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Enfermería geriátrica
Autora
Mayte Valle Vicente 
Revisión técnica
Saturnino Mezcua Navarro
de Enfermería
Manual CTO
ENFERMERÍA GERIÁTRICA
ÍNDICE
TEMA 1. EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO: DEFINICIÓN 05
TEMA 2. EL ANCIANO SANO: CAMBIOS INHERENTES 
AL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO 06
2.1. Teorías del envejecimiento 06
2.2. Cambios biológicos 07
2.3. Cambios psíquicos 11
2.4. Cambios sociales 11
TEMA 3. EL ANCIANO ENFERMO: PATOLOGÍAS RELEVANTES 12
3.1. Patologías cardiovasculares 13
3.2. Patologías osteoarticulares 16
3.3. Patologías respiratorias 18
3.4. Enfermedades neuropsiquiátricas 19
3.5. Enfermedades digestivas 22
3.6. Enfermedades endocrinometabólicas 24
3.7. Enfermedades genitourinarias 25
3.8. Úlceras por presión 27
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ENFERMERÍA GERIÁTRICA
TEMA 4. CUIDADOS DE ENFERMERÍA 29
4.1. Características generales 29
4.2. Cuidados al fi nal de la vida. Actitud ante la muerte 32
4.3. Valoración geriátrica global 34
4.4. Escalas de valoración del anciano 36
 - BIBLIOGRAFÍA 41
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A s p e c t o s e s e n c i a l e s
1 En el proceso de envejecimiento es importante conocer su defi nición, así como la evo-
lución, el crecimiento demográfi co y las teorías que se barajan en la actualidad sobre el 
mismo.
2 Los cambios fi siológicos, psicológicos y sociales inherentes al proceso de envejecimiento 
no deben ser considerados como una patología sino como una modifi cación individual, 
pausada e irreversible que requiere de una readaptación de las actividades de la vida diaria 
desde el punto de vista más amplio y complejo.
El estudio de estos cambios debe ser abordado desde los distintos sistemas o funciones 
del organismo.
3 Entre las patologías más relevantes a destacar en este grupo de edad están: insufi ciencia 
cardíaca congestiva, HTA, ACV, diabetes mellitus, enfermedades tiroideas, broncopatías 
crónicas, osteoporosis, artrosis, enfi sema, neumonías, demencias, depresión, cuadro con-
fusional, parkinson, hernia de hiato, refl ujo gastroesofágico, ulcus péptico, estreñimiento, 
diverticulosis, insufi ciencia renal, incontinencia urinaria e infecciones.
4 Es importante tener muy presente que la enfermera debe llevar a cabo las intervenciones 
derivadas de los diagnósticos enfermeros basando siempre su actuación en un modelo 
conceptual enfermero preestablecido.
5 Repasad las políticas de asistencia sanitaria de acuerdo al Plan Gerontológico Nacional. 
Además se deben conocer las directrices del Plan de acción para las Personas Mayores y 
los recursos sociosanitarios que existen.
TEMA 1
EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO: DEFINICIÓN
En el individuo se producen una serie de cambios físicos y psicológicos que están infl uenciados por 
factores epidemiológicos, demográfi cos, socioeconómicos, sanitarios, etc., que no siempre son fáci-
les de asimilar, que conllevan un aumento de la proporción de personas mayores en la población y 
una supervivencia cada vez mayor, lo que, a su vez, provoca un incremento de las personas ancianas 
con patologías más o menos invalidantes, cronifi cadas en muchos casos. 
Por ello, es necesario reconocer en cada momento los dilemas reales y su génesis: cambios morfo-
lógicos o patologías, problemas potenciales, recursos disponibles para resolverlos o, en cualquier 
caso, paliarlos. 
En primer lugar, es necesario defi nir los términos más utilizados en gerontogeriatría:
 • Anciano: este término es muy subjetivo, siendo difícil delimitar a partir de cuándo una 
persona lo es, aunque de forma generalizada, en la sociedad occidental se relacione ancia-
nidad con jubilación y, por tanto, la edad oscila entre 60 y 65 años, según el país de que se 
trate.
 • Gerontología: es la ciencia que estudia el proceso de envejecimiento de los seres vivos, y de las 
personas en particular, en toda su complejidad. 
 • Geriatría: rama de la medicina que analiza las cuestiones más clínicas, terapéuticas y preventivas 
del anciano, además de su recuperación y rehabilitación.
 • Envejecimiento: proceso universal que aparece a lo largo de la vida, afectando a los seres vi-
vos. Se defi ne como el conjunto de cambios morfológicos, bioquímicos, fi siológicos, funciona-
les, psicológicos y sociales que aparecen en el individuo a lo largo de la vida.
En el hombre, su inicio es solapado y característico para cada individuo (infl uencias personales, 
comunitarias, laborales y medioambientales).
Se da toda una serie de circunstancias demográfi cas que conducen a un aumento de la proporcio-
nalidad de personas ancianas sobre la población general (normalmente, mayores de 60-65 años y, 
según las leyes vigentes, coincidente con la edad de jubilación). 
Entre estos factores, cabe resaltar el aumento de la esperanza de vida, el descenso de la tasa de 
natalidad y de mortalidad infantil, los avances tecnológicos (especialmente en el campo de la 
medicina, los hábitos higiénicos, la alimentación), la infl uencia de los movimientos migratorios, 
los factores ambientales ligados a la cultura y al comportamiento social y económico del propio 
país.
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Enfermería geriátr ica
TEMA 2
EL ANCIANO SANO: CAMBIOS INHERENTES 
AL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO
Es innegable que la etapa entre la edad adulta y la ancianidad comprende un periodo de grandes 
cambios, los cuales requieren un proceso de readaptación constante por parte del propio individuo. 
Este proceso se inicia con una serie de modifi caciones casi imperceptibles desde el exterior: caracte-
rísticas de la piel, del cabello, fuerza, energía, vitalidad, etc., pero que van originando una degenera-
ción de la fi siología y de la funcionalidad del cuerpo.
Se considera anciano sano a aquel que se mantiene en equilibrio inestable, pero que es capaz de adap-
tar su funcionamiento a las propias posibilidades reales de rendimiento.
Hay que tener muy claro que los cambios fi siológicos, psicológicos y sociales inherentes al proceso 
de envejecimiento no deben ser considerados como una patología sino como una modifi cación in-
dividual, pausada e irreversible, que requiere de una readaptación de las actividades de la vida coti-
diana desde el punto de vista más amplio y complejo (biopsicosocial y espiritual). El estudio de estos 
cambios ha de ser abordado desde los distintos sistemas o funciones del organismo: pulmonar, es-
quelética, digestiva, etc. La senilidad es el proceso de deterioro físico y mental que acompaña a la vejez.
Pese a que el envejecimiento es considerado como un fenómeno colectivo, no existe un patrón claro 
del mismo. Según las distintas teorías del envejecimiento, hay un punto en el que el individuo llega al 
máximo de su desarrollo y a partir de ahí empieza a “desgastarse”; este proceso es lento, irreversible 
y varía de una persona a otra. 
Los cambios inherentes al propio proceso de envejecimiento son internos (físicos y psíquicos/anato-
mofuncionales) y externos (cambios sociales). Estas modifi caciones repercuten en la expresión y en 
la satisfacción de las necesidades básicas del individuo, por lo que es posible encontrar desde suje-
tos ancianos independientes (capaces de adaptarse a estos cambios y satisfacer por completo las 
actividades de la vida cotidiana), a otros considerados ancianos dependientes (no son aptos para 
acoplarse a estas variaciones).
Los cambios del envejecimiento determinan, entre otras cosas, una disminución de la reserva funcio-
nal, limitando la capacidad de respuesta ante un incremento de la demanda o una situación de estrés. 
Estas variaciones se manifi estan especialmente en presencia de una enfermedad o ante una deman-
da máxima, mientras que la función se conserva en condiciones sufi cientes para los requerimientos.
2.1. TEORÍAS DEL ENVEJECIMIENTO
Se pueden establecer cuatro grupos de teorias de las que se explicarán aquellas que sean conside-
radas como más signifi cativas:
 • Teorías fi siológicas.
 • Teorías bioquímicas y metabólicas.
 • Teorías genéticas.• Teorías sociales.
TEORÍAS FISIOLÓGICAS
• Teoría del deterioro orgánico
• Teoría del debilitamiento del sistema inmunológico
• Teoría del estrés
TEORÍAS BIOQUÍMICAS Y METABÓLICAS
• Teoría de la acumulación de productos de desecho
• Teoría del envejecimiento celular
• Teoría de los radicales libres de oxígeno
• Teoría del colágeno de Burguer
TEORÍAS GENÉTICAS
• Teoría de la acumulación de errores
• Teoría de la programación genética
TEORÍAS SOCIALES
• Teoría de la actividad
• Teoría de la continuidad
Tabla 1. Teorías de envejecimiento
 • Teorías fi siológicas:
 - Teoría del deterioro orgánico: defi ne el envejecimiento desde el punto de vista del deterioro 
de los sistemas cardiovascular, endocrino o sistema nervioso central, por su utilización a lo 
largo del tiempo.
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 - Teoría del debilitamiento del sistema inmunológico o 
teoría inmunobiológica: explica el envejecimiento des-
de el punto de vista del deterioro del sistema inmunitario, 
ya que en el mismo se ha observado una disminución de 
la capacidad de las células de defensa para producir anti-
cuerpos, con la consiguiente disminución de la respuesta 
inmune de los organismos frente a los agentes externos.
 - Teoría del estrés: para la cual las pérdidas en la capacidad 
de respuesta del organismo serían el resultado de la ten-
sión a la que nos vemos sometidos durante la existencia.
 • Teorías bioquímicas y metabólicas: el paso del tiempo pro-
duce cambios en las moléculas y en los elementos estruc-
turales de las células que darán lugar a la alteración de sus 
funciones.
 - Teoría de la acumulación de los productos de desecho: 
la vida supone la producción de desechos y su elimina-
ción por unos procesos normales. Algunos teóricos creen 
que la vejez viene acompañada de una disminución de la 
capacidad de eliminación, seguida de una acumulación 
de desechos que perjudica a la actividad celular normal.
