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2 3 4 Augusto Cury Padres brillantes Maestros fascinantes No hay jóvenes difíciles, sino una educación inadecuada Traducción de R. C 5 Cury, Augusto Padres bril lantes, maestros fascinantes. - 1a ed. - Buenos Aires : Zenith, 2012. E-Book. ISBN 978-987-580-103-5 1. Autoayuda. I. Título CDD 158.1 Título original: Pais brilhantes, Pofessores fascinantes © 2003, Augusto Cury Todos los derechos reservados © 2012, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. Publicado bajo el sello Zenith® Independencia 1682, (1100) C.A.B.A. www.editorialplaneta.com.ar Diseño de cubierta: Departamento de Arte de Editorial Planeta Diseño de interior: Orestes Pantelides Primera edición en formato digital: mayo de 2012 Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático. Inscripción ley 11.723 en trámite ISBN edición digital (ePub): 978-987-580-103-5 6 Dedicatoria Dedico este libro a una persona muy importante en mi vida: Usted dejó de lado sus sueños para que yo soñase. Derramó lágrimas para que yo fuera feliz. Usted perdió noches de sueño para que yo durmiera tranquilo. Creyó en mí, a pesar de mis errores. Ser educador es ser un poeta del amor. Jamás olvide que yo llevaré para siempre una parte de su ser dentro de mi propio ser… 7 Índice Prefacio Hacia dónde marcha la juventud PARTE I SIETE HÁBITOS DE LOS BUENOS PADRES Y DE LOS PADRES BRILLANTES 1. Los buenos padres dan regalos, los padres brillantes dan su propio ser 2. Los buenos padres nutren el cuerpo, los padres brillantes nutren la personalidad 3. Los buenos padres corrigen errores, los padres brillantes enseñan a pensar 4. Los buenos padres preparan a los hijos para los aplausos, los padres brillantes preparan a los hijos para los fracasos 5. Los buenos padres conversan, l os padres brillantes dialogan como amigos 6. Los buenos padres dan información, los padres brillantes cuentan historias 7. Los buenos padres dan oportunidades, los padres brillantes nunca desisten PARTE II SIETE HÁBITOS DE LOS BUENOS MAESTROS Y DE LOS MAESTROS FASCINANTES 1. Los buenos maestros son elocuentes, los maestros fascinantes conocen el funcionamiento de la mente 2. Los buenos maestros poseen metodología, los maestros fascinantes poseen sensibilidad 3. Los buenos maestros educan la inteligencia lógica, los maestros fascinantes educan la emoción 4. Los buenos maestros usan la memoria como depósito de informaciones, los maestros fascinantes la usan como soporte del arte de pensar 5. Los buenos maestros son maestros temporarios, los maestros fascinantes son maestros inolvidables 8 6. Los buenos maestros corrigen comportamientos, los maestros fascinantes resuelven conflictos en el aula 7. Los buenos maestros educan para una profesión, los maestros fascinantes educan para la vida 94 PARTE III LOS SIETE PECADOS CAPITALES DE LOS EDUCADORES 1. Corregir en público 2. Manifestar autoridad con agresividad 3. Ser excesivamente crítico: obstruir la infancia del niño 4. Castigar cuando se está enojado y poner límites sin dar explicaciones 5. Ser impaciente y desistir de educar 6. No cumplir su palabra 7. Destruir la esperanza y los sueños PARTE IV LOS CINCO PAPELES DE LA MEMORIA HUMANA Memoria: caja de secretos de la personalidad 1. El registro en la memoria es involuntario 2. La emoción determina la calidad del registro 3. La memoria no puede ser borrada 4. El grado de apertura de las ventanas de la memoria depende de la emoción 5. No existen recuerdos puros PARTE V LA ESCUELA DE NUESTROS SUEÑOS El proyecto escuela de la vida 1. Música ambiente en el aula 2. Sentarse en círculo o en U 3. Exposición cuestionada: el arte del cuestionamiento 4. Exposición dialogada: el arte de la pregunta 5. Ser contador de historias 6. Humanizar el conocimiento 7. Humanizar al maestro: contar la propia historia 8. Educar la autoestima: elogiar antes de criticar 9. Gerenciar los pensamientos y las emociones 10. Participar de proyectos sociales PARTE VI LA HISTORIA DE LA GRAN TORRE 9 ¿Quiénes son los profesionales más importantes de la sociedad? Consideraciones finales Homenaje a los maestros Homenaje a los padres Referencias bibliográficas 10 Prefacio Este libro le hablará al corazón de los padres y los maestros. Ellos luchan por el mismo sueño ––hacer felices, saludables y sabios a sus hijos y alumnos––, pero nunca estuvieron tan perdidos en la ardua tarea de educar. Ambos surcan y cultivan los territorios más difíciles de trabajar, los de la inteligencia y la emoción. No escribo para héroes, sino para personas que saben que educar es cultivar el más bello y complejo arte de la inteligencia. Educar es creer en la vida, aun derramando lágrimas. Educar es tener esperanza en el futuro, aunque los jóvenes nos decepcionen en el presente. Educar es sembrar con sabiduría y cosechar con paciencia. Educar es ser un buscador de pepitas de oro que va tras los tesoros del corazón. ¿A quiénes puede interesar este libro? A padres, maestros de preescolar, de enseñanza primaria, profesores de media y universitaria, a los psicólogos, a los profesionales de recursos humanos, a los jóvenes y a todos los que quieran conocer algunos secretos de la personalidad y deseen enriquecer sus relaciones sociales. No comentaré reglas, pues, al calor de los problemas cotidianos, ellas se evaporan. Discutiré herramientas psicológicas que puedan promover la formación de pensadores, educar la emoción, expandir los horizontes de la inteligencia y producir calidad de vida. Compartiré mi experiencia como psiquiatra, educador y estudioso de la psicología. A pesar de mis limitaciones, muchas personas han quedado cautivadas por las ideas que vengo presentando en congresos nacionales e internacionales. Llegó el momento de publicar un libro específico sobre educación, pues he recibido el incentivo de miles de psicólogos, educadores, médicos y pares para hacerlo. Me gustaría destacar a alguien en representación de las personas que gentilmente me incentivan. Lo consideran como uno de los más conceptuados maestros de comunicación y oratoria de Brasil: Alkindar de Oliveira. Su mensaje me conmovió. Me dijo que se despertó de madrugada, y desvelado empezó a leer mis ideas sobre educación. La lectura lo sorprendió. Por eso, al amanecer, me escribió para decirme: “Aquí está la solución de la educación en el mundo. Si usted sólo divulga estas técnicas y no hace nada más en la vida, ya habrá cumplido su misión existencial. Sugiero que las publique en un libro accesible, para que lleguen a manos de cada escuela, de cada maestro, de cada madre, de cada padre”. Agradezco estos elogios, pero no los merezco. Sin embargo, creo sinceramente que los hábitos de los educadores y las técnicas pedagógicas que comentaré podrán revolucionar la educación para siempre. ¡Si son practicados, podrán enriquecer la relación entre padres e hijos, maestros y alumnos! La familia podrá convertirse en un jardín florecido, y el aula, en un lugar apacible. 11 DOCTOR AUGUSTO CURY 12 Hacia dónde marcha la juventud Hay un mundo por descubrir dentro de cada niño y cada joven. Sólo no logra descubrirlo quien está encarcelado dentro de su propio mundo. Nuestra generación quiso darles lo mejor a los niños y los jóvenes. Soñamos grandes sueños para ellos. Buscamos darles los mejores juguetes, ropas, paseos y escuelas. No queríamos que anduvieran bajo la lluvia, que se lastimaran en la calle, se hirieran con juguetes caseros y vivieran las dificultades por las cuales habíamos pasado nosotros. Pusimos un televisor en la sala. Algunos padres, con mayores recursos, pusieron un televisor y una computadora en la habitación de cada hijo. Otros llenaron a sus hijos de actividades, matriculándolos en cursos de inglés, computación, música. Tuvieron excelentes intenciones, sólo que no sabían que los niñosnecesitan tener infancia, que necesitan inventar, correr riesgos, frustrarse, tener tiempo para jugar y maravillarse con la vida. No imaginaban hasta qué punto la creatividad, la felicidad, la osadía y la seguridad del adulto dependen de las matrices de la memoria y de la energía emocional del niño. No comprendieron que la televisión, los juguetes fabricados, Internet y el exceso de actividades obstruían la infancia de sus hijos. Creamos un mundo artificial para los niños y pagamos un precio carísimo. Provocamos serias consecuencias en el territorio de la emoción, en el anfiteatro de los pensamientos y en el suelo de su memoria. Veamos algunas consecuencias. Obstruyendo la inteligencia de niños y adolescentes Esperábamos que en el siglo xxi los jóvenes fueran solidarios, emprendedores y que amaran el arte de pensar. Pero muchos viven alienados, no piensan en el futuro, no tienen coraje ni proyectos de vida. Imaginábamos que por el hecho de aprender idiomas en la escuela y vivir apretados en ascensores, en los lugares de trabajo y en los clubes, la soledad se resolvería. Pero las personas no aprendieron a hablar de sí mismas, tienen miedo a exponerse, viven encerradas en su propio mundo. Padres e hijos viven distantes, rara vez lloran juntos y comentan sus sueños, dolores, alegrías, frustraciones. En la escuela, la situación es peor. Maestros y alumnos viven juntos durante años dentro de las aulas, pero son mutuamente extraños. Se esconden detrás de los libros, de 13 los cuadernillos, de las computadoras. ¿La culpa es de los ilustres maestros? ¡No! La culpa, como veremos, es del sistema educacional nocivo que arrastramos desde hace siglos. Los niños y los jóvenes aprenden a lidiar con hechos lógicos, pero no saben lidiar con fracasos y fallas. Aprenden a resolver problemas matemáticos, pero no saben resolver sus conflictos existenciales. Se los entrena para hacer cálculos y resolverlos, pero la vida está llena de contradicciones, las cuestiones emocionales no pueden calcularse, ni dan una cuenta exacta. ¿Se prepara a los jóvenes para lidiar con decepciones? ¡No! Se los entrena sólo para el éxito. Vivir sin problemas es imposible. El sufrimiento