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Eduardo Malvino Buenos Aires, 2017 Edición Ampliada, Actualizada y Corregida Hemorragias Obstétricas Graves www.obstetriciacritica.com 2 www.obstetriciacritica.com 3 Biblioteca de OBSTETRICIA CRÍTICA • Tomo II Hemorragias Obstétricas Graves Eduardo Malvino Médico especialista en Terapia Intensiva Buenos Aires. Argentina www.obstetriciacritica.com 4 Primera edición 2010 Segunda edición 2017 CC (by) Eduardo Malvino Buenos Aires, Argentina Publicación electrónica de libre difusión, sin valor comercial. No requiere autorización escrita del autor para disponer del texto en forma parcial o total. El crédito de las ilustraciones corresponde a los titulares, motivo por el que fueron excluidas de esta versión pública; excepto aquellas que son de dominio público. www.obstetriciacritica.com 5 Prefacio Se transcribe el siguiente párrafo, ya difundido en otras publicaciones, que exime de todo comentario: La Sra. X murió en la sala de partos de un hospital. El médico que la atendió certificó que su muerte fue debida a una hemorragia por placenta previa. El obstetra dijo que la hemorragia podría no haber sido fatal si la Sra. X no hubiera estado anémica por una infección parasitaria y desnutrición. También existía preocupación porque la Sra. X había recibido solo 500 ml de sangre y porque había muerto durante una operación cesárea realizada por un médico que recién iniciaba su capacitación. El administrador del hospital advirtió que la Sra. X no había llegado al hospital hasta 4 horas después de haber comenzado la hemorragia, y que había tenido severos episodios de pérdidas sanguíneas durante el último mes para los cuales no buscó atención médica. El sociólogo observó que la Sra. X tenía 39 años, 7 gestaciones y 5 hijos vivos, nunca había usado anticonceptivos y la última gestación había sido no deseada. Además, era pobre, analfabeta y vivía en una zona rural. Este relato fue presentado por el Profesor Mahmoud F. Fathalla en una sesión de la Reunión Internacional sobre Mortalidad Materna en la OMS, en noviembre de 1985. El mismo podría rotularse de anacrónico y exclusivo de países en vías de desarrollo. Sin embargo, referencias mas recientes advierten sobre la vigencia universal del mensaje, aunque las causas pudieran diferir. Se estima que, sesenta por ciento de las parturientas con hemorragias obstétricas reciben atención sub- estándar. En 2011, Marie Pierre Bonnet y colaboradores estudiaron treinta y ocho mujeres fallecidas en Francia por hemorragias obstétricas graves durante el periodo 2000-2003. Efectuado el diagnóstico, el tiempo promedio para iniciar la transfusión fue 82 minutos y tres mujeres no las recibieron previo a su deceso; no se efectuaron estudios de coagulación en veinte enfermas; la concentración de hemoglobina fue medida solo una vez en siete de veintidós pacientes que sobrevivieron más de 6 horas y cinco de ellas fueron extubadas durante el periodo de sangrado activo. Con el deseo de contribuir a un mejor conocimiento del tema, esta publicación resume la experiencia recogida por un integrante del equipo de profesionales que asistió a 447 enfermas con hemorragias obstétricas graves, ingresadas en una unidad de cuidados intensivos en el transcurso de 22 años, con óptima sobrevivencia. El Autor www.obstetriciacritica.com 6 BIBLIOTECA de OBSTETRICIA CRITICA Tomo I. Cuidados Intensivos Obstétricos Tomo II. Hemorragias Obstétricas Graves Tomo III. Preeclampsia Grave y Eclampsia Tomo IV. Infecciones Graves en el Embarazo y el Puerperio Tomo V. Cuidados Intensivos Cardiológicos en Pacientes Obstétricas Tomo VI. Embolia de Líquido Amniótico Tomo VII. Abdomen Agudo Quirúrgico en Gestantes Tomo VIII. Complicaciones Neurológicas en el Embarazo y el Puerperio Tomo IX. Politraumatismos e Intoxicaciones en el Embarazo Tomo X. Patología Obstétrica Crítica www.obstetriciacritica.com 7 Capítulo 1. ASPECTOS GENERALES Hemorragia obstétrica previsible 19 Definición y clasificación 20 Factores de riesgo y su valor predictivo 20 Criterios de gravedad 23 Medición o estimación del volumen del sangrado 24 Hemorragias graves controladas versus no controladas 25 Reconocimiento de las hemorragias masivas y exanguinantes 25 Medidas de prevención ante hemorragias masivas 26 Demoras mínimas obligatorias 27 Integración multidisciplinaria 27 Protocolos de tratamiento 28 Recursos terapéuticos 28 Radiología intervencionista 29 Sub-utilización de recursos 30 Morbi-mortalidad materna debido a hemorragias obstétricas 28 Reporte de eventos adversos 31 Claves para el éxito 31 Referencias bibliográficas 32 Capítulo 2. ETIOLOGIA DEL SANGRADO OBSTETRICO Introducción 37 Orientación diagnóstica general 37 Enfoque diagnóstico y terapéutico antes del parto 38 Placenta previa 39 Factores de riesgo y patogenia 39 Cuadro clínico 40 Tratamiento 41 Pronóstico 43 Desprendimiento placentario 43 CONTENIDO Contenido www.obstetriciacritica.com 8 Frecuencia 43 Factores de riesgo 43 Patogenia 44 Cuadro clínico 44 Tratamiento 46 Pronóstico 47 Enfoque diagnóstico y terapéutico durante el parto 48 Ruptura uterina 48 Frecuencia 48 Patogenia y factores de riesgo 48 Cuadro clínico 50 Tratamiento 52 Pronóstico 53 Vasa previa 54 Frecuencia 54 Patología 54 Cuadro clínico 55 Tratamiento 55 Causas mas frecuentes de hemorragia obstétrica en el periodo postparto 55 Acretismos placentarios 56 Frecuencia 56 Factores de riesgo 57 Patogenia 58 Diagnóstico 58 Cuadro clínico 60 Tratamiento 59 Pronóstico 70 Atonía uterina 71 Frecuencia 71 Factores de riesgo y patogenia 71 Diagnóstico 72 Prevención 72 Tratamiento 72 Laceraciones cérvico-vaginales 73 Factores de riesgo 73 Diagnóstico 74 Tratamiento 74 www.obstetriciacritica.com 9 Inversión uterina 74 Frecuencia y patogenia 74 Cuadro clínico 75 Tratamiento 75 Hemorragias secundarias 76 Retención de restos placentarios 76 Endometritis puerperal 77 Dehiscencia de la histerorrafia 77 Otras causas 77 Hemoperitoneo no traumático 78 Hematomas extraperitoneales 79 Hematoma del ligamento ancho 82 Estudios por imágenes en situaciones de emergencia y urgencia 83 Referencias bibliográficas 84 Capítulo 3. CAUSAS INFRECUENTES DE HEMORRAGIAS ABDOMINALES EN EL EMBARAZO Introducción 105 Hematoma de pared abdominal 105 Hemorragia en el embarazo abdominal 107 Hemorragia por malformaciónarteriovenosa y seudoaneurisma uterino 107 Malformaciones arterio-venosas 107 Seudoaneurismas 108 Ruptura hepática 109 Ruptura esplénica 110 Hemorragia retroperitoneal por angiomiolipoma renal 110 Ruptura espontánea de arteria uterina 111 Ruptura espontánea de venas útero-ováricas 111 Rupturas aneurismáticas abdominales en el embarazo y el puerperio 112 Ruptura de aneurisma de arteria esplénica 113 Ruptura de aneurisma de arteria renal 114 Ruptura de aneurisma de arteria ovárica 114 Ruptura de aneurisma de arteria adrenal 115 Seudoaneurismas, disección y ruptura de aneurismas aórticos abdominales 115 Ruptura de aneurisma de arteria ilíaca común 115 Otras patologías asociadas con sangrado obstétrico 115 Referencias bibliográficas 117 www.obstetriciacritica.com 10 Capítulo 4. FISIOPATOLOGIA DEL SHOCK HEMORRAGICO Introducción 123 Diagnóstico de shock 123 Desarrollo del shock y mecanismos compensatorios 123 Shock irreversible 128 Cambios hemodinámicos intraquirúrgicos 130 Signos clínicos que indican compromiso agudo de órganos durante el shock 130 Signos en el laboratorio del compromiso de la oxigenación sistémica 130 Coagulopatías