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Universidad de los Andes Facultad de Artes y Humanidades Departamento de Música De lo inevitable y lo inminente: tres expresiones musicales sobre la muerte Trabajo presentado como requisito para optar al título de Magíster en Música Por: Juan Sebastián Molina Campo Cód. 201327009 Tutores: Santiago Lozano Mancera Pedro Felipe Ramírez Velasco Bogotá D. C. – Colombia Mayo 2021 TABLA DE CONTENIDO Introducción .......................................................................................................................... 1 El reto ..................................................................................................................................... 1 El proceso .............................................................................................................................. 2 El método ............................................................................................................................... 4 Las composiciones ................................................................................................................. 5 Sutura……………………………………………………………………………… 5 Totæ Lacrimæ……………………………………………………………………... 9 El arte y la muerte………………………………………………………………...15 Conclusiones………………………………………………………………………………17 Referencias .......................................................................................................................... 19 1 Der Tod hält mich wach. La muerte me mantiene despierto. Joseph Beuys Introducción El presente texto es un acompañamiento de la creación de piezas musicales correspondientes al programa de Maestría en Música con énfasis en Composición. En este trabajo se propuso estudiar la muerte como temática principal para la composición junto con un acercamiento a otras disciplinas artísticas. Para ello, se reflexionó sobre la muerte en contextos específicos en los que existe un vínculo entre esta temática y la música. Lo anterior, para exponer la compleja relación que puede establecerse entre la muerte y la cultura, de la cual se deriva la pregunta que motivó este trabajo y su desarrollo compositivo. Esta exploración de la temática de la muerte en la composición musical se realizó incluyendo obras de arte y explorando una disposición particular en el espacio con el fin de proponer una interacción entre lo sonoro y lo visual. Al involucrar las obras de arte y el espacio en este diálogo, se generaron posibilidades creativas que aportaron distintos elementos al discurso musical, que le brindan a los espectadores una experiencia artística desde diferentes ámbitos. Este proyecto se derivó de una necesidad personal por explorar y conocer distintas concepciones de la muerte: teniendo en cuenta la inevitabilidad de esta última y su presencia constante, se busca, a través de las piezas compuestas, homenajear y recordar a mis muertos. Asimismo, mi experiencia personal ante la muerte me permitió buscar y generar estos espacios de expresión, los cuales honran la memoria de los difuntos. El reto Teniendo en cuenta el tema de la muerte, los significados de esta según el contexto cultural y su relación con la música y a partir del interés que propiciaron en mí las obras de arte escogidas, surge la siguiente pregunta: ¿de qué manera puedo homenajear a mis seres queridos ausentes interpretando su muerte a través de la composición musical? Para 2 responder esta pregunta, como se explicará más adelante, se integraron características de otras disciplinas y se pensó una distribución espacial con el fin de abarcar la experiencia artística desde distintos ámbitos como el visual, el auditivo y/o el conceptual. En un inicio, la creación colaborativa con distintos participantes para las piezas era el objetivo principal. Esta colaboración consistía en la creación paralela de ambas piezas, tanto la artística como la musical: en el proceso creativo, las piezas se complementarían y articularían entre sí. Sin embargo, a lo largo del posgrado, el enfoque se direccionó hacia la muerte como eje principal. Esto debido al gran potencial que se encontró en las obras de arte escogidas para la composición musical, las cuales obligaban a tener un pensamiento crítico y detallado sobre las características tanto musicales como extramusicales de las piezas. La intención de trabajar artísticamente de manera interdisciplinar se mantuvo