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Hipotensión y síncope

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¿ ||J Hipotensión y síncope
Hugh G. Calkins y Douglas P. Zipes
Definición, 861 
Clasificación, 861
Causas vasculares del síncope, 861 
Causas cardíacas del síncope, 864 
Causas neurológicas de la pérdida 
transitoria del conocim iento, 864
Pruebas diagnósticas, 864 
Estrategia para evaluar a pacientes 
con síncope, 868
Tratam iento de los pacientes, 868 
Perspectivas futuras, 870 
Bibliografía, 871
epilépticas, síncope psicógeno y otras causas infrecuentes. Al evaluar 
a un paciente con pérdida transitoria del conocimiento, es importante 
tener en cuenta alteraciones distintas del síncope, tales como tras­
tornos metabólicos, epilepsia y consumo de alcohol, así como cuadros 
en los que la pérdida del conocim iento puede ser solo aparente (es 
decir, reacción de conversión). Estas causas psicógenas del síncope, 
identificadas cada vez con mayor frecuencia, suelen diagnosticarse en 
pacientes < 40 años y, en especial, en aquellos con antecedentes de 
enfermedad psiquiátrica.
El diagnóstico diferencial del síncope (v. tabla 40-2) incluye entre las 
causas más frecuentes las vasculares, seguidas de las cardíacas, siendo 
las más frecuentes entre estas últimas las arritmias (v. capítulo 37). Aunque 
el conocimiento de los cuadros frecuentes que pueden causar síncope es 
esencial y permite al facultativo identificar la causa probable del proceso en 
la mayoría de los pacientes, reviste igual importancia el conocimiento de otras 
causas menos frecuentes, pero potencialmente mortales, del síncope, como el 
síndrome de QT largo, la displasia ventricular derecha arritmógena, el síndro­
me de Brugada, la miocardiopatía hipertrófica, la fibrilación ventricular (FV) 
idiopática, la taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica, el sín­
drome de QT corto y la presencia de émbolos pulmonares6'11 (v. capítulo 32).
La distribución de las causas del síncope varía, tanto con la edad 
del paciente como con el entorno clínico en el que se le evalúe. Los 
síncopes de mecanismo neurológico y de mecanismo reflejo son los 
más frecuentes a cualquier edad y en cualquier situación. Las causas 
cardíacas del síncope, especialmente las taquiarritmias y bradiarritmias, 
constituyen el segundo grupo de causas más frecuentes de síncope. La 
incidencia de causas cardíacas de síncope es superior en los ancianos y 
en pacientes que acuden a urgencias para su evaluación. La hipotensión 
ortostática es muy poco frecuente en pacientes de menos de 40 años, 
pero es habitual en personas de edad muy avanzada (v. capítulo 76).
CAUSAS VASCULARES DEL SÍNCOPE
Las causas vasculares del síncope, en particular el sincope reflejo y la hipo­
tensión ortostática, son con diferencia las causas más comunes, y son res­
ponsables de al menos un tercio de todos los episodios sincópales.1,2,12'21 
Por el contrario, los síndromes de robo vascular son causas muy poco 
habituales de síncope.
DEFINICIÓN
El síncope, o la pérdida transitoria del conocimiento causada por una 
hipoperfusión cerebral generalizada temporal, se caracteriza por un inicio 
rápido, una duración breve y una recuperación espontánea.1 La pérdida 
del conocimiento se produce por la reducción del flujo sanguíneo del sis­
tema de activación reticular, situado en el tronco encefálico, y no requiere 
de un tratamiento eléctrico ni químico para su resolución. El metabolismo 
del cerebro, a diferencia del de muchos otros órganos, depende en gran 
medida de su perfusión. Por ello, la interrupción del flujo sanguíneo cere­
bral provoca la pérdida del conocimiento en unos 10 s. La recuperación 
de una conducta y una orientación adecuadas después de un episodio 
sincopal suele ser inmediata. La amnesia retrógrada, aunque infrecuente, 
puede observarse en los adultos mayores. Es importante reconocer que 
el síncope, definido en los términos aquí citados, representa un tipo de 
situaciones dentro de un espectro mucho más amplio que causan la pérdida 
transitoria del conocimiento, incluyendo el accidente cerebrovascular y las 
convulsiones epilépticas. Las causas de la pérdida transitoria del conoci­
miento distintas al sincope difieren en cuanto al mecanismo y la duración.1
El síncope es un problema clínico importante debido a su frecuencia, a 
su elevado coste económico y a su asociación frecuente con discapacidad; 
a la posibilidad de causar lesiones y al hecho de ser el único signo de alerta 
previo a la muerte súbita1"3 (v. capítulo 39). Los pacientes con síncope 
representan el 1% de los ingresos hospitalarios y el 3% de las consultas al 
servicio de urgencias. Estudios realizados en adultos jóvenes revelan que 
hasta un 50% de los pacientes describen un episodio previo de pérdida 
del conocimiento. La mayoría de estos casos son episodios aislados que 
nunca requieren atención médica. La prevalencia de un primer episodio 
de síncope es especialmente alta entre los 10 y 20 años de edad.4 Aparecen 
otros máximos en la prevalencia de primeros episodios sincópales entre 
los 60 y 80 años, aproximadamente.4 Los pacientes que sufren síncopes 
refieren, asimismo, que su calidad de vida es notablemente menor. Ade­
más, los sincopes pueden resultar en lesiones traumáticas.3
El pronóstico de los pacientes con síncope varía en gran medida en 
función del diagnóstico. Los pacientes con síncope que padecen una car­
diopatía estructural o una enfermedad eléctrica primaria presentan una 
mayor incidencia de muerte súbita y de mortalidad general. El síncope 
debido a hipotensión ortostática se asocia a una duplicación de la inci­
dencia de mortalidad, debido sobre todo a las múltiples comorbilidades 
en este grupo de pacientes. Por el contrario, los pacientes jóvenes que 
manifiesten síncope de mecanismo neurológico presentan un pronós­
tico excelente.
CLASIFICACIÓN
En las tab las 40-1 y 40-2 se exponen las consideraciones diagnós­
ticas referidas a pacientes con pérdida transitoria del conocimiento, 
real o aparente (v. tabla 40-1), y con síncope (v. tabla 4 0-2 ). En la 
figura 40-1 se resume una estrategia de diagnóstico diferencial para la 
pérdida transitoria del conocimiento.1 El síncope se puede diferenciar 
de la mayoría de otras causas de pérdida transitoria del conocimien­
to mediante la comprobación de si la pérdida del conocimiento fue 
transitoria, de inicio rápido, de corta duración y seguida de una recu­
peración espontánea. Si la respuesta a cada una de estas preguntas es 
afirmativa y la pérdida transitoria del conocimiento no fue causada por 
un traumatismo craneal, las consideraciones diagnósticas incluyen el 
síncope verdadero, en cuyo caso la pérdida transitoria del conocimiento 
se considera debida a hipoperfusión cerebral global, convulsiones 
© 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
H ipotensión ortostática
La bipedestación desplaza de 500 a 800 mi de sangre al abdomen y a 
las extremidades inferiores, causando un descenso brusco del retorno 
venoso al corazón. Este descenso provoca una disminución del gasto 
cardíaco y la estimulación de los barorreceptores aórticos, carotídeos 
y cardiopulmonares, procesos que desencadenan un incremento reflejo 
de los impulsos nerviosos simpáticos. En consecuencia, la frecuencia 
cardíaca, la contractilidad cardíaca y la resistencia vascular aumentan, 
a fin de m antener una presión arterial (PA) generalizada estable en 
bipedestación. El término intolerancia ortostática hace referencia a un 
conjunto de signos y síntomas de una anomalía en cualquier elemento 
de este sistem a de control de la presión arterial. Los síntom as de 
la intolerancia ortostática incluyen síncope, m areo o presíncope, 
temblor, debilidad, fatiga, palpitaciones, diaforesis y vista borrosa o 
estrechamiento concéntrico del campo visual. La hipotensión ortos­
tática se define como una caída de 20 mmHg en la presión arterial 
sistólica o como un descenso de 10 mmHg en la presión arterial dias- 
tólica a los 3 min de perm anecer de pie. La hipotensión ortostática 861
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T A BLA 40-1 Causas de la pérdida transitoria del conocimiento, 
real o aparente
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Síncope (v. tabla 40-2)
Enfermedad neurológica o cerebrovascular 
Epilepsia
Accidente isquémico transitorio vertebrobasilar 
Síndromes metabólicos y coma 
Hiperventilación con hipocapnia 
Hipoglucemia 
Hipoxemia
Intoxicación por fármacos o alcohol 
Coma 
Síncope psicógeno 
Ansiedad, trastorno de angustia 
Trastornos de somatización
T A BLA 40-2 Causas del síncope 
Vasculares
Anatómicas
Síndromes de robo vascular (síndrome de robo subclavio)
Ortostáticas 
Insuficiencia autónoma 
Idiopáticas 
Hipovolemia
Inducido por fármacos y alcohol 
De mecanismo reflejo 
Hipersensibilidad del seno carotídeo
Síncope de mecanismo neurológico (desmayo común, vasodepresor, 
neurocardiógeno, vasovagal)
Síncope glosofaríngeo
Circunstancial (hemorragia aguda, tos, defecación, risa, micción, 
estornudo, deglución, posprandial)
Cardíacas
Anatómicas 
Valvulopatía cardíaca obstructiva 
Disección aórtica 
Mixoma auricular
Enfermedades del pericardio, taponamiento 
Miocardiopatía obstructiva hipertrófica 
Isquemia e infarto de miocardio 
Embolia pulmonar 
Hipertensión pulmonar 
Arritmias 
Bradiarritmias 
Bloqueo auriculoventricular 
Disfunción del nódulo sinusal, bradicardia 
Taquiarritmias 
Taquicardia supraventricular 
Fibrilación auricular 
Taquicardia supraventricular paroxística (TRNAV, WPW)
Otras
Taquicardia ventricular 
Cardiopatía estructural
Síndromes hereditarios (DAVD, MCH, síndrome de Brugada, síndrome 
de QT largo)
Proarritmia inducida por fármacos 
Implantación de un marcapasos o funcionamiento anómalo de un DAI
Síncope de origen desconocido
DAI, desfibrilador automático implantable; DAVD, displasia arritmógena ventricular 
derecha; MCH, miocardiopatía hipertrófica; TRNAV, taquicardia reentrante nodular AV; 
WPW, síndrome de Wolff-Parkinson-White.
puede ser asintomática o estar asociada a los síntomas de intolerancia 
ortostática indicados anteriormente. Estos síntomas suelen empeorar 
en el paciente justo al levantarse por la mañana o después de comer
o realizar ejercicio. La hipotensión ortostática inicial se define como 
disminución > 40 mmHg en la presión arterial, justo al ponerse de pie, 
con recuperación rápida de la normalidad (<30 s).17 Por el contrario, 
la hipotensión ortostática progresiva tardía se caracteriza por una dis­
minución gradual de la presión arterial sistólica en bipedestación.18 El 
síncope producido después de las comidas, en especial en los ancianos, 
puede tener su origen en la redistribución de la sangre hacia el intes- 
862 tino. Se ha referido una disminución de la presión arterial sistólica de
unos 20 mmHg, casi 1 h después de comer, en casi un tercio de los 
ancianos que viven en residencias. Aunque suele ser asintomática, 
puede causar m areo o síncope.
