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PAIDOLOGÍA - Domingo Barnés Salinas

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Colección dirigida por
Agustín Escolano Benito
SERIE CLÁSICOS DE LA EDUCACIÓN
CONSEJO ASESOR
Secretaria
Gabriela Ossenbach Sauter (UNED)
Miguel Beas Miranda (Universidad de Granada)
Carmen Colmenar Orzaes (Universidad Complutense de Madrid)
Narciso de Gabriel Fernández (Universidad de A Coruña)
Josep González-Agápito (Universidad de Barcelona)
Alejandro Mayordomo Pérez (Universidad de Valencia)
Antonio Viñao Frago (Universidad de Murcia)
María Esther Aguirre Lora (UNAM, México)
Jesús Alberto Echeverri (Universidad de Antioqui, Medellín, Colombia)
Antonio Nóvoa (Universidad de Lisboa)
Gregorio Weinberg (Buenos Aires) t
Entidad colaboradora: Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE)
Domingo Barnés
 
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Edición y estudio introductorio de José María Hernández Díaz
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6
INTRODUCCIÓN, José María Hernández Díaz
1. El movimiento paidológico en España (1900-1918)
2. Domingo Barnés. Apunte biográfico
3. La Paidología de Barnés
4. La Paidología en España (1918-1936)
5. La Paidología después de 1939
BIBLIOGRAFÍA
Obras de Domingo Barnés relacionadas con la Paidología
Revistas científicas donde Domingo Barnés publicó muchos de sus estudios
Traducciones
Obras sobre Domingo Barnés y la Paidología
PAIDOLOGÍA
PRIMERA PARTE RELACIONES HISTÓRICAS Y DOCTRINALES DE LA
PAIDOLOGÍA CON LA PSICOLOGÍA Y CON LA PEDAGOGÍA
SECCIÓN PRIMERA
CAPÍTULO PRIMERO: LA PSICOLOGÍA COMO PRECEDENTE HISTÓRICO Y EN
SU RELACIÓN ACTUAL CON LA PAIDOLOGÍA
I.Influjo de las ideas de desenvolvimiento y evolución en la historia de la Paidología
II. La idea del desenvolvimiento como base de la Psicología moderna
III. La Psicología genética es integrada por la Paidología, la Psicología comparada y la
Psicología social
N.La Psicología moderna afirma cada vez más su carácter genético
7
V.El concepto moderno del desenvolvimiento, la individualidad y la escuela a la medida
VI. Aplicación ejemplar del concepto de desenvolvimiento aplicado a la Psicología del
instinto como base de su Pedagogía
VII. La Paidología proclama su diferenciación dentro de la Psicología
CAPÍTULO II: ALGUNAS POSICIONES DE LA PSICOLOGÍA ACTUAL
I.La nueva Psicología
II. La teoría behaviorista
III. El reflejo condicionado
N.El behaviorismo y la entelequia
V.La «Gestalt psicologie»
VI. La Psicología de la «estructura» y el análisis
VII. El psico-análisis
SECCIÓN SEGUNDA
CAPÍTULO III: LA PEDAGOGÍA COMO PRECEDENTE HISTÓRICO Y EN SU
RELACIÓN CON LA PAIDOLOGÍA Y PRINCIPALMENTE CON LA
PSICOLOGÍA DEL NIÑO
I.La Pedagogía moderna se apoya, lo mismo que la Psicología, en la idea del
desenvolvimiento
II. Influjo de Rousseau en la Paidología
III. Influjo de Pestalozzi en la Paidología
IV. Influjo de Herbart en la Paidología
V.Influjo de Froebel en la Paidología
CAPÍTULO IV: CONFUSIÓN DE LA PEDAGOGÍA EXPERIMENTAL CON EL
ESTUDIO PSICOLÓGICO DEL NIÑO
I.Confusión histórica de la Pedagogía con la Paidología como estudio psicológico del
niño
8
II. La Psicología pedagógica
III. La contribución de la Psicología pedagógica a la educación
N.La Paidología y la Pedagogía experimental
V.La Pedagogía integral y la Paidología
CAPÍTULO V: LA PEDAGOGÍA Y EL MAESTRO
I.Las escuelas experimentales y los laboratorios de Paidología
II. La Paidología y el maestro
III. La Paidología y la Paidotecnia
IV. La Paidología y la Didáctica
V.La disciplina formal
VI. Los principios del programa escolar
VII. El médico y el maestro
VIII. La Paidología y la Biología
CAPÍTULO VI: Los «TEST» PAIDO-PEDAGÓGICOS
I.La confluencia metodológica de la Psicología, la Pedagogía experimental y la
Paidología
II. El «test» no podía aparecer sino en la concepción paidológica de la Pedagogía
moderna
III. Los «test» y la definición de la inteligencia
IV. «Test» de educación y «test» de desenvolvimiento
V.La edad mental
VI. El nivel de la inteligencia y la eficacia social
VII. Métodos psicológicos aplicados a la Pedagogía
VIII. «Test» o «baremo» de conocimientos
9
IX. La vida escolar como un «test»
X.El método de los grupos equivalentes
XI. Fluctuaciones anuales de la actividad
XII. Fluctuaciones diarias de la actividad
XIII. Las lecturas de los niños
SECCIÓN TERCERA
CAPÍTULO VII: LA PAIDOLOGÍA Y LA PEDAGOGÍA SOCIAL
I.La Pedagogía social
II. La Pedagogía social en Norteamérica
III. Influjo de las condiciones sociales
IV. La presión social
V.La autoeducación y el trabajo colectivo
VI. El «cociente social»
VII. La Pedagogía proletaria
VIII. La educación y el orden social
IX. La unidad de la infancia ante la Paidología
X.El niño proletario
XI. Cuestionario-proyecto para la investigación de la psiquis del niño proletario
XII. La correlación entre el grado de inteligencia y la posición económica de la familia
XIII. La pedagogía proletaria posible es, a la vez, una Pedagogía y una Paidología
sociales
SEGUNDA PARTE LA PAIDOLOGÍA COMO CIENCIA INDEPENDIENTE
CAPÍTULO VIII
10
I.Sustantividad de la Paidología
II. Definición de la Paidología
III. El niño
N.Diferencias somáticas entre el niño y el adulto
V.Diferencias psicológicas entre el niño y el adulto
VI. El niño y la niña
CAPÍTULO IX: LA FUNCIÓN BIOLÓGICA DE LA INFANCIA
I.El problema
II. Importancia del problema para la Pedagogía
III. Algunas sugestiones de Ortega y Gasset acerca del problema
N.El medio ambiente del niño
V.La biología de la adaptación y la de la vida propiamente dicha
VI. La reacción del niño rescpecto de su medio ambiente
VII. El deseo como regulador de la voluntad
VIII. El deseo .y los sentimientos infantiles
IX. Los sentimientos como funciones psíquicas internas
X.Consecuencias pedagógicas
XI. Lo biológico y lo ético
XII. La educabilidad de la infancia
XIII. El carácter y la conducta
X1V. Función biológica de la imitación y del juego
CAPÍTULO X: EL PRINCIPIO DE ACTIVIDAD
I.El principio de actividad
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II. La plasticidad
III. Las operaciones nuevas
IV. El aprendizaje ininteligente
V.El aprendizaje inteligente
VI. El aprendizaje inteligente de los animales. Experiencias de Kóhler con los
chimpancés
VII. Objeciones contra el aprendizaje inteligente
VIII. La teoría de los grados, de Bühler
IX. Fundamentación fisiológica de la teoría de los grados
X.La memoria en el aprendizaje
XI. La evolución psíquica y las estructuras
XII. Las categorias de la percepción
XIII. La formación de las estructuras en la infancia
CAPÍTULO XI: DESARROLLO Y APRENDIZAJE
I.La genética, herencia y ambiente
II. Los casos de gemelos idénticos criados separadamente
III. Desarrollo y aprendizaje
IV. La nutrición del niño
V.El desarrollo y el ejercicio
VI. La distinción entre desarrollo y aprendizaje es más teórica que real
VII. Paralelos historicoevolutivos
VIII. Tiempo y ritmo de la evolución
IX. El espíritu como factor en la evolución
12
X.La razón armoniza, correlaciona y conexiona
CAPÍTULO XII: EL PRINCIPIO DE ACTIVIDAD. EL TRABAJO Y LA FATIGA
I.El trabajo y la fatiga en general
II. Clases de fatiga
III. Variación de la fatiga
IV. Nota pedagógica
V.Efectos y manifestaciones de la fatiga
VI. Grados de la fatiga
VII. ¿Puede permitirse que los niños lleguen a la fatiga?
VIII. La fatiga y los nuevos métodos del trabajo industrial
IX. Ley energética del menor esfuerzo. Regulación orgánica
X.Medición de la fatiga
XI. La pereza
XII. El sueño
XIII. La higiene del sueño
XIV. La fatiga y el horario escolar
 
13
JOSÉ MARÍA HERNÁNDEZ DÍAZ
Busto de Domingo Barnés, cuando era Subsecretario de Instrucción Pública. La
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escultura es costeada y dedicada por el Ayuntamiento de Béjar en 1933, en
agradecimiento a las gestiones realizadas por Barnés para que se instalase en Béjar el
primer Instituto de Segunda Enseñanza en la historia de la ciudad. Es obra del escultor
Francisco González Macías, en diorita negra, y en la actualidad se encuentra en el Museo
Municipal de Escultura de Béjar. En la base tiene tallada la inscripción: «El
Ayuntamiento de Béjar al ínclito republicano Don Domingo Barnés, con admiración ygratitud».
Foto realizada por Juan Antonio Frías Corsino. Cedida gentilmente para esta
publicación.
El término científico «Paidología» es hoy prácticamente desconocido en nuestros
ambientes pedagógicos y psicológicos, investigadores y docentes, pero también en los de
otras partes del mun do'. El uso de esta expresión y del término en concreto apenas se
utiliza en España desde finales de la década de 1960, a medida que desaparece la
enseñanza de la Paidología de los planes de estudio de formación de maestros en las
Escuelas Normales.
