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Efecto de la cirugía bariátrica sobre la resistencia a la insulina en pacientes sin diabetes mellitus a un año de seguimiento PRESENTADO POR: Néstor Andrés Díaz Posada Médico Universidad Autónoma de Bucaramanga Residente de Medicina Interna Universidad Autónoma de Bucaramanga DIRECTOR PROYECTO DE GRADO: Edwin Antonio Wandurraga Sánchez Médico Universidad Autónoma de Bucaramanga, Especialista en medicina interna y Endocrinología Universidad Javeriana, Docente postgrado de Medicina Interna Luis Ernesto López Gómez Médico Cirujano Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Especialista en Cirugía General Pontificia Universidad Javeriana, Subespecialidad Cirugía Bariátrica y Endoscopia Digestiva Universidad Autónoma de Bucaramanga Facultad de Ciencias de la Salud Especialización en Medicina Interna Floridablanca 2023 Contenido Resumen 4 Justificación 6 Marco Teórico 8 Terapia Dietética: 15 Terapia Farmacológica: 15 Cirugía Bariátrica 17 Estado del Arte 25 Objetivos 27 Objetivo General 27 Objetivos Específicos 27 Metodología 27 Tipo de estudio 27 Población 27 Criterios de Inclusión 27 Criterios de Exclusión 27 Cálculo de tamaño de muestra 28 Muestreo 28 Recolección de la información 29 Variables 29 Plan de análisis de datos 30 Análisis univariado: 30 Análisis Bivariado: 30 Consideraciones éticas 30 Resultados 31 Caracterización clínica población total 32 Obesidad 33 Síndrome metabólico 33 Resistencia a la insulina 36 Discusión 38 Conclusiones 47 Referencias Bibliográficas 47 ANEXO 1 54 Lista de tablas Tabla 1. Definiciones del Síndrome Metabólico propuestas por IDF, ALAD, ATP-III, OMS y EGIR ............. 13 Tabla 2. Tipos de procedimientos bariátricos y metabólicos ................................................................... 18 Tabla 3. Hormonas peptídicas que actúan sobre el intestino y sus posibles funciones . .......................... 20 Tabla 4. Datos demográficos de los pacientes por tipo de procedimiento. .............................................. 31 Tabla 5. Datos clínicos comparativos ........................................................................................................ 32 Tabla 6. Tipo de obesidad .......................................................................................................................... 33 Tabla 7. Medidas obesidad según procedimiento .................................................................................... 33 Tabla 8. Pacientes con diagnóstico de síndrome metabólico .................................................................... 34 Tabla 9. Caracterización clínica de pacientes con síndrome metabólico de base. .................................... 34 Tabla 10. Criterios Síndrome Metabólico IDF adaptados Colombia según procedimiento ....................... 35 Tabla 11. Resistencia a la insulina ............................................................................................................. 36 Tabla 12. Caracterización clínica de pacientes con resistencia a la insulina .............................................. 37 Tabla 13. Factores asociados a la resistencia a la insulina ........................................................................ 38 Lista de gráficas Gráfica 1. Mecanismos que contribuyen a la resistencia a la insulina . .................................................... 11 Gráfica 2. Trastornos metabólicos agrupados que contribuyen a la resistencia a la insulina. .................. 11 Gráfica 3. Gastrectomía vertical ................................................................................................................ 18 Gráfica 4. Baipás gástrico en Y de Roux. .................................................................................................... 19 Gráfica 5. Criterios selección procedimiento ............................................................................................ 19 Gráfica 6. Cambios resistencia a la insulina en el post operatorio ............................................................ 24 Gráfica 7. Cálculo de tamaño de muestra ................................................................................................. 28 Gráfica 8. Criterios Síndrome Metabólico IDF adaptados Colombia según procedimiento ...................... 35 Gráfica 9. Media HOMA – IR ...................................................................................................................... 36 Efecto de la cirugía bariátrica sobre la resistencia a la insulina en pacientes sin diabetes mellitus a un año de seguimiento Resumen Introducción: La obesidad no es solo un problema estético, es una enfermedad que viene en aumento alcanzando una prevalencia en Colombia del 18% para el 2015 según la encuesta ENSIN, la cual incrementa el riesgo cardiovascular asociado a la resistencia a la insulina (RI) y componente proinflamatorio crónico asociado a la adiposidad. Se desea conocer el impacto de la cirugía bariátrica en la perdida de peso según la resistencia a la insulina medida por HOMA-IR en nuestra población. Metodología: Cohorte mediante análisis de base de datos secundarios-anonimizados, recolectados entre 2016-2021 en una institución de alta complejidad en la ciudad de Bucaramanga, Santander, Colombia que fueron llevados a Gastrectomía vertical (GV) o Bypass gástrico (BGYR) con seguimiento a un año. Resultados: Respecto a la obesidad se logró normalización del IMC en el 42% llevados a GV y 26% a BGYR. En cuanto al síndrome metabólico de 94 pacientes cumplían criterios IDF adaptados a nuestra población previo a la intervención quirúrgica 60% GV y 20% BGYR persistiendo en menos del 2% en cada grupo posterior a un año esta condición. La RI en el grupo de BGYR pasó del 79,7% al 11,3% y en GV pasó del 86,5% al 23%. Conclusiones: La cirugía bariátrica es una herramienta eficaz para disminuir la RI, siendo este efecto mayor en la BGYR. Adicionalmente se demostró remsión del síndrome metabólico en el 98% que tenían esta condición previa al procedimiento. Effect of bariatric surgery on insulin resistance in patients without diabetes mellitus at 1-year follow-up. Abstract Introduction: Obesity is not only an aesthetic problem, it is a disease that is on the rise reaching a prevalence in Colombia of 18% for 2015 according to the ENSIN survey, which increases cardiovascular risk associated with insulin resistance (IR) and chronic proinflammatory component associated with adiposity. We wish to know the impact of bariatric surgery on weight loss according to insulin resistance measured by HOMA-IR in our population. Methodology: Cohort through database analysis of secondary-anonymized data, collected between 2016-2021 in a high complexity institution in the city of Bucaramanga, Santander, Colombia who were taken to Vertical Gastrectomy (GV) or Gastric Bypass (BGYR) with one-year follow-up. Results: Regarding obesity, BMI normalization was achieved in 42% of patients undergoing GV and 26% undergoing BGYR. Regarding metabolic syndrome, out of 94 patients fulfilled IDF criteria adapted to our population prior to surgery, 60% GV and 20% BGYR, persisting in less than 2% in each group after one year. The RI in the BGYR group went from 79.7% to 11.3% and in GV it went from 86.5% to 23%. Conclusions: Bariatric surgery is an effective tool to decrease RI, being this effect greater in BGYR. Additionally, remission of metabolic syndrome was demonstrated in 98% who had this condition prior to the procedure. Justificación En Estados Unidos se evidencia un aumento del sobrepeso y obesidad importante ya que el más del 68% de su población se encuentra en esta categoría. Aproximadamente el 40% de los hombres y el 30% de las mujeres tienen sobrepeso y el 36% de su población tienealgún grado de obesidad (1). En Latinoamérica se ha venido viendo un aumento de su prevalencia de aproximadamente un 40% en la última década (2). Según la Encuesta Nacional de la Situación de Salud en Colombia (ENSIN), para el 2015 la obesidad tenía una prevalencia del 18,7%, con un aumento de 5,3 puntos porcentuales del 2010 al 2015 (3). El exceso de peso fue mayor en mujeres (59,6%) que en hombres (52,8%), de igual manera que la obesidad, en mujeres fue de 22,4% y en los hombres de 14,4%. En la Orinoquia y amazonia es la población con mayor obesidad (21,8%), Bogotá y el oriente colombiano son las poblaciones con menor porcentaje de obesidad con 16,7% y 17,5% respectivamente. Adicionalmente, el estrato socioeconómico medio y bajo tiene las tasas más altas de obesidad con un 20,5% y 19,4% (3). Adicionalmente, se ha tratado de ver el riesgo de la obesidad como un factor independiente de riesgo de mortalidad, en una revisión sistemática y metaanálisis publicado en JAMA, con un total de 97 estudios, un tamaño de muestra de 2,88 millones de personas y más de 270.000 muertes para el análisis se mostró un aumento del riesgo desde sobrepeso con HR 0,94; obesidad en cualquier grado 1,18; obesidad I 0,95; obesidad II y III 1.29 (1). La obesidad y la resistencia a la insulina (RI) se asocia a reconocidos factores de riesgo cardiovascular como diabetes, hipertensión arterial, dislipemia y otros factores relacionados con la disfunción endotelial y puede presentarse en una variedad de formas dependiendo de la etiología subyacente y la gravedad trayendo consecuencias asociadas a la adiposidad como la alteración de la tolerancia a la glucosa, alteración de la glucosa en ayunas, diabetes mellitus tipo 2, aumento de las necesidades de insulina en