Logo Studenta

Broqua (2017) TERAPIA CATÁRTICA CON INSTRUMENTOS DE PERCUSIÓN

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

TERAPIA CATÁRTICA CON INSTRUMENTOS DE PERCUSIÓN?
Abril de 2017
Graciela Broqua
Musicoterapeuta graduada en la UBA. Profesora en docencia Superior graduada en la UTN. Presidenta de ACIS (Centro Educativo-Expresivo Terapéutico) hasta 2007. Se desempeña en el ámbito educativo de manera continua desde 1996. Es docente rentada de la Licenciatura en Musicoterapia de la UBA desde 2007 en la materia Instrumentos de Percusión. Trabaja en clínica musicoterapéutica con niños y adolescentes con neuropatologías severas desde 2005. 
Resumen (500 a 600 caracteres sin espacios)
12000 caracteres sin espacio máximo
	En distintos ámbitos institucionales (escuelas, centros terapéuticos, geriátricos, etc.) hemos presenciado conductas generadas por descargas[endnoteRef:1] emocionales intensas en sujetos de diferentes edades y patologías. Gritos, conductas autoagresivas, golpes, mordidas, llanto. Muchas veces, estas descargas toman la forma de agresiones hacia otros y autoagresiones. En estos casos, la descarga de energía motriz puede llegar a límites máximos e inesperados. En esas situaciones, atender lo emergente se hace primordial, tanto por la seguridad del agresor como por la de quienes lo rodean. [1: No nos referimos a descargas neurológicas características de pacientes con epilepsias refractarias. Este tipo de descargas epilépticas se trabajan de un modo muy diferente en Musicoterapia, con otros objetivos terapéuticos y muy distintos resultados. Manejamos en este artículo el significado psicoanalítico del término descarga según LAPLANCHE, J. y PONTALIS, J.B. (1966) Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires, Paidós, 1996.
] 
	Y es en esos momentos que es convocado el musicoterapeuta para encontrar una solución a la emergencia. Generalmente la demanda es “calmar al paciente”.
	Sin embargo, “imponer tranquilidad” en el momento exacto en que el paciente necesita esa descarga de energía puede a su vez generar una nueva descarga futura cuando termina la sesión de musicoterapia. Por esto, observamos que en la práctica era indispensable permitir que el sujeto realice su descarga (muchas veces hasta que simplemente se canse) para recién después generar un espacio de calma.
	A diferencia de lo planteado por el psicoanálisis al describir el método catártico[endnoteRef:2], en estos casos descriptos no hace falta recurrir a la hipnosis ni a ningún otro recurso para traer al presente recuerdos reprimidos. Nos referimos a descargas que se producen in situ en la institución y que pueden ser atendidas en el momento. Es por este motivo que mantenemos el título del presente artículo como un interrogante. ¿Podemos considerar este tipo de abordajes "de emergencia" como terapia catártica"? [2: LAPLANCHE, J. y PONTALIS, J.B. (1966) Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires, Paidós, 1996.
] 
	Independientemente de la respuesta, los resultados ameritan la introducción de los instrumentos de percusión como un recurso óptimo para lograr un buen desenlace de estas situaciones.
La manera en que se manifiesta esa descarga es característica de cada persona en cada situación. Reemplazarla por otro modo de expresión no generará el mismo resultado y probablemente ese sujeto requiera continuar la descarga durante mayor cantidad de tiempo. Así, registrar la forma en que ese paciente se expresa es el primer paso para lograr una descarga total y exitosa, que evite posteriores consecuencias negativas. Transformar esas descargas en otras similares, pero que brinden seguridad al sujeto y su entorno, es la tarea inicial del terapeuta. Pero siempre sin modificar el modo de expresión del sujeto.
	Pero, en primer lugar, para permitir que la descarga se realice, el sujeto debe permanecer en un encuadre que le brinde seguridad a él y a quienes lo rodean. 
En segundo lugar, si la descarga es agresiva, permitirla puede ser significado por el paciente y sus pares como una habilitación para la agresión. Lo cual podría dar lugar a la legitimación de futuras conductas agresivas por parte del grupo de pares.
Para atender la primera cuestión, el consultorio o gabinete de musicoterapia y el material que se le ofrezca al sujeto debe estar preparado físicamente para garantizar la seguridad del paciente y quienes allí se encuentren durante la sesión. Muchas veces la descarga toma forma de gritos y llanto, que es conveniente aislar sonoramente del resto del grupo para que no genere un “efecto dominó” en otros pares. Pero muchas otras, la descarga toma la forma de golpes. Y es aquí donde los instrumentos de percusión cobran un valor fundamental, que resuelve la segunda cuestión.
La percusión instrumental ofrece una alternativa socialmente aceptada donde el golpe es legítimo. A nada ni nadie podrá pegar el sujeto con todas sus fuerzas sin recibir una queja o una reprimenda. Pero los instrumentos, en cambio, están preparados para ser percutidos. Esperan ser golpeados. Y devuelven al paciente ese feedback tan valioso que amplifica su expresión: el sonido. El golpe fuerte muestra al ejecutante un sonido intenso. La agresión que sale vuelve a ser percibida sensorialmente confirmando al sujeto que su mensaje llega a destino. Golpea pero no destruye.
Modos de acción o producción del sonido: Saitta Saitta, C. (1996) Percusión. Buenos Aires: Saitta Publicaciones Musicales.
Crespino, C.; Broqua, G.: Adaptación y accesibilidad de instrumentos de percusión. Ficha de Cátedra.
Delalande, F. (1995).¿Qué Instrumentos? En La música es un juego de niños (pp 77 -91). Buenos Aires :
Ricordi.
Saitta, C. (2000) Trampolines Musicales. Buenos Aires: Ed. Novedades Educativas..
Saitta, C.(1996).Percusión. Buenos Aires: Saitta Publicaciones Musicales
Bibliografía Ampliatoria
Saitta, C. (1981) El Luthier en el Aula. Buenos Aires: Ricordi
Saitta, C.(1975) Creación e Iniciación Musical. Buenos Aires: Ricordi.
Referencias bibliográficas

Continuar navegando