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81 ciones y se han convertido en una alternativa efectiva al desbridamiento quirúrgico. Comparando con el acceso endoscópico, tiene ventajas y desventajas: por una parte, el acceso es casi siempre factible, independiente de la ubicación de la(s) colección(es), no requiere proximidad al tubo di- gestivo. El número de las colecciones tampoco limita la intervención, es posible colocar múltiples drenajes con diámetro variable. El drenaje permite registrar, monitorear el débito de las colecciones y da la posibilidad de acceso fácil, directo para limpieza y desbridamiento repetido. Por otra parte, existe una cierta incomodidad con los drenajes externos y un riesgo teórico más alto de infecciones. La decisión de la vía de abordaje se basa en numerosos factores: estado clínico, intervenciones quirúrgicas previas, grado de licuefacción y otras comorbilidades que influyen en el riesgo de la intervención. Por último, pero muy importante: las posibilidades técnicas y la experiencia local son de gran importancia en esta elección. Drenaje de colecciones La indicación de drenaje es en colecciones sintomáticas que ejerzan efecto de masa, que causen dolor, aumento significativo de la presión intraabdominal o que se encuentren infectadas. Los pacien- tes con necrosis estéril, generalmente, no requieren intervención a menos que persistan sintomáticos (generalmente por efecto de masa secundario) por un tiempo prolongado interfiriendo con el proceso de recuperación. Son contraindicaciones para el drenaje percutáneo la presencia de necrosis sólida, sangrado activo, coagulopatía incorregible, tejido flegmonoso. En los primeros estudios, uno de ellos con 34 pacientes, 47% fueron curados solo con drenaje percutáneo, mientras que la sepsis fue controlada en un 74% de los pacientes. Otro estudio reportó un porcentaje de éxito comparable (49%) en 35 pacientes, con rangos de éxito similar entre drenaje percutáneo en colecciones necróticas estériles (50%) e infectadas (46%). Técnica Ultrasonido o TC pueden ser usados para guiar el drenaje percutáneo. Sin embargo, la TC es mucho más utilizada debido a la mayor resolución y detalle espacial, particularmente respecto a las estructuras circundantes que deben ser evitadas. Las rutas de drenaje son numerosas, pero el acceso más directo es preferible, intentando evitar el intestino, la pleura y órganos sólidos, esto minimiza el riesgo de hemorragia y contaminación bac- teriana. Si es posible, un acceso retroperitoneal por el flanco lateral es preferible al acceso anterior a través del peritoneo (Figura 5). El contenido líquido de las colecciones habitualmente es viscoso, es por eso que un drenaje adecuado requiere múltiples fenestraciones y catéteres de diversos calibres que van entre 14 y 30 F. El catéter debe ser posicionado con todos o la mayor cantidad de fenestraciones en la colección, y que queden en la porción más dependiente de ésta. El acceso retroperitoneal también favorece por gravedad el drenaje de la colección. El número de catéteres de drenaje depende del número de colecciones; idealmente, debe haber un catéter para cada colección necrótica. Múltiples catéteres pueden ser requeridos para drenar colecciones multiloculadas (Figura 6). Luego de que el catéter es posicionado, el débito debe ser monitorizado diariamente, así como también, el lavado con solución salina estéril para asegurar la permeabilidad del catéter y limpieza agresiva de la cavidad o cavidades (Figura 7). Si el catéter no está drenando, pero existe colección residual en la TC, entonces el drenaje puede estar bloqueado y puede ser cambiado sobre una guía. También, si hay escasa mejora clínica, escaso débito del drenaje o presencia de colecciones persisten- tes en las imágenes, se pueden instalar catéteres adicionales. CAPÍTULO 10: ALTERACIONES LOCALES EN PANCREATITIS AGUDA: MANEJO RADIOLÓGICO PERCUTÁNEO | P. Palavecino R. et al
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