para abordar la composición musical desde otras perspectivas. Es así como cada pieza compuesta está basada en una obra artística diferente, lo cual permitió el desarrollo conceptual y musical de las piezas al tomar elementos de las mismas para el desarrollo de las composiciones. El resultado de esta Maestría fue la creación de tres piezas musicales en los formatos acústico, mixto y electroacústico. Cada una de ellas, como se mostrará, explora una instrumentación distinta y a su vez, se complementa a través de la espacialización musical. El proceso Si bien el eje principal de las composiciones es la muerte, hay dos componentes secundarios que articulan las piezas y, al mismo tiempo, cumplen un papel importante dentro del discurso musical. Por un lado, las obras de arte escogidas complementan e inspiran las composiciones; por otro lado, la distribución en el recinto en cada pieza permite al público generar su propia escucha a través del desplazamiento. Estos elementos se piensan desde lo tanatológico al integrar características referenciales que aluden a la muerte en las obras de arte escogidas. Asimismo, dichos aspectos referenciales son extrapolados en la disposición del recinto con el fin de integrarlos al discurso musical. 3 Cada pieza musical está inspirada en una obra de arte en particular. Las obras escogidas exploran el tema de la muerte desde diferentes perspectivas y formas de expresión (pictórica, fotográfica y literaria). Esta elección es importante, ya que permite un acercamiento al arte en la que otras representaciones o estéticas contemporáneas puedan permear el discurso musical. Es decir, se quiso abarcar la creación musical bajo una perspectiva artística en su totalidad, y no solamente desde el aspecto sonoro. Lo anterior con el fin de generar una experiencia más sincrónica para el público en los aspectos visuales, sonoros y conceptuales. En ese sentido, cada pieza musical se basa en una forma artística particular: la instalación, la investigación científica y la literatura. Las obras de arte escogidas contaban con ciertas características que despertaron en mí un interés particular para desarrollar la composición1. Cada obra de arte desarrolla una sensibilidad propia ante la representación o la temática de la muerte. Esto es importante para los propósitos de este trabajo, pues el resultado musical de las piezas está altamente influenciado por una sensibilidad personal y artística proveniente de cada una de las obras de arte. Por otro lado, se propuso un modelo de escucha híbrido entre la música presentacional y la música participativa2. En esta exploración se pretendió desarrollar y encontrar un punto medio entre estos dos tipos de escucha: algo que ofreciera una aleatoriedad en la forma de escucha sin la transformación de la fuente sonora3. Al tomar características de ambos tipos de escucha, se incita a la participación activa del oyente a través del desplazamiento. 1 Esto se relaciona con lo que expresa el ensayista griego Iorgos Seferis, en la introducción del libro Poética musical (2006): “cada arte tiene su propio material. Un material al que la manipulación creativa del artista vuelve repentina e inesperadamente más sensible; lo modela distinto de cómo estamos acostumbrados a verlo en la vida cotidiana” (p. 9). 2 Sobre los tipos de escucha musical, Thomas Turino,en uno de los capítulos de su libro Music as Social Life (2008), afirma lo siguiente: la música presentacional, corresponde a aquellos eventos musicales en los que un grupo de artistas brindan una experiencia musical a unos espectadores, los cuales no intervienen en la creación musical. Por otro lado, la música participativa es un tipo de práctica musical en la que no hay distinción entre artista y audiencia, es decir, la gran mayoría de los participantes cumplen un rol dentro de la creación musical (p. 26). 3 De la música participativa se conservan la noción de movimiento y la escucha activa como componentes aleatorios, y de la presentacional, se mantiene la inmutabilidad de la música. 