Logo Studenta

Mi nombre ha de vivir _ y yo me he de ir a mi destino (Tránsito

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

MI NOMBRE HA DE VIVIR
Y yo me he de ir a mi destino 
(Tránsito Amaguaña)
Género, producción y 
aprendizaje intercultural 
en los Pueblos Andinos
MI NOMBRE HA DE VIVIR 1
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO2
MI NOMBRE HA DE VIVIR
Y yo me he de ir a mi destino 
(Tránsito Amaguaña)
Género, producción y 
aprendizaje intercultural 
en los Pueblos Andinos
La Asociación 
“Tránsito Amaguaña”,
La Chimba,
Cayambe-Ecuador
José Yánez Del Pozo, Ph.D.
2005 
MI NOMBRE HA DE VIVIR 3
PROGRAMA DE 
PEQUEÑAS DONACIONES
MI NOMBRE HA DE VIVIR
Y yo me he de ir a mi destino (Tránsito Amaguaña)
Género, producción y aprendizaje intercultural en los Pueblos Andinos
José Yánez Del Pozo, Ph.D.
Fotos del archivo de CEDERENA 
Fotos de Julio De La Torre (CEA)
1a. edición Ediciones Abya-Yala
Av. 12 de octubre 14-30 y Wilson
Casilla 17-12-719
Telef: 2506-251 / 2506-247
Fax: (593 2) 2506-255 / 2506-267
e-mail: editorial@abyayala.org
http//: www.abyayala.org
Diseño y
Diagramación: Ediciones ABYA - YALA
ISBN: 9978-22-498-X
Impresión: Producciones Digitales Abya - Yala
Quito - Ecuador
Impreso en Quito Ecuador, mayo 2005
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO4
NDICE
KALLARI SHIMI: Prefacio.............................................................. 7
Presentación ..................................................................................... 9
1. ÑAÑANTIN-TURINTIN: Pensamiento indígena 
y proyectos sociales ................................................................. 13
1.1. Género, familia y comunidad .......................................... 13
1.2. Producción campesina y mercado .................................. 16
1.3. La organización y sus proyecciones ................................ 18
2. TANTANAKUSHKA WARMI-KARIMI KANCHIK:
Un pueblo de hombres y mujeres organizados.............................. 23
2.1. La comunidad de La Chimba y la Asociación
Agroartesanal “Tránsito Amaguaña” ............................... 23
2.2. La Confederación de comunidades indígenas de Olmedo 
y la Confederación del Pueblo Kayambi ......................... 46
2.3. El gobierno del Cantón Cayambe y la presencia de una 
Concejala Indígena ........................................................... 52
3. ALLPATA KULLKITAPISH MUTZURINCHIK:
El huerto agroforestal en el contexto de la producción 
comunitaria ............................................................................. 65
3.1. La producción agrícola y pecuaria y el simbolismo 
de género........................................................................... 66
3.2. El huerto agroforestal, la nutrición y la salud................. 73
3.3. Las ocas y las mashuas con valor agregado..................... 108
4. TUKUINTIN KAUSANCHIK, TUKUINTIN YACHAKUNAMI 
KANCHIK: El aprendizaje intercultural................................ 121
4.1 El proceso seguido por la Asociación Agroartesanal
“Tránsito Amaguaña”. Logros y desafíos ......................... 121
MI NOMBRE HA DE VIVIR 5
Í
4.2 ¿La universidad al servicio de la comunidad? 
Crítica y autocrítica .......................................................... 129
5. Conclusiones y recomendaciones .......................................... 137
5.1. Los conceptos y el enfoque .............................................. 137
5.2. Aspectos metodológicos................................................... 138
Anexos .......................................................................................... 141
Anexo 1. Miembros de AATA, esposos e hijos/as que 
participaron directamente en el proyecto ............. 141
Anexo 2. Estatutos de la Asociación Agroartesanal 
“Tránsito Amaguaña”.......................................... 143
Anexo 3. Reglamento interno del grupo de mujeres “Tránsito
Amaguaña”.............................................................. 155
6. Referencias Bibliográficas ....................................................... 167
Índice de cuadros y gráficos ........................................................ 173
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO6
ALLARI SHIMI
Ñaupa pachamantami allpata tarpuk kashkanchik, wawakunat-
apish wiñachik kashkanchik. Mai llaki tukushpapish, jatun yayakuna
yachachishkataka mana kunkashkanchikchu. Ñukanchik pachamama-
mi paypak sumak yachaywan ñukanchikta kunankama rikurayashka.
Ñukanchik samay mitsaywanmi, Kayambi runakunami
kausakunchikrak, shinallatak kausakushunrakmi mushuk yuyaikunata
wiñachikushkamanta.
Kay chakichishka kamuka “Tránsito Amaguaña” tantanakui
jawami riman. Ñukanchikkka kimsa watatami llankashkanchik
ñukanchik chakrakunapi, imashinami yayakuna rurakta yuyarishpa-
mushuk rurana yuyaykunata yachakushpapish, llaktapi tantanakush-
pa, shuktak llaktakunaman purishpapish shuktak llankaykunata
rikunkarayku. Wakin alli yachak mishukunapak yanapayka tantalla
purinatami yachachishka shuk shunkulla kawsankapak.
Ñukanchik rurashkata ama ñukanchik wawakuna
kunkarichunmi munanchik. Shuktakkunapak wawakunapish
ñukanchik rurashkakunamanta yachachunpashmi munanchik.
Shinallami tukui kay mama llaktapi kausak runakuna mushuk
mamam llakta tantanakuita shayachishun, tukui ñukanchik yuyayku-
nata munaykunatapish tantachishpa.
MI NOMBRE HA DE VIVIR 7
K
Desde tiempos muy antiguos hemos sabido cultivar el campo y
criar a nuestros hijos. A pesar de que hemos tenido grandes problemas,
nunca hemos olvidado la enseñanza de nuestros mayores. Nuestra Ma-
dre Naturaleza y su gran sabiduría nos han sostenido hasta ahora. Con
la protección de nuestros espíritus los indígenas del Pueblo Kayambi
hemos sobrevivido y seguiremos vivos porque siempre inventamos
nuevas maneras de luchar.
El libro que presentamos trata precisamente de la vida de la Aso-
ciación Agroartesanal que lleva el nombre de una sabia mujer, símbolo
de todas las mujeres de nuestro pueblo, Tránsito Amaguaña. Durante
3 años hemos trabajado con nuestros huertos, recordando formas an-
tiguas y aprendiendo formas nuevas, reuniéndonos en la comunidad y
viajando a otras tierras para observar otras experiencias. La ayuda que
hemos recibido de algunos buenos profesionales mestizos ha sido la de-
mostración de que podemos caminar juntos hacia un mismo fin.
Queremos que nuestros hijos no olviden lo que nosotros sabe-
mos y hacemos. Queremos que los hijos de otras personas aprendan
también de nuestra experiencia. Solamente de esta manera, todos no-
sotros que vivimos en un mismo país podremos construir una sociedad
que incluya realmente las ilusiones y las aspiraciones de todos.
NÉSTOR NEPPAS JULIANA ULCUANGO
Coordinador AATA Concejala de Cayambe
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO8
RESENTACIÓN
Cuando fui invitado por segunda vez1 a hacerme cargo de siste-
matizar la experiencia de la Asociación Agroartesanal “Tránsito Amagua-
ña” (AATA)2, no dudé en aceptar la propuesta. Lo que no imaginaba era
que la experiencia iba a ser tan rica. Tanto la preparación de la investiga-
ción con el equipo de profesionales como las salidas de campo, las entre-
vistas sostenidas con determinadas personas, la socialización de todo lo
que íbamos haciendo en largas sesiones de trabajo y el mismo hecho de
escribir esta publicación ha superado cualquier expectativa.
Obviamente que sin la colaboración de las personas directamente
involucradas en el proyecto nada de esto habría sido posible. Los miem-
bros de la Asociación Agroartesanal “Tránsito Amaguaña(AATA)”, in-
cluidos algunos de los esposos de la señoras que amablemente aceptaron
nuestra invitación, se mostraron en todo momento muy abiertos a con-
testar todas las preguntas hechas en un ambiente de mucha confianza en
el que utilizamos los dos idiomas de uso en la comunidad, el kichwa y el
castellano. Tanto el intenso trabajo en grupos y plenarias con hombres y
mujeres del día miércoles 14 de julio 2004 como las entrevistas manteni-
das con las y los promotores, la joven hija de una de las señoras, el presi-
dente de la Confederación del Pueblo Kayambi y la Concejala Juliana Ul-
cuango del día 19 de julio nos han proporcionado las ideas y la informa-
ción que forman la base de la presente sistematización.Una mención es-
pecial merece la conversación mantenida con la Sra. Tránsito Amaguaña,
“Mama Tránsito Amaguaña”, verdadero símbolo viviente de la lucha in-
dígena en el más profundo sentido. Su historia, contada con mucha gra-
cia y vitalidad, sus consejos de alguien que se sabe ya lejos de cualquier
pugna de intereses y poderes y hasta sus justificados reclamos frente a
nuestra falta de reciprocidad3, nos enseñaron más que miles de tratados
sobre problemática campesina e indígena. Don Néstor Neppas, por otra
parte, merece también un reconocimiento muy especial porque en todo
momento ha estado dispuesto a acompañarnos y orientarnos en el tra-
MI NOMBRE HA DE VIVIR 9
P
bajo. Don Néstor y la Concejala Juliana Ulcuango tuvieron la bondad
de escribir el prefacio y de validar nuestro trabajo en una reunión espe-
cial dedicada para el efecto, y por ello merecen todo nuestro aprecio y
agradecimiento.
Las profesionales Ing. Paola Pinto, Ing. Mónica Gallardo, Egr.
Andrea Rosero e Ing. Alicia Lascano, vinculadas a la Corporación de
Desarrollo de Recursos Naturales (CEDERENA), no escatimaron nin-
gún esfuerzo para compartir con nosotros tanto los informes como la
entrada con la gente, la copia y transcripción de las entrevistas, y todas
sus experiencias adquiridas a lo largo de estos años. Fue tanto su com-
promiso que inclusive tuvimos la oportunidad de evaluar el proceso de
acompañamiento profesional seguido por ellas en la realización de es-
te proyecto. Su testimonio se constituye en una parte muy importante
de lo que denominamos proceso de aprendizaje intercultural debido al
hecho de que tanto los miembros de la Asociación como las técnicas
aprendieron lentamente a relacionarse entre sí y a compartir sus cono-
cimientos con una metodología4 de trabajo realmente innovadora. La
Economista Consuelo Rojas A., Directora Ejecutiva de CEDERENA, es-
tuvo siempre atenta a los requerimientos de la investigación, haciendo
posible que este espacio alentado por ella se volviera aún más profun-
do y fructífero no solamente en relación a este proyecto sino a nuevas
experiencias profesionales en el futuro.
