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Asignacion III Etapas del desarrollo psicocial Concepcion, embarazo y parto Armando Ordosgoite

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Instituto Universitario salesiano “Padre Ojeda”
Licenciatura en Educación Mención Filosofía
Psicología Evolutiva
URDANIBIA Mikel ORDOSGOITE Armando
Etapas del desarrollo psicosocial según Erikson
El desarrollo psicosocial del ser humano según la teoría de Erikson
(1971; 1980), citado por Mañas (s.f), está formada por ocho etapas. La
terminación exitosa de cada etapa da lugar a una personalidad sana y a
interacciones acertadas con los demás; por el contrario, el fracaso a la hora
de completar con éxito una etapa puede dar lugar a una capacidad reducida
para terminar las otras etapas y, por lo tanto, a una personalidad y un sentido
de identidad personal menos sano.
A continuación, se presenta una síntesis descriptiva de cada una de
las etapas del desarrollo psicosocial del hombre según Erikson:
Confianza frente a desconfianza
Según Mañas (s.f), esta primera etapa se corresponde a la fase oral, y
depende de la relación o vínculo que se haya creado entre el niño y la madre.
Según Bordignon (2005), desde el nacimiento hasta la edad de un año,
los niños comienzan a desarrollar la capacidad de confiar en los demás
basándose en la relación dada con sus cuidadores, de manera particular con
la madre; si la confianza se desarrolla con éxito, el infante gana confianza y
seguridad en el mundo, a su alrededor, y es capaz de sentirse seguro incluso
cuando está amenazado.
Respecto a ello, Arto (1993), señala que:
Los cuidados maternos, ligados a la satisfacción de las
necesidades primarias infantiles, tienen una importancia
fundamental para la adquisición de la confianza de base
del niño. El sentido de confianza y de seguridad tiene
un doble significado; el primero se refiere al hecho de
tener confianza en las demás personas; el segundo se
refiere al hecho de sentirse digno de la confianza de los
demás. El niño mediante su experiencia, comienza a
sentir que puede fiarse de otros y aprende a tener
confianza en sí mismo (p. 193).
Si la confianza se desarrolla con éxito, el niño gana confianza y
seguridad en el mundo, a su alrededor, y es capaz de sentirse seguro
incluso cuando está amenazado. Por el contrario, no completar con éxito
esta etapa puede dar lugar a una incapacidad para confiar, y por lo tanto,
una sensación de miedo por la inconsistencia del mundo; esto puede dar
lugar a la ansiedad, inseguridades, y a una sensación excesiva de
desconfianza en el mundo (Mañas, s.f).
Autonomía frente a vergüenza
Según Mañas (s.f), esta etapa se corresponde con la etapa anal del
desarrollo psicosexual según Freud (1959), iniciando desde el primer año de
edad hasta cumplirse los tres años de edad.
Arto (1993), refiriéndose a esta etapa señala que:
La presencia de los padres debe ayudar al niño a
emplear sus descubrimientos sobre el mundo y a
desarrollar un sano sentido de autonomía y de
seguridad, evitando que nazca un exagerado
sentimiento de vergüenza y de duda. La vergüenza
presupone la incapacidad de gobernar la inicial toma de
conciencia de estar expuestos a las miradas de los
demás; el niño esconde la cara, esperando a no ser
visto por sus interlocutores (p. 194).
Según Mañas (1993), Si se anima y apoya la independencia creciente
de los niños durante esta etapa, se vuelven más confiados y seguros
respecto a su propia capacidad de sobrevivir en el mundo. Si los critican,
controlan excesivamente, o no se les da la oportunidad de afirmarse,
comienzan a sentirse inadecuados en su capacidad de sobrevivir, y pueden
entonces volverse excesivamente dependiente de los demás, carecer de
autoestima, y tener una sensación de vergüenza o dudas acerca de sus
propias capacidades.
Iniciativa frente ha sentido de culpa
Esta etapa, según Mañas (s.f), se corresponde a la etapa fálica del
desarrollo psicosexual del ser humano según Freud (1959), iniciando desde
los tres años de edad, finalizando una vez que cumplido los seis años de
edad.
