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Zapico Jose - El Poder de Su Sangre

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Prólogo 
 
Introducción 
 
Capítulo 1
El Sello del Pacto
 
Capítulo 2
El Sello de la Legalidad Eterna
 
Capítulo 3
El Cumplimiento de un Pacto Perfecto
 
Capítulo 4
Cuando la Voluntad es Rescatada
 
Capítulo 5
Una Corona de Espinas que Te Libra de la Ruina
 
Capítulo 6
La Espalda Flagelada Para dar Sanidad
Capítulo 7
Las Manos Traspasadas Que Restauran Tu Autoridad
 
Capítulo 8
Los Pies que te Dan Seguridad en el Caminar
 
Capítulo 9
El Costado Abierto Donde Nació la Iglesia
 
Capítulo 10
Molido por Todos los Pecados
 
Capítulo 11
La Sangre Que Fue Derramada
Capítulo 12
¿Por Qué Es Preciosa la Sangre de Jesucristo?
 
Capítulo 13
La Expiación y el Precio de Su Sangre
 
Capítulo 14
El Poder de la Regeneración
 
Epílogo
 
 
PRÓLOGO
 
 
El Poder De Su Sangre trasmite un mensaje de esperanza y de
reconciliación con el creador mismo. El lector puede experimentar
la libertad espiritual de sus propios errores y a la vez conocer la
verdad genética que tiene la sangre de Cristo llevándolo a la esencia
misma de la redención. Es una bendición contar con un material tan
bien cotejado lo cual te inspirará a amar a Dios y a servirle.
 
La doctrina de la Salvación, o la “Soteriología”, es la base
fundamental del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. También es
una de las más expuestas y cuestionables. Recuerdas el dicho:
“Removamos las bases y se destruirá el edificio”; sin embargo la
Sangre de Cristo sigue siendo testigo en la tierra y ella habla por sí
misma.
 
Vivimos en un mundo secularizado que da importancia solo al
humanismo, más que a la deidad, junto con todas sus filosofías, 
salidas del mismo, son doctrinas de error y de espíritus inmundos,
sistemas, escuelas o movimientos que fueron elaborados y fraguados
por los demonios, a fin de que al hombre no le amanezca la luz de 
la verdad que es: Jesucristo. El Apóstol Judas escribió: por nuestra
común Salvación, he sentido la necesidad de escribiros
exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez
para siempre fue entregada a los santos. Y si, porque el Evangelio
y sus doctrinas necesitan no solo de hombres de fe sino también de
hombres que sepan defender las Doctrinas de la Salvación.
 
Es tiempo de regresar al fundamento, el cual es Cristo, la piedra
angular de la Iglesia. Él también es la cabeza del cuerpo. Cristo
continúa siendo la única esperanza para el hombre y su
descendencia caída. Cristo es Dios, Él es Eterno Dios, por eso todo
en Él, es Eterno. Cristo nos amó y nos ama con amor eterno. Su
sacrificio dura por toda las edades, y su Sangre es la Sangre del
Pacto Eterno y su Salvación es Eterna. Es el cordero de Dios
inmolado. Él estaba preparado desde antes de la fundación del
mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a
nosotros.
 
Reconozco haber leído este Libro con la avidez de alguien que ama
a Dios y que con sincero deseo escudriña, lo que se escribe acerca
de Él. Entiendo que la obra de Dios está revelada por su Santo
Espíritu en las Sagradas Escrituras, pero con temor de Dios en mi
corazón, aconsejo la lectura de este libro. Este no es un libro más.
Con esta frase no deseo desalentar su lectura, todo lo contrario,
animarlo porque es un extraordinario “Tratado de Teología” acerca
de la Doctrina de la Salvación, elaborado por un hombre con mucho
equilibrio doctrinal en el conocimiento y enseñanzas de la Palabra
de Dios. Este tratado está escrito en un lenguaje sencillo y
comprensible, pero al mismo tiempo profundo por su contenido
escritural, de gran inspiración y fe, que puede remover dentro de ti,
estructuras humanas y religiosas para llevarte de regreso al amor del
Padre a través de su Hijo Jesucristo; colocando la Sangre de Cristo,
en los Lugares Espirituales necesarios para testimonio de los hijos
Dios y preservación de la vida.
 
Sé que se ha escrito mucho acerca del tema de la Sangre de Cristo,
sin embargo, quiero regalarte este versículo para que abras tu
corazón y tu mente a nuevas ministraciones que han de bendecir tu
vida., este se encuentra en 1 Corintios 13:12 Porque ahora vemos
por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara;
ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como
he sido conocido.
 
Deseo aprovechar para dar gracias a Dios por la vida del Apóstol
Jose A. Zapico, su esposa Pastora Lidia, sus hijos y el equipo
ministerial, que tan arduamente trabajan para Gloria y Honra de
nuestro Señor Jesucristo para la edificación de su cuerpo que es, la
Iglesia del Rapto.
 
Apóstol Raúl Martínez.
Iglesia de Cristo Gerizim
Ministerios Ebenezer
Dallas, Texas—U.S.A.
 
 
INTRODUCCIÓN
 
 
He sentido la profunda inquietud de escribir acerca de este tema tan
importante, desglosado ampliamente en todas las sagradas
escrituras, ciertamente El Poder de su Sangre es un libro que te va a
enseñar de qué manera “la sangre de Cristo” es usada en forma
intensa en el Nuevo Testamento, ya que ella es la expresión de la
muerte sacrificial y la obra completa de expiación de Jesús a favor
de todo aquel que esté dispuesto en reconocer a Jesucristo como
único y verdadero Salvador de su vida.
 
Cada referencia a la sangre de Jesucristo incluyen la realidad de que
Él literalmente se desangró desde el Getsemaní hasta la cruz en el
Calvario, sí, allí finalmente derramó por completo su sangre y murió
por todos los pecadores.
 
La sangre de Cristo tiene el poder por completo de expiar los
pecados cometidos por todos aquellos que estén dispuesto a creer en
lo que Él hizo, es evidente que a partir desde ese mismo instante
todos aquellos que ponen su fe en esa sangre y sean lavados por ella
serán salvados.
 
La realidad de la sangre de Cristo como medio de expiación por el
pecado, tuvo su origen en la Ley dada a Moisés, o sea era sombra de
lo que había de venir.
 
Es por lo tanto importante entender que una vez al año, el sacerdote
debía hacer una ofrenda de la sangre de animales sobre el altar del
templo por los pecados del pueblo.
 
Hebreos 9:22 LBLA
Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin
derramamiento de sangre no hay perdón.
 
Pero esta era una ofrenda de sangre que estaba limitada en su
efectividad, por lo que tenía que ser ofrecida una y otra vez. Esta era
una figura de lo que futuramente seria el verdadero sacrificio de
Jesús ofrecido en la cruz, “una vez y para siempre” según Hebreos
7:27.
 
La verdad central de esto es que una vez que fue hecho ese
sacrificio, ya no hubo necesidad de la sangre de toros y machos
cabríos. La sangre de Cristo es la base del Nuevo Pacto. La noche
anterior a su crucifixión, Jesús ofreció la copa de vino a Sus
discípulos diciendo:
 
Lucas 22:20 LBLA
… Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por
vosotros.
 
Cuando fue vertido el vino en la copa, esto era tipo y figura de la
sangre de Cristo que sería derramada por todos los que creerían en
Él.
 
Cuando derramó su sangre en la cruz, Jesús eliminó la
responsabilidad del Antiguo Pacto que era el continuo sacrificio de
animales. Esa sangre no era suficiente para cubrir los pecados del
pueblo, excepto de una manera temporal, porque el pecado contra un
Dios santo e infinito, requiere un sacrificio santo e infinito.
 
Hebreos 10:3 LBLA
3 Pero en esos sacrificios hay un recordatorio de pecados año tras
año. 4 Porque es imposible que la sangre de toros y de machos
cabríos quite los pecados.
 
Mientras que la sangre de toros y machos cabríos era un
“recordatorio” del pecado, “la sangre preciosa de Cristo, un cordero
sin mancha o defecto.” (1 Pedro 1:19), pagó totalmente la deuda del
pecado que debíamos ante Dios, y ya no necesitamos más sacrificio
por el pecado. Jesús dijo, “¡Consumado es!” mientras Él moría, y
con eso quiso decir que, la obra completa de redención fue hecha
para siempre, “habiendo obtenidoredención eterna” para nosotros
(Hebreos 9:12).
 
La sangre de Cristo no solo redime a los creyentes del pecado y el
castigo eterno, sino que “su sangre purificará nuestra conciencia de
obras muertas para servir al Dios vivo”(Hebreos 9:14).
 
Esto significa que no solo somos ahora libres de ofrecer sacrificios,
los cuales son “inútiles” para obtener la salvación, sino que somos
libres de depender de los sacrificios de animales para complacer a
Dios. Porque la sangre de Cristo nos ha redimido, ahora somos
nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17) y por su sangre somos
liberados del pecado para servir al Dios vivo, para glorificarle,
gozándonos con Él por la eternidad.
 
Anhelo profundamente que al leer este libro capítulo por capítulo,
puedas recibir un nivel mayor de fe para discernir intensamente el
poder que hay en la sangre de Jesús.
 
El Autor
 
Capítulo 1
 
 
EL SELLO DEL PACTO
 
 
 
 
 
 
Cuando tú tienes una profunda revelación de lo que es el pacto de
Dios en tu vida, eso te dará estabilidad espiritual y una profunda
pasión por amar a Dios, entenderás que el pacto con Él nunca se
rompe, y si eso llegara a suceder es por desobediencia del ser
humano y no por parte de Dios.
 
Un testamento para que sea válido, tiene que tener un sello y una
firma. El pacto de Dios, que es un acuerdo de bendición, gracia y
misericordia también tiene que tener un sello que establezca y
legalice el pacto que Dios ha constituido.
 
Hebreos 13:20-21 RVR1960
20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto
eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su
voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él
por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
 
El acuerdo que Dios ha hecho tiene garantía. El sello que legaliza y
certifica el pacto delante de Dios es la Sangre de Jesús. Esta sangre
no es cualquiera ni es común, no es sangre de animales, no fue
derramada en altares de sacrificios; es la Sangre de Cristo, que fue
derramada para establecer la legalidad del Pacto y fue utilizada
como el sello que le da garantía.
 