Los fármacos que causan hipovolemia o vasodilatation son la causa 
más frecuente de hipotensión ortostática (tabla 40-3). Los ancianos 
son especialmente susceptibles a padecer los efectos hipotensores de 
los fármacos debido a la disminución de la sensibilidad de los baro- 
rreceptores, la reducción del flujo sanguíneo cerebral, la pérdida de sodio 
renal y el deterioro del mecanismo que regula la sed, que se manifiesta 
con el envejecimiento. La hipotensión ortostática puede tener también 
causas neurógenas, que se diferencian a su vez en insuficiencia autónoma 
primaria y secundaria (v. capítulo 89). Las causas primarias suelen ser 
idiopáticas, mientras que las secundarias están asociadas a una anomalía 
conocida, de tipo bioquímico o estructural, o bien se observan como parte 
de una enfermedad o síndrome determinados.
Existen tres tipos de insuficiencia autónom a primaria. La insuficiencia 
autónoma pura (síndrome de Bradbury-Eggleston) es un trastorno espo­
rádico idiopático caracterizado por hipotensión ortostática, que suele ir 
acompañado de signos de insuficiencia autónoma de mayor extensión, 
como trastornos en la func ión in testinal, vesical, term orregu ladora y 
sexual. Los pacientes con insuficiencia autónoma pura muestran reducción 
de la concentración plasmática de noradrenalina en decúbito supino. 
La atrofia sistémica m últip le (síndrome de Shy-Drager) es un trastorno 
progresivo y esporádico, que se inicia en la edad adulta y se caracteriza 
por disfunción autónoma, parkinsonismo y ataxia, en cualquier posible 
com binación. El tercer tip o de insuficiencia autónom a prim aria es la 
enfermedad de Parkinson con insuficiencia autónoma. Un reducido grupo 
de pacientes con enfermedad de Parkinson puede experimentar también 
insuficiencia autónoma, incluyendo hipotensión ortostática. Además de 
estas formas de insuficiencia autónoma crónica, existe una neuropatía 
panautónom a aguda poco frecuen te . Esta neuropatía se m anifiesta 
generalmente en personas jóvenes y provoca insuficiencia simpática y 
parasimpática grave y extensa, con hipotensión ortostática, anhidrosis, 
trasto rno de la func ión vesical e in testinal, frecuencia cardíaca fija y 
midriasis arreactiva.
El síndrome de taquicardia ortostática postural es una forma leve 
de insuficiencia autónoma crónica y de intolerancia ortostática, que 
se caracteriza por la presencia de síntomas de intolerancia ortostática, 
aumento de 28 o más latidos/min en la frecuencia cardíaca sin un cambio 
importante en la presión arterial, a los 5 min de permanecer de pie o 
de estar en bipedestación en la mesa basculante.1,2,14 No se ha definido 
completamente el fundamento fisiopatológico de este síndrome. Algunos 
pacientes presentan tanto este síndrome como el síncope de mecanismo 
neurológico.15
Síncope de m ecanism o re fle jo
Las causas del síncope de mecanismo reflejo se indican en la tabla 40-2. 
Son un grupo de cuadros en que los reflejos cardiovasculares que con­
trolan la circulación son inadecuados para responder ante un factor 
desencadenante que causa vasodilatación con o sin bradicardia y des­
censo de la presión arterial e hipoperfusión cerebral generalizada. En 
cada caso, el reflejo se compone de un desencadenante (rama aferente) 
y una respuesta (rama eferente). Este grupo de síndromes de síncopes 
reflejos tiene en común la vía de respuesta del reflejo, que consiste en 
un aumento del tono vagal y la retirada del tono simpático periférico 
que causa bradicardia, vasodilatación y, finalmente, hipotensión, pre- 
síncope o síncope. Si predomina la hipotensión debida a vasodilatación 
periférica, se clasifica como respuesta refleja de tipo vasodepresor; si 
predomina la bradicardia y/o la asistolia, se clasifica como respuesta 
cardioinhibidora, y cuando tanto la vasodilatación como la bradicardia 
tienen una función en el proceso, se clasifica como respuesta mixta. Los 
desencadenantes específicos permiten distinguir estas causas de sín­
cope. Por ejemplo, el síncope miccional se produce como consecuencia 
de la activación de mecanorreceptores en la vejiga urinaria; el síncope 
por defecación es consecuencia de los impulsos nerviosos procedentes 
de los receptores de tensión de la pared intestinal, y el síncope por 
deglución está causado por impulsos nerviosos aferentes originados en 
el aparato digestivo superior. Los dos tipos más frecuentes de síncope 
reflejo, hipersensibilidad del seno carotídeo e hipotensión de m eca­
nismo neurológico se explicarán más adelante. La identificación del 
desencadenante es importante debido a sus implicaciones terapéuticas, 
pues al evitar el agente desencadenante se pueden prevenir otros 
episodios sincópales.
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FIGURA 40-1 Estrategia de evaluación de pacientes con pérdida transitoria del conocimiento (PTC). MSC, muerte súbita cardíaca.
T A B LA 40-3 Causas de hipotensión ortostática
Neurógenas secundarias
Diuréticos
Bloqueantes a-adrenérgicos 
Terazosina, labetalol 
Bloqueantes de las neuronas adrenérgicas 
Guanetidina
Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina 
AntidepresivosInhibidores de la monoaminooxidasa 
Alcohol 
Diuréticos
Bloqueantes ganglionares 
Hexametonio, mecamilamina 
Tranquilizantes 
Fenotiacinas, barbitúricos 
Vasodilatadores 
Prazosina, hidralacina, antagonistas del calcio 
Hipotensores de acción central 
Metildopa, clonidina
Trastornos primarios con insuficiencia autónoma
Insuficiencia autónoma pura (síndrome de Bradbury-Eggleston) 
Atrofia sistémica múltiple (síndrome de Shy-Drager) 
Enfermedad de Parkinson con insuficiencia autónoma
Envejecimiento
Enfermedades autoinmunitarias 
Síndrome de Guillain-Barré, enfermedad mixta del tejido conjuntivo, artritis 
reumatoide
Síndrome de Eaton-Lambert, lupus eritematoso sistémico 
Neuropatía autónoma de la carcinomatosis 
Lesiones del sistema nervioso central 
Esclerosis múltiple, encefalopatía de Wernicke
Lesiones vasculares o tumores que afecten al hipotálamo y al mesencéfalo 
Deficiencia de dopamina 0-hidroxilasa 
Hiperbradicininismo familiar 
Trastornos médicos generales 
Diabetes, amiloidosis, alcoholismo, insuficiencia renal 
Neuropatías sensoriales hereditarias, de carácter dominante o recesivo 
Infecciones del sistema nervioso 
Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, enfermedad de 
Chagas, botulismo, sífilis 
Enfermedades metabólicas 
Deficiencia de la vitamina B12, porfiria, enfermedad de Fabry, enfermedad de 
Tangier
Lesiones de la médula espinal
Modificado de Bannister SR (ed): Autonomic Failure, 2nd ed. Oxford, Oxford University Press, 1988, p 8.
H ipotensión o síncope de m ecanism o neurológico 
(síncope vasovagal)
El término hipotensión o síncope de m ecanismo neurológico (conocido 
también como síncope neurocardiógeno, vasodepresor y vasovagal, y 
«lipotimia») se ha empleado para describir una anomalía frecuente en 
la regulación de la presión arterial, que se caracteriza por el inicio brusco 
de hipotensión con o sin bradicardia. Los desencadenantes asociados 
a un síncope de mecanismo neurológico incluyen el estrés ortostático, 
como el que puede producirse por una bipedestación prolongada o una 
ducha de agua caliente, y el estrés emocional, causado, por ejemplo, por 
la visión de sangre.1,2,13,16 Un gran número de pacientes que manifies­
tan síncope de mecanismo neurológico pueden presentar trastornos 
© psiquiátricos leves.19 Se ha propuesto que el síncope de mecanismo
neurológico tiene su origen en un reflejo paradójico que se inicia cuan­
do la precarga ventricular disminuye por la acumulación venosa. Esta 
reducción causa disminución del gasto cardíaco y de la presión arterial, 
circunstancia detectada por los barorreceptores arteriales. El aumento 
consiguiente de la concentración de catecolaminas, en combinación con 
la reducción del llenado venoso, causa la contracción enérgica de un ven­
trículo casi vacío. El propio corazón participa en este reflejo por medio 
de los mecanorreceptores, o fibras C, que consisten en fibras amielínicas 
presentes en las aurículas, los ventrículos y la arteria pulmonar. Se ha 
propuesto que la contracción enérgica de un ventrículo casi vacío origina 
la activación de estos receptores en individuos susceptibles. Estas fibras 
C aferentes se proyectan centralmente respecto del núcleo vagal dorsal 
del bulbo raquídeo, pueden causar una retirada «paradójica» del tono 863
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simpático periférico y un aumento del tono vagal, que a su vez provoca 
vasodilatación y bradicardia. La última consecuencia clínica es el síncope
0 el presíncope. Sin embargo, no todos los síncopes de mecanismo 
neurológico son producidos por la activación de los mecanorreceptores. 