la diabetes tipo 1, enfermedad de la arteria coronaria, síndrome metabólico, síndrome de ovario poliquístico, enfermedad del hígado graso no alcohólico, ciertas neoplasias malignas relacionadas con la obesidad como el cáncer de endometrio las cuales tienen un impacto en la morbi- mortalidad (4). La obesidad es una enfermedad con múltiples etiologías principalmente causada por el exceso de consumo de calorías y la falta de ejercicio reflejándose con un IMC elevado > 30 Kg/m 2 aumentando el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (5). Adicionalmente, el tener un IMC elevado aumenta notablemente la mortalidad como factor independiente, comportándose como una gráfica en forma de “J” cuando el IMC> 25Kg/m2, por eso se ha convertido en un problema de salud pública y se han buscado múltiples intervenciones para tratarla (6). Actualmente contamos con opciones terapéuticas tanto manejo médico como intervenciones quirúrgicas, cada una con sus indicaciones, beneficios y efectos adversos (7). Pories et al., y Schauer et al., han demostrado que la cirugía bariátrica es muy eficaz para resolver la diabetes hasta en el 83% de su población analizada por cinco años. Esta mejora puede lograrse mediante un aumento de la secreción de insulina (función de las células beta) y/o una disminución de la resistencia a la insulina y/o un aumento de la masa de las células beta (8,9). Dado que los pacientes con obesidad y diabetes tipo 2 tienen aumentada la resistencia a la insulina, es importante su medición, por tal razón actualmente el Gold Standard es el Clamp euglucémico hiperinsulinemico; sin embargo, es una técnica muy compleja e invasiva difícil de realizar rutinariamente en la clínica, por lo anterior el Dr. Matthews creó el índice HOMA IR (Homeostatic Model Assessment for insulin resistance) el cual ha demostrado una adecuada correlación, sensibilidad y especificidad respecto al clamp, además de su fácil realización utilizando los valores de glicemia e insulina (Insulina, uIU/mL)*(Glucosa, mg/dL) / 405) (10,11). La evidencia apunta sobre cambios positivos en el índice de HOMA-IR en pacientes que son sometidos a cirugía bariátrica dependiendo de la técnica y población estudiada, con un aparente beneficio adicional en pérdida de peso los que tenían más resistencia a la insulina. Teniendo en cuenta lo anterior se desea conocer el impacto de la cirugía bariátrica en la pérdida de peso, según la resistencia a la insulina medida por HOMA-IR en nuestra población. Marco Teórico A lo largo de la historia de la humanidad, el estómago ha jugado un papel importante como órgano primario del almacenamiento de los alimentos, especialmente los ricos en lípidos y carbohidratos. Esto data de tiempos de la prehistoria cuando la selección natural recompensaba los genotipos "ahorrativos" en la supervivencia de la humanidad, dado la dificultad de conseguir de manera periódica alimentos. Por lo anterior, aquellos que podían almacenar grasa fácilmente tienen una ventaja evolutiva en el ambiente hostil de los primeros cazadores y recolectores (12). A medida que fue evolucionando la raza humana con el descubrimiento de la agricultura y la revolución industrial a inicios del siglo XX, se presentó un aumento gradual en la cantidad, calidad y variedad de los alimentos disponibles, permitiendo a los humanos aumentar su longevidad y tamaño corporal promedio. Sin embargo, este exceso de aporte calórico y disminución de actividad física generó un desequilibrio a nivel fisiológico produciendo una patología actualmente prevalente denominada obesidad (12). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y comúnmente clasificada según el Índice de Masa Corporal (IMC). En el 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos. Entre 1975 y 2016, la prevalencia mundial de la obesidad se ha casi triplicado (4% - 18%) (13). Según la Encuesta Nacional de la Situación de Salud en Colombia (ENSIN), para el 2015 el 56,5% de la población colombiana tenía sobrepeso y el 18,7% eran obesos, con un aumento de 5,3 puntos porcentuales del 2010 al 2015 (3). El exceso de peso fue mayor en mujeres (59,6%) que en hombres (52,8%), de igual manera que la obesidad, en mujeres fue de 22,4% y en los hombres de 14,4%. En la Orinoquia y amazonia es la población con mayor obesidad (21,8%), Bogotá y el oriente colombiano son las poblaciones con menor porcentaje de obesidad con 16,7% y 17,5% respectivamente. Adicionalmente, el estrato socioeconómico medio y bajo tiene las tasas más altas de obesidad con un 20,5% y 19,4% (3). La obesidad es el factor de riesgo más importante en las patologías cardiometabólicas. Tanto la resistencia a la insulina, los componentes del síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares representan una enorme carga para las personas afectadas, los sistemas de salud y la sociedad en general. La asociación Médica estadounidense (“AMA”, por sus siglas en inglés), declaró la obesidad como una enfermedad por derecho propio, señalando que el desarrollo de complicaciones metabólicas y cardiovasculares no son evitables en personas obesas, por lo anterior radica la importancia de identificar de forma rápida y eficaz pacientes con obesidad y de esta forma, tratar de evitar sus comorbilidades, tales como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial (HTA), resistencia a la insulina, entre otras(14). El tejido adiposo por medio de los adipocitos secreta múltiples hormonas (Adipoquinas o adipocitoquinas) que tienen efectos biológicos sobre el metabolismo, inflamación y homeostasis. La adiponectina es una hormona metabólicamente beneficiosa derivada del tejido adiposo con un patrón positivo en la disminución del riesgo del SM y enfermedades cardiometabólicas (15). Además, aumenta la oxidación de los lípidos del tejido magro y la función mitocondrial mediante la activación de la proteína quinada activada por AMP (AMPK), uno de los principales estimuladoresde la utilización de sustratos y metabolitos. Por otro lado, los adipocitos también son capaces de producir citocinas proinflamatorias, como TNF-Alfa e IL-6, que pueden activar la respuesta inflamatoria tanto a nivel local como sistémico con un impacto metabólico negativo (16). Teniendo en cuenta lo anterior, es importante determinar que favorece la producción de adiponectina o citocinas proinflamatorias. Estudios recientes refieren que el paciente con obesidad tiene una baja producción de adiponectina y alta secreción de TNF-alfa y otras citocinas proinflamatorias en los órganos adiposos (Puede ser secundario al estrés oxidativo), y que, al producirse una restricción calórica y pérdida de grasa, esta alteración y producción de citoquinas disminuye (17). La expansión de la masa adiposa es el sello distintivo de la obesidad, sin embargo, paradójicamente, informes recientes muestran que la capacidad de aumentar la masa adiposa durante el consumo excesivo de energía y el balance energético positivo en realidad conduce a resultados metabólicos más favorables (18). En resumen, el hecho de almacenar los lípidos en los adipocitos previene una disposición ectópica de los mismos, comportándose como un factor protector para la producción de trastornos como resistencia a la insulina y otras comorbilidades metabólicas. En cambio, cuando no se puede producir esta proliferación en el tejido adiposo, puede provocar una hipertrofia de los adipocitos que provoca daño celular, muerte por apoptosis y proptosis, aumentando aún más la respuesta inflamatoria local y sistémica. Aunque la obesidad no se asocia directamente con la resistencia a la insulina, la gran mayoría de las personas resistentes a la insulina son obesas o tienen sobrepeso. La obesidad es por tanto un factor de riesgo claro en la aparición y desarrollo de la resistencia a la insulina, esto derivado de múltiples causas, principalmente del estrés oxidativo resultante de la generación desequilibrada de especies reactivas de oxígeno (ERO), las defensas antioxidantes, y el estado pro inflamatorio clásico en los pacientes obesos (19). El exceso de ingesta calórica, por dietas ricas en grasa y calorías de forma aguda o crónica, tendrán un aumento representativo de los ácidos grasos circulantes y acumulación de estos (diacilglicerol, ceramida y esfingolípidos) en el músculo esquelético e hígado, produciendo estrés oxidativo, inflamación a nivel tisular y sistémico, estrés del retículo endoplásmico y alteración de la señalización de la insulina, que se verá representado como resistencia a la misma (Gráfica 1) (20). Gráfica 1. Mecanismos que contribuyen a la resistencia a la insulina Fuente Barazzoni R, Et al. Insulin resistance in obesity: an overview of fundamental alterations (21). Adicionalmente, en las últimas décadas se ha informado asociaciones entre la obesidad, la resistencia a la insulina y la baja función mitocondrial del músculo esquelético y la capacidad de producción de ATP. El exceso de grasa por medio del mismo mecanismo proinflamatorio y estrés oxidativo puede afectar la dinámica mitocondrial, aumentando la fisión y fragmentación de esta, con la consiguiente disfunción de orgánulos, alterando el metabolismo oxidativo de los ácidos grasos mitocondriales, que se verá reflejado en el aumento de ácidos grasos y citotoxicidad, con un aumento de la respuesta inflamatoria, estrés oxidativo y resistencia a la insulina, creándose un círculo vicioso (Gráfica 2) (20). Gráfica 2. Trastornos metabólicos agrupados que contribuyen a la resistencia a la insulina Fuente Bikman BT, Summers SA. Ceramides as modulators of