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P r eec la m ps ia - E c la m ps ia . P r ev en c ió n 54 Patricio López Jaramillo La preeclampsia (PE) en Colombia es la principal causa de mortalidad materna, ocasiona el 42% de óbitos maternos y se asocia con un aumento de cinco veces en la mortalidad perinatal. El problema es aún más grave si consideramos que la mortalidad materna en Colombia es diez veces ma yor que la observada en Estados Unidos (1). A pesar de la importancia de la PE en la Salud Pública, su etiología y fisio patología permanecen desconocidas. Hemos postulado (2) que se trata de un desorden que obedece a múltiples causas, y que una serie de factores nutricionales, socioeconómicos, genéticos y medioambientales conducen a una alteración de la función endotelial caracterizada por una alteración en la producción de sustancias vasoactivas, especialmente de óxido nítrico (NO) y prostaciclina, y de radicales libres prooxidantes. Además, el peso de estos factores de riesgo varía dependiendo del nivel de desarrollo socioeconómico alcanzado por una determinada sociedad (3). O bservaciones epidem iológicas relevantes para la prevención de la preeclam psia La PE complica entre el 6% y el 8% de todos los embarazos, sin embargo, existen marcadas diferencias regionales en su incidencia, debido a la mayor presencia de ciertos factores de riesgo en las sociedades con menor desarrollo. Factores nutricionales como el bajo consumo de calcio y/o de vita minas antioxidantes y/o de ácidos grasos esenciales (1-3) son considerados como elementos que contribuyen para aumentar el riesgo de desarrollar PE. Los resultados de un estudio poblacional de gran escala realizado en Colombia nos llevó a proponer que las infecciones crónicas subclíni- cas son el principal factor de riesgo para la PE en nuestro país (4), propuesta que hemos soportado recientemente al demostrar que la inflamación asociada a infecciones buca les, vaginales y del tracto urinario, precede el desarrollo de la PE (5,6). Estas observaciones son importantes pues han servido como fundamentos para la realización de estudios dirigidos a prevenir la aparición de la enfermedad. E strategias preventivas de la preeclam psia La falta de un adecuado conocimiento de la etiofisiopatolo- gía de la PE ha determinado que muchas de las estrategias utilizadas para prevenirla estén basadas en hechos observa cionales y anecdóticos o en estudios realizados en mujeres de alto riesgo de desarrollar la enfermedad. Intervenciones no farm acológicas Numerosas estrategias no farmacológicas han sido utiliza das, especialmente en relación con restricciones o suple mentos nutricionales y reposo en cama. Revisaremos a con tinuación aquéllas en las que existen mayores evidencias de un efecto beneficioso. Suplem entos con calcio Tres pioneros ensayos clínicos realizados por nosotros (7-9) en 408 primigestas andinas ecuatorianas demostraron que la su plementación con 2 g/día de calcio en estas mujeres, que pre sentan deficiente ingesta del mineral, es útil para prevenir el desarrollo de hipertensión inducida por el embarazo y la PE. El reciente metanálisis de la "Cochrane Library" (10) que incluyó 12 ensayos clínicos controlados con placebo, ran domizados y doble ciego, considerados de buena calidad, reportó que la suplementación con calcio se asocia con una reducción en el riesgo del aumento de la presión arterial du rante la gestación [11 ensayos clínicos, 14.946 mujeres: riesgo relativo (RR) 0,70,95% intervalo de confianza (CI) 0,57-0,86]. Hubo también una reducción en el riego de PE asociado a la suplementación con calcio (12 ensayos clínicos, 15.206 muje res: RR 0,48,95% CI 0,33-0,69) especialmente en aquéllas con un bajo consumo basal de calcio (7 ensayos clínicos, 10.154 mujeres: RR 0,36, 95% CI 0,18-0,70) y en aquellas considera das de alto riesgo (5 ensayos clínicos, 587 mujeres: RR 0,22, 95% CI 0,12-0,42). Los autores de este importante metaná lisis concluyeron que la suplementación con calcio "parece disminuir casi a la mitad el riego de PE, y reducir la rara ocurrencia del desenlace compuesto muerte o morbilidad seria". Villar y el grupo del Ensayo Clínico de Suplemen tación con Calcio para la prevención de la PE de la Orga nización Mundial de la Salud (OMS) (11), incluyeron 8.325 mujeres con bajo consumo de calcio (menos de 600 mg/día) y con edad gestacional menor de 20 semanas, de las cuales 4.157 recibió 1.500 g/día de calcio y 4.168 placebo. La suple- mentación con calcio se asoció con una reducción pequeña GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T no estadísticamente significativa de la PE (4,1% vs. 4,5%). Sin embargo, la hipertensión gestacional severa (RR 071, 95% CI 0,61-0,62) y la eclampsia (RR 0,68, 95% CI 0,48-0,97) fueron significativamente