En los seres humanos, la visión de sangre o una emoción extrema pueden 
desencadenar un síncope, lo que indica que quizás participen centros 
neuronales superiores también en la fisiopatología del síncope vasovagal. 
Además, los mecanismos centrales pueden contribuir a la producción 
del síncope de mecanismo neurológico.
Hipersensibilidad del seno carotídeo
El síncope causado por hipersensibilidad del seno carotídeo se produce 
por la estimulación de los barorreceptores del seno carotídeo, situados 
en la arteria carótida interna, por encima de la bifurcación de la arteria 
carótida común. La hipersensibilidad del seno carotídeo se detecta en casi 
un tercio de los pacientes ancianos que sufren síncope o caídas.1,2,20 Sin 
embargo, este trastorno se observa también con frecuencia en pacientes 
ancianos asintomáticos. Por ello, el diagnóstico de la hipersensibilidad del 
seno carotídeo debería abordarse rigurosamente, después de excluir otras 
causas alternativas del síncope. Una vez diagnosticado, se recomienda 
la implantación de un marcapasos de doble cámara, en pacientes que 
manifiesten síncope recurrente o caídas a causa de la hipersensibilidad 
del seno carotídeo.22 Las directrices de la American Heart Association/ 
American College of Cardiology/Heart Rhythm Society para la implanta­
ción de un dispositivo consideran esta situación una indicación de clase
1 para la colocación de un marcapasos.22 Si el diagnóstico de hipersensi­
bilidad del seno carotídeo se basa en una pausa sinusal > 3 s con masaje 
en el seno carotídeo, sin episodios claros de provocación de síncope, 
la recomendación de implantar un marcapasos es menos importante 
(clase IIA).
CAUSAS CARDÍACAS DEL SÍNCOPE
Las causas cardíacas del síncope, en especial taquiarritmias y bradia­
rritmias, son el segundo grupo de causas más frecuentes de síncope, y 
suponen entre el 10 y el 20% de los episodios sincópales (v. tabla 40-2; 
v. capítulo 39). La taquicardia ventricular (TV) es la taquiarritmia más 
frecuente que puede provocar síncope. La taquicardia supraventricular 
(TSV) puede causar también síncope, aunque la gran mayoría de los 
pacientes con arritmias supraventriculares manifiestan síntomas menos 
graves, como palpitaciones, disnea y mareos. Las bradiarritmias que 
pueden originar un síncope incluyen el síndrome del seno enfermo y el 
bloqueo auriculoventricular (AV). Las causas anatómicas del síncope com­
prenden la obstrucción del flujo sanguíneo, como un émbolo pulmonar 
grande (v. ca p ítu lo 73), mixoma auricular (v. ca p ítu lo 69) y estenosis 
aórtica (v. ca p ítu lo 63).
CAUSAS NEUROLÓGICAS DE LA PÉRDIDA 
TRANSITORIA DEL CONOCIMIENTO
Las causas neurológicas de la pérdida transitoria del conocimiento, como 
migrañas, convulsiones, malformaciones de Arnold-Chiari y accidentes 
isquémicos transitorios, son sumamente infrecuentes y suponen menos 
del 10% de todas las causas de síncope (v. capítulos 59 y 87). Se ha 
comprobado que la mayoría de los pacientes en quienes se ha determi­
nado una causa «neurológica» de la pérdida transitoria del conocimiento 
manifestaron en realidad una convulsión y no un síncope verdadero.
CAUSAS METABÓLICAS DE LA PÉRDIDA TRANSITORIA 
DEL CONOCIMIENTO
Las causas metabólicas de la pérdida transitoria del conocim iento son 
raras, y suponen menos del 5% de los episodios sincópales. Las causas 
metabólicas más frecuentes de síncope son hipoglucemia (v. capítulo 61), 
hipoxia e hiperventilación. La determinación de hipoglucemia como causa 
de una aparente pérdida del conocimiento requiere la demostración de que 
el paciente manifestaba hipoglucemia durante el episodio sincopal. Aunque 
se ha considerado en general que el síncope inducido por hiperventilación se 
debe a la reducción del flu jo sanguíneo cerebral, un estudio ha confirmado 
que solo la hiperventilación no fue suficiente para provocar síncope. Esta 
observación indica que el síncope inducido por hiperventilación puede tener 
también un componente psicológico. Los trastornos psiquiátricos pueden 
provocar asimismo síncopes. Hasta un 25% de los pacientes con síncope 
de origen desconocido puede presentar trastornos psiquiátricos, siendo el 
864 síncope uno de los síntomas iniciales12 (v. capítulo 86).
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
La identificación de la causa precisa del síncope esa menudo difícil. 
Como el síncope suele manifestarse esporádica e infrecuentemente, es 
muy difícil explorar al paciente u obtener un electrocardiograma (ECG) 
durante un episodio sincopal. Por este motivo, el objetivo principal de 
la evaluación de un paciente con síncope es determinar un diagnóstico 
provisional de la causa del síncope.
Anam nesis, exploración física y m asaje del seno 
carotídeo
La anamnesis y la exploración física son con diferencia los elementos más 
importantes de la evaluación de un paciente con pérdida transitoria del 
conocimiento y síncope, y se pueden utilizar para identificar la causa en 
más del 25% de los pacientes.1,2,12,23 Una anamnesis sistemática y detallada 
permite obtener la máxima información. La evaluación inicial comenzará 
determinando si el paciente experimentó en realidad un episodio sincopal, 
mediante las siguientes preguntas: 1) ¿perdió el paciente totalmente el 
conocimiento?; 2) ¿fue la pérdida del conocimiento transitoria, de inicio 
rápido y de corta duración?; 3) ¿se recuperó el paciente espontánea y 
totalmente, y sin secuelas?, y 4) ¿perdió el paciente el tono postural? Si 
la respuesta a una o más de estas preguntas es negativa, se sospechará 
de otras causas no sincópales de la pérdida transitoria del conocimiento. 
Aunque las caídas se pueden diferenciar del síncope por la ausencia 
de la pérdida del conocimiento, se ha descrito una superposición entre 
los síntomas de las caídas y del síncope1,2 porque los ancianos pueden 
manifestar amnesia del episodio de la pérdida del conocimiento. Al 
evaluar a un paciente de síncope, se prestará una atención especial a: 1) 
comprobar si el paciente presenta antecedentes de cardiopatía, de una 
enfermedad metabólica (como diabetes) o antecedentes familiares de 
cardiopatía, síncope o muerte súbita; 2) comprobar si algún medicamen­
to haya podido causar el síncope, sobre todo los que puedan provocar 
hipotensión, bradicardia o bloqueo cardíaco, o una respuesta proarrítmica 
(medicamentos antiarrítmicos); 3) determinar el número y la cronicidad 
de los episodios anteriores sincópales y presincopales; 4) identificar los 
factores desencadenantes, como la postura y la actividad inmediatamente 
anterior al síncope, y 5) determinar el tipo y la duración de los síntomas 
prodrómicos y de recuperación. También es útil obtener el relato riguroso 
de los testigos para elaborar un informe detallado del episodio, tales como 
la manera de producirse el colapso, el color de la piel y las características 
de la respiración del paciente, la duración de la pérdida del conocimiento 
y los movimientos del paciente durante el episodio de pérdida del cono­
cimiento. Las características más útiles de la anamnesis para diferenciar 
entre hipotensión neurológica, arritmia, convulsiones o sincope psicógeno 
se resumen en la tabla 40-4.
Las anamnesis obtenidas en pacientes con síncope asociado a bloqueo 
A V yTV son similares. En cada caso, el síncope se produce en general 
con menos de 5 s de aviso y con pocos, o nulos, síntomas prodrómicos 
y de recuperación. Las características demográficas indicativas de un 
síncope causado por una arritmia, como TV o bloqueo AV, incluyen el 
sexo masculino, menos de tres episodios anteriores sincópales y una edad 
avanzada. Las características de la anamnesis que señalan un diagnóstico 
de síncope neurológico incluyen palpitaciones, vista borrosa, náuseas, 
calor, diaforesis o mareos, antes del sincope y náuseas, sensación de calor, 
diaforesis o fatiga después del síncope.
Las características útiles de la anamnesis para distinguir entre convul­
siones y un síncope comprenden la orientación después del suceso, la 
cianosis facial o la ausencia de palidez durante el episodio, la presencia 
de espuma en la boca, el dolor muscular, la somnolencia después del 
episodio y una duración de la pérdida del conocimiento superior a 5 min. 
Si el paciente se muerde la lengua es un hecho muy indicativo de que la 
pérdida del conocimiento ha tenido un origen convulsivo y no sincopal. 