¿Quienes son los que participan en ese pacto o alianza?
 
1. El Padre: en el pacto, a Dios Padre se le conoce como
el “Dios de Paz”.
2. Jesucristo: Se le conoce como el “Gran Pastor de las
ovejas.” El ministerio Pastoral es importante, y fue el
primero que Jesús desempeño. Si no hay Pastor no hay
ovejas, porque el Pastor, es el que dirige y alimenta el
rebaño.
3. Ovejas: Tú eres oveja si tienes a Jesús como tu Pastor.
Él no pastorea, ni cabritos, ni cerditos. Los que entran en ese
pacto, son los que saben que Jesucristo fue el Salvador de sus
vidas, y lo reconocen a Él como la cabeza de todo; y le dan
toda la gloria, la alabanza y la adoración. La cabeza de la
Iglesia no es un hombre, mujer o un sistema, es Jesucristo.
 
El Señor capacita hombres y mujeres que se someten a la cabeza
principal que es Jesucristo; nosotros somos el cuerpo operante en la
tierra, pero Él es la cabeza que lo llena todo. Él es el representante
legal autorizado ante la Presencia de Dios. Jesús aboga por ti delante
del Padre. Recuerda: Él es tu Pastor y tu defensor. El diablo siempre
querrá acusarte e ir delante de Dios con mentiras porque actúa como
un fiscal, pero Jesús es tu maravilloso abogado; el defensor que
nunca pierde una causa.
 
Siempre que mantengas a Jesús como tu abogado y mediador ante la
Presencia de Dios, Satanás será aplastado por Jesús, porque el
enemigo aunque quiera venir a acusarte, tendrás un defensor por
excelencia que se llama Jesucristo.
 
Bajo el pacto de la ley, Dios es el Dios de venganza. Él era conocido
como un Dios santo y temible, y no había escapatoria para el que
fallaba, pues era penado con la muerte. Pero para los que viven bajo
la gracia, el Padre celestial es el Dios de Paz.
 
El mundo entero vive en un estado de aflicción, agonía, estrés,
desesperación y amargura; el hombre en su interior no encuentra
paz, pues el pecado lo hace vivir inseguro, y en desconocimiento de
la oportunidad que Dios le otorga en amor y misericordia.
 
 
EL PACTO ETERNO GARANTIZA PAZ ETERNA
 
Cuando tú conoces el pacto de misericordia y de favor que ha sido
derramado sobre tu vida, Él se te revelará como el Dios de paz. No
vivas en aflicción, no vivas en desesperación, no dejes que el diablo
te robe la paz, pues tu Padre Celestial es el Dios de paz.
 
Si tú reconoces a Cristo como tu Salvador, no puedes estar viviendo
en un estado de guerra y conflicto; pues todo debe ser paz entre tú y
Dios. Si vas a estar en guerra que sea entre Satanás y los demonios,
no contra tus hermanos en la fe y mucho menos vivir enojado con
Dios.
 
Tu guerra debe ser contra todo lo que intenta detener el desarrollo de
tu vida espiritual, pero en lo que se refiere a Dios, tienes que estar en
paz con Él. El estrés indica que no tienes paz en tu interior, pero el
pacto sellado con la Sangre de Jesús, te demuestra que tu Dios es
Dios de paz, porque Jesús es tu representante, tu cabeza, tu abogado
y defensor eterno.
 
El pacto eterno garantiza paz eterna. No puedes vivir en la contienda
del pasado, y no le permitas a nadie que traiga discordia a tu
espíritu, alma o mente; reprende en el Nombre de Jesús, el espíritu
de pelea, odio, venganza, rencor, o de enojo constante, porque
cuando vives en el pacto eterno, Dios establece una relación de paz
con Él. En Cristo estas en paz.
 
Cuando tú conoces al Dios de paz, permaneces en quietud y reposo
para que seas salvo.
 
Isaías 30:15 RVR1960
Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y
en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra
fortaleza.
 
Salmo 46:10 RVR1960
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.
 
No importa la presión que haya afuera, si tú tienes intimidad con
Dios y relación con Él, no temerás que se levante la contienda del
pasado, porque tú tienes en Cristo un pacto que te garantiza paz
eterna.
 
Filipenses 4:7 RVR1960
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
 
Cuando tú tienes revelación del Dios de paz, serás inamovible en tu
manera de pensar, y esa paz que experimentaras, no la entenderás,
porque es más de lo que tu mente podrá concebir. La paz de Dios
por medio de Jesús sobrepasará todo entendimiento y Él se
encargará de tus enemigos. Recuerda que Dios tiene control de todas
las cosas que ocurren en los cielos y debajo de los cielos, y tú que
eres su hijo, estás bajo esa cobertura.
 
Tienes que tener cuidado, porque muchas veces aparecerán los
ruidos del infierno que te van a decir algo como: “…no te vas a
defender, no vas hacer nada, no vas aclarar la situación?...”
Recuerda que la paz de Dios tiene que ver con el Pacto de
Jesucristo, y eso te hace ser una persona segura de lo que tienes y de
lo que eres.
 
Cuando la gente quiere arreglar sus problemas por si mismos sin
contar con el consejo de Dios; lo harán en sus fuerzas humanas. Por
eso, muchos se equivocan y en lugar de arreglar las cosas las
empeoran. Todo lo que se hace en las propias fuerzas, no
corresponde al nivel de una vida que ha entrado a la relación de un
nuevo pacto con Dios y no con los hombres.
 
No te preocupes si la gente no entiende porque tienes tanta paz en
medio de todas las luchas que te han sobrevenido de afuera. Ellos no
comprenderán, como tu paciencia no se ha desbordado, y porque no
estás en un mar de nervios como vive la gente en el estrés del
mundo; entonces tú puedes aprovechar para responderles:
 
“es que la paz de Dios sobre pasa todo entendimiento, y yo tengo
esa paz…la seguridad que tú ves en mí, es porque se quién soy en
Dios, sé a dónde voy y confió en las promesas que Él ha hecho a
mi vida; estoy ligado a un pacto de eternidad.”
 
En Jesús hay más que suficiente, y si tú no tienes lo suficiente… es
porque hace falta más de Jesús en tu vida. Nunca te menosprecies
por lo que tú eres, o comotú luces. En Jesucristo hay suficiente
belleza para cubrir tus deformidades. Cuando Jesús te ve, lo hace a
través del pacto que te cubre, que es el sello de su Sangre. Y cuando
te ven, tienes una belleza interior que superara en creces la
superficial. En Jesús, eres hermoso. En Jesús hay suficientes
méritos, para cubrir tus desméritos.
 
Hay un acuerdo legal, un testamento que ha sido suficientemente
legalizado, pues hay eficacia en la Sangre expiatoria de Jesucristo,
tu gran Sumo Sacerdote. La Sangre de Cristo es suficientemente
poderosa, para lavar tus transgresiones, pecados y rebelión. La
Sangre de Jesús lava tu conciencia de obras muertas del pasado. El
poder de la Sangre de Cristo es eficaz para darte limpieza de todos
tus pecados y santificarte para Dios.
 
En esta hora de angustia, mira al Dios de paz. ¿Sabes cuantos
millonarios, pagarían por tener la paz que tú tienes ahora? El dinero
no otorga paz. La fama no te da paz. El número de suicidios entre la
gente que vive en países industrializados es altísimo, ellos no tienen
paz, pues esa es una consecuencia de vivir cerca de Dios y confiar
en Él y sus promesas.
 
Jesús es el único Salvador, pues con su Sangre selló el acuerdo del
Pacto, solo Él te puede conducir a la tierra prometida; tierra que te
ha sido dada por un pacto divino y no por un pacto de hombre.
Tierra de reposo y paz. Cuando las cosas en el mundo se pongan
difíciles tú no te preocuparás, porque tú has hecho que Dios sea tu
Paz, Dios resolverá el problema sacándote del oprobio y librándote
del día de la ira y de la angustia que afligirá a los que moran en la
tierra.
 
Jesús te trae hacia su Reino porque Él te rescata y te saca de donde
estabas. Jesús es tu Señor, porque tienes una relación especial con su
soberanía como con su Salvación.
 
Hay mucha gente en la iglesia que no saben si están salvos; son muy
religiosos, pero no tienen la seguridad de la salvación. Jesús te da la
revelación que Él te salva. En esa revelación del sello del pacto, Él
es el gran Pastor.
 
Pero Jesús no solo es Pastor, Él también se convierte en el cordero
sacrificado por ti en la cruz para limpiar tu pecado y tu maldad.
Jesús muere en la cruz como cordero, pero no resucita como cordero
sino como Pastor, por eso es que en la revelación del pacto se le
llama el Gran Pastor de las ovejas.
 
El buen Pastor da su vida por las ovejas…aquí no dice…el “buen
Apóstol”, dice “El buen Pastor”, Jesús se revela como El buen
Pastor que da su vida por las ovejas, y en su resurrección nos
pastorea y nos lleva a descansar a lugares de delicados pastos.
 
El que tiene visión pastoral, protege las ovejas y las guía a buenos
lugares, él corre detrás de ellas y las detiene antes que caigan por el
despeñadero. El buen Pastor sabe el peligro que corren las ovejas.
Las ovejas son los animales más torpes que existen, por eso el Pastor
necesita una vara y un cayado; la vara es para pegarle al lobo, y el
cayado es para atraer a la oveja que se está alejando.
 
1 Pedro 5:4 RVR1960
Y cuando aparezca el príncipe de los pastores, entonces vosotros,
también seréis manifestados con El en gloria.
 
El pastor bueno o malo tendrá que dar cuenta al Príncipe de los
Pastores. No debemos perder el sentido de lo que Dios nos dice en
su Palabra. Él vino a vencer, y nunca fue derrotado.
 