 - Teoría del envejecimiento celular: en la que se dice que 
el envejecimiento es el resultado de la muerte de un cre-
ciente número de células del cuerpo.
 - Teoría de los radicales libres de oxígeno: afi rma que el envejecimiento parece ser causado, 
al menos en parte, por los efectos tóxicos del metabolismo normal del oxígeno. 
 - Teoría del colágeno de Burguer: está fundamentada en los cambios del tejido conectivo. 
Dichos cambios pueden resumirse del siguiente modo:
 › El colágeno se hace más abundante y más rígido.
 › La elastina, a la cual las arterias y los pulmones deben su elasticidad, tienden a ser menos 
abundante, restando fl exibilidad.
Explica la precipitación del colágeno con acúmulo de calcio y de colesterina, con formación 
de membranas que impiden los intercambios nutritivos y provocan la atrofi a de órganos y 
tejidos.
 • Teorías genéticas:
 - Teoría de la acumulación de errores: con el paso de los años se pierden secuencias del ADN, 
dando lugar al deterioro, ocasionándose el envejecimiento.
 - Teoría de la programación genética: según sus autores, en el genoma está marcada una 
secuencia de acontecimientos que se expresa de manera ordenada durante el ciclo vital y 
que podría ser alterada tanto por factores exógenos como endógenos, que darían como re-
sultado una variación individual de la forma prevista.
 • Teorías sociales:
 - Teoría de la actividad: trata de explicar los problemas sociales y las causas exactas que con-
tribuyen a la inadaptación de las personas de edad avanzada.
 - Teoría de la continuidad: esta teoría mantiene que la última etapa de la vida prolonga los 
estadios anteriores. Sostiene que las situaciones sociales pueden presentar una cierta dis-
continuidad, pero que la adaptación a las diferentes situaciones y el estilo de vida se hallan 
principalmente determinados por los estilos, hábitos y gustos adquiridos a lo largo de toda 
la existencia.
2.2. CAMBIOS BIOLÓGICOS
En líneas generales, en la vejez se produce una atrofi a senil de órganos y tejidos que comporta una 
disminución de la capacidad funcional. 
Las características principales son las siguientes:
 • Disminución del volumen y del peso de los órganos y de los tejidos.
 • Distrofi a del tejido conectivo.
 • Reducción del contenido hídrico de los tejidos.
 • Retraso en la diferenciación y en el crecimiento celular.
 • Disminución de la elasticidad de los tejidos.
 • Acumulación de los pigmentos, de lípidos y de calcio.
 • Reducción de la capacidad de homeostasis interna (equilibrio hidroelectrolítico, ácido/base, 
temperatura, frecuencia cardíaca, presión arterial) .
Figura 1. Anciano 
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Enfermería geriátr ica
Las características del proceso de envejecimiento a nivel más específi co son las siguientes:
 • El aspecto externo va cambiando progresivamente. Las arrugas y las canas son los dos signos 
externos que expresan el envejecimiento físico de forma aparente.
 - Piel: la reproducción celular se produce con mayor lentitud y las células son más irregulares. 
Las células de la epidermis adelgazan, los haces de colágeno se modifi can y se hacen más 
rígidos, por lo que pierden su funcionalidad, predisponiendo la aparición de arrugas. La mo-
difi cación del colágeno unida a la deshidratación celular va a hacer que la piel presente un 
aspecto de fl ojedad. Desciende signifi cativamente el número de melanocitos, situación que 
reduce la protección de la piel frente a los rayos ultravioleta y aumenta el riesgo de lesiones 
cutáneas actínicas, pudiendo dar lugar a pigmentaciones irregulares o incluso a la aparición 
de manchas más oscuras (lentigo). Se reduce el número de capilares superfi ciales por lo que 
la piel del anciano cicatriza con mayor lentitud. Otra característica del envejecimiento de la 
piel la constituye la proliferación de verrugas seniles, mayoritariamente en las mujeres. Las 
glándulas sudoríparas y sebáceas tienden a atrofi arse, dando un aspecto más seco y deshi-
dratado a la piel.
 - Pelo: la característica fundamental del envejecimiento del cabello es la aparición de las ca-
nas, como consecuencia de la reducción de la producción de melanina por parte de los mela-
nocitos. A su vez, la velocidad de crecimiento del pelo y el diámetro del tallo están disminui-
dos. Las pérdidas en unas zonas corporales y la aparición en otras van a estar diferenciadas 
en función del sexo. Mientras que los hombres están más afectados por la caída del cabello 
en la cabeza y en el tronco, en las mujeres disminuye sobre todo en las axilas y en el pubis. El 
aumento se produce en los hombres de forma más aparente en las cejas, los orifi cios nasales 
y el pabellón auricular, mientras que en las mujeres tiene lugar en el labio superior y en el 
mentón.
 - Uñas: su velocidad de crecimiento está disminuida, y éstas suelen tener menos brillo. El apor-
te vascular al lecho ungeal está reducido y la matriz se modifi ca, dando lugar a las estrías lon-
gitudinales. Suelen ser más duras por acúmulo de capas corneas, sobre todo las de los pies y 
a la vez más espesas y quebradizas, difi cultando los cuidados de las mismas.
 • Sistema cardiocirculatorio: el corazón se atrofi a y la elasticidad de éste disminuye al igual que la 
de los vasos sanguíneos (esclerosis, depósitos calcáreos, ateroma); se produce una distensión de 
la aorta. Todo ello comporta un aumento de las resistencias periféricas, una reducción del gasto 
cardíaco y una disminución de la velocidad de circulación sanguínea. 
 • Sistema musculoesquelético: a partir de los 40 años se pierde 1 cm de estatura por década. 
En la vejez, la postura tiende a la fl exión general. Este aspecto de jorobado se debe a la defor-
midad en cuña de las vértebras, en especial en la zona dorsal, y a los cambios degenerativos 
que causan adelgazamiento de los discos intervertebrales. Se observará cifosis de la columna 
dorsal, de gravedad variable; fl exión anterior de cabeza y de nuca y una fl exión ligera de codos, 
muñecas, caderas y rodillas; los piesse tornan valgos. Debido a las modifi caciones de la postura, 
se desplaza el centro de gravedad, lo que conduce a un aumento de la energía gastada para 
conservar el equilibrio y para la marcha normal. A la vez, hay una pérdida normal de la masa 
muscular, que se acompaña de una disminución de la regene-
ración tisular, lo que contribuye no sólo al aspecto modifi cado 
(adelgazamiento y fl accidez de los músculos) sino también a la 
reducción de la fuerza. La masa magra disminuye con la edad, 
a la vez crece la masa grasa.
 • Sistema respiratorio: aparece una disminución de la ex-
pansión de la caja torácica por endurecimiento del cartíla-
go y por la cifosis dorsal. Se reduce el número de alveolos 
y de cilios y, por tanto, disminuye el refl ejo de la tos. Ade-
más, el pulmón está cada vez más rígido, con lo que la in-
defensión frente a las infecciones respiratorias aumenta. 
Existe una alteración del parénquima pulmonar que se 
traduce en una disminución del intercambio de gases, 
como consecuencia tiene lugar una reducción de la Ca-
pacidad Vital (CV) y un incremento del volumen residual.
 • Sistema digestivo: existe una disminución de la secreción 
de saliva (boca más seca) conocida como xerostomía, las pie-
zas dentales suelen estar en mal estado o no estar presentes 
(lo que ocasiona importantes problemas de masticación). El 
esmalte protector de los dientes se adelgaza y la dentina se 
hace transparente. Aparece una retracción de la encía, que 
deja expuesta cada vez más la estructura de la raíz al am-
biente, proporcionando un soporte cada vez menor para los 
dientes. Se produce una atrofi a papilar en la lengua (disminu-
ye la sensación gustativa), la mucosa oral adelgaza y se hace 
menos elástica, por lo que es más sensible a los traumatismos 
menores (prótesis, infecciones). La articulación temporoman-
dibular sufre modifi caciones en su cartílago, ligamentos y 
cápsula. Hay un enlentecimiento del vaciado vesicular y unFigura 2. Cambios fi siológicos en el anciano
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aumento del espesamiento de la bilis. La secreción de jugos gástricos está disminuida (ácido 
clorhídrico, etc.). El tamaño del páncreas y su funcionalidad están reducidos (disminución de 
la secreción de insulina). Existe una reducción de la función absortiva y un sobrecrecimiento 
bacteriano intestinal. La motilidad está reducida, debido al decrecimiento en la amplitud de las 
contracciones esofágicas, como consecuencia de la debilidad en la contracción del músculo liso. 
La bajada de la motilidad se puede presentar también en el estómago, el colon y el intestino 
delgado. Reducción del tamaño y de la funcionalidad del hígado, aspecto importante a tener en 
cuenta por las implicaciones que existen entre hígado y farmacocinética.
 • A nivel de la sangre: las modifi caciones son básicamente cualitativas, produciéndose así un pe-
queño aumento de la fragilidad de los eritrocitos y una disminución de la respuesta a la infl ama-
ción y a las infecciones por parte de los leucocitos.
 • Sistema urinario: existe una reducción del número y de la funcionalidad de las nefronas (se pier-
de al menos el 10% de los glomérulos presentes en la juventud). Decrecimiento del fl ujo plas-
mático renal. A nivel vascular, se presenta una reducción del tamaño arterial, un engrosamiento 
de la íntima y una atrofi a de la media. Aparece disminución del fi ltrado glomerular, así como de 
la secreción y de la reabsorción tubular, la reducción de la capacidad secretora de potasio y la 
reabsorción de agua y sodio. Por consiguiente, se pierde mayor cantidad de agua con más pre-
disposición a la deshidratación. Tiene lugar una reducción del aclaramiento renal, sin aumento 
paralelo de la creatinina.
La reducción del tono muscular de la vejiga urinaria que aparece se suele relacionar con la pre-
sencia de incontinencia urinaria. La vejiga está distendida, por lo que habitualmente contiene 
cierta cantidad de orina de forma permanente (orina residual), hecho que aumenta el riesgo de 
infecciones urinarias. Los ancianos tienden a excretar más orina por la noche. Fisiológicamente 
se intenta explicar esta modifi cación por la disminución de secreción de vasopresina, ya que ésta, 
en ocasiones, es indetectable en los ancianos por la noche.
