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OSTEOLOGIA 21 cimiento es rápido y alcanza m agnitudes mayores que la normal, aunque entonces su in fluencia llega a dism inuir el desarrollo de los órganos genitales y al contrario, cuando las hormonas de las gónadas predominan, la madurez del esqueleto, de la laringe y de todo el cuerpo se realiza precozmente disminuyendo la estatura del individuo y aum entando en cambio su grosor. Igualm ente tiene gran influencia en el desarrollo del individuo duran te la niñez, el timo; y durante la niñez y la adolescencia la tiroides y la paratiroides. Se gundo, factores extrínsecos en los que se cuentan principalm ente perturbaciones metabóli- cas por la carencia de algunos elementos de la alimentación, que como las hormonas, en cantidades mínimas ejercen una gran influencia en el metabolismo de los diversos alimen tos, así como su aprovechamiento. Son estas las vitam inas; y a propósito del esqueleto, p rin cipalmente la vitam ina D, cuyo papel principal es favorecer la fijación del calcio en los huesos y en los dientes desempeñando un papel antirraquítico. Tiene influencia im portante también la vitam ina A, el complejo B y la vitam ina C, cuyo papel se m ani fiesta en la integridad del colágeno y en la realización de una función sincronizada sobre el embrión a través de la fisiología m aterna. C O N S T I T U C I O N G E N E R A L D E L E S Q U E L E T O Examinando el esqueleto, llama la atención, en p rim er lugar, una columna ósea si tuada en la línea media y plano posterior del tronco form ada por la superposición de huesos similares (vértebras). E n su extrem idad superior ese eje óseo se ensancha consi derablemente p ara form ar el cráneo, m ientras en su extrem idad inferior se estrecha para term inar en el cóccix. (Figs. 13 y 14.) A los lados de la parte media de dicha columna, se desprenden unos arcos óseos (cos- tillas), cuya extrem idad an terior va a fijarse por medio de cartílagos al esternón, consti tuyendo una verdadera caja, llam ada tórax. Su parte superior está lim itada a cada lado por dos huesos, omóplato y clavícula, que constituyen la c in tu ra torácica. De ésta parten, a ambos lados, una serie de huesos articulados entre sí, que constituyen el esqueleto de los miembros superiores. En la parte inferior de la columna vertebral se articulan, uno a la derecha y otro a la izquierda, dos huesos planos y grandes que constituyen la c in tu ra pélvica o pelviana, a cuyos lados se im plantan los huesos que form an el esqueleto de los miembros inferiores. E l esqueleto del individuo adulto está formado por 208 huesos, sin contar los huesos supernumerarios llamados huesos wormianos del cráneo y huesos sesamoides, situados en los pies y en las manos. Al estudiar los huesos se debe distinguir su dirección absoluta, que es la que tienen aisladamente, sin relacionarlos con los planos del cuerpo. P o r ejemplo, la tibia, el cubito, el radio, etc., son huesos rectilíneos; por el contrario, las costillas son curvilíneas, p re sentando una torsión sobre su eje longitudinal. E n cambio su dirección relativa es la que presentan en el esqueleto cuando se coloca éste en la posición indicada más atrás, y resulta de relacionar los huesos correspondientes con los siete planos descritos. Según lo que ante cede, el fém ur es un hueso más o menos rectilíneo, con una ligera concavidad por su la do interno (hacia el plano sagital), y dirigido de arriba abajo y de fuera adentro. La configuración exterior de los huesos se lia estudiado comparándolos a diversos cuerpos con los que presentan semejanzas. Pero estas comparaciones se m ultiplicaron tanto, que sólo sirvieron para embrollar el estudio de la Anatomía. P o r eso, se ha acor dado compararlos con formas geométricas y clasificarlos, atendiendo a su forma gene ral, en tres grupos: 1? H uesos largos, en los que un eje, el longitudinal, predomina sobre los otros dos. Los huesos de esta clase están constituidos por un cuerpo o diáfisis que term ina en ambas extremidades por formaciones más o menos voluminosas o epífisis. 2? H uesos cortos, en los que las tres dimensiones son imís o menos iguales, como sucede con las vértebras, los huesos del carpo y los del tarso. 3 ̂ H uesos p lanos, en los que dos de sus dimensiones predominan sobre la otra, p re sentando generalmente dos caras y dos o más bordes.
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