 
LOS PASTORES EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
 
1. Abel fue el pastor que dio testimonio. Él daba sacrificio
de sus animales. Él derramó la sangre que clamó desde
la tierra. Él fue el primero que hizo sacrificios aunque
la ley no había sido establecida. Este era el periodo de
la conciencia.
2. Abraham, el Pastor separador. El apartó sus ovejas de
las de Lot; él llevó su rebaño a un país lejano donde
habitaron solos. Él le dijo a Lot que su rebaño se estaba
peleando con el de él y que era mejor que cada uno
tomara el suyo. Abraham se conoce como intercesor,
profeta, guerrero, pero también como un pastor que
encaminó su rebaño al lugar que Dios le había dado
como herencia.
3. Isaac, es el Pastor tranquilo. Él cavaba pozos para que
su rebaño tuviera agua y que comer. El Pastor Isaac
prosperó de manera especial. El Señor le dijo a Isaac:
“haz muchos y no pocos pozos”, y de un momento a
otro, todos los pozos se llenaron de agua. Tú debes
depender de Dios y no en el hombre. La enseñanza es
cavar pozos para que las ovejas beban agua en
abundancia.
4. Jacob el Pastor que es garantía para las ovejas. Él peleó
con un ángel y le dijo: “no te suelto hasta que no me
bendigas”. Y aunque quedó medio mal en su cadera, el
obtuvo la bendición; y aunque su suegro lo engaño, el
Señor lo respaldo con sus ovejas rayadas. Jacob se las
gano sin importar todo lo que tenía que trabajar por
ellas; pues el propósito era llevarlas al destino de Dios.
5. José, el Pastor que preside sobre Egipto por causa de
Israel. Cuando su padre Jacob estaba muriendo
pronunció estas palabras “por el nombre del Pastor, la
roca de Israel”. Él estaba declarando una parte profética
en las Escrituras, porque declaro por el nombre del
Pastor, la roca de Israel, y de quien estaban hablando
era de Jesús. En medio de la incertidumbre, pánico y
hambre, Dios se revela a un hombre que ama a Dios.
6. Moisés el Pastor elegido, que conduce al pueblo de
Dios hacia la tierra prometida, alimentándolos con el
maná y dándoles de beber de la roca herida, que
representa a Cristo herido por nosotros en la cruz.
7. David, tipo y figura de Jesús mismo. Reinando en
herencia de pacto sobre su propio pueblo, como un
glorioso rey, en medio de todos ellos, a pesar de la
batalla y la resistencia, David conocía a Dios, él le
dijo…”podrá este incircunciso gigante, vencernos a
nosotros que estamos bajo el pacto de Dios”?
 
La palabra incircunciso significa un hombre que no tiene pacto de
Dios en su vida, porque la circuncisión era parte del pacto que Dios
había establecido para Israel. Dios es tu abogado, representante legal
y no tienes por qué temer. David sabía que Goliat, era incircunciso y
si no había cortado su carne, estaba vencido por el Dios de los
ejércitos. La gente de pacto es la que corta con su carne.
 
El pacto es verbal, escrito y por sangre. Por eso el matrimonio es un
pacto de sangre y no puede ser violado. El que viola el pacto de
sangre tendrá que enfrentarse con Dios mismo. La sangre legaliza el
pacto. Cuando una mujer da a luz, el bebé sale untado de sangre. En
este pacto tienes que haber sido sellado y marcado por la Sangre, de
nuestro Señor, es su preciosa Sangre que nos hace aptos.
 
 
 
Capítulo 2
 
 
EL SELLO DE LA LEGALIDAD
ETERNA
 
 
 
 
 
Cuando se habla de pacto de Dios, se entiende que es un acuerdo o
una alianza establecida entre Él y los humanos. El pacto se
formalizó cuando el Padre y el Hijo se pusieron de acuerdo, y el
cumplimiento se da cuando interviene el Espíritu Santo. En el pacto,
el Padre tuvo que enviar el Cordero perfecto (porque lo que Él hizo
fue completo y hecho de una vez y para siempre) y el poder de su
Espíritu tuve que intervenir.
 
Hebreos 13:20-21 RVR1960
20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto
eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su
voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él
por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
 
En los capítulos anteriores se explicó los nombres en los cuales se
estableció el pacto. El primero, Dios el Padre, revelándose como el
Dios de Paz; en segundo lugar, se manifestó el Redentor Jesucristo,
dejándose ver como el gran Pastor de las ovejas, el Príncipe de los
Pastores.
El pacto de Dios por medio del Sello de la Sangre de Jesucristo tiene
legalidad. Satanás es padre de mentira; y todo lo que nace de Dios,
Satanás intentará imitarlo de alguna manera, de una forma
distorsionada, corrupta y pecaminosa.
 
Por ejemplo, la profecía es un don de Dios y el ministerio profético
es poder ver por adelantado y hablar por voz de Dios lo que Él
quiere hacer; entonces Satanás intentaráhacer una fotocopia del
original de Dios y le exigirá a sus seguidores que pacten con él a
través de sacrificio de sangre; es por eso que los satanistas muchas
veces sacrifican niños y seres humanos.
 
Para afirmar esa práctica en ellos, esos pactos son de muerte,
condenación, opresión, esclavitud, de miseria y tormento. Pero el
pacto de Dios no es temporal que se esfuma con el correr del
tiempo, el Pacto de Dios y su Sello fue hecho de una vez y para
siempre; a través de Jesucristo.
 
 
EL SELLO DEL PACTO ES ETERNO
 
El sello del pacto no exige que cada año te presentes delante de la
presencia de Dios con un nuevo sacrificio, sino que el pacto y el
sello fue una vez y para siempre. El pacto que la Biblia certifica fue
establecido por la Sangre de Cristo, y es un pacto eterno.
 
Cuando entiendes por revelación que el pacto que Dios ha hecho
contigo no ha sido por una temporada sino que es indefinido, eso te
dará seguridad y convicción de que tu no le puedes ser fiel al Señor
por un tiempo y luego apartarte y olvidarte de Él. Tu fidelidad hacia
Dios tiene que ser eterna y no solo cuando te sientas bien, o cuando
las cosas estén calmadas y tranquilas.
 
Eso te debe desafiar a comprometerte diciéndole a Dios que tú
quieres amarle y serle fiel todos los días de tu vida. Tu compromiso
no está con el hombre, la sociedad o un sistema, es con Jesucristo.
 
Cuando una persona está débil o tiene anemia, es porque tiene falta
o carencia de glóbulos rojos. Su nivel de sangre ha descendido, y
cuando hay más glóbulos blancos entonces la persona esta inclinada
a una anemia, y eso le podría producir infecciones, pues la persona
no tendrá la capacidad de contrarrestar ciertos tipos de virus y
bacterias. Este tipo de personas se volverán vulnerables a cualquier
contaminación ambiental. Por eso los médicos les recomendarán que
hagan una dieta especial para subir los glóbulos rojos, porque si no,
será vulnerable a todo tipo de contagio.
 
En el mundo espiritual, el pacto de la Sangre te sella, te libra del mal
e impedirá que seas contaminado, porque tendrás los glóbulos rojos
en una cantidad superior a la propia sangre de tu cuerpo. La sangre
de Jesús, el hijo de Dios es una sangre perfecta, un ADN impecable
y perfecto, y no hay contaminación en su sangre.
 
Cuando tú eres sellado con la Sangre de Cristo, eres inmune a
cualquier virus y bacteria que pueda venir contra ti. Tú estarás
cubierto con la Sangre del Pacto y esa Sangre señalará en el mundo
espiritual que eres heredero y coheredero con Cristo Jesús Señor
nuestro. Esto significa que si tú tienes la aprobación de Dios, el
pacto que Él estableció sobre tu vida estará marcado con el sello de
la Sangre de Cristo y no solo te hará capaz de gozar de la plenitud
del pacto y su protección sino que te dará autenticidad legal para
hacerte semejante al que selló el pacto, es decir a Jesucristo.
 
Él fue Unigénito cuando nació, pero cuando se levantó entre los
muertos, fue el primogénito de los que debían de resucitar; es decir,
que después de Él iban a venir muchos más. En la Biblia dice que
cuando Jesús se levantó entre los muertos, fue tal el poder de la
resurrección, que casi 500 personas se levantaron con Él y
resucitaron. Esto era símbolo y figura profética de lo que el Señor
haría en un futuro. Por eso la Biblia dice que los muertos en Cristo
resucitaran primero.
 
Cuando Él vino como el Salvador, Mesías y Señor para salvarnos y
redimirnos, Jesucristo se reveló como el Unigénito del Padre, pero
cuando resucitó ya no era el Unigénito porque a través de ese pacto,
había sido crucificado en la cruz y se ofreció como Cordero para
convertirse después en Pastor.
 
Si Dios dice que este pacto es eterno, ¿tú crees que solo seremos
mortales? ¿para qué queremos un pacto eterno si no seremos
eternos? Entonces resumiendo, por medio del sello del pacto no solo
te hizo coheredero con Cristo, sino semejante a su Hijo unigénito. El
sello del pacto, es un pacto eterno porque ya eres eterno.
 
Para que el Pacto sea firme, debe haber sangre para que permanezca.
Y la Sangre del Hijo de Dios es perfecta. Juan el Bautista lo
identificó en medio de la multitud como el Perfecto Cordero que
quitaba el pecado del mundo. La Sangre de Cristo nos hace aptos y
aceptos dentro del pacto; este es un pacto firme y obligatorio, es más
fácil que pase el cielo y la tierra a que una tilde del cumplimiento
del pacto deje de cumplirse.
 
La Sangre del Hijo de Dios es vida, y es efectiva para ser aplicada
ante cualquier pecado del ser humano cuando este se arrepiente de
todo corazón. La Sangre no solo confirmó el pacto, sino que
realmente lo cumplió, porque la condición para el cumplimiento del
Antiguo Pacto, requería que para que el pecado fuera cancelado,
perdonado o cubierto tenía que haber un sacrificio de Sangre, por lo
tanto ante Dios puedes decir que Él te ha perdonado y su Sangre
(que garantiza el pacto eterno), no solo cubrió sino que lo quitó.
 
El pecado mata, destruye, pervierte, corroe, abre legalmente las
puertas para que entren los demonios y operen en la vida de los seres
humanos. Cristo debía sufrir en tu lugar, pero Él pagó el precio. Él
fue tu sustituto eterno, sufrió por tus pecados y cumplió ante Dios
las demandas de la ley divina que eran muerte por el pecado. Jesús
honró la ley del Padre que era satisfacer la demanda por medio de la
Sangre.
 
Jeremías 32:40 RVR1960
Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles
bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se
aparten de mí.
 
