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IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 1 Los movimientos sociales en la trayectoria latinoamericana. Raymi Padilla Vargas Las líneas que siguen buscan aportar algunos elementos que apoyen en la reflexión de lo que ha sido la trayectoria de la sociedad civil latinoamericana en su dimensión organizada, y las diferentes motivaciones en torno a las cuales ésta ha tomado contenido. Con esa intención haremos particularmente referencia al movimiento social como forma de expresión colectiva y como espacio de reflexión en las ciencias sociales desde el cual se ha buscado comprender la sociedad en sus diferentes manifestaciones frente a un ejercicio y conceptualización de la ciudadanía que ha oscilado entre la integración y la exclusión social. _______________________ Las sociedades latinoamericanas están viviendo un conjunto de profundas transformaciones en las diferentes esferas sociales, observando grandes cambios en la configuración de las relaciones entre el Estado y los partidos políticos, el mercado y la sociedad civil, así como en las más cotidianas relaciones entre las personas en las comunidades y barrios de nuestros países. El advenimiento de estos cambios ha llevado a recomponer los hilos con que se teje la convivencia y el razonamiento de nuestra modernidad inacabada, y con ello la de algunos aspectos en la reconstitución de las identidades en una coyuntura de mayor democratización, de crisis de ésta modernidad y sus referentes, de internacionalización de la economía y la cultura, así como las formas de hacer en lo colectivo. Sin duda en este proceso los movimientos sociales, tradicionales y nuevos, han tenido gran participación y han sido a un tiempo manifestación de este conjunto de cambios en que las nuevas prácticas colectivas aparecen asociadas tanto a los procesos de descomposición y segmentación social producidos por la crisis económica como a los cambios culturales y políticos suscitados por los impulsos de las modernizaciones nacionales.1 1 Para una referencia más detallada de estos procesos ver de Fernando Calderón Los Movimientos Sociales en América Latina: entre la modernización y la IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 2 Bien, pero antes de entrar a referirnos a la trayectoria, marquemos un poco la discusión acercándonos a una acepción del movimiento social como forma de expresión ciudadana de trascendencia colectiva y dinámica deliberativa, así como instrumento teórico para el discernimiento académico. Cortometraje del Concepto Se ha dicho que el concepto de movimiento social ha padecido de una polisemia que le ha llevado a perder claridad y precisión al momento de explicar un fenómeno social colectivo. En la evolución de este concepto han tenido gran importancia las teorías del comportamiento colectivo, así como la psicología de masas y las teorías del racional choice, entre otras. Sin embargo en los análisis más actuales, uno de los aspectos que más ha permanecido como relevante en la delimitación de los movimientos, es su observación como agente de cambio social2, de transformación sobre alguna de las esferas de la sociedad. construcción de la identidad. En Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía. Vol.13 Filosofía política I. Ideas políticas y movimientos sociales. Editorial Trotta. 1997 2 En este sentido autores como Alberto Melucci, Alain Touraine, Enzo Faletto, André Gunder Frank, Fernando Calderón y otros han considerado que la transformación y cambio social es un elemento propio de los movimientos sociales, lo que en alguna medida ha llevado a considerar que éstos son formas de acción colectiva destinadas a producir cambios determinados en la sociedad. Creemos que como ésta Al respecto y como ejemplo de ese elemento Touraine3 -quien ha sido de gran influencia en el pensamiento latinoamericano y cuyos aportes han sido centrales para delimitar y despejar la confusión en este sentido-, considera que la noción de movimiento social “sólo es útil si permite poner en evidencia la existencia de un tipo muy específico de acción colectiva (…) por la cual una categoría social, siempre particular, pone en cuestión una forma de dominación social(…) e invoca contra ella valores, orientaciones generales de la sociedad que comparte con su adversario para privarlo de tal modo de legitimidad”. Si bien la característica del cambio es un elemento compartido por muchos autores, debe recordarse que no siempre esta característica está a la base del concepto, y que muchos movimientos se orientan en forma reaccionaria a la conservación de las normas y formas de acción prevalecientes. no puede ser una deducción automática, ni unívoca, compartimos con Enrique Laraña el que sea más adecuado afirmar la existencia de una relación entre el movimiento y los procesos de cambio, que entender por antonomasia lo uno por lo otro. 3 Alain Touraine; ¿Podremos vivir Juntos?. Fondo de Cultura Económica. 4ta reimpresión. Brasil 1999.p.100 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 3 En esta línea Manuel A. Garretón4 agrega al concepto en la idea de que éstos deben observarse como una forma de agrupación colectiva con algún grado de organización y estabilidad en el tiempo, pero que su orientación se conduce hacia cambios o conservación de una sociedad o una esfera de esta; orientación que gira en torno a dos polos, ya sea como respuesta a las contradicciones sociales a las que busca poner fin; o ya sea como depositario o portador de un sentido de la historia, y en el que sería el principal agente de cambio. Esta última idea va a caracterizar muy particularmente los movimientos de la modernidad industrial, con fuerte influencia de la utopía socialista. Además en los últimos años, se ha considerado la reflexividad como una característica más propia de los movimientos sociales en esta etapa actual de la modernidad en que vivimos; característica que se entiende como la condición en que la mayoría de los aspectos de la vida social y de nuestras relaciones con la naturaleza son sometidos a revisión 4 Manuel A. Garretón. Movimientos Sociales y Procesos de Democratización. Un Marco Conceptual. FLACSO, Documento de Trabajo. Serie Estudios Sociales. No.57. Título Original: Social Movements and Process of Democratization. A Conceptual Framework. Chile. 