4 El método Teniendo en cuenta la relación entre el eje principal y los componentes secundarios, el problema a enfrentar en la creación musical es la articulación y relación entre la muerte, el objeto artístico y el espacio. Para resolver este problema, se extrapolaron elementos de las obras de arte al lenguaje musical, que a su vez fueron replicados en la disposición de los instrumentos en el recinto para lograr así una experiencia artística. Primero, se estudió el significado de la muerte en cada obra escogida para interpretar el trasfondo de la misma. En cada una de las obras la temática de la muerte está representada desde distintos puntos de vista por sus autores. Estas diferentes perspectivas requirieron acercamientos diversos al momento de la composición musical. Posteriormente, se escogió el formato instrumental y su disposición en el recinto, siempre teniendo en cuenta una búsqueda sonora en particular. Se buscó generar una experiencia musical y artística en la que el oyente recibiera información auditiva, visual y/o conceptual, tanto de las obras de arte como de las piezas compuestas4. A continuación, se describen las obras de arte escogidas y se analiza en ellas cómo la muerte se representa. Luego, a partir de estos elementos referenciales en estas obras, se explica la instrumentación escogida para la composición y su disposición en el recinto. 4 El desplazamiento por parte del público puede considerarse como un aspecto teatral, ya que al espacializar la música, el componente visual domina el auditivo (Sacher citado en Harley, 1993). Respecto a la espacialización Stockhausen comenta: “Sentarse dentro del sonido, estar rodeado por el sonido, poder seguir y experimentar el movimiento de los sonidos, sus velocidades y formas en las que se mueven: todo esto crea una situación completamente nueva para la experiencia musical” (Stockhausen, citado en Zvonar, párr. 18). En las piezas, la escucha a través del movimiento genera una necesidad auditiva: se requerirían varias escuchas desde distintos puntos en el espacio; los oyentes deben ir más allá de la escucha musical y se les invita a descifrar el simbolismo musical (Harley, 1993). 5 Las composiciones Sutura La primera composición se basó en la instalación Sutura (2017) de la artista mexicana Teresa Margolles. Las obras de esta artista se caracterizan por denunciar la violencia, la pobreza, la desigualdad y la represión, principalmente en México, pero también de otros países latinoamericanos5. Como afirma el autor Felipe Sánchez, Sutura integra lo visual y lo auditivo en los conceptos de violencia y muerte: (…) hilos rectos cosidos sobre una tela opaca con grumos de sangre secos, dispuesta sobre una mesa de luz, en la que se envolvió un cuerpo de un migrante venezolano asesinado violentamente en la frontera con Colombia. Alrededor de la sala oscura suenan voces indistintas. Si uno se acerca bien, escucha: carretilleras, trocheros, gente de frontera, que narran sus jornadas. Narran, también, lo que sienten de trazar sus trayectos sobre la tela (Arcadia, 2019, párr. 13). Margolles desarrolló su acción artística en Cúcuta, en la frontera con Venezuela. Allí, convocó a migrantes hombres a bordar con hilo una línea sobre una tela con sangre, en la que había sido envuelto un cadáver víctima de un acto violento. El bordado se realizó en silencio, de arriba abajo y de izquierda a derecha. Posteriormente, se entabló una conversación entre la artista y cada participante, en la que estos le contaban sus historias de frontera. Por cada línea tejida, a modo de sutura, se expone un testimonio que narra la historia de la persona que la bordó. Esta obra y su referente violento se basa en un espacio contaminante, como lo entiende la antropóloga colombiana Gloria Inés Peláez (2016). La autora afirma que tales espacios se generan debido a una presencia aterradora de la muerte, en la que su ocupación o contacto 5 Como se señala en una entrevista a la artista en 2018, “La sangre, las morgues y la descomposición de cadáveres han sido el principal enfoque de su trabajo, por lo que la artista ha suscitado gran controversia internacionalmente”. Si bien la artista trabaja desde los años 90 en las morgues, es desde 2006, con el aumento de la violencia en Sinaloa, su ciudad natal, cuando la artista decidió trabajar con “material relacionado con los cadáveres de gente asesinada en el espacio público” (Hipermedula, 2018). 