Arto (1993), señala que:
El niño, con la capacidad de moverse con libertad y con
el perfeccionamiento del lenguaje, adquiere el
sentimiento de iniciativa en la conquista del espacio y el
intento de imponerse sobre los demás. Se relaciona con
las personas según la modalidad de la instrucción,
manifestada en formas muy diversa: con discursos
agresivos, por medio de movimientos impulsivos,
mediante una intensa curiosidad incluida la sexual (p.
195).
Según Bordignon (2005), el sentimiento de culpa nace del fracaso en
el aprendizaje psicosexual, cognitivo y comportamental; y el miedo de
enfrentarse a los otros en el aprendizaje psicosexual, psicomotor, escolar o
en otra actividad.
Arto (1993), al respecto, señala que:
La exageración de la nuevas capacidades locomotrices
y mentales, los comportamientos agresivos, que van
más allá de las reales posibilidades infantiles, las
manifestaciones de odio injustificado hacen surgir el
sentimiento de culpa (p. 200).
De igual forma, Arto (21993), señala que:
El justo equilibrio entre la recta intensión de iniciar una
determinada acción y el sentimiento de culpa y el miedo
es significativo para la formación de la consciencia
moral, a partir de los principios y valores internalizados
en los procesos de aprendizaje, en la iniciación del
aprendizaje escolar, de la inserción social, a través de
los prototipos ideales representados por sus padres,
adultos significativos y la sociedad (p. 201).
Por tanto, si se les da la oportunidad, los niños desarrollan una
sensación de iniciativa, y se sienten seguros de su capacidad para dirigir a
otras personas y tomar decisiones. Inversamente, si esta tendencia se ve
frustrada con la crítica o el control, los niños desarrollan un sentido de
culpabilidad. Pueden sentirse como un fastidio para los demás y por lo tanto,
seguirán siendo seguidores, con falta de iniciativa (Mañas, s.f).
Habilidad frente al sentido de inferioridad
Esta etapa, según Mañas (s.f), se corresponde a la etapa de latencia
del desarrollo psicosexual del ser humano según Freud (1959),
iniciando desde los siete años de edad, finalizando una vez que cumplido los
once años de edad.
Arto (1993), refiriéndose a esta etapa señala que:
En esta etapa, que coincide con la edad escolar y con
la entrada en el mundo de la cultura y del trabajo, el
niño camina en busca de su identidad, se va formando
la conciencia de ser lo que es capaz de aprender y
manifiesta el deseo de lograr dominar las tareas que
debe desempeñar superando un posible sentimiento de
inferioridad; nace así la dimensión de competencia (p.
200).
La relación con el mundo de la cultura y del trabajo es importante para
el futuro desarrollo del sujeto por exigir una cierta autonomía en el
desempeño de sus ocupaciones. En este periodo se sientan las bases para
una concepción del trabajo; de tal modo, que el sujeto podrá sentirse seguro,
según sea la actitud desarrollada en este periodo (Bordignon, 2005).
Si se anima y refuerza a los niños por su iniciativa, comienzan a
sentirse trabajadores y tener confianza en su capacidad para alcanzar metas.
Si esta iniciativa no se anima y es restringida por los padres o profesores, el
niño comienza a sentirse inferior, dudando de sus propias capacidades y, por
lo tanto, puede no alcanzar todo su potencial (Mañas, s.f).
Identidad frente a dispersión
Esta etapa, según Mañas (s.f), se corresponde a la etapa genital del
desarrollo psicosexual del ser humano según Freud (1959), iniciando desde
los doce años de edad, finalizando una vez que cumplido los dieciocho años
de edad.
Bordignon (2005), señala que:
La integración psicosexual y psicosocial de esta etapa
tiene la función de la formación de la identidad personal
en los siguientes aspectos: a) identidad psicosexual por
el ejercicio del sentimiento de confianza y lealtad con
quien pueda compartir amor, como compañeros de vida;
b) la identificación ideológica por la asunción de un
conjunto de valores, que son expresados en un sistema
ideológico o en un sistema político; c) la identidad
psicosocial por la inserción en movimientos oasociaciones de tipo social; d) la identidad profesional
por la selección de una profesión en la cual poder
dedicar sus energías y capacidades de trabajo y crecer
profesionalmente; y e) la identidad cultural y religiosa en
la que se consolida su experiencia cultural y religiosa,
además de fortalecer el sentido espiritual de la vida (p.
