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XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 La innovación en la gestión pública Autor: Kirk Douglas Zerillo García Seudónimo: ODIN12 Introducción La Gestión Pública en las organizaciones del mundo con el transcurso del tiempo ha tenido una serie de procesos de transformaciones en profundos aspectos entre las personas y su espacio, como resultado de las discusiones y conversaciones en torno al grado de participación del estado en las economías. La Gestión Pública hasta el día de hoy está atravesando por profundas modificaciones junto a las actividades cotidianas en un ánimo por responder a las crecientes demandas de una ciudadanía mas informada y que exige la provisión de bienes públicos que respondan a criterios de calidad, eficiencia y eficacia, junto con una mayor transparencia y equidad en el ejercicio de la función pública. En ese escenario, las posibilidades de innovar en diferentes aspectos en la Gestión Pública resultan crucial, de tal manera que se pueda terminar con un modelo de Gestión Pública que sea actual, estructurado en torno a procesos que vienen a consolidar practicas de trabajo rutinarias y de poca calidad, que dejan un escaso margen de maniobra y autonomía a los directivos públicos, los que se abocan prioritariamente a la administración de problemas cotidianos sin poder prestar atención a los aspectos estratégicos de las organizaciones. En estos últimos tiempos se siente que es necesario diseñar e implementar nuevas formas de administración más flexibles, de tal manera que se puedan convertir en espacios de innovación para los directivos públicos, los que deben venir acompañados de herramientas que apoyen esta gestión para alcanzar los rendimientos esperados. En este contexto y en diferentes aspectos, la nueva Gestión Pública tiene la posibilidad de entregar un marco para mejorar la capacidad de Gestión de la Administración Pública, donde la gestión por resultados se convierte en un enfoque de gestión que incentiva la innovación que permite crear valor público. En ese contexto y en varios aspectos al Innovar en la Gestión Pública es necesario que las organizaciones tengan la capacidad para adaptarse a los cambios y a las demandas ciudadanas, lo que implica introducir cambios también en la Gestión de las Instituciones Públicas para permitir que estas respondan con calidad y efectividad a las nuevas demandas de la sociedad que transcurre en un constante desarrollo y cambio. En esas circunstancias se necesita un papel activo de los gestores públicos, para que puedan innovar en la toma de decisiones, lo que requiere a su vez de espacios efectivos de actuación y definición de mecanismos de gestión adecuados y oportunos a las necesidades manifestadas. Ahora en estos tiempos no solo en este país, también en diferentes países de nuestra región nos ha llevado a pensar que una nueva dinámica integradora tarde o temprano deberá también traducirse en la consolidación de un nuevo eje Estado – Sociedad. El cambio y la innovación de las prácticas administrativas en el aparato público, son los ejes rectores de la nueva visión de la administración pública. La administración pública va más allá de la propia estructura organizacional, abarcando el proceso y resultado de las políticas públicas. XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 2 Por eso, es necesario ir articulando ideas y principios rectores sobre los cuales podamos ir anticipándonos (quizás adaptándonos mejor a experiencias que ya están consolidadas en los países centrales) a formas de encarar la gestión pública que se sostengan en pilares de consenso y que constituyan la base de una nueva administración pública. Se entiende de varias ideas que hay tres puntos de apoyo concurrente para definir la reforma de encarar en el ámbito de la Administración Pública. Ellos son: 1) el planeamiento, entendido como una manera necesaria de anticiparse racionalmente a los fenómenos futuros previsibles; 2) la Innovación que es el temas central de la monografía, que es vista como actitud proactiva a favor de una mayor eficiencia de la gestión; 3) la calidad, bajo la concepción de que la ciudadanía en una democracia robusta es la que recibe, juzga y propone que tipo de servicios necesita y pretende recibir de una Administración Pública a la que sostiene. La Innovación en la Gestión Pública 1.- Aspectos Conceptuales La innovación es un concepto que ha tenido un amplio desarrollo desde los años 50, principalmente vinculada a la empresa privada. Sin embargo, como señalan algunos autores “Hay que descartar la suposición común de que la innovación es algo que sucede principal o exclusivamente en el sector privado, y que por lo tanto, necesariamente se tiene que ir allí para encontrar la manera de impulsarla” (Formichella, 2005). Es así como desde hace algunos años, la innovación ha adquirido una especial relevancia en la gestión pública, forzando a las administraciones a buscar nuevos mecanismos de gestión, amparados en los planteamientos de la Nueva Gestión Pública. En términos etimológicos, la palabra innovar significa introducir novedades, sus sinónimos son cambiar, modificar, transformar, rectificar, modernizar, descubrir. El concepto “innovar” proviene del latín “innovare”, que quiere decir “cambiar o alterar las cosas introduciendo novedades” (Sin embargo, no existe una sola definición que pueda dar cuenta de la complejidad de este término, especialmente cuando se ha aplicado al ámbito de la gestión. Es así como se la ha relacionado con mejoras a nivel organizativo hasta aquellas que van dirigidas a un proceso o producto. En ese sentido, la innovación no es un objeto concreto, se trata de un concepto, o mejor dicho una palabra con las etiquetas de un concepto, en la que no hay un acuerdo común en su definición. Entre las primeras encontramos definiciones como “la innovación se produce con la intención de beneficiar a un individuo, un grupo, una organización o la sociedad entera” (Hosking and Morley, 1991; Hosking and Anderson, 1992) aunque ésta “puede tener un impacto negativo o imprevisto” (Osborne, 1998). Por otra parte, la OCDE la ha definido como “aplicación de una nueva o significativa mejora en un producto (bien y/o servicio) o proceso, un nuevo método de comercialización, o un nuevo método de organización en las prácticas de negocio, lugar de trabajo o en las relaciones externas” (OECD, 2009). Para algunos autores, la innovación exitosa en el sector público consiste en “la creación e implementación de nuevos procesos, productos, servicios y métodos de entrega que dan lugar y se traducen en mejoras significativas en los resultados de eficiencia, eficacia y calidad” (Mulgan y Albury, 2003). Asimismo, para otros la innovación consiste en “hacer algo diferente, de manera deliberada, con el fin de lograr ciertos objetivos o bien, cambios intencionados en el comportamiento, con un objetivo específico en mente. Con el fin de aprender e innovar, los actores deben interactuar con los demás, ya sea en organizaciones o a través de variadas fuentes de información, contacto y aprendizaje compartido” (Koch y Hauknes, 2006). XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 3 De acuerdo con Windrum y Koch (2008), existen diferentes tipos de innovación en el sector público, los que van desde innovaciones y mejoras en procesos hasta aquellos que abarcan decisiones de política pública. En el ámbito de la gestión, ha sido la innovación de tipo conceptual la que ha permitido visualizar nuevos enfoques en torno al rol de los directivos, su incidenciaen los cambios organizativos, así como la incorporación de nuevos valores vinculados a la flexibilidad, la discrecionalidad y la ética. Esta innovación conceptual supone nuevas formas de “entender” el mundo, las que pueden desafiar las visiones que subyacen en bienes/servicios/productos, procesos o formas organizacionales existentes, siendo relevante al establecer una vinculación real entre el problema público a resolver y la racionalidad operativa de las organizaciones (Windrum y Koch, 2008). En este sentido, la función de gestión se asocia a la necesidad de innovar en una serie de mecanismos que den mayor autonomía a la acción de los gestores públicos, donde la antigua forma de entender la gestión pública como un proceso sujeto a minuciosos controles no resulta adecuada, y donde se requiere de una gestión que priorice el resultado por sobre los procesos, identificando espacios de innovaciones efectivas. En aclaraciones de definiciones la palabra Gestión por ejemplo tiene como sinónimos las siguientes palabras acción, encargo, negocio, realización, actividad, tramite y significa hacer los trámites necesarios para lograr algún asunto, administración. La palabra Publica es sinónimo por ejemplo de conocido, divulgado, popular, oficial, legal, nacional, común, muchedumbre y significa notorio, manifiesto visto o sabido por todos. Se puede definir que la Gestión Pública tiene como labor fundamental ocuparse de analizar los objetivos proyectados por las instituciones públicas y transmutarlas en una actividad organizacional pública a través de la planeación, organización, dirección, control y de todas las actividades elaboradas en los niveles y áreas de las instituciones públicas con el propósito de lograr los objetivos con el procedimiento más congruente producidos por las innovaciones continuas a través de la utilidad apropiada de los recursos públicos ( KIRK DOUGLAS ZERILLO GARCIA). 2.