en el curso del shock hemorrágico 131 Coagulopatía previa no diagnosticada 131 Coagulopatía dilucional post-transfusional 131 Coagulopatía por consumo y coagulación intravascular diseminada 131 Efectos fetales de la hemorragia materna 131 Referencias bibliográficas 132 Capítulo 5. HEMORRAGIAS OBSTETRICAS EXANGUINANTES Introducción 135 Definiciones y frecuencia 135 Reconocimiento de condiciones potencialmente exanguinantes 135 Acciones prequirúrgicas identificado un factor potencialmente exanguinante 136 Laboratorio básico previo a la intervención 136 Medidas preventivas para evitar la hemorragia exanguinante 136 La paciente con tratamiento anticoagulante o antiagregante plaquetario 137 Objetivos de la reanimación 138 Procedimientos en la sala de partos o el quirófano 138 Medidas transitorias para detener una hemorragia exanguinante 140 Oclusión de las hipogástricas mediante balones intra-arteriales 140 Cirugía de control de daños 141 Casuística sobre hemorragias masivas y exanguinantes 143 Referencias bibliográficas 144 Capítulo 6. REPOSICIÓN DE LA VOLEMIA Introducción 147 Prioridades para una reanimación racional 148 Monitoreo vital básico durante el sangrado activo 149 Vías de acceso vascular 149 www.obstetriciacritica.com 11 Vías venosas periféricas 149 Vías venosas centrales 150 Catéter radial 150 Reposición de la volemia con soluciones electrolíticas 151 Solución salina hipertónica 154 Uso de soluciones con coloides sintéticos 154 Albúmina sérica humana 155 Uso de drogas vasoactivas e inotrópicas 155 Medidas adicionales para redistribuir la volemia 155 Uso de pantalones no neumáticos anti-shock 155 Aspectos actuales de la reanimación en presencia de shock hemorrágico 157 Referencias bibliográficas 157 Capítulo 7. TERAPEUTICA TRANSFUSIONAL Introducción 161 Modificaciones fisiológicas de la volemia en el embarazo 161 Requerimientos transfusionales 162 Medidas preventivas 163 Pre-donación de sangre autóloga 164 Hemodilución aguda normovolémica 164 Hematocrito adecuado 165 Reposición de la masa globular 166 Sangre de banco 167 Prevención de la coagulopatía dilucional mediante el uso de plasma fresco 169 Indicaciones para transfundir plasma fresco congelado 169 Dosis 170 Efectos adversos y riesgos asociados con la transfusión de plasma 170 Demoras necesarias 170 Medidas complementarias 170 Uso intra-quirúrgico del recuperador eritrocitario 170 Autotransfusión sincrónica 172 Rechazo al uso de hemoderivados 173 Reacciones adversas transfusionales 174 Referencias bibliográficas 176 Capítulo 8. COHIBIR LA HEMORRAGIA Introducción 181 www.obstetriciacritica.com 12 Masaje uterino en caso de atonía 181 Efectos de las drogas útero-retractoras 182 Ocitocina 182 Carbetocina 184 Metilergonovina 185 Misoprostol 186 Carboprost 187 Sulprostone 187 Compresión uterina bimanual 188 Compresión de la aorta abdominal 188 Taponaje de la cavidad uterina y vaginal 189 Clampeo de los parametrios 193 Suturas hemostáticas 194 Suturas uterinas hemostáticas por aposición-compresión 194 ¿Suturas de compresión seguidas de ligaduras vasculares o secuencia inversa? 197 Ligadura de arterias hipogástricas 197 Ligadura de las arterias uterinas 199 Ligadura reglada de los pedículos vasculares 200 Opciones actuales a la histerectomía 201 Agentes tópicos para el control de la hemorragia durante la cirugía 202 Agentes mecánicos 203 Esponja o polvo de gelatina reabsorbible 203 Plancha de celulosa 203 Colágeno 203 Malla de polietilenglicol sintético 203 Kaolín 203 Esferas de polisacáridos 203 Agentes activos 203 Trombina tópica 204 Sellador con fibrina y trombina 204 Solución de Monsel 204 Agentes mixtos 204 Matriz de gelatina con solución de trombina 204 Colágeno con trombina y fibrina 204 Albúmina y glutaraldehido 204 Quitosano o chitosán impregnado en gasas 204 Electrocoagulación mediante haz de argón 205 www.obstetriciacritica.com 13 Histerectomía periparto de urgencia: última opción 205 Frecuencia205 Factores de riesgo para la histerectomía 206 Indicaciones 206 Técnica 208 Riesgos y recaudos 208 Morbi-mortalidad 209 Reexploración quirúrgica por hemorragias post-histerectomías 210 Referencias bibliográficas 211 Capítulo 9. EMBOLIZACION ENDOVASCULAR Introducción 225 Recursos 225 Indicaciones 226 Hemorragia post-parto vaginal 226 Hemorragia intra-cesárea 227 Hemorragia post-cesárea 228 Hemorragia post-histerectomía 228 Embarazo ectópico 230 Enfermedad trofoblástica 230 Embolización pre y post-aborto 230 Malformaciones arterio-venosas uterinas 230 Seudoaneurismas de arterias uterinas 231 Magnitud de la hemorragia 231 Control de efectividad 232 Usos profilácticos de la embolización para evitar hemorragia exanguinante 232 Vías de acceso 232 Material embolizante 233 Tiempo requerido para implementar el procedimiento 233 Limitaciones del tratamiento endovascular 233 Condiciones técnicas 234 Complicaciones 235 Efectos sobre la futura fertilidad 236 Conclusiones 236 Referencias bibliográficas 237 Capítulo 10. HEMOSTASIA NORMAL Y LABORATORIO CLINICO www.obstetriciacritica.com 14 Introducción 243 Función de las plaquetas 243 Mecanismo de la coagulación 243 Mecanismo intrínseco. Activación de la vía intrínseca 243 Mecanismo extrínseco. El factor tisular 243 Vía final común y formación de fibrina 245 Factores de síntesis hepática 245 Factores dependientes de la vitamina K 246 Inhibidores fisiológicos de la coagulación 246 Mecanismo fibrinolítico 247 Activadores de la fibrinolisis 247 Inhibidores fisiológicos del sistema fibrinolítico 248 Rol del endotelio 249 Rol de los eritrocitos 249 Sistema calicreina-bradiquinina 249 Inhibidores de las quininas 250 Modificaciones de la coagulación y la fibrinolisis en el embarazo normal 250 La coagulación en la interfase útero-placentaria 253 Modificaciones durante el puerperio 253 Estudios en el laboratorio clínico 254 Tiempo de sangría 254 Tiempo de coagulación y retracción del coágulo 255 Tiempo de coagulación con plasma recalcificado 255 Tiempo de protrombina 255 Tiempo parcial de tromboplastina 255 Tiempo parcial de tromboplastina activada 255 Tiempo de trombina 256 Concentración de fibrinógeno 256 Antitrombina III 257 Tiempo de euglobulinas 257 Productos de degradación del fibrinógeno / fibrina 258 Dímero D 258 Conceptos básicos de tromboelastografía y tromboelastometría 258 Introducción 258 Equipamiento 259 Registros 260 www.obstetriciacritica.com 15 Intervenciones durante las mediciones 262 Tromboelastografía en el parto y el puerperio normal 262 El tromboelastograma en la hemorragia postparto 264 Orientación para el tratamiento de la coagulopatía hemorrágica según los resultados del TEG 264 Referencias bibliográficas 265 Capítulo 11. COAGULOPATIA DILUCIONAL EN LAS TRANSFUSIONES MASIVAS Introducción 269 Fisiopatología de la coagulopatía dilucional 271 Trombocitopenia dilucional 271 Dilución de los factores de la coagulación 271 Prevención de la coagulopatía dilucional 271 Sangrado activo por coagulopatía dilucional 273 Condiciones inductoras o agravantes de la coagulopatía dilucional 275 Hipocalcemia 275 Hipotermia 275 Acidosis metabólica 276 Riesgo de enfermedad tromboembólica luego de padecer hemorragia post-parto 276 Referencias bibliográficas 277 Capítulo 12. ACTIVACION DE LA COAGULACION EN LA CID Introducción 279 CID en el shock hemorrágico de causa obstétrica 280 CID en el desprendimiento placentario 282 CID en presencia de feto muerto 283 Diagnóstico de CID 283 Criterios de gravedad en la CID 284 Tratamiento de la