personaje, una figura cuyo espíritu, fortaleza y otras cualidades deben ser evocadas por la actuación. En la sociedad, el personaje que uno representa y el sí mismo propio se halla en pie de igualdad, y este sí mismo-como-personaje es considerado en general como algo que está alojado dentro del cuerpo de su poseedor. En este estudio se concibe el sí mismo representado como un tipo de imagen estimable, que el individuo intenta efectivamente que le atribuyan los demás cuando está en escena y actúa conforme a su personaje; no deriva inherentemente de su poseedor, sino de todo el escenario de su actividad. El sí mismo no es algo orgánico que tenga una ubicación específica y cuyo destino fundamental sea nacer, madurar y morir; es un efecto dramático que surge difusamente en la escena representada, y el problema característico es saber si se le dará o no crédito.
Los atributos de ambos son fundamentalmente de distinto orden, y sin embargo ambos grupos tienen su significado en función de la representación que debe continuar. 
· La acción que se representa en un teatro es una ilusión relativamente inventada y reconocida; a diferencia de la vida corriente, nada real o verdadero puede sucederles a los personajes representados. 
· Este estudio atañe a la estructura de las interacciones sociales, la estructura de esas entidades de la vida social que surgen toda vez que los seres humanos se encuentras unos con otros en presencia física inmediata. En esta estructura, el factor clave es el mantenimiento de una definición única de la situación, definición que será preciso expresar, y esta expresión debe ser sustentada a pesar de la presencia de multitud de disrupciones potenciales.
La ritualización de la femineidad - Goffman:
· Goffman plantea un interés por la imagen, y muy particularmente por la imagen fotográfica de revistas o de publicidad. Estas imágenes son escenificaciones de escenificaciones, puesto que sus autores para producirlas, se sirven forzosamente del idioma ritual de la sociedad. Goffman presenta una muestra análoga con la fotografía de gran consumo público, estudiando con precisión de etólogo las exhibiciones que las mujeres deben cumplir espontáneamente en sociedad (ritualización de primer grado) o deliberadamente para el fotógrafo publicitario (ritualización de segundo grado o hiperritualización).
· Para el estudio de las fotografías comerciales se dispone de un método que consiste en sacar una muestra al azar de uno o varios números de una o varias revistas, precisando los títulos y los períodos y abandonando todo interés por lo que se salga de la muestra. La representatividad determinable es una de las condiciones que debiera cumplir toda colección de fotografías. Este tipo de representatividad corresponde a las imágenes en cuanto tales y no revela nada sobre qué aspectos de la vida real son imagen verdadera y que efecto social tienen sobre la realidad supuestamente figurada. 
· Cuanto mayor sea la colección del investigador, mayor será su certeza de ver confirmado lo que cree haber descubierto en tal ejemplar, e incluso lo que tiene ganas de demostrar. 
· Hay tres cuestiones sobre la metodología general que no deben confundirse:
-El descubrimiento
-La exposición
-La prueba
· En una colección de ejemplos en imágenes sobre un tema común, hay más que un simple procedimiento para asegurarse de que el fenómeno estudiado aparezca claramente a la vista del espectador. El interés de tener diversos ejemplos en imágenes de un tema único es que aporten un abanico de distintos planos contextuales secundarios que vengan a aclarar diferencias ocultas, aun mostrando un trazo único. 
· El análisis mediante imágenes consiste en fundir en un todo las desviaciones aparentes. 
· Las fotografías ilustrativas de la conducta relacionada con el sexo (social) que selecciona Goffman de manera no aleatoria tienen como utilidad refrescar las ideas sobre tres puntos:
-Los estilos de comportamiento relacionados con el sexo.
-La manera como la publicidad presenta de ellos una visión finalmente sesgada.
-Las reglas de producción escénica particulares de la forma fotográfica.
El punto esencial de la exposición es la idea de los publicitarios sobre la manera de representar con beneficio a las mujeres. 
· Los documentos presentados no pueden considerarse representativos del comportamiento relacionado con el sexo en la realidad, y ni siquiera de la publicidad en general. Para adquirir conciencia inmediatamente del estereotipo, bastará imaginarse, en cada fotografía, qué resultaría de haberse cambiado los sexos. 
· Posar para la publicidad implica casi invariablemente una titularidad de sexo, haciendo las modelos femeninas de personajes femeninos y, los modelos masculinos, de personajes masculinos. Modelo y personaje no son más que uno. 
· Los estereotipos relacionados con el sexo se basan en la noción de un espacio con dos casillas, donde lo importante es rellenar estas casillas con sujetos diferenciados en su papel, pero no necesariamente opuestos en su identidad sexual. 
· El publicitariotiene que someterse a las limitaciones del medio que utiliza, porque sólo dispone de caracteres de imprenta y de una o dos fotografías de unos personajes que se nos presentan callados. La imagen cuenta por sí misma su pequeña historia. 
· Es posible disponer los personajes en una microconfiguración espacial, de suerte que sus posiciones relativas en el espacio indiquen su posición social relativa. Los publicitarios escogen casi siempre tipos positivos, aprobados por todos, quizá porque prefieran ver sus productos más bien asociados a lo bueno que disociados de lo malo, de modo que presentan personajes idealizados sirviéndose de medios ideales para fines que no lo son menos y unidos por relaciones también ideales. 
· El trabajo del publicitario, que debe escenificar el valor de su producto, no es tan distinto a la tarea de una sociedad al llenar sus situaciones de ceremonial y de signos rituales destinados a facilitar la orientación mutua de los participantes. Uno y otra tienen que contar una historia por medio de los limitados recursos visuales que ofrecen las situaciones sociales. Ambos se sirven de los mismos procedimientos básicos: exhibición de intenciones, organización microecológica de la estructura social, idealización aprobada y exteriorización mímica de lo que puede parecer una reacción intima. 