Un estudio reciente describió que los antecedentes de mordedura de 
lengua durante un episodio de pérdida de conocimiento tenían una 
sensibilidad del 33% y una especificidad del 96% a la hora de predecir 
que la causa de dicha pérdida de conocimiento era una crisis epiléptica.24 
Otros síntomas que apuntan a una convulsión como la causa de un 
episodio sincopal comprenden: 1) un aura antes del episodio; 2) la des­
viación horizontal de la mirada durante el episodio; 3) aumento de la 
presión arterial y del pulso durante el episodio, y 4) cefalea después del 
episodio. Se puede observar incontinencia urinaria o fecal, tanto si se trata 
de una convulsión como de un episodio sincopal, pero se produce con 
más frecuencia en caso de convulsión. Las convulsiones tónico-clónicas
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T A B L A 4 0 -4 Diferenciación entre los síncopes causados por hipotensión de mecanismo neurológico, arritmias, convulsiones 
y causas psicógenas
HIPOTENSIÓN 
DE M ECAN ISM O 
NEUROLÓGICO A RRITM IAS CONVULSIONES CAUSAS PSICÓGENAS
Demografía 
y situación 
clínica
Mujeres > hombres 
Edad más joven (<55 años) 
Más episodios (>2) 
Bipedestación, habitación 
cálida, trastorno emocional
Hombres > mujeres
Edad más avanzada (>54 años)
Menos episodios (<3)
Durante el esfuerzo o en 
decúbito supino 
Antecedentes familiares de 
muerte súbita
Edad más joven (<45 años) 
Cualquier situación
Mujeres > hombres 
Se produce en presencia de 
otras personas 
Edad más joven (<40 años) 
Muchos episodios (a menudo, 
muchos en 1 día) 
Desencadenante no identificado
Síntomas
premonitorios
Duración mayor (>5 s) 
Palpitaciones 
Vista borrosa 
Náuseas
Sensación de calor
Diaforesis
Mareos
Duración menor (<6 s) 
Palpitaciones menos frecuentes
Inicio repentino o aura breve (dé/a vu, 
olfatorio, gustativo, visual)
Ausente en general
Observaciones 
durante el 
episodio
Palidez
Diaforesis
Midriasis
Pulso lento, presión arterial 
baja
Puede producirse 
incontinencia 
Pueden producirse 
movimientos clónicos 
breves
Cianosis, sin palidez 
Puede producirse incontinencia 
Pueden producirse movimientos 
clónicos breves
Cianosis facial, sin palidez 
Espuma en la boca 
Síncope prolongado (>5 min) 
Mordeduras en la lengua 
Desviación horizontal de la mirada 
Aumento del pulso y de la presión 
arterial
La incontinencia es más probable* 
Se producen movimientos tónico- 
clónicos si hay convulsiones 
tónico-clónicas generalizadas
Color normal 
Sin diaforesis 
Ojos cerrados
Pulso y presión arterial normales 
Sin incontinencia 
Es frecuente una duración 
prolongada (minutos)
Síntomas
residuales
Los síntomas residuales son 
frecuentes 
Es frecuente la fatiga 
prolongada (>90%) 
Orientación
Los síntomas residuales son 
raros (salvo una pérdida del 
conocimiento prolongada) 
Orientación
Los síntomas residuales son frecuentes
Dolor muscular
Desorientación
Fatiga
Cefalea
Recuperación lenta
Los síntomas residuales son 
raros 
Orientación
*Se puede observar en todas las causas de síncope, pero con más frecuencia con las convulsiones.
generalizadas (gran mal) se asocian normalmente a movimientos tónico- 
clónicos. El síncope causado por isquemia cerebral puede provocar rigidez 
de decorticación con movimientos clónicos en los brazos. Las convulsio­
nes acinéticas o las ausencias típicas (pequeño mal) pueden reconocerse 
por la falta de respuesta del paciente sin pérdida del tono postural. Las 
convulsiones del lóbulo temporal duran varios minutos y se caracterizan 
por confusión, cambios en el grado de conocimiento y signos autónomos, 
como rubor. La insuficiencia vertebrobasilar deberá considerarse como 
causa del síncope si este se produce en asociación con otros síntomas 
de isquemia del tronco encefálico (p. ej., diplopia, acúfenos, debilidad 
o pérdida sensorial localizadas, vértigo o disartria). El síncope debido a 
una migraña suele asociarse a unacefalea unilateral pulsátil, escotomas 
centelleantes y náuseas.
E xp lo ra c ió n física
Además de efectuar una exploración cardíaca completa se prestará espe­
cial atención para comprobar si el paciente manifiesta una cardiopatía 
estructural, determinar el grado de hidratación del paciente y detectar 
anomalías neurológicas importantes, indicativas de disautonomía o de 
accidente cerebrovascular. Los signos vitales ortostáticos son un elemento 
crítico de la evaluación. La presión arterial y la frecuencia cardíaca del 
paciente se obtendrán en posición supina y luego, cada minuto durante 
casi 3 min, en bipedestación. Se buscarán las dos anomalías siguientes: 
1) hipotensión ortostática temprana, definida como un descenso de 
20 mmHg en la presión arterial sistólica o una disminución de 10 mmHg 
en la presión arterial diastólica, a los 3 min de estar de pie, y 2) síndrome 
de taquicardia ortostática postural, que se define como un aumento de 28 
o más latidos/min a los 5 min de estar de pie, con síntomas de intolerancia 
ortostática. La relevancia del síndrome de taquicardia ortostática postural 
radica en su estrecha relación con el síncope de mecanismo neurológico.
M a sa je de l se n o ca ro t íd eo
El m asaje del seno carotídeo se realizará después de comprobar la 
© presencia de soplos, en pacientes con síncope de m ás de 40 años,
aplicando una presión suave sobre el pulso carotídeo, primero en un 
lado y después en el otro, justo debajo del ángulo mandibular, donde 
está situada la bifurcación carotídea. La presión se aplicará de 5 a 10 s, 
tanto en decúbito supino como en bipedestación porque una respues­
ta anómala al masaje del seno carotídeo se observa solo en bipedes­
tación, hasta en un tercio de los pacientes. Como las complicaciones 
principales asociadas al masaje del seno carotídeo son neurológicas, 
este masaje se evitará en pacientes que hayan presentado un accidente 
isquémico transitorio previo, un accidente cerebrovascular en los 3 meses 
anteriores y soplos carotídeos, excepto si se ha excluido una estenosis 
importante por medio de pruebas Doppler carotídeas. Una respuesta 
normal al masaje del seno carotídeo es la disminución transitoria de la 
frecuencia sinusal o la prolongación de la conducción AV, o ambas. La 
hipersensibilidad del seno carotídeo se define como una pausa sinusal 
de más de 3 s de duración y/o una disminución de la presión arterial 
sistólica de 50 mmHg o más. La respuesta al masaje del seno carotídeo 
puede clasificarse como cardioinhibidora (asistolia), vasodepresora 
(disminución de la presión arterial sistólica) o una mezcla de ambas. El 
diagnóstico de la hipersensibilidad del seno carotídeo como causa del 
síncope precisa de la reproducción de los síntomas del paciente durante 
el masaje del seno carotídeo.
Pruebas de lab ora to rio
A n á lis is de san g re
Los análisis sistemáticos de sangre, como la concentración sérica de 
electrólitos, enzimas cardíacas, glucemia y hematocrito, tienen escaso 
valor diagnóstico en pacientes con síncope, y por ello no se recomienda 
su práctica habitual.
Prueba de la m esa basculante
La prueba de la m esa basculante es una prueba diagnóstica valiosa 
para evaluar a pacientes con síncope;1'2,13’16,25 una respuesta positiva 
indica susceptibilidad al síncope de mecanismo neurológico. La prueba 
de inclinación ascendente se realiza en general durante 30-45 min 865
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después de una fase de estabilización previa horizontal de 20 min, a 
un ángulo entre 60 y 80° (siendo 70° el más frecuente). La sensibilidad 
de la prueba puede aumentar, con una disminución asociada de la 
especificidad, al emplear pruebas de mayor duración, ángulos más 
agudos y agentes desencadenantes, como isoprenalina o nitroglice­
rina. Cuando se utilice isoprenalina como agente desencadenante, se 
recomienda que la velocidad de infusión aumente progresivamente 
de 1 a 3 n-g/min para aum entar la frecuencia cardíaca un 25% por 
encima del valor inicial. Cuando se utilice nitroglicerina, se adminis­
trará una dosis fija de 300 a 400 (jug de nitroglicerina en aerosol, por vía 
sublingual después de un período de 20 min sin medicación, estando 
el paciente en bipedestación. Estos dos métodos desencadenantes 
son equivalentes en cuanto a precisión diagnóstica. En ausencia de 
estim ulación farm acológica, se ha estim ado que la especificidad 
de la prueba es del 90%, que disminuye significativamente cuando se 
emplean agentes desencadenantes.
La prueba de la mesa basculante está indicada principalmente para 
confirmar un diagnóstico de síncope de mecanismo neurológico, cuando 
la evaluación inicial sea insuficiente para establecer un diagnóstico. La 
prueba de inclinación ascendente no se aconseja en general cuando se 
pueda diagnosticar al paciente por medio de la anamnesis y la exploración 
física iniciales. Sin embargo, la confirmación del diagnóstico mediante 
una respuesta positiva a la prueba de la inclinación ascendente es muy 
tranquilizante para algunos pacientes. La inducción de hipotensión o 
bradicardia reflejas sin reproducción de un síncope apuntan a un diagnós­
tico de síncope de mecanismo neurológico, pero es una respuesta menos 
específica. Si un paciente presenta una cardiopatía estructural, habrá que 
descartar otras causas cardiovasculares sincópales, antes de considerar 
una prueba de inclinación ascendente positiva como diagnóstica de un 
síncope de mecanismo neurológico. La prueba de inclinación ascendente 
está indicada también para evaluar a pacientes a quienes se ha confirmado 
la causa del síncope (p. ej., asistolia), pero la confirmación de un sínco­
pe de mecanismo neurológico en la prueba de inclinación ascendente 
influiría en su tratamiento. La prueba de inclinación ascendente es eficaz 
asimismo en pacientes con causas psicógenas de síncope, pues puede 
desencadenar una pérdida del conocimiento, aun cuando la presión 
arterial y la frecuencia cardíaca sean normales. La inducción de pérdida 
del conocimiento sin cambio en las constantes vitales hace pensar en 
un diagnóstico de seudosíncope psicógeno. La prueba de inclinación 
ascendente es ineficaz para evaluar la eficacia del tratamiento de un 
síncope de mecanismo neurológico.