1994.p.1 continua a la luz de nuevas informaciones o conocimientos5. Si bien muchos podrían identificar esta condición revisionista en fenómenos y movimientos del pasado, ésta no contenía el peso a la conciencia que hoy le es asignado por la dinámica desbordante de grandes cambios a nivel nacional y mundial. El énfasis en la conciencia se caracteriza por la búsqueda de individuación, que para Touraine viene siendo el elemento principal de la reflexividad, la conciencia de sí y la acción sobre sí mismo; es la aproximación a la idea de Sujeto “cuando la meta de la sociedad y los individuos es ser capaces de actuar sobre sí mismos, ser actores de su propia historia y no únicamente consumidores, objetivos de publicidades, propagandas e influencias”.6 Una mayor actitud de autoconfrontación con las consecuencias de la modernidad. Es generalizado en el estudio de los movimientos la aceptación de que éstos 5 Se puede encontrarun amplio tratamiento de la Reflexividad en Anthony Giddens. Modernidad e identidad del yo. El yo y la sociedad en la época contemporánea. Ediciones Península. Barcelona. 1997 Ver también sobre este concepto: Ulrich Beck, coautor. Modernización Reflexiva. Política, tradición y estética en el Orden Social Moderno; y del mismo autor La Invención de lo Político. 6 Alain Touraine; ¿Podremos vivir Juntos?.Op.cit.p.148 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 4 están constituidos por tres elementos: la definición del actor mismo (construcción de su identidad); de su adversario; y de un conflicto por el cual se forma y lucha.7 Varios autores coinciden con este tercer elemento, pues la existencia de un conflicto devela la presencia de contradicciones sociales que lleva al surgimiento de manifestaciones como lo sería el caso del movimiento obrero contra la dominación y explotación del capital y del feminismo contra un modelo de sociedad de sometimiento patriarcal. Tomando en cuenta estos elementos anteriores, podríamos entonces decir brevemente que un movimiento social hoy puede ser entendido como la acción colectiva que en su discurso o comportamiento busca incidir en el mantenimiento de un orden o la generación de transformaciones y cambios en un ámbito específico de la vida social o el sistema total; en que su acción implica la ruptura de normas y valores sociales y la posibilidad de generar y legitimar nuevos. Además, su capacidad de reflexividad y conciencia de sí permite controvertir la sociedad. En ello es fundamental el grado de acercamiento e influencia en la construcción de opinión pública, como plataforma desde la cual proyectar los 7 Alain Touraine. América Latina. Política y Sociedad. 1989.p.249ss problemas y limitaciones del sistema social o un ámbito de éste; “es consecuencia de que ‘son algo sobre lo que se refleja la sociedad y que impulsa la capacidad de ésta para reflexionar y ser consciente de lo que es’. nos dice Laraña.8 Pero en la trayectoria de la sociedad latinoamericana, podemos identificar movimientos sociales tanto tradicionales como nuevos que han tenido un gran participación en la lucha por ampliar el espacio y ejercicio de la ciudadanía sobre un horizonte más democrático. Veamos algunas breves características de éstos. Las llamadas formas tradicionales (movimientos) de expresión colectiva, refiere aquellas que se articularon en torno a una sociedad cuyo proyecto cultural es el de la modernidad, especialmente la europea; proyecto que fue condicionando el accionar de los movimientos y el modo de concebirse frente a la historia. Sobre este lienzo de la modernidad la imagen de los movimientos es trazada con una concepción historicista, lineal y objetivista de la acción colectiva, en que se le consideraba como agente clave del cambio social y la modernización de la sociedad a través de los conflictos que suscitaba9 A partir de esta 8 Laraña. Op. cit.p.87 9 Ver de Enrique Laraña. La Construcción de los Movimientos Sociales. Alianza Editorial. Madrid 1999. p71 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 5 concepción es que movimientos tradicionales como el obrero sindical y campesino se constituyen en una mirada reivindicativa con frecuencia vinculados a formaciones partidistas de inclinación socialista, en procura de mejores condiciones laborales en la empresa y un acceso equitativo a la tierra como medio de ascenso social. En general, y siempre con las variantes propias de cada sociedad, los movimientos sociales tradicionales se definían particularmente por lo que combatían, en este sentido eran anticapitalistas, anticoloniales o antimachistas.10 La acción colectiva estaba orientada contra formas de exclusión a derechos básicos como el sufragio universal, jornadas laborales y salarios mínimos, seguridad social, educación y acceso laboral de la mujer, definiendo posiciones de lucha más radicales hacia la obtención del poder político. Ahora, se ha planteado que la categoría “movimiento social” es más apropiada para países europeos donde las expresiones colectivas se consolidan a partir de procesos endógenos, como por ejemplo el movimiento obrero que logra constituirse en una fuerza reivindicativa frente a los 10 Touraine. ¿Podremos vivir juntos? Op.cit. p.306 excesos del modelo de producción industrial. En el caso latinoamericano se ha planteado que estos movimientos y actores sociales, son el producto de un modelo exógeno y por tanto menos autónomos, donde las acciones colectivas han sido más en respuesta a las intervenciones del Estado que ha procesos independientes, masivos y más autónomos como lo fue en el caso europeo. Autores como Touraine, Calderón y Garretón coinciden en que los actores sociales y movimientos de la región estaban constituidos en torno a una matriz sociopolítica nacional popular, que permitía agrupar -y controlar a través del Estado- a las diferentes expresiones de organización colectiva. Esta es una matriz en la que se encuentran mezcladas distintas dimensiones de lucha pasando por la defensa de intereses, la búsqueda de poder político e independencia nacional y el constante deseo de integración social.11 A este respecto Garretón considera que bajo este manto nacional popular, todos los movimientos sociales eran desarrollistas, 11 Touraine hace referencia a esta pluridimensionalidad en otros escritos como: Actores Sociales y Pautas de Acción Colectiva en América Latina. PREALC, OIT. 1984 ; también De la mañana de los regímenes nacional-populares a la víspera de los movimientos sociales. Ponencia al IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 6 modernizadores, nacionalistas y orientados al cambio global.12 Aunque se considere que en América Latina han existido más actores sociales que movimientos clásicos, está claro que nuestra versión de expresiones colectivas (movimientos) como el sindical y el campesino, tuvieron una participación protagónica en la determinación de importantes acontecimientos sociales y procesos revolucionarios que se tejieron en la región; en Costa Rica en el período 1944- 1948, Guatemala en 1944, con el movimiento boliviano –especialmente en la región de Cochabamba- en la revolución de 1952 o Cuba en 1959. Además, grupos de trabajadores y campesinos conformaron el sector de izquierda del gobierno populista de Joao Goulart en Brasil entre 1962 y 1964, así como sectores marginales, campesinos y sectores medios votaron en forma masiva por la Unidad Popular en Chile (1970) y apoyaron su gobierno.13 Aun se escucha el eco de las luchas de los “sin tierra” en Brasil, así como las sindicales en las minas de Chile, Perú, México y Bolivia en el pasado. XX Congreso Internacional de ALAS. Guadalajara, México. 