Basados en la experiencia anterior con el proyecto, en la investi-
gación llevada a cabo en estos meses y en nuestras propias experiencias
de trabajo con los pueblos indígenas, presentamos ahora esta nueva
publicación. El estudio contiene cuatro partes principales: en la prime-
ra hacemos una aproximación breve a lo que consideramos son los
principios profundos del pensamiento indígena referidos a los concep-
tos de género, producción y organización; en la segunda parte, unimos
los ejes de género y organización para explicar el armazón básico en
torno al cual ha marchado el proyecto; en la tercera parte reconstrui-
mos la producción del huerto en el contexto de la producción general
de la comunidad y de las posibles nuevas formas de articulación al mer-
cado que la organización se plantea actualmente; en la última parte
analizamos el rico proceso de aprendizaje en conjunto que todos los ac-
tores del proyecto han experimentado.
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO10
Aunque hacemos la sistematización de la experiencia en base a
un plan teórico y metodológico explícito, el estilo que usamos evita in-
tencionalmente discursos complicados. Mediante una narración que
denominamos testimoniada5 , reconstruimos la experiencia de la orga-
nización enmarcada en su relación con la comunidad, el gobierno can-
tonal, la Confederación del Pueblo Kayambi y el movimiento indígena
en general.
Las tablas, los cuadros, los anexos y las fotografías refuerzan el
texto principal con el elemento gráfico tan importante para los pueblos
indígenas y para todos los sectores populares mucho más acostumbra-
dos que los intelectuales a captar los mensajes mediante las formas, los
colores y las emociones. Esperamos que el presente material contribu-
ya al avance organizativo de mujeres y hombres, indígenas y menos in-
dígenas, empeñados en la búsqueda de nuevas maneras de sobrevivir
con dignidad, a partir precisamente de vivencias similares a la que ana-
lizamos, entre mujeres “hermanas” (ñañantin) abiertas siempre a la re-
lación también fuerte con los hombres “hermanos” (turintin), no sola-
mente del propio grupo sino de otros grupos culturales. Solamente de
esta manera, el nombre y la lucha de Mama Tránsito Amaguaña vivi-
rán aún después de que ella “haya llegado a su destino.”
MI NOMBRE HA DE VIVIR 11
Notas:
1 El trabajo de la primera vez dio como resultado el libro Ñukanchik miku-
na: la seguridad alimentaria en los pueblos andinos. Quito: Editorial Abya-
Yala, 2004.
2 La AATA forma parte de la Comunidad La Chimba perteneciente a la Pa-
rroquia Olmedo, Cantón Cayambe de la Provicnica de Pichincha. A una
altitud aproximada de 3200 msnm. Su camino principal de acceso es la via
a la Laguna San Marcos.
3 El caso es que, por un imperdonable olvido, no acudimos a la entrevista
con Mama Tránsito con la ofrenda debida en estos casos. Su condición de
abuelita ya entrada en años no le permitió apreciar las frutas que le lleva-
mos y nuestro olvido solo fue un signo de nuestra falta de comprensión de
las reglas indígenas de la reciprocidad.
4 El objetivo que tenemos con la inclusión del testimonio de las profesiona-
les que trabajaron en el proyecto, es doble: por una parte, queremos resal-
tar el grado de compromiso mostrado por estas jóvenes profundamente
impactadas y transformadas por la experiencia. Y, por otra parte, aspira-
mos a que la lectura de esta sección sirva como un llamado a los formado-
res de profesionales en universidades y centros de estudio a fin de que los
programas estén más orientados a las reales necesidades y puntos de vista
de aquellos sectores de nuestro pueblo, generalmente olvidados en los pro-
gramas académicos.
5 A diferencia de la historia testimonial que comunica las ideas mantenien-
do en general la forma en las que son referidas al investigador (CFR.Yánez
del Pozo, 1986), la narración testimoniada recrea lo contado por la gente
en un lenguaje fiel aunque no textual.
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO12
NAÑANTIN-TURINTIN:
PENSAMIENTO INDÍGENA
Y PROYECTOS SOCIALES
Con frecuencia, los proyectos de desarrollo buscan afanosamen-
te resultados prácticos y casi inmediatos y se angustian cuando esto no
sucede. Aún con la mejor de las intenciones, pasan muy de prisa por
encima de los ejes de pensamiento que todos los pueblos tienen. Posi-
blemente, esos mismos proyectos podrían tener mejores resultados si
hicieran un esfuerzo por partir de esos ejes o, al menos, por tenerlos en
cuenta a lo largo del proceso. Por este motivo, como ya lo hicimos en
la anterior experiencia con el proyecto, empezamos este estudio con
una aproximación al pensamiento indígena. En el caso presente, par-
timos de las concepciones indígenas generales acerca del género, la pro-
ducción y la organización.
1.1. Género, familia y comunidad
Entendemos por sexo el sistema de características biológicas que
definen a los humanos como hombres y como mujeres1, y por género,
el concepto construido socialmente y que, basado en el sexo de cada
persona, se refiere a los valores culturales, las actitudes, los roles y las
prácticas aceptadas por la comunidad en la cual esa persona vive2 (PA-
HO-WHO 2000).
Si bien las luchas de las mujeres y de las denominadas minorías
sexuales3 han abierto muchos espacios privados y públicos antes veda-
dos para estas personas, no debemos olvidar que estas luchas y estas
demandas no han tenido las mismas características en todas partes y en
todos los pueblos. Aunque es obvio que han existido comportamientos
abusivos en el seno de muchas comunidades indígenas, no es menos
MI NOMBRE HA DE VIVIR 13
1
cierto que no todas las épocas han sido las mismas4. El rastreamiento
de una lógica indígena propia sobre la cual se construye el concepto de
género nos puede ayudar, precisamente, como punto de partida sobre
el cual ordenar los datos de los que ahora disponemos.
El hecho de que todos los elementos del universo estén relacio-
nados unoscon otros nos lleva a plantear que el principio fundamen-
tal del pensamiento indígena es el principio de relacionalidad. Este
gran principio se comprende mejor cuando constatamos que existen
varios mundos. En el gráfico adjunto, vemos que los diferentes mundos
tienen que ver el uno con el otro en un sentido de correspondencia mu-
tua. El mundo de arriba se relaciona tanto con el mundo de aquí como
con el mundo de abajo, sin que estas palabras signifiquen necesaria-
mente posiciones geográficas. Nótese que las personas no ocupan el lu-
gar central del esquema porque este pensamiento no es homocéntrico
sino más bien geocéntrico. Igualmente importante es la constatación de
que los lados izquierdo y derecho se relacionan estrechamente en un
sentido de complementariedad según el cual junto al lado femenino es-
tá siempre el lado masculino, teniendo en cuenta que todos los elemen-
tos son sexuados. Se cierra el círculo de la relacionalidad con la prácti-
ca de la reciprocidad, según la cual todo lo que se hace para bien o para
mal a cualquiera de los elementos repercute directamente el beneficio
o perjuicio de aquel que originó la acción5, en una suerte de justicia
cósmica.
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO14
Gráfico 1. LÓGICA DE LA RELACIONALIDAD: CORRESPONDEN-
CIA Y COMPLEMENTARIEDAD EN LOS ANDES
Fuente: Estermann, 1998 (En base al diagrama elaborado por Pachakutik Yamki
Salcamayhua, 1613).
Dentro de este contexto, se entienden mejor las relaciones en-
tre los hombres y las mujeres y el enfoque de género que es uno de los
ejes del presente estudio. Este enfoque nos permite observar la reali-
dad desde la óptica de los dos géneros –hombres y mujeres- y sus ma-
nifestaciones en un contexto geográfico, cultural, étnico e histórico
determinado.
Si a un nivel profundo6 las relaciones de complementariedad en-
tre los géneros norman el accionar de la gente, la división de roles pa-
rece ser la respuesta a necesidades concretas según el tiempo en el que
se encuentran tanto la familia como la comunidad. En el caso de las de-
cisiones sobre el uso y el manejo de los recursos naturales, los roles de
las mujeres son específicos.
Por sus responsabilidades (re)productivas como la alimenta-
ción familiar, las mujeres tienen interés en asegurar una pro-
visión adecuada de los recursos naturales. Además por el uso
de los mismos, ellas han desarrollado conocimientos que pue-
MI NOMBRE HA DE VIVIR 15
den servir para garantizar la sostenibilidad, lo que demuestra
que las mujeres pueden ser excelentes “gerentes ambientales”
(Van de Pol 14).
Estas capacidades femeninas, desarrolladas a lo largo de los si-
glos, se ven potenciadas con proyectos que estimulan precisamente la
relación de unas mujeres con otras mujeres, lo que a decir de Lia Giga-
rini es “lo no pensado de la humanidad” (citado por Raquel Rodas 10).
Solamente a partir de esta estrecha relación, una relación de hermanas
-ñañantin7- es que la familia entera, compuesta por hombres y niños
se beneficia realmente. Así, no solamente que se potencian los espacios
exclusivamente femeninos que desde siempre han existido en la comu-
nidad8, sino que también se entrenan nuevos retos en los que mujeres
y hombres se involucran en un nuevo tipo de relaciones y exigencias
para sacar adelante a sus familias, sin agudizar los conflictos.
1.2. Producción campesina y mercado
Si el principio de complementariedad nos ayuda a entender el eje
de género, el principio de correspondencia entre los mundos de arriba
y de abajo. es un buen marco para entender tanto la producción con fi-
nes de autoconsumo como aquella destinada al mercado externo. Las
comunidades andinas como La Chimba están ubicadas en medio de
una impresionante cordillera que presenta una gran variedad de pisos
ecológicos, desde los más altos y fríos hasta los más bajos y cálidos. Hay
muchísimos estudios9 sobre este tema. El argumento es muy simple y
tiene el mérito de dar cuenta de la mayoría de los procesos económicos
tanto los antiguos como los actuales. Si una familia está ubicada en un
determinado piso ecológico tratará siempre de conseguir los productos
de otros pisos, sea por intercambio o compra. El intercambio puede
darse mediante trueque o mediante la forma de “agrados” o “media-
nos” propios de los tiempos festivos. Para obtener el dinero para la
compra de otros productos la gente vende sus “excedentes” o su fuerza
de trabajo en lugares cercanos o alejados de su comunidad.