Ecocardiografía
La ecocardiografía se emplea habitualmente para evaluar a pacientes con 
síncope, pero las directrices actuales recomiendan que se practique solo 
a pacientes sospechosos de presentar una cardiopatía estructural.1,2,12 
Por ejemplo, se obtendrá una ecocardiografía en el caso de pacientes 
cuyo cuadro clínico sea indicativo de un síncope de origen cardíaco, 
como síncope de esfuerzo o en decúbito supino, antecedentes familiares 
de muerte súbita y/o síncope de inicio repentino. Las características 
ecocardiográficas que se consideran diagnósticas de la causa de un síncope 
comprenden estenosis aórtica grave, taponamiento pericárdico, disección 
aórtica, anomalías congénitas de las arterias coronarias y mixomas o 
trombos auriculares obstructivos. Las observaciones de deterioro de la 
función ventricular derecha o izquierda, signos de sobrecarga ventricular 
derecha o de hipertensión pulmonar (émbolos pulmonares) o la presencia de 
miocardiopatía hipertrófica (v. capítu lo 66) tienen una importancia 
pronostica y justifican la realización de otras pruebas diagnósticas.
Pruebas de esfuerzo y cateterism os cardíacos
La isquemia de miocardio es una causa poco probable de síncope y, 
cuando se manifiesta, suele acompañarse de angina (v. capítulo 49). 
Las pruebas de esfuerzo (v. capítulo 13) se reservan para pacientes que 
manifiestan un sincope o presíncope durante o inmediatamente después 
de un esfuerzo, asociado a dolor torácico o para pacientes con un riesgo 
alto de enfermedad arterial coronaria.1,2,12 El síncope producido durante el 
ejercicio es indicativo de una causa cardíaca. Por el contrario, cuando 
el síncope tiene lugar despuésdel ejercicio suele tener un origen neuro­
lógico. Incluso en pacientes que hayan manifestado un síncope durante 
el ejercicio, es poco probable que la prueba de esfuerzo desencadene 
otro episodio. Se recomienda realizar una angiografía coronaria cuando 
se sospeche que el síncope se debe, directa o indirectamente, a isquemia 
866 de miocardio.
Electrocardiografía
El ECG de 12 derivaciones es otro elemento importante en el estudio de 
un paciente con síncope (v. capítulo 12). El ECG inicial permite emitir un 
diagnóstico en casi el 5% de los pacientes y señalar un posible diagnóstico 
en otro 5%. Las características específicas que puedan identificar la causa 
probable de síncope comprenden la prolongación de QT (síndrome de 
QT largo); un intervalo PR corto y la presencia de una onda 8 (síndrome 
de Wolff-Parkinson-White); características de un bloqueo de la rama 
derecha del haz de His con elevación del segmento ST (síndrome de 
Brugada), y signos de infarto agudo de miocardio, bloqueo AV de grado 
alto o de inversión de la ondaT en las derivaciones precordiales derechas 
(displasia ventricular derecha arritmógena). Cualquier anomalía en el 
ECG inicial es un factor predictivo independiente de síncope cardíaco o 
de aumento de la mortalidad, e indica la necesidad de continuar con el 
estudio de las causas cardíacas del síncope.1,2 La mayoría de los pacientes 
con síncope presentan un ECG normal. Esta observación es útil pues 
permite suponer que la probabilidad de una causa cardíaca del síncope 
es baja y está asociada a un pronóstico excelente, en particular en pacien­
tes jóvenes con síncope. A pesar del escaso rendimiento diagnóstico de 
la electrocardiografía, esta prueba es poco costosa y carece de riesgo, y se 
considera un elemento estándar de la evaluación de la práctica totalidad 
de los pacientes con síncope.1,2,12
Electrocardiografía de señal promediada
La electrocardiografía de señal promediada (ECGSP; v. capítulo 34) es 
una técnica no invasiva que se emplea para detectar señales de amplitud 
baja en la porción terminal del complejo QRS (potenciales tardíos), que 
sirven de sustrato de las arritmias ventriculares. A diferencia de la elec­
trocardiografía estándar, la función de la ECGSP para evaluar a pacientes 
con síncope no está del todo comprobada y no se recomienda como 
parte normalizada de la evaluación de pacientes con síncope.1,2,12 Una 
de las pocas situaciones en que la ECGSP tiene un valor diagnóstico es 
cuando se sospecha de un diagnóstico de displasia ventricular derecha 
arritmógena.7
Registro Holter y telemetría
La monitorización electrocardiográfica continua por telemetría o regis­
tro Holter (v. capítulo 34) suele realizarse en pacientes con síncope, 
pero es poco probable que identifique la causa del síncope. La infor­
mación proporcionada por la monitorización electrocardiográfica en 
el momento del síncope tiene un valor extraordinario, pues permite 
confirm ar o excluir una causa arrítm ica del síncope. Sin embargo, 
debido al carácter infrecuente y esporádico del síncope, el rendimiento 
diagnóstico de la monitorización de Holter para evaluar a pacientes con 
síncope y presíncope es muy bajo. Otra observación de utilidad clínica 
es la detección de síntomas en ausencia de una arritmia. Este dato se 
observa hasta en un 15% de los pacientes sometidos a monitorización 
electrocardiográfica. La ausencia de arritmia y de síntomas durante la 
monitorización electrocardiográfica no descarta siempre una arritmia 
como causa del síncope. Cuando se sospeche de una arritmia como 
causa del síncope, hay que valorar la realización de otras pruebas, 
como la electrofisiológica (EF) o la monitorización de episodios. La 
monitorización por telemetría y/o Holter en régimen hospitalario se 
recomienda en pacientes que presenten un cuadro clínico o caracterís­
ticas electrocardiográficas que apunten a un síncope arrítmico o a ante­
cedentes de síncope recurrente con lesiones. La monitorización Holter y 
la telemetría en régimen hospitalario suelen tener un valor diagnóstico 
en el caso de un paciente esporádico con episodios frecuentes (p. ej., 
diarios) sincópales o presincopales.
Dispositivos de registro de episodios
Algunos monitores transtelefónicos de episodios (v. capítu lo 34) se 
llevan de manera continua para captar, tanto los registros retrospectivos 
como los prospectivos del ECG, mientras que otros tipos registran solo 
cuando el paciente activa el dispositivo. Los monitores de episodios 
de asa continua son preferibles, y a menudo se programan con una 
memoria de preactivación de 5 a 15 min, almacenada en el dispositivo, 
que se puede recuperar para su análisis. Los monitores de episodios 
retrospectivos que no lleva el paciente de manera continua tienen valor 
para investigar las palpitaciones, pero carecen de importancia en el 
estudio de pacientes con síncope. Los monitores de episodios están 
indicados en la fase inicial de la evaluación de pacientes con síncope 
de origen incierto que no tengan criterios de alto riesgo que obliguen al
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permanente en pacientes con síncopes de mecanismo neurológico (sos­
pechado o documentado) que presenten episodios sincópales frecuentes 
o traumáticos.
ingreso inmediato o a una evaluación intensiva. También están indicados 
en pacientes de alto riesgo en los que un estudio exhaustivo no puso de 
manifiesto la causa del sincope ni motivó un tratamiento específico.1,2,12,26 
Durante los últimos 5 años se han desarrollado dispositivos externos 
e implantables para la monitorización ambulatoria con telemetría en 
tiempo real, mediante una tecnología similar a la telefonía móvil sin 
cable para transmitir los registros ECG en tiempo real a un centro sani­
tario. Algunos estudios han demostrado que estos dispositivos producen 
un rendimiento diagnóstico en pacientes con síncope o presíncope 
superior al obtenido con los monitores de episodios tradicionales des­
critos anteriormente.27
D isp o s it iv o s im p la n ta b le s d e re g istro de e p iso d io s
En pacientes con episodios sincópales muy infrecuentes (p. ej., 1 o 2 veces 
al año), es poco probable que un monitor clásico de episodios registre un 
episodio. Los monitores implantables de registro de episodios resuel­
ven este problema al activarse automáticamente, según los criterios de 
detección programados, así como por medio de un activador manual, y 
almacenan la señal ECG en una memoria circular (v. capítulo 34). Algu­
nos dispositivos pueden transmitir las señales transtelefónicamente. Estos 
dispositivos permiten un período de monitorización más largo (de 12 a 36 
meses) y ofrecen un rendimiento diagnóstico superior, pero presentan los 
inconvenientes de la implantación quirúrgica y su mayor coste económico. 