1997 12 Garretón. Op.cit.p.8 13 Hobart A. Spalding. EL movimiento sindical latinoamericano en los años 90. En Revista Nueva Sociedad. Mar-ab. No.130. Caracas 1994.p.60 Las “nuevas” expresiones colectivas Los estudios respecto a los movimientos sociales comienzan a incorporar un nuevo enfoque a partir de la observación de fenómenos sociales diferentes y su expresión colectiva. Es así como el calificativo de nuevo comienza a ser utilizado por las ciencias sociales para hacer referencia a formas de accióncolectiva diferentes respecto aquellas que se basaban en la división y lucha entre clases sociales, propias de sociedades occidentales e industrializadas, y en América Latina aproximadamente desde los años 30 hasta finales de la década de los 60. Manifestaciones que dan cuenta de nuevos fenómenos sociales y cuyo centro de lucha da un giro desde el nivel político y económico al nivel cultural y de la identidad. En un contexto donde a finales del siglo XX, especialmente a finales los años 70, se comienza a generalizar la exigencia por la liberalización de la economía y vemos el declive de todas las formas de intervencionismo económico, del cuestionamiento del Estado de Bienestar, del derrumbe de las versiones socialistas, del nacionalismo poscolonial y los regímenes nacional populares de América Latina, la acción colectiva se alimenta del reclamo por un mayor control y autonomía en el desarrollo de las vidas personales de IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 7 quienes los integran, “la acción colectiva está más dirigida hacia sí misma y hacia lo que podría denominarse un esfuerzo de subjetivación.14 Este ha sido un proceso importante pues consideramos que el resurgir del debate sobre la sociedad civil se ha visto en gran medida alimentado por estos procesos de modernización materializándose en diferentes formas de vida, en las exigencias de mayor participación ciudadana, así como formas de descentralización del poder puestas en marcha desde las organizaciones sociales; ha permitido dar contenido a uno de los ideales de nuestra época como es el de “autorrealización” y “búsqueda de la identidad propia”15. Estos nuevos procesos de cambio y las nuevas áreas culturales de lucha de los movimientos están llevan la política fuera de las instituciones y a lo interno de las organizaciones sociales. El ideal humanizante es un gran indicador de una tendencia de cambio en las reivindicaciones seguidas por los movimientos sociales tradicionales, las que se desplazan desde los factores económicos a otros de carácter cultural relacionados con la identidad individual, el medio ambiente, la familia 14 A. Touraine. ¿Podremos vivir juntos?. Op.cit.p.306 15 Ulrich Beck. La Sociedad del Riesgo. Op.cit. pp.123 tradicional, la raza, el sexo y otros aspectos de la vida. Estos nuevos movimientos están ampliando su acción en el mundo y Latinoamérica, no sin generar efectos que valoramos como positivos, entre ellos todo un cuerpo valórico respecto a la construcción de las identidades y nuevas formas de estructurar la convivencia y su organización. Si bien no son nuevos valores y exigencias morales, como la dignidad y la autonomía de las personas, de integridad de las condiciones físicas de la vida, de igualdad y participación y de formas pacíficas y solidarias de organización social, de acciones políticas menos institucionales, con estructuras de organización menos rígidas y de favorecimiento de diálogo y participación horizontales, creemos que lo realmente importante es que estos valores modernos cobran en la actualidad un énfasis y significados imaginarios e institucionales de gran envergadura, reconociendo la necesidad de alcanzarlos o reafirmarlos en nuestras sociedades frente a las nuevas amenazas de procesos que están convergiendo hacia una profundización de la exclusión social. De tal forma que lo nuevo estaría en el contexto sociopolítico, tecnológico y cultural actual y la subjetividad reflexiva con que éste es abordado; muestra de ésto son las recientes expresiones del ejército Zapatista (EZLN) IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 8 en México y el llamado Foro Social Mundial, formas de expresión que se han valido de las nuevas realidades tecnológicas para impulsar sus deseos de transformación social, conectando su discurso con el mundo a través de redes electrónicas; mecanismo propios de la sociedad informacional. La crisis de representación de los partidos políticos ha llevado a los movimientos a reinventar formas de acción política para, en concordancia con el nuevo paradigma, reivindicarla al interior de la sociedad civil; este es el espacio desde donde los actores sociales se conducen a cuestionar las prácticas e instituciones tanto privadas como públicas y el modelo cultural dominante que lo sustenta16 Aunque los movimientos sociales de la región comparten muchas de sus características de países desarrollados de Europa y América del Norte, como organización no convencional, acciones de corta duración, diversidad ideológica, ampliación de los campos de acción etc, los movimientos latinoamericanos siguen conservando elementos propios de estas sociedades dependientes y de débil desarrollo endógeno. Autores como Garretón y Touraine coinciden en que en la expresión de los 16 Sobre esta nueva carácterística ver de Manuel Castells. La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura. Vol. 2, El Poder de la Identidad. Alianza Editorial. 