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CAP. 4 OSTEOLOGIA La Osteología es la parte de la Anatom ía que estudia el sistema formado por los hue sos. P ara estudiar los huesos se utilizan esqueletos o piezas sueltas. E l esqueleto de estudio puede ser natural o artificial. E s natural cuando los huesos están unidos entre sí, conser vando sus elementos natura les: ligamentos, cápsula, sinovial, meniscos, etc. Estos órga nos articulares tienen el inconveniente de perder rápidam ente su form a y consistencia y además no perm iten ver las superficies articulares. P o r eso, en el estudio de la Anatom ía se usa de preferencia el esqueleto artificial, el cual presenta los huesos unidos entre sí p o r medios artificiales (alambres, goznes, etc.), y cuyas piezas im itan, m ediante esos a r tificios, los movimientos naturales de las articulaciones. E l esqueleto desarticulado es u n esqueleto artific ia l en que cada hueso se halla se parado del adyacente, conservando ambos sus posiciones respectivas y perm itiendo el es tudio de las superficies de contacto. La preparación de huesos y esqueletos artificiales requiere cadáveres de individuos en tre 25 y 30 años de edad. Se despojan de todas sus partes blandas con los instrum entos ha bituales de disección; la caída de las inserciones tendinosas y de los ligamentos se facili ta rá por medio de la legra. Conseguido este objeto, se ponen los huesos en una solución saturada de cloruro de cal, o bien se sum ergen duran te 10 ó 12 horas en peróxido de h i drógeno al 50%. Posteriorm ente son trasladados a una solución de cal común donde p er manecen duran te 10 ó 15 días y se exponen al sol, sobre un lienzo, duran te 20 ó 30 días, cambiándose de posición con frecuencia p ara conseguir una desecación uniforme. Cuando se tiene prisa, en vez de m acerar el esqueleto, se somete, a una corriente de agua a alta presión, lo cual precisa u n sistema de tubos y llaves especiales. Después de 2 ó 3 días de esta operación, se perforan las extrem idades y aun el cuerpo de los huesos largos, haciéndoles pequeños orificios que perm itan el paso del agua. E sta a rra s tra rá la sangre y la grasa que contienen. Posteriorm ente se introducen en agua con cloruro cálcico a sa turación, para lo cual se ponen en agua trozos de cal viva, removiéndose constantemente, aunque después se precipite gran parte de la sal cálcica. E sta solución se renovará cada 2 ó 3 días. Pasada una semana se pueden someter los huesos a la desecación solar o a r ti ficial, quedando en condiciones de ser unidos p ara form ar el esqueleto artificial. Los huesos del cráneo requieren preparación especial para su aislamiento. Se extrae por el orificio occipital la masa encefálica y se pone el cráneo a m acerar duran te 2 ó 3 meses. Una vez despojado de sus partes blandas, se procede a la desarticulación de los hue sos, cosa no m uy fácil en los cráneos de los viejos, por lo que se aconseja la elección de los individuos de 18 a 25 años. Introduciendo en el in terior del cráneo por el agujero occipi tal semillas de maíz, garbanzo o haba, hasta llenarlo, y añadiendo luego agua caliente du rante varias horas, las semillas se hincharán produciendo la desarticulación deseada. La separación de las piezas óseas se com pletará por medio de las pinzas y de la cizalla. Los huesos de la cara y los que integran las órbitas oculares, podrán separarse de igual manera, siempre que se logre obstruir los orificios de comunicación de sus cavidades. Pero, en todo esto, la maceración prolongada, aunque en m ayor tiempo, dará buenos resultados. El estudio de la Osteología en huesos humanos se comenzó en el siglo xiv por Mon- d i n i , pero, en rigor, n o fue sino hasta el siglo xvi cuando dichos estudios alcanzaron la perfección debida. Los médicos antiguos se ejercitaban en huesos de animales, aunque 16
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