nos construye o nos destruye. Debemos usar el sufrimiento para construir la sabiduría. ¿Pero a quién le importa la sabiduría en la era de la informática? Nuestra generación produjo información como ninguna otra, pero no sabemos qué hacer con ella. Rara vez usamos esa información para expandir nuestra calidad de vida. ¿Usted hace cosas fuera de su agenda que le den placer? ¿Trata de administrar sus pensamientos para tener una mente más tranquila? Nos volvimos máquinas de trabajar y estamos transformando a nuestros niños en máquinas de aprender. Usando de modo erróneo los papeles de la memoria Hicimos de la memoria de nuestros niños un banco de datos. ¿Es ésa la función de la memoria? ¡No! Veremos que durante siglos la memoria fue empleada de un modo erróneo por la escuela. ¿Existe el recuerdo? Innumerables maestros y psicólogos del mundo entero creen sin sombra de duda que existe el recuerdo. ¡Erróneo! ¡No existe recuerdo puro del pasado, el pasado siempre se reconstruye! Es bueno conmocionarnos ante esta afirmación. El pasado siempre se reconstruye con micro o macrodiferencias en el presente. Veremos que hay varios conceptos equivocados en la ciencia sobre el fantástico mundo del funcionamiento de la mente y de la memoria humana. Estoy convencido, como psiquiatra y como autor de una de las pocas teorías actuales sobre el proceso de construcción del pensamiento, de que estamos obstruyendo la inteligencia de los niños y el placer de vivir con el exceso de informaciones que les ofrecemos. Nuestra memoria se transformó en un depósito de informaciones inútiles. La mayoría de las informaciones que aprendimos no resultará organizada en la memoria y utilizada en las actividades intelectuales. Imagine a un albañil que toda la vida haya amontonado piedras para construir una casa. Una vez que la construyó, no sabe qué hacer con las pilas de piedras sobrantes. Gastó la mayor parte de su tiempo inútilmente. El conocimiento se multiplicó y el número de escuelas se expandió como en ninguna otra época, pero no estamos produciendo pensadores. La mayoría de los jóvenes, incluidos los universitarios, acumulan pilas de “piedras”, pero construyen poquísimas 14 ideas brillantes. No por casualidad ellos perdieron el placer de aprender. La escuela dejó de ser una aventura agradable. Simultáneamente, los medios los sedujeron con estímulos rápidos y ya listos. Se volvieron amantes del fast food emocional. La televisión transporta a los jóvenes, sin que ellos hagan esfuerzos, hacia un excitante encuentro deportivo, hacia el interior de una aeronave, hacia el centro de una guerra y hacia un dramático conflicto policial. Este bombardeo de estímulos no es inofensivo. Actúa en un fenómeno inconsciente de mi área de investigación llamado psicoadaptación, el cual aumenta el umbral de placer en la vida real. Con el tiempo, niños y adolescentes pierden el placer por los pequeños estímulos de la rutina diaria. Necesitan hacer muchas cosas para tener un poco de placer, lo cual genera personalidades fluctuantes, inestables, insatisfechas. Tenemos una industria del ocio compleja. Deberíamos tener la generación de jóvenes más felices que hayan pisado alguna vez la Tierra. Pero produjimos una generación de insatisfechos. No estamos educando la emoción ni estimulando el desarrollo de las funciones más importantes de la inteligencia, tales como contemplar lo bello, pensar antes de reaccionar, exponer y no imponer las ideas, gerenciar los pensamientos, tener espíritu emprendedor. Estamos informando a los jóvenes, y no formando su personalidad. Los jóvenes conocen cada vez más el mundo en que están, pero casi nada el mundo que ellos mismos son. A lo sumo conocen la sala de recibo de su propia personalidad. ¿Hay soledad más dura que ésta? ¡El ser humano es un extraño para sí mismo! La educación se volvió seca, fría y sin condimento emocional. Los jóvenes raramente saben pedir perdón, reconocer sus límites, colocarse en el lugar de los otros. ¿Cuál es el resultado? Nunca el conocimiento médico y psiquiátrico fue tan grande, y nunca las personas tuvieron tantos trastornos emocionales y tantas enfermedades psicosomáticas. La depresión raramente afectaba a los niños. Hoy hay muchos niños deprimidos y sin gusto por la vida. Preadolescentes y adolescentes están desarrollando obsesión, síndrome de pánico, fobias, timidez, agresividad y otros trastornos de ansiedad. Millones de jóvenes se drogan. No comprenden que las drogas pueden quemar etapas de la vida, llevarlos a envejecer rápidamente en la emoción. Los placeres momentáneos de las drogas destruyen la gallina de los huevos de oro de la emoción. Conocí y traté a innumerables consumidores de drogas, pero no encontré a ninguno que fuera feliz. ¿Y el estrés? No sólo es común detectar adultos estresados, sino también jóvenes y niños. Tienen frecuentemente dolor de cabeza, gastritis, dolores musculares, sudor excesivo, fatiga constante de base emocional. Necesitamos archivar esta frase y no olvidarla nunca: cuanto peor sea la calidad de la educación, más importante será el papel de la psiquiatría en este siglo. ¿Vamos a observar pasivamente cómo la industria de los antidepresivos y tranquilizantes se convierte en una de las más poderosas del siglo xxi? ¿Vamos a observar pasivamente cómo nuestros hijos son víctimas del sistema social que creamos? ¿Qué hacer ante esta problemática? 15 Buscando padres billantes y maestros fascinantes Debemos buscar soluciones que ataquen directamente el problema. Necesitamos conocer algo sobre el funcionamiento de la mente y cambiar algunos pilares de la educación. Las teorías ya no funcionan. Los buenos maestros están estresados y generan alumnos sin preparación para la vida. Los buenos padres están confundidos y generan hijos con conflictos. Existe sin embargo una gran esperanza, pero no haysoluciones mágicas. En la actualidad no basta con ser bueno, pues la crisis de la educación demanda que busquemos la excelencia. Los padres necesitan adquirir hábitos de padres brillantes para revolucionar la educación. Los maestros necesitan incorporar hábitos de educadores fascinantes para actuar con eficiencia en el pequeño e infinito mundo de la personalidad de sus alumnos. Cada hábito practicado por los educadores podrá contribuir a desarrollar más de cincuenta características fundamentales de la personalidad de los jóvenes. Y sin embargo, pocas veces un joven tiene bien desarrolladas cinco de éstas. Debemos ser educadores muy por encima del promedio si queremos formar seres humanos inteligentes y felices, capaces de sobrevivir en esta sociedad estresante. La buena noticia es que padres ricos o pobres, maestros de escuelas ricas o carentes pueden por igual practicar los hábitos y técnicas aquí propuestos. Un educador excelente no es un ser humano perfecto, sino alguien que tiene serenidad para brindarse y sensibilidad para aprender. 16 Parte I Siete hábitos de los buenos padres y de los padres brillantes Los hijos no necesitan de padres gigantes, sino de seres humanos que hablen su lenguaje y que sean capaces de penetrar en su corazón 17 1 Los buenos padres dan regalos, los padres brillantes dan su propio ser Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar en sus hijos: autoestima, protección de la emoción, capacidad de trabajar pérdidas y frustraciones, de filtrar estímulos estresantes, de dialogar, de escuchar. Los buenos padres atienden, dentro de sus posibilidades, los deseos de sus hijos. Hacen fiestas de cumpleaños, compran zapatillas, ropa, productos electrónicos, les brindan viajes. Los padres brillantes dan algo incomparablemente más valioso a los hijos. Algo que todo el dinero del mundo no puede comprar: su ser, su historia, sus experiencias, sus lágrimas, su tiempo. Los padres brillantes, cuando tienen posibilidades, les dan presentes materiales a sus hijos, pero no los estimulan a ser consumistas, pues saben que el consumismo puede aplastar la estabilidad emocional, generar tensión y placeres superficiales. Los padres que viven en función de dar regalos a sus hijos son recordados por un momento. Los padres que se preocupan en dar su historia a los hijos se vuelven inolvidables. ¿Usted quiere ser un padre o una madre brillante? Tenga el valor de hablar sobre los días más tristes de su vida con sus hijos. Tenga la osadía de contar sus dificultades en el pasado. Hable de sus aventuras, de sus sueños y de los momentos más alegres de su existencia. Humanícese. Transforme la relación con sus hijos en una aventura. Tenga conciencia de que educar es penetrar uno en el mundo del otro. Muchos padres trabajan para darles el mundo a sus hijos, pero se olvidan de abrir el libro de su vida ante ellos. Lamentablemente, sus hijos sólo los admirarán el día que mueran. ¿Por qué es fundamental para la formación de la personalidad de los hijos que los padres se dejen conocer? Porque ésta es la única manera de educar la emoción y crear vínculos sólidos y profundos. Cuanto más inferior es la vida de un animal, menos depende de sus progenitores. En los mamíferos hay una dependencia grande de los hijos respecto de los padres. Pues ellos necesitan no sólo el instinto, sino aprender experiencias con sus padres para poder sobrevivir. En nuestra especie esta dependencia es intensa. ¿Por qué? Porque las experiencias 18 aprendidas son más importantes que las instintivas. Un niño de siete años es muy inmaduro y dependiente de sus padres, mientras muchos animales con la misma edad ya son viejos. ¿Cómo tiene lugar este aprendizaje? Podría escribir centenares de páginas sobre el asunto, pero en este libro comentaré sólo algunos fenómenos comprendidos en el proceso. El aprendizaje depende del registro diario de millares de estímulos externos (visuales, auditivos, táctiles) e internos (pensamientos y reacciones emocionales) en las matrices de la memoria. Anualmente archivamos millones de experiencias. A diferencia de las computadoras, el registro en nuestra memoria es involuntario, producido