- La función de la Administración Pública en el transcurso del Siglo XXI: ¿Es necesaria la Innovación? La administración pública se encuentra en una encrucijada, por una parte, las nuevas tendencias obligan al Estado a disminuir su participación en las economías nacionales (Estado Mínimo), por el otro; aumentar su eficacia y responsabilidad que le encomiendan las demandas ciudadanas, en específico la atención a las políticas sociales. Es decir, se parte de la premisa que un Estado mínimo es un imperativo en nuestros tiempos (entendiéndose a éste como poco interventor en la economía), el cual debe de ser lo suficientemente funcional y legítimo en las actividades que realiza. La primera cuestión tiene una relación directa con el rumbo económico de un país, es decir, los Estados históricamente han asumido el papel de responsables del desarrollo, las nuevas tendencias apuntalan a una rectoría o direccionalidad del mismo, más que a una responsabilidad del propio desarrollo, ya que éste es generado a través del sector productivo. Precisamente, la funcionalidad del Estado es lo que está en debate en este primer punto. Por otra parte, es necesario identificar los cambios que afectan a los gobiernos para poder aproximarse a las variables organizacionales que inciden en la gestión pública. La década de los 90, en la administración pública bien podríamos denominarla como la era de la "incertidumbre institucionalizada". XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 4 La incertidumbre en las organizaciones ha sido detonada por cuatro grandes cambios a nivel internacional, mismos que han transformado el perfil de los Estados: a. El triunfo del neoliberalismo como corriente ideológica. b. La caída de los regímenes comunistas. c. La experiencia de los Ajustes Estructurales. d. El ascenso de los movimientos Democráticos. a) El triunfo del neoliberalismo: El triunfo del llamado neoliberalismo en el proceso de instrumentación y formulación de políticas económicas ha readecuado la correlación de fuerzas. Con ello, los valores del liberalismo de occidente han triunfado sobre las demás corrientes económicas. La adopción y exportación de las ideas del Estado mínimo ha provocado una relativa homogeneización de las economías capitalistas. La apertura de las fronteras ha provocado que las naciones flexibilicen y redefinan los límites del control político sobre el flujo comercial. La conformación de bloques comerciales ha provocado no solo el intercambio de bienes y servicios, sino el de ideas; éstas no menos importantes que los anteriores. Existe una máxima en las tesis comerciales: a mayor apertura comercial, mayores las posibilidades de que los Estados transformen sus estructuras. De tal forma que, la administración pública no puede pasar por alto la necesidad de cambio en la llamada globalización de la economía. Esta ha acelerado el cambio organizacional, aunque con un referente ideológico llamado neoliberalismo. b) La caída de los regímenes comunistas: Este acontecimiento ha mostrado un panorama novedoso en el campo de las relaciones internacionales, así como el papel que desempeñan las estructuras de poder de los Estados Nación. La caída del comunismo es reforzada por el triunfo del neoliberalismo como idea fuerza. El debatido análisis realizado por Fukuyama, en el "fin de la historia" ha provocado un cambio en la concepción ideológica del estado. La tesis de Fukuyama radica en que la historia ha tenido como motor (siguiendo el análisis de Hegel) la dialéctica en el mundo de las ideas. Es decir, las ideas deben de estar en pugna para que éstas permitan ser el motor de la historia. En este sentido, Fukuyama argumenta que si las ideas que sustentaban el comunismo (llámese marxismo en sus diferentes espectros), han sido derrocadas por la imperiosa realidad (liderada por el capitalismo), al acabar las ideas del comunismo, el capitalismo triunfa y así se llega a un fin de la historia, en el cuál los valores occidentales han triunfado. Es decir, es la hora del capitalismo y liberalismo. El impacto que ha traído la caída del comunismo, ha provocado que la administración de los Estados tenga como eje rector precisamente el triunfo "inevitable" del capitalismo, por lo que el Estado deja el paso al mercado, para no caer en las experiencias presentadas por el ex-bloque comunista. No obstante del análisis hecho por Fukuyama, es importante mencionar que difícilmente podemos evaluar cuál ha sido el impacto de la caída del comunismo, ya que aún estamos en un período relativamente corto para hacer una evaluación del mismo. El carácter de la administración pública, podrá ir determinando las tendencias de esta situación. c) La Experiencia de los Ajustes Estructurales: En la década de los 80, vivimos la caída de las tesis que sustentaban que un Estado partícipe en la economía, podía generar el desarrollo. El modelo se agotó y con ello se recurrió a la implementación del llamado ajuste estructural, no solo en México sino en todos los países en desarrollo, como requisito para que el mercado sea funcional en los países. El ajuste estructural, presenta tres vertientes que afectan el funcionamiento de la administración pública: 1. Apertura Comercial. 2. Saneamiento de las Finanzas Públicas. XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 5 3. Reestructuración del sector estatal. Las tres vertientes han sido implementadas en México. Los resultados son notorios. En el primer punto, tenemos que México pasó de ser una de las economías más cerradas (cerradas al flujo comercial externo) en 1983, a una de las más abiertas para principios de los noventa. Las tasas de aranceles a la importación se redujeron de un 100% a un máximo a un 11% en promedio. Con ello,la apertura comenzó un camino que aún no cesa. La apertura no sólo se ha limitado al campo de los bienes y servicios, sino que a los flujos del mercado de dinero. La apertura comercial, obligó a las instituciones públicas a readecuar mecanismos, el caso más notorio es la reciente autonomía del Banco de México respecto al Estado. En el caso del comercio están las adecuaciones a la legislación en materia de inversión extranjera. Para los 90, se hace claro el objetivo de lograr un mejoramiento del comercio nacional (Lustig, 1994). El saneamiento de las finanzas públicas, ha provocado que los gastos del Estado hayan sufrido una serie de readecuaciones en el entorno macroeconómico. Las más importantes comenzaron en la administración del Presidente De la Madrid (1982-1988), cuando éste anunció la disminución del gasto corriente en un 4% en promedio a principios de 1986. La disminución del gasto público ha provocado que en ciertas áreas de la sociedad se presente un impacto a veces no tan favorable para la comunidad. El principio de exclusión (del mercado) se ha concretizado en esta situación. Por lo que se refiere a los ingresos públicos, la administración fiscal logró aumentar la base gravable, adecuar las tasas impositivas y ajustar el precio de las tarifas de los servicios públicos, lo que ha ocasionado una disminución gradual de los subsidios. La disminución o cancelación de subsidios dudosos ha generado un ahorro en el erario público, aunque distribuyéndose el costo en los ingresos familiares. No es secreto alguno que en la década pasada y en la actual se detonen más rápido los índices de pobreza extrema. Por lo que se refiere a la reestructuración del sector estatal, las entidades públicas comenzaron a presenciar el fenómeno de las desincorporaciones. Estas se han dado en cuatro vertientes: a. Transferencia. b. Liquidación. c. Fusión. d. Venta. d) El ascenso de los movimientos democráticos: La década de los años 80 también se ha caracterizado por la llegada de la tercera ola democrática en el mundo. Efectivamente, en América Latina (AL) se vivió un proceso de desmilitarización muchas veces acompañado por el ascenso de regímenes democráticos. Es la hora de la democracia. Los movimientos pro-democráticos han tenido un notable impacto en las gestiones públicas de AL. Los funcionarios públicos han aprendido que cualquier política pública hecha al margen de la ciudadanía, está altamente condicionada a su fracaso. Este hecho ha complejizado la formulación de las políticas públicas, puesto que la participación de la ciudadanía en los procesos decisorios requiere de canales de comunicación institucionales. Esto se puede lograr a través de la creación de estructuras ad hoc, que sean flexibles, adaptable y con alto dinamismo participativo. En otras palabras, innovación. Con los procesos de democratización por ejemplo en México, se ha puesto de manifiesto también una crisis de legitimidad en las estructuras administrativas. A mayor democracia, mayores son los cambios que presentan la economía de un país, puesto que la democracia no sólo representa una redistribución XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 6 del poder político, sino que una readecuación del poder económico. Democracia y crecimiento económico están ampliamente ligados. Por ejemplo en México, las gestiones públicas han presenciado una interesante interacción de diferentes agentes políticos. La llegada a las administraciones estatales y municipales de partidos de oposición ha dinamizado la participación ciudadana. Con ello, la función pública ha adquirido un carácter más plural, abierto y dinámico de la función pública, al menos en el sentido electoral. Sin embargo, para la propia funcionalidad de la gestión pública, se requiere de un proceso de democratización más allá del sufragio. La administración pública y su gestión también ha tenido un cambio considerable en la última década, en gran medida los cambios han obedecido tanto a variables endógenas como exógenas. Con ello, el perfil de la administración pública, necesariamente ha provocado una redefinición de su estructura como funcionamiento para hacer frente a los retos que anteriormente mencionamos. Ante los cuatro cambios sucedidos a nivel mundial, queda de manifiesto la necesidad de innovar las gestiones públicas. Con ello, se presenta como análisis tentativo la revisión tanto de las estructuras administrativas, como de la función y operación de las mismas. Dos planos diferentes aunque con un mismo objetivo. 