cellular and whole-body metabolism (20). La resistencia a la insulina tiene una prevalencia e incidencia creciente en humanos, principalmente debido a los incrementos correspondientes en los niveles de obesidad, con un impacto sustancial en la enfermedad humana. Su fisiopatología es compleja y aún tiene vacíos biológicos y moleculares, sin embargo, el excesivo consumo de calorías y grasas, y el almacenamiento de los mismo, que afecta la adiposidad visceral y deposición extracelular de lípidos ectópicos en los tejidos no adiposos, altera señales moleculares, generado un estado proinflamatorio, desensibilización a la insulina del órgano adiposo disfuncional, generando un estrés oxidativo y disfunción mitocondrial, que se podrá ver reflejado en la resistencia en la insulina, con la formación de un círculo vicioso, ya que la resistencia en la insulina, afecta de igual forma al aumento de peso, captación de lípidos y una inadecuada regulación de la glucosa en sangre (22). Teniendo en cuenta lo anterior, sabemos la importancia de la obesidad en la resistencia a la insulina y está en la relación con otras enfermedades que hacen parte del SM, por lo tanto, es importante su medición con el fin de establecer terapéuticas inmediatas. A lo largo del tiempo se han propuesto múltiples técnicas para reconocer la resistencia a la insulina, tales como: clamp euglucémico hiperinsulinémico, el modelo mínimo de Bergman, prueba tolerancia a la insulina y el “Homeostasis model assessment” (HOMA - IR, por sus siglas en inglés) (23). Este último, tiene una buena sensibilidad (83%), especificidad (86%) y un alto valor predictivo positivo (98%), además de su bajo costo y que en Colombia hace parte del plan obligatorio de salud (POS) (24). En la actualidad, el papel de la insulina ha tomado valor en la predicción de mal o buen pronóstico de múltiples enfermedades metabólicas. La insulina ejerce su efecto principal en la regulación de la glucosa sanguínea, a través de la captación y utilización en el músculo esquelético y tejido adiposo. Además, reduce la producción hepática de glucosa, inhibiendo la gluconeogénesis y glucogenólisis hepática. Cuando la insulina ya no puede ejercer esta regulación de forma normal, se denomina resistencia a la insulina (25). Adicionalmente, al identificarse paciente con obesidad y resistencia a la insulina, es importante verificar otras comorbilidades relacionadas y determinar si el paciente también cursa con síndrome metabólico. Por tal motivo, se han propuesto múltiples SCORE´S para la identificación, tales como: Asociación latinoamericana de Diabetes (ALAD), Adult Treatment Panel III (ATP-III, Por sus siglas en inglés), European Group for the Study of insulin Resistance (EGIR, Por sus siglas en inglés), American Heart Association (AHA, Por sus siglas en inglés) y International diabetes federation (IDF, Por sus siglas en inglés). Sin embargo, dada que nuestra población son pacientes sometidos a cirugía bariátrica, decidimos tomar como SCORE de clasificación del SM el IDF), ya que tiene como criterio de importancia la obesidad, en la figura 1 se especifican los criterios de cada SCORE (tabla 1). Tabla 1. Definiciones del Síndrome Metabólico propuestas por IDF, ALAD, ATP-III, OMS y EGIR Parámetro IDF ALAD ATP III-AHA- NHLBI OMS EGIR Obesidad abdominal Perímetro de cintura ≥ 90cm en hombres ≥ 80cm en mujeres Perímetro de cintura ≥ 94 cm en hombres y ≥ 88 cm en mujeres Perímetro de cintura ≥ 102 cm en hombres (para hispanos>94cm ) y ≥ 88 cm en mujeres Índice cintura cadera Hombres >0.90 Mujeres >0.85 Índice cintura cadera Hombres >94cm Mujeres >80cm o IMC 30 kg/m2 Triglicéridos altos > 150 mg/dl (o en tratamiento hipolipemiante específico) > 150 mg/dL (o en tratamiento hipolipemiante específico) > 150 mg/dL (o en tratamiento hipolipemiante específico) > 150 mg/dL ≥180 mg/dl cHDL bajo < 40 mg/dL en < 40mg/dL en < 40mg/dL en < 35 mg/dL en < 40 mg/dL hombres o < 50 mg/dL en mujeres (o en tratamiento con efecto sobre cHDL) hombres o < 50 mg/dL en mujeres (o en tratamiento con efecto sobre cHDL) hombres o < 50 mg/dL en mujeres (o en tratamientocon efecto sobre cHDL) hombres o < 40 mg/dL en mujeres Presión arterial elevada PAS ≥130 mmHg y/o PAD ≥ 85 mmHg o en tratamiento antihipertensiv o PAS ≥130 mmHg y/o PAD ≥ 85 mmHg o en tratamiento antihipertensiv o PAS ≥130 mmHg y/o PAD ≥ 85 mmHg PAS ≥140 mmHg y/o PAD ≥ 90 mmHg PAS ≥130 mmHg y/o PAD ≥ 85 mmHg o en tratamiento antihipertensiv o Alteración en la regulación de la glucosa Glucemia en ayunas ≥100 mg/dl o DM2 diagnosticada previamente Glicemia anormal en ayunas, intolerancia a la glucosa, o diabetes Glicemias ayunas ≥100 mg/dl o en tratamiento para glucemia elevada DM, IG, GAA Glicemias ayunas ≥100 mg/dl Diagnóstico Obesidad abdominal + 2 parámetros restantes Obesidad abdominal + 2 parámetros restantes 3 parámetros Intolerancia a la glucosa, DM2 o resistencia a la insulina + 2 parámetros Resistencia a la insulina o hiperinsulinemi a en ayunas +2 Fuente Dixon J, Zimmet P, Alberti K, Rubino F. Bariatric surgery: an IDF statement for obese Type 2 diabetes. (5) Teniendo en cuenta lo anterior, podemos definir a la obesidad como una enfermedad que compromete la salud pública mundial, es por esto, que se han propuesto múltiples tratamientos para su remisión, de los cuales se considera que todos deben ser complementarios y sumarse para lograr las metas propuestas. Los más importantes son: Terapia Dietética El gasto energético estimado por kilogramo de peso corporal en un adulto es de aproximadamente 22 kcal. La pérdida de peso se puede lograr generando un déficit neto de kilocalorías (Kcal) y hay múltiples maneras para lograr este objetivo. según las directrices actuales del Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y atención (“NICE”, por sus siglas en inglés), se recomienda (26). • Enfoque dietético con una ingesta de energía más baja que el gasto • Un déficit de 600 kcal/día (vía LCD o LFD) para una pérdida de peso sostenible junto con el apoyo de expertos y un seguimiento intensivo • Considerar LCD a 800 - 1600 kcal/día, pero asegurándose de que sea nutricionalmente completo • No se recomiendan dietas de 200 a 800 kcal/día a menos que exista una necesidad clínica de adelgazamiento rápido. Terapia Farmacológica Actualmente las opciones farmacológicas disponibles son limitadas y están autorizadas especialmente en pacientes con un IMC >27 𝑘𝑔/𝑚!. con factores de riesgo asociados o aquellos con un IMC >30 𝑘𝑔/𝑚!. Se debe suspender el fármaco a los tres meses si la pérdida de peso ha sido inferior al 5% (27). ● Orlistat o Es un inhibidor de las lipasas pancreáticas que descomponen la grasa de la dieta en ácidos grasos libres absorbibles, impidiendo la absorción de hasta el 32% de las grasas ingeridas. o Hay varios metaanálisis que muestran su efectividad en la reducción media del peso corporal, además de reducciones en los niveles de colesterol y triglicéridos (28,29). o Sus efectos secundarios más comunes son gastrointestinales, esto en consecuencia a su mecanismo de acción (26). ● Liraglutida o Es un agonista del receptor del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1). o La GLP-1 es una hormona incretina liberada por el tracto gastrointestinal (GI) en respuesta a la ingestión de glucosa y grasa. Actúa tanto en la periferia (ralentizando el tránsito GI y alterando homeostasis de la glucosa) y a nivel central (supresión del apetito). o Se ha demostrado que la terapia con GLP-1 conduce a una reducción de peso promedio 3,2 kg y a una mejora en el control glucémico (reducción de HBA1c de 1%), el nivel del colesterol y la presión arterial (PA) (30). o A nivel internacional se ha demostrado la eficacia en la pérdida de peso, además de tasas menores de ocurrencia de mortalidad por causas cardiovasculares, infarto de miocardio no fatal y accidente cerebrovascular (ACV) no fatal (31,32). ● Naltrexona/Bupropión o La naltrexona es un opioide utilizado para el tratamiento de la dependencia al alcohol y el Bupropión (Antidepresivo) inhibe la captación de dopamina y noradrenalina y está autorizado como ayuda para dejar de fumar. Sin embargo, esta combinación conduce a la supresión del apetito. NICE, no lo recomienda porque aún no se conocen sus efectos a largo plazo. o En un estudio de fase 3, multicéntrico, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo de 1.742 pacientes, el cambio medio en el peso corporal fue de -6,1 % en comparación con -1,3 % en el grupo de placebo. Sin embargo, solo el 56% de los pacientes completaron las 56 semanas de tratamiento, en consecuencia, a múltiples síntomas (Náuseas, cefalea intensa, estreñimiento, entre otros) (33). ● Medicamentos nuevos: o Lorcaserina: ▪ Agonista de la serotonina (5-HT), actúa centralmente para suprimir el apetito. Facilita la pérdida de peso sostenida sin aumento de los factores de riesgo cardiovascular en comparación con el placebo (34). o Fentermina/topiramato: ▪ Esta combinación de Fentermina (un supresor del apetito de acción central) y topiramato (un antiepiléptico) parece inducir la pérdida de peso, posiblemente mediante una mayor utilización de energía (35) Sin embargo, por el momento ninguno de estos dos medicamentos están aprobados para su uso en el tratamiento de la obesidad. Cirugía Bariátrica La cirugía bariátrica y metabólica es el tratamiento de elección cuando todas las demás intervenciones han fracasado. Independientemente del tipo de cirugía bariátrica realizada, sus efectos sobre la pérdida de peso y las comorbilidades asociadas son superiores en comparación