Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
118 Manual de Endourología | Edición 2016Manual de Endourología | Edición 2016 La incidencia del colon retrorenal, que pudiera estar amenazado en una NLP, es de 4,7 % en decúbito prono y 1,9 % en decúbito supino (11). Afortunadamente la frecuencia de lesión colónica que ha sido publicada es significativamente menor: 0,2-0,8 % según el estudio de Skolarikos et cols (12). El riesgo de lesión visto con TAC, pudiera estar sobreestimado (9) puesto que la incidencia de lesiones de colon es francamente menor al riesgo potencial publicado. En un estudio de Duvdevani se informó que la incidencia de lesión de colon es del 0,06 % (13). Desde 1987, Valdivia Uría viene utilizando el decúbito supino para realizar esta cirugía. Este autor ha postulado que en esta posición, el colon se desplaza por su cara anterior hacia una ubicación más medial. Este cambio posicional ha sido reafirmado por otros autores que, basándose en estudios con tomografía computada, han llegado a la misma conclusión. Este desplazamiento protegería al colon de lesiones durante la punción (14,15). 2. Complicaciones intratorácicas Debido a que el diafragma se inserta en la 11ª y 12ª costilla, en la mayoría de los pacientes, la reflexión pleural cruza el punto medio de la duodécima costilla. El riesgo de perforación pleural depende del cáliz puncionado, posición del riñón en el retroperitoneo y de la disposición de la reflexión pleural. Las complicaciones más importantes son el neumotórax, hidrotórax, hemotórax y empiema pleural. La mayoría de las complicaciones ocurren en el acceso al cáliz superior (Figura 1). La incidencia de las complicaciones es francamente mayor cuando el acceso es por sobre la 11ª costilla frente al acceso por debajo de ella (23,1% vs. 1,4%) (16). En decúbito supino este tipo de compli- caciones es infrecuente debido a que el cáliz puncionado con mayor frecuencia es el inferior. De necesitar una punción al cáliz superior, ya teniendo un acceso al cáliz inferior, se puede bascular deli- cadamente la vaina de Amplatz del polo inferior para alejar el riñón de la pleura y de esa forma puncionar el cáliz superior con un riñón desplazado hacia caudal. 3. Hemorragia Es uno de los factores más preocupantes de la cirugía percutánea y puede ocurrir desde el momento de la punción hasta varias semanas después de la cirugía. La mayoría de los sangrados se originan desde el parénquima renal y no llegan a ser de gran magnitud. El principal cuidado que se debe tener al momen- to de puncionar es entrar en el eje del cáliz por el fórnix de éste, ya que como fue demostrado por Sampaio y cols. un acceso por el infundíbulo puede lesionar las arterias interlobares. Se debe elegir el cáliz posterior que ofrezca el acceso más directo a la piedra (17). Stoller et cols. cuantificaron la disminución promedio de hemoglobina por cada punción en 2,8 g/ dL. En esta serie la tasa de transfusiones cayó de 23 % a 14 % una vez superada la curva de aprendizaje. El riesgo de tener una complicación hemorrágica que necesite transfusión ha sido asociado con: punciones múltiples, perforación de la pelvis renal, falta de experiencia del cirujano y cantidad de sangre perdida (18). Srivastava, en un estudio retros-
Compartir