3.- Nuevas formas de Gestión Pública en diferentes países de nuestra región El cambio organizacional es una de las características que ha ido definiendo a nuestra era. El estudio de las organizaciones públicas y su presencia ante la sociedad ha adquirido un renovado interés. En especial en aquellos países que son más vulnerables a los cambios internacionales. El cambio y la complejidad organizacional, -no sería aventurado afirmarlo- es signo de nuestros tiempos. Desde diversas ópticas se habla de la modernización de la administración pública, con la premisa del conflicto inherente en las organizaciones. Sin embargo, es necesario determinar cuáles son los puntos referenciales que originan el cambio. A juicio de Cabrero (1995), se puede tener como punto de partida, tres categorías de análisis: la eficiencia, eficacia y la legitimidad. 1) La eficiencia demanda el uso racional de los recursos materiales y financieros, su prudente y más óptima colocación en las economías bajo criterios cuantificables y claramente expresos. En la administración pública, la eficiencia se demanda en los niveles operativos. Cabrero, señala que la eficiencia, requiere de una modernización de la tecnología administrativa a nivel operativo. En este sentido, el cambio organizacional tiene como criterios los procesos decisorios bajo canones cuantificables, claros y explícitos. La inmediata resolución de los procesos administrativos surge en este nivel jerárquico, por lo que su principal preocupación es la maximización de los recursos disponibles. La maximización de los recursos es una de las partes fundamentales en las teorías económicas de la democracia, tal es el caso de los análisis de Schumpeter, Downs, entre otros. La situación es más demandante en nuestros días puesto que la crisis económica, obliga a un uso adecuado de los recursos, haciendo que los criterios eficientistas tengan altas posibilidades de subordinar a otros. En este sentido, los funcionarios de este nivel jerárquico requieren de técnicas administrativas claras y de impacto inmediato. Así, la instrumentación de las mismas tiene como referente temporal, el corto plazo. 2) La Eficacia, está dedicada al nivel medio de la administración pública. Aquí, la preocupación radica en la funcionalidad y calidad del aparato público. La eficacia es eje sustantivo del cambio XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 7 organizacional. Las técnicas administrativas y su eventual modernización están enfocadas a su funcionalidad. La eficacia demanda que los procesos administrativos respondan a los objetivos de la propia organización. Dentro de los estudios que más se han destacado en este punto, están los elaborados por Nioche (1982) y Pettigrew (1979). Ambos autores, bajo ópticas diferentes, hacen especial énfasis en el proceso administrativo, su necesidad de ser funcional y sobre todo, la importancia del factor humano en la función de las organizaciones. La importancia del factor humano en el ámbito de la eficacia es muy peculiar, puesto que comprende la coordinación entre el nivel operativo y estratégico de las organizaciones. Lacoordinación se desarrolla en dos vertientes: la parte meramente administrativa y la parte política. En la primera, el criterio estriba en la lógica interna de la organización, en el segundo, la dimensión política subyace en la organización y su entorno, en este caso la estructura política que dio origen a la organización y que afecta en sus insumos bajo una perspectiva sistémica. 3) La Legitimidad, esta comprende varias vertientes. En primera instancia, la capacidad de respuesta de la organización como un todo ante un medio ambiente turbulento, no exento de las vicisitudes político-ideológicas. La legitimidad, en la lógica organizacional, tiene sus raíces en los trabajos del sociólogo alemán Weber, aunque su extensión va más allá de la mera expresión metodológica Weberiana. Es decir, el medio ambiente y su relación con la organización es el puente en el que la legitimidad se sustenta. La legitimidad, tampoco se limita a las teorías de la democracia y su voto, sino más bien al accionar cotidiano que la organización pública hace frente a su sociedad. La crisis de legitimidad es una característica que impera en las organizaciones públicas. Con ella, los organismos de la administración pública, han tenido una limitación muy importante en sus gestiones. Tal vez no sea reiterativo señalar que Claus Offe (1990), haya sido uno de los tantos exponentes en mencionar esto como característica del Estado Benefactor, o tal vez como lo señala Bell, es parte de las contradicciones culturales del capitalismo en el Estado de Bienestar. Los individuos preocupados por la legitimidad -a decir de Cabrero- se localizan en el más alto nivel jerárquico de las gestiones públicas: el llamado funcionario estratega. Estos servidores son los que en su mayoría se rigen más bajo canones de camarillas de poder y han tenido experiencias electorales. La eficiencia y la eficacia son criterios típicos del sistema tecnocrático (García Pelayo, 1988). Los sistemas administrativos -bajo el enfoque tecnocrático- responden a la producción de bienes y servicios. En cambio, el enfoque político, corresponde a los sistemas administrativos necesarios para equilibrar o legitimar la distribución de costos y beneficios. Las dos visiones, tienen sus peculiaridades y fines, aunque si se busca una innovación integral de las organizaciones, se deben de incluir ambos enfoques. En este sentido, surge la idea del llamado funcionario estratega. El funcionario estratega busca trazar los puentes más apropiados entre el medio ambiente y la organización, es decir la funcionalidad, va más allá de las propias estructuras administrativas de la organización. La preocupación estriba en la direccionalidad de la organización, por ello las actividades del funcionario estratega son más las de un catalizador del cambio. El reconocimiento de que el origen de los cambios en el sector público nace de la ciudadanía, mas no del funcionario, es un prerrequisito necesario. En este sentido, el cambio se gesta en la población para ser catalizado en las estructuras administrativas, a través del funcionario estratega. Así, podemos afirmar que cuando la legitimidad se encuentra amenazada, ésta tiene como referente tanto la percepción del contexto como la propia dinámica organizacional dentro de la modernización administrativa. XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 8 Los cambios organizacionales entre los funcionarios estrategas, se fundamentan en la propia vida de la organización, es decir, la supervivencia es uno de los principales motivos del cambio en este nivel jerárquico (Cabrero, 1995). La supervivencia de la organización estriba es producto de dos aspectos: Complejidad e innovación. En la complejidad, se puede destacar al menos dos vertientes: al interior de la organización y al exterior. Para el funcionario estratega su objetivo de análisis se localiza en la complejidad al exterior. Los procesos de democratización han mostrado y sintetizado esta situación en la década de los 90. No hay aparato público que goce de una mayor aura legitimadora que las democracias, aún cuando el accionar de la administración pública deje mucho que desear. El simple hecho de que un gobierno sea democrático tiene a priori mayor legitimidad aún sin saber su capacidad gestora. Cabe señalar que la complejidad al interior de la organización, únicamente se localiza entre los funcionarios, coordinadores y operativos. Cabrero señala que es muy importante distinguir el origen y las formas en las que se da el cambio organizacional en dichos niveles. Una de las formas de gestión que mayor auge ha ocupado en los últimos años en los países de nuestra región es el denominado uso de las políticas públicas. Las políticas públicas son las ciencias más acabadas de la ciencia política y de los enfoques de la administración pública. Es el puente entre el eterno divorcio de la ciencia política y la administración pública. El uso de las políticas públicas permite coordinar el trabajo entre los tres niveles de funcionarios gubernamentales. Es decir, los operativos, los coordinadores y los estrategas. Por otra parte, el uso de las políticas públicas permite minimizar la problemática existente dentro de las propias organizaciones además de que permite definir cuál es su origen, su instrumentación, su control y eventual evaluación. En la gestión pública las formas y usos de la política pública varían de acuerdo a la dinámica interna de la organización, tanto como al medio ambiente. Tal vez sea interesante señalar, la necesidad de identificar qué instrumentos utiliza el gobierno al momento de implementar una política pública. Peters (1993), señala que uno de los vacíos existentes en el estudio de la política pública es precisamente la identificación de los instrumentos del gobierno. Su estudio podría identificar los mecanismos de respuesta que cuentan los gobiernos ante determinadas situaciones. La desregulación o desreglamentación comprende la capacidad de respuesta funcional en el proceso administrativo, la flexibilidad en las categorías organizacionales y el uso adecuado de recursos técnicos-administrativos necesarios. Al hablar de flexibilidad forzosamente se desarrolla una pugna ente la racionalidad de los procesos burocráticos con la flexibilidad en la innovación, es decir, nos encontramos ante la crítica de las teorías organizacionales que consideraban racional el uso de los sistemas administrativos, por lo que la no racionalidad se convierte en un novedoso enfoque de la teoría de la organización de la administración pública. Esta situación ha sido un debate añejo. Por un lado se encuentra la racionalidad propia del sistema burocrático versus al sistema organizacional paralelo a éste. 4.