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UNIVERSIDAD DE JAÉN 
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación 
 
 
Trabajo Fin de Grado 
 
Trabajo Fin de Grado 
La lingüística forense en 
la actualidad: ámbitos de 
actuación y casos 
prácticos 
Alumno/a: Patricia García Amaro 
 
Tutora: Prof. Dña. Mercedes Roldán Vendrell 
Dpto.: Filología Española 
 
 
Julio, 2020 
 
 
 
1 
 
ÍNDICE 
 
1. Resumen…………………………………………………………………………2 
2. Introducción……………………………………………………………………...3 
3. Lingüística forense: definición y cuestiones terminológicas…………………….4 
4. Áreas de la lingüística forense…………………………………………………...6 
 4.1. Atribución de autoría. Plagio…………………………………………..7 
 4.2 Acoso…………………………………………………………………..18 
 4.3 Reconocimiento de voz………………………………………………...20 
 4.4. Suplantación de identidad. Redes sociales…………………………….23 
5. Casos prácticos ………………………………………………………………….24 
 5.1. Casos de plagio ………………………………………………………..24 
 5.2. Casos de acoso………………………………………………………....25 
 5.3. Casos de reconocimiento de voz…………………………………….....26 
 5.4. Casos de suplantación de identidad…………………………………….27 
6. Formación de postgrado en lingüística forense. Contenidos……………………..30 
7. Conclusiones……………………………………………………………………...32 
8. Bibliografía…………………………………………………………………….....34 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 
1. RESUMEN 
 El presente Trabajo Fin de Grado comienza con una exposición de las bases 
teóricas en las que se fundamenta la especialidad de los estudios de lingüística aplicada 
que conocemos como lingüística forense. A continuación, se establecen las áreas de 
actuación de estos estudios y se ejemplifica cada una de ellas con el análisis y explicación 
de casos reales. Seguidamente, se hace un recorrido por las opciones de formación 
académica especializada en esta materia disponibles en la actualidad. Para finalizar, se 
exponen las conclusiones extraídas de la realización de este trabajo. 
Palabras clave: lingüística forense, delito, análisis, plagio, acoso, suplantación de 
identidad, niveles de estudio, rasgos del lenguaje del hablante, comunicación. 
ABSTRACT 
The current project starts with an exposition of the theoretical bases in which the 
speciality of studies of applied linguistic known as forensic linguistic is based. 
Afterwards, the way of actuation of that studies are established and each of them are 
exemplified with the analysis and explication of real cases. Immediately, the options of 
academic formation specialized in that subject which are available nowadays are shown. 
Eventually, the conclusions of that project are exposed. 
Key words: forensic linguistics, crime, analysis, plagiarism, harassment, identity theft, 
levels of study, features of speaker´s language, communication. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
2. INTRODUCCIÓN 
La lingüística forense es una aplicación en auge. Esta rama del lenguaje, 
desconocida hasta su reciente expansión, se circunscribía a aspectos tanto jurídicos como 
policiales puesto que la poco frecuente formación en esta especialidad desembocaba en 
una carencia de especialistas en lingüística forense capaces de abordar procesos 
complejos. Actualmente, la lingüística forense está en pleno progreso lo que conlleva 
también a una mejora en las resoluciones y sentencias de casos que presentan aspectos 
del lenguaje y de la comunicación. 
La lingüística forense es un ámbito notoriamente reciente que comenzó su 
desarrollo en los años 90, no obstante la aparición de la mencionada disciplina data del 
año 1986, a partir de un trágico caso británico. Según Ramírez M. (2017), en dicho delito, 
ocurrido en 1949, Timothy John Evans asesinó a su esposa. En la declaración ante el juez 
el sujeto alteró en cuatro ocasiones su testimonio, lo que hizo que fuera condenado a 
muerte. Años más tarde, se determinó su inocencia y de tal equívoco derivó un estudio 
lingüístico de la argumentación de Evans, dando lugar así a la primera investigación en 
lingüística forense. 
El TFG a continuación desarrollado tendrá un carácter descriptivo y su principal 
objetivo radicará en la profundización del conocimiento de la lingüística forense como 
campo de actuación de la lingüística aplicada. Para ello, se estructurará de la siguiente 
manera: primeramente se expondrá la terminología de la referida rama de la lingüística 
así como diversas denominaciones para referirse a tal ámbito. En segundo lugar, se 
desarrollarán ciertas áreas tratadas por la lingüística forense, fundamentalmente la 
atribución de autoría y plagio, acoso, reconocimiento de voz y suplantación de identidad. 
Consecutivamente se ejemplificarán las áreas mencionadas previamente presentando 
casos reales. Ulteriormente, el presente trabajo se centrará en la investigación de la actual 
formación post-grado, así como en sus contenidos, de tal ámbito lingüístico. Finalizando, 
el Trabajo Fin de Grado aquí presente se focalizará en las conclusiones extraídas del 
estudio e investigación sobre la materia. 
 
 
 
4 
 
3. LINGÜÍSTICA FORENSE: DEFINICIÓN Y CUESTIONES 
TERMINOLÓGICAS. 
Previo desarrollo del tema es imprescindible ser conocedor del significado del 
término lingüística forense así como de sus implicaciones y orígenes debido a que 
numerosas personas, ajenas a tal ámbito, asocian la lingüística forense con el estudio de 
las lenguas muertas; afirmación que como se demostrará en el presente Trabajo Fin de 
Grado es completamente errónea. 
Una primera definición podría ser la siguiente: se conoce como lingüística forense 
a la rama de la lingüística que tiene como aplicación el ámbito judicial y policial. No 
obstante, es necesario asimilar los orígenes de esta denominación para poder entender 
apropiadamente el complejo significado de lingüística forense. Para ello, conviene 
entender la definición de cada uno de los formantes de esta expresión. Primeramente, 
según el Diccionario de la Lengua Española (2019) lingüística puede definirse como: 
“Ciencia del lenguaje”. Siguiendo con el segundo vocablo que lo compone, de acuerdo 
con el DLE (2019), forense puede ser definido como: “Perteneciente o relativo al foro”. 
En dicha acepción, según el DLE, el término forense proviene del latín forensis; que a su 
vez procede de la palabra forum (plaza, espacio público refiriéndose a la justicia) y del 
sufijo –ensis (perteneciente a). Por lo consiguiente, tras adquirir conocimiento del origen 
etimológico se rechaza categóricamente la popular tendencia de atribuir a forense un 
vínculo con la muerte. Una vez aclarada admisiblemente la nomenclatura de lingüística 
forense, se puede decir que dicho concepto se refiere al conocimiento del lenguaje y la 
comunicación aplicado a aspectos judiciales y legales. 
El tan complejo vocablo puede ser referido de diversas maneras. Para comprender 
la aceptación de aludir con desiguales términos a lingüística forense se reanudará el 
procedimiento previo, consistente en dar a conocer el significado del segundo 
componente ya que el primero de todos ellos es común: lingüística, cuya definición se 
encentra en el párrafo anterior. Una denominación que aunque no tanto como lingüística 
forense es notoriamente empleada es lingüística judicial. Según el Diccionario de la 
Lengua Española (2019) judicial puede definirse como: “Perteneciente o relativo al juicio, 
a la administración de la justicia o a la judicatura”, por consiguiente lingüística forense y 
lingüística judicial son considerados sinónimos ya que ambos engloban idénticos 
aspectos. Una fórmula sustancialmente similar a lingüística judicial aunque con 
singulares matices es lingüística jurídica. Según el DLE (2019) jurídico refiere: “Que 
5 
 