Como se ve en otros ejemplos como el presentado por Joseph
Bastien acerca de los aimaras de Bolivia10, las relaciones de correspon-
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO16
MI NOMBRE HA DE VIVIR 17
dencia entre los pisos o mundos no son solamente relaciones económi-
cas sino también rituales y profundamente espirituales, en las que la re-
ciprocidad está siempre presente.
Por considerar relevante para nuestro enfoque, nos referimos al
estudio que hace Emilia Ferraro de una comunidad cercana a La Chim-
ba. En su libro Reciprocidad, don y deuda. Formas y relaciones de inter-
cambios en los Andes de Ecuador: la comunidad de Pesillo (2004), esta
autora parte del concepto tradicional de reciprocidad andina como:
El intercambio normativo y continuo de bienes y servicios en-
tre personas conocidas entre sí, en el que, entre una prestación
y su devolución, debe transcurrir un cierto tiempo, y el proceso
de negociación entre las partes, en lugar de ser abierto regateo,
es más bien encubierto por formas de comportamiento cere-
monial (Alberti y Mayer, 1974:21 citado en Ferraro 39).
A pesar de que las comunidades de esta zona han sido seriamen-
te afectadas por las políticas de ajuste estructural de los gobiernos, a
partir de los años 80, intensificando las relaciones capitalistas de pro-
ducción, la gente sigue manteniendo sus maneras de relación recípro-
ca manifestada en las siguientes formas: prestamanos, mingas, siem-
bras al partir, uniguilla, chucchir, compra o fiado11.
Las actividades de trueque con comerciantes indígenas y no in-
dígenas, así como el mercado de la leche completan la serie de princi-
pales estrategias económicas de la gente de la zona. Lo curioso, sin em-
bargo, es resaltar que inclusive en esta actividad considerada eminen-
temente capitalista están presentes formas de relación económica y
moral como el suplido que es un anticipo de dinero por parte de los le-
cheros considerados “buena gente” (Ferraro 99). Si están de por medio
no solamente la subsistencia económica sino también la reproducción
social y cultural de la comunidad, las fiestas principales como las del
tiempo de la cosecha o la de difuntos suponen gastos extras que hasta
aquí han sido capaces de solucionar con los suplidos.
Obviamente que el dinero “ahorrado” por la producción del
huerto agroforestal o aquel manejado en la caja solidaria de la Asocia-
ción entran también en esta dinámica, en la cual, como hemos dicho,
siguen recreándose los patrones de reciprocidad, confianza, moral y
previsión.
1.3. La organización y sus proyecciones
Tal vez una de las ventajas de los pueblos indígenas sobre otros
pueblos es su sentido de continuidad creado y recreado en su organiza-
ción y en su vida comunitaria. Agrupados primero en diferentes formas
propias como el ayllu12, luego, además, en formas más recientes como
la comuna y los comités, son la base necesaria de organizaciones de se-
gundo grado y de organizaciones de cobertura más amplia a nivel re-
gional, nacional o internacional. Un sistema de relaciones tan comple-
jo no puede funcionar sin reglas y jerarquías bien establecidas. No so-
lamente cada familia sigue estas reglas sino que toda la comunidad y,
en realidad, todo el pueblo del que forma parte ha establecido a través
de los años ciertas normas llamadas por algunos estudiosos derechos
consuetudinarios13. Aparte de estas formas antiguas y acatadas por to-
dos los miembros, existen otras organizaciones que han ido cambian-
do con el tiempo. Organizacionales nacionales como la CONAIE o
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador no son más
que instanciasde tercer grado que representan una etapa culminante
de un largo proceso organizativo en el tiempo y en el espacio. En la ba-
se están las comunas o comunidades organizadas según un patrón de-
terminado. Si tratamos de relacionar los procesos organizativos con el
pensamiento indígena profundo encontramos que se aplica plenamen-
te el principio de relacionalidad en sus tres subprincipios. Por una par-
te, las comunidades generalmente se organizan en correspondencia a
una contraparte geográfica diferente. Así tenemos que las comunidades
de los altos tienen un sentido de correspondencia con las comunidades
de las partes más bajas, reproduciendo así el modelo de las mitades, que
no solamente es importante para la adquisición y distribución de los
recursos en sistemas microverticales o de archipiélago14, sino también
para la consolidación de los sistemas de parentesco o para la realización
de peleas rituales como las que se dan durante las fiestas en honor a la
Madre Tierra y al Padre Sol en el solsticio de verano.
Esta ceremonia “revisada” (se refiere a la entrada de los grupos
de baile a la hacienda de Pesillo) ha mantenido su carácter de
apropiación simbólica y material del espacio y también de com-
petencia. Este aspecto de competencia puede ser encontrado
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO18
también, aunque en menor escala, en la competencia de baile,
casi una contienda entre mujeres y hombres, así como se expre-
sa en la letra de las coplas tradicionales (Ferraro 138).
Por el principio de complementariedad precisamente es que es
posible determinar la existencia nueva de organizaciones generales
donde predomina la autoridad masculina y organizaciones eminente-
mente femeninas como la Asociación Agroartesanal “Tránsito Ama-
guaña”, objeto de nuestro estudio. Aunque, por los intereses foráneos,
se da el caso de que existen muchísimas organizaciones pequeñas al in-
terior de la comunidad con el peligro de un gran fraccionamiento, las
comunidades en su conjunto y las diferentes organizaciones en su in-
terior, en la búsqueda constante del tan ansiado equilibrio, harán todo
lo posible por ejercitar el principio de la reciprocidad en sus relaciones.
El tema de la organización campesina cobra toda su actualidad
por el nivel de protagonismo que muchas organizaciones indígenas
han alcanzado en los últimos años. Cada vez más estudios dan cuenta
de este protagonismo15. Una de las características más novedosas es
que son los mismos protagonistas de los movimientos los que dan
cuenta de sus propios procesos y son ellos mismos los críticos más
acervos cuando las crisis se hacen presentes, como lo veremos cuando
nos refiramos a organizaciones concretas.
Si bien la organización que analizamos es muy pequeña y puede
no representar lo que sucede en otras de diferente escala, creemos que
la sistematización de la experiencia bien puede arrojar nuevas luces no
solamente para la solución de problemas concretos sino para la cons-
trucción de sociedades más inclusivas que las que ahora tenemos.
MI NOMBRE HA DE VIVIR 19
Notas:
1 El caso de los hermafroditas que son las personas que nacen con caracte-
rísticas biológicas de los dos sexos puede ser considerado como una invi-
tación clara a superar oposiciones demasiado tajantes aún en la biología.
2 Las personas de los llamados “géneros intermedios” (homosexuales, gays,
lesbianas, bisexuales, transgéneros), al escapar a esta clasificación, hacen
también otra invitación a la superación definitiva de toda dualidad dema-
siado mecánica y excluyente.
3 Según la investigadora Elina Vuola, la teoría feminista, nacida en los años
60, “busca crear un entendimiento de las mujeres y empieza con la opre-
sión de las mujeres y argumenta que la subordinación de las mujeres va
desde circunstancias privadas a condiciones públicas” (94).
4 La autora Irene Silverblatt habla de tres momentos en la evolución segui-
da por el concepto de género en Los Andes centrales: un paralelismo de gé-
nero, según el cual hombres y mujeres gozaban de los mimos derechos por
la relación directa con los dioses y las diosas; un segundo momento de je-
rarquía de géneros por la mayor cercanía que ciertos hombres y mujeres te-
nían con dichos dioses y diosas: y el tercer momento de la imposición eu-
ropea sesgada hacia el poderío masculino. Esta, por supuesto, no es una se-
cuencia cronológica y bien podrían haber comunidades con las caracterís-
ticas de los tres momentos o de alguno de ellos en particular (1990).
5 Una explicación mucho más completa de estos principios para los tiempos
actuales aparece en el libro Filosofía Andina de Josef Estermann (1998). Pa-
ra los tiempos coloniales con proyección al presente referirse a Yanantin: la
filosofía dialógica intercultural del Manuscrito de Huarochiri de José Yánez
del Pozo (2002).
6 Obviamente no puede hablarse de casos muy específicos sino del pensa-
miento que subyace a la mayoría de esos casos.
7 Desde el punto de vista de la mujer según la terminología del parentesco
kichwa.
8 La investigadora Emilia Ferraro hace un buen análisis de estos espacios fe-
meninos en la comunidad de Pesillo, como aquel de la cocina, específica-
mente en la elaboración de las llamadas bodas tanto para la fiesta de San
Juan como para la fiesta de Finados. Particularmente interesante es su ano-
tación de que es “la consanguinidad matrilineal, la relaciones de sangre por
el lado de la madre –y no la residencia, generalmente patrilocal- el criterio
principal que define en este caso (la visita a la familia en el cementerio) la
pertenencia a una misma familia (186).
9 El estudio clásico sobre la relación entre los diferentes pisos ecológicos es
el realizado por John Murra, Formaciones económicas y políticas del mundo
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO20
andino (1975). Para una comprensión mejor sobre comunidades ecuato-
rianas actuales veáse los siguientes estudios: Runa Yachai: socialización in-
fantil y lógica de subsistencia en los pueblos indígenas del Ecuador de José Yá-
nez del Pozo (2003); Familia campesina y comportamiento demográfico de
Luciano Martínez (1995).
10 Nos referimos a la obra La montaña del cóndor (1978) que es un cuerpo vi-
vo en cuyo interior se desarrollan las principales actividades de las diferen-
tes comunidades. Simbólicamente una persona nace en la cima de la mon-
taña y durante toda su vida baja por los diferentes niveles y santuarios.
Cuando le llega la muerte empieza el viaje de retorno, hacia el lugar del
cual salió.
11 Para una información detallada de todas estas formas de reciprocidad en
las comunidades de Olmedo, consúltese el libro de Ferraro, Reciprocidad,
don y deuda (pp. 77-90).
12 El ayllu es “el conjunto de familias que habitan la misma localidad y que
trazan su descendencia de un tronco común, de un parentesco real o toté-
mico (Beyersdorff 15).
13 El derecho consuetudinario es el derecho no escrito que nace de la repeti-
ción, a lo largo del tiempo, de actos de naturaleza jurídica, otorgando un
consentimiento tácito que les confiere fuerza de ley. La costumbre jurídi-
ca debe responder a la necesidad de cubrir una necesidad jurídica e ir en
armonía con la moral y las buenas costumbres para ser considerada como
fuente de derecho y estar amparada por el derecho consuetudinario. Las
nacionalidades y pueblos indígenas, abrigan la necesidad de que la legisla-
ción nacional y los tribunales tomen en consideración sus costumbres y/o
derecho consuetudinario, con absoluto respeto a sus códigos, normas y va-
lores ancestrales en la administración de justicia (OIT, Perú, 2004:
http://www.oitandina.org.pe).