por el fenómeno RAM (registro automático de la memoria). En las computadoras, decidimos qué registrar; en la memoria humana, el registro no depende de la voluntad humana. Todas las imágenes que captamos son registradas automáticamente. Todos los pensamientos y emociones ––negativos o saludables–– se registran involuntariamente por el fenómeno RAM. Los vínculos definen la calidad de la relación ¿Qué registran de usted sus hijos? ¿Las imágenes negativas o las positivas? Todas. Ellos archivan a diario sus comportamientos, sean éstos inteligentes o estúpidos. Usted no se da cuenta, pero ellos están fotografiando todo el tiempo. Lo que genera los vínculos inconscientes no es sólo lo que usted les dice, sino también lo que ellos ven en usted. Muchos padres les dicen cosas maravillosas a sus hijos, pero tienen pésimas conductas delante de ellos: son intolerantes, agresivos, parciales, falsos. Con el tiempo, se crea un abismo emocional entre padres e hijos. Poco afecto, pero muchas fricciones y críticas. Todo lo que queda registrado no puede ya borrarse, sino sólo ser reeditado por nuevas experiencias basadas en las viejas. Reeditar es un proceso posible, pero complicado. La imagen que su hijo construyó de usted no puede borrarse, solamente podrá ser rescrita. Construir una excelente imagen establece la riqueza de la relación que usted tendrá con sus hijos. Otro papel importante de la memoria es que la emoción define la calidad del registro. Todas las experiencias que poseen un alto volumen emocional provocan un registro privilegiado. El amor y el odio, la alegría y la angustia provocan un registro intenso. Los medios descubrieron, sin tener conocimientos científicos, que anunciar las miserias humanas capta la emoción y genera concentración. De hecho, accidentes, muertes, enfermedades, secuestros generan un alto volumen de tensión, y conducen a un archivo privilegiado de esas imágenes. Nuestra memoria se convirtió así en un tacho de basura. No por casualidad el hombre moderno es un ser intranquilo, que sufre anticipadamente y tiene miedo del mañana. Resulta más barato perdonar 19 Si usted tiene un enemigo, resulta más barato perdonarlo. Haga eso por usted. De lo contrario, el fenómeno RAM lo archivará de un modo preferencial. El enemigo dormirá con usted y perturbará su sueño. Comprenda sus flaquezas y perdónelo, pues sólo de este modo se verá libre de él. Enseñe a sus hijos a hacer del escenario de su mente un teatro de alegría, y no un escenario de terror. Enséñeles a perdonar a las personas que los decepcionan. Explíqueles este mecanismo. Nuestras agresiones, rechazos y reacciones impensadas pueden crear un alto volumen de tensión emocional en nuestros hijos, generando cicatrices para siempre. Necesitamos entender cómo se organizan las características enfermizas de la personalidad. El mecanismo psíquico es el siguiente: una experiencia dolorosa queda registrada automáticamente en el centro de la memoria. A partir de allí resulta leída de continuo generando otros miles de pensamientos. Estos pensamientos resultan nuevamente registrados, y generan las llamadas zonas de conflictos en el inconsciente. Si usted se equivocó con su hijo, no basta con ser dócil con él en un segundo momento. Peor aun es intentar compensar su agresividad comprándolo, dándole cosas. De este modo, él lo manipulará pero no lo amará. Usted sólo reparará su actitud y reeditará la película del inconsciente si entra en su mundo, si reconoce su exceso, si habla con él sobre su actitud. Dígales a sus hijos que ellos no figuran en las notas a pie de página de su vida, sino en las páginas centrales de su historia. En los divorcios es usual que el padre prometa a los hijos que jamás los abandonará. Pero cuando baja la temperatura de la culpa, algunos padres también se divorcian de sus hijos. Los hijos pierden supresencia, a veces no física, sino emocional. Los padres dejan de disfrutar, sonreír, elogiar y tener momentos agradables con los hijos. Cuando esto sucede, el divorcio provoca graves secuelas psíquicas. Si el puente se hace bien, si la relación sigue siendo poética y afectuosa, los hijos sobrevivirán a la turbulencia de la separación de sus padres y podrán madurar. Sus hijos no necesitan un gigante La individualidad debe existir, pues es el cimiento de la identidad de la personalidad. No hay homogeneidad en el proceso de aprender y en el desarrollo de los niños (Vigotsky, 1987). No hay dos personas iguales en el universo. Pero el individualismo es perjudicial. Una persona individualista quiere que el mundo gire alrededor de su órbita, su satisfacción está en primer lugar, incluso si eso significa el sufrimiento de los demás. Una de las causas del individualismo entre los jóvenes es que los padres no cruzan su historia con la de sus hijos. Aunque usted trabaje mucho, haga del poco tiempo disponible un gran momento de convivencia con sus hijos. Jueguen dando volteretas sobre la alfombra. Escriban poemas. Juegue, sonría, suéltese. Incítelos placenteramente. Cierta vez, un hijo de nueve años le preguntó a su padre, que era médico, cuánto cobraba por una consulta. El padre le dijo el precio. Un mes después, el hijo se acercó al padre, sacó algunos billetes del bolsillo, vació su alcancía y le dijo con los ojos llenos de lágrimas: “Papá, hace tiempo que quiero conversar contigo, pero no tienes tiempo. Junté 20 el valor para hacerte una pregunta. ¿Puedes conversar conmigo?” Sus hijos no necesitan gigantes, sino seres humanos. No necesitan de ejecutivos, médicos, empresarios, administradores de empresa, sino de usted, del modo como usted es. Adquiera el hábito de abrir su corazón a los hijos y dejarlos registrar una imagen excelente de su personalidad. ¿Sabe qué ocurrirá? Ellos se enamorarán de usted. Sentirán placer en buscarlo, en estar cerca de usted. ¿Hay algo más delicioso que esto? La crisis financiera, las pérdidas o las dificultades podrán arremeter contra la relación que hayan entablado, pero si ésta tiene cimientos, nada la destruirá. De vez en cuando, llame sólo a uno de sus hijos y almuerce o haga programas diferentes con él. Dígale lo importante que es él para usted. Pregúntele sobre su vida. Hable sobre su trabajo y sus desafíos. Deje que sus hijos participen de su vida. Ninguna técnica psicológica funcionará si el amor no funciona. Si usted vive una guerra en el trabajo, pero tiene paz cuando llega a casa, será un ser humano feliz. Pero si usted tiene alegría fuera de su casa y vive una guerra en su familia, la infelicidad será su compañera. Muchos hijos reconocen el valor de sus padres, pero no lo suficiente como para admirarlos, respetarlos, tenerlos por maestros de la vida. Los padres que tienen dificultades con sus hijos no deben sentirse culpables. La culpa endurece el alma. En la personalidad humana nada es definitivo. Usted puede y debe revertir este cuadro. Usted tiene experiencias riquísimas que transforman su historia en una película más interesante que las de Hollywood. Si usted duda sobre esto es porque tal vez no se conozca y, lo que es peor todavía, ni siquiera se admire. Libere al niño feliz que hay en usted. Libere al joven alegre que vive en su emoción, a pesar de sus cabellos encanecidos. Es posible recuperar años. Permítales a sus hijos descubrir su mundo. Ábrase, llore y abrácelos. Llorar y abrazar es más importante que darles fortunas o llenarlos con montañas de críticas. 21 2 Los buenos padres nutren el cuerpo, los padres brillantes nutren la personalidad Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar: reflexión, seguridad, liderazgo, valor, optimismo, superación del miedo, prevención de conflictos. Los buenos padres cuidan la nutrición física de los hijos. Los estimulan a tener una buena dieta, con alimentos saludables, tiernos y frescos. Los padres brillantes van más allá. Saben que la personalidad necesita de una excelente nutrición psíquica. Se preocupan por los alimentos que enriquecen la inteligencia y la emoción. Antes una familia estructurada era garantía de que los hijos desarrollarían una personalidad sana. Hoy, los buenos padres están produciendo hijos ansiosos, alienados, autoritarios, angustiados. Muchos hijos de médicos, jueces, empresarios, están atravesando graves conflictos. ¿Por qué padres inteligentes y saludables han visto cómo enfermaban sus hijos? Porque la sociedad se transformó en una fábrica de estrés. No tenemos control sobre el proceso de formación de la personalidad de nuestros hijos. Nosotros los generamos y los colocamos desde temprano en contacto con un sistema social controlador (Foucault, 1998). Ellos entran en contacto a diario con miles de estímulos seductores que se infiltran en las matrices de su memoria. Por ejemplo, los padres enseñan a sus hijos a ser solidarios y a consumir lo necesario, pero el sistema les enseña el individualismo y a consumir sin necesidad. ¿Quién gana esta disputa? El sistema social. La cantidad de estímulos y la presión emocional que el sistema ejerce en el alma de los jóvenes son intensas. Casi no hay libertad de elección. Tener cultura, buena situación financiera, excelente relación conyugal y brindar una buena escuela a los jóvenes no basta para tener salud psíquica. Los animales sólo logran escapar de las garras de un predador si tienen grandes habilidades. Prepare a sus hijos para sobrevivir en las aguas turbulentas de la emoción y a desarrollar su capacidad crítica. Sólo así podrán filtrar los estímulos estresantes. Y serán libres para elegir y decidir. 