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Condicionamiento operante: 
conceptos y técnicas principales 
Esta herramienta del conductismo es uno de los procedimientos 
más usados en la Psicología actual. 
por Alex Figueroba 
 
Dentro de los procedimientos conductuales, el condicionamiento operante o 
instrumental es probablemente el que tiene aplicaciones más numerosas y 
variadas. 
Desde el tratamiento de fobias hasta la superación de adicciones como el 
tabaquismo o el alcoholismo, el esquema operante permite conceptualizar y 
modificar prácticamente cualquier hábito a partir de la intervención sobre unos 
pocos elementos. 
Pero ¿en qué consiste exactamente el condicionamiento operante? En este 
artículo repasamos los conceptos clave para entender este paradigma y 
detallamos sus aplicaciones más frecuentes, tanto para aumentar conductas como 
para reducirlas. 
 
 
Antecedentes del condicionamiento operante 
El condicionamiento operante tal y como lo conocemos fue formulado y 
sistematizado por Burrhus Frederic Skinner en base a las ideas planteadas 
previamente por otros autores. 
Ivan Pavlov y John B. Watson habían descrito el condicionamiento clásico, 
también conocido como condicionamiento simple o pavloviano. 
Por su parte, Edward Thorndike introdujo la ley del efecto, el antecedente más 
claro del condicionamiento operante. La ley del efecto plantea que si una conducta 
tiene consecuencias positivas para quien la realiza será más probable que se 
repita, mientras que si tiene consecuencias negativas esta probabilidad disminuirá. 
En el contexto de la obra de Thorndike el condicionamiento operante es 
denominado “instrumental”. 
 
https://psicologiaymente.net/autores/alex-figueroba
https://psicologiaymente.net/clinica/tipos-fobias-miedo
https://psicologiaymente.net/drogas/dos-caras-dependencia-del-tabaco
https://psicologiaymente.net/drogas/tipos-de-alcoholismo
https://psicologiaymente.net/psicologia/teoria-bf-skinner-conductismo
https://psicologiaymente.net/reflexiones/frases-ivan-pavlov
https://psicologiaymente.net/biografias/john-b-watson-conductista
 
 
Diferencia entre condicionamiento clásico y operante 
 
La diferencia principal entre el condicionamiento clásico y el operante es que el 
primero se refiere al aprendizaje de información sobre un estímulo, mientras que el 
segundo implica un aprendizaje sobre las consecuencias de la respuesta . 
Skinner opinaba que la conducta era mucho más fácil de modificar si se 
manipulaban sus consecuencias que si simplemente se asociaban estímulos a 
ésta, como sucede en el condicionamiento clásico. El condicionamiento clásico se 
basa en la adquisición de respuestas reflejas, con lo cual explica una menor 
cantidad de aprendizajes y sus usos son más limitados que los del operante, ya 
que éste hace referencia a conductas que el sujeto puede controlar a voluntad. 
 
Conceptos del condicionamiento operante 
 
A continuación definiremos los conceptos básicos del condicionamiento operante 
para entender mejor este procedimiento y sus aplicaciones. 
Muchos de estos términos son compartidos por las orientaciones conductuales en 
general, si bien pueden tener connotaciones específicas dentro del paradigma 
operante. 
 
Respuesta instrumental u operante 
Este término designa cualquier conducta que conlleva una consecuencia 
determinada y es susceptible de cambiar en función de ésta. Su nombre indica 
que sirve para obtener algo (instrumental) y que actúa sobre el medio (operante) 
en lugar de ser provocada por éste, como sucede en el caso del condicionamiento 
clásico o respondiente. 
En la teoría conductista la palabra “respuesta” es básicamente equivalente a 
“conducta” y “acción”, si bien “respuesta” parece hacer referencia en mayor 
medida a la presencia de estímulos antecedentes. 
 
Consecuencia 
En la psicología conductista y cognitivo-conductual una consecuencia es el 
resultado de una respuesta. La consecuencia puede ser positiva (refuerzo) o 
negativa (castigo) para el sujeto que lleve a cabo la conducta; en el primer caso 
la probabilidad de que se dé la respuesta aumentará y en el segundo disminuirá. 
Es importante tener en cuenta que las consecuencias afectan a la respuesta y, por 
tanto, en el condicionamiento operante lo que es reforzado o castigado es dicha 
conducta, no la persona o el animal que la lleva a cabo. En todo momento se 
trabaja con la intención de influir en el modo en el que se relacionan los 
estímulos y las respuestas , ya que desde la filosofía conductista se evita partir 
desde una visión esencialista de las personas, poniendo más énfasis en aquello 
que puede cambiar que en lo que siempre parece permanecer igual. 
 
