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Efectos fisiológicos Metodología de aplicación Flúter Vibraciones de cuerpo completo: plataformas vibratorias Fundamentos físicos de las vibraciones de cuerpo completo: hipergravedad Efectos fisiológicos de las vibraciones de cuerpo completo Efectos sobre la fuerza y la potencia muscular Efectos sobre la flexibilidad Efectos sobre el sistema endocrino Efectos sobre el sistema neuromuscular Efectos sobre el sistema óseo Efectos sobre el sistema cardiovascular Efectos sobre el equilibrio Efectos sobre la composición corporal Efectos sobre la recuperación y el dolor muscular postejercicio Efectos sobre pacientes con alteraciones neurológicas centrales Efectos sobre el envejecimiento y la tercera edad Tipos de plataformas vibratorias Metodología de aplicación Indicaciones Efectos adversos y contraindicaciones Contraindicaciones absolutas Contraindicaciones relativas COnTenIdO deL CAPÍTULO Introducción Vibraciones torácicas InTrOdUCCIón La acción de las vibraciones sobre el cuerpo humano ha sido motivo de estudio en nume- rosas investigaciones y por parte de diferentes autores. Los estudios se generaron principal- mente debido a los efectos perjudiciales de las vibraciones mecánicas en el entorno laboral. Aparte del ámbito de la medicina del trabajo, relativo al daño que causan las vibraciones sobre el organismo, las investigaciones se han ido extendiendo a aspectos sanitarios rela- cionados con las alteraciones respiratorias, el deporte, las afecciones neurológicas y, en general, a los efectos fisiológicos beneficiosos relacionados con los sistemas esquelético, muscular y nervioso. Vibroterapia La vibración mecánica también se denomina oscilación y podemos conceptuarla como una inversión del sentido de un movimiento, repetida periódicamente. Toda vibración se asocia con una onda mecánica. En el presente capítulo nos centraremos en los procedimientos de fisioterapia que emplean las vibraciones locales y generales con fines terapéuticos. En primer lugar, abordaremos las aplicaciones de vibroterapia en relación con las alteraciones respiratorias o vibraciones toráci- cas. Finalmente, describiremos las vibraciones de cuerpo completo, como conjunto de proce- dimientos de fisioterapia en los que se emplean las vibraciones para lograr un beneficio terapéutico determinado. Este último apartado es de una máxima actualidad y por ello reali- zaremos un examen exhaustivo de los principios y de las pautas de tratamiento que deben tenerse en cuenta, así como de los diferentes equipos existentes en el mercado y de sus carac- terísticas técnicas. VIbrACIOneS TOrÁCICAS Las vibraciones torácicas son un conjunto de procedimientos de fisioterapia respiratoria en los que, a través de un masaje oscilatorio aplicado sobre la parrilla costal, se pretende fluidificar las secreciones bronquiales para, como fin último, mantener la vía respiratoria sin obstáculos al paso del aire. La fisioterapia respiratoria abarca un conjunto de procedimientos basados en la prevención y el tratamiento de todas aquellas alteraciones que afectan al sistema toracopulmonar. Estos procedimientos engloban una serie de técnicas activas y pasivas entre cuyos objetivos se encuentra la depuración de las vías aéreas, el mantenimiento de su permeabilidad al paso del aire y el fortalecimiento de la musculatura inspiratoria y espiratoria; es decir, la conservación del aparato respiratorio en perfecto estado físico para que la respiración se realice con éxito. Las técnicas activas son todas aquellas en las cuales el sujeto colabora en su realización. En las técnicas pasivas, sin embargo, el sujeto no realiza ninguna acción, es el fisioterapeuta quien ejecuta la técnica. Entre estas últimas se encuentra las vibraciones torácicas o el masaje de vibración costal, en las que el fisioterapeuta, mediante un masaje vibratorio aplicado a la parri- lla costal, ejerce una fuerza oscilatoria para que se transmita a las secreciones o a la mucosidad que se halla retenida y adherida en el interior del aparato traqueobronquial. EFECToS FISIológICoS La vibración realizada sobre la parrilla costal puede disminuir la adherencia de las secreciones a las paredes bronquiales y aumentar el flujo espiratorio, así como mover las secreciones hacia la orofaringe (King et al, 1983; Webber et al, 1998). El aumento de la frecuencia vibratoria incrementará la frecuencia en el movimiento ciliar, y se producirá una disminución de la vis- cosidad del moco, efecto que favorece su transporte y su posterior eliminación. En consecuen- cia, se estimulará la tos espontánea y se incrementarán el volumen corriente y la ventilación en general (Kim et al, 1987). McCarren et al (2006a) observaron que, tras el masaje de vibración torácica, el flujo espirato- rio máximo de sujetos sanos se incrementaba en un 50%. En este estudio se determinó que el principal factor que provocaba la exhalación del aire era la fuerza de retracción pulmonar y que el efecto de la compresión contribuía en un 15% al éxito de la técnica y el de la vibración en un 14%. Sin embargo, aceptaron que estos resultados están condicionados a la distensibilidad de la pared torácica, a la resistencia de la vía aérea y a la eficaz contracción de la musculatura espirato- ria. Pero como nos proponen Kim et al (1987), para que un procedimiento de fisioterapia respi- ratoria produzca un efecto que favorezca la eliminación de secreciones pulmonares debe existir una relación mayor de 1,1 entre el flujo espiratorio y el inspiratorio. Por ello, en el estudio de McCarren et al (2006a), dado que se partió de una capacidad inspiratoria máxima, esta relación fue muy débil, por lo que no se produjo ningún efecto sobre las secreciones bronquiales. Las vibraciones torácicas no suelen utilizarse como técnicas aisladas sino combinadas con otros tratamientos de fisioterapia respiratoria. Este aspecto provoca que en el análisis de las evidencias científicas de estos procedimientos de vibroterapia exista cierta controversia en cuanto a su eficacia. Una revisión sistemática realizada en diferentes ensayos clínicos aleato- rios en los que se realizó fisioterapia respiratoria a niños con bronquiolitis, consistente en vibraciones torácicas, percusión y posiciones de drenaje, concluyó que estos procedimientos no resultaban eficaces para disminuir la duración hospitalaria ni los requerimientos de oxí- geno (Perrota et al, 2008). Por otro lado, un estudio realizado en Australia en el que se entre- vistó a fisioterapeutas que trabajaban en hospitales públicos, manifestaba que la técnica de vibración era utilizada con éxito por estos profesionales, sobre todo en pacientes con fibrosis quística, bronquiectasias y trastornos respiratorios caracterizados por la acumulación de secre- ciones y su uso se hacía relevante en las unidades de cuidados intensivos con pacientes intu- bados y con respiración asistida (McCarren et al, 2003). El empleo de estos procedimientos de vibroterapia no era exclusivo, sino asociado con otras técnicas como el drenaje postural y el masaje de percusión. En el estudio piloto de Doering et al (1999) se determinó la influencia del masaje de vibra- ción en la función pulmonar en una población de individuos que habían sido sometidos a cirugía de tórax y que estaban recibiendo ventilación mecánica. En estos ensayos se comprobó que con el masaje de vibración se conseguía mejorar el mecanismo y la ventilación pulmonar, disminuyendo el desequilibrio ventilación-perfusión, al tiempo que se producía una mejora en la saturación de oxígeno. METoDología DE aPlICaCIón Los procedimientos de vibroterapia torácica pueden ser manuales o mediante aparatajes. Así, las vibraciones originadas por la mano del fisioterapeuta que se aplican sobre la parrilla costal son uno de los procedimientos más empleados en fisioterapia respiratoria. Como regla gene- ral, la aplicación de las vibraciones torácicas debe ser perpendicular al área pulmonar que pretendemosdrenar, realizando una contracción isométrica de los músculos del antebrazo del fisioterapeuta, en caso de realizarse de forma manual (Antonello y Delplanque, 2002). Cuanto más aire exista en el interior de los pulmones peor se propagarán las ondas generadas por el masaje de