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Vibroterapia

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Efectos fisiológicos 
Metodología de aplicación 
Flúter 
Vibraciones de cuerpo completo: 
plataformas vibratorias 
Fundamentos físicos de las vibraciones de 
cuerpo completo: hipergravedad 
Efectos fisiológicos de las vibraciones de 
cuerpo completo 
Efectos sobre la fuerza y la potencia 
muscular 
Efectos sobre la flexibilidad 
Efectos sobre el sistema endocrino 
Efectos sobre el sistema neuromuscular 
Efectos sobre el sistema óseo 
Efectos sobre el sistema cardiovascular 
Efectos sobre el equilibrio 
Efectos sobre la composición 
corporal 
Efectos sobre la recuperación y el dolor 
muscular postejercicio 
Efectos sobre pacientes con alteraciones 
neurológicas centrales 
Efectos sobre el envejecimiento 
y la tercera edad 
Tipos de plataformas vibratorias 
Metodología de aplicación 
Indicaciones 
Efectos adversos y contraindicaciones 
Contraindicaciones absolutas 
Contraindicaciones relativas 
COnTenIdO deL CAPÍTULO
Introducción 
Vibraciones torácicas 
InTrOdUCCIón
La acción de las vibraciones sobre el cuerpo humano ha sido motivo de estudio en nume-
rosas investigaciones y por parte de diferentes autores. Los estudios se generaron principal-
mente debido a los efectos perjudiciales de las vibraciones mecánicas en el entorno laboral. 
Aparte del ámbito de la medicina del trabajo, relativo al daño que causan las vibraciones 
sobre el organismo, las investigaciones se han ido extendiendo a aspectos sanitarios rela-
cionados con las alteraciones respiratorias, el deporte, las afecciones neurológicas y, en 
general, a los efectos fisiológicos beneficiosos relacionados con los sistemas esquelético, 
muscular y nervioso.
Vibroterapia
La vibración mecánica también se denomina oscilación y podemos conceptuarla como una 
inversión del sentido de un movimiento, repetida periódicamente. Toda vibración se asocia 
con una onda mecánica.
En el presente capítulo nos centraremos en los procedimientos de fisioterapia que emplean 
las vibraciones locales y generales con fines terapéuticos. En primer lugar, abordaremos las 
aplicaciones de vibroterapia en relación con las alteraciones respiratorias o vibraciones toráci-
cas. Finalmente, describiremos las vibraciones de cuerpo completo, como conjunto de proce-
dimientos de fisioterapia en los que se emplean las vibraciones para lograr un beneficio 
terapéutico determinado. Este último apartado es de una máxima actualidad y por ello reali-
zaremos un examen exhaustivo de los principios y de las pautas de tratamiento que deben 
tenerse en cuenta, así como de los diferentes equipos existentes en el mercado y de sus carac-
terísticas técnicas.
VIbrACIOneS TOrÁCICAS
Las vibraciones torácicas son un conjunto de procedimientos de fisioterapia respiratoria en los 
que, a través de un masaje oscilatorio aplicado sobre la parrilla costal, se pretende fluidificar 
las secreciones bronquiales para, como fin último, mantener la vía respiratoria sin obstáculos 
al paso del aire.
La fisioterapia respiratoria abarca un conjunto de procedimientos basados en la prevención 
y el tratamiento de todas aquellas alteraciones que afectan al sistema toracopulmonar. Estos 
procedimientos engloban una serie de técnicas activas y pasivas entre cuyos objetivos se 
encuentra la depuración de las vías aéreas, el mantenimiento de su permeabilidad al paso del 
aire y el fortalecimiento de la musculatura inspiratoria y espiratoria; es decir, la conservación 
del aparato respiratorio en perfecto estado físico para que la respiración se realice con éxito. 
Las técnicas activas son todas aquellas en las cuales el sujeto colabora en su realización. En las 
técnicas pasivas, sin embargo, el sujeto no realiza ninguna acción, es el fisioterapeuta quien 
ejecuta la técnica. Entre estas últimas se encuentra las vibraciones torácicas o el masaje de 
vibración costal, en las que el fisioterapeuta, mediante un masaje vibratorio aplicado a la parri-
lla costal, ejerce una fuerza oscilatoria para que se transmita a las secreciones o a la mucosidad 
que se halla retenida y adherida en el interior del aparato traqueobronquial.
EFECToS FISIológICoS
La vibración realizada sobre la parrilla costal puede disminuir la adherencia de las secreciones 
a las paredes bronquiales y aumentar el flujo espiratorio, así como mover las secreciones hacia 
la orofaringe (King et al, 1983; Webber et al, 1998). El aumento de la frecuencia vibratoria 
incrementará la frecuencia en el movimiento ciliar, y se producirá una disminución de la vis-
cosidad del moco, efecto que favorece su transporte y su posterior eliminación. En consecuen-
cia, se estimulará la tos espontánea y se incrementarán el volumen corriente y la ventilación en 
general (Kim et al, 1987).
McCarren et al (2006a) observaron que, tras el masaje de vibración torácica, el flujo espirato-
rio máximo de sujetos sanos se incrementaba en un 50%. En este estudio se determinó que el 
principal factor que provocaba la exhalación del aire era la fuerza de retracción pulmonar y que 
el efecto de la compresión contribuía en un 15% al éxito de la técnica y el de la vibración en un 
14%. Sin embargo, aceptaron que estos resultados están condicionados a la distensibilidad de la 
pared torácica, a la resistencia de la vía aérea y a la eficaz contracción de la musculatura espirato-
ria. Pero como nos proponen Kim et al (1987), para que un procedimiento de fisioterapia respi-
ratoria produzca un efecto que favorezca la eliminación de secreciones pulmonares debe existir 
una relación mayor de 1,1 entre el flujo espiratorio y el inspiratorio. Por ello, en el estudio de 
McCarren et al (2006a), dado que se partió de una capacidad inspiratoria máxima, esta relación 
fue muy débil, por lo que no se produjo ningún efecto sobre las secreciones bronquiales.
Las vibraciones torácicas no suelen utilizarse como técnicas aisladas sino combinadas con 
otros tratamientos de fisioterapia respiratoria. Este aspecto provoca que en el análisis de las 
evidencias científicas de estos procedimientos de vibroterapia exista cierta controversia en 
cuanto a su eficacia. Una revisión sistemática realizada en diferentes ensayos clínicos aleato-
rios en los que se realizó fisioterapia respiratoria a niños con bronquiolitis, consistente en 
vibraciones torácicas, percusión y posiciones de drenaje, concluyó que estos procedimientos 
no resultaban eficaces para disminuir la duración hospitalaria ni los requerimientos de oxí-
geno (Perrota et al, 2008). Por otro lado, un estudio realizado en Australia en el que se entre-
vistó a fisioterapeutas que trabajaban en hospitales públicos, manifestaba que la técnica de 
vibración era utilizada con éxito por estos profesionales, sobre todo en pacientes con fibrosis 
quística, bronquiectasias y trastornos respiratorios caracterizados por la acumulación de secre-
ciones y su uso se hacía relevante en las unidades de cuidados intensivos con pacientes intu-
bados y con respiración asistida (McCarren et al, 2003). El empleo de estos procedimientos de 
vibroterapia no era exclusivo, sino asociado con otras técnicas como el drenaje postural y el 
masaje de percusión.
En el estudio piloto de Doering et al (1999) se determinó la influencia del masaje de vibra-
ción en la función pulmonar en una población de individuos que habían sido sometidos a 
cirugía de tórax y que estaban recibiendo ventilación mecánica. En estos ensayos se comprobó 
que con el masaje de vibración se conseguía mejorar el mecanismo y la ventilación pulmonar, 
disminuyendo el desequilibrio ventilación-perfusión, al tiempo que se producía una mejora 
en la saturación de oxígeno.
METoDología DE aPlICaCIón
Los procedimientos de vibroterapia torácica pueden ser manuales o mediante aparatajes. Así, 
las vibraciones originadas por la mano del fisioterapeuta que se aplican sobre la parrilla costal 
son uno de los procedimientos más empleados en fisioterapia respiratoria. Como regla gene-
ral, la aplicación de las vibraciones torácicas debe ser perpendicular al área pulmonar que 
pretendemosdrenar, realizando una contracción isométrica de los músculos del antebrazo del 
fisioterapeuta, en caso de realizarse de forma manual (Antonello y Delplanque, 2002). Cuanto 
más aire exista en el interior de los pulmones peor se propagarán las ondas generadas por el 
masaje de vibración; por ello la técnica se realiza en fase espiratoria, momento en el que la 
densidad parenquimatosa aumenta y su práctica resultará más efectiva (Arcas et al, 2004). La 
técnica de vibroterapia debe comenzar al inicio de la espiración, aplicando cierta compresión 
a la pared torácica con un movimiento oscilatorio y continuar hasta el final de aquélla 
(Gregson et al, 2007). Esta maniobra se emplea junto con la tos o con la espiración forzada o 
«huff» del paciente porque de esta forma se aumenta el flujo espiratorio y se impulsan las 
secreciones a lo largo de las vías aéreas para que, finalmente, sean eliminadas por medio de la 
aspiración o de la tos (Van der Schans et al, 1999).