Reforzamiento 
Este término designa las consecuencias de las conductas cuando hacen más 
probable que se vuelvan a dar. El reforzamiento puede ser positivo, en cuyo caso 
estaremos hablando de la obtención de una recompensa o premio por la ejecución 
de una respuesta, o negativo, que engloba la desaparición de estímulos aversivos. 
Dentro del reforzamiento negativo podemos distinguir entre respuestas de 
evitación y de escape . Las conductas de evitación previenen o impiden la 
aparición de un estímulo aversivo; por ejemplo, una persona con agorafobia que 
no sale de casa porque así no siente ansiedad está evitando esta emoción. En 
cambio las respuestas de escape hacen que el estímulo desaparezca cuando ya 
está presente. 
La diferencia con la palabra “reforzador” es que ésta se refiere al evento que se da 
como consecuencia de la conducta en vez de al procedimiento de premiar o 
castigar. Por tanto, “reforzador” es un término más cercano a “recompensa” y 
“premio” que a “reforzamiento”. 
 
Castigo 
Un castigo es cualquier consecuencia de una conducta determinada que 
disminuya la probabilidad de que ésta se repita. 
Como el reforzamiento, el castigo puede ser positivo o negativo. El castigo positivo 
se corresponde con la presentación de un estímulo aversivo después de que se 
produzca la respuesta, mientras que el castigo negativo es la retirada de un 
estímulo apetitivo como consecuencia de la conducta. 
El castigo positivo se puede relacionar con el uso que se da en general a la 
palabra “castigo”, mientras que el castigo negativo se refiere más bien a algún tipo 
de sanción o multa. Si un niño no deja de gritar y recibe una bofetada de su madre 
para que se calle se le estará aplicando un castigo positivo, mientras que si en vez 
de eso le quita la consola a la que está jugando recibirá un castigo negativo. 
 
Estímulo discriminativo y estímulo delta 
 
En Psicología, la palabra “estímulo” se utiliza para designar eventos que provocan 
una respuesta por parte de una persona o animal. Dentro del paradigma operante, 
el estímulo discriminativo es aquel cuya presencia indica al sujeto de aprendizaje 
que si lleva a cabo una determinada conducta ésta tendrá como consecuencia la 
aparición de un reforzador o de un castigo . 
Por contra, la expresión “estímulo delta” se refiere a aquellas señales que, al estar 
presentes, informan de que la ejecución de la respuesta no conllevará 
consecuencias. 
 
https://psicologiaymente.net/clinica/agorafobia
https://psicologiaymente.net/clinica/tipos-de-ansiedad
¿En qué consiste el condicionamiento operante? 
 
El condicionamiento instrumental u operante es un procedimiento de aprendizaje 
que se basa en que la probabilidad de que se dé una respuesta determinada 
depende de las consecuencias esperadas. En el condicionamiento operante la 
conducta es controlada por estímulos discriminativos presentes en la situación de 
aprendizaje que transmiten información sobre las consecuencias probables de la 
respuesta. 
Por ejemplo, un cartel de “Abierto” en una puerta nos indica que si intentamos 
girar el pomo lo más probable es que se abra. En este caso el cartel sería el 
estímulo discriminativo y la apertura de la puerta funcionaría como reforzador 
positivo de la respuesta instrumental de girar el pomo. 
 
El análisis conductual aplicado de B. F. Skinner 
Skinner desarrolló técnicas de condicionamientooperante que se engloban 
en lo que conocemos como “análisis de conducta aplicado”. Éste se ha mostrado 
particularmente eficaz en la educación de niños, con un énfasis especial en los 
niños con dificultades del desarrollo. 
El esquema básico del análisis conductual aplicado es el siguiente. En primer 
lugar se plantea una meta conductual, que consistirá en el aumento o la reducción 
de comportamientos determinados. En función de esto se reforzarán las conductas 
que se quiere desarrollar y se reducirán los incentivos existentes para la 
realización de las conductas que se pretende inhibir. 
En general la retirada de reforzadores es más deseable que el castigo positivo 
puesto que genera menos rechazo y hostilidad por parte del sujeto. No obstante el 
castigo puede ser útil en casos en que la conducta problema es muy disruptiva y 
requiere una reducción rápida, por ejemplo si se da violencia. 
Durante todo el proceso es fundamental monitorear el progreso de forma 
sistemática para poder comprobar con objetividad si los objetivos deseados se 
están produciendo. Esto se lleva a cabo principalmente mediante el registro de 
datos. 
 