 • Sistema endocrino: se aprecia una disminución de la producción hormonal y de la respuesta 
orgánica. Aparece una mayor resistencia a la insulina que explica el aumento del número de 
ancianos diabéticos y con intolerancia a los hidratos de carbono, junto al incremento de las alte-
raciones cardiovasculares derivadas de la presencia de este factor de riesgo.
 • Sistema genital: en la mujer se produce una disminución de la secreción hormonal que está 
relacionada directamente con la aparición de la menopausia y con la disminución de la mucosa 
vaginal (son los estrógenos los que inciden directamente en la lubricación vaginal). Tiene lugar 
una reducción de estrógenos y de progestágenos y un aumento de LH y FSH. Crece el tamaño de 
las mamas por incremento del tejido adiposo y pérdida de elasticidad. 
En el hombre se da una distensión de la bolsa escrotal y un aumento del tamaño de la próstata. 
La erección puede llegar a mantenerse durante más tiempo: el periodo refractario (tiempo que 
transcurre hasta poder repetir la erección) puede aumentar hasta las 48 horas. Con la edad, el lí-
quido seminal se va haciendo más escaso progresivamente y también más pobre en sus cualida-
des (hay una disminución de la fructosa presente en el líquido seminal, reducción de la produc-
ción de líquido alcalino por parte de las glándulas de Cowper, para neutralizar los restos ácidos 
urinarios de la uretra distal).
 • Sistema nervioso: aparece una pérdida 
de la funcionalidad y del número de neu-
ronas. Es preciso recordar que las células 
nerviosas pertenecen a la categoría de 
células postmitóticas, por lo que cualquier 
daño es irreparable desde el punto de vis-
ta estructural. Hay una pérdida de peso y 
de volumen cerebral (atrofi a cerebral) que 
es mayor en la corteza cerebral y en el ce-
rebelo. En las meninges aparece fi brosis, 
calcifi caciones y osifi caciones. Se forman 
en el cerebro placas amiloideas y ovillos 
neurofi brilares, ambos característicos de la 
demencia Alzheimer, pero presentes tam-
bién en el envejecimiento normal. Los neu-
rotransmisores disminuyen igualmente en 
la senectud, así ocurre, por ejemplo, con 
la dopamina cuyo défi cit se asocia a la en-
fermedad de Parkinson. A nivel motor hay 
una disminución en la capacidad de coor-
dinación (pérdidas de control muscular y 
una variación asimétrica de los refl ejos ten-
dinosos profundos). En cuanto a cambios 
funcionales de comportamiento, hay una 
reducción de adaptabilidad al medio, un 
enlentecimiento general y una alteración 
del sueño cuyo cambios fi siológicos más 
importantes relacionados con el envejeci-
miento son los siguientes (Figura 3): Figura 3. Sueño REM 
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Enfermería geriátr ica
 - Adelanto de la fase circadiana de sue-
ño.
 - Aumento del número y de la duración 
de los despertares.
 - Disminución de la efi cacia del sueño 
nocturno (tiempo en cama/tiempo 
dormido).
 - Incremento de la cantidad de sueño 
superfi cial y reducción del sueño pro-
fundo.
 - Toma de siestas durante el día.
 - Disminución del número de horas de 
sueño REM.
Cuando los cambios mencionados ocurren, 
las personas mayores valoran negativamente 
la calidad de su sueño. Estas alteraciones no 
mejoran con la realización de ejercicio físico 
y/o mental antes de acostarse.
 • Los órganos de los sentidos sufren una se-
rie de cambios entre los que destacan:
 - Vista:
 › Pérdida de la capacidad de acomo-
dación causada por la disminución 
de la elasticidad del cristalino.
 › Presbicia o reducción de la capaci-
dad para enfocar objetos de texto.
 › Disminución del tamaño de la pupila.
 › Ralentización de larespuesta a la luz.
 › Alteración en la percepción de los colores.
 › Aparición del arco senil por acúmulo de lípidos alrededor del iris.
 › Acúmulo de lípidos en los párpados (xantelasmas).
 › Aumento de la presión intraocular.
 › Pérdida de la elasticidad del músculo orbicular, produciendo ptosis parpebral.
 › Reducción de la secreción lacrimal, mostrándose el ojo seco e irritado.
 › Degeneración del músculo elevador y pérdida de grasa orbital, presentando un hundi-
miento del ojo en la órbita (enoftalmos).
 - Oído:
 › Presbiacusia o pérdida de la capacidad auditiva para altas frecuencias. En estos casos 
puede ser de ayuda el uso del contacto físico, en especial, y de la comunicación no verbal, 
en general. En el proceso de envejecimiento, la pérdida de agudeza auditiva o presbiacu-
sia se inicia con un predominio de la disminución de altas frecuencias. El umbral medio 
para los tonos puros aumenta con la edad para todas las frecuencias y en ambos sexos.
 › Engrosamiento del tímpano.
 › Acúmulo de cerumen.
 › La cadena de huesecillos sufre osteoporosis y sus articulaciones anquilosis.
 › Atrofi a del órgano de Corti.
 - Gusto:
 › El número de papilas gustativas está disminuido y las que quedan se atrofi an, teniendo 
cierta difi cultad para discernir entre sabores (primero se afectan los sabores salado y dul-
ce, los sabores amargo y ácido permanecen más tiempo) 
 › La producción de saliva también se encuentra reducida (xerostomía), afectando al senti-
do del gusto.
 › Adelgazamiento y disminución de la superfi cie de las encías (con la consiguiente pérdida 
de piezas dentales).
 - Olfato:
 › Aumento del tamaño de la nariz.
 › Pérdida de capacidad olfatoria.
 › Incremento del número y del grosor de las vibrisas.
 - Tacto:
 › Reducción de la sensibilidad táctil y dolorosa como consecuencia de una pérdida de sen-
sibilidad de la piel.
 › Merma parcial de los receptores del tacto, difi cultando el reconocimiento de objetos.
 • Sistema inmunitario: la respuesta frente a los estímulos antigénicos está disminuida, al igual 
que la producción de anticuerpos (mayor propensión a las infecciones).
Figura 4. Sensibilidad de los distintos sabores
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2.3. CAMBIOS PSÍQUICOS
En líneas generales, los cambios psíquicos se pueden relacionar con los siguientes aspectos:
 • La modifi cación de estructuras cerebrales: alteraciones anatomofi siológicas del sistema nervio-
so y de los órganos de los sentidos.
 • La modifi cación de las funciones cognitivas:
 - Inteligencia: el envejecimiento altera la inteligencia conocida como fl uida (capacidad de 
realizar nuevas relaciones), cuyo máximo se alcanza a los 18 años. La inteligencia cristalizada 
(aptitud para manejar la propia experiencia) se mantiene indefi nidamente a lo largo de la 
vida. En el envejecimiento se produce una disminución de la efi ciencia intelectual (práctica), 
pero se mantiene la efi cacia de la inteligencia (teoría). 
 - Memoria: uno de los défi cit más comunes del envejecimiento es la pérdida de la memoria, 
sobre todo a largo plazo. Ésta determina la difi cultad a la que se enfrentan los ancianos 
en sus tareas domésticas, que obligan a recordar acontecimientos realizados en los mi-
nutos precedente. Hay que diferenciar las dos clasifi caciones que se pueden hacer de la 
memoria:
 › Por una parte están los conceptos de memoria sensorial, memoria a corto plazo y memo-
ria a largo plazo.
 › Por otra parte, los conceptos de memoria reciente y memoria remota.
La primera clasifi cación hace referencia a los niveles de procesamiento (o archivo) de me-
moria. La memoria sensorial, que dura aproximadamente medio segundo, es esa sensación 
que permanece en las vías nerviosas sensitivas durante unos instantes después de tocar un 
objeto. El siguiente nivel de procesamiento es el de la memoria a corto plazo, que dura unos 
20 segundos. Es la memoria de procesamientos, el lugar donde se archiva un número de te-
léfono mientras se está marcando. Pasados esos segundos no se va a recordar puesto que no 
se ha guardado en las estructuras superiores. Por último, la memoria a largo plazo es todo lo 
demás, todo lo que queda guardado en nuestra memoria consciente e inconsciente durante 
más de medio minuto: el desayuno de hoy, el día de nuestra boda, etc.
Otra clasifi cación de la memoria es la que divide los acontecimientos en memoria reciente y 
memoria remota. La memoria remota es precisamente la que se conserva mejor con el enve-
jecimiento: son los hechos lejanos, la infancia, etc. Los acontecimientos próximos en el tiempo, 
que han ocurrido durante la última semana, forman parte de la memoria reciente, al anciano 
le cuesta archivarlos y recuperarlos posteriormente.
 - Resolución de problemas: presentan cierta difi cultad para utilizar estrategias nuevas. El pensa-
miento se hace más concreto que abstracto (recurren fácilmente a los ejemplos más que a las abs-
tracciones). Existe una mayor prudencia ante la toma de decisiones. Hay una mayor rigidez en la 
organización del pensamiento, presentando cierta difi cultad para discriminar la información; hay 
una tendencia a mantener los propios hábitos, o las estrategias poco pertinentes, y a la repetición.
 - Creatividad: se debe tener presente que la creatividad depende de la experiencia, de la pro-
pia motivación, del entorno, de la salud, del estilo de vida y de la energía que uno mismo 
tiene. Se conserva la creatividad en cuanto a la originalidad y a las elaboraciones/acciones 
prácticas. Dentro de la creatividad se conservan las humanidades, mientras que las ciencias 
disminuyen relativamente. 
 - Reacción a estímulos: existe una menor respuesta (se reducen los refl ejos), un cierto proble-
ma para transformar los estímulos verbales en imágenes mentales (difi cultades en la com-
prensión) y un enlentecimiento de la respuesta ante los estímulos, presentando impedimen-
tos para encontrar las palabras adecuadas.
 • La modifi cación en la afectividad: 
 - Emociones: se dan ciertos sentimientos de inutilidad, de impotencia ante diferentes situacio-
nes, especialmente, de pérdida (familiares, amigos, trabajo, salud).
 - Motivaciones: están muy ligadas a la capacidad de mantener actividades satisfactorias (im-
pulso-estímulo), de ocupar el tiempo, de la infl uencia del entorno.
