Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
564 Parte 3. Faringología Asimismo, los resultados obtenidos mediante radio- terapia convencional sola en los cánceres avanzados de la hipofaringe y orofaringe han sido bastante pobres. Sin embargo, los avances en el conocimiento de la cinética de crecimiento de los tumores han permiti- do cambios en la forma de administrar la radiotera- pia, incrementando la dosis total y disminuyendo la dosis por fracción (radioterapia hiperfraccionada) o reduciendo el tiempo total (radioterapia acelerada) o combinando ambas estrategias. Con estos cambios de fraccionamiento se están obteniendo mejorías en el control local del 15% en promedio para tumores T2, T3 y T4 de laringe. Asimismo, se han publicado diferentes estudios sobre el papel de la modificación del fraccionamiento en los cánceres de hipofaringe y orofaringe, que han mostrado que la radioterapia con fraccionamiento alterado produce un beneficio sig- nificativo en la supervivencia. Por ello, en la actualidad la radioterapia hiper- fraccionada o acelerada es la de elección en el cáncer moderadamente avanzado de laringe o faringe, si se opta por el tratamiento con radioterapia. Sin embar- go, el uso de la radioterapia sola con cambios de frac- cionamiento como estrategia de preservación de ór- gano en el cáncer de laringe y faringe avanzado sigue siendo bastante limitado, debido a la introducción de los protocolos con quimioterapia y a las terapias mo- leculares concomitantes. QUIMIOTERAPIA DE INDUCCIÓN A inicios de la década de 1980 se empezó a utilizar la quimioterapia de inducción con cisplatino y fluoura- cilo en los cánceres de cabeza y cuello, con tasas de respuestas muy notables, y se demostró que los tumo- res sensibles a la quimioterapia también eran sensibles a la radioterapia. Esta correlación llevó a introducir la quimioterapia de inducción como una estrategia para diferenciar tumores que necesitarían una laringecto- mía total de aquellos que se podrían tratar de forma conservadora con radioterapia, y se iniciaron los pri- meros ensayos. Los pacientes cuyos tumores respon- dían bien a la quimioterapia recibirían radioterapia, mientras que los que no respondían bien pasaban a laringectomía total. A raíz de la utilización de la qui- mioterapia de inducción en preservación de órgano en el cáncer de la laringe se fue extendiendo su utilización en otras localizaciones de cabeza y cuello. El primer ensayo clínico fue realizado por el De- partment of Veterans Affairs Laryngeal Cancer Stu- dy Group (VALSG) en cánceres de laringe, y sus resultados, muy conocidos, marcaron un punto de inflexión en el tratamiento de los cánceres de laringe en particular, y de cabeza y cuello en general. En di- cho ensayo, la supervivencia del grupo de preserva- ción fue similar a la del grupo de laringectomía total, pero dos tercios de los supervivientes del grupo de quimioterapia preservaron su laringe. Un ensayo similar se realizó en Francia con dos grupos aleatorios: laringectomía total o tres ciclos de cisplatino y fluouracilo seguidos de radioterapia si la respuesta clínica era superior al 80%, o laringecto- mía total si la respuesta era inferior. En dicho estu- dio, la selección de pacientes fue más estricta que en el ensayo VALSG, dado que todos los tumores eran T3 y todos tenían la hemilaringe fijada. A los 2 años, la supervivencia era significativamente mejor en el grupo quirúrgico (84 frente al 69%), pero el 42% de pacientes del grupo de quimioterapia habían evitado la cirugía y preservaron la laringe. El único ensayo clínico realizado hasta el momen- to en el cáncer de faringe explorando claramente la preservación de órgano se realizó en la hipofaringe, y se llevó a cabo en la European Organization for Re- search and Treatment of Cancer (EORTC). Se realizó un ensayo multicéntrico en pacientes con tumores de la hipofaringe (78%) y epilaringe lateral (22%) que eran candidatos a faringolaringectomía total, distri- buidos en un grupo quirúrgico y otro grupo con qui- mioterapia de inducción seguida de radioterapia o ci- rugía en función de la respuesta. La supervivencia a los 5 años fue similar en ambos grupos, pero la mitad de los supervivientes del grupo de quimioterapia mantu- vieron una laringe e hipofaringe funcionales. Estos tres ensayos clínicos se introdujeron en un metaanálisis más amplio, que mostró, que a los 5 años, la supervivencia era un 6% mejor en el grupo quirúrgi- co que en el grupo de quimioterapia, con la contrapar- tida de que el 58% de los pacientes que sobrevivieron del grupo de quimioterapia preservaron la laringe. Se han publicado muchos estudios no aleatorios, algunos específicos en cánceres de la laringe, otros de la hipofaringe, y otros mezclando cánceres de cabeza y cuello. Todos estos estudios han aportado resultados similares: la quimioterapia de inducción no ha em- peorado la supervivencia, y la preservación del órgano ha sido posible en porcentajes variables (figs. 43-2 y 43-3). La probabilidad de preservar la laringe en el global de pacientes que entran en quimioterapia es de alrededor del 50% en el caso de la laringe, y en el 20% en el caso de los pacientes con cáncer hipofarín- geo. Además, en los últimos años se han añadido nue- vos fármacos, y especialmente la utilización de taxa- nos parece mejorar dicha preservación de órgano. En la mayoría de los estudios, la quimioterapia ha sido utilizada como factor de predicción de la sensi- bilidad a la radioterapia. Múltiples equipos de inves- tigadores han tratado y siguen tratando de hallar per- files o marcadores biológicos que puedan predecir la sensibilidad del tumor a la quimioterapia y a la radio- terapia, y, por tanto, las posibilidades de preservación
Compartir