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Satélites naturales

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Satélites naturales
Los satélites naturales son cuerpos celestes que orbitan alrededor de un planeta o de otro cuerpo celeste que no sea una estrella. El primer satélite natural conocido por el hombre es la Luna. Los únicos planetas del Sistema Solar que no tienen satélites naturales son Mercurio y Venus.
De la misma manera que los planetas, los nombres de los satélites de nuestro sistema fueron tomados de la mitología griega y romana. En el caso de los satélites de Urano, los nombres de sus satélites fueron tomados de personajes de Shakespeare.
Los satélites son cuerpos sólidos, habitualmente sin atmósfera, de diversos tamaños y densidades. En los casos en que el satélite y el objeto alrededor del cual orbita tienen masas similares, se considera objeto primario el que contiene el centro de masas de ambos.
Se distinguen de los satélites artificiales ya que estos últimos fueron creados por el hombre.
Punto de equilibrio
Un satélite entra en órbita alrededor de un planeta cuando llega a una distancia en que se equilibran dos fuerzas: la fuerza centrífuga (que empuja al satélite lejos del centro de rotación) y la fuerza de la gravedad (que une al planeta con el satélite). Por eso, los satélites no colapsan sobre el planeta ni se alejan de su órbita.
Satélites pastores
Los satélites pastores se encuentran en los anillos planetarios. Los anillos planetarios forman una capa de polvo y otros objetos que orbita alrededor de un planeta.
En el Sistema Solar, cuatro planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) tienen anillos planetarios. En estos anillos, si un objeto tiene una masa significativamente mayor a los demás, los atrae por efecto de su gravedad y se denomina satélite pastor. De esta manera, los satélites pastores mantienen a los anillos en su sitio.
Satélites coorbitales
Cuando dos satélites giran en la misma órbita se denominan coorbitales. Por ejemplo los satélites Jano y Epitemo, que orbitan Saturno, son satélites coorbitales.
La Tierra tiene satélites coorbitantes pero son asteroides que son capturados por la gravedad terrestre al acercase al planeta y luego de algunos años vuelven a alejarse.
Satélites asteroidales
Cuando un objeto gira en torno a un asteroide se denomina satélite asteroidal. Si el asteroide tiene un satélite grande, ambos objetos se denominan asteroides binarios.
Aún no se ha descubierto si se forman a partir de un único asteroide o si el asteroide de mayor tamaño captura al otro en su gravedad.
Tipos de órbitas
Dependiendo de su movimiento y órbita, los satélites naturales se clasifican en dos tipos:
Regulares. Estos satélites giran en el mismo sentido que el planeta gira alrededor del sol, es decir, están en órbita directa alrededor del cuerpo celeste de mayor tamaño. Ejemplos de estos satélites son la Luna, Ganímedes, Europa, Titán, Miranda y Oberón.
Irregulares. Sus órbitas son elípticas (alargadas) y muy inclinadas con respecto a la órbita del planeta alrededor del Sol. Se cree que estos satélites eran asteroides que fueron capturados por la fuerza gravitacional del planeta y por eso habitualmente tienen órbitas alejadas del planeta.
Fuerza de marea
Los planetas tienen su propia gravedad. Sin embargo, los satélites afectan esa fuerza de gravedad con su propia gravedad.
En la Tierra, podemos observarlo en las mareas, causadas por la aceleración gravitacional de la Luna. Sin embargo, en los satélites con sustancias líquidas, la gravedad del planeta también crea mareas en el satélite.
Altitud
La altitud es uno de los factores que modifican la temperatura. La variación estándar es que la temperatura disminuye 6,5 °C por cada kilómetro, es decir, un grado cada 154 metros.
Esto se debe a que la presión atmosférica disminuye a medida que aumenta la altitud, es decir, hay menor concentración de partículas de aire que conserven el calor.
Sin embargo, es importante señalar que este cambio de temperatura depende también de otros factores como el sol, el viento y la humedad.
Luna
La Luna es el único satélite natural de nuestro planeta. Su diámetro es de 3.474 km (un cuarto del diámetro de la Tierra) lo que la convierte en el quinto satélite más grande del Sistema Solar.
Siempre muestra la misma cara al planeta, es decir que tiene una relación síncrona. Su órbita tiene una longitud treinta veces mayor al diámetro de la Tierra.
Se cree que se originó a partir de material proveniente de la Tierra, cuando el planeta sufrió una colisión por otro cuerpo del tamaño de Marte. Luego del impacto, el material desprendido se fusionó en un objeto compacto y quedó unido a la Tierra por su fuerza gravitatoria.
Encélado
Encélado es uno de los satélites de Saturno. Aunque es el sexto satélite más grande de ese planeta, con solo 500 km de diámetro es uno de los cuerpos celestes más activos del Sistema Solar.
Esto se debe a los más de cien géiseres que, en su superficie, expulsan vapor de agua y partículas sólidas que incluyen hielo, hidrógeno y cloruro de sodio.
Debido a las bajas temperaturas de la superficie, el agua expulsada vuelve a caer a la superficie en forma de nieve y el resto se dispersa por el anillo planetario al que pertenece Encélado. Además, en su polo sur se encuentra un profundo océano de agua superficial.
Debido a la presencia de agua y diversos elementos químicos, se cree que pueden existir microbios en este satélite. Es decir que es el primer cuerpo celeste, además de la Tierra, donde se encontraron las condiciones necesarias para la vida.
Ganimedes
Es el satélite de mayor tamaño del Sistema Solar, con un diámetro de 5.262 km. Galileo Galilei y Simon Marius lo descubrieron en 1610 orbitando alrededor de Júpiter.
Está compuesto de silicatos y hielo de agua, con un núcleo fundido con gran proporción de hierro. Se cree que tiene un océano interno con mayor cantidad de agua que la Tierra.

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