En cuanto a la aplicación con un aparato vibratorio, es necesario ajustar bien una serie de 
parámetros y conocer sus características técnicas para utilizarlo correctamente y evitar posibles 
efectos adversos.
A continuación pasamos a describir una serie de aspectos importantes de los procedimien-
tos de vibración torácica que redundan en su eficacia y en la prevención de complicaciones 
derivadas de una mala praxis:
1. Frecuencia oscilatoria. No existe una uniformidad de criterios en cuanto a la frecuencia
oscilatoria del masaje de vibración. Algunos autores determinan que la frecuencia vibrato-
ria puede oscilar entre 3 y 17 Hz (McCarren et al, 2006a); en cambio, otros afirman que
entre 8 y 11 Hz (Doering et al, 1999). Finalmente, en estudios recientes se emplea una fre-
cuencia fija de 8 vibraciones por segundo (Shannonet al, 2010). Además, King et al (1983)
determinan que, aplicando una oscilación comprendida entre 3 y 17 Hz, se consigue una
mejora de las cualidades reológicas del moco bronquial, por lo que se facilita su transporte.
Uno de los objetivos que se persigue con la aplicación de las vibraciones torácicas es entrar 
en resonancia con las agitaciones ciliares para así mejorar el transporte mucociliar y permi-
tir la movilización y eliminación de las secreciones bronquiales. La frecuencia normal de 
batido ciliar es distinta según las células ciliadas estén localizadas en las vías aéreas más 
proximales o más periféricas, variando de 10,3 ± 1 Hz a 14 ± 1,5 Hz (Rutland et al, 1982). Por 
esta razón, las frecuencias de vibración comprendidas entre estos parámetros, o incluso 
mayores, serían óptimas en la realización de la técnica porque simularían o aumentarían el 
barrido normal de los cilios. Por el contrario, no tiene sentido emplear frecuencias de vibra-
ción por debajo de éstas.
2. Presión aplicada. La presión aplicada sobre la parrilla costal del sujeto tampoco es una
variable que esté claramente definida científicamente. En un estudio en el que 30 fisiotera-
peutas realizaban masajes de vibración a un modelo anatómico observamos que la fuerza
compresiva variaba de unos a otros desde 27 a 172 N (Shannon et al, 2010). Sin embargo,
en otro estudio realizado en mujeres adultas sanas se empleó una fuerza de 74,4 ± 47,1 N
para provocar cambios en el volumen y flujo espiratorio (McCarren et al, 2006a). Otros
estudios emplean una fuerza entre 75 y 258 N en individuos adultos (Shannon et al, 2009)
o simplemente presiones tolerables por el paciente y que no resulten desagradables (McCa-
rren y Alison, 2006). En conclusión, y en relación con los estudios anteriormente mencio-
nados, podemos deducir que la fuerza aplicada sobre el tórax del paciente al realizar esta
maniobra respiratoria se modificará en función de las necesidades individuales de cada
paciente y de la experiencia propia de cada fisioterapeuta.
3. Tiempo de realización. Tampoco está establecido el tiempo de aplicación de la técnica para
que la vibración torácica resulte claramente efectiva. Existen investigaciones realizadas en
sujetos adultos en las que la aplicación es sólo de tres (Pattenshetty y Gaude, 2010), cuatro
(McCarren et al, 2006b) o seis (Wong et al, 2003) repeticiones en el tórax, haciéndolas
coincidir en los momentos espiratorios. Otros investigadores usan un tiempo total de rea-
lización de la técnica como, por ejemplo, 15 minutos (Doering et al, 1999) o menos tiempo
cuando la técnica se aplica en neonatos (Al-Alaiyan et al, 1996; Lanza et al, 2010), y la
duración de la vibración puede oscilar entre uno y 5 minutos.
4. Posición del paciente. En relación con la posición en la que debe colocarse el paciente para
que se realice el masaje de vibración, muchas investigaciones asocian la vibración a las
diferentes posiciones de drenaje pulmonar clásicamente detalladas en la literatura científica
(Antonello y Delplanque, 2002). Sin embargo, está demostrado que adoptar posiciones de
drenaje no logra una mayor efectividad en la realización de otras maniobras de fisioterapia
respiratoria (Hofmeyr et al, 1986). Además, la posición de Trendelenburg no se aconseja en
pacientes con problemas respiratorios (McIlwaine, 2007). Por ello, el decúbito lateral sobre
el lado sano (siempre que la afectación sea unilateral) dejando el pulmón más tendente a
la acumulación de secreciones arriba puede resultar una posición recomendable, pues al no
estar restringida la expansión del tórax por el plano de la camilla o cama, la inspiración
inicial que el paciente debe realizar no verá mermada su capacidad por un elemento ajeno
al propio proceso patológico. Así, por tanto, el flujo espiratorio final generado será mayor.
Flúter
El flúter es un dispositivo usado en fisioterapia respiratoria que ofrece la ventaja de poderse 
utilizar con niños pequeños. Su forma se asemeja a una pipa en cuyo interior se sitúa una bola 
de tal manera que cuando el paciente espira se produce una oscilación del flujo aéreo. Estas 
oscilaciones y los cambios de presión derivados de ellas se transmiten al interior de las vías 
aéreas y se cree que son las responsables de provocar una mejora en las cualidades de las secre-
ciones, de tal modo que la mucosidad retenida en las vías aéreas se hace más líquida (App et al, 
1998), al tiempo que aumenta el diámetro de los bronquiolos periféricos (Brooks et al, 2002).
La efectividad del flúter se debe a la génesis de cuatro efectos principales: la presión positiva 
espiratoria originada al soplar por el dispositivo, la espiración forzada o técnica de «huff» 
realizada por el sujeto, las oscilaciones de flujo aéreo que origina el aparato transmitiendo una 
fuerza de vibración a las vías aéreas y la modificación de la viscoelasticidad del moco bron-
quial, lo que facilita su movilización (Alves et al, 2008). El empleo del flúter aumenta la expec-
toración diaria de los pacientes y disminuye los síntomas relacionados con la acumulación de 
secreciones en el árbol traqueobronquial (Nakamura y Kawakami, 1996).
La técnica de espiración forzada o «huff», realizada a bajo flujo espiratorio y con poco 
volumen pulmonar, previene la compresión excesiva de la vía aérea y moviliza el moco locali-
zado en las vías respiratorias más periféricas. Sin embargo, cuando el flujo y el volumen son 
elevados, el efecto se produce en las vías respiratorias más proximales (Wagener y Hadley, 
2003; Prior, 1999). Este principio también se debe aplicar a la técnica realizada con el flúter. 
Las frecuencias oscilatorias generadas en el flúter no sólo dependen del flujo de aire que el 
paciente infiera en el aparato sino también del ángulo con el que sea usado el instrumento 
(App et al, 1998). Existen estudios que determinan cuál es la angulación ideal y el flujo óptimo 
para la correcta utilización del dispositivo en individuos con la capacidad pulmonar dismi-
nuida (Brooks et al, 2002; Valente et al, 2004; Alves et al, 2008). Lo ideal para estos sujetos es 
generar una frecuencia óptima de vibración comprendida entre 11 y 15 Hz para movilizar el 
moco bronquial con elmenor flujo espiratorio (King et al, 1983). Así, existen evidencias cien-
tíficas que corroboran que, cuando el flúter se coloca entre 0 y 30-40° con respecto a la hori-
zontal, este propósito se consigue al tiempo que se promueve un mayor tiempo espiratorio que 
con otras angulaciones (Brooks et al, 2002; Alves et al, 2008).
VIbrACIOneS de CUerPO COMPLeTO: PLATAFOrMAS 
VIbrATOrIAS
Los primeros estudios sobre los efectos de las vibraciones sobre el cuerpo humano se iniciaron 
alrededor del año 1950. Estas investigaciones diferenciaban entre la afectación total del cuerpo 
o el daño en brazo-mano. Años más tarde, y basándose en la elaboración de estudios sobre los
efectos perjudiciales de las vibraciones, las organizaciones profesionales toman interés y legis-
lan sobre ellas. Por ello al hablar de vibración tenemos connotaciones negativas en el ámbito
de la medicina laboral (Seidel y Griffin, 1998).