Desde hace una generación larga ni en España ni en Europa se observa ambiente
alguno receptivo a los estudios paidológicos, con esa denominación. Desde luego que en
Estados Unidos la Paidología, salvo en los inicios de esta ciencia pedagógica, nunca tuvo
acogida docente e investigadora, como tal, como denominación y como concepto, al
considerarse como un modelo europeísta de entender lo que allí siempre fue Psicología
de la Educación en un sentido laxo. Sólo países de Iberoamérica, como México, Brasil,
Argentina, Chile, Perú, Colombia o Uruguay han mantenido la llama paidológica durante
casi todo el siglo xx. Todavía en 2008 pueden encontrarse en librerías de viejo, como la
conocida con el nombre de «Doncel» en el casco histórico de la Ciudad de México, cerca
de la famosa editorial Porrúa, o en otras de Buenos Aires y Lima, ediciones de obras con
títulos decididamente paidológicos, o reediciones de obras y manuales de Paidología. El
caso de la Paidología de Peinado Altable puede resultar esclarecedor en este punto, pero
podríamos hacerlo extensible a otros autores, incluido el propio Barnés y su clásica
Paidología.
Y ello es posible merced a la evidente influencia de los modelos paidológicos
españoles anteriores al exilio cultural y pedagógico derivado de la Guerra Civil, y más
en particular de nuestro ahora comentado Domingo Barnés y de la corriente impulsada
por la Institución Libre de Enseñanza. Los hombres y mujeres de la ILE desde un
principio fueron proclives a apoyar iniciativas de corte paidológico, como se desprende
de la lectura de la colección de su influyente Boletín de la Institución Libre de
Enseñanza (BILE) durante algo más de sesenta años.
En opinión de algunos estudiosos del tema el presente paidológico dentro del
contexto de las Ciencias de la Educación, nulo como expresión lingüística concreta y
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casi en sentido científico estricto, parece haber sido el resultado final de la pérdida de
sustantividad de la Paidología como ciencia. Parece que aquella ciencia totalizadora de
la infancia, como se planteaba a finales del siglo xix, había resultado ser una aspiración
baldía e infecunda que había recorrido un corto viaje a lo largo del siglo xx, resultando
luego devorada, integrada o diluida por otras ciencias pedagógicas y psicológicas afines.
En consecuencia, los manuales de Pedagogía y Psicología de la Educación, y
diccionarios y obras de referencia básica, utilizados en España para la formación de
maestros y pedagogos desde los años setenta del siglo xx, los que se publican a partir de
esas fechas, dejan de incorporar la denominación de «Paidología» para referirse al
estudio del niño en alguna de sus vertientes, en particular la biológica y psíquica.
Poco a poco en la literatura científica pedagógica y psicológica ha sido sustituido o
integrado el contenido que en otras épocas dio configuración a la Paidología por otros
conceptos y denominaciones. Los elementos paidológicos de referencia han quedado
incorporados a ciencias o ámbitos del conocimiento y la docencia como los que
actualmente llevan el nombre de Psicología de la Educación, Psicología Pedagógica,
Pedagogía Experimental, Psicometría, Psicología Infantil, Biología de la Educación,
Psicología Genética, Biología Pedagógica, Psicología Escolar, Psicopedagogía, y otros
próximos. La denominación actual más acorde, por la semejanza de contenidos, parece
la de Psicología Infantil, si se contempla su conexión con la Psicología Genética, o la de
Psicología de la Educación, si se acepta su estrecha relación con la tradición de la
Psicología funcionalista de raíz norteamericana. Ambas versiones han estado presentes
en el corto trayecto de la Paidología a lo largo del siglo xx, en España y en el mundo
científico y educativo donde se desarrolló.
No obstante, en una etapa muy bien señalada de nuestra historia pedagógica en el
siglo xx, la Paidología ha ocupado un espacio de importancia y reconocimiento en la
formación de profesionales de la educación (maestros y pedagogos) y en la investigación
educativa. Conviene recuperar, explicar y valorar tales aportaciones, a pesar de la
escasez de trabajos monográficos de tono y perfil paidológico dentro del más amplio de
las Ciencias de la Educación. Así sucede en España2 y también en otras comunidades
científicas internacionales con las excepciones que corresponda señalar y aplaudir3.
De ahí la importancia de rescatar a autores paidológicos y obras emblemáticas de
esta corriente científica dentro del ámbito general de las Ciencias de la Educación, como
es el caso de Domingo Barnés y una de las obras más influyentes en España e
Iberoamérica hasta muy adelantado el siglo xx, como es precisamente su Paidología, que
en este breve estudio introductorio pasamos a comentar. Es un manual de formación de
especialistas en la educación de alto impacto y proyección, y seguramente es la principal
contribución original de Barnés, dentro de una extensa y envidiable obra política,
académica y científica como la que logra desempeñar en su trayectoria vital, como
trataremos de recomponer.
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1. EL MOVIMIENTO PAIDOLÓGICO EN ESPAÑA (1900-1918)
En otro momento hemos escrito sobre el movimiento paidológico en España hasta la
emergencia definitiva de la Paidología como disciplina en 1918, formando parte del plan
de estudios de formación de maestros en la Escuela de Estudios Superiores del
Magisterio en Madrid'. Se decía allí que la Paidología había logrado configurarse como
disciplina, y ser aceptada en la entonces incipiente academia del ámbito educativo,
porque había seguido un proceso rápido de producción intelectual propia, con identidad
y reconocido prestigio, tanto en España como en el panorama internacional.
Los primeros cultivadores de la Paidología en España se habían conectado desde
muy temprano al emergente movimiento paidológico mundial. Ello les permite
introducir en España obras y autores que abordan con rigor científico los problemas de la
infancia, y con el tiempo ofrecerán reflexiones y monografías paidológicas de elevada
competencia.
En efecto, desde la elaboración y difusión por el estadounidense Oscar Chrisman en
1896 del término Paidologías, desde los primeros años del siglo xx, se produce en el
mundo una auténtica fiebre y escalada paidológica. En su opinión, los nuevos estudios y
conceptos sobre la infancia sugieren la conveniencia y necesidad de una ciencia
holistica, totalizadora y al tiempo específica y con identidad para el estudio científico de
todo aquello que se relaciona con la infancia. Ensayos paidológicos, artículos publicados
en revistas especializadas, docencia universitaria de la disciplina, cátedras creadas con
perfil paidológico, laboratorios experimentales de Paidología, seminarios de reflexión,
congresos científicos donde se debaten las cuestiones de la infancia, reflexiones de altura
sobre el estudio de la infancia, todo ello va haciendo posible la rápida madurez que logra
el movimiento paidológico en el mundo antes de la Gran Guerra, sobre todo en las dos
primeras décadas del siglo xx.
También sabemos que las rencillas y enfrentamientos existentes entre los grandes
promotores y protagonistas de primera hora en el lanzamiento de la Paidología en
Europa, y en el movimiento mundial (Alfred Binet, Edouard Claparéde y Ovide
Decroly), el avance de la Pedagogía Experimental y la Psicología del Niño y de la
Educación6, la creciente influencia del modelo científico y educativo norteamericano,
las dificultades de comunicación queprovoca la etapa bélica en Europa en la segunda
década del siglo xx, y se guramente otros factores añadidos a los mencionados, provocan
un desilusionante y progresivo desmembramiento de la todavía bisoña Paidología, y su
movimiento de apoyo y referencia, avanzados los años veinte, tal como defiende Marc
Depaepe en sus trabajos ya citados.
Esto no significa, de ninguna manera, que deje de aumentar en todo el mundo el
interés por el estudio científico de la infancia, como ponen de manifiesto la vitalidad de
las asociaciones paidológicas nacionales e internacionales que se van creando, los
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congresos científicos realizados, las numerosas revistas y libros especializados en
cuestiones relacionadas con la Pedagogía científica, la Psicología de la infancia y el
avance de los métodos experimentales en el tratamiento de estos problemas7.
La configuración académica y científica de la Paidología en España, en gran parte
conseguida en las dos primeras décadas del siglo xx, es el resultado afortunado de la
confluencia de varios factores que van a intervenir de forma diferente, pero real.
Por una parte, hay que volver a recordar el ya mencionado éxito del movimiento
paidológico en el mundo occidental desarrollado de varias áreas culturales de Europa,
Norteamérica y algunos países de América del Sur como Argentina, Uruguay y Chile,
sobre todo en los primeros quince años de la centuria, y más adelante en otros. España
no podía ser ajena a estas influencias externas, porque un sector de intelectuales y
pedagogos, casi siempre próximos a la Institución Libre de Enseñanza, buscaba en el
exterior lo que se entendía como necesario para reformar la sociedad española a través
de la educación y la ciencia, en cualquiera de sus expresiones.
El movimiento paidológico mundial vive un rápido ascenso hasta la llegada de la
Gran Guerra en 1914. En esa etapa constituyente la participación de estudiosos
españoles viene a ser muy secun daria y tangencial. Pero a partir de 1910 varios
profesores españoles asumen iniciativas internacionales en el ámbito de la Paidología.
Así, proponen al comité mundial, y éste lo acepta, que se celebre en Madrid el II
Congreso Mundial de Paidología en 1915. Con el añadido que en el I Congreso Mundial
de Paidología celebrado en Bruselas en 1912 habían estado presentes nada menos que 27
representantes españoles. Aquel ansiado encuentro científico mundial de Madrid no
pudo celebrarse como consecuencia de la convulsión bélica de toda Europa.
Por razones económicas, políticas o de falta de comunicación derivadas de los años
de la Primera Guerra Mundial, por motivos surgidos de las difíciles relaciones
personales existentes entre algunos de los más destacados representantes de la incipiente
ciencia paidológica (Binet, Claparéde, Decroly), o tal vez por la indefinición conceptual
de la pretendida nueva ciencia, lo cierto es que en torno al inicio de la tercera década del
siglo xx en Europa la Paidología comienza a declinar. Sus propuestas científicas y
paidológicas llegan a diluirse en otras ciencias sociales y pedagógicas, y en ramas
concretas de la Psicología y la Pedagogía. Pero, como contraste, mientras se inicia ese
declinar en países europeos próximos, en España se produce un despegue espectacular
de la Paidología, como saber, como disciplina, y como campo de investigación centrado
en los problemas del niño.