atañe al derecho o se ajusta a él”. Como podemos observar, a pesar de no ser exactamente 
idénticos, tanto lingüística judicial como lingüística jurídica son locuciones válidas para 
referirsea lingüística forense aun cuando cada una de ellas recoge diferentes rasgos. Otro 
concepto para hacer referencia a lingüística forense, no tan contiguo a ella como los dos 
anteriores, es lingüística legislativa. Según el Diccionario de la Lengua Española (2019) 
legislativo puede definirse como: “perteneciente o relativo a la legislación”, a su vez, de 
acuerdo con el DEL (2019), legislación es determinada como: “Conjunto o cuerpo de 
leyes por las cuales se gobierna un Estado, o una materia determinada”. La antedicha 
definición señala que lingüística legislativa dista escuetamente de lingüística forense, en 
concordancia no puede considerarse un sinónimo sino un área de dicha aplicación 
lingüística. 
Puesto que en este punto se ha asimilado con claridad que es lingüística forense 
es imprescindible no confundirla con grafología, puesto que aunque la lingüística forense 
en ocasiones trate con textos escritos son dos disciplinas totalmente diferentes. Así pues, 
según el Diccionario de la Lengua Española (2019) grafología puede definirse como: 
“Arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cualidades psicológicas 
de quien la escribe”. Como podemos percibir con dicha definición, la grafología se centra 
en la escritura de un sujeto en concreto a nivel formal para así definir sus rasgos 
psicológicos, mientras el objetivo de lingüística forense, cuando trata con textos escritos, 
radica en aspectos como plagio, acoso, etc. relacionados con el ámbito judicial, policial y 
criminal. 
Concluido el aspecto etimológico, es de gran utilidad conocer los campos de 
estudio así como la procedencia formativa de los expertos en lingüística forense. En una 
entrada en un blog de educación, González sugiere que aparte del ámbito penal centrado 
en autoría de textos, reconocimiento de voz, suplantación de identidad, etc. hay tres 
campos de estudio cruciales en lingüística forense. Estos son el campo jurídico encargado 
de documentos legales, discurso jurídico y contextos judiciales; el campo judicial 
centrado en el lenguaje de testigos en juicios, interrogatorios policiales, etcétera y el 
campo del lenguaje probatorio que sitúa su labor en las pruebas lingüísticas en casos 
prácticos, por ejemplo una grabación de voz, análisis de textos, etc. De modo idéntico, 
respecto a los ámbitos de investigación, Garayzábal, Jiménez, y Reigosa (2014) sugieren 
que según la Asociación Internacional de Lingüistas Forenses esta rama cubre el análisis 
de textos delictivos, el establecimiento de autoría, análisis de plagio, el discurso legal y 
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la interpretación y traducción de textos legales. Focalizando la atención en la formación 
académica, los que ejercen lingüística forense son aquellos especializados en filología, 
traducción e interpretación, derecho, criminología, psicología o lingüística. 
La actuación y trabajo de la lingüística forense se enfoca en la originalidad y 
peculiaridad de cada sujeto en la comunicación, lo que es lo mismo, cada persona posee 
unas características que lo hacen único y en torno a esa autenticidad individual se basa la 
actividad de esta rama lingüística. Esta noción es recogida explícitamente por Hernández 
en su libro “Lingüística forense básica”: 
“Es un hecho probado que cada individuo habla, come, camina, bebe y respira de una 
determinada manera y esas maneras de hacer particulares, le confieren rasgos 
individualizadores con respecto a los otros individuos. Y sucede lo mismo con la escritura 
ya sea manuscrita o mecánica.” (Hernández, 2016, pp. 6-7) 
Por lo tanto, aunque en el tiempo actual sea muy frecuente el empleo de 
seudónimos, anónimos, plagio, etcétera, un lingüista forense posee la congrua 
cualificación para detectar estos desaciertos de autoría que en numerosas ocasiones llegan 
a los tribunales. 
4. ÁREAS DE LA LINGÜÍSTICA FORENSE 
 En el presente apartado, en primer lugar se desarrollan las áreas más importantes 
de la lingüística forense. A continuación, se analiza con detalle cada una de ellas así como 
algunas líneas de actuación y directrices para la detección de problemas, fallos o engaños. 
Previa focalización en los ámbitos, es indispensable conocer algunos de los rasgos 
en los cuales se concentra el lingüista forense al hacer frente a la muestra de comunicación 
que debe analizar. En un estudio, Hernández M. (2016) sugiere que somos lo que 
escribimos, es decir, cada individuo posee unas características específicas que lo 
diferencian de cualquier otro. Por consiguiente, el lingüista forense se basa en diversos 
factores como léxico, gramática y sintaxis entre otros, para de este modo sustraer 
conclusiones sobre el hablante. Una labor esencial es dirigir el estudio a los estilos de 
comunicación ya que cada sujeto tiene un lenguaje personal, adicionalmente gracias a 
esta información el especialista es apto para datar el posible fin del orador; para ello es 
necesario entender los distintos estilos comunicativos. El primero de ellos es la 
comunicación asertiva, donde se emplea una comunicación que no recurre a la violencia 
verbal, algunas expresiones que definen a esta clase de comunicadores son aquellas que 
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evidencian respeto, por ejemplo “yo pienso”, “yo creo”, etcétera. El segundo estilo es la 
comunicación agresiva, el emisor pretende conseguir su objetivo a toda costa, aun cuando 
tenga que recurrir a la intimidación del receptor, por ello es frecuente el uso de 
expresiones como “deberías” o “tienes que” en las que el hablante refleja su autoridad. 
Por último, la comunicación pasiva es la caracterizada por circundar enfrentamientos 
utilizando declaraciones como “me pregunto si…”, “te importaría”… exponiendo una 
situación de neutralidad. Otro elemento crucial en el trabajo del lingüista forense es la 
profundización en las diferentes funciones del lenguaje. Entre ellas están la función 
fática, función referencial, función emotiva, función conativa y función poética; así pues 
una vez que el lingüista forense ha reconocido la función efectuada se sitúa un grado más 
cerca del objetivo del estudio de una determinada muestra comunicativa. 
4.1. Atribución de autoría. Plagio 
 Una de las áreas de la lingüística forense más recurrida en nuestros días es la 
atribución de autoría o plagio, un delito sumamente cometido en las dos últimas décadas 
que consiste en la atribución ilegal del mérito de un trabajo que verdaderamente es una 
falsificación de un documento ya existente. Según Garayzábal, Jiménez y Reigosa 
(2014), la atribución de autoría data desde la aparición de la literatura aunque ha sido más 
reciente el interés por la validez de dicha atribución. El primer análisis registrado se 
relaciona con Donación de Constantino, decreto por el cual se transfiere la autoridad de 
Roma a la iglesia. A pesar de que el documento se consideraba falso, esta idea no fue 
demostrada hasta 1440 por Lorenzo Valla, quien se basó en los anacronismos del texto. 
Cabe destacar, a pesar de que la aparición de la atribución de autoría sea paralela a las 
primeras manifestaciones literarias, que actualmente se han incrementado los casos de 
plagio debido a las nuevas tecnologías, puesto que blogs, foros, enciclopedias, etcétera 
son fuentes de información accesibles gracias al desarrollo de Internet. 
Conforme se afirma en el apartado 4, la comunicación de cada individuo es 
exclusiva ya que es influida por el origen geográfico, edad, educación, aspectos sociales, 
etcétera. Esta mencionada individualidad del lenguaje o estilo lingüístico es lo que se 
conoce como “singularidad lingüística”; en otras palabras este término hace alusión a la 
autenticidad y originalidad del uso de la lengua de cada sujeto. En concordancia a esta 
peculiaridad, el lingüista forense tiene la capacidad de averiguar el verdadero autor o 
autores de un escrito con el objeto de corroborar si se está cometiendo o no un crimen 
queposteriormente será la justicia la encargada de penarlo. 
8 
 