6 amenazan un peligro de orden imaginario o simbólico, es decir, ese espacio, por naturaleza, se vuelve contaminable. Asimismo, Peláez argumenta que la muerte misma contamina estos espacios dando paso a la destrucción simbólica del cuerpo. Por consiguiente, al ser un cuerpo contaminado y contaminable, no solamente el muerto se ve afectado por la muerte y la violencia, sino que se propaga a distintos ámbitos6. Ahora bien, en cuanto a la disposición espacial de la instalación de Margolles, Sutura se presenta en un cuarto amplio sin iluminación, a excepción de la base en la que reside la tela (imagen 1). Alrededor de esta se perciben voces ininteligibles que inundan el recinto con una atmósfera particular. Al buscar las fuentes del sonido, se encuentran en las paredes pequeños altavoces que reproducen las historias de cada persona que tejió la tela. Esto invitaba al espectador a desplazarse y acercarse a las paredes a escuchar los relatos; cada persona decide si escucha toda o una parte de la historia. 6 Pelaez (2016) afirma que: “No solo el cuerpo del enfermo o del muerto se afecta en menor o mayor proporción, sino que también se afectan los cuerpos de las personas que han entrado en contacto, máxime si, desde un punto de vista cultural, hacen parte de un mismo entorno familiar, social, étnico, nacional o político” (p. 17). Imagen 1. Sutura (2017) - Teresa Margolles Fuente: Arcadia n.º 162 7 La tela genera todo tipo de emociones en los espectadores, pues su imponente presencia transmite desde el dolor y la angustia hasta el duelo y el sufrimiento. El objeto artístico también presenta detalles específicos (imagen 2) que invitan al público acercarse a ella para precisarlos. Se evidencia que la obra posee elementos tanto generales como específicos en los aspectos visuales y sonoros, en los cuales debe haber un desplazamiento para detallarlos. Ambos elementos (la tela y las historias) desarrollan explícitamente la temática de la muerte, los cuales se adaptan y se reinterpretan en la composición de la pieza. Imagen 2. Sutura (detalle) (2017) - Teresa Margolles Fuente: Arcadia n.º 162 Específicamente, en la composición musical se replicó la disposición espacial de la obra de Margolles, descrita anteriormente. Para esto, el formato escogido fue el siguiente: violonchelo, trombón, trompeta, saxofón tenor y guitarra eléctrica. Este formato se eligió de acuerdo con los instrumentistas a disposición, siempre pensando en una realización musical. Como se observa en la imagen 3, la distribución en el recinto se dispuso de la siguiente manera: se presenta la guitarra eléctrica en el centro del recinto, la cual representa latela de la instalación de Margolles. En las esquinas se ubican los instrumentos restantes emulando los altavoces de la obra. 8 Fuente: Elaboración propia En la composición se utilizan recursos instrumentales para destacar e interpretar tanto los espacios contaminantes como la aleatoriedad de la escucha. Es decir, se recurre a elementos de imitación y transformación musical, ya sean temáticos, texturales o tímbricos, que soportan los conceptos de violencia y contaminación mencionados. En la pieza, el uso de técnicas de ejecución como el golpe de llaves y el aire en los instrumentos de viento, el sul ponticello en el violonchelo y los efectos en la guitarra eléctrica proponen una imitación musical que genera un diálogo entre el ensamble. Este diálogo se expresa por medio de los tratamientos dinámicos, tímbricos y morfológicos de la pieza. Asimismo, los instrumentos acústicos direccionan el sonido hacia el centro del recinto, donde se ubica la guitarra eléctrica, lo que sugiere y propone un desplazamiento particular por parte de los oyentes. Según lo anterior, el público, al igual que en la obra de Margolles, puede desplazarse en el espacio durante la interpretación de la obra, situando su escucha en lo que Imagen 3. Disposición Sutura 9 le llame la atención. Esto se logra apoyando la percepción artística desde distintos lugares en el espacio, a través del posicionamiento de los músicos y los tratamientos compositivos desarrollados en la pieza. En síntesis, en esta pieza se exploró, principalmente, la extrapolación de ciertos aspectos artísticos de Sutura hacia el lenguaje musical. De la obra de Margolles se utilizó la interpretación de Peláez y también la disposición en el espacio, y se tradujeron al lenguaje musical. No solamente se buscó una adaptación correcta de la instalación, sino también un aporte artístico: a través del uso de temas, motivos y gestos musicales se generó una voz propia de la pieza misma, que si bien permite reafirmar y corroborar el mensaje original (la denuncia y el rechazo de la violencia), de