menores en el grupo suplementado. Ade más se observó una reducción en el índice de complicaciones de la PE severa (RR 0,76,95% CI 0,66-0,89). La morbilidad ma terna severa y el índice de mortalidad fue significativamente menor en el grupo suplementado (RR 0,80, 95% CI 0,70-0,91). La tasa de mortalidad neonatal fue menor en el grupo su plementado con calcio (RR 0,70, 95% CI 0,56-0,88). Este gran ensayo clínico realizado en poblaciones con baja ingesta de calcio demostró que, a pesar de que la suplementación con 1,5 gramos de calcio diario no resultó en una disminución esta dísticamente significativa en la incidencia total de PE, el trata miento con calcio si disminuyó significativamente el riesgo de las complicaciones más serias de la PE, las cuales incluyeron muerte materna, embarazo pretérmino y morbilidad mater na y neonatal. Con estos resultados, los autores analizaron las implicaciones prácticas de la suplementación con calcio en poblaciones con bajo consumo del mineral, y concluyeron que el número de mujeres que deberían ser suplementadas es de 125 para prevenir una complicación severa de la PE y 167 para prevenir un parto pretérmino muy prematuro. Es tos números se reducen a 45 y 71 mujeres si las embarazadas son menores de 20 años. Finalmente, ellos aseguran que sería necesario suplementar a 100 mujeres para prevenir la morbi lidad materna severa y un evento de muerte, y sería necesario que 250 mujeres gestantes reciban suplementación con calcio para prevenir una muerte neonatal. Textualmente el grupo de la OMS asevera "que tanto las consecuencias agudas y a largo término de estos pobres desenlaces, combinados con las limi taciones socioeconómicas soportan la suplementación". Re cientemente, Hofmeyr y colaboradores (12) propusieron que la investigación de este tema debe ser redireccionada de los ensayos clínicos a las intervenciones con suplementación con calcio a nivel comunitario. Este planteamiento está de acuerdo con nuestra temprana propuesta (13) de que la suplementa ción con calcio es una medida preventiva nutricional dirigida a superar un problema de origen socioeconómico, que impide que las mujeres pobres de nuestra sociedad tengan acceso a la leche y sus derivados durante la gestación, y que no debe ser considerada como una intervención farmacológica en mu jeres con adecuado consumo del mineral. La gestación es un período en el cual la mujer embarazada necesita un consumo alimentario extra de calcio para garantizar el balance positivo del mineral de frente a la gran demanda de calcio necesario para la mineralización de los huesos fetales. Por consiguiente, la recomendación, que es la misma de hace 17 años, es que el Estado garantice un adecuado control prenatal a toda mujer gestante, el que debe incluir que toda embarazada, y especial mente las menores de 20 años, tenga acceso a un consumo mínimo diario de 2g de calcio de fuente alimentaria. Si esto no es posible debe garantizarse el adecuado consumo a través de sales de calcio, ya sea en forma independiente o en conjunto con otros oligoelementos y vitaminas necesarias durante la gestación y que las conocemos como suplementos de vitaminas y minerales prenatales. O tros suplem entos dietéticos: antioxidantes De los varios ensayos clínicos en los que se administraron suplementos dietéticos de magnesio, aceite de pescado y vi taminas C y E, sólo se ha demostrado algún beneficio de los suplementos con vitaminas antioxidantes. Efectivamente, el reciente metanálisis de la Cochrane Library (14) determinó la efectividad y seguridad de la suplementación con cualquier antioxidante durante el embarazo y el riesgo de desarrollar PE. Se incluyeron 7 ensayos clínicos con 6.082 mujeres estu diadas. El ensayo más grande, que incluyó 5.021 mujeres, fue casi randomizado, y sólo 3 de los 7 ensayos incluidos fueron considerados de alta calidad. Las mujeres suplementadas con cualquier antioxidante durante el embarazo en com paración con las mujeres controles o placebos presentaron una reducción del 39% en el riesgo de PE (RR 0,61, 95% CI 0,50-0,75). También se observó una reducción en el riesgo de recién nacidos pequeños para la edad gestacional (RR 0,64, 95% CI 0,47-0,87,3 ensayos, 634 mujeres). Los recién nacidos de las mujeres suplementadas presentaron un promedio de peso aumentado en 91,83 g (95% CI 11,55-172,11, 3 ensayos, 455 mujeres). Los autores del metanálisis concluyeron que estos resultados deben ser interpretados con cautela ya que la mayoría de los datos provienen de estudios de muy pobre calidad. Sin embargo, los suplementos con antioxidantes parecen tener algún potencial en la reducción del riesgo de PE y de recién nacidos pequeños para la edad gestacional. Más estudios son necesarios para confirmar esta interacción que aparece como plausible de