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216 TRATADO DE ANATOMIA HUMANA Constitución anatómica. Anatómicamente, se pueden considerar en el bazo, como en el hígado, sus envolturas y su tejido propio. Uas envolturas del bazo son una externa, peritoneal, y otra interna, fibrosa, propia del bazo. El peritoneo envuelve al bazo en todas sus caras y sus bordes. Al llegar al hilio, la hoja que cubre la cara gástrica se jun ta con la hoja anterior de la transcavidad de los cpiplones y juntas se dirigen a la gran curvatura del estómago formando el epiplón gas- trosplénico, que contiene en su interior los vasos cortos. De igual modo, la hoja que venía cubriendo la cara renal del bazo, al llegar al labio posterior del hilio, se jun ta con la hoja C ápsula su p ra u en a i izqu ierd a R iñ ó n izq u ierd o 4 I o n p o m r r a i t r c r s p i e n i c u Páncreas Ámela V en a cava in ferio r A rteria mesen ¡énea superior \ es íib u lo (te iu transcaoidad ■•■Peritoneo viscera! - B azo R etrocavidad de los i’jn fdom 's f: p ip iá n ijast rospfénn o P e r l í ¡yr¡í-v¡ p a r ¡p ío ’’ •m o n eo vrsicni P eritoneo de la cara pos.icn.or del estóm ago F ig . 19 9 . C o r t e h o r i z o n t a l d e l t r o n c o d e m o s t r a n d o l a d i s p o s i c i ó n d e l p e r i t o n e o e n e l b a z o . posterior de la transcavidad para dirigirse hacia atrás y adentro e ir a alcanzar la cola del páncreas; de esta manera se forma el epiplón pancreaticosplénico, que contiene en su interior a los vasos esplénicos. Cuando la cola del páncreas es larga y alcanza hasta el hi lio del bazo, este último epiplón no existe. (Fig. 199.) De la extremidad anteroinferior del bazo al ángulo cólico izquierdo, se observa a ve ces un repliegue peritoneal o ligam ento esplenocólico. También de la extremidad postero- superior del bazo al diafragma se extiendo otro repliegue, llamado ligamento suspensor del bazo o ligam ento frenosplénico. La envoltura fibrosa, delgada y transparente, envuelve totalmente al bazo y, al llegar al hilio del órgano, envía vainas fibrosas a los vasos. Se subdividen eon éstos para consti tu ir la cápsula de Malpigio, de donde parten tabiques o láminas que se anastomosan en todos sentidos para limitar aréolas regulares, las cuales comunican entre sí y alojan el te jido propio del bazo.
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