Un avance reciente de esta tecnología es la posibilidad de acceder a estos 
monitores de episodios implantables mediante vigilancia remota, lo que 
aumenta aún más su eficacia diagnóstica.28
Las directrices actuales recomiendan que cuando el mecanismo del 
síncope sea incierto después de una evaluación completa, se implante un 
dispositivo de registro de episodios en pacientes con un cuadro clínico o 
características electrocardiográficas, indicativos de un síncope arrítmico 
o de antecedentes de síncope recurrente con lesiones.1,2,26 También es 
posible emplear monitores de episodios implantables al principio de la 
evaluación de pacientes cuyos síncopes no presentan características de 
alto riesgo que obliguen al ingreso o una evaluación intensiva26 Además, 
se pueden utilizar dispositivos de registro de episodios para valorar 
la contribución de la bradicardia antes de implantar un marcapasos
Pruebas electrofisio lógicas
Las pruebas electrofisiológicas (EF; v. capítulo 34) pueden aportar infor­
mación diagnóstica importante en pacientes con síncope, al permitir el 
diagnóstico del síndrome del seno enfermo, hipersensibilidad del seno 
carotídeo, bloqueocardíaco, TSV yTV. Las indicaciones para realizar las 
pruebas EF y los datos diagnósticos en la evaluación de pacientes con 
síncope se muestran en la tabla 40-5.1 Existe un acuerdo general para que 
las pruebas EF se realicen cuando la evaluación inicial del paciente apunte 
a una causa arrítmica del síncope,1,2,12 como en el caso de pacientes con 
un ECG anómalo y/o una cardiopatía estructural, con una anamnesis 
indicativa de una causa arrítmica del síncope, y con antecedentes fami­
liares de muerte súbita. Las pruebas EF no deberán realizarse a pacientes 
con un ECG normal y sin cardiopatía ni a aquellos cuya anamnesis no 
indique una causa arrítmica del síncope. Las indicaciones de clase II para 
la realización de un estudio EF (EEF) se muestran en la tabla 40-5. Las 
pruebas EF son adecuadas cuando los resultados puedan tener efectos 
en el tratamiento y también en pacientes con una actividad laboral de 
«alto riesgo». En estos casos se dedicará todo el esfuerzo posible para 
comprobar la causa probable del síncope. Las pruebas EF ya no están 
indicadas en pacientes con una fracción de expulsión muy disminuida, 
porque en esta circunstancia está indicado un desfibrilador automático 
implantable (DAI), independientemente de la presencia o el mecanismo 
del síncope.1
P ro toco lo de las p ru e b a s e le c tro fis io ló g ica s
Se deberá realizar un estudio EF completo en pacientes con síncope, inclu­
yendo una evaluación de la función del nódulo sinusal, mediante la deter­
minación del tiempo de recuperación del nódulo sinusal (TRNS) y del estudio 
de la conducción AV mediante la determinación del intervalo H-V basal, 
con estimulación auricular con marcapasos y después de la provocación 
farmacológica con procainamida intravenosa. Además, se realizará la esti­
mulación eléctrica programada mediante técnicas normalizadas para evaluar 
la inducibilidad de arritmias ventriculares y supraventriculares. Aunque el
TABLA 40-5 Indicaciones y hallazgos diagnósticos de las pruebas electrofisiológicas en la evaluación de pacientes con síncope
CLASE NIVEL DE EVIDENC IA I
Indicaciones
En pacientes con cardiopatía isquémica, cuando la evaluación inicial apunte a una causa arrítmica y no 
exista certeza sobre la indicación de colocar un DAI
I B
En pacientes con BR se planteará un EEF cuando las pruebas incruentas no confirmen un diagnóstico lia B
En pacientes con síncope precedido de palpitaciones repentinas y breves, cuando las pruebas incruentas 
no confirmen un diagnóstico
llb B
En pacientes con síncope y síndrome de Brugada, DAVD o miocardiopatía hipertrófica, el EEF será 
adecuado en casos seleccionados
llb C
En pacientes con una ocupación laboral de alto riesgo, en quienes hay que garantizar la exclusión de 
causas cardiovasculares del síncope
llb C
El EEF no se recomienda en pacientes con síncope si el ECG es normal, con cardiopatía y sin 
palpitaciones
III B
Criterios diagnósticos
El EEF es diagnóstico y no se precisan otras pruebas complementarias en las situaciones siguientes:
Bradicardia sinusal y TRNSC prolongado (>525 ms) I B
BR e intervalo H-V basal >100 ms o un bloqueo His-Purkinje de segundo o de tercer grado, durante la 
estimulación auricular incremental con marcapasos o con provocación farmacológica
I B
Inducción de TV monomórfica sostenida en pacientes con un infarto de miocardio anterior I B
Inducción de TSV con reproducción de los síntomas de hipotensión o espontáneos I B
Se considerará diagnóstico un intervalo H-V entre 70 y 100 ms lia B
La inducción de TV polimórfica o de FV en pacientes con síndrome de Brugada, pacientes con DAVD y 
pacientes reanimados de una parada cardíaca
llb B
La inducción de TV polimórfica o TV en pacientes con enfermedades isquémicas o MCD no se 
considerarán hallazgos diagnósticos
III B
BR, bloqueo de rama; DAI, desfibrilador automático implantable; DAVD, displasia arritmógena ventricular derecha; EEF, estudio electrofisiológico; FV, fibrilación ventricular;
H-V, His-ventrículo; MCD, miocardiopatía dilatada; TRNSC, tiempo de recuperación del nódulo sinusal corregido; TSV, taquicardia supraventricular; TV, taquicardia ventricular.
© Modificado de Moya A, Sutton R, Ammirati F, et al: Guidelines for the diagnosis and management o f syncope 2009. Eur Heart J 30:2631, 2009. 867
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protocolo mínimo EF recomendado incluye solo extraestímulos dobles y dos 
períodos de ciclo básico de trenes de impulsos, en EE. UU. se suele emplear 
el protocolo de extraestímulos triples y tres períodos de ciclo básico de 
trenes de impulsos. La limitación del intervalo de acoplamiento más corto 
a 200 ms es asimismo una práctica habitual. En pacientes seleccionados en 
quienes la sospecha de una arritmia ventricular sea alta, se podrán repetir las 
pruebas EF con la estimulación ventricular y auricular programadas, después 
de la infusión de isoprenalina. Esto es de especial importancia cuando se 
sospeche que la causa del síncope sea una arritmia supraventricular, como 
en el caso de una taquicardia por reentrada nodular AV o taquicardia por 
reentrada AV ortodrómica.
La función del nódulo sinusal se estudia durante las pruebas EF, sobre 
todo con la determinación del TRNS. La identificación de una disfunción 
del nódulo sinusal como casusa del síncope es infrecuente durante las 
pruebas EF (< 5% ). La sensibilidad de un TRNS anómalo o de un TRNS 
corregido (TRNSC) es del 50 al 80% . La especificidad de un TRNS anómalo
o de un TRNSC es > 9 5 % .2 La ausencia de signos de disfunción del nódulo 
sinusal durante las pruebas EF no descarta una bradiarritmia como causa 
del síncope.
Durante las pruebas EF se evalúa la conducción AV mediante la medición 
del tiempo de conducción a través del nódulo AV hasta alcanzar el haz de 
His (intervalo A-H) y el tiempo de conducción a través del haz de His hasta 
el ventrículo (intervalo H-V) y también mediante la determinación de la res­
puesta de la conducción AV frente a la estimulación auricular aumentada 
mediante marcapasos o por la presencia de extrasístoles auriculares. Si los 
resultados de la evaluación inicial de la conducción AV en el estado basal 
no son concluyentes, se podrá administrar procainamida (10 mg/kg) por 
vía intravenosa y se repetirá la estimulación auricular programada y con 
marcapasos. Según las European Guidelines on Management o f Syncope 
de 2004,' los hallazgos observados en el estudio EF que permiten definir 
un bloqueo cardíaco como la causa probable de síncope son el bloqueo de 
rama y un intervalo H-V basal >100 ms, o la demostración de un bloqueo 
de His-Purkinje de segundo o tercer grado durante la estimulación auricular 
incremental con marcapasos, o provocada por la infusión de procainamida 
(v. tabla 40-5). Estas directrices indican que la observación de un intervalo 
H-V entre 70 y 100 ms posee un valor diagnóstico menos seguro. Entre los 
estudios EF para evaluar a pacientes con síncope, se identificó el bloqueo 
AV com o la causa probable de síncope en casi el 10-15% de los pa­
cientes.
Aunque es infrecuente que la TSV origine síncope, es importante com­
probar este diagnóstico pues la mayoría de las arritmias supraventriculares 
pueden curarse con ablación con catéter (v. capítulo 35). El contexto 
habitual en el que una TSV causa síncope es el de un paciente con una 
cardiopatía subyacente o una reserva cardiovascular limitada; una TSV 
de inicio repentino y con una frecuencia muy rápida, o el de un paciente 
con tendencia a la manifestación de síncope de mecanismo neurológico. 
El patrón habitual es la manifestación de síncope o casi sincope durante 
el inicio de una TSV, debido al descenso inicial de la presión arterial. El 
paciente suele recuperar el conocimiento a pesar de seguir la arritmia, 
debido a la activación de un mecanismo compensador. La realización de 
las pruebas EF normalizadas permite identificar con precisión la mayoríade los tipos de arritmias supraventriculares que pueden causar síncope, 
que se pueden repetir durante la infusión de isoprenalina para aumentar 
la sensibilidad del estudio, en especial para detectar taquicardia reentrante 
AV en un paciente con fisiología nodular AV dual o fibrilación auricular 
sensible a catecolaminas. Según las European Guidelines on Management 
of Syncope de 2009, las pruebas EF se consideran diagnósticas de una 
TSV como causa del síncope cuando se observa inducción de una arritmia 
supraventricular rápida que reproduce síntomas hipotensivos o espontá­
neos1 (v. tabla 40-5). Una arritmia supraventricular se diagnostica como 
causa probable de síncope en menos del 5% de los pacientes sometidos 
a pruebas EF para evaluar un síncope de origen desconocido, pero la 
probabilidad aumenta en pacientes con antecedentes de palpitaciones o 
aceleración del corazón antes del síncope.
La TV es la anomalía diagnosticada con más frecuencia por medio de 
pruebas EF en pacientes con síncope. Se identifica como la causa probable 
del síncope en casi el 20% de los pacientes. En general, un resultado EF 
se interpreta como positivo de TV cuando se produce la inducción de 
una TV monomórfica sostenida. La inducción de TV polimórfica y de FV 
puede indicar una respuesta inespecífica a las pruebas EF. La importancia 
diagnóstica y pronostica de la inducción de TV polimórfica y/o de FV 
sigue siendo dudosa. Según las European Guidelines on Management 
of Syncope de 2004, se considera un estudio EF diagnóstico de TV como 
causa del síncope cuando se produce la inducción de TV monomór­
fica sostenida (v. tabla 40-5),1 teniendo un valor diagnóstico menor la 
868 inducción de TV polimórfica o de FV, en pacientes con síndrome de
Brugada, con displasia ventricular arritmógena derecha y en pacientes 
reanimados tras una parada cardíaca. La función de las pruebas EF 
y de provocación farmacológica con procainamida en pacientes con 
síncope, sospechosos de manifestar el síndrome de Brugada, es contro­
vertida.29
En general, casi un tercio de los pacientes con síncope que se deriva a 
las pruebas EF presenta ya un diagnóstico provisional.