Por amor al Pacto Eterno con Israel, en un día determinado, Dios
extenderá su mano, y volverá a reactivar después de un trato de 7
años, un pacto eterno que establecerá un reino milenial. Dios declara
a través del escritor de hebreos que nosotros cumplimos con el pacto
eterno.
¿Cumplió Dios el pacto? ¿Cuál es la parte del pacto que tiene que
ser cumplida?, en lo que se refiere a Jesús, Él se comprometió a
sufrir por nosotros y pagar por nuestro pecado, es decir, el Señor
escogió la peor parte, la más difícil que era morir por el pecado de la
humanidad.
 
La humanidad por sentencia divina merecía morir, pero Jesús dijo,
un momento; “yo voy hacer la parte del pacto que es peor para
ellos, porque si ellos mueren bajo la sentencia de pecado nunca
tendrán remisión por sus faltas y delitos. Si Yo muero, tomando la
forma humana de ellos, entonces el Padre me resucitara al tercer
día, y podrán disfrutar de una vida plena y abundante, porque Yo
cargue, morí, y fui sepultado con sus pecados… pues no resucite
con relación al pecado, sino para darles vida aquellos por los
cuales Yo morí en la cruz”
 
Como Jesús fue nuestro representante en la cruz y fue crucificado,
nosotros fuimos incorporados juntamente con Él en la cruz. Él
sufrió, fue escarnecido, tomo nuestro lugar y nosotros en Él fuimos
crucificados. Recuerda que lo primero que hace el pacto de Dios es
que corta tu carne, tus apetitos desordenados y te hace libre de los
vicios de la naturaleza caída y pecaminosa; es ahí cuando comienzas
a ser cambiado en otra persona. Es imposible que gente de pacto
siga siendo mentirosa, teniendo relaciones sexuales ilícitas,
bebiendo alcohol o consumiendo drogas. Si la carne está viva, va a
reaccionar y decir que se siente orgullosa de ser como es.
 
En Israel, a los niños se le circuncidaba a los ocho días de nacido;
medicamente está comprobado que en el octavo día esa parte de su
órgano esta anestesiado, y que es el momento oportuno para cortar
parte de su carne porque no tendrían dolor. La Biblia nos habla de
una circuncisión, no solo de la ley judía sino de la ley divina del
pacto eterno.
 
De acuerdo con esto, a las personas nacidas de nuevo en la
revelación del nuevo pacto, deberían ser bautizadas justo al octavo
día, porque cuando la persona se bautiza, es un indicativo en el
mundo espiritual de que muere para el mundo para resucitar para
Cristo. Cuando alguien se convierte, está en pleno fervor del amor
por Cristo y su carne esta como anestesiada por la gloria y la
experienciaque está viviendo. Esos son los primeros días de vida,
cuando se goza de un pacto diferente con Dios y su Presencia; en
esos primeros días habría que bautizar la gente.
 
La Palabra de Dios es como espada de doble filo, así que el que
quiere cortar con su carne, deje que el cuchillo de la Palabra penetre
hasta lo más profundo de tu ser interior, porque te van a hacer una
separación de la carne y del espíritu y te van a cortar el deseo de
seguir pecando. Entonces podrás decir… “ya no vivo yo, mas Cristo
vive en mi”.
 
Jesús me represento en la cruz y en el sepulcro, así que la expresión
“sopórtame como soy”, no se puede aceptar, porque tú debes estar
sepultado juntamente con Cristo. Jesús sufrió como hombre, fue
sepultado como hombre, y todo lo que le paso a Él, le paso al
rebaño.
 
Gloria al Señor, que Él que dormía, había sido refrescado por el
sueño de la muerte; porque cuando se levantó, lo hizo con relación a
la vida y a la eternidad. Tú eres muerto con Cristo y sepultado con
relación a la muerte y al pecado. Tú fuiste muerto y resucitaste con
Él para tener participación del pacto eterno. Cuando Él se levanta,
Dios le da un Nombre de pacto eterno, Nombre que es sobre todo
nombre, para que en el Nombre de Jesús, se doble toda rodilla y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor.
 
Lo que ha sido hecho con Jesús, fue también hecho con todo su
Pueblo. Jesús resucitó como el gran Pastor, de la mañana victoriosa.
Todo lo que tiene el pastor, lo tienen las ovejas. Si el pastor tiene
triunfo, las ovejas tienen triunfo. Si el pastor tiene fuerza las ovejas
tienen fuerzas.
 
 
Capítulo 3
 
El Cumplimiento de un pacto
Perfecto
 
 
 
 
 
Cuando tienes revelación de lo que Dios hizo contigo por medio de
Jesús, vas a darle mayor valor a tu compromiso en la vida cristiana.
Dios no envió su Hijo al mundo para que Él estableciera una
religión, sino para que extendiera su poderosa mano en beneficio
tuyo y para que toda la humanidad sea alcanzada, no por una
religión sino por la vida que emana de la presencia de Dios.
 
 
EL CUMPLIMIENTO DEL PACTO
 
Nunca fue el deseo de Dios, ni del Espíritu Santo y mucho menos de
Jesucristo dar a la humanidad una religión cargada de dogmas, ritos
y sacramentos que los seres humanos nunca lograran cumplir. Dios
se revela para decirte que a través de Él hay una vida diferente a la
que enseña la religión. Cuando se habla de Jesucristo, es una vida
escondida que radica en la relación de un pacto.
 
Dios resucitó a Jesucristo nuestro Señor el gran Pastor de las ovejas,
por la Sangre del Pacto Eterno. El Dios de paz, hizo el pacto a favor
tuyo; Él cargó con tus pecados, y se comprometió a sufrir por ellos
para que tú no sigas cargándolos, ya que ellos te habían separado de
Dios.
 
 
LA BENDICIÓN DEL PACTO
 
¿En qué consiste esto? El Poder y el querer…Dios desea bendecirte
y derramar sobre tu vida esas bendiciones maravillosas, pero si no
anhelas ser parte del pacto, Dios no te puede bendecir como 
Él quisiera. El beneficio siempre será para ti, pero tienes que
buscarlo con todo tu corazón.
 
Dios está comprometido en dar sus lluvias de bendiciones a gente de
pacto, es decir, gente comprometida, responsable, fiel, obediente,
entregada, rendida, santa y pura. Más que todo lo pasajero que el
mundo exterior pueda ofrecerte está el pacto de Dios en garantía
absoluta sobre tu vida. Si eres parte del pacto debes anhelar servir a
Dios. ¿Como conoces que una persona está comprometida con el
pacto de Dios en su vida?, por el hecho de como sirve a Dios.
Ninguna persona de pacto será pasiva, y solo estará sentada en una
iglesia. Una persona de pacto estará comprometida de por vida, a
servir al Señor.
 
¿Cómo determinar si una vida ha hecho un pacto con Dios? En la
medida de su entrega y servicio a Él.
 
Marcos 9:35 RVR1960
Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere
ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.
 
Marcos 10:43 RVR1960
Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor.
 
Hoy en día muchos quieren ser grandes para que lo sirvan y no para
servir. En el Reino de Dios es diferente, cuando más siervo eres,
más te entregas a servir a los otros en su obra. En el pacto hay dos
partes: lo que Dios va hacer y lo que tú tienes que hacer. Cuando
estas comprometido en el pacto con Dios es imposible fallarle y
desobedecerle. La gente que ha sido infiel en el servicio a Dios es
aquella que no ha tenido el amplio conocimiento de lo que es el
pacto revelado a través de los hombres.
 
El antiguo pacto decía… “ahí están las tablas de piedra, tienes que
obedecer cada palabra que está escrita ahí…si lo haces vivirás, sino
lo haces, morirás irremediablemente”.
 
Gracias a Dios por el nuevo pacto, porque si todavía viviéramos
bajo la antigua ley en esta época, nos quedábamos sin miembros en
las iglesias. El antiguo pacto significaba obediencia; les gustara o no
le gustara, les agradara o no le agradara, porque si no se obedecía el
castigo era la muerte. El hombre nunca jamás pudo obedecer a Dios
por su propia cuenta y no encontró paz por medio de la ley. Pero en
este nuevo acuerdo establecido entre el Padre, Jesús el Redentor, y
el Espíritu Santo, Dios estableció un nuevo pacto que otorga
compromisos y beneficios de una manera diferente.
 
Dios lo explica de esta manera… “nunca más me acordare de sus
pecados…nunca más me acordare de sus iniquidades, porque daré
Mi ley en su mente y la escribiré en su corazón y pondré Mi temor
en el corazón de ellos para que no se aparten de Mi”…
 
El nuevo pacto no se trata de leyes escritas en tablas de piedra, sino
leyes escritas en el corazón humano. En el nuevo pacto Dios dice
que “nunca más” se acordara de tus pecados e iniquidades; por eso
no debes permitir que nadie te recuerde tu pasado, y mucho menos
que el enemigo vomite encima de ti cosas que hacías antes de
pertenecer a este nuevo pacto.
 
En el pacto no existe ni trueque ni intercambio, no se trata que tú le
des mil para que Él te de cien mil; eso con Dios no funciona. No se
trata de que si tú haces, Dios hace… no!! Aunque Dios no haga
nada, tú siempre debes ser obediente.
 
Tu no le puedes decir a Dios: “Si tú haces eso, te sirvo… si Tú me
sanas, te sirvo” ¿y qué pasaría si en la divina voluntad del Creador,
no te sanarás? Recuerda, Dios es soberano. Hay gente que dice…
“si Dios me contesta esta peticion, yo le voy a dar todo lo que cobre
al Señor…” y cuando cobran no le dan ni un centavo, para su obra.
Es mejor que no digas nada y no prometas nada a Dios, no seas
apresurado en hablar y pactar con Dios sino estas convencido de tu
compromiso y fidelidad con Él, que debe ir más allá de un simple
arranque emocional. Muchas veces los creyentes creen que Dios va
accionar respuestas a su favor, por lo que ellos hagan y no por lo que
Dios haga a favor de ellos. En el Pacto con Dios, Él dice: “Yo hare
esto, Yo he prometido esto…por consiguiente tu harás lo
siguiente…”. Dios te dice: “Yo te voy a bendecir, pero tú me tienes
que obedecer”. Si tú no eres obediente es imposible que Dios te
bendiga.
 
Tú no tienes que lograr nada para perfeccionar el sacrificio de
Cristo, eso ya fue hecho y es perfecto. No hay nada que agregar ni
ajustar, y mucho menos corregir. Tu vienes a Jesús, lo aceptas como
tu Señor y Salvador, te rindes a Él por completo y le dices: “Gracias
Señor porque lo hiciste todo por mí”.
 
