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Reporte de lectura SOCIOLOGÍA URBANA O SOCIOLOGÍA DE LO URBANO

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SEMINARIO DE ÁREA SOCIOLOGÍA URBANA
12/02/2016
IBARRA CACERES ANA LUISA
REPORTE DE LECTURA 1_ SOCIOLOGÍA URBANA O SOCIOLOGÍA DE LO URBANO
En este texto, la autora Brigitte Lamy plantea elementos que, desde su perspectiva, evidencian la sutil diferencia que existe entre los dos términos que aborda en el trabajo: Sociología urbana y Sociología de lo urbano. Sin embargo, por ocasiones y desde mi perspectiva como lectora que se inicia en los temas sociológicos, parecen surgir diversas formas de comprender lo que nos explica. 
Para comenzar resulta imprescindible comprender desde sus raíces lo que es la sociología, así como a qué nos referimos cuando hablamos de lo urbano. Y no son pocas las referencias que se pueden encontrar a estos términos. En relación a la sociología sí se puede descubrir un consenso respecto a que es la ciencia que estudia las sociedades, las de los hombres específicamente, así como de los fenómenos de corte religioso, económicos y artísticos entre otros que ocurren en ellas. En materia de sociología se han desarrollado investigaciones en diversos campos, que han constituido disciplinas. Tal es el caso de la sociología rural, o la urbana, que es concretamente uno de los términos que nos interesan en este reporte. 
Cuando hablamos de lo urbano, la forma más fácil de comprenderlo es mediante la dicotomía de lo urbano y lo rural, pues es más fácil comprender a lo urbano como todo aquello que no es rural -del campo, relativo a labores de agricultura o ganadería- existiendo elementos económicos, sociales, morfológicos, entre otros que clarifican las diferencias entre ellos. También en la mayoría de las definiciones de lo “urbano”, sobre todo en los diccionarios, se hace referencia a las ciudades, y a que lo urbano es perteneciente o relativo a las ciudades.
Luego de esclarecernos un poco los conceptos, comienzan a surgir las interrogantes, pues inicialmente la autora hace referencia a planteamientos de Castells cuestionando si luego de existir países como México, con un 75% de población urbana, existe aún una sociología urbana. Para ello se apoyan en la predominancia de entornos urbanos sobre los rurales, lo cual según mi punto de vista no indica que las diferencias que han existido entre ellos hayan desaparecido, incluso llego a cuestionarme si no será que esas diferencias pueden llegar a hacerse mucho más visibles y agudas a medida que lo urbano se va extendiendo en el territorio. 
Aparejado a esto se hace referencia al segundo término que se ve en este texto: sociología de lo urbano. En ese sentido se habla de si no sería más pertinente referirse a una sociología de lo urbano, mientras se compara con otros términos como la sociología de la educación, de la salud, o la del trabajo. En el caso de estas tres últimas, se trata de disciplinas que aplican los conceptos, modelos y teorías de la sociología para entender fenómenos como la educación, la salud, el trabajo, o hasta el urbanismo que es el tema que se nos plantea. En estos casos, el objeto de estudio pasa a ser el propio fenómeno en su dimensión social. Cabría entonces lo que planteara Saunders desde 1986 dejando el peso del objeto de estudio sobre los procesos sociales que se dan en un espacio determinado. 
Al verlo de esta manera resulta un poco confusa la decisión de cuál de los dos términos sería la más adecuada, pues en el caso de la sociología urbana, más adelante la autora plantea que para sus estudiosos lo importante y objeto de estudio son las relaciones entre los espacios construidos y las sociedades. De este modo surge el cuestionamiento de si la diferencia radicará en una cuestión puramente semántica. Para la sociología urbana, lo urbano describe a una sociología y en el caso de la sociología de lo urbano, la sociología describe a lo que es urbano. 
Según mis consideraciones la aplicación de uno u otro término no debería definirse por la evolución o nuevas aportaciones que puedan surgir en el tiempo al respecto. Tal es el caso del urbanismo, que a lo largo de su evolución y uso se la han ido incluyendo nuevos aspectos y dimensiones (pues ha sido necesario) que finalmente conforman lo que hoy llamamos disciplina urbana, donde se conjugan los estudios de la historia, la sociedad, la geografía, la economía, la arquitectura y la cultura de una ciudad así como otras disciplinas como el diseño, la informática, el derecho, la ecología, etc. 
El urbanismo, a diferencia de la perspectiva que le da la autora “El objetivo no es el conocimiento sino la acción, la realización.” (p. 214), tiene el componente práctico, pero también el teórico. Si bien es real que la aplicación de instrumentos de actuación para el tratamiento y solución de los problemas urbanos es parte de su tarea, no es menos cierto que los estudios desde todas las dimensiones y disciplinas anteriormente expuestas representan la base de esa proyección urbana, y no queda en manos de la sociología puramente, como nos deja ver la autora “La sociología aporta los conocimientos y el urbanismo sintetiza los datos” (p. 214).
Más adelante la autora, refiriéndose a la sociología de lo urbano, nos dice que “podría entonces definirse como la observación, en un medio privilegiado, de las transformaciones sociales y económicas como resultado del proceso de modernización.” (p. 215). Como bien veíamos anteriormente, entre los elementos que se plantean alrededor de este concepto se encuentran los procesos sociales, que en su esencia encierra la sucesión de interacciones dinámicas, las cuales generan diversos cambios dentro de las sociedades donde se suceden.
De ahí considero que las dinámicas sean unos de los términos y enfoques más recurrentes en la agenda de temas que propone la autora, según autores internacionales.
En estas nuevas agendas se comienza por la relación existente entre la dinámica urbana y la dinámica de la sociedad, y cómo estos cambios e interacciones que se suceden en la sociedad determinan elementos significativos de la dimensión social en las ciudades. También se le da un peso a la influencia que tiene sobre la dinámica urbana la ascensión del sector privado, sobre todo por las transformaciones que pudieran generar las desigualdades tanto sociales como espaciales que ello pudiera generar. 
Igualmente se refiere al peso que juega la concentración-centralización-competencia en la dinámica urbana contemporánea. En la cual se plantea que sin aceptar el papel fundamental que tiene lo económico no será posible comprender dicha dinámica. También resultan de gran valía los temas de la agenda propuesta referidos a los actores de la dinámica urbana así como los diferentes grados de profundidad con que se debe ver la dinámica urbana en el análisis sociológico. En el primer caso considero de gran valor el hecho de poder conocer como actores qué rol debe jugar cada cual, en pos de lograr esa dinámica urbana deseada. 
Para finalizar la autora hace una reflexión que considero muy oportuna y que va de cómo para los especialistas, tanto los del urbanismo como para los de la sociología, debe ser esencial lograr una retroalimentación de los campos de estudio de ambos. Considero que en la capacidad de lograr esa multi e interdisciplinariedad estarán importantes pasos de avances, no solo en la mejor comprensión del fenómeno urbano, sino también en mejores logros en su componente práctico, pues se logrará una mejor y más fluida aplicación y respuesta de los elementos teóricos.

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