Con respecto a la taxonomía de los casos de plagio, son varias las clasificaciones 
en función de diversos criterios. Como Turell M. (2005) propone, existen varios tipos de 
plagio según el contenido. El primero de ellos consiste en el plagio académico, donde el 
alumno utiliza información de un trabajo ya realizado sin citar el autor, atribuyéndose la 
originalidad y creación del escrito. Siguiendo con las clases de atribución de autoría, el 
plagio en traducciones literarias es quizás el más dificultosos de detectar puesto que en 
este caso la calidad es regida por la fidelidad hacia la traducción original en forma y 
contenido. Uno de las categorías de plagio más cometidas se halla en la literatura, esta 
vez la controversia es creada por el concepto latino “imitatio”, una práctica consistente 
en seguir cánones y modelos literarios exitosos. El último tipo se trata del plagio en 
Internet, puesto que en este contexto la búsqueda de información está a la orden del día y 
la tentativa de adquirir información de un trabajo ajeno está muy presente, sobre todo en 
los proyectos académicos y la enseñanza. A su vez, Garayzábal, Jiménez y Reigosa 
(2014) hacen referencia a otra clasificación basada en las partes plagiadas, por la misma 
un sujeto puede atribuirse ideas ajenas, plagiar por paráfrasis modificando elementos 
pero sin indicar el autor veraz, o incluir referencias bibliográficas que otro autor ha 
incluido en su propio documento. Al mismo tiempo, Garayzábal, Jiménez y Reigosa 
(2014) sugieren una tipología orientada a modelos seguidos en el proceso de plagio, según 
esta idea un documento puede tratarse de una copia exacta, donde un fragmento es 
copiado sin cambio alguno; copia modificada, en la cual se realizan algunas adecuaciones 
antes de reutilizar el documento; o plagio traducido, que consiste en la traducción literal 
de un documento escrito en otra lengua. 
Debido a la previamente mencionada accesibilidad a fuentes de información que 
proporciona Internet, el cotejo de documentos manual es una labor prácticamente 
imposible. Consecuentemente surge el detector automático de plagio, cuya labor implica 
asistir al lingüista forense en la detección de plagio con las mayores pruebas posibles. 
Estos programas informáticos se rigen por la comparación del documento en cuestión con 
escritos del autor de la posible fuente plagiada así como con textos del sujeto que 
presuntamente ha plagiado. No obstante es el perito lingüista quien debe tomar la 
decisión final a partir de las evidencias aportadas. Si se apela a un ejemplo de detector 
automático de plagio destaca Copy-Catch, una herramienta que determina un caso de 
plagio al superar el 50% de coincidencia de vocabulario entre documentos o el 70% en 
caso de traducciones. 
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 A continuación, se expondrán y desarrollarán tanto los niveles de evidencia 
lingüística como los niveles de estudio acatados en la detección de atribución de autoría, 
ya sea de forma manual o automática, basados en el estudio exhaustivo del fragmento 
escrito en cuestión. 
Por lo que se refiere a evidencia lingüística existen cuatro niveles. El primero de 
ellos se trata de morfología, siendo las prueba más significativa la errónea flexión de 
ciertas palabras, por ejemplo el uso del plural o la conjugación de verbos. Otro nivel es el 
sintáctico, el cual posee una notoria importancia en algunos casos en los que la sintaxis 
empleada no corresponde con el supuesto creador del texto. El tercero reside en el nivel 
léxico, que se centra en el análisis de ambigüedad o uso de vocablos no equivalentes al 
grado de comprensión del autor, para ello el lingüista coteja el léxico del texto con otros 
documentos producidos por el mismo sujeto. Para finalizar, el cuarto nivel se trata del 
pragmático, es decir el análisis tanto del discurso como del contexto en el cual se ha 
producido el escrito. 
En cuanto a los niveles de estudio, según Hernández (2016) en su obra Lingüística forense 
básica existen tres niveles de trabajo en la determinación de casos de plagio: 
1. El primer nivel de estudio se trata de aspectos formales del lenguaje existentes 
en la muestra escrita analizada. Primeramente, el lingüista forense se centra en establecer 
el entorno, es decir, analizar meticulosamente el contexto en el que se ha encontrado el 
texto centrándose en aspectos como por ejemplo, si es un texto laboral, sentimental o 
amistoso, la edad del escritor, la relación entre el emisor y el receptor, etcétera. Según el 
documento, el trabajo del lingüista puede ser sencillo y eficaz o por el contrario tratarse 
de un trabajo más complejo donde el especialista debe focalizarse en la utilización de 
expresiones concretas, descripciones, temática o registro del texto. Subsiguientemente, el 
lingüista traslada su observación a la descripción del aspecto o rasgos visuales del 
documento, ya que estos muestran características de un individuo como orden, claridad, 
formalidad, etc.; dichos aspectos se encuentran en la extensión del texto, márgenes y 
sangrías, tipografía, interlineados, faltas ortográficas, etcétera y son más significativos en 
el estudio de textos manuales ya que en los textos digitales el aspecto físico de la escritura 
no muestra tantas diferencias entre autores. 
 
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2. El segundo nivel está constituido por marcas lingüísticas, en otras palabras, el 
estudio de las características del texto que lo diferencian de otros. Estos rasgos son la 
agramaticalidad, es decir, incumplimiento de las reglas gramaticales que normalmente 
indican que el emisor está adquiriendo una segunda lengua; la incorrección que consiste 
en el mal uso de la lengua aunque haya gramaticalidad, por ejemplo el mal uso de un 
verbo muestra a un comunicador con una baja formación académica; la aceptabilidad o 
la cualidad de ser entendible a pesar de que el texto no sea completamente correcto, por 
ejemplo el mal uso del plural o el uso de vulgarismos; y la adecuación de los términos 
usados dependiendo del contexto de la situación comunicativa. Para identificar tales 
marcas en el lenguaje el lingüista forense centra su estudio en aspectos discursivos, 
cuestiones gramaticales, signos de puntuación, rasgos semánticos y cuestiones sintácticas. 
Los aspectos discursivos están relacionados con el sentido del texto, para ello el lingüista 
realiza un análisis de los métodos empleados por el emisor para que el documento sea 
legible, como coherencia y cohesión. En cuanto a las cuestiones gramaticales, el lingüista 
se enfoca en la acentuación, uso adecuado de verbos, concordancia entre sujeto y verbo 
u oración principal y subordinada, coherencia en género y número, utilización de 
preposiciones, etcétera. Con razón de la identificación de dichas cuestiones gramaticales 
el lingüista forense analiza en profundidad las siguientes cuestiones en el texto: 
a) Adjetivos. En esta clase de palabra el especialista se centra en la concordancia 
género- número, correcta colocación, adecuado uso de los grados del adjetivo, 
utilización de adjetivos cultos o comunes, etcétera. 
b) Adverbios. El lingüista presta atención al uso de adverbios o locuciones 
adverbiales que modifican el significado de la palabra a la cual complementa, al 
empleo de la correcta posición del adverbio y a la estructura de locuciones 
adverbiales 
c) Afijos. El uso de sufijos despectivos indica que el emisor pretende amedrentar 
al receptor, por ejemplo –acho, -ajo, -orio,, etc. De modo idéntico la utilización 
de sufijos da lugar a diminutivos, lo que a su vez presta al lingüista más facilidad 
para efectuar el análisis del escritor del documento. 
 
