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Anatomía humana (1476)

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SENTIDO DEL OIDO 483
Venas. Las venas tubarias van a desembocar, hacia dentro, en los plexos faríngeos y 
hacia fuera en el plexo pterigoideo.
Lin fá t i cos . La red linfática de la trompa comunica ampliamente hacia dentro con los 
linfáticos de la faringe y hacia afuera con los de la caja del tímpano. Es el origen de cier­
to número de tronquitos linfáticos que se dirigen hacia atrás y afuera y se vierten en los 
ganglios superiores de la cadena yugular interna, en los ganglios retrofaríngeos y en los 
ganglios parotídeos profundos.
Nervios . Los nervios motores proceden del nervio maxilar inferior y del ganglio ótico. 
Los ramitos sensitivos se originan en el nervio de Jacobson, rama del nervio glosofarín-
Cunductos semicirculares 
V estíbu lo
Caracol
Ventana redonda
Carótida interna 
Ventana oval 
Y ugular interna
F i g . 4 2 9 . l a b e r i n t o ó s e o p u e s t o a l d e s c u b i e r t o . V i s t a e x t e r n a .
geu, y en el nervio faríngeo de Bock o nervio plcrigopalatino, que es una rama eferente 
riel ganglio de Mec.kel.
O ID O IN T E R N O
El oído interno es la parte más profunda y más importante del aparato de la audi­
ción. En su espesor se encuentra el origen de la rama coclear del nervio auditivo, en­
cargada de recibir y transmitir a la corteza cerebral las impresiones acústicas propia­
mente dichas, y, además, el origen de la rama vestibular del mismo nervio auditivo, que 
conduce hacia los centros superiores las impresiones del equilibrio, que son las corres­
pondientes al sentido estático. Anatómicamente, el oído interno se compone de una serie 
de cavidades colocadas en el espesor del peñasco, por atrás y por dentro de la caja del 
tímpano, cuyo conjunto recibe el nombre de laberin to óseo. En el interior del laberinto 
óseo existe una serie de vesículas membranosas, de formas muy diversas, las cuales cons­
tituyen el laberinto membranoso. Las diferentes vesículas del laberinto membranoso no 
llenan por completo las cavidades correspondientes del laberinto óseo, sino que están se­
paradas de ellas por un espacio denominado espacio per i l in fá t i co , donde circula un lí­
quido especial: la perilinfa. De igual manera, un líquido semejante a la perilinfa, la 
cn d o l in fa , llena las cavidades del laberinto membranoso. En e] estudio del oído interno se

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