CID 285 Tratamiento de la causa que origina la CID 285 Soporte de las funciones vitales 285 Reposición de los factores y plaquetas consumidas 286 Inhibir la formación de trombina 286 Factor VII activado recombinante 287 Tratamiento de la hiperfibrinolisis secundaria 288 Fibrinólisis primaria 289 Introducción 290 Diagnóstico diferencial de la fibrinolisis primaria con la CID 290 www.obstetriciacritica.com 16 Prevención del sangrado obstétrico con antifibrinolíticos 290 Referencias bibliográficas 291 Capítulo 13. INHIBIDORES ADQUIRIDOS DE LA COAGULACION Introducción 295 Referencias bibliográficas 297 Capítulo 14. COMPLICACIONES VINCULADAS CON EL SANGRADO OBSTETRICO Introducción 299 Apoyo respiratorio 299 Soporte hemodinámico 300 Conservación de la temperatura corporal 301 Corrección de la acidosis metabólica 301 Alcalosis metabólica 302 Hipocalcemia 302 Alteraciones séricas del potasio y el magnesio 303 Tratar las coagulopatías vinculadas a la hemorragia 303 Referencias bibliográficas 304 Capítulo 15. CONSIDERACIONES ANESTESICAS La anestesia como factor de riesgo para la hemorragia obstétrica 305 La anestesia en la paciente con hemorragia obstétrica grave 305 Anestesia regional 307 Referencias bilbiográficas 307 Capítulo 16. CUIDADOS POSTOPERATORIOS Introducción 309 Asegurar el control definitivo de la hemorragia 309 Edema corporal post-resucitación 310 Apoyo cardiovascular 311 Isquemia miocárdica311 Apoyo de la función respiratoria 311 Sobrehidratación pulmonar 311 Distrés pulmonar del adulto e injuria pulmonar 312 Injuria pulmonar aguda relacionada con la transfusión 312 Insuficiencia renal aguda 313 www.obstetriciacritica.com 17 Función hepática 314 Íleo post-operatorio y colitis isquémica 314 Síndrome de Ogilvie 314 Colitis isquémica 314 Lesiones urológicas vinculadas con la histerectomía de urgencia 315 Riesgo de septicemia 315 Prevención de la trombosis venosa 315 Otros aspectos a considerar 316 Síndrome de Sheehan 316 Isquemia cerebral 316 Síndrome compartimental del miembro inferior 316 Evaluación y registro de lo actuado 317 Morbilidad 317 Identificación de las disfunciones orgánicas 318 Cardiovascular 318 Renal 318 Respiratoria 318 Digestiva 318 Referencias bibliográficas 318 Capítulo 17. TRASLADO DE PACIENTES CON HEMORRAGIAS OBSTETRICAS Introducción 321 Comunicaciones y traslados 321 Indicaciones para el traslado materno 321 Requisitos previos al traslado 322 Cuidados durante el traslado 323 Equipamiento mínimo necesario 323 Referencias bibliográficas 324 www.obstetriciacritica.com 18 www.obstetriciacritica.com 19 CAPITULO 1 Se estima que la prevalencia global de las hemorragias obstétricas patológicas es de 5-6% aproximadamente, pero que la misma asciende a 11% cuando se utilizan métodos objetivos para la medición de las pérdidas (Rajan 2010). En nuestro centro asistencial, una mayor prevalencia de hemorragias se relacionó con el aumento del número de cesáreas (Zaki 1998), el incremento en la edad de las embarazadas (Hung 1999) y la mayor incidencia de gestaciones múltiples (Malvino 2009). En naciones industrializadas, el 1,86% de los nacimientos se complican con hemorragias severas, 0,3% necesitan ingresar a la unidad de cuidados intensivos, siendo responsables del 13-25% de las muertes maternas (Rath 2011, Montufar 2013, Alexander 2013). Mientras en el Reino Unido, el riesgo de muerte por hemorragia post-parto es 1:100.000; en naciones no industrializadas este valor asciende a 1:1.000 (Carroli 2008, Rath 2011, Haeri 2012). La principal causa de hemorragia obstétrica grave es la atonía uterina y su incidencia en los EEUU tiende a incrementarse (Callaghan 2010). En Argentina, las hemorragias obstétricas graves representan la segunda causa de muerte materna y a nivel mundial se estima que provocan la pérdida de 125.000 a 150.000 vidas cada año. En una serie de 294 mujeres con 588 embarazos que padecieron hemorragia postparto, el 29% cursaba el primer embarazo, el 18% el segundo y en el 8% la hemorragia fue recurrente (Ford 2013). En su mayor parte, afecta a pacientes en transcurso del tercer trimestre del embarazo o en el puerperio inmediato; se trata de hemorragias de origen útero-placentario o vaginal, asociadas con anemia aguda y descompensación hemodinámica que se manifiesta por hipotensión arterial persistente o shock. Con la operación cesárea, el riesgo de hemorragia grave, duplica al observado durante el parto vaginal (Rossen 2010). Hemorragia obstétrica previsible Se refiere a la pérdida hemática habitual durante el parto vaginal u operación cesárea abdominal no complicada. Estos valores representan un monto de hasta 500 mL en el parto y hasta 1.000 mL en la operación cesárea; sin embargo, el 40% de las enfermas exceden ese valor en el parto y el 30% lo supera con la cesárea (Jansen 2005). El sangrado máximo considerado normal es 1.000 mL medido a través de los sistemas de recolección en el parto o por el aspirado del campo quirúrgico y el peso de las gasas utilizadas durante la cesárea. Con las pérdidas mencionadas, la caída de la hemoglobinemia resulta inferior a 2 g/dL en la mayor parte de las mujeres (Rosales 2013), aunque resulta suficiente para que el 80% de las enfermas padezca anemia post-cesárea, tomando como referencia un límite inferior de la concentración normal, de 10,5 gr/dL (Fernández 2010). Mujeres con anemia pre-concepcional y/o de contextura física menuda, podrán no tolerar pérdidas sanguíneas de 500 mL (El-Refaey 2003). En el parto vaginal, existe una subestimación visual en el monto del sangrado que conlleva a la posibilidad de sub-valorar los volúmenes perdidos (Bose 2006). Este error se incrementa cuanto mayor es la hemorragia (Prasertcharoensuk 2000, Dildy 2004, Patel 2006). La estimación del monto representa solo una parte del Aspectos Generales Contenido www.obstetriciacritica.com 20 volumen total del sangrado, en consecuencia, debemos complementar nuestra guía por los controles vitales y los parámetros obtenidos luego de la reposición de la volemia. Si el volumen de sangre perdida no fue aún restituido con soluciones intravenosas, el valor del hematocrito no exhibirá cambios antes que se establezca la transferencia de líquido intersticial al intravascular. Luego, con la reposición de la volemia mediante soluciones cristaloides o coloides el hematocrito adquiere su real valor, antes de proceder a reconstituir la masa globular (Rath 2011). Las actuales estrategias para reducir el sangrado post-parto resultaron efectivas. En contraposición al manejo pasivo, expectante, conservador o fisiológico; el manejo activo del tercer periodo del parto demostró sus beneficios, tabla 1. Manejo pasivo Manejo activo • Útero-retractores solo ante el sangrado excesivo • Clampeo tardío del cordón • Placenta liberada por gravedad y pujos maternos • Uso universal de útero-retractores • Clampeo precoz del cordón • Liberación placentaria mediante tracción suave del cordón Tabla 1. Conducción del trabajo del parto Definición y clasificación Se consideran hemorragias obstétricas graves a aquellas cuyo volumen, en el periodo periparto, superan los 1.000 mL. La tolerancia a las pérdidas hemáticas en valores absolutos se relaciona con el grado de anemia previo al parto, el monto de la volemia - menor en mujeres con contextura física reducida -, como así también de la velocidad con que la hemorragia se desarrolla (Rath 2011). Burtch (2016) propuso redefinir el monto de las pérdidas en función de la superficie