Por otro lado, el creciente interés por modos alternativos de tratamiento y el cambio de 
perspectiva llevado a cabo en la década de 1980, tras la evaluación de los efectos nocivos de las 
vibraciones, se conciben las vibraciones como medida terapéutica. Esto incluye, entre otros, los 
primeros estudios en animales (Ariizumi y Okada, 1983, 1985). Existen evidencias científicas 
que avalan un aumento de la densidad ósea, de hasta un 30%, en animales tras la aplicación 
de las vibraciones de más de 30 minutos (Rubin et al, 2001). Así, actualmente, la vibroterapia 
se relaciona con efectos positivos en el área del ejercicio físico y de la recuperación funcional 
(Marín y Jiménez, 2007). De ahí que cada vez se estén generando más investigaciones en este 
ámbito de la salud y en el deporte, incluyendo estudios en seres humanos, como se ejemplifica 
en numerosas publicaciones que comentaremos posteriormente.
La aplicación y utilización de estímulos vibratorios con un fin terapéutico y de mejora en 
las cualidades físicas es conocida con varios nombres, entre las que destaca la de Vibraciones de 
Cuerpo Completo (VCC), proveniente del término inglés: Whole Body Vibration (WBV). Tam-
bién existen otras como estimulación neuromuscular mecánica (ENM/NEMES) y estimulación 
muscular biomecánica (EMB/BMS). La diferente denominación proviene mayoritariamente 
del modo y del área de aplicación. Por lo tanto, nosotros proponemos que al emplearse el 
estímulo vibratorio en todo el cuerpo es más apropiado emplear el término de VCC a los 
procedimientos de aplicación de vibraciones por medio de plataformas vibratorias.
Las aplicaciones e indicaciones de las VCC son muy diversas y variadas, y se emplean en el 
ámbito del deporte, la estética y la salud. En la actualidad, existe un bombardeo constante de 
publicidad que nos habla de estos aparatos y de que logran resultados espectaculares. Tal ha sido 
la expansión de este implemento que estimamos será considerado, a corto plazo, un aparato 
indispensable en cualquier centro deportivo y de recuperación funcional y, gracias a las pla-
taformas no profesionales, también será un equipo de entrenamiento personal de uso 
doméstico.
En este capítulo esclareceremos las funciones y efectos que producen las plataformas vibra-
torias, así como los tipos de vibraciones que generan y la metodología de aplicación para la 
confección de un programa de trabajo específico. Todo lo expuesto está bajo una óptica cien-
tífica y en aras a la necesidad de conocimiento y familiarización con las VCC, a fin de que el 
fisioterapeuta obtenga el mayor rendimiento de esta herramienta mecánica y cubra las necesi-
dades y/o expectativas del paciente/cliente, aplicándola en exclusiva o combinada con otras 
terapias.
Comenzaremos con un repaso histórico de los inicios del entrenamiento vibratorio con 
plataformas vibratorias. Así, los efectos curativos de los estímulos vibratorios se conocen desde 
el siglo xix, a través de Granville en 1881 (Issurin, 1994). En 1895, Kellogg desarrolló una silla 
que producía vibraciones en los pies para generar analgesia. Posteriormente, en 1912, Arnold 
Snow escribió un tratado sobre los usos terapéuticos de las vibraciones. No obstante, fue el 
Dr. Nazarov, junto con sus colaboradores, quienes comenzaron su aplicación e investigación 
en el ámbito deportivo en la década de 1940, como podemos ver en la figura 1 (Marín y 
Jiménez, 2007; Gonzalo, 2008).
El Dr. Nazarov, antiguo gimnasta y pionero del sistema, decidió presentar su invento en 
Alemania a principios de la década de 1970. Es a partir de este momento cuando se empeza-
ron a desarrollar multitud de estudios científicos para corroborar los sorprendentes resultados. 
Así, el entrenamiento con vibraciones, como lo conceptuamos en la actualidad, se inició 
durante la década de 1980, con un grupo de científicos rusos que desarrollaron un programa 
para entrenar a los astronautas, con dos objetivos específicos: contrarrestar las degeneraciones 
osteomusculares provocadas por las estancias en ambientes de baja gravedad y preparar física-
mente a deportistas de alto rendimiento, como gimnastas (Gonzalo, 2008).
Entre los procedimientos de vibroterapia podemos diferenciar aquellos que realizan ejerci-
cios con estimulación vibratoria sobreimpuesta, más empleados en fisioterapia-
rehabilitación y reeducación funcional (fig. 2). En esta modalidad encontramos en el 
mercado algunos aparatos diseñados casi exclusivamente para el tratamiento de las 
extremidades superiores, que posibilitan variar la carga de trabajo y la realización de 
diferentes ejercicios. Por otro lado, se encuentran los procedimientos que efectúan las 
tareas motrices bajo VCC (Cardinale y Lim, 2003ª; Issurin, 2005). Existen diferentes tipos 
de plataformas para el trabajo de VCC. Ejemplo de ello son los equipos de vibraciones 
expresamente diseñados para trabajar con pacientes neurológicos, que no pueden 
mantener la bipedestación y que posibilitan aplicar distintos grados de carga, similar al 
plano inclinado clásico.
FIGUrA 1 Rodillo para generar vibraciones 
aplicadas al entrenamiento deportivo. 
Entrenaminento con VCC usando el método 
Nazarov. Extraído de Kunnemeyer y 
Schmidtbleicher, 1997.
FIGUrA 2 Diferentes elementos que desarrollan diversos tipos de vibración sobreimpuesta.
FUnDaMEnToS FíSICoS DE laS VIbraCIonES DE CUErPo CoMPlETo: 
hIPErgraVEDaD
Los viajes espaciales han demostrado que el organismo humano, expuesto durante un largo 
período de tiempo a la ausencia de la fuerza de la gravedad, sufre profundas modificaciones 
en músculos y huesos. Este hallazgo propugna que, si se induce un descenso de la gravedad, 
denominado microgravedad, se producirá una disminución, tanto en la masa como en la 
fuerza muscular. Por el contrario, si se aumenta la carga gravitacional, o hipergravedad, se 
aumentarán la masa y la fuerza muscular (Bosco et al, 2001).
Esta última situación de hipergravedad se usa habitualmente en el entrenamiento físico con 
el fin de aumentar la fuerza y la potencia muscular. Se ha demostrado que este tipo de ejerci-
cios producen respuestas adaptativas específicas en los músculos esqueléticos, porque éstos 
son un tejido especializado que modifica su capacidad funcional global en respuesta a estímu-
los diversos. Además, las respuestas adaptativas conllevan cambios neurales y morfológicos, 
siendo los neurales los primeros en producirse y originando un aumento de fuerza (Bosco 
et al, 1999a; Da Silva et al, 2006a).
La situación hipergravitatoria producida por los procedimientos de vibroterapia se debe a 
las altas aceleraciones provocadas por la aceleración impuesta por la vibración. Se ha descrito 
que la carga gravitacional en VCC puede llegar hasta los 14G; es decir, catorce veces la gravedad 
terrestre (Issurin et al, 1994; Bosco et al. 1998, 1999b, 2000, 2001; Issurin y Tenenbaun, 
1999; Torvinen et al, 2002a; Cardinale y Bosco 2003). En la tabla 1 podemos observar las 
acelera-ciones y el número de contracciones producidas a distintas frecuencias sobre una 
plataforma vibratoria (Padullés, 2001).EFECToS FISIológICoS DE laS VIbraCIonES DE CUErPo CoMPlETo
Actualmente, los mecanismos neurofisiológicos asociados a las mejoras en fuerza, flexibilidad, 
etc., derivados del empleo de la VCC, no están del todo claros. Existen evidencias científicas 
que constatan que el estímulo vibratorio ocasiona un aumento de los potenciales motores en 
el músculo estimulado (efecto facilitador), y un descenso de esos mismos potenciales en el 
músculo antagonista (efecto inhibidor). También se ha observado un aumento de la actividad 
electromiográfica, un incremento de la máxima contracción voluntaria isométrica y concén-
trica, y un aumento de la potencia muscular (Delecluse et al, 2003; Ronnestad, 2004). En 
definitiva, parece originarse una amortiguación a través de los componentes tendinosos, mus-
culares y óseos. Mediante una «estrategia de afinamiento» en la actividad muscular, dicha 
amortiguación se produce para reducir las vibraciones aportadas por las plataformas vibrato-
rias. Esto origina unos cambios rápidos y cortos en la longitud del complejo miotendinoso, lo 
que provoca una actividad refleja muscular que se manifiesta en un incremento de la actividad 
mioeléctrica, parecida a las contracciones voluntarias, pero de tipo sincrónica, denominada 
reflejo tónico vibratorio (Cardinale y Bosco, 2003).
