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EL_CUIDADO_DE_ENFERMERIA_-_HEREDIA

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HEREDIA, Ana M. LAZARO, Claudia. El Cuidado de Enfermería en Programa de 
actualización en Enfermería, Pro enfermería, Salud del Adulto. Módulo 1. F. A. E. A. E. 
U. E. R. A. Editorial Médica Panamericana. Argentina. 2002 
 
EL CUIDADO DE ENFERMERIA 
 
Introducción: 
El concepto de cuidado se esta trabajando de manera significativa en todos los ámbitos de 
la profesión de enfermería e influye rápidamente en la teoría, la práctica y la investigación. 
El cuidado ha sido descripto como el pilar fundamental de enfermería (Villalobos, 994), la 
esencia de enfermería y su dominio central y característica unificante (Leininger, 1988). 
Como dice Mercedes Duran de Villalobos, cuidar es una ciencia y un arte. Hablar de cuidado 
significa hablar de actitudes, pues para poder ofrecerlos se requieren conocimientos 
complejos específicos y únicos. Cuidar es, ante todo un acto de vida, en el sentido que 
cuidar representa una infinita variedad de actividades dirigidas a mantener y conservar la 
vida y permitir que ésta continúe y se reproduzca. 
Cuidar es un acto individual, que uno se da a sí mismo cuando adquiere autonomía pero, a 
su vez, es un acto de reciprocidad que se tiende a dar a cualquier persona que, temporal o 
definitivamente, requiere ayuda para asumir sus necesidades vitales (MF Colliere, 1996). 
Se expresa que cuidar es la esencia de la enfermería y es el cuidado el elemento que hace 
la diferencia entre enfermería y las otras disciplinas del área de salud. Cabe destacar que en 
nuestro medio, la enfermería prioriza en la atención, más que el cuidado propiamente dicho, 
los aspectos relacionados con: 
 curación 
 diagnóstico 
 tratamiento 
Si el cuidado es en realidad la esencia de la práctica de enfermería, debe ser demostrado en 
la praxis. Asimismo debe ser relevante para la práctica y para el paciente. 
La revisión de la bibliografía indica que el concepto de cuidado es amplio, posee diversas 
perspectivas en su significado y un vasto alcance e implicancia en la práctica. 
Dado el momento actual de desarrollo conceptual de la enfermería, es necesaria la 
diversidad para poder estudiar el concepto en su complejidad y profundidad. Es fundamental 
explorar las diversas conceptualizaciones del cuidado y analizar las implicaciones en la 
praxis. 
 
Desarrollo: 
En 1990 Morse y col realizaron una revisión de artículos y estudios de enfermería que 
describían el concepto de cuidado y la utilizaron como centro de la investigación. 
Identificaron cinco conceptualizaciones de cuidados: 
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 Como rasgo humano. 
 Como imperativo moral. 
 Como afecto. 
 Como interacción personal. 
 Como intervención terapéutica. 
 
El cuidado como rasgo humano: 
Las teoristas en esta categoría proponen que el cuidado es una parte de la naturaleza 
humana, común e inherente a todas las personas. 
Dentro de este grupo se encuentran las teorías formuladas por Leininger (1988) y Ray 
(1989), que utilizan diferentes niveles de análisis para describirlo. 
Leininger plantea que la asistencia está delimitada y definida por la cultura y que cada 
miembro de esta cultura puede determinar los cuidados que desea y necesita recibir por 
parte de los profesionales de la salud. 
Utiliza variaciones culturales para explicar expresiones diferentes de cuidados que 
conforman modalidades únicas y patrones culturales en los diversos grupos. 
Leininger considera al cuidado como motivador de la acción de enfermería y la base para 
brindar intervenciones de enfermería culturalmente congruentes. 
Definió cuidado en sentido genérico, como un acto de asistencia y apoyo hacia un individuo 
o un grupo de individuos con necesidades evidentes o anticipadas, para mejorar su 
condición humana o su modo de vida. 
Por otra parte, Ray (1989) utiliza la estructura organizacional para definir el cuidado, al que 
ubica en un marco de referencia más amplio, en el contexto donde ocurre. 
Explicita que el cuidado parece no sólo estar diferenciado de acuerdo con las posiciones de 
las personas en las organizaciones sino también dentro de las unidades clínicas específicas. 
Según el lugar donde trabajen las enfermeras: las que se desempeñan en las unidades de 
cuidados oncológicos utilizarán descriptores diferentes que aquellas que trabajan en 
urgencias debido a que los componentes estructurales son más importantes para un área 
que para otra (p. Ej., el componente legal, político, social, ético y espiritual). 
Otros grupos de teóricos dentro de esta categoría, como Griffin (1980) y Roach (1987), 
describen el cuidado como una forma esencial de ser. Griffin lo considera una parte de la 
esencia humana. Los principales aspectos del cuidado en enfermería son actividades, 
actitudes, sentimientos complementarios medidos por la relación enfermera - paciente. 
De manera semejante Roach reconoce que el cuidado es lo más comun y auténtico de los 
criterios de la humanidad. 
 