vibración; por ello la técnica se realiza en fase espiratoria, momento en el que la densidad parenquimatosa aumenta y su práctica resultará más efectiva (Arcas et al, 2004). La técnica de vibroterapia debe comenzar al inicio de la espiración, aplicando cierta compresión a la pared torácica con un movimiento oscilatorio y continuar hasta el final de aquélla (Gregson et al, 2007). Esta maniobra se emplea junto con la tos o con la espiración forzada o «huff» del paciente porque de esta forma se aumenta el flujo espiratorio y se impulsan las secreciones a lo largo de las vías aéreas para que, finalmente, sean eliminadas por medio de la aspiración o de la tos (Van der Schans et al, 1999). En cuanto a la aplicación con un aparato vibratorio, es necesario ajustar bien una serie de parámetros y conocer sus características técnicas para utilizarlo correctamente y evitar posibles efectos adversos. A continuación pasamos a describir una serie de aspectos importantes de los procedimien- tos de vibración torácica que redundan en su eficacia y en la prevención de complicaciones derivadas de una mala praxis: 1. Frecuencia oscilatoria. No existe una uniformidad de criterios en cuanto a la frecuencia oscilatoria del masaje de vibración. Algunos autores determinan que la frecuencia vibrato- ria puede oscilar entre 3 y 17 Hz (McCarren et al, 2006a); en cambio, otros afirman que entre 8 y 11 Hz (Doering et al, 1999). Finalmente, en estudios recientes se emplea una fre- cuencia fija de 8 vibraciones por segundo (Shannonet al, 2010). Además, King et al (1983) determinan que, aplicando una oscilación comprendida entre 3 y 17 Hz, se consigue una mejora de las cualidades reológicas del moco bronquial, por lo que se facilita su transporte. Uno de los objetivos que se persigue con la aplicación de las vibraciones torácicas es entrar en resonancia con las agitaciones ciliares para así mejorar el transporte mucociliar y permi- tir la movilización y eliminación de las secreciones bronquiales. La frecuencia normal de batido ciliar es distinta según las células ciliadas estén localizadas en las vías aéreas más proximales o más periféricas, variando de 10,3 ± 1 Hz a 14 ± 1,5 Hz (Rutland et al, 1982). Por esta razón, las frecuencias de vibración comprendidas entre estos parámetros, o incluso mayores, serían óptimas en la realización de la técnica porque simularían o aumentarían el barrido normal de los cilios. Por el contrario, no tiene sentido emplear frecuencias de vibra- ción por debajo de éstas. 2. Presión aplicada. La presión aplicada sobre la parrilla costal del sujeto tampoco es una variable que esté claramente definida científicamente. En un estudio en el que 30 fisiotera- peutas realizaban masajes de vibración a un modelo anatómico observamos que la fuerza compresiva variaba de unos a otros desde 27 a 172 N (Shannon et al, 2010). Sin embargo, en otro estudio realizado en mujeres adultas sanas se empleó una fuerza de 74,4 ± 47,1 N para provocar cambios en el volumen y flujo espiratorio (McCarren et al, 2006a). Otros estudios emplean una fuerza entre 75 y 258 N en individuos adultos (Shannon et al, 2009) o simplemente presiones tolerables por el paciente y que no resulten desagradables (McCa- rren y Alison, 2006). En conclusión, y en relación con los estudios anteriormente mencio- nados, podemos deducir que la fuerza aplicada sobre el tórax del paciente al realizar esta maniobra respiratoria se modificará en función de las necesidades individuales de cada paciente y de la experiencia propia de cada fisioterapeuta. 3. Tiempo de realización. Tampoco está establecido el tiempo de aplicación de la técnica para que la vibración torácica resulte claramente efectiva. Existen investigaciones realizadas en sujetos adultos en las que la aplicación es sólo de tres (Pattenshetty y Gaude, 2010), cuatro (McCarren et al, 2006b) o seis (Wong et al, 2003) repeticiones en el tórax, haciéndolas coincidir en los momentos espiratorios. Otros investigadores usan un tiempo total de rea- lización de la técnica como, por ejemplo, 15 minutos (Doering et al, 1999) o menos tiempo cuando la técnica se aplica en neonatos (Al-Alaiyan et al, 1996; Lanza et al, 2010), y la duración de la vibración puede oscilar entre uno y 5 minutos. 4. Posición del paciente. En relación con la posición en la que debe colocarse el paciente para que se realice el masaje de vibración, muchas investigaciones asocian la vibración a las diferentes posiciones de drenaje pulmonar clásicamente detalladas en la literatura científica (Antonello y Delplanque, 2002). Sin embargo, está demostrado que adoptar posiciones de drenaje no logra una mayor efectividad en la realización de otras maniobras de fisioterapia respiratoria (Hofmeyr et al, 1986). Además, la posición de Trendelenburg no se aconseja en pacientes con problemas respiratorios (McIlwaine, 2007). Por ello, el decúbito lateral sobre el lado sano (siempre que la afectación sea unilateral) dejando el pulmón más tendente a la acumulación de secreciones arriba puede resultar una posición recomendable, pues al no estar restringida la expansión del tórax por el plano de la camilla o cama, la inspiración inicial que el paciente debe realizar no verá mermada su capacidad por un elemento ajeno al propio proceso patológico. Así, por tanto, el flujo espiratorio final generado será mayor. Flúter El flúter es un dispositivo usado en fisioterapia respiratoria que ofrece la ventaja de poderse utilizar con niños pequeños. Su forma se asemeja a una pipa en cuyo interior se sitúa una bola de tal manera que cuando el paciente espira se produce una oscilación del flujo aéreo. Estas oscilaciones y los cambios de presión derivados de ellas se transmiten al interior de las vías aéreas y se cree que son las responsables de provocar una mejora en las cualidades de las secre- ciones, de tal modo que la mucosidad retenida en las vías aéreas se hace más líquida (App et al, 1998), al tiempo que aumenta el diámetro de los bronquiolos periféricos (Brooks et al, 2002). La efectividad del flúter se debe a la génesis de cuatro efectos principales: la presión positiva espiratoria originada al soplar por el dispositivo, la espiración forzada o técnica de «huff» realizada por el sujeto, las oscilaciones de flujo aéreo que origina el aparato transmitiendo una fuerza de vibración a las vías aéreas y la modificación de la viscoelasticidad del moco bron- quial, lo que facilita su movilización (Alves et al, 2008). El empleo del flúter aumenta la expec- toración diaria de los pacientes y disminuye los síntomas relacionados con la acumulación de secreciones en el árbol traqueobronquial (Nakamura y Kawakami, 1996). La técnica de espiración forzada o «huff», realizada a bajo flujo espiratorio y con poco volumen pulmonar, previene la compresión excesiva de la vía aérea y moviliza el moco locali- zado en las vías respiratorias más periféricas. Sin embargo, cuando el flujo y el volumen son elevados, el efecto se produce en las vías respiratorias más proximales (Wagener y Hadley, 2003; Prior, 1999). Este principio también se debe aplicar a la técnica realizada con el flúter. Las frecuencias oscilatorias generadas en el flúter no sólo dependen del flujo de aire que el paciente infiera en el aparato sino también del ángulo con el que sea usado el instrumento (App et al, 1998). Existen estudios que determinan cuál es la angulación ideal y el flujo óptimo para la correcta utilización del dispositivo en individuos con la capacidad pulmonar dismi- nuida (Brooks et al, 2002; Valente et al, 2004; Alves et al, 2008). Lo ideal para estos sujetos es generar una frecuencia óptima de vibración comprendida entre 11 y 15 Hz para movilizar el moco bronquial con elmenor flujo espiratorio (King et al, 1983). Así, existen evidencias cien- tíficas que corroboran que, cuando el flúter se coloca entre 0 y 30-40° con respecto a la hori- zontal, este propósito se consigue al tiempo que se promueve un mayor tiempo espiratorio que con otras angulaciones (Brooks et al, 2002; Alves et al, 2008). VIbrACIOneS de CUerPO COMPLeTO: PLATAFOrMAS VIbrATOrIAS Los primeros estudios sobre los efectos de las vibraciones sobre el cuerpo humano se iniciaron alrededor del año 1950. Estas investigaciones diferenciaban entre la afectación