1998.p.130 nuevos actores sociales hay un fuerte desplazamiento de los movimientos nacional populares a un movimiento más democrático. Como menciona Touraine, en el proceso de debilitamiento y finalización de los regímenes militares en América Central y el Cono Sur, aparecen una serie de movimientos urbanos y barriales con un fuerte contenido político que se orientan contra la represión y casos de corrupción.17 La época de los regímenes represivos, el proceso de transición democrática en la región y los procesos de reforma del Estado permiten el surgimiento de banderas de lucha diferentes de otras regiones como la defensa de la vida y los derechos humanos; acciones que exigían la apertura del sistema hacia formas democráticas y de integración social.18 Abriendo espacios en la construcción de ciudadanía Aunque América Latina ha llevado un recorrido inestable de conquistas ciudadanas, de avances y retrocesos, de imposiciones y rechazos de nuestra forma particular de concebir y aprehender la modernidad, no cabe duda que hemos experimentado grandes progresos en el reconocimiento de derechos ciudadanos 17 A. Touraine. De la mañana de los regímenes nacional-populares... Op.cit.p.4 18 M. Garretón. Movimientos Sociales y Procesos de Democratización. Op.citpp.10-16 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 9 con un alto contenido cualitativo, particularmente en los últimos treinta años de reconstitución de las identidades democráticas nacionales. Hemos experimentado en las dos últimas décadas una serie de transformaciones en todos los ámbitos, lo que ha llevado ha replantear los modelos de relación entre el Estado, la sociedad civil y la economía, y con ello el replanteamiento de la acción colectiva en la región. Dentro de una serie de transformaciones objetivas (estructurales) y subjetivas (normas y valores) en nuestros países -como los procesos de democratización y superación de regímenes militares, la reforma de los Estado y el cambio del modelo económico hacia la internacionalización, los cambios en la matriz socio-política nacional popular, de la matriz socio-cultural aparejada a la modernización en nuestros países que contribuye a una nueva subjetividad, a nuevos roles sociales y valores colectivos e individuales-, han surgido o consolidado nuevas formas de expresión colectiva asociadas directamente a la preocupación y el debate por el tema dela ciudadanía en Latinoamérica y del contexto democrático que lo impulsa. Los nuevos movimientos se han apropiado en su discurso y acción del reclamo por mayores espacios ciudadanos para la integración social La discusión en torno a la ciudadanía y los nuevos movimientos sociales están estrechamente entrelazados. Esta ingresa por diferentes puertas o vías, entre ellas (y desde “arriba”) la que viene como una “moda” intelectual asociada a un cuerpo de ideas difundidas por la globalización y que desde mediados de los ochenta entra al ámbito académico en nuestros países. También se ve reforzada por el impulso en las corrientes de la participación social, la gestión de recursos en el nivel local, por la exigencia de control social sobre las instituciones públicas, y todo el tema de la asociatividad y la generación de capital social. Pero muy especialmente en nuestra región la ciudadanía entra, desde “abajo”, por el desarrollo de movimientos sociales por la defensa de los derechos humanos, particularmente frente a las violaciones cometidas por los regímenes dictatoriales en las décadas anteriores19. Esto nos permite entender, en un primer momento, como las conquistas ciudadanas han estado estrechamente relacionadas con el grado de incidencia de los movimientos diversas luchas por el fortalecimiento de la democracia en la región. Veamos esto más de cerca... 19 Sobre las vías de ingreso al debate ciudadano ver: Martín Hopenhayn. Ciudadanía, Equidad e Identidad. Versión escrita de la charla dictada en el Seminario Pobreza y Políticas Sociales del programa de Maestría en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos. ILADES-ESPO IV. Universidad Alberto Hurtado. Santiago, Septiembre 1999. IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 10 Organizaciones de Base frente a la crisis Con el escenario de crisis económica de los ochenta y los consecuentes procesos de ajuste interno, se reforzaron fenómenos históricos de exclusión y pobreza en Latinoamérica; como respuesta a esta situación se da en los países de la región el surgimiento de pequeñas organizaciones sociales de carácter reactivo y mayoritariamente temporal, especialmente urbanas como asociaciones barriales y comités de vecinos, orientados a la satisfacción solidaria de necesidades básicas. Estas formas de organización con frecuencia situadas en segmentos de informalidad económica y marginalidad social, se constituyeron con el fin de autogestionar ingresos, bienes y servicios como forma de garantizar la supervivencia con expresiones como: ollas comunes, cooperativas de autoconstrucción de vivienda, cooperativas de compra y consumo de bienes alimentarios, bolsas comunales de trabajo, programas de educación popular, de defensa de derechos humanos y reivindicación de identidades locales (étnicas o culturales), grupos de mujeres etc.20 20 Martín Hopenhayn. La participación y sus motivos. Santiago, junio 1988.p.9 En países como Uruguay, Brasil o Chile adquieren gran importancia los llamados Clubes de Madres donde las mujeres activistas contribuían a la solución de problemas relacionados con carencias cotidianas, animaban a las organizaciones populares solidarias y en éstos y otros países los grupos activistas estaban fuertemente articulados y apoyados por la Iglesia Católica y otros grupos religiosos.21 En la práctica estos grupos, que no eran manifestación de movimientos sociales propiamente tal, sí servirían de espacio embrionario en la formación de futuros movimientos. Su mayoría no tuvo permanencia en el tiempo, puesto que muchas se disolvieron o fueron absorbidas tras la solución de sus demandas y la institucionalización de programas gubernamentales de ayuda. Movimiento por los Derechos humanos Durante los regímenes militares en la región (en los 60, 70 y 80), la violación de éstos derechos es sistemática y progresiva, e implicó una fuerte regresión que puso en el centro de la sociedad el problema de la vida en su dimensión elemental, de sobrevivencia o integridad física. Aunque ha 21 Ver p.e. Pedro Jacobi. Movimientos sociales en Brasil. Desafíos en la construcción de la ciudadanía. En: Revista Nueva Sociedad. No.111, enero- feb.1991. Caracas.p.58,59 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 11 sido una realidad con larga data en la región latinoamericana, su incorporación al debate público desde “abajo” -primero como tarea pendiente de la democracia y después como tema de ciudadanía- se abre a mediados de los años ochenta a través de movimientos de la sociedad vinculados con la defensa de los derechos humanos (DH) . En esta lucha ya en la segunda mitad de los años 70, el caso de las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina es emblemático en la región y genera gran interés y solidaridad en algunos países europeos. Estos grupos comienzan siendo particularmente defensivos y principalmente de mujeres afectadas: madres, abuelas, familiares de víctimas, de desaparecidos y torturados pidiendo una reparación institucional y simbólica de estas violaciones.22 Sin embargo no es si no hasta inicios de los ochenta que las violaciones denunciadas por este movimiento se convierten, especialmente en el cono sur, en un tema de debate público, que como en el caso de Chile, Paraguay y Brasil, permite abrir puertas de reactivación de movimientos de luchas populares y de revalorización de la democracia. 