 - Personalidad: los factores que pueden infl uir son: salud física y mental, antecedentes (acti-
tudes desarrolladas a lo largo de la vida), pertenencia a un grupo, identidad social (interés y 
rol), interacciones familiares actuales y pasadas, situaciones de vida, madurez emocional, etc.
2.4. CAMBIOS SOCIALES
La sociedad asigna a cada grupo de edad un rol específi co. Los cambios que pueden aparecer en el 
proceso de envejecimiento son consecuencia de la experiencia personal, de los acontecimientos 
vividos a lo largo de toda la vida y de muchas circunstancias impuestas por la situación en la que se 
encuentra la persona anciana. Así pues, se puede observar una cierta difi cultad en el momento de 
expresar las propias emociones y la afectividad que de ellas se deriva.
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Enfermería geriátr ica
Todas estas situaciones vienen dadas, entre otros, por los cambios en las estructuras familiares: la mujer 
también trabaja y no puede atender en ciertos momentos las necesidades de los ancianos que se en-
cuentran en el núcleo familiar. En la mayoría de las viviendas el espacio se ve considerablemente redu-
cido, sin tener opción de mantener en el mismo entorno a padres, abuelos, nietos y tíos. Además de las 
pérdidas propias del proceso de envejecimiento, las físicas y las funcionales referidas al propio individuo, 
también hay que tener en cuenta toda una serie de mermas acontecidas en su entorno: familiares y ami-
gos por fallecimiento o traslado de domicilio (abandono del hogar por parte de los hijos) y jubilación.
La jubilación es una etapa muy crítica en la vida que comporta la desvinculación conel mundo del 
trabajo. A partir de ese momento tiene lugar toda una serie de pérdidas asociadas a los ingresos, 
satisfacción por el trabajo realizado e identidad ocupacional, interrelación con los compañeros de 
trabajo. En defi nitiva, pérdida del rol de adulto productivo.
TEMA 3
EL ANCIANO ENFERMO: PATOLOGÍAS RELEVANTES
En primer lugar, es preciso tener una serie de conceptos claros. De forma genérica, las actividades a 
desarrollar pueden dividirse en dos grandes grupos, según sea el sujeto menor o mayor de 75 años o 
pertenezca a uno de los siguientes grupos, independientemente de su edad: anciano sano, enfermo 
o de riesgo (Tabla 2).
PERSONA MAYOR SANA
Aquella persona mayor de 65 años cuyas características físicas, funcionales, mentales y sociales están 
de acuerdo con su edad cronológica. En ellos, el objetivo es la promoción de la salud y la prevención
PERSONA MAYOR ENFERMA
Aquella persona mayor de 65 años que presenta alguna afección aguda o crónica, en diferente grado 
de gravedad, habitualmente no invalidante y que no cumple criterios de paciente geriátrico. Objetivo: 
asistencial, rehabilitador y preventivo
ANCIANO FRÁGIL O DE ALTO RIESGO
Aquella persona mayor de 80 años o que estando entre 65 y 80 cumple alguna de las siguientes condiciones:
· Vivir solo
· Enviudamiento reciente (menos de un año)
· Cambio de domicilio (menos de un año)
· Ingreso hospitalario (en los últimos 6 meses)
· Enfermedad terminal (pronóstico menor de 6 meses)
· Necesidad de atención domiciliaria médica o de enfermería al menos una vez al mes
· Afección crónica que condiciona incapacidad funcional: ACVA con secuelas, IAM, ICC reciente (menos de 
6 meses), enfermedad de Parkinson, EPOC, enfermedad osteoarticular, caídas, défi cit visual, hipoacusia
· Incapacidad funcional por otras causas para actividades básicas: baño, aseo, etc.
· Incapacidad para utilizar el teléfono, transporte público, dinero o medicación
· Toma de más de tres fármacos, prescripción en el último mes de antihipertensivos, antidiabéticos o 
psicofármacos
· Deterioro cognitivo (criterios de demencia según el DSM-IV)
· Depresión
· Situación económica precaria o insufi ciente
Objetivo: atención y prevención, siendo objeto prioritario de los programas de atención al anciano y visita 
domiciliaria y/o colaboración con los equipos de valoración y cuidados geriátricos
ANCIANO GERIÁTRICO
Sería el que cumple tres o más de los siguientes requisitos:
· Edad superior a los 75 años
· Presencia de pluripatología relevante
· El proceso o enfermedad principal tiene carácter incapacitante
· Existe patología mental acompañante o predominante
· Hay problemas sociales relacionados con su estado de salud
En estos enfermos, el principal objetivo es el asistencial, terapéutico y rehabilitador. Son tributarios de 
atención y evaluación geriátrica especializada. Suponen el 30-35% de los ingresos en el hospital
Tabla 2. Defi niciones de los distintos tipos de anciano
 • El anciano sano es aquel que no padece enfermedad crónica ni ningún grado de problemática fun-
cional ni social. 
 • El anciano enfermo es aquel que se encuentra afectado de una patología crónica sin ser anciano 
de riesgo. De manera transitoria, se incluyen en este grupo sujetos que están afectados por en-
fermedades agudas. 
 • El anciano en situación de riesgo es el que presenta uno o más de los siguientes factores: patología cró-
nica invalidante, haber sido dado de alta recientemente del hospital, estar confi nado en su domicilio, vivir 
solo, tener más de 80 años (aunque para algunos autores es una edad superior a 85 años), padecer una 
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situación de pobreza, estar aislado socialmente o carecer de apoyo familiar cercano, haber perdido re-
cientemente a su pareja (situación de duelo inferior a un año) y tener una enfermedad en fase terminal.
 • El anciano geriátrico es aquel que además de cumplir con los requisitos de fragilidad sufre pro-
blemas mentales y/o sociales que le llevan a estar institucionalizado.
Debido al propio proceso de envejecimiento, la presentación de muchas enfermedades en el an-
ciano es distinta respecto a los pacientes jóvenes o adultos. Las causas de este hecho dependen, 
además, de las posibles diferencias en la propia enfermedad y de unas connotaciones específi cas re-
lacionadas con las circunstancias del anciano y del acto médico. Se da una peculiaridad sintomática 
en las enfermedades geriátricas:
 • Atípica: una determinada enfermedad se manifi esta mediante síntomas inespecífi cos o referidos 
a otros órganos o sistemas. No aparecen los síntomas habituales que orientan al diagnóstico de 
las personas más jóvenes o adultos.
 • Incompleta: ausencia de dolor o de fi ebre, etc. Hay muchas enfermedades que producen síntomas 
inespecífi cos, sin localización y que, sin embargo, deterioran con frecuencia la capacidad funcional: 
caídas, cansancio, confusión, depresión, deterioro cognitivo, difi cultad para deambular, incontinen-
cia de esfínteres, mareo, pérdida de apetito, pérdida de peso (grandes síndromes geriátricos).
 • Banalizada: se resta importancia a los síntomas por creer que son propios de la vejez.
 • Silente: ausencia de sintomatología hasta que aparece en un control rutinario (infecciones uri-
narias, HTA, diabetes, etc.).
Entre otras muchas razones que pueden participar en mayor o menor grado en la explicación de la 
distinta presentación de muchas enfermedades en los ancianos, están las siguientes:
 • Aparición sobre organismos cambiados por el envejecimiento.
 • Pluripatología: una enfermedad o su tratamiento ocultan otra o la exacerban.
 • Difi cultades en la obtención de los datos de la historia clínica.
 • Deterioro de los sentidos y menor percepción del dolor.
 • Actitudes de los cuidadores y de los médicos.
 • Actitud del paciente ante su enfermedad.
 • Exploración física más complicada. Pruebas complementarias difíciles de obtener y con distintos 
valores normales.
 • Escasez de estudios en esta área.
Todo ello hace que las personas mayores estén más predispuestas a padecer determinadas patolo-
gías. Algunas de ellas, debido a su alta prevalencia e incidencia en la población anciana, a su diversi-
dad de etiologías y a las distintas consecuencias a las que abocan, junto con la alteración signifi cativa 
de la capacidad funcional que provoca en el anciano, se las denominan grandes síndromes geriátri-
cos. Los grandes síndromes geriátricos son los siguientes:
 • Incontinencia.
 • Caídas.
 • Inmovilidad.
 • Deterioro mental.
 • Otras: deprivación sensorial, insomnio, depresión, aislamiento social, malnutrición, estreñimien-
to, deshidratación, hipotermia, polifarmacología, síncopes, úlceras por presión…
Así una causa puede derivar en varios síndromes geriátricos, y al revés, varias causas es posible que 
provoquen uno o más síndromes. Por ello, es importante conocerlas y estar atentos a su comienzo, 
pues de la detección precoz, el diagnóstico etiológico y el seguimiento continuado depende el que 
nuestros mayores se rehabiliten de la mejor manera posible y tengan una calidad de vida óptima. Es 
difícil establecer unos criterios válidos que lleven a determinar las enfermedades características que 
presentan los ancianos y establecer un orden de prioridad de las mismas. Las enfermedades más co-
munes en la población mayor de 65 años, por orden de frecuencia, son las siguientes: HTA, accidente 
cerebrovascular, bronconeumopatía crónica, poliartrosis, insufi ciencia cardíaca, cardiopatía isquémi-
ca, diabetes mellitus, demencia senil, depresión y reumatismo infl amatorio.
3.1. PATOLOGÍAS CARDIOVASCULARES
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en ancianos en nuestro 
país. La aterosclerosis es la causa más importante de enfermedad cardiovascular en la vejez. 
3.1.1. Cardiopatía Isquémica (CI)
La isquemia se caracteriza por una obstrucción progresiva del fl ujo sanguíneo en una o más arterias 
coronarias(Figura 5). Las medidas generales de prevención radican en una modifi cación del estilo 
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Enfermería geriátr ica
de vida (dejar de fumar, adecuar los hábitos 
alimentarios, combatir la obesidad y el seden-
tarismo y adecuar el consumo de alcohol), en 
controlar los factores de riesgo (HTA, hiper-
colesterolemia, reducción de la tendencia a 
la trombosis). La CI puede clasifi carse en dos 
grupos: angina de pecho (estable o inestable) 
e infarto agudo de miocardio. 