Técnicas operantes para desarrollar conductas 
Dadas la importancia y la eficacia del refuerzo positivo, las técnicas operantes 
para aumentar conductas tienen una utilidad demostrada. A continuación 
describiremos los más relevantes de entre estos procedimientos. 
1. Técnicas de instigación 
Se consideran técnicas de instigación aquellas que dependen de la 
manipulación de estímulos discriminativos para aumentar la probabilidad de 
que se dé una conducta. 
Este término incluye las instrucciones que incrementan determinadas conductas, 
la guía física, que consiste en mover o colocar partes del cuerpo de la persona 
entrenada, y el modelado, en que se observa a un modelo realizando una 
conducta para poder imitarlo y aprender cuáles son sus consecuencias. Estos tres 
https://psicologiaymente.net/desarrollo/discapacidad-intelectual-desarrollo
procedimientos tienen en común que se centran en enseñar directamente al 
sujeto cómo tiene que realizar una acción determinada, sea verbal o 
físicamente. 
2. Moldeamiento 
Consiste en acercar gradualmente una conducta determinada a la conducta 
objetivo, empezando por una respuesta relativamente parecida que el sujeto 
pueda realizar y modificándola poco a poco. Se lleva a cabo por pasos 
(aproximaciones sucesivas) a los que se aplica reforzamiento . 
El moldeamiento es considerado especialmente útil para establecer conductas en 
sujetos que no se pueden comunicar verbalmente, como las personas con 
discapacidad intelectual profunda o los animales. 
3. Desvanecimiento 
El desvanecimiento se refiere a la retirada gradual de las ayudas o 
instigadores que se habían utilizado para reforzar una conducta meta. Se 
pretende que el sujeto consolide una respuesta y posteriormente pueda llevarla a 
cabo sin necesidad de ayudas externas. 
Es uno de los conceptos clave del condicionamiento operante , ya que permite 
que los progresos llevados a cabo en terapia o en el entrenamiento puedan 
generalizarse a muchos otros ámbitos de la vida. 
Este procedimiento consiste fundamentalmente en sustituir un estímulo 
discriminativo por otro distinto. 
4. Encadenamiento 
Una cadena conductual, es decir, una conducta compuesta por varias conductas 
simples, se separa en distintos pasos (eslabones). A continuación el sujeto debe 
aprender a ejecutar los eslabones uno a uno hasta lograr llevar a cabo la cadena 
completa. 
El encadenamiento puede realizarse hacia delante o hacia atrás y tiene como 
peculiaridad que cada eslabón refuerza al anterior y funciona como estímulo 
discriminativo del siguiente. 
En ciertos aspectos, buena parte de las habilidades que se consideran talentos 
por mostrar un alto grado de destreza y especialización en ellos (como por 
ejemplo tocar muy bien un instrumento musical, bailar muy bien, etc.) pueden ser 
consideradas fruto de alguna forma de encadenamiento, dado que desde las 
habilidades básicas se va progresando hasta alcanzar otras mucho más 
trabajadas. 
5. Programas de reforzamiento 
En un procedimiento de aprendizaje operante, los programas de reforzamiento son 
las pautas que establecen cuándo será premiada la conducta y cuándo no. 
Hay dos tipos básicos de programas de reforzamiento: los de razón y los de 
intervalo. En los programas de razón se obtiene el reforzador después de que se 
dé un número concreto de respuestas, mientras que en los de intervalo esto 
sucede después de que haya pasado un tiempo determinado desde la última 
conducta reforzada y ésta vuelva a darse. 
Ambos tipos de programa pueden ser fijos o variables, lo cual indica que el 
número de respuestas o el intervalo de tiempo necesarios para la obtención del 
reforzador pueden ser constantes u oscilar en torno a un valor promedio. También 
pueden ser continuos o intermitentes; esto significa que la recompensa puede 
darse cada vez que el sujeto lleve a cabo la conducta objetivo o bien de vez en 
cuando (aunque siempre como consecuencia de una emisión de la respuesta 
deseada). 
El reforzamiento continuo es más útil para establecer conductas y el 
intermitente para mantenerlas. Así, teóricamente un perro aprenderá más rápido a 
dar la pata si le damos un premio cada vez que nos ofrezca la pata, pero una vez 
aprendida la conducta será más difícil que deje de hacerla si le damos el 
reforzador uno de cada tres o cinco intentos. 
 