22 Elizabeth Jelin. Otros silencios, otras voces: el tiempo de la democratización en Argentina. En Los movimientos sociales ante la crisis. Compilación de Fernando Calderón. Biblioteca de Ciencias Sociales num. 18, Argentina 1986. pp 28 y 29 Sin duda la década de los ochenta es un período de crecimiento y consolidación de las organizaciones y grupos de derechos humanos en América Latina, donde la penetración de esta temática en la sociedad civil se refleja en el aumento del número de organizaciones dedicadas a su promoción y defensa. Ya en 1981 el número de organizaciones vinculadas con los derechos humanos en América Latina era de 220, cifra que aumenta a 550 sólo nueve años después23, red de organizaciones que al mismo tiempo se vio fortalecida por el crecimiento y apoyo de organizaciones internacionales, principalmente desde los Estados Unidos, ampliando el flujo de millones de dólares al financiamiento de acciones en esta materia. Entre ellas destaca Amnesty International/EU, los Watch Committees y los Comités de Abogados por los Derechos Humanos24. Otra de las contribuciones de este movimiento ha sido no sólo servir como eje de presión ante los gobiernos y canalizar la solidaridad de países vecinos, como fue en el caso de Argentina y Uruguay, para procesar a los responsables de la represión, sino en convertirse en centro de 23 Kathryn Sikkink. La red internacional de derechos humanos en América Latina: surgimiento, evolución, efectividad. En Elizabeth Jelin y Eric Hershberg (coordinadores). Construir la democracia: derechos humanos, ciudadanía y sociedad en América Latina. Edit. Nueva Sociedad 1996.p.79 24 Ibidem IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 12 investigación e información para el procesamiento judicial de los responsables; la Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Chile es ejemplo en este sentido. Paulatinamente la problemáticade DH deja de reducirse a una problemática particular de los familiares de detenidos y desaparecidos, y adquiere una legitimidad como problemática nacional, elemento en el que reside su potencialidad como movimiento social.25 Este movimiento ha ido evolucionando con los años, respondiendo al cambio de condiciones sociales y políticas de fortalecimiento democrático en algunas áreas. reenfocando su trabajo hacia nuevos grupos tales como las mujeres, los niños de la calle, los homosexuales y los indígenas.”26 Movimiento Feminista El movimiento feminista en América Latina estuvo precedido por las grandes luchas sufragistas de principios y mediados del siglo veinte, así como la importante participación de la mujer dentro del movimiento obrero y sus conquistas laborales. Pero estas luchas resurgen como movimiento feminista en forma masiva en la década de los 80, como consecuencia de las reivindicaciones por los derechos 25 Ver Fernando Calderón. Los movimientos sociales frente a la crisis. En Los movimientos sociales ante la crisis. Op.cit.p.375 26 Sikkink. Op.cit.p.85 humanos conducidas principalmente por las mujeres madres, abuelas y familiares de las víctimas de las dictaduras; así como por una circunstancia histórica donde la atención internacional comienza a volcarse hacia las mujeres y la desigualdad de la mujer se convierte en debate público. Los movimientos feministas europeos y de Norteamérica impactan fuertemente en Latinoamérica con la adopción y formulación de discursos y un cuerpo valórico que replantea la posición de la mujer en la sociedad así como la construcción de una subjetividad de género.27 Poco a poco el movimiento feminista se ha ido institucionalizando en la mayoría de los países latinoamericanos a través de Centros de Mujeres de carácter no gubernamental (ONG), trabajando en torno a dimensiones que trastocan la temática de género como derechos, educación, salud, reproducción, participación política, etc28 y de éstos cruzado con la cuestión indígena, como en el caso de Guatemala, donde con frecuencia la violación de las activistas indígenas es una forma de represión.29 27 Ver Lola G. Luna. La lucha de las mujeres en América Latina. En Revista Razón y Fe. Sept. Octubre. 1992.p. 334,335 28 Lola G. Luna...Op.cit.p.338 29 Dato de Jennifer Schirmer 1988. Citado por Elizabeth Jelin. Mujeres, género y derechos humanos. Op.cit.p.202 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 13 Después de tres décadas, las luchas referidas a la sexualidad han tomado mucha fuerza, donde los derechos reproductivos como derecho al control del propio cuerpo ha sido una de las principales banderas desplegadas en apropiación de una nueva subjetividad. Muestra de ello son las conquistas obtenidas respecto al derecho del aborto pasando desde la eliminación del aborto social y por ofensa del honor, hasta el desarrollo de toda una legislación de despenalización en caso de aborto terapéutico, y redes de protección garantizadas por el Estado para la práctica de éste con las mejores condiciones de salud para la madre, esto último en el caso de los países cuya práctica ha sido liberalizada (Cuba y Puerto Rico). 30 Como nos menciona Teresa Valdés31, todos los países de Latinoamérica cuentan con la presencia de ONG que trabajan en la promoción y desarrollo de las mujeres con una amplia variedad de objetivos y temáticas, siendo indiscutible el rol que han jugado en la documentación y aporte 30 CLADEM, Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer. Documento El Tratamiento Legal del Aborto en América Latina y el Caribe. Estudio Comparativo. En página digital: http://www.derechos.org/cladem/aborto/index.html 31 Teresa Valdés. De lo social a lo político. La acción de las mujeres latinoamericanas. Editorial LOM. Santiago, Chile. 