14 Un sistema microvertical es aquel que utiliza los diferentes pisos a nivel
continuo debido a que las distancias entre posniveles geográfico no son
muy grandes. En un sistema de archipiélago, por el contrario, la gente tie-
ne que desplazarse a distancias mayores, produciéndose un conjunto de
“islas” que facilitan el acceso, la distribución y el consumo de los recursos
(Murra 1975).
15 El libro Construyendo capacidades colectivas. Fortalecimientode las federa-
ciones campesinas-indígenas de la Sierra Ecuatoriana (2002) de Thomas
Carrol (Ed.) y el libro Organizaciones campesinas e indígenas y poderes lo-
cales. Propuestas para la Gestión Participativa y Desarrollo Local (1998) de
la Red Interamericana Agricultura y Democracia son solamente dos ejem-
plos de lo que afirmamos.
MI NOMBRE HA DE VIVIR 21
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO22
TANTANAKUSHKA
WARMI-KARIMI KANCHIK: 
UN PUEBLO DE MUJERES 
Y HOMBRES ORGANIZADOS
Para analizar el proceso organizativo seguido por la Asociación
Agroartesanal “Tránsito Amaguaña” procedemos en tres momentos.
En primer lugar, ubicamos la organización en su relación con la comu-
nidad de La Chimba, dejando para luego todos aquellos procesos inter-
nos de aprendizaje que consideramos solamente han sido posibles en
la relación intercultural que se ha vivido con los profesionales de fue-
ra. En un segundo momento, intentamos una aproximación al proce-
so organizativo de todas las comunidades de la zona agrupadas en la
COINO, la Confederación de comunidades indígenas de Olmedo, di-
rectamente relacionada con el proceso de reconstrucción de la identi-
dad regional seguido por la Organización Pueblo Kayambi. Por último,
hacemos una aproximación al trabajo desplegado por la Concejala Ju-
liana Ulcuango desde el Cabildo del Cantón Cayambe. Si bien el pro-
yecto originalmente no se planteó cubrir todos estos espacios, creemos
muy útil hacer estas referencias porque las interconexiones y las reper-
cusiones de una organización de este tipo están a la vista.
2.1. La comunidad de La Chimba y la Asociación Agroartesanal
“Tránsito Amaguaña”
La comunidad de La Chimba está integrada por 150 familias in-
dígenas, con un promedio de 6 miembros por familia. La principal
fuente de ingresos económicos de la comunidad es la producción ga-
nadera y, específicamente, lechera, con un número de cabezas de gana-
do que va desde 2-3 cabezas por familia hasta 18-20. La leche se entre-
ga diariamente a ciertos intermediarios “lecheros”, lo cuales, a su vez, la
entregan a grandes compañías procesadoras de la zona. Actualmente
MI NOMBRE HA DE VIVIR 23
2
135 familias de La Chimba entregan su producción lechera en el tan-
que de enfriamiento, que fue construido en un terreno comunitario,
con el apoyo económico y técnico de la AGSO (Asociación de Ganade-
ros de la Sierra y el Oriente), mediante mingas, como contraparte del
grupo. Diariamente se recoge un promedio de 10 000 litros (según re-
gistros de los encargados) que son entregados a la Compañía Nestlé,
que fija los precios de compra.
El segundo rubro está constituido por las actividades agrícolas y
el cultivo de productos como las habas, las cebollas, la cebada, el maíz,
las papas y la arveja. El promedio de tierra en el Centro Cívico es de
1000 m2 por familia. No siempre fue así en la zona. La historia recogi-
da en otro trabajo nos habla de la existencia casi mítica de Andón Gua-
temal, a quien con engaños se le quitó todas estas tierras. Las tierras de
La Chimba y las de todas las comunidades pertenecientes a la parroquia
de Olmedo, han pasado por varias manos, desde los religiosos de la Or-
den de La Merced hasta patrones como Germánico Salgado y Galo Pla-
za. Solamente en la segunda mitad del siglo pasado, y gracias a la lucha
sostenida de los campesinos y campesinas de la región, las tierras pasa-
ron a poder de las propias comunidades (Cfr. Yánez del Pozo, 1986).
Precisamente, desde esos tiempos de dura lucha, vive aún en la
comunidad la Señora Tránsito Amaguaña, llamada cariñosamente Ma-
ma Tránsito. Cuando fuimos a visitarla nos recibió con amabilidad re-
cordando varios aspectos de su vida. Por considerar que Mama Tránsi-
to es un verdadero símbolo no solamente para la Asociación que lleva
su nombre sino para otras organizaciones similares, reconstruimos la
vida de esta singular mujer en base a la información recogida en esta
última entrevista y, especialmente en base a una investigación anterior
que nosotros mismos realizamos1. Tránsito Amaguaña nació hacia el
año 1909 y desde muy pequeña empezó a servir en las haciendas2.
Papacama hacían 5 meses, más dicho que eran buenos cuidado-
res, hacían 7 meses. Mi papá y mi mamá dizque han recibido de
manos de Aquiles Jarrín. A mi, a mi recién de tres meses encin-
ta ha recibido… entonces yo me doy cuenta que anduve atajan-
do los animales, borrego… Mi mamá, mi papá han hecho ove-
jeros, cuidadores de ovejas 11 años. A mi me tocaba 5 meses de
cuchicama, puerco papacama 4 meses, 3 semanas (Yánez del
Pozo Yo declaro 100).
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO24
A la edad de 7 años pudo combinar las labores de la casa con la
asistencia a la escuela, donde la discriminación y la humillación tam-
poco estaban ausentes.
De edad de 7 años, ca:
- “La huambra ya es grandecita para barrer cuarto, para lavar
platos, para no más de traer hierba, para ya no más de atajar
puercos, para tirar almuerzo para mayordomos, para ayudantes
…”, decían los patrones viendo a mí.
De nueve años me llevaron a la escuela… Yo me acuerdo, en
año nuevo me llevaron. Elé. Y la señorita decía:
- “Buenos días, diciendo que dar”.
Y el escribiente decía:
-“Longa pendeja, longa verduga, ¿por que dais buenos días?
Bendito, alabado, tienes que dar”.
Y me iba a quejar a mi mamá y me iba a quejar a la profesora y
me iba a quejar… Y así siguieron peleando y nosotros tan segui-
mos luchando, luchando en la escuela también.
MI NOMBRE HA DE VIVIR 25
Mamá Tránsito contando sus vivencias.
Di examen en la escuela y sigue ese camino de servicia, ese ca-
mino de servicia 2 a 3 meses, con todo, todo, todos los trastos de
la mujer ca, pero limpio para servir a ellos. Pueda o no pueda.
Venía yo por este rincón de la leña, longa chiquita, llorando llo-
rando. Nos mandaban con quesos a San Pablo Urco, a ugnigui-
llar, ocas, papas; sin poder cargar. En ese tiempo no había nin-
guna justicia. No había ninguna cosa. A gusto de ellos maltra-
taban; a gusto de ellos pisoteaban a nosotros (Yánez del Pozo
Yo declaro 103-104).
Desde muy joven y con una conciencia clara de estas y otras in-
justicias, Tránsito se involucra más y más en las luchas que se llevaban
adelante en la zona.
Compañeros: voy a hacer saber los asuntos míos. Cuando era
niña, cuando era chiquitica, los patrones eran tigre, eran lobo
para los campesinos. Le dejaban muertos, daban de comer san-
gre a los perros, metían garrotizas, metían látigos, metían… ha-
cían pisar con los caballos. Medios muertos, así sufriendo, así
chupando, mis familias, mis abuelos.
En ese tiempo esta ley de comunistas, que es socialista, que es
Reforma Agraria ha de haber estado principiando. Viniendo pa-
ra enemigos como un veneno, como un lobo, como un tigre,
que está haciendo saltos, así vinieron esta ley me doy cuenta, yo
me acuerdo.
Yo andaba llorando, yo andaba pidiendo misericordia, cuando
sabían estar latigando a mi mamá, a mi papá. Yo chillaba. Ha-
cían saltos a las doce de la noche a las casas. Entre doce malva-
dos: patrones, también mayordomos administración también
venían con perros y ahí dejaban muertos.
Yo vivía en Yanahuaico3 15 años. Así mismo lidiando, luchando,
dentrando al Ministerio de Gobierno. Entonces ya dio orden
que vengan que dentre. Hasta eso ya murió mi hermana. Para
venir a ver no había ni cómo. Cuando se murió vinimos con la
policía.
Yo me vine a vivir en el Pueblo otros doce años, pero no he de-
jado la lucha (Yánez del Pozo Yo declaro 134).
La lucha por la tierra recién había empezado4. Junto con Dolo-
res Cacuango, Angelita Andrango, Juan Albamocho, Virgilio Lechón y
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO26
otros dirigentes indígenas apoyados por los dirigentes de la Federación
Ecuatoriana de Indios (FEI) consiguieron la devolución de los huasi-
pungos. Para saber los pormenores de esas luchas nada mejor que re-
flexionar sobre el testimonio que transcribimos a continuación.
¿Dónde estará el doctor Luis Chávez, Chávez chiquito que le
decíamos? Una vez me dijo que estaba por exterior. Pero aho-
ra no sé. Yo no sé así mismo estandoaclararon las cosas. Yo no
sé, se fueron alzando la gente limpio, en una lidiadera se fue-
ron mucho la gente, que no se desvíen del trabajo. Si en caso
necitan reclamar que vengan onde secretarios no más, cabeci-
llas no más.
Un día ca se emborracha, está disvariando el borracho Toribio
Valladares que era el mayordomo, echa tiro aquí en este puente,
y al otro día ca alzamiento de gente: Chimba tan, tan, Pesillo tan
San Pablo Urco tan … limpio a Cayambe.
Eso será una cosa de 49 a 50 años, pues ya habían estado la gen-
te desahucio. Mi papá Juan Albamocho y otros más de cada ha-
cienda ya habían venido firmando para no levantar la gente, pa-
ra no alzarse del trabajo y esta gente da firmas.
-“Que vengan los secretarios, cabecilla.” Han dicho. Pero esta
gente como son campesinos, limpio se levantaron por ese heri-
do del Valladares. Ele ahí ca ya llevaron. Como ya han puesto
huella, firma.