igual forma propone un acercamiento diferente de los conceptos tratados. Esto es logrado a través de una reinterpretación musical, apoyado a su vez por la idea de contaminación que se evidencia en el tratamiento compositivo. Es decir, por medio de la exploración tímbrica y textural se pretende una imitación temática de los elementos tanatológicos de la obra. Totæ Lacrimæ La siguiente pieza es una simbiosis que articula elementos de una investigación científica y los ritos fúnebres del Pacífico colombiano. En el año 2019, el Departamento de Ingeniería Biomédica y el Centro Cultural de la Universidad de los Andes presentaron una exposición artística a partir de una investigación que pretendía responder a la pregunta de si es posible identificar químicamente la emoción que evoca una lágrima a partir de las imágenes de sus cristales. La investigación consistió en la recolección de micrografías7 de lágrimas de al menos 20 personas (como base de datos) de distintas emociones, para generar un algoritmo que identificara patrones particulares de cada emoción (Bravo, Madrid, Arbeláez, 2019). Como explican los investigadores, el trabajo es “nuestra ceremonia a la belleza de la emoción humana, las cargas de la mortalidad que tocan el corazón” (párr. 4). La exposición, pues, 7 La micrografía es una técnica que se ocupa de la preparación y descripción de objetos vistos con el microscopio. 10 relacionaba las fotos de las lágrimas cristalizadas en un espacio cerrado. En el recinto se podían observar distintas emociones de la investigación (dolor, tristeza, risa, etc.) junto con algunos tubos de muestra colgados del techo. Al experimentar esta muestra artística surgió el interés de integrarla en la composición musical. Para ello, se escogieron micrografías que representan las siguientes emociones: angustia, conmoción, dolor físico, felicidad, risa, sensibilidad poética, tristeza y ‘última lágrima’ (imágenes 4-11). Imagen 4. Angustia Imagen 5. Conmoción Fuente: Biomedical Computer Vision Fuente: Biomedical Computer Vision Imagen 6. Dolor físico Imagen 7. Felicidad Fuente: Biomedical Computer Vision Fuente: Biomedical Computer Vision 11 Imagen 8. Risa Imagen 9. Sensibilidad poética Fuente: Biomedical Computer Vision Fuente: Biomedical Computer Vision Imagen 10. Tristeza Imagen 11. Última lágrima Fuente: Biomedical Computer Vision Fuente: Biomedical Computer Vision Teniendo en cuenta el carácter artístico, resultado del trabajo fotográfico de la investigación científica, hubo la necesidad de incluir en las piezas la problemática de la muerte. De nuevo, debido a una decisión personal, la sensibilidad tiene un rol significativo en la escogencia de los elementos extramusicales. Debido a esto, el referente de la muerte para esta pieza se basa en los ritos fúnebres del Pacífico colombiano. Estos ritos permiten estudiar y comprender la muerte desde otros aspectos pues la concepción de la muerte en las comunidades afrocolombianas de esta zona se deriva tanto de la resistencia negra como de la reelaboración cultural negra (Wade, 1997). Estos elementos también podrían contemplarse como una readaptación o reinterpretación: 12 Los afrocolombianos del Chocó encajan la concepción de la muerte como momento de readaptación fundamental de los componentes de la persona, así como de sus relaciones con el universo, entre elementos reinterpretados de un catolicismo popular arcaico de origen hispánico, y, por otro lado, los eslabones de una lógica conceptual cercana al chamanismo emberá, que constituye la periferia simbólica identitaria de su sistema de pensamiento (Losonczy, 1991, p. 44). A través de la música y la poesía las comunidades negras denunciaban el acoso y la muerte a los que eran sometidas. El alabao, el cual se desprende del romance español (inculcado a los esclavos en la conquista), es el fenómeno musical característico de la región. Este contiene características tanto españolas como africanas (Tobón 2015). Por una parte, encierra elementos litúrgicos como la forma responsorial y, por otra, también destaca el legado de prácticas y tradiciones africanas que invitan a la unión, a la comunidad y al canto colectivo. El alabao es considerado sagrado: “Nos habla de temas muy diversos de la vida y la muerte, de lo alegre y lo triste, de lo que da esperanza y de lo que asusta, de lo antiguo y de lo que hoy estamos viviendo (…)” (de la