22 Los padres que no enseñan a sus hijos a tener una visión crítica de la publicidad, de los programas de televisión, de la discriminación social, los convierten en presas fáciles del sistema predatorio. Para este sistema, por ético que pretenda ser, su hijo es sólo un consumidor en potencia y no un ser humano. Prepare a su hijo para “ser”, pues el mundo lo preparará para “tener”. Alimente la inteligencia Los buenos padres enseñan a sus hijos a cepillarse los dientes, los padres brillantes les enseñan a hacer una higiene psíquica. Incontables padres imploran a diario que sus hijos se higienicen la boca. Pero, ¿y la higiene emocional? ¿De qué sirve prevenir caries, si la emoción de los niños se vuelve un tacho de basura de pensamientos negativos, manías, miedos, reacciones impulsivas y estímulos sociales? Por favor, enseñe a los jóvenes a proteger su emocionalidad. Todo lo que alcance frontalmente la emocionalidad afecta drásticamente la memoria y constituirá la personalidad. Cierta vez, un excelente jurista me dijo en el consultorio que, si hubiera sabido proteger su emocionalidad desde pequeño, su vida no habría sido un drama. Había sido rechazado de niño por alguien cercano, pues tenía un defecto en la cara. El rechazo controló su alegría. El defecto no era grave, pero el fenómeno RAM lo registró y lo realimentó. No tuvo infancia. Se escondía de las personas. Vivía sólo en medio de la multitud. Ayude a sus hijos a no ser esclavos de sus problemas. Alimente el anfiteatro de sus pensamientos y el territorio de sus emociones con valor y osadía. No se resigne si los ve tímidos e inseguros. El “yo”, que representa la voluntad consciente o la libertad de decidir, tiene que ser entrenado para convertirse en líder y no en títere. Ser líder no quiere decir tener capacidad para resolverlo todo y asumir todos los problemas que nos rodean. Los problemas siempre existirán. Si son solucionables, tenemos que resolverlos. Si no estamos en condiciones de resolverlos, necesitamos aceptar nuestras limitaciones. Pero jamás debemos girar en su órbita. Si usted tuviera la capacidad de entrar en el escenario de la mente de los jóvenes, constataría que muchos están atormentados por pensamientos ansiosos. Algunos se angustian con las pruebas escolares. Otros, con cada curva del cuerpo que detestan. Otros hasta sientenque nadie los quiere. Muchos jóvenes tienen una pésima autoestima. Cuando la baja autoestima nace, la alegría muere. Cierta vez, un joven de dieciséis años me buscó después de una conferencia. Me dijo que diariamente perdía la tranquilidad al pensar que un día sería viejo y moriría. Estaba empezando a vivir, pero se intranquilizaba con su fin. ¿Cuántos jóvenes estarán sufriendo, sin que ni siquiera sus padres sondeen sus corazones? La cárcel de la emoción ha aprisionado a millones de jóvenes. Ellos sufren en silencio. Después de cerrar este libro, converse con ellos. ¿Qué educación es ésta que habla sobre el mundo en que estamos y calla sobre el 23 mundo que somos? Pregúnteles siempre a sus hijos: “¿Qué te está sucediendo?”, “¿Me necesitas?”, “¿Has sufrido alguna decepción?”, “¿Qué puedo hacer para hacerte más feliz?” ¿De qué vale que usted se preocupe a diario con la nutrición de billones de células de sus hijos si descuida su nutrición psicológica? ¿De qué vale que tengan un cuerpo saludable si son infelices, inestables, si desprotegidos emocionalmente huyen de sus problemas, temen a las críticas, y no saben recibir un “no”? Ningún padre en el mundo daría un alimento en mal estado a sus hijos, pero hacemos eso con la nutrición psicológica. No nos damos cuenta de que todo lo que ellos archivan controlará sus personalidades. Alimente la personalidad de sus hijos con sabiduría y tranquilidad. Hable de los imprevistos, de sus momentos de duda, de los valles emocionales que atravesó. No deje que el suelo de su memoria se transforme en una tierra de pesadillas, y sí en un jardín de sueños. No olvide que tropezamos con las pequeñas piedras y no con las montañas. Las pequeñas piedras en el inconsciente se transforman en grandes colinas. El pesimismo es un cáncer del alma Tal vez usted no tenga dinero, pero si es rico en sentido común, será un padre o una madre brillante. Si usted contagia a sus hijos con sus sueños y su entusiasmo, la vida se enaltecerá. Si es un especialista en quejarse, si se muestra temeroso de la vida, si tiene miedo por el mañana o preocupaciones excesivas con enfermedades, les paralizará la inteligencia y la emoción. ¿Sabe cuánto demora un conflicto psíquico, sin tratamiento y sin base genética, en tener una remisión espontánea? A veces, tres generaciones. Por ejemplo, si un padre tiene obsesión por enfermedades, uno de los hijos podrá registrar continuamente esta obsesión y reproducirla. El nieto podrá padecerla con menor intensidad. Recién el bisnieto podrá verse libre de ella. Quien estudia los papeles de la memoria sabe de la gravedad del proceso de transmisión de las llagas psíquicas. Transmita fuerza y seguridad a sus hijos. Dígales con frecuencia: “La verdadera libertad está dentro de ti”, “¡No seas débil ante tus preocupaciones!”, “Enfrenta tus manías y tu ansiedad”, “¡Opta por ser libre! Debes combatir cada pensamiento negativo, para que no quede registrado”. El verdadero optimismo se construye con el enfrentamiento de los problemas y no con su negación. Por esto, las conferencias para motivar rara vez dan resultado. No dan herramientas para generar un optimismo sólido, que nutra el “yo” como líder del teatro de la inteligencia. Por eso, la línea de este libro es de divulgación científica. Mi objetivo es dar herramientas. De acuerdo con investigaciones en universidades norteamericanas, una persona optimista tiene un 30% menos de posibilidades de padecer enfermedades cardíacas. Los optimistas tienen además menos probabilidades de padecer enfermedades emocionales y 24 psicosomáticas. El pesimismo es un cáncer del alma. Muchos padres son vendedores de pesimismo. Como si no bastara la basura social que los medios depositan en el escenario de la mente de los jóvenes, muchos padres les transmiten un futuro sombrío. Todo les parece difícil y peligroso. Están preparando a sus hijos a tener miedo de la vida, a cerrarse en un capullo, a vivir sin poesía. ¡Nutra a sus hijos con un optimismo sólido! No debemos formar superhombres, como preconizaba Nietzsche. Los padres brillantes no forman héroes, sino seres humanos que conocen sus límites y su fuerza 25 3 Los buenos padres corrigen errores, los padres brillantes enseñan a pensar Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar: conciencia crítica, pensar antes de reaccionar, fidelidad, honestidad, capacidad de cuestionar, responsabilidad social. Los buenos padres corrigen fallas, los padres brillantes enseñan a los hijos a pensar. Entre corregir errores y enseñar a pensar hay más misterios de lo que imagina nuestra vana psicología. No sea un perito en criticar comportamientos inadecuados, sea un perito en hacer que sus hijos reflexionen. Los viejos enojos y los conocidos sermones definitivamente no funcionan, sólo desgastan la relación. Cuando usted abre la boca para repetir las mismas cosas, detona un gatillo inconsciente que abre determinados archivos de la memoria donde se guardan las viejas críticas. Sus hijos adivinarán todo lo que usted va a decir. Se armarán y se defenderán. En consecuencia, lo que usted diga no tendrá eco dentro de ellos, no generará un momento educacional. Este proceso es inconsciente. Cuando su hijo se equivoca, él ya espera una reacción de su parte. Si lo que usted dice no causa impacto en su emoción, el fenómeno RAM no hará un registro inteligente, y por consiguiente, no habrá crecimiento sino sufrimiento. No insista en repetir las mismas cosas para los mismos errores, para las mismas obstinaciones. A veces, insistimos durante años diciendo lo mismo, y los jóvenes siguen repitiendo las mismas fallas. Son obcecados y nosotros, estúpidos. Educar no es repetir palabras, es crear ideas, es encantar. Los mismos errores merecen nuevas actitudes. Si nuestros hijos fueran computadoras, podríamos repetir la misma reacción para corregir el mismo defecto. Pero ellos poseen una inteligencia compleja. Diariamente, por lo menos cuatro fenómenos leen la memoria y, en medio de billones de opciones, producen millares de cadenas de pensamientos e innumerables transformaciones de la energía emocional. No es objeto de este libro estudiar los cuatro fenómenos que leen la memoria, aquí sólo los citaré: el gatillo de la memoria, la ventana de la memoria, el autoflujo y el “yo”, que representa la voluntad consciente. 26 La personalidad de los niños y de los jóvenes está en constante ebullición, porque nunca se interrumpe la construcción de pensamientos. Es imposible dejar de pensar, e incluso el intento de interrupción de pensamiento ya es un pensamiento. Ni al dormir interrumpimos los pensamientos, por eso soñamos. Pensar es inevitable, pero pensar demasiado, como estudiaremos, genera un desgaste violento de energía cerebral, perjudicando drásticamente la calidad de vida. No sea un manual de reglas Las computadoras son pobres aparatos comparadas con la inteligencia de cualquier niño, incluso de los niños con capacidades especiales. Pero insistimos en educar a nuestros hijos como si fueran aparatos lógicos que necesitan solamente seguir un manual de reglas. Cada joven es un mundo por explorar. Las reglas son buenas para arreglar computadoras. Decir “haga esto” o “no haga aquello”, sin explicar las causas, sin estimular el arte de pensar, produce robots y no jóvenes pensantes. Creo que un 99% de las críticas y de las correcciones de los padres son inútiles, no influyen en la personalidad de los jóvenes. Además de no educar, generan más agresividad y distanciamiento. ¿Qué hacer? ¡Sorprenderlos! Los padres brillantes conocen el funcionamiento de la mente para educar mejor. Ellos tienen conciencia de que hay que ganar primero el territorio de la emoción, para después ganar el anfiteatro de los pensamientos y, en último lugar, conquistar los suelos conscientes e inconscientes de la memoria, que es la caja de secretos de la personalidad. Ellos sorprenden la emoción con gestos sin par. De este modo, generan fantásticos momentos educacionales. Los padres pueden leer durante décadasmi teoría, las ideas de Piaget, el psicoanálisis de Freud, las inteligencias múltiples de Gardner, la filosofía de Platón, pero, si