 
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d) Perífrasis verbales. Se debe hacer distinción entre perífrasis aspectuales 
(ingresivas, durativas, terminativas, resultativas o reiterativas) y perífrasis 
modales (obligación, posibilidad, suposicióno intención) ya que dependiendo de 
la clase de perífrasis que use el emisor puede denotar una intención y actitud u 
otra. 
De la misma forma los signos de puntuación son otro aspecto clave en la 
investigación. En este punto el lingüista forense analiza el empleo de signos de 
interrogación y exclamación ya que indican si el emisor siente asombro, enfado, ira, etc.; 
comillas, las cuales indican si el sujeto reproduce las palabras de una tercera persona en 
la comunicación; puntos suspensivos puesto que reflejan duda; y paréntesis, pues 
expresan aclaraciones que el autor considera importantes. 
Otra marca del lenguaje son las cuestiones semánticas; estos aspectos son el uso 
de abreviaturas, palabras y frases hechas, familias léxicas, leísmo, loísmo y laísmo, 
etcétera. 
Por último, las cuestiones sintácticas residen en el correcto uso del sujeto ya sea 
pasivo, agente o elíptico; estilo directo e indirecto; tipos de oraciones, por ejemplo 
oraciones simples, impersonales, yuxtapuestas o condicionales; y empelo de 
conjunciones. 
3. El último nivel de estudio consiste en el nivel metalingüístico. En dicha 
categoría se llega a la conclusión de que la comunicación tiene un fin concreto. En esta 
sección se estudian el tipo de hablante así como la calidad y el tono del escrito entre 
otros aspectos. Para ello el lingüista forense se centra en el uso de verbos ya sean 
asertivos, directivos, expresivos o declarativos debido a que dependiendo del tipo usado 
la intención será una u otra. Con el fin de llevar a cabo exhaustivamente el estudio de 
este tercer nivel, el lingüista se pregunta qué (significado del texto), por qué (cuál es el 
propósito del emisor) y cómo (métodos comunicativos que el emisor utiliza para hacer 
eficaz el mensaje). 
Una vez el lingüista forense que está llevando la investigación ha analizado 
completamente todos los aspectos anteriormente desarrollados, se prosigue comparando 
el texto analizado con otros documentos de la persona o personas implicadas, como 
pueden ser el sujeto sospechoso de cometer plagio o los individuos que el lingüista puede 
relacionar con dicho texto, es decir, los posibles autores reales. En esta contrastación se 
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deben tener en cuenta varios aspectos ya que no todos los textos son válidos para realizar 
esta etapa del análisis lingüístico. En primer lugar, debe estar presente la coetaneidad, es 
decir, los documentos cotejados deben ser aproximadamente simultáneos en el mismo 
periodo ya que con el paso del tiempo el emisor puede adoptar otros rasgos en la 
comunicación, por lo tanto no sería una confrontación real. El siguiente aspecto es la 
homogeneidad, en otras palabras, los textos deben ser de iguales condiciones, ambos 
documentos han de ser manuales o digitales en vista de que no sería posible la 
comparación con un soporte diferente en cada fragmento, de igual forma deben ocupar 
una extensión similar. Seguidamente, en la paridad deben ser analizados suficientes 
textos, puesto que si meramente se implica un documento en la contrastación esta será 
muy insuficiente. Otro aspecto crucial es la fiabilidad, dicho de otro modo, tales 
fragmentos deben tener un autor legalmente reconocido. Así pues, también influye en el 
cotejo el estado emocional del emisor debido a que dependiendo de aspectos como 
ansiedad, nervios o desesperación, la manera de comunicarse varía notablemente. Para 
finalizar, el lingüista forense encargado de tal ocupación debe emplear invariablemente 
la misma metodología, es decir, seguir asiduamente los tres niveles de estudio 
anteriormente mencionados. 
Cuando el lingüista forense ha analizado íntegramente el documento en cuestión 
y ha seleccionado los textos partícipes en la comparación procede a efectuar un examen 
lingüístico a cada uno de los escritos de la contrastación, para ello el método más reiterado 
es el uso de fichas técnicas. Como se puede observar en las siguientes tablas, el lingüista 
recoge los aspectos desarrollados en este apartado en su totalidad. En este modelo los 
datos se recogen en un cuadrante el cual trata la identificación del texto, observaciones 
generales, estilo de comunicación, calidad discursiva y ortográfica, funciones de lenguaje, 
y los tres niveles de estudio redactados anteriormente. 
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Nota: Recuperado de: Lingüística forense básica, de Hernández, M. 2016, pp. 123-127, 
Valencia, España: Tirant lo Blanch. 
 
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4.2 Acoso 
Otra de las áreas contendida por la lingüística forense es la que engloba delitos 
como amenazas, coacción, extorsión, insultos, soborno y demás variedad de acoso. Es 
indispensable ser conocedor de que esta clase de delitos dista de la atribución de autoría 
ya que el obstáculo del lingüista en los casos de acoso reside, más que en la identificación 
del emisor, en el reconocimiento o no de un delito puesto que en determinadas ocasiones 
el acoso puede producirse de forma indirecta, por lo tanto serán otros los aspectos en los 
cuales el lingüista basará su investigación. En contraste con tal desemejanza, tanto en 
casos de plagio como de acoso el lingüista forense basa su análisis en los niveles de 
evidencia lingüística mencionados en el apartado 4.1. Los tipos de acoso más cometidos 
en la actualidad son tanto el acoso escolar como el acoso sentimental y en ambos casos el 
papel del lingüista forense es crucial ya que la vía lingüística es la más frecuentada por 
los acosadores 
En los casos de acoso, la ocupación del lingüista versa a priori sobre dos funciones 
del lenguaje: la función expresiva y la función conativa o apelativa. En la primera de ellas, 
la intención del hablante es expresar sus sentimientos y emociones, es decir, el emisor 
con la función expresiva nos muestra características de su personalidad. La segunda 
función, llamada conativa o apelativa es la más recurrida por el acosador, por lo tanto es 
la función más tenida en cuenta por el lingüista, en esta función el propósito del 
comunicador es persuadir al receptor, por ejemplo para influirlo a hacer algo. Según 
Hernández, M. (2016), el lingüista forense considera cuatro niveles de comunicación en 
el estudio de la función apelativa del lenguaje: 
El primero de ellos son las fórmulas de cortesía. A pesar de que tal formalidad es 
cada vez menos usada debido a los soportes digitales y aplicaciones de mensajería rápidas 
como WhatsApp, el lingüista centra su atención en ellas debido a que son una muestra de 
educación y respeto por parte del emisor hacia el receptor, por ejemplo “buenos días”, 
“atentamente”, “estimado señor/a”… 
El segundo nivel es llamado afectivo o de proximidad, en el cual el emisor 
muestra respeto y cordialidad hacia el receptor, esta afectividad es reflejada en saludos, 
expresiones informales, bromas, participación tanto de ambos en la comunicación, 
halagos y despedidas amigables. 
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El siguiente se trata del nivel de intimidación. A diferencia del anterior, la 
cordialidad no es parte de la comunicación por ello el lingüista forense debe estudiar 
subjetivamente si se está cometiendo o no acoso ya que este no se realiza de una manera 
directa. Para ello, el investigador enfoca su estudio en los siguientes aspectos: 
a) Sutileza. El emisor influye al receptor de una manera delicada y difícil de 
identificar. Para ello utiliza fórmulas cordiales con doble sentido que dependiendo 
de la situación psicológica del destinatario podrán ser interpretadas como ofensas. 
b) Proposición. Dependiendo del contexto comunicativo una proposición puede 
ser algo inocente o una clara muestra de acoso o chantaje. 
c) Pretensión. Este aspecto dista del anterior en que el hablante no propone si no 
que demanda algo, en otras palabras la diferencia reside en que la proposición da 
beneficio a ambos participantes de la comunicación, sin embargo la pretensiónbeneficia solamente al emisor. 
d) Bromas desacertadas. Mientras una broma es una mofa que divierte a ambos 
integrantes de la comunicación, una broma desacertada solamente regocija al 
emisor siendo frecuentemente el receptor el objeto de burla. En relación con el 
acoso escolar un ejemplo de broma desacertada pueden ser las novatadas que 
sufren diversos estudiantes. 
e) Insinuación. El lingüista forense debe centrarse en el contexto en el cual se ha 
producido la comunicación ya que de esto depende en gran parte la carga 
emocional de un mensaje. Por ejemplo en una conversación, el emisor dice al 
receptor “cuídate”, inicialmente consiste en una fórmula de cortesía pero si existe 
un previo conflicto puede tratarse de una amenaza indirecta. 
f) Ironía. Este juego de palabras consiste en comunicar un mensaje mediante la 
utilización de términos contrarios así pues es muy difícil identificar un caso de 
acoso si no se es conocedor del contexto. Un claro ejemplo de ironía se muestra 
en numerosos casos de acoso escolar; el acosador dice al receptor “que guapo 
eres”, lo que parece un halago es interpretado como un insulto por parte del 
receptor debido a las anteriores mofas que ha sufrido por su aspecto físico, por 
consiguiente si no se conoce el previo contexto de acoso, no es posible detectar 
un insulto. 
20 
 