- Características mínimas para generar el cambio en la Gestión Pública Para generar cambios en la Gestión Pública se requieren de ciertos requisitos mínimos necesarios para gestar el cambio. Es decir, surge la pregunta obligada, ¿qué se requiere para lograr el cambio organizacional?, ¿cuándo y cómo hacerlo? Para ello el análisis del aparato público y de su marco de actuación es determinante. El marco de actuación de la administración pública, no se limita al proceso administrativo sino que incluye la XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 9 llamada reforma del estado. De hecho, el cambio administrativo para que sea exitoso debe de ser producto de la reforma del Estado. El estudio por definición será temporal. Esta tiene como vertiente la revisión del perfil de la administración pública, tanto en sus insumos como en su proceso y en su resultado. Es necesario considerar los límites de acción de la actividad públicay de la actividad privada. Para ello, hemos dividido en varias fases la gestación del cambio organizacional en la administración pública. a) El origen del cambio.- En este primer punto se requiere reconocer con claridad, cual es el origen que provoca un desajuste en la actividad pública. Para ello, se sugieren siete criterios de análisis. El primer criterio es el del realismo, el cual comprende una clara identificación del origen del cambio. En segundo término, tenemos la selectividad, la cual hace énfasis en la selección y depuración del origen del cambio. El énfasis en los resultados (eventuales) permite identificar las tendencias de la gestión pública (aunque no su origen), así como la necesidad de incluir mayor pragmatismo en las mismas. El cuarto criterio, se refiere al reconocimiento de la heterogeneidad. La diversidad es punto de partida imprescindible en la identificación del cambio, este se acentúa con la llamada globalización de la economía. El quinto criterio es el de la autonomía y descentralización con responsabilidad. En éste, se reconoce que el cambio no sólo tiene su origen en la propia gestión pública, sino que también dentro de las esferas sociales, cualquiera que sea el ámbito territorial en el que se encuentre inmerso. El sexto criterio es de la flexibilidad, en el cual no sólo se requiere ser flexible en los procesos administrativos, sino en la identificación y reconocimiento del cambio. El último criterio, es el de la transparencia. Este permite incrementar la eficacia y la eficiencia en la gestión pública, tal y como lo señala Cabrero. La flexibilidad tiene una connotación especial en la administración pública, puesto que una de las características que presenta la administración pública es la rigidez en sus procesos. b) Canalización del cambio.- Teniendo como marco teórico el enfoque de sistemas, la canalización del cambio se ubica en la llamada "caja negra" o procesador del sistema. Es decir, nos encontramos dentro del proceso decisorio de la administración pública. La canalización del cambio puede desarrollarse a través del funcionario estratega. Este funcionario "tipo" es el catalizador entre el contexto y la organización, con el auxilio del funcionario coordinador, la canalización del cambio puede encontrar los canales institucionales necesarios para su óptima locación. La flexibilidad y el realismo son criterios necesarios en esta fase. Uno de los ejemplos que mayormente ilustran la necesidad de canalizar el cambio en la nueva gestión pública, lo ejemplifica la participación ciudadana. Las comunidades han comenzado a demandar una mayor responsabilidad de los funcionarios en el accionar público. En este punto es necesario determinar la forma cómo se debe abordar la relación gobierno - sociedad. Es decir, bajo qué parámetros estudiarla en el proceso de la canalización del cambio. Uno de los modelos más usados ha sido el de la interdisciplinariedad (Mainzer, 1994). Este concepto ha permitido que la administración pública sea vista como una disciplina integral, no exclusiva ni definitiva, aunque no sea del todo comprehensivo. Es decir, la propia disciplina por su definición reconoce la necesidad del cambio. La forma en la que se canaliza éste requiere precisamente de la interdisciplinariedad. Los círculos académicos han identificado esta situación, aunque entre los funcionarios, aún se rigen por criterios más rígidos y estructurados. Dentro de esta canalización del cambio nos encontramos con la necesidad de encontrar un esquema metodológico que incorpore por lo menos seis criterios. El propósito, la validez, el impacto (comprobación de la teoría), impacto-causalidad, importancia y desarrollo de la misma. Estos criterios no son excluyentes, ni definitivos pero son los mínimos necesarios para este punto en la gestación del cambio. XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 10 c) Instrumentación del cambio.- Una vez localizada la canalización del cambio, se requiere implementar el mismo. Para ello, se requiere definir el enfoque público institucional del proceso gerencial. La gerencia representa el punto nodal y eje rector de la implementación del cambio (Cabrero, 1995). Diversas características pueden definir el proceso gerencial: 1. Regularidad.- Esta se refiere al sentido de la recurrencia y de la tarea o función desarrollada. 2. Ciclos de actividad.- Son las rutinas y subrutinas y las expectativas en la forma como se dan las actividades que enmarcan el proceso gerencial. 3. Interacción.- La gente, con su particular lectura de la tarea o función, la misión de la organización, la agenda personal y el medio ambiente, que juntos vienen a desarrollar sus respectivas tareas y funciones. 4. Resultado orientado.- Algunos resultados y/o productos se identifican con el proceso gerencial, por ejemplo, la documentación presupuestal, la acción de personal, la regulación, entre otros. En la instrumentación del cambio se requiere la formalización de las políticas públicas en cuanto a sus iniciativas se refiere. No hay que olvidar que el cambio tiene mucho de iniciativa. En la instrumentación se requiere que el proceso de toma de decisiones sea orientado bajo criterios eficientistas, con la coordinación y estrategia de la propia misión organizacional. Las decisiones, al ser orientadas bajo un criterio de eficiencia, requieren ser cuantificadas bajo la identificación de objetivos precisos. En un proceso ex-post de la instrumentación del cambio se requiere un proceso de consulta rutinario, respecto a la calidad de la gestión pública. Es decir, el aparato público requiere operar e instrumentar el cambio con el pleno equilibrio y reconocimiento de las demandas sociales. d) Hacia la innovación.- El cambio, no se limita a una serie de adopción de políticas o tareas diversas, sino que requiere que estas superen a las que actualmente existen. La innovación comprende aspectos tales como, una mejoría en la coordinación tanto entre las unidades administrativas a nivel horizontal y vertical. La coordinación permite una mejoría en la jerarquización de la gestión pública. Otro punto (dentro de la innovación) es la descentralización y desconcentración. En algunos casos, ambas políticas han adquirido mayor relevancia desde la década de los ochenta. Ambas políticas responden tanto a criterios administrativos como político-institucionales. En los primeros, se encuentra el fortalecimiento de las gestiones locales con una elevada participación ciudadana (Lahera, 1994). El fortalecimiento regional incluye cuatro grandes vertientes: a. Fortalecimiento de la gestión pública. b. Fortalecimiento de los servicios públicos. c. Fortalecimiento de las finanzas locales. d. Fomento en la participación ciudadana. Los cuatro puntos anteriores sirven como ejes rectores en las políticas de descentralización y desconcentración. Tal vez no sea reiterativo señalar, que el fortalecimiento de las gestiones públicas locales es el punto de partida en la innovación. Para ello, se requiere delegar mayores facultades, funciones y tecnologías administrativas. En algunos países de la región, han comenzado a gestarse gobiernos locales XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 11 innovadores, estos definidos por su adaptabilidad, flexibilidad y óptimo funcionamiento en el servicio público. En el proceso de la innovación, se requiere un mejoramiento en la gestión de los recursos humanos. Para ello son tres las líneas de acción: Capacitación, remuneración y relaciones laborales. Por lo que se refiere a la capacitación, las técnicas gerenciales permiten innovar el perfil de la actividad pública, así como fortalecersus cuadros estratégicos, coordinadores y operativos. Sin embargo, para lograr una óptima capacitación se requiere de un diagnóstico integral y sistematizado del quehacer típico del funcionario. En cuanto a las remuneraciones se refiere, ha sido un problema añejo la falta de sueldos y salarios óptimos para el personal público. Como se dijo anteriormente, la experiencia de los ajustes estructurales tuvieron un impacto negativo en el gasto público, sobre todo en el gasto corriente. Para lograr una óptima remuneración no sólo se requiere incrementar el ingreso personal sino que diferencie y catalogue el desempeño de las actividades en el sector público. El contexto en el que se encuentra inmerso nuestro país, obliga a un replanteamiento de este punto. Por último, las relaciones laborales, requieren un mejoramiento en los sistemas de información existentes. En nuestra década el uso y la importancia de la información serán determinantes en el desempeño de la gestión pública. En este punto en particular, se requiere una política integral para su mejoramiento. Dentro de las características mínimas señaladas en la innovación, es importante reconocer que la innovación es un medio para mejorar el desarrollo de la administración pública, es decir, el desarrollo es el fin a alcanzar en las innovaciones administrativas (Ospina, 1993). 