corporal, representándolo como un porcentaje de la volemia, estimada a partir de aquella. Así, en la población estudiada, la superficie corporal media fue 1,9 m2 y la volemia promedio de 5.046 mL. Las pérdidas sanguíneas promedio habituales fueron 300 mL y representaron el 5,9% de la volemia. Otras definiciones incluyen como guía la caída del hematocrito, la hemoglobinemia o la necesidad de efectuar transfusiones de sangre para asegurar un volumen eritrocitario adecuado (Rajan 2010). Para ello, toman como valores de referencia una caída de más de 4 gr/dL en la concentración de hemoglobina o la necesidad de transfundir más de 4 unidades de sangre (Shevell 2003). No obstante, el valor del hematocrito o la concentración de hemoglobina dependerán de sus valores previos al inicio de la hemorragia y del momento en el que se realiza la medicióndurante el transcurso del sangrado o posterior al mismo y del tratamiento instituido, incluyendo la reposición de la volemia y las transfusiones de sangre (Karlsson 2009). Las hemorragias postparto se clasifican en primarias y secundarias, según se inicien dentro de las primeras 24 horas posteriores al nacimiento o entre el 2º y el 42º día del puerperio. Las hemorragias primarias se presentan en 4-6% de los nacimientos y tienen su principal origen en la atonía uterina en el 80% o más de los casos (ACOG 2006). Factores de riesgo y su valor predictivo Entre los factores de riesgo reconocidos se citan a la operación cesárea, la miomatosis uterina, la inducción del parto, el embarazo múltiple, un índice de masa corporal menor de 30, las coagulopatías previas, la placenta previa, los trastornos adherenciales de la placenta, la macrosomía, la preeclampsia, la placenta retenida, la amnionitis y las intervenciones vaginales (Rossen 2010, Kramer 2011, Shields 2011, Paglia 2012). www.obstetriciacritica.com 21 Sobre más de 11.000 nacimientos en 24 maternidades de Argentina y Uruguay, se identificaron los factores de riesgo para hemorragia grave postparto vaginal, que se presentó en el 1,9% de los nacimientos. Las patologías identificadas fueron: retención de restos placentarios, embarazo múltiple, macrosomía, inducción del parto y necesidad de sutura perineal (Sosa 2009). Si bien algún factor de riesgo individual es identificado en el 40% de las hemorragias obstétricas graves, en general, ellos resultan pobres predictores para identificar quienes desarrollarán la enfermedad (Rath 2011) debido a su baja especificidad. A pesar de sus limitaciones, son los únicos elementos con que contamos en la actualidad para generar un estado de alarma preventivo (Hazra 2004, Magann 2005, Oyelese 2010, Dilla 2013). En pacientes con bajo riesgo, la hemorragia surgirá de manera imprevista (Mousa 2001), por lo tanto, todos los recursos para la atención de esta emergencia deberán estar disponibles de inmediato. Esta circunstancia surgió en 0,8% de los casos, en comparación con aquellas gestantes que reunían criterios de alto riesgo y en las que la hemorragia las afectó en un porcentaje del 7,3% (Dilla 2013). Las siguientes, fueron enunciadas como patologías de riesgo para desarrollar hemorragias obstétricas graves (Oyelese 2007, Kramer 2013): Acretismo placentario Placenta previa Cesárea Dilatación cervical manual Parto forcipal Parto en avalancha Infecciones vaginales Preeclampsia Desprendimiento placentario Muerte fetal Vasa previa Seudoaneurismas uterinos Polihidramnios Embarazo múltiple Trabajo de parto prolongado Corioamnionitis Miomatosis uterina Malformaciones uterinas Macrosomía Gran multípara Inducción del parto Anemia previa Coagulopatía previa Malformaciones arteriovenosas Tabla 2. Afecciones vinculadas con sangrado obstétrico grave De todos los factores consignados, solo algunos pocos exhiben un odds ratio mayor de 4: desprendimiento placentario sospechado o confirmado, placenta previa demostrada, gestación múltiple y preeclampsia (RCOG 2009). Kramer (2013) sumo dentro de este subgrupo a la laceración cervical y a la ruptura uterina; y Vinograd (2015) agregó el antecedente de acretismo. Es conocida la relación entre el riesgo de padecer una hemorragia obstétrica grave y la edad materna mayor de 35 años (Ohkuchi 2003, Al-Zirqi 2008, Kramer 2013, Rocha 2015), tanto con el nacimiento por parto vaginal como con la operación cesárea (Ohkuchi 2003, Chhabra 2004). El 43% de nuestras enfermas, pertenecientes a una clase socio-económica media-alta superaron ese límite etario (Malvino 2009). En EEUU se observó mayor riesgo de muerte por hemorragia en el grupo etario 40-49 años (Chichakla 1999). Se observó una relación significativa entre la posibilidad de desarrollar una placenta previa y la edad materna avanzada o la multiparidad (Ananth 1996). Otros autores determinaron que la probabilidad de sangrado obstétrico durante el tercer trimestre de gestación se incrementa aproximadamente 70% cuando el periodo entre gestaciones fue inferior a seis meses (Conde- Agudelo 2005). En otro trabajo, los mismos autores también demostraron mayor riesgo de hemorragia postparto en embarazadas adolescentes. El parto prolongado en su segundo y tercer estadio y la carencia de ocitócicos luego del parto se vincularon con aumento de la hemorragia (Selo-Ojeme 1997, Bais 2004, Magann 2008). www.obstetriciacritica.com 22 La frecuencia de hemorragias obstétricas superiores a 1.500 mL resulta mayor con la operación cesárea de urgencia que con la misma cirugía programada: 3,2% versus 1,9% (Waterstone 2001, Skjeldestad 2012). La extensión de la incisión de una histerotomía aumenta el sangrado comparado con la utilización de un método romo (Magann 2002). La remoción manual de la placenta incrementa el sangrado con respecto al alumbramiento espontáneo (Hidar 2004, Ramadani 2004) si bien otros autores no avalan esta afirmación cuando el procedimiento es ejecutado durante la cesárea (Gol 2004). La anestesia regional durante la operación cesárea se vinculó con menor pérdida sanguínea en comparación con la anestesia general (Sule 2005). En el momento de tomar decisiones, se tendrá presente que, durante la cesárea-histerectomía programada el monto de la hemorragia fue 2.100 mL y aumentó a 4.200 mL cuando se efectuó con carácter de urgencia (Weiss 2002). Al rehusar las transfusiones de sangre, las enfermas que practican la religión Testigos de Jehová, incrementan el riesgo de fallecer 44 veces (Singla 2001). Cuando la hipertensión gestacional o la preeclampsia leve aparecen, el riesgo de hemorragia post-parto aumenta; 10,4% sufren sangrado grave (Koopmans 2014). En fecha mas reciente, se comprobó que el riesgo de hemorragia postparto aumenta 1,4 a 1,9 veces entre las mujeres bajo tratamiento con antidepresivos inhibidores de la recaptación de la serotonina y no-serotonínicos, como así también con los tricíclicos (Palmsten 2013, Hanley 2016, Braillon 2016). Otros autores destacan la elevada posibilidad de transfusiones en presencia de hemorragias por placenta previa, acretismo y operación cesárea (Reyal 2004). El desprendimiento placentario se vinculó con el número de gestaciones previas, en particular cuando estas se sucedieron en mujeres jóvenes (Ananth 1996, Rasmussen 2000). Se estableció una estrecha correlación entre la tasa de mortalidad materna y la calidad del servicio, definida esta última tomando como base el Reporte Mundial de la Salud del año 2000 (WHO 2005). Un estudio de casos y controles mostró que el riesgo de muerte aumentaba 10 