Aquí ya recogieron borregos, puercos, gallinas, pero limpio ya
no quisieron y nosotros quedamos ya aquí presa. Y ahí se fue mi
difunto hermano, mi hermano que es aquí profesor para sacan-
do nosotros presos en la hacienda a mí y a mi mamita.
En la hacienda había cuartos como calabozo, cuartos para estar
encerrados. Entonces ya vinieron hermanos para defender. Bue-
no mi mamita ca ya había protestado porque soldados ha dicho:
-“¿Sientes la casa? ¿Sientes los hijos?’, soldados diciendo
Y mi mamita ca había dicho a soldados:
-“No siento de la casa! Que se carguen! Que diablos que hagan!
Yo siento solo de mis hijos, que no haiga nada.”
Entonces le metieron presa a ella también. Y a hermanos ca lle-
varon haciendo agachar hacha, machete, ele llevaron a hacer
MI NOMBRE HA DE VIVIR 27
tumbar la casa. Como en ese tiempo ca no había casa de made-
ra. Esa casa ca recién tres meses hecho parar no más era.
Les habían hecho temer a los mismos hijos meter hacha, meter
machete, meter barra diciendo:
-“Aja, indios, longos, desgraciados, longos vagos. ¿Sientes de la
casa?¿No sientes de la casa? ¿Qué no piensas que es de tu mama?
¿Qué no piensas que es de tu taita? Cávale! Échale hacha! Vamos
pateando”, diciendo a mis hermanos.
Ele todas esas cosas yo longa de quince años, 16 años no más,
pero ya casadas. Todas esas cosas viendo y eran las once de la
noche y estuvimos en la casa que era. Qué aguacero!. Y mi ma-
má tenía sesenta cuyes y una olla de barro llena de chicha. Ele
encima de la chicha había como unos cinco cuyes muertos, que
habían aplastado limpio. Ahí mismo papitas, ahí mismo todo.
De todo eso ca ya ha de ser 50 años porque mi hijo ca ya carga
49 años.
En ese tiempo ca botaron 46 casa entre Chimba, San Pablo Ur-
co, entre todo.
Y mi mamá no hacía casa bien de esa pared. Solo cocinaba no
más ahí y otra vez venía a botar; y ahí mismo hacía de cocinar
mi mamá (Yánez del Pozo Yo declaro 155-156).
Luego de estos penosos acontecimientos que marcarían la vida
de Mama Tránsito para siempre, pues aún y luego de tantos años es
capaz de recordar algunos de esos sufrimientos, vino la etapa de la
desconfianza de parte de alguna gente de la comunidad, de la perse-
cución, la expulsión de su comunidad y la prisión en Quito, acusada
de “comunista”.
En eso ya vinieron los soldados cargamontón: 50 a una hacien-
da, 50 a otra, 50 a una casa, 50 a otra casa para llevar a botar por
Guachalá; por ahí se fueron a botar,
De ahí ya vinieron el doctor Paredes y otros compañeros
Eran tiempos de Delgado5 que mandaron sacando a Guachalá.
Yo como vivía con mi mamita toditos nos fuimos, no solo yo, de
aquí de Chimba, de San Pablo Urco, de Moyurco, de 46 casa que
botaron. Expulsada hasta 15 años, no tenía aquí dentrada. Por
eso conozco todo. Por ese lado de Tabacundo, por ese lado así
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO28
andábamos indigando, así chucheando, así trabajando andába-
mos, así una lástima, una lástima.
Y ahí tan por Guachalá alguna gente eran enemigos! Es que ha-
bía hecho tener miedo que el comunismo es mala ley, que el co-
munismo con mismo hermano vive, con mismos mamas, taitas,
se casan los hijos, hijas. Así diciendo ca no regresaba a ver. Has-
ta mismo hermano, hermana mía tenía miedo para volver a
dentrar. Así que dentraban sabía avisar mismo compañero. De
ahí vuelta al otro día o ese mismo cogía prisionero.
Después ca, en dictadura de 4 generales, hace 15 años no mas
tan, porque seguía luchando mismo llevaron al penal de Quito
(Yánez del Pozo Yo declaro 157).
Esas luchas dieron como resultado una mayor conciencia, la opor-
tunidad de dar a conocer las ideas en otros lados y, por fin, la expedición
de la Ley de Reforma Agraria, aunque nunca cesaron los recelos.
Porque seguía luchando aura ya para quitar las haciendas ya re-
sultó la Reforma Agraria, ya cooperativa. Por no aflojar, ya digo
como nosotros andábamos ya de pie, paradito ya me llevó a la
Unión Soviética6. Ahí estuve 4 meses y 4 días.
Pretexto de eso ca, pa 1 año me dijeron:
-“Qué es del arma? Qué es la plata que has venido trayendo?”
Por eso es que no tengo ya confianza, ni de ustedes compañe-
ros, interesado en el puesto no más es. Sea blanco, sea runa no
porque acuerdan a la pobre compañera, a la pobre cabecilla.
No vuelve a acordarse con un plato de comida, con un plato de
alverja, con un plato de alguna cosita (Yánez del Pozo Yo de-
claro 157).
Si pudiéramos resumir el gran legado que Mama Tránsito deja a
la gente de la zona y a todos quienes estamos empeñados en la cons-
trucción de sociedades más justas, diríamos que son varios los elemen-
tos más sobresalientes: su persistencia en la lucha a pesar de la constan-
te represión y desconfianza de algunas personas inclusive de su misma
comunidad, la animación de organizaciones concretas según las condi-
ciones del momento, la importancia que dio a la educación de los ni-
ños en los dos idiomas de la región, su capacidad para caminar junto a
los compañeros mestizos que realmente le demostraron compromiso
MI NOMBRE HA DE VIVIR 29
con su causa y su gran humildad para reconocer que ella es pasajera,
que sigue la tradición de sus padres en una lucha que luego debían con-
tinuar sus hijos y otros compañeros, según las nuevas circunstancias.
Chupar por chupar, se ha chupado como perro ladrón se ha
chupado, carajo!. Acordando de todo ca pienso:
-Por qué andaré así sueltamente? Con todo eso yo ca he lidiado.
Yo tan he fundado Sindicato de La Chimba. Yo no más he para-
do, yo no más he parado escuelas. Porque mi mamá ha sido ca-
becilla por eso yo tan he quedado. Mercedes Alba era mi mamá.
Vicente Amaguaña era mi papá. Eran cabecillas por eso me han
dejado ese recuerdo.
Yo he fundado escuelas, yo he quitado huasicama, yo he
puesto alza de salarios, toda cosa. Yo correteando, yo andan-
do. Algunas gentes enemigas creían que andaba así no más. El
Isidro era chiquitico. De la escuela ya salió criado, criado.
Cuando yo venía traendo como ustedes traen así papeles yo
traía diciendo:
“Traigo para vos, hijito, platanito, naranjita. Esto es para vos.
Esto tiene que servir hasta la tumba, aprenderás, enseñarás…”
Así papeles, revistas, hojas sueltas traía para el más civilizado,
más interesante. Todo traía para él. Cuidaba a él hasta que se
hizo de tercer grado, cuarto grado, quinto grado… quinto gra-
do creo que no había. Hasta cuarto no más había. Le cogía a él
de secretario.
Tres, cuatro secretarios se morió en mis maños por enfermedad…
Cuando me fui a vivir en La Chimba ya había ahí un sindicato
donde el cabecilla era el Francisco Neppas. Ahí se luchaba duro
para que alcen los salarios, para hacer correr a los mayordomos,
a los arrendatarios…
Resultaron cuatro jóvenes: uno había sido hijo de doctor Luis
Chávez: el chiquitón, alhajito, bonito… organizando. Yo me
acuerdo había un sombrero de Ibarra amarrando cinta, alparga-
tas con cinta, calzón blanco con bufanda, con saco negro, con
poncho blanco… Y el sentado con la guitarra y los soldados vi-
nieron a coger. Era en casa de Florencio Catucuamba, en caso de
Ascensio Lechón que se murió…y él sentado. Los soldados esta-
ban buscando al blanco, a ese chulla.Y el ahí mismo con la gui-
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO30
tarra y con la flauta: maqui chaqui, maqui chaqui. Elé buscaban
al blanco y no le encontraban. Así se fueron los soldados no en-
contrando.
Esos compañeros venían a trabajar con nosotros. Después vino
ya en ese mismo sentir, ya vino el doctor Ricardo Paredes con el
Taita Jesús Gualavisí de Llaño. Ahí juntaron los de Pesillo, de to-
dos lados.
Aquí Florencio Catucuamba, Juan Albamocho, Venancio Ama-
guaña. De acá de este lado, vuelta, Francisco Neppas … De ahí
vuelta, de San Pablo Urco, la compañera Dolores Cacuango7,
De Llano, compañero Jesús Gualavisí.
El doctor Ricardo Paredes venía, jovencito, a organizar, pero
secretamente, secretamente. Así hemos lidiado, hemos lucha-
do, hemos dado la maño, hemos dado fuerza, hasta ahora, has-
ta aquí.
Por todo eso estuve en el penal 4 meses, 4 días en el año de 1963,
después de ese congreso que hubo de FEI. Y tan por haber ido a
Moscú, diciendo que he traído bala y plata.
Solo chirlazos he recibido. Bueno, patear no me han pateado;
garrotizas no me han garroteado. De ahí, chirlazos, aminazas,
eso si Uhh!
De las primicias tan hemos parado duro, durísimo para no dar
al cura nada. Venían las compradoras y no dábamos nada.
Las servicias, acarreando Congreso venimos todos los congre-
sistas. Sacamos en Moyurco, sacamos en San Pablo Urco, saca-
mos aquí en Chimba, sacamos en Pesillo, último. Sacamos a las
servicias y a las huasicamas. Ahí ya salieron, Rogando decían
que se queden para el patrón no más, no para empleados.
Así estando luchando, luchando mismo ya vino Reforma Agra-
ria, la lucha de Reforma Agraria, ya. Yo no comprendía que es
Reforma Agraria y de tanto oír, de tanto preguntar ya me avisa-
ron (Yánez del Pozo Yo declaro 159-160)
Mama Tránsito Amaguaña no ha dejado de luchar contra un
nuevo tipo de atacantes, posiblemente algunos muchachos de su mis-
ma comunidad, errados en su forma de mostrar su descontento.8 Tal
vez un poco cansada de vivir tantos años9, y sin duda alguna ya lejos de
MI NOMBRE HA DE VIVIR 31
todo interés mundano, no se pone a dar consejos a la gente que ahora
busca nuevas maneras de organizarse.