Para comprender este avance paidológico tan sorprendente en España (extensible a
varias repúblicas del Sur de América) es preciso también considerar las nuevas e
importantes modificaciones, estancamientos y retrasos que se producen en el sistema
escolar español desde principios del siglo xx.
18
Los efectos directos en la conciencia colectiva de los españoles que suscita todo el
movimiento espontáneo de los regeneracionistas, desde las posiciones más heterogéneas
de cada uno de ellos, posiblemente se concreta en una expresión que ha merecido
comentarios de lo más variado, pero que para nosotros es reflejo de profundo calado
paidológico. Lo que Joaquín Costa espetaba y ponía sobre la mesa de los políticos como
reflexión y solución cuasi mágica para resolver los problemas de España, «escuela y
despensa», o lo que en palabras parecidas escribe de otra forma Miguel de Unamuno
como propuesta, «los españoles necesitan carne y ciencia como solución a sus
problemas», alimentación y cultura, comienza a traducirse en medidas de cambio y
mejora de las condiciones de la infancia española, y de la humilde escuela primaria8.
Nacen las primeras leyes de protección a la infancia, que regulan obligaciones y
derechos de los niños en la vida pública y en el medio familiar. Se inician profundas
reformas en la organización de la enseñanza, creando por primera vez el Ministerio de
Instrucción Pública y Bellas Artes, mejorando la estabilidad salarial del hasta entonces
proscrito colectivo de los maestros, nace en serio la escuela graduada como nueva
organización de la cultura escolar, se instaura, ordena y amplia el currículo de la escuela
primaria, y de ahí se derivan y multiplican otras reformas de valor fundamental para el
avance del sistema escolar primario en España, y de los estudios paidológicos en
particular. Sin duda, hay que situarse en el contexto de una etapa que algunos, tal vez de
manera un tanto pretenciosa y ensayística, han denominado Edad de Plata de la cultura
española, aunque la expresión ha hecho fortuna hace ya años.
Debemos considerar igualmente otros cambios de orden cuantitativo y cualitativo del
sistema educativo de la España de principios del siglo xx que ejercen evidentes
influencias sobre el entonces naciente movimiento paidológico. En el primer tercio del
siglo xx de forma progresiva se produce una fuerte expansión de la escuela primaria, en
términos de magnitudes, y también se inician profundos procesos de renovación
pedagógica.
Se expande y mejora la escuela primaria en el número de sus unidades, en el número
de años de escolaridad obligatoria, en un mejor acceso de las niñas a la escolarización,
aunque todavía en 1931 la Segunda República se ve obligada a crear varios miles de
escuelas (se estiman en 25.000 las necesarias para cumplir las cifras que establece la
ley), porque todavía no se había garantizado el puesto escolar para cada niño español de
6 a 14 años.
Crece cualitativamente la escuela primaria cuando comienza a implantarse la escuela
graduada, se establece y amplia el currículo, se inician las construcciones escolares más
acomodadas, se crean organismos específicos para la construcción de escuelas primarias
(Antonio Flórez será el arquitecto exponente de este movi miento), cambian de forma
progresiva los conceptos de la cultura escolar, mejoran y se modernizan los materiales
escolares, manuales escolares y libros de texto9.
19
Desde una lectura paidológica de esta etapa, asistimos a novedades muy destacadas,
que emergen de un concepto nuevo y diferenciado de la infancia y del escolar. La
construcción del niño como escolar, como sujeto central de la institución que construye
la cultura escolar en la España del primer tercio del siglo xx se erige en un elemento de
distinción y significación. Es la etapa en que se consolida la categoría infancia de
manera autónoma, pero es igualmente el momento en que emerge con identidad propia la
categoría alumno, y no solamente la de niñolo
Es imprescindible considerar la publicística pedagógica de las primeras décadas del
siglo xx, y los primeros estudios científico experimentales, para poder comprender el
ambiente de impacto, acogida y proyección que logra alcanzar el naciente movimiento
paidológico en los ambientes educativos y científicos españoles del primer tercio del
siglo xx.
Pero para comprender con honestidad intelectual la emergencia de la Paidología en
España durante las dos primeras décadas del siglo xx, es imprescindible considerar las
aportaciones institucionales del Museo Pedagógico Nacional (funciona desde 1882), de
la Junta de Ampliación de Estudios (nace en 1907) y de la Escuela de Estudios
Superioresdel Magisterio (comienza a funcionar en 1909). Desde la imponente y
novedosa aportación tales instancias educativas públicas, y el compromiso y buen hacer
de personalida des como Francisco Giner de los Ríos, Manuel Bartolomé Cossío,
Domingo Barnés, Rufino Blanco y muchos más, puede entenderse el despertar
paidológico español"
Las aportaciones españolas al terreno de reflexión de la nueva ciencia de la
Paidología son dispersas hasta que comienzan a elaborarse algunos estudios más
sistemáticos, y obras con carácter de manual de estudio para los profesionales de la
educación, como ocurre con la Paidología de Domingo Barnés. Por ello conviene repasar
algunas de estas primeras contribuciones y obras que han resultado emblemáticas e
influyentes
En relación con el primer ensayo sistemático de Paidología publicado en España en
1914 por el oficial de Intendencia don José Sarmiento Lasuén, podemos recordar de
forma resumida su aportación 12. No es un manual propiamente dicho, entre otras
razones porque todavía en esas fechas la Paidología no ha alcanzado en España el rango
de disciplina académica incorporada a los planes de estudio de formación de maestros, y
porque el autor no es un especialista en el tema. El mismo se reconoce un apasionado
amateur que trata de fomentar una Paidología nacional española, pero nada más. Escribe
con la sana intención de contribuir a la buena imagen de España en el convocado II
Congreso Mundial de Paidología que se iba a celebrar en Madrid en 1915 (interrumpido
por la Guerra Mundial). Este autor es una especie de guerrillero y apóstol de la
Paidología, en una fase incipiente de la misma en España, sin apenas trascendencia
posterior, porque no es mencionado en los trabajos científicos más representativos. En
20
realidad, con plausible intención, traduce y adopta como suyas diferentes ideas de la
Psicología infantil de otros autores europeos de la época.
Dice Martín Domínguez Berrueta, catedrático de la Universidad de Granada, en el
prólogo a la obra de Sarmiento Lasuén, que se trata del «primer ensayo formal de
Paidología didáctica en España». Si se refiere este profesor a obra sistemática publicada
probablemente tenga razón, pero no es en absoluto la primera publicación aparecida en
España sobre Paidología, y tampoco es el primer ensayo paidológico producido. Eso sí,
sabe traducir y ordenar muchas de las ideas paidológicas que circulan por Europa, sobre
todo por París
Antes de 1914 en España se han divulgado varios artículos paidológicos en el
Boletín de la Institución Libre de Enseñanza13, en La educación hispanoamericana que
dirige el jesuita Ruiz Amado, en la Escuela Moderna de Pedro Alcántara García14, en La
Infancia Anormal que dirige en Madrid Francisco Pereira, y en otras publicaciones.
Rufino Blanco publica en 1911 un breve ensayo histórico-paidológico, que se reedita
en varias ocasiones hasta 1921, en el que trata de poner de manifiesto la contribución de
la tradición educativa española en el campo de la Paidología, en particular al rescatar la
figura de Pedro Mosellanols
En torno a esas mismas fechas el Museo Pedagógico Nacional con sede en Madrid,
bajo la dirección de Manuel Bartolomé Cossío, prepara y edita en 1913 la primera obra
ordenada de referencia para la Paidología española, en este caso de carácter
bibliográfico, y de ciertas dimensiones. Lleva el título tan descriptivo como expli cito de
Bibliografía y material de enseñanza. Paidología. Psicología. Pedagogía. Educación
intelectual. Didáctica16. Por el puesto que ocupa Domingo Barnés en este organismo
público, por su proximidad a Cossío, por la trayectoria paidológica e investigadora que
ya había mostrado hasta ese momento, y por las importantes traducciones de autores
europeos que vierte al castellano, esa bibliografia tiene una estrecha procedencia
intelectual de nuestro autor. Esto se confirma, además, con la aparición de la gran obra
suya de pocos años después, Fuentes para el estudio de la Paidología'7, exactamente en
1917.
Por otra parte, para entender esa pretendida posición pionera de la obra paidológica
de Sarmiento Lasuén, conviene recordar que ya en 1910 el propio Barnés, además de
otros trabajos paidológicos, ha traducido del francés la obra y el autor posiblemente más
influyente y determinante de todo el movimiento paidológico europeo y mundial, como
es Eduardo Claparéde18, que luego comentaremos.
Estas contribuciones bibliográficas especializadas en el campo de la Paidología van a
resultar decisivas para el impulso del estudio y las investigaciones paidológicas en
España e Iberoamérica en los años 20 y 30, incluso bien avanzado el siglo xx, en este
21
caso para varias repúblicas americanas donde no resulta tan presente y penetrante la
influencia norteamericana.
El compendio de Paidología de Sarmiento Lasuén trata de seguir en sus
concepciones paidológicas las pautas marcadas por el norteamericano Oscar Chrisman,
cuando concibe la Paidología como la ciencia que ha de saber combinar el soporte
psíquico con el conocimiento del niño en su aspecto ético y físico. Tomando ideas de
Claviére, esta sería la estructura nuclear de la Paidología. La Paidología debería ser
concebida como una biología psíquica social del niño, apoyada constantemente en la
fisiología y sin perder de vista al individuo.