5.- La introducción de la Gestión por Resultados en la Innovación de la Gestión Pública: Aspectos Conceptuales En términos conceptuales, la gestión por resultados no goza aún de una definición consensuada, si bien es asumida por los expertos como la herramienta más adecuada para responder a los retos impuestos por un entorno cada vez más turbulento y para mejorar la calidad, eficiencia y eficacia de los servicios públicos. En ese sentido, una revisión de la literatura existente respecto de la gestión por resultados da cuenta de las diferentes concepciones existentes así como de los esfuerzos realizados por diferentes organismos por entregar claridad sobre el término. Por otra parte, como señala Sanín, es común encontrar el uso indistinto de conceptos como gestión del desempeño, gestión por resultados, gestión para resultados, evaluación del desempeño, evaluación de resultados, sin una clara diferenciación (Sanín Angel, 1999). En la literatura anglosajona se mezclan términos como performance management, governing for results, managament results, entre otros. Entre las principales definiciones podemos encontrar la entregada por la OCDE (1995), la que entiende que la gestión por resultados (performance management) cubre la información empresarial de gestión, la información de rendimiento, evaluación, monitoreo del desempeño, la evaluación y el rendimiento. En el contexto de la nueva tendencia de desempeño. Sin embargo, la definición más estricta es un ciclo de manejo bajo los que los objetivos del programa y metas de desempeño se determinan, los administradores tienen la flexibilidad para su realización, el rendimiento actual es evaluado y comunicado, y esta información se alimenta en las decisiones sobre financiación de programas, diseño, operaciones y recompensas o sanciones” (OCDE, 1995). Por su parte, el PNUD (2002) define la gestión basada en resultados (results based management) como “una estrategia de gestión o el enfoque de una organización que asegura que los procesos excelente, XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 12 productos y servicios contribuyen a la consecución de los resultados claramente. La Gestión basada en resultados proporciona un marco coherente para la planificación estratégica y la gestión mediante la mejora de aprendizaje y rendición de cuentas. También es una estrategia general de gestión encaminadas a lograr cambios importantes en la forma en que funcionan los organismos, con la mejora del rendimiento y los resultados de logro de la orientación de la central, por la definición de resultados esperados realistas, monitorear el progreso hacia el logro de resultados esperados, la integración de las lecciones aprendidas en las decisiones sobre los informes de gestión y el rendimiento” (PNUD, 2002). Moynihan y Wallace, definen la gestión por resultados (managing for results) como “que los objetivos de septiembre de sistemas directos de los gestores públicos para centrarse en el logro de metas y proporcionar información sobre el nivel de éxito al hacerlo. En la mente de los directivos, se crea una conciencia general de la actuación a la meta hacia la cual los procesos se dirigen” (Moynihan y Wallace, 2005). El Gobierno de Canadá, específicamente en documentos elaborados por Secretariat du Conseil du tresor, define la gestión por resultados (gestion axée sur les résultats) como “enfoque de gestión basado en resultados medibles que satisfagan los objetivos y metas previamente definidas sobre la base de los servicios que se presten. Su ejercicio se realiza en un contexto de transparencia, la rendición de cuentas y la flexibilidad en los medios utilizados para lograr los resultados que se refiere” (2002, en web). Entiende, además, que la gestión por resultados supone: 1. Un cambio en la cultura organizativa a partir de la consideración de las expectativas ciudadanas; 2. Hacer hincapié sobre los resultados más que sobre las normas y reglas; 3. Responsabilizar y movilizar a todos los niveles de la Administración pública, reduciendo las normas de gestión y favoreciendo una mayor transparencia; 4. Medir los resultados con ayuda de indicadores adecuados; 5. Proporcionar a los directivos públicos un marco de gestión claro, reconocido y apoyado por las autoridades políticas. CEPAL (1998) define la gestión por resultados como “Priorización del logro de los objetivos estratégicos generales y específicos en el proceso de gestión de los recursos públicos”. Sonia Ospina (2006) la define como “una orientación gerencial que promueve e incentiva el interés de un grupo de trabajo para que su trabajo se oriente a generar resultados concretos”. El Glosario editado por la OCDE en el año 2002, define la gestión por resultados (en su versión en castellano) como “Estrategia de gestión que se centra en el desempeño y el logro de productos, efectos e impacto”. Si bien la falta de una definición conceptual respecto de lo que se entiende por gestión por resultados, la experiencia denota que cada país, e incluso algunos sectores dentro del gobierno de cada país, han realizado esfuerzos por operativizar la gestión por resultados desde su vertiente teórica y conformar así una herramienta de gestión útil a los directivos públicos que les permita ejercer su “derecho a gestionar”. En ese sentido, los países que han optado por la gestión por resultados han descubierto que es un cambio muy difícil de lograr, que nunca se acierta la primera vez, y que ha resultado ser mucho más duro de lo previsto en muchos casos. Han subrayado que es preciso considerarlo un proceso a largo plazo, con beneficios también a largo plazo (Perrin, 2006). Es así como la gestión por resultados no se ha constituido en un modelo que se aplica de manera predeterminada por las distintas administraciones públicas, utilizando las mismas técnicas y visiones, sino que la experiencia muestra la existencia de distintas miradas a la gestión por resultados y a su XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 13 implementación, donde las opciones dependerán de las herramientas priorizadas, del contexto político, social y económico de cada país y de los objetivos perseguidos (Makón, 2000). 5.1.- La Gestión por Resultados: Aspectos Metodológicos Si bien desde hace más de una década que las organizaciones públicas hancomenzado a adoptar la gestión por resultados, donde la obtención del mejor resultado se torna clave, aún existen imprecisiones en su aplicación derivadas, en gran parte, de la falta de indefinición conceptual que la ha caracterizado, y a la que hacíamos mención en el apartado anterior. Efectivamente, la posibilidad de vincular la gestión por resultados a los asuntos públicos y a la realidad pública, de ligar el Estado, Gobierno, Gestión Pública discurso y la implementación, no es un tema sencillo y da cuenta de la complejidad del sistema administrativo público (Emery, 2000). Más aún cuando, en el ámbito de aplicación de la gestión por resultados, nos encontramos con diferencias que responden, como señalábamos anteriormente, a diferentes contextos y necesidades. Algunos estudios dan muestra de que, en países donde se han realizado esfuerzos por implementar la gestión por resultados, los propios directivos tienen concepciones diferentes respecto de lo que implica dicha gestión. Los gestores públicos utilizan a menudo las mismas palabras sin que, necesariamente, tengan el mismo sentido. Proulx y Machiavelli (2000) señalan que las percepciones de los directivos públicos cambian según la nacionalidad y las variables culturales nacionales, las que determinan una comprensión particular de la gestión por resultados. En ese sentido, las diferencias entre nacionalidades implican diferencias de percepción por parte de los gestores públicos con relación a su medio ambiente y con relación a las cuestiones vinculadas a los temas de la gestión, como sucede con la gestión por resultados (Proulx y Machiavelli, 2000). En la mayoría de los países, la gestión por resultados ha estado asociada a proyectos de modernización o de reforma administrativa, vista como una herramienta que permite mejorar la eficiencia y eficacia en el accionar de las administraciones públicas. Asimismo, en la práctica, la gestión por resultados aparece asociada a otras herramientas, como