Torre, citado en Tobón, 2015, p. 21). Tradicionalmente, el alabao hace parte de un rito y una ocasión, es decir, en él hay una construcción espiritual y social en el cual se representan e identifican las comunidades. Se genera así un ambiente enérgico que propicia la participación activa de los presentes, en el que el protagonismo no recae en un solo individuo. La muerte, pues, es abordada como una celebración y, asimismo, es entendida como un hecho complejo. No solamente se comprende como un cambio natural, sino también como un cambio ontológico y social (Navarrete, citado en Tobón, 2015). Para esta composición, como se observa en la imagen 12, el formato escogido fue soporte fijo (octofonía) y voz. Estudiando los ritos mencionados, se generó un interés particular por lo vocal, teniendo en cuenta su omnipresencia en este tipo ceremonias. En la pieza compuesta se extrapolan algunos elementos de los alabaos. En este sentido,el carácter responsorial figura a través de la voz y el soporte fijo, es decir, el rol de cada uno representa la pregunta y respuesta, respectivamente. El soporte fijo, por otro lado, simboliza la comunidad, mientras que la voz solista hace las veces de cantaor o cantaora. 13 La disposición del soporte fijo y del intérprete en el recinto es circular (imagen 12), invitando al desplazamiento del público. Las fotos de las lágrimas están intercaladas entre el soporte fijo, de manera que cada una esté apoyada por el sonido. Esto permite que, al centrar la atención en una imagen en particular, el público esté escuchando algo específico desde su ubicación. Con lo anterior se busca que la música sea disfrutada y apreciada desde cualquier punto del recinto. Desde el inicio de la composición, esta distribución en el espacio se pensó con el fin de lograr una experiencia emocional y artística más compleja, en la cual lo visual, lo auditivo, lo conceptual y lo escénico desarrollen en el público una identificación o reconocimiento respecto a la muerte. Fuente: Elaboración propia A modo de propuesta escénica, en la pieza el intérprete está cubierto por una tela que simboliza la muerte, siempre presente y a veces invisible. Asimismo, esta ubicación en el Imagen 12. Disposición Totæ Lacrimæ 14 recinto expresa el enfrentamiento entre la vida y la muerte que son representados por el cantante y el soporte fijo, respectivamente. Por otra parte, el texto que interpreta la voz son fragmentos de dos fuentes, las cuales fueron recogidas por Rogerio Velásquez8 en la Revista Colombiana de Folclor (Tobón, 2016, p. 57). El primer fragmento hace parte de un romance que define a la muerte como una mujer que aniquila a los humanos con un soplo frío: “Ya llegó la muerte / que me viene a ver; / la muerte no es hombre / la muerte es mujer” (citado en Tobón, 2016, p. 57). El segundo fragmento corresponde a un mito recogido entre los habitantes del Pacífico colombiano, en el cual se explica el origen de la muerte: Encariñados los hombres con la vida, desearon no morir. Para esto, enviaron al tigre a decirle a Dios que cuando murieran les permitiese volver a resucitar. El tigre se puso en marcha, pero en la mitad del camino se cansó y se echó a dormir. La culebra, que odiaba al posta porque una vez le había pisado el rabo, se dijo: -Yo me saco un ojo por ver dos afuera. Que los hombres vivan largo tiempo, santo y bueno, porque con ellos me las entiendo cara a cara. Pero que este tigre desconsiderado sea eterno, no lo resisto. Y arrastrándose, arrastrándose como podía, se echó a andar. Un día, después de mil y quinientos años, alcanzó a ver a su enemigo que le preguntó: -¿Quién va? Por mi presencia no cruza nadie sin saludar y sin decir a dónde se dirige. -Soy yo, respondió la culebra. Voy a la quebrada a traer agua. -¡Ah! Y siguió durmiendo. La culebra llegó al cielo y dio el mensaje que se había propuesto, Dios le respondió que así se cumpliría. Después de mucho tiempo arrimó el tigre al palacio del Creador y avisó la razón de los hombres. Pero Dios nuestro señor, le hizo saber que la culebra había pedido lo contrario, y Él había aceptado esa petición. 8 En 1948, Rogerio Velásquez (1908-1965) “obtuvo el título como etnólogo del Instituto Etnológico del Cauca en Popayán, dirigido por Hernández de Alba” (Valderrama Rentería, 2016, p. 214). Se le considera el pionero de la antropología colombiana. Su obra académica se centra en la investigación histórica y etnográfica del Chocó. 