g) Provocación. El emisor irrita al receptor para que de este modo no sea tan 
notorio su acoso, ya que ambos participantes en la comunicación muestran un 
estado de ira. 
h) Preguntas retóricas. En este caso el lingüista forense se encuentra frente a un 
claro caso de amenaza, por ejemplo en una extorsión el emisor pregunta al 
receptor si quiere resultar ileso, la intención de la cuestión no es obtener respuesta 
sino que el destinatario lo entienda como una amenaza. 
El último de estos cuatro niveles corresponde al nivel de lenguaje directo ofensivo. 
En este tipo de comunicación el emisor es consciente del improperio que ocasiona en el 
receptor. Esta ofensa se pone de manifiesto mediante amenazas, extorsión, coacción, 
obligación empleando violencia, engaños, insultos, lenguaje desapropiado, manipulación, 
calumnia, falsas acusaciones, injuria o deterioro de la dignidad. La disimilitud entre el 
presente nivel y el anterior reside en que el acoso mediante la intimidación tiende a 
realizarse de una manera indirecta mientras que en este último nivel el acosador muestra 
directamente su intención. 
4.3 Reconocimiento de voz 
 La presente área de la lingüística forense aquí tratada se fundamenta en el análisis 
acústico para posteriormente identificar si un sujeto ha producido o no un mensaje en 
concreto, así como para la detección de la intención del autor. 
 En relación a lo anterior, se sugiere el término “huella vocal” que hace alusión a 
la autenticidad e individualidad del modo de hablar de cada sujeto, dicho en otras palabras 
la pronunciación de ciertos fonemas, dialecto, acento, expresiones comunes y demás 
aspectos fonéticos hacen única la comunicación oral de cada hablante. 
 Los canales más recurridos residen en llamadas telefónicas o grabaciones de voz, 
por consiguiente dicha área es disímil en consonancia con las anteriores ya que en el 
reconocimiento de voz el rasgo más distintivo de la comunicación es la oralidad. Por ello, 
la metodología de trabajo es un tanto diferente: mientras que en la atribución de autoría, 
acoso o suplantación de identidad el lingüista trabaja sobre un documento escrito, en este 
ámbito el especialista centra su estudio tanto en la reproducción del audio para analizar 
los rasgos de la oralidad como en la transcripción de la grabación para de este modo 
focalizarse en aspectos comunicativos desarrollados anteriormente. 
21 
 
 En una primera etapa, el lingüista forense procede a la repetida reproducción de 
la grabación de voz. La calidad de esta es un aspecto crucial en el desarrollo de la 
investigación ya que dificulta o agiliza el análisis de elementos. Por consiguiente, para 
que una cinta sea óptima debe estar libre de ruido de ambiente, como por ejemplo ruido 
de vehículos o interferencias de otros hablantes, por tanto la idónea para el estudio es la 
grabada en un recinto cerrado. Según Turell M. (2005), existen principalmente tres tipos 
de audios. El primero de ellos reside en grabaciones en las cuales las voces son grabadas 
mediante seguimientos de teléfono policiales, de modo idéntico el lingüista hace frente a 
conversaciones telefónicas en otros contextos, y por último, otra tipología de grabación 
es aquella interceptada por micrófonos. En la presente fase de investigación el lingüista 
analiza y estudia aspectos como acento, localismos y demás elementos que puedan 
encasillar al hablante en un determinado perfil lingüístico; no obstante cada vez es más 
confuso atribuir una serie de expresiones a una determinada zona geográfica. Esta 
complicación es debida al contacto de individuos de diferentes regiones, lo que hace que 
se adquieran tanto vocabulario como expresiones que a priori no son asignadas a tal zona 
geográfica. Dicha problemática transferencia se ha incrementado con el uso de Internet y 
su constante interacción entre internautas ya que por ejemplo, cada vez más españoles 
adquieren en su vocabulario el término “pendejo”, el cual es originalmente perteneciente 
a un país diferente. Sin embargo, a pesar de dicho obstáculo en el estudio, el lingüista 
forense se ciñe a muchos otros aspectos como pueden ser el seseo o ceceo, la aspiración 
de consonantes, acento, etcétera. 
En la segunda etapa, el lingüista forense procede a la transcripción literal de la 
grabación de voz. Una vez efectuada dicha tarea el propósito del lingüista, en lugar de 
focalizarse en la identificación del autor, radica en la determinación de si existe o no 
delito. Para ello el especialista se ciñe a la identificación de los actos del habla. Dichos 
actos del habla están constituidos por el acto locucionario, lo que el emisor ha dicho en 
su mensaje, el acto ilocucionario, lo que el sujeto quiere decir, y el acto perlocucionario, 
el efecto que tiene el mensaje en el receptor. Seguidamente, el lingüista forense procede 
al estudio de los cuatro niveles desarrollados en el apartado 4.2 para así descartar o 
atribuir un delito de conspiración, extorsión o soborno entre otros. En la presente fase de 
la investigación cabe destacar el análisis del tema, ya que es considerado una muestra de 
intencionalidad. Dicho estudio se enfoca en la temática fundamental así como en que 
ideas han sido rechazadas, formuladas o retomadas. Para ello el lingüista forense hace 
22 
 
una clasificación de las respuestas ya sean afirmativas, negativas, completadas, 
rechazadas o si suponen un cambio en el tema de la conversación. Dicha objeción permite 
al especialista obtener información trascendental sobre que asuntos son notoriamente de 
interés para el emisor, y de este modo inquirir constancia del tipo de delito cometido. 
Una vez efectuados tanto el análisis de la grabación como la detección de un 
presunto delito, el sospechoso es sometido a un juicio donde el lingüista forense es 
partícipe. En el interrogatorio, la labor del especialista en lenguaje reside en el estudio del 
testimonio del delincuente, para que de este modo el juez posea las convenientes pruebas 
para imputar al sujeto. En dicha función, Turell M. (2005) propone que el lingüista se rige 
por las siguientes estrategias: 
- Estrategia que garantiza el acuerdo: Consistente en conceder un feedback 
positivo al acusado, para que de este modo la muestra de acuerdo por parte de la 
autoridad agilice el testimonio del sospechoso. 
- Estrategia de camuflaje: El lingüista encubre el incumplimiento de la ley 
realizado con objeto de que el individuo confiese. 
- Estrategia criminalizadora: La estrategia aquí nombrada es la oposición de la 
expuesta previamente. Esta consisteen dejar constancia de la ilegalidad cometida 
para que bajo presión el autor del crimen declare. 
- Estrategia de bloqueo: El forense obstaculiza la testificación del criminal 
mediante interrupciones o solapamientos en el discurso con el objetivo de 
descartar una posible preparación del interrogatorio por parte del sospechoso. 
- Estrategia de impedir el acceso a información ajena: En casos donde varios 
sujetos aparecen en la grabación analizada, se impide el acceso al testimonio de 
otro participante, para de este modo no quepa un acuerdo entre ambos. 
 En la actual era digital, la lingüística forense ha sido testigo de múltiples avances 
tecnológicos. El más notorio se trata del sistema de reconocimiento de voz automático. 
Dicho nuevo modelo ha sufrido numerosos obstáculos y conflictos desde su aparición 
hasta la actualidad, donde es incorporado en diversos y prestigiosos laboratorios 
policiales y lingüísticos. Como contrapartida, a pesar de tal exitosa aceptación, el 
programa causa controversia puesto que se basa en limitados modelos de voz ya existentes 
denominados “Universal Background Model”, en consecuencia debe disponer de una 
23 
 