no consiguen encantar, enseñar a pensar y conquistar el depósito de la memoria de sus hijos, ningún estudio tendrá aplicabilidad y validez. Sorprender a los hijos es decir cosas que ellos no esperan, reaccionar de un modo diferente ante sus errores, superar sus expectativas. Por ejemplo, su hijo acaba de levantarle la voz. ¿Qué hacer? ¡Él espera que usted grite o lo castigue! Pero, en lugar de eso, usted en principio calla, se relaja y después dice algo que lo deja pasmado: “Yo no esperaba que me ofendieras de esa manera. A pesar del dolor que me has causado, te amo y te respeto mucho”. Después de decir estas palabras, el padre sale de escena y deja que el hijo piense. La respuesta del padre sacudirá los cimientos de su agresividad. Si usted quiere causar un gran impacto en el universo emocional y racional de sus hijos, válgase de creatividad y sinceridad. Usted conquistará a los inconquistables. Si aplica estos principios en el trabajo, tenga la seguridad de que cautivará hasta a los compañeros más complicados. Sin embargo, no es sólo con un gesto que usted garantizará la conquista, sino por medio de pautas de vida. Si usted educa la inteligencia emocional de sus hijos con elogios cuando ellos esperan 27 enojo (Goleman, 1996), con aliento cuando ellos esperan una reacción agresiva, con una actitud afectuosa cuando ellos esperan un ataque de rabia, quedarán encantados y lo registrarán como a alguien con grandeza. Los padres se volverán así agentes de cambio. Los buenos padres les dicen a sus hijos: “Tú estás equivocado”. Los padres brillantes dicen: “¿Qué te parece tu comportamiento?” Los buenos padres dicen: “Volviste a fallar”. Los padres brillantes dicen: “Piensa antes de reaccionar”. Los buenos padres castigan cuando los hijos fracasan; los padres brillantes los estimulan a hacer de cada lágrima una oportunidad de crecimiento. Generación de la hamburguesa emocional La juventud siempre fue una etapa de rebeldía ante las convenciones de los adultos. Pero la actual generación produjo un efecto único en la Historia: mató el arte de pensar y la capacidad de responder de la juventud. Los jóvenes raramente reaccionan contra el comportamiento de los adultos. ¿Por qué? Porque ellos aman el veneno que producimos. Ellos aman el éxito rápido, el placer inmediato, los reflectores de los medios, aunque vivan en el anonimato. El exceso de estímulos generó una emoción fluctuante, sin capacidad contemplativa. Incluso sus modelos de vida deben tener un éxito explosivo. Quieren ser personajes como artistas o deportistas que, de la noche a la mañana, conquistan fama y aplausos. Los jóvenes viven como la generación de la “hamburguesa emocional”. Detestan la paciencia. No saben contemplar lo bello en las pequeñas cosas de la vida. No les pida que admiren las flores, los atardeceres, las conversaciones simples. Para ellos todo eso es aburrido. Las críticas de los padres y de los maestros son insoportables, y rara vez las oyen con atención. ¿Cómo ayudarlos? Salga del lugar común. Una de las cosas más importantes en la educación es conducir a un hijo hacia la admiración por su educador. Un padre puede ser un bracero, pero, si cautiva a su hijo, será grande para él. Un padre puede ser importante en el medio empresarial, tener miles de empleados, pero, si no cautiva a su hijo, será pequeño en su alma. Sea un maestro de la inteligencia, enséñeles a pensar. Déjelos fotografiar a la persona brillante que usted es. ¿Encontrará eco este clamor? 28 4 Los buenos padres preparan a los hijos para los aplausos, los padres brillantes preparan a los hijos para los fracasos Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar: motivación, osadía, paciencia, determinación, capacidad de superación, habilidad para crear y aprovechar oportunidades. Los buenos padres preparan a sus hijos para recibir aplausos, los padres brillantes los preparan para enfrentar sus derrotas. Los buenos padres educan la inteligencia lógica de los hijos, los padres brillantes educan su sensibilidad. Estimule a sus hijos a tener metas, a buscar el éxito en el estudio, en el trabajo, en las relaciones sociales, pero no se detenga allí. Logre que no tengan miedo de sus fracasos. No hay podio sin derrotas. Muchos no suben al podio, no por carecer de capacidad, sino porque no supieron superar los fracasos del camino. Muchos no logran brillar en su trabajo porque desistieron en los primeros obstáculos. Algunos no vencieron porque no tuvieron paciencia para soportar un “no”, porque no tuvieron el valor de enfrentar algunas criticas, ni humildad para reconocer sus fallas. La perseverancia es tan importante, como la habilidad intelectual. La vida es una larga ruta con curvas imprevisibles y patinadas inevitables. La sociedad nos prepara para los días de gloria, pero son los días de frustración los que dan sentido a esa gloria. Revelando madurez, los padres brillantes se ponen como modelos de vida para una vida victoriosa. Para ellos, tener éxito no es tener una vida infalible. Vencer no es acertar siempre. Por eso, ellos son capaces de decirles a sus hijos: “Me equivoqué”, “Discúlpame”, “Te necesito”. Ellos son fuertes en sus convicciones, pero flexibles para admitir sus fragilidades. Los padres brillantes muestran que las más bellas flores surgen después del más riguroso invierno. La vida es un contrato de riesgo Los padres que no tienen coraje para reconocer sus errores nunca enseñarán a sus 29 hijos a enfrentar sus propios errores y a crecer con ellos. Los padres que admiten que están siempre seguros nunca enseñarán a sus hijos a trascender sus fracasos. Los padres que no piden disculpas nunca enseñarán a sus hijos a lidiar con la arrogancia. Los padres que no revelan sus temores tendrán siempre dificultad en enseñar a sus hijos a ver en las pérdidas oportunidades para ser más fuertes y experimentados. ¿Hemos actuado así con nuestros hijos, o sólo desempeñamos las triviales obligaciones de la educación? Vivir es un contrato de riesgo. Los jóvenes necesitan vivir este contrato apreciando los desafíos y no huyendo de ellos. Si se intimidan ante las derrotas y las dificultades, el fenómeno RAM registrará en su memoria millares de experiencias que financiarán el complejo de inferioridad, la baja autoestima y el sentimiento de incapacidad. ¿Cuál es la consecuencia? Un joven con baja autoestima se sentirá disminuido, inferior, sin capacidad para correr riesgos y transformar sus metas en realidad. Podrá vivir un envejecimiento emocional precoz. La juventud debería ser la mejor época del placer, aunque presente sus desasosiegos. Pero muchos son viejos dentro de cuerpos jóvenes. Ser alguien de edad no significa ser viejo. Dicho sea de paso, muchos viejos, por ser felices y estar motivados, son más jóvenes en su emoción que gran parte de los jóvenes de la actualidad. ¿Cuál es la característica de una emoción envejecida, sin condimentos ni motivación? Incapacidad de contemplación de lo bello y una capacidad intensa para quejarse, pues nada le satisface durante un largo tiempo. Quejarse del cuerpo, de la ropa, de los amigos, de la falta de dinero, de la escuela y hasta de haber nacido. La capacidad de quejarse es el abono de la miseria emocional y la capacidad de agradecer el combustible de la felicidad. Muchos jóvenes hacen muchas cosas para tener una migaja de placer. Mendigan el pan de la alegría, aun viviendo en palacios. Los jóvenes que se convierten en maestros de la queja tienen una gran desventaja competitiva. Difícilmente conquistarán un espacio social y profesional. ¡Alértelos! Como los jóvenes entienden lo que es la memoria de las computadoras, compárela con la memoria humana. Dígales que todo reclamo se acompaña con un alto grado de tensión que, a su vez, merece un archivo privilegiado por el fenómeno RAM en la memoria, el cual lentamente destruye el júbilo de la emoción. Los mejoresaños de la vida quedan sofocados. Poco a poco, pierden la sonrisa, la garra, la motivación. Descubriendo la grandeza de las cosas anónimas Lleve a sus hijos a encontrar los grandes motivos para ser felices con las pequeñas cosas. Una persona emocionalmente superficial necesita de grandes eventos para tener placer, una persona profunda encuentra placer en las cosas ocultas, en los fenómenos aparentemente imperceptibles: en el movimiento de las nubes, en el baile de las mariposas, en el abrazo de un amigo, en el beso de quien ama, en la mirada de complicidad, en la sonrisa solidaria de un desconocido. La felicidad no es obra de la casualidad, felicidad es un entrenamiento. Entrene a los 30 niños para que sean excelentes observadores. Salga por los campos o por los jardines, haga que acompañen el abrirse de una flor y descubra con ellos lo bello invisible. Sienta con sus ojos las cosas lindas que hay a su alrededor. Conduzca a los jóvenes hacia la observación de los momentos simples, a la fuerza que surge de las pérdidas, a la seguridad que brota en el caos, a la grandeza que emana de los pequeños gestos. Las montañas se forman con pequeñísimos granos de arena. Los niños serán felices si aprenden a contemplar lo bello en los momentos de gloria y de fracaso, en las flores de la primavera y en las hojas secas del invierno. ¡He aquí el gran desafío de la educación de la emoción! Para muchos, la felicidad es locura de los psicólogos, delirio de los filósofos, alucinación de los poetas. No comprendieron que los secretos de la felicidad se esconden en las cosas simples y anónimas, tan distantes y tan próximas. 