· Los personajes de la publicidad se dirigen implícitamente a nosotros los espectadores, que nos encontramos alojados en su entorno por el permiso que se nos ofrece de ver de ellos lo que podemos ver, con el efecto de producirse una situación que puede llamarse social. Por consiguiente, el interesado por la presentación de los sexos en la publicidad no debería limitar su atención a revelar los estereotipos de los publicitarios, por significativos que puedan ser. Tras una variedad infinita de configuraciones escénicas, quizá logremos discernir un idioma ritual único y un pequeño número de formas estructurales. 
· En su mayoría, las fotografías comerciales no son más que imágenes, a lo sumo “realistas”, pero evidentemente, la misma realidad que se supone deforman es artificial en muchos aspectos. 
Ritual e hiperritualización: 
· Las fotografías publicitarias se componen de poses estudiadas cuidadosamente para que parezcan naturalísimas; pero las expresiones reales de la femineidad y de la masculinidad proceden también de poses artificiales. 
· La normalización, la exageración y la simplificación que caracterizan los ritos en general se reconocen en las poses publicitarias, pero elevadas a un grado superior y acordadas a menudo por la puerilidad (hiperritualización).
· Una fotografía publicitaria constituye tal ritualización de ideales sociales que se ha cortad, suprimido, todo aquello que obste a su manifestación.
· Tanto en la publicidad como en la vida, queremos poses brillantes, queremos exteriorizarnos; pero en la vida, buena parte de la película carece de interés. 
· Cada vez que un hombre real enciende el cigarrillo a una mujer real, su gesto supone que las mujeres son objetos valiosos, algo limitadas físicamente, a las que conviene ayudar a cada paso. Ésta es una manifestación natural de la relación entre los sexos.
· Las expresiones naturales no son diferentes a las escenas comerciales; se utiliza con el fin de propagar cierta versión de las cosas, y en condiciones al menos tan dudosas y expuestas como las que conocen los publicitarios. 
· Los publicitarios no crean las expresiones ritualizadas que emplean; explotan el mismo cuerpo de exhibiciones, el mismo idioma ritual. No hace sino convencionalizar nuestras convenciones, estilizar lo que ya está estilizado, dar un empleo frívolo a imágenes fuera de contexto; en resumen hiperritualiza. 
Lo masculino y lo femenino: 
· La mujer aparece más a menudo en posiciones de subalterna o de asistida. El hombre, por el contrario, simbolizada su posición superior por su estatura más alta, se representa en una postura protectora que varía según el lazo social que lo une a sus compañeras. 
El tacto:
· Las mujeres se muestran tocando ligeramente, con el dedo o con la mano, los perfiles de un objeto. Este tocamiento se encuentra ritualizado, a diferencia de aquél que coge, maneja y retiene. Cuando la mujer se toca a sí misma, lo hace para hacer sentir hasta qué punto su cuerpo es algo delicado y precioso. 
La mujer oculta:
· Se da una situación social desde lejos o tras una separación. Las mujeres se encuentran ocultas detrás de un objeto; detrás de una persona.
La mujer lejana:
· El apartar la vista equivale a retirarse de la corriente de comunicación, y con el fin de recobrar el dominio de las emociones. Parece implicar cierta sumisión, cierta confianza en la persona origen del estímulo. La mujer de los anuncios parece a menudo despegada de lo que la rodea. Los anuncios nos muestran mujeres soñadoras, sumidas con delicia en comunicaciones que podemos imaginar bastante largas.
La mujer sumisa:
· Quién se tienda en la cama o en el suelo, estará más abajo que las personas sentadas o de pie. Los anuncios nos muestran más a menudo niños y mujeres que hombres acostados. Con frecuencia las mujeres, y muy pocas veces los hombres, posan con una tímida flexión de rodilla. El nivel de la cabeza se ha rebajado en relación con los demás indirectamente; esto se puede interpretar como una subordinación, como una expresión insinuante, sumisa y conciliadora. A su vez la sonrisa cumple a menudo una función de suavizador ritual. Responder enseguida con una sonrisa a un exabrupto puede querer decir que se pertenece al entorno del que lo ha lanzado. 
Juegos de manos:
· Las mujeres se nos muestran en posturas que las alejan mentalmente de la situación social circundante; parece a la merced y benevolencia eventuales de otros participantes, presentes o posibles. Taparse la cara o la boca con las manos se trata de una ritualización de un gesto asociado con la infancia; se ciega uno al entorno momentáneamente. Lo mismo que taparse la boca puede ser una forma atenuada de ocultar el rostro, el llevarse un dedo a los labios es una versión reducida de aquél acto. Se trata de otra especie de ritualización; da la impresión de que cierta corriente de ansiedad se ha desviado del centro de la atención, manteniéndose aparte, disociada y más o menos inconsciente. En cuanto a los dedos juntos, parecen manifestar la misma vuelta disociada sobre sí mismo que el gesto anterior, pero en forma todavía más atenuada. 
La mujer dócil: 
· Es más fácil ver a un hombre instruir a una mujer que una mujer a un hombre. Las mujeres se muestran más a menudo que los hombres en tal postura y, sin embargo, no se las pinta dando a su acto un aspecto particularmente cómico. 
La mujer niña: 
· Hacerse el niño significa querer atraerse un trato de subordinación a un adulto. Esto se ve en los anuncios. 
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