2000.p.76,77 investigativo para la formulación de políticas públicas en favor de la mujer. Esta característica demuestra también la progresiva capacidad de las mujeres de organizarse a nivel regional con el desarrollo de redes y coordinaciones para la acción y discusión de diversas problemáticas femeninas, entre ellas la Red de Salud de la Mujer en América Latina y el Caribe, Red de Educación Popular entre Mujeres (CEPEM), la Red Latinoamericana y del Caribe contra la Violencia Doméstica y Sexual, entre otras. Y de seguido sólo recordamos los logros en instancias político partidarias a partir de políticas de afirmación como los sistemas de cuotas, donde se obliga la participación de la mujer en diferentes espacios de elección en un mínimo que varía entre 20% y 50%. Igualmente hemos visto grandes avances en puestos de elección como parlamentos, ministerios y puestos directivos en municipalidades y sindicatos, así como la aprobación de leyes para promover la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.32 La pulsión de este movimiento ha generado una fuerte tendencia democratizante de la vida social y mayores espacios para la realización de derechos. 32 Ibid.pp 98 y ss. IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 14 Movimiento por la homosexualidad Las acciones colectivas que luchan por la visibilidad y reconocimiento de las personas con prácticas no heterosexuales, así como de los comportamientos y formas de vida asociadas a ellas, comienzan a tener una presencia significativa a inicios de los años 80, impulsados por la transición hacia sociedades más democráticas y con frecuencia al abrigo de las organizaciones por los derechos humanos que buscan una mayor apertura del sistema y la superación de prácticas autoritarias y violatorias respaldadas por el Estado. Entre los factores que influyeron en el origen y organización del movimiento homosexual en varios países de la región está la fuerte influencia proveniente del desarrollo del feminismo en países del norte, principalmente de Estados Unidos, y donde sus facciones lésbicas a lo interno constituían un foco de atención muy fuerte. Esto unido además a la difusión de un movimiento cultural europeo (arriba mencionado) que avanza empujando por una nueva subjetividad y libertad en el desarrollo de los proyectos de vida, que ve en la sexualidad un nuevo espacio por el cual transgredir las normas sociales y buscar una forma diferente de formación de la personalidad. Los procesos de democratización y secularización social extienden el ejercicio ciudadano a diferentes esferas como las prácticas sexuales. El caso de Argentina es bastante ilustrador de este proceso de constitución de una identidad y formación de una amplia red de organizaciones que luchan por el derecho a la diferencia, donde no sólo se funda oficialmente en 1969 la primera organización homosexual de América Latina (Grupo Nuestro Mundo), sino que hoy (2003) continua a la vanguardia siendo el primer país latinoamericano aprobar legalmente la unión civil entre personas del mismo sexo. Sin duda una de los mayores logros de este movimiento ha sido el aumento de su visibilidad en la esfera pública a través de los medios de comunicación, el desarrollo de legislación, así como de constantes manifestaciones callejeras por el “orgullo homosexual” que han tenido lugar en países como Brasil, Argentina y México, reconocidos por un elevado activismo de estos movimientos. 33 Y según S. Brown, en América Latina con excepción de Panamá y Paraguay, todos los paísestienen un movimiento lésbico-gay organizado, muchos de ellos aparecidos en los años ochenta.34 33 Stephen Brown. “Con discriminación y represión no hay democracia”: The Lesbian and Gay Movement in Argentina. Ponencia para el Congreso LASA 1997. Guadalajara México.pp.3,4 34 Ibid.p.2 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 15 En esta trinchera de la identidad sexual también se ha abonado hacia una ciudadanía más integradora y en cierta forma, regeneradora de la sociedad civil en su dimensión colectiva y organizada. Los movimientos frente a la Exclusión En los últimos nueve años hemos estado presenciando el surgimiento de movimientos sociales con pretensiones integración diferentes a los anteriores. Las expresiones tradicionales como el campesinado y obreros sindicalizados, tenían un eje de integración principalmente económico-material y orientado por la búsqueda de la igualdad como valor central. Los llamados nuevos reflejaban una nueva necesidad de integración como la simbólico- cultural, es decir, donde el valor de la diversidad emerge como la dimensión olvidada por la democracia, y el control y autonomía individual y en los espacios comunitarios son necesarios para el ideal de autorrealización personal. Hoy el acelerado proceso de exclusión social, aumento de la pobreza y desigualdad está profundizando y aumentando la frustración de expectativas entre la integración simbólica y la desintegración material. Esta realidad está llevando a reorientar la organización de la sociedad civil tendiendo puentes entre las reivindicaciones ciudadanas económico- materiales y las simbólico- culturales de construcción y pertenencia a una identidad. El Zapatismo Es ya emblemática la lucha que ha sido conducida desde la selva Lacandona, Chiapas, por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), cuya lucha recoge derechos milenarios y olvidados por la sociedad mexicana pero al mismo tiempo presenta el perfil de un nuevo movimiento social latinoamericano haciendo uso de elementos proporcionados por la misma modernización que los ha excluido. Lo que le ha dado una gran originalidad al movimiento zapatista es que la lucha contra la exclusión además de levantarse desde la causa indígena, desde el 1 de enero de 1994 también lo hace desde una lucha socioeconómica contra la globalización, convirtiéndose en “la primera revuelta simbólica contra la mundialización” nos dice Ramonet.35 En este sentido hay un interés por reconocer que en el nuevo orden mundial hay una realidad político- económica distinta, cuyas estructuras de poder no solo son determinadas desde los Estados sino por fuerzas y actores que traspasan las fronteras. IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 16 Como se muestra, esta nueva expresión colectiva y organizada integra en sus demandas la dimensión simbólica de integración a una comunidad nacional (México) sin olvidar el reconocimiento de la diferencia que reclama la identidad indígena; pero también hace suya la lucha contra las consecuencias excluyentes de la modernización económica, contra los efectos negativos de procesos globalizadores como el libre comercio. Las líneas de acción de los movimientos sociales en los ochenta y principios de los noventa, encuentran en la lucha contra la globalización y sus agentes político- económicos (Multinacionales, FMI, BM, OMC) un punto de convergencia. Sin embargo no es sino hasta abril del 