31 5 Los buenos padres conversan, los padres brillantes dialogan como amigos Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar la solidaridad, el compañerismo, el placer de vivir, el optimismo, la inteligencia interpersonal. Vimos que el primer hábito de los padres brillantes es dejar que sus hijos los conozcan; el segundo es nutrir su personalidad; el tercero es enseñarles a pensar; el cuarto es prepararlos para las derrotas y dificultades de la vida. Ahora, necesitamos comprender que la mejor manera de desarrollar todos estos hábitos es adquirir un quinto hábito: dialogar. Los buenos padres conversan, los padres brillantes dialogan. Entre conversar y dialogar hay un gran valle. Conversar es hablar sobre el mundo que nos rodea, dialogar es hablar sobre el mundo que somos. Dialogar es contar experiencias, es secretear sobre lo que está oculto en el corazón, es penetrar más allá de la cortina de los comportamientos, es desarrollar inteligencia interpersonal (Gardner, 1995). La mayoría de los educadores no logra atravesar esta cortina. De acuerdo con un estudio que realicé, más del 50% de los padres nunca tuvieron el valor de dialogar con sus hijos sobre sus miedos, pérdidas, frustraciones. ¿Cómo es posible que padres e hijos vivan bajo el mismo techo por años y sigan completamente aislados? Dicen que se aman, pero gastan poca energía en cultivar el amor. Se preocupan de la pared rajada, de los problemas del automóvil, pero no se preocupan por las rajaduras de la emoción y los problemas de la relación. Cuando una simple canilla pierde, los padres se preocupan por repararla. Pero ¿pierden tiempo dialogando con sus hijos para ayudarlos a reparar la alegría, la seguridad o la sensibilidad que se disipa? Si tomáramos todo el dinero de una empresa y lo tiráramos a la basura, estaríamos cometiendo un gran crimen contra ésta. Iría a la quiebra. ¿No habremos cometido este crimen contra la más fascinante empresa social ––la familia––, cuya única moneda es el diálogo? ¿Si destruimos el diálogo, cómo se sostendrá la relación “padres e hijos”? Irá a quiebra. Debemos adquirir el hábito de reunirnos por los menos semanalmente con nuestros 32 hijos, para dialogar con ellos. Debemos darles libertad para que puedan hablar de sí mismos, de sus preocupaciones y de las dificultades de relación con los hermanos y con nosotros, sus padres. Ustedes no imaginan lo que estas reuniones pueden provocar. Si los padres nunca les contaron a sus hijos sus sueños más importantes, y tampoco oyeron de ellos sus mayores alegrías y sus decepciones más fuertes, conformarán un grupo de extraños y no una familia. No hay magia para construir una relación sana. El diálogo es insustituible. Buscando amigos Hay un mundo por descubrir dentro de cada joven, incluso de los más complicados y aislados. Muchos jóvenes son agresivos y rebeldes, y sus padres no se dan cuenta de que ellos están gritando a través de sus conflictos. Los comportamientos inadecuados muchas veces son clamores que imploran la presencia, el cariño y la atención de los padres. Muchos síntomas psicosomáticos, tales como dolores de cabeza o abdominales, también son gritos silenciosos de los hijos. ¿Quién los oye? Muchos padres llevan a sus hijos a psicólogos, lo cual puede ayudar, pero, en el fondo, lo que ellos están buscando es el corazón de los padres. Una sugerencia: si usted está en condiciones, desconecte la televisión abierta y quédese sólo con los canales de cable. Si toma esta actitud, probablemente se sorprenderá del salto en la relación de sus hijos con sus hermanos y con usted. Serán más afectuosos, dialogarán más, tendrán más tiempo para jugar y divertirse. Verán menos canales con groserías y más canales contemplativos, que hablan sobre la naturaleza y ciencias. ¿Y el que no tenga televisión de cable? Aquí va otra sugerencia para todos los padres, todavía más importante que la primera. La llamo “proyecto de educación de la emoción” (PEE): desconecten la televisión durante una semana completa cada dos meses y hagan cosas interesantes con sus hijos. Planeen pasar seis semanas a lo largo del año con ellos. Padres e hijos, aunque no viajen a lugares lejanos, deben viajar uno dentro del otro. Decidan qué hacer. Ir a la cocina juntos, inventar nuevos platos, contarse chistes, hacer teatro familiar, plantar flores, conocer cosas interesantes. Quédense todas las noches con sus hijos durante esas semanas. Hagan del PEE un proyecto de vida. El mayor deseo de los padres debería ser que sus hijos fueran sus amigos: diplomas, dinero, éxito son consecuencias de una educación brillante. Yo tengo tres hijas. Si ellas no fueran mis amigas, me sentiría frustrado como padre, aun siendo un escritor mundialmente respetado. A pesar de ser especialista en conflictos psíquicos, yo también me equivoco, y no pocas veces. Pero lo importante es saber qué hacer con los errores. Ellos pueden construir la relación o destruirla. Muchas veces, pedí disculpas a mis hijas, cuando exageré en mis conductas, hice juicios precipitados o levanté la voz innecesariamente. Así, ellas aprendieron conmigo a disculparse y a reconocer sus excesos. Algunas personas me vieron tomar esta actitud y quedaron impresionadas. Decían: 33 “¿Cury está disculpándose con sus hijas?” Nunca habían visto a un padre reconocer errores y disculparse, mucho menos a un psiquiatra. Muchos hijos de psicólogos y psiquiatras adquieren conflictos porque los padres no se humanizan, no logran hablarles al corazón y ser admirados por ellos. No quiero hijas que me teman, quiero que ellas me amen. Afortunadamente, nos adoran a mí y a mi esposa. Si hay amor, la obediencia es espontánea y natural. No hay nada más lindo, más poético, que padres grandes amigos de sus hijos. La perla del corazón Abrazar, besar y hablar espontáneamente con los hijos cultiva la afectividad, rompe los lazos de la soledad. Muchos europeos y americanos sufren de profunda soledad. No saben tocar a sus hijos y dialogar abiertamente con ellos. Viven en la misma casa, pero viven en mundos diferentes. El contacto y el diálogo son mágicos, crean una esfera de solidaridad, enriquecen la emoción y rescatan el sentido de la vida. Muchos jóvenes se suicidan en los países desarrollados porque raramente alguien entra en su mundo y es capaz de escucharlos sin prejuicios. Existe un concepto equivocado en psiquiatría sobre elsuicidio. Quien comete suicidio no quiere matar la vida, sino su dolor. Todas las personas que piensan en morir en el fondo tienen hambre y sed de vivir. Lo que ellas quieren destruir es el sufrimiento causado por sus conflictos, la soledad que las abate, la angustia que las agobia. Diga esto a las personas deprimidas, y verá brotar la esperanza en su interior. En mi caso, pude ayudar a muchos pacientes a encontrar valor para cambiar el rumbo de sus vidas diciéndoles estas palabras. Algunos entraban en el consultorio deseando morir, pero salían convencidos de que amaban desesperadamente vivir. En una sociedad en que padres e hijos no son amigos, la depresión y otros trastornos emocionales encuentran un medio de cultura ideal para crecer. La autoridad de los padres y el respeto por parte de sus hijos no son incompatibles con la más simple amistad. Por un lado, usted no debe ser permisivo ni un juguete en manos de sus hijos, por otro, debe intentar ser un gran amigo de ellos. Estamos en la era de la admiración. O sus hijos lo admiran o usted no tendrá influencia sobre ellos. La verdadera autoridad y el sólido respeto nacen a través del diálogo. El diálogo es una perla oculta en el corazón. Tan cara y tan accesible. Cara, porque oro y plata no la compran; accesible, porque el más miserable de los hombres puede encontrarla. Búsquela. 34 6 Los buenos padres dan información, los padres brillantes cuentan historias Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar: creatividad, inventiva, perspicacia, raciocinio esquemático, capacidad de encontrar soluciones en situaciones tensas. Los buenos padres son una enciclopedia de informaciones, los padres brillantes son agradables contadores de historias. Son creativos, perspicaces, capaces de extraer de las cosas más simples bellísimas lecciones de vida. ¿Quieren ser padres brillantes? No tengan sólo el hábito de dialogar, sino también el de contar historias. Cautiven a sus hijos con su inteligencia y afectividad, no con su autoridad, dinero o poder. Vuélvanse personas agradables. Influyan en el ambiente donde ellos están. ¿Sabe cuál es el termómetro que indica si ustedes son agradables, indiferentes o insoportables? La imagen que los hijos de sus amigos tienen de ustedes. Si ellos sienten placer en acercarse, ustedes pasaron el test. Si los evitan, ustedes fueron reprobados y tendrán que rever sus actitudes. Siempre fui un contador de historias. Mis hijas adolescentes me piden hasta el día de hoy que se las cuente. Los padres que son contadores de historias no tienen vergüenza de valerse de sus errores y dificultades para ayudar a sus hijos a zambullirse dentro de sí mismos y encontrar sus caminos. Cuando los hijos están desesperados, con miedo del mañana, con recelo de enfrentar un problema, estos padres entran en escena e inventan historias que transforman la emoción ansiosa de los hijos en una fuente de motivación. Cierta vez, una de mis hijas fue criticada por algunas jóvenes por ser una persona sencilla, por no gustar de la ostentación y también por no plegarse a una excesiva preocupación por la estética. Se estaba sintiendo rechazada y triste. Después de escucharla, liberé mi imaginación y le conté una historia. Le dije que algunas personas prefieren un bonito sol pintado en un cuadro, que otras prefieren un sol real, aunque esté tapado por nubes. Le pregunté: ¿cuál sol prefieres tú? Ella pensó y eligió el sol real. Entonces, concluí, que aunque las personas no creyeran en su sol, él estaba brillando. Tú tienes luz propia. Un día, las nubes que lo cubren se 35 disiparán y las personas lo verán. No tengas miedo de las críticas ajenas, ten miedo de perder tu luz. Ella nunca se olvidó de esta historia. Se quedó tan contenta que la contó a varias de sus amigas. Ser feliz es una práctica y no una obra de la casualidad. ¿Cuál es una de las mejores maneras de educar? Contar historias. Contar historias amplía el mundo de las ideas, airea la emoción, diluye las tensiones. La llegada de un nuevo hermano puede generar reacciones agresivas, rechazos, regresiones instintivas (por ejemplo, pérdida