veces cuando la estructura hospitalaria no era la adecuada. Estas variables incluyen: 1. ausencia de guardia obstétrica activa y de atención obstétrica esencial 2. ausencia de residencia en obstetricia, indicador indirecto de disponibilidad de personal de planta y conducción acreditado en la especialidad 3. menos de 1.500 partos por año Los centros asistenciales nivel 2, deberán contar con servicio de hemoterapia y anestesiólogo de atención permanente. Pero, además, deberá destacarse que el retraso en acceder a estos recursos condiciona una importante morbi-mortalidad (Selo-Ojeme 1997). Severa anemia durante el embarazo fue un factor determinante de la evolución, presente en el 20% de las muertes maternas por hemorragias post-parto (Geller 2006, Ijaiya 2003). Por otra parte, la hemorragia prenatal de origen desconocido, antes de las 34 semanas de gestación se vincula con un incremento del riesgo de parto pretérmino entre tres a cinco veces (Yeung 2012). El 8,1% de las enfermas con hemorragia postparto repite el sangrado en gestaciones ulteriores, resultando de igual etiología en el 68% de los casos (Kominiarek 2007, Rajan 2010).Sin embargo, otros autores no consideraron a este antecedente un factor de riesgo importante (Selo-Ojeme 1997). En fecha mas reciente, se www.obstetriciacritica.com 23 efectuó un estudio sobre mas de medio millón de mujeres con hemorragia postparto pertenecientes al registro sueco 1997-2009. El antecedente de hemorragia postparto incrementa el riesgo de padecerla en el segundo embarazo en 3 veces, por igual o diferente etiología (Oberg 2014). Criterios de gravedad Existen diversos criterios para evaluar la gravedad, destacándose aquellos que se basan en la cuantificación de las pérdidas sanguíneas o en el volumen de reposición de la volemia, por ser estos los de mayor aceptación entre diversos autores. Para expresar las pérdidas en función de la volemia, se deberá tener en consideración que la misma al final del embarazo representa el 8,5-9% del peso corporal aproximadamente, mientras que el valor normal de la volemia en no gestantes es 7% del peso corporal. Las pérdidas normales durante el parto son 500 mL aproximadamente y se elevan a 800 mL con la operación cesárea. Se consideran hemorragias obstétricas graves a aquellas cuyo volumen, en el periodo periparto, supera 1.000 mL. Si bien no existe acuerdo, la mayor parte de los autores consideran hemorragias masivas a aquellas que representan el 25% de la volemia o 1.500 mL (Hazra 2004). El término hemorragia exanguinante surge de la cirugía del trauma, para referirse a sangrados cuyo volumen supera el 40% de la volemia o 2.500 mL, 150 mL/minuto durante 20 y más minutos o bien 10 o mas unidades de glóbulos rojos transfundidos en el parto o cesárea. En estas dos últimas circunstancias, el riesgo de vida resulta obvio, cuadro 1. 1. Criterio basado en las pérdidas hemáticas a. Evaluación subjetiva y objetiva I. Graves: ≥ 1000 mL II. Masivas: ≥ 1.500 mL III. Exanguinantes: ≥ 2.500 ml o ≥ 150 mL/m b. Evaluación en base a estudios complementarios I. Caída del hematocrito ≥ 10 puntos – masiva – 2. Criterio basado en el recurso terapéutico a. Histerectomía de urgencia b. Ingreso a la unidad de cuidados intensivos c. Transfusión masiva: ≥ 4 unidades/hora o ≥ 50% volemia en tres horas 3. Criterio basado en la disfunción orgánica Cuadro 1. Clasificación de la gravedad de la hemorragia obstétrica de acuerdo con diversos criterios Se estima que alrededor de 150 mL de la sangre perdida está contenida dentro de la placenta expulsada (Quiñones 2010). La elevada irrigación sanguínea uterina al final de la gestación, del orden de 600-800 mL/m, y una amplia red anastomótica convierte cada caso en una potencial hemorragia exanguinante. Teniendo en cuenta las bajas tasas de mortalidad materna vinculadas con las hemorragias obstétricas en países desarrollados, se adjudicó relevancia al concepto de morbilidad obstétrica grave, entiendo por tal la existencia de toda complicación, durante cualquier periodo del embarazo o el puerperio, relacionada o agravada por la gestación o su manejo, excluyendo causas accidentales o incidentales (Malvino 2008). En general, los términos: casi perdido - near miss -, morbilidad materna severa o morbilidad obstétrica, se utilizan en forma indistinta. Sin embargo, la acepción “casi perdido”, hace referencia a la existencia de por lo menos un órgano con disfunción o insuficiencia (Paruk 2001). Existen definiciones aceptadas para considerar la insuficiencia o fallo www.obstetriciacritica.com 24 de cada órgano, mientras que disfunción es un término mas amplio que involucra a aquellas alteraciones fisiopatológicas que no llegan a cumplir con todos los criterios aceptados para falla o insuficiencia (Say 2004). Los requerimientos transfusionales en la hemorragia postparto, también fueron utilizados como criterio para identificar los casos con morbilidad materna severa (Sagot 2012). Medición o estimación del volumen del sangrado Está demostrada la subestimación visual de las pérdidas cada vez que se requiera reconocer el límite aceptado de 1000 mL, más allá del cual la situación se torna riesgosa (Prasertcharoensuk 2000, Bose 2006, Dildy 2004, Patel 2006, Kavle 2006, Stafford 2008). El error es de aproximadamente el -30% (Al-Kadri 2011). Por el contrario, existe una sobreestimación cuando las pérdidas resultan menores de 1.000 mL (Larsson 2006). Durante el parto u operación cesárea, se medirán las pérdidas por medio de sistemas graduados de recolección y se pesarán los apósitos utilizados (Prata 2005). A modo de ejemplo, una gasa de 4 x 4 centímetros empapada contiene en promedio 10 ± 2 mL de sangre (Quiñones 2010), tabla 3. Referencia Volumen aproximado (mL) Gasa 4 x 4 cm Gasa de 10 x 10 cm saturada Compresa de 45 x 45 cm saturada Compresa de 45 x 45 cm goteando Apósito 45 x 45 cm saturado Riñonera llena Sangrado profuso sobre la cama Sangrado profuso sobre la cama y el piso Charco sobre el piso de 50 cm de diámetro Charco sobre el piso de 75 cm de diámetro Charco sobre el piso de 100 cm de diámetro 10 60 75 100 350 500 ≥ 1.000 ≥ 2.000 500 1.000 1.500 Tabla 3. Volumen de la hemorragia mediante estimación visual La bolsa de recolección es un método práctico, sencillo y barato para cuantificar las pérdidas hemáticas. Se puso en duda su precisión cuando en el mismo recipiente confluye orina y líquido amniótico, junto con la sangre. Al respecto debe aclarse que, la vejiga será evacuada completamente por medio de una sonda vesical que será retirada luego de cumplir este objetivo y que, por otra parte, existen bolsas cónicas calibradas bicompartamentales, figura 1. Estas últimas permiten recolectar el líquido amniótico en una de las divisiones luego de la ruptura de membranas, para luego disponer del segundo recipiente donde de coleccionará la sangre vertida durante el parto (Tixier 2011). No obstante, el uso de estas bolsas queda restringido a la sala de partos; otros métodos serán utilizados durante las primeras horas posteriores al nacimiento. Los controles frecuentes de las pérdidas genitales en el puerperio inmediato y la correcta estimación visual lograda con personal de enfermería adiestrado (Lakhi 2014), permitirá el reconocimiento oportuno del límite mas allá del que define el comienzo del estado de alerta. También se recurrió al adiestramiento del equipo interviniente utilizando una tarjeta con imágenes de diferentes elementos impregnados en