Ellas han de querer, ellas han de saber, yo no he de rogar. Todo
lo que quieran, todo lo que piensan pueden, dice.
Ante la pregunta de si está contenta porque la Asociación lleva su
nombre ella, sabiamente, responde:
En Quito hay una escuela Amaguaña, yo forme la escuela. No se
yo, si ellos quieren que pongan, yo no he de rogar, mi nombre ha
de vivir, yo me de ir a mi destino, piensa.
De tal manera que, bien podemos afirmar, que la comunidad de
La Chimba y específicamente la Asociación tienen en Mama Tránsito
Amaguaña una verdadera inspiración para su organización y su lucha.
Si la historia gloriosa de la zona está algo olvidada talvez sea ya el tiem-
po de recuperar esa memoria con el fin de enriquecer las experiencias
del presente.
Los tiempos han cambiado mucho y tanto las formas de produc-
ción como los demás elementos de la vida comunitaria aparentemente
poco tienen que ver con aquellos de tiempos pasados. Como ya lo diji-
mos, el ingreso familiar comprende varios elementos: el 50% proviene
de la ganadería y concretamente de la producción de leche, el 20% se
origina en la producción agrícola, el 10% del trabajo en las flores, y el
10% de la venta de animales menores como cuyes y aves. La artesanía
de blusas bordadas a mano también supone algún ingreso.
Como quedó claro con la vida de Mama Tránsito, las mujeres de
la zona siempre han estado muy activas en sus luchas. Aparte de los es-
pacios informales asignados a las mujeres, la comunidad ha propiciado
desde antes la organización femenina. Hace unos años hubo en La
Chimba una organización llamada “Dolores Cacuango”10. Aunque el
grupo se deshizo porque la mayoría de mujeres tuvo que salir a traba-
jar fuera de la comunidad, especialmente en la industria de las flores11,
ahora parece cobrar nueva vida, significando esto un pequeño proble-
ma12 para el grupo “Tránsito Amaguaña” que empezó hace unos tres
años precisamente para “retener a las mujeres junto a sus maridos y a
sus hijos, que de otra manera estarían abandonados” (Elena Alba, pre-
sidenta de la Asociación)13.
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO32
Elena Priscila Alba, presidenta de la Asociación Agroartesanal
“Tránsito Amaguaña”, y que con anterioridad se había puesto en con-
tacto tanto con los concejales del Municipio de Cayambe como con la
directora de CEDERENA, Corporación para el Desarrollo de los Re-
cursos Naturales, elaboró y presentó a la Sra. Ana María Varea, coordi-
nadora de Proyectos PPD, Programa de Pequeñas Donaciones del
FMAM, Fondo de Naciones Unidas para el Medio Ambiente Mundial,
el proyecto “RECUPERACIÓN DE CULTIVOS ANDINOS EN SISTE-
MAS AGROFORESTALES” el 23 de abril del 2001. Se elaboró el pro-
yecto en vista de que las actividades económicas que predominaban en
la zona eran los monocultivos de productos como cebolla, cebada, pa-
pas, maíz y arveja, los cuales se cultivaban en forma intensiva afectan-
do al recurso suelo, pues no existían las enmiendas necesarias para su
recuperación. Ya no se producía como antes pues parecía que el suelo
se había cansado. Ya no se conseguía semillas de ocas, mashua, mello-
cos, quinua, a pesar de que hasta hace poco tiempo esos productos eran
la base de la alimentación de los niños. El proyecto buscaba implemen-
tar sistemas agroforestales, en los cuales se realizara un manejo susten-
table del suelo a la vez que se reintroducía especies andinas conservan-
do su diversidad genética y rescatando los conocimientos ancestrales
de la gente.
MI NOMBRE HA DE VIVIR 33
Mamá Tránsito y las nuevas dirigentes.
La Asociación había nacido en septiembre del 2000. Tenía el
aval de la Comunidad de La Chimba y a partir del 2002 contó con un
fondo común para préstamos14. Según los directivos respectivos, el
proyecto encajaba con los ejes temáticos prioritarios del Programa de
Pequeñas Donaciones (PPD) Fondo de Naciones Unidas para el Me-
dio Ambiente Mundial (FMAM) y que son, entre otros, el cuestiona-
miento a la ampliación de la frontera agrícola y ganadera que destru-
ye ecosistemas, a la inequidad en la posesión de tierra, a la crisis eco-
nómica nacional, a la dolarización que no elimina la subida de los
precios, y a la escasa participación de la mujer, inclusive en tareas fun-
damentales como la seguridad alimentaria de sus propias familias.
Desde el inicio de las actividades, se consideró que serían las mujeres
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO34
Tránsito Amaguaña y Néstor Neppas.
las que recuperarían la sabiduría de las abuelas y de los sabios andi-
nos o yachak y, además, las que se dedicarían a la venta de semillas, al
mejoramiento de los sistemas de riego, y la agregación de valor a pro-
ductos como la oca y la mashua.
Al finalizar la etapa de asistencia directa, las ejecutoras del pro-
yecto son las y los miembros de la Asociación Agroartesanal “Tránsito
Amaguaña”15. La asistencia técnica ha estado dada por CEDERENA.
La evaluación periódica la ha hecho un equipo conformado por repre-
sentantes de la Asociación, una técnica de CEDERENA, un represen-
tante de la Comunidad de La Chimba, quienes han participado junto a
la entidad responsable del seguimiento y evaluación del proyecto, la
Coordinadora Ecuatoriana de Agroecología16 (CEA). Julio de La Torre
y Richard Quintero han realizado visitas a todas las parcelas y reunio-
nes periódicas con el grupo; mediante capacitaciones dieron a conocer
los enfoques orientadores del PPD: biodiversidad, equidad y participa-
ción, viabilidad económica y fortalecimiento organizacional y su apli-
cación en el campo a través de recomendaciones puntuales a partir de
sus propias experiencias.
Para los fines de la presente sistematización es importante te-
ner en cuenta los objetivos específicos del proyecto y que son los si-
MI NOMBRE HA DE VIVIR 35
Evaluadores y miembros de la asociación realizan su trabajo.
guientes: 1) Implementar sistemas agroforestales familiares que con-
templenla producción de hortalizas, árboles frutales, plantas medici-
nales y productos andinos; 2) Mejorar el patrón alimenticio de los/as
socios y sus familias; y 3) Generar alternativas de producción median-
te la agregación de valor a la mashua y a la oca. A estos objetivos se ha
añadido un cuarto que se refiere a la consolidación organizativa del
grupo de los asociados. La sistematización de todo lo conseguido en el
cumplimiento de estos objetivos es precisamente la base de la presente
publicación. Los cuatro objetivos están íntimamente relacionados en-
tre sí. Para el cumplimiento de estos objetivos, se ha partido de la im-
portancia dada a la búsqueda de métodos para conjugar el conocimien-
to ancestral y las técnicas actuales en el manejo de los sistemas, donde
el aspecto nutricional es el factor de motivación para la continuación
de las actividades de cada parcela, pues el cultivo de una gran variedad
de especies favorece el consumo y abastecimiento permanente de los
diferentes grupos de alimentos. La recuperación de especies, la diversi-
ficación de cultivos y las posibilidades que actualmente se abren (ela-
boración de mermeladas y de harinas para el mercado) son situaciones
nuevas que conviene analizar detenidamente a fin de echar luces sobre
el futuro de la gente de esta zona.
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO36
Siempre dispuestos al momento de la capacitación.
Para tener una idea más clara del estado actual de la Asociación
Agroartesanal “Tránsito Amaguaña” en cuanto a su nivel organizativo,
pasamos a reflexionar sobre algunas realidades e ideas que pudimos
captar en nuestras conversaciones con la gente, reproducidas en sus
propias palabras.
La visión que las/los miembros tienen de su organización es
muy positiva, no solamente en relación a la situación presente sino
también en previsión del futuro como nos lo demuestran las siguien-
tes apreciaciones:
Nos gusta nuestra organización porque como mujeres tene-
mos un lugar de entretenimiento, esparcimiento, y para ad-
quirir conocimientos para nuestro desarrollo personal, mejo-
rar nuestra nutrición, a la vez que tener mejor alimentados a
nuestros hijos y esposos. Tenemos una fuente de trabajo en la
que nosotras podemos tener un ingreso adicional en nuestra
economía Es una base para otros proyectos, mejorar el futuro
de las socias, sus familias y la comunidad. (Reunión plenaria
15 de julio 2004).
Por supuesto que no han faltado las dificultades que más que los
problemas son nuevos desafíos en el largo camino hacia una mejor ca-
lidad de vida. Estos desafíos se presentan en la familia, la comunidad y
las metas del mismo proyecto.
Tres son los principales problemas que tenemos: los conflictos
en el hogar, en especial con los esposos para salir a las reunio-
nes; las personas de la comunidad nos critican por estar en la
calle y reunidas, piensan que no teníamos nada que hacer en la
casa; y la falta de dinero para terminar con éxito todas las acti-
vidades planteadas en el proyecto (reunión plenaria del 15 de
julio de 2004).
Un punto especial de discusión es el crecimiento de la Asocia-
ción (el ingreso de más personas).
Lo que no ha permitido el crecimiento en nuestra asociación es
que a las personas les gusta ganar dinero rápido, no con el
tiempo, a su vez que en la comunidad hay críticas, como diji-
mos, y la cuota de ingreso es de $120, que algunos dicen que es
alta. La solución es demostrar y dar a conocer a la comunidad
nuestras actividades y trabajos. Y para el ingreso se esta pen-
MI NOMBRE HA DE VIVIR 37
sando en que deben pagar el 50% al inicio y el 50% restante
mediante un crédito (sesión plenaria del 15 de julio de 2004).
La mayoría del grupo concuerda en que al principio, cuando se
inició el grupo (2000), se inscribieron más de 70 personas.
Había bastante apoyo, pero como se pasó todo un año en reu-
niones sin conseguir todavía nada y a la gente le gusta el benefi-
cio inmediato, algunas personas que se habían inscrito se retira-
ron y empezaron a hablar mal. Empezaron a decir que “andan
de en balde, ¿no tendrán que hacer? ¡pasan chismeando! ¡pasan
de arriba para abajo!” decían…
Un asunto decisivo para el funcionamiento de la Asociación es
la relación que se mantiene con la comunidad y específicamente con
los dirigentes de la misma. Para la Sra. Juana Cacuango, existe una
buena relación con la mayoría de personas de la comunidad, por “los
regalos” (ayuda en las fiestas de La Chimba con banda, colcha, etc.),
como una clara muestra del principio de reciprocidad del que hablá-
bamos.