frente a la propuesta de que una alteración en el balance oxidante/antioxidante es uno de los mecanismos que lleva a la alteración de la función endotelial que caracteriza a la PE. Varios ensayos clínicos grandes y bien diseñados están actualmente en curso, por lo que deberemos esperar sus resultados antes de recomendar la utilización rutinaria durante el embarazo de suplemen tos con vitaminas antioxidantes para le prevención de la PE. Sin embargo, insisto, un adecuado control prenatal debe garantizar el consumo alimentario adecuado de vitaminas y minerales a través de una dieta balanceada durante toda la gestación, así como la administración de suplementos a través de las tabletas de vitaminas y minerales prenatales. Además, recientemente (15) se publicaron los resultados de un ensayo clínico que incluyó 2.951 mujeres embarazadas, en el que se demostró que la suplementación de multivita minas conteniendo acido fólico, se asoció con un incremento en el folato sérico, una disminución de la homocisteína plas mática y una reducción en el riesgo de PE (RR 0,37, 95% CI 0,18-0,75). Estos resultados sugieren que estas intervenciones mejoran la función endotelial en mujeres en riesgo de PE, a través de mantener la adecuada bioactividad del NO. I n t e r v e n c io n e s f a r m a c o l ó g ic a s Dosis ba jas de aspirina La reciente revisión (16) de la Cochrane Library examinó los resultados de 59 ensayos clínicos que incluyeron 37.560 mujeres embarazadas, dirigidos a evaluar la efectividad y seguridad de la utilización de aspirina en baja dosis en el riesgo de desarrollar PE. Se observó una reducción del 17% en el riesgo de PE asociado al uso de aspirina en dosis an- tiplaquetarias (46 ensayos, 32.891 mujeres, RR 0,83, 95% CI 0,77-0,89) con un número necesario a tratar de 72 mujeres (52.119). A pesar de que no hubo diferencias estadísticas en el RR basado en el riesgo materno, se observó un aumento 358 PARTE III 5 4 / PREECLAMPSIA - ECLAMPSIA. PREVENCIÓN T significativo en la reducción del riesgo absoluto de desarro llar PE en embarazadas de alto riesgo, comparado con las mujeres de riesgo moderado. Los autores concluyeron que la administración de bajas dosis de aspirina tiene beneficios moderados para la prevención de la PE y propusieron la ne cesidad de más información para determinar cuáles son las mujeres que pueden beneficiarse de la intervención, cuándo se debe iniciar el tratamiento y cuál es la dosis a utilizarse. Desde el punto de vista práctico los autores dejan la deci sión de su uso en el común acuerdo entre la embarazada y su médico. Como la reducción en el riesgo es pequeña se necesita tratar un gran número de mujeres para prevenir un solo desenlace adverso, lo que aparece como poco práctico, a pesar de que desde el punto de vista de la Salud Pública, aun estos moderados beneficios podrían ser útiles. En nuestra propuesta de que la disfunción endotelial que desencadena la PE se asocia a inflamación secundaria a in fecciones crónicas subclínicas, o al sobrepeso u obesidad del síndrome de resistencia a la insulina (17), la inflamación de bajo grado a la cual nuestra población es especialmente sensible, podría mejorar con la utilización de bajas dosis de aspirina, pero creemos que antes de tomar la decisión de utilizar aspirina en una mujer de alto riesgo se debería diag nosticar y tratar los factores proinflamatorios que en nuestra población aparecen como más comunes, es decir las infec ciones vaginales, urinarias y periodontales, la resistencia a la insulina y las deficiencias nutricionales. Tratam iento de infecciones vaginales y urinarias Algunos estudios han demostrado que las infecciones vagi nales y urinarias se relacionan causalmente con la PE. Así, es bien conocido que la incidencia de bacteriuria asintomáti ca es tres veces mayor en las mujeres con PE, y que la infec ción de vías urinarias es un fuerte factor de riesgo para PE (2). Recientemente demostramos la asociación de la PE con la periodontitis (6). Varios estudios demostraron que la identificación y trata miento de vaginosis bacteriana e infecciones de vías urinarias reducen la presentación de parto pretérmino y ruptura pre matura de membranas y en la población colombiana demos tramos (4) que la detección temprana y el tratamiento oportu no de las infecciones vaginales y urinarias (14-20 semanas de edad gestacional) redujo la incidencia de PE en 64,7%. Si bien la realización de estudios clínicos doble ciego, con trolados con placebo para evaluar el efecto del tratamiento de infecciones subclínicas no son éticamente aceptables, la realización de trabajos en la comunidad, evaluando el im pacto del diagnóstico temprano de infecciones subclínicas y el tratamiento adecuado de las mismas, es una necesidad urgente en nuestros países, donde las