Esta obra paidológica de Sarmiento Lasuén dedica un breve repaso histórico a la
Paidología, dejando constancia de la información y dominio que posee el autor del
movimiento paidológico en Europa en los primeros años del siglo xx. En cuanto a
España, reconoce el autor la labor pionera y decisiva que desempeña en este tema el
Museo Pedagógico Nacional, con Manuel Bartolomé Cossío al frente, mediante los
laboratorios paidológicos que allí se instalan, la biblioteca, las publicaciones, los
intercambios internacionales, las orientaciones a quienes solicitan consultas, los
seminarios celebrados, los ciclos de conferencias, y el fecundo ambiente científico que
se genera en este organismo público con sede en Madrid.
Sarmiento también dedica comentarios laudatorios a la contribución paidológica del
doctor Simarro, a la impresionante tarea de difusión y sensibilización del Boletín de la
Institución Libre de Enseñanza, a los libros y ensayos del jesuita Ruiz Amado, a los
escritos y prácticas pedagógicas de Francisco Pereira, a la labor institucional de la
Academia médico-militar y de la Escuela Normal de Barcelona, y sobre todo a la
Escuela de Estudios Superiores del Magisterio creada en 1909 con carácter central para
formar a lo más cuajado de la educación española del momento, y en particular a
profesores de las Escuelas Normales, inspectores de educación e incipientes
investigadores de la Pedagogía en cualquiera de sus dimensiones. También menciona la
obra médico-escolar del doctor Massip. Pero sobre todo ensalza la importancia y valía de
la obra difusora y constructiva que realiza Domingo Barnés, y sobre todo la influencia de
una de sus traducciones estelares, La Psicología del niño y Pedagogía experimental
escrita por Eduardo Claparéde.
Reconoce Sarmiento Lasuén que el objeto de su obra es contribuir al edificio de la
Paidología, y en concreto a la construcción de una Paidología española, a partir de lo que
ha observado y reflexionado en España y Europa sobre el ámbito paidológico. Organiza
su libro en varias partes. Se dedica en primer lugar a la sistematización de la Psicología
infantil, con cierta extensión, porque considera que la influencia de lo psíquico es
decisiva en toda actuación paidológica. Por ello aborda el desarrollo mental del niño, la
inteligencia, la fatiga, la atención, la teoría del interés, y otras cuestiones de la Psicología
infantil. Después de aquélla se detiene en estudiar la parte fisica en sus dos aspectos,
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fisiológico e higiénico (la alimen tación, la educación fisica, la inspección médico
escolar, la profilaxis infantil, el crecimiento infantil, las colonias y cantinas escolares, y
otros capítulos), y a continuación a la ética y moral (temas y capítulos comola labor
ética en el hogar, aptitudes y vocación, la risa en Paidología, iniciativas ciudadanas,
enfermedades de la voluntad, y algunos más). La parte cuarta de la obra va dedicada a
recordar y valorar algunas dolencias infantiles y enfermedades orgánicas y psicopatías,
para finalizar con un apartado dedicado a los niños abandonados y delincuentes, y un
apéndice sobre las instituciones de psiquiatría infantil en Francia y España (sobre todo la
escuela-sanatorio de Madrid para la educación de los niños y niñas mentalmente
deficientes, dirigido y fundado por Francisco Pereira), con un breve apunte de reseña
bibliográfica de monografías y revistas de carácter paidológico. También incorpora una
colección muy interesante de grabados relativos a la inspección médico-escolar, aparatos
de medición infantil aplicables en las escuelas y en los laboratorios de Paidología,
muchos de ellos ya en uso en centros experimentales de países extranjeros19
Del conjunto de esta monografía hemos de destacar algunas de sus conclusiones y
propuestas. Se trata, ante todo, de una obra de divulgación e información de temas
paidológicos (él mismo se reconoce aficionado en el tema en la página 277 del libro),
más que de una construcción rigurosa y original. Pero no podemos olvidar que estamos
ante la primera sistematización de la Paidología en España, con lo que siempre significa
abrir brecha en un tema. Sarmiento reconoce que su aportación pretende contribuir a la
construcción de una Paidología nacional que está por hacer, y quiere ayudar a que la
representación paidológica española en el II Congreso Mundial de Paidología que iba a
celebrarse en Madrid en 1915 fuese lo más destacada posible. Es decidida y meritoria su
propuesta de crear en cada una de las Escuelas Normales de Maestros y Maestras de toda
España unos sencillos laboratorios de Paidología, anexos a la clase respectiva, que
igualmente debía formarse. Propone reformar los planes de estudio para los futuros
maestros, y en ellos han de incorporarse los estudios paidológicos como disciplina objeto
de estudio, clave en la formación de maestros. Además, el procedimiento ha de
comenzar por la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio sita en Madrid para que
sirva de pauta a todas las demás de España, y en ella se formen los mejores maestros con
suficiente consistencia paidológica.
Estas sugerentes ideas de Sarmiento Lasuén deben estimarse como el primer intento
público de situar la Paidología como disciplina de alto rango entre las que han de ser
objeto de estudio por los aspirantes a la profesión de maestro. Creemos que la aportación
de esta obra a la Paidología debe ser situada entre las pioneras en cuanto al proceso de
conformación teórica e institucional de la Paidología en España, y por ello merecedora
de ser reconocida en perspectiva histórica. Por otra parte, según comenta el prologuista
Martín Berrueta, el autor trata de despertar modorras pedagógicas, quiere ir
introduciendo modelos de análisis experimentalistas en la formación de maestros,
ambiente en el que se tiende a lanzar anatemas contra cualquier intento de reforma con
23
aires o dirección experimental.
Finalmente, es digno de ser mencionado el aparato gráfico que el autor incorpora al
final de esta obra, con informaciones y materiales que para entonces eran muy
novedosos en España. Así, los clichés de aparatos de la casa Pirar Coeurdevache de París
(Estesiómetro Bidet, espirómetro, compás afiestesiométrico, aparato Bidet para la
sugestibilidad, dinamómetro de una aguja, algesímetro de Chéron, algómetro de Donal,
registrador de Bull, tambor de Chaveau, cardiógrafo Piéron, miógrafo Mergier, diapasón
eléctrico, cronógrafo de Jacques, audiómetro, aparato para la sensibilidad térmica,
olfatómetro, fotómetro, pesa-vapor, metrónomo, pneumógrafo, acusiestesiómetro, disco
cromógeno, explorador de músculos, intensidad y visión mental, aparto de
dinamogenia), instalaciones de la inspección médico escolar de Madrid (laboratorio de
Paidología, examen de la boca y laringe, uso del algesímetro y olfactómetro, apreciación
de la agudeza gustativa, medida del oído al diapasón, manipulación del mimógrafo y
estigmógrafo, formación de la ficha sanitaria, talla registradora, toracógrafo), diez
modelos arquitectónicos de los pabellones-escuelas Doecker, imágenes de las Escuelas
del Ave María en Granada, y dibujos del autor (juego del marro, sugestibilidad de
Guido, crecimiento en talla de Claparéde, vibroscopio «Sarmiento», termoscopio
«Sarmiento», gráfica del crecimiento ponderal de Claparéde, esquema de la herencia).
Nos hemos detenido un poco más en el comentario a esta obra de Sarmiento para
tener la oportunidad de observar comparativamente qué representa de avance y
diferencia la que nos interesa, la Paidología del propio Barnés. Pero antes hemos de
considerar otra contribución fundamental a la génesis de la Psicología en España.
Si escuchamos las propuestas que formula Domingo Barnés en el estudio preliminar
que dedica a la traducción de la ya referida obra de Claparéde, que aparece en la edición
octava de la misma, en 1927, este autor suizo, propulsor de la Pedagogía Experimental,
de la educación funcional, y uno de los más firmes baluartes iniciales del movimiento
paidológico en Europa, debe ocupar una plaza destacada y reconocida entre las que
contribuyen a fundamentar la Paidología en España. Dice nuestro autor en la nota
introductoria que es de agradecer la labor de Claparéde, y que pueda haber sido
traducido, porque en español escasean los textos que abordan estas cuestiones
paidológicas.
De la importancia que tuvo Claparéde en la gestación y difusión de la Paidología en
España, en esta primera etapa, Barnés no tiene duda alguna al asignarle un protagonismo
explícito, incluso reconociendo que es un discípulo devoto del médico y pedagogo suizo.
Así escribe:
Cuando acabado de lanzar por Oscar Chrisman el grito de independencia a
favor de la Paidología como ciencia de objeto, fines y métodos propios, se
comprometía su éxito postulando conclusiones precipitadas y resultados
24
inmaduros, y preocupándose más, con la inquietud febril de toda ciencia joven, de
la cantidad que de la calidad de sus investigaciones, al aparecer, por último, la
obra de Claparéde, como una obra de síntesis depurada de lo ya hecho y, al mismo
tiempo, de orientación clara y precisa de lo que quedaba por hacer, como un fruto
de incipiente madurez y, a la par, como una semilla de proliferación abundante y
segura, era natural que este estudio preliminar procurase reflejar las características
del momento, en el cual presumíamos que la obra de Claparéde representaba un
resumen y el comienzo de una nueva etapa. Pero ya hoy la Paidología ha ganado
su batalla, aun cuando no haya recogido todos los frutos de su victoria. Y a esta
victoria va unido el nombre de Claparéde2o
Estas afirmaciones se basan en varias circunstancias que relacionan a Claparéde con
la Paidología española: presencia del suizo en España en varias ocasiones, como
conferenciante en Madrid y Barcelona; receptor y formador en el Instituto Rousseau de
Ginebra de un grupo cualificado de jóvenes estudiosos españoles, sobre todo profesores
normalistas, que llegan allá de manera constante a partir de 1912 para conocer
directamente de Claparéde nuevos temas de Pedagogía Experimental, Psicología de la
Educación y bases paidológicas; y tal vez la mayor influencia es la que ejerce a través de
sus obras (varias traducidas por Barnés) sobre el pensamiento paidológico de los más
brillantes profesores españoles de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio y de
algunas Escuelas Normales de provincias. Es cierto que algunas obras de Claparéde
también lograron una buena difusión entre el gran público, de maestros en especial,
debido a la edición barata y tirada amplia que se hace de algunas de ellas21.