La Sra. Susana Necpas recuerda que el presidente de ese enton-
ces, el Sr. Néstor Neppas, les brindaba apoyo moral, les decía que tra-
bajen y salgan adelante, que sean respetuosas, honestas, y que saquen el
grupo adelante con los bienes por igual y no por interés personal. Don
Néstor, quien fuera presidente del Comité, afirma que el apoyo a los
grupos de la comunidad depende mucho de la persona que esté a la ca-
beza. El principal problema es el egoísmo porque ahora que se tiene
más cosas, por ejemplo la caja solidaria, se trata de ayudar a la mayoría
de personas, pero hay veces que la plata no alcanza para todos, enton-
ces la gente se resiente.
La Sra. Esther Neppas dice que hay veces que como ellas se es-
tán riendo, la gente de la comunidad piensa que es de ellas, y como no
saben que están trabajando en planes de trabajo, también se resienten.
La Sra. Hortensia Nepas que es nueva en el grupo, dice que hay muchas
críticas porque a la gente no le gusta que estén reunidas, porque no sa-
ben, no están enterados de lo que hace la asociación.
Algo que interesa evaluar en el proceso organizativo de la Aso-
ciación es la relación que existe entre hombres y mujeres. El cuadro 1,
nos muestra los roles principales que realizan unos y otras y algunos de
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO38
los cambios que se están operando en los últimos tiempos, debido a la
presencia del proyecto.
Cuadro 1.
ROLES DE GÉNERO EN LA FAMILIA Y EN LA COMUNIDAD
Parece ser que los roles entre hombres y mujeres son compartidos,
cada cual hace algo diferente pero siempre para conseguir el mismo fin.
Por ejemplo, para las fiestas las mujeres pelan el chancho, y los hombres
la vaca. Con la ejecución de proyectos como el que analizamos, los roles
han cambiado. Si ahora las señoras tienen más reuniones hay que com-
partir el trabajo en la casa, así que los hombres cocinan o ayudan a com-
pletar la preparación de los alimentos, y cuidar más a las/os “wawas.”
A pesar de todo, hay la convicción general de que las mujeres tie-
nen más trabajo y necesitan más esfuerzo por las labores que les toca
cumplir. El mismo Don Federico Lechón, reconoce que la mujer se le-
vanta desde tempranas horas y es la última que se va a descansar y Don
Néstor dice tajantemente:
A veces no se quiere aceptar, pero el trabajo de la mujer es más
grande, duro, aunque uno trate de dar una mano, dice.
Es que la responsabilidad de la mujer es siempre doble. Por una
parte están sus tareas en la producción, pero, por otra parte, están sus
MI NOMBRE HA DE VIVIR 39
Cuidan a los hijos/as
Arreglan la casa
Cocinan
Cuidan los animales
En las mingas: botan chambas 
Ordeñan
Deja a los wawas en la escuela
Aran, siembran, hacen huachos,
rascadillan
En las mingas: trabajan en ace-
quias, zanjas, chambas
Ayudan en la cocina (CAMBIO)
Ordeñan
*El hombre nunca carga a los
hijos/as
MUJERES HOMBRES
Elaboración: Paola Pinto V.
Fuente: Miembros de AATA.
obligaciones referidas a la reproducción. Es ilustrativo el cuadro 2 que,
en este último sentido, presentamos.
Cuadro 2.
NÚMERO DE HIJOS POR MUJER (AATA)
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO40
NOMBRE # hijos vivos # hijos muertos total # de 
hijos
Adelaida Alba 4 0 4
Carmela Colimba 3 1 4
Carmen Churuchumbi 5 0 5
Carmen Colimba 4 1 5
Cecilia Neppas 5 0 5
Clemencia Túquerres 4 0 4
Diocelina Guatemal 3 2 5
Elena Alba 3 0 3
Eloisa Albacura 5 1 6
Elvia Cachipuendo 1 0 1
Herlinda Campués 4 4 8
Esther Nepas 4 1 5
Estherlìa Colimba 3 1 4
Esther Catucuamba 1 0 1
Guillermina Cerón 7 1 8
Inés Túquerres5 4 9
Isabel Cacuango 8 0 8
Juana Cacuango 5 4 9
Laura Nepaz 6 3 9
Lucrecia Necpas 2 1 3
Mercedes Alba 12 4 16
Hortensia Nepas 2 0 2
Rosa Cholca 1 0 1
Susana Guatemal 3 1 4
Susana Necpas 2 1 3
Promedio de hijos 
por Señora 4 1 5
Elaboración: Andrea Rosero.
Fuente: Miembros de AATA.
Gráfico 2.
NÚMERO DE HIJOS POR MUJER
Las tareas del cuidado de los primeros años de vida de todos los
seres humanos son innumerables y no le eximen a la mujer de las ta-
reas de todos los miembros de la comunidad. ¿Será por esto precisa-
mente que lo que les anima a las señoras a seguir en su grupo es la sa-
tisfacción por reunirse, por estar unidas, por tener un espacio de ale-
gría y descanso donde comparten su vida con las compañeras aunque
a veces se les recargue el trabajo?. Y, aunque no siempre se ven resulta-
dos concretos17, la satisfacción parece estar por el lado de ir alimentan-
do el espíritu, aunque no sea monetario, pues esto ayuda a volver con
más ganas a realizar todos los trabajos que deben realizar.
Por el lado masculino, sin embargo, no parece haber espacios
similares como los anota Don Néstor Neppas para quien no existen
muchos espacios para compartir con otros hombres, a no ser cuando
hacen deporte (fútbol), o están en las fiestas. De todas maneras, mu-
cho se ha avanzado en cuanto a la participación de todos los miembros
de la comunidad en la vida de la misma. Las decisiones dentro de la
comunidad son tomadas por la Asamblea General, consultando a todos
MI NOMBRE HA DE VIVIR 41
N= 25 (mujeres, madres de la AATA).
Elaboración: Paola Pinto V.
total hijos
número de hijos
Promedio General
hijos muertos
hijos vivos
cuando es posible hacerlo. Antiguamente no era permitido que las mu-
jeres y los jóvenes opinen y se llegó incluso a prohibir su participación
directa. La Sra. Susana Necpas recuerda que hace 17 años la Sra. Gui-
llermina Cerón participaba mucho y daba su opinión dentro de la coo-
perativa. En ese tiempo se repartió la tierra y se les encerró en un cuar-
to a las mujeres. En esa repartición solo estuvieron presente los hom-
bres adultos y mayores.
En la mayoría de los casos, en la comunidad, el trabajo es iguali-
tario para hombres, mujeres, ancianos, niños. La raya18 es por igual. En
el caso de los ancianos, aunque se ha hablado en la comunidad sobre
sus limitaciones físicas, llegado el momento, les hacen trabajar igual.
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO42
Doña Guillermina muestra orgullosa los productos cosechados.
A pesar de esto, el conocimiento de los ancianos dentro de la co-
munidad es muy aceptado y respetado. Por ejemplo, se les pidió la opi-
nión porque los ancianos eran los que tenían más conocimiento sobre
los linderos del páramo que los jóvenes no conocían. A los mayores se les
pide que cuenten acerca de las costumbres antiguas de las bodas. Se sabe
que es muy importante el conocimiento de las personas mayores aunque
por descuido, la gente olvida este hecho y se van perdiendo los conoci-
mientos, según dice Don Néstor Neppas.
La Sra. Guillermina, en referencia a la viejita a quien cuida y
que es nada menos que Mama Tránsito Amaguaña, dice que los ma-
yores son como niños, nacen niños y con el pasar del tiempo vuelven
a llegar al mismo punto, vuelven a ser niños19. Don Federico Lechón
dice que el tiempo ha cambiado y que se ha perdido el respeto hacia
los padres.
Para cambiar esta realidad sería bueno capacitar y trabajar con
los hijos para poder guiarlos y que aprendan los conocimientos de las
personas mayores. Tanto hombres como mujeres reconocen el trabajo,
la lucha de Mama Tránsito Amaguaña: también recuerdan a Isidro
Neppas que participó conjuntamente con ella y que su trabajo es muy
reconocido. La lucha todavía continua, no termina con Tránsito Ama-
guaña, siempre hay alguien que empuje y luche por la igualdad, pien-
san los miembros de la Asociación.
En cuanto a la relación de la Asociación con la comunidad y es-
pecíficamente con el Comité, como ya se anotó, ahora hay otro gru-
po que se ha formado dentro de la comunidad, y que empiezan a
competir. Algunas socias de este grupo, son las señoras que estuvie-
ron cuando se formó la AATA y que luego se retiraron. Don Néstor
reitera que “depende mucho de la cabeza de la comunidad, juegan
muchos intereses personales y no hay apoyo para todas las organiza-
ciones”. Un presidente tiene que ver por toda la comunidad y organi-
zaciones que existen dentro de ella. Tiene que ser como un papá, di-
ce la Sra. Inés Túquerres.
Todos los miembros de la organización y sus esposos están
conscientes de que todo grupo, al iniciar sus actividades, necesita apo-
yo pero que no hay que aislarse del resto. La comunidad tiene muchos
grupos, razón por la cual surgen los problemas y la confusión. Existía
MI NOMBRE HA DE VIVIR 43
una directiva central y muchas otras directivas pequeñas, como diez, y
todo estaba muy fraccionado.
Actualmente existe una directiva conformada por: presidente/a,
vicepresidente/a, tesorero/a, secretario/a; para complementar el trabajo
se han formado comisiones tomando en cuenta las necesidades de la
comunidad (comisiones de seguridad, educación, deportes, obras pú-
blicas, mujer (presidenta la Sra. Elvia Cachipuendo que también perte-
nece a la AATA), asuntos sociales y culturales (Sra. Carmela Colimba
que pertenece AATA). Se ha cambiado la forma de organización ya que
ahora se coordina y trabaja con toda la comunidad, afirman algunos
miembros.
Un factor de cambio positivo muy importante ha sido la capa-
citación dada por dirigentes campesinos. El hecho de que sean perso-
nas que han vivido en las mismas circunstancias que sus compañeros,
les permite entender su situación y darse cuenta de las capacidades que
hacen falta fortalecer. El lenguaje empleado es sencillo, y permite man-
tener un diálogo más fluido y participativo.
Antes teníamos recelo de hablar. En la comunidad es muy im-
portante darse la mano, y si los compañeros han avanzado, han
aprendido también a ser comprensivos, porque han tenido una
mayor visión y nos motivan para organizarnos y por eso les he-
mos escuchado y aprendido mucho de ellos, o piensan todos,
luego de este tiempo de intenso aprendizaje. Juliana nos parece
un orgullo por ser ecuatoriana y por ser una mujer que ha sa-
lido adelante y nos quiere dar la mano, dice Víctor Luis Neppas.