El reflejo tónico vibratorio puede definirse como un reflejo parecido al miotático y que se 
activa al someter a continuas vibraciones al huso neuromuscular, que cambian su longitud. El 
huso neuromuscular reacciona provocando una gran cantidad de contracciones como meca-
nismo de defensa o protección, e inhibiendo la musculatura antagonista.
A continuación describiremos las principales evidencias científicas en relación con los efec-
tos fisiológicos derivados de las aplicaciones de los procedimientos de VCC.
efectos sobre la fuerza y la potencia muscular
La fuerza es la capacidad física objeto del mayor número de estudios realizados con la aplica-
ción de las VCC y sus efectos positivos se han evidenciado en numerosas investigaciones. Así, 
Bosco et al (1999b) confirmaron un aumento de fuerza del 200%, medido a través de elec-
tromiograma (EMG), respecto al estado de reposo. Además, se observa un incremento de la 
fuerza máxima isotónica de flexión de brazos en un 49,8% con vibraciones, frente a un 16% 
por medio del entrenamiento convencional; en un período de 3 semanas, con tres sesiones por 
semana (Issurin et al, 1994). Torvinen et al (2002a) concluyeron que se produce una am-
pliación de la fuerza isométrica del 3,5% de la fuerza máxima de extensión de piernas de ca-
rácter isométrico, en 2 meses. Delecluse et al (2003) registran que después de un tratamiento 
vibratorio realizado respetando los siguientes parámetros: intensidad y duración de las sesio-
nes progresivamente (al principio 3 minutos hasta llegar a 20 minutos al final del período de 
entrenamiento), frecuencia entre 35 y 40 Hz, con tres sesiones de entrenamientos por semana 
y una duración total de 12 semanas, se produce un aumento significativo tanto de la fuerza 
isométrica como de la dinámica de las extremidades inferiores igual al 16,6 y al 9,0%, respec-
tivamente. Poston et al (2007) obtienen resultados similares en la producción de potencia 
muscular, pero en los miembros superiores. Incluso Runge et al (2000) refieren un aumento 
del 18% de la potencia de las extremidades inferiores en una población anciana, investigación 
que abordaremos con más detalle posteriormente. Otros autores, como Cardinale y Lim 
(2003a), proponen una mejora de la capacidad de salto vertical. Por ejemplo, de un 8,5% 
después de 4 meses de entrenamiento con VCC, realizado sobre un grupo de adultos no atletas 
(Torvinen et al, 2002b). Bosco et al (1998) refieren que un entrenamiento de 10 días de dura-
ción constituido por la administración de vibraciones sinusoidales de una frecuencia de 26 Hz, 
en razón de cinco series diarias de 90 minutos de duración cada una, causan un significativo 
incremento de la producción de potencia mecánica durante la ejercitación de saltos continuos 
Tabla 1 Aceleraciones y número de contracciones producidas a distintas 
frecuencias sobre una plataforma de vibraciones (Padullés, 2001)
N.° Contracciones
FREC. 
(Hz)
AMPL. 
(MM) ACEL. (m/s2) ACEL. (G) 15 SEG 30 SEG 45 SEG 1 MIN
10 4 7,89 0,80 150 300 450 600
15 4 17,75 1,81 225 450 675 900
20 4 31,55 3,22 300 600 900 1.200
25 4 49,30 5,03 375 750 1.125 1.500
30 4 70,99 7,24 450 900 1.350 1.800
35 4 96,62 9,86 525 1.050 1.575 2.100
40 4 126,20 12,88 600 1.200 1.800 2.400
45 4 159,73 16,30 675 1.350 2.025 2.700
50 4 197,19 20,12 750 1.500 2.250 3.000
de 5 segundos de duración. El aumento de la fuerza/velocidad y la potencia/velocidad de la 
extensión de piernas se ve incrementada en un 15% (Bosco et al, 1998). Parámetros relaciona-
dos con la velocidad en carreras de corta distancia, como son los tests de resistencia a la fuerza 
explosiva y la amplitud de zancada, también se ven mejorados (Paradisis y Zacharogiannis, 
2007). La fundamentación del incremento de fuerza o de potencia muscular mediante VCC es 
consecuencia de una selectividad de reclutamiento debida al hecho de que el reflejo tónico 
vibrátil se transmite gracias a la activación de las fibras aferentes, que son responsables, a través 
de las neuronas motoras, principalmente de la activación de las fibras musculares de tipo II 
(Hagbarth, 1967). Así, durante el ejercicio físico con VCC, el cuerpo sufre unas importantísi-
mas estimulaciones de aceleración, por ejemplo: a una frecuencia de 30 Hz con una amplitud 
de oscilación de 5 mm, se está sometido a una aceleración igual a 18G, o 18 veces la acelera-
ción de gravedad (Rittweger et al, 2001), mientras que en una ejercitación clásica de pliometría 
como es el «drop jump» (salto precedido de una caída hacia abajo), la aceleración desarrollada 
resulta igual a sólo 5G. En conclusión, podemos afirmar que existe un gran potencial de efica-
cia del ejercicio físico con VCC. Como muestra, pensemos que 10 minutos de ejercicio físico 
con VCC durante los cuales se está sometido a una aceleración de 17G corresponden a la 
misma carga física de aceleración que se desarrollaría efectuando 40 sesiones de entrenamiento 
con 200 «drop jumps» cayendo desde una altura de 100 cm (Bosco et al, 2000).
Como vemos, el ejercicio físico con VCC es una forma ideal de trabajar y mejorar cualquier 
manifestación de la fuerza, tanto en el ámbito de la fisioterapia-rehabilitación en pacientes 
como en la prevención de lesiones en personas sin patología aparente. Un aspecto especial-
mente interesante es la mejora de la fuerza en deportistas. En el ámbito de la fisioterapia 
estética, plástica y reparadora se ha extendido su empleo para la mejora del tono muscular y la 
eliminación de las flacideces. Sin embargo, no queremos dejar de insistir en que la programa-
ción del entrenamiento con VCC debe ser individual y personalizando al máximo por parte de 
un profesional experto. Estimamos que la VCC es una herramienta más, un complemento del 
tratamiento o entrenamiento, no la base de éste.
efectos sobre la flexibilidad
Las investigaciones sobre los efectos de la vibroterapia en la amplitud del movimiento articu-
lar se han realizado con diferentes sistemas de vibración: puntuales (Sands et al, 2006; Kinser 
et al, 2008), con poleas (Issurin et al, 1994), plataformas de vibraciones verticales (Cardina-
le et al, 2003a; Van den Tillaar, 2006) y plataformas de vibraciones oscilatorias (Cochrane y 
Stannard, 2005; Schuhfried et al, 2005). Existen diferentes teorías que sustentan los hallaz-
gos clínicos. La primera consiste en que la adaptación de los nociceptores aumenta progresi-
vamente el umbral del dolor. Una segunda teoría postula la influencia del aumento de 
temperatura y los efectos tixotrópicos en los incrementos de extensibilidad (Porta et al, 
2003). Se han testado diversos estratos poblacionales obteniendo resultados positivos en la 
flexibilidad isquiosural enmujeres entrenadas (Fagnani et al, 2006), en estudiantes de acti-
vidad física (Van den Tillaar, 2006) y en sujetos con una gran movilidad articular, como 
gimnastas (Sands et al, 2006), sin que parezca que afecte negativamente a la producción de 
fuerza y potencia muscular (Kinser et al, 2008). Otro criterio de investigación ha sido la 
región anatómica o la unidad funcional examinada. Así, la abducción del tren inferior regis-
tró un aumento de 14,5 cm con entrenamiento de vibraciones, frente a 4,1 cm mediante 
entrenamiento convencional; en un período de 3 semanas, con tres sesiones por semana 
(Issurin et al, 1994). Cardinale et al (2003a) observaron mejoras en la elasticidad de los 
músculos flexores de la rodilla aplicando VCC durante 5 minutos con una frecuencia de 
20 Hz. Cochrane y Stannard (2005) aplicaron vibraciones con 26 Hz y 6 mm de amplitud y 
observaron mejoras de un 8,2% en el test de «sit-and-reach» en jugadores de hockey de élite. 
Van den Tillaar (2006) encuentra incrementos de hasta un 30% de flexibilidad en los isquio-
surales de estudiantes a los que se les aplicó VCC con 10 mm de amplitud y 28 Hz de frecuen-
cia, en seis series de 30 segundos.
