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EVALUACIÓN CICLO 4

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EVALUACIÓN DE ESPAÑOL CICLO 4
DOCENTE: FERNANDO REINA
FECHA: 3 DE MARZO DE 2021
ORÍGENES DE LA LITERATURA COLOMBIANA
Contexto histórico y social
Antes de la llegada de los conquistadores españoles a las tierras que hoy se conocen como Colombia, existían pueblos que habían desarrollado ricas manifestaciones artísticas y culturales. Algunos de estos pueblos tenían modelos de vida sedentaria, otros entre tanto eran nómadas, y se habituaron a la caza y recolección (sistemas semisedentarios), acordes con el entorno natural que habitaban. Estos pueblos generaron no sólo sistemas de producción agrícola, de intercambio comercial o esquemas complejos de organización social y política, sino elaboradas manifestaciones culturales: religiones, muestras escultóricas, pictóricas y artesanales de gran valor, y desde luego riquísimas tradiciones orales que en la forma de mitos y leyendas reflejaban su concepción del mundo.
Tales tradiciones son, sin lugar a dudas, uno de los patrimonios más valiosos de un pueblo, pues en ellas se articulan los valores, las formas de entender qué es el ser humano y su posición en el mundo, sus orígenes, su organización social y la importancia de la naturaleza.
Contexto literario
Cuando Colón y, posteriormente, los conquistadores, trajeron el español a América, en Colombia no había una lengua común, ni una escritura, sino una diversidad de lenguas.Al hablar de literatura precolombina, se hace referencia al conjunto de relatos tradicionales creados antes del descubrimiento de América y transmitidos de generación en generación, a través de un lenguaje oral. Esto quiere decir que, en el sentido estricto de la palabra, en Colombia no se alcanzó a desarrollar una literatura. Sin embargo, a través de estudios antropológicos; de crónicas de los siglos XVI y XVII hechas por españoles y mestizos; y de relatos orales de los descendientes lejanos de las culturas precolombinas, han llegado hasta nosotros versiones de los mitos creados por las culturas que habitaron nuestro territorio. Esos mitos se han mezclado y modificado con los relatos de las actuales tribus indígenas.
Características literarias
La temática y la forma de la literatura que se produjo, estuvieron sometidas a una estructura propia de la comunicación oral. Por lo tanto, es pertinente mirar ciertos elementos tanto del contenido como de la forma, que caracterizaron esta específica manera de transmitir un conjunto de relatos.
Temas: Los textos aborígenes relatan aspectos de la creación del mundo, de los animales y de los hombres, en una versión mítica y sagrada. Existe en ellos la presencia de un ser superior, creador de la vida y de los primeros hombres quienes, siguiendo los designios del dios creador, cumplen con la tarea de poblar la tierra. Igualmente, los seres superiores anuncian las leyes y los castigos que conforman los patrones de comportamiento que debe seguir la comunidad.
Personajes: los relatos indígenas colombianos cuentan con personajes que se podrían clasificar en los siguientes cuatro grupos:
· Los dioses: seres superiores que poseen unas facultades omnipotentes, es decir, tienen todo el poder, todo lo pueden hacer y son los que deciden dar origen al mundo. Son inmortales.
· Los primeros padres: son los primeros seres humanos creados por los dioses, tiene como encargo poblar la tierra. Son los encargados de mediar entre los dioses y la comunidad para conseguir los favores requeridos por los indígenas.
· Los animales y los astros: los primeros son de carácter sagrado; los astros, son para algunas culturas los padres que toman la forma del Sol y de la Luna para vigilar el comportamiento de los hombres en la tierra, por ejemplo, Chía y Sue para los Chibchas.
· Los mortales: son los indígenas de la comunidad y de todas las generaciones posteriores. Muchos de los que relatan las historias que conocemos de una cultura indígena, son descendientes de los primeros padres.
· Formas: el mito y la leyenda fueron las formas fundamentales en que se concretaron las historias que se transmitían oralmente en las culturas precolombinas.
Los avatares de la palabra MITO
Aunque es frecuente aludir al mito como una narración fabulosa que relata acciones con personajes imaginarios, y que explica la realidad de una manera no racional o científica, hay que anotar que todo mito surge como respuesta a una necesidad de conocimiento.