Técnicas operantes para reducir o eliminar 
conductas 
Al aplicar técnicas operantes para reducir conductas conviene tener en mente que, 
dado que estos procedimientos pueden ser desagradables para los sujetos, 
siempre es preferible utilizar los menos aversivos cuando sea posible. Asimismo 
estas técnicas son preferibles a los castigos positivos . 
A continuación presentamos un listado de estas técnicas en orden de menor a 
mayor potencial de generar aversión. 
1. Extinción 
Se deja de recompensar una conducta que había sido reforzada con 
anterioridad. Esto disminuye la probabilidad de que la respuesta vuelva a darse. 
Formalmente la extinción es lo opuesto al reforzamiento positivo. 
A largo plazo la extinción es más eficaz para eliminar respuestas que el 
castigo y el resto de técnicas operantes para reducir conductas, si bien puede ser 
más lenta. 
Un ejemplo básico de extinción es lograr que un niño pare de patalear 
simplemente ignorándolo hasta que se dé cuenta de que su conducta no tiene las 
consecuencias deseadas (por ejemplo el enfado de los padres, que funcionaría 
como reforzador) y se harte. 
2. Entrenamiento de omisión 
En este procedimiento, a la conducta del sujeto le sigue la ausencia de la 
recompensa; es decir, si se da la respuesta no se obtendrá el reforzador . Un 
ejemplo del entrenamiento de omisión podría ser que unos padres impidan a su 
hija ver la televisión esa noche por haberles hablado de forma irrespetuosa. Otro 
ejemplo sería el hecho de no ir a comprar los juguetes que los niños piden, si 
estos se portan mal. 
En ámbitos educativos, además, sirve para favorecer que se valoren más los 
esfuerzos que otras personas hacen para contentar a los pequeños y que estos, 
al haberse acostumbrado a estos tratos, no valoran. 
3. Programas de reforzamiento diferencial 
Son un subtipo especial de programa de reforzamiento que se utiliza para reducir 
(no eliminar) las conductas objetivo aumentando otras respuestas 
alternativas. Por ejemplo, se podría premiar a un niño por leer y por hacer ejercicio 
y no por jugar a la consola si se pretende que esta última conducta pierda valor 
reforzante. 
En el reforzamiento diferencial de tasas bajas se refuerza la respuesta si se da un 
determinado periodo de tiempo después de la última vez que se produjo. En el 
reforzamiento diferencial de omisión el refuerzo se obtiene si, después de un 
periodo de tiempo determinado, la respuesta no se ha producido. El reforzamiento 
diferencial de conductas incompatibles consiste en reforzar respuestasincompatibles con la conducta problema ; este último procedimiento se aplica a 
los tics y la onicofagia, entre otros trastornos. 
4. Coste de respuesta 
Variante del castigo negativo en que la ejecución de la conducta problema 
provoca la pérdida de un reforzador . El carnet de puntos para conductores que 
se introdujo en España hace unos años es un buen ejemplo de programa de coste 
de respuesta. 
5. Tiempo fuera 
El tiempo fuera consiste en aislar al sujeto, en general niños, en un entorno no 
estimulante en caso de que se produzca la conducta problemática. También una 
variante del castigo negativo, se diferencia del coste de respuesta en que lo que 
se pierde es la posibilidad de acceder al refuerzo , no el reforzador en sí. 
6. Saciaci ón 
El refuerzo que se obtiene por llevar a cabo la conducta es tan intenso o 
cuantioso que pierde el valor que tenía para un sujeto. Esto puede tener lugar 
por saciación de respuesta o práctica masiva (repetir la conducta hasta que deje 
de ser apetitiva) o bien por saciación de estímulo (el reforzador pierde su 
apetitividad por exceso). 
7. Sobrecorrección 
La sobrecorrección consiste en aplicar un castigo positivo relacionado con la 
conducta problema . Por ejemplo, es muy utilizada en casos de enuresis, en que 
se pide al niño que lave las sábanas después de orinarse encima durante la 
noche. 
 
 
Técnicas de organización de contingencias 
 
Los sistemas de organización de contingencias son procedimientos complejos a 
través de los cuales se puede reforzar unas conductas y castigar otras . 
La economía de fichas es un ejemplo muy conocido de este tipo de técnicas. 
Consiste en entregar fichas (u otros reforzadores genéricos equivalentes) como 
premio por la realización de las conductas objetivo; posteriormente los sujetos 
pueden intercambiar sus fichas por premios de valor variable. Se utiliza en 
escuelas, cárceles y hospitales psiquiátricos. 
Los contratos conductuales o de contingencias son acuerdos entre varias 
personas, normalmente dos, mediante los que se comprometen a realizar (o a no 
realizar) determinadas conductas. En los contratos se detallan las consecuencias 
en caso de que se cumplan o incumplan las condiciones acordadas. 
Referencias bibliográficas: 
https://psicologiaymente.net/clinica/trucos-dejar-morderse-unas-onicofagia
• Domjam, M. (2010). Principios básicos de aprendizaje y conducta. Madrid: 
Thomson. 
• Labrador, F. J. (2008). Técnicas de modificación de conducta. Madrid: 
Pirámide.

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