Si para lograr la salvación tuvieras que perfeccionar algo que Jesús
ya hizo, nunca lo lograrías… por eso no coloques los ojos en otro
hombre, porque podrá fallarte, desviarse y salirse de los caminos del
Señor, pero gloria a Dios que tu salvación no depende de un
hombre, sino de lo que Jesús hizo hace dos mil años en la cruz. Lo
que debes hacer es reposar en Él. El pacto mismo depende de la
grandiosa promesa: “No me volveré atrás de hacerles bien”.
 
En este pacto, Dios ha comprometido su Palabra, y si Él lo ha hecho;
fiel es Dios para cumplir todo lo que Él ha declarado para ti; asíque
Pablo está en lo correcto cuando dice que Dios nos haga aptos para
hacer su voluntad.
 
Jesús desea que aquellos por los que Él murió sean:
- Santificados.
- Purificados.
 
Para que sean hechos aptos para servir a Dios.
 
Hebreos 13:20-21 RVR1960
20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto
eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su
voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él
por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
 
 
LA ACTITUD CORRECTA EN EL PACTO
 
Debes servir a Dios con actitudes correctas, para que seas apto para
su servicio.
 
La palabra “apto” en el original griego en esta ocasión no
necesariamente significa que debes ser perfecto. Hay gente que dice:
“Cuando yo sea perfecto voy a servir a Dios”…hay otros que dicen:
“cuando sea millonario voy a diezmar, o cuando cobre este dinero
voy a ofrendar”…muchos viven en el futuro, solo deseando hacer
cosas después, cosas que nunca cumplirán.
 
La palabra apto significa, idóneo, preparado, capacitado para toda
buena obra; y la palabra idóneo significa: ayuda. Tú debes entender
que Dios te va a preparar, capacitar y serás idóneo para servir a
Dios. Es mejor que seas fiel sirviéndole a Dios en un ministerio en
lugar de que te pasees por diez ministerios en tu iglesia local y que
no sirvas a cabalidad en ninguno. No digas: no puedo, no soy
idóneo, no estoy capacitado. Si eres una persona de pacto, el Dios de
paz que resucitó a Jesús entre los muertos, el gran Pastor de las
ovejas te hará apto para toda buena obra.
 
La gente de pacto no es inestable, permanece firme, es idónea,
capacitada y preparada porque sabe que será fiel en cualquier lugar
donde lo coloquen, pues tienen un compromiso de pacto con Dios.
 
La gente de pacto tiene que anhelar ser ascendida espiritualmente.
La gente de pacto no se molesta cuando es cambiada de lugar en el
ministerio, porque ellos saben que nada les pertenece y que en el
Reino de Dios no hay “reinos personales”. Tú no puedes pensar que
estarás sirviendo a Dios en la misma posición de por vida, hasta que
mueras o el Señor venga en gloria. Nunca te enorgullezcas de tu
posición, debes estar preparado para los movimientos estratégicos
que Dios hace, porque la gente de pacto es gente de movimiento.
 
Debes pedirle sinceramente a Dios ser calificado, adaptado, y
adecuado para este nuevo pacto y Él te ubicara en el llamado
ministerial que ha escogido para ti; así podrás ser usado por Dios
para el cumplimiento de su voluntad. Algunos quieren correr sin
tener la habilidad, algunos quieren volar sin tener alas, pero primero
debes dejar que te crezca el plumaje para que desarrolles vuelo en
las alturas, y puedas estar calificado para volar en lugares altos.
 
Dios te tiene que adaptar para que seas apto para hacer la voluntad
de Él. Cuando ames hacer la voluntad de Dios, serás santificado;
porque la voluntad de Dios es el centro del éxito y la victoria. Cada
uno es santificado para Él en el cumplimiento de esa voluntad y ya
no será tu deseo, sino el de Dios.
 
Lo primero que debes entender es que te convertirás en una vasija
adecuada para ser usada por Dios. Dios no te puede usar si no te da
forma, te adapta, te perfecciona y prepara para lo que vas hacer.
 
Dios te está moldeando y puede ser que digas: “¿Dios…para que
me haces de esta forma?” y Él te dice: “calla, porque Yo sé lo que
hago, tú no lo entiendes, pero Yo si sé lo que estoy haciendo en
ti”… y aunque algunas veces te sientas molesto cuando Él te esté
adaptando y moldeando para ser su vasija de gloria, mantente firme
porque Dios está trabajando contigo. No te resistas, Dios te va a
trabajar conforme a su santo propósito contigo, pues Él quiere
hacerte un instrumento idóneo y correcto por sus manos divinas.
 
Te hago esta pregunta: ¿Qué hubiera pasado si Noé hubiera
construido una pequeña puerta en lugar de una gran puerta? Qué
problema hubiera tenido la jirafa o el elefante, ¿verdad? Dios sabe lo
que hace.
 
Dios no nos trata a todos por igual, pues lo que Él me exige a mí, no
te lo exige a ti, pues Él te adaptará a su exigencia para lo que tú vas
hacer para su Reino.
 
Tú eres apto para servir a Dios no por tus méritos personales sino
por la gracia de Dios en su pacto. Tú tienes lo que tienes por el favor
de Dios en tu vida, y te ha adaptado a consecuencia de haber sido
limpiado con su sangre preciosa. Hay gente que quiere ser adaptada
y preparada sin haber sido limpiada con la Sangre de Cristo. Hay
personas que solo les interesa ser reconocidos y tener posiciones,
pero no disciernen que en el Pacto Él te quiere limpiar y cuando eres
limpio, te vuelves apto. Él estableció un plan individual para ti, ya
que cuando estés en ese plan lo único que debe preocuparte es qué
más debes hacer para Él, pues te preparó un plan en ese pacto.
 
Dios te dice:
“Yo te estoy preparando para algo que jamás has pensado… No te
preocupes por lo que Yo estoy haciendo en otros, más bien
preocúpate por lo que yo estoy haciendo en ti.”
 
No te fijes en lo que tienen otros… Dios te dice: “Yo quiero
trabajar contigo, quiero darte la certeza que eres una persona de
pacto, y la gente de pacto no mira a los otros sino lo que Yo hago en
ellos…”
 
Si sientes opresión y te molestas porque Dios te está corrigiendo en
alguna área, Él te dice: “Yo te voy a preparar a la medida de lo que
Yo voy hacer… No pelees conmigo, no discutas conmigo, no pongas
resistencia a lo que Yo voy hacer…si eres un hombre o mujer de
pacto te vas a rendir a Mi voluntad, te vas a sentir bien el resto de
tus días, y no vas a sentir temor, duda, o incredulidad; te vas a
sentir feliz por lo que eres, y por la manera en que estoy trabajando
contigo. Lo estoy haciendo porque tengo un plan original para ti, y
como eres Mi diseño te hago diferente a los demás. Algunas veces
no entenderás Mi trato, ni la forma como trabajo en tu vida pero te
estoy moldeando, y te doy forma. Algunas veces tendré que trabajar
con tu carácter difícil, pero lo iré adecuando al funcionamiento de
Mi llamado en ti. Muchas veces tengo que trabajar con tus
pensamientos, porque son muy fuertes. Muchas veces se levantan
como fortalezas para impedir el trato Mío en tu vida. Piensas que
no te amo, y que hago acepción de personas… piensas que amo más
a unos que a otros, cuando todo lo que he limpiado con la Sangre
de Mi Hijo amado lo he hecho apto para Mi Reino y lo preparo, lo
capacito y lo moldeo… tienes que ser gente de pacto, gente que no
se desanime en la carrera, porque te estoy dando forma… muchas
veces no entenderás lo que Yo hago contigo, y preguntaras a otros
lo que Yo estoy haciendo contigo, pero te estoy preparando y te
estoy adecuando para lo que Yo voy hacer... eres Mi diseño, la obra
de Mis manos y te doy la forma de acuerdo con Mi voluntad, te voy
colocando en donde jamás pensabas que podías ser colocado. Te
voy a mostrar que la obra es mía y nada es tuyo, todo me pertenece
a mí, tú me perteneces. Y te adapto conforme al modelo de Mi
voluntad”.
 
 
 
Capítulo 4
 
Cuando la Voluntad es Rescatada
 
 
 
 
 
La Biblia dice que el sacerdote una vez al año ofrecía un sacrificio
de sangre; primero sacrificaba un becerro y después un macho
cabrío; uno era matado y el otro quedaba con vida; la Biblia dice
claramente que el sacerdote tomaba la sangre del becerro y luego
rociaba el propiciatorio siete veces con ella.
 
Mateo 26:36-37, 41-42 RVR1960
36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní,
y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y
oro.37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a
entristecerse y a angustiarse en gran manera…41 Velad y orad, para
que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil.42 Otra vez fue, y oró por segunda vez,
diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo
la beba, hágase tu voluntad.
 
Levítico16: 14-15, 18-19, 21-22 RVR1960
14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo
hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio
esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.15 Después
degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y
llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como
hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio
y delante del propiciatorio…18 Y saldrá al altar que está delante de
Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la
sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar
alrededor.19 Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete
veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos
de Israel…21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del
macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los
hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados,
poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al
desierto por mano de un hombre destinado para esto. 22 Y aquel
macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra
inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
 
La palabra “rociar” en el original hebreo es /zaraq/ y significa
arrojar, regar, tirar, lanzar, esparcir ampliamente. En el Antiguo
Testamento esta palabra es mencionada treinta y cinco veces, y de
esas, hay veinte seis que tienen que ver con rociar la sangre sobre el
altar del sacrificio y propiciatorio.
 
También se encuentra la palabra rociar en griego y es la raíz
/rantismos/ y es rociamiento, aspersión o esparcimiento.
 
El lugar donde el sacerdote colocaba la sangre era sobre el
propiciatorio, cuya palabra en hebreo es /kapporeth/ que es la tapa o
cubierta del arca de la alianza donde estaban por encima dos
querubines, los la gloria de Dios descendía y envolvían.
 
Las cosas que sucedían en el Antiguo Testamento, eran sombra de
las que tenían que suceder en el Nuevo Testamento. Esa sangre que
era rociada en el propiciatorio, tendría que ser rociada siete veces
después (y en los próximos capítulos lo ampliaremos con más
profundidad). El número siete tiene que ver con abundancia,
plenitud e integridad.
 