sangre y su correlación con volumen hemático perdido (Zuckerwise 2014). www.obstetriciacritica.com 25 Figura 1. Bolsa recolectora bicompartamentada. Tixier 2011 Otros sistemas mas complejos brindan mayor precisión que los métodos visuales y gravimétricos, para la medición de las pérdidas hemáticas. Uno de ellos se basa en la medición de la hemoglobina contenida en las compresas extraidas del campo operatorio; se esta manera se excluye de la evaluación otros líquidos que habitualmente impregnan las mismas – aminótico o de lavado – (Satish 2014). A través del cuadro clínico se sospechará la presencia de una hemorragia oculta, ya se trate de una colección intrauterina, hemoperitoneo, hematoma retroperitoneal, parietal o pelviano. La ecografía bed side es el método de elección para la confirmación diagnóstica de urgencia en estos casos. Hemorragias graves controladas versus no controladas La definición de hemorragia grave incluye la de hemorragia masiva y a su vez, esta última la de hemorragia exanguinante. Sin embargo, son las hemorragias exanguinantes las que contribuyen a incrementar el número de decesos maternos. Esta apreciación no implica restar importancia a la primera, si tenemos en cuenta que el concepto de hemorragia grave define con exactitud una situación de riesgo de vida potencial, que en algunas pacientes adquierecarácter real. En una primera serie de 247 gestantes con hemorragias obstétricas graves que tratamos entre 1992 y 2008, en el 57% de los casos se logró el rápido control de la hemorragia con adecuada reposición de la volemia y se evitó una situación de riesgo real. En la siguiente tabla se observa que en nuestra casuística solo el 10% de las hemorragias graves adquirieron carácter de exanguinantes. Hemorragias Pérdidas (mL) Volemia* (%) Prevalencia Graves ≥ 1.000 > 15 57% Masivas ≥ 1.500 > 25 33% Exanguinantes ≥ 2.500 > 40 10% Tabla 4. Magnitud de las hemorragias obstétricas. *Volemia al finalizar la gestación 8,5-9% peso corporal Reconocimiento de las hemorragias masivas y exanguinantes www.obstetriciacritica.com 26 Identificar la gravedad aceptando como base el volumen de reposición de la masa globular implica un reconocimiento tardío, toda vez que la hemorragia ya adquirió carácter crítico. Considerar como criterio de gravedad la definición de transfusión masiva, que identifica como tal aquella cuyo monto es igual o superior a cuatro unidades de glóbulos rojos en el transcurso de una hora, o bien el reemplazo del 50% de la volemia en tres horas; solo tendrá valor para efectuar su identificación retrospectiva. El Advanced Trauma Life Support – ATLS – es una guía y un programa de adiestramiento de postgrado para la asistencia inicial de la víctima de un politraumatismo. De acuerdo con este manual de procedimientos, en presencia de hemorragia aguda con hipotensión arterial, se procederá a la expansión de la volemia con solución electrolítica isotónica, solución de Ringer lactato o en su defecto solución fisiológica, cuyo volumen se calculará de acuerdo con el peso estimado: 50 mL por kg de peso. Este volumen de 3.000 mL para una mujer con peso promedio de 60 kg, coincide con el monto de reposición electrolítica inicial que corresponde a una pérdida sanguínea de 1.000 mL - relación 3:1 - a partir del que, nos encontramos en presencia de una hemorragia obstétrica grave. Figura 2. Relación entre el porcentaje de volemia perdida y su repercusión hemodinámica De acuerdo con la respuesta obtenida en los parámetros vitales: tensión arterial, pulso, perfusión tisular, se identificará precozmente aquellas enfermas con hemorragias masivas o que evolucionan hacia un sangrado exanguinante. Una respuesta adecuada y sostenida, junto con el control del sangrado, indica que la hemorragia no ingresará al rango de masiva o exanguinante. Una respuesta parcial y/o transitoria sin una hemostasia satisfactoria nos advierte sobre la posibilidad de una hemorragia masiva, mientras que una respuesta hemodinámica ausente anuncia la existencia de una hemorragia exanguinante en curso. Además, la guía establece la premura con la que se iniciará la transfusión. En la primera de las situaciones, si hubiera indicación, se efectuarán las pruebas de compatibilidad antes de proceder con la misma. En las otras dos circunstancias, la rápida recomposición del volumen globular justificará el uso de sangre isogrupo no compatibilizada o grupo 0 Rh negativa cuando el estado de la enferma es crítico. Medidas de prevención ante hemorragias masivas Se recomienda la prevención mediante el manejo activo en el tercer estadio del parto (Rogers 1998, McCormick 2002, Chong 2004) siendo que resulta superior al manejo expectante en relación con las pérdidas sanguíneas durante el parto y el puerperio. La utilización solo de ocitocina, reduce el riesgo de hemorragia postparto en 40- 50%, elevándose este porcentaje hasta 60-70% con el manejo activo del mismo (Keirse 1998). En paises no desarrollados, la incidencia de hemorragias obstétricas graves en el post-parto se redujo de 7,5% a 1% con el uso de ocitocina (Strand 2005). La ocitocina y la asociación ocitocina-ergonovina resultaron mas efectivos que http://www.facs.org/trauma/atls/index.html www.obstetriciacritica.com 27 el misoprostol en el manejo activo de la tercera etapa del parto (Villar 2002). Sin embargo, se aprecia una subutilización de este recurso en paises con alto porcentaje de partos domiciliarios (Flandermeyer 2010). ▪ Disponer de un protocolo de actuaciones ▪ Identificación de los factores de riesgo ▪ Convocar al equipo multidisciplinario ▪ Manejo activo del tercer periodo ▪ Colocación de varias vías venosas para reposición de la volemia ▪ Disponer de sangre compatibilizada ▪ Reserva suficiente de hemoderivados ▪ Balón aórtico o ilíaco bilateral pre-posicionado ▪ Colocación de catéteres ureterales doble J ▪ Posicionamiento de catéteres arteriales para embolización uterina ▪ Recuperador celular - cell saver - ▪ Manta térmica para la conservación de la temperatura corporal Cuadro 2. Medidas de prevención La indicación de episiotomía se hará solo en aquellos casos que lo requieran y en el momento oportuno, con la expulsión del feto se procederá a la sutura de la misma sin mas demora (Nunns 1995), evitando la contribución que al sangrado innecesario se facilita a través de la herida. Con el avance de los métodos diagnósticos: ecografía Doppler y resonancia nuclear magnética, otras patologías, como los trastornos adherenciales placentarios, podrán identificarse con elevado grado de certeza y se actuará en prevención de las hemorragias que inducen. Demoras mínimas obligatorias Con el inicio de la reposición de la volemia, dos medidas básicas complementarias se llevarán a cabo. La primera es obtener datos elementales de laboratorio y coagulograma que incluya: tiempo de protrombina, aPTT, recuento plaquetario, dosaje de fibrinógeno y productos de degradación del fibrinógeno. Estos estudios insumen aproximadamente 15 minutos para su determinación. La segunda indicación consiste en solicitar al servicio de hemoterapia la cantidad inicial de glóbulos rojos compatibilizados y otros hemoderivados. Contar con ambos implica una demora de entre 15 y 30 minutos. Durante dicho lapso se efectuará la reposición con cristaloides y coloides. Luego, ante un cuadro exanguinante se iniciará sin mas demora el tratamiento transfusional recurriendo, de ser necesario, al uso de sangre isogrupo no compatibilizada