con las intervenciones no quirúrgicas (26). Inicialmente la cirugía bariátrica inicio con procedimientos cuyo objetivo era la restricción gástrica y en una disminución del área de absorción de intestino, asumiendo que se trataba de un efecto físico, a menor área, menor capacidad y absorción. Sin embargo, en el transcurrir de los años y con la experiencia adquirida se observó múltiples procesos que se veían alterados al realizar el procedimiento y que apoyaban el proceso de la pérdida de peso. Actualmente, los procedimientos avalados a nivel internacional (Federation for the Surgery of Obesity and metabolic disorders) y nacional (Asociación Colombiana de Obesidad y Cirugía bariátrica), son de tres tipos: Restrictivos, malabsortivos y Mixtos (Tabla 2) (36). Tabla 2. Tipos de procedimientos bariátricos y metabólicos. Grupo de procedimientos Malabsortivos Restrictivo Gastrectomía Vertical (GV) Banda gástrica ajustable Plicatura gástrica Malabsortivos Derivación Biliopancreática (BPD) Switch Duodenal (DS) Derivación duodenal-ileal de una anastomosis (SADI-S) Mixto Bypass gástrico en Y de Roux (BGYR) Bypass gástrico de una anastomosis (minibypass-BAGUA) Tomado y adaptado de la GUÍA ACOCIB (36). En el momento los tipos de cirugía más realizados en Colombia son los restrictivos y mixtos. ● Restrictivos Gastrectomía vertical: es el procedimiento más realizado, trata de realizar un corte a nivel longitudinal del estómago desde la región prepilórica, atravesando el cuerpo gástrico hasta llegar al Ángulo de His, con la extirpación del fondo gástrico (Gráfica 3) (12). Gráfica 3. Gastrectomía vertical Fuente: https://obesimad.com/manga-gastrica-pros-y-contras/ ● Mixtos: Baipás Gástrico: En este procedimiento se realiza una restricción del volumen gástrico y, en el mismo procedimiento, se efectúa alteración en la anatomía para desviar el paso del alimento de áreas como el duodeno y el yeyuno proximal y de esta forma disminuir la absorción de carbohidratos y lípidos (Gráfica 4) (12). Gráfica 4. Baipás gástrico en Y de Roux. Fuente: https://jeronimomr.com/costo-precio-del-bypass-gastrico/ Gráfica 5. Criterios selección procedimiento Fuenteelaboración propia. Centro Bariátrico (Centro Elite FOSUNAB) ³ Son múltiples las hormonas que ejercen funciones importantes en el tracto digestivo y que a su vez se alteran en el momento de realizar el procedimiento bariátrico y metabólico, por tal razón se realizó una tabla detallada donde se encuentran las funciones normales de estas hormonas y cómo se alteran posterior al procedimiento (Tabla 3) (12). Tabla 3. Hormonas peptídicas que actúan sobre el intestino y sus posibles funciones. Hormona Lugar de producción Estímulo para la secreción Acción Alteración Post Cirugía Bariátrica GV BGYR Gastrina Células G en el antro gástrico y el duodeno Distensió n gástrica y comida en el estómago ● Aumenta la producción de ácido clorhídrico, pepsinógeno, factor intrínseco, secreciones pancreáticas y bilis. ● Promueve la saciedad. - Disminuy e su producció n. Ghrelina Predominanteme nte estómago y páncreas Estómago vacío ● Estimular el apetito. ● Aumenta el vaciado gástrico y la motilidad gastrointestinal en preparación para comer. ● Induce la liberación de la hormona del crecimiento. ● Inhibe la producción de insulina estimulada por glucosa. Disminución significativa de la producción, en consecuencia, de la exclusión del fondo, lo que beneficia la pérdida de peso. Colecistoq uinina (CCK) En las células “I” de la mucosa intestinal Ácidos grasos o aminoáci dos en el duodeno. ● Contracción de la vesícula biliar liberando bilis. ● Secreción de enzimas pancreáticas. Se aumenta pospran dial Se aumenta posprandi al ● Secreción de insulina, glucagón y PP. ● Retrasa el vaciamiento gástrico. ● Promueve la saciedad. Secretina Células S en la mucosa intestinal Bajo pH en el lumen ● Aumenta la producción de bicarbonato pancreático. ● Reduce la producción de ácido gástrico e inhibe la liberación de gastrinas. ● Promueva la liberación de insulina. ● Reduce la motilidad gástrica y duodenal. Se estimula su producción Polipéptid o intestinal vasoactiv o (VIP) Nervios entéricos y fibras nerviosas eferentes Estimulaci ón vagal ● Aumenta la secreción de agua y electrolitos fuera de las células y hacia la luz intestinal. ● Relajación del músculo liso en la vasculatura, intestino y sistema genitourinario. ● Reduce la producción de ácido gástrico. ● Promueve la liberación de hormonas desde el páncreas, el intestino y el hipotálamo. - - Polipéptid o pancreáti co Producido por células PP en el páncreas Comida especialm ente alto contenido de proteínas ● Regula la producción de secreciones pancreáticas exocrinas y endocrinas. - - ● Asociado a la saciedad. Péptido inhibidor gástrico (GIP) Células K en la mucosa gastrointestinal (Íleon) Nutriente s en la luz intestinal ● Hormonas incretina, que promuevan la producción y liberación de insulina en el páncreas. ● Promueve la saciedad. ● Promueve un aumento posprandial de glucagón. ● Previene la apoptosis de células beta. ● Promueva la conversión de glucosa en ácidos grasos y su almacenamiento en el tejido adiposo, al aumentar la actividad de la lipoproteína lipasa. Reducen su secreción Péptido similar al glucagón – 1(GLP-1) En las células L de la mucosa gastrointestinal Nutriente s en la luz intestinal ● Hormona incretina que promueve la producción y liberación de la insulina en el páncreas. ● Reduce el vaciamiento gástrico y la motilidad intestinal. ● Aumenta n su secreción estimulan do la producció n de insulina, reducien do la hiperglice mia sin una tendencia excesiva a la hipoglice mia. GLP -1 factor de buen pronóstic o para la reducción de peso. Péptido similar al glucagón – 2(GLP-2) En las células L de la mucosa gastrointestinal Nutriente s en la luz intestinal ● Promueve la hipertrofia intestinal. ● Posible papel en la homeostasis de la glucosa. ● Posible papel en la disminución de la motilidad intestinal para promover la absorción. - - Oxintomo dulina En las células L de la mucosa gastrointestinal (Íleon) Nutriente s en la luz intestinal ● Promueve la saciedad ● Agonista del receptor de glucagón y los receptores GLP – 1 ● Aumenta el gasto de energía. - - Péptido YY (PYY) En las células L de la mucosa gastrointestinal (Colón) Nutriente s en la luz intestinal ● Promueve la saciedad. ● Reduce el vaciamiento gástrico y la motilidad intestinal. - - Tomado y adaptado de Tratado “El estómago” Tomo 1. (n.d.). Retrieved December 4, 2022, from https://www.ascolcirugia.org/component/k2/item/118-estomagotomo1.html (12). Por último, es importante hablar sobre el efecto de la cirugía bariátrica en la resistencia a la insulina, si bien en la actualidad no se conoce el porqué de su mejoría, sabemos que, al reducir drásticamente la ingesta de calorías y lípidos, además de una reducción de peso, el tejido adiposo disminuye su estado pro inflamatorio, no se produce estrés oxidativo, no hay disfunción mitocondrial, lo que se verá reflejado en una resolución de la resistencia a la insulina en la mayoría de los casos, por ende, una disminución en el riesgo de presentar síndrome metabólico. En la experiencia de los autores y utilizando población regional se realizó una cohorte retrospectiva donde se evaluó la prevalencia pre y posterior al procedimiento de la resistencia a la insulina utilizando HOMA – IR, donde se evidenció una reducción de la prevalencia del 55%. Adicionalmente, se hizo un seguimiento de 60 pacientes previamente diagnosticados con obesidad mórbida con niveles de insulina dosificados en preoperatorio y clasificados con índice de resistencia HOMA - IR; este seguimiento duró hasta 36 meses con mejoría de los niveles de resistencia a la insulina (Gráfica 6). En estos estudios no se discriminó por ningún tipo de variable. Gráfica 6. Cambios resistencia a la insulina en el post operatorio Fuente elaboración propia. Pacientes sometidos a cirugía bariátrica en centro Elite (FOSUNAB) Estado del Arte La cirugía bariátrica desde hace más de una década ha demostrado beneficios en el control glucómetro, metabólico y reducción de la cantidad de medicamentos necesarios para lograr metas según las guías ADA tras un año de seguimiento en diabéticos tipo 2 (37). En el año 2009 se empezó a medir los cambios en la resistencia a la insulina medida por HOMA-IR en pacientes con diabetes tipo 2 sometidos a cirugía bariátrica con las técnicas iniciales en el momento de mayor auge como lo fueron las bandas elásticas ajustables laparoscópicas y el Bypass gástrico en Y de Roux el cual demostraron a los 3 meses posteriores a la cirugía cambios disminución en el índice HOMA-IR siendo mayor en los pacientes del Bypass dado que presentan una mayor restricción calórica (38). M. Mahir Ozmen et al., valoraron los cambios en los niveles del índice HOMA-IR después de la cirugía bariátrica compararon Switch duodenal de anastomosis única y Mini bypass gástrico en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 con obesidad mórbida. En ambos grupos, los niveles del índice HOMA-IR disminuyeron significativamente después de la cirugía (p < 0,05) siendo en el grupo de anastomosis duodeno los niveles del índice HOMA-IR disminuyeron significativamente de 6,2 a 1,4 después del mes 12 de la cirugía, en el grupo Mini Bypass gástrico los niveles disminuyeron significativamente de 5,9 a 1,7 después del 12º mes de la cirugía y ambos procedimientos mejoraron notablemente el control glucémico (39). En el 2020 Cristina Casas-Tapia et al., describieron que los pacientes que tenían diabetes