Reconoce Domingo Barnés que cuando Claparéde comienza a ser conocido en
España (1910) «la Paidología estaba entre nosotros en pleno período de gestación, y el
influjo de Claparédeen ella era episódico y esporádico, pero también en España las
circunstancias han cambiado, por fortuna»22. Subraya Barnés en 1927 que Claparéde ha
ejercido una activa presencia en el desarrollo del movimiento paidológico español desde
su inicio a comienzos del siglo xx, y él mismo se reconoce deudor de muchos de los
planteamientos del ginebrino.
En resumen, son varias las razones que hacen posible la configuración teórica y el
reconocimiento académico de la Paidología en España en 1918. Recordemos la solidez e
importancia del movimiento paidológico internacional, las demandas y al clima
favorable a las innovaciones educativas en la escuela española del primer tercio del siglo
xx, la especial contribución de algunas instituciones y organismos públicos de fomento
de la ciencia, la Pedagogía y la Paidología como hemos mencionado, la elaboración de
las primeras contribuciones de paidólogos españoles, y la aportación intelectual de
diferentes personalidades imbuidas del espíritu de reforma, justicia y ciencia de la
educación. Por no citar más que uno nos quedamos con Cossío, maestro predilecto de
Barnés, a quien además siempre le va a unir una afectuosa amistad.
25
2. DOMINGO BARNÉS. APUNTE BIOGRÁFICO
Aunque en su trayectoria personal sea muy dificil distinguir y separar la parte
política y vital, de la docente y propiamente científica, que es la que aquí más nos
interesa, nos parece imprescindible explicar algunas cosas por separado23.
El sevillano Domingo Barnés Salinas (1879-1941), nace en el seno de una familia
liberal, culta, filomasónica, y muy cercana al krausismo y a Francisco Giner de los Ríos.
Estudia Filosofia y Letras y Derecho en la Universidad de Sevilla, de forma brillante.
Pronto se traslada con su familia24 a Madrid donde, desarrolla toda su vida profesional
(salvo las etapas de estancias cortas en el extranjero por motivos de estudio), y
finalmente muere en México, después del exilio en París, donde de forma muy penosa y
amarga, junto a su hija Mariana que le acompañaba, había sufrido los efectos de la
Guerra Civil, y la presión inminente del nazismo.
Su etapa de formación hay que concretarla en el entorno de la Institución Libre de
Enseñanza en Madrid, siempre muy cerca de Francisco Giner de los Ríos, y en particular
de Manuel Bartolomé Cossío. La admiración, respeto y amistad que comparte Barnés
con ellos es intensa e innegable, durante la vida de ambos, pues pertenece al grupo de los
selectos. Va a mantenerse durante toda su vida en el círculo de los institucionistas,
participando en actividades propias, en la Residencia de Estudiantes, excursiones y
paseos dominicales al Guadarrama, Extensión Universitaria, y en cuantas iniciativas se
organizasen con ese peculiar sabor de la Institución Libre de Enseñanza, o en otras como
el Ateneo de Madrid y ambientes similares, y más adelante en las Misiones Pedagógicas
desde 1931, ya de otra forma.
En 1908, becado por la junta para Ampliación de Estudios, marcha a Inglaterra a
estudiar durante unos meses las escuelas nuevas inglesas. Desde entonces se acentúa su
presencia en varias revistas y publicaciones pedagógicas y de pensamiento, desde el
Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, a la Escuela Moderna, El Sol, Boletín
Escolar, la Nueva Educación, y más tarde en otras como Revista de Pedagogía, Revista
de Escuelas Normales y otras más. Es un infatigable creador y publicista pedagógico,
que no duda en colaborar con destacados pensadores del momento, como José Ortega y
Gasset, Adolfo Posada o Luis de Zulueta. Su relación y amistad con Ortega fue
especialmente intensa durante toda su vida
Profesionalmente mantuvo una fuerte vinculación con el Museo Pedagógico
Nacional, del que llega a ser secretario por oposición en 1902, durante nada menos que
27 años, y director del mismo en 1929, a la jubilación de Cossío. Es la etapa más
fecunda del Museo Pedagógico, y en ella se percibe una estrecha colaboración entre
Cossío y Barnés.
Como docente sigue dentro del espíritu institucionista, no sólo colaborando con la
26
casa madre, sino vinculándose a la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, de la
que es nombrado Profesor Auxiliar en 1911, de la cátedra que ocupaba Ortega,
Psicología, Lógica y Ética. Ya en 1918 es nombrado catedrático, precisamente de
Paidología, en este establecimiento tan prestigioso y fundamental para la educación
española del primer tercio del siglo xx.
Será en 1932 cuando sea nombrado profesor de la cátedra de Paidología en la
naciente Sección de Pedagogía de la Facultad de Letras de la Universidad de Madrid, al
ser suprimida la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, y quedar como profesor
en excedencia. Esa actividad la combina con otras actividades políticas, hasta que la
Guerra Civil le obliga a salir apresuradamente al exilio, en Francia, y luego a México,
donde muere de profunda pena en 1941.
Otras actividades profesionales las desempeña como miembro de la secretaría de la
junta para Ampliación de Estudios, o como profesor de Pedagogía Correccional hasta
1918 en la Escuela de Criminología de Madrid.
En su condición de Director del Museo Pedagógico, y como reconocido experto en
educación, mantuvo numerosas e intensas relaciones con diversos organismos
internacionales, como sucede con el Instituto Rousseau de Ginebra. Su fácil manejo de
lenguas vivas le hace con frecuencia presente en traducciones, informes educativos,
participación en congresos internacionales.
También mantiene presencia y actividad en diferentes cargos oficiales y
asociaciones: Consejero de Instrucción Pública durante la monarquía y la Dictadura de
Primo de Rivera, vocal de la junta de Extinción del Analfabetismo, vocal del Patronato
de Anormales, secretario de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias
(sección de Filosofía).
Ha sido frecuente conocer y recordar a Domingo Barnés más como político que
como profesor, investigador, psicólogo, pedagogo, y máximo exponente de la Paidología
en España, sin duda debido a la importancia de las responsabilidades públicas que
desempeñó, en especial durante la Segunda República. Con brevedad nos detenemos en
esta parcela de su contribución pedagógica, dentro más de la política educativa.
Es nombrado en abril de 1931 Subdirector de Instrucción Pública en el Gabinete de
Marcelino Domingo, y después con el ministro Fernando de los Ríos, donde desempeña
una intensa actividad hasta junio de 1933. Unos meses más tarde, en septiembre de 1933,
y durante 95 días, ocupa el cargo de Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. En
1934 aparece como embajador de España en México, durante nueve meses, hasta
octubre, cuando dimite por estar en desacuerdo con la política conservadora del bienio
negro. Ya con el Gobierno del Frente Popular en febrero de 1936, du rante tres meses
ejerce otra vez como Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública, con Marcelino
27
Domingo. Pero en mayo de 1936 es nombrado de nuevo embajador, esta vez en Cuba, y
es allí donde le sorprende el inicio de la Guerra Civil, en julio de 1936. Luego regresa a
París, donde le espera su familia, ya en pleno exilio. Allí se encuentra con su hermano
Francisco, el profesor Giral y sus respectivas familias. Pasa la guerra en París, pero el
temor al nazismo le lleva, aun estando muy enfermo, a trasladarse a México, donde
muere abatido y apenado a los diez días de llegar en barco.
3. LA PAIDOLOGÍA DE BARNÉS
Barnés es un prolífico escritor y ensayista, que ejerce de tal desde que en 1904
defiende su tesis doctoral. De tal manera que el cómputo de su actividad publicística
hasta 1935, fecha de su último título publicado, se estima en un total de 131 entradas.
Así lo expresa R.Cardá, cuando contabiliza su producción en 10 libros, 67 artículos de
revista, 46 traducciones, y 5 prólogos. Pero lo cierto es que no se distribuye esta
producción de manera lineal ni homogénea, sino que depende de factores diversos, entre
los que destaca la intensa actividad política que ejerce Barnés durante el período
republicano,lo cual le hace disminuir de forma evidente su producción científica.
Hasta 1918, fecha en que se edita por primera vez su Paidología, Domingo Barnés ha
escrito un total de 27 trabajos (3 libros, 11 artículos, y 13 traducciones del francés,
alemán, italiano e inglés principalmente, de autores como Claparéde, Compayré,
Davidson, Münstenberg, Greenwood, Rouma, Harris y Kilpatrick). Tengamos también
presente que varios de sus artículos de revista computados como tales en realidad son
comentarios críticos y de difusión de obras pedagógicas extranjeras, y algunos de estos
artículos guardan una relación indirecta con el campo paidológico, que es el que nos
ocupa.
De esta primera etapa de la Paidología en España, hasta 1918, y siempre en lectura
paidológica, hemos de destacar la presentación, en 1904, de su tesis doctoral «La
Paidología», dirigida por Cossío en la Universidad de Madrid, con una extensión de 110
páginas. Es muy reseñable el estudio preliminar y la traducción (1911) que realiza de la
obra de E.Claparéde, que ya hemos co mentado, Psicología del niño y Pedagogía
experimental. Es preciso mencionar dos artículos paidológicos que escribe en el Boletín
de la Institución Libre de Enseñanza en 1917 sobre Rousseau como precursor de la
Paidología, y un avance de su importante libro sobre fuenteszs.
Pero volvamos al punto de partida, su primera «Paidología» de 1904, su tesis
doctoral26. Es un trabajo de iniciación, en el que el autor todavía se reconoce inmaduro,
pero que será fundamental para ir mejorando y actualizando su organización y contenido
en posteriores ediciones a partir de 1918. Las ideas base de evolución y continuidad
entre lo normal y lo anormal vienen a erigirse en el núcleo y trasfondo intelectual de su
investigación, que se verá más adelante recogido en las posteriores actualizaciones de la
Paidología. La principal aportación de esta primera redacción es poner orden en el estado
28
actual de la nueva ciencia, que en España carece de cultivadores expresos en los inicios
del siglo xx. El autor reúne datos y autores paidológicos y comienza a ordenar. Ese es su
gran valor. Preyer, Hall, Binet, Herbart y Rousseau se encuentran entre los autores más
citados en aquella primera obra paidológica.