2001 que con el Foro Social Mundial de Porto Alegre se logra constituir la primera instancia organizada donde los movimientos sociales más recientes logran alcanzar un alto grado de organización, aglutinando en una sola voz a numerosos grupos de la sociedad civil en una nueva lucha en contra de la globalización excluyente. El Foro Social Mundial 35 Ver Ignacio Ramonet. Marcos en Ciudad de México. En Le Monde Diplomatique. Edición chilena, N°7, abril 2001.p.3 Con la consigna “otro mundo es posible”, se realizó en enero del 2001 en Porto Alegre el evento que mejor expresa el punto de unificación de los movimientos latinoamericanos, el Foro Social Mundial (FSM). Este fue un evento muy significativo por cuanto constituyó el primer escenario formalmente instalado en América Latina desde el cual un gran número de organizaciones sociales y políticas plantearon al mundo un reclamo generalizado contra la concentración de la riqueza, el aumento de la pobreza y la necesidad de conquistar una ciudadanía más integradora a partir del fortalecimiento de la democracia. Lo significativo de este hecho es que múltiples organizaciones y movimientos sociales con reivindicaciones muy particulares logran articular sus luchas frente a los efectos de la mundialización económica, la ideología neoliberal y su modelo cultural y las instituciones políticas y económicas que la sustentan. Sus expresiones de negación al “neoliberalismo y sus políticas”, “la globalización neoliberal”, “la Deuda Externa de los países del Sur”, “la privatizaciones”, “las compañías multinacionales”, “los Acuerdos de Libre Comercio”, “el armamentismo y el comercio de armas”, y las “instituciones financieras IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 17 internacionales”36 entre otras dibujan de forma clara el adversario y el reto que los convoca. Como se observa, la primera línea visible de reivindicación es claramente económica en la que destaca la aplicación de la tasa Tobin a las transacciones financieras con la cual combatir la especulación; la condonación de la Deuda Externa de los países pobres; y la clausura de los paraísos fiscales. Sin embargo hay una segunda línea más extensa del Foro en que las propuestas y reflexión van desde el desarrollo sustentable, pasando por “democratizar la democracia formal”, nuevas formas de distribuir el ingreso, hasta la aplicación de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías en la disminución de las desigualdades;37 dos líneas que permiten unir lo uno a lo múltiple y lo múltiple a lo uno. Porque ciertamente no es nuevo que grupos ambientalistas o agricultores salgan a protestar, o que lo hagan las feministas, los anarquistas y los críticos de la deuda externa del tercer mundo. Lo novedoso está en que todos estos grupos se hallan unido bajo un mismo objetivo e involucrando a 36 Ver la declaración final del Foro Social Mundial en el sitio electrónico: www.forumsocialmundial.org.br 37 Ver Carlos Gabetta. Porto Alegre: activismo y propuestas para un futuro distinto. En Le Monde viejos y nuevos opositores de la globalización y el neoliberalismo. Estas manifestaciones de múltiples grupos de la sociedad civil contra un modelo político, económico y cultural excluyente, que si bien no pueden entrar en la clasificación tradicional de movimiento social, expone una fuerte transformación y evolución del movimiento latinoamericano hacia un perfil más autónomo y con fuerte pretensión de historicidad en la coyuntura actual de agotamiento de los fundamentos epistemológicos de la modernidad. Atando cabos, y una salida elegante Hemos planteado a través de este texto, que la trayectoria latinoamericana de los movimientos sociales, ha dejado en su trazado una serie de importantes conquistas que contribuyen a la construcción de una ciudadanía más integradora. Si entendemos por este concepto la condición que se constituye desdela posesión y ejercicio de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales, los cuales adquieren sentido y contenido para las personas en el acceso a mecanismos de pertenencia a un colectivo (o comunidad valórica) y una mayor capacidad de interlocución en el espacio público para participar de los beneficios del Diplomatique. Edición chilena. No.6, Marzo 2001.p.3 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 18 desarrollo y realizarse como ser humano; podremos plantear algunos escenarios en los cuales han aportado los movimientos. Desde hace treinta años los nuevos movimientos sociales están aportando desde varios escenarios a la ciudadanía latinoamericana como adherir al debate un nuevo cuerpo de ideas y valores que han permitido ampliar la concepción de derechos humanos heredada de la modernidad. Este cuerpo de ideas está permitiendo en los nuevos actores articular la universalidad de estos derechos con vertientes particularistas, develando la voz de sectores y comunidades valóricas históricamente ignorados (mujeres, indígenas, homosexuales, grupos ecológicos). Desde los derechos humanos, esta ciudadanía está siendo enriquecida tanto en la ampliación como en la diferenciación de derechos. Los nuevos valores reivindican la dimensión individual para el desarrollo del sujeto en la diferencia y libertad de autonomía. También han contribuido desde una dimensión colectiva organizada en la sociedad, es decir en el desarrollo de una entramado asociativo que emerge en torno a nuevas temáticas y la renovación de las anteriores. Nos referimos a toda una red de organizaciones comunitarias y en gran medida de las llamadas no gubernamentales cuya constitución, trabajo y orientación adquieren cuerpo en referencia a los contenidos de los nuevos movimientos sociales (derechos humanos, liberación e igualdad de la mujer, diversidad de identidades, valoración de lo comunitario, la autogestión, etc). De igual manera, ha influenciado en la transformación y renovación de actores sociales tan importantes en la configuración de lo político como los sindicatos, los sectores campesinos y grupos indígenas como en el caso mexicano donde la lucha indígena y campesina resurge desde los ochenta con un estilo en que las reinvindicaciones ecológicas comienzan a formar de su discurso y acción. Al mismo tiempo el entramado asociativo ha adquirido altos grados de independencia y progresiva capacidad de organización más allá de los ámbitos locales y nacionales como lo demuestra el movimiento feminista con la presencia de redes regionales de coordinación, acción y discusión de la lucha por sus derechos y problemáticas particulares. En estas formas de expresión colectiva son importantes la cultura de participación a la que han