competente y suficiente referencia base para una correcta resolución del reconocimiento 
de voces. En todo caso, ante un congruo modelo en el cual establecer el cotejo del habla, 
el sistema de reconocimiento de voz automático brinda al lingüista forense cuantiosos 
beneficios que agilizan su labor. La primera ventaja reside en la no dependencia del texto, 
puesto que el novedoso prototipo de trabajo suprime la fase de transcripción mencionada 
en los párrafos previos. Del mismo modo, cabe destacar que ante grabaciones similares 
en términos de canal, sexo del hablante, lengua, dialecto, etcétera el sistema tecnológico 
tiene la capacidad de reconocer cambios en el contexto que aportan información 
trascendental para la investigación. Es por ello que la Guardia Civil dispone actualmente 
de un sistema de reconocimiento de voz automático propio denominado IdentiVox, 
patentado por la Universidad Politécnica de Madrid, presente en múltiples 
investigaciones del departamento de acústica, especialmente en casos de escuchas 
telefónicas. En la misma línea, según García M. (2018), ingenieros españoles han 
generado un programa de detección automática denominado Batvox, el citado proyecto 
el cual ha traspasado fronteras, se trata de una iniciativa de la profesora Alonso, 
perteneciente a la Universidad del Atlántico. 
4.4. Suplantación de identidad. Redes sociales 
La suplantación de identidad es un delito cada vez más frecuentado debido a la 
facilidad del emisor de ocultar y falsificar su identidad. En tal área de la lingüística 
forense el profesional encargado de la investigación concentra su trabajo en dos etapas. 
En la primera de ellas, el lingüista estudia la posible suplantación de identidad mediante 
el análisis de aspectos del lenguaje como jerga, frases hechas, expresiones frecuentes, 
sintaxis, etcétera ya que el individuo que suplanta una identidad tiende a caer en 
estereotipos al imitar a un sujeto diferente, por ejemplo si se suplanta la identidad de una 
persona culta el imitador reproduce vocablos excesivamente formales, pero se frecuenta 
el error de utilizar otros aspectos, como sintaxis, que no demuestran la formación que se 
quiere mostrar . En la segunda fase, una vez demostrada la suplantación de identidad el 
lingüista estudia los niveles de estudio desarrollados en apartados anteriores para detectar 
la existencia de otro crimen. Esto es debido a que en reiteradas ocasiones la suplantación 
de identidad tiene como objetivo acosar a la víctima tanto directa como indirectamente, 
y de igual modo se debe a que en multitud de casos, especialmente en notas escritas bajo 
coacción, la persona que escribe el documento no es el autor real del texto sino que es 
obligada a escribir lo que el delincuente le dicta. 
24 
 
 En la actualidad, dicho delito está aflorando notablemente debido al asiduo uso 
de redes sociales. La suplantación de identidad a través de estas webs se divide en dos 
modus operandi: en el primero de ellos, el delincuente crea un perfil totalmente falso para 
de esta manera dirigirse a su víctima sin mostrar su verdadera identidad; mientras el 
segundo modo de actuación consiste en el robo de un perfil ya existe con el fin de que el 
delito se le atribuya primeramente al titular oficial de la cuenta. 
 En virtud de que los profesionales dedicados a la lingüística forense son 
conocedores de este auge de suplantaciones de identidad en las redes sociales focalizan 
su investigación, aparte de en el estudio de aspectos formales, en el análisis de rasgos 
distintivos de las redes como pueden ser emoticonos, acrónimos o memes; ya que tales 
elementos dejan ver la ideología y mentalidad del individuo. 
5. CASOS PRÁCTICOS 
Una vez repasadas las áreas de actuación de la lingüística forense, en el presente 
apartado se expondrán algunos casos prácticos que ilustran la aplicación de la teoría 
lingüística a estos ámbitos profesionales, para ello los casos reales se agruparán siguiendo 
la clasificación del apartado 4. 
5.1. Casos de plagio. 
La atribución de autoría o plagio es el delito más incurrido en el cual toma parte 
la lingüística forense para una correcta y justa resolución. Dicho incumplimiento de la ley 
está presente en cuantiosos ámbitos como documentos académicos o legales entre otros, 
aunque los casos más notorios residen en el área de la literatura. A continuación, se 
expondrán casos reales que fueron solventados gracias a la participación de lingüistas en 
el cotejo de los textos. 
El primer caso real es el llamado caso Bryce, el escritor de Perú Alfredo Bryce 
Echenique fue acusado de cometer delitos de plagio en sus publicaciones. Tras dicha 
incriminación lingüistas forenses analizaron las obras en cuestión. La investigación 
concluyó afirmando la existencia de plagio de algunos textos como Potencias sin poder 
(Oswaldo de Rivero), Uso social del tabaco (Eulalia Solé) y Londres busca detectives 
(Carlos Sentís), entre otros. En consecuencia, según el artículo Perú sanciona a Bryce 
Echenique por plagio de diversos artículos (2009), fue sancionado por el Instituto 
25 
 
Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual de 
Perú (INDECOPI) a pagar 40000 euros. 
Otro pleito en torno a la literatura fue el protagonizado por la escritora María del 
Carmen Formoso, quien demandó a Camilo José Cela por un presunto caso de plagio. 
Más tarde tras la intervención de lingüistas forenses la juez dictaminó un delito de plagio 
en La Cruz de San Andrés. Según Ríos P. en el diario El País dicha sentencia se sustentó 
en dos principales datos: en primer lugar, la obra de María del Carmen Formoso, Carmen, 
Carmela, Carmiña, fue publicada previamente a la obra de Cela. El segundo dato y más 
concluyente consiste en la presencia de una transformación de la obra original de Formoso 
detectada por los lingüistas partícipes en la investigación del caso. 
Dentro del marco del plagio literario es conveniente incluir el caso Vázquez 
Montalbán, en el cual de acuerdo con el artículo Una juez condena a Vázquez Montalbán 
por plagio de una traducción del diario El País, dicho autor fue acusado de plagio en una 
traducción de Julio César debido a múltiples similitudes entre su traducción y la del 
profesor Ángel Luis Pujante. En un caso más, se recurrió a lingüistas forenses para el 
estudio del delito. Seguidamente el cotejo de ambas traducciones concluyó con un 40% 
de plagio en la traducción de Vázquez Montalbán, Según Turell M. (2005) el perito 
lingüista se basó en la aparición de inversión de sujeto y omisión de palabras típicos de 
Pujante en la obra de Montalbán. Por consiguiente el acusado fue penado con una multa 
económica del 15% de sus ganancias. 
Para concluir la ejemplificaciónde delitos de plagio, el libro Sabor a hiel de Ana 
Rosa Quintana fue retirado del mercado por diversas muestras de plagio, según el artículo 
Planeta retira la novela de Ana Rosa Quintana ante las contundentes pruebas de plagio, 
para ello la autora plagió de las obras Mujeres de ojos grandes y Álbum de familia, entre 
otras. Según los estudios lingüísticos Ana Rosa Quintana cometió un delito de plagio en 
al menos el 12% de su obra Sabor a hiel. 
5.2. Casos de acoso 
Como se desarrolla en el apartado 4.2, lingüistas forenses son partícipes en la 
resolución de casos de acoso, amenazas, extorsión, coacción, etcétera. Es por esta razón 
que en el presente sub-apartado se va a desarrollar el caso Anabel Segura, en el cual los 
criminales hostigaban a la familia de la víctima mediante chantajes y amenazas, para de 
26 
 
este modo ejemplificar la notoria y necesaria labor de los lingüistas forenses para una 
justa sentencia judicial. 
El 12 de abril de 1993 se comete uno de los crímenes de extorsión con más alcance 
en España. Anabel Segura, de 19 años, es secuestrada mientras practicaba ejercicio físico 
en una urbanización de La Moraleja, Madrid. Como se documenta en el artículo 25 años 
del secuestro de Anabel Segura: la chica que salió a correr, la asesinaron esa noche y 
pidieron rescate en El Español, primeramente los secuestradores tenían fines sexuales, 
posteriormente demandaron un rescate a la familia de 150 millones de pesetas y 
finalmente, la damnificada falleció. Años más tarde la investigación siguió su curso 
centrándose en la grabación de voz en la cual se pedía el rescate. Lingüistas forenses 
percibieron en la muestra oral el término “bolo”, un vocablo habitual de la provincia de 
Toledo. Dicha prueba lingüística permitió la detención de los tres secuestradores y de este 
modo, la clausura de la investigación. 
5.3. Casos de reconocimiento de voz. 
Determinados delitos son resueltos mediante el método de reconocimiento de voz 
efectuado por lingüistas forenses. Es de destacar la complejidad de tales casos ya que no 
se trata de la resolución de un delito en si sino de la metodología para resolver casos de 
acoso o suplantación de identidad, por lo tanto, un mismo delito puede ser clasificado en 
casos de reconocimiento de voz y en casos de acoso, como por ejemplo el caso Anabel 
Segura anteriormente desarrollado en el cual a través de una grabación de voz se resolvió 
un caso de acoso y secuestro. 
Vinculado al concepto de reconocimiento de voz el caso Óscar Sánchez, planteado 
en la entrada del periódico El Mundo titulada La Justicia italiana absuelve del cargo de 
narcotráfico al español Óscar Sánchez, es un claro ejemplo de la resolución de un delito 
mediante el análisis y estudio de una grabación de voz. El español Óscar Sánchez fue 
condenado en Italia a 14 años en prisión acusado de un delito de narcotráfico. Tras el 
examen de unas grabaciones de voz en las cuales se demostraba el incumplimiento de la 
ley se declaró la inocencia de Óscar, debido a que el español hablado en la cinta tenía 
rasgos latinoamericanos que no se presentaban en el habla del acusado. Por consiguiente, 
Óscar Sánchez fue puesto en libertad como víctima de suplantación de identidad. 
 