56).
Durante este período, exploran las posibilidades y comienzan a formar
su propia identidad basándose en el resultado de sus exploraciones. Este
sentido de quiénes son puede verse obstaculizado, lo que da lugar a una
sensación de confusión sobre sí mismos y su papel en el mundo (Mañas, s.f).
Intimidad frente a aislamiento
Esta etapa, según Mañas (s.f), se inicia desde los diecinueve años de
edad, finalizando una vez que cumplido los seis años de edad.
Bordignon (2005), señala que:
La intimidad es la fuerza sintónica que lleva al joven
adulto a confiar en alguien como compañero en el amor
y en el trabajo, integrarse en afiliaciones sociales
concretas y desarrollar la fuerza ética necesaria para
ser fiel a esos lazos, al mismo tiempo que imponen
sacrificios y compromisos significativos. El reverso de
esta situación es el aislamiento afectivo, el
distanciamiento o la exclusividad que se expresa en el
individualismo y egocentrismo sexual y psicosocial,
individual o los dos (p. 57).
Completar con acierto esta etapa puede conducir a relaciones
satisfactorias y aportar una sensación de compromiso, seguridad, y
preocupación por el otro dentro de una relación (Mañas, s.f). Un justo
equilibrio entre la intimidad y el aislamiento fortalece la capacidad de la
realización del amor y el ejercicio profesional (Bordignon, 2005).
Capacidad generativa frente a estancamiento
Según Mañas (2005), esta etapa se suscita entre los 25 y 30 años de
edad, hasta los 50 años de edad.
Bordignon (2005), señala que:
La crisis psicosocial del adulto se caracteriza por el
conflicto de la generatividad versus el estancamiento.
Después de la paternidad (maternidad) el impulso
generativo incluye la capacidad de la productividad, el
desarrollo de nuevos productos por el trabajo, por la
ciencia y tecnología; y la creatividad, esto es, la
generación de nuevas ideas para el bienestar de las
nuevas generaciones (p. 57).
No alcanzar satisfactoriamente la etapa de generatividad da lugar a un
empobrecimiento personal. El individuo puede sentir que la vida es monótona
y vacía, que simplemente transcurre el tiempo y envejece sin cumplir sus
expectativas. Son personas que han fracasado en las habilidades personales
para hacer de la vida un flujo siempre creativo de experiencia y se sienten
apáticos y cansados. Las personas generativas encuentran significado en el
empleo de sus conocimientos y habilidades para su propio bien y el de los
demás; por lo general, les gusta su trabajo y lo hacen bien (Arto, 1993).
Integración del Yo frente a desesperación y disgusto
Según Mañas (s.f), se inicia cuando el sujeto llega a la adultez madura,
finalizando en la vejez.
Esta etapa, según Arto (1993), implica la capacidad de aceptar todo el
ciclo vital y de integrar los resultados de las etapas anteriores en una
armonía espiritual y total.
De igual manera, Arto (1993) señala que:
La persona madura acepta las vivencias personales y la
presencia de personas que le son significativas, que ha
encontrado en todo su desarrollo como persona, sin
lamentaciones ni añoranza del cambio; el pasado es
algo que le pertenece como un punto fijo para construir
la propia maduración. La nueva dimensión es la de la
sabiduría. La desesperación como polo opuesto, es una
negación y un lamento del tiempo pasado y de las
realizaciones vividas de modo no satisfactorio. Está
presente, casi como lógica consecuencia, el miedo a la
muerte y un sentimiento amargo de disgusto contra sí
mismo (p. 204).