El mito responde a la necesidad que tiene un grupo humano de averiguar acerca de su origen. El mito establece las relaciones entre el grupo y el ecosistema. En cuanto el mito es necesario para un grupo, es real, y por eso mismo, verdadero, dentro de su contexto y circunstancia.
Hoy la palabra MITO se utiliza no sólo para referirse a las narraciones, creencias o explicaciones pre-científicas que todos los pueblos del mundo han creado en algún momento de su historia, sino también, al universo imaginario que rodea al ser humano.
Así, por ejemplo, las personas de esta época vivimos en los mitos creados por los medios masivos de comunicación y la publicidad. Mitos como el éxito, el progreso, la belleza, los cuales atraviesan las más firmes convicciones y creencias más allá de todo juicio racional.
Fuentes de la Literatura colombiana aborigen
En la literatura aborigen colombiana pueden identificarse tres fuentes originales:
· La tradición precolombina, que alude a las tradiciones anteriores a la llegada de los españoles y que fue recogida durante la conquista y la colonia por misioneros y evangelizadores.
· Las sagas mitológicas y las tradiciones transcritas, cuya recuperación ha sido gracias a la obra de etnólogos, antropólogos y lingüistas que desde finales del siglo XIX se ha internado en las selvas y las montañas colombianas y en las comunidades indígenas para aprender sus mitos, su lengua y cultura.
· Finalmente, una fuente inagotable y viva, aún en nuestros días, es la de la tradición vigente, a la cual puede recurrirse cada vez que entra en contacto con los habitantes no sólo de la comunidades indígenas, sino con los pueblos mestizos, negros, mulatos y zambos que hacen parte de la vanidad étnica y sociocultural llamada Colombia, un país que tiene necesidad del reconocimiento de la diversidad pluricultural que lo constituye.
Yurupary: la gran epopeya del Vaupés
Aunque existen numerosas versiones del mito de Yurupary, la más reconocida es la del indio Maximiliano José Roberto, traducido del ñengatú, lengua hablada en la frontera colombo-brasileña amazónica, al italiano por el conde Ermano Stradelli hacia 1890 y luego al español por Susana N. Salessi. Poco se sabe de la biografía de Maximiliano José Roberto, salvo que era descendiente de jefes indígenas manaos y tarianas, y que vivió en la región del Vaupés a finales del siglo XIX. Fue importante recolector de leyendas y un hombre culto, guía y consejero de científicos y antropólogos.
El manuscrito original del Yurupary en lengua ñengatú se perdió. Pese que su autor es brasileño, el contexto en el cual se da la leyenda es el alto Vaupés y sus lugares más significativos estás situados en Colombia, en la Sierra de Tunahi, en el actual departamento del Guaviare y hacia los ríos Isana y Vaupés que penetran en Brasil.
La leyenda de Yurupary, más que la narración del héroe legislador y fundador del culto de las flautas sagradas llamadas también Yurupary, es la base de un ritual mágicocelebrado por numerosos pueblos de la región y en el cual se rememoran la explicación de los orígenes del mundo, el origen del ser humano, la comunión con la naturaleza, la iniciación a la muerte y las claves de la organización social.
Yurupary es engendrado cuando Seucy, madre del cielo o doncella virgen, otro nombre de la Vía Láctea, come la rica fruta de pihycan. La tribu obliga a la joven a declarar el nombre de su violador, pero ella da la versión mágica de la fruta. A la primera luna, el niño es declarado Tuixava (cacique) es llamado Yurupay que significa “Engendrado por la fruta”.
Yurupary desaparece y de él sólo se escucha su llanto o su risa ysu madre es sorprendida en las noches cuando alguien se amamanta de sus senos. Cuando el joven regresa, recibe los ornamentos del sol y le entregan el matyri – especie de bolsita mágica- de la que extrae una ollita y un pedazo de xicantá (resina) que pudo sobre el fuego dentro del recipiente. Con el primer hervor salió una cantidad de murciélagos, lechuzas y otros pájaros semejantes que se dispersaron en el espacio. Del segundo hervor nacieron guacamayas, papagayos, periquillos y otros pájaros por el estilo, que también se dispersaron en el aire.
Toda la historia de Yurupary está dominada por el ritual mágico, por ciclos vitales que evocan los de la naturaleza: el nacimiento, la desaparición, el regreso, el sacrificio, la traición, la pérdida, la memoria; Yurupary consagra las leyes, los deberes, el orden, impone los castigos y las diferencias entre los hombres y las mujeres.