infecciones vagina les, bucales y urinarias alcanzan cifras de hasta el 50% de las gestantes. Además, demostramos que la inflamación de bajo grado, asociada a disfunción endotelial, precede a las manifestaciones clínicas de la PE, y que el tratamiento de las infecciones recupera la función endotelial (5,18). O tras intervenciones farm acológicas La revisión de la Cochrane Library demuestra que el uso de diuréticos no tiene ningún efecto en la prevención de la PE, y que en consideración de los altos niveles de eventos adversos encontrados en los cinco estudios incluidos en el metanálisis (1.836 mujeres), el uso de diuréticos para la pre vención de la PE y sus complicaciones no está recomendado (19). En relación a la utilización de donadores exógenos de NO o del sustrato para la síntesis de NO (L-arginina) para la prevención de la PE, el metanálisis (20) de seis ensayos clínicos que incluyeron 310 mujeres demuestra que los da tos disponibles son insuficientes para alcanzar conclusiones apropiadas de si la administración de donadores de NO o de su sustrato son útiles para la prevención de la PE. C o n c l u s io n e s Actualmente, y luego de 25 años de investigación sistemá tica de las posibles causas y mecanismos que conducen a la presentación de la PE, tenemos la certeza de que esta enfer medad es el resultado de una serie de factores económicos, políticos, sicológicos, sociales, nutricionales, medioambien tales y genéticos que culminan en una alteraciónfisiopatoló- gica común: una alteración en la producción de los radicales libres NO, 0 2‘ y O N O O . El peso específico de cada uno de esos factores es diferente según la población (2). Las muje res pobres de países en vía de desarrollo, como Colombia y Ecuador, son las más expuestas a estos factores de riesgo, de ahí la alta incidencia de la enfermedad, que la convierte en la primera causa de mortalidad materna. En la figura 1 se presenta un modelo integral que preten de incluir y relacionar los diferentes factores que participan en la fisiopatología de la PE. La adecuada interpretación de este modelo nos permite entender que la mejor forma de prevención de la PE, univer sal, económica y efectiva, es el establecimiento de un adecuado sistema de control prenatal, cuyos procedimientos demandan la administración extra de vitaminas y minerales en forma de tabletas prenatales que contienen, entre otros componen tes, calcio y vitaminas A, C y E, elementos que compensan la demanda extra de nutrientes que son tomados de la ma dre por el feto para efectos de su desarrollo orgánico. Ade más, el adecuado control prenatal permite el diagnóstico y tratamiento temprano de infecciones subclínicas urinarias, bucales y vaginales, así como de malas prácticas nutricio nales que se expresan en una excesiva ganancia de peso y alteraciones bioquímicas del perfil lipídico y de hidratos de carbono. En poblaciones con deficiencias marcadas de algunos nutrientes, como es el caso del calcio en las muje res latinoamericanas, o de vitaminas antioxidantes en las anglosajonas, la administración de suplementos adicionales de estos nutrientes es necesaria. El estudio del papel que desempeña el proceso infeccio so/inflamatorio en la alteración del equilibrio de radicales libres necesita ser profundizado, pues de confirmarse la hipótesis y las observaciones preliminares, significaría un cambio fundamental en los paradigmas de prevención y tra tamiento de la enfermedad. El estudio de la PE como un modelo de disfunción endo telial ha significado para nosotros un reto que nos da mu chas satisfacciones, y que esperamos que los resultados de 25 años de investigación se plasmen en intervenciones que contribuyan efectivamente a resolver este problema. OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 359 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS ----------------------------------------- 1 ----------------------------------------- O-, TXA, A A Figura 1. Interacción de diferentes factores sociales, económicos, nutricionales y medioambientales que contribuyen a una alteración en la producción endotelial de NO'/ 0 '2 y en el subsecuente desarrollo de preeclampsia. h 360 PARTE III 5 4 / PREECLAMPSIA - ECLAMPSIA. PREVENCIÓN T R e f e r e n c ia s 1. López Jaramillo P. Calcium, Nitric Oxide and Preeclampsia. Sem Perinatol 2000; 24: 33-36. 2. López-Jaramillo P, García R, López M. Preventing pregnancy- induced hypertension: are there regional differences for this global problem? J Hyperten 2005; 23:1121-1129. 3. Lopez-Jaramillo P, Pradilla LP, Castillo V, Lahera V. Socio eco nomical pathology as determinant of regional differences in the prevalence of metabolic syndrome and pregnancy-induced hy pertension. Rev Esp Cardiol 2007; 60:168-178. 4. 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