la planificación estratégica, la rendición de cuentas, la mejora en los procesos presupuestarios, pues, como herramienta integradora, supone que se elija favorecer los resultados más que los procesos y el cumplimiento de procedimientos formales, lo que implica sobre todo precisar los objetivos que deben lograrse (Merrien, 1999). Al revisar experiencias de algunos países, Martin y Jobin (2004) señalan que la gestión por resultados comparte más o menos los mismos componentes. En ese sentido, en Canadá se realiza un ejercicio de planificación estratégica, el que se traduce luego a planes operativos y a programas, donde los resultados obtenidos son utilizados para la rendición de cuentas. Finalmente, estos resultados se analizan e interpretan para introducir correcciones en el mismo proceso de gestión (Proulx y Machiavelli, 2000). En el caso de Argentina por ejemplo, según señala Makón (2000), el impacto esperado de la gestión por resultados son organizaciones públicas con capacidades instaladas capaces de suscribir y sustentar los compromisos que surgen de la firma de los Acuerdos-Programa con la Jefatura de Gabinete de Ministros, en el marco de la Ley No. 25.152, instrumento que establece una relación explícita entre el cumplimiento de las metas y objetivos institucionales y flexibilidades en el manejo y asignación de recursos. La sustentabilidad de los compromisos queda reflejada en los acuerdos intra institucionales, Compromisos de Resultados de Gestión, que vinculan a la Alta Dirección de los organismos y sus gerencias operativas (Makón, 2000). En términos normativos, el Decreto 928/96 ya intentaba sentar algunas de las bases de un modelo de gestión por resultados, estableciendo la obligatoriedad para los XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 14 Organismo Descentralizados de diseñar Planes Estratégicos y mencionando un “nuevo rol” del Estado orientado al ciudadano, a la medición de resultados y a la jerarquización y participación de los recursos humanos (Makón, 2000). En el caso chileno, durante los últimos años como parte de un conjunto más amplio de iniciativas de mejoramiento de la gestión pública, la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda ha desarrollado e introducido en el proceso presupuestario diferentes instrumentos con el objeto de hacer más transparente y mejorar el análisis y formulación del presupuesto público, orientándolo cada vez más según el desempeño de sus diferentes acciones, programas o proyectos. En particular, a partir del año 2000, considerando los avances y experiencia de años anteriores en la implementación de instrumentos de evaluación y gestión, la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda inició la implementación de un sistema de control de gestión. Este tiene por objeto contribuir a la eficiencia de la asignación de los recursos públicos a los diferentes programas, proyectos e instituciones, propiciando además una mejor gestión de éstas. Lo anterior ha permitido disponer de un modelo de evaluación y seguimiento del desempeño de la gestión presupuestaria, incorporando los conceptos de presupuesto por resultados en las diferentes fases del proceso presupuestario, retroalimentando el ciclo de toma de decisiones (Guzmán, 2005). En algunos países como Brasil, Alemania o Irlanda, el foco de atención principal para implementar la gestión por resultados se ha centrado en los procesos presupuestarios. En otros países, entre los que se puede incluir Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia, existe un énfasis en el monitoreo de actividades y outputs. Por otra parte, Australia, Estados Unidos y el Reino Unido están comprometidos tanto con el monitoreo de los outputs como en la evaluación de los outcomes. Finalmente, la Unión Europea como tal, y España, en alguna medida, están intentando incrementar sus capacidades para la evaluación de las políticas y los outcomes y los servicios públicos, sin necesariamente trabajar a través de un proceso de indicadores de outputs (Ruffner, 2002). Sin duda que el caso más paradigmático de implementación de la gestión por resultados ha sido el de Francia, donde a partir de la Ley Orgánica de las Finanzas (LOLF) del 1 de agosto de 2001, se ha iniciado una reforma profunda al sistema presupuestario del Estado francés, pues se trata de una transformación completa no sólo de las normas presupuestarias y contables del Estado, sino que implica reformas importantes para las administraciones públicas y para el parlamento. En ese sentido, la puesta en marcha de la LOLF (también conocida como “Constitución Financiera”, por el alcance de sus propuestas), ha representado un reto considerable para el Estado: nuevos presupuestos ministeriales, una nueva contabilidad, nuevos métodos de gestión, nuevos sistemas de información, nuevas atribuciones para el parlamento. De esta forma, el conjunto de las administraciones públicas, los órganos jurisdiccionales de control y las asambleas parlamentarias se encuentran comprometidas a trabajar de forma conjunta para procurar alcanzar el éxito esperado en la implementación de la LOLF (web Ministerio de Economía, finanzas e Industria, 2005). A través de un proceso de planificación estratégica, el sistema presupuestario se estructura en misiones, programas y acciones, donde las misiones incluyen «un conjunto de programas que contribuyen a una política pública definida» y que están incluidas «en uno o más servicios, correspondientes a uno o más Ministerios”. Los programas constituyen la división operativa del presupuesto y que entrega amplias libertades a los gestores públicos para cumplir los objetivos que se les fijaron. Tendrán, en efecto, la facultad de utilizar libremente los créditos en la dotación fijada por el Parlamento, a reserva de no XXVII Concursodel CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 15 sobrepasar el importe previsto para los gastos de personal y el límite máximo ministerial fijado para las autorizaciones de empleos (Comité Interministerial, 2004). En definitiva, la revisión anterior da cuenta de que la implementación práctica de la gestión por resultados es coherente con la diversidad conceptual existente, donde existen diferentes orientaciones y énfasis dependiendo del entorno, y donde podemos verificar que algunos gobiernos han utilizado aportes de la planificación estratégica, la rendición de cuentas, la evaluación del desempeño directivo y la gestión de incentivos, la orientación al outcome, la orientación al output, la orientación a la eficiencia, entre otros. Esta diversidad de enfoques puede deberse a que aún no existe claridad respecto de los elementos centrales de la gestión por resultados, junto con la complejidad que supone la propia implementación en el ámbito de la administración pública. En el marco de estos cambios y de la implementación de la gestión por resultados, la OCDE señala que los directivos públicos han debido asumir nuevos roles y que diferentes países han debido implementar nuevas estructuras, adoptar nuevas reglas y criterios para adecuarse a los nuevos desafíos de la dirección pública (OCDE, 1997). Sin embargo, de la revisión teórica y experiencial podemos señalar que la gestión por resultados, con diferentes matices, es entendida como una herramienta que conduce a las administraciones que la adoptan a la priorización del resultado, permitiendo a los directivos públicos conocer y actuar sobre todos aquellos aspectos que afectan a los resultados de sus organizaciones, pues no debemos perder de vista que es en el ámbito de las organizaciones, con fronteras delimitadas, donde se lleva a cabo la puesta en ejecución de la gestión por resultados, definida, muchas veces, como una aspiración desde los niveles políticos. La implementación de un enfoque centrado en los resultados representa un cambio fundamental en la manera de pensar, actuar y administrar dentro del sector público, pues la atención ya no se centra en el proceso y en lo que es preciso hacer, sino que se centra en los beneficios (Perrin, 2006). Esto a su vez tiene consecuencias para muchos otros aspectos de la gestión, pues requiere para ser implementada de manera adecuada, de una cultura organizacional que permita a los directivos gestionar, entregándoles mayores responsabilidades, otorgándoles mayores grados de libertad, todo ello acompañado de mecanismos adecuados para la rendición de cuentas, especialmente porque supone nuevas formas de relación entre el gobierno y los ciudadanos. Por lo tanto, la gestión por resultados no garantiza, por sí sola, el adecuado logro de los resultados, sino que requiere ser acompañada de otras herramientas de gestión como la planificación estratégica, la gestión por objetivos, la evaluación del desempeño, los contratos de desempeño, entre otros (OCDE, 1997). 5.2.