En este mito se fundan las prácticas religiosas y agrícolas y la comunión con la naturaleza. A través del canto, los payés vuelven a ser Yurupary para luchar contra la oscuridad y dominar el mundo con el ritual del Sol.
En conclusión, Yurupary, al igual que las estatuas de San Agustín o las tumbas de tierradentro, sigue hablándonos de una memoria, de un orden cósmico, en el cual los colombianos hemos de buscar nuestras raíces poéticas más profundas.
· A partir del contenido del texto, responde las siguientes preguntas:
1. Antes de la llegada de los conquistadores, ¿cuáles eran los modelos de vida de los pueblos y qué generaron?
2. ¿por qué son importantes las manifestaciones culturales que estos pueblos generaron?
3. ¿A qué hace referencia la literatura precolombina?
4. Describa qué relatan los textos aborígenes y qué características tienen.
5. ¿Qué significado tiene la palabra mito y qué connotación tiene actualmente?
6. ¿Cuáles son las fuentes originales de la literatura colombiana?
7. ¿En qué consiste el mito del Vaupés colombiano, Yurupary?
LEYENDA DE ANACHUE (LEYENDA CHIBCHA)
Biachú había llegado a la más alta prominencia de la montaña que circundaba el valle. Su mirada inquieta volviéndose sobre el camino recorrido fatigosamente y diviso allá lejos, todavía entres las brumas del amanecer, una multitud de techumbre, pajizas que empezaban a engalanarse con leyes espirales de humo azulado una construcción magnifica sobresalía de aquel conjunto miserable era el templo del sol refugio de la religiosidad y del sentimiento de aquellos hombres se mi desnudos y hermosos, que cada día elevaban a su dios una oración sencilla y ferviente. El paisaje comenzaban a desnudarse y los jirones de niebla, dispersos, como corderos perseguidos, corrían a esconderse más allá del aquel lago encantador que pertenecía a los dominios del Cacique Suamox; lago tembloroso y cambiante
primorosamente decorado por altos juncales donde saltaban aves suntuosas y desconocidas. Las colinas descendían suavemente sobre el hecho de aguas transparentes, y se adornaba con árboles gigantes en cuyas copas se diluían un verde primaveral, símbolo de vida y esperanza.
Cuando Biachú apartó los ojos de aquel paisaje donde había dejado la mitad de su vida, sintió nostalgia por el abandono del surco amado y fecundo, por la fuga de romanzo familiar, donde al lado del fogón que cuece el sustento y calienta los músculos, donde dejaba salir su corazón en busca de recuerdo.
Biachú sintió el ansia de volar, de hacerse sutil como el viento y sus ojos negros, de una profundidad escalofriante, brillaban sobre un fondo de sombras. El ansia se dibujaba en su rostro moreno y sensual curtido por el frío del páramo, y así quería que sus brazos fuertes, convertidos en alas, lo llevaran más allá de la montaña azul. Sudoroso y cansado, con los pies sangrantes, llegó a la cima del monte y mientras el sol se filtraba por entre las ramas de los arbustos, decidió descansar a orillas de un manantial semioculto por la fronda, donde el agua nacía fresca y pura como la risa de Anachué.Y así empezó a soñar aquel hombre primitivo, noble y valeroso como todos los de su raza. Fue una noche, cuando la tribu reunida alrededor del templo, celebraba con danzas y música la visita de un cacique de lejanas tierras. Había llegado de los dominios de Suamox, precedido de un enorme séquito de guerreros armados. 
Lo acompañaba su hija, la indiana Anachué. Suamox y su huésped presenciaban las danzas, sentados en el suelo y ataviados con vistosos adornos de oro y de plumaje. Biachú repartía la chicha a los altos personajes en recipientes de oro, y a danzarinas acompañantes en odres de cuero y tazas de cerámica. Cuando tendió a Anachué el dorado vaso, sintió que sus ojos humedecidos se clavaban en él. Un estremecimiento nunca presentido corrió por sus venas, como si el veneno de aquel licor amargo y enervante se hubiese transportado a los ojos de ella. Anachué lo siguió con los ojos durante el festín, por entre aquella loca confusión de cuerpos semidesnudos y sudorosos que se retorcían poseídos por el demonio de la danza lujuriante.
La noche era magnífica y la luna arropada con su manto color de tisú, presidía aquella fiesta rumorosa y sensual.