¿Recuerdas que al Señor le preguntaron cuántas veces se tenía que
perdonar? Y Él dijo… “setenta veces siete”; en otro pasaje de Lucas
dice: “si siete veces al día tu hermano te ofende, siete veces al día
tendrías que perdonarlo”. Jesús le hablaba a un pueblo judío que
conocía lo que tenía que ver con la ley y el sacrificio, y todo lo
relacionado con la expiación, por la sangre para el perdón de
pecados.
 
La mayoría de la gente no ha entendido porque Jesús nació un día y
tomando forma humana, y tampoco saben en donde Él derramó su
Sangre; siempre creen que lo hizo solamente en la cruz del Calvario.
 
Así como el sacerdote tenía que rociar siete veces el propiciatorio,
así mismo Jesucristo tenía que derramar su Sangre siete veces. En el
Padre Nuestro puedes ver como hay siete lugares de poder donde se
nos revela la Palabra del Señor de una forma tangible…
 
1. Padre nuestro que estas en los cielos…no estás
hablando a un Padre que está en algún punto o lugar de la
tierra; Él está en los cielos, Es el Altísimo Dios, y desde
ahí te mira y está dispuesto a intervenir a favor de tu
vida.
2. Santificado sea Tu Nombre… aquí no solo reconoces
que Él está en los cielos, sino que está santificando tu
vida.
3. Venga Tu Reino… no habla de un reino humano sino un
Reino inquebrantable, imperecedero, que está en los
cielos, y que quieres que venga a tu vida.
4. Hágase Tu Voluntad… ¿en dónde? En el cielo y en la
tierra.
5. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy… Dios suple
tus necesidades de acuerdo con la manifestación de su
promesa.
6. Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a
nuestros deudores …
7. Líbranos del mal para no caer en tentación… esta
oración tiene que ver con siete aspectos de tu relación
con Dios y la manera como te acercas a Él.
 
En el tabernáculo del Antiguo Testamento donde se mantenía
continuamente la Presencia de Dios, había siete lugares de poder,
siete lugares de unción, siete lugares donde la sangre era colocada
para bendición del pueblo. Debes entender que tú eres templo del
Espíritu Santo, y eres el tabernáculo de Dios donde debe habitar su
Presencia; y que estas dentro de un nuevo pacto, siete veces
renovado o siete veces manifestado a tu vida.
 
Ese pacto se compone de siete realidades maravillosas, y cuando
lees Levítico 17, podrás observar que el pueblo llevaba al
Tabernáculo, dos machos cabríos, uno para ser sacrificado para la
expiación del pecado, y otro para ser llevado al desierto para que
“cargara” con la iniquidad, la rebelión y el pecado del pueblo.
 
Jesús como cordero y a la vez como sacerdote hizo un sacrificio
perfecto, rociando siete veces con su Sangre, no solo la cruz sino
también otros lugares. En cada uno de esos lugares hay una
poderosa enseñanza, pues Él rompió en cada uno de ellos las
diferentes maldiciones en las que la raza humana había caído. La
Sangre de Jesús es el medio por el cual el Padre Eterno va
rompiendo maldiciones y te hace libre de pecado, rebelión,
iniquidad, y eres perdonado por completo.
 
En el lugar que Jesús derramo su Sangre por primera vez fue en el
Getsemaní (Juan 18, Mateo 26).
 
Getsemaní significa: prensa de aceitunas. Un Getsemaní usualmente
se encontraba en un huerto que era usado para prensar y moler
aceitunas. Luego de estas ser cosechadas, eran colocadas en un gran
tazón para ser prensadas. La piedra rodaba sobre las aceitunas y las
comprimía hasta moler la pulpa completamente. Era recogida en
cestas, y colocada en una enorme piedra en un hoyo. Una viga
horizontal bastante pesada, era incrustada a un extremo de la pared,
y cuando la viga aplastaba esa pulpa bajo una enorme presión, la
semilla era triturada y salía el aceite de oliva. El gran peso que venía
sobre la oliva, y de donde se sacaba el aceite, es lo que se conoce
como el Getsemaní.
 
Mateo y Lucas expresan el gran sufrimiento de Jesús en el
Getsemaní; ahí fue triturado y molido, como lo hacían con las
aceitunas. La palabra /gat/ es un lugar para prensar aceite, y la
palabra /shemar/ significa aceite; las aceitunas eran cosechadas en
Octubre y comienzos de Noviembre. Después eran recogidas cuando
se habían ennegrecido.
 
Cuando Jesús estaba en el Getsemaní orando, clamando y pidiendo a
Dios si era su voluntad que pasara de Él esa copa de sufrimiento; la
prensa que había ahí no se estaba utilizando, porque esto ocurrió
durante la pascua (la estación de la primavera temprana). Las
aceitunas crecen en casi todas las regiones donde no llueve, y por tal
razón se convierten en el símbolo del Mesías y de la nación de
Israel, en el sentido espiritual de lo que se está explicando ahora.
 
Los olivos son árboles que pueden tener de dos mil a tres mil años
de existencia; y cuanto más añejos o viejos sean, más aceitunas
producen. Los olivos jóvenes no producen tantas aceitunas, esto
también se relaciona con una realidad espiritual; cuando se habla de
la importancia que tenía el aceite para Israel, esto se relaciona con la
fertilidad de la tierra y la bendición que Dios daba a su pueblo.
 
El aceite era importante porque se usaba para ungir (aceite de la
santa unción). El pueblo traía aceitunas durante el pentecostés, para
testificar que era Adonai quien les daba la cosecha, y no los dioses
paganos que tenían otras naciones.
 
El Mesías significaba para ellos: el ungido con aceite puro de oliva;
es decir, ungido con aceite de la primera prensada, simbolismo de lo
que era la unción de Dios. En otras palabras, a la vez que estaba
siendo prensado en el Getsemaní, también estaba siendo ungido por
el Padre para salir victorioso de esa situación. Si no hubiera sido por
esa prensa, y el quebrantamiento que en ese lugar se produjo, no
hubiera sido capaz de entregar su vida por el pecado de la
humanidad.
 
Los olivos son árboles que pueden durar cien años, sus raíces seenrollan debajo del árbol y son de gran belleza. Se levantan en
terrenos secos; sus raíces absorben la humedad de la noche, sus
ramas cuando son muy viejas, tienen que ser podadas para que
produzcan más olivos. La gente que no le gusta ser podada, nunca se
prepara para dar cosecha grande. Los árboles de aceituna, son los
que más hay que podar para que den grandes siegas. Cuando tu estas
agotado y no tienes el ánimo para hacer las cosas, entonces Dios te
poda, y vuelves a producir sin cansancio. Es ahí cuando salen
nuevos retoños, y el Mesías estaba profetizado que sería un nuevo
retoño. Si Jesús no hubiera sido prensado como olivo no habría
salido un vástago.
 
Isaías 11:1 NTV
Del tocón de la familia de David saldrá un brote. Sí, un Retoño
nuevo que dará fruto de la raíz vieja.
 
El aceite se usaba para ungir, para sanar, para los alimentos, para el
cuidado de la piel, para encender la luz, como un objeto de
comercio, para sanar el cuero, para protegerse del sol, etc. El aceite
simboliza honor, ofrenda quemada al Señor, amor, gozo, fiesta.
Jesús era de Nazaret, cuya palabra en hebreo es /neser/ y significa
rama, igual que la rama que sale al ser podado el olivo.
 
Cuando el Padre permitió por un momento, que Jesús fuera
prensado, y la rama fue podada, en ese momento estaba saliendo un
renuevo, que eras tú, parte de la Iglesia de Cristo.
 
El primer lugar donde Jesús nos rescató fue en el huerto de
Getsemaní. ¿Qué paso allí? Se recuperó la voluntad que el hombre
había perdido. En este lugar miles de años atrás, Adán y Eva habían
entregado la voluntad al pecado y a la desobediencia. Ellos fueron
creados por Dios y mientras su voluntad estaba sometida a Él, no les
falto nada. Tenían bendición de toda clase, pero la mujer fue
engañada por la serpiente, y el hombre desobedeció directamente a
Dios.
 
La serpiente engañó a Eva porque con quien converso fue con ella,
pero al hombre, lo que le hizo perder su voluntad fue la
desobediencia, prefirió entregarla al deseo, al anhelo, a lo que él
quería en ese momento, en lugar de mantenerse firme en la voluntad
perfecta de Dios.
 
Puedes ver aquí que Satanás logró robar al hombre la vestidura, la
cobertura y así el hombre quedó desnudo, descubierto y sin
protección, no porque Dios tenga la culpa, sino porque el hombre
decidió renunciar a la voluntad de Dios, y escoger su propio deseo y
voluntad para someterla a Satanás.
 
En el huerto, el hombre fue descubierto, no pudo cubrirse por sí
mismo, Dios lo tuvo que cubrir haciendo sacrificio de animales
vistiéndolo con piel de animal. Es ahí donde se perdió la voluntad
del hombre; pero en el segundo huerto, el de Getsemaní, Jesús
recuperó la cubierta original que el hombre había perdido.
 
En ese momento había una batalla entre el hombre exterior y el
hombre interior en la humanidad de Cristo… pero Él decidió pasar
por la presión. Ese lugar donde Jesús estaba era profético; el Padre
molería hasta sacar el aceite puro de la unción, y de ahí saldría un
retoño a través de su vástago, que era la iglesia, y con esa preciosa
Sangre Él tenía el derecho legal de recuperar la voluntad perdida en
el hombre, por causa de la desobediencia del primer hombre llamado
Adán. Lo que se recupera es la cubierta original que el hombre había
perdido. Lo que le da el derecho de perder la cubierta original es la
desobediencia, cuando se menciona la palabra redimido no solo
tiene que ver con rescatado, sino con volver al punto de origen por
el que el hombre fue creado. Dios no te creó para que seas esclavo
de Satanás, o para que seas atormentado por las obras de las
tinieblas y el pecado; Dios te creó para que seas vencedor,
triunfador, fuerte, y capaz de engrandecer su Gloria.
 
Cuando Jesús se encontraba en el Getsemaní peleando la buena
batalla de la fe, estaba restaurando esa voluntad perdida; entonces
Jesús te rescató porque te hizo volver al estado original por la cual
Dios te había creado.
 