Como conclusión, podemos conseguir unas mejoras de la flexibilidad con la aplicación de 
VCC, incluso con pacientes «muy rígidos». Sin embargo, es importante realizar posiciona-
mientos correctos de los sujetos; esto es, en ángulos articulares que no resulten lesivos para la 
salud, porque la plataforma puede potenciar el efecto nocivo de la mala postura.
efectos sobre el sistema endocrino
Otros beneficios fisiológicos pueden proceder del aumento de la producción de hormonas 
anabólicas, fundamentalmente hormona de crecimiento (GH) y testosterona, con una posible 
reducción de la concentración de la hormona catabólica cortisol. Así, Bosco et al (2000) obtu-
vieron cambios hormonales, respecto a la situación de reposo, tras 10 minutos de exposición 
al entrenamiento vibratorio, con aumentos del 460% de GH y del 7% de testosterona y una 
disminución del 32% de cortisol. También Goto y Takamatsu (2005) registraron incrementos 
moderados de las hormonas adrenalina y noradrenalina, mientras que la GH y el glicerol 
mantenían sus niveles iniciales. Estos beneficios no se presentan siempre de la misma forma, 
por lo que es necesario profundizar en cómo se debe planificar el procedimiento para producir 
esta serie de adaptaciones hormonales, porque, en su estudio, Cardinale et al (2006) no obtu-
vieron modificaciones en la respuesta del sistema endocrino tras diferentes protocolos de 
vibraciones en jóvenes deportistas.
Como conclusión, parece ser que al aplicarse los parámetros establecidos en el entrena-
miento con plataformas de VCC se pueden conseguir valores hormonales secundarios a la 
respuesta muscular provocada por el entrenamiento. Esto mejoraría el anabolismo, en diferen-
tes tejidos, acelerando la adaptación al entrenamiento intenso y la recuperación en cualquier 
tipo de lesión. Por el contrario, de no respetarse los parámetros aconsejados en el entrena-
miento con plataformas vibratorias, se consigue el efecto contrario y no deseado.
efectos sobre el sistema neuromuscular
Durante una sesión de VCC el modelo propioceptivo neural es muy estimulado, incremen-
tando la fuerza que se registra después de un período de entrenamiento. Este aumento de la 
fuerza es atribuible, sobre todo en el primer período, cuando todavía no se ha manifestado 
ningún fenómeno hipertrófico, a una optimización del mecanismo de feedback propioceptivo. 
El aumento transitorio de la fuerza de contracción y de la producción de potencia muscular 
después de haberse sometido a vibración podría basarse en los mismos mecanismos de facili-
tación neural (Delecluse et al, 2003). Además, algunos estudios demostrarían cómo la VCC 
puede mejorar la capacidad de fuerza explosiva gracias a una mayor sincronización de las 
unidades motoras interesadas en el movimiento. Incluso, se produce una mejoría de la coor-
dinación de los músculos sinérgicos, junto con un aumento de la inhibición de los músculos 
antagonistas (Bosco et al, 2000). No obstante, cabe recordar cómo algunos autores refieren 
que el efecto de potenciación del gesto inducido por las vibraciones puede ser de tipo transi-
torio y se frustre en el arco de unos 60 minutos después de la administración de éstas (Torvi-
nen et al, 2002b; Delecluse et al, 2003). Esta transitoriedad de la potenciación provocada por 
las vibraciones se puede explicar por el hecho de que el reflejo tónico vibrátil induce una sus-
tancial, pero temporal, mejora del uso del reflejo miotático de elongación (Delecluse et al, 
2003). De todas formas, es importante remarcar que, más allá de este particular aspecto, la 
actividad física con VCC efectuada de manera racional y sistemática puede inducir positivas y 
duraderas adaptaciones neuromusculares (Bosco et al, 1999). La mayor parte de las personas 
son incapaces de alcanzar una activación voluntaria completa de los músculos, en parte como 
consecuencia de estímulos corticoespinales poco eficaces (Kramer y Häkkinen, 2006). Numero-
sos estudios han registrado un aumento de la activación muscular tras la utilización de vibracio-
nes, tanto en ejercicios del tren inferior como de las extremidades superiores (Cardinale y Lim, 
2003b; Roelants et al, 2006; Abercromby et al, 2007). Por ello, la vibración mecánica puede 
ser un medio interesante para incrementar la intensidad de los entrenamientos (Marín y 
Jiménez, 2007; Gonzalo, 2008). Bosco et al (1998) estudiaron a dos grupos de sujetos activos 
y practicantes de balonmano, con el fin de estudiar los efectos de las VCC. Tras 10 días de 
aplicación de vibraciones con una duración de 10 minutos por día se observaron cambios 
significativos en la potencia de salto, en saltos reactivos continuos en 5 segundos. Posterior-
mente, se han publicado dos estudios en los que se postula que el efecto de las VCC es también 
inmediato después de una sola sesión, lo que se denomina efecto agudo (Bosco et al, 1999a y 
1999b). Como explicación de este efecto agudo podemos confirmar el aumento de los poten-
ciales motores junto con el incremento de la frecuencia de la señal electromiográfica, tras una 
aplicación de VCC, lo que indica un estado de excitabilidad notable de la corteza motora. La 
consecuencia de todo ello es que la aplicación del estímulo vibratorio produce un estado de 
mayor eficiencia neuromuscular, que permite aumentar el rendimiento en los movimientos 
voluntarios.
efectos sobre el sistema óseo
Existen estudios como el de Bisciotti (2005) que analiza la aplicación de la VCC sobre la osteo-
porosis. Se sabe que la estimulación mecánica fisiológica que produce el ejercicio físico intenso 
es especialmente útil tanto al limitar la pérdida de masa ósea como al estimular su incremento. La 
VCC permite una estimulación intensa del aparato musculoesquelético, sin necesitar un alto 
grado de dedicación por parte del paciente, lo que da como resultado una estrategia de inter-
vención especialmente adecuada en el caso del paciente osteoporótico. Este aspecto ha sido 
documentado de forma experimental en estudios con ratas (Flieger et al, 1998). También exis-
ten evidencias científicas que analizan estos beneficios y que requieren estudios con una dura-
ción media de 6-12 meses, que han llegado a la conclusión de que la actividad física sobre 
plataformas vibratorias produce incrementos significativos en la densidad mineral ósea (DMO) 
o una disminución acusada de la pérdida habitual de DMO atribuible a la edad, tanto en el
cuello del fémur como en el raquis lumbar (Verschueren et al, 2004; Iwamoto et al, 2005; Gusi
et al, 2006). Por ello, consideramos que la VCC es capaz de favorecer un aumento de la DMO
y puede constituir un medio terapéutico de elección en geriatría y gerontología en el ámbito de
las terapias aptas para el cuidado y la prevención de la osteoporosis. En cuanto a la dosificación de
los procedimientos de VCC conel fin de actuar sobre el sistema óseo existen diferentes estudios.
Uno de los primeros, realizado en ovejas «viejas» por Rubin et al (2001a), propone los siguien-
tes parámetros: 12 meses, cinco veces a la semana, 20 minutos al día, 30 Hz, aceleración pico
0,3G y una amplitud de 0,1 mm. Se consiguieron mejoras en la densidad ósea (+6,5%), el
volumen óseo total (+32%), la tasa de formación ósea (+113%), la densidad trabecular
(+34,2%), el número trabecular (+45%) y la superficie mineralizada (+144%). Otro estudio
fue el realizado en mujeres posmenopáusicas por Verschueren et al (2004), sobre los cambios
de DMO en la cadera. Compararon tres grupos: uno con entrenamientos de fuerza, uno de con-
trol y otro con VCC, con los siguientes parámetros: tres sesiones de 30 minutos de máximo, con
calentamiento y vuelta a la calma, amplitud de 2,5 mm, frecuencia a 35-40 Hz, 2,28 y 5,9G de
aceleración y durante 6 meses. Los resultados mostraron unos valores medios; el grupo control
mantuvo la pérdida de DMO; el grupo de entrenamiento con fuerza redujo ligeramente esta
pérdida y el entrenamiento con VCC aumentó la DMO. Los resultados positivos descritos en
estudios sobre animales fueron llevados a cabo con muy baja magnitud (0,3 mm) y a una alta
frecuencia 30 Hz (Rubin et al, 2001a, 2001b, 2002a, 2002b). Parece ser que el efecto anabólico
sobre el hueso trabecular lo causan los estímulos mecánicos de baja magnitud (0,2-0,3 mm) y
de alta frecuencia (50-60 Hz). No está claro por qué razón la alta frecuencia provoca esos bene-
ficios, pero según Rubin et al (2002b) la respuesta del hueso puede no resultar de su deforma-
ción sino de los efectos derivados de la señal de alta frecuencia, como el «estrés de cizallamiento»
causado durante las contracciones voluntarias en la actividad deportiva. Este hecho nos permite
plantear estos procedimientos como una forma ideal de prevenir la osteoporosis en fases inicia-
les (osteopenia) en pacientes de mediana edad, mientras se produce, además, una mejora de la
masa muscular debida al trabajo muscular reflejo existente.