total del cuerpo o el daño en brazo-mano. Años más tarde, y basándose en la elaboración de estudios sobre los efectos perjudiciales de las vibraciones, las organizaciones profesionales toman interés y legis- lan sobre ellas. Por ello al hablar de vibración tenemos connotaciones negativas en el ámbito de la medicina laboral (Seidel y Griffin, 1998). Por otro lado, el creciente interés por modos alternativos de tratamiento y el cambio de perspectiva llevado a cabo en la década de 1980, tras la evaluación de los efectos nocivos de las vibraciones, se conciben las vibraciones como medida terapéutica. Esto incluye, entre otros, los primeros estudios en animales (Ariizumi y Okada, 1983, 1985). Existen evidencias científicas que avalan un aumento de la densidad ósea, de hasta un 30%, en animales tras la aplicación de las vibraciones de más de 30 minutos (Rubin et al, 2001). Así, actualmente, la vibroterapia se relaciona con efectos positivos en el área del ejercicio físico y de la recuperación funcional (Marín y Jiménez, 2007). De ahí que cada vez se estén generando más investigaciones en este ámbito de la salud y en el deporte, incluyendo estudios en seres humanos, como se ejemplifica en numerosas publicaciones que comentaremos posteriormente. La aplicación y utilización de estímulos vibratorios con un fin terapéutico y de mejora en las cualidades físicas es conocida con varios nombres, entre las que destaca la de Vibraciones de Cuerpo Completo (VCC), proveniente del término inglés: Whole Body Vibration (WBV). Tam- bién existen otras como estimulación neuromuscular mecánica (ENM/NEMES) y estimulación muscular biomecánica (EMB/BMS). La diferente denominación proviene mayoritariamente del modo y del área de aplicación. Por lo tanto, nosotros proponemos que al emplearse el estímulo vibratorio en todo el cuerpo es más apropiado emplear el término de VCC a los procedimientos de aplicación de vibraciones por medio de plataformas vibratorias. Las aplicaciones e indicaciones de las VCC son muy diversas y variadas, y se emplean en el ámbito del deporte, la estética y la salud. En la actualidad, existe un bombardeo constante de publicidad que nos habla de estos aparatos y de que logran resultados espectaculares. Tal ha sido la expansión de este implemento que estimamos será considerado, a corto plazo, un aparato indispensable en cualquier centro deportivo y de recuperación funcional y, gracias a las pla- taformas no profesionales, también será un equipo de entrenamiento personal de uso doméstico. En este capítulo esclareceremos las funciones y efectos que producen las plataformas vibra- torias, así como los tipos de vibraciones que generan y la metodología de aplicación para la confección de un programa de trabajo específico. Todo lo expuesto está bajo una óptica cien- tífica y en aras a la necesidad de conocimiento y familiarización con las VCC, a fin de que el fisioterapeuta obtenga el mayor rendimiento de esta herramienta mecánica y cubra las necesi- dades y/o expectativas del paciente/cliente, aplicándola en exclusiva o combinada con otras terapias. Comenzaremos con un repaso histórico de los inicios del entrenamiento vibratorio con plataformas vibratorias. Así, los efectos curativos de los estímulos vibratorios se conocen desde el siglo xix, a través de Granville en 1881 (Issurin, 1994). En 1895, Kellogg desarrolló una silla que producía vibraciones en los pies para generar analgesia. Posteriormente, en 1912, Arnold Snow escribió un tratado sobre los usos terapéuticos de las vibraciones. No obstante, fue el Dr. Nazarov, junto con sus colaboradores, quienes comenzaron su aplicación e investigación en el ámbito deportivo en la década de 1940, como podemos ver en la figura 1 (Marín y Jiménez, 2007; Gonzalo, 2008). El Dr. Nazarov, antiguo gimnasta y pionero del sistema, decidió presentar su invento en Alemania a principios de la década de 1970. Es a partir de este momento cuando se empeza- ron a desarrollar multitud de estudios científicos para corroborar los sorprendentes resultados. Así, el entrenamiento con vibraciones, como lo conceptuamos en la actualidad, se inició durante la década de 1980, con un grupo de científicos rusos que desarrollaron un programa para entrenar a los astronautas, con dos objetivos específicos: contrarrestar las degeneraciones osteomusculares provocadas por las estancias en ambientes de baja gravedad y preparar física- mente a deportistas de alto rendimiento, como gimnastas (Gonzalo, 2008). Entre los procedimientos de vibroterapia podemos diferenciar aquellos que realizan ejerci- cios con estimulación vibratoria sobreimpuesta, más empleados en fisioterapia- rehabilitación y reeducación funcional (fig. 2). En esta modalidad encontramos en el mercado algunos aparatos diseñados casi exclusivamente para el tratamiento de las extremidades superiores, que posibilitan variar la carga de trabajo y la realización de diferentes ejercicios. Por otro lado, se encuentran los procedimientos que efectúan las tareas motrices bajo VCC (Cardinale y Lim, 2003ª; Issurin, 2005). Existen diferentes tipos de plataformas para el trabajo de VCC. Ejemplo de ello son los equipos de vibraciones expresamente diseñados para trabajar con pacientes neurológicos, que no pueden mantener la bipedestación y que posibilitan aplicar distintos grados de carga, similar al plano inclinado clásico. FIGUrA 1 Rodillo para generar vibraciones aplicadas al entrenamiento deportivo. Entrenaminento con VCC usando el método Nazarov. Extraído de Kunnemeyer y Schmidtbleicher, 1997. FIGUrA 2 Diferentes elementos que desarrollan diversos tipos de vibración sobreimpuesta. FUnDaMEnToS FíSICoS DE laS VIbraCIonES DE CUErPo CoMPlETo: hIPErgraVEDaD Los viajes espaciales han demostrado que el organismo humano, expuesto durante un largo período de tiempo a la ausencia de la fuerza de la gravedad, sufre profundas modificaciones en músculos y huesos. Este hallazgo propugna que, si se induce un descenso de la gravedad, denominado microgravedad, se producirá una disminución, tanto en la masa como en la fuerza muscular. Por el contrario, si se aumenta la carga gravitacional, o hipergravedad, se aumentarán la masa y la fuerza muscular (Bosco et al, 2001). Esta última situación de hipergravedad se usa habitualmente en el entrenamiento físico con el fin de aumentar la fuerza y la potencia muscular. Se ha demostrado que este tipo de ejerci- cios producen respuestas adaptativas específicas en los músculos esqueléticos, porque éstos son un tejido especializado que modifica su capacidad funcional global en respuesta a estímu- los diversos. Además, las respuestas adaptativas conllevan cambios neurales y morfológicos, siendo los neurales los primeros en producirse y originando un aumento de fuerza (Bosco et al, 1999a; Da Silva et al, 2006a). La situación hipergravitatoria producida por los procedimientos de vibroterapia se debe a las altas aceleraciones provocadas por la aceleración impuesta por la vibración. Se ha descrito que la carga gravitacional en VCC puede llegar hasta los 14G; es decir, catorce veces la gravedad terrestre (Issurin et al, 1994; Bosco et al. 1998, 1999b, 2000, 2001; Issurin y Tenenbaun, 1999; Torvinen et al, 2002a; Cardinale y Bosco 2003). En la tabla 1 podemos observar las acelera-ciones y el número de contracciones producidas a distintas frecuencias sobre una plataforma vibratoria (Padullés, 2001).EFECToS FISIológICoS DE laS VIbraCIonES DE CUErPo CoMPlETo Actualmente, los mecanismos neurofisiológicos asociados a las mejoras en fuerza, flexibilidad, etc., derivados del empleo de la VCC, no están del todo claros. Existen evidencias científicas que constatan que el estímulo vibratorio ocasiona un aumento de los potenciales motores en el músculo estimulado (efecto facilitador), y un descenso de esos mismos potenciales en el músculo antagonista (efecto inhibidor). También se ha observado un aumento de la actividad electromiográfica, un incremento de la máxima contracción voluntaria isométrica y concén- trica, y un aumento de la potencia muscular (Delecluse et al, 2003; Ronnestad, 2004). En definitiva, parece originarse una amortiguación a través de los componentes tendinosos, mus- culares y óseos. Mediante una «estrategia de afinamiento» en la actividad