Mientras envejecemos y nos jubilamos, tendemos a disminuir nuestra
productividad, y exploramos la vida como personas jubiladas. Durante este
periodo contemplamos nuestros logros y podemos desarrollar integridad si
consideramos que hemos llevado una vida acertada. Si vemos nuestras
vidas como improductivas, nos sentimos culpables por nuestras acciones
pasadas, o consideramos que no logramos nuestras metas en la vida, nos
sentimos descontentos con la vida, apareciendo la desesperación, que a
menudo da lugar a depresión. Todos los modelos propuestos coinciden en
señalar a los padres como principales moldeadores de la personalidad de
sus niños y niñas. Los pequeños son fiel reflejo de los patrones de
reforzamientos social a los que están sometidos. Que una niña busque más
la proximidad del padre, en esta edad, no se debe a un impulso sexual, sino
a que los padres suelen ser menos restrictivos con sus hijas que con sus
hijos y lo mismo ocurre con los hijos respecto de sus madres (Mañas, s.f).
Concepción
Según Galán (s.f), define la concepción como la unión del óvulo con el
espermatozoide, dando lugar a una sola célula llamada cigoto. Esta unión
ocurre en el tercio distal (externo) de una de las trompas, de donde, gracias a
las cilias y peristaltismo del conducto es transportado a la cavidad uterina
(endometrio) donde se implanta o anida.
Una vez dada la fecundación, Morris (1987) señala que:
 Se restablece el número total de cromosomas.
 Se determina el sexo, pues, si el óvulo es fecundado por un
espermatozoide de cromosoma X, el producto será XX (femenino) y si es
fecundado por un cromosoma Y, el producto será XY (masculino)
 Se inicia una serie de divisiones celulares, las cuales darán lugar a la
formación del individuo.
Etapas del embarazo
El embarazo, según Galán (s.f), consiste en el desarrollo del óvulo
fecundado, el cual se inicia con la concepción o fecundación y termina con el
parto. La célula fecundada se desarrolla hasta formar el feto que crece
dentro del útero hasta estar suficientemente madura para sobrevivir fuera de
él, tiempo en el cual es expulsado mediante el parto.
Durante este el embarazo, el cigoto, según Galán (s.f) pasa por tres
etapas, que a continuación se describen:
Mórula
Durante esta etapa el cigoto se divide hasta convertirse en una masa
de células denominada mórula. Las células continúan su proceso de división
celular dando lugar a la transformación de la mórula en blastocito; el
blastocito consta de dos capas y una cavidad; la capa interna llamada masa
celular da origen a la formación del feto, la capa externa llamada trofoblasto
tiene como función la nutrición de la masa celular, y la cavidad comienza a
llenarse gradualmente de líquido. El blastocito se implanta en la porción
superior de la cavidad uterina, después de 6 a 7 días de la fecundación.
Embrión
La masa celular del blastocito forma tres capas: ectodermo,
mesodermo y endodermo, estas dan origen a los diferentes sistemas del
organismo. La primera capa (ectodermo o capa externa), da origen al
sistema nervioso central y la epidermis; la segunda capa (mesodermo o capa
media), da origen al musculo esquelético, vascular y al sistema urinario y
reproductor; y la tercera capa (endodermo o capa interna), da lugar al
sistema gastrointestinal y respiratorio.
Feto
Se da el nombre de feto al producto de la concepción desde la 8va
semana hasta el nacimiento; se caracteriza por el crecimiento y maduración
de los diferentes sistemas.
A continuación, se describe el crecimiento y desarrollo del embrión y
del feto, semana a semana:
A las 5 semanas:
 Comienza a desarrollarse el cerebro y la médula espinal.
 Comienza a formarse el corazón.
 Aparecen protuberancias que luego se convertirán en brazos y piernas.
A las 8 semanas:
 Se da inicio a la formación de todos los órganos principales y
estructuras corporales externas.
 El ritmo cardíaco del bebé es constante.
 Los brazos y piernas se alargan y los dedos de las manos y de los
pies comienzan a formarse.
 Comienzan a desarrollarse los órganos sexuales.
 Los ojos se desplazan hacia adelante y se forman los párpados. El cordón umbilical se puede ver con claridad.
A partir de las 12 semanas:
 Los nervios y los músculos comienzan a funcionar en forma conjunta.
https://espanol.womenshealth.gov/glossary
 Los órganos sexuales externos permiten identificar el sexo del feto.
 Los párpados se cierran para proteger los ojos en desarrollo.