- La Gestión por Resultados y los directivos públicos La gestión por resultados, como hemos señalado, supone prestar atención a todos aquellos elementos que permiten agregar valor a las acciones emprendidas por las administraciones públicas, y son los directivos públicos quienes orientan, en mayor o menor medida en el proceso de creación de decisión pública. Efectivamente, los directivos públicos se ven presionados desde todos los sectores a reducir costos, mejorar los niveles de servicio, hacer progresos hacia el logro de los resultados definidos, e incrementar la transparencia. Por lo tanto, la posibilidad de contar con una amplia mirada respecto de todo el proceso de gestión facilita la definición de objetivos, de recursos, de responsabilidades, entre otros. En ese sentido, podemos identificar ciertos elementos constitutivos de la gestión por resultados que facilitan la tarea de los directivos a la hora de crear decisión pública. Entre ellos: a) La definición de un marco estratégico en el que se definan los resultados esperados por una organización pública: La gestión por resultados está ligada de manera estrecha a la planificación XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 16 estratégica. En un sentido, la planificación estratégica es el instrumento de gobierno, que disponen las sociedades civilizadas, para definir la “carta de navegación” de la nación. Esta precisa, jerarquiza y establece prioridades respecto de las razones de interés público, que los ciudadanos han invocado, para entregar atribuciones a los poderes públicos; y por tanto, define, la estrategia, las políticas, las metas y los objetivos (Sánchez, 2003). Por otro lado, la planificación estratégica que llevan a cabo los propios directivos públicos en el ámbito de sus organizaciones entendida como la forma concreta de conducir una organización hacia los escenarios deseados y explicitados en la “planificación estratégica nacional”. En un contexto donde la obtención del mejor resultado se torna crucial, la definición de los “cómo” se alcanzarán estos resultados, de los ámbitos en los que corresponderá incidir, de los recursos implicados, facilita a los directivos públicos la creación de decisión. En ese sentido, la planificación estratégica permite la formulación cuantificada de los objetivos estratégicos de gobierno establecidos en términos de objetivos de desarrollo y de cambio social (outcomes) y la definición de los programas de Innovación en la toma de decisiones: La gestión por resultados como herramienta de apoyo a los directivos públicos gobierno que van a articular la acción de gobierno y que definen el proceso global y los procesos parciales de creación de valor propuestos para la consecución de los objetivos de desarrollo y cambio social. b) La gestión de los recursos necesarios para materializar el marco estratégico: Donde la gestión por resultados, como herramienta integradora, permite mejorar la eficacia, la eficiencia y la efectividad en el uso de los recursos públicos al servicio de la obtención de los mejores resultados. Para eso se apoya en diferentes herramientas que facilitan la definición de indicadores que vienen a ayudar a los directivos públicos para saber si se están moviendo en la dirección correcta. Esto resulta central por varias razones, entre ellas: a) por la amplitud y ambigüedad en la definición de objetivos públicos; b) La vinculación compleja entre productos y resultados, estos últimos en muchos casos diversos, con dimensiones cualitativas difíciles de objetivar, con efectos no siempre observables en períodos de tiempo compatibles con los tiempos que imponen los procesos administrativos o las agendas políticas, y en otros casos con efectos finales no completamente controlables producto de variables externas. Herramientas como el Cuadro de Mando Integral facilitan la gestión por resultados, pues es una forma concreta de saber cómo se avanza, si se cumple o no lo previsto, si los indicadores planteados son los adecuados. Se trata de una herramienta que se diseña y aplica a partir de una visión y misión estratégicas, con definiciones y objetivos claros, concebido para monitorear y revisar regularmente el cumplimiento de los objetivos estratégicos. Los mapas estratégicos construyen otra herramienta para apoyar la gestión por resultados. Si bien no es el objetivo aquí entregar una lista exhaustiva respecto de los recursos con los que cuentan los directivos para crear valor público, sí permite tener una noción de la existencia de dichas herramientas, las que son susceptibles de ser integradas a la gestión por resultados. c) La existencia de sistemas de información: Que permitanmonitorizar la acción pública, informar a la ciudadanía e identificar y evaluar la aportación realizada (cuadros de mando integral, indicadores). La gestión por resultados permitiría que, entre otros, el poder legislativo y los Estado, Gobierno, Gestión Pública «stakeholders», cuenten con indicadores de desempeño que les permitan verificar en qué medida el «proyecto de nación», que incluye la Constitución, va alcanzando sus propósitos XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 17 centrales. Este estilo de gestión, facilitaría la canalización de las iniciativas de los «stakeholders»; a la vez que impulsaría el diálogo y la concertación nacional. En ese sentido, la gestión por resultados, la eficacia y la eficiencia, hace transparente el funcionamiento de las instituciones del Estado, donde la evaluación no es sólo para constatar las carencias y para aplicar sanciones; es, esencialmente, para mejorar la gestión pública (Sánchez, 2003). Es fundamental incorporar a las herramientas de la gestión por resultados criterios y prácticas de gestión de las informaciones extremadamente prudentes y supeditadas a sus usuarios y no al criterio de sus productores, de manera que sirva a los intereses de los directivos públicos, pues serán ellos los encargados de tomar decisiones al respecto. En ese sentido, los sistemas de información deben responder a criterios de relevancia, transparencia, calidad, accesibilidad, calidad, entre otros. Asimismo, deben estar disponibles para los directivos públicos de manera de efectuar un control y seguimiento cada vez que las circunstancias lo requieran. En este caso, la propia complejidad del sector público (diversidad productiva y función social y misión altamente compleja), así como la naturaleza integral de la gestión por resultados, hacen imprescindible tomar en consideración la totalidad del proceso de creación de valor y la totalidad de la organización. d) El establecimiento de sistemas de responsabilidad y contractualización de los directivos públicos: Con el objetivo de aumentar su compromiso y capacidad de acción en el marco de la acción pública. La gestión por resultados supone la existencia de mecanismos de responsabilización por la gestión desarrollada. Los sistemas de evaluación del rendimiento y control del resultado, tanto en un momento final del proceso como en los límites intermedios, son un requerimiento básico para la gestión directiva del sector público contemporáneo (Catalá, 2006). La responsabilización pública institucionaliza el derecho a gestionar de los directivos públicos. La necesidad de que la evaluación esté soportada en un sistema de planificación y dirección por objetivos, así como en la existencia de un sistema de medición del desempeño acertado y aceptado pone de manifiesto la complejidad de la cuestión y las dificultades en su puesta en práctica. Efectivamente, la gestión por resultados supone un marco de responsabilización de la gestión, a través de la vinculación del resultado obtenido a los directivos asignados a la gestión de estos procesos. En ese sentido, la Gestión por resultados se presenta como un marco de referencia capaz de aportar capacidad integrativa de la totalidad del proceso de gestión ya que propone estructurar este proceso interconectando los distintos componentes del mismo, buscando la optimización de sus interacciones. Junto con ello, la gestión por resultados se presenta como una propuesta de cultura organizativa, directiva y de gestión, a través de la cual se enfatiza la orientación de la acción organizativa hacia el o los resultados por contraposición a la orientación en la que domina la atención hacia los procesos y procedimientos. e) El desarrollo de escenarios y sistemas de trabajo que promuevan y faciliten el aprendizaje continuado de las organizaciones públicas: Según señalan algunos autores, el único factor permanente de ventaja competitiva de una organización, en una época de cambios y de información como la actual, es el aprendizaje organizacional, pues éste es la base del mejoramiento y la innovación, los dos pilares de la competitividad contemporánea, incluso en las organizaciones públicas (Mendoza, 1996). XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 18 Los directivos públicos deben convertirse en líderes de aprendizaje, siendo las personas que promueven el aprendizaje en la organización a través de su comportamiento, de la transmisión de significados y de la creación y comunicación de un enfoque visionario. La estructura organizacional debe dar cabida para este aprendizaje continuo y permitir el derecho a gestionar de los directivos en el sentido amplio de la palabra. 6.