muscular, dicha amortiguación se produce para reducir las vibraciones aportadas por las plataformas vibrato- rias. Esto origina unos cambios rápidos y cortos en la longitud del complejo miotendinoso, lo que provoca una actividad refleja muscular que se manifiesta en un incremento de la actividad mioeléctrica, parecida a las contracciones voluntarias, pero de tipo sincrónica, denominada reflejo tónico vibratorio (Cardinale y Bosco, 2003). El reflejo tónico vibratorio puede definirse como un reflejo parecido al miotático y que se activa al someter a continuas vibraciones al huso neuromuscular, que cambian su longitud. El huso neuromuscular reacciona provocando una gran cantidad de contracciones como meca- nismo de defensa o protección, e inhibiendo la musculatura antagonista. A continuación describiremos las principales evidencias científicas en relación con los efec- tos fisiológicos derivados de las aplicaciones de los procedimientos de VCC. efectos sobre la fuerza y la potencia muscular La fuerza es la capacidad física objeto del mayor número de estudios realizados con la aplica- ción de las VCC y sus efectos positivos se han evidenciado en numerosas investigaciones. Así, Bosco et al (1999b) confirmaron un aumento de fuerza del 200%, medido a través de elec- tromiograma (EMG), respecto al estado de reposo. Además, se observa un incremento de la fuerza máxima isotónica de flexión de brazos en un 49,8% con vibraciones, frente a un 16% por medio del entrenamiento convencional; en un período de 3 semanas, con tres sesiones por semana (Issurin et al, 1994). Torvinen et al (2002a) concluyeron que se produce una am- pliación de la fuerza isométrica del 3,5% de la fuerza máxima de extensión de piernas de ca- rácter isométrico, en 2 meses. Delecluse et al (2003) registran que después de un tratamiento vibratorio realizado respetando los siguientes parámetros: intensidad y duración de las sesio- nes progresivamente (al principio 3 minutos hasta llegar a 20 minutos al final del período de entrenamiento), frecuencia entre 35 y 40 Hz, con tres sesiones de entrenamientos por semana y una duración total de 12 semanas, se produce un aumento significativo tanto de la fuerza isométrica como de la dinámica de las extremidades inferiores igual al 16,6 y al 9,0%, respec- tivamente. Poston et al (2007) obtienen resultados similares en la producción de potencia muscular, pero en los miembros superiores. Incluso Runge et al (2000) refieren un aumento del 18% de la potencia de las extremidades inferiores en una población anciana, investigación que abordaremos con más detalle posteriormente. Otros autores, como Cardinale y Lim (2003a), proponen una mejora de la capacidad de salto vertical. Por ejemplo, de un 8,5% después de 4 meses de entrenamiento con VCC, realizado sobre un grupo de adultos no atletas (Torvinen et al, 2002b). Bosco et al (1998) refieren que un entrenamiento de 10 días de dura- ción constituido por la administración de vibraciones sinusoidales de una frecuencia de 26 Hz, en razón de cinco series diarias de 90 minutos de duración cada una, causan un significativo incremento de la producción de potencia mecánica durante la ejercitación de saltos continuos Tabla 1 Aceleraciones y número de contracciones producidas a distintas frecuencias sobre una plataforma de vibraciones (Padullés, 2001) N.° Contracciones FREC. (Hz) AMPL. (MM) ACEL. (m/s2) ACEL. (G) 15 SEG 30 SEG 45 SEG 1 MIN 10 4 7,89 0,80 150 300 450 600 15 4 17,75 1,81 225 450 675 900 20 4 31,55 3,22 300 600 900 1.200 25 4 49,30 5,03 375 750 1.125 1.500 30 4 70,99 7,24 450 900 1.350 1.800 35 4 96,62 9,86 525 1.050 1.575 2.100 40 4 126,20 12,88 600 1.200 1.800 2.400 45 4 159,73 16,30 675 1.350 2.025 2.700 50 4 197,19 20,12 750 1.500 2.250 3.000 de 5 segundos de duración. El aumento de la fuerza/velocidad y la potencia/velocidad de la extensión de piernas se ve incrementada en un 15% (Bosco et al, 1998). Parámetros relaciona- dos con la velocidad en carreras de corta distancia, como son los tests de resistencia a la fuerza explosiva y la amplitud de zancada, también se ven mejorados (Paradisis y Zacharogiannis, 2007). La fundamentación del incremento de fuerza o de potencia muscular mediante VCC es consecuencia de una selectividad de reclutamiento debida al hecho de que el reflejo tónico vibrátil se transmite gracias a la activación de las fibras aferentes, que son responsables, a través de las neuronas motoras, principalmente de la activación de las fibras musculares de tipo II (Hagbarth, 1967). Así, durante el ejercicio físico con VCC, el cuerpo sufre unas importantísi- mas estimulaciones de aceleración, por ejemplo: a una frecuencia de 30 Hz con una amplitud de oscilación de 5 mm, se está sometido a una aceleración igual a 18G, o 18 veces la acelera- ción de gravedad (Rittweger et al, 2001), mientras que en una ejercitación clásica de pliometría como es el «drop jump» (salto precedido de una caída hacia abajo), la aceleración desarrollada resulta igual a sólo 5G. En conclusión, podemos afirmar que existe un gran potencial de efica- cia del ejercicio físico con VCC. Como muestra, pensemos que 10 minutos de ejercicio físico con VCC durante los cuales se está sometido a una aceleración de 17G corresponden a la misma carga física de aceleración que se desarrollaría efectuando 40 sesiones de entrenamiento con 200 «drop jumps» cayendo desde una altura de 100 cm (Bosco et al, 2000). Como vemos, el ejercicio físico con VCC es una forma ideal de trabajar y mejorar cualquier manifestación de la fuerza, tanto en el ámbito de la fisioterapia-rehabilitación en pacientes como en la prevención de lesiones en personas sin patología aparente. Un aspecto especial- mente interesante es la mejora de la fuerza en deportistas. En el ámbito de la fisioterapia estética, plástica y reparadora se ha extendido su empleo para la mejora del tono muscular y la eliminación de las flacideces. Sin embargo, no queremos dejar de insistir en que la programa- ción del entrenamiento con VCC debe ser individual y personalizando al máximo por parte de un profesional experto. Estimamos que la VCC es una herramienta más, un complemento del tratamiento o entrenamiento, no la base de éste. efectos sobre la flexibilidad Las investigaciones sobre los efectos de la vibroterapia en la amplitud del movimiento articu- lar se han realizado con diferentes sistemas de vibración: puntuales (Sands et al, 2006; Kinser et al, 2008), con poleas (Issurin et al, 1994), plataformas de vibraciones verticales (Cardina- le et al, 2003a; Van den Tillaar, 2006) y plataformas de vibraciones oscilatorias (Cochrane y Stannard, 2005; Schuhfried et al, 2005). Existen diferentes teorías que sustentan los hallaz- gos clínicos. La primera consiste en que la adaptación de los nociceptores aumenta progresi- vamente el umbral del dolor. Una segunda teoría postula la influencia del aumento de temperatura y los efectos tixotrópicos en los incrementos de extensibilidad (Porta et al, 2003). Se han testado diversos estratos poblacionales obteniendo resultados positivos en la flexibilidad isquiosural enmujeres entrenadas (Fagnani et al, 2006), en estudiantes de acti- vidad física (Van den Tillaar, 2006) y en sujetos con una gran movilidad articular, como gimnastas (Sands et al, 2006), sin que parezca que afecte negativamente a la producción de fuerza y potencia muscular (Kinser et al, 2008). Otro criterio de investigación ha sido la región anatómica o la unidad funcional examinada. Así, la abducción del tren inferior regis- tró un aumento de 14,5 cm con entrenamiento de vibraciones, frente a 4,1 cm mediante entrenamiento convencional; en un período de 3 semanas, con tres sesiones por semana (Issurin et al, 1994). Cardinale et al (2003a) observaron mejoras en la elasticidad de los músculos flexores de la rodilla aplicando VCC durante 5 minutos con una frecuencia de 20 Hz. Cochrane y Stannard (2005) aplicaron vibraciones con 26 Hz y 6 mm de amplitud y observaron mejoras de un 8,2% en el test de «sit-and-reach» en jugadores de hockey de élite. Van den Tillaar (2006) encuentra incrementos de hasta un 30% de flexibilidad en los isquio- surales de estudiantes a los que se les aplicó VCC con 10 mm de amplitud y 28 Hz de frecuen- cia, en seis series