efectos sobre el sistema cardiovascular
Rittweger et al (2001) estudiaron el consumo de oxígeno durante el último minuto de ejercicio 
en seis condiciones distintas: bipedestación sobre una plataforma vibratoria, sentadillas y sen-
tadillas con carga. Todas ellas sin y con VCC. Concluyeron que, si bien son ejercicios progresi-
vos en intensidad, al sumarle las VCC se aumentaba el consumo de oxígeno y, por ende, la 
potencia metabólica. Se crea más eficiencia muscular para captar oxígeno. Sin embargo, los 
autores comentan que este tratamiento con vibraciones precisa un nivel de metabolismo ener-
gético comparable al de un paseo moderado. Por ello, el tratamiento con VCC parece ser una 
forma magnífica de mejorar la resistencia muscular analítica, y puede ser muy útil en deportis-
tas que deseen mejorar algún grupo muscular específico o en personas que deseen mejorar la 
circulación local de cierta zona del cuerpo.
efectos sobre el equilibrio
Hay evidencias científicas que avalan que el ejercicio físico continuado sobre una plataforma 
vibratoria contribuye a mejorar del equilibrio estático, el control postural, la capacidad para 
caminar y otros tests específicos de competencia motriz (p. ej., el test de levantarse de una silla, 
etc.), sobre todo en población adulta y mayor (Gusi et al, 2006; Kawanabe et al, 2007). Así, los 
procedimientos de vibroterapia pueden mejorar aspectos propioceptivos y componentes espe-
cíficos neuronales (Bosco et al, 2000). Este hecho redunda en una mayor capacidad postural 
(Polónyová et al, 2001). El equilibrio de un individuo puede entrenarse mediante las VCC 
porque estos procedimientos tienen la facultad de estimular la propiocepción y de provocar 
efectos duraderos sobre la postura en adultos sanos (Delecluse et al, 2003; Tous y Moras, 2004; 
Verschueren et al, 2004). Así, en sujetos adultos mayores se encontraron mejoras de un 7% del 
equilibrio (Bruyere et al, 2005). El empleo de VCC puede usarse como entrenamiento adicio-
nal para mejorar el equilibrio en atletas y en personas sedentarias, ya que la estimulación de 
los propioceptores plantares a una frecuencia ideal conlleva una menor oscilación del centro 
de masa y, con ello, una mejora de la postura.
efectos sobre la composición corporal
Existen estudios sobre animales en los que el entrenamiento con VCC produce cambios en la 
acumulación de grasa y en los niveles séricos de leptina (Maddalozzo et al, 2008). Sin embargo, 
no tenemos suficiente evidencia científica de que la VCC, como medio exclusivo de entrena-
miento, genere pérdida del tejido adiposo en humanos. No obstante, las mejoras en fuerza 
muscular y capacidad funcional antes señaladas, así como el refuerzo o el mantenimiento de 
la masa muscular, sugieren que el uso de las plataformas vibratorias puede ser un gran aliado 
para complementar programas de entrenamiento físico enfocados a la modificación de la 
composición corporal, puesto que puede ayudar en el incremento del ritmo metabólico basal, 
así como en la capacidad de mantener intensidades de entrenamiento más elevadas durante 
más tiempo. Además, existen estudios en los que se puede observar cómo la realización de 
ejercicios sobre la plataforma incrementa el consumo energético requerido respecto a esos 
mismos ejercicios ejecutados sin estímulo vibratorio (Garatachea et al, 2007). Por el contrario, 
en estudios como el de Roelants et al (2004a), en el que se analiza el efecto de 24 meses de 
VCC sobre la composición corporal en comparación con un entrenamiento tradicional de 
musculación, no se encontraron cambios significativos en el porcentaje de grasa, ni tampoco 
en el sumatorio de pliegues en ninguno de los grupos. Sin embargo, la masa libre de grasa 
aumentó significativamente (2,2%) en el grupo de estudio con entrenamiento de VCC. Auto-
res como Rubin e Investigadores de la Universidad de Stony Brook, el laboratorio de Spring 
Harbor y el Centro de Maine para la Osteoporosis han realizado un interesante estudio sobre 
adelgazamiento provocado por vibraciones. Colocaron sobre una plataforma vibratoria a 
varios roedores durante 15 minutos diarios, y después de 15 semanas, pudieron comprobar 
que habían adelgazado, que presentaban un 27% menos de grasa, y que tenían más músculo 
y hueso que el grupo de control. La vibración era casi imperceptible. Al parecer, las vibraciones 
«engañan» a las células madre y les hacen generar células de hueso o músculo en vez de grasas 
(bone marrow stem cells). El hallazgo parte de investigaciones relativas a vuelos espaciales tripu-
lados, en las que se intentaba paliar la pérdida de hueso provocada por la falta de gravedad. 
Aunque quizás este estudio podría servir en el futuro de base para un tratamiento contra la 
obesidad y la diabetes tipo 2, surgen muchas preguntas y puntos oscuros, como reconoce el 
propio director del equipo de investigación.
Como aplicación práctica, parece que el uso de la VCC no conlleva en sí mismo una dismi-
nución del porcentaje graso, en comparación con otro ejercicio cardiovascular, pero sí es una 
buena forma de aumentar la masa magra, mejorar el aspecto general de la persona y elevar el 
metabolismo basal, consiguiendo a largo plazo una mejora duradera de la composición cor-
poral. Con respecto a las aplicaciones de VCC en el ámbito estético y más concretamente en 
relación con la lipodistrofia o celulitis, hay que tener en cuenta varios aspectos. Las vibracio-
nes transmitidas al cuerpo crean, entre otros, un proceso de combustión de grasas (lipólisis) y 
de drenaje que permite evacuar los desechos adiposos. Las plataformas vibratorias basculantes 
actúan directamente sobre la celulitis «sacudiéndola».
efectos sobre la recuperación y el dolor muscular postejercicio
Aunque no conocemos con exactitud el mecanismo que lo explica, clínicamente observamos 
que la aplicación de una estimulación vibratoria a 50 Hz antes de un esfuerzo físico excéntrico 
reduce la apariciónde marcadores séricos de daño muscular y se reduce la percepción de dolor 
por parte del sujeto (Bakhtiary et al, 2007). Rhea et al (2008) analizaron la eficacia de la VCC 
mediante ejercicios de estiramiento y masaje para la recuperación o la regeneración muscular 
tras entrenamientos intensos, registrando descensos de la percepción del dolor muscular post-
ejercicio considerables (22-61%). Un aspecto importante de las vibraciones es el efecto 
miorrelajante inducido por éstas cuando se administran a ciertas frecuencias concretas, entre 
los 18 y los 20 Hz (Rittweger et al, 2003). Este aspecto puede ser de gran importancia con el fin 
de optimizar y/o complementar los protocolos de fisioterapia, recuperación funcional y pro-
gramas de trabajo basados en técnicas de estiramiento, como en el caso de la lumbalgia 
(Rittweger et al, 2002b).
efectos sobre pacientes con alteraciones neurológicas centrales
La VCC se está aplicando principalmente como herramienta terapéutica para la mejora de 
trastornos posturales porque se ha demostrado que favorece la percepción somatosensorial 
vibratoria a frecuencias que varían entre los 5 y los 30 Hz. Así, la VCC es una estimulación 
somestésica y sensorial profunda que tiene como blanco las fibras nerviosas aferentes tipos Ia 
y II o husos neuromusculares, de los grupos musculares de mayor longitud junto a las fibras 
nerviosas aferentes de la planta del pie. En pacientes con accidentes cerebrovasculares (ACV) y 
en un corto plazo se observó una disminución de la velocidad del desplazamiento del centro 
de presión en el sentido anteroposterior, lo cual se interpreta como el recentrado y estabiliza-
ción del centro de gravedad (Van Nes et al, 2004). Autores como Tihanyi et al (2007) describen 
que en sujetos con secuelas de ACV, el uso de VCC aumenta transitoriamente la fuerza muscu-
lar de las extremidades inferiores, evaluada en el músculo cuádriceps, mostrando también una 
interesante reducción de la cocontracción del bíceps femoral (responsable de la espasticidad) 
durante el trabajo físico isométrico y excéntrico. A largo plazo, Van den Tillaar (2006) des-
cribe, en un grupo de 53 pacientes con discapacidad de moderada a grave, como secuela de un 
ACV, que el entrenamiento de 6 semanas (cuatro intervalos de 45 segundos, cinco veces por 
semana) con VCC mejoraba el rendimiento de los sujetos en distintas mediciones de balance 
e independencia funcional a lo largo del tratamiento. Sin embargo, no mostraban diferencias 
significativas en sus efectos si se comparaba con el entrenamiento del grupo control (que 
utilizó entrenamiento con música).