El síntoma más frecuente de presentación 
de la cardiopatía isquémica en el anciano es 
la disnea siendo más habitual la presencia 
de infartos indoloros entre los individuos de 
esta población. Hay que tener en cuenta que, 
en muchas ocasiones, los ancianos presentan 
síntomas atípicos de cardiopatía, tales como 
debilidad, confusión, dolor abdominal, etc.
3.1.2. Insufi ciencia Cardíaca
Congestiva (ICC)
La Insufi ciencia Cardíaca Congestiva (ICC) es 
la incapacidad del corazón para bombear sufi -
ciente sangre como para cubrir las necesidades de oxígeno de los tejidos periféricos. En los ancianos, ade-
más del cuadro clásico de disnea, ortopnea, disnea paroxística nocturna (crisis nocturnas), taquip-
nea, edemas (de miembros inferiores), taquicardia, cardiomegalia, aumento de la presión venosa, 
ingurgitación de las venas del cuello y cianosis, aparecen síntomas inespecífi cos como desorienta-
ción temporoespacial, somnolencia, estado confusional, anorexia y sensación de debilidad. Entre los 
principales factores precipitantes se pueden destacar los siguientes: anemia, arritmias, infecciones, 
estrés, transgresiones dietéticas, aumento de la actividad física, reducción o interrupción del trata-
miento farmacológico y embolismo pulmonar. 
Dependiendo del nivel de afectación ventricular, la ICC se clasifi ca en ICC izquierda (cuya principal 
manifestación es la disnea y que se puede complicar con edema agudo de pulmón) y en ICC derecha 
(cuyos síntomas más importantes son los edemas, la hepatomegalia y la distensión venosa sistémica).
3.1.3. Trastornos vasculares periféricos
Los trastornos vasculares periféricos afectan mayoritariamente a las extremidades inferiores (EEII), pro-
ducen síntomas que pueden limitar la actividad, la independencia del paciente y la calidad de vida, 
interfi eren con el sueño debido al dolor, refuerzan el aislamiento social y crean ansiedad y/o depresión. 
En función del tipo de afectación vascular, se 
encuentran:
 • Alteraciones arteriales:
 - Enfermedad arterial oclusiva crónica: 
claudicación intermitente.
 - Enfermedad arterial oclusiva aguda: 
trombosis/embolias.
 • Alteraciones venosas:
 - Trombosis venosas profundas y super-
fi ciales.
 - Insufi ciencia venosa crónica.
 - Venas varicosas.
3.1.4. Otras patologías
Hipertensión arterial (HTA)
La hipertensión arterial (HTA) constituye el 
factor de riesgo fundamental en la aparición 
de enfermedad cerebrovascular y uno de los 
más importantes en la cardiopatía isquémica y 
Figura 5. Radiografía de tórax de una insufi ciencia cardíaca
Figura 6. Alteraciones en miembros inferiores típicas del anciano
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enfermedad renal y es, por tanto, un problema 
sanitario de capital importancia en el anciano.
La hipertensión arterial se defi ne como aquella si-
tuación en la que existen cifras de Presión Arterial 
Sistólica (PAS) superiores a 140 mmHg y de Pre-
sión Arterial Diastólica (PAD) mayores o iguales 
de 90 mmHg. Hay que recordar que en el ancia-
no es frecuente la situación de HTA sistólica ais-
lada, defi nida como una PAS mayor o igual 140 
mmHg, con cifras de PAD menores de 90 mmHg. 
El objetivo del tratamiento de la HTA debe ser 
la disminución de la morbilidad y de la morta-
lidad derivada de la elevación de la tensión ar-
terial. El tratamiento debe pues consistir en una 
reducción del aporte de sal común en la dieta, 
en el control del sobrepeso (dietas normocaló-
ricas adecuadas a peso/edad/actividad), ejer-
cicio (paseo diario), y si la HTA persiste, con la 
instauración de un tratamiento farmacológico 
por el especialista y posterior seguimiento, ya 
que el anciano lleva a cabo de forma irregular el 
tratamiento antihipertensivo. 
Los factores de riesgo más importantes son los siguientes:
 • Tabaquismo.
 • Dislipidemia.
 • Diabetes mellitus.
 • Edad mayor de 60 años.
 • Mujeres postmenopáusicas.
 • Historia familiar de enfermedad cardiovascular: mujeres menores de 65 años y/o hombres con 
edad inferior a 55 años.
Accidente cerebrovascular (ACV)
El accidente cerebrovascular (ACV) tiene lugar cuando se produce una disminución del aporte san-
guíneo a una porción del cerebro. Dependiendo del tipo de AVC, las causas más comunes son las que 
se citan a continuación: 
 • Tipo isquémico: 
 - Trombosis: oclusión o disminución degenerativa de la luz 
arterial. Está causado por arteriosclerosis.
 - Embólico: oclusión de la luz arterial producida por un ém-
bolo. Las causas pueden ser cardíacas o por un trombo 
mural por enfermedad arteriosclerótica, émbolos carotí-
deos o cardiopatía reumática.
 • Tipo hemorrágico: rotura de la pared arterial. Las causas pue-
den ser por HTA crónica, por malformación vascular (aneuris-
ma) o por defectos de coagulación.
Las variables que determinan la gravedad del AVC son: la arteria 
cerebral implicada, la zona del cerebro irrigada y su afectación, 
la importancia de la lesión y la extensión del área lesionada. Las 
afectaciones o secuelas neurológicas más comunes detectadas en 
pacientes geriátricos son las siguientes: tetraparesias, ataxia, he-
miplejia, hemiparesia, con todas las incapacidades y difi cultades 
que esto conlleva para la satisfacción de las Actividades de la Vida 
Diaria (AVD): disfunción del lenguaje, de la función motora y de la 
movilidad, expresión, función cognoscitiva, fuerza, problemas de 
suicidio, défi cit espaciales-perceptivos, etc.
El tratamiento incluye la instauración de la terapia farmacológica pre-
ventiva necesaria para disminuir el riesgo de nuevos episodios, pero 
además, toda una serie de actuaciones adaptativas y de rehabilitación 
a fi n de mantener las capacidades restantes del individuo, mejorarlas, 
si se puede, y siempre persiguiendo aportar al paciente la mayor ca-
lidad de vida posible (es decir, propiciar la comunicación consciente, 
favorecer la movilidad progresiva, etc.). Figura 8. Malformación arteriovenosa
Figura 7. Placa de ateroma 
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3.2. PATOLOGÍAS OSTEOARTICULARES
Los problemas osteoarticulares están muy ligados a las modifi caciones propias del proceso de enve-
jecimiento y constituyen una de las principales causas de atención sociosanitaria en la patología del 
anciano. Hay unos factores etiopatogénicos (mecánicos, funcionales, infecciosos, genéticos, inmu-
nológicos) que son los causantes de una alteración de la estructura osteoarticular. Las alteraciones 
más destacables son las siguientes:
 • Degenerativas: artrosis.
 • Infl amatorias: artritis reumatoide, polimialgias articulares, gota.
 • No articulares: tendinitis, capsulitis.
 • De origen psicógeno: algias mal defi nidas.
 • El propio proceso de envejecimiento: osteoporosis.
Existen unas características comunes a toda alteración osteoarticular, tales como el dolor, la limi-
tación del movimiento, la impotencia funcional, el malestar y la incomodidad, la alternancia entre 
mejora y empeoramiento (lo que conlleva a un deterioro de la autoestima), el riesgo de lesiones y la 
necesidad de seguimiento farmacológico.
3.2.1. Artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica, de naturaleza autoinmune, cuyos síntomas se lo-
calizan predominantemente a nivel articular, aunque también produce alteraciones sistémicas. Los 
síntomas más habituales son: 
 • Dolor articular, de características infl amatorias con sinovitis 
persistente.
 • Rigidez matutina, que desaparece con el uso moderado de laarticulación.
 • Afectación simétrica de las articulaciones periféricas.
 • Tras un comienzo insidioso (fatiga, anorexia, debilidad, etc.), es 
característica la afectación gradual de distintas articulaciones, 
especialmente de manos, muñecas, rodillas y pies.
 • Destrucción del cartílago, en muchos casos con erosión ósea y 
deformidad articular.
En algunas ocasiones puede llegar a provocar manifestaciones extraar-
ticulares. Aunque la mayoría empieza antes de los 60 años, existe una 
forma de comienzo en el anciano con sintomatología general astenia, 
anorexia y febrícula, además de las alteraciones articulares (Figura 9).
Como en todas las enfermedades, se debe abordar el tratamiento 
desde un enfoque global que incluya una valoración del impacto 
funcional (estableciendo una terapia ocupacional controlada, ins-
taurando medidas ortésicas adecuadas), una terapéutica farma-
cológica individualizada y un seguimiento pautado (creando una 
nutrición adecuada, una adaptación del medio, etc.). 
3.2.2. Patología articular degenerativa (PAD) o artrosis
La Patología Articular Degenerativa (PAD) o artrosis es una enfermedad degenerativa de las articula-
ciones caracterizada por la destrucción del cartílago articular. Tie-
ne una afectación lenta y progresiva, de origen desconocido, que 
daña una o varias articulaciones, principalmente a las pequeñas 
articulaciones de las manos y a las articulaciones de los huesos de 
carga (rodillas, caderas, etc.). Está caracterizada por dolor, deformi-
dad y limitaciones en la movilidad.
Entre sus causas se encuentran la disminución de cadenas de 
proteínas y de aminoácidos, la reducción de líquido tisular, las al-
teraciones biomecánicas añadidas a la superfi cie articular y a los 
cambios en la estructura ósea por sobrecarga. 
Las consecuencias son el deterioro progresivo del cartílago arti-
cular, el roce de superfi cies óseas con proliferación de osteofi tos y 
el engrosamiento de la membrana sinovial, de la cápsula y de los 
ligamentos articulares, entre otras (Figura 10).
Figura 9. Artritis reumatoide
Figura 10. Nódulos de Bouchard en un paciente con artrosis
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El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y mantener la movilidad y las capacidades, pre-
servando la independencia y la calidad de vida del anciano. Es importante establecer unas medidas 
preventivas, tales como fi sioterapia, educación del paciente, fármacos y soporte psicológico.