Pruebas para detectar las causas neurológicas del síncope
El síncope como síntoma aislado obedece rara vez a causas neurológicas. 
En consecuencia, el uso generalizado de pruebas para detectar situaciones 
neurológicas no suele tener valor diagnóstico.1,2,12 En muchos centros se 
abusa del empleo de la tomografia computarizada (TC), el electroencefalo­
grama y la gammagrafia carotídea dúplex, pruebas que se realizan a más 
del 50% de los pacientes con sincope. Casi nunca se confirma un diagnós­
tico que no se hubiese sospechado inicialmente tras la realización de una 
anamnesis y una exploración neurológica concienzudas. Los accidentes 
isquémicos transitorios producidos por una enfermedad carotídea no se 
acompañan de pérdida del conocimiento. No hay estudios que confirmen 
los beneficios de la ecocardiografía Doppler carotídea en pacientes con 
síncope. El electroencefalograma se obtendrá solo cuando la probabilidad 
de epilepsia sea relativamente alta. La tomografia computarizada y la 
resonancia magnética no son necesarias en pacientes con síncope sin 
complicaciones (v. capítulos 17 y 18). Desde hace más de una década se 
ha demostrado el bajo valor diagnóstico de las «pruebas neurológicas» de 
detección, sin embargo, se siguen utilizando en exceso, con el consiguiente 
aumento notable del coste económico.
ESTRATEGIA PARA EVALUAR A PACIENTES 
CON SÍNCOPE
En la figura 40-2 se expone la estrategia propuesta por la European 
Society of Cardiology Task Force on Syncope para evaluar a pacientes con 
síncope.1 La evaluación inicial comienza con una anamnesis concienzuda, 
una exploración física, un análisis de la presión arterial en decúbito supino 
y en bipedestación, y un ECG de 12 derivaciones. A continuación, se reali­
zarán pruebas complementarias a subgrupos seleccionados, como masaje 
del seno carotídeo, ecocardiografía, monitorización electrocardiográficay 
prueba de la mesa basculante, como se ha explicado anteriormente. Las 
distintas pruebas neurológicas tienen en general un valor mínimo o nulo, 
excepto en el caso de traumatismo craneal y cuando se sospeche de causas 
no sincópales de la pérdida transitoria del conocimiento, como epilepsia.
Teniendo en cuenta la evaluación inicial, se pueden clasificar los pacien­
tes en quienes presentan síncope verdadero o manifiestan una pérdida 
transitoria del conocimiento por causa diferente al síncope. Los primeros 
se pueden dividir, a su vez, en dos grupos: pacientes con diagnóstico con­
firmado y que pueden iniciar el tratamiento, y pacientes con diagnóstico 
dudoso. En este último grupo, se prestará atención a comprobar si el 
paciente presenta un riesgo mayor de episodio cardiovascular o de muerte. 
Estos pacientes se hospitalizarán y/o someterán a una evaluación cardio­
vascular ambulatoria intensiva adecuada, que puede incluir la prueba de 
esfuerzo, cateterismo cardíaco y pruebas EF (tabla 40-6). Por el contrario, 
los pacientes que hayan manifestado solo un único episodio sincopal y 
tengan un riesgo bajo de episodios cardiovasculares o de muerte, quizás 
no requieran más pruebas. Los pacientes que se incluyen entre estos dos 
extremos pueden someterse a pruebas complementarias en función de 
los resultados de la evaluación inicial (v. fig. 40-2). Cuando se complete 
esta estrategia diagnóstica se podrá determinar una causa probable en 
más del 75% de los pacientes.
Las European Guidelines on Management of Syncope han destacado 
recientemente la importancia de un plan estructurado de asistencia para 
evaluar los pacientes con sincope.1 Otros estudios han descrito resultados 
favorables cuando se emplea una unidad de evaluación de sincopes o una 
estrategia normalizada para la evaluación de síncopes.311
TRATAMIENTO DE LOS PACIENTES
Existen tres objetivos del tratamiento en un paciente con síncope: 1) 
prolongar la supervivencia; 2) evitar lesiones traumáticas, y 3) evitar 
recidivas de síncope. La estrategia del tratamiento de un paciente con 
síncope depende principalmente de la causa y del mecanismo del síncope. 
Por ejemplo, el tratamiento adecuado de un paciente con síncope asociado 
a un bloqueo AV será la colocación de un marcapasos, en la mayoría de las 
situaciones. Sin embargo, un paciente con síncope debido a un bloqueo
FIG URA 4 0 -2 Estrategia de evaluación de pacientes con pérdida transitoria del 
conocimiento (PTC) y síncope.
T A B L A 4 0 -6 Variables clínicas para la identificación de pacientes
con síncope de alto riesgo que puedan beneficiarse
de la hospitalización o de una evaluación ambulatoria rápida
Cardiopatía estructural grave (fracción de eyección baja, infarto de miocardio 
previo, insuficiencia cardíaca)
Cuadro clínico o características electrocardiográficas que indiquen un síncope 
arrítmico
Síncope durante el esfuerzo o en decúbito supino 
Palpitaciones en el momento del síncope 
Antecedentes familiares de muerte súbita 
TV no sostenida
Bloqueo bifascicular o QRS >120 ms
Bradicardia sinusal grave (<50 latidos/min) en ausencia de medicamentos o 
de entrenamiento físico 
Preexcitación
Intervalo QT prolongado o muy corto
Trazado electrocardiográfico de Brugada (bloqueo de la rama derecha del 
haz de His con elevación ST en las derivaciones Vr V3)
Trazado electrocardiográfico de displasia ventricular derecha arritmógena 
(inversión de la onda T en las derivaciones Vr V3 o sin ondas e) 
Electrocardiograma indicativo de miocardiopatía dilatada hipertrófica 
Signos clínicos o sospecha de un émbolo pulmonar (situación clínica, 
taquicardia sinusal, disnea)
Anemia grave 
Comorbilidades importantes 
Anomalías electrolíticas importantes 
Anemia grave
cardíaco, en un contexto de infarto de miocardio de la pared inferior, no 
suele precisar de marcapasos permanente, pues el bloqueo cardíaco se 
resuelve en general de manera espontánea. De forma similar, el bloqueocardíaco causado por un síncope de mecanismo neurológico no precisa 
de la implantación de un marcapasos. El tratamiento de un paciente con 
síncope asociado al síndrome de Wolff-Parkinson-White comprende en 
general la ablación con catéter, y el tratamiento de un paciente con sincope 
causado por TV o con un cuadro de miocardiopatía isquémica o no isqué­
mica, precisará probablemente de la colocación de un DAI (v. capítulo 36). 
Sin embargo, puede que no sea necesario un DAI en pacientes con 
TV/FV cuando se produzcan a las 48 h de un infarto agudo de miocardio. 
En el caso de otros tipos de síncope, el tratamiento óptimo puede com­
prender la interrupción del tratamiento farmacológico desencadenante, 1 
aumento del consumo de sal o la información del paciente sobre el 
tema.
Otros temas que es preciso tener en cuenta comprenden la indica­
ción de hospitalización de un paciente con síncope y la duración de las 
limitaciones para la conducción de vehículos. Las directrices actuales 
recomiendan hospitalizar a los pacientes con sincope cuando manifiesten 
una cardiopatía cierta o sospechada, anomalías electrocardiográficas que 
indiquen un síncope arrítmico, síncope con lesiones graves o durante 
el ejercicio y síncope con antecedentes familiares de muerte súbita (v. 
tabla 40-6).1
Los facultativos que atienden a los pacientes con síncope suelen tener 
que abordar el tema de definir el riesgo por conducir vehículos. Los 
pacientes que presentan síncope durante la conducción presentan un 
riesgo, tanto para ellos mismos como para los demás. Aunque algunas 
personas sostienen que todos los pacientes con síncope no deberían 
nunca conducir debido a la posibilidad de recidivas, es una solución 
inviable que sería ignorada por muchos pacientes. Los factores que habría 
que considerar a la hora de efectuar recomendaciones al respecto, para un 
paciente particular incluyen: 1) la posibilidad de recidiva del síncope; 2) 
la presencia y la duración de los síntomas de alerta; 3) el hecho de que el 
síncope se produzca cuando el paciente está sentado o en bipedestación; 
4) frecuencia y capacidad de conducción del paciente, y 5) la existencia 
de leyes estatales aplicables.
Al valorar estos aspectos, los facultativos deberán tener en cuenta que las 
enfermedades agudas, como el síncope, no suelen causar accidentes de 
tráfico. Según un estudio reciente sobre 3.877 pacientes con síncope se 
observó que el síncope se produjo durante la conducción en 380 casos 
(9,8%).31 La causa más frecuente fue el síncope reflejo (v. tabla 40-2) en más 
de un tercio de los casos. La recidiva del síncope durante la conducción se 
produjo solo en 10 pacientes. Durante 8 años de seguimiento, la probabi­
lidad acumulada de recidiva durante la conducción fue del 7%. Un hecho 
importante fue la observación de una tasa total de recidiva de síncope igual 
en todos los grupos de pacientes, independientemente de que se produjese 
el síncope durante la conducción. La American Heart Association y la Cana­
dian Cardiovascular Society han publicado directrices sobre este tema. En 
el caso de conductores no comerciales, se suele recomendar una limitación 
de la conducción durante varios meses. Si el paciente sigue asintomático 
durante varios meses, se le permite volver a conducir.