El contenido de esta primera Paidología lo estructura Barnés en los siguientes
epígrafes: concepto, antecedentes históricos, período de organización de esta ciencia,
esquema de clasificación de sus problemas importantes y métodos para su estudio.
Desde luego que es en esta etapa de su vida en la que nuestro autor reflexiona y
sistematiza sus conceptos paidológicos con originalidad y orden, y a ello ha contribuido
su puesto de secretario en el Museo Pedagógico Nacional, porque ese desempeño le ha
permitido mantener contacto más fácil con organismos e instituciones extranjeras, con
escritores e investigadores europeos y norteamericanos que cultivan el estudio científico
del niño, la Paidología. De otra manera resultaría totalmente inexplicable la
impresionante obra que prepara y titula Fuentes para el estudio de la Paidología, que
aparece publicada en 1917.
Esta obra es un documento imprescindible para comprender el proceso de
sistematización conceptual de la Paidología en España, y para conocer su desarrollo
documentado en todo el mundo. El texto publicado alcanza una extensión de nada menos
que 570 páginas, más otras 62 de introducción.
La parte documental, denominada expresamente «fuentes», recopila una información
ingente y correctamente referida para cada país citado, y la organiza en tres grandes
capítulos (Fuentes bibliográficas - enciclopedias, anuarios, bibliografías, revistas,
archivos, monografias, libros-; Instituciones - sociedades, cátedras, laboratorios y
seminarios-; Congresos). De esta manera obtenemos una extraordinaria información
paidológica sobre Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia y Suiza.
La parte introductoria, muy extensa, es dividida por el autor en tres capítulos. En el
primero se detiene en examinar los precedentes históricos de la Paidología,
contemplando los conceptos genéticos de la infancia, las relaciones de la Pedagogía y la
Psicología con el principio de desenvolvimiento, y resumiendo el influjo ejercido sobre
la Paidología por autores destacados de la historia de la educación (Rousseau, Pestalozzi,
Herbart, Froebel). En el segundo explica la sustantividad que alcanza la Paidología
respecto a la Psicología, así como las relaciones que ha de sostener con la Pedagogía. En
el tercer capítulo ordenay resuelve conceptualmente la importancia del estudio del niño
por el maestro, el peso que ha de tener la Paidología en la escuela y la propia definición
de Paidología. Ahí expresa con rotundidad que «la idea central de la Paidología es el
desenvolvimiento infantil y el campo de investigación los fenómenos de este proceso de
desenvolvimiento, tanto físico como psíquico, y los influjos - internos, externos, sociales
y escolares - que recibe. Y a su alrededor agrupamos las leyes que rigen estos
29
fenómenos»27. El punto final de esta introducción lo dedica el autor a exponer con
detalle el programa del estudio paidológico de un niño: características físicas, el alumno,
su vida fuera de la escuela, características mentales. Y es que el estudio científico del
niño es el corazón de la Paidología, según nuestro autor.
El manual de Paidología que ahora reeditamos es el que aparece muy actualizado y
renovado en 193228. Pero posee antecedentes muy visibles en ediciones de 1918 y 1924,
que conviene mencionar de forma resumida.
Esta primera edición de la Paidología en 1918 nace para atender la necesidad docente
que se le plantea a Domingo Barnés al ser nombrado catedrático de la disciplina de
Paidología, creada por Real Orden de 28 de septiembre de 1918. Por tanto, es concebida
como el primer manual de Paidología con los siguientes capítulos: La Psicología como
precedente histórico y su relación actual con la Paidología; la Pedagogía como
precedente histórico y en su relación con la Paidología y la Psicología; las escuelas
experimentales y los laboratorios de Paidología; problemas psicopedagógicos de la
didáctica; la Paidología y la Pedagogía Social; sustantividad de la Paidología; función
biológica de la infancia.
Esta primera edición de la Paidología de 191829 avanza sobre los conceptos
elaborados en la tesis doctoral de 1904, y sobre todo en otra obra anterior, las Fuentes
(1917), y elabora la definición de Paidología que ya mantendrá en el resto, en la de 1924
y la versión final de 1932. Así define la Paidología, como «la clasificación sistemática de
las leyes que rigen los fenómenos de la infancia. Y aún mejor pudiera decirse que la idea
central es el desenvolvimiento infantil, y el campo de investigación los fenómenos de
este proceso de desenvolvimiento, tanto físico como psíquico, y los influjos - internos,
externos, sociales y escolares - que recibe». Como se aprecia es la misma exactamente
que hemos tomado de las Fuentes (1917), como por otra parte parece lógico.
Pocos años más tarde, en 1924, Barnés edita por segunda vez el manual, ahora con el
título Paidología. Parte general30. El contenido del mismo es exactamente igual al
primero de 1918, salvo la adición de 28 páginas, que contienen dos capítulos relativos al
desenvolvimiento del lenguaje en el niño, como función biológica, y otro sobre el dibujo
infantil. Estos dos añadidos serán retirados de la edición final de 1932, que sin embargo
incorpora otros diferentes.
Al contrastar la edición de la Paidología de 1932 con las anteriores observamos que
el autor mantiene la estructura que viene manejando, así como la definición de
Paidología, pero añade el capítulo II, «Algunas posiciones de la Psicología actual» (págs.
2641), reorganiza capítulos suprimiendo la denominación «Problemas psicopedagógicos
de la didáctica», incorporando uno nuevo sobre «Los test paido-pedagógicos», y añade
otros aspectos relativos a la fatiga escolar, la sanidad y el médico en la escuela. Concreta
aspectosespecíficos sobre la Pedagogía de los proletarios al hablar de ello en el capítulo
30
tradicional relativo a la Pedagogía Social que siempre va manteniendo en sus manuales
de Paidología. Se detiene por primera vez en el estudio de elementos diferenciales del
niño y la niña. Añade un extenso capítulo sobre el principio de actividad, y son nuevos
también el XI y el XII sobre desarrollo y aprendizaje, y elementos concretos como el
horario escolar y la fatiga.
Hay que pensar que este manual de 1932 va dirigido a un usuario presumiblemente
más formado, dentro ya de la universidad, por lo que esta demanda, junto a los avances
científicos producidos en las ciencias psicológicas y pedagógicas de todo el mundo,
invitan al autor hacia las nuevas reflexiones que no duda en incorporar. Algunos de esos
textos añadidos ya se habían publicado en artículos del Boletín de la Institución Libre de
Enseñanza.
En esta última versión de la Paidología Barnés confirma su coherencia científica y la
continuidad de posiciones sostenida desde tiempo atrás, pero también demuestra que es
capaz de incorporar novedades de los avances procedentes de los estudios paidológicos
ya desarrollados en España y en el mundo. Defiende la sustantividad de la Paidología
como ciencia, la idea central de la función biológica de la infancia, y el peso que han
desempeñado en este proceso científico autores como Rousseau, Pestalozzi, Herbart y
Froebel, quienes junto a Claparéde, Dewey y Kofka son los autores más citados en el
manual de Paidología de 1932.
4. LA PAIDOLOGÍA EN ESPAÑA (1918-1936)
Domingo Barnés es muy generoso cuando, en honor a su maestro Eduardo
Claparéde, escribe:
Una cuarta etapa (de la Paidología en España) pudiera marcarse con la venida
a España del Dr. Claparéde. Primero a Barcelona (1920) para una serie de
conferencias en el curso de vacaciones organizado por el Consejo de Pedagogía de
la Mancomunidad, del que era entonces secretario el Sr. Galí. Al ano siguiente
asiste también en Barcelona el sr. Claparéde a la segunda conferencia
internacional de Psicotecnia. Por último, la «Asociación Española» consigue
traerle a Madrid, y en el Museo Pedagógico Nacional, en mayo de 1923, hizo un
curso breve sobre las siguientes cuestiones: «El nacimiento de la inteligencia»,
«La Psicología individual», «Las aptitudes» y «La educación por la libertad».
Además, en la Junta de Pensiones para ingenieros y obreros dio una conferencia
sobre el tema «Orientación profesional». No es ésta ocasión para expansiones
sentimentales acerca de los lazos de afecto que logró consolidar o reanudar la
presencia entre nosotros del amigo y maestro. Sólo una indicación queremos hacer
en este respecto, y que quisiéramos fuese una sugestión eficaz: las puertas del
Instituto ginebrino están siempre abiertas para todos los estudiantes y maestros del
mundo; pero sabemos que allí los brazos se tienden aún más cordiales y
31
acogedores para los alumnos de nuestra patria31
Pero lo cierto es que esta denominada cuarta etapa, que concluye con la interrupción
de la Guerra Civil, sin duda alguna representa el momento más fecundo de la Paidología
en España, aunque también el inicio de su dilución progresiva, precisamente por el
despertar y el avance de nuevos temas de investigación en los ámbitos paidológicos,
aunque vayan encaminándose conceptualmente más hacia otras denominaciones
científicas emergentes
Por una parte, le etapa se inicia con el logro de un nuevo estatus académico para la
disciplina Paidología al lograr formar parte del plan de estudios de la Escuela de
Estudios Superiores del Magisterio de Madrid. La cátedra de Paidología de este
establecimiento tan prestigioso se crea en 28 de septiembre de 1918, y Barnés es el
encargado de impartirla, como no podía ser de otra forma. Él era el más preparado
específicamente para ello, y el que mayor impulso docente e investigador va prestarle.
