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Anatomía humana (27)

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olio se dice que el esqueleto de este tipo pasa por tres fases o estados: estado mucoso o 
conjuntivo, estado cartilaginoso y estado óseo o definitivo.
Se da el nombre de centros o pun tos de osificación a los lugares donde ésta comienza 
y de donde va irradiando el proceso de osificación en las membranas conjuntivas o en los 
cartílagos primitivos. E l número de dichos centros, su distribución y época de aparición 
en la vida del individuo tienen excepcional im portancia en los estudios de Anatomía 
Comparada de los vertebrados de esqueleto óseo, así como en las investigaciones de Me­
dicina Legal.
E n los cartílagos que han de originar huesos largos la prim era manifestación de la 
osificación se produce al formarse hacia la parte media de la diáfisis un anillo óseo su­
perficial que va engrosando hasta alcanzar el centro del cartílago, al mismo tiempo que 
crece en dirección a ambas extremidades. Poco después, en una de las epífisis del cartí­
lago aparece un nuevo punto de osificación que aum enta con m ayor rapidez hacia la su­
perficie, antes de alcanzar la cual el proceso de osificación se detiene dejando en la mis­
ma una delgada capa de cartílago primitivo. Más tarde se origina otro punto de osifica­
ción en la epífisis opuesta que crece de m anera análoga. Las tres zonas óseas así form a­
das, una larga o diafisaria y dos easquetes epifisarios, permanecen separadas du ran te un 
tiempo más o menos largo por dos discos cartilaginosos llamados cartílagos de con juga­
ción o cartílagos diafisoepifisarios.
Los cartílagos de conjugación tienen tina, superficie epifisaria y o tra diafisaria que 
pueden estar erizadas de salientes o ser más o menos lisas. Poseen un espesor variable 
que fluctúa entre 3 y 4 ram y se aprecian con claridad en las observaciones rad iográfi­
cas. E n los cortes longitudinales del hueso, dicho cartílago presenta una delgada capa epi­
fisaria de cartílago hialino de color grisáceo y aspecto granuloso; por debajo de ésta se 
observa o tra capa estriada, constituida en su mayor parte por cartílago degenerado por 
la invasión de abundantes yemas osteógenas (zona de degeneración); finalmente, ya en la 
superficie diafisaria, se encuentra una capa caracterizada por abundantes depósitos de 
substancia ósea (zona de osteogénesis).
E l papel fisiológico de los cartílagos de conjugación es m u\' im portante, pues por un 
lado m antienen unidas diáfisis y epífisis y por otro lado su actividad produce el creci­
miento en longitud de los huesos largos, por lo que se les ha denominado también cartí­
lagos de crecim iento. E n efecto, los condroblastos que form an el cartílago de conjuga­
ción proliferan activamente por lo que tiende a aum entarse el grosor del cartílago, pero al 
mismo tiempo sus superficies, especialmente la diafisaria, van siendo invadidas por los 
procesos de osificación. E l resultado es que el cartílago conserva aproxim adam ente el 
mismo grosor, en tanto que la diáfisis aum enta continuam ente en longitud. Cuando los 
cartílagos de conjugación, sin un aumento en grosor proporcional, son invadidos por los 
procesos de osteogénesis, term ina el crecimiento longitudinal del hueso.
La osificación de los cartílagos de conjugación y por consiguiente la suspensión del 
crecimiento longitudinal de los huesos correspondientes es variable según los huesos de 
que se trate , pero se verifica comúnmente entre los 15 y los 25 años de edad. No obs­
tante, ese fenómeno puede realizarse más precoz o tardíam ente cuando existen ciertas 
perturbaciones endocrinas o metabólicas.
M edulización del hueso. A medida que se desarrollan las trabéculas óseas en el hue­
so endocondral, tratándose de huesos largos, se verifica en su parte central una reabsor­
ción osteoclástica, mediante yemas conjuntivovascularcs, que term ina por form ar cavida­
des. Estas crecen, tanto en sentido transversal como longitudinal; en este último sentido 
alcanzan hasta las cercanías del cartílago de conjugación. E l resultado de estos procesos 
es la constitución del canal m edular, ocupado por la m édula ósea. (F ig. 12.)
G eneralidades acerca de los centros de osificación. Como ya se indicó, todos los huesos 
se desarrollan a expensas de puntos de osificación prim arios; algunos, a expensas de un 
solo punto, como el parietal, la rótula y los huesos del carpo; y otros, como los huesos la r­
gos, a favor de un punto de osificación para la diáfisis y otro p ara cada epífisis. Muchos 
de ellos completan su desarrollo mediante puntos complementarios que originan las apófi­
18 TRATADO D E ANATOM IA HUMANA

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