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Anatomía humana (26)

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OSTEOLOGIA 17
c u a t r o s i g l o s a n t e s d e l a e r a c r i s t i a n a i n i c i a r o n l a d i s e c a c i ó n d e c a d á v e r e s a l g u n o s m é d i ­
c o s g r ie g o s , c o m o H e r o p h i l u s y E r a s í s t r a t o .
El esqueleto humano arreglado para su estudio no fue conocido sino hasta el segundo 
siglo de la era actual en la Escuela de A lejandría, a donde concurrían los médicos de to­
dos los países civilizados de aquella época p ara adm irar esqueletos preparados defectuo­
samente. Tan raros eran en los tiempos antiguos los esqueletos naturales, que el mismo 
G a l e n o se sirvió de huesos de animales para el estudio de la Osteología.
E n 1 6 7 3 , S i m ó n P a u l l i , médico danés, preparó esqueletos sometiéndolós_a ’d a '”acción 
de la intemperie (nieve, lluvia y rayos solares) sobre el techo de su casa, duran te algunas 
semanas, hasta que se desprendían sus partes blandas. A continuación los cubría de arena 
para lograr, según él, la absorción de la grasa y de la médula. Más tarde, el mismo médi­
co propuso la maceración en agua tibia por algunos días y la acción subsiguiente, durante 
10 ó 12 meses, de un baño de lejía de sosa, cal viva, alumbre y cenizas de madera.
Como ya se ha dicho, la Osteología se ocupa del estudio de los huesos, que son las 
piezas duras y resistentes, de un color más o menos blanco, que unidas entre sí constitu­
yen el esqueleto, sostén de todas las partes blandas del organismo.
D E S A R R O L L O Y C R E C I M I E N T O D E L O S H U E S O S
Recibe el nombre de osteogénesis u osificación el conjunto de fenómenos histológicos, 
fisiológicos y anatómicos que conducen a la formación y crecimiento de los huesos hasta 
que éstos alcanzan la morfología y constitución que presentan en el aduHo.
Los huesos inician su formación de tres m aneras: l 9, en medio con jun tivo ; 29, en m e­
dio cartilaginoso; y 39, en m edio perióstico.
El proceso de osificación en medio conjuntivo y cartilaginoso pasa por una fase 
preparatoria que se m anifiesta por la aparición de fibrillas conjuntivas que no son sino 
la m ateria colágena, alrededor de las cuales se agrupan células conjuntivas o trabéeu- 
las cartilaginosas que más tarde son las trabéculas de la osificación, que es la segunda eta­
pa del proceso y que consiste en la im pregnación de los elementos de estas trabéculas por 
una substancia preósea denominada oseína, resultante de las sales calcáreas que llevan 
los vasos sanguíneos y que es depositada en el in terior de las células, iniciándose la apa­
rición de osteoblastos u osteocitos produciéndose la transform ación del citoplasma que de 
basófilo pasa a ser acidófilo, cuyo cambio se va haciendo progresivo, de ta l m anera que 
las trabéculas calcificadas se superponen paulatinam ente constituyendo así el crecimien­
to del hueso.
En cualquier caso los procesos de osificación se deben a la actividad de capas de célu­
las embrionarias, m uy vaseularizadas, que se hallan en relación con las membranas fibro­
sas indicadas; reciben esas capas el nombre de capas osteógenas. Las fibras de las membra­
nas fibrosas sirven de trabéculas directoras del proceso de osificación, tan to en la form a­
ción de huesos de membrana como en el crecimiento en grosor de los huesos de cartílago.
E n todos los casos la capa osteógena emite yemas, en forma de tubos irregulares, en 
cuyo centro se encuentra un vaso sanguíneo. Cuando se tra ta de la formación de un hueso 
de cartílago, las células embrionarias de las yemas que tienen m arcada actividad fagocita- 
ria, van reabsorbiendo a su paso la substancia cartilaginosa y las células del cartílago p r i­
mitivo. La osificación propiam ente dicha comienza por la colocación de las células embrio­
narias (los futuros osteoblastos) en las yemas en capas concéntricas, comenzando por el ex­
terior, alrededor del vaso sanguíneo central. E n tre las células em brionarias se va deposi­
tando la substancia ósea, constituida por una mezcla de osteína y de sales calizas. E n con­
secuencia cada yema de la capa osteógena origina un sistema de Iíavers. Al principio los 
diversos sistemas de Havers permanecen, en los huesos de cartílago, separados por subs­
tancia cartilaginosa, pero ésta no ta rd a en incrustarse de sales calizas y transform arse en 
substancia ósea.
Los cartílagos embrionarios que han de form ar los huesos de cartílago tienen ya la 
forma aproximada de éstos. Derivan de porciones de tejido conjuntivo embrionario. Por
A n a to m ía H u m a n a , I . — 2 .

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