Podemos recordar que a partir de ahí la Paidología formará parte de la formación de
los futuros responsables de la formación de maestros en las Escuelas Normales o
inspectores de enseñanza primaria, pero también en los primeros estudios universitarios
de la Licenciatura en Pedagogía que se crean en Madrid en 1932, y en diferentes planes
de estudio de magisterio hasta el final de este tracto temporal, que se cierra en 1936 o en
1939, según la geografía española. Se trataba con ello que los futuros inspectores
escolares y los maestros comprendieran la importancia del estudio de los problemas y
fenómenos de la infancia y del niño en particular, para el pertinente ejercicio de su
actividad docente y formativa. Barnés se convierte así en el principal referente de la
docencia de la Paidología, y su manual en el hito que miran con frecuencia otros autores
de manuales, muy pocos, por cierto.
Es interesante ver que en los años que van de 1918 a 1936 en España se asiste a un
reconocido fervor paidológico, cuando en otros países del entorno ha decaído el
entusiasmo. Veamos algunos ejemplos.
En primer lugar, la producción de manuales universitarios y para las Escuelas
Normales no es muy abundante, pero es sólida de planteamientos, y son obras bien
reconocidas. Ya hemos hablado de las tres ediciones de la Paidología de Barnés (1918,
1924 y 1932), cada una de las cuales presenta elementos diferenciados junto a otros
comunes, del armazón general de la ciencia del niño.
También hay que mencionar el manual de Paidología que escriben Juan Jaén y José
Peinado Altable en plena Segunda República, editado por primera vez en 1934,
precisamente para satisfacer la creciente demanda de estudio de la Paidología de los
estudiantes de magisterio, puesto que era materia obligatoria del plan de estudios32. La
parte más específicamente paidológica del libro, escrita en las primeras páginas, resume
32
los conceptos previos sobre la Paidología, y sus relaciones con otras ciencias próximas y
afines, así como su sentido en la escuela y el conocimiento que el maestro debe tener de
ella. En estas reflexiones se advierten posiciones idénticas a las ya expuestas por su
maestro Barnés en sus libros de Paidología y en otros. Sin embargo, son obras diferentes
en buena medida, en particular en lo que se refiere al peso que la Psicología genética de
Jean Piaget ejerce en estos dos autores33, quienes fue ron discípulos de aquél en su
estancia en Ginebra, becados por la Junta para Ampliación de Estudios. Al fin, Barnés
ofrece una imagen más funcionalista, que dista un trecho de las tesis piagetianas
adoptadas por Jaén .y Peinado.
Por tanto, en lo que a reflexión paidológica se refiere, las obras más consistentes de
las citadas hasta ahora, en los años que nos ocupan en este apartado, son sin ninguna
duda los manuales de Paidología de Barnés y a otra distancia el de Jaén y Peinado.
Sin embargo, conviene mencionar otros trabajos y actividades paidológicas no
menos influyentes en el panorama de renovación que vive la educación española durante
los años veinte y la Segunda República. Ése es el caso de Sáez Morilla en 1922, que
escribe una obra menor en el tema, pero que refleja el clima paidológico que se vive en
provincias, como podemos observar en Pamplona34 Los avances alcanzados en el
terreno de la Pedagogía de la integración, lo que entonces se llamaba con naturalidad
Pedagogía de anormales, precisa de estudios y experimentaciones paidológicas con
carácter mucho más habitual". Dentro del incipiente movimiento eugenista, se valoran
las actuaciones de paidólogos y maestros eugenistas como Luis Huerta Naves o julio
Noguera36. De enorme proyección son los cambios producidos en el sistema de
formación de maestros, a partir del plan profesional de 1931, el nuevo sistema de
prácticas docentes, y en particular las prácticas de Paidología en los laboratorios
paidológicos que comienzan a instalarse en varias Escuelas Normales37. También
encontramos experiencias de seguimiento y estudio infantil y adolescente en diferentes
colegios de congregaciones religiosas38, y se introducen la aplicación del expediente
personalinfantil en la escuela39, los registros paidológicos40, y los estudios
paidométricos41, entre otras actividades.
Es asimismo muy importante para el impulso paidológico la contribución de
diferentes revistas especializadas, como la Revista de Pedagogía, fundada en 1922 por
Lorenzo Luzuriaga y desaparecida en la Guerra Civil como otras muchas iniciativas,
pero después de una brillantísima trayectoria42; el Boletín de la Institución Libre de
Enseñanza, instrumento clave para la difusión de todas las reformas e innovaciones
educativas en España desde 1877 hasta 1936, y órgano de la Institución Libre de
Enseñanza43; la Revista de Escuelas Normales, vehículo de las reformas propuestas por
los profesores de las Escuelas Normales entre 1924 y 1936, con presencia notoria de
líderes socialistas muy destacados, como es el caso de Rodolfo Llopis44; La Escuela
Moderna dirigida por Pedro Alcántara García; la Revista de Psicología y Pedagogía entre
1933 y 193745, y otras muchas publicaciones más y estudios que llevan46, y a veces no,
33
el adjetivo paidológico incorporado, pero que proponen ideas explícitas relativas al
estudio del niño, a medida que puede comenzar a cuestionarse el futuro de una
denominación ambiciosa pero no práctica en el mapa de las ciencias de la educación.
Conviene no perder de vista la influencia que en éste y otros capítulos ejerce el
movimiento paidológico de la América hispana sobre la España de esta etapa que
estamos comentando, puesto que allí arraiga con gran fortaleza y continuidad la
Paidología. Así, Alfredo Aguayo47 desarrolla en la Universidad de La Habana una
reconocida actividad paidológica en torno a los anos 1918 al 1927. En Perú, Luis
Enrique Galván inicia estudios paidológicos sobre la población de su país48. En Chile,
Bernardo Gentilini publica por estos años una Paidología dirigida a padres y educadores,
para que les sir va de ayuda, de libro de consulta49. En Argentina se publica en 1927
otro manual de Paidología, a cargo de Víctor Mercante50. También en otros países, con
algo más de retraso, como sucede en México, como veremos.
Asimismo es imprescindible recordar otros capítulos científicos y de actuación
paidológica que se aproximan o derivan de ella. Ese es el caso de la inspección médico
escolar, que venía funcionando desde su creación en 191151, el estudio de enfermedades
escolares52 o actividades como la fatiga de los niños en su horario es colar53.
Desde algunos años atrás en el mundo europeo y norteamericano se arrastraba la
crisis de la Paidología. La pretendida ciencia del niño comienza a caer en desuso, como
denominación de los estudios relativos a la Psicología de la infancia, desde un punto de
vista biológico y psíquico. Se acentúa su creciente desfiguración como disciplina en la
formación de maestros, en los estudios universitarios de educación, en la publicística
paidológica, en la remodelación nominativa de los laboratorios de investigación sobre la
infancia que se han ido creando en numerosas universidades europeas y norteamericanas.
Apenas se habla de ella en términos estrictos en muchos países.
Por el contrario, en España y la América hispana se asiste a un consistente desarrollo
de los estudios paidológicos, que alcanzará la década siguiente, y en menor medida
después de la Segunda Guerra Mundial. Los años que van de 1918 a 1936 representan en
España la etapa más brillante de la historia de la Paidología en el mundo hispano, y en
este estado de cosas la contribución de Barnés ha resultado decisiva, como hemos
estudiado. No obstante, comienza a advertirse una clara competencia con otras
tradiciones proclives a concepciones próximas a la Psicología de la educación,
Psicopedagogía, Psicología del niño, y otras afines o complementarias54. Estas líneas
emergentes eran el resultado de contactos, traducciones e intercambios que se habían
producido en gran parte como consecuencia del programa de becas de la junta para
Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.
5. LA PAIDOLOGÍA DESPUÉS DE 1939
34
Al finalizar la guerra en 1939, al igual que sucede en otros ámbitos de la vida pública
y científica, la Paidología desaparece paulatinamente del entonces triste panorama
científico español, y en concreto de los planes de formación de maestros. Sin ninguna
duda, la vinculación de Domingo Barnés con la Paidología, como máximo exponente de
la misma en España durante más de un tercio de siglo, a los ojos de los nuevos
gobernantes parecía contaminar una ciencia y un campo de interés científico educativo
(paidológico) que, por otra parte, en la Europa de los años 40 y siguientes, y en
Norteamérica, apenas si conserva espacio alguno de valoración.
La figura de Barnés, aquí, por sus evidentes vinculaciones y responsabilidades
educativas con la política de la Segunda República era un factor de preocupación, y de
persecución por parte de las nuevas autoridades franquistas. Barnés fue un autor
expurgado de las bibliotecas públicas y de las de las inspecciones de educación, como ya
hemos mencionado más arriba para el caso de su Paidología.
De hecho, en la España de posguerra corrían otros vientos menos favorables a la
centralidad de la infancia en el proceso pedagógico, a la Paidología, como ya había
escrito de forma premonitoria el mismo Domingo Barnés anos atrás en su obra La
Paidología.
Una doble corriente persiste a lo largo de la historia de la Pedagogía: la
corriente que podríamos llamar abstracta y tradicionalista, que concibe el proceso
educativo como una incorporación sucesiva del niño a la sociedad, con su cultura
acumulada, con su paisaje espiritual, con los problemas de la época y, lo que es
peor, y a veces se mezcla con ellos, con sus prejuicios y pasiones, y la corriente
paidológica, precursora de la Paidología propiamente dicha, que ha enfocado
siempre al niño como eje de la educación y la infancia, como etapa substantiva
con función propia y con exigencias características, y los influjos educativos como
factores y medios para provocar o estimular ese desenvolvimiento que constituye
la función propia de la infancias
Por ello se explica que, salvo en aisladas excepciones56, en la publicística
pedagógica española de posguerra más representativa casi no vuelve a utilizarse el
término Paidología como sustantivo, referida a una ciencia con personalidad propia,
como si fuere un concepto proscrito y digno de ser perseguido, aunque como adjetivo
mantenga un uso restringido y vinculado con frecuencia a la Psicología de la
Educación57.