El cuidado como decisión moral 
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Las teoristas de este grupo consideran el cuidado como una virtud moral. Destacan que se 
ocupan por el bien del paciente, el mantenimiento de la dignidad y el respeto como 
personas. 
Brody, Gadow y Watson consideran el cuidado como un fundamento para la práctica de la 
enfermería, mientras que para Fry es básico para la humanidad en general. De acuerdo con 
Brody, el cuidado le permite a la enfermería identificar acciones específicas. Gadow y 
Watson se orientan más a sugerir que el propósito último del cuidado es preservar la 
dignidad del paciente o preservar la humanidad individual, la armonía interna y el potencial 
de curación. 
 
El cuidado como afecto 
Desde esta perspectiva, los teóricos describen que cuidar es un afecto y lo presentan dentro 
de un encuadre como un sentimiento de compasión o empatía para con el paciente, lo que 
motiva a la enfermera a brindar cuidado. Sugieren que este sentimiento debe estar presente 
para que la enfermera cuide. A pesar de que no destacan o enmarcan intervenciones 
terapéuticas, las formas descritas de enfrentar el cuidado se centran en la enfermera 
(Forrest, 1989; Fanslow, 1987; Gendron, 1988). 
La tesis central de Gendron es que el sentimiento de cuidar debe ser: 
 Sincero 
 Apropiado 
 Congruente con lo sentido 
El arte de enfermería es la habilidad de la enfermera en volverse diestra para crear formas 
que expresen cuidado y Forrest dice ser capaz de ponerse uno mismo en la posición del 
paciente. 
Este grupo de teóricos acuerdan en que el cuidado es un sentimiento de preocupación, 
interés y en general de protección. Esta posición difiere de otros teóricos en cuanto 
establece claramente que el cuidado consiste en acciones de ayuda de asistencia con 
actividades simples o complejas de la vida diaria. 
 
El cuidado como interacción personal 
Desde este plano, el cuidado se considera un encuentro, una acción entre la enfermera y el 
paciente. Cuando ocurre el cuidado, ambas partes deben ser comunicadoras, confiadas, 
respetuosas y estar comprometidas entre sí. 
Tres teoristas: Hormer, Hnoviden y Weis, consideran al cuidado como una interacción 
personal con el paciente. En este cuidado recíproco, las experiencias vividas y 
trascendentales aprecian la interacción entre personas totales, con sus sentimientos, 
pensamientos y expresiones; mientras el paciente se enriquece la enfermera también. 
Weis examinó la integración de: 
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 El cuidado verbal. 
 El cuidado no verbal 
 Los comportamientos técnicamente competentes. 
Benner y Wrubel definen el cuidado como pensamientos, sentimientos y acciones, estar 
preocupado por la persona de manera tal que el cuidado permite dar y recibir ayuda. 
 