o de sangre grupo 0 factor Rh negativo. Con el pedido de sangre isogrupo no compatibilizada, el hemoterapéuta transfiere la responsabilidad al médico solicitante respecto a las consecuencias que tal proceder pudiera causar sobre la enferma. Este último no dudará que el riesgo supera con creces el beneficio, dejando constancia por escrito, en la historia clínica, de los fundamentos que justifican tal proceder. El recuperador celular – cell saver – no demora más de 10 minutos ponerlo en uso, cuando se encuentra dentro del quirófano. Disponer del equipo profesional de radiología intervencionista para embolización implica una demora de 45 minutos aproximadamente desde la convocatoria hasta el inicio del procedimiento. Integración multidisciplinaria www.obstetriciacritica.com 28 El tratamiento de la hemorragia grave excede el accionar del médico obstetra y el anestesiólogo. La primera línea de refuerzo la constituye un segundo médico que se hará cargo de la reanimación, y una enfermera encargada de colaborar en la obtención de las muestras para el laboratorio, obtener los resultados, solicitar material adicional y convocar al resto del equipo. La segunda línea de apoyo estará conformada por diversos especialistas según se los requiera, e incluye al intensivista, hematólogo y cirujano, entre otros (Brennan 2015). Un papel fundamental cumplirá el médico coordinador, encargado de ordenar el accionar del equipo, y luego evaluar las probables dificultades que pudieran surgir, con vista a su corrección (Antony 2013, Crowe 2014). Se comparó los resultadosobtenidos en dos grupos de enfermas con trastornos adherenciales placentarios, uno conformado por 57 pacientes bajo la atención de un equipo multidisciplinario y el otro confomado por 33 mujeres sin la atención del mismo. En el primero se observó menor sangrado y en consecuencia menor número de transfusiones (Shamshirsaz 2015). Protocolos de tratamiento Identificada la presencia de una hemorragia obstétrica con riesgo de vida, se pone en marcha una serie de conductas preestablecidas con la intención de reestablecer la homeostasis perdida (Wise 2010, CNGOF 2015, Fleischer 2016). Todo protocolo de tratamiento deberá ajustarse a los recursos de cada institución (Skupski 2006, Batra 2014). Con adecuada adherencia a las guías de tratamiento y ensayos periódicos, se observó una significativa disminución en la incidencia de hemorragia masiva de 1,70% a 0,45% (Rizvi 2004, Nadisauskiene 2014, Woiski 2015, Clak 2015). Estos protocolos generan cambios en las conductas terapéuticas, con un significativo incremento en el uso del balón intrauterino, las suturas hemostáticas por compresión y la embolización arterial (Einerson 2015). Por su parte, Shields (2011) notó control de la hemorragia en un periodo mas precoz, menor uso de hemoderivados y una reducción en la incidencia de coagulación intravascular diseminada, cuando se dispuso de un programa de atención. En 2008 se implementó en la provincia de Corrientes – Argentina - un proyecto basado en la elaboración de guías de tratamiento diseñadas según los principios del uso racional del tratamiento y la investigación. La iniciativa correspondió al Grupo Internacional para la Reducción de la Morbilidad y la Mortalidad Asociadas a Hemorragia Puerperal que en primera instancia analizó las características de los servicios de los Hospitales Vidal, Llano y Zonal de Goya, y luego implementó la metodología referida. Confeccionamos una guía de tratamiento para prevenir hemorragias graves en presencia de trastornos adherenciales placentarios (Martinez 2005), tomando como base la experiencia acumulada por los autores. Recursos terapéuticos El centro de atención contará con los recursos generales obligatorios (Margulies 1995), que incluyen: • Médico anestesiólogo de guardia activa • Servicio de hemoterapia con amplio recurso de hemoderivados • Unidad obstétrica integrada a un hospital general de agudos, con UCI • Médico obstetra adiestrado en las nuevas técnicas para el control de la hemorragia y la preservación uterina En la actualidad, para el tratamiento de las hemorragias graves, se dispone de nuevos procedimientos que serán seleccionados para su uso de acuerdo con la situación En el Reino Unido, a pesar de las recomendaciones prácticas publicadas periódicamente, el tratamiento resultó sub-estándar en casi el 60% de los casos (Mousa 2002), siendo en Francia este valor de 24% (Bouvier-Colle 2001). www.obstetriciacritica.com 29 ▪ Compresión externa de la aorta ▪ Clampeo aórtico infrarrenal ▪ Sangre grupo 0 Rh negativo o isogrupo ▪ Sistema de infusión presurizado ▪ Compresión uterina bimanual ▪ Taponaje o balón uterino ▪ Taponaje vaginal ▪ Ligadura de pedículos vasculares ▪ Suturas de compresión uterina ▪ Embolización arterial pelviana ▪ Empaquetamiento pelviano ▪ Histerectomía ▪ Factor VII recombinante activado Cuadro 3. Recursos terapéuticos en la urgencia En particular, se aprecia sub-utilización de las últimas técnicas incorporadas para la preservación uterina y de la embolización arterial. Se estima que las primeras incrementaran su indicación con la curva de aprendizaje, mientras que la radiología intervencionista es dependiente de la disponibilidad tecnológica. Radiología intervencionista A partir de 2002, incorporamos en nuestra institución la radiología intervencionista en la prevención y el tratamiento de las hemorragias obstétricas. La identificación de los factores de riesgo permite el accionar preventivo con significativo beneficio manifestado por menor morbilidad y bajo costo. En nuestra experiencia, la embolización resultó eficaz al controlar definitivamente el sangrado en 91,5%, de los 47 casos tratados en la primera serie analizada (Eisele 2007). Los fracasos con la embolización uterina obedecieron a indicaciones quirúrgicas que pasaron inicialmente desapercibidas – rupturas uterinas y laceraciones vaginales - que, a pesar del resangrado, se beneficiaron con la embolización al controlar transitoriamente el shock y permitir controlar la coagulopatía, mejorando las condiciones quirúrgicas de las pacientes. Así mismo, el número de complicaciones vinculadas con el procedimiento, fue bajo. Tal como ya expresamos, la angiografía diagnóstica permitió en todos los casos la detección de lesiones vasculares y de sangrados activos, pudiendo completar el estudio en forma sencilla y rápida a cargo de radiólogos vasculares entrenados, con elevada tasa de hemostasia, siendo aplicable aún en casos con shock y coagulopatía. Se refirió como principal inconveniente para la utilización de este método la falta de disponibilidad del recurso. Sin embargo, la mayor parte de las ciudades cuentan con equipos para estudios hemodinámicos, cardiología intervencionista y angiografías cerebrales o generales. La utilización de este método requiere organización mediante: 1. acuerdos contractuales para solventar los gastos 2. guardias pasivas que cubran las 24 horas del día y 3. adiestramiento en patología vascular obstétrica. Con respecto a este último punto, observamos que los resultados no fueron óptimos hasta que el equipo actuante alcanzó el aprendizaje necesario, como en cualquier otra disciplina. También se objetó su uso dada la necesidad de traslado a una sala de hemodinamia y la necesidad de definir con claridad el momento oportuno para su indicación. Al respecto, Silver (2015) detalló los requisitos necesarios para crear un centro de referencia para la atención de