Los planes de formación de maestros, ámbito natural y preferente de expansión
docente de la Paidología, sufren varias modificaciones de importancia en su estructura, si
nos referimos a la etapa que abarca desde 1939 a 1967. Antes, ya se ha indicado, la
Paidología encuentra presencia notoria en el conocido Plan Profesional de la Segunda
República del año 1931, y también en el plan de la Sección de Pedagogía de la
35
Universidad de Madrid, del mismo año. Pero desde el final de la Guerra Civil, en
relación con la presencia de la Paidología en la formación de maestros, cabe señalar que
ya en 1940, más tarde en 1942, y finalmente con la Ley de Enseñanza Primaria de 1945,
se había vuelto al plan de formación de maestros de 1914, y la Paidología quedaba
excluida del plan de estudios, y sustituida en su dimensión psicológica por disciplinas
como Psicología General y Aplicada y Psicología Experimental.
En consecuencia, desaparecen profesores, autores, manuales, artículos y obras ad
hoc, de corte paidológico, durante estos años. El manual de Paidología de Barnés fue
simplemente declarado non grato, y tampoco podía ser una excepción el de Juan Jaén y
José Peinado de 1935. Por ello nos explicamos las variantes y novedades que introduce
este inspector en su nuevo manual de 1955, al que explícitamente cambia de título y
bastantes contenidos, Psicología del niño.
El decreto de 7 de julio de 1950, relativo a la modificación del plan de estudios de la
formación de maestros, representa un cierto renacimiento de lo paidológico,puesto que
en el segundo curso del plan de formación se incluye la materia denominada «Psicología
pedagógica y paidológica». Es bien sabido que este plan de estudios de magisterio
alcanza vigencia hasta una nueva reforma, la de 1967, donde definitivamente desaparece
cualquier disciplina, denominación y expresión relacionada con la Paidología58. Por
ello, precisamente, durante la década de los 50 y primeros años 60 se publican en España
varios manuales para los alumnos de magisterio con el título de Psicología pedagógica y
paidológica59
No deja de ser interesante comprobar la actitud intelectual de uno de los máximos
exponentes de la Pedagogía del franquismo hacia la Paidología. La obra teórica tal vez
más representativa del pensamiento de Víctor García Hoz, Principios de Pedagogía
Sistemática, que se muestra tan ambiciosa para plantear, clasificar y definir todos los
campos de las ciencias de la educación, es incapaz de mencionar y citar el sustantivo
Paidología más allá de una vez, una sola ocasión60. Además, lo hace de forma
tangencial y adjetiva, cuando para referirse a la Psicología del niño y/o a la Psicología
pedagógica, alude a la existencia de cierta «concepción paidológica». También, como
era previsible, ni el nombre de Barnés (como paidólogo español más representativo), ni
el de otros seguidores de la Psicología (Juan Jaén o José Peinado, por ejemplo), aparecen
referidos en ningún momento. Monografías pedagógicas asimismo influyentes en España
en esta etapa, como la de Emile Planchard, realizan brevísimas alusiones a la Paidología
y a su creador, Oscar Chrisman, y siempre diluidas en el contexto de escasas referencias
históricas a la Pedagogía científica61
En consecuencia, las razones de esta evolución negativa en la presencia de la
Paidología en la literatura científico pedagógica de la España posterior a 1936 pueden
encontrarse, tanto en la crisis definitiva del movimiento paidológico europeo y mundial
(excep tuando Iberomérica), como en la vinculación y connotación que la Paidología
36
suscita en la «nueva Pedagogía española» del franquismo, al mostrar evocaciones
republicanas e institucionistas, roussonianas y paidocéntricas, sobre todo a través de la
obra y personalidad de Domingo Barnés.
No hay que olvidar que también algunos autores católicos como Rufino Blanco, Ruiz
Amado62 y Juan Jaén (pero éste de forma muy personal e independiente del régimen),
habían hecho uso del término Paidología.
Pero tal vez la razón de más peso sea que la adopción de la Psicología de la
Educación, más acorde con el uso internacional, dominado por la hegemonía
anglosajona, para expresar los mismos contenidos, ya desde las primeras obras
influyentes de Claparéde, y sobre todo por la generalización del término y la práctica
profesional y pedagógica en el contexto anglosajón, de decidida influencia en España a
partir de los años 50 (versión norteamericana), contribuye a explicar el desplazamiento
en España de la Paidología por la Psicología de la Educación o por la Psicología Infantil.
Estas tesis pueden aplicarse a la comprensión de la persecución, o al menos escasa
difusión, que padecen los manuales de Paidología (tanto el de Barnés como el de Juan
Jaén) en el largo franquismo, que tanta difusión habían logrado alcanzar durante el
período republicano. El conflicto bélico había establecido un corte irremediable para la
difusión de determinadas obras, doctrinas y autores entre los futuros maestros y
pedagogos61
Sin duda que sí, tal como muestra un elemento nuevo, representado en el exilio
pedagógico español. A través de esa terrible circunstancia derivada de la guerra, un gran
grupo de intelectuales republicanos españoles, muchos de ellos vinculados al campo de
la Pedagogía y la educación, alimentan y difunden en toda Iberoamérica, en especial en
países como México, Cuba, Argentina, Brasil y Colombia, los ideales renovadores de la
educación republicana64. Dentro de ellos la Paidología ocupará una posición bien
reconocida, como deja explícito el prestigio de José Peinado Altable65, entre otros.
Todavía se encuentran en librerías de Iberoamérica obras suyas, y desde luego muchas
ideas y expresiones paidológicas66
De alguna manera puede aceptarse que la obra paidológica de Barnés cumplió en
vida su cometido, y después ha alcanzado continuidad y gloria científica en la otra orilla
del Atlántico, por circunstancias de la vida, como a veces sucede, y a pesar del
ostracismo a que fue sometida durante años. El manual de Paidología del profesor
mexicano Rubén Castillo Penado puede servirnos de muestra67.
 
37
OBRAS DE DOMINGO BARNÉS RELACIONADAS CON LA PAIDOLOGÍA
BARNÉS, D. (1918): Paidología. Parte general, Madrid, Ediciones La Lectura.
-(1917): Fuentes para el estudio de la Paidología, Madrid, Impr. de la Revista de
Archivos, Bibliotecas y Museos.
-La Psicología experimental en la Pedagogía francesa, Madrid, E.Cosano, 1921.
-(1927): «Estudio preliminar», en E.Claparéde: Psicología del niño y Pedagogía
experimental, Madrid, Beltrán, págs. 7-28.
-(1928): El desenvolvimiento del niño, Madrid, Labor.
-(1930): Psicología de la adolescencia como base para su educación, Madrid, Páez.
-(1930): La educación de la adolescencia, Barcelona, Labor.
-(1932): La Paidología, Madrid, Ediciones La Lectura/Espasa Calpe. Tercera edición
muy renovada.
-Ensayos de pedagogía y flosofiá, Madrid, La Lectura, S. A.
-La salud del espíritu del niño, Madrid, Renacimiento, S. A.
REVISTAS CIENTÍFICAS DONDE DOMINGO BARNÉS PUBLICÓ MUCHOS DE
SUS ESTUDIOS
Boletín Escolar.
Boletín de la Institución Libre de Enseñanza.
La Escuela Moderna.
Revista de Escuelas Normales.
Magisterio Español.
TRADUCCIONES
Domingo Barnés tradujo al castellano obras diversas de los siguientes autores:
38
Claparéde, Compayré, Davison, Greenwood, Rouma, Harris, Kilpatrick, Evard, Faria
de Vasconcelos, Condorcet, Search, Matthews, Baudouin, Bovet, Vial, Hughes,
Lato, Bergson, Rey, Huguenin, Baldwin, Roehrich, Bain, Judd, Dewey, Lemaitre,
Kackzynska, Hinsdale, Lavisse, Locke, Piaget, James, Rein, Giddings, Monod.
OBRAS SOBRE DOMINGO BARNÉS Y LA PAIDOLOGÍA
BLANCO SÁNCHEZ, R. (1932-1933): Bibliografía pedagógica del siglo XX (1900-
1930), Madrid, Hernando.
CARDA Ros, R. M. Y CARPINTERO CAPELL, H. (1989): «LaPaidología de Domingo
Barnés», Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, II época, 7, págs. 3-28.
-(1991): «Domingo Barnés: biografía de un educador avanzado», Boletín de la
Institución Libre de Enseñanza, II época, 12, págs. 63-74.
(1993): Domingo Bamés: Psicología y educación, Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil
Albert.
CASTILLO PENADO, R. (1960): Paidología, México, Secretaría de Educación Pública.
CEREZO MANRIQUE, M. A. (2001): Los comienzos de la Psicopedagogía en España,
Madrid, Biblioteca Nueva.
CLAPARÉDE, E. (1930), Psicología del niño y Pedagogía experimental, Madrid, Impr.
Beltrán.
DEPAEPE, M, (1985): «Science, Technology and Paedology. The concept of science at
the Faculté International de Paedologie in Brussels (19121914)», Scientia
Paedagogica Experimentalis, 22, págs. 14-27.
-(1987): «International Organization of Paidology before World War», en
INTERNATIONAL STANDING CONFERENCE FOR THE HISTORY OF
EDUCATION (ISCHE), Conference Papersfor the 9th` session of the ISCHE, Pecs,
vol. I, págs. 128-138.
-(1987): «Social and personal factors in the inception of experimental research in
education (1890-1914). An exploratory study», History of Education, 16, 4, págs.
275-298.
-(1.993): Zum Wohl des Kindes? Padologie, Padagogische Psychologie und
Experimentelle Padagogik in Europa und den USA,1890-1940, Leuven, Leuven
University Press.
39
HERNÁNDEZ DíAz, J. M. (1996): «La Paidología en España a principios del siglo xx.
Emergencia de una disciplina», en IX COLOQUIO DE HISTORIA DE LA
EDUCACIÓN, El currículo: historia de una mediación social y cultural, vol. I,
Granada, Ed. Osuna/Sociedad Española de Historia de la Educación, págs. 79-88.
-(2005): «Los manuales de Paidología en España», en J.L.Guereña; G. Ossenbach

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