mellitus tipo 2 y un HOMA IR más alto se asociaba con una mayor pérdida de exceso de peso en pacientes con obesidad con IMC ≥ 35 Kg/m² mediantela cirugía bariátrica con técnica de manga gástrica al año de seguimiento (40). En el 2021 se publicó un metaanálisis en red bayesiano, donde incluyeron 35 estudios con 2.198 pacientes adultos con obesidad que se sometieron a cirugía bariátrica ó tratamiento médico y calcularon el efecto de estas intervenciones en resistencia a la insulina con el índice HOMA IR en pacientes con diabetes y sin diabetes comparando las diferentes técnicas de cirugía bariátrica identificando al bypass gástrico y manga gástrica como las más eficaces con una adecuada reducción de la resistencia a la insulina comparado con el manejo médico (41). No hay consenso sobre el cambio de la sensibilidad a la insulina en los pacientes no diabéticos en comparación con los pacientes diabéticos. En una revisión Dixon et al. encontraron un menor aumento en la evaluación del modelo homeostático: sensibilidad a la insulina en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en comparación con aquellos con insuficiencia de glucosa en ayunas 1 año después de banda elástica gástrica. Lin et al. No encontraron ninguna diferencia significativa en el HOMA-IR entre los pacientes normo glucémicos e hiperglucémicos que fueron seguidos hasta 6 meses después del Bypass gástrico en Y de Roux (42). Yubing Zhu et al, decidió explorar la remisión de la resistencia a la insulina después de la cirugía bariátrica, realizó un estudio retrospectivo de casos y controles en pacientes con diabetes tipo 2, que se sometieron a manga gástrica y bypass gástrico laparoscópico sin encontrar diferencias significativas en la tasa de remisión completa entre los dos grupos. En cuanto al índice HOMA-IR se redujo a un nivel estable al 3er mes después de la cirugía. El valor de corte de HOMA-IR fue 2,38 (sensibilidad: 0,938, especificidad: 0,75) y 2,33 (sensibilidad: 0,941, especificidad: 0,778) respectivamente para la remisión completa después de la cirugía con manga gástrica o Bypass gástrico. HOMA-IR disminuyó a menos del valor de corte en el tercer mes y estuvo estrechamente relacionado con la remisión completa (43). La homeostasis de la insulina y el control glucometabólico mejoran en todos los pacientes tras cirugía laparoscópica de bypass gástrico en Y de Roux, no solo en diabéticos sino también en prediabéticos y obesos no diabéticos, y esta mejora se mantiene a los 2 años de la cirugía (44). Objetivos Objetivo General Determinar los factores clínicos o bioquímicos asociados al cambio del HOMA – IR e insulina en ayuno en pacientes sometidos a cirugía bariátrica sin historia de diabetes mellitus a un año de seguimiento. Objetivos Específicos ● Caracterizar demográfica y clínica de los participantes del estudio. ● Determinar la relación entre el HOMA – IR y la obesidad basal. ● Determinar el comportamiento del HOMA – IR e insulina basal un año después del procedimiento bariátrico. ● Determinar la prevalencia del Síndrome metabólico (Síndrome de resistencia a la insulina) al inicio y al año de seguimiento. Metodología Tipo de estudio Cohorte mediante análisis de Base de datos secundario-anonimizados. Población Pacientes sometidos a cirugía bariátrica en el año 2016 – 2021, sin antecedentes de diabetes mellitus tipo 2 en una institución de alta complejidad en la ciudad de Bucaramanga, Santander, Colombia. Criterios de Inclusión ● Pacientes mayores de 18 años. Criterios de Exclusión ● Pacientes con una cirugía bariátrica previa (Gastrectomía vertical). Cálculo de tamaño de muestra Se realizó un cálculo de tamaño de muestra para una regresión lineal con valor de pendiente nula de 0 y pendiente alternative en diversos puntos desde 0,25 hasta 0,5. El máximo cálculo de tamaño de muestra fue de 128 pacientes. Para todos los cálculos de tamaño muestra se tuvo en cuenta un valor alfa de 0,05 y poder de 0,8 (Gráfica 7). Dado que es un cálculo de tamaño de muestra teórico, se realizó cálculo del poder del estudio de manera retrospectiva. Gráfica 7. Cálculo de tamaño de muestra Muestreo ● No probabilístico censal. Recolección de la información ● Autorización: El estudio se realizó posterior a la aprobación de proyecto por parte del Comité de Ética en investigación de la institución. ● Fuentes de la información: Base de datos de una atención médica la cual no incluye identificación. ● Operacionalización de las variables: Este estudio incluyó variables de características sociodemográficas, clínicas, diagnósticas, terapéuticas y desenlaces. ● Proceso de obtención de la información: Se accedió a la base de datos de forma anonimizada, no se revisaron historias clínicas, ni excedieron en ningún momento a la identificación del paciente. Variables ● Variables sociodemográficas: Edad, sexo, procedencia, régimen de salud, escolaridad. ● Variables clínicas: Todas las variables clínicas se midieron antes del procedimiento y un año posterior al mismo. o Tensión arterial sistólica, diastólica y media, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, talla, peso, índice de masa corporal, medida cintura, cadera, índice cintura cadera, exceso de peso, porcentaje de grasa, porcentaje de músculo, agua corporal total, glicemia en ayunas, hemoglobina glicosilada, triglicéridos, HDL, colesterol total, LDL, Ácido úrico, TSH, Insulina en ayunas, índice HOMA - IR, Criterios diagnósticos síndrome metabólico IDF. ● Revisar Anexo 1. Plan de análisis de datos Análisis univariado: Variables cuantitativas: Las variables cuantitativas se describieron mediante medidas de tendencia central y dispersión, promedio y desviación estándar para las variables continuas con distribución normal, y mediana con rango Intercuartil (RIC) para las variables con distribución no normal, la normalidad se evaluó mediante Shapiro-Francia. Variables cualitativas: se describieron mediante medidas de frecuencia absoluta y relativa (porcentaje), con su respectivo intervalo de confianza al 95%. Análisis Bivariado: Se evaluó el cambio de la variable de interés mediante el cálculo del delta del índice HOMA – IR (HOMA – IR prequirúrgico - HOMA – IR postquirúrgico). También se calculó el test de ANOVA o T de student (según corresponda) para la comparación del índice HOMA – IR entre los diferentes grupos de la población; el estadístico ji cuadrado se usó para comparación entre las variables cualitativas. Se trabajó con un alfa de 0.05, los datos se analizaron en el programa estadístico Stata 16. Consideraciones éticas Se cumplió lo establecido en la declaración de Helsinki, además se fundamenta con el Artículo 4 de la Ley estatutaria 1581 del 2012 de la República de Colombia. Este estudio se considera sin riesgo (Artículo 10) de la Resolución 008430 del 4 de octubre de 1993. Según el informe de Belmont se considera que esta investigación cumple con todos los principios éticos básicos: ● Beneficencia: El estudio no tiene un efecto directo sobre la beneficencia, ya que es netamente observacional, pero podría llegar a generar un beneficio indirecto para la población de estudio, derivado del conocimiento adquirido. ● No Maleficencia: Al ser un estudio observacional sin riesgo, sin análisis de caso individuales, únicamente se analizarán y reportará información agrupada, no se afecta el principio de no maleficencia. ● Justicia: Se incluirán o excluirán por razones altamente fundamentadas. Resultados Un total de 131 pacientes fueron incluidos en el estudio, de los cuales el 72,5% eran mujeres. Se realizaron dos tipos de procedimientos teniendo en cuenta los criterios establecidos por Asociación Colombiana de Cirugía Bariátrica ACOCIB correspondiendo el 60,3% a BGYR y el 39,6% GV. La media de edad de los pacientes fue de 40,6 ± 12,2 años. Como antecedentes patológicos, el 32,5% tenía hipertensión arterial, seguido de dislipidemia en un 25.9%, contrastando con la trombosis venosaprofunda (TVP) y enfermedad coronaria (EC) en un 1,5% para cada uno. Adicionalmente, el 71,7% de los pacientes presentaba síndrome metabólico y el 82,4% tenía resistencia a la insulina (Tabla 4). Tabla 4. Datos demográficos de los pacientes por tipo de procedimiento. DATOS DEMOGRÁFICOS GV n 52 (%) BGYR n 79 (%) Total n 131 (%) Número de pacientes Sexo Femenino Masculino Edad (años)* Comorbilidades: Hipertensión Arterial Dislipidemia Apnea del Sueño Depresión Enfermedad Coronaria Reflujo gastro esofágico TVP 52 (39,6) 37 (71,1) 15 (28,8) 40,6 ± 12 13 (25) 17 (32,6) 6 (11,5) 2 (3,85) - 1 (1,92) - 79 (60,3) 58 (73,42) 21 (26,5) 40,6 ± 12,2 29 (37,6) 34 (25,9) 18 (22,7) 9 (11,39) 2 (2,60) 6 (7,59) 2 (2,53) 131 (100) 95 (72,5) 36 (27,4) 40,6 ± 12,2 42 (32,5) 34 (25,9) 24 (18,3) 11 (8,4) 2 (1,55) 7 (5,34) 2 (1,53) Síndrome Metabólico Resistencia a la insulina 31 (59,6) 45 (86,5) 63 (79,7) 63 (79,7) 94 (71,7) 108 (82,4) *Media ± DE GV: Gastrectomía vertical, BYGR: Baipás Gástrico en Y de Roux. Caracterización clínica población total Se evaluaron todas las variables clínicas pre-procedimiento y a los 12 meses. Hubo una disminución estadísticamente significativa en todas las variables, excepto en la hemoglobina glicosilada y la creatinina (Tabla 5). Tabla 5. Datos clínicos comparativos Variables Prequirúrgico Control 12 meses p Media ± DE (IC 95%) Media ± DE (IC 95%) Signos vitales Frecuencia Cardiaca, lpm Tensión arterial sistólica, mm Hg Tensión arterial diastólica, mm Hg Tensión arterial media, mm Hg Medidas antropométricas Peso, Kg IMC, Kg/m2 Cintura, cm Cadera, cm Índice cintura/cadera, cm % Grasa % Músculo Exámenes