El empleo de VCC se ha examinado en otras patologías neurológicas de origen central. En 
este grupo podemos destacar a los enfermos de Parkinson y la mejora de la estabilidad postu-
ral (Haas et al, 2004a, b; Turbanski et al, 2005). Haas et al (2006a) observa mejoras significa-
tivas en síntomas como el temblor y la rigidez, así como en la puntuación del examen motor 
tras aplicar un entrenamiento con VCC (tabla 3). Sin embargo, Ebersbach et al (2008) com-
pararon los efectos del entrenamiento con VCC y la fisioterapia convencional en pacientes con 
enfermedad de Parkinson. Llegaron a la conclusión de que la marcha, el equilibrio y los tests 
específicos y funcionales mejoran en ambos casos, sin poder determinar diferencias significa-
tivas en la comparación. La VCC provoca en estos pacientes efectos muy interesantes, pero 
quizá poco duraderos a largo plazo. Por ello, sería interesante investigar qué debe hacerse para 
que los efectos provocados a corto plazo redunden en mejoras a largo plazo, sin la necesidad 
continua de usar VCC.
En el estudio del empleo de la VCC en otras enfermedades neurológicas como la esclerosis 
múltiple, en grado leve y moderado, no se han encontrado evidencias de la mejora en el ren-
dimiento muscular de la extremidad o en la capacidad funcional (Broekmans et al, 2010). En 
relación con la parálisis cerebral, los estudios existentes se limitan al beneficio sobre el incre-
mento de la cortical ósea (Wren et al, 2010, 2011).
efectos sobre el envejecimiento y la tercera edad
Uno de los primeros estudios de la aplicación de la VCC en sujetos ancianos fue el realizado 
por Runge et al (2000). Estos autores refieren un aumento del 18% de la potencia muscular de 
las extremidades inferiores en una población anciana sometida a VCC con los siguientes pará-
metros: tres sesiones por semana, tres series de 2 minutos, a la frecuencia de 27 Hz, con una 
duración total de 12 semanas. En conclusión, este método parece ser una forma ideal y poco 
lesiva de conseguir una mejor funcionalidad y una menor dependencia de personas mayores, 
con poco tiempo de trabajo. Otros estudios, como el desarrollado por Bautmans et al (2005), 
avalan estos efectos positivos de la VCC en sujetos ancianos.
TIPoS DE PlaTaForMaS VIbraTorIaS
Para clasificar los diferentes tipos de VCC o plataformas vibratorias que hay en el mercado, 
debemos comenzar centrándonos en la vibración que producen. Así, la clasificación más exten-
dida se basa en el tipo de vibración que proporciona. Se describen tres tipos de plataformas:
1. Plataformas de vibración vertical. En este tipo de equipos el elemento de vibración realiza
una vibración periódica con dirección superoinferior.
2. Plataformas de vibración oscilante o sinusoidal. Estos dispositivos aúnan las vibraciones con
las oscilaciones. La plataforma vibratoria basculante trabaja en dos planos: coronal y sagital,
y genera movimientos de izquierda a derecha y craneocaudales. Es lo que algunos autores
definen como «sismoterapia tridimensional», donde los músculos son estimulados por los
movimientos de aceleración desde la base de la plataforma. El trabajo muscular realizado es
profundo y se logra en menos tiempo una mayor actividad física que con el entrenamiento
tradicional y con menos riesgo de lesión. La base de la plataforma oscila por un motor en
relación con un eje central, es decir, el fulcro de la oscilación se encuentra en el centro de la
superficie de apoyo generando movimientos de balanceo izquierda-derecha.
3. Plataformas de vibración triplanar. Estos aparatos emiten vibraciones periódicas en los tres
planos del espacio: craneocaudal, anteroposterior y lateral.
METoDología DE aPlICaCIón
La aplicación de las VCC mediante plataformas vibratorias requiere una especial atención 
tanto en lo referente a los parámetros de dosificación, que deben ser personalizados para cada 
paciente y en cada sesión de tratamiento, como en lo relativo a las pautas correctas de coloca-
ción y seguimiento del sujeto durante la sesión de trabajo. Precisamente, la dosificación de 
estos procedimientos de vibroterapia es un elemento fundamental. Los criterios esenciales en 
el diseño de planes de trabajo con VCC se basan en una serie de variables que deben ser con-
troladas con el objetivo de lograr unos óptimos resultados. Así, deberemos valorar las caracte-
rísticas y el momento de aplicación del impulso vibratorio atendiendo a los antecedentes y a 
las necesidades personales y teniendo en cuenta las premisas que impone la realización de 
actividad física sobre este tipo de implemento y las normas de seguridad. Conseguiremos, de 
esta forma, adaptar la carga de trabajo físico, que puede ser bastante variable en función del 
tipo de equipamiento utilizado, y la dosis del estímulo vibratorio recibido por el individuo; 
todo ello en un entorno seguro y agradable de entrenamiento para nuestros pacientes (Marín 
y Rhea, 2010a, 2010b).
A continuación pasamos a describir los diferentes parámetros a programar en los equipos 
de VCC.
1. Frecuencia de la vibración. Se define como el número de vibraciones en un segundo 
de tiempo y se mide en hertzios (Hz). La frecuencia en realidad describe la velocidad a la 
que oscilará la plataforma. Los límites habituales de frecuencias de las plataformas 
vibratorias que existen en el mercado para el tratamiento-entrenamiento físico están entre 
los 20 ylos 55 Hz. Además, se ha demostrado que las vibraciones específicas para el 
trabajo muscular oscilan entre 22 y 50 Hz (Tous y Moras, 2004; Luo et al, 2005; Chulvi y 
Pablos, 2006; Marín, 2008). La mayoría de los estudios refieren frecuencias de 30 Hz como 
las más efectivas para el desarrollo de las distintas manifestaciones de la fuerza muscular (Da 
Silva et al, 2006). Por el contrario, el empleo de frecuencias altas, mayores o iguales a 50 Hz, 
se considera negativo para el organismo humano. De igual forma, frecuencias menores de 
20 Hz pueden provocar alteraciones en los diferentes tejidos corporales, porque actúan a 
nivel de la frecuencia de resonancia de los tejidos: esto es, cuando un cuerpo o tejido capaz 
de vibrar es sometido a la acción de una fuerza periódica, cuyo período de vibración 
coincide con el período de vibra-ción característico de dicho cuerpo (Yue et al, 2001). En el 
cuerpo humano esta frecuencia de resonancia estaría comprendida entre 9 y 16 Hz, como se 
expone en la tabla 2.
2. Amplitud de la vibración. Es uno de los parámetros fundamentales de estos procedimien-
tos de VCC. La amplitud es el rango o longitud de movimiento en cada vibración o en cada 
oscilación. Se mide en milímetros y está directamente relacionada con el tipo de vibración 
aplicada. En las plataformas basculantes, la amplitud es la distancia (altura) comprendida 
entre la posición fija o eje central y la posición extrema, de un lado y del otro. Este despla-
zamiento en altura u oscilación vertical de la plataforma de apoyo posee una amplitud 
definida o puede contemplar la elección de diversas amplitudes dentro de un rango, gene-
ralmente entre 1 y 13 mm. Con respecto a las plataformas triplanares, la amplitud de vibra-
ción está establecida en el límite en 5 mm, y la más utilizada es la de 2 mm. Así, varios 
autores (Chulvi y Pablos, 2006; Marín, 2008) cifran las amplitudes de la vibración ideales 
entre los 2 y los 10 mm.
3. Duración o tiempo de exposición a la vibración. Como premisa, se recomienda que se 
rea-licen series inferiores al minuto y medio, y que los descansos duren como mínimo el 
mismo tiempo, antes de la siguiente serie de entrenamiento vibratorio. En cuanto a la 
frecuencia semanal, se aconseja no sobrepasar las tres sesiones semanales (Chulvi y Pablos, 
2006).Tabla 2 Tabla de frecuencia de resonancia de los diferentes tejidos 
5-15 Hz Todo el cuerpo
8 Hz Columna vertebral/músculos
8 Hz Órganos internos
18-20 Hz Cabeza/ojos
Seguidamente, vamos a proponer unas pautas que deben seguirse en la utilización de las 
plataformas de VCC con el objetivo de establecer una progresión adecuada:
1. Siempre debemos comenzar con una anamnesis que recoja el tipo de actividad física 
realizada por el paciente-usuario, con el fin de descartar posibles contraindicaciones.