Si lo comparamos en la actualidad, hay miles de cristianos que
repiten en el mundo “no tengo fuerza de voluntad”… hay otros que
no lo dicen, pero no pueden dejar sus instintos irresponsables que no
pueden controlar. A Dios no le puedes dar excusas, y decirle que te
sientes orgulloso de ser como eres…hay personas que le dicen a su
Pastor:
 
“No puedo. Por más que lo intento, no tengo fuerza de voluntad
para dejar vicios como el cigarrillo, el alcohol, las drogas, la
pornografía…” No puede renunciar a tantas áreas donde esta
cautivo.
 
La fuerza de la voluntad que no está entregada a Dios está
controlada por los deseos de las personas. Cuando no se tiene fuerza
de voluntad o auto dominio, las cosas externas te van a controlar.
Por eso existen lugares que ayudan a personas a dejar sus vicios o
adicciones, pero cuando salen de ahí en muchas ocasiones están peor
que antes…¿por qué?, es evidente que estos programas por sí
mismos no pueden llenar el vacío del alma del hombre, pues eso
solo lo puede hacer Dios. El problema no se soluciona diciéndole a
una persona que no haga esto o lo otro; el mismo debe entregar su
voluntad a Dios por convicción propia para que pueda caminar en el
propósito por el cual fue creado.
 
Cuando el hombre pierde la fuerza de voluntad para hacer lo que él
cree que es lo mejor para su vida, ahí se dejará guiar por sus
pasiones desordenadas. Cuando Adán desobedeció a Dios
voluntariamente, le estaba diciendo “no quiero obedecerte, no quiero
hacer tu voluntad…”, por eso cuando Jesús le enseñó a orar a los
discípulos les decía:
 
“Padre hágase tu voluntad y no la mía”…
 
¿Puedes notar la gran diferencia?
 
Adán decide decirle a Dios, “no se haga tu voluntad sino la mía…”
y en ese momento entrego la fuerza de la voluntad de todos los
humanos en cada una de las áreas de la vida. Con la desobediencia
se le entrega la voluntad al enemigo; cuando el hombre persiste en
desobedecer a Dios, entrega su voluntad a Satanás. Ahí se pierde la
capacidad para decir que sí a todo lo bueno y agradable de Dios, y
que Él ha preparado de antemano con un diseño extraordinario. Si la
fuerza de voluntad se perdió en el Edén, Jesús la recuperó en el
Getsemaní. Y cuando Él declaró triunfantemente: “No sea hecha Mi
voluntad sino la tuya Padre…” cuando Él dijo esas palabras
recuperó la voluntad para todos los hombres que creyeran en Él.
 
 
¿QUÉ PASABA EN EL GETSEMANÍ?
 
En ese lugar se estaba generando una lucha en el ser interior de
Jesús. Cuando alguien está pasando por un momento de temor o de
una agonía muy intensa o una desesperación muy profunda, los
vasos sanguíneos se pueden romper debajo de la piel, de manera que
la sangre comienza a salirse por los poros en forma de sudor. La
Biblia dice que de Jesús salió sudor y también salió sangre. Es ahí
en ese lugar donde Jesús recuperó la fuerza de voluntad para todo
aquel que cree en Él. Es por la Sangre de Cristo que se puede
recuperar la fuerza de voluntad para vencer los problemas. Es por el
poder de la Sangre de Cristo que se tiene la fuerza para recuperar la
voluntad que se ha perdido por problemas como la droga, alcohol,
ira, enojo, violencia, depresión, mal carácter, raíz de amargura,
resentimiento y glotonería. Todo lo que oprime el alma del hombre
puede ser restaurado cuando él decide creer que Jesús recuperó su
voluntad en el Getsemaní.
 
Cuando el enemigo se lance sobre tu vida y te diga que no tienes la
suficiente fuerza para vencer algo, dile: “mentiroso, engañador, te
reprendo en el Nombre de Jesús y aplico la Sangre de Cristo a mi
voluntad, porque Él me ha redimido para entregar mi vida en sus
manos divinas”. Cuando el enemigo te diga: “No puedes”, debes
tener la fuerza de voluntad necesaria para levantarte en victoria por
medio de Jesús. Aplica la Sangre de Cristo en tu voluntad. Cuando
el enemigo te esté lanzando dardos a tu mente para que caigas en la
tentación, ora a Dios y dile:
 
“Señor en el Getsemaní ganaste la batalla por mí, tu sudor eran
gotas de Sangre preciosa que se derramaron saliendo de tu cuerpo;
pero ahora yo he sido redimido, y por medio de ese perfecto poderde victoria y de autoridad, yo rindo mi voluntad para hacer lo que
Tú quieres que yo haga para engrandecer Tu nombre.”
 
Todo lo que tienes que hacer es sencillo… proclama la Sangre de
Jesús y aplícala sobre tu vida para que no se haga tu voluntad, sino
la de Dios… eso es morir a sí mismo, negarse a sí mismo y dejar
que Dios sea dueño de tu vida. Cuando tú entregas la voluntad al
Señor eres tú el que decide si haces o no haces las cosas. Si el
enemigo juega contigo, es porque tu voluntad no ha sido entregada
en las manos del Dios Todopoderoso.
 
Mira lo que pasó en el Getsemaní cuando Jesús entregó su voluntad;
llegaron a llevárselo, y: “¿Quién es Jesús de Nazaret?... Él dijo: Yo
Soy”… ¿sabe lo que paso en ese momento? Aquellos que intentaron
apresarlo, se cayeron debido a la unción que emanaba de Él. Cuando
una persona decide entregar su voluntad a Dios, la unción que viene
sobre él será poderosa, y no importa lo que trate de venir sobre esa
persona, porque estará amparada y protegida por algo tan especial,
que es la misma unción de la Gloria de Dios.
 
Si estás dispuesto a someterte a la voluntad de Dios, Él estará
contigo para que actúes y camines en su voluntad divina. No puedes
permitir que el enemigo te controle… si eso te está sucediendo, es
porque aún no has entregado tu voluntad a Dios por completo.
 
El enemigo no quiere que experimentes el poder de las bendiciones
que son tuyas por medio de Jesús. La Palabra de Dios es como un
espejo, cuando tú te miras en ella, te vas a ver en la forma que Dios
dice que tú eres, y no como el diablo te ha dicho. Dios no ve tus
fallas y tus pecados del pasado; lo único que ve es la Sangre de
Jesús, y el primer lugar donde ve esa Sangre derramada es en el
Getsemaní; donde su Sangre y sudor te liberó y rompió la maldición
de la voluntad entregada a la humanidad.
 
Debes verte como tu Padre Celestial te está viendo. ¿Tu Padre
Celestial te ve sano? Entonces tienes que declararte sano. ¿Tu Padre
Celestial te ve libre? Entonces tú tienes que declarar que toda cadena
de opresión ha sido rota de tu vida. ¿Tu Padre Celestial te ve lleno
de gozo? Por lo tanto alégrate y gózate pues esa debe ser tu
condición.
 
La Sangre de Jesucristo te ha devuelto tu voluntad, te ha colocado la
posición original en la que Dios te ha creado. Jesús ha roto con la
maldición del pasado que impedía que fueras libre, y cuando decidas
romper con esas maldiciones que habían en tu vida, el Poder de la
Sangre de Jesús te fortalece y no seguirás siendo un esclavo, sino
que serás una persona libre por el poder y la autoridad de su Palabra
y podrás decir:
 
“Y ellos le han vencido por medio de la Sangre del Cordero, por la
Palabra del Testimonio, y porque menospreciaron sus vidas hasta
la muerte.”
 
¿Cómo te estás viendo? No digas que no puedes, porque Dios te está
diciendo en este momento que eres libre si aceptas la voluntad de
Dios en tu vida. En el Getsemaní, Jesucristo recuperó la voluntad
perdida diciendo: “Padre hágase tu voluntad”, si la voluntad de
Dios fue hecha en Jesús, también puede ser hecha en tu vida.
 
La voluntad de Dios es que tú crezcas y te desarrolles en Dios
poderosamente. su voluntad es que madures espiritualmente. El
diablo te dirá que no puedes, y tú le responderás: ”todo lo puedo en
Cristo que me fortalece”.
 
El enemigo no podrá seguir jugando con tu mente, tus pensamientos,
y tu vida… tienes que renunciar a esa mente que está continuamente
pensando en muchas cosas, menos en Dios y en su voluntad.
 
La voluntad de Dios no se cuestiona, se obedece y punto.
 
 
Capítulo 5
 
Una Corona de Espinas que te
libra de la ruina
 
 
 
 
 
El propósito por el cual Jesús vino a la tierra fue para acercarte a
Dios por medio de su muerte; y que tú a través de la fe en Él, no
solo fueras salvo para vida eterna sino que recuperaras el estado
original que Adán y Eva perdieron en el huerto del Edén por la
desobediencia.
 
Mateo 27:29 RVR1960
29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una
caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le
escarnecían, diciendo: !!Salve, Rey de los judíos!
 
Génesis 3:17 RVR1960
17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y
comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él;
maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos
los días de tu vida.
 
Esta primera pareja gozó de la abundancia, bienes, misericordia y
bondad de Dios. Tristemente ellos cayeron en pecado y con eso la
humanidad cargo con las consecuencias de este agravio delante de
Dios; hasta que llegó Jesús para redimir a la humanidad del yugo del
pecado por medio de su muerte en la cruz, y de su Sangre derramada
que limpia de toda maldad e iniquidad los corazones.
 
En el huerto no había enfermedad ni pobreza. Cuando Adán
obedecía a Dios ellos tenían todo lo que necesitaban. Vivían
literalmente en una tierra donde fluía leche y miel. Dios no creó al
hombre y a la mujer para maldecirlos, sino para bendecirlos; pero el
pecado trajo como consecuencia un estado de maldición.
Recordemos esto: Dios no nos creó para ser malditos, pero el pecado
abrió esa puerta sobre la humanidad.
 
Cuando Adán desobedeció a Dios, cayó en maldición y Él tuvo que
declarar juicio sobre su vida; y es ahí cuando ese pecado vino
también sobre la tierra a consecuencia de su transgresión. Aquí no
solo fueron afectados los hombres, sino los animales, la tierra, la
forma como el hombre ganaría el fruto de su trabajo.
 
Génesis 3:17 RVR1960
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y
comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él;
maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos
los días de tu vida.
 