27 
 
5.4. Casos de suplantación de identidad 
Así como la lingüística forense es la encargada de solventar delitos de acoso, 
plagio o reconocimiento de voz también lo es de aquellos casos en los cuales se comente 
un delito de suplantación de identidad. 
Dentro de este marco de crímenes, el diario BBC presenta en Danielle Jones 
murder: No body found at garage dig otro delito relativo a la identidad, se trata del caso 
Danielle Jones. El sujeto, de 16 años, desapareció el 16 de octubre de 2001. A priori la 
víctima seguía con vida ya que mantenía contacto con sus familiares y allegados vía 
SMS. No obstante se inició una investigación policial con el objetivo de hallar el paradero 
de la adolescente. En dicha búsqueda participaron varios lingüistas forenses analizando 
los mensajes de texto que les proporcionó la familia de la desaparecida. Tras un 
exhaustivo estudio se acusó a Stuart Campbell, tío de la víctima, de asesinato y 
suplantación de identidad ya que los resultados del examen de los mensajes señalaban a 
Stuart como autor de dichos SMS, suplantando la identidad de su sobrina para que de este 
modo, no hubiera sospecha de su muerte. 
Del mismo modo, otro claro ejemplo reside en el caso JonBenét Ramsey. De 
acuerdo con el artículo El macabro asesinato de JonBenét, la reina de la belleza de 6 
años que apareció muerta en el sótano de sus padres publicado por ABC, JonBenét era 
una niña de Colorado popular debido a su éxito en el ámbito de la belleza. A la temprana 
edad de seis años había sido proclamada ganadora de numerosos certámenes y su rostro 
era publicado en los medios de comunicación. El día de Navidad sus padres hallaron una 
nota de rescate donde los supuestos secuestradores demandaban una elevada cantidad de 
dinero por la liberación de su hija. En el procedente registro policial del domicilio familiar 
se encontró el cadáver de la niña en el sótano. Al ser la única prueba la carta manuscrita 
de los secuestradores los lingüistas forenses iniciaron una investigación sobre dicha 
muestra. Tras el análisis de los aspectos lingüísticos se llegó a la resolución del caso: la 
nota había sido escrita por la propia madre de la víctima. La siguiente ilustración (Rosado, 
P. 2014) muestra la prueba usada por los lingüistas forenses para resolver el presente 
crimen. 
28 
 
 
 
Según García M. sugiere en el vídeo de Youtube Lingüística Forense | María 
García Antuña | Universidad Europea del Atlántico, un chico español perdió su 
Documento Nacional de Identidad y posteriormente se le inculpó de una serie de delitos. 
Finalmente, tras una investigación policial, el sujeto fue declarado inocente y víctima de 
una suplantación de identidad puesto que una banda de criminales operaba en su nombre 
tras la usurpación de la documentación personal. 
 
 
29 
 
Otro claro ejemplo es el caso del doble homicidio de Duceliz Díaz, en el cual los 
cadáveres de Duceliz y su hija fueron hallados en su casa el 15 de enero de 2007 en 
Pensilvania. En la investigación policial, se encontró en el ordenador de la víctima el 
siguiente presunto mail de suicidio enviado a tres de sus familiares desde una cuenta 
conjunta de Dulceliz y su expareja: 
“I`m doing something today thast will affe4ct usa ll, I weant uou to do me a favor, get jajaira and 
Eddie and all 4 of their kids, he raped me when i went to their hous e and she watched, so i want 
you to kill thenm, ill be watchin to make sure you do this, leave albert alone though just´tell albert 
I love him and this ist his fault, and its not the familys faut either, i just deont weant to live anymore, 
mommy and poppi i love you, mio I love you carlos I love you and brenda I love you, please tell 
Albert that I will always love him…..i sorry that i has to be this way everyone, but this is what iv 
wantred to do for a very long tmie, peace3 out and I´ll be keeping an eye on all of you, and even 
though we argued and fight over stupid things, you guys are always gonna bwe in my heart,” 
(Garayzábal, Jiménez, & Reigosa, 2014, p. 53) 
Tras un exhaustivo cotejo del mail con otros textos de la expareja de la víctima, 
emergieron evidencias lingüísticas como los puntos suspensivos o el término “peace” 
claramente distintivos del sospechoso, consecuentemente fue acusado de doble 
homicidio. 
En la misma línea, el 14 de septiembre de 2007, Ashley Wallace fue encontrada 
en un estado grave a causa de un envenenamiento junto a una nota de suicidio en la cual 
detallaba el asesinato de su padre. Dicho documento denotó una comparación con textos 
tanto de Ashley como de Stacey Castor, su madre. En la paridad, el perito lingüistadescifró que el autor simulaba escaso conocimiento gramatical pero al mismo tiempo 
empleaba un correcto orden gramatical y construcción sintáctica; del mismo modo, la 
falta de signos de puntuación en una carta de 750 palabras aproximadamente es muestra 
de una leve capacidad de redacción, que se opone a la gramática y sintaxis del texto. A 
nivel ortográfico, son numerosos los errores que indican un equívoco racional. Algo 
semejante ocurre con el léxico, múltiples vocablos aludían al idiolecto de Stacey Castor. 
Por consiguiente, en la sentencia dictaminada por el juez tras en el minucioso análisis de 
las pruebas previamente mencionadas, la madre de la víctima fue acusada por intento de 
homicidio a su hija, homicidio a su marido y suplantación de identidad de Ashley en la 
falsa nota de suicidio. 
 
30 
 
6. FORMACIÓN DE POSTGRADO EN LINGÜÍSTICA FORENSE. 
CONTENIDOS. 
Tras adquirir los conocimientos básicos sobre lingüística forense desarrollados 
previamente, el presente apartado se centra tanto en las salidas profesionales como en la 
formación de dicha rama de la lingüística. 
Como es sabido, el trabajo del lingüista forense se enfoca en el análisis de escritos 
o grabaciones de voz, detección de plagio, atribución de autoría, suplantación de 
identidad, amenazas o anónimos, entre otras funciones; mediante el análisis de aspectos 
lingüísticos del autor como la intención, estilo, gramática, sintaxis o léxico. Por 
consiguiente, es requerida una formación académica básica la cual corresponde al estudio 
de un grado en Filología, traducción e interpretación, logopedia, derecho, criminología o 
psicología. 
Aparte del ámbito académico, el lingüista forense debe poseer ciertos rasgos que 
lo adecúen para una labor tan compleja. Estos son interés en el ámbito jurídico y judicial, 
habilidad en análisis lingüísticos, conocimientos exhaustivos de los principales aspectos 
comunicativos, empleo de técnicas adecuadas, capacidad de trabajar en equipo, 
bilingüismo, honestidad, veracidad y justicia, entre muchas otras. Una vez alcanzados 
tales requisitos básicos, se procede a la especialización exhaustiva en el ámbito, para ello 
hay dos principales vertientes: el estudio de un máster cuya duración frecuentemente 
oscila entre uno o dos años; o un curso de mayor brevedad. 
Como ha sido introducido en el párrafo previo, la formación de lingüística forense 
puede residir en la primera opción, consistente en el estudio de másteres, como Master 
de Lingüística Forense de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona), Máster Universitario 
en Lingüística Forense y Peritaje Lingüístico de la Universitat de Girona o Máster 
Universitario en Fonética y Fonología de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. 
Otra opción son los cursos de corta duración, por ejemplo los impartidos en la 
Universidad Autónoma de Madrid, entre los que se encuentran el curso de Atribución de 
autoría y perfiles lingüísticos en Lingüística Forense o el curso de Identificación de 
locutores en Lingüística Forense. Así como cursos introductorios de verano, si apelamos 
a un ejemplo, la Universidad Autónoma de Barcelona oferta el curso El lingüista como 
detective: una introducción a la lingüística básica. Similarmente, existen jornadas de 
ciencias forenses como la ofertada en 2018 por el Centro Universitario CIESE- Comillas, 
31 
 