15 Los hombres odiaron al tigre y a la culebra al comprender que por ellos había entrado la muerte sobre la tierra (Tobón, 2016, p. 57). A partir de los enfoques mencionados, fue posible abordar lo científico (expresado en las micrografías) con lo cultural (la composición musical), obteniendo esta experiencia artística. Esta pieza musical propone, a través de lo vocal, una sensibilidad particular que se deriva de los enfoques mencionados. Por una parte, la celebración de la vida y la muerte de las comunidades afrocolombianas del Pacífico y su concepción espiritual con la música; por otra, la reacciones emocionales del ser humano ante la muerte. El arte y la muerte La última pieza se basa en el texto El arte y la muerte (2005) del poeta francés Antonin Artaud9. Como en las piezas anteriores, la escogencia de esta resulta de un impacto emocional luego de experimentar la obra ya que el texto es un cuestionamiento de la vida y la muerte. Desde las primeras líneas, Artaud le transmite al lector sentimientos y emociones de lo que para él representa la muerte: “¿Quién en el seno de ciertas angustias, en el fondo de algunos sueños, no conoció la muerte como una sensación destructora y maravillosa con la que nada pueda compararse en el orden del espíritu?” (p. 23). Artaud expone la idea de que, a pesar de haber llegado al límite corporal, el ser debe “seguir avanzando” llevado por el espíritu y el alma (p. 23). Sin embargo, el poeta habla también sobre la conciencia del morir, su espera e inevitabilidad. El autor crea escenarios, a través de situaciones imaginarias, en los que plasma su pensamiento sobre la muerte, pues esta última “no se satisface con tanta facilidad” (p. 23). En estas situaciones están presentes emociones y experiencias que puede producir la muerte, tales como la angustia, el temor, el miedo, la asfixia, el sufrimiento, el malestar, la desolación o la agonía. 9 Para la licenciada en filosofía, Paola Andrea López (2019), el autor francés propone “una nueva forma de ver el arte y enfrentarse a la vida, ligado a una revolución metafísica diferente de una revolución política; busca una sublevación, un hombre que se revele contra las limitaciones que sobre él coloca la existencia misma, contra las ‘leyes que gobiernan la vida y la muerte’” (p. 157). 16 Igualmente, el poeta afirma que “la muerte no está fuera del campo del espíritu, que dentro de ciertos límites es cognoscible y aprehensible por cierta sensibilidad” (p. 27). Por momentos, en el texto de Artaud se aprecia una visión nihilista de la existencia, la cual se basa en el presagio inminente de la muerte, pues esta “no es nada nuevo, sino por el contrario, historia conocida, porque, al cabo de esa destilación de vísceras, ¿no se percibe la imagen de un pánico ya experimentado?” (p. 25). Ese presagio, que propone el poeta, refleja la muerte como algo cercano inevitable y, por ende, invencible (Cirlot, s.f.). Esta sensibilidad, que no sólo está presente en el texto, sino también en su concepción hacia la muerte, generó en mí un gran interés para el desarrollo de la composición. El propósito de la pieza es, pues, traducir y transmitir la sensibilidad de la muerte a través de la música, junto con las distintas emociones y sensaciones plasmadas en el texto. Con respecto a la pieza musical, y debido a la contingencia sanitaria del COVID-19, al momento de componerla se escogió el formato electroacústico, ya que su creación musical no requiere intérpretes para su realización. Por consiguiente, se realizó la composición para una reproducción binaural en audífonos de alta calidad, que permitió conservar la noción de desplazamiento que se ha desarrollado a lo largo del proyecto. La muerte alude a las prácticas fúnebres del Pacífico anteriormente mencionadas a través de aspectos musicales. En la pieza se presentan elementos de percusión que son protagonistas y a su vez, hacen referencia a las ceremonias y ritos afrocolombianos en los cuales este componente es característico. A lo largo de la pieza se explora la superposición rítmica, generando polirritmias articuladas dentro de la espacialización binaural, que resignifican las emociones y sentimientos plasmados a lo largo del texto de Artaud. Dicha resignificación se evidencia morfológicamente,porque la pieza propone el desarrollo tímbrico de los elementos presentados que confluyen en una gran masa dinámica. Es así como, en toda la pieza, la percusión está siempre presente representando estas emociones que pretenden emular la inevitabilidad de la muerte. 