Laboratorio HbA1c Glicemia Basal Glicemia post Triglicéridos Colesterol Total HDL LDL Creatinina 88,1 ± 12,7 (85,9 – 90,3) 128,8 ± 16,0 (126,1 – 131,6) 81,6 ± 10,1 (79,8 – 83,3) 97,3 ± 11,3 (95,4 – 99,3) 106,7 ± 20,2 (103,3 – 110,2) 39,8 ± 5,5 (38,8 – 40,8) 112 ± 16,7 (119,2 – 124,9) 130,2 ± 13,5 (127,6 – 132,8) 0,93 ± 0,12 (0,91 – 0,96) 47 ± 7,5 (45,7 – 48,3) 29,9 ± 7,2 (28,1 – 31,8) 5,47 ± 0,41 (5,4 – 5,5) 93,5 ± 12 (91,4 – 95,6) 101,9 ± 20,7 (95,7 – 108,5) 153,4 ± 75,9 (140,1 – 166,7) 188,1 ± 35,3 (182,0 – 194.3) 44,2 ± 10,7 (42,3 – 46,0) 120,9 ± 29,5 (115,5 – 126,3) 0,76 ± 0,19 (0,72 – 0,79) 76,1 ± 13,6 (85,9 – 90,3) 115,2 ± 14,3 (112,7 – 117,7) 72,4 ± 8,6 (70,8 – 73,9) 85,3 ± 14,3 (82,8 – 87,8) 71,4 ± 13,1 (69,2 – 73,7) 26,7 ± 3,8 (26,0 – 27,3) 90,7 ±11,0 (88,7 – 92,6) 104,4 ± 9,7 (102,5 - 106,3) 0,87 ± 0,85 (0,85 – 0,88) 32,2 ± 16,3 (29,4 – 35,1) 26,0 ± 6,1 (24,5 27,6) 5,1 ± 0,4 (5,12 – 5,26) 83,0 ± 7,0 (81,8 – 84,2) 79,1 ± 15,2 (75,2 – 83,0) 84,0 ± 34,6 (77,9 – 90,2) 159,4 ± 33,3 (153,6 – 165,3) 55,6 ± 11,5 (53,6 – 57,7) 93,6 ± 30,3 (87,9 – 99,3) 0,74 ± 0,15 (0,71 – 0,77) 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0017 0,1785 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,3783 Ácido Úrico TSH Insulinemia 6,1 ± 5,4 (5,1 – 7,1) 3,1 ± 2,8 (2,6 – 3,6) 22,5 ± 17,0 (19,5 – 25,4) 4,5 ± 1,4 (4,3 – 4,8) 2,9 ± 1,7 (2,6 – 3,2) 6,86 ± 3,2 (6,3 – 7,4) 0,0000 0,0000 0,0000 IMC: índice de Masa Corporal: HbA1c: Hemoglobina glicosilada, TSH: Hormona estimulante de tiroides, HDL: Lipoproteína alta densidad, LDL: Lipoproteína baja densidad. Obesidad Del total de los participantes el 12,2% tenía obesidad grado I, el 43,5% obesidad grado II y el 44,2% tenía obesidad grado III. Una mayor proporción de pacientes con obesidad grado III fueron llevados a BGYR frente a GV (62% vs 17.3%) [ver Tabla 6]. A los 12 meses se documentó normalización del IMC en el 42.3% de aquellos llevados a GV y en el 26.5% de BGYR. (ver tabla 6 - 7). Tabla 6. Tipo de obesidad Tipo de obesidad Prequirúrgico Control 12 meses GV n=52 (%) BGYR n=79 (%) Total n=131 (%) GV n=52 (%) BGYR n=79 (%) Total n=131 (%) Normal Sobrepeso Obesidad grado I Obesidad Grado II Obesidad Grado III - - 12 (23) 31 (59,6) 9 (17,3) - - 4 (5) 26 (32,9) 49 (62) - - 16 (12,2) 57 (43,5) 58 (44,2) 22 (42,3) 21 (40,3) 5 (9,6) 4 (7,6) - 21 (26,5) 46 (58,2) 8 (10,1) 4 (5) - 43 (31,8) 67 (51,1) 13(9,9) 8 (6,1) Tabla 7. Medidas obesidad según procedimiento Síndrome metabólico En la medición inicial el 71,7% de los pacientes tenía diagnóstico de síndrome metabólico persistiendo en el 1.5% a los 12 meses de realizado al procedimiento. El 67% de los pacientes con SM eran del grupo de BGYR y el 32,9% al grupo de GV. En ambos grupos solo un paciente persistió con SM posterior a los doce meses del procedimiento, disminuyendo todas las variables hemodinámicas, composición Procedimiento PESO Media ± DE (IC 95%) IMC Media ± DE (IC 95%) ICC Media ± DE (IC 95%) Base Control 12 meses Base Control 12 meses Base Control 12 meses BGYR GV 112,4 ± 20,7 (107,7 – 117) 99 ± 14,8 (94,8 – 103,1) 112,4 ± 20,7 (107,7 – 117) 99 ± 14,8 (94,8 – 103,1) 41,7 ± 5,4 (40,5 – 42,9) 37,2 ± 3,5 (36,2 – 38,2) 27 ± 3,4 (26,2 – 27,8) 27 ± 3,4 (26,2 – 27,8) 0,95 ± 0,13 (0,92 – 0,98) 0,90 ± 0,1 (0,87 – 0,93) 0,87 ± 0,09 (0,85 – 0,89) 0,86 ± 0,08 (0,84 – 0,89) corporal, perfil lipídico, glucémico y de resistencia a la insulina de manera estadísticamente significativa pasando de un HOMA IR inicial de 5,9 a 1,4. (Tabla 8 y 9). Tabla 8. Pacientes con diagnóstico de síndrome metabólico Síndrome Metabólico Prequirúrgico Control 12 meses GV n=52 (%) BGYR n=79 (%) Total n=131 (%) GV n=52 (%) BGYR n=79 (%) Total n=131 (%) SI 31 (59,6) 63 (20) 94 (71,7) 1 (1,9) 1 (1,3) 2 (1,5) NO 21 (40,3) 16 (79,7) 37 (28,2) 51 (98) 78 (98,7) 129 (98,5) Tabla 9. Caracterización clínica de pacientes con síndrome metabólico de base. Variables Prequirúrgico Control 12 meses p Media ± DE (IC 95%) Media ± DE (IC 95%) Signos vitales Tensión arterial sistólica, mm Hg Tensión arterial diastólica, mm Hg Tensión arterial media, mm Hg Medidas antropométricas IMC, Kg/m2 Cintura, cm Cadera, cm Índice cintura/cadera, cm % Grasa % Músculo Exámenes Laboratorio HbA1c Glicemia Basal Triglicéridos Colesterol Total HDL LDL Insulinemia HOMA 131,06 ± 15,40 (127,9 – 134,21) 83,2 ± 10,2 (81,1 – 85,3) 99,1 ± 11,1 (96,8 – 101,4) 40,8 ± 5,18 (39,7 – 41,9) 124,5 ± 17,7 (120,8 – 128,1) 131,6 ± 13,6 (128,8 – 134,4) 0,95 ± 0,13 (0,92 – 0,97) 46,9 ± 7,4 (45,4 – 48,5) 30,6 ± 7,6 (28,5 – 32,8) 5,52 ± 0,43 (5,4 – 5,6) 95,2 ± 12,9 (92,6 – 97,8) 167,9 ± 78,5 (151,6 – 184,3) 191,1 ± 38,1 (183,2 - 199) 42,1 ± 8,7 (40,3 - 44) 122,7 ± 30,5 (116 – 129,5) 24,9 ± 18,3 (21,1 – 28.6) 5,9 ± 4,4 (5 – 6,8) 117,53 ± 15,44 (114,3 – 120,7) 73,1 ± 9,2 (71,2 - 75) 86 ± 16,3 (82,7 – 89,4) 27,2 ± 3,6 (26,5 - 28) 91,8 ± 11,9 (89,3 – 94,2) 104,9 ± 9.9 (102,9 – 106,9) 0,87 ± 0,09 (0,85 – 0,89) 32,2 ± (45,4 – 48,5) 26,7 ± 6,5 (24,9 – 25,8) 5,2 ± 0,39 (5,1 – 5,3) 83,6 ± 7,3 (82,1 – 85,1) 87,4 ± 35,9 (79,9 - 95) 158,1 ± 33,7 (151 – 165,1) 54,7 ± 10,4 (52,5 – 56,9) 93,4 ± 31,3 (86,4 -100,4) 7,1 ± 3 (6,4 – 7,7) 1,4 ± 0,6 (1,3 – 1,6) 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 De los 94 pacientes que cumplían criterios para síndrome metabólico el 100% tenían la variable de perímetro abdominal antes de la intervención quirúrgica, persistiendo un 25% a los 12 meses para cada grupo. En el grupo BYGR el 80% cumplían el criterio deTAG y 82% HDL antes de la cirugía y posterior a 12 meses el 6% y 31% respectivamente. En el grupo de GV el 61% cumplían el criterio de TAG y 83% de HDL antes de la intervención quirúrgica, pasando a los 12 meses el 9% y 32% respectivamente. (Tabla 10 – Gráfica 8). Tabla 10. Criterios Síndrome Metabólico IDF adaptados Colombia según procedimiento Procedimiento BYGR n= 63 (%) GV n= 31 (%) Perímetro Cintura PA Glucosa TAG HDL Perímetro Cintura PA Glucosa TAG HDL Basal 63 (100) 41 (65) 16 (25,3) 51(80,9) 52(82,5) 31 (100) 15 (48,3) 16 (51,6) 19 (61,2) 26 (83,8) Control 12 meses 16 (25,3) 13 (20,6) 2 (3,1) 4 (6,3) 20 (31,7) 8 (25,8) 1 (3,2) 1 (3,2) 3 (9,6) 10 (32,2) Gráfica 8. Criterios Síndrome Metabólico IDF adaptados Colombia según procedimiento 0 10 20 30 40 50 60 70 Perímetro cintura PA Glucosa TAG HDL Perímetro cintura PA Glucosa TAG HDL Bypass Gástrico Gastrectomía vertical Criterios Síndrome Metabólico Base Control 12 meses Resistencia a la insulina El 82,4% de los pacientes tenían resistencia a la insulina, persistiendo en el 16% de los sujetos luego de 12 meses de procedimiento. El 58,3% de los pacientes que tenían resistencia a la insulina eran del grupo de BGYR y el 41,67% al grupo de GV. Adicionalmente, hubo una mayor remisión de la resistencia a la insulina en los pacientes que fueron sometidos a BGYR (del 79,7% al 11,3%) que los que fueron sometidos a GV (del 86,5% al 23%) (Tabla 11). Tabla 11. Resistencia a la insulina Resistencia insulina Prequirúrgico Control 12 meses GV n=52 (%) BGYR n=79 (%) Total n=131 (%) GV n=52 (%) BGYR n=79 (%) Total n=131 (%) Si No HOMA - IR 45 (86,6) 7 (13,4) 5,28 ± 3,80 63 (79,8) 16 (20,2) 5,32 ± 4,35 108 (82,4) 23 (17,6) 5,30 ± 4,13 12 (23,1) 40 (76,9) 1,5 ± 0,84 9 (11,4) 70 (88,6) 1,35 ± 0,61 21 (16,0) 110 (84,0) 1,41 ± 0,71 Se presentan los valores de HOMA -IR pre y posterior a procedimiento discriminando por tipo de cirugía observándose una reducción significativa de la resistencia a la insulina en ambos grupos (Gráfica 9). Gráfica 9. Media HOMA – IR Se analizaron las variables clínicas de los pacientes que presentaban resistencia a la insulina mostrando que la mayoría de las variables tuvieron una disminución estadísticamente significativa de sus valores, especialmente los valores de glicemia basal e insulina (Tabla 12). Tabla 12. Caracterización clínica de pacientes con resistencia a la insulina Variables Prequirúrgico Control 12 meses p Media ± DE (IC 95%) Media ± DE (IC 95%) Signos vitales Tensión arterial sistólica, mm Hg Tensión arterial diastólica, mm Hg Tensión arterial media, mm Hg Medidas antropométricas Peso, Kg IMC Kg/m2 Cintura, cm Cadera, cm Índice cintura/cadera, cm % Grasa % Músculo Exámenes Laboratorio HbA1c Glicemia Basal Glicemia post Triglicéridos Colesterol Total HDL LDL Creatinina Ácido Úrico Insulinemia 129,4 ± 14,9 (126,6 – 132,3) 82,1 ± 10,0 (80,1 – 84,0) 97,8 ± 10,9 (95,8 – 99,9) 107,3 ± 20,5 (103,4 – 111,3) 39,9 ± 5,5 (38,8 – 41,0) 122,5 ± 16,9 (119,2 – 125,7) 130,2 ± 13,5 (127,6 – 132,8) 0,94 ± 0,12 (0,92 – 0,96) 46,9 ± 7,3 (45,4 – 48,3) 30,1 ± 7,3 (28,0 – 32,2) 6,7 ± 11,5 (4,4 – 8,9) 95,3 ± 12,2 (93,0 – 97,6) 104,3 ± 20,5 (97,6 – 111,1) 163,6 ± 76,8 (148,8 – 178,4) 189,5 ± 35,2 (182,7 – 196,3) 42,9 ± 10,0 (41,0 – 44,9) 121,7 ± 30,0 (115,6 – 127,9) 0,77 ± 0,20 (0,73 – 0,81) 6,2 ± 5,8 (5,1 – 7,4) 26,0 ± 16,7 (22,8 – 29,2) 115,23 ± 15,02 (112,9 – 118,7) 72,62 ± 8,81 (70,9 – 74,3) 85,42 ± 1,47 (82,4 – 88,3) 72,3 ± 13,1 (69,8 – 74,8) 26,9 ± 3,8 (26,2 – 27,6) 91,2 ± 88,9 (88,9 – 93,4) 104,4 ± 9,7 (102,5 – 106,3) 0,87 ± 0,09 (0,85 – 0,89) 32,7 ± 17,5 (29,3 – 36,0) 26,1 ± 6,2 (24,3 – 27,9) 5,21 ± 0,41 (5,12 – 5,29) 83,1 ± 7,3 (81,7 – 84,5) 79,5 ± 15,7 (75,0 – 84,0) 86,1 ± 36,0 (79,1 – 93,2) 158,9 ± 33,5 (152,4 – 165,4) 54,5 ± 1,7 (52,2 – 56,8) 93,9 ± 31,1 (87,4 – 100,4) 0,74 ± 0,16 (0,71 – 0,77) 4,64 ± 1,5 (4,3 – 4,9) 7,2 ± 3,1 (6,6 -7,8) 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 Adicionalmente, el análisis de regresión logística muestra que el procedimiento tipo BGYR es factor protector para la resistencia a la insulina al año del procedimiento quirúrgico (OR: 0,15, IC 95% 0,04 – 0,59, p <0,05), mientras que el peso se considera un factor de riesgo para la resistencia a la insulina (OR: 1,04, IC 95% 1,01 – 1,07, p <0,05) (Tabla 13), las demás variables no mostraron alguna asociación estadísticamente significativa. Tabla 13. Factores asociados a la resistencia a la insulina Variable p OR IC 95% Procedimiento Bypass Gástrico 0,006 0,15 0,04 – 0,59 Medida antropométrica Peso 0,008 1,04 1,01 - 1,07 Discusión Este estudio identificó que los adultos con obesidad y sin diabetes mellitus sometidos a bypass gástrico logran en promedio una disminución superior a los tres puntos en el índice HOMA-IR y que dicho procedimiento se comporta como un factor protector contra la resistencia a la insulina un año después de la cirugía. Asimismo, en las dos técnicas quirúrgicas, BGYR y GV, se observaron mejores resultados en todas las variables clínicas en el seguimiento, excepto en la hemoglobina glicosilada y la creatinina. Estos hallazgos fueron consistentes al estratificar y analizar sólo los pacientes con resistencia a la insulina prequirúrgica, aunque en dicha submuestra, el cambio en la hemoglobina glicosilada y en la creatinina se volvió significativo. La evidencia que aporta este análisis es relevante en el contexto de la denominada epidemia de la obesidad, que ha incrementado el número de cirugías bariátricas que se hacen en el mundo, las cuales no sólo tienen como objetivo principal la pérdida de peso, sino que también ejerce efectos positivos adicionales que han sido descritos por varios autores (45). Durante el 2020, Stenberg y cols publicaron el seguimiento a dos años de 831 personas sometidas a bypass gástrico en Y de Roux e incluyeron pacientes con obesidad mórbida y diabetes mellitus manifiesta, prediabetes y niveles normales de glucosa, reportando resultados similares a los hallados en este estudio. Los niveles de insulina y HOMA-IR mejoraron en todos los grupos (no diabéticos, prediabéticos y diabéticos) tras la cirugía. La disminución del HOMA-IR en las personas sin diabetes mellitus a un año y dos años fue significativo, pasó de un puntaje promedio de 4,9 (RIC 3,4 – 7,3) a 1,4 (RIC 1,1 – 2,0) con un valor de p <0,001; y este resultado se mantuvo en el segundo año de seguimiento. En este mismo grupo y con respecto a los logros alcanzados en los niveles de la insulinemia, al inicio de la cohorte reportaron una media de 20,0 (RIC 14,0 – 30,0) que a los 12 meses alcanzó un mejor puntaje promedio con 6,4 (RIC 4,9 – 8,5), siendo una diferencia estadísticamente significativa (44). Otro aspecto clave de los hallazgos de esta investigación es que el BGYR y la GV se relacionaron con una pérdida promedio de peso de 30 kg y sólo 21 de 131 pacientes seguían con un IMC mayor o igual a 30 kg/m2 al final del seguimiento; más aún, se encontró que el peso es un factor asociado para no lograr la normalización de la resistencia a la insulina. Lo anterior es similar a lo establecido por Stenberg et al., quienes identificaron en todos los subgrupos de análisis que el porcentaje de pérdida de peso se correlacionó con la mejoría en los niveles de insulina, de manera que, en las personas sin diabetes, el coeficiente de correlación fue de -0,213 (p < 0,001). Asimismo, hubo una correlación similar para HOMA- IR (no diabéticos r = -0,203,p < 0,001; prediabéticos r = -0,419, p < 0,001; diabéticos r = -0,417, p =0,002), mientras que no se observaron diferencias estadísticamente significativas para los niveles de HbA1c. En consecuencia, concluyeron que los niveles de insulina y el control glicémico mejoran luego de la cirugía, incluso en los obesos no diabéticos (44). Lo anterior es coherente con el reconocimiento de la obesidad como un estado inflamatorio en el cual hay altos niveles de IL-1 (interleukina 1), TNF-α y otros mediadores inflamatorios, lo cuales generan resistencia a la insulina al inhibir la cascada de señalización de la insulina (46). Además, se ha descrito que el tejido adiposo visceral tiene una gran actividad bioquímica significativa y libera una alta cantidad de ácidos grasos que se convierten en triglicéridos a nivel hepático, facilitando la resistencia hepática a la insulina. A su vez, el hígado incrementa su producción de ácidos grasos libres y los libera en la circulación sistémica, ocasionando un efecto directo en la resistencia periférica a la insulina (47). A pesar de mostrar un mayor efecto del BGYR en la resistencia en la insulina, cabe resaltar que la GV también tuvo un efecto positivo en la disminución posterior al procedimiento en la RI (Gráfica 9). En términos generales, del total de personas que recibieron esta intervención y que tenían resistencia a la insulina, el 26,7% continuaban con esta alteración un año después. En la literatura, los resultados son heterogéneos cuando se evalúa el efecto de la GV sobre la resistencia a la insulina, pues la mayoría de los estudios incorporan a personas con y sin diabetes mellitus en su población de estudio y no es frecuente encontrar análisis por subgrupos en estos estudios, lo cual representa un reto en la comparación de resultados. Sin embargo, en términos generales, la mayoría de ellos concuerda en afirmar que las técnicas quirúrgicas con componente malabsortivo, como el BGYR, producen reducciones más notorias del HOMA- IR, de la resistencia a la insulina y mayor pérdida de peso que las obtenida tras técnicas restrictivas, como la gastrectomía vertical (48–51). Una cohorte de pacientes seguidos en Holanda (2010) que únicamente observó personas sin diabetes fue el estudio más pequeño que se encontró en la literatura (n=11), con el seguimiento más corto (2 meses) y todos los pacientes fueron sometidos solo a técnicas restrictivas (GV o banda gástrica). Los autores documentaron una pérdida significativa de peso de aproximadamente 5 kg en promedio durante la visita de control a los dos meses y aunque documentaron que el HOMA-IR disminuyó después de la cirugía a 2,09 ± 1,02, (p < 0,05), los pacientes no mejoraron su sensibilidad a la insulina en este periodo de tiempo (52). Lo anterior fue igual a lo identificado con nuestros datos donde las personas sometidas a GV disminuyeron el puntaje del HOMA-IR, pero no fue significativo para la resistencia a la insulina. Encontramos que además es consistente con lo reportado por un metaanálisis que incluyó exclusivamente ensayos clínicos, de modo que al evaluar la información relacionada solo con la GV, hallaron una disminución en la resistencia a la insulina y fue más marcada las dos primeras semanas; sin embargo, no se logró establecer que fuera una asociación estadísticamente significativa. Adicionalmente, identificaron un cambio en HOMA-IR a las dos semanas, un mes, tres meses y 6 meses de, -34,55%, -57,28%, -45,63% y -73,66%, respectivamente (42). Van Dielen et al., sugieren que el cambio en el HOMA-IR se debe principalmente a la disminución de la insulina plasmática en ayunas después de la cirugía, por lo que proponen que el índice HOMA-IR podría no ser apropiado como marcador de sensibilidad a la insulina después de una cirugía bariátrica restrictiva. La diferencia observada entre los dos parámetros podría deberse a la capacidad de almacenamiento de los macronutrientes a nivel hepático en pacientes con obesidad mórbida resistente a la insulina sin diabetes tipo 2 o con aumento de la insulina plasmática en ayunas. Según algunas hipótesis, esto se asocia con un incremento de la gluconeogénesis durante el período de ayuno en hepatocitos resistentes a la insulina (52). Continuando con lo mencionado previamente con respecto a la heterogeneidad de resultados entre los estudios que incluyeron ambas técnicas quirúrgicas, algunos autores han encontrado que los resultados entre la BGYR y GV son similares, mientras que en otros casos se han publicado diferencias en los desenlaces obtenidos. Por ejemplo, Zhu et al. incluyeron en su estudio a 67 personas con diagnóstico confirmado de diabetes mellitus tipo 2 y después de dos años de la cirugía encontraron que ambos grupos tuvieron un efecto exitoso sobre la pérdida de peso, y fue mayor en la GV dentro de los primeros 6 meses. En el seguimiento posterior, los pacientes de ambos grupos mostraron efectos estables de pérdida de peso que no fueron significativamente diferentes al año y los dos años. Igualmente, los valores de HOMA- IR de los pacientes de ambos grupos disminuyeron hasta los límites normales al tercer mes después de la cirugía. En el seguimiento posterior, los pacientes de ambos grupos mostraron valores normales y estables de HOMA-IR sin diferencias significativas (43). Otra publicación que encontró una efectividad similar entre los dos procedimientos fue la cohorte seguida por Benaiges et al., en un hospital en Barcelona que incorporó una muestra más grande (n=193). Al inicio del seguimiento, tenían diabetes mellitus tipo 2 el 25,2% de los sometidos a BGYR y el 25,6% a GV; y resistencia a la insulina, el 48,7% y el 61,5%, respectivamente. A los tres meses, el HOMA-IR disminuyó drásticamente en ambos grupos, con una tasa de remisión del 91,1% en los pacientes BGYR y del 91,7% en GV (p=0,914). La tasa de remisión de la resistencia a la insulina lograda después de 2 años de seguimiento fue del 92,9 % en el grupo del bypass y del 87,5 % de la gastrectomía vertical (p=0,355) (48). Por el contrario, un metaanálisis publicado en 2018 concluye que el RYGB es más eficaz que GV para mejorar la pérdida de peso y el control del metabolismo lipídico y glucémico a corto y mediano plazo en pacientes con y