donde acudieron representantes del Cuerpo Nacional de Policía especializados en acústica 
forense. 
 En cuanto a las salidas profesionales son diversas las opciones. La primera de ellas 
consiste en el ingreso en el Cuerpo Nacional de Policía o Guardia Civil y más tarde la 
especialización en policía criminalística; para ello, el proceso se centra en la superación 
de una prueba de oposición así como los posteriores exámenes internos para el ascenso a 
la especialidad. La segunda salida profesional reside en grupos de investigación como 
por ejemplo el de la Universidad de Alicante, dirigido por la profesora Victoria Guillén, 
la Universidad de Valencia, con Antonio Briz o el grupo de la Universidad de Cádiz con 
el Instituto de Lingüística Aplicada. Del mismo modo, una de las salidas más concurridas 
consiste en peritaje lingüístico, para dicha formación es necesario impartir cursos o 
másteres formativos, como los que a continuación se detallan. 
La primera oferta de formación académica consiste en un máster titulado 
Lingüística Forense y Peritaje Lingüístico, ofrecido por la Universidad de Gerona. Dicho 
máster es impartido de manera online y capacita a los alumnos para abordar la 
identificación de hablantes, construcción de perfiles lingüísticos, detección de plagio y 
suplantación de identidad, entre otras capacidades. 
Otra propuesta es el título propio de la UNED: Perito Judicial Experto en 
Lingüística Forense. Dicho programa de cinco meses consta de 300 horas lectivas y 12 
créditos y su estructura se basa en seis módulos. El primero de ellos es el titulado Historia 
de la comunicación y su temario recoge aspectos de comunicación oral, comunicación 
escrita, formas de comunicación, historia de la lingüística forense, objetivos de la 
lingüística forense, estructura del lenguaje y funciones de la comunicación. Superado el 
primer módulo, se imparten el segundo y el tercero: Tipología de la investigación forense 
y sus aspectos esenciales, los cuales están compuestos por tres temas. El primero se titula 
tipología de servicios dentro de la lingüística forense, y recoge anónimos, amenazas, 
extorsiones y coacciones, insultos, recursos más comunes y soportes de análisis (escritos, 
soportes electrónicos y audios); el siguiente tema consiste en aspectos esenciales de la 
identificación en lingüística forense, centrado en gramática, ortografía, semántica e 
idiolecto; para finalizar los módulos dos y tres se aborda el análisis personal de 
identificación forense. El siguiente módulo se titula identificación en la comunicación 
escrita y su principal objetivo radica en el estudio de tipos de comunicación escrita, 
elementos individuales de la comunicación escrita como lenguaje, adjetivos, puntuación, 
32 
 
abreviaturas, pronombres, repeticiones y estilo; y por último en el análisis de soporte 
electrónico (correo electrónico y mensajes). El quinto módulo cubre el análisis de audio, 
focalizándose en la preparación de la muestra, cotejo de elementos individuales y análisis 
práctico de identificación forense. Finalmente, el curso concluye con el módulo seis, 
titulado el perito judicial y el informe forense, que consta de introducción, contexto 
jurídico, legislación, tipos de peritos, partes de un informe pericial y vista oral. 
7. CONCLUSIONES 
Tras este recorrido por la lingüística forense nos gustaría destacar las conclusiones 
y observaciones que se exponen a continuación. 
Después del estudio terminológico se puede inferir la estrecha relación entre 
lengua y derecho, puesto que la lingüística forense puede ser definida como la disciplina 
que estudia y analiza el lenguaje en un contexto judicial, por ende los análisis lingüísticos 
de pruebas son indispensables para la correcta resolución de delitos y crímenes de los 
cuales se hace cargo la justicia. Dicho en otras palabras en diversos casos se necesita la 
fusión de dichas ramas tan diferentes a priori. 
La lingüística forense cubre numerosas áreas, entre ellas plagio o atribución de 
autoría, acoso, suplantación de identidad y reconocimiento de voz, no obstante todas ellas 
se rigen por la individualidad y exclusividad del lenguaje en cada sujeto. En cuanto al 
plagio, es uno de los delitos lingüísticos más recurridos, siendo el tipo más frecuentado 
el literario; para la investigación de tal ámbito, el lingüista se centra tanto en niveles de 
evidencia lingüística como en niveles de estudio y en un posterior cotejo de documentos 
mediante fichas técnicas que comparan todos los aspectos analizados en los distintos 
textos.En la misma línea, para hacer frente a casos de acoso, el lingüista se basa en las 
funciones del lenguaje y en el estudio de fórmulas de cortesía, afectividad, intimidación 
y nivel ofensivo del mensaje para consecuentemente obtener la intencionalidad del autor 
y de este modo encasillar un caso de acoso en amenaza, coacción, extorsión o soborno 
entre otros delitos. Cabe destacar también el incremento de casos de suplantación de 
identidad en concordancia al actual desarrollo de redes sociales; para detectar dicho 
incumplimiento de la ley, el lingüista focaliza su investigación en aspectos del lenguaje 
como el vocabulario o las construcciones gramaticales y en aspectos propios de las redes 
como memes o emoticonos, para así proceder con la posible detección de otros delitos 
como acoso o amenazas. Por último, el reconocimiento de voz consiste en el análisis 
33 
 
acústico del mensaje mediante la reproducción de la grabación y su posterior 
transcripción para un estudio de aspectos tanto del habla como del lenguaje. 
En relación a la investigación lingüística en la actualidad, debido al constante 
desarrollo de la tecnología, han sido patentados diversos sistemas o programas que 
facilitan al lingüista forense el análisis tanto de textos como de grabaciones de voz, a 
pesar de tal facilidad, la labor del lingüista forense es irremplazable debido a que día de 
hoy los sistemas tecnológicos se limitan a la comparación del documento en cuestión, sin 
embargo es el propio lingüista quien a través de las pruebas que extrae el programa es 
encargado de detectar si se comete o no un delito lingüístico. 
Teniendo en cuenta la necesidad de una continua formación del lingüista forense 
se imparten numerosas opciones como másteres, cursos cortos o conferencias donde el 
lingüista adquiere una exhaustiva especialización en la materia forense que le permitirá 
hacer frente a casos prácticos. La mencionada constante preparación surge en 
consecuencia de la evolución del lenguaje, debido a las transferencias lingüísticas 
producidas por la interacción que Internet permite entre sujetos de procedencia disímil. 
Adicionalmente, en pos de la búsqueda de información para el desarrollo 
descriptivo del presente trabajo, se conoce lo que hace y lo que no un lingüista forense. 
Como se ha podido observar en toda la extensión del TFG, el lingüista forense analiza los 
rasgos de la lengua en textos escritos o en grabaciones de voz para de este modo ayudar 
en la resolución de delitos de atribución de autoría, plagio, acoso y suplantación de 
identidad, entre otros. En cambio, un lingüista forense no estudia el perfil psicológico del 
autor ni analiza la caligrafía del texto. 
 
 
 
 
 
 
 
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	Alumno/a: Patricia García Amaro
	Julio, 2020
	Universidad de Jaén
	FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
	Grado en Estudios Ingleses
	ÍNDICE

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