El cuidado como intervención terapéutica 
Los teóricos que ven el cuidado como intervención terapéutica se centran en el paciente; 
éste debe mostrar necesidades que la enfermera pueda satisfacer. 
Las metas del paciente son un punto de alcance y el cuidado de enfermería se basaen esas 
metas. Por tal motivo, destacan también las competencias de enfermería y las habilidades 
relacionadas con el cuidado. 
Brown describe el cuidado como el reconocimiento de las necesidades del individuo que la 
enfermera utiliza para modificar sus acciones de enfermería y satisfacer las necesidades 
únicas del individuo. 
Las acciones específicas de cuidado han sido identificadas (Larson, 1984); Swanson 
Kauffman, 1988; Wolf, 1986) e incluyen las siguientes actividades: 
 Estar presente de una forma segura 
 Suministrar información 
 Atender el dolor 
 Invertir tiempo con el paciente 
 Promover autonomía 
 Observar al paciente. 
La teoría más desarrollada en esta corriente es la del autocuidado de Orem (1985), que 
establece que es necesario para el mantenimiento de la vida, vinculando el resultado a una 
acción deliberada a través de la cual la enfermera suministra un servicio de ayuda que 
busca las capacidades del sujeto para comprometerse en su autocuidado. 
Como resultado del análisis presentado surgen características adicionales que ilustran 
posteriormente las diferentes conceptualizaciones del cuidado entre las diversas teorías. 
Estas características incluyen la visión del cuidado como algo único para la enfermería. 
El conocimiento del cuidado es la esencia de la disciplina Enfermería. Como se ha 
presentado precedentemente, varios autores se refieren al cuidado no como un 
procedimiento técnico, sino como un proceso interactivo que exige competencias 
profesionales, entrenamiento, investigación, responsabilidad y creatividad. 
Es importante destacar el concepto de Meleis que dice que la enfermera cuida a las 
personas durante los procesos de transición de las etapas vitales. 
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Durán de Villalobos expresa que la enfermería cuida de las personas en las vivencias de sus 
experiencias de salud. La acción de cuidar, como toda acción, requiere una teoría que la 
legitime. 
En la actualidad, todos los profesionales enfermeros aceptan el paradigma de cuatro 
conceptos de enfermería que soportan el desarrollo en lo disciplinar y en lo profesional. 
El concepto cuidado está caracterizado por su enfoque holístico que se sustenta en la 
interacción y la transformación, en el que se engloban los aspectos: 
 Biológicos 
 Sociales 
 Psicológicos 
 Culturales y espirituales. 
El elemento fundamental del cuidado es la comunicación. Además, es la expresión de la 
vida misma: cuidar es un acto de vida. 
Cuidar representa una infinita variedad de actividades dirigidas a mantener y conservar la 
vida y permite que ésta se continúe y reproduzca. 
Según lo expresa Natividad Pinto Afanador (1998), la comunicación requiere elementos 
indispensables como: 
 Autenticidad de los interlocutores 
 Respeto por la originalidad ajena 
 Respeto por la originalidad propia 
 Deseo de compartir 
 Preocupación por hacerse comprender 
 Actitud de escucha 
 Atención permanente. 
Cuidar en enfermería implica un conocimiento propio de cada persona, un darse cuenta de 
sus actitudes, aptitudes, intereses, motivaciones y que además de sus conocimientos 
requiere su manifestación como persona única, auténtica, capaz de generar confianza, 
serenidad, seguridad y apoyo afectivo. 
El grupo de cuidado de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia 
se pregunta ¿cuidar a quién? A sí mismo y a otras personas. 
El cuidado como significa un encuentro de seres humanos diferentes con sabidurías y 
mentalidades que cada uno ofrece. La reciprocidad contempla al ser humano activo, integro, 
único, abierto, con una historia de vida familiar, personal, laboral y corporal, en interacción 
permanente con su entorno al que modifica y por el que es modificado. Trascendente, 
porque es portador de cultura y participa con su diferencia. La trascendencia supera el 
tiempo, el espacio y la historia. Se cuida respetando la mutua unicidad, reconociendo la 
historia del otro, respetando el potencial del otro como cuidador de sí mismo, con actitud de 
compromiso y presencia autentica. En fin, se cuida respondiendo en forma ética, con 
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sensibilidad, creatividad y conocimientos. El cuidado en sí mismo es una vivencia única 
tanto para quien lo recibe, como para quien lo brinda. La acción de cuidar debe presentar las 
siguientes condiciones: conocimiento y conciencia de la necesidad de cuidar, intención de 
actuar sobre la base del conocimiento y cambio positivo como resultado del cuidado. 
Una tercera pregunta es: ¿cuidar para qué? Va más allá de sólo mejorar las condiciones de 
salud. Watson (1989) sugiere que el cuidar implica lograr que otro gane autoconocimiento y 
encuentre armonía con las condiciones exteriores. 
Es necesario responder al llamado del otro. Interactuar con el otro ser en el cuidado 
buscando equilibrio y posterior desarrollo de su capacidad de cuidarse a si mismo, 
fomentando la autonomía. Vezeau y Schoreder (1991) destacan otros aspectos: afirman que 
cuidar genera poder. La relación entre el que cuida y el cuidado es multifacética y requiere el 
balance del poder, el cual puede tener muchas expresiones en su relación. 
Algunas interpretaciones refuerzan la reciprocidad. Otras no la ven como igualitaria e 
interpretan que quien tiene la palabra y toma decisiones es solo el cuidador. Otros lo miran 
de acuerdo con el momento de la relación. 
Este factor de poder desempeña un papel fundamental en cuidar para qué, porque el 
manejo del poder en el cuidado afirma o desvirtúa como y por qué se hacen las 
intervenciones. 
La enfermera decide si cuida, cómo cuida, para qué cuida o si no cuida; este hecho le 
plantea un dilema ético. 
El acto de cuidar que lleva adelante la enfermera está determinado, condicionado y 
estructurado por el contexto social donde ocurre el cuidado. 
Los recursos externos son necesarios para que el acto del cuidado esté presente. Por ello, 
no se puede ser indiferente a la ausencia de recursos, ya que se requiere de ellos si se 
desea mantener el cuidado. 
El acto de cuidado se comprende mejor cuando se relaciona con el contexto donde ocurre. 
El cuidado puede tener influencia en el contexto social, y a su vez, el contexto tiene 
influencia en él. El contexto puede dar el sostén necesario para el cuidado. Y si el contexto 
social se propone sostener el cuidado y falla en la provisión de recursos adecuados, el 
cuidado fracasa por más esfuerzos que se hagan para llevarlo a cabo. En este caso surge la 
siguiente pregunta: 
¿De quién es la responsabilidad del cuidado cuando faltan los recursos del contexto? 
Como ya se destaco, el cuidar adquiere implicaciones éticas. Las enfermeras pueden 
involucrarse en hechos de falta de cuidado, de los cuales pueden ser copartícipes 
inconscientes o conscientes. Deben mantener una posición respecto de los elementos éticos 
del cuidado.

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