Y Don Néstor nos ha dado ánimo para continuar, para traba-
jar, ha vivido con nosotros y siempre ha estado al tanto de to-
do lo que nos falta y ha trabajado por nosotros, completa la Sra.
Isabel Cacuango.
Para terminar con esta breve revisión del nivel organizativo y del
grado de cohesión del grupo, bien vale la pena insistir en la idea de que
solamente en la medida en que el grupo pequeños sirve como levadura
de toda la comunidad podrá tener no solamente opciones de sustentabi-
lidad sino también la posibilidad de ampliar su radio de acción. La gen-
te de la AATA se compromete a difundir el trabajo del grupo y a invitar
a la gente a participar de las capacitaciones y otras actividades que per-
mitan fortalecer las relaciones. Creemos que la comunidad aprecia su ni-
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO44
vel de organización, ve a los/as dirigentes de la Asociación como que son
muy capaces de realizar todas las actividades que se proponen. El hecho
de que en la comunidad haya personas que no saben leer ni escribir ha-
ce que se sienta que los/as dirigentes están mejor capacitados/as que
ellos. Tal parece ser el caso de Elena Alba, actual presidenta de la AATA,
que cumple una función importante en la comunidad y es más activa
que otros miembros. Como ella pasó por el colegio, está mejor capacita-
da y les informa de todas las actividades, piensan algunos miembros de
la Asociación. Aunque todos están conscientes de que no sería solamen-
te el caso de una o dos personas, porque todas ellas creen que si les po-
nen en las funciones de Elena serian capaces de desarrollar las mismas
funciones, a pesar del temor natural de las señoras que son analfabetas.
MI NOMBRE HA DE VIVIR 45
Ahora la confianza para compartirsus ideas es común 
entre todas/os las/os participantes.
No es raro, con estos antecedentes, que los miembros de esta
organización, se consideren un ejemplo que puede ser seguido por
otras organizaciones.
Nuestra organización es muy cumplida, con gente muy organi-
zada, muy trabajadora, que está capacitada y establecida jurídi-
camente. Estamos orgullosas porque podemos guiar en el cami-
no a otros, porque sabemos cultivar y porque vamos avanzando
hacia nuestra seguridad alimentaria, piensan los asociados y las
asociadas.
2.2. La Confederación de comunidades indígenas de Olmedo y la
Confederación del Pueblo Kayambi
Aunque el proyecto quizá no ha enfatizado suficientemente en
la relación de la Asociación con el entramado político más amplio,
consideramos necesario hacer esta reflexión porque solamente en la
medida en que los procesos locales se enganchen con los procesos
más regionales y nacionales tendrán más posibilidades de repercusión
y duración.
La comunidad de La Chimba, además de pertenecer a la COINO,
Comunidades Indígenas de Olmedo, tiene también relación con la
ECUARUNARI, Ecuador Runakunapak Rikcharimui o Despertar del
Hombre Ecuatoriano, que es la organización de la Sierra de la CO-
NAIE, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. La
gente de la zona ha participado activamente tanto en el proceso políti-
co local como en las votaciones nacionales. En general, se considera que
hace falta estrechar más los lazos con la comunidades vecinas, con las
cuales, además, hay una relación larga fundada en las luchas históricas
y en la similitud de desafíos. Igualmente, algunos de los dirigentes son
muy críticos frente a lo ocurrido en los niveles nacionales de la organi-
zación indígena. No hubo, en su momento mucho convencimiento de
que la alianza entre el movimiento indígena y el candidato presidencial
Lucio Gutiérrez fuera la mejor opción, pero una vez decidida tal cosa se
acataron las órdenes disciplinadamente. Aunque se reconoce que hubo
algún mérito del gobierno al poner ministros y empleados indígenas de
alto rango, se critica la alianza20 y se insiste en la necesidad de que los
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO46
altos dirigentes indígenas den más oídos a lo que dicen las reales bases
antes de dar cualquier paso importante. Una persona que tiene muy
claro lo que pasa a nivel nacional e internacional en cuanto a los nive-
les de dependencia a los cuales hemos llegado los ecuatorianos es la se-
ñora Guillermina Cerón Noboa. Su conocimiento sobre la situación
actual, y sus puntos de vista, no dejan de sorprender:
Desde la dolarización nuestra plata no vale para comprar ni dar
de comer a las vaquitas. Solo en el tractor gasto 20 dólares por
una hora. Cuando comencemos con el ALCA (Acuerdo de Libre
Comercio de las Américas), esto será peor, nuestra riqueza se va
para los Estados unidos. El Ecuador es rico, pero de nada servi-
rán los sufrimientos de Mama Tránsito, si dejamos que se lleven
nuestra riqueza. Nuestros remedios se van a otros países y re-
gresan más caros. Mientras tanto nosotros aquí seguimos bus-
cando más plata para comprar abonos, funguicidas y el sobrea-
limento para las vacas. En mi pensamiento creo esto, nosotros
dejamos que otros países le metan la maño a nuestro Ecuador y
le tienen hecho trapos. Los multimillonarios vienen acá solo pa-
ra pasearse y sacarnos lo que puedan, ellos solo se llevan bien
con los Estados Unidos. Ahora no hay ni plátanos, ni chirimo-
yas, todo se va a otro país. En mi infancia yo comía maravillas,
de todas partes, hoy solo los productos que hay en mi terreno
(entrevista del 19 de julio de 2004).
El único consuelo que le queda a esta sabia mujer parece ser que
el trabajo del grupo, sirve en el sentido de la unidad y de lo que llama-
ríamos una cierta “sobrevivencia con dignidad”. En sus propias pala-
bras, ella dice:
Pero bueno, el grupo, siquiera nos sirve para estar entre noso-
tras, para vivir entretenidos un poquito, comiendo y conversan-
do. Nos deja abriendo los ojos, siquiera para comer, aunque no
compre más terrenos, ni vaya a Quito a comprarme una casa,
nosotros le seguimos a la compañera presidenta porque la aso-
ciación si nos ha ayudado para seguir siendo fuertes y hacer las
cosas mejor. Tenemos que seguir, si nos organizamos vamos a
seguir (entrevista del 19 de julio de 2004).
La comunidad es, además, miembro activo de un proceso nove-
doso conocido como Confederación de comunidades del Pueblo Ka-
yambi. Hablamos con Arturo Guasgua, Director de la oficina del pue-
MI NOMBRE HA DE VIVIR 47
blo Kayambi, al interior del cabildo del cantón Cayambe. Para Arturo,
lo primero es la delimitación de su territorio.
El territorio del pueblo Kayambi se encuentra distribuido en las
provincias de Pichincha, Imbabura y Napo con las poblaciones
de Chaco y Oyacachi. Actualmente se cuenta con la circunscrip-
ción territorial del pueblo Kayambi, y se tiene proyectada la de-
claración de patrimonio cultural de algunos valores tangibles e
intangibles que están siendo definidos de acuerdo a un mapeo
que realizamos. Aunque haya diferencia entre las poblaciones
por tendencias ideológicas, el pueblo Kayambi trabaja por la
unidad y no interviene en cuestiones políticas para evitar con-
flictos (entrevista del 19 de julio de 2004).
El dirigente nos explica que su proyecto se basa en tres ejes fun-
damentales: el apoyo a las organizaciones ya existentes o que están en
proceso de formación, la propuesta de nuevos modelos de organiza-
ción económica y la formación de las bases.
El principal objetivo es agrupar a las 13 organizaciones de se-
gundo grado que pertenecen al pueblo Kayambi, y que se deta-
llan en el siguiente cuadro:
Cuadro 3.
ORGANIZACIONES QUE CONFORMAN EL PUEBLO KAYAMBI
JOSÉ YÁNEZ DEL POZO48
NOMBRE DE LA ORGANIZACIÓN # Comunidades 
de Base
1. UNCISPAL Unión de Comunidades Indígenas
de San Pablo del Lago 8
2. UNOCIGS Unión de Comunidades Indígenas 
de Gonzáles Suárez 5
3. UNOPAC Federación de Organizaciones 
Populares de Ayora – Cayambe 18
4. UCICAB Unión de Comunidades Indígenas 
de Cangahua Bajo 8
Como se puede apreciar en el cuadro, la variedad de organiza-
ciones, el número de comunidades pertenecientes a ellas y la extensa
cobertura son impresionantes. Arturo Guasgua se muestra muy orgu-
lloso de las perspectivas de la organización que él dirige.
MI NOMBRE HA DE VIVIR 49
5. UCIJUM Unión de Comunidades Indígenas
de Juan Montalvo 15
6. UNOCC Unión de Organizaciones Campesinas 
de Cayambe 15
7. COINO Corporación de Organizaciones 
Indígenas de Olmedo 8
8. TURUJTA “Tupigachi Runakunapak Jatun 
Tandanakui” Corporación Unitaria de 
Organizaciones de la Parroquia Tupigachi 8
9. COINCA Corporación de Organizaciones Indígenas 
y Campesinas de Cangahua 6
10. UCICAQ Unión de Organizaciones Campesinas
Indígenas de los cantones de Cayambe
y Quito ND
11. ÑURUKTA “Nucanchik Tukui Runakunapak 
Llactamanta Katun Tandanakui”
Organización de Cangahua 7
12. UCCOPEM Unión de Comunidades 
de Cochasqui – Pedro Moncayo ND
13. COCIJM Corporación de Comunidades Indígenas
de Juan Montalvo ND
Oyacachi ND 23
ND: No se mencionan estos datos en la fuente.
Fuente: Archivos Oficina Pueblo Kayambi y Texto divulgativo del Pueblo Kayambi,
2002.
Además pertenecen a nuestra organización 18 comunidades in-
dependientes que no forman parte de otras organizaciones, y
que junto a las comunidades de base suman alrededor de 150
(entrevista del 19 de julio de 2004).
Don Arturo Guasgua nos explica que los ejes principales de tra-
bajo con las organizaciones son los temas de derechos colectivos, go-
biernos comunitarios, administración de justicia, y el de estudios libres.
En este último aspecto, se tiene firmado convenios con el colegio “Do-
lores Cacuango” y el Colegio “Nelson Torres”. Esto posibilita que ac-
tualmente se encuentren estudiando 80 estudiantes con la modalidad
de talleres.
Como director del pueblo Kayambi, asegura que siempre es un
reto difícil coordinar actividades con las organizaciones. Muchas veces
puede ser un inconveniente

Continuar navegando