del control de esfínteres) y cambios de actitud en el hermano mayor, que comprometan la formación de su personalidad. El bebé se vuelve, a veces, un extraño en el hogar. Los padres habilidosos inventan historias, desde la gestación del bebé, que incluyen a ambos hermanos en experiencias divertidas y que incentivan el compañerismo. El mayor incorpora estas historias, deja de ver al hermano menor como rival y desarrolla afecto por él. Enseñe mucho hablando poco El Maestro de los maestros fue un excelente educador porque era un contador de parábolas. Cada parábola por él contada hace dos mil años era una rica historia que abría el abanico de la inteligencia, destruía prejuicios y estimulaba el pensamiento. Éste era uno de los secretos por los cuales vivía rodeado de jóvenes. Los jóvenes aprecian a las personas inteligentes. Para ser inteligente no es necesario ser un intelectual o un científico, basta con crear historias e insertar en ellas lecciones de vida. Muchos padres están enyesados dentro de sus mentes. Creen que no son creativos, que no tienen perspicacia e inteligencia. Lo cual no es cierto. Tengo la convicción, como investigador de la inteligencia, de que cada persona tiene un potencial intelectual enorme que está detenido. Me acuerdo de un paciente autista que no producía ningún pensamiento lúcido. Su incapacidad intelectual era enorme. Después de usar algunas herramientas que estimularon el fenómeno RAM, las ventanas de su memoria se abrieron. Tras dos años de tratamiento, no sólo pensaba con brillantez, sino que también contaba historias. Todos sus compañeros de clase quedaron asombrados con su imaginación. Hay un contador de historias dentro del ser humano más hermético y cerrado. Si, a veces, ni usted mismo soporta su modo cerrado de ser, ¿cómo quiere que sus hijos lo oigan? No grite, no agreda, no responda con agresividad. ¡Deténgase! Cuéntele historias a quien usted ama. Usted puede enseñar mucho hablando poco. ¡Sea intrépido y cambie! Sea inventivo. Usted puede educar mucho desgastándose poco. Los padres brillantes estimulan a sus hijos a vencer sus temores y a vivir con suavidad. Son contadores de historias, son vendedores de sueños. Si usted consigue que sus hijos sueñen, tendrá un tesoro que muchos reyes buscaron y no conquistaron. 36 37 7 Los buenos padres dan oportunidades, los padres brillantes nunca desisten Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar: aprecio por la vida, esperanza, perseverancia, motivación, determinación y capacidad de cuestionarse, de superar obstáculos y vencer fracasos. Los buenos padres son tolerantes con algunos errores de sus hijos, los padres brillantes jamás desisten, aunque los hijos los decepcionen y adquieran trastornos emocionales. El mundo puede no apostar por nuestros hijos, pero jamás debemos perder la esperanza de que ellos sean grandes seres humanos. Los padres brillantes son sembradores de ideas y no controladores de sus hijos. Ellos siembran en el suelo de su inteligencia y esperan que un día sus semillas germinen. Durante la espera puede haber desolación, pero si las semillas son buenas, un día germinarán, aun cuando los hijos se droguen, no tengan respeto por la vida y no duren en ningún empleo. Tal vez algunos padres estén leyendo este libro y llorando. Sus hijos están viviendo profundas crisis. Rechazan un tratamiento y son indiferentes a las lágrimas de las personas que los aman. ¿Qué hacer? ¿Desistir? No. Sino comportarse como el padre del hijo pródigo. El hijo desistió del padre, pero el padre nunca desistió del hijo. El hijo partió, pero el padre lo aguardó. El padre esperaba diariamente que aprendiera en la escuela de la vida las lecciones que no había aprendido a su lado. Por fin, la gran victoria. El dolor rompió la cáscara de las semillas que el padre había plantado y esculpió silenciosamente la personalidad del hijo. Él regresó.Adquirió profundas cicatrices en el alma, pero volvió más maduro y experimentado. El padre no condenó al hijo injusto, sino que le hizo una gran fiesta. Nadie entendió. El amor es incomprensible. Debemos ser poetas en la batalla de la educación. Podemos llorar, pero jamás desanimarnos. Podemos herirnos, pero jamás dejar de luchar. Debemos ver lo que nadie 38 ve. Entrever un tesoro enterrado en las rústicas piedras del corazón de nuestros hijos. Nadie se diploma en la tarea de educar Antiguamente los padres eran autoritarios; hoy lo son los hijos. Antiguamente los maestros eran los héroes de los alumnos; hoy son sus víctimas. Los jóvenes no aceptan ser contrariados. Nunca en la historia vimos a niños y jóvenes dominando de tal manera a los adultos. Los hijos se comportan como reyes cuyos deseos tienen que ser inmediatamente atendidos. En primer lugar, aprenda a decir “no” a sus hijos sin miedo. Si ellos no escuchan un “no”de sus padres, no estarán preparados a escuchar un “no” de la vida. No tendrán oportunidad de sobrevivir. En segundo lugar, cuando digan “no”, los padres no deben ceder a los chantajes ni a las presiones de los hijos. Si no, la emoción de los niños y los jóvenes se volverá un sube y baja: en un momento serán dóciles, en otro, explosivos; en un momento dado estarán animados, de inmediato, malhumorados. Si son fluctuantes y chantajistas en el ambiente social, serán excluidos. En tercer lugar, los padres tienen que dejar en claro cuáles son los puntos a negociar y cuáles son los límites innegociables. Por ejemplo, acostarse a la madrugada durante la semana y tener que despertar temprano para estudiar es inaceptable y, por lo tanto, innegociable. Por otro lado, la cantidad de tiempo en Internet y el horario de regreso a casa pueden negociarse. Si los padres incorporan los hábitos de los educadores brillantes que mencioné, podrán sin miedo, contrariar, colocar límites y decir “no” a sus hijos. Los rezongos, las rabietas, las crisis no serán destructivas, sino constructivas. Vivimos tiempos difíciles. Las reglas y los consejos psicológicos parecen no tener ya eficacia. Padres de todo el mundo se sienten perdidos, sin suelo que pisar, sin herramientas para ingresar en el mundo de sus hijos. De hecho, conquistar el planeta psíquico de nuestros hijos es tanto o más complejo que conquistar el planeta físico. Actuar en el aparato de la inteligencia es un arte que pocos aprenden. Quiero dejar en claro que los hábitos de los padres brillantes revelan que nadie se diploma en la educación de los hijos. Los que dicen “Yo sé” o “No necesito ayuda de nadie” ya están derrotados. Para educar necesitamos aprender siempre y conocer en su plenitud la palabra paciencia. Quien no tiene paciencia desiste, quien no logra aprender no encuentra caminos inteligentes. Pobres los psiquiatras que no logran aprender de sus pacientes. Pobres los padres que no logran aprender con sus hijos y corregir rutas. Pobres de los maestros que no logran aprender con sus alumnos y renovar sus herramientas. La vida es una gran escuela que poco enseña a quien no sabe leer. Como la vida es una gran escuela, los padres deben tratar de comprender los hábitos de los maestros fascinantes que describiré a continuación. Les serán útiles en su jornada. Padres y maestros son compañeros en la fantástica empresa de la educación. 39 40 Parte II Siete hábitos de los buenos maestros y de los maestros fascinantes Educar es ser un artesano de la personalidad, un poeta de la inteligencia, un sembrador de ideas. 41 1 Los buenos maestros son elocuentes, los maestros fascinantes conocen el funcionamiento de la mente Este hábito de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar en sus alumnos: capacidad para gerenciar los pensamientos, administrar las emociones, ser líder de sí mismo, trabajar pérdidas y frustraciones, superar conflictos. Los buenos maestros tienen una buena cultura académica y transmiten con seguridad y elocuencia las informaciones en el aula. Los maestros fascinantes sobrepasan esta meta. Ellos intentan conocer el funcionamiento de la mente de los alumnos para educar mejor. Para ellos, cada alumno no es un número más en el aula, sino un ser humano complejo, con necesidades peculiares. Los maestros fascinantes transforman la información en conocimiento y el conocimiento en experiencia. Saben que sólo la experiencia queda registrada de modo privilegiado en el suelo de la memoria, y que solamente ella crea avenidas en la memoria capaces de transformar la personalidad. Por eso, están aportando siempre informaciones para la experiencia de vida. La educación pasa por una crisis sin precedentes en la Historia. Los alumnos están alienados, no se concentran, no encuentran placer en aprender y son ansiosos. ¿Quién tiene la culpa? ¿Los alumnos o los padres? Ni unos ni otros. Las causas son más profundas. Las causas principales son fruto del sistema social que estimuló de modo alarmante los fenómenos que construyen los pensamientos. Estudiaremos este asunto en el apartado siguiente. El escenario de la mente de los jóvenes de hoy es distinto de aquel de los jóvenes del pasado. Los fenómenos que están en los bastidores de su mente y que producen pensamientos son los mismos, pero los actores que están en escena son otros. La calidad y la velocidad de los pensamientos cambiaron. Necesitamos conocer algunos de los papeles de la memoria y algunas áreas del proceso de construcción de la inteligencia para encontrar las herramientas necesarias y capaces de provocar un giro de 180 grados en la 42 educación. El primer hábito de un maestro fascinante es entender la mente del alumno y tratar de encontrar respuestas poco frecuentes, distintas de aquellas a las que el joven está acostumbrado. El síndrome SPA La televisión muestra más de sesenta personajes por hora con las más diversas características de personalidad. Policías irreverentes, bandidos intrépidos, personas divertidas. Estas imágenes quedan registradas en la memoria y compiten con la imagen de padres y maestros. Los resultados inconscientes de esto son graves. Los