Entre las medidas preventivas se incluye el ejercicio físico, que sirve para potenciar la musculatura; 
una nutrición adecuada, para conseguir el peso ideal; los suplementos de vitaminas y de Ca2+, la 
reeducación de la marcha, las medidas de descarga en articulaciones afectadas, y el evitar todos los 
agentes exógenos (tabaco, alcohol) y la adaptación del medio.
3.2.3. Osteoporosis senil
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente. Se defi ne por una reducción de la masa 
ósea con una pérdida paralela de mineral óseo. Esta pérdida aumenta en gran manera la posibilidad de 
fractura. El pico máximo de masa ósea se adquiere alrededor de los 30-35 años y a partir de aquí, se pro-
duce un descenso progresivo que alcanza entre un 20-30% en los hombres y un 40-50% en las mujeres. 
Entre los distintos factores de riesgo para la aparición de la osteoporosis están los siguientes:
 • Genéticos: raza blanca o asiática, sexo femenino, antecedentes familiares positivos.
 • Estilo de vida: consumo de tabaco, inactividad o ejercicio excesivo, nuliparidad, menopausia 
precoz, defi ciencia estrogénica, menarquia tardía. 
 • Nutricionales: baja ingesta de calcio, gran consumo de alcohol, exceso de ingesta de proteínas, 
intolerancia a la leche.
La osteoporosis se clasifi ca en los siguientes tipos:
 • Primaria:
 - Tipo I o posmenopáusica: en mujeres entre los 50-75 
años. Tiende a producir fracturas vertebrales (Figura 11) y 
del antebrazo.
 - Tipo II o senil: en varones y mujeres por encima de los 70 
años. Provoca fracturas de cadera y vertebrales, entre otras.
 - Idiopática juvenil.
 • Secundaria: causada por enfermedades endocrinas, genéti-
cas, hematológicas, etc.
Las consecuencias son una pérdida de masa ósea con fragilidad 
ósea (caídas/fracturas), dolor agudo por las fracturas y problemas 
vertebrales según las situaciones de sobrecarga.
En el tratamiento de la osteoporosis cabe distinguir:
 • Medidas generales: ante una osteoporosis establecida, se deben controlar los síntomas (dolor, 
fracturas, etc.), por lo que se utilizarán fármacos analgésicos, reposo en la fase activa y ortesis 
para una movilización precoz. Es importante iniciar ejercicios progresivos de rehabilitación (para 
fomentar una mayor elasticidad corporal, un aumento del equilibrio y una mejora ante insufi -
ciencias respiratorias secundarias a deformidades). A largo plazo, se deben emplear el ejercicio 
físico moderado (bailes, paseos) y las medidas dietéticas dirigidas al incremento del aporte de 
calcio y a evitar aquellos alimentos o hábitos que alteran el metabolismo mineral.
 • Prevención de la osteoporosis: lo que se consigue con el aumento de la masa ósea (incremen-
tando la ingesta dietética del calcio y de vitamina D, mantenimiento de ejercicio, reemplazar hor-
monas en la menopausia, mantener el peso adecuado, evitar el consumo de tabaco, de alcohol o 
de fármacos que inducen la pérdida de hueso, tomar el sol, etc.).
3.2.4. Enfermedad de Paget del hueso u osteítis deformante
La enfermedad de Paget es, después de la osteoporosis, la osteopatía más frecuente de los países de-
sarrollados. Su característica principal es el aumento de la resorción ósea, seguido de un incremento 
compensador de la síntesis de hueso en una o en múltiples áreas, de forma desmedida y desorga-
nizada. Se presenta con mayor frecuencia en varones que en mujeres, alcanzando su pico máximo 
alrededor de los 65 años (Figura 12).
El dolor óseo es la manifestación clínica más habitual, acompañado de deformaciones en las extre-
midades y en el cráneo, cefaleas, dolores faciales, etc.
Como complicaciones de la enfermedad de Paget están las siguientes: fracturas patológicas, artrosis, 
ceguera, sordera, lesiones de pares craneales, lesiones medulares, demencia, hidrocefalia, insufi cien-
cia cardíaca y degeneración neoplásica.
Figura 11. Aplastamientos vertebrales en la osteoporosis senil
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En cuanto al tratamiento a seguir, hay que insistir en la necesidad 
de considerar seriamente las intervenciones no específi cas: eva-
luar la seguridad de la vivienda, la necesidad de ayudas técnicas 
o de transporte, el equilibrio y el riesgo de caídas. En caso de que 
exista sordera, debe tratarse adecuadamente. El paciente ha de 
recibir las explicaciones adecuadas acerca de su enfermedad y el 
apoyo oportuno. Los tratamientos farmacológicos serán controla-
dos por el médico, que establecerá la cualidad y la cantidad de fár-
macos necesarios, pudiendo utilizar la calcitonina, los bifosfonatos 
y los analgésicos.
3.3. PATOLOGÍAS RESPIRATORIAS
Además de la disminución de la función pulmonar, en el envejeci-
miento se alteran los mecanismos inmunológicos, hormonales y 
neurológicos, lo que hace más vulnerable al sistema respiratorio.
3.3.1. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
Con el nombre de EPOC se conoce un proceso de larga evolución 
en el que tiene lugar un aumento de la resistencia al fl ujo de aire 
a nivel de los bronquios o bronquiolos, resultante de un enfi sema 
o de una bronquitis crónica. Es una enfermedad progresiva que 
varía según los individuos, dependiendo de las exposiciones am-
bientales, de la historia familiar, de las enfermedades respiratorias 
anteriores, de los hábitos tóxicos (básicamente del consumo de 
tabaco). 
En el anciano, la sintomatología se presenta con mayor evidencia. Los síntomas predominantes son 
los siguientes: 
 • Disnea: ocasionada por el aumentode esfuerzo de la respiración.
 • Tos: causada por el incremento de las secreciones bronquiales, combinadas con una pérdida de 
los mecanismos habituales de limpieza.
El tratamiento generalizado de la EPOC consiste en el seguimiento del tratamiento farmacológico, 
el empleo de terapia respiratoria, un condicionamiento físico y rehabilitación, la reeducación de la 
respiración y el soporte emocional frente a la ansiedad.
Dentro de la EPOC, existen dos patologías muy habituales entre el colectivo senil: 
 • Bronquitis crónica: la bronquitis crónica no complicada puede manifestarse solamente por tos 
crónica productiva, con poca evidencia de obstrucción de la vía aérea y escasos datos en la ex-
ploración clínica. A nivel anatómico, hay una hipertrofi a e hiperplasia de las glándulas mucosas 
y un engrosamiento de la pared bronquial. Cuando aparece la obstrucción de la vía aérea, la sin-
tomatología característica en el anciano es: tos, esputo cuantioso, sibilancias y estertores, disnea, 
infecciones respiratorias frecuentes y, en estadios avanzados, hipercapnia, hipoxemia severa, po-
licitemia secundaria y cor pulmonale crónico.
 • Enfi sema: es un proceso irreversible caracterizado por la distensión de los alveolos, acompañado 
de destrucción de sus paredes y sin síntomas evidentes de fi brosis. La obstrucción es causada por 
pérdida en los tejidos de sostén de la vía aérea (elasticidad del pulmón), con colapso bronquial 
resultante durante la espiración. El síntoma más común es la disnea de esfuerzo. La presencia de 
tos es ocasional, al igual que las infecciones respiratorias, presentando esputo escaso y ruidos 
respiratorios disminuidos. El cor pulmonale es infrecuente, al igual que la hipercapnia, y la hipoxe-
mia crónica es leve o moderada.
3.3.2. Neumonía
La neumonía representa en el anciano un problema clínico de gran magnitud debido a su elevada 
incidencia. Las infecciones del aparato respiratorio son una de las principales causas de morbimor-
talidad de este colectivo.
La neumonía es un proceso infl amatorio del parénquima pulmonar producido, sobre todo, por cau-
sas infecciosas.
Figura 12. Enfermedad de Paget
Recuerda
Las principales causas que provocan una 
neumonía son:
· Aspiración pulmonar de la fl ora orofarín-
gea.
· Deterioro de la deglución.
· Disminución del refl ejo tusígeno.
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El agente infeccioso se encuentra habitualmente en el tracto res-
piratorio, por lo que la enfermedad aparece como una alteración 
de la resistencia natural. La causa inmediata de aparición de neu-
monía se atribuye a la aspiración pulmonar de la fl ora orofaríngea 
durante el sueño o por aspiraciones debidas a un deterioro de la 
deglución o a la disminución del refl ejo tusígeno, especialmente 
durante la alimentación oral o por sonda (Figura 13).
Es una de las principales complicaciones en los ancianos que pa-
decen EPOC, en especial las neumonías bacterianas y virales. Los 
ancianos con insufi ciencia cardíaca, neoplasia pulmonar e infec-
ciones respiratorias altas frecuentes son más susceptibles de pa-
decer neumonía neumocócica. 
La neumonía tiene una presentación atípica en los ancianos, en 
los que predomina la confusión, la anorexia y la deshidratación. 
Tiene lugar un aumento de la temperatura corporal, pero que en 
muchos casos no supera los 37,5 ºC.
Las medidas preventivas incluyen la nutrición e hidratación ade-
cuadas y el ejercicio, además de la vacunación antigripal y, en ca-
sos específi cos, la vacuna contra S. pneumoniae o antineumocó-
cica.
3.4. ENFERMEDADES NEUROPSIQUIÁTRICAS
3.4.1. Depresión
Con demasiada frecuencia coexisten en la persona mayor la depresión y la enfermedad física y, sin 
embargo, se infravalora la primera en favor de la segunda. Los estados depresivos pueden presentar-
se como aparentes trastornos cognitivos progresivos que simulan demencia. 
Las características son: enlentecimiento psicomotor, escasa atención y falta de iniciativa, retraimiento 
social, pesimismo, trastorno del sueño, llanto e ideación suicida, mientras que los cambios afectivos 
pueden no ser tan evidentes. Habitualmente estos pacientes se quejan de pérdida de memoria (so-
bre todo, inmediata). En los ancianos, entre las circunstancias que predisponen a padecer depresión 
destacan la desaparición de seres queridos y la hospitalización. Los trastornos depresivos presentan 
una mayor prevalencia entre los ancianos que conviven en un centro residencial.