- Importancia de las TICS en la Innovación de la Gestión Pública regional y local De acuerdo a la Asociación Americana de las Tecnologías de la Información (Information Technology Association of America, ITAA), las TICS son una parte de las tecnologías emergentes que habitualmente suelen identificarse con las siglas “TIC” y que hacen referencia a la utilización de medios informáticos para almacenar, procesar y difundir todo tipo de información o procesos de formación educativa en su mayoría. Estas se encargan del estudio, desarrollo, implementación, almacenamiento y distribución de la información mediante la utilización de hardware y software como medio de sistema informático. Para Kofi Annan, ex secretario General de la ONU: “el uso de las TICS entre los habitantes de una población, ayuda a disminuir la brecha digital existente entre centros urbanos y rurales mejorando la vida de todos los habitantes del planeta.” El uso acorde de las Tecnologías de la Información y Comunicación en la realidad exige a los gobiernos de los países poder identificar los mecanismos y variables a considerar en una estrategia hacia la construcción de la así llamada Sociedad de la Información. “El cambio que estamos presenciando es tan trascendente que la acertada gestión de esta transformación debe representar el principal desafío económico y social para los países de América Latina y el Caribe, lamentablemente este tema aún no está planteado en toda su magnitud.” Las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación están determinadas por lo tanto a una nueva forma de organización económica y social motivada por el desarrollo mismo de éstas. Una sociedad innovadora no solamente se relaciona con desarrollo tecnológico y capacidad de investigación; también tiene un aspecto fundamental los aspectos sociales y culturales ya que éstos permiten impulsar las condiciones adecuadas para que interactúen todos los agentes que comparten una diversidad de conocimientos como la academia, los gobiernos, las empresas, los centros de tecnología y la población en general. Las Tecnologías de la Información de la Comunicación - TIC son muy importantes en la actualidad, no solo en la Administración Pública sino en toda actividad humana, ya que gracias a estas estamos en contacto y comunicación con otras personas de nuestra comunidad, región, país o tal vez de todo el mundo. Nos comunicamos a través de mensajes, por ejemplo por el teléfono celular, imágenes y sonidos como la televisión, que día a día nos muestra los sucesos más importantes que pasan a nuestro alrededor (las noticias). Otra de estas tecnologías es el internet, que está entrelazada por millones de redes en todo el mundo. De esta manera, y por medio de algunos programas conocidos como el correo electrónico, podemos enviar distintos tipos de información a algunos conocidos. La gerencia pública, como usuaria de las TIC, moderniza la Administración Pública, superando a la administración tradicional, rutinariay morosa, mejora la calidad de los servicios públicos, profundiza la transparencia de su actuación, y promueve la participación ciudadana en la formulación, ejecución, control y evaluación de los planes y programas de desarrollo orientados a mejorar las condiciones de vida de la población a nivel nacional, regional y local, fundamentalmente. Además, dinamiza a la XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 19 Sociedad de la Información, por medio de la formulación y ejecución de políticas sociales que promuevan la penetración de las TIC en la sociedad y su acceso a todos los grupos sociales. Es importante recordar que las TICS son un medio para la promoción del buen gobierno a nivel nacional, regional y local, y no un objetivo en sí misma, por lo que su uso inteligente requiere, en primer lugar, que las autoridades políticas y administrativas diseñen políticas de gestión y definan objetivos claros en relación con su utilización y que orienten en este sentido los esfuerzos de los distintos actores dentro del gobierno; en segundo lugar, que se promueva a nivel de las autoridades políticas, funcionarios públicos y ciudadanía en general la percepción de que las TICS pueden constituir excelentes aliadas para democratizar la gestión pública, al facilitar la conexión entre ciudadanos y gobierno. Finalmente, es fundamental el desarrollo del liderazgo político y administrativo para la motivación y articulación de las iniciativas que se desarrollen en materia de gobierno electrónico. La gerencia pública presenta hoy en día uno de los retos más complejos para lograr la transparencia y fluidez a los siempre delicados procedimientos de la administración; y por ende para el logro de objetivos trazados. Es por ello que las TICS son un instrumento fundamental para la generación e intercambio de información y conocimiento, así como para dinamizar la gestión pública y mejorar la calidad y oportunidad de la prestación de los servicios públicos. La ciencia, la tecnología y la innovación, así como los servicios de información, son instrumentos básicos tanto para el desarrollo económico y social del país, como para la soberanía nacional; busca impulsar, coordinar, difundir, promover y colocar el conocimiento al alcance, creando condiciones para hacer de la innovación una herramienta de trabajo. El uso de las TICS en la Administración pública efectúa cambios en la institución y al mismo tiempo provoca modificaciones tanto en los funcionarios como en los usuarios. Las principales ventajas de la utilización de la TIC en la Administración pública es brindar grandes beneficios y adelantos tecnológicos, potenciar a las personas y actores sociales, apoyar a las instituciones a presentar y ofrecer información a través de la Internet, impartir nuevos conocimientos para los empleados a través de integración, trabajo en equipo, motivación, disciplina; fácil acceso a mucha información de todo tipo. Las TICS representan una buena alternativa en las organizaciones de hoy en día, donde un conjunto interdisciplinario de profesionales que se desempeñan como gerentes de las más diversas organizaciones, y teóricamente sustentadas del conocimiento por medio de las diferentes innovaciones tecnológicas. 6.1.- TICS en la Constitución y Normativa de los países de la región: Bolivia.- En su primera parte, donde establece las bases fundamentales del estado, derechos, deberes y garantías está el título 1, “Derechos fundamentales y garantías”, Capítulo VI, “Educación, interculturalidad y derechos culturales”, sección IV, “Ciencia, tecnología e investigación”: Artículo 103: El Estado garantizará el desarrollo de la ciencia y la investigación científica, técnica y tecnológica en beneficio del interés general. Se destinarán los recursos necesarios y se creará el sistema estatal de ciencia y tecnología. El Estado asumirá como política la implementación de estrategias para incorporar el conocimiento y aplicación de nuevas tecnologías de información y comunicación. XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 20 El Estado, las universidades, las empresas productivas y de servicio públicas y privadas, y las naciones y pueblos indígena originario campesinos, desarrollarán y coordinarán procesos de investigación, innovación, promoción, divulgación, aplicación y transferencia de ciencia y tecnología para fortalecer la base productiva e impulsar el desarrollo integral de la sociedad, de acuerdo con la ley. Igualmente a través de los artículos 299, 304, 316 y 334 aparece referenciada normativa para las Tecnologías de la Información y Comunicaciones. Colombia.- En el Capítulo II, “De los Derechos Sociales, Económicos y Culturales”, el artículo 71 menciona lo siguiente: “La búsqueda del conocimiento y la expresión artística son libres. Los planes de desarrollo económico y social incluirán el fomento a las ciencias y, en general, a la cultura. El Estado creará incentivos para personas e instituciones que desarrollen y fomenten la ciencia y la tecnología y las demás manifestaciones culturales y ofrecerá estímulos especiales a personas e instituciones que ejerzan estas actividades.” Ecuador.- En la Constitución Política del Ecuador, se consagrara en el Título III, los “Derechos, Garantías y Deberes”. Así mismo, en el Capítulo 4 “De los derechos económicos, sociales y culturales”, sección novena y décima expresa la constitucionalidad de “la ciencia y tecnología” y “la comunicación”. Perú.- La Constitución del Perú establece en el artículo 2 que “toda persona tiene derecho a que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.” De igual manera, el artículo 10 habla sobre el secreto y la inviolabilidad de la información y documentos privados: “Las comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos sólo pueden ser abiertos, incautados, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del juez, con las garantías previstas en la ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que motiva su examen.” “Los documentos privados obtenidos con violación de este precepto no tienen efecto legal.” “Los libros, comprobantes y documentos contables y administrativos están sujetos a inspección o fiscalización de la autoridad competente, de conformidad con la ley. Las acciones que al respecto se tomen no pueden incluir su sustracción o incautación, salvo por orden judicial.” Finalmente, en el artículo 14 establece el “deber del Estado promover el desarrollo científico y tecnológico del país.” 7.- Cultura de Innovación en la Gestión Pública La primera pregunta que surge inicialmente es ¿Qué es Cultura de Innovación en la Gestión Pública? La respuesta es, la base para un proceso de cambio, desarrollo y ajuste organizacional que permite alinear el soporte a los objetivos estratégicos de negocio. Por otro lado, la cultura de la innovación es la base sobre la cual se construye una organización innovadora y hay dos elementos que son necesarios para que las ideas prosperen en una organización: personas creativas y una cultura de innovación. XXVII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "La Innovación en la Gestión Pública" Caracas, 2014 21 En la actualidad, con motivo de la globalización, la competitividad entre los diversos factores de la economía, se ha vuelto muy agresiva, y sólo sobreviven aquellos, que han logrado propiciar el cambio hacia el desarrollo y la prosperidad, mediante la innovación científica, tecnológica y cultural. Nos es posible lograr el cambio, sin modificar los
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