educadores pierden la capacidad de influir el mundo psíquico de los jóvenes. Sus gestos y palabras no tienen impacto emocional y, en consecuencia, no merecen un archivo privilegiado capaz de producir millares de otras emociones y pensamientos que estimulen el desarrollo de la inteligencia. Frecuentemente los educadores necesitan gritar para obtener un mínimo de atención. La mayor consecuencia del exceso de estímulos de la televisión es que contribuye a generar el síndrome del pensamiento acelerado, SPA. Nunca deberíamos habernos metido con la caja negra de la inteligencia, que es la construcción de pensamientos, pero, lamentablemente, lo hicimos. La velocidad de los pensamientos no podía ser aumentada crónicamente, pues, de suceder eso, tendrían lugar una disminución de la concentración y un aumento de la ansiedad. Es exactamente eso lo que está sucediendo con los jóvenes. La ansiedad del SPA genera compulsión por nuevos estímulos, en un intento de aliviarlo. Si bien menos intenso, el principio es el mismo que tiene lugar en la dependencia psicológica de las drogas. Los usuarios de drogas usan siempre nuevas dosis para intentar aliviar la ansiedad generada por la dependencia. Cuanto más usan, más dependientes se vuelven. Los portadores del SPA adquieren una dependencia por nuevos estímulos. Se agitan en sus asientos, mantienen conversaciones paralelas, no se concentran, molestan a los compañeros. Estos comportamientos son intentos por aliviar la ansiedad generada por el SPA. La educación está fallando, la violencia y la alienación social aumentaron, porque, sin darnos cuenta, cometimos un crimen contra la mente de los niños y los adolescentes. Tengo la convicción científica de que la velocidad de los pensamientos de los jóvenes hace un siglo era mucho menor que la actual, y por eso el modelo de educación del pasado, aunque no era ideal, funcionaba. Necesitamos un nuevo modelo de educación.Al final del libro comentaré diez técnicas para que produzcamos una educación excelente, capaz de eliminar los efectos negativos del SPA. En mis conferencias, frecuentemente pregunto a los maestros con más de diez años en el aula si ellos notan que los alumnos actuales están más agitados que los del pasado, y la 43 respuesta unánime es afirmativa. Necesitamos maestros fuera de lo común, que comprendan el anfiteatro de la mente humana. De maestros comunes está lleno el mundo. Pensar es excelente, pensar mucho es malísimo. Quien piensa mucho roba energía vital del córtex cerebral y siente una fatiga excesiva, aun sin haber hecho ejercicio físico. Éste es uno de los síntomas del SPA. Los demás síntomas son sueño insuficiente, irritabilidad, sufrimiento por anticipado, olvido, déficit de concentración, aversión a la rutina y, a veces, síntomas psicosomáticos, como dolor de cabeza, dolores musculares, taquicardia, gastritis. ¿Por qué uno de los síntomas es el olvido? Porque el cerebro tiene más juicio que nosotros y bloquea la memoria para que pensemos menos y gastemos menos energía. Muchos científicos no se dan cuenta de que el SPA es la principal causa de crisis en la educación mundial. Es algo colectivo, que alcanza a gran parte de la población adulta e infantil. Los adultos más responsables presentan un SPA más fuerte y, por eso, están más estresados. ¿Por qué? Porque tiene un trabajo intelectual más intenso, piensan más, están más preocupados. El SPA de los alumnos hace que las teorías educacionales y psicológicas del pasado casi no funcionen, porque mientras los maestros hablan, los alumnos están agitados, inquietos, desconcentrados y, para colmo, distraídos en sus pensamientos. Los maestros están presentes en el aula y los alumnos están en otro mundo. Las causas del SPA El síndrome SPA genera una hiperactividad de origen no genético. Desde los inicios de la humanidad siempre existió la hiperactividad genética, caracterizada por una ansiedad psicomotora, inquietud y agitación del pensamiento de fondo metabólico. Por eso, algunas personas siempre fueron más ansiosas, tozudas e hiperpensantes que otras. Pero ahora hay una hiperactividad funcional no genética: el SPA. ¿Cuáles son las causas del SPA? La primera, como dije, es el exceso de estímulo visual y sonoro producido por la televisión, y que alcanza frontalmente el territorio de la emoción. Noten que no estoy hablando de la calidad del contenido de la televisión, sino del exceso de estímulos, sean ellos buenos o pésimos. La segunda es el exceso de informaciones. En tercer lugar, la paranoia del consumo y de la estética, que dificulta la interiorización. Todas estas causas excitan la construcción de pensamientos y generan una psicoadaptación a los estímulos de la rutina diaria, o sea, una pérdida del placer por las pequeñas cosas cotidianas. Los portadores del SPA están siempre inquietos, intentando capturar algún estímulo que los alivie. Con respecto al exceso de información, es fundamental saber que un niño de siete años de edad de la actualidad tiene más informaciones en la memoria que un ser humano de setenta, de hace un siglo o dos. Esta avalancha de informaciones excita de modo inadecuado los cuatro grandes fenómenos que leen la memoria y que construyen cadenas 44 de pensamientos. Quien tiene SPA no logra gerenciar los pensamientos plenamente, no logra tranquilizar su mente. El mayor villano de la calidad de vida del hombre moderno no es su trabajo, ni la competencia, la carga horaria excesiva o las presiones sociales, sino el exceso de pensamientos. El SPA compromete la salud psíquica de tres maneras: rumiando el pasado y desarrollando un sentimiento de culpa, produciendo preocupaciones sobre problemas existenciales y sufriendo por anticipado. No basta con ser elocuente. Para ser un maestro fascinante es necesario conocer el alma humana para descubrir herramientas pedagógicas capaces de transformar la sala de la casa y el aula en oasis, y no en una fuente de estrés. Es una cuestión de supervivencia, pues, de lo contrario, alumnos y maestros no tendrán calidad de vida. Y esto ya está sucediendo. Veamos cómo. Destruyeron la calidad de vida del maestro Una revelación chocante. En España, el 80% de los maestros está estresado. En Inglaterra, el gobierno está teniendo dificultad en formar maestros, especialmente de enseñanza fundamental y media, porque pocos quieren esta profesión. En los demás países, la situación es igualmente crítica. De acuerdo con estudios del instituto de la Academia de Inteligencia, en Brasil, el 92% de los maestros tiene tres o más síntomas de estrés y el 41%, diez o más. Es una cifra altísima, que señala que casi la mitad de los maestros no debería estar en el aula, sino internada en una clínica antiestrés. Compare con esta otra cifra: en la población de San Pablo, dramáticamente estresada, el 22,9% tiene diez o más síntomas. Los números lo denuncian. Señalan que los maestros están casi dos veces más estresados que la población de San Pablo, que es una de las mayores y más estresantes ciudades del mundo. Creo que la situación en cualquier nación desarrollada es la misma. Los síntomas que más se destacan son los relacionados con el síndrome del pensamiento acelerado. ¿Qué tipo de batalla estamos librando para que nuestros nobles soldados que se encuentran en el frente ––los maestros–– estén enfermando colectivamente? ¿Qué tipo de educación es ésta que estamos construyendo y que está eliminando la buena calidad de vida de nuestros queridos maestros? Damos valor al mercado del petróleo, de los autos, de computadoras, pero no vemos que el mercado de la inteligencia está quebrado. No sólo los salarios y la dignidad de los maestros necesitan rescatarse, sino también su salud. Maestros y alumnos padecen colectivamente el síndrome SPA. Un pedido a los maestros fascinantes: por favor, tengan paciencia con sus alumnos. Ellos no tienen culpa de esta agresividad, alienación y agitación en el aula. Ellos son víctimas. Detrás de los peores alumnos hay un mundo por descubrir y explorar. Hay una esperanza en el caos. Necesitamos construir la escuela de nuestros sueños. ¡Aguarde! 45 46 2 Los buenos maestros poseen metodología, los maestros fascinantes poseen sensibilidad Este hábito de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar: autoestima, estabilidad, tranquilidad, capacidad de contemplación de lo bello, de perdonar, de hacer amigos, de socializar. Los buenos maestros hablan con la voz, los maestros fascinantes hablan con los ojos. Los buenos maestros son didácticos, los maestros fascinantes van más allá. Poseen sensibilidad para hablar al corazón de sus alumnos. Sea un maestro fascinante. Hable con una voz que exprese emoción. Cambie de tonalidad mientras habla. Así, usted cautivará la emoción, estimulará la concentración y aliviará el SPA de sus alumnos. Ellos desacelerarán sus pensamientos y viajarán en el mundo de sus ideas. Un maestro fascinante de matemáticas, química o lenguas es alguien capaz de conducir a sus alumnos en un viaje sin salir del lugar. Siempre que doy una conferencia, intento lograr que mis oyentes viajen, reflexionen sobre la vida, caminen dentro de sí mismos, salgan del lugar común. Un maestro fascinante es maestro de la sensibilidad. Sabe proteger la emoción en los focos de tensión. ¿Qué significa esto? Significa que no deja que la agresividad y las actitudes impensadas de sus alumnos le roben su tranquilidad. Entiende que los débiles excluyen, los fuertes acogen, los débiles condenan, los fuertes comprenden. Trata de acoger a sus alumnos y comprenderlos, incluso a los más difíciles. Observe el mundo con los ojos de un águila. Vea desde distintos ángulos la educación. Entienda que somos creadores y víctimas del sistema social que valoriza el tener y no el ser, la estética y no el contenido, el consumo y no las ideas. En lo que de nosotros depende, debemos dar nuestra pequeña contribución para generar una humanidad más saludable. No olvide que usted no es sólo
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