3.4.2. Ansiedad
La ansiedad consiste en una sensación desagradable de inquietud y en un estado de miedo irracio-
nal, a menudo con vivencias desagradables y con síntomas vegetativos, que presentan los indivi-
duos ante situaciones que experimentan como amenazantes. 
Este trastorno tiene un componente emocional (tensión, temor, irritabilidad), un componente con-
ductual (quejas, distracción, búsqueda de seguridad) y uno somático, que puede ser objetivo (ta-
quipnea, temblores, diarrea, vómitos, tos, sudoración) o subjetivo (disnea, mareos, cefaleas). Son for-
mas clínicas de ansiedad primaria: la ansiedad situacional, los trastornos de adaptación con humor 
ansioso, los de ansiedad generalizada y la agorafobia.
3.4.3. Demencias
La demencia es un síndrome de naturaleza orgánica que supone un défi cit cognitivo múltiple con 
deterioro de la memoria, junto a otras alteraciones (entre ellas, afasia, apraxia y agnosia), que dismi-
nuyen la capacidad funcional familiar, social o laboral. Presenta, por tanto, una decadencia progresi-
va de las funciones intelectuales, con conservación de la conciencia.
Las manifestaciones estriban en una alteración de la comunicación verbal, apraxia, agnosia, altera-
ción de la memoria (a corto, medio y largo plazo), alteraciones en la orientación temporoespacial, 
cambio de la afectividad, del juicio, del pensamiento y de la psicomotricidad.
Figura 13. Neumonía
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Enfermería geriátr ica
La demencia tipo Alzheimer o enfermedad de Alzheimer se produce, específi camente, por pérdi-
da del número de neuronas y por presencia de placas neuríticas o seniles, ovillos neurofi brilares 
y una marcada proliferación glial, que motiva una sintomatología con disminución o pérdida 
de la memoria, agnosia, afasia, apraxia que difi cultan la actividad laboral y la convivencia. Esta 
enfermedad representa más de la mitad de las causas de deterioro cognitivo de los países occi-
dentales.
Según sea su etiología, las demencias pueden clasifi carse en los siguientes tipos:
 • Demencias degenerativas primarias: 
 - Enfermedad de Alzheimer, que es la más frecuente de las demencias.
 - Enfermedad de Pick.
 - Enfermedad de Parkinson.
 - Corea de Huntington.
 • Demencia vascular:
 - Por multiinfarto.
 - Enfermedad de Binswanger.
 • Demencias infecciosas:
 - Parálisis general progresiva (neurolúes).
 - Meningoencefalitis.
 - Abscesos cerebrales.
 • Hidrocefalia.
 • Neoplasias.
 • Demencias metabólicas-carenciales:
 - Hipo-hipertiroidismo.
 - Défi cit de ácido fólico o de vitamina B
12
.
 - Pelagra.
 • Demencias tóxicas: alcohol, fármacos, metales, compuestos orgánicos.
 • Demencias traumáticas:
 - Hematoma subdural crónico.
 - Demencia postraumática.
Ante la sospecha de una demencia en un paciente anciano, se investigará la existencia de posibles 
carencias nutricionales, de interacciones farmacológicas e intoxica-
ciones. Las bases del tratamiento son:
 • Paliativo: agentes vasoactivos y potenciadores nootrópicos.
 • Específi co: tacrina y donepezil para la enfermedad de Alzheimer.
 • Sintomáticos y conductuales: psicofármacos, neurolépticos.
 • No farmacológicos: psicoterapia, psicoestimulación, músico-
terapia.
Una vez establecido el diagnóstico de demencia, es importantísi-
mo instaurar un plan de actuación para cada paciente, incluyendo, 
por supuesto, su entorno familiar inmediato y la situación global 
en la que se encuentra. 
Es básico contar con la participación de todo un equipoasistencial 
(médico, enfermera, trabajadora social, personal auxiliar) y con el 
cuidador informal (vecinos, amigos, voluntarios, asociaciones de au-
toapoyo). Es preciso ayudarse de test validados que orienten acerca 
de la presencia de una alteración cognitiva y de la fase en que ésta se 
encuentra (Mini-Mental State de Folstein, Hachinsky, etc.).
Es fundamental tener presentes unas pautas de actuación hacia la 
persona con demencia y su entorno, a fi n de mejorar la calidad de 
vida del enfermo y su entorno familiar. Estas pautas son las que se 
citan a continuación:
 • Pautas generales de comportamiento cuidador-enfermo-familia.
 • Adecuación del entorno: habitación, sala de baño, cocina, 
puertas y ventanas, etc.
 • Mantenimiento de rutinas y orden secuencial para la satis-
facción de las actividades de la vida diaria: vestimenta, higie-
ne/baño, alimentación, descanso-sueño.
 • Actuaciones específi cas frente a situaciones complicadas: 
agresividad, posibilidad de extraviarse, fabulaciones, etc.
 • Actividades lúdico-terapéuticas y lúdico-educativas.
 • Fomento de la comunicación: verbal y no verbal. Figura 14. Dependencia sociosanitaria en el paciente con Alzheimer
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Manual C TO de Enfermería
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3.4.4. Cuadro confusional agudo
El cuadro confusional agudo es una situación clínica caracterizada por la disminución de la atención 
y por un pensamiento desorganizado que sigue un curso fl uctuante. Los factores predisponentes 
son los siguientes:
 • Efectos secundarios de los fármacos (antidepresivos, digoxina, cimetidina, opiáceos, broncodila-
tadores, tranquilizantes, hipnóticos).
 • Procesos evolutivos cerebrales, enfermedades estructurales cerebrales.
 • Alteraciones hidroelectrolíticas y metabólicas.
 • Disminución de la visión o de la audición.
 • Prevalencia de enfermedades crónicas.
 • Enfermedades agudas (sobre todo, infecciones). 
OBJETIVOS INTERVENCIONES CARACTERÍSTICAS
Conservación intelectual
Reducción de confusión
• Estimulación sencilla y limitada
• Rutina
• Auxiliares de la memoria (listas, notas, etc.)
Aumento de indicios ambientales
• De tiempo, lugar, persona (calendarios, colores, fotografías, etc.)
• Interpelar por su nombre
Conservación de la seguridad física
Control ambiental
• Eliminar riesgos ambientales
• Actividades sencillas supervisadas
Independencia y libertad
• Evitar dispositivos de restricción física
• Identifi cación personal (pulseras, placas, etc.)
Evitar situaciones de ansiedad
• Ser paciente
• Evitar correcciones constantes
• Aceptar conductas excéntricas no dañinas
• Actividades sencillas y rutinarias
Mejorar la calidad de vida Permitir afi ciones y actividades (caminatas, interacción social, etc.)
Fomentar opiniones positivas
• Hablar abiertamente
• Alabar
Mejorar la comunicación
Fomentar la interpelación
• Mensajes verbales sencillos y no verbales
• Evitar la toma de decisiones importantes
• Ser constante en la conversación
• Elaborar listas sencillas
• Hablar, incluso si no hay respuesta
Estrategias de mejora
• Ignorar errores
• Oraciones cortas y sencillas
• Preguntas ”sí/no”
• Dar opciones: señalar, describir, dibujar, etc.
Conservación del cuidado personal
Estrategias de facilitación
• Dispositivos adecuados
• Programas diarios regulares
• Ambiente sencillo
• Instrucciones sencillas
Medidas de seguridad Durante baño, ducha, etc.
Autonomía y dignidad Alentar la toma de decisiones sobre el vestido, alimentos, etc.
Fomentar la continencia
• Mejorar el acceso al baño
• Ropa adecuada
• Limitar los líquidos nocturnos
Mejora de la interacción social
Estímulos familiares y de amigos
• Demostrar afecto
• Facilitar la compañía de familiares, amigos, animales, etc.
Expresar la sexualidad Fomentar la intimidad, relaciones sexuales, etc.
Nutrición adecuada
Vigilar la ingesta
• Medición ponderal
• Horario regular
• Alimentos familiares
• Temperatura templada
• Evitar ”juegos”
Fomentar la higiene bucal
Equilibrio entre actividad y reposo
Reducir distracciones
• Identifi car perturbadores
• No interrupciones nocturnas
Aumentar la seguridad física y la comodidad Relajaciones nocturnas (leche, música, etc.)
Horario equilibrado
• Programa regular de actividades y reposo
• Evitar siestas de larga duración
Tabla 3. Intervenciones de enfermería en el paciente con demencia
Alrededor de un 30% de los ancianos ingresados en los hospitales presentan al ingreso o durante el 
mismo un episodio de estas características. 
Las manifestaciones más frecuentes son problemas cognitivos (difi cultades en la concentración, 
desorientación, interpretaciones erróneas, fl uctuación del estado de conciencia), problemas emo-
cionales (miedo), problemas sociales (alteración de la comunicación), problemas físicos (excitabili-
dad muscular, défi cit de autocuidados).
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Enfermería geriátr ica
3.4.5. Síndrome parkinsoniano
Se desconocen los factores que producen esta enfermedad, pero 
se sabe que tiene lugar debido a una falta de producción de dopa-
mina en los lóbulos basales del cerebro (afectación de la sustancia 
negra). Las manifestaciones del síndrome parkinsoniano son las 
siguientes (Figura 15): 
 • Temblor: comienza de forma unilateral, está presente en repo-
so, desaparece durante el sueño, disminuye con la realización 
de movimientos y aumenta por factores emocionales.
 • Rigidez percibida como contractura muscular: afecta a todos 
los músculos pero es más acusada en cuello y tronco. Es la alte-
ración más incapacitante.
 • Alteraciones posturales: fl exión generalizada del tronco, del 
cuello y de las extremidades, con modifi caciones en la marcha 
y en el equilibrio postural.
 • Bradicinesia-acinesia: lentitud-défi cit en los movimientos vo-
luntarios. 
Como complicaciones de la enfermedad de Parkinson, se puede 
detectar una atrofi a muscular, síndrome de inmovilidad, osteopo-
rosis, úlceras por presión, deformidad del aparato locomotor, con-
tracturas…), problemas respiratorios como neumonías, etc.