aportado contenido. Una de las formas en que ésta toma posesión es en el nivel simbólico-discursivo: generando teoría IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 19 y nuevos sustentos culturales en su propuesta de sociedad; con sus prácticas discursivas y de comportamiento, los movimientos han puesto a la orden del día muchos de los grandes temas que forman parte de la causa y acción de muchos individuos y actores sociales, tanto en espacios gubernamentales como académicos, entremezclando los espacios públicos con los privados de la esfera personal. Es decir que en los sectores de élite más progresistas y en las nuevas formas asociativas voluntarias en la sociedad, ha aumentado la participación de un discurso con nuevos contenidos asociados a la lucha por la construcción del sujeto y la apropiación de derechos ciudadanos. Esta cultura de participación se ha reforzado desde el desarrollo de redes de: experiencias muchas veces de carácter informal en cuyo interior se enfatiza una conciencia por la participación y desarrollos de capacidades personales y de grupos para el empoderamiento de los espacios locales y comunales. Es clara también la existencia de ONG en Latinoamérica que trabajan en estrecha relación con los gobiernos en la promoción y de desarrollo de programas que enfatizan en la autogestión de comunidades, capacitación en temas ambientales, de violencia doméstica, asesoría jurídica, derechos de los niños y ancianos, y formas alternativas de política comunitaria. En acuerdo con Wahl38, si bien muchas ONG han adquirido independencia de los nuevos movimientos sociales, en sus ideales y algunas orientaciones, todavía hoy siguen viviendo de un capital reivindicativo que han acumulado los nuevos movimientos, sobre todo en relación con la gran aceptación que tienen entre la gente y su elevado prestigio moral, que también han sabido mantener con el desarrollo de nuevas áreas de trabajo como la tecnología, mujer y el ámbito de la gestión local, y más recientemente áreas como la microfinanza y la ecología. Por último, además de los logros en los ámbitos político-partidarios y en la legislación, es importante mencionar la contribución en la reconstrucción del espacio público, entendiendo éste como un espacio de deliberación y circulación argumentativa libre entre actores relevantes en una sociedad. Consideramos que con el salto a la esfera pública de nuevos grupos sociales se ha puesto en circulación en el “mercado” de recursos culturales, voces y discursos que disputan la participación en la construcción de un modelo de sociedad. 38 Peter Wahl. Tendencias globales y sociedad civil internacional. ¿Una oginización de la política mundial? En Revista Nueva Sociedad, N°149, mayo-junio 1997.p.46 IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 20 Central en este proceso es lo referente a la formación de la opinión pública y como ésta se puede convertir en cámara de resonancia de ciertas demandas, movimientos y grupos haciendo ascenderlas a espacios neurálgicos de decisión o debate público. No sería exagerado decir que desde el punto de vista temático las iniciativas ciudadanas han sido exitosas al “tomarse el poder”, pues gran parte de las agendas públicas en nuestros países tienen a la orden del día temas y problemáticas impulsadas por los nuevos movimientos. Los movimientos de hoy, a diferencia de los de ayer, deben buena parte de su influencia al uso de las tecnologías de la comunicación en la difusión de la palabra (discurso) como la principal arma generadora de impacto y obtención de apoyo; pero también a su condición de reflexividad que pone a los sujetos sociales en estado de vigilia frente a los efectos negativos del frenesí de la modernización y el progreso de nuestra modernidad. El movimiento emergente contra la globalización busca hacer suya una de las herramientas más importantes en el mundo actual para influir en cambios en las estructuras tanto políticas como valóricas y discursivas: la comunicación electrónica y visual de alcance mundial. El Foro Social Mundial parece haber entendido estas condiciones objetivas haciendo uso de ellas frente a la creciente exclusión social. El potencial de sujeto político se encuentra en la amalgama de una resistencia y oposición generalizada a la globalización. Finalmente, si bien la lucha por una ciudadanía más integradora, ha tenido grandes avances y en la acción y discurso de los nuevos movimientos sociales hay una nueva materialización de sueños y utopías que abren nuevos caminos para realizar las revoluciones y cambios sociales históricamente anhelados,no podemos dejar de reconocer que la ciudadanía en América Latina tiene más obstáculos y problemas que las soluciones y los avances que logra. Si bien no son sanas las posiciones de un triunfalismo embriagante como tampoco las de una desesperanza paralizante y corrosiva, nos mostramos más cercanos a la valoración de la potencialidad de transformación social que anida y expresan los movimientos latinoamericanos, potencialidad para generar nuevos modelos culturales y de integrar y democratizar nuestras sociedades. Aunque en América Latina sus venas siguen estando abiertas, existen más opciones para sanarlas desde dentro con una “desinfección” desde fuera, pues como nunca antes y en palabras de Ulrich Beck, son “justamente los guardianes del bienestar, el derecho y el orden, los que simultáneamente están bajo sospecha y son IV Conferencia Regional ISTR-LAC 8-10 de octubre, 2003 San José, Costa Rica Raymi Padilla Vargas 21 incriminados por poner en el mundo peligros y restarles importancia”. La inadaptación no se encuentra ya en los “resentidos” sino en los individuos, grupos e instituciones que insisten en imponerse en una época cuyas creencias ya “no” se sostienen. BIBLIOGRAFIA UTILIZADA Beck Ulrich. La Invención de lo Político. _____, coautor. Modernización Reflexiva. Política, tradición y estética en el Orden Social Moderno. Brown, Stephen. “Con discriminación y represión no hay democracia”: The Lesbian and Gay Movement in Argentina. Ponencia para el Congreso LASA 1997. Guadalajara México Calderón, Fernando. Los Movimientos Sociales en América Latina: entre la modernización y la construcción de la identidad. En Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía. Vol.13 Filosofía política I. Ideas políticas y movimientos sociales. Editorial Trotta. 1997 ______ Los movimientos sociales frente a la crisis. En Los movimientos sociales ante la crisis. Castells, Manuel. La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura. Vol. 2, El Poder de la Identidad. 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