de 30 segundos. Como conclusión, podemos conseguir unas mejoras de la flexibilidad con la aplicación de VCC, incluso con pacientes «muy rígidos». Sin embargo, es importante realizar posiciona- mientos correctos de los sujetos; esto es, en ángulos articulares que no resulten lesivos para la salud, porque la plataforma puede potenciar el efecto nocivo de la mala postura. efectos sobre el sistema endocrino Otros beneficios fisiológicos pueden proceder del aumento de la producción de hormonas anabólicas, fundamentalmente hormona de crecimiento (GH) y testosterona, con una posible reducción de la concentración de la hormona catabólica cortisol. Así, Bosco et al (2000) obtu- vieron cambios hormonales, respecto a la situación de reposo, tras 10 minutos de exposición al entrenamiento vibratorio, con aumentos del 460% de GH y del 7% de testosterona y una disminución del 32% de cortisol. También Goto y Takamatsu (2005) registraron incrementos moderados de las hormonas adrenalina y noradrenalina, mientras que la GH y el glicerol mantenían sus niveles iniciales. Estos beneficios no se presentan siempre de la misma forma, por lo que es necesario profundizar en cómo se debe planificar el procedimiento para producir esta serie de adaptaciones hormonales, porque, en su estudio, Cardinale et al (2006) no obtu- vieron modificaciones en la respuesta del sistema endocrino tras diferentes protocolos de vibraciones en jóvenes deportistas. Como conclusión, parece ser que al aplicarse los parámetros establecidos en el entrena- miento con plataformas de VCC se pueden conseguir valores hormonales secundarios a la respuesta muscular provocada por el entrenamiento. Esto mejoraría el anabolismo, en diferen- tes tejidos, acelerando la adaptación al entrenamiento intenso y la recuperación en cualquier tipo de lesión. Por el contrario, de no respetarse los parámetros aconsejados en el entrena- miento con plataformas vibratorias, se consigue el efecto contrario y no deseado. efectos sobre el sistema neuromuscular Durante una sesión de VCC el modelo propioceptivo neural es muy estimulado, incremen- tando la fuerza que se registra después de un período de entrenamiento. Este aumento de la fuerza es atribuible, sobre todo en el primer período, cuando todavía no se ha manifestado ningún fenómeno hipertrófico, a una optimización del mecanismo de feedback propioceptivo. El aumento transitorio de la fuerza de contracción y de la producción de potencia muscular después de haberse sometido a vibración podría basarse en los mismos mecanismos de facili- tación neural (Delecluse et al, 2003). Además, algunos estudios demostrarían cómo la VCC puede mejorar la capacidad de fuerza explosiva gracias a una mayor sincronización de las unidades motoras interesadas en el movimiento. Incluso, se produce una mejoría de la coor- dinación de los músculos sinérgicos, junto con un aumento de la inhibición de los músculos antagonistas (Bosco et al, 2000). No obstante, cabe recordar cómo algunos autores refieren que el efecto de potenciación del gesto inducido por las vibraciones puede ser de tipo transi- torio y se frustre en el arco de unos 60 minutos después de la administración de éstas (Torvi- nen et al, 2002b; Delecluse et al, 2003). Esta transitoriedad de la potenciación provocada por las vibraciones se puede explicar por el hecho de que el reflejo tónico vibrátil induce una sus- tancial, pero temporal, mejora del uso del reflejo miotático de elongación (Delecluse et al, 2003). De todas formas, es importante remarcar que, más allá de este particular aspecto, la actividad física con VCC efectuada de manera racional y sistemática puede inducir positivas y duraderas adaptaciones neuromusculares (Bosco et al, 1999). La mayor parte de las personas son incapaces de alcanzar una activación voluntaria completa de los músculos, en parte como consecuencia de estímulos corticoespinales poco eficaces (Kramer y Häkkinen, 2006). Numero- sos estudios han registrado un aumento de la activación muscular tras la utilización de vibracio- nes, tanto en ejercicios del tren inferior como de las extremidades superiores (Cardinale y Lim, 2003b; Roelants et al, 2006; Abercromby et al, 2007). Por ello, la vibración mecánica puede ser un medio interesante para incrementar la intensidad de los entrenamientos (Marín y Jiménez, 2007; Gonzalo, 2008). Bosco et al (1998) estudiaron a dos grupos de sujetos activos y practicantes de balonmano, con el fin de estudiar los efectos de las VCC. Tras 10 días de aplicación de vibraciones con una duración de 10 minutos por día se observaron cambios significativos en la potencia de salto, en saltos reactivos continuos en 5 segundos. Posterior- mente, se han publicado dos estudios en los que se postula que el efecto de las VCC es también inmediato después de una sola sesión, lo que se denomina efecto agudo (Bosco et al, 1999a y 1999b). Como explicación de este efecto agudo podemos confirmar el aumento de los poten- ciales motores junto con el incremento de la frecuencia de la señal electromiográfica, tras una aplicación de VCC, lo que indica un estado de excitabilidad notable de la corteza motora. La consecuencia de todo ello es que la aplicación del estímulo vibratorio produce un estado de mayor eficiencia neuromuscular, que permite aumentar el rendimiento en los movimientos voluntarios. efectos sobre el sistema óseo Existen estudios como el de Bisciotti (2005) que analiza la aplicación de la VCC sobre la osteo- porosis. Se sabe que la estimulación mecánica fisiológica que produce el ejercicio físico intenso es especialmente útil tanto al limitar la pérdida de masa ósea como al estimular su incremento. La VCC permite una estimulación intensa del aparato musculoesquelético, sin necesitar un alto grado de dedicación por parte del paciente, lo que da como resultado una estrategia de inter- vención especialmente adecuada en el caso del paciente osteoporótico. Este aspecto ha sido documentado de forma experimental en estudios con ratas (Flieger et al, 1998). También exis- ten evidencias científicas que analizan estos beneficios y que requieren estudios con una dura- ción media de 6-12 meses, que han llegado a la conclusión de que la actividad física sobre plataformas vibratorias produce incrementos significativos en la densidad mineral ósea (DMO) o una disminución acusada de la pérdida habitual de DMO atribuible a la edad, tanto en el cuello del fémur como en el raquis lumbar (Verschueren et al, 2004; Iwamoto et al, 2005; Gusi et al, 2006). Por ello, consideramos que la VCC es capaz de favorecer un aumento de la DMO y puede constituir un medio terapéutico de elección en geriatría y gerontología en el ámbito de las terapias aptas para el cuidado y la prevención de la osteoporosis. En cuanto a la dosificación de los procedimientos de VCC conel fin de actuar sobre el sistema óseo existen diferentes estudios. Uno de los primeros, realizado en ovejas «viejas» por Rubin et al (2001a), propone los siguien- tes parámetros: 12 meses, cinco veces a la semana, 20 minutos al día, 30 Hz, aceleración pico 0,3G y una amplitud de 0,1 mm. Se consiguieron mejoras en la densidad ósea (+6,5%), el volumen óseo total (+32%), la tasa de formación ósea (+113%), la densidad trabecular (+34,2%), el número trabecular (+45%) y la superficie mineralizada (+144%). Otro estudio fue el realizado en mujeres posmenopáusicas por Verschueren et al (2004), sobre los cambios de DMO en la cadera. Compararon tres grupos: uno con entrenamientos de fuerza, uno de con- trol y otro con VCC, con los siguientes parámetros: tres sesiones de 30 minutos de máximo, con calentamiento y vuelta a la calma, amplitud de 2,5 mm, frecuencia a 35-40 Hz, 2,28 y 5,9G de aceleración y durante 6 meses. Los resultados mostraron unos valores medios; el grupo control mantuvo la pérdida de DMO; el grupo de entrenamiento con fuerza redujo ligeramente esta pérdida y el entrenamiento con VCC aumentó la DMO. Los resultados positivos descritos en estudios sobre animales fueron llevados a cabo con muy baja magnitud (0,3 mm) y a una alta frecuencia 30 Hz (Rubin et al, 2001a, 2001b, 2002a, 2002b). Parece ser que el efecto anabólico sobre el hueso trabecular lo causan los estímulos mecánicos de baja magnitud (0,2-0,3 mm) y de alta frecuencia (50-60 Hz). No está claro por qué razón la alta frecuencia provoca esos bene- ficios, pero según Rubin et al (2002b) la respuesta del hueso puede no resultar de su deforma- ción sino de los efectos derivados de la señal de alta frecuencia, como el «estrés de cizallamiento» causado durante las contracciones voluntarias en la actividad deportiva. Este hecho nos permite plantear estos procedimientos como una forma ideal de prevenir la osteoporosis en fases inicia- les (osteopenia) en pacientes de mediana edad, mientras se produce, además, una mejora de la masa muscular debida al trabajo muscular reflejo existente. efectos sobre el sistema cardiovascular Rittweger et al (2001) estudiaron el consumo de oxígeno durante el último minuto de ejercicio en seis condiciones distintas: bipedestación sobre una plataforma vibratoria, sentadillas y sen- tadillas con carga. Todas ellas sin y con VCC. Concluyeron que, si bien son ejercicios progresi- vos en intensidad, al sumarle las VCC se aumentaba el consumo de oxígeno y, por ende, la potencia metabólica. Se crea más eficiencia muscular para captar oxígeno. Sin embargo, los autores comentan que este tratamiento con vibraciones precisa un nivel de metabolismo ener- gético comparable al de un paseo moderado. Por ello, el tratamiento con VCC parece ser una forma magnífica de mejorar la resistencia muscular analítica, y puede ser muy útil en deportis- tas que deseen mejorar algún grupo muscular específico o en personas que deseen mejorar la circulación local de cierta zona del cuerpo. efectos sobre el equilibrio Hay evidencias científicas que avalan que el ejercicio físico continuado sobre una plataforma vibratoria contribuye a mejorar del equilibrio estático, el control postural, la capacidad para caminar y otros tests específicos de competencia motriz (p. ej., el test de levantarse de una silla, etc.), sobre todo en población adulta y mayor (Gusi et al, 2006; Kawanabe et al, 2007). Así, los procedimientos de vibroterapia pueden mejorar aspectos propioceptivos y componentes espe- cíficos neuronales (Bosco et al, 2000). Este hecho redunda en una mayor capacidad postural (Polónyová et al, 2001). El equilibrio de un individuo puede entrenarse mediante las VCC porque estos procedimientos tienen la facultad de estimular la propiocepción y de provocar efectos duraderos sobre la postura en adultos sanos (Delecluse et al, 2003; Tous y Moras, 2004; Verschueren et al, 2004). Así, en sujetos adultos mayores se encontraron mejoras de un 7% del equilibrio (Bruyere et al, 2005). El empleo de VCC puede usarse como entrenamiento adicio- nal para mejorar el equilibrio en atletas y en personas sedentarias, ya que la estimulación de los propioceptores plantares a una frecuencia ideal conlleva una menor oscilación del centro de masa y, con ello, una mejora de la postura. efectos sobre la composición corporal Existen estudios sobre animales en los que el entrenamiento con VCC produce cambios en la acumulación de grasa y en los niveles séricos de leptina (Maddalozzo et al, 2008). Sin embargo, no tenemos suficiente evidencia científica de que la VCC, como medio exclusivo de entrena- miento, genere pérdida del tejido adiposo en humanos. No obstante, las mejoras en fuerza muscular y capacidad funcional antes señaladas, así como el refuerzo o el mantenimiento de la masa muscular, sugieren que el uso de las plataformas vibratorias puede ser un gran aliado para complementar programas de entrenamiento físico enfocados a la modificación de la composición corporal, puesto que puede ayudar en el incremento del ritmo metabólico basal, así como en la capacidad de mantener intensidades de entrenamiento más elevadas durante más tiempo. Además, existen estudios en los que se puede observar cómo la realización de ejercicios sobre la plataforma incrementa el consumo energético requerido respecto a esos mismos ejercicios ejecutados sin estímulo vibratorio (Garatachea et al, 2007). Por el contrario, en estudios como el de Roelants et al (2004a), en el que se analiza el efecto de 24 meses de VCC sobre la composición corporal en comparación con un entrenamiento tradicional de musculación, no se encontraron cambios significativos en el porcentaje de grasa, ni tampoco en el sumatorio de pliegues en ninguno de los grupos. Sin embargo, la masa libre de grasa aumentó significativamente (2,2%) en el grupo de estudio con entrenamiento de VCC. Auto- res como Rubin e Investigadores de la Universidad de Stony Brook, el laboratorio de Spring Harbor y el Centro de Maine para la Osteoporosis han realizado un interesante estudio sobre adelgazamiento provocado por vibraciones. Colocaron sobre una plataforma vibratoria a varios roedores durante 15 minutos diarios, y después de 15 semanas, pudieron comprobar que habían adelgazado, que presentaban un 27% menos de grasa, y que tenían más músculo y hueso que el grupo de control. La vibración era casi imperceptible. Al parecer, las vibraciones «engañan» a las células madre y les hacen generar células de hueso o músculo en vez de grasas (bone marrow stem cells). El hallazgo parte de investigaciones relativas a vuelos espaciales tripu- lados, en las que se intentaba paliar la pérdida de hueso provocada por la falta de gravedad. Aunque quizás este estudio podría servir en el futuro de base para un tratamiento contra la obesidad y la diabetes tipo 2, surgen muchas preguntas y puntos oscuros, como reconoce el propio director del equipo de investigación. Como aplicación práctica, parece que el uso de la VCC no conlleva en sí mismo una dismi- nución del porcentaje graso, en comparación con otro ejercicio cardiovascular, pero sí es una buena forma de aumentar la masa magra, mejorar el aspecto general de la persona y elevar el metabolismo basal, consiguiendo a largo plazo una mejora duradera de la composición cor- poral. Con respecto a las aplicaciones de VCC en el ámbito estético y más concretamente en relación con la lipodistrofia o celulitis, hay que tener en cuenta varios aspectos. Las vibracio- nes transmitidas al cuerpo crean, entre otros, un proceso de combustión de grasas (lipólisis) y de drenaje que permite evacuar los desechos adiposos. Las plataformas vibratorias basculantes actúan directamente sobre la celulitis «sacudiéndola». efectos sobre la recuperación y el dolor muscular postejercicio Aunque no conocemos con exactitud el mecanismo que lo explica, clínicamente observamos que la aplicación de una estimulación vibratoria a 50 Hz antes de un esfuerzo físico excéntrico reduce la apariciónde marcadores séricos de daño muscular y se reduce la percepción de dolor por parte del sujeto (Bakhtiary et al, 2007). Rhea et al (2008) analizaron la eficacia de la VCC mediante ejercicios de estiramiento y masaje para la recuperación o la regeneración muscular tras entrenamientos intensos, registrando descensos de la percepción del dolor muscular post- ejercicio considerables (22-61%). Un aspecto importante de las vibraciones es el efecto miorrelajante inducido por éstas cuando se administran a ciertas frecuencias concretas, entre los 18 y los 20 Hz (Rittweger et al, 2003). Este aspecto puede ser de gran importancia con el fin de optimizar y/o complementar los protocolos de fisioterapia, recuperación funcional y pro- gramas de trabajo basados en técnicas de estiramiento, como en el caso de la lumbalgia (Rittweger et al, 2002b). efectos sobre pacientes con alteraciones neurológicas centrales La VCC se está aplicando principalmente como herramienta terapéutica para la mejora de trastornos posturales porque se ha demostrado que favorece la percepción somatosensorial vibratoria a frecuencias que varían entre los 5 y los 30 Hz. Así, la VCC es una estimulación somestésica y sensorial profunda que tiene como blanco las fibras nerviosas aferentes tipos Ia y II o husos neuromusculares, de los grupos musculares de mayor longitud junto a las fibras nerviosas aferentes de la planta del pie. En pacientes con accidentes cerebrovasculares (ACV) y en un corto plazo se observó una disminución de la velocidad del desplazamiento del centro de presión en el sentido anteroposterior, lo cual se interpreta como el recentrado y estabiliza- ción del centro de gravedad (Van Nes et al, 2004). Autores como Tihanyi et al (2007) describen que en sujetos con secuelas de ACV, el uso de VCC aumenta transitoriamente la fuerza muscu- lar de las extremidades inferiores, evaluada en el músculo cuádriceps, mostrando también una interesante reducción de la cocontracción del bíceps femoral (responsable de la espasticidad) durante el trabajo físico isométrico y excéntrico. A largo plazo, Van den Tillaar (2006) des- cribe, en un grupo de 53 pacientes con discapacidad de moderada a grave, como secuela de un ACV, que el entrenamiento de 6 semanas (cuatro intervalos de 45 segundos, cinco veces por semana) con VCC mejoraba el rendimiento de los sujetos en distintas mediciones de balance e independencia funcional a lo largo del tratamiento. Sin embargo, no mostraban diferencias significativas en sus efectos si se comparaba con el entrenamiento del grupo control (que utilizó entrenamiento con música). El empleo de VCC se ha examinado en otras patologías neurológicas de origen central. En este grupo podemos destacar a los enfermos de Parkinson y la mejora de la estabilidad postu- ral (Haas et al, 2004a, b; Turbanski et al, 2005). Haas et al (2006a) observa mejoras significa- tivas en síntomas como el temblor y la rigidez, así como en la puntuación del examen motor tras aplicar un entrenamiento con VCC (tabla 3). Sin embargo, Ebersbach et al (2008) com- pararon los efectos del entrenamiento con VCC y la fisioterapia convencional en pacientes con enfermedad de Parkinson. Llegaron a la conclusión de que la marcha, el equilibrio y los tests específicos y funcionales mejoran en ambos casos, sin poder determinar diferencias significa- tivas en la comparación. La VCC provoca en estos pacientes efectos muy interesantes, pero quizá poco duraderos a largo plazo. Por ello, sería interesante investigar qué debe hacerse para que los efectos provocados a corto plazo redunden en mejoras a largo plazo, sin la necesidad continua de usar VCC. En el estudio del empleo de la VCC en otras enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, en grado leve y moderado, no se han encontrado evidencias de la mejora en el ren- dimiento muscular de la extremidad o en la capacidad funcional (Broekmans et al, 2010). En relación con la parálisis cerebral, los estudios existentes se limitan al beneficio sobre el incre- mento de la cortical ósea (Wren et al, 2010, 2011). efectos sobre el envejecimiento y la tercera edad Uno de los primeros estudios de la aplicación de la VCC en sujetos ancianos fue el realizado por Runge et al (2000). Estos autores refieren un aumento del 18% de la potencia muscular de las extremidades inferiores en una población anciana sometida a VCC con los siguientes pará- metros: tres sesiones por semana, tres series de 2 minutos, a la frecuencia de 27 Hz, con una duración total de 12 semanas. En conclusión, este método parece ser una forma ideal y poco lesiva de conseguir una mejor funcionalidad y una menor dependencia de personas mayores, con poco tiempo de trabajo. Otros estudios, como el desarrollado por Bautmans et al (2005), avalan estos efectos positivos de la VCC en sujetos ancianos. TIPoS DE PlaTaForMaS VIbraTorIaS Para clasificar los diferentes tipos de VCC o plataformas vibratorias que hay en el mercado, debemos comenzar centrándonos en la vibración que producen. Así, la clasificación más exten- dida se basa en el tipo de vibración que proporciona. Se describen tres tipos de plataformas: 1. Plataformas de vibración vertical. En este tipo de equipos el elemento de vibración realiza una vibración periódica con dirección superoinferior. 2. Plataformas de vibración oscilante o sinusoidal. Estos dispositivos aúnan las vibraciones con las oscilaciones. La plataforma vibratoria basculante trabaja en dos planos: coronal y sagital, y genera movimientos de izquierda a derecha y craneocaudales. Es lo que algunos autores definen como «sismoterapia tridimensional», donde los músculos son estimulados por los movimientos de aceleración desde la base de la plataforma. El trabajo muscular realizado es profundo y se logra en menos tiempo una mayor actividad física que con el entrenamiento tradicional y con menos riesgo de lesión. La base de la plataforma oscila por un motor en relación con un eje central, es decir, el fulcro de la oscilación se encuentra en el centro de la superficie de apoyo generando movimientos de balanceo izquierda-derecha. 3. Plataformas de vibración triplanar. Estos aparatos emiten vibraciones periódicas en los tres planos del espacio: craneocaudal, anteroposterior y lateral. METoDología DE aPlICaCIón La aplicación de las VCC mediante plataformas vibratorias requiere una especial atención tanto en lo referente a los parámetros de dosificación, que deben ser personalizados para cada paciente y en cada sesión de tratamiento, como en lo relativo a las pautas correctas de coloca- ción y seguimiento del sujeto durante la sesión de trabajo. Precisamente, la dosificación de estos procedimientos de vibroterapia es un elemento fundamental. Los criterios esenciales en el diseño de planes de trabajo con VCC se basan en una serie de variables que deben ser con- troladas con el objetivo de lograr unos óptimos resultados. Así, deberemos valorar las caracte- rísticas y el momento de aplicación del impulso vibratorio atendiendo a los antecedentes y a las necesidades personales y teniendo en cuenta las premisas que impone la realización de actividad física sobre este tipo de implemento y las normas de seguridad. Conseguiremos, de esta forma, adaptar la carga de trabajo físico, que puede ser bastante variable en función del tipo de equipamiento utilizado, y la dosis del estímulo vibratorio recibido por el individuo; todo ello en un entorno seguro y agradable de entrenamiento para nuestros pacientes (Marín y Rhea, 2010a, 2010b). A continuación pasamos a describir los diferentes parámetros a programar en los equipos de VCC. 1. Frecuencia de la vibración. Se define como el número de vibraciones en un segundo de tiempo y se mide en hertzios (Hz). La frecuencia en realidad describe la velocidad a la que oscilará la plataforma. Los límites habituales de frecuencias de las plataformas vibratorias que existen en el mercado para el tratamiento-entrenamiento físico están entre los 20 ylos 55 Hz. Además, se ha demostrado que las vibraciones específicas para el trabajo muscular oscilan entre 22 y 50 Hz (Tous y Moras, 2004; Luo et al, 2005; Chulvi y Pablos, 2006; Marín, 2008). La mayoría de los estudios refieren frecuencias de 30 Hz como las más efectivas para el desarrollo de las distintas manifestaciones de la fuerza muscular (Da Silva et al, 2006). Por el contrario, el empleo de frecuencias altas, mayores o iguales a 50 Hz, se considera negativo para el organismo humano. De igual forma, frecuencias menores de 20 Hz pueden provocar alteraciones en los diferentes tejidos corporales, porque actúan a nivel de la frecuencia de resonancia de los tejidos: esto es, cuando un cuerpo o tejido capaz de vibrar es sometido a la acción de una fuerza periódica, cuyo período de vibración coincide con el período de vibra-ción característico de dicho cuerpo (Yue et al, 2001). En el cuerpo humano esta frecuencia de resonancia estaría comprendida entre 9 y 16 Hz, como se expone en la tabla 2. 2. Amplitud de la vibración. Es uno de los parámetros fundamentales de estos procedimien- tos de VCC. La amplitud es el rango o longitud de movimiento en cada vibración o en cada oscilación. Se mide en milímetros y está directamente relacionada con el tipo de vibración aplicada. En las plataformas basculantes, la amplitud es la distancia (altura) comprendida entre la posición fija o eje central y la posición extrema, de un lado y del otro. Este despla- zamiento en altura u oscilación vertical de la plataforma de apoyo posee una amplitud definida o puede contemplar la elección de diversas amplitudes dentro de un rango, gene- ralmente entre 1 y 13 mm. Con respecto a las plataformas triplanares, la amplitud de vibra- ción está establecida en el límite en 5 mm, y la más utilizada es la de 2 mm. Así, varios autores (Chulvi y Pablos, 2006; Marín, 2008) cifran las amplitudes de la vibración ideales entre los 2 y los 10 mm. 3. Duración o tiempo de exposición a la vibración. Como premisa, se recomienda que se rea-licen series inferiores al minuto y medio, y que los descansos duren como mínimo el mismo tiempo, antes de la siguiente serie de entrenamiento vibratorio. En cuanto a la frecuencia semanal, se aconseja no sobrepasar las tres sesiones semanales (Chulvi y Pablos, 2006).Tabla 2 Tabla de frecuencia de resonancia de los diferentes tejidos 5-15 Hz Todo el cuerpo 8 Hz Columna vertebral/músculos 8 Hz Órganos internos 18-20 Hz Cabeza/ojos Seguidamente, vamos a proponer unas pautas que deben seguirse en la utilización de las plataformas de VCC con el objetivo de establecer una progresión adecuada: 1. Siempre debemos comenzar con una anamnesis que recoja el tipo de actividad física realizada por el paciente-usuario, con el fin de descartar posibles contraindicaciones. 