sin diabetes mellitus tipo 2. En ese sentido, recomienda que a menos que esté contraindicado, el BGYR debe ser la primera opción para tratar pacientes con comorbilidades como la diabetes o dislipidemia (49). Similar a los establecido por Rous (43) y Hayos (49) a partir de ensayos clínicos, los hallazgos del seguimiento de una cohorte en un hospital de Texas, Estado Unidos, reportaron que después de dos años de la cirugía, aquellos sometidos a BGYR tenían un IMC (29,7 kg/m2) menor que el IMC promedio en el grupo de GV (36,3 kg/m2). Además, tres meses después de la cirugía, hubo una disminución acelerada de la resistencia a la insulina; no obstante, esta normalización de la insulina se perdió a los dos años en el grupo de GV, pero no en el de BGYR (51). En India se logró hacer un seguimiento más prolongado y a los seis años reportaron una diferencia significativa en la pérdida de peso con mejor desempeño del BGYR con un porcentaje de pérdida de peso de 61,05% ± 16,25% en comparación con el 50,25%± 18,92% en la GV (p=0,001) (50). La evidencia encontrada en la literatura y los resultados de este estudio son llamativos a la luz de las diferencias establecidas entre los dos tipos de cirugías bariátricas de interés en este caso particular. Para entender el fenómeno no basta con conocer los resultados de las publicaciones, sino que es necesario ahondar en las bases fisiológicas y endocrinas que pudieran estar relacionadas. En primer lugar, Nestor Andres la población que se somete a estos procedimientos tiene características particulares que deben ser tenidas en cuenta; la principal de ellas es la relación entre laobesidad y la insulina. Un mecanismo propuesto es el aumento de la expresión y la actividad de varias proteínas tirosina fosfatasas (PTP) (53). Reportes indican que al menos tres PTP, incluida la PTP1B y la fosfatasa relacionada con el antígeno leucocitario (LAR) incrementan la expresión o actividad en el tejido muscular y adiposo de humanos y roedores con obesidad. Se ha demostrado que PTP1B y LAR desfosforilan el receptor de insulina y el IRS-1 in vitro (54). De hecho, los ratones en los que se eliminó PTP1B han aumentado la sensibilidad a la insulina y la resistencia a la obesidad inducida por la dieta, al menos en parte, debido al aumento del gasto energético. Esto sugiere un papel regulador de PTP1B no solo en la acción de la insulina, sino también en la homeostasis energética. Un punto central que no es completamente entendido es si existe una causalidad entre la sensibilidad a la insulina y la delgadez o gasto de energía o si la regularización se da por vías de señalización independientes (53). Otras vías relacionadas entre el efecto de la obesidad y la insulina han sido documentadas y aunque la resistencia a la insulina tiene una definición ampliamente aceptada como una “disminución en la capacidad de transportar glucosa desde el sistema circulatorio hacia la célula por parte del músculo y de otros tejidos sensibles a la insulina”, la realidad es que la resistencia a la insulina es un desorden metabólico de enorme complejidad cuya fisiopatología no ha podido ser completamente dilucidada todavía y que además está estrechamente relacionado con la alteración del metabolismo de los ácidos grasos. No es infrecuente encontrar altos niveles séricos de ácidos grasos libres y lipogénesis aumentada en un estado de resistencia a la insulina (55). Por otra parte, se ha indicado que los cambios metabólicos que acompañan a la cirugía bariátrica ocurren incluso antes de que haya una pérdida sustancial de peso (55,56) y varias hipótesis proponen que no es la pérdida de peso en sí la responsable de la mejoría a nivel metabólico, sino las hormonas entéricas y su relación con el cerebro. Así pues, a pesar de que todas las técnicas resultan en mejoras de las comorbilidades, está descrito que los procedimientos que tienen componentes de malabsorción (ej: BGYR) muestran un efecto positivo más dramático que los procedimientos restrictivos (Ej: GV). Dentro de los cambios posquirúrgicos que retrasan la digestión e influyen en el control de la glicemia se cuentan una menor absorción de comida, mayor producción de péptido similar al glucagón-1 (GLP-1) y retraso en el vaciamiento gástrico, lo cual resulta en el aplanamiento de la curva de glicemia postprandial. Además, el GLP-1 estimula la secreción de insulina, inhibe la liberación de glucagón, mejora la sensibilidad hepática a la insulina y reduce la sensación de apetito en el cerebro; los niveles de este péptido aumentan más marcadamente después del BGYR, mientras que su incremento posterior a una cirugía restrictiva no es en la misma medida (55). Stenberg, uno de los autores que ha seguido cohortes de este tipo, también publicó una revisión del tema en la cual no solo indicó que el BGYR es el procedimiento más estudiado, sino que describió los mecanismos propuestos involucrados en la mejoría de la resistencia a la insulina. Dentro de ellos destaca 1) la disminución de la ingesta de calorías y 2) la desviación de nutrientes, la cual tiene a su vez dos hipótesis principales. La primera se trata de la teoría del intestino anterior, en la cual los efectos están dados por la exclusión del duodeno y del intestino delgado proximal durante el paso de los nutrientes, lo cual reduce la secreción de hormonas antiincretinas. La segunda es la teoría del intestino posterior, que considera que los efectos están dados por una entrega más rápida de los nutrientes a las células L de las partes distales del intestino delgado, lo cual resulta en un incremento en la secreción de hormonas incretinas, especialmente GLP-1 y GIP (polipéptido inhibidor gástrico). El tercer mecanismo propuesto es la reducción del tejido adiposo, el cual es un órgano endocrino activo que secreta hormonas, tales como leptina, resistina, visfatina, etc.; estas sustancias presentan niveles elevados en la obesidad y en la resistencia a la insulina, pero disminuyen con la pérdida de peso (56). Como se ha expuesto, la resistencia a la insulina y su relación con la obesidad y la cirugía bariátricas es compleja y se han realizado esfuerzos por generar evidencia que aporten a la mejora de los estándares de atención en esa población, así como en la definición de las mejores alternativas terapéuticas que vayan más allá del peso e integren una mejora fisiológica y endocrina de las personas. Dentro de las fortalezas de esta investigación se cuenta que nuestros resultados precisamente aportan a esa generación de conocimiento, especialmente en aquellas personas sin diabetes mellitus, ya que son pocos los autores que se han enfocado en esta población a pesar de que representan una parte importante de las personas que buscan opciones de tratamiento para la obesidad. Asimismo, el tamaño de la muestra supera en muchos casos otras cohortes que han incorporado pacientes con y sin diabetes, lo que les da robustez a los hallazgos estadísticos presentados en este estudio. En cuanto al síndrome metabólico y sus alternativas de tramiento es de importancia la prevención y manejo no farmacológico en las fases tempranas de la historia natural (Cambios estilo de vida, control de peso, manejo del estrés y cambios en el hábito de sueño), valorar comorbilidades asociadas y riesgo cardiovascular de cada paciente para saber cuando intervenir de forma farmacológica con obejetivos y metas claras para reducir el riesgo de complicaciones severas. Sin embargo, los estudios actuales refieren que estos tratamientos combinados solo impactan hasta en un 10% en la prevalencia del síndrome metabólico. (57,58,59) Nuestro estudio evaluó la prevalencia del síndrome metabólico pre y posterior al procedimiento. En total, el 71,7% de los pacientes tenían síndrome metabólico antes de la cirugía. Sin embargo, después de 12 meses de seguimiento, solo el 1,9% de los pacientes en el grupo GV y el 1,3% en el grupo BGYR todavía tenían síndrome metabólico, lo que representa menos del 2% en total. Esto sugiere que la cirugía bariátrica tuvo un efecto significativo en la reducción del síndrome metabólico en estos pacientes. Datos que se relacionan con estudios realizados a nivel internacional. En el 2008, se realizó un estudio retrospectivo en la clínica Mayo, en el que se comparó una población con síndrome metabólico sometida a cirugía bariátrica vs programa de reducción de peso, mostrando una disminución significativa Nestor Andres Nestor Andres de la prevalencia en el grupo de cirugía bariátrica, pasando del 87 al 29% en comparación con una disminución de solo el 10% en los pacientes del programa de reducción de peso. Adicionalmente, la reducción del riesgo relativo para el síndrome metabólico fue del 0,59% (IC del 95%: 0,48 a 0,67; p <0,001) con cirugía bariátrica. (60) Desde nuestro conocimiento, este es el primer estudio realizado en Colombia que ha evaluado el efecto de la cirugía bariátrica en la resistencia a la insulina en personas sin diabetes. En el 2016, Giraldo et al., publicaron un estudio transversal que tenía como objetivo evaluar la efectividad del bypass gástrico sobre factores de riesgo cardiovascular y obesidad. El grupo encontró que fue significativa una pérdida de exceso de peso del 75,8%, la reducción del Hb1Ac de 2,8%; así como de la tensión arterial, glicemia basal y triglicéridos (61). En el país también se realizó un análisis de costo efectividad de la cirugía bariátrica comparada con tratamiento no quirúrgico en personas con obesidad y otras comorbilidades, en el cual
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