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Endourología (214)

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Manual de Endourología | Edición 2016Manual de Endourología | Edición 2016
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nuestra propia experiencia (13), pode-
mos afirmar que ambas estrategias son 
al menos equivalentes en términos de 
morbilidad postoperatoria inmediata. 
Es por eso que, ante iguales resultados, 
nos inclinamos por el uso de un catéter 
ureteral externalizado durante el primer 
día postoperatorio (Figura 5).
Últimamente ha surgido el concepto 
de NLP “Totalmente Tubeless”, lo que 
implica no utilizar drenaje urinario 
interno ni externo. Se ha descrito que 
esta estrategia podría tener resultados 
comparables a las estrategias más 
convencionales en casos sin sangrado 
significativo y sin evidencia de cálculos 
residuales.
En diferentes metaanálisis se describe 
que las complicaciones mayores y me-
nores de la NLP son comparables entre 
el grupo “Tubeless” y estándar (4). Las 
complicaciones mayores en el grupo 
“Tubeless” son anecdóticas. Los resul-
tados como el valor monetario, dolor 
postoperatorio, estadía hospitalaria, y 
el retorno a actividades normales son 
superiores en el grupo “Tubeless”. 
En la actualidad, se acepta que la reali-
zación de NLP “Tubeless” en pacientes 
seleccionados reduce la morbilidad (4, 
12). Es por eso que se plantea que el 
uso de un tubo de nefrostomía luego 
de una NLP debe estar reservado para 
pacientes en quienes se requiera más 
de un acceso, en quienes haya ocurrido 
una perforación significativa del sistema 
colector, un sangrado intraoperatorio 
significativo o tengan necesidad de 
realizar una segunda revisión. Dicho 
de otro modo, la NLP “Tubeless” se 
recomienda para pacientes con acce-
so percutáneo único, sin perforación 
pelvicaliceal, sangrado intraoperatorio 
no significativo y sin evidencia de 
fragmentos residuales que justifiquen 
la necesidad de una segunda revisión.
10. Imagenología 
Postoperatoria
El objetivo de realizar un examen ima-
genológico postoperatorio es descartar 
la presencia de complicaciones, evaluar 
el drenaje anterógrado y la presencia de 
fragmentos residuales (4, 5). El examen 
imagenológico de elección es la TAC de 
abdomen no contrastada, ya que permi-
te con alta sensibilidad y especificidad 
detectar complicaciones y fragmentos 
residuales. Si el examen se hace en un 
paciente con nefrostomía, el drenaje 
anterógrado puede evaluarse indirecta-
mente realizando la TAC manteniendo 
la sonda de nefrostomía pinzada en las 
horas previas al examen. Si el drenaje es 
apropiado no debería observarse dilata-
ción del sistema pelvicaliceal.
Otras alternativas, como combinar una 
radiografía simple con ecografía, pue-
den ser de utilidad pero debe tenerse 
en cuenta que la sensibilidad de esta 
estrategia es significativamente menor 
(el rendimiento puede ser hasta un 50 % 
menor) (5).
En aquellos pacientes cuya NLP fue reali-
zada sin incidentes, en que el cálculo fue 
extraído sin o con escasa necesidad de 
fragmentación y en quienes hay un alto 
índice de certeza de haber alcanzado un 
estado libre de cálculos, la imagenología 
postoperatoria podría ser omitida. Estos

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