los acretismos. Entre ellos menciona a la sala de www.obstetriciacritica.com 30 operaciones “híbrida” con capacidad tecnológica para efectuar intervenciones radiológicas durante la cirugía – mesa de cirugía radio-traslúcida y equipo con arco en “C”. Sub-utilización de recursos En la mayor parte de los centros asistenciales, la alternativa ante la hemorragia grave que no cede con el uso de útero retractores, el masaje uterino, el legrado evacuador en presencia de restos ovulares y el taponaje intracavitario, es la histerectomía. Se aprecia sub-utilización de otros medios para la conservación uterina (Mousa 2002) como: ligaduras vasculares regladas, suturas compresivas uterinas y embolización angiográfica (Eisele 2007). Ante la falta de recursos, quienes lo requieran recibirán apoyo local o regional, oficial o privado, cuyo rol se habrá consensuado previamente. La disponibilidad de recursos humanos y de medios físicos contemplará las 24 horas de 365 días anuales, incluyendo fines de semana y feriados. También se advirtió respecto a la sub-utilización de los recursos destinados a la reanimación incial de la enferma, incluyendo el retraso en administrar transfusiones de hemoderivados; como así también en los controles de laboratorio para evaluar el nivel de hemoglobina, el estudio de coagulación y aquellos destinados a estimar la función de diferentes órganos. Infusión de drogas vasoactivas en ausencia de monitoreo hemodinámico, falta de control de la diuresis horaria y otras falencias en el manejo del cuadro resultan habituales (Bonnet 2011). En 2003, un grupo de expertos reunidos en la localidad de Bellagio, Italia, evaluaron tecnologías de bajo costo incorporadas recientemente y confirmaron la subutilización en países con escasos recursos (Tsu 2009). Vinculadas con las hemorragias graves post parto, fueron identificados cinco procedimientos que, aunque disponibles,no obtuvieron suficiente difusión para ser aplicados en forma masiva. Tres de ellos se vinculan con la prevención: 1. manejo activo del tercer periodo del trabajo de parto, 2. indicación del misoprostol y 3. uso de la ocitocina en jeringa pre-dosificada. Los otros dos procedimientos se relacionan con el tratamiento de la hemorragia obstétrica grave: 1. balones intrauterinos y 2. pantalones anti shock no-neumáticos. Un relevo efectuado en los Paises Bajos confirmó que el manejo activo del tercer periodo del trabajo de parto se ejecutó solo en 48% de los partos vaginales (Prick 2013). Con respecto a estos últimos, nuevos ensayos prospectivos y aleatorizados se llevaron a cabo en países con bajos recursos asistenciales, para determinar su utilidad en centros de atención primaria en el momento de efectuar el traslado de la enferma hacia el hospital de referencia. Morbi-mortalidad materna debido a hemorragias obstétricas La hemorragia obstétrica es la principal causa de muerte materna en el mundo, a la que se adjudica la cuarta parte de los decesos, entre 125.000 y 150.000 al año; sin atención casi todas fallecen dentro de las dos horas después del parto. La inmensa mayoría de los decesos ocurren en países no industrializados, donde se registran el 99% de los óbitos (ACOG 2006). El riesgo de morir en países industrilizados es 1:100.000, mientras que en aquellos en vías de desarrollo se incrementa hasta 1:1.000. En EEUU las muertes por hemorragias obstétricas tienen una incidencia de 1,4 por cada 100.000 nacimientos y representan el 4% del total de los decesos (Chichakli 1999). En Argentina ocupa el segundo lugar en cuanto a prevalencia de mortalidad con el 22,1% del total de las muertes, resultando las cifras exactas desconocidas debido a sub registro existente (Ramos 2007, Rivero 2005, MSAL). Entre el 11-17% de las muertes sobrevienen durante el parto y 50-71% en el puerperio. De estas el 88% ocurren en las primeras 4 horas y el resto en el transcurso de la primera semana (Chong 2004). El 80% de los casos resultan por causas directas y 20% por causas indirectas. www.obstetriciacritica.com 31 La morbilidad materna severa debido a hemorragia obstétrica grave fue estimada en 4,5-6,7 por cada 1.000 nacimientos y en países industrializados, estos valores, tiende a aumentar. Anualmente, aproximadamente 20 millones de mujeres sufren alguna discapacidad aguda o crónica secundaria a hemorragia postparto. Las causas directas mas frecuentes son las hemorragias con el 25%, seguido de infecciones, hipertensión y otras (Bagga 2006). La prevalencia de hemorragia postparto es similar en las regiones urbanas que en las rurales, 8 veces mayor en primigestas que en multíparas y, contrariamente a lo publicado, con igual prevalencia en grávidas con feto único o múltiple (Carroli 2008). En Argentina y en Uruguay, el 1,9% de los partos vaginales presentan hemorragias mayores a 1.000 mL y/o requerimiento transfusional (Oyelese 2010). Entre estos casos se encuentran aquellos que contribuyen a engrosar las cifras de mortalidad materna. El tratamiento extra hospitalario del parto, en lugares alejados de los centros de salud es insuficiente debido a la carencia de recursos físicos y humanos cuando surge una emergencia como la hemorragia masiva (Ramos 2007). En el ámbito hospitalario, la ausencia de planificación conlleva a adoptar conductas personales, que cuando son inadecuadas y dilatorias, agravan aun más la situación y ponen en riesgo la vida de la madre. En EEUU el 89% de los decesos ocurrieron dentro del ámbito hospitalario. Entre el 60% y 80% de las muertes maternas por hemorragias son prevenibles En el 56% de las muertes por hemorragias obstétricas, el feto sobrevivió (Chichakli 1999). Entre las hemorragias el desprendimiento placentario fue responsable del mayor número de decesos in útero en EEUU (Chichakli 1999). Reporte de eventos adversos La identificación de eventos adversos, provee el material necesario para corregir errores y mejorar los protocolos de tratamiento. Deborah Holden (2004) sintetiza la conducta considerando tres fases: 1. identificación del riesgo, 2. análisis del riesgo y 3. control del riesgo. Reuniones periódicas del equipo de salud, y de ser necesario con expertos en el tema, modificarán las conductas asistenciales en base a la experiencia propia y los recursos disponibles. Nuñez Urquiza (2004) elaboró un instructivo práctico referido a la “detección de eslabones críticos en los procesos de atención para la prevención de muertes maternas” cuya consulta sugiero. Claves para el éxito En coincidencia con lo afirmado por Main (2015), podemos resumir en los siguientes ítems los objetivos intra- institucionales necesarios de obtener para arribar a una atención adecuada. • Anticipación inteligente • Diagnóstico precoz • Apoyo logístico oportuno • Tratamiento efectivo actualizado • Entrenamiento periódico La elevada morbi-mortalidad se vincula con tres factores principales: 1. Retraso diagnóstico; 2. Deficiencias en la organización institucional y 3. Errores en el tratamiento, en particular cuando “poco se hizo y demasiado tarde”. www.obstetriciacritica.com 32 En todos los casos, el objetivo es obvio, disminuir la morbi-mortalidad materna hasta el valor más cercano a cero, como resulte posible. Referencias biliográficas • ACOG Practice Bulletin. Postpartum hemorrhage. Obstet Gynecol 2006;108(4):1039-1047. • Al-Kadri H, Al-Anazi B, Tamin H. Visual estimation versus gravimetric measurement of postpartum blood loss. 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