Antes de la maldición, no estaba decretado que la tierra produjera
espinos y cardos; estos comenzaron a germinar como consecuencia
de la maldición.
 
Todo aquel que ha recibido a Cristo en su corazón, ha sido redimido,
rescatado y vuelto al lugar original en el que Dios creó al hombre.
Lo que redimió al hombre del pecado y lo devolvió a su estado
original, fue la Sangre de Cristo. Hay un antes del pecado y un
después del pecado. La Sangre de Cristo trae redención del pecado y
de la maldición que este produce.
 
Si no se reconoce que la Sangre de Cristo tiene el poder para redimir
la vida y su entorno de la maldición; toda la tierra seguirá bajo ese
efecto de maldición. Cuando Adán pecó ya no pudo seguir viviendo
bajo el efecto de la abundancia y le toco sobrevivir con sudor, fatiga
y cansancio extremo. Desde ese día hasta hoy, al hombre le ha
tocado sudar por todo lo que se ha ganado en la vida.
 
Jesús derramó su Sangre siete veces y la segunda vez que lo hizo fue
a través de una corona de espinas que le colocaron en la cabeza. Así
como el sacerdote tenía que rociar la sangre del cordero sobre la
tapa del propiciatorio en siete lugares, Jesús también derramó sangre
siete veces; y la segunda vez lo estaba haciendo en esa corona de
espinas. Se la hicieron de unas zarzas que encontraron en el camino
y cuando se la pusieron, se mofaron de Él y dijeron que iban a
coronar al rey de los judíos. Esta corona no fue de oro y diamantes,
de hecho, no llamaba la atención de nadie, pero fue la única que te
hizo libre de la maldición de la pobreza.
 
Todas las cosas que hizo Jesús en la tierra, no concordaron con el
pensamiento judío. No lo aceptaron como Mesías, porque ellos
pensaban que este tendría que nacer en un gran palacio, lleno de
joyas esplendorosas. El no nació con las comodidades de un rey sino
que fue dado a luz en un pesebre humilde como un plebeyo. Esta
imagen no concordaba con la idea de un Mesías, fue rechazado
desde que nació. Todo lo que a Él le pasó, fue a consecuencia del
pecado de la humanidad y su redención.
 
 
¿CÓMO ERA LA CORONA DE ESPINAS?
 
Las espinas de las zarzas median entre 8 a 10 cm y su espesor era de
1 cm. Después que le incrustaron aquella corona no fue sudor lo que
le salía de su cabeza, sino sangre. El símbolo de la escases,
limitación, pobrezay miseria fue colocada en una corona de espinas
que representaba el pecado, la maldición de la tierra (espinas y
cardos producirá la tierra), y lo único poderoso para romper esa
maldición, no eran las espinas sino la sangre de Cristo.
 
Cuando las espinas traspasaron la cabeza de Jesús, estaban liberando
a la humanidad de la maldición de la pobreza. El hombre había
recibido la miseria por el pecado de Adán, pero ahora estaba
recibiendo la redención de la pobreza, por medio de la corona de
espinas puesta en Jesús.
 
Lo que Satanás quiso usar para mal, Dios lo usaría para el bien de
los que le aman. Cuando los soldados tomaron esas espinas (sin
saberlo) y se la pusieron en la frente de Jesús; lo que hicieron fue un
acto profético.
 
Por el poder de esa Sangre no solo quedo roto el poder de la
maldición de la pobreza, sino que los que hoy reclaman su Sangre
son ungidos para ser libres aún de la negatividad, del fracaso, la
derrota y todo maldad que el enemigo haya colocado por medio de
los pensamientos cautivantes en lo más profundo de la mente de
cada ser humano.
 
2 Corintios 8:9 RVR1960
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por
amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con
su pobreza fueseis enriquecidos.
 
Si Jesús nació en un pesebre, no fue para enseñarnos pobreza, sino
porque no había lugar en el mesón ni en ninguna otra casa. Jesús no
era pobre, El venia de la inmensidad del cielo donde había
abundancia de todas las cosas. Si tú recogieras todas las riquezas de
la tierra, no se compararían a todo lo que Jesús tenía en el cielo. José
no era una persona pobre que no tuviera como pagar un hostal para
que su esposa diera a luz, sino que todos los lugares estaban
ocupados; y con eso quedó demostrado que el hombre era
demasiado despiadado como para darle a Jesús un lugar en su vida y
en su corazón.
 
Juan 10:10 RVR1960
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
 
Vida en abundancia significa que vas a vivir en la tierra expectante
no solo del ahora sino de la eternidad. ¿Para quienes están
preparadas las riquezas? ¿para el pecador, o para los justos? Todo
creyente redimido por la Sangre de Cristo tiene hecho un pacto de
sangre con Jesús para pasar de la maldición de la pobreza a una vida
abundante. Tienes que estar listo para recibir todo lo que Dios dijo
que debías tener. ¿De dónde viene la pobreza, de Dios o del diablo?
 
Malaquías 3: 10 RVR1960
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y
probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os
abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde.
 
¿Por qué Dios dice que va abrir las ventanas de los cielos?
 
La palabra ventana, en el original hebreo es “compuertas”. El texto
correcto, debería ser así: “abriré las compuertas de los cielos” en
lugar de “ventanas”; las compuertas siempre permanecerán cerradas
cuando las personas no diezman; Dios dijo, “probadme en eso y
abriré las compuertas de los cielos”.
 
A Dios le agrada derramar tantas bendiciones sobre nosotros, que no
tendremos lugar donde guardarlas. El segundo significado de la
palabra compuerta en hebreo es: emboscada; es decir: “probadme en
esto, y preparare emboscada, contra ese enemigo que te ha detenido
para ser bendecido por Mi gloria”.
 
Dios preparará emboscada de ángeles para protegerte de todo ataque
de maldad. A muchos se les ha enseñado que pobreza es símbolo de
cristianismo, necedad, falta de orden y excelencia. Hasta que no nos
demos cuenta, que la pobreza forma parte de una maldición y que no
es la voluntad de Dios que padezcas de ella, todavía estarás ahí.
 
Dios dice: “dad, y se os dará, buena medida, apretada, remecida y
rebosada”.
 
¿Por qué hay gente que siempre le gusta ser bendecida y nunca le
gusta regalar nada? No vivas de sobras. ¡Dios no sufre de déficit ni
está en bancarrota nunca!
 
Salmo 50:12 RVR1960
Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y
su plenitud.
 
Así como la enfermedad no debe ser parte de tu vida, la pobreza
tampoco debes aceptarla porque es una maldición. La bendición es
parte del plan de Dios. Tú vives en un cuerpo donde habita el alma y
el espíritu, así que si crees que la pobreza es parte del cristianismo,
ella te va a seguir todos los días de tu vida.
 
Si tú reconoces que eso no puede ser parte de tu vida, y peleas la
batalla de la fe, y comienzas a reclamar la bendición de la
prosperidad que Dios tiene para tu vida, recibirás abundancia en
todas las cosas.
 
Jesús le dio a Pedro… ¿una pesca miserable o una pesca en
abundancia? Hay gente que cree que el trabajo es una maldición y
por eso hay muchas personas perezosas que creen que el trabajo no
viene de Dios. Eso es mentira, la maldición es la pobreza, no el
trabajo. Cuando Adán estaba en el huerto del Edén, él trabajaba y
vivía en abundancia mientras cuidaba el huerto de Dios; después que
Adán dejó de hacer lo que tenía que hacer, el diablo se metió en la
serpiente y él cayó en desobediencia. Cuando dejas de hacer lo que
Dios te dice que hagas, caerás en una desgracia terrible.
 
Así que si eres fiel en tu trabajo, guardas tu testimonio, y das
tus diezmos y ofrendas, Dios te bendecirá.
 
El mundo funciona a base de la ley de la pobreza: “con el sudor de
tu frente trabajaras”, el que no es convertido, consigue las cosas
por esfuerzo, en cambio los creyentes funcionan a base de la ley de
la redención. Con la corona de espinas y la sangre derramada en la
frente, Cristo te redimió de la maldición de la pobreza y esta ha
quedado rota en tu vida, tu familia, tus hijos y de todo aquello que te
rodea.
 
La verdadera bendición de Dios viene aplastando lo que quedo atrás,
y mostrándote lo que viene para ti en adelante. El devorador tratara
de sorprenderte, pero Dios emboscará al devorador. Si eres fiel a
Dios en tus diezmos y ofrendas, Él dice que reprenderá por ti al
devorador de tus finanzas.
 
Capítulo 6
 
La Espalda Flagelada para dar
sanidad
 
 
 
 
 
El tercer lugar donde Jesús derramo su Sangre fue donde lo
flagelaron. Esto sucedió cuando los romanos torturaron a Jesús antes
de ir a la cruz, treinta y nueve veces. Cada vez que ese látigo lo
golpeaba, desgarraba su carne derramando su Sangre.
 
Isaías 53:4 RVR1960
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros
dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido.
 
Mateo 27:26 RVR1960
Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le
entregó para ser crucificado.
 
Cuando los romanos azotaban a un prisionero era para matarlo; en el
latigazo número cuarenta la persona moría irremediablemente. Pero
como estaba profetizado que Jesús muriera crucificado y no a
latigazos, por eso solo le golpearon treinta y nueve veces. En ese
momento se cumplió la profecía de Isaías que había declarado
seiscientos años antes, cuando dijo:
 
Isaías 53:4 RVR1960
sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido.
 
Se ha comprobado que existen treinta y nueve enfermedades
llamadas “básicas” y que de ellas se derivan todas las otras
enfermedades que existen, acompañadas por virus y bacterias.
Cuando los romanos castigaban a los prisioneros con latigazos, estos
desgarraban la piel, músculos y tejidos; en cada látigo que le dieron
a Jesús se estaba rompiendo la maldición de la enfermedad que
había venido como consecuencia del pecado. En cada azote se
estaba proporcionando la sanidad para cada enfermedad. No era un
látigo normal; tenía metal y huesos puntiagudos. Cada una de las
enfermedades fue vencida por la Sangre que salía las llagas de su
espalda.
 
Algunos afirman que Dios ya no sana, pero en Hebreos dice:
 
Hebreos 13:8 RVR1960
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos.
 
El negar que Jesús no sana hoy, es invalidar lo que Él hizo en la
cruz, cuando tomó tu lugar y sufrió los azotes. Negarlo es decir que
el pacto

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