A partir de la semana 16:
 Los tejidos musculares y óseos siguen formándose y crean un
esqueleto más completo.
 La piel comienza a formarse.
 Se forma el meconio en el tracto intestinal del bebé.
 El bebé realiza movimientos de succión con la boca (reflejo de
succión).
A las 20 semanas:
 El feto se vuelve más activo, es decir, se mueve con más frecuencia.
 El feto está cubierto con un vello fino y suave llamado lanugo y una
capa cerosa llamada vérnix; esto protege la piel que se está
desarrollando.
 Ya se han formado las cejas, pestañas y las uñas de las manos y pies.
A las 24 semanas:
 La médula ósea comienza a producir glóbulos sanguíneos.
 Se forman las papilas gustativas.
 Comienza a crecer cabello real en la cabeza del feto.
 Los pulmones ya están formados, aunque todavía no funcionan.
 Se desarrolla el reflejo de agarre o prensión y el de sobresalto.
 El feto se duerme y se despierta periódicamente.
 Si el feto es niño, los testículos comienzan a desplazarse desde el
abdomen hacia el escroto. Si es niña, su útero y ovarios están en su
lugar y ya se han formado los óvulos que expulsarán los ovarios a lo
largo de su vida.
 El bebé acumula grasa y ha aumentado de peso considerablemente.
A las 32 semanas:
 Sus huesos están completamente formados pero todavía son blandos.
 El feto puede abrir y cerrar los ojos.
 Los pulmones no están completamente formados pero sí se dan
movimientos de "respiración" que sirven de práctica.
 El cuerpo del feto comienza a almacenar minerales vitales, como
hierro y calcio.
 El lanugo comienza a caerse.
A las 36 semanas:
 La capa cerosa protectora llamada vérnix se hace más gruesa.
 Aumenta la grasa corporal. El feto sigue creciendo y tiene menos
espacio para moverse.
A las 40 semanas:
 Se considera que el feto está a término. Los órganos del feto están
listos para funcionar por su cuenta.
 A medida que se aproxima la fecha estipulada del parto, el feto se
pone cabeza hacia abajo y adopta una posición adecuada para el
parto.
Parto
El parto según Galán (s.f), se define como la expulsión del feto y sus
anexos del útero materno, el cual se produce de manera espontánea a partir
de los 270 días de gestación.
El parto se inicia con la dilatación del cuello uterino. Para que ésta se
produzca tienen lugar contracciones dolorosas del útero cuya frecuencia e
intensidad aumentan paulatinamente. En principio son de corta duración con
pausas largas (15 a 20 minutos). La membrana que envuelve al feto y al
líquido amniótico en el que sobrenada generalmente se rompe después de
que las contracciones s han comenzado. Finalmente las contracciones tienen
una frecuencia de 2 a 3 minutos y su presión se ejerce sobre el feto, que es
impulsado hacia el exterior a través del canal del parto (parte inferior del
útero y conducto vaginal). El parto termina cuando se expulsa la placenta,
generalmente en los 5 o 10 minutos siguientes a la salida del feto. El parto
puede durar entre 12 y 18 horas si es el primero, y entre 8 y 12 horas o
menos si la mujer ha tenido otros partos antes (Galán, s.f)
Referencias
Arto, A. (1993). Psicología evolutiva (2da edición). Madrid: CCCS.
Bordignon, N. (2005). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. El diagrama
epigenético del adulto. Revista Lasallista de Investigación, 2(2), 50-63.
Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69520210
Galán, F. (s.f). Fecundación y embarazo. Enfermería: Unidad III. Servicio
Nacional de Aprendizaje. Recuperado de:
https://www.guao.org/sites/default/files/biblioteca/Fecundaci%C3%B3n
%20y%20embarazo.pdf
Morris, C. (1987). Psicología moderna: Un nuevo enfoque (5ta edición).
Juárez: Pretince Hall Hispanoamericana, S.A.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69520210
https://www.guao.org/sites/default/files/biblioteca/Fecundaci%C3%B3n%20y%20embarazo.pdf
https://www.guao.org/sites/default/files/biblioteca/Fecundaci%C3%B3n%20y%20embarazo.pdf

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