Síncope de m ecanism o neurológico
Debido a la frecuencia del síncope de mecanismo neurológico y reflejo, 
se revisan las opciones de tratamiento (tabla 40-7).1 El tratamiento del 
síncope de mecanismo neurológico comienza con una anamnesis con­
cienzuda. Se prestará especial atención a la identificación de los factores 
desencadenantes; la determinación del grado de consumo de sal y del 
uso actual de medicamentos, y la comprobación de antecedentes previos 
del paciente en cuanto a edema periférico, hipertensión, asma u otras 
situaciones que puedan alterar la estrategia del tratamiento. La educa­
ción y una actitud tranquilizadora serán suficientes en la mayoría de los 
pacientes con síncope de mecanismo neurológico, en especial quienes 
muestren episodios infrecuentes de causa identificable. A los pacientes 
se les informará sobre los factores habituales desencadenantes, como 
la deshidratación, la postura en bipedestación prolongada, el consumo 
de alcohol y de medicamentos como diuréticos y vasodilatadores. Se 
informará también a los pacientes de que se sienten o tumben cuando 
comiencen los síntomas y a iniciar las maniobras físicas de contrapresión. 
Un estudio reciente describió que un protocolo de educación estandari­
zado reducía significativamente las lesiones traumáticas y repeticiones de 
los síncopes.32 En este estudio, la carga de síncopes bajó de 0,35 ± 0,3 en 
la evaluación inicial a 0,08 ± 0,02 durante el seguimiento. También suele 
recomendarse la expansión de volumen con un aporte complementario
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T A B LA 40-7 Tratamiento del síncope de mecanismo neurológico y de mecanismo reflejo
TRATAMIENTO CLASE NIVEL DE EVIDENCIA 1
Tranquilizar y educar al paciente 1 C
Maniobras físicas isométricas de contrapresión con pródromo 1 B
Se considerará la estimulación cardíaca con marcapasos en pacientes con hiposensibilidad sinusal carotídea 
cardioinhibidora dominante
lia B
Se considerará la estimulación cardíaca con marcapasos en pacientes con síncope reflejo recurrente 
frecuente, >40 años y con una respuesta cardioinhibidora espontánea documentada durante la 
monitorización del síncope recurrente
llb B
La midodrina puede estar indicada en pacientes con síncope de mecanismo neurológico que no responde a 
los tratamientos tradicionales
llb B
El entrenamiento de basculación puede ser eficaz para educar a los pacientes, pero sus beneficios a largo 
plazo dependen de su cumplimiento
llb B
Después de que el tratamiento alternativo haya fracasado, la estimulación cardíaca con marcapasos puede 
estar indicada en pacientes con una respuesta cardioinhibidora inducida por basculación, con síncope no 
previsible, frecuente y recurrente y una edad >40 años
llb C
Hay que evitar, todo lo posible, los factores desencadenantes de situaciones que provoquen síncope III C
Se interrumpirá o modificará el tratamiento con fármacos hipotensores III c
La estimulación cardíaca con marcapasos no está indicada en ausencia de un reflejo cardioinhibidor 
demostrado
III c
No está indicado el uso de p-bloqueantes III A
Modificado de Moya A, Sutton R, Ammirati F, et al: Guidelines for the diagnosis and management o f syncope (version 2009): The Task Force for the Diagnosis and Management 
o f Syncope o f the European Society o f Cardiology (ESC). Eur Heart J 30:2631, 2009.
de sal. El consumo de unos 500 ml de agua mejora notablemente la 
tolerancia ortostática a la basculación en personas sanas y podría tener 
un valor profiláctico para el síncope en donantes de sangre. La eficacia 
del consumo de agua en el tratamiento de pacientes con síncope de 
mecanismo neurológico no se ha estudiado completamente.
Recientemente se ha producido un cambio importante en la estrategia 
empleada para el tratamiento del síncope de mecanismo neurológico, debi­
do a la eficacia de las medidas y las maniobras «físicas» en el tratamiento de 
este tipo de pacientes.1'33 Las maniobras físicas de contrapresión isométri- 
cas, como el cruzamiento de las piernas o agarrarse las manos estirando los 
brazos, pueden prevenir el síncope en muchos pacientes con hipotensión 
de mecanismo neurológico. Las European Guidelines on Management 
of Syncope identifican las medidas físicas siguientes como tratamientos 
de clase II del sincope de mecanismo neurológico: 1) entrenamiento de 
basculación; 2) dormir con la cabeza elevada (>10°); 3) maniobras de con­
trapresión isométricas de piernas y brazos, y 4) ejercicio moderado aeróbico 
e isométrico.1 Se ha demostrado que una maniobra isométrica de 2 min de 
sujeción de las manos, al inicio de los síntomas, durante la prueba de bas­
culación produjo un cuadro asintomáticoen dos tercios de los pacientes. 
Otros estudios han comprobado que el entrenamiento de basculación 
(en bipedestación) es eficaz en el tratamiento del síncope de mecanismo 
neurológico. El entrenamiento de basculación consiste en permanecer de 
pie contra una pared a una distancia de 25 cm de los talones, durante un 
tiempo progresivamente mayor durante 2 a 3 meses. El período inicial de 
pie deberá ser de 5 min durante dos veces al día, aumentado progresiva­
mente hasta 40 min, dos veces al día. Aunque los resultados de estudios 
no aleatorizados sobre el entrenamiento de basculación han sido positivos, 
los resultados de estudios aleatorizados indican que el entrenamiento de 
basculación quizás tenga solo una eficacia limitada.34
A diferencia de la eficacia de las maniobras físicas, el valor de los fár­
macos es menos seguro. Los medicamentos que suelen emplearse para 
tratar el síncope de mecanismo neurológico incluyen los p-bloqueantes, 
fludrocortisona, inhibidores de la recaptación de serotonina y midodrina. 
A pesar del uso generalizado de estos fármacos, no se ha demostrado 
la eficacia de ninguno en estudios clínicos aleatorizados prospectivos 
amplios. Aunque muchos estudios consideraron a los p-bloqueantes 
fármacos de primera elección en un principio, algunos estudios recientes han 
comprobado que los p-bloqueantes metoprolol, propranolol y nadolol 
no son más eficaces que un placebo.35,36
Aunque estudios clínicos no aleatorizados o abiertos han demostrado 
la eficacia de los marcapasos para el tratamiento de algunos pacientes con 
síncope de mecanismo neurológico, dos estudios clínicos aleatorizados 
ciegos han comprobado la ineficacia de los marcapasos.37 Por el contrario, 
870 un estudio aleatorizado reciente demostró el beneficio de los marcapasos
implantados en una población seleccionada de pacientes con síncope de 
mecanismo neurológico.38 Este estudio clínico doble ciego controlado con 
placebo asignó aleatoriamente a 77 pacientes de 40 años o más con sínco­
pes de mecanismo neurológico recidivantes, documentada su asociación 
con 3 s o más de asistolia o una pausa de 6 s al menos sin síncope median­
te el uso de un monitor de asa, a recibir un marcapasos bicameral con his- 
téresis de descenso de frecuencia o bien solo a la detección. La tasa de reci­
diva de los síncopes a los 2 años calculada fue del 57% con el marcapasos 
apagado y del 25% con el dispositivo encendido. Globalmente, el riesgo de 
recidiva de los síncopes se redujo en un 57% con el marcapasos. Aunque 
las directrices de 2008 sobre el tratamiento con dispositivos declaran que 
la implantación de marcapasos tiene una indicación Hb para el tratamiento 
de pacientes con síncopes muy sintomáticos de mecanismo neurológico 
asociados con bradicardia documentada espontáneamente o durante la 
prueba de la mesa basculante,22 este reciente estudio clínico, prospectivo 
y aleatorizado, aporta indicios más sólidos a favor del tratamiento con 
marcapasos en pacientes con síncopes de mecanismo neurológico que 
encajan en el perfil clínico de la población de pacientes incluidos en el 
estudio. Las directrices europeas sobre el tratamiento de los síncopes 
incluyen recomendaciones algo más restrictivas respecto a las indicaciones 
de implantación de marcapasos en este contexto (v. tabla 40-7). Cuando 
se plantea la implantación de marcapasos en pacientes con síncopes de 
mecanismo neurológico, suelen seleccionarse marcapasos con algoritmos 
de ritmo especializados. Esto incluye histéresis en la disminución de 
frecuencia y estimulación en asa cerrada. La estimulación en asa cerrada 
es una forma de marcapasos adaptativo a la frecuencia que responde a 
la dinámica de contracción ventricular midiendo las variaciones en la 
impedancia intracardíaca del ventrículo derecho. Cuando detecta un 
síncope incipiente de mecanismo neurológico, aumenta la frecuencia 
del marcapasos. Aunque carecemos de estudios clínicos aleatorizados y 
prospectivos que determinen qué característica de marcapasos es superior, 
varios estudios recientes, no aleatorizados o retrospectivos, indican que 
podría ser preferible la estimulación en asa cerrada.38 39 Se necesitan más 
investigaciones sobre esta estrategia en evolución para el tratamiento de 
los síncopes de mecanismo neurológico.
PERSPECTIVAS FUTURAS
Al envejecer la población de EE. UU. y aumentar la prevalencia de las 
cardiopatías, es inevitable que el síncope siga siendo un problema clínico 
importante con el que los facultativos de cualquier especialidad deben estar 
familiarizados. Prevemos que durante los próximos 5 años otros estudios 
confirmarán el valor clínico y económico de las unidades de evaluación 
del síncope. Esto permitirá la generalización del uso de las unidades de
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evaluación del síncope, al igual que las de urgencias para el dolor torácico 
que se emplean habitualmente en la actualidad para evaluar a pacientes 
con dolor torácico. Es también probable que aumente la importancia 
diagnóstica de las pruebas genéticas para evaluar a pacientes con síncope. 
Hay que destacar la disponibilidad actual de las pruebas genéticas como 
práctica habitual para estudiar muchas cardiopatías hereditarias que pueden 
causar síncope, como el síndrome de QT largo, la displasia ventricular dere­
cha arritmógena y la miocardiopatía hipertrófica. Confiamos también que 
se desarrollarán nuevos tratamientos farmacológicos y no farmacológicos 
para pacientes con hipotensión ortostática incapacitante, síndrome de 
taquicardia ortostática postural y síncope de mecanismo neurológico.
B ib lio g ra fía
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