2. Realizar una inspección y evaluación de la postura el sujeto, para asegurarnos de que adop-
tará la posición correcta encima de la plataforma. Debe existir una correcta alineación de 
las diversas articulaciones expuestas a la vibración, sin que haya bloqueo articular y evi-
tando también una posición forzada o no fisiológica, como se muestra en la figura 3.
3. En la primera sesión de trabajo comenzaremos con posiciones isométricas y en diferentes 
rangos articulares. No hay que sobrepasar los 7 u 8 minutos de exposición a la vibración.
4. Evaluar posibles molestias o dolores aparecidos en el individuo, antes de realizar la si-
guiente sesión de tratamiento.
5. Aumentar progresivamente el tiempo e intensidad de la sesión, según se produzcan adap-
taciones en el paciente.
6. Respetar siempre el máximo establecido por sesión (no más de 25-30 minutos) y por serie 
(no más de 1-2 minutos, con un mismo intervalo de descanso) adaptándonos a las carac-
terísticas físicas del sujeto.
7. No sobrepasar la frecuencia aconsejada de 50 Hz, y no bajar por debajo de 20 Hz.
8. Se realizarán un máximo de tres sesiones a la semana, en días alternos.
9. El tiempo de exposición al estimulo vibratorio por sesión durante las primeras 4 semanas 
no deben sobrepasar los 10-12 minutos.
10. Se cambiará la rutina que debe seguir un paciente principiante o sedentario cada mes, 
o cuando se haya adaptado de forma eficiente al estímulo vibratorio al que ha sido 
sometido.
FIGUrA 3 Posición básica que 
hay que adoptar al situarse sobre una 
plataforma de vibraciones de cuerpo 
completo (VCC).
Un ejemplo de trabajo completo con un individuo principiante sería el siguiente: realizar 
un ejercicio de mantenimiento sobre la plataforma, con ligera flexión de cadera, rodilla y tobi-
llo, con el fin de evaluar su forma física; esta posición puede repetirse de una a tres series 
(según el tiempo de exposición y la forma física). Durante las siguientes sesiones de exposi-
ción, se irá aumentando el tiempo en cada serie, pudiendo llegar al minuto, sin olvidar que se 
debe respetar el mismo tiempo de recuperación.
InDICaCIonES
Las indicaciones de la vibroterapia debemos abordarlas desde perspectivas diferentes si estamos 
ante una aplicación torácica, problemas respiratorios, o cuando se emplea mediante plataformas 
vibratorias en cualquier tipo de problema. Esta última modalidad terapéutica de VCC se suele 
aplicar de forma genérica con el objeto de mejorar la condición física y la reeducación funcional 
de los sujetos. Pero en los últimos estudios aparecen beneficios en diferentes patologías como 
osteoporosis, obesidad y sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, algunas de las relacionadas 
con el envejecimiento e incluso en las disfunciones del suelo pélvico, entre otras. Además, se está 
empleando en el acondicionamiento físico y deportivo para el desarrollo del refuerzo muscular, 
la mejora de las capacidades físicas (velocidad o resistencia), etc. En adición, en el ámbito esté-
tico se está implementando y aprovechando su acción lipolítica, anticelulítica y de drenaje.
Creemos muy oportuno referirnos a los beneficios que el uso de las plataformas VCC tie-
nen sobre diferentes sistemas corporales: endocrino, osteoarticular, neuromuscular y cardio-
vascular. Se puede considerar que la actividad física y/o los procedimientos de fisioterapia 
suplementada con VCC pueden tener numerosas aplicaciones tanto en el campo de la fisio-
terapia-rehabilitación como en el mundo deportivo y estético, con una visión tanto preven-
tiva como terapéutica. No obstante, también hay numerosos estudios que demuestran la 
inexistencia de beneficios sistémicos si se aplican parámetros inadecuados y la forma de uti-
lización es incorrecta. En estos casos se puede llegar a provocar un deterioro de las variables 
que se pretende mejorar e incluso inducir lesiones graves a los pacientes y usuarios. Por ello, 
el tratamiento con VCC puede emplearse como entrenamiento suplementario o alternativo, 
en especial en caso de lesiones, pero bajo el control de un profesional de la salud como es el 
fisioterapeuta. La facilidad de uso de las máquinas de vibraciones y el poco tiempo necesario 
para que se produzcan resultados permiten que este tipo de trabajo pueda ser un buen com-
plemento o alternativa a otras técnicas de fisioterapia y/o métodos de entrenamiento (por 
ejemplo, la realización de Pilates sobre ellas). Aun así, sigue siendo un procedimiento nove-
doso y no se han valorado los efectos de exposición prolongada a la vibración a largo plazo.
EFECToS aDVErSoS y ConTraInDICaCIonES
Las contraindicaciones derivadas de los procedimientos de vibroterapia son principalmente 
las que se refieren a las malas aplicaciones de las técnicas y la impericia del fisioterapeuta. Por 
otro lado, los efectos adversos derivados del uso de plataformas de vibración completa no se 
conocen con suficiente claridad. Sin embargo, existen evidencias científicas que proponen una 
serie de alteraciones achacables al empleo inadecuado de estos procedimientos de vibración, 
casi todos provocados por posicionamientos incorrectos y/o sobreuso de este método de 
entrenamiento y recuperación funcional(Chulvi, 2006) (tabla 3).
A continuación, pasamos a exponer una serie de contraindicaciones que no debemos olvi-
dar antes de aplicar una sesión de VCC en un paciente o usuario. Con el fin de hacer una 
diferenciación, para una mayor operatividad las hemos dividido en absolutas y relativas, que 
serán sopesadas por el fisioterapeuta en cada caso concreto.
Contraindicaciones absolutas
1. Marcapasos, arritmias y/o mal funcionamiento de las válvulas cardíacas.
2. Embarazo.
3. Epilepsia.
4. Trombosis aguda y reciente.
5. Infección e inflamación agudas.
6. Tumores o patologías malignas.
7. Implantes recientes.
8. Fracturas recientes.
9. Patología discal aguda.
10. Tendinopatías agudas.
11. Litiasis de vías renales y biliares.
12. Episodios agudos de osteoartritis, artritis, artrosis y osteoporosis avanzadas.
Contraindicaciones relativas
1. Niños.
2. Migraña aguda.
3. Hernias discales, discopatías, espondilosis, espondilólisis y espondilolistesis.
4. Enfermedad cardiovascular.
5. Mujeres con DIU colocado recientemente.
6. Personas con material osteosintético.
7. Diabéticos.
8. Heridas postoperatorias recientes (especialmente en lesiones oculares).
bibliografía
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responses during whole-body vibration training. Med Sci Sports Exerc 2007;39(10):1794-800. 
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1996;21:227-30. 
Antonello M, Delplanque D. Fisioterapia Respiratoria. Del diagnóstico al proyecto terapéutico. Barcelona: Masson; 
2002. 
App EM, Kieselman R, Reinhardt D, Lindemann H, Dasgupta B, Ing M, et al. Sputum rheology changes in cystic 
fibrosis lung disease following two different types of physioterapy. Chest 1998;114(1):171-7. 
Arcas Patrico MA, Gálvez Domínguez D, León Castro JC, Paniagua Román S, Pellicer Alonso M. Maual de Fisiotrapia. 
Módulo II. Neurología, Pediatría. Fisioterapia respiratoria. Sevilla: Ed. MAD; 2004.
Tabla 3 Efectos indeseados provocados por un estímulo vibratorio (modificado 
de Chulvi, 2006).
Efecto negativo Estudio
Edemas y eritemas Kerschan-Schindl et al. 2001; Rittweger 
et al, 2002a
Vértigos, lumbalgias, epilepsia Mester et al, 2005
Síndrome por vibración, presentando 
disfunciones neuronales
Jordan et al, 2005
Lumbalgias Rittweger et al, 2002b; Jordan et al, 2005
Molestias y dolores en sujetos 
desentrenados
Rittweger et al, 2003; Cardinale y Pope, 2003
Reducción en el flujo sanguíneo, 
posibilidad de «dedo blanco»
Bovenzi et al, 2001; Bovenzi y Hulshof, 1999
Un excesivo tiempo de exposición a 
vibraciones puede provocar fatiga e 
inhibición del rendimiento muscular
Bosco et al, 1998; De Ruiter et al, 2003; 
Cardinale y Pope, 2003

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