2. Realizar una inspección y evaluación de la postura el sujeto, para asegurarnos de que adop- tará la posición correcta encima de la plataforma. Debe existir una correcta alineación de las diversas articulaciones expuestas a la vibración, sin que haya bloqueo articular y evi- tando también una posición forzada o no fisiológica, como se muestra en la figura 3. 3. En la primera sesión de trabajo comenzaremos con posiciones isométricas y en diferentes rangos articulares. No hay que sobrepasar los 7 u 8 minutos de exposición a la vibración. 4. Evaluar posibles molestias o dolores aparecidos en el individuo, antes de realizar la si- guiente sesión de tratamiento. 5. Aumentar progresivamente el tiempo e intensidad de la sesión, según se produzcan adap- taciones en el paciente. 6. Respetar siempre el máximo establecido por sesión (no más de 25-30 minutos) y por serie (no más de 1-2 minutos, con un mismo intervalo de descanso) adaptándonos a las carac- terísticas físicas del sujeto. 7. No sobrepasar la frecuencia aconsejada de 50 Hz, y no bajar por debajo de 20 Hz. 8. Se realizarán un máximo de tres sesiones a la semana, en días alternos. 9. El tiempo de exposición al estimulo vibratorio por sesión durante las primeras 4 semanas no deben sobrepasar los 10-12 minutos. 10. Se cambiará la rutina que debe seguir un paciente principiante o sedentario cada mes, o cuando se haya adaptado de forma eficiente al estímulo vibratorio al que ha sido sometido. FIGUrA 3 Posición básica que hay que adoptar al situarse sobre una plataforma de vibraciones de cuerpo completo (VCC). Un ejemplo de trabajo completo con un individuo principiante sería el siguiente: realizar un ejercicio de mantenimiento sobre la plataforma, con ligera flexión de cadera, rodilla y tobi- llo, con el fin de evaluar su forma física; esta posición puede repetirse de una a tres series (según el tiempo de exposición y la forma física). Durante las siguientes sesiones de exposi- ción, se irá aumentando el tiempo en cada serie, pudiendo llegar al minuto, sin olvidar que se debe respetar el mismo tiempo de recuperación. InDICaCIonES Las indicaciones de la vibroterapia debemos abordarlas desde perspectivas diferentes si estamos ante una aplicación torácica, problemas respiratorios, o cuando se emplea mediante plataformas vibratorias en cualquier tipo de problema. Esta última modalidad terapéutica de VCC se suele aplicar de forma genérica con el objeto de mejorar la condición física y la reeducación funcional de los sujetos. Pero en los últimos estudios aparecen beneficios en diferentes patologías como osteoporosis, obesidad y sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, algunas de las relacionadas con el envejecimiento e incluso en las disfunciones del suelo pélvico, entre otras. Además, se está empleando en el acondicionamiento físico y deportivo para el desarrollo del refuerzo muscular, la mejora de las capacidades físicas (velocidad o resistencia), etc. En adición, en el ámbito esté- tico se está implementando y aprovechando su acción lipolítica, anticelulítica y de drenaje. Creemos muy oportuno referirnos a los beneficios que el uso de las plataformas VCC tie- nen sobre diferentes sistemas corporales: endocrino, osteoarticular, neuromuscular y cardio- vascular. Se puede considerar que la actividad física y/o los procedimientos de fisioterapia suplementada con VCC pueden tener numerosas aplicaciones tanto en el campo de la fisio- terapia-rehabilitación como en el mundo deportivo y estético, con una visión tanto preven- tiva como terapéutica. No obstante, también hay numerosos estudios que demuestran la inexistencia de beneficios sistémicos si se aplican parámetros inadecuados y la forma de uti- lización es incorrecta. En estos casos se puede llegar a provocar un deterioro de las variables que se pretende mejorar e incluso inducir lesiones graves a los pacientes y usuarios. Por ello, el tratamiento con VCC puede emplearse como entrenamiento suplementario o alternativo, en especial en caso de lesiones, pero bajo el control de un profesional de la salud como es el fisioterapeuta. La facilidad de uso de las máquinas de vibraciones y el poco tiempo necesario para que se produzcan resultados permiten que este tipo de trabajo pueda ser un buen com- plemento o alternativa a otras técnicas de fisioterapia y/o métodos de entrenamiento (por ejemplo, la realización de Pilates sobre ellas). Aun así, sigue siendo un procedimiento nove- doso y no se han valorado los efectos de exposición prolongada a la vibración a largo plazo. EFECToS aDVErSoS y ConTraInDICaCIonES Las contraindicaciones derivadas de los procedimientos de vibroterapia son principalmente las que se refieren a las malas aplicaciones de las técnicas y la impericia del fisioterapeuta. Por otro lado, los efectos adversos derivados del uso de plataformas de vibración completa no se conocen con suficiente claridad. Sin embargo, existen evidencias científicas que proponen una serie de alteraciones achacables al empleo inadecuado de estos procedimientos de vibración, casi todos provocados por posicionamientos incorrectos y/o sobreuso de este método de entrenamiento y recuperación funcional(Chulvi, 2006) (tabla 3). A continuación, pasamos a exponer una serie de contraindicaciones que no debemos olvi- dar antes de aplicar una sesión de VCC en un paciente o usuario. Con el fin de hacer una diferenciación, para una mayor operatividad las hemos dividido en absolutas y relativas, que serán sopesadas por el fisioterapeuta en cada caso concreto. Contraindicaciones absolutas 1. Marcapasos, arritmias y/o mal funcionamiento de las válvulas cardíacas. 2. Embarazo. 3. Epilepsia. 4. Trombosis aguda y reciente. 5. Infección e inflamación agudas. 6. Tumores o patologías malignas. 7. Implantes recientes. 8. Fracturas recientes. 9. Patología discal aguda. 10. Tendinopatías agudas. 11. Litiasis de vías renales y biliares. 12. Episodios agudos de osteoartritis, artritis, artrosis y osteoporosis avanzadas. Contraindicaciones relativas 1. Niños. 2. Migraña aguda. 3. Hernias discales, discopatías, espondilosis, espondilólisis y espondilolistesis. 4. Enfermedad cardiovascular. 5. Mujeres con DIU colocado recientemente. 6. Personas con material osteosintético. 7. Diabéticos. 8. Heridas postoperatorias recientes (especialmente en lesiones oculares). bibliografía Abercromby AF, Amonette WE, Layne CS, McFarlin BK, Hinman MR, Paloski WH. Vibration exposure and biodynamic responses during whole-body vibration training. Med Sci Sports Exerc 2007;39(10):1794-800. Al-Alaiyan S, Dyer D, Khan B. Chest physiotherapy and post-extubation atelectasis in infants. Pediatric Pulmonology 1996;21:227-30. Antonello M, Delplanque D. Fisioterapia Respiratoria. 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Efecto negativo Estudio Edemas y eritemas Kerschan-Schindl et al. 2001; Rittweger et al, 2002a Vértigos, lumbalgias, epilepsia Mester et al, 2005 Síndrome por vibración, presentando disfunciones neuronales Jordan et al, 2005 Lumbalgias Rittweger et al, 2002b; Jordan et al, 2005 Molestias y dolores en sujetos desentrenados Rittweger et al, 2003; Cardinale y Pope, 2003 Reducción en el flujo sanguíneo, posibilidad de «dedo blanco» Bovenzi et al, 2001; Bovenzi y Hulshof, 1999 Un excesivo tiempo de exposición a vibraciones puede provocar fatiga e inhibición del rendimiento muscular Bosco et al, 1998; De Ruiter et al, 2003; Cardinale y Pope, 2003
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