¡Cuántas estrellas seguían el ritmo voluptuoso de la danza! Y qué intensamente seguían brillando en la oscuridad de su noche los ojos de Anachué.Y Biachú dialogaba consigo mismo.
¿Por qué aquella noche, toda la naturaleza salvaje y primitiva tenía para él un encanto tan hondo? ¿Qué tendría de extraño y de enigmático, que parecía que toda ella penetrara en su ser de manera tan espontánea y sencilla, hasta hacerle sentir la armoniosa simplicidad de las cosas?
Ya, a la media noche, la tribu dormía sobre el campo, al conjuro de las estrellas. Solamente permanecía despierto y vigilante Biachú, quien presentía la dura lucha, quizá el desafío de la muerte, si se atrevía a llegar a lado de Anachué. Cautelosamente se deslizó hasta el arroyo y allí estuvo mirando largamente el cielo en sus aguas dormidas. Qué cerca de él contemplaba ese cielo inmenso y cuántos ojos titilantes vigilaban su vida. Fue muy breve pero muy dulce el amanecer cerca de ella, y la luna ya había recogido su manto de tisú, cuando resonó una nota prolongada y melancólica, que anunciaba a la tribu la proximidad del día. Biachú había visto en los ojos abiertos de su amada, ¡todas las maravillas del amanecer!
Cuando el lago maravilloso apareció ante sus ojos, el canto de la naturaleza, rudo y primitivo, llegó a sus oídos. ¿Quién más que él podía ser el dueño de esa visión esplendorosa del cielo y del agua; quién más, con un oído escrutador, podría oír la infinita melodía de las cosas, cuando los árboles, las flores, las mismas montañas, queriendo dialogar con el cielo, se purifican y se hacen tan profundas?
La barca que conducía a Anachué hacia el rito despertaba las aguas del lago. Una leve brisa irisaba la superficie tranquila, donde parecía que el arco iris convertido en pedazos flotara al capricho del viento. La barca avanzaba, seguida por muchas canoas, y el cuerpo de la mujer indiana parecía una estatua de oro; tal brillaba su cuerpo, sus largos pendientes y sus brazaletes, que al chocar producían un retintín sonoro, como si mil campanitas estuviesen anunciando su fiesta triunfal.
La mañana era hermosa y propicia para aquel acto imponente y salvaje. El rito exigía el sacrificio de ella, elegida como esposa del Sol, luego que hubiese sumergido en las aguas su cuerpo sagrado; despojada de esa envoltura humana, podría emprender un viaje sin ruta a las regiones donde moraba el Dios, y allí, en un trono fulgurante de luz, sería la reina de todos los mundos y podría mirar su rostro moreno en el espejo luminoso del lago.
Mientras Biachú dirigía su barca, en la que pensaba rescatar a la indiana, pensaba en que la lucha sería dura, pero solamente él sería capaz de abatir a todos esos hombres; su coraje, su amar y su sangre impetuosa, serían suficientes para triunfar gloriosamente, levando a la postre en sus brazos el cuerpo desfallecido pero palpitante de Anachué, y ya lejos de todas las furias, másallá de las montañas azules, a orillas de un río rumoroso y claro, levantarían su rancho para ella. Cuando Biachú fue divisado, una enorme algarabía se formó alrededor de la barca sagrada. Él disparaba su arco vigorosamente, y ya cuando la victoria le sonreía y empezaban a huir los guerreros, sorprendidos y atónitos, una flecha le atravesó el corazón. Aún con vida, alcanzó a llegar a los brazos de Anachué, y los dos se consumieron, dejando sobre las aguas impasibles una huella eterna de oro y sangre.
Tomado de Leyendas de amor, selección de Pío Fernando Gaona P.
8. Consultar y escribe el significado de las siguientes palabras: primor, ferviente, odre, remanso, voluptuoso, circundar, sequito.
9. Describe cada uno de los personajes de la leyenda
10. Explica a qué o a quién se refiere los términos subrayados en cada expresión:
a. Fue muy breve pero muy dulce el amanecer cerca de ella.
b. Cuando el lago maravilloso apareció ante sus ojos, el canto de la naturaleza, rudo y primitivo, llegó a sus oídos
c. Qué cerca de él contemplaba ese cielo inmenso y cuantos ojos titilantes vigilaban su vida
d. Anachuélo siguió con los ojos durante el festín

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