El tratamiento se fundamenta en la reposición de la dopamina 
perdida en las neuronas de la sustancia negra, mediante L-dopa.
3.5. ENFERMEDADES DIGESTIVAS
Las enfermedades digestivas representan una parte importante de 
la patología del anciano. Las patologías más frecuentes son las que aparecen descritas a continuación.
3.5.1. Enfermedad por refl ujo gastroesofágico (ERGE)
La Enfermedad por Refl ujo Gastroesofágico (ERGE) es el conjunto de manifestaciones clínicas subje-
tivas (síntomas) y objetivas (signos) relacionados con la existencia de refl ujo gastroesofágico. En el 
anciano, los síntomas suelen ser menores y no es raro que la enfermedad debute o se descubra con 
una complicación como la hemorragia digestiva o la estenosis.
El Refl ujo Gastroesofágico (RGE) defi ne el movimiento retrógrado de material contenido en el es-
tómago, que alcanza el esófago, sin estar relacionado con arcadas, vómitos o eructos. Existe cierto 
grado de refl ujo en todos los individuos, y en sí mismo no representa una condición patológica. La 
regurgitación es un síntoma característico que consiste en la llegada a la cavidad faríngea de manera 
espontánea de contenido procedente del estómago. La esofagitis representa la existencia de cam-
bios infl amatorios en la mucosa esofágica producidos por el RGE.
La pirosis y la regurgitación ácida son los síntomas más frecuentes de la ERGE. La disfagia y la hemo-
rragia-anemia sugieren complicaciones (estenosis, perforación, úlcera).
El tratamiento se basa en medidas generales:
 • Dietéticas (evitar el sobrepeso, eludir las comidas copiosas, el uso de prendas ajustadas).
 • Higiene postural (elevación de la cabecera de la cama, evitar el decúbito en el periodo postprandial).
 • Supresión de medicamentos y de sustancias que disminuyan el tono del esfínter esofágico infe-
rior (nicotina, alcohol, chocolate).
 • Seguimiento del tratamiento farmacológico y cirugía antirrefl ujo, si fuese preciso.
3.5.2. Hernia de hiato
La hernia de hiatoes una anomalía que consiste en la protrusión del estómago a la cavidad torá-
cica a través del orifi cio hiatal del diafragma. Se distinguen tres tipos (Figura 16), en relación con 
el segmento de estómago que se haya desplazado:
Figura 15. Enfermedad de Parkinson
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 • Hernia por deslizamiento o tipo I.
 • Hernia paraesofágica o tipo II.
 • Hernia mixta o tipo III.
En algunas hernias de hiato, especialmente en el caso de por desliza-
miento, pero no en todas, coexiste RGE. Como síntomas fundamen-
tales, cabe citar la pirosis, la regurgitación, la disfagia, los síntomas 
cardíacos y la anemia por hemorragia. El tratamiento es el mismo 
que para el RGE.
3.5.3. Úlcera péptica
La úlcera péptica es la pérdida de tejido en la superfi cie del tracto 
gastrointestinal superior, sobre todo en áreas expuestas a la ac-
ción del jugo gástrico. La localización, por orden de frecuencia, es 
en el área duodenal proximal y en el estómago. Las lesiones apa-
recen como una úlcera bien delimitada y profunda, llegando en 
ocasiones a alcanzar la capa muscular.
La sintomatología suele ser atípica, escasa y variable. Frecuente-
mente puede presentarse como una complicación hemorragia 
digestiva alta, perforación o estenosis. El dolor a menudo es vago y no suele ser intenso.
Los objetivos del tratamiento consisten en un alivio precoz de los síntomas, la cicatrización de la 
úlcera y la prevención de las recidivas y las complicaciones: preventivo (dieta equilibrada) y terapéu-
tico (utilización de los fármacos habituales, según prescripción facultativa).
3.5.4. Estreñimiento
El estreñimiento de defi ne como el descenso en la frecuencia de deposiciones (menos de tres por 
semana), asociándose generalmente a deposiciones con heces pequeñas o duras y paso difi culto-
so, así como sensación de evacuación incompleta. Es una patología muy frecuente en la población 
anciana, afectando a entre un 2 y un 12% de los ancianos que viven en comunidad y al 40% de los 
ancianos ingresados. 
La etiología puede ser muy diversa:
 • Obstructiva: bridas intestinales, tumoraciones, hernias u otras (fecalomas, vólvulos). Cuando se desa-
rrolla estreñimiento en una persona anciana hay que excluir la presencia de un carcinoma de colon.
 • No obstructiva: fármacos (opiáceos, psicofármacos, antiácidos que contienen aluminio, laxan-
tes, etc.), metabólicas (diabetes mellitus, hipotiroidismo, hipopotasemia, hipercalcemia), neuro-
lógicas (enfermedad de Parkinson, ACV) o idiopático.
Las medidas no farmacológicas serán efectivas en un 60% de los casos. Se fundamentan en la dieta 
y en el aumento de la movilidad. En ocasiones, se precisará la desimpactación mecánica, bien me-
diante tacto rectal y extracción manual o bien con enemas de limpieza. El tratamiento farmacológico 
consistirá en administración de laxantes, ya sean del tipo de la metilcelulosa, que aumenta el volu-
men de las heces y promueve el peristaltismo, o del tipo de la lactulosa, glicerina, etc. 
El estreñimiento es causa de múltiples complicaciones: incontinencia fecal, impactación fecal, re-
tención urinaria, diverticulosis/diverticulitis, úlceras colónicas, fi suras anales, prolapso de la mucosa 
anal, herniaciones, hemorroides internas y externas, vólvulo de colon, etc.
3.5.5. Disfagia
La disfagia se defi ne como la difi cultad para deglutir alimentos. En su etiología hay que destacar las 
alteraciones en la coordinación neuromuscular, los tumores esofágicos y las infecciones o infl ama-
ciones esofágicas. En las alteraciones neuromusculares, la disfagia se produce de manera preferente 
con la ingestión de líquidos, mientras que en el resto de las causas se presenta en primer lugar para 
sólidos y después para líquidos.
Las principales actuaciones de enfermería son las siguientes:
 • Sentar al paciente erguido durante las comidas (en posición semisentada o sentada), evitando el 
decúbito en los 15-20 minutos siguientes a la ingesta.
 • Vigilar la no acumulación de alimento en los laterales de la boca.
Figura 16. Principales tipos de hernia de hiato
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 • Pedir al paciente que fl exione el cuello al tragar.
 • No forzar la ingesta si existe difi cultad o tos.
 • Evitar el uso de pajitas para la ingesta de líquidos (riesgo de broncoaspiración).
 • Administrar preferentemente alimentos de cierta consistencia (gelatinas, purés, etc.).
El proceso involutivo provoca cambios en la sensibilidad del anciano a los fármacos y en las res-
puestas orgánicas compensadoras. Dentro de las alteraciones en la sensibilidad de los receptores, se 
destacan los que se enumeran a continuación:
 • Disminución de la sensibilidad de los receptores adrenérgicos, que tiene como resul-
tado una menor acción bradicardizante de los antagonistas de los β-adrenoceptores 
y una respuesta taquicardizante reducida tras la administración de agonistas de los 
β-adrenoceptores.
 • Aumento de la sensibilidad a los efectos de las benzodiacepinas, con mayor sedación.
 • Incremento de la sensibilidad a los efectos de los opioides, que tiene como resultado mayor 
analgesia y depresión respiratoria.
 • Aumento de la sensibilidad de los receptores colinérgicos a los efectos de los muscarínicos (ac-
ciones cardíacas, intestinales y urinarias) con mayor facilidad para provocar retención urinaria.
 • Incremento de la sensibilidad a la depleción de volumen provocado por los diuréticos.
Entre los efectos del envejecimiento sobre la distribución de fármacos es posible destacar los si-
guientes.
 • Modifi cación en la proporción de masa muscular corporal (decrecimiento) y grasa (aumento).
 • Disminución de la proporción del contenido de agua.
 • Concentración de proteínas plasmáticas reducida.
CAMBIOS CONSECUENCIAS
 del número de células
absortivas
absorción algunos nutrientes
 transporte activo de la absorción de calcio, Fe, tiamina y aminoácidos
 pH gástrico
• / grado de solubilidad
• / grado de ionización
•  degradación gástrica de fármacos ácido-sensibles
 velocidad de vaciamiento
gástrico
 velocidad absorción
 velocidad de transito •  biodisponiblidad de fármacos de lenta absorción
•  velocidad de absorción de fármacos poco solubles
Tabla 4. Efectos de la edad sobre la absorción intestinal de los medicamentos
El incremento del tejido adiposo favorece el depósito de fármacos liposolubles. Estas sustancias pre-
sentan un alto volumen de distribución, lo que da lugar a una concentración plasmática más baja, 
menor eliminación y mayor duración del efecto.
Los fármacos hidrosolubles alcanzan en los ancianos los niveles plasmáticos elevados a causa de 
la menor cantidad de agua corporal en la que los preparados pueden distribuirse, por lo que tiene 
menor distribución.
3.6. ENFERMEDADES ENDOCRINOMETABÓLICAS
El sistema endocrino es uno de los grandes sistemas de control y regulación de las diferentes fun-
ciones del organismo. Por supuesto, existen unas características hormonales, establecidas según 
grupos de edad, que determinan el límite entre lo normal y lo patológico; sin embargo, también hay 
unos factores que difi cultan la valoración hormonal en el anciano:
 • Se requieren unas técnicas de determinación muy sofi sticadas.
 • El umbral entre lo normal y lo anormal es muy estrecho.
 • Debe tenerse en cuenta la capacidad de respuesta del tejido diana.
 • Es preciso valorar la posible infl uencia genética, biológica y/o del entorno.
 • Hay que tener presente enfermedades asociadas, el estado nutricional, los tratamientos farmaco-
lógicos que se estén utilizando y el grado de actividad/dependencia.
Pese a ello, y teniendo en cuenta los cambios anatomofi siológicos de este sistema en el proceso de 
envejecimiento, cabe destacar unas alteraciones características en el anciano que son: la diabetes 
mellitus y las disfunciones tiroideas.
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3.6.1. Diabetes mellitus
La diabetes mellitus es un problema de enorme

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