17 Por otra parte, la repetición de los motivos y gestos musicales hace referencia al bucle como elemento característico de los alabaos del Pacífico. Esto propone tanto un trance como una inmersión al oyente a lo largo de la pieza y también permite un desarrollo morfológico de la pieza. Por lo tanto, la transformación de los elementos presentados en la pieza están desarrollados en pro de una acumulación musical. Es decir, las texturas, timbres y ambientes propuestos confluyen en un gran tutti de dinámica, densidad textural, velocidad rítmica, etc. En esta composición, la circularidad, presente en las piezas anteriores, es apoyada por la mezcla binaural, en la cual la focalización del sonido es explorada en todos los ejes del espectro. A través de este recurso, se buscó representar y reinterpretar las emociones del texto de Artaud respecto a la muerte dentro del lenguaje sonoro. Por último, la interpretación de esta obra, con respecto a las anteriores, posee un carácter más libre al no tener un apoyo visual. En sustitución de este último, la intención con la pieza fue generar múltiples posibilidades de escucha permitiendo, asimismo, diferentes reacciones e interpretaciones sensoriales. Con esta pieza culmina este proyecto de creación, en el que se exploraron distintas formas de cómo reinterpretar la muerte a través de la música. Estas piezas son, pues, el resultado de una preocupación personal por lo musical, lo artístico, lo espacial y lo tanatológico, pensando estas características en conjunto para el desarrollo compositivo. Conclusiones Para mí, este proyecto significó un cuestionamiento a nivel personal, social y profesional con relación a la muerte y a las artes. En ese proceso surgió la necesidad de estudiar la temática de la muerte desde mi profesión, con el ánimo de explorar y conocer enfoques hasta el momento ausentes en mi proceso académico y creativo. Es decir, se trata también de un desarrollo en mi trayectoria como compositor haciendo uso de herramientas y prácticas nuevas para mí como las obras de arte, los formatos instrumentales y la disposición espacial. Si bien el proceso creativo se enfocó en lo teórico-práctico, es importante destacar un crecimiento personal al respecto. En estas composiciones no solamente quise interpretar la 18 muerte desde las obras de arte, sino que, a su vez, estas fueran un homenaje a la muerte y a mis muertos a modo de catarsis personal. Las piezas compuestas tuvieron acercamientos desde distintos enfoques con respecto a la muerte. En Sutura, se representó la muerte desde la violencia y la migración, en la que se relatan los espacios y situaciones evocadas en la obra original. En Totæ Lacrimæ se experimentó la unión entre lo científico y lo cultural, a través de fotografías de lágrimas y elementos de las prácticas fúnebres del Pacífico colombiano. Esto derivó en un desarrollo musical en el que la disposición espacial de las imágenes junto con la música permitiera una lectura del público desde una posición más personal. Por último, El arte y la muerte es una pieza que explora lo literario, desde la interpretación de Artaud, y los elementos musicales del Pacífico. En esta pieza el resultado compositivo es una convergencia de lo emocional, capturado por el poeta, y lo cultural respecto a la muerte, representado en las comunidades afrocolombianas. En conclusión, el presente ejercicio compositivo es una exploración en la creación musical a través de la inclusión de otros aspectos extramusicales. De este modo se presentó un diálogo entre las obras de arte, la muerte y el espacio, los cuales son apoyados en la composición musical. Como resultado, las tres piezas en conjunto evidencian una sensibilidad artística frente a los conceptos de la muerte, abordados a través lo personal y lo académico. 19 Referencias Andrés, R. (2016). Pensar y no caer. Acantilado. Ariès, P. (2000). Historia de la muerte en Occidente. Desde la Edad Media hasta nuestros días. Acantilado. Artaud, A. (2005). El arte y la muerte / Otros escritos. Caja Negra. Bravo